Sala de Casación Civil 2010-000319
Sala de Casación Civil 2010-000319
Sala de Casación Civil 2010-000319
En el juicio por interdicto restitutorio e indemnización de daños y
representados judicialmente por el abogado Rafael Ángel Pérez Padilla, contra los
representado judicialmente por el abogado Gustavo Boada Chacón y los dos últimos,
restitutorio; sin lugar el recurso de apelación ejercido por la parte demandante contra
el fallo dictado por el Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y
bajo la ponencia de la Magistrada que con tal carácter la suscribe, en los términos
siguientes:
artículo 783 del Código Civil, en razón de que el juzgador superior “…consideró
que “…los querellantes no aparecen en esta última causa y por lo tanto no son
que proceda el interdicto, que "...el querellante sea la persona del poseedor..." y que
En ese orden de ideas, señala el formalizante, que con tal proceder, el
juzgador de alzada impuso a la querellante una carga probatoria que excede de lo que
Para decidir, la Sala observa:
Antonio Urdaneta Purselley contra Andina, C.A. y otras, que reitera la decisión de
fecha18 de mayo de 2009, caso: Manuel Vicente Navas Pietri contra Renacer C.A.,
Conforme a la doctrina reiterada y pacífica de este Alto Tribunal antes
referida, la Sala aprecia, que el vicio de errónea interpretación de la ley, supone que el
juez, aún cuando reconoce acertadamente la norma que aplica, yerra interpretándola
consecuencia produce una discrepancia entre lo que ella regula y el hecho que se
discute.
Por otra parte, considerando que el vicio denunciado versa sobre el artículo
783 del Código Civil señalado por el formalizante como infringido, esta Sala estima
Dispone el artículo 783 del Código Civil, que “Quien haya sido despojado
de la posesión, cualquiera que ella sea, de una cosa mueble o inmueble, puede,
dentro del año del despojo, pedir contra el autor de él, aunque fuere el propietario,
Sala, mediante sentencia Nº 947, de fecha 24 de agosto de 2004, caso: Carmen Solaida
“…los presupuestos de admisibilidad de la querella interdictal restitutoria
son cuatro: 1) Ser poseedor de la cosa mueble o inmueble; 2) Que haya
ocurrido el despojo en el ejercicio de ese derecho; 3) Que el querellante
interponga la querella dentro del año en que ha ocurrido el despojo; y, 4)
Que presente al juez las pruebas que demuestren in limine litis la
ocurrencia del despojo, aun cuando la acción fuera intentada contra el
propietario de la cosa.
En sentencia de vieja data pero aplicable al caso que se estudia, la Sala
estableció que “...en los interdictos de restitución, no interesa probar la
legitimidad de la posesión (...) sino que es necesario y suficiente para el
querellante, el haber ejercido la posesión, cualquiera que ella sea, en el
momento del despojo, y el despojo mismo...”. (Negritas de la Sala; Sent.
del 3-4-62, GF 47 p. 436).
Asimismo, en decisión más reciente la Sala estableció que “...de acuerdo
con el artículo 699 del Código de Procedimiento Civil, una vez que el
querellante haya demostrado la ocurrencia del despojo , el juez ordenará
el secuestro del inmueble objeto de la pretensión, en caso de que el actor
no estuviera dispuesto a constituir la garantía a la cual está obligado para
responder de los daños y perjuicios que pudiera causar su solicitud. El
decreto de la referida medida lo dictará el juez una que vez haya
encontrado suficiente la prueba o las pruebas promovidas a tal efecto , en
el mismo cuaderno donde se sustancia la causa principal; la decisión que
se dicte al respecto, adquiere la naturaleza de una sentencia
interlocutoria...”. (Negritas y Subrayado de la Sala). (Sent. del 1º del
diciembre de 2003, caso: Jesús Enrique Merchán c/ Inmobiliaria Correa
C.A.).
De conformidad con la doctrina anterior, el querellante debe demostrarle al
juez de primera instancia la ocurrencia del despojo, para que luego de
encontrar suficiente la prueba o las pruebas promovidas in limine litis, éste
ordene la restitución provisional de la posesión o el secuestro del
inmueble. Además, debe demostrar que en efecto tenía la posesión de la
cosa para el momento en que ocurrieron los hechos señalados en la
querella, la cual deberá interponer dentro del año siguiente de ocurrir tales
hechos.
En el presente caso, la alzada estableció que no estaban llenos los extremos
exigidos por el legislador antes citados para la admisión de la demanda,
por cuanto el querellante solo aportó el poder otorgado al abogado Marco
Román Amoretti, una serie de partidas de nacimiento, de matrimonio y de
defunción, un documento de venta de Corporación Bucaral Dos C.A. a
Eugenio Díaz y una copia simple de demanda presentado por María Elida
Hidalgo ante otro tribunal, y como el establecimiento de estos hechos no
fueron destruidos por el formalizante, la Sala debe atenerse a ellos y, en
consecuencia, considerar que no estaban cumplidos los extremos exigidos
por los artículos 783 del Código Civil y 699 del Código de Procedimiento
Civil.
Por consiguiente, es criterio de la Sala que la recurrida no erró en la
correcta interpretación de los artículos 783 del Código Civil y 699 del
Código de Procedimiento Civil.
En cuanto a la denuncia de infracción del artículo 341 del Código de
Procedimiento Civil, la norma establece que “...presentada la demanda, el
tribunal la admitirá si no es contraria al orden público, a las buenas
costumbres o a alguna disposición expresa de la ley...”.
La referida disposición obliga al juez a admitir todas las demandas
interpuestas, con las excepciones establecidas en ella, es decir, si la causa
no es contraria al orden público, a las buenas costumbres o a alguna
disposición expresa de la ley.
Sin embargo, tal regla no es aplicable al caso de autos, ya que como se
estableció precedentemente, en este tipo de procesos el querellante debe
demostrar la posesión y la ocurrencia del despojo para la iniciación del
juicio, sin lo cual la solicitud debe declararse inadmisible, como en efecto
sucedió en el presente juicio…”. (Negritas, cursivas y subrayado del texto
de la Sala).
De lo anterior se colige, que el citado artículo 783 del Código Civil,
querella, siempre que sea posesión; la cual debe ser actual, es decir, que se la tenga
para el momento del despojo; 2) el hecho del despojo, es decir, demostrar que hubo la
privación arbitraria e ilegitima de la posesión; esta privación debe ser real y efectiva,
como las circunstancias del lugar y tiempo, este último de esencial importancia para
hacer precisable el lapso legal dentro del cual puede proponerse la querella; y 3) que
la querella sea intentada dentro del año siguiente a la ocurrencia del despojo.
Asimismo, en atención a los argumentos esgrimidos por el formalizante,
la Sala considera necesario precisar, desde el punto de vista jurídico, los términos
despojo y desalojo. En ese sentido conviene aclarar, que el despojo, como bien se
apoderamiento, violento o no, que una persona hace por si sola, sin autorización de los
tribunales o del poder público, de la cosa o derecho de otra persona (Dic. Enciclopedia
tribunal de la República, mediante el cual se hace salir del bien inmueble reclamado a
Ahora bien, el formalizante afirma que la sentencia recurrida se encuentra
viciada por error de interpretación del artículo 783 del Código Civil, y en ese sentido
persona del poseedor..." y que ésta "...cumpla los extremos de Ley ...", y que por
aparecer los querellantes del juicio que hoy se analiza, en la causa de desalojo
A fin de verificar las afirmaciones sostenidas por el formalizante en cuanto
“…Diferenciándose éste, vale señalar, el poseedor del detentador en que el
detentador solo ocupa de una forma material la cosa o el disfrute de un
derecho, con el absoluto conocimiento de que no le pertenece y que su
ocupación no da lugar al (sic) usucapión, o sea no da lugar a la
constitución de un derecho real, dado que el detentador no ocupa la cosa
con la intención de guardarla o de disfrutar el derecho como propios del
poseedor, de lo que se desprende marcadas diferencias entre el poseedor y
el detentador. Compartiendo esta alzada el criterio del tribunal "a-quo" al
señalar que: ...tanto de la propia querella como de los recaudos
acompañados, se desprende que los hoy querellantes no demuestran tener
posesión natural, ni siquiera a título precario o posesión civil, vale decir,
con intención de guardar la cosa y disfrutar de un derecho como propio,
menos aún posesión legítima con ánimos de dueños, tan es así que
reconocen estar viviendo en el inmueble por más de treinta y siete (37)
años, en conformación con un grupo familiar, entre ellos, la ciudadana
JUANA GUADALUPE BELLO DE ÁVÍLA, quien fue la persona
demandada como arrendataria quien presuntamente y de acuerdo a la
demanda que fue intentada por ante el mencionado Juzgado Segundo de los
Municipios Valencia, gozaba o goza de una posesión precaria; y si bien es
cierto que para el momento del secuestro se encontraban dentro del
inmueble, tal como se desprende de las actuaciones acompañadas, no es
menos cierto que no se demuestra con ello posesión alguna... y de acuerdo
a lo que consta en el acta levantada en la medida de secuestro, procedieron
a trasladar sus bienes bajo su propia cuenta y riesgo a la casa de los
vecinos y ninguna de estas actuaciones realizadas demuestran -como ya se
señaló antes- algún tipo de posesión, bien haya sido ésta, precaria,
posesión natural o posesión civil.
En el presente caso se observa que el Juzgado Segundo de los Municipios
Valencia ordenó restituir a la ciudadana JUANA GUADALUPE BELLO,
el inmueble que había sido objeto de secuestro, dado que había operado la
perención breve por no haberse impulsado la citación de la entonces
demandada, en el expediente signado con el número 1329-08, contentivo
del juicio de desalojo, incoado por el ciudadano FRANCESCO PUGLÍESE
PINGETORE, que sería a quien en todo caso le asistiría ejercer los
derechos derivados de la posesión que ostentaba en su carácter de
arrendataria del inmueble objeto del presente juicio, (Sic) Por lo que la
presente acción resulta contraria a disposición expresa de la Ley, pues
como ya se señaló el mencionado artículo 783 del Código Civil, le
otorga o reconoce el derecho de ejercer el interdicto restitutorio por
despojo es a la persona del poseedor y siempre que se cumplan los
extremos de Ley ; por lo que de admitirse la presente demanda sería un
dispendio de tiempo y costos para la Administración de Justicia, lo que
hace forzoso concluir que el presente interdicto restitutorio por despojo,
resulta a todas luces INADMISIBLE, tal como se dispondrá en el
dispositivo del presente fallo…”. (Mayúsculas de la recurrida y negritas y
subrayado de la Sala).
De la anterior transcripción parcial del texto de la sentencia impugnada,
esta Sala observa que lo que la sentencia recurrida realmente expone es que: “…el
mencionado artículo 783 del Código Civil, le otorga o reconoce el derecho de ejercer
cumplan los extremos de Ley; …”, es decir, que la condición de que se cumplan los
extremos que señala el juez de alzada como exigidos por la Ley, no los requiere éste
descontextualizar las expresiones del sentenciador, sino en relación con los requisitos
dio lugar al “despojo” y que luego fue declarado extinguido por el tribunal, derivó de
el bien inmueble discutido, deriva de una relación contractual que le otorga el derecho
sus representados del inmueble, fue con ocasión de un acto emanado del Juzgado
Segundo de los Municipios Valencia, acto éste que no supone un despojo, como lo ha
caso un desalojo, figuras jurídicas éstas sobre las que la Ley prevé acciones muy
ocupa, la Sala observa que tal como fue acotado en el escrito de formalización, al
secuestro que pesaba contra el bien objeto de la controversia, lo propio era retrotraer
Es por ello, que como fue dispuesto por la sentencia recurrida, debía restituirse la
Pugliese Pingetore, son quienes componen la relación procesal del referido juicio de
desalojo.
De allí que, no puede pretender el recurrente, que se le restituya la
desalojo, causa ésta que en definitiva fue la que dio origen a los actos que hoy se
bien discutido, por sentirse afectados, han debido al menos invocarlo en calidad de
caso de autos, que al no haber evidenciado que los querellantes eran los poseedores
infringida, y por tanto, lo procedente era ordenar la entrega del inmueble a quien
Bello.
Por las razones antes expuestas, esta Sala estima, que el juez ad-quem
II
Al amparo de lo establecido en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de
Como fundamento de las infracciones que el recurrente pretende poner en
“…Falta de aplicación de normas vigentes. De conformidad con lo
establecido en el ordina1 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento
Civil, delatamos, por parte de la recurrida, la falta de aplicación de los
artículos 509 y 699 del Código de Procedimiento Civil, incurriendo por
ende el fallo impugnado en error de juzgamiento.
Las probanzas aportadas al proceso con el libelo querellal. En la
oportunidad de presentar su pretensión posesoria mi representada
acompañó con su escrito de la querella dos pruebas fundamentales para
evidenciar la verosimilitud o probabilidad del derecho reclamado, como
consecuencia de su posesión sobre la cosa y el despojo del cual fue objeto
por los querellados, las cuales son el justificativo de testigos (folios 40 al
48) e inspecciones judiciales (folios 49 al 95).
En efecto, cuando la querellante narra la existencia de los hechos
posesorios y de desposeimiento de que es objeto se lee en el libelo de
demanda lo siguiente:
…Omissis…
Así consta en autos que con e1 libelo se aporto documentales marcadas
“F” “G” y “H”, que tenían como objetivo demostrar la verosimilitud
invocada como requisito para la admisión de la querella interdictal de
marras.
La existencia de estos medios probatorios fue reconocida por la recurrida
cuando en su texto se refiere en diversas oportunidades a la narración de
los hechos, tal como hace a los folios 214 vuelto, 215 y 219.
La sentencia impugnada. En la oportunidad de dictar su fallo, como
consecuencia de la apelación que propusiera nuestra mandante contra el
fallo del a quo que había negado la admisión de la querella compresiva de
la cautela judicial solicitada, el tribunal a quem (sic) negó su admisión,
invocando que no había pruebas de la posesión invocada y, lógicamente,
previa al despojo.
Que tal probanza era necesaria para la procedencia de la medida, bajo el
alegato que (sic) ese es un requisito de admisibilidad de la querella
interdictal, y que en tal sentido compartía la visión del juzgador a quo,
señalando que no estaba probado el requisito ante (sic) indicado. En tal
sentido indicó el fallo confutado:
…Omissis…
Ahora bien, en los autos cursa un conjunto de medios probatorios
tendientes a demostrar tanto la verosimilitud de la pretensión, para dar
paso a la fijación de la caución, o eventualmente del secuestro de la cosa
litigiosa, tales como dos inspecciones judiciales y el justificativo de
testigos. El a quem (sic) llega a la afirmación de la negación de
admisibilidad de la querella interdictal sin analizar ninguno de estos
medios probatorios. Así de la lectura e (sic) la recurrida se observa que a
pesar de transcribir los alegatos formulados por los querellantes, en los
cuales éstos hacen mención a tales probanzas, el juez al decidir no hace
mención sobre su existencia en autos, no analiza los diversos medios
probatorios que se aportaran al proceso.
…Omissis…
Se observa de la recurrida que en su argumento señala que no existen
medios probatorios que lleven a su convicción la existencia de la posesión
en cabeza de la querellante, pero no existe el análisis de las pruebas que
hace ineluctable el artículo 509 del código procesal común concatenado
con el artículo 699 del mismo código. Disponen los articulos en
comentario:
Ahora bien, no existe en autos el estudio y valoración de los medios
probatorios aportados por mi poderdante. Esta omisión constituye una
violación de las normas antes referidas, al habérse1e negado aplicación a
las mismas.
La falta de aplicación alegada. De la lectura del contenido de las actas
procesales, concretamente del fallo en cuestión se evidencia que el
juzgador no analizó estos medios probatorios para llegar a la conclusión
que no estaba probado un extremo del artículo 699 del código procesal
común, sino que su decisión se fundamenta en una percepción general, que
(sic) no particularizada de los medios de prueba aportados al expediente ;
de allí que se afirma que el juzgador no analizó todos y cada uno de los
medios probatorios que se incorporaron a la causa, para que de ese modo
pudiera establecer la procedencia y necesidad de la cautela judicial.
Normas aplicables para resolver la controversia. En este caso, en el cual
se ha delatado la falta de aplicación de las normas vigentes delatadas, es
aplicable, exactamente, los artículos 509 y 699 en comentario, para obligar
al juzgador al análisis y consideración de los medios probatorios que las
partes contendientes aportamos al proceso.
De modo que tendría aplicación el sistema exhaustivo de análisis y
valoración de todas las pruebas que se aporten al proceso, que el legislador
civil ha establecido en el artículo 509 del Código de Procedimiento Civil,
en cuya falta de aplicación se ha incurrido…
En nuestro caso, si el juzgador analiza las pruebas que se acompañaron al
escrito de demanda y su reforma, hubiese tenido un conjunto de elementos
de convicción que demuestran que, ciertamente, en la querellante se da la
condición (cualidad) de ser poseedora de la cosa sublittem.
Al no analizarse los medios probatorios y, (sic) por ende, ello indujo a la
negación de la cautela judicial se ha violentado el derecho a ser tutelados
efectivamente sus pretensiones judiciales y a defenderles adecuadamente.
Carácter determinante del error de juzgamiento en lo dispositivo del
fallo. La omisión del análisis probatorio fue determinante en el criterio que
sostuvo el fallo, por cuanto al no estudiar las probanzas aportadas le fue
imposible determinar que el derecho a la tutela cautelar estaba en el
patrimonio de la peticionante.
Esta conducta omisiva fue factor fundamental para que se negase la
admisión de la querella contentiva de la pretensión posesoria. Esta
importancia se observa cuando el juzgador expone:
…Omissis…
Y, finalmente, en la dispositiva del fallo se concluye:
…Omissis…
Obviamente, al abstenerse del obligatorio análisis probatorio, el juzgador
concluyó en la inexistencia de un requisito que él consideró indispensable
para la admisión de la querella, y arribó a la decisión de la declaratoria de
negación de la misma…”. (Negritas y mayúsculas del formalizante y
subrayado de la Sala).
Como puede observarse de la transcripción anterior, en el contexto de una
infringió los artículos 509 y 699 del Código de Procedimiento Civil, al considerar que
alguna sobre los medios probatorios presentados en el juicio junto al libelo como
respectivamente.
En ese sentido señaló el formalizante, que “…a pesar de transcribir los
alegatos formulados por los querellantes, en los cuales éstos hacen mención a tales
Agrega además, que no existe “…en autos el estudio y valoración de los
medios probatorios aportados por…” sus poderdantes, razón por la cual el juez
estaba probado un extremo del artículo 699 del código procesal común…” negando
Para decidir, la Sala observa:
De la lectura que hace esta Sala sobre los argumentos que fundamentan la
adolece del vicio de falta de aplicación de los artículos 509 y 699 del Código de
delatar el vicio de silencio de pruebas, lo que lleva a esta Sala a determinar, que el
Procedimiento Civil. Sin embargo, este Máximo Tribunal, extremando sus funciones,
garantía de un proceso sin formalismos, en el que las partes puedan ver materializada
la justicia, pasa a analizar la denuncia hecha por el recurrente en los términos
siguientes:
no obstante que la ley adjetiva que rige la materia, lo constriñe a ofrecer un análisis y
de fecha 4 de mayo de 2009, caso: Julio Germán Betancourt, contra Virginia Portilla
y otra).
Así mismo, la Sala ha sido constante en afirmar, que el silencio de
lo que en relación con este vicio tiene que ver con la importancia de la misma en la
fecha 21 de marzo de 2006, caso: Farmacia Atabán S.R.L., contra Caja de Ahorros de
noviembre de 2002, caso Víctor José Colina Arenas contra Raúl Aldemar Salas
Con el anterior criterio de la Sala, se pone de manifiesto, que para que
prospere cualquier denuncia por error de juzgamiento, entre las que se cuentan
produzca una casación inútil, contraria a los postulados previstos en los artículos 26 y
Vinculado al tema que se analiza y considerando que el vicio denunciado
versa sobre los artículos 509 y 699 del Código de Procedimiento Civil, señalados por
el formalizante como infringidos, esta Sala, estima oportuno hacer al respecto los
siguientes razonamientos:
jueces deben analizar y juzgar todas cuantas pruebas se hayan producido, aún
convicción, expresándose siempre cual sea el criterio del juez respecto de ellas.”.
Respecto a la citada norma jurídica, la Sala en decisión Nº 007, de fecha 16
de enero de 2009, en el juicio incoado por César Palenzona Boccardo, contra María
Alejandra Palenzona Olavarría, reiterando la decisión de fecha 5 de abril de 2001,
recurrida, siempre que el vicio haya sido determinante en el dispositivo del fallo.
siguiente:
“En el caso del artículo 783 del Código Civil el interesado demostrará al juez la
ocurrencia del despojo, y encontrando éste suficiente la prueba o pruebas
promovidas, exigirá al querellante la constitución de una garantía cuyo monto
fijará, para responder de los daños y perjuicios que pueda causar su solicitud en
caso de ser declarada sin lugar, y decretará la restitución de la posesión,
dictando y practicando todas las medidas y diligencias que aseguren el
cumplimiento de su decreto, utilizando la fuerza pública si ello fuere
necesario. El juez será subsidiariamente responsable de la insuficiencia de la
garantía.
Si el querellante manifestare no estar dispuesto a constituir la garantía, el juez
solamente decretará el secuestro de la cosa o derecho objeto de la posesión, si a
su juicio, de las pruebas presentadas se establece una presunción grave en favor
del querellante. Los gastos del depósito serán cuenta de la parte que en
definitiva resultare condenada en costas.”.
Conforme a lo dispuesto en la norma jurídica previamente transcrita, es
uno de los requisitos para la procedencia del decreto interdictal, que el querellado
demuestre que hubo despojo, entendido éste, como ya fue advertido por la Sala en la
denuncia anterior, como un acto arbitrario, a través del cual una persona priva del
derecho de posesión de un bien a otra, sin que haya de por medio la instrucción de un
tribunal.
demostrarle al juez de primera instancia la ocurrencia del despojo, para que luego de
encontrar suficiente la prueba o las pruebas promovidas in limine litis, éste ordene la
ocurrieron los hechos señalados en la querella, la cual deberá interponer dentro del año
siguiente de ocurrir tales hechos. (Vid. sentencia Nº 947, de fecha 24 de agosto de 2004,
caso: Carmen Solaida Peña Aguilar, Richard Reinaldo, Railyn Raquel y Roselin Rebeca
Realizadas las anteriores consideraciones, la Sala observa que en el
presente caso el formalizante alega que el juez de alzada infringió los artículos 509 y
699 del Código de Procedimiento Civil, por cuanto no mencionó ni realizó análisis
probatorios que prueben la posesión del querellante sobre el bien reclamado, y que por
Ahora bien, luego de un detenido y exhaustivo análisis efectuado por la
Sala a la sentencia recurrida, se ha verificado que, tal como lo delató el formalizante,
No obstante, la Sala considera necesario advertir, que en el caso de autos,
a los efectos de demostrar que se encontraban cumplidos los extremos del artículo 699
del Código de Procedimiento Civil, ya que este requisito, en todo caso es exigible
despojo.
Por el contrario, habida cuenta que fue un tribunal de la República que
ordenó y ejecutó el acto que dio lugar a que los querellantes dejaran de ocupar el bien
inmueble discutido, como consecuencia de un decreto medida preventiva, es evidente
para la Sala que los ciudadanos Marcos Rafael Ávila Bello, Alejandro Gregory Ávila
Bello, Dexi Claudia Bello García, Rafael José Ávila Noriega y José Manuel Bello
formalizante, por tanto, no puede éste considerar que sus representados resultaron
Aunado a lo anterior es conveniente acotar, que según se desprende de
precaria…”. Lo que significa que quien ostentaba la posesión del bien inmueble para
los efectos de dicha medida, había que retornar el derecho a quien le había sido suspendido,
Precisamente es por ello, que ninguno de los medios probatorios sobre los
cuales los ciudadanos Marcos Rafael Ávila Bello, Alejandro Gregory Ávila Bello,
Dexi Claudia Bello García, Rafael José Ávila Noriega y José Manuel Bello García
denuncian haber sido silenciados por la recurrida, determinan que eran ellos los
demandados en el juicio de desalojo, así como tampoco prueban que ellos tenían el
De allí que, las pruebas presuntamente silenciadas no son determinante para el
dispositivo del fallo, pues aun cuando se hiciera de ellas un nuevo análisis o se les diera
declaratoria de inadmisibilidad dictada por el juez ad-quem, porque no demuestran que los
querellantes hayan sido titulares del derecho de posesión, en ninguna de sus clases, derecho
éste, que en todo caso no fue requerido por el sentenciador de alzada para comprobar que
Por tanto, esta Sala estima que en modo alguno se encuentra satisfecho el
requisito previsto en la parte in fine del artículo 313 del Código de Procedimiento
que prevé que los vicios y demás infracciones detectadas deben ser trascendentales en
En tal sentido, la Sala considera que la presente denuncia no puede
prosperar por no ser ella determinante en el dispositivo del fallo. Así se establece.
DECISIÓN
En mérito de las precedentes consideraciones, el Tribunal Supremo de
SIN LUGAR el recurso de casación formalizado contra el fallo dictado por el Juzgado
Por haber resultado infructuoso el recurso de casación formalizado, se
Publíquese y regístrese. Remítase el expediente al Juzgado Tercero de Primera
Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de
Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los quince (15)
días del mes de noviembre de dos mil diez. Años: 200º de la Independencia y 151º de
la Federación.
Presidenta de la Sala,
__________________________
YRIS PEÑA ESPINOZA
Vicepresidenta-ponente,
_____________________________
ISBELIA PÉREZ VELÁSQUEZ
Magistrado,
______________________________
ANTONIO RAMÍREZ JIMÉNEZ
Magistrado,
__________________________
CARLOS OBERTO VÉLEZ
Magistrado,
____________________________________
LUÍS ANTONIO ORTIZ HERNÁNDEZ
Secretario,
________________________________
CARLOS WILFREDO FUENTES
Quien suscribe, comparte lo decidido por la mayoría en la presente decisión; sin
embargo, no comparte la solución dada al trámite para el análisis del silencio de prueba.
En efecto la Constitución vigente y el Código adjetivo civil exige que la justicia
sea completa y exhaustiva, pero no se lograría dicho fin si se omite algún elemento
clarificador del proceso. Esa es la interpretación que se le debe de dar al artículo 509 del
Código de Procedimiento Civil, al señalar que los Jueces deben analizar todas las pruebas
Por ello, el silencio de prueba debe mantenerse como un vicio denunciable en el
Queda así expresado el voto concurrente del Magistrado que suscribe.
Presidenta de la Sala,
_________________________
YRIS PEÑA ESPINOZA
Vicepresidenta,
_____________________________
ISBELIA PÉREZ VELÁSQUEZ
Magistrado,
______________________________
ANTONIO RAMÍREZ JIMÉNEZ
Magistrado,
__________________________
CARLOS OBERTO VÉLEZ
Magistrado,
___________________________________
LUÍS ANTONIO ORTÍZ HERNÁNDEZ
Secretario,
________________________________
CARLOS WILFREDO FUENTES
Exp. Nro. AA20-C-2010-000319
Secretario,