T-276-14 Suspension Por Inmoralidad
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Magistrada ponente:
MARÍA VICTORIA CALLE CORREA
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
El señor Laborde Álvarez interpuso acción de tutela contra C.I. Prodeco S.A.
(en adelante Prodeco) por considerar que esta empresa vulneró su derecho
fundamental al debido proceso. Según el tutelante, la vulneración aconteció
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cuando la compañía: (i) lo despidió arguyendo una falta a la moral por haber
exhibido un disfraz en el parqueadero de la empresa dejando al descubierto
sus nalgas; (ii) no observó el procedimiento establecido para el despido de
personal y la proporcionalidad entre faltas y sanciones, consagrados en la
Convención Colectiva de Trabajo suscrita con el Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Industria Minera, Petroquímica, Agrocombustibles y
Energética, Seccional Santa Marta (SINTRAMINERGÉTICA) 1; (iii) no
solicitó autorización al Ministerio del Trabajo para realizar su despido a pesar
de que, en su entender, gozaba de estabilidad laboral reforzada por padecer
diferentes enfermedades; y (iv) no tuvo en cuenta que el salario devengado era
su único ingreso, así como el sustento de dos (2) de sus hijos menores de edad.
1. Hechos
1.2. Con ocasión de las fiestas que se realizaban en la ciudad de Santa Marta
el día domingo diez (10) de febrero de dos mil trece (2013), el tutelante
exhibió un disfraz delante de sus compañeros en el parqueadero de su trabajo
cuando se disponía a abordar el bus de la empresa de regreso hacia su casa6. El
disfraz constaba de una peluca de color rosa, unas gafas oscuras con un marco
blanco, un “top” de color negro con relleno en el pecho y una tanga tipo “hilo
1 Como respuesta al Auto de Pruebas que profirió la Corte Constitucional el veintiséis (26) de noviembre de
dos mil trece (2013,) Prodeco S.A. aportó copia de la Convención Colectiva de Trabajo adoptada mediante
laudo arbitral y suscrita entre la empresa y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Minera,
Petroquímica, Agrocombustibles y Energética “SINTRAMINERGÉTICA”, Seccional Santa Marta (folio 7-24
del cuarto cuaderno).
2 Como documento anexo al escrito de tutela, obra copia de la cédula de ciudadanía del señor Osvaldo
Manuel Laborde Álvarez. En este documento consta que el actor nació el diez (10) de julio de mil novecientos
cincuenta y cinco (1955) (folio 14 del primer cuaderno. De ahora en adelante, siempre que se haga alusión a
un folio, se entenderá que pertenece al primer cuaderno, salvo que expresamente se diga otra cosa).
3 Como documento anexo al escrito de tutela, obra copia del contrato individual de trabajo a término
indefinido. Este tiene con fecha de inicio el dos (2) de octubre de mil novecientos noventa y ocho (1998)
(folio 48 del primer cuaderno). Así mismo, obra copia del Certificado Laboral expedido por el señor Sebastián
Fernández Berrío, en su calidad de Jefe de Gestión Humana de Prodeco S.A., con fecha del siete (7) de
febrero de dos mil trece (2013) (folio 25).
4 Como documento anexo al escrito de tutela, obra copia de la carta de despido del veinticinco (25) de
febrero del dos mil trece (2013) (folio 23).
5 En respuesta al Auto de Pruebas que profirió la Corte Constitucional el veintiséis (26) de noviembre de dos
mil trece (2013), Prodeco S.A. allegó copia de la historia laboral del tutelante. En este archivo se encuentra la
constancia de afiliación al sindicato de referencia (folio 79 del cuarto cuaderno).
6 Como documento anexo al escrito de tutela, obra copia del acta de descargos del día veinte (20) de febrero
de dos mil trece (2013) (folio 15 a 18).
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dental” de color piel que dejaba al descubierto sus nalgas7. Dicho atuendo está
registrado en cuatro (4) fotografías. En la primera, se ve al señor Laborde
mirando y sonriendo hacia a la cámara utilizando la peluca, las gafas, el “top”
y una camisa abierta. En el fondo, se ven otros trabajadores conversando y
riendo. En la segunda, aparece de perfil en frente de dos (2) buses utilizando el
mismo atuendo con la camisa abierta y un pantalón a la altura de la cintura. En
la tercera, se ve al tutelante de espaldas subiendo a uno de los vehículos con la
peluca, el “top”, la tanga y los pantalones a la altura de las rodillas exhibiendo
sus nalgas. En la cuarta, aparece de perfil mirando hacia la cámara en la
entrada del bus en una fotografía de cuerpo entero utilizando la peluca, las
gafas, el “top”, la tanga y el pantalón hasta la altura de las rodillas mostrando
la parte de su cuerpo ya mencionada.
1.3. Mediante comunicación escrita, el día quince (15) de febrero de dos mil
trece (2013) la empresa llamó al accionante a rendir descargos en una
audiencia programada para el día siguiente por la presunta violación del
Reglamento Interno de Trabajo. No obstante, el peticionario no pudo asistir
por problemas de salud. Razón por la cual, la audiencia fue reprogramada para
el veinte (20) de febrero de dos mil trece (2013) mediante citación expedida el
día diecinueve (19) del mismo mes.
7 Como documento anexo al escrito de tutela, obra copia de cuatro (4) fotografías en donde se ve al señor
Osvaldo Manuel Laborde Álvarez disfrazado delante de sus compañeros de trabajo e ingresando al bus de la
Compañía (folio 19 a 22).
8 Como documento anexo al escrito de tutela, obra copia del acta de descargos del día veinte (20) de febrero
de dos mil trece (2013) (folio 15 a 18). A continuación, se trascribe parte de la audiencia:
“PREGUNTA: ¿Conoce el reglamento interno de la compañía?
RESPUESTA: Sí.
PREGUNTA: ¿Conoce los motivos por los cuales se le llama a rendir descargos?
RESPUESTA: Sí.
PREGUNTA: ¿Podría usted describir los eventos sucedidos el domingo diez (10) de febrero en la mañana en
momentos previos de tomar la ruta de recorrido hacia su casa?
RESPUESTA: Yo debajo de mi traje de salida, llevaba un disfraz y los compañeros en el momento de estar en
la buseta, me dijeron que mostrara el disfraz, el cual mostré sin motivo de ofender ni de dañar a nadie ni
perjudicarlos.
PREGUNTA: ¿Cree usted que es correcto enseñar los glúteos de manera voluntaria en las instalaciones de la
empresa a sus compañeros?
RESPUESTA: Bueno yo digo yo en ese momento había entregado mi turno y en una forma jocosa lo hice
debido a que era domingo de carnaval.
PREGUNTA: En este momento de la diligencia se le exponen las fotos preguntando, ¿qué explicación tiene
usted a estas fotos?
RESPUESTA: Pues, ese era el disfraz y con ese disfraz no quise ofender a nadie, me entiende.
