Documentof
Documentof
Documentof
MATERIA: ECONOMIA
PROFESORA:
INTEGRANTES
GIOIELLA; MARIELA
MARRERO; LEIDY
RIVAS; ALI
RODRIGUEZ; RAUL
SANCHEZ S; IVAN
CARACAS, SEPTIEMBRE DE 2000.
INTRODUCCION
La riqueza de un país consiste en los bienes y medios de producción que posee la comunidad en un
momento dado, desde los recursos naturales hasta los procesos técnicos; en tanto que el capital es la
arte de la riqueza que se utiliza en el proceso productivo.
Al aplicarse el trabajo social asociado con el capital nacional, se genera un volumen determinado de
bienes y servicios que expresados en términos monetarios, puede designarse como valor total de la pro-
ducción nacional en un período determinado. Si a éste le deducimos d consumo intermedio se obtiene el
valor agregado, o sea aquellos valores económicos que constituyen lo que se denomina producto na-
cional bruto, que generalmente se mide a precios de mercado.
El ingreso nacional de un país en un año dado es, en suma, el producto neto o el rendimiento neto de las
actividades económicas de los individuos.
Identidad entre el producto, el ingreso nacional y el gasto: en una economía cerrada existe identidad
entre el ingreso nacional y el producto nacional neto al costo de los factores, porque el valor agregado o
los bienes y servicios producidos tienen que ser iguales al ingreso percibido por quienes participaron
directa o indirectamente en el proceso productivo, y este ingreso finalmente se convierte en gasto.
Del ingreso nacional, una porción se gasta en adquirir artículos de consumo y la otra para efectuar
inversiones (acumulación de capital). A su vez en una economía abierta, parte del producto nacional
neto se exporta y parte del consumo y de la inversión nacional se satisfacen con bienes y servicios
importados. Cuando la balanza en cuenta corriente está en equilibrio, el consumo y la inversión nacional
neta será igual a la producción nacional neta.
La parte que se ahorra también se gasta total o parcialmente puesto que ahorro es lo opuesto a
consumo y no a gasto. Si de acuerdo con este principio suponemos que el ingreso total compra la
producción total, entonces se llegará a la igualdad entre el ingreso, el gasto y el producto nacional.
Expuesto con mayor detalle tenemos:
El ingreso será igual a los pagos a los factores productivos(sueldos, salarios y los demás pagos
complementarios al factor trabajo) más ganancia, intereses, alquileres y otros pagos a los propietarios de
los bienes de producción, cuya suma constituye una de las medidas del producto nacional.
El gasto será igual al consumo más la inversión bajo el su. Puesto de que el ahorro global es igual a la
inversión total en un periodo determinado. Por lo tanto, el gasto total se igualará tanto al producto como
al ingreso nacional neto.
Cualquiera de estas formas representa la manera de medir el producto nacional generado en un periodo
determinado, sólo que cuantificado en su fase productiva en la distributiva o en su destino final. Los
métodos que se utilizan para medir el producto o ingreso nacional descansan en el principio económico
siguiente: existe intima relación entre el valor del producto nacional neto y el total de ingresos de los
individuos y las empresas de un lado, de otro lado con el gasto global efectuado por consumo e
inversión. Por lo mismo, el valor del producto nacional neto, la suma de los ingresos percibidos por los
individuos y las empresas, y el gasto total de la comunidad, son iguales entre sí, y representan tres
métodos de medir el producto generado, calculando su magnitud según el aspecto que de la actividad
económica se tome como punto de partida. Éstos son:
el que mide el valor de los bienes y los servicios finales producidos dentro de una economía y en un
lapso determinado (generalmente un año)
El segundo se basa en el cómputo del ingreso neto percibido por los factores productivos y que está
compuesto de las percepciones por trabajo y por la propiedad de capital.
El método del gasto consiste en computar la totalidad de las erogaciones efectuadas por los individuos,
las empresas y el gobierno, tanto en consumo como en inversión.
INDICE
La balanza de pagos enumera y cuantifica en el lado del activo todos los rubros por medio de los cuales
los residentes de un país recibieron poder de compra externa a través de las mercancías y servicios
proporcionados y por la venta de títulos-valores (importación de capitales). Al mismo tiempo, enumera y
cuantifica, en el lado del pasivo todos los usos de los residentes de dicho país le dieron a su poder de
compra externo, por concepto de importación de bines y pago de servicios recibidos y por exportación
de capital (importación de títulos).
Existen tres formas diferentes de presentar la balanza de pagos de un país: en una, en dos columnas. Con
la primera forma se anotan en una sola columna todas las operaciones, activas y pasivas y los saldos
respectivos; la segunda clasifica las cuentas bajo la forma de balance por partida doble, registrando en la
primera columna las operaciones activas (debe o ingreso) y en la segunda columna las operaciones
pasivas (haber o egreso).
El tercer modelo registra las operaciones según esta última forma, pero agregando una tercera columna
para anotar los saldos de las balanzas de parciales y el saldo final.
Balanza Comercial
La balanza de capitales
La reserva
Errores y omisiones
Esta balanza que incluyen el cómputo de ingresos y pagos que no representan ni concesión o devolución
de un crédito o capital, ni movimientos de la reserva, registra en el activo el valor de los que éste efectúa
a los demás países por todos los conceptos, quedando excluidos, por lo tanto, los movimientos de capital
a corto plazo y a largo plazo, las cantidades que se han prestado o pagado entre extranjeros y nacionales,
los movimientos de oro monetario y de divisas y las transferencias unilaterales de fondos.
Hay un principio esencial en las relaciones económicas de un país con el exterior: el saldo de la balanza
en cuenta corriente es siempre igual al saldo de la balanza de capitales pero de signo contrario, es decir,
cualquiera que sea el saldo de la cuenta corriente, será igual al financiamiento que reciba el exterior. Si el
saldo es positivo, necesariamente equivale a un financiamiento igual, que el país en cuestión otorga al
exterior. En cualquiera de estas situaciones, el exceso de exportaciones de bienes y servicios, o en su
caso, el déficit, será igual a los derechos adquiridos o alas obligaciones contraídas con el exterior,
respectivamente.
Por lo tanto, el saldo de la balanza de transacciones en cuenta corriente muestra, si es positivo, los
recursos que un país tiene para invertir rentablemente en el exterior, para aumentar sus reservas o para
reducir su deuda y, a la inversa, en el caso de que dicho saldo sea negativo.
En general, todas las operaciones activas de la cuenta corriente, estuvieron conectadas de alguna
manera con el ingreso; pero hay transferencias de ingresos en cuenta corriente que no forman parte del
ingreso producido, más sí del percibido. Como ejemplos tenemos las remisiones recibidas de los
emigrantes y el ingreso por las exportaciones de obras de arte y otras antigüedades. Sin embargo, los lo
normal es que todos los ingresos originados por la venta de mercancías y la prestación de servicios al
exterior forman parte del producto nacional generado en el país en el lapso considerado. De aquí que,
visto desde otro ángulo, el saldo de la cuenta corriente, cuando es positivo, representa la contribución
neta de la balanza en cuenta corriente al ingreso nacional. Por esta razón, puede afirmarse que los
ingresos finales derivados de la balanza den cuenta corriente forman parte del ingreso nacional y que el
saldo negativo represente una disminución a dicho ingreso.
Los Renglones Incluidos: Dependen del criterio que cada país adopte, Entre renglones que están sujetos
a criterios especiales pueden señalarse los siguientes: la pesca capturada en aguas nacionales o en
mares bajo el control de otros países, la compraventa de embarcaciones, la compraventa de oro y plata
procedente la actividad minera nacional. ( Los países mineros exportan metales preciosos como si fueran
mercancías y no como metales monetarios y a menudo esta situación plantea complicaciones para su
computo dentro de la contabilidad internacional de un país. Sin embargo, los movimientos de metales
como mercancías y los correspondientes a los metales monetarios son diferentes por su naturaleza y por
sus efectos. La salida de oro monetario para el país que lo exporta tiene los siguientes efectos: equivale a
una desinversión internacional, ejerce presión en el mercado de cambios y reduce el ingreso y el
circulante nacional, en tanto que para el país tendrá efectos inversos.
En cambio, la exportación de metales preciosos como mercancías (producto de sus minas) significarán
aumento de empleo, de ingreso y del circulante, puesto que la venta de este oro no difiere de la
exportación de otras mercancías ordinarias. , El contrabando, los envíos postales, la compraventa de gas
y de energía eléctrica entre los países limítrofes, los pagos efectuados fuera del período considerado,
pero que corresponden a transacciones efectuadas en el mismo lapso; los bienes y enseres de los
emigrantes e inmigrantes, entre otros.
Las Fuentes de Información: Determinan que se anoten correcta o erróneamente los valores de las
mercancías objeto de intercambio internacional. Es frecuente aceptar como buena la declaración de los
exportadores o basarse en los valores de factura. Sin embargo, en muchos países ambas fuentes resultan
obviamente falsas y, en tal caso algún órgano de gobierno tiene la tarea de hacer las correcciones
necesarias, que generalmente consisten en revisar los valores de las exportaciones y de las
importaciones según la cotizaciones internacionales.
Otro problema que suele presentarse a este respecto lo señala el profeso G.E. Meade y consiste en elegir
diversos elementos de juicio para hacer la valoración de cada transacción como los siguientes:
Método de Evaluación: Se ha generalizado evaluar las exportaciones FOB (libre a bordo) y las
importaciones CIF (costo, seguro y fletes), esto es, se incluye en el valor de las mercancía importadas,
además del precio en el lugar e adquisición, el seguro y el fleta hasta el puerto o aduana de entrada al
país importador. A veces se emplea el primer método con una ligera variante que consiste en agregar el
valor FOB el costo de cargar el barco, lo cual significa un ingreso para el país. Así pues, a esta variante
que comprende todo lo que implique generación de ingresos para el país exportador se le llama f.a.s
(libre al costado del barco).
Esta forma de evaluar las importaciones y la s exportaciones arroja, mundialmente, una diferencia de
valores a favor de las importaciones, debido a que estas, a diferencia de las exportaciones incluyen
además del costo,
el seguro y el flete. Si el propio país presta estos servicios; obtiene la compensación correspondiente en
su balanza de servicios; si los servicios los provee otro país, entonces tendrá volumen de mercancías
para cubrir esta diferencia por concepto de servicios.
Cualquiera que sea el conjunto de mercancías que incluya la balanza de comercio, las fuentes de
información y la forma de cuantificarlas, se dice que una balanza comercial es favorable, positiva o
activa, cuando el valor de las exportaciones excede al de las importaciones. En caso contrario, la balanza
comercial se considerará desfavorable, negativa o pasiva.
También conviene aclarar que el valor de las exportaciones y de las importaciones no se puede obtener
de horma exacta, por las siguientes razones:
Debido a que los tipos de cambio varían aunque sea en pequeños porcentajes y el valor de las
mercancías es calculado a un tipo de cambio promedio, sin ponderar, lo cual altera los valores reales de
la balanza de comercio.
La dificultad de considerar los equipajes y enseres de inmigrados y los emigrados y, especialmente, las
cotidianas compras fronterizas.
Las compras de mercancías por los turistas extranjeros. Estos y otros aspectos imposibilitan el cálculo
exacto del intercambio de mercancías
LA BALANZA DE SERVICIOS (que incluye los ingresos y los pagos por concepto de servicios prestados al
exterior o recibidos de éste): En esta balanza se registra el total de los pagos que hicieron los residentes
de un país a los del exterior y los que a su vez recibieron de éstos los nacionales, por concepto de
prestación de servicios. Para tales efectos se consideran a los individuos como nacionales o extranjeros,
no desde el punto de vista jurídico sino económico. Son nacionales los residentes permanentes en el
territorio nacional, sean o no de nacionalidad venezolana y, extranjeros, los que residen en el exterior
aún cuando legalmente sean venezolanos.
Por esta razón los individuos que siendo legalmente nacionales residen transitoriamente en el país, para
efectos de balanza de pagos son extranjeros, ya que gastan en el país ingresos obtenidos en el exterior.
Asimismo, los que legalmente sean extranjeros pero con residencia permanente en el país se consideran
como nacionales cuando viajan al extranjero y gasten dinero obtenido en nuestro país.
Los conceptos por los que se reciben y hacen pagos por servicios entre países son de muy variada
naturaleza. Enseguida anotamos los más comunes y que corresponden, usualmente, a rubros más
importantes de la balanza de servicios.
Cuentas de Viajeros: Gastos de turistas, ya sean éstos con fines de estancia como los veteranos de
Estados unidos que están radicados en México y los estudiantes becados que radican en un País que no
es el de origen sino algún otro, como los que realiza el turista común y corriente; gastos de visitantes con
propósitos de negocios o e investigación y los de transmigrantes y visitante fronterizos, etc.
Servicios por comercio de mercancías: Comisiones, derechos de tránsito, derechos consulares, seguros y
reaseguros, etc.
Servicios por operaciones financieras: Comisiones a bancos por servicios de intermediación, intereses
por deudas y dividendos por inversiones directas, etc.
Las operaciones de la balanza de capitales se caracterizan por tener por cada contrapartida de cada
operación efectiva un movimiento inverso que deberá hacerse en el futuro, o bien que es el resultado de
una operación pasada. A diferencia de las operaciones ordinarias, que se saldan regularmente al
momento de realizarse, los movimientos de capitales se generan por transferencias que dan origen a
obligaciones o a derechos mas o menos duraderos.
Estas operaciones que unilateralmente se efectúan en forma temporal son consecuencia de un saldo
favorable de la balanza de transacciones en cuenta corriente. Estas transferencias de ingresos por
concepto de capitales tienen repercusiones inversas a la que ocasiona el movimiento de mercancías, en
cuanto a sus efectos sobre el circulante, el ingreso nacional y el tipo de cambio. Esto es así, porque una
importación de capital origina una exportación de títulos, y una importación de capital se traduce en una
exportación de valore. Estas operaciones internacionales, sólo cambian la forma de los activos y de las
obligaciones de los residentes de un país.
Así, una importación de capital constituye un intercambio de activos del exterior contra obligaciones
internas y, una exportación de capital equivale a un cambio de fondos del país por obligaciones del
exterior. La exportación de capital se registra en la balanza de capitales como un débito y la importación
como un crédito, mientras que el movimiento de mercancías y servicios se registra a la inversa, a su vez,
en tanto que la exportación del capital equivale a recibir como contrapartida un derecho, que deberá
hacerse efectivo en el futuro, la exportación de mercancías implica recibir un pago inmediato como
finiquito.
Por su parte, la importación de mercancías implica un pago al país exportador, cualquiera que sea la
forma en que se materialice dicho pago, en tanto que la importación de capitales implica una
exportación de valores cuyo importe deberá pagarse a cierto plazo. Si las exportaciones de mercancías se
traducen en la recepción de ingresos, la exportación de capital tiene como contrapartida la importación
de valores bursátiles. Sólo en el caso de que la deuda no se recupere, total o parcialmente, el monto no
recuperado representará una transferencia unilateral de fondos.
Por lo antes expuesto, los ingresos de la importación de capital y de la exportación de bienes y servicios
se suman a la oferta de divisas en el mercado de cambios del país en cuestión e inversamente, la
exportación de capital y la importación de bienes y servicios se suman a la demanda de divisas de dicho
mercado. Con el objeto de evitar complicaciones, conviene hablar sólo de exportaciones como concepto
de recepción de ingresos y de importación para los egresos y, para esto, basta considerar el movimiento
de capitales como lo que es: una transferencia de títulos contra fondos o derechos de giro. Así, una
exportación de capital es equivalente a una importación de títulos de deuda o que acredita una
propiedad, y la exportación de capital equivale a una importación de títulos.
Se llega de esta manera a una situación simplificada mediante el manejo de tres clases de conceptos o
rubros generadores de ingresos en divisas:
La exportación de mercancías,
La exportación de títulos
Por consiguiente, habrá también tres rubros que representan el egreso o gasto en divisas:
La importación de mercancías,
El pago de servicios recibidos del exterior,
La importación de títulos.
Los aumentos de las reservas normalmente son reflejo de los saldos netos positivos de la balanza en
cuenta corriente y que no han sido intervenidos rentablemente en el exterior ni empleados para
cancelar adeudos o adquirir inversiones de extranjeros en el país y que, por lo tanto, el país decide
invertir en un bien líquido como el oro y las divisas, libremente convertibles. En general, las variaciones
de la reserva monetaria internacional de un país son resultado finales del estado de la balanza de pagos,
ya que sus movimientos son inducidos.
Sólo el poder adquisitivo internacional en poder del banco central y de los bancos asociados o sea el que
está bajo el control de las autoridades monetarias, funciona como reserva, a diferencia de aquellos
recursos internacionales en poder de los particulares que, en momentos de crisis, suelen no estar
disponibles para hacer frente a las demandas de divisas en el mercado de cambios. Para satisfacer esta
demanda, el banco central nada más cuenta con sus propias disponibles y, estas disponibilidades varían
en cada país en cuanto a su composición lo cual puede consistir en oro, plata, depósitos en bancos del
exterior, valores firmes y de corto vencimiento en poder del banco central; más el importe del derecho
de giro en el fondo Monetario Internacional. En cuanto a los valores internacionales, propiedad de los
bancos privados del país y las tenencias de las empresas y los individuos, suelen no considerarse como
reserva internacional.
Estas transferencias son de dos clases: las obligatorias por daños y perjuicios (derivadas de tratados de
paz) y voluntarias (públicas o privadas). Ambas pueden ser contractuales donaciones de carácter militar
o para ayuda económica o no contractuales, como las que efectúan los que emigran a otro país.
El pago de reparaciones no debe confundirse con el pago que suele hacerse a individuos y a empresas
extranjeras por concepto de indemnizaciones debidas a expropiación de activos. Estos pagos
corresponden propiamente a la nacionalización de inversiones propiedad de extranjeros. En cambio, si
deben asimilarse al concepto de reparaciones los pagos a extranjeros por daños y perjuicios sufridos
(durante una guerra civil por ejemplo) en propiedades localizadas en el territorio nacional, porque en
este caso el país pagador no recibe contraprestación económica alguna.
ERRORES Y OMISIONES: El rubro de errores y omisiones no es sino un agregado necesario para igualar el
total del debe (ingresos) con el total del haber (egresos) de la balanza de pagos. Su cuantía está dad por
la diferencia numérica entre ambas columnas de la balanza y tiene su origen en que todos los registros
contables se pueden anotar con exactitud conforme a los principios de la partida doble, debido a
múltiples circunstancias. Este rubro llevará el signo positivo o negativo, según que le valor del pasivo sea
superior al del activo, o a la inversa. Los errores y las omisiones se deben a las diferencias en el registro
estadístico de los valores por exportaciones e importaciones de bienes y servicios, debido a las
diferentes fuentes de información y también a que ciertos rubros sólo son objeto de estimación, así
como a las inexactitudes en el registro de los movimientos en la cuenta capital.
Si fuera posible hacer el asiento contable rigurosamente, de acuerdo con la partida doble, de todas y
cada una de las operaciones con el exterior, los países dispondrían de un computo exacto, en el cual no
cabría el rubro de "errores y omisiones" . Pero como no hay país que disponga de un control y de la
veracidad absoluta en valores monetarios de sus cuentas internacionales, la diferencia entre el activo y
pasivo totales se obtiene por sí sola y se anota bajo el rubro de "errores y omisiones", ya que, por
definición contable, los valores del activo y los del pasivo de la balanza de pagos deben ser exactamente
iguales.
Así como el debe y el haber del balance de una empresa resultan siempre numéricamente iguales, en el
balance de pagos de un país deberían registrarse, también, una igualdad. Empero, solamente en la
contabilidad de una empresa es posible llevar un control exacto de todas y cada una de las operaciones
con asientos por partida doble, hecho que resulta imposible en las operaciones de un país con el
exterior. El contrabando. La ocultación de valores por los exportadores y los importadores, las compras y
ventas fronterizas, los gastos de viajeros y muchos otros factores imposibilitan la anotación exacta de
todas y cada una de las operaciones en ambos lados del balance de pagos.
Cuando una empresa registra, en un lapso de sus operaciones, déficit o superávit, el equilibrio de su
balance general, se logra alterando el capital contable. Pero tratándose de las cuentas de un país con el
exterior, la diferencia estadística entre el debe y el haber sólo responde a partidas omitidas o
erróneamente registradas, exactamente, a partidas no compensadas, ya que una omisión puede
compensarse con un asiento con signo contrario al que debería tener la omisión no registrada.
Para comprender mejor esta situación es necesario partir de los siguientes principios:
Primero: Las relaciones económicas internacionales deben mostrar en conjunto que la suma de los
gastos exteriores de todos los países deben ser exactamente igual a la suma de todos los ingresos
percibidos del exterior. Esto quiere decir que cualquier gasto que haga una nación en el exterior implica
que deberá haber una percepción equivalente para alguna otra u otras, pues el mundo no puede vender
más de lo que compra, ni comprar más de lo que vende. Las naciones en particular pueden tener déficit
o superávit, pero la totalidad de pagos e ingresos entre países deberá nivelarse.
Segundo: Para cada país en particular el conjunto de cuentas con el exterior deberá ajustarse también a
un principio similar; o sea, que referido a un período determinado, los ingresos que reciba habrán de
igualarse a los pagos que efectúe, si se incluyen los cambios en los préstamos y las inversiones de
carácter internacional.
Estos dos principios nos indican que, tomando en cuenta la totalidad de los países que participan en el
intercambio y el conjunto de valores por mercancías, servicios y capitales transferidos, éste no puede
arrojar diferencia, puesto que el valor total de los pagos deberá ser idéntico al de los ingresos. En cuanto
a los países en particular, sus balanzas de pagos (en equilibrio contable por definición) registran,
comercial o financieramente, déficit o superávit. Para lograr el equilibrio contable será necesario, en el
caso de déficit, que el país en cuestión sufra una disminución de sus reservas de oro y divisas, que reciba
un saldo neto por préstamos e inversiones del exterior o que liquide inversiones en el extranjero;
concretamente, que se registre un saldo a su favor en la cuneta de capital. En caso de superávit, se
requiere que el país exporte capital por la diferencia, ya sea que invierta o conceda crédito, que amortice
deudas exteriores, que incremente sus reservas, o bien que adquiera inversiones de extranjeros en su
propio territorio. El desequilibrio puede ser positivo o negativo. Es positivo cuando la balanza de
transacciones en cuenta corriente arroja un saldo favorable, derivado de que el valor de los bienes y
servicios comprados al resto del mundo y, cuando este saldo es desfavorable, indica que aconteció un
fenómeno contrario.
Ya sea que el país preste capital o lo reciba en préstamo, que adquiera inversiones en el exterior o las
liquide, que aumente o disminuya su reserva, no son sino diferentes maneras de importar o de exportar
capital. De ahora en adelante nos referiremos a todos estos conceptos bajo el rubro de movimiento de
capital. Cuando hablemos de saldo neto significa saldo final, positivo o negativo, que resulta de la suma y
resta de estos conceptos. En efecto, la adquisición de reservas en oro y divisas equivale a una inversión
internacional y su venta a una desinversión. El pago de un pasivo al exterior a la obtención de un
préstamo de éste también equivale a un, movimiento de capital, semejante al movimiento que se
registra cuando el país recibe una inversión directa o la efectúa.
Desde la década de los veinte, los desequilibrios de la balanza de pagos han sido objeto de atención
especial debido a tres acontecimientos: los efectos de las dos guerras mundiales y los de la Gran
Depresión
De un lado, los problemas del mundo subdesarrollado y, de otro el crecimiento de los países más
industrializados;
el desequilibrio estructural entre países y la escasez de d& lares a que dio origen;
El desequilibrio positivo del centro acreedor mundial con una política de trasfondo con fines políticos y
militares, aunque se la revistiera con la reconstrucción y el desarrollo;
Dos áreas en disputa por el control del mundo con sus políticas bien perfiladas: sostener al capitalismo o
establecer el socialismo
Fuerzas centrífugas o de disgregación y fuerzas centrípetas o de aglutinamiento en cada una de las dos
áreas.
Dentro de este contexto histórico del mundo contemporáneo, lograr el desarrollo y el equilibrio
adquirieron importancia central en el análisis económico. Tanto las economías nacionales como la
economía mundial misma fueron objeto de atención con vistas al desarrollo económico social o al
crecimiento con equilibrio. Cuando el equilibrio se pierde, el problema adquiere significativa importancia
lo referente a restablecerlo con los menores trastornos posibles y al menor costo social. Sin embargo,
esto no excluye que haya otras maneras de abordar y enfocar los fenómenos económicos, sobre todo en
el campo del crecimiento y del desarrollo económico.
Ya desde los clásicos existía la preocupación por estudiar los fenómenos económicos desde otro ángulo
como la determinación del origen del ingreso y de la riqueza, y los principios que regulan la distribución,
así como los efectos del comercio internacional sobre el ingreso mundial y su distribución entre los
países cocambistas.
En general, en un sistema económico dado, se afirma que hay equilibrio cuando el conjunto de fuerzas
que se contrarrestan producen un estado con tendencia al reposo. Cuando el equilibrio establecido
tiende al desequilibrio se habla de equilibrio inestable. En balanza de pagos el equilibrio o desequilibrio
está relacionado con cantidades de entrada o de salida que se compensan o no; es decir, cuando las co-
rrientes de fondos en sentidos opuestos se nivelan o acusan desajuste. En el comercio internacional se
define el equilibrio como "aquel estado de la balanza de pagos que en el tiempo oportuno permite el
mantenimiento de una economía abierta de una manera continuada sin un paro riguroso". Esta
definición resulta inapropiada para los países que aún yacen en el subdesarrollo y que sé caracterizan,
ante todo, por un alto subempleo de la mano de obra causado por la escasez de ciertos recursos, o por
su desperdicio e ineficiente utilización. Por supuesto que las economías subdesarrolladas una en realidad
aspiran también al máximo nivel de equilibrio externo compatible con los menores niveles posibles de
subempleo.
Una de las condiciones de este equilibrio estático consiste en que las exportaciones se igualen con las
importaciones con pequeños o nulos movimientos de capital autónomo a corto plazo, a diferencia del
equilibrio dinámico considerado de mayor duración que se logra cuando el exceso de importaciones se
financia con movimientos autónomos de capital a largo plazo que 1 siguen una dirección normal, o sea,
desde los países con bajas tasa de interés hacia países con tasas mayores. Sin embargo, estos equilibrios
de la balanza contemplan criterios de carácter financiero. Un equilibrio de la balanza de pagos desde el
ángulo económico debe comprender también aspectos como los siguientes: si el equilibrio externo
implica perpetuar el subempleo, ¿ puede esta situación considerarse como una posición de equilibrio
estable y a la vez deseable? ? Igual pregunta cabe hacer cuando el equilibrio se apoya en reducciones de
los salarios o en exageradas protecciones restricciones al comercio exterior.
Resulta evidente que si el logro del equilibrio externo a cambio del desempleo doméstico es una
posición inaceptable en los países industrializados, mas aún deberá serlo cuando a cambio de dicho
equilibrio se perpetúe el subdesarrollo económico
Según el autor antes citado, en términos estáticos el equilibrio significa que las exportaciones se igualen
a las importaciones y, en términos dinámicos, que las exportaciones pueden diferir de las importaciones
a condición de que la desigualdad sea transitoria o que sea financiada con capital autónomo a largo
plazo. No son estos tipos de equilibrio los que interesan a los países menos desarrollados en tanto no
logran transformar su estructura económica.
Las estructurales que tienen estas características: se deben a causas básicas que enraízan en la economía
y su corrección requiere de medidas radicales que requieren de un largo plazo. Dentro de éstos podemos
distinguir dos grupos:
El estructural del mundo en su conjunto con varios centros acreedores mundiales frente a múltiples
países deudores, con creciente desnivel en el ritmo de progreso tecnológico y de acumulación de capital,
en contraste ante países con numerosa población empobrecida y sujeta a una dependencia cada vez
mayor.
Los estructurales de los países subdesarrollados o estructurales al nivel de los factores (caracterizados
por economías duales y alta dependencia del exterior).
Los no estructurales con estas características: son secundarios o derivados de los estructurales, se
pueden contrarrestar, a corto plazo, con medidas compensatorias o eliminar con medidas correctivas.
Los más importantes y usuales son:
Nos referimos a los desequilibrios del grupo II cuyas características consisten que son de corto plazo y
susceptibles de contrarrestarse o corrergirse. trataremos las diferentes clases de desequilibrios de dicha
balanza con el triple propósito de:
Exponer las diferentes medidas que suelen emplearse par hacerles frente y restablecer el equilibrio.
Hemos visto que en general hay esencialmente tres clases de equilibrio de la balanza de pagos: el
contable, el financiero, el económico. Haremos breve exposición de cada uno de ellos:
EQUILIBRIO CONTABLE:
Toda balanza de pagos responde y se rige por una ecuación de definición, y su necesaria nivelación se
logra solamente desde el punto de vista contable, mas no en términos económicos. En este sentido
balanza de pagos registra globalmente equilibrios numéricos, mas no así las balanzas parciales.
De esta forma, si la balanza de mercancías (in strictu sensu) es desfavorable, el desequilibrio parcial
resultante no plantea problemas en sí, sin antes tomar en cuenta los saldos de la balanza de servicios la
de capitales. Inglaterra ilustró por muchos años esta situación. Sus importaciones fueron normalmente
superiores a sus exportaciones la diferencia estuvo compensada principalmente con los ingresos que
obtenía del exterior por rendimientos de sus inversiones en ultramar y por servicios marítimos prestados
a otros países que, incluso, producían saldos favorables en la cuenta corriente, que destinaba la inversión
en el exterior.
La balanza comercial, por su importancia cuantitativa, representa en todos los países el concepto de
mayor significación de la balanza de pagos y a la vez constituye la cuenta sobre la cual los gobiernos
tienen más influencia para nivelar sus pagos con el exterior. Aún más, muchos ingresos por servicios
fluctúan en proporción estrecha con el volumen del comercio de mercancías, pues resulta evidente que
la balanza de comercio, al dar origen a ingresos y egresos por la compraventa de mercancías, origina
también ingresos y egresos internacionales por concepto de servicios derivados de dicho movimiento
comercial. Un mayor volumen de comercio ocasiona automáticamente incrementos en el volumen de
pagos por concepto de alquiler de barcos, tráfico de pasajeros, derechos de tránsito, comisiones a
corredores y a bancos, intereses, seguros y reaseguros, fianzas, derechos de puerto, correos y telégrafos,
teléfono y cable, gastos de viajeros, gastos por sostenimiento de consulados y embajadas, etc.
En cambio, la cuenta de capital es la que acusa mayores fluctuaciones debido a que está influida por
factores económicos y políticos inherentes a cada país. Resulta obvio que esta cuenta representa una
corriente de fondos sobre la cual los gobiernos de los países menos desarrollados escasamente pueden
influir para proporcionar con regularidad ingresos del exterior del país. Por estas razones, cuando se
pretende hacer frente al déficit externo, se fija la atención sobre las exportaciones y las importaciones
de bienes y servicios que son, no sólo los renglones más importantes de ingresos y egresos, sino los más
influibles y elásticos.
El que la balanza de pagos necesariamente resulte equilibrada parecería conducir a que los países
deudores no tienen por qué preocuparse acerca de cómo saldar sus cuentas con el exterior. Sin
embargo, tiene importancia la forma como se logra el ajuste contable. Una diferencia radical se presenta
cuando un país obtiene ingresos suficientes del exterior, derivados de su actividad exportadora, respecto
a los que obtenga endeudándose o comprometiendo su patrimonio con inversiones privadas directas,
con las consecuencias políticas, económicas y financieras consiguientes. O lo que resulta peor, que
obtenga el equilibrio de su balanza a costa de un bajo nivel de ingresos y de subempleo, lo que equivale
a aceptar el estancamiento económico en aras del equilibrio externo.
Aunque contablemente no puede haber desequilibrio, los países, suelen verse afectados por dos clases
de desequilibrios reales de la balanza de pagos que son: el financiero y el económico. Este último puede,
a su vez, ser fundamental o secundario. Aquí nos referimos al financiero y al económico a corto plazo o
secundario.
Existe déficit financiero cuando las operaciones autónomas que requieren un pago exceden a las
operaciones autónomas que producen ingresos. El desequilibrio financiero normalmente se ajusta
mediante corrientes de capita dentro de las cuales las variaciones de la reserva monetaria (la
importancia de los movimientos de la reserva es doble: en lo externo como recurso nivelador de lo
desequilibrios estacionales de la balanza de pagos del sistema bancario nacional) constituyen una simple
variante del movimiento internacional de capitales. Cualquier exceso de importaciones deberá ser
financiado con ahorro externo, y cualquier excedente de exportaciones será invertido en el exterior. En
estos casos los desajustes de la cuenta corriente originan corrientes inducidas de fondos.
Recordemos el principio invariable, cuando lo aplicamos a la totalidad de los países, consistente en que
los saldos positivos los acreedores son equivalentes a los saldos negativos de los deudores. Este principio
también es aplicable a cada país en sus relaciones comerciales y financieras con los demás países, a
condición de que sea incluyan los movimientos de la cuenta de capital. Sin embargo, él equilibrio de la
balanza de pagos logrado con movimientos de capital (equilibrio-financiero) al convertirse en persistente
en sí acusa un desequilibrio económico al revelar que los ingresos de la cuenta corriente resultan
insuficientes para cubrir los pagos por importaciones de bienes servicios; por lo que, en última instancia,
el gasto nacional total (absorción más importaciones) supera al producto nacional, en cuyo caso él. país
consume capital o se endeuda con el exterior.
El equilibrio logrado en esta forma puede todavía corresponder a u a situación económica precaria
sostenida con la recepción de inversiones privadas del exterior y préstamo internacionales dado su
carácter inestable, a menos que formen parte de un plan de desarrollo económico como complemento
al ahorro nacional.
Las principales relaciones entre las balanzas parciales que integran el balance de pagos de cualquier país
son:
El saldo de la balanza comercial puede cubrir o ser cubierto total o parcialmente con el saldo de la
balanza de servicios.
El saldo de la balanza en cuenta corriente tiene que cubrirse íntegramente con un saldo equivalente de
la balanza de capitales.
Si la balanza de capitales, después de nivelar los pagos de la cuenta corriente aún arroja un saldo, éste es
el que aumenta o disminuye la reserva monetaria internacional de los países, a menos que el país
emplee el saldo para otorgar donativos otra transferencia unilateral de ingresos.
Se desprende que los aspectos financieros del balance de pagos son consecuencia de factores
constituyen el trasfondo de una situación que se manifiesta en el mercado de cambios, y que lo deseable
y fundamental es lograr el equilibrio externo nivelando los egresos totales con los ingreses corrientes sin
producir desempleo ni pérdida persistente de la reserva o que implique endeudamiento continuo. Esta
situación significa que el equilibrio estático de la economía y el equilibrio del balance de pagos resultan
compatibles a condición de que la suma de las exportaciones y la inversión interna se igualen con las
importaciones y los ahorros internos. Ambos conceptos, desde el ángulo económico, están
estrechamente ligados al hecho de que el gasto nacional total (en el país y en el exterior) no debe
sobrepasar al ingreso real percibido. Como éste está principalmente determinado por la productividad
comparada de la fuerza de trabajo respecto a la de aquellos países con los que se efectúan los mