La Nanorremediación
La Nanorremediación
La Nanorremediación
es una tecnología emergente que comprende la aplicación de NMs diseñados con ciertas características
químicas y reactivas que les permiten transformar o detoxificar contaminantes (Grieger et al., 2015).
Hoy en día la nanotecnología está presente en casi cada aspecto de nuestras vidas. Se hace más común
encontrar en la literatura los términos como nanomateriales (NMs, partículas de al menos una dimensión
de 100 nm o menos) y nanopartículas (NPs, aquellas de al menos dos dimensiones entre 1 y 100 nm)
(Peralta-Videa et al., 2011). Dentro del campo de la nanotecnología, se distingue un área de especial interés
conocida como la ingeniería de los nanomateriales, enfocada a la generación de partículas o estructuras
modificadas (ENMs, por sus siglas en inglés) para incrementar su funcionalidad (John et al., 2017). Entre sus
múltiples aplicaciones destacan aquellas orientadas a las tecnologías de la información, a diversos campos
industria-les, biomédicos, a la generación de energía, a la producción de alimentos, a la agricultura, a la
electrónica, entre otras (Aschberger et al., 2011). La producción, distribución y disposición final de los NMs
es potencialmente crítica para la salud del humano y del medio ambiente. En los seres humanos, éstos
pueden afectar el funcionamiento del tracto respiratorio y causar inflamación (Romero-Franco et al., 2017).
Algunos autores discuten el potencial efecto dañino que los ENMs tendrán en los ecosistemas terrestres
debido a su toxicidad y bioacumulación, remarcando el hecho que los suelos serán el principal destino final
de estos productos (Priester et al., 2017; Bandyopadhyay et al., 2015). Recientes investigaciones han
probado que un amplio número de componentes tóxicos, como los elementos radioactivos, pesticidas, PCB
́s y metales pesados, tienen la característica de poder adherirse a la superficie de los ENMs (Reddy et al.,
2016). Con ello, se potencia el campo de la remediación ambiental, a través del desarrollo de la
nanorremediación (Mauter y Elimelech, 2008). La nanorremediación es una tecnología emergente que
comprende la aplicación de NMs diseñados con ciertas características químicas y reactivas que les permiten
transformar o detoxificar contaminantes (Grieger et al., 2015). Lo que resulta aún más interesante, es el
hecho que cuando NPs de hierro altamente reactivas, que por sí mismas tienen poder remediador, son
usadas con microorganismos (p. ej. Geobacter metallireducens), tienen la capacidad de aumentar el
proceso de remoción de compuestos nitroaromáticos (Braunschweig et al., 2013). Las plantas han
evolucionado en presencia de NMs naturales. Sin embargo, su exposición a estas partículas ha aumentado
en los últimos años debido a la fabricación exponencial y disposición de los mismos (Rico et al., 2011). Es
interesante destacar que los NMs promueven ciertas ventajas (p. ej. aumento de la biomasa en plantas)
cuando están a bajas concentraciones en los suelos. Generalmente, concentraciones menores a 10-40
mg/Kg han demostrado tener efectos benéficos en el crecimiento de las plantas, caso contrario, a dosis más
altas, muestran efectos inhibitorios en el crecimiento (Reddy et al., 2016). Asimismo, la naturaleza química
de los NMs influye en la fisiología de las plantas; por ejemplo, cuando la soya es expuesta a partículas como
nano-CeO2 y nano-ZnO, la planta experimenta daño y estrés foliar (Priester et al., 2017). La literatura
reciente describe que los impactos positivos o negativos de estas partículas es complejo y depende de
múltiples factores (Figura 2), como los son las características de las ENMs, las propiedades del suelo y su
comunidad microbiana y la especie de la planta (Zuverza-Mena et al., 2017; Bandyopadhyay et al., 2015;
Priester et al., 2017; Reddy et al., 2016). Además, muchas especies de plantas son capaces de acumular
metales pesados en sus estructuras a concentraciones más allá de las que se encuentran en su medio
(Gardea Torresdey et al., 2004; Padmavathiamma y Li, 2007). Este proceso metabólico, conocido como
hiperacumulación (Ali et al., 2013), el humano lo utiliza como ventaja para remover metales pesados de
suelos contaminados. En principio, este fenómeno lleva el nombre de fitorremediación, aunque, en un
sentido amplio, el término se refiere al uso de plantas o microorganismos asociados a ellas que son capaces
de contener, extraer, acumular, degradar, inmovilizar o eliminar pesticidas, metales, solventes, explosivos,
petróleo y sus derivados, de los diferentes medios que los contienen (p. ej. suelos, lodos, sedimentos, aguas