PREGUNTA: ¿Reconoce usted que con su proceder está contraviniendo el reglamento interno de trabajo, los
procedimientos, políticas e instrucciones de la compañía?
RESPUESTA: No, porque en ningún momento lo hice de mala fe.
PREGUNTA: El artículo 67 de los literales c) y g), habla de lo siguiente: guardar rigurosamente la moral en
relaciones con sus superiores y compañeros y el g) habla observar buenas costumbres dentro del servicio y
fuera de él. ¿Reconoces que estás contraviniendo estos artículos?
RESPUESTA: No, porque lo hice de una forma jocosa y carnestolendas.
PREGUNTA: ¿Tiene algo más que agregar?
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1.5. Mediante comunicación del veinticinco (25) de febrero de dos mil trece
(2013), Prodeco S.A. le informó al señor Laborde que con su actuación
“quebrantó en forma grave el reglamento interno de trabajo vigente, no
siendo admisibles sus respuestas (…) puesto que dicho comportamiento de
ninguna manera es correcto, ni puede ser tolerado en instalaciones o buses al
servicio de la empresa”.9 Por lo anterior, se dio por terminada la relación de
trabajo en esa misma fecha de forma unilateral y arguyendo justa causa.
RESPUESTA: Ninguna de las personas, me dijo, las personas lo cogieron en forma de risa, no de que yo
estaba haciendo algo indebido”.
9 Como documento anexo al escrito de tutela, obra copia de la carta de terminación unilateral del contrato de
trabajo (folios 23 y 24).
10 Como documento anexo al escrito de tutela, obra copia del Reglamento Interno de Trabajo de Prodeco
S.A. (folios 51 a 61. Las obligaciones citadas se encuentran, específicamente, en los artículos 14, 15 y 67).
11 Las normas descritas se encuentra específicamente en el folio 10 del cuarto cuaderno. La escala de faltas a
la que se hace mención establece lo siguiente: “En caso de que la determinación sea la aplicación de una
sanción disciplinaria, LA EMPRESA (…) aplicará la siguiente escala de sanciones: 1. Primer falta, llamado
de atención. 2. Segunda falta, suspensión de 1 día. 3. Tercera falta, suspensión de 2 días. 4. Cuarta falta,
suspensión de 3 días. 5. Quinta falta, suspensión de 8 días. 6. Faltas superior a la quinta vez hasta por 30
días de suspensión”.
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12 Como documentos anexos al escrito de tutela, obra copia de los siguientes exámenes: 1. Examen médico
ocupacional de retiro practicado el primero (1) de marzo de dos mil trece (2013) en donde se le informó al
actor que padecía de diabetes mellitus no especificada sin mención de complicación, lesión de hombro no
especificada, lumbago no especificado y problemas relacionados con el uso de tabaco. Todas enfermedades
comunes sin correlación ocupacional (folio 26). 2. Examen médico del diez (10) de enero de dos mil seis
(2006) mediante el cual se diagnosticó sacroileitis bilateral con cuadro de lumbo-sacralgia de tres (3) años con
evolución progresiva a miembro inferior izquierdo asociado a parestesia del mismo, se ordenó no alzar
objetos pesados y se remitió a neurocirugía para puntualizar diagnóstico y conducta definitiva (folio 127). 3.
Diagnóstico proferido por su EPS después de su ingreso al servicio de urgencias el treinta (30) de diciembre
de dos mil cinco (2005) en donde se observó disminución del espacio intervertebral con pinzamiento posterior
a nivel de L5, S1, disminución de los espacios articulares sacroiliacos bilaterales con esclerosis adyacente y
osteofito marginales anteriores en L4, L5 (folio 28 y 128).
13 Como documento anexo al escrito de tutela, obra copia de la historia clínica del señor Laborde Álvarez.
Específicamente, se encuentra constancia de la consulta médica practicada el día nueve (9) de marzo de dos
mil trece (2013) por el doctor Héctor de la Torre Hasbun, médico especialista en medicina interna, en la que
fue diagnosticado con trastorno de disco lumbar y otros, con radiculopatía y hernia L5, S1 sintomática
limitante por dolor y paresia de pierna izquierda. De acuerdo a este diagnóstico, se le expidió una incapacidad
laboral por siete (7) días (folio 39).
14 El Doctor Vladimir De la Cruz Restrepo.
15 Como documento anexo al escrito de tutela, obra copia de la historia clínica del señor Laborde Álvarez.
Específicamente, se encuentra copia de la consulta médica practicada el once (11) de marzo de dos mil trece
(2013) por un neurocirujano que le diagnosticó trastorno de disco lumbar y otros con radiculopatia y dolor
crónico intratable (folio 36).
16 El Doctor Jesús Alberto Diazgranados.
17 Como documento anexo al escrito de tutela, obra copia de la historia clínica del señor Laborde.
Específicamente, se encuentra copia de las consultas médicas practicadas entre los días doce (12) y dieciséis
(16) de marzo de dos mil trece (2013) durante su hospitalización en la clínica Santa Marta (folio 29 a 33).
18 Como documento anexo al escrito de tutela, obra copia de los registros de nacimiento de los dos (2) hijos
del señor Laborde, nacidos el veintidós (22) de agosto de dos mil dos (2002) y el primero (1) de octubre de
dos mil nueve (2009), respectivamente (folio 49 y 50).
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2.1. Mediante memorial del quince (15) de abril de dos mil trece (2013),
Prodeco solicitó declarar la improcedencia de la acción objeto de estudio por
considerar que al actor se le había respetado el derecho al debido proceso. A
este respecto, la empresa señaló lo siguiente:
3.1. Mediante sentencia del trece (13) de abril de dos mil trece (2013), el
Juzgado Segundo Laboral del Circuito de Santa Marta, Magdalena, negó el
amparo de los derechos alegados. El Despacho declaró la existencia de un
procedimiento disciplinario garantista del derecho a la defensa y respetuoso
19 Obra en el expediente el memorial original de contestación (folio 73 a 81).
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3.2. Así mismo, el Juzgado señaló que (i) no hubo nexo causal entre el estado
de salud del actor y su despido al ser el primero posterior al segundo; (ii) el
juez de tutela no es competente para calificar si el tutelante actuó de forma
inmoral ya que esto es asunto de la jurisdicción laboral; y (iii) no hubo prueba
de un perjuicio irremediable que ameritara descartar los otros medios de
defensa.
4. Impugnación
Mediante sentencia del diez (10) de mayo de dos mil trece (2013), la Sala
Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Santa Marta, Magdalena,
confirmó la sentencia de primera instancia. La Corporación consideró que (i)
la acción de tutela era improcedente pues no había perjuicio irremediable; (ii)
no se violó el derecho al debido proceso porque se dió cumplimiento a lo
establecido en el Reglamento Interno de Trabajo y la Convención Colectiva;
(iii) no se puso en riesgo el mínimo vital del actor en cuanto este no acreditó la
imposibilidad inmediata de mantener a sus hijos menores; y (iv) existían, para
ese entonces, otros medios de defensa judiciales disponibles.
6.1. Mediante Auto del veintiséis (26) de noviembre de dos mil trece (2013) 20,
la Corte Constitucional le solicitó a Prodeco aportar copia de (i) la historia
laboral del señor Laborde; (ii) la Convención Colectiva de Trabajo suscrita
con SINTRAMINERGETICA; (iii) la certificación de afiliación del tutelante
a dicho sindicato; iv) el régimen disciplinario aplicable a los trabajadores de
la empresa; e (v) información sobre si se conocía la situación de salud del
actor al momento de su despido. Asimismo, la Corte le pidió al actor aportar
copia de su historia clínica antes de la fecha de terminación de su contrato de
20 Véase el Auto de Pruebas que profirió la Corte Constitucional el veintiséis (26) de noviembre de dos mil
trece (2013) (folios 8 a 10 del tercer cuaderno).
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II. CONSIDERACIONES
1. Competencia
21 En respuesta al Auto de Pruebas que profirió la Corte Constitucional el veintiséis (26) de noviembre de
dos mil trece (2013), Prodeco S.A. aportó copia de la historia laboral del señor laborde. Como introducción a
dicho archivo, se señalan las fechas en los que el actor estuvo incapacitado (folio 3 del cuarto cuaderno).
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2.2. Teniendo en cuenta los presupuestos fácticos del caso, la Sala Primera de
Revisión de la Corte Constitucional entrará a resolver la tensión existente
entre el derecho al debido proceso y el poder disciplinario del empleador,
dando respuesta al siguiente problema jurídico:
3.2. De acuerdo con el inciso final del artículo 86 superior y artículo 42 del
Decreto 2591 de 1991, la acción de tutela puede ser interpuesta contra las
acciones u omisiones de los particulares en la medida en que el respeto a los
derechos fundamentales no sólo le es exigible al Estado, sino, también, a todos
los ciudadanos.23 Particularmente, el numeral 9º del artículo 42 del Decreto
2591 de 1991 señala que procede la acción de tutela contra un particular
cuando el solicitante se encuentra en una situación de subordinación respecto
a este. Según la jurisprudencia de esta Corte, en materia laboral, tal
subordinación alude a la relación de dependencia jurídica que existe entre
el trabajador y el empleador y, que se manifiesta en la sujeción del primero
a las órdenes y a la dirección del segundo en el desarrollo de su actividad 24.
25 Sentencias T-516 de 2011 (M.P. Nilson Pinilla Pinilla) y T-271 de 2012 (M.P. Nilson Pinilla Pinilla).
26 Ver sentencia T-417 de 2010 (M.P. María Victoria Calle Correa).
27Sentencias T-576 de 1998 (M.P. Alejandro Martínez Caballero), T-198 de 2006 (M.P. Marco Gerardo
Monroy Cabra), T-700 de 2006 (M.P. Manuel José Cepeda Espinosa), T-953 de 2008 (M.P. Rodrigo Escobar
Gil), T-417 de 2010 (M.P. María Victoria Calle Correa) y T-633 de 2011 (M.P. Jorge Iván Palacio Palacio).
28 Sentencias T-229 de 2006 (M.P. Jaime Córdoba Triviño) y T-225 de 2012 (M.P. Humberto Sierra Porto).
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4.5.1. Por inminencia35, se ha entendido algo que amenaza o que está por
suceder prontamente. Esto es, un daño cierto y predecible cuya ocurrencia se
pronostica objetivamente en el corto plazo a partir de evidencia fáctica y que,
por esta razón, justifica la toma de medidas prudentes y oportunas para evitar
su realización. No es, por el contrario, una simple expectativa o hipótesis.
37 Sentencias T- 225 de 1993 (M.P. Vladimiro Naranjo Mesa), T-789 de 2003 (M. P. Manuel José Cepeda
Espinosa) y T-206 de 2013 (M.P. Jorge Iván Palacio Palacio).
38 Sentencia T- 225 de 1993 (M.P. Vladimiro Naranjo Mesa).
39 Sentencias T-761 de 2010 (M.P. María Victoria Calle Correa), T-424 de 2011 (M.P. Juan Carlos Henao
Pérez) y T-225 de 2012 (M.P. Humberto Sierra Porto).
40 Sentencia T-1316 de 2001 (M.P. Rodrigo Uprimny Yepes).
41 Sentencias T-719 de 2003 (M.P. Manuel José Cepeda Espinosa), T-456 de 2004 (M.P. Jaime Araujo
Rentería), T-015 de 2006 (M.P. Manuel José Cepeda Espinosa), T-515A de 2006 (M.P. Rodrigo Escobar Gil),
T-700 de 2006 (M.P. Manuel José Cepeda Espinosa), T-1088 de 2007 (M.P. Rodrigo Escobar Gil), T-953 de
2008 (M.P. Rodrigo Escobar Gil), T-1042 de 2010 (M.P. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo), T-167 de 2011
(M.P. Juan Carlos Henao Pérez), T-352 de 2011 (M.P. Luis Ernesto Vargas Silva), T-225 de 2012 (M.P.
Humberto Sierra Porto), T-206 de 2013 (M.P. Jorge Iván Palacio Palacio) y T-269 de 2013 (M.P. María
Victoria Calle Correa).
42 Sentencias T-1316 de 2001 (M.P. Rodrigo Uprimny Yepes), T-719 de 2003 (M.P. Manuel José Cepeda
Espinosa), T-456 de 2004 (M.P. Jaime Araujo Rentería), T-015 de 2006 (M.P. Manuel José Cepeda Espinosa),
T-515A de 2006 (M.P. Rodrigo Escobar Gil), T-700 de 2006 (M.P. Manuel José Cepeda Espinosa), T-972 de
2006 (M.P. Rodrigo Escobar Gil), T-1088 de 2007 (M.P. Rodrigo Escobar Gil), T-953 de 2008 (M.P. Rodrigo
Escobar Gil), T-167 de 2011 (M.P. Juan Carlos Henao Pérez), T-352 de 2011 (M.P. Luis Ernesto Vargas Silva),
T-202 de 2012 (M.P. Jorge Iván Palacio Palacio) y T-206 de 2013 (M.P. Jorge Iván Palacio Palacio).
43 Sentencia T-1316 de 2001 (M.P. Rodrigo Uprimny Yepes) y T-529 de 2007 (M.P. Álvaro Tafur Galvis).
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48 Como documento anexo al escrito de tutela, obra copia de los registros de nacimiento de los dos (2) hijos
del señor Laborde, nacidos el veintidós (22) de agosto de dos mil dos (2002) y el primero (1) de octubre de
dos mil nueve (2009), respectivamente (folio 49 y 50).
49 Como documentos anexos al escrito de tutela, obra copia del examen médico ocupacional de retiro
practicado el primero (1) de marzo de dos mil trece (2013) por el Doctor Leonardo Guzmán Hincapié, en
donde se le informó al actor que padecía de diabetes mellitus no especificada sin mención de complicación,
entre otras enfermedades comunes sin correlación ocupacional (folio 26).
50 Como documento anexo al escrito de tutela, obra copia de la cédula de ciudadanía del señor Osvaldo
Manuel Laborde Álvarez. En este documento consta que el actor nació el diez (10) de julio de mil novecientos
cincuenta y cinco (1955) (folio 14).
51 Según el Ministerio del Trabajo, para dos mil once (2011) habían dos millones novecientos sesenta y tres
mil setecientos noventa y ocho (2.963.798) hombres mayores de cincuenta y cinco (55) años en edad de
trabajar. De estos, un millón setecientos ochenta y cinco mil cuatrocientos treinta y cinco (1.785.435) estaban
ocupados como asalariados o trabajadores independientes. Su tasa de ocupación (número de ocupados sobre
población en edad de trabajar) era del 60.2% y su tasa de desempleo era del 6.2%. Cifra notablemente menor
a la tasa de desempleo a nivel nacional sin distinción de sexo o edad: 10.8%. Ver “Indicadores del Mercado
Laboral” en http://www.mintrabajo.gov.co/empleo/indicadores-del-mercado-laboral.html
52 Juan Carlos Guataquí, Andrés Felipe García y Mauricio Rodríguez. 2009. Estimaciones de los
determinantes de los ingresos laborales en Colombia con consideraciones diferenciales para asalariados y
cuenta propia. Universidad del Rosario, Facultad de Economía.
http://www.urosario.edu.co/urosario_files/92/924d7a77-2ee8-49d0-80b7-f910b406801e.pdf (2 de marzo de
2014).
53 Jaime Tenjo Galarza, Martha Misas Arango, Alfredo Contreras Eitner, Alejandro Gaviria Jaramillo. 2012.
Duración del Desempleo en Colombia. Universidad Jorge Tadeo Lozano.
http://virtual.utadeo.edu.co/programas/pregrados/economia/working_paper/duracion_
%20del_desempleo_en_colombia_julio_2012.pdf (1 de marzo de 2014); Juan Carlos Guataquí, Nohora
Forero y Andrés Felipe García. 2009 ¿A quiénes afecta el desempleo? Análisis de la tasa de incidencia en
Colombia. Lecturas de Economía No. 70.
http://aprendeenlinea.udea.edu.co/revistas/index.php/lecturasdeeconomia/article/view/2257/1818 (1 de marzo
de 2014).
54 Hugo López Castaño. 2010. El Mercado Laboral Colombiano: Tendencias de largo plazo y sugerencias de
política. Banco de la República, Borradores de Economía.
http://www.banrep.gov.co/sites/default/files/publicaciones/pdfs/borra606.pdf (2 de marzo de 2014).
17
55 Es necesario aclarar que la procedibilidad de la tutela interpuesta por el señor Laborde responde a la
especial situación laboral y familiar que atraviesa, y no, como pretendía el actor, a una supuesta discapacidad
que lo revista con la calidad de sujeto de especial protección constitucional y que lo haga acreedor de una
estabilidad laboral reforzada. No siendo obvia la pérdida de capacidad laboral, no habiendo una calificación
de invalidez que certifique tal pérdida, no estando ante un padecimiento que por sí mismo genere
discriminación y no habiendo un nexo causal entre el deterioro del estado de salud del actor y su despido, el
accionante no hace parte de dicho grupo poblacional. Razón por la cual, el trato preferencial que se le
reconoce responde a una especialísima condición de debilidad manifiesta producida por su despido y las
reducidas expectativas laborales que amenazan la salud, el mínimo vital del actor y el de sus dos (2) hijos
menores
56 Constitución Política de 1991, artículo 29.
57 Sentencias C-818 de 2005 (M.P. Rodrigo Escobar Gil; AV. Jaime Araujo Rentería) y C-030 de 2012 (M.P.
Luis Ernesto Vargas Silva; AV. María Victoria Calle Correa). En la Sentencia C-818 de 2005, la Corte se
ocupó de una demanda de inconstitucionalidad en contra del numeral 31 del artículo 48 de la Ley 734 de
2002, por medio de la cual se expidió el Código Disciplinario Único. La norma demandada clasificaba como
falta gravísima “participar en la etapa precontractual o en la actividad contractual, en detrimento del
patrimonio público, o con desconocimiento de los principios que regulan la contratación estatal y la función
administrativa contemplados en la Constitución y en la ley”. Para responder a dicha demanda, la Corte inició
con un resumen detallado de las principales características del Derecho disciplinario que, por su especificidad,
resultó útil para formular las consideraciones generales de la presente providencia. Por el otro lado, en la
Sentencia C-030 de 2012, esta Corporación resolvió una demanda de inconstitucionalidad instaurada contra el
numeral 2º y 6º del artículo 34 y el numeral 45 del artículo 48 de la misma Ley. En dichas normas se
consagraban algunos de los deberes y faltas disciplinarias aplicables a los servidores públicos. Nuevamente,
para realizar el análisis de fondo, la Corte se vió en la obligación de resumir y explicar algunas de las
principales características del Derecho disciplinario. Estos apartes fueron, igualmente, útiles para la
formulación de esta Sentencia.
18
58 Sentencias C-818 de 2005 (M.P. Rodrigo Escobar Gil; AV. Jaime Araujo Rentería) y C-030 de 2012 (M.P.
Luis Ernesto Vargas Silva; AV. María Victoria Calle Correa).
59 Sentencias C-818 de 2005 (M.P. Rodrigo Escobar Gil; AV. Jaime Araujo Rentería) y C-030 de 2012 (M.P.
Luis Ernesto Vargas Silva; AV. María Victoria Calle Correa).
60 Sentencias C-530 de 2003 (M.P. Eduardo Montealegre Lynett), C-818 de 2005 (M.P. Rodrigo Escobar
Gil; AV. Jaime Araujo Rentería) y C-030 de 2012 (M.P. Luis Ernesto Vargas Silva; AV. María Victoria Calle
Correa).
61 Sentencias C-404 de 2001 (M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra; SV. Jaime Araujo Rentería), T-1093 de
2004 (M.P. Manuel José Cepeda Espinosa), C-818 de 2005 (M.P. Rodrigo Escobar Gil; AV. Jaime Araujo
Rentería) y C-030 de 2012 (M.P. Luis Ernesto Vargas Silva; AV. María Victoria Calle Correa).
62 Sentencias C-818 de 2005 (M.P. Rodrigo Escobar Gil; AV. Jaime Araujo Rentería) y C-030 de 2012 (M.P.
Luis Ernesto Vargas Silva; AV. María Victoria Calle Correa).
63 Sentencias C-818 de 2005 (M.P. Rodrigo Escobar Gil; AV. Jaime Araujo Rentería) y C-030 de 2012 (M.P.
Luis Ernesto Vargas Silva; AV. María Victoria Calle Correa).
19
64 Sentencias C-404 de 2001 (M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra), C-948 de 2002 (M.P. Álvaro Tafur
Galvis), C-762 de 2009 (M.P. Juan Carlos Henao Pérez) y C-030 de 2012 (M.P. Luis Ernesto Vargas Silva;
AV. María Victoria Calle Correa).
65 Sentencias C-371 de 2002 (M.P. Rodrigo Escobar Gil), C-818 de 2005 (M.P. Rodrigo Escobar Gil; AV.
Jaime Araujo Rentería) y C-030 de 2012 (M.P. Luis Ernesto Vargas Silva; AV. María Victoria Calle Correa).
66 Sentencias C-371 de 2002 (M.P. Rodrigo Escobar Gil), C-818 de 2005 (M.P. Rodrigo Escobar Gil), C-762
de 2009 (M.P. Juan Carlos Henao Pérez) y C-030 de 2012 (M.P. Luis Ernesto Vargas Silva; AV. María Victoria
Calle Correa).
67 Sentencias C-530 de 2003 (M.P. Eduardo Montealegre Lynett), C-406 de 2004 (M.P. Clara Inés Vargas
Hernández), C- 762 de 2009 (M.P. Juan Carlos Henao Pérez) y C-030 de 2012 (M.P. Luis Ernesto Vargas
Silva; AV. María Victoria Calle Correa).
68 Sentencias C-530 de 2003 (M.P. Eduardo Montealegre Lynett), C-406 de 2004 (M.P. Clara Inés Vargas
Hernández) y C-030 de 2012 (M.P. Luis Ernesto Vargas Silva; AV. María Victoria Calle Correa).
20
69 M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra; SV. Jaime Araujo Rentería; SV. Rodrigo Escobar Gil; SV. Alfredo
Beltrán Sierra; SV. Clara Inés Vargas Hernández
70 Concretamente, en la sentencia C-431 de 2004, la Corte se pronunció de la siguiente manera: “Así pues
tratándose de la definición jurídica de comportamientos sancionables, como es el caso de las faltas
disciplinarias, la inclusión de referentes morales objetivos debe revestirse de absoluta precisión. A diferencia
de lo que sucede en otros casos en que el legislador utiliza referencias o criterios morales para determinar
situaciones jurídicas, conceder derechos o limitarlos, eventos en los cuales estas referencias legislativas
admiten cierto grado de indeterminación, cuando se trata de la actividad punitiva o sancionatoria del
Estado la utilización de estas referencias debe hacerse de manera concreta y precisa, indicando cuáles son
los comportamientos concretos que el legislador estima jurídicamente sancionables por ser considerados
socialmente inmorales, so pena del desconocimiento de las garantías del debido proceso, especialmente de la
de legalidad de las faltas y sanciones. En el caso presente, la descripción de la conducta sancionable como
falta disciplinaria carece siquiera de una mínima precisión, pues el tener costumbres viciadas o hábitos
moralmente reprochables abarca una serie amplia de comportamientos, que pueden asumirse en diversos
grados de reprobabilidad moral. Es decir, no sólo es indeterminado el número y clase de “vicios” o
comportamientos moralmente reprobables, sino que además estos comportamientos viciados admiten
diversos niveles de degradación moral, de manera tal que queda al juicio de quien impone la sanción
establecer cuáles son esos vicios y hasta dónde la frecuencia de ellos hace que la conducta de la persona
pueda calificarse de “depravada”. (…) En cuanto a la acusación que se formula en contra del numeral
primero del artículo 59, según el cual es falta grave “ejecutar actos contra la moral o las buenas costumbres
dentro de cualquier establecimiento militar”, expresión sobre la cual recae el cargo general de resultar
contraria al orden justo y a la dignidad humana, por regular actividades personalísimas e íntimas de los
militares, además de ser indeterminada y por lo tanto vulneratoria del principio de legalidad, la Corte
considera que sucede lo mismo que acontece con la disposición contenida en el numeral 10° del artículo 58
de la Ley 836 de 2003, que se acaba de examinar. Es decir, la Corporación estima que si bien el legislador
puede elevar a la categoría de falta disciplinaria aquellos actos que repudian a la moral social entendida
como “la que prevalece en cada pueblo en su propia circunstancia”, y proscribir estos comportamientos en
el ámbito de las instalaciones militares, al hacerlo debe establecer clara y precisamente cuáles son aquellos
actos “inmorales” que eleva a la categoría de falta disciplinaria”.
21
5.13. A este respecto, esta Corporación precisó que “no puede el juez
constitucional olvidar que muchas veces las razones de tipo moral, aunque
están de acuerdo con la opinión preeminente en algún momento, pueden
podría establecer con precisión en que casos puede usarse y en que casos no. Es decir, incluso si se acordara
que por moral se entenderá ‘moral social’ y se especificara cómo se va a entender dicho concepto, ante los
casos concretos las dudas de cuándo algo es moral y cuándo no persistirían. En efecto, si bien en muchos
casos habría acuerdo sobre cuáles conductas son morales y cuáles no, seguiría existiendo una enorme zona
de penumbra. El grado de indeterminación de los conceptos acusados, en un contexto sancionatorio, ofrece
un amplio margen de discrecionalidad a la autoridad encargada de establecer si un servidor incurrió o no en
tal prohibición, de suerte que las personas no cuentan con un criterio que les permita prever con certeza si
una determinada actuación atenta o no contra tales conceptos. La penumbra que deben enfrentar los
ciudadanos en estos casos es constitucionalmente inadmisible. Representa un desconocimiento claro del
principio de legalidad y tipicidad en materia sancionatoria, suscitando una inseguridad jurídica tal, que los
ciudadanos carecen de referentes para saber cuál es la conducta que de ellos se demanda, o cuál la que se
les permite. La indeterminación de estos conceptos, y la incertidumbre que pueden generar, han sido
resaltadas por la doctrina, incluso en otras áreas del derecho diversas al derecho penal o sancionatorio.
Además, la prohibición de actos contra la moral y las buenas costumbres también implica tipificar como
faltas del servidor público, conductas que carecen de una relación con las exigencias propias de su
desempeño. Se terminaría entonces, comprometiendo ámbitos individuales en los que las personas
desarrollan libremente su personalidad. El concepto de moral, en especial el de ‘moral pública’ o ‘moralidad
pública’, son importantes y relevantes constitucionalmente. Tal como lo señala la Constitución, y fue
resaltado en la presente sentencia, las acciones populares protegen, entre otros valores jurídicos, la
‘moralidad pública’ (art. 88, CP) y la ‘moralidad’, en sí misma considerada, constituye uno de los
principios que fundamenta la función administrativa (art. 209, CP). Por tanto, no puede entenderse la
presente decisión que se adopta en esta sentencia, en modo alguno, como un desconocimiento del alto valor
que tiene la moralidad pública en un estado social de derecho. Lo que se defiende, es que la protección de
este valor constitucional no se haga mediante normas con un grado de indeterminación tal que generen
inseguridad jurídica y pongan en riesgo los derechos fundamentales de las personas.”
75 Sentencia C-224 de 1994 (M.P. Jorge Arango Mejía) y C-814 de 2001 (M.P. Marco Gerardo Monroy
Cabra; Sv. Manuel José Cepeda Espinosa, Jaime Córdoba Triviño y Eduardo Montealegre Lynett; Av. y Sv.
Jaime Araujo Rentería).
76 Sentencia T-620 de 1995 (M.P. Vladimiro Naranjo Mesa).
77 Sentencia T-366 de 1997 (M.P. José Gregorio Hernández Galindo).
78 Sentencia C-814 de 2001 (M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra; Sv. Manuel José Cepeda Espinosa, Jaime
Córdoba Triviño y Eduardo Montealegre Lynett; Av. y Sv. Jaime Araujo Rentería).
23
5.15. Por esta razón, a pesar de que la “moral social” es un concepto jurídico
indeterminado con un mayor grado de concreción y desarrollo que la “moral”
a secas o las “buenas costumbres”, es igualmente inadmisible en un régimen
79 Sentencia T-301 de 2004 (M.P. Eduardo Montealegre Lynett).
80 Sentencia C-814 de 2001 (M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra; Sv. Manuel José Cepeda Espinosa, Jaime
Córdoba Triviño y Eduardo Montealegre Lynett; Av. y Sv. Jaime Araujo Rentería).
81 C-404 de 1998 (M.P. Carlos Gaviria Díaz y Eduardo Cifuentes Muñoz; AV. Antonio Barrera Carbonell,
Alfredo Beltrán Sierra, Alejandro Martínez Caballero y Carlos Gaviria Díaz; AV. Antonio Barrera Carbonell,
Alejandro Martínez Caballero y Carlos Gaviria Díaz).
82 C-404 de 1998 (M.P. Carlos Gaviria Díaz y Eduardo Cifuentes Muñoz; AV. Antonio Barrera Carbonell,
Alfredo Beltrán Sierra, Alejandro Martínez Caballero y Carlos Gaviria Díaz; AV. Antonio Barrera Carbonell,
Alejandro Martínez Caballero y Carlos Gaviria Díaz).
83 M.P. Carlos Gaviria Díaz y Eduardo Cifuentes Muñoz; AV. Antonio Barrera Carbonell, Alfredo Beltrán
Sierra, Alejandro Martínez Caballero y Carlos Gaviria Díaz; AV. Antonio Barrera Carbonell, Alejandro
Martínez Caballero y Carlos Gaviria Díaz.
24
5.16. Ahora bien, en sede de tutela, esta Corporación ha resulto dos (2) casos
en donde se han utilizado, equívocamente, conceptos jurídicos indeterminados
en Reglamentos Internos de Trabajo. En el primero, cuestionó la admisibilidad
de dichos conceptos. En el segundo, reparó sobre la ligereza del empleador
cuando este aplicó un reglamento sin observar el objetivo ulterior de este
instrumento, el impacto de la conducta que pretendía sancionar y el contexto
en el cual se cometió.
(…)
6.1. De acuerdo con las similitudes que existen entre el derecho penal y el
derecho disciplinario, a este último le resultan aplicables los principios de
culpabilidad, graduación y proporcionalidad. Independientemente de la
naturaleza pública o privada de la autoridad encargada de ejercer la potestad
sancionadora, ésta debe observar (i) el tipo de falta cometida, particularmente,
si es leve, grave o gravísima; (ii) si el sujeto que está siendo disciplinado actuó
con dolo o con culpa; (iii) si con su comportamiento tenía la intención de
incumplir los deberes a él exigibles o si, por el contrario, no era éste su
propósito, y (iv) la correspondencia entre la gravedad del hecho cometido y la
severidad del castigo impuesto.
debe imprimir a sus actuaciones. Razón por la cual, declaró la nulidad de los
fallos disciplinarios y ordenó el reintegro del actor.
93 La frase original citada por el Consejo de Estado es “la pena proporcional a la culpabilidad, es la única
pena útil” y fue extraída de DE PALA DEL TESTO, Ángeles, “El Principio de Culpabilidad en el Derecho
Administrativo Sancionador”. Editorial Tecno. Madrid (España), 1996. Pág. 44 y 45.
94 MP. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo.
29
(…)
(…)
También resulta problemática para la Sala la ausencia en el
reglamento de una instancia que permita avanzar en un adecuado
entendimiento de los aspectos que puedan resultar ambiguos o
indeterminados en sus disposiciones. Así por ejemplo, la
prohibición de perder tiempo o de hacer llamadas telefónicas no
autorizadas, según el contexto de la función y el nivel del empleado
pueden dar lugar a muy distintas interpretaciones.
Para ello resultaría útil la pedagogía de la amonestación, que no
está prevista en el reglamento de la empresa para este tipo de
conductas, puesto que la potestad disciplinaria, aunque
prerrogativa del empleador, implica también un espacio de dialogo
que permita, frente a cláusulas abiertas e indeterminadas, decantar
unos contenidos en torno a los cuales, tanto empleador como
empleados, coincidan en que traspasan el límite entre lo que está
permitido o resulta admisible y aquello que se considera falta
disciplinaria”.95
7. Resolución del caso concreto
7.3. Según el literal f) del numeral 1º del artículo 14 del Reglamento Interno
de Trabajo, la empresa podrá dar por terminado unilateralmente el contrato de
trabajo, sin previo aviso, cuando el trabajador realice cualquier “acto inmoral
o delictuoso (…) en el establecimiento o lugar de trabajo o fuera de éste en el
desempeño de sus laborales”97. Esta disposición se encuentra reiterada en el
literal g) del artículo 15 del mismo instrumento, donde se considerada falta
grave y justa causa de despido: […] “si el trabajador ejecutare algún acto
inmoral o cualesquiera otro hecho que demuestre falta de probidad u
honradez […]”98. Por último, según el literal c) del artículo 67 del reglamento,
es una obligación del trabajador “guardar rigurosamente la moral en las
relaciones con sus superiores y compañeros”.99
ser citado inmediatamente durante esta franja de tiempo, sino sólo hasta el
sexto y último día; (ii) aplicó una sanción desproporcionada desconociendo
que nunca había incurrido en una falta disciplinaria durante sus quince (15)
años de servicio a la compañía; (iii) desconoció, seguidamente, la escala de
sanciones prevista en la Convención Colectiva de Trabajo y, según la cual, la
primer falta disciplinaria debía ser castigada con un llamado de atención102, y
(iv) pasó por alto su deteriorado estado de salud en conjunto con la estabilidad
reforzada que lo amparaba por su situación, despidiéndolo sin obtener ni
tramitar autorización previa ante el Ministerio del Trabajo.
Departamento respectivo, o quien esté desempeñando sus funciones, dentro de los tres días hábiles siguientes
a la notificación de la sanción. En todo caso la decisión no quedará en firme hasta que no quede resuelta la
apelación. No producirá efecto alguno la sanción disciplinaria que el empleador imponga pretermitiendo
este trámite. En consecuencia al trabajador le quedan expeditas las acciones legales pertinentes para hacer
valer sus derechos laborales (…) Parágrafo primero: En caso de despidos con justa causa LA EMPRESA
escuchará en descargos al trabajador dentro de los seis (6) días hábiles siguientes de conocida la falta. El
trabajador estará asistido por dos representantes del SINDICATO, quienes podrán expresar sus argumentos
en defensa del trabajador. Escuchados tales descargos, LA EMPRESA le comunicará al empleado su decisión
dentro de los tres (3) días hábiles siguientes. Contra esta decisión no procede recurso alguno ante la
EMPRESA, pero al trabajador le quedan expeditas las acciones que la ley establece. Queda entendido que
este procedimiento es aplicable solamente para aquellos trabajadores que cometan faltas contra la disciplina
de LA EMPRESA, caso en el cual LA EMPRESA se compromete a seguirlo cuando vaya a terminar el
contrato de trabajo por este hecho. ” (folio 10 del cuarto cuaderno).
102 En respuesta al Auto de Pruebas que profirió la Corte Constitucional el veintiséis (26) de noviembre de
dos mil trece (2013), Prodeco S.A. aportó copia de la Convención Colectiva de Trabajo fijada a través de
laudo arbitral (folios 7 a 24 del cuarto cuaderno. La norma transcrita se encuentra específicamente en el folio
10). Específicamente, esta norma establece: “En caso de que la determinación sea la aplicación de una
sanción disciplinaria, LA EMPRESA (…) aplicará la siguiente escala de sanciones: 1. Primer falta, llamado
de atención. 2. Segunda falta, suspensión de 1 día. 3. Tercera falta, suspensión de 2 días. 4. Cuarta falta,
suspensión de 3 días. 5. Quinta falta, suspensión de 8 días. 6. Faltas superior a la quinta vez hasta por 30
días de suspensión”.
103 Ver sentencia C-350 de 2009 (M.P. María Victoria Calle Correa. SV. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo,
Jorge Ignacio Pretelt y Nilson Pinilla Pinilla). En esa ocasión, se presentó acción de inconstitucionalidad
contra el numeral 9° del artículo 35 del Código Disciplinario Único –Ley 734 de 2002–, por considerar que
establecía una sanción con base en dos conceptos muy amplios, el de ‘moral’ y el de ‘buenas costumbres’, lo
cual a su juicio conllevaba una violación constitucional de los principios de tipicidad y claridad al cual deben
acogerse las normas sancionatorias. La Corte le dio la razón al demandante, tras sostener que la norma
acusada contemplaba una prohibición disciplinaria con expresiones cuyo grado de indeterminación no es
aceptable constitucionalmente.
33
7.7. El Código Sustantivo del Trabajo, igualmente, incluye normas que, sin
ofrecer un mayor desarrollo del término, sancionan con despido la comisión
de actos inmorales104. En este mismo sentido, se inscribe la jurisprudencia de
la Sala de Casación Laboral de la Corte Suprema de Justicia, según la cual, el
artículo 62 y 63 del actual Código Sustantivo del Trabajo 105, “consagra el
acto inmoral como justa causa de despido en forma independiente de la
violación grave de las obligaciones o prohibiciones especiales que incumben
al trabajador y que se encuentran descritas en los reglamentos, contratos,
convenciones y otros documentos de estirpe rigurosamente laboral, lo cual
permite concluir que algunos actos, pese a no estar expresamente prohibidos,
pueden constituir justa causa de despido si configuran un acto inmoral
(…)”106.
7.8. Esta lectura de la legislación laboral debe ser armonizada con la
Constitución de 1991 y los principios que rigen el derecho fundamental al
debido proceso por ser de rango superior y posterior.107
7.9. En sede de tutela, la Corte ha hecho afirmaciones relacionadas
estrictamente con el numeral 5º de los artículos 62 y 63 del Código de Trabajo.
Sobre este aspecto, es necesario recordar la ya citada Sentencia T-768 de
2008108 en donde la Corporación, al conocer del despido de un trabajador que
besó apasionadamente a una compañera de trabajo, señaló que “la
expresión acto inmoral o conducta inmoral es muy amplia y vaga
adoleciendo de indeterminación y vulnerando de tal manera el principio de
tipicidad” y ordenó la modificación del Reglamento Interno de Trabajo de la
empresa demandada.
104 El Código Sustantivo del Trabajo sanciona con despido la comisión de actos inmorales en tres
oportunidades: 1. Cuando la considera justa causa para la terminación del contrato de trabajo. 2. Cuando
establece que, siendo una obligación especial del trabajador guardar la moral en sus relaciones laborales,
cualquier violación grave a dichos deberes constituye justa causa de despido. 3. Cuando le otorgar la facultad
al empleador de adoptar otras justas causas mediante pactos o convenciones colectivas, fallos arbitrales,
contratos de trabajo o reglamentos. Así, el numeral 5º del literal a) de los artículos 62 y 63 del Código
Sustantivo del Trabajo señala como justa causa para la terminación unilateral del contrato “todo acto inmoral
o delictuoso que el trabajador cometa en el taller, establecimiento o lugar de trabajo, o en el desempeño de
sus labores”. Por otro lado, el numeral 4º del artículo 58 del Código describe como un deber del trabajador
“guardar rigurosamente la moral en las relaciones con sus superiores y compañeros”. Seguidamente, el
numeral 6º del literal a) del artículo 62 y 63 establece como justa causa de despido “cualquier violación
grave de las obligaciones o prohibiciones especiales que (le) incumben”. Finalmente, en el numeral anterior,
se considera justa causa de despido “(…) cualquier falta grave calificada como tal en pactos o convenciones
colectivas, fallos arbitrales, contratos individuales o reglamentos” (paréntesis fuera del texto).
105 Antes numeral 5º del artículo 7º del Decreto 2351 de 1965.
106 Sentencia del dieciocho (18) de junio de mil novecientos noventa y siete (1997) de la Sala de Casación
Laboral de la Corte Suprema de Justicia (rad. 9017), citada a su vez, en la Sentencia del quince (15) de
septiembre de dos mil cuatro (2004) de la Sala de Casación Laboral de la misma corporación.
107 Según el artículo 4º de la Carta Política, “la Constitución es norma de normas. En todo caso de
incompatibilidad entre la Constitución y la ley u otra norma jurídica, se aplicarán las disposiciones
constitucionales”.
108 M.P. Clara Inés Vargas Hernández.
34
7.12. De los anteriores hechos se infiere que el autor no actuó con dolo. Por el
contrario, si bien fue imprudente al hacer una broma por fuera del horario
laboral en vísperas de una festividad local, se le impuso como respuesta la
máxima sanción disponible como reproche a un comportamiento que objetiva
y subjetivamente no ostentaba la tal gravedad. Con este proceder se
desconoció, por ende, el principio de culpabilidad que hace parte del derecho
disciplinario y que implica que la causa del reproche y el castigo sean
proporcionales. Según la jurisprudencia de la Corte Constitucional y del
Consejo de Estado, mencionada en el acápite sexto de esta providencia, no es
jurídicamente admisible imponer una sanción mayor a la que correspondería
buscando un efecto ejemplificador. Una sanción proporcionada no puede ser
aquella que castigue con la máxima pena posible una falta cometida de
manera imprudente, pues el reproche no puede ser el mismo para quien actúa
109 La introducción del Reglamento Interno de Trabajo de Prodeco señala que: “LA EMPRESA está
plenamente convencida que su desarrollo, y por ende el de todos y cada uno de sus trabajadores, está
íntimamente ligado el uso que por igual le demos a las normas de este Reglamento y a las disposiciones
concordantes. LA EMPRESA está comprometida en una política de respeto al trabajador, de sus convicciones
y su integridad moral, fomentando la satisfacción de sus labores, la eficiencia, la igualdad y el
comportamiento ético hacia el trabajador y la comunidad misma. Igualmente, LA EMPRESA tiene la certeza
que los trabajadores, al compartir estos principios y propósitos, desarrollarán sus labores y
comportamientos sobre las bases de recíproco respeto en las relaciones, el fiel cumplimiento de sus
obligaciones para la justa exigencia y otorgamiento de sus derechos”. (folio 31del tercer cuaderno).
35
7.15. A la luz de las consideraciones expuestas, una conducta como la que fue
objeto del proceso disciplinario que ocupa la Sala, debió haber sido analizada
teniendo en cuenta la racionalidad y proporcionalidad que deben orientar todo
reproche a un acto que se considere inadecuado. El hecho de disfrazarse en el
parqueadero de la empresa un domingo de carnaval al final del turno de
trabajo (que como ya se expresó), no tuvo repercusiones en el correcto
comportamiento de los demás trabajadores o en el adecuado funcionamiento
de la compañía.114 Según la jurisprudencia de esta Corporación, existe una
estrecha relación entre la libertad individual y la dignidad humana que se
concreta en la posibilidad que tiene cada persona de elegir su propio destino,
siempre y cuando no incida directamente en la órbita de los derechos ajenos. 115
Por consiguiente, teniendo en cuenta que el señor Laborde no lesionó con su
comportamiento los intereses de otras personas naturales o jurídicas,
encuentra la Corte que Prodeco sancionó sus actos a la luz de una visión moral
indefinida e imprevisible.
7.16. En resumen, la Corte encuentra que el despido del señor Laborde lesionó
su derecho fundamental al debido proceso, al trabajo y a la dignidad humana
por ser arbitrario y desproporcionado. Este hecho fue consecuencia de la
aplicación del Reglamento Interno de Trabajo de la compañía sin observar
atentamente los elementos de culpabilidad, y proporcionalidad que
caracterizan a la función disciplinaria.
114 Según la reiterada jurisprudencia de esta Corte y, en especial, la Sentencia T-881 de 2002 (M.P. Eduardo
Montealegre Lynett), una síntesis de la configuración jurisprudencial del contenido de la expresión “dignidad
humana” como entidad normativa “puede presentarse de dos maneras: a partir de su objeto concreto de
protección y a partir de su funcionalidad normativa. Al tener como punto de vista el objeto de protección del
enunciado normativo “dignidad humana”, la Sala ha identificado a lo largo de la jurisprudencia de la Corte,
tres lineamientos claros y diferenciables: (i) La dignidad humana entendida como autonomía o como
posibilidad de diseñar un plan vital y de determinarse según sus características (vivir como quiera). (ii) La
dignidad humana entendida como ciertas condiciones materiales concretas de existencia (vivir bien). Y (iii)
la dignidad humana entendida como intangibilidad de los bienes no patrimoniales, integridad física e
integridad moral (vivir sin humillaciones). De otro lado al tener como punto de vista la funcionalidad, del
enunciado normativo “dignidad humana”, la Sala ha identificado tres lineamientos: (i) la dignidad humana
entendida como principio fundante del ordenamiento jurídico y por tanto del Estado, y en este sentido la
dignidad como valor. (ii) La dignidad humana entendida como principio constitucional. Y (iii) la dignidad
humana entendida como derecho fundamental autónomo”.
115 Ver Sentencias T-596 de 1992 (M.P. Ciro Angarita Barón), C-239 de 1997 (M.P. Carlos Gaviria Díaz;
S.V. Hernando Herrera Vergara; S.V. Eduardo Cifuentes Muñoz y Vladimiro Naranjo Mesa), T-296 de 1998
(M.P. Alejandro Martínez Caballero), C-521 de 1998 (M.P. Antonio Barrera Carbonell), T-556 de 1998 (M.P.
José Gregorio Hernández Galindo), T-565 de 1999 (M.P. Alfredo Beltrán Sierra; S.V. Eduardo Cifuentes
Muñoz), C-012 de 2001 (M.P. Martha Victoria Sáchica Méndez) y T-881 de 2002 (M.P. Eduardo Montealegre
Lynett).
116 Ver Sentencias T-009 de 2008 (M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra) y T-116 de 2013 (M.P. Alexei Julio
Estrada).
37
En este sentido, la Sala (i) ordenará el reintegro transitorio del señor Osvaldo
Manuel Laborde Álvarez a un cargo en iguales o similares condiciones al que
desempeñaba al momento de su despido. Dicho reintegro deberá producirse
dentro de los quince (15) días hábiles siguientes a la notificación de esta
providencia. El amparo cesará si en el término de cuatro (4) meses el actor no
instaura la acción ordinaria ante el juez laboral para que se decida
definitivamente la controversia; (ii) ordenará a C.I. Prodeco S.A. a cancelarle
al señor Osvaldo Manuel Laborde Álvarez todos los salarios, prestaciones
sociales y aportes a salud y pensiones a que tiene derecho, causadas a su favor
entre el veinticinco (25) de febrero de dos mil trece (2013) y la fecha de
reintegro, sumas que deberán cancelarse dentro de los treinta (30) días hábiles
siguientes a la notificación de esta sentencia y (iii) ordenará a C.I. Prodeco
S.A. modificar su Reglamento Interno de Trabajo con el ánimo de precisar de
manera clara, expresa e inequívoca los comportamientos considerados como
“inmorales” y catalogados como faltas disciplinarias graves, establecer las
clases de faltas, los criterios para evaluar las conductas. Estableciendo un
sistema que permita la clasificación de la falta y la graduación de la sanción.
III. DECISIÓN
RESUELVE: