Blog.0j. 3 Correlación Con El Evangelio de S.Lucas
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ellos.
9,6-6 Partieron y recorrieron las aldeas anunciando el 4-271-284 “Iglesia”
Evangelio y curando en todas partes.
9,7-9a La opinión de Herodes sobre Jesús.
9,7-9a Tuvo noticias Herodes el tetrarca de todos estos 5-348-307 “Judas Isc.”
sucesos, y estaba vacilante por cuanto algunos
decían que era Juan, que había resucitado de entre
los muertos; otros, que era Elías, que había
aparecido, y otros, que había resucitado alguno de
los antiguos profetas. Dijo Herodes: A Juan le
degollé yo: ¿quién puede ser éste, de quien oigo
tales cosas? Y deseaba verle.
9,9b-11 Regreso de los discípulos y va a lugar apartado
9,9b-10 A su vuelta, los apóstoles le contaron cuanto habían 4-271-284 “Iglesia”
hecho. Él, tomándolos consigo, se retiró a un lugar
apartado cerca de una ciudad llamada Betsaida.
9,11-11 Pero la muchedumbre se dio cuenta y fue en pos (4-272-288) (“Muerte/Res.”)
de Él. Habiéndolos recibido, les hablaba del Reino
de Dios y curaba a todos los necesitados. *
9,12-17 Multiplicación de los panes y de los peces
9,12-17 Empezaba ya a declinar el día, y acercándosele los 4-273-293 “Eucaristía”
doce, le dijeron: Despide a la muchedumbre para
que vayan a las aldeas y alquerías de alrededor,
donde se alberguen y encuentren alimentos, porque
aquí estamos en el desierto. Él les contestó: Dadles
vosotros de comer. Ellos le dijeron: No tenemos
más que cinco panes y dos peces; a no ser que
vayamos a comprar alimentos para todo este
gentío. Porque eran unos cinco mil hombres. Y
dijo a sus discípulos: Hacedlos recostarse por
grupos como de cincuenta. Lo hicieron así, di-
ciéndoles que se recostasen todos, y tomando
los cinco panes y los dos peces, alzó los ojos al
cielo, los bendijo y se los dio a los discípulos
para que los sirviesen a la muchedumbre.
Comieron, se saciaron todos, y se recogieron de
las sobras doce cestos de mendrugos.
9,18-21 Pedro proclama su fe
9,18-21 Aconteció que, orando Él a solas, estaban con 5-343-280 “Iglesia”
Él los discípulos, a los cuales preguntó: La
gente, ¿quién dice que soy yo? Respondiendo
ellos, le dijeron: Juan Bautista; otros, Elías; otros,
que uno de los antiguos profetas ha resucitado. Él
les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Respondiendo Pedro, dijo: El Ungido de Dios.
Él les prohibió decir esto a nadie.
9,22-22 Primer anuncio de la Pasión
9,22-22 Y les añadió: Es preciso que el Hijo del hom- 5-346-295 “Jesús Red.”
bre padezca mucho y que sea rechazado de los
ancianos, y de los príncipes de los sacerdotes, y
de los escribas, y sea muerto y resucite al tercer
día.
9,23-27 Condiciones para seguir a Jesús.
9,23-25 Decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de 5-346-295 “Jesús Red.”
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11,23-23 El que no está conmigo está contra mí, y el que 4-288-394 “Dios/Reino”
conmigo no recoge, derrama.
11,24-26 Cuando un espíritu impuro sale de un hombre, 4-269-267 “Demonio/Inf.”
recorre los lugares áridos buscando reposo, y no
hallándolo, se dice: Volveré a la casa de donde
salí; y viniendo, la encuentra barrida y
ordenada. Entonces va y toma otros siete
espíritus peores que él, y, entrando, habitan
allí, y viene a ser el estado final de aquel
hombre peor que al principio.
11,27-28 Alabanza de una mujer a la madre de Jesús
11,27-28 Mientras decía estas cosas, levantó la voz una 4-288-394 “Dios/Reino”
mujer de entre la multitud y dijo: Dichoso el seno
que te llevó y los pechos que mamaste. Pero Él
dijo: Más bien dichosos los que oyen la palabra de
Dios y la guardan.
11,29-32 Señal de Jonás. Juicio a la presente generación
11,29-32 Como la gente seguía juntándose, comenzó a 5-344-286 “Jesús Red.”
decir: Esta generación es una generación mala;
pide una señal, y no le será dada otra señal que la
de Jonás. Porque como fue Jonás señal para los
ninivitas, así también lo será el Hijo del
hombre para esta generación. La reina del
Sur se levantará en el juicio contra los hombres
de esta generación y los condenará, porque vino
de los confines de la tierra para oír la sabiduría
de Salomón, y hay aquí algo más que Salomón.
Los ninivitas se levantarán en el juicio contra
esta generación y la condenarán, porque hicieron
penitencia a la predicación de Jonás, y hay aquí
algo más que Jonás.
11,33-36 Parábola de la lámpara. El ojo es la lámpara del
cuerpo
11,33-33 Nadie enciende la lámpara y la pone en un rincón, 6-413-323 “Salv./Cond.”
ni bajo el celemín, sino sobre un candelero, para
que los que entren tengan luz.
11,34-36 Tu ojo es la lámpara de tu cuerpo; si tu ojo es puro, 6-413-323 “Salv./Cond.”
todo tu cuerpo estará iluminado; pero si fuese malo,
también tu cuerpo estará en tinieblas. Cuida, pues,
que la luz que hay en ti no tenga parte de
tinieblas, porque si tu ojo es luminoso, sin parte
alguna tenebrosa, todo en ti será plena luz como
cuando la lámpara te ilumina.
11,37-54 Reprensión a fariseos y a doctores de la Ley
11,37-41 Cuando terminó de hablar, un fariseo le invitó a 6-414-331 “Jesús Red.”
comer con él; entró y se puso a la mesa. Viendo
esto, el fariseo le manifestó su asombro porque no
se había lavado antes de comer. Pero el Señor le
dijo: Mira, vosotros los fariseos limpiáis la copa y
el plato por defuera, pero vuestro interior está lleno
de rapiña y maldad. ¡Insensatos! ¿Acaso el que ha
hecho lo de fuera no ha hecho también lo interior?
Pero, según vosotros, basta dar limosna, sin
reformar lo interior, y todo será puro.
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11,42-44 ¡Ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de 6-414-331 “Jesús Red.”
la menta, y de la ruda, y de todas las
legumbres, y descuidáis la justicia y el amor de
Dios! Hay que hacer esto sin omitir aquello.
¡Ay de vosotros, fariseos, que amáis los primeros
asientos en las sinagogas y los saludos en las pla-
zas! ¡Ay de vosotros, que sois como esas tumbas
que no se notan, y que los hombres pisan sin
saberlo!
11,45-45 Tomando la palabra un doctor de la Ley, le dijo: 6-414-331 “Jesús Red.”
Maestro, hablando así, nos ofendes también a
nosotros.
11,46-52 Pero Él le dijo: ¡Ay también de vosotros, 6-414-331 “Jesús Red.”
doctores de la Ley, que echáis pesadas cargas
sobre los hombres, y vosotros ni con uno de
vuestros dedos las tocáis! ¡Ay de vosotros, que
edificáis tumbas a los profetas, a quienes
vuestros padres dieron muerte! Vosotros mismos
demostráis con eso que consentís en la obra de
vuestros padres; pues ellos los mataron, pero
vosotros les edificáis sepulcros. Por eso, dice la
sabiduría de Dios: Yo les envío profetas y
apóstoles, y ellos los matan y persiguen. Y con
justicia será pedida cuenta a esta generación de la
sangre de todos los profetas derramada desde el
principio del mundo, desde la sangre de Abel
hasta la sangre de Zacarías, asesinado entre el
altar y el santuario. Sí, os digo que le será
pedida cuenta a esta generación. ¡Ay de voso-
tros, doctores de la Ley, que os habéis apode-
rado de la llave de la ciencia; y ni entráis
vosotros ni dejáis entrar!
11,53-54 Cuando salió de allí comenzaron los escribas y 6-414-331 “Jesús Red.”
fariseos a acosarle terriblemente y a proponerle
muchas cuestiones, armándole insidias para
sorprenderle en algo que saliera de su boca.
12,1-12 Endemoniado curado asediado por los fariseos.-
Blasfemia contra el Espíritu Santo
12,1-3 Entre tanto se fue juntando la muchedumbre por 6-421-378 “Demonio/Inf.”
millares, hasta el punto de pisarse unos a otros, y
comenzó Él a decir a sus discípulos: Ante todo
guardaos del fermento de los fariseos, que es la
hipocresía, pues nada hay oculto que no haya de
descubrirse, y nada escondido que no llegue a
saberse. Por esto, todo lo que decís en las
tinieblas será oído en la luz, y lo que habláis al
oído en vuestros aposentos será pregonado
desde los terrados.
12,4-5 A vosotros, mis amigos, os digo: No temáis a 6-421-378 “Demonio/Inf.”
los que matan el cuerpo y después de esto no
tienen ya más que hacer. Yo os mostraré a
quién habéis de temer; temed al que, después
de haber dado la muerte, tiene poder para echar
en la gehena. Sí, yo os digo que temáis a ése.
12,6-7 ¿No se venden cinco pájaros por dos ases? Y, 6-421-378 “Demonio/Inf.”
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14,15-24 Oyendo esto, uno de los invitados dijo: Dichoso 5-335-228 “Dios/Reino”
el que coma pan en el Reino de Dios. Él le
contestó: Un hombre hizo un gran banquete e
invitó a muchos. A la hora del banquete envió
a su siervo a decir a los invitados: Venid, que
ya está preparado todo. Pero todos unánime-
mente comenzaron a excusarse. El primero dijo:
He comprado un campo y tengo que salir a
verlo; te ruego que me des por excusado. Otro
dijo: He comprado cinco yuntas de bueyes y
tengo que ir a probarlas; ruégote que me des
por excusado. Otro dijo: He tomado mujer y no
puedo ir. Vuelto el siervo, comunicó a su amo
estas cosas. Entonces el amo de la casa,
irritado, dijo a su siervo: Sal aprisa a las plazas y
calles de la ciudad, y a los pobres, tullidos,
ciegos y cojos tráelos aquí. El siervo le dijo:
Señor, está hecho lo que mandaste y aún queda
lugar, y dijo el amo al siervo: Sal a los caminos
y a los cercados, y obliga a entrar, para que se
llene mi casa, porque os digo que ninguno de
aquellos que habían sido invitados gustará mi
cena.
14,25-35 Necesidad de la abnegación para tomar la cruz
14,25-27 Se le juntó numerosa gente, y, vuelto a ella, 4-281-347 “Sacerdotes”
les decía: Si alguno viene a mí y no aborrece a
su padre, a su madre, a su mujer, a sus hijos, a sus
hermanos, a sus hermanas y aun a su propia vida,
no puede ser mi discípulo. El que no toma su
cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi
discípulo.
14,28-32 ¿Quién de vosotros, si quiere edificar una torre, 4-281-347 “Sacerdotes”
no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si
tiene para terminarla? No sea que, echados los
cimientos y no pudiendo acabarla, todos cuantos
lo vean comiencen a burlarse de él, diciendo: Este
hombre comenzó a edificar y no pudo acabar. ¿O
qué rey, saliendo a campaña para guerrear con
otro rey, no considera primero y delibera si
puede hacer frente con diez mil al que viene
contra él con veinte mil? Si no, hallándose aún
lejos aquél, le envía una embajada haciéndole pro-
posiciones de paz.
14,33-33 Así, pues, cualquiera de vosotros que no re- 4-281-347 “Sacerdotes”
nuncie a todos sus bienes, no puede ser mi
discípulo.
14,34-35 Buena es la sal; pero si la sal se vuelve insípida, 3-169-61 “Sacerdotes”
¿con qué se sazonará? Ni para la tierra es útil, ni
aun para el estercolero; la tiran fuera. El que tenga
oídos para oír, que oiga.
15,1-2 Censura de los fariseos.
15,1-2 Se acercaban a Él todos los publicanos y 2-97-100 “Iglesia”
pecadores para oírle, y los fariseos y escribas
murmuraban: Éste acoge a los pecadores y come
con ellos.
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la piedra principal”? *
20,18-19 Todo el que cayere contra esa piedra se quebrará, 9-592-320 “Jesús Red.”
y aquel sobre quien ella cayere quedará 9-594-334 “Palabra de D.”
aplastado. Los escribas y los príncipes de los
sacerdotes quisieron echarle mano en aquella
hora, porque conocieron que a ellos iba dirigida
aquella parábola; pero temieron al pueblo.
20,20-26 El tributo al César
20,20-26 Entonces se pusieron a acecharlo y enviaron espías, 9-594-332 “Jesús Red.”
que se presentaron como varones justos, para
sorprenderle en su doctrina, y así entregarle a la
autoridad y poder del gobernador. Le preguntaron,
diciendo: Maestro, sabemos que hablas y enseñas
con rectitud y no tienes miramientos, sino que
enseñas según la verdad los caminos de Dios. ¿Nos
es lícito a nosotros pagar tributo al César o no?
Viendo Él su malicia, les dijo: Mostradme un
denario. ¿De quién es la efigie y la inscripción que
tiene? Dijeron: Del César. Y Él les respondió:
Pues dad al César lo que es del César y a Dios lo
que es de Dios. No pudiendo sorprenderle en sus
palabras delante del pueblo, y maravillados de su
respuesta, callaron.
20,27-40 Saduceos y la resurrección de los muertos
20,27-36 Se acercaron algunos saduceos, que niegan la 9-594-332 “Muerte/Res.”
resurrección, y le preguntaron, diciendo: Maes-
tro, Moisés nos ha prescrito que, si el hermano
de uno viniere a morir con mujer, pero sin hijos,
su hermano tome la mujer para dar descendencia a
su hermano. Pues había siete hermanos, y el
primero tomó mujer y murió sin dejar hijos.
También el segundo y el tercero se casaron con la
viuda, e igualmente los siete, y no dejaron hijos
y murieron. Por fin murió también la mujer.
Esta mujer, si hay resurrección de los muertos, ¿de
cuál de ellos será la mujer? Porque los siete la
tuvieron por mujer. Díjoles Jesús: Los hijos de
este siglo toman mujeres y maridos. Pero los
juzgados dignos de tener parte en aquel siglo y
en la resurrección de los muertos, ya no se
casarán. Y tampoco morirán porque serán seme-
jantes a los ángeles e hijos de Dios, siendo hijos de
la resurrección.
20,37-40 En cuanto a la resurrección de los muertos, el 9-594-332 “Muerte/Res.”
mismo Moisés lo da a entender en el pasaje de la
Zarza, en el que llama al Señor, “Dios de
Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob” . *
Ahora bien, Dios no es Dios de muertos, sino de
vivos, porque para Él siguen viviendo. Algunos
escribas le dijeron: Maestro, has hablado muy
bien. Y ya no se atrevían a proponerle ninguna
cuestión.
20,41-44 La cuestión del origen del Mesías
20,41-44 Entonces les dijo Él: ¿Cómo dicen que el Mesías 9-596-339 “Dios/Reino”
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Cuestión de la primacía
22,24-27 Se suscitó entre ellos una discusión sobre quién 9-600-399 “Jesús Red.”
de ellos había de ser tenido por mayor. Él les
dijo: Los reyes de las naciones imperan sobre
ellas, y los que ejercen la autoridad sobre las
mismas son llamados bienhechores; pero no así
vosotros, sino que el mayor entre vosotros será
como el menor, y el que manda como el que
sirve. Porque ¿quién es mayor, el que está
sentado a la mesa o el que sirve? ¿No es el
que está sentado? Pues yo estoy en medio de
vosotros como quien sirve.
22,28-30 Vosotros sois los que habéis permanecido 9-600-399 “Jesús Red.”
conmigo en mis pruebas, y yo dispongo del
Reino en favor vuestro, como mi Padre ha
dispuesto de él en favor mío, para que comáis y
bebáis a mi mesa en mi Reino y os sentéis sobre
tronos como jueces de las doce tribus de Israel.
La prueba de Pedro y el vaticinio de la negación
22,31-34 Simón, Simón, Satanás os busca para sacudiros 9-600-399 “Jesús Red.”
como se hace con el trigo; pero yo he rogado
por ti para que no desfallezca tu fe, y tú, una
vez convertido, confirma a tus hermanos. Pedro le
dijo: Señor, preparado estoy para ir contigo no
sólo a la prisión, sino a la muerte. Él dijo: Yo te
aseguro, Pedro, que hoy mismo antes de que
cante el gallo me habrás negado hasta tres
veces el haberme conocido.
La gran prueba se acerca
22,35-38 Y les dijo: Cuando os envié sin bolsa, sin 9-600-399 “Jesús Red.”
alforjas, sin sandalias, ¿os faltó alguna cosa?
Dijeron ellos: Nada. Y les añadió: Pues ahora el
que tenga bolsa, tómela, e igualmente las alforjas,
y el que no la tenga, venda su manto y compre
una espada. Porque os digo que ha de cumplirse
en mí esta escritura: “Fue contado entre los
malhechores”; * porque también lo que a mí toca
llega a su término. Ellos le dijeron: Aquí hay
dos espadas. Les respondió: ¡Basta ya!
(22-23) PASIÓN Y MUERTE DE JESUCRISTO
22,39-46 La oración en el huerto de Getsemaní
22,39-44 Saliendo, se fue, según costumbre, al monte de 9-602-433 “Jesús Red.”
los Olivos, y le siguieron también sus discípulos.
Llegado allí, les dijo: Orad para que no entréis en
tentación. Se apartó de ellos como un tiro de
piedra, y, puesto de rodillas, oraba, diciendo:
Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz; pero no
se haga mi voluntad, sino la tuya. Se le apareció
un ángel del cielo que le confortaba. Lleno de
angustia, oraba con más instancia; y sudó como
gruesas gotas de sangre, que corrían hasta la tierra.
22,45-46 Levantándose de la oración vino a sus discípulos, 9-602-433 “Jesús Red.”
encontrándoles adormilados por la tristeza. Les
dijo: ¿Por qué dormís? Levantaos y orad para que
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no os venza la prueba.
22,47-53 Prendimiento de Jesús
22,47-51 Aún estaba Él hablando, y he aquí que llegó una 9-602-433 “Jesús Red.”
turba, y el llamado Judas, uno de los doce, los
precedía, el cual, acercándose a Jesús, le besó.
Jesús le dijo: Judas, ¿con un beso entregas al Hijo
del hombre? Los discípulos comprendieron lo que
iba a suceder, y le dijeron: ¿Herimos con la
espada? Y uno de ellos hirió a un siervo del sumo
sacerdote y le cortó la oreja derecha. Tomando
Jesús la palabra, le dijo: Basta ya. Dejad; y tocando
la oreja, le curó.
22,52-53 Dijo Jesús a los príncipes de los sacerdotes, 9-602-433 “Jesús Red.”
oficiales del templo y ancianos que habían venido
contra Él: ¿Como contra un ladrón habéis venido
con espadas y garrotes? Estando yo cada día en el
templo con vosotros, no me detuvisteis; pero ésta
es vuestra hora y el poder de las tinieblas.
22,54-65 En casa del sumo sacerdote
Las tres negaciones de Pedro
22,54-60 Apoderándose de Él, le llevaron e introdujeron en 10-604-2 “Jesús Red.”
casa del sumo sacerdote; Pedro le seguía de lejos.
Habiendo encendido fuego en medio del atrio y
sentándose, Pedro se sentó también entre ellos.
Viéndole una sierva sentado a la lumbre y
fijándose en él, dijo. Éste estaba también con Él.
Él lo negó, diciendo: No le conozco, mujer.
Después de poco, le vio otro, y dijo: Tú eres
también de ellos. Pedro dijo: Hombre, no soy.
Transcurrida cosa de una hora, otro insistió,
diciendo: En verdad que éste estaba con Él,
porque es galileo. Dijo Pedro: Hombre, no sé lo
que dices. Al instante, hablando aún él, cantó el
gallo.
22,61-62 El Señor se volvió, y miró a Pedro. Entonces 10-604-2 “Jesús Red.”
Pedro se acordó de la palabra del Señor, cuando
le dijo: Antes que el gallo cante hoy me negarás
tres veces; y, saliendo fuera, lloró amargamente.
Jesús es escarnecido
22,63-65 Los que le guardaban se burlaban de Él y le maltra- 10-604-2 “Jesús Red.”
taban, y, vendándole, le preguntaban, diciendo:
Profetízanos, ¿quién es el que te hirió? Y otras
muchas injurias proferían contra Él.
22,66-71 Procesado ante el consejo judío
22,66-69 Cuando fue de día se reunió el consejo de los 10-604-2 “Jesús Red.”
ancianos del pueblo, y los príncipes de los
sacerdotes, y los escribas, y le condujeron ante
su tribunal, diciendo: Si eres el Mesías, dínoslo.
Él les contestó: Si os lo dijere, no me creeréis; y
si os preguntare, no responderéis; pero el Hijo
del hombre estará sentado desde ahora a la diestra
del poder de Dios.
22,70-71 Todos dijeron: Luego ¿eres tú el Hijo de Dios? 10-604-2 “Jesús Red.”
Les dijo: Vosotros lo decís, yo soy. Dijeron
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creyeron.
24,12-12 Pero Pedro se levantó y corrió al sepulcro, e 10-619-175 “Jesús Res.”
inclinándose vio sólo los lienzos, y se volvió a
casa admirado de lo ocurrido.
24,13-35 Aparición a dos discípulos, camino de Emmaús
24,13-24 El mismo día, dos de ellos iban a una aldea, 10-625-201 “Jesús Res.”
que dista de Jerusalén sesenta estadios, llamada
Emmaús, y hablaban entre sí de todos estos
sucesos. Mientras iban hablando y razonando,
el mismo Jesús se les acercó e iba con ellos,
pero sus ojos no podían reconocerle. Y les dijo:
¿Qué discursos son estos que vais haciendo entre
vosotros mientras camináis? Ellos se detuvieron
entristecidos, y tomando la palabra uno de ellos
por nombre Cleofás, le dijo: ¿Eres tú el único
forastero en Jerusalén que no conoce los sucesos
en ella ocurridos estos días? Él les dijo: ¿Cuáles?
Le respondieron: Lo de Jesús Nazareno, varón
profeta, poderoso en obras y palabras ante Dios
y ante todo el pueblo; cómo le entregaron los
príncipes de los sacerdotes y nuestros magistrados
para que fuese condenado a muerte y crucificado.
Nosotros esperábamos que sería Él quien
rescataría a Israel; mas, con todo, van ya tres
días desde que esto ha sucedido. Nos dejaron
estupefactos algunas mujeres de nuestro grupo
que, yendo de madrugada al sepulcro, no
encontraron su cuerpo, y vinieron diciendo que
habían tenido una visión de ángeles que les
dijeron que vivía. Algunos de los nuestros
fueron al sepulcro y hallaron las cosas como las
mujeres decían, pero a Él no le vieron.
24,25-27 Y Él les dijo: ¡Oh hombres sin inteligencia y 10-625-201 “Jesús Res.”
tardos de corazón para creer todo lo que
vaticinaron los profetas! ¿No era preciso que el
Mesías padeciese esto y entrase en su gloria? Y
comenzando por Moisés y por todos los profe-
tas, les fue declarando cuanto a Él se refería en
todas las Escrituras.
24,28-29 Se acercaron a la aldea adonde iban, y Él fingió 10-625-201 “Jesús Res.”
seguir adelante. Obligáronle diciéndole: Quédate
con nosotros, pues el día ya declina. Y entró
para quedarse con ellos.
24,30-31 Puesto con ellos a la mesa, tomó el pan, lo 10-625-201 “Jesús Res.”
bendijo, lo partió y se lo dio. Se les abrieron los
ojos y le reconocieron, y desapareció de su
presencia.
24,32-35 Se dijeron uno a otro: ¿No ardían nuestros 10-625-201 “Jesús Res.”
corazones dentro de nosotros mientras en el
camino nos hablaba y nos declaraba las Escri-
turas? En el mismo instante se levantaron, y
volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a
los once y a sus compañeros, que les dijeron: El
Señor en verdad ha resucitado y se ha aparecido
a Simón. Y ellos contaron lo que les había pasado
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2,22-24: Éx. 13,2; Lev. 12,8. 2,25-32: Is. 42,6; 49,6. 3,3-6: Is. 40,3. 4,2b-13: Deut. 8,3;
Deut. 6,13; Sal. 91,11; Deut. 6,16. 4,16-19: Is. 61,1. 7,24-27: Mal. 3,1. 8,9-10: Is. 6,9.
9,11-11: Según la Obra valtortiana, cuando Jesús desembarcó, se encontró con mucha gente.
Entre ellos, también, había un escriba con el que Jesús habló sobre la reencarnación, purgatorio
y sobre la vida eterna. (Cfr. 4-272-288, episodio relatado en el tema “Muerte/Res.”). 10,25-29:
Deut. 6,5; Lev. 19,18. 13,34-35: Sal. 118,26. 19,35-40: Sal. 118,26. 19,45-48: Is. 56,7; Jer.
7,11. 20,16-17: Sal. 118,22. 20,37-40: Éx. 3,6. 20,41-44: Sal. 110,1. 22,35-38: Is. 53,12.
23,27-31: Os. 10,8. 23,44-46: Sal. 31,6.
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