residuales, aguas subterráneas) (Ingle et al., 2014; Dixit et al., 2015). Durante los últimos años, especial
interés se ha puesto en la fitorremediación de metales pesados en suelos contaminados (Wołejko et al.,
2016; Gadd, 2010)
DEGRADACIÓN DE HAP ́S
Los HAP ́s se han encontrado en múltiples sitios del ambiente incluyendo aire, suelo, sedimento, agua,
aceite e incluso en productos alimenticios (Juhasz y Naidu, 2000). Las bacterias y los hongos pueden
degradar estos compuestos tóxicos empleando el metabolismo aerobio y anaerobio. Esta revisión se enfoca
en describir los mecanismos aerobios. Fundamentalmente, existen tres mecanismos aerobios de
degradación (Figura 3), los cuales se basan en la oxidación del anillo aromático, seguido de su
descomposición en diferentes metabolitos y CO2 (Bamforth y Singleton, 2005). En la ruta donde
intervienen únicamente bacterias (Figura3A), el primer paso es la oxidación del anillo aromático,
mecanismo efectuado por enzimas dioxigenasas que catalizan la producción de dihidrodiol. Éste a su vez es
oxidado por enzimas deshidrogenasas y el intermediario dihidroxilado, el catecol, es fisionado con la
subsecuente producción de CO2 y H2O (Eweis et al., 1998). En el caso del metabolismo fúngico, existen
principalmente dos caminos: uno mediado por hongos lignolíticos (Figura 3B) y el otro por hongos no
lignolíticos y bacterias (Figura 3C). En el caso de los primeros, la degradación de los HAPs ocurre por acción
de enzimas del tipo lacasas y peroxidasas, que generan quinonas de HAPs y ciertos ácidos, que son
posteriormente convertidos en CO2. En el caso de la degradación llevada a cabo por hongos no lignolíticos
y ciertas bacterias, el paso inicial es catalizado por la enzima citrocromo P450 monooxigenasa, que
convierte el HAP en óxido de areno. El óxido de areno tiene dos destinos, uno enzimático y otro no
enzimático. En el enzimático, el sustrato es hidratado vía la enzima epóxido-hidrolasa para formar
dihidrodiol. En el segundo, se forma fenol mediante re-arreglos no enzimáticos. El fenol puede servir como
sustrato para reacciones de sulfonación o metilación con lo que se pueden formar o-glucósidos, o-xilósidos,
o-glucorónidos, entre otros (Bamforth y Singleton, 2005).
Fsggsgsg procesos
En general, la meta de cualquier tecnología de remediación, in situ o ex situ, implica la remoción de los
contaminantes (descontaminación o limpieza), o bien, la reducción del riesgo asociado a su presencia
limitando la exposición (estabilización) (Vangronsveld y col. 2009). Así, la fitorremediación de un suelo
puede lograrse a través de la acción de uno o varios de los siguientes procesos: fitodegradación,
fitoextracción, fitovolatilización, fitoestabilización y/o rizorremediación (Fig. 2). El proceso a través del cual
una planta actúa sobre un contaminante en particular, depende del grado de contaminación, de las
características fisicoquímicas del contaminante y del sitio contaminado, así como de las propiedades
fenotípicas y genotípicas de cada especie vegetal, tales como su grado de tolerancia y su capacidad para
captar, absorber, acumular y/o degradar los contaminantes (Meagher 2000; Vangronsveld y col. 2009). De
tal manera que un proceso efectivo para la remoció n de un contaminante en particular puede ser inutil
para otro. Por ejemplo, la fitoextracción y la fitoestabilización pueden ser procesos muy efectivos para la
remoción de sales y metales pesados de un suelo, pero poco útiles en la limpieza de ciertos hidrocarburos y
explosivos, para los que la fitodegradación o la rizorremediación serían mucho más efectivos.
Como puede verse, diversos contaminantes pueden ser metabolizados, estabilizados en el suelo o extraídos
del mismo a través de uno u otro proceso de fitorremediación, con la ventaja adicional de que el uso de
plantas permite el control de la erosión y la evapotranspiración de grandes cantidades de agua. En el caso
de CO, la fitorremediación implica su captación y translocación a los tejidos aéreos, para su metabolismo o
volatilización y, en ocasiones, su mineralización hasta moléculas como CO2, NO3 y NH 4 (Eapen y col., 2007).
CO de bajo peso molecular pueden ser removidos del suelo y liberados a la atmosfera a través de las hojas
por evapotranspiración(fitovolatilización). CO no volatiles pueden ser degradados o convertidos a formas
menos tóxicas por vía enzimatica (fitodegradación) o secuestrados por la planta (fitoextracción) (Gerhardt y
col., 2009). Otro proceso común para CO, es la degradación por microorganismos de la rizosfera
(rizorremediación), cuyo crecimiento es estimulado por componentes de los exudados radiculares
(Meagher, 2000; Eapen ycol., 2007).
