Texto Argumentativo
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pedagógicas, éticas y religiosas. Cada quien tiene una opinión al respecto y cada quien se
escandaliza o prueba la metodología a aplicarse según sus propias inhibiciones y temores.
Sucede que, en muchos casos, referirnos a la sexualidad, ponerle palabras a un tema que fue
acallado durante siglos, puede producirnos miedos y confrontarnos con nuestras propias
dificultades, incertidumbres y limitaciones. Pero mientras los adultos, por momentos,
parecen preferir mantener esta situación silenciada, o imprimirle una serie de mandatos,
prohibiciones o significados que recibieron en su propia educación, los chicos y chicas
quedan sin el acompañamiento de adultos en la búsqueda de interlocución para cuestiones
que son propias de la vida, que les movilizan cantidad de emociones y sensaciones.
De manera explícita o implícita, los docentes transmiten sus propias perspectivas, ideas,
emociones y prejuicios acerca de la sexualidad a través de las relaciones que establecen con
sus alumnos y alumnas. Transmiten imágenes relativas a la sexualidad cuando, por
ejemplo, alientan conductas disímiles para varones y para mujeres. Forman también al
emitir comentarios acerca de lo que significa ser madre o padre y forman cuando asumen u
ocultan situaciones de abuso sexual que pueden surgir en las escuelas o en los ámbitos
familiares de su alumnado. Forman, incluso, cuando no hablan de sexualidad, ya que el
hecho de omitir las referencias a la sexualidad en el proceso educativo transmite de por sí la
idea de la sexualidad como un tema tabú y misterioso. Y así también se enseña que "en
la escuela no se habla de sexualidad" que, "algo raro, malo o misterioso tiene hablar de
esto" y que "si tengo inquietudes respecto a la sexualidad será mejor resolverlas con otras
personas"
Es necesario, entonces, reconocer que la escuela forma ideas acerca de la sexualidad
también en aquellos casos en que la considera como una cuestión personal y privada,
relativa al mundo íntimo de los jóvenes o de la cual las familias son las únicas
responsables.
El Perú presenta una resulta en cuento este problema que asecha la sociedad, si bien una
cierta cantidad de padres se sienten inseguros respecto a cuan competentes puede ser los
docentes para poder emplear temas contundentes para el desarrollo psicológico tanto como
emocional en los adolescentes; es indudable que las familias y, en especial, los padres y
madres, tienen también un papel muy relevante y una responsabilidad innegable en la
formación de sus hijos e hijas, también en aspectos relativos a su sexualidad. Explícita o
implícitamente, en el marco de las familias, los niños aprenden una serie de normas,
valores, criterios y comportamientos relacionados con su sexualidad y con su posición
como varones o mujeres dentro de la sociedad., es importante pues que los padres se
ubiquen también en una situación de continuo aprendizaje, que puedan revisar y valorar
críticamente los sentimientos y pensamientos que habitualmente tienen respecto de la
sexualidad, y ponderar en qué sentido pueden estos resultar un obstáculo para acompañar a
los adolescentes en la adopción de comportamientos de cuidado.
El Ministerio de Educación se ha puesto la meta de reforzar este tema en los colegios, con
el objetivo de que los escolares reconozcan y cuiden su cuerpo, retrasen el inicio de las
relaciones sexuales y eviten embarazos precoces, así como infecciones de transmisión
sexual. Además, se busca propiciar el respeto entre la pareja.
Aunque esta no es una tarea fácil, sino de largo plazo, se desarrollarán programas de
capacitaciones presenciales y virtuales para directores y tutores de colegios, y eso se
complementará con las escuelas de padres para lograr un resultado integral y que cada
aprendizaje se adecúe a la realidad de la comunidad educativa.