Hoy en día las nanopartículas artificiales (NPs)se emplean en varios procesos industriales y para la
fabricación de muchos productos comerciales (por ejemplo, protector solar, aditivos alimentarios, etc.). (Li
et al., 2006). Debido a su tamaño sub-micrométrico y sus estructuras moleculares y/o atómicas únicas, se
ha demostrado que muchos nanomateriales poseen propiedades mecánicas, magnéticas, ópticas,
electrónicas, catalíticas y químicas distintivas que contribuyen a aplicaciones prometedoras en energía,
óptica, electrónica, suministro de fármacos y diagnóstico médico. A lo largo de este trabajo, se estudiará el
posible alcance de algunas nanopartículas específicas de hierro y sus óxidos, tras utilizarlas con el fin de
remediar acuíferos subterráneos contaminados por moléculas inorgánicas cuales son PAHs, PCBs y metales
pesados (Bradford et al 2002; Milano and Guerra 2009). Hace falta decir que en la mayoría de los casos la
liberación de estos materiales en el medio ambiente como contaminantes es una consecuencia no deseada,
mientras que en otros casos se introducen las NP en el medio ambiente a propósito, por ejemplo, para la
remediación de aguas subterráneas. (Tratnyek and Johnson, 2006). Dicho esto, las principales propiedades
esenciales para el uso de cualquier nanopartícula diseñada para la remediación in situ incluyen (a) alta
reactividad para la remoción de contaminantes, (b) movilidad suficiente dentro de los medios porosos, (c)
longevidad reactiva suficiente (d) baja toxicidad y (e) estabilidad físico-química. (Zhang, 2003; Crane and
Scott, 2012).
algunos procesos involucrados son: La fitoestabilización permite inmovilizar contaminantes en el suelo a
través de su absorción y acumulación en las raíces o bien, por precipitación en la zona de la rizosfera.cuyo
proceso reduce la movilidad de los contaminantes y evita su migración a las aguas subterráneas o al aire
(Barton et al., 2005 Mendez y Maier, 2008,) ; La fitoextracción Las plantas se usan para concentrar los
contaminantes en las partes cosechables (principalmente la parte aérea)1; La fitovolatilización
Volatilización a través de las hojas Orgánicos e inorgánicos(Delgadillo, 2011); La fitodegradación Las
plantas acuáticas y terrestres captan, almacenan y degradan compuestos orgánicos para dar subproductos
menos tóxicos o no tóxicos.1
Y la rizofiltración que consiste en el Uso de raíces para absorber y adsorber contaminantes del agua
Orgánicos e inorgánicos (Singh, 2006), en la rizofiltración estas plantas se cultivan de manera hidropónica.
Cuando el sistema radicular está bien desarrollado, las plantas se introducen en el agua contaminada con
metales, en donde las raíces los absorben y acumulan (Delgadillo, 2011), La raíz constituye el tejido de
entrada principal de los metales, los cuales llegan por difusión en el medio, mediante flujo masivo o por
intercambio catiónico. La raíz posee cargas negativas en sus células, debido a la presencia de grupos
carboxilo, que interaccionan con las positivas de los metales pesados, creando un equilibrio dinámico que
facilita la entrada hacia el interior celular, ya sea por vía apoplástica o simplástica (Navarro, 2007). Por ende
el tipo de planta y las propiedades físicas y químicas de estos compuestos son parámetros importantes que
determinan el destino de los contaminantes.
La fitoextracción o fitoacumulación consiste en la absorción de metales contaminantes mediante las raíces
de las plantas y su acumulación en tallos y hojas.El primer paso para la aplicación de esta técnica es la
selección de las especies de planta más adecuada para los metales presentes y las características del
emplazamiento. Una vez completado el desarrollo vegetativo de la planta el siguiente paso es cortarlas y
proceder a su incineración y traslado de las cenizas a un vertedero de seguridad. La fitoacumulación se
puede repetir ilimitadamente hasta que la concentración remanente de metales en el suelo esté dentro de
los límites considerados como aceptables
La fitovolatilización se produce a medida que los árboles y otras plantas en crecimiento absorben agua
junto con contaminantes orgánicos e inorgánicos. Algunos de estos pueden llegar hasta las hojas
yevaporarse o volatilizarse en la atmósfera (Prasad y Freitas, 2003). Mediante este proceso se han
eliminado contaminantes como: compuestos orgánicos volátiles (benceno, nitrobenceno, tolueno,
etilbenceno y mxileno), As, Se y Hg (
En la fitodegradación las plantas y los microorganismos asociados a ellas degradan los contaminantes
orgánicos en productos inofensivos, o bien, mineralizarlos hasta CO2 y H2O. En este proceso los
contaminantes son metabolizados dentro de los tejidos vegetales y las plantas producen enzimas como la
dehalogenasa y la oxigenasa, que ayudan a catalizar la degradación (Singh y Jain, 2003). La fitodegradación
se ha empleado para la remoción de explosivos como el TNT, hidrocarburos halogenados, Bisfenol A, PAHs
y pesticidas organoclorados y organofosforados
La fitoinmovilización provoca la sujeción y reducción de la biodisponibilidad de los contaminantes mediante
la producción de compuestos químicos en la interfaz suelo-raíz, los que inactivan las substancias tóxicas, ya
sea por procesos de absorción, adsorción o precipitación (Carpena y Bernal, 2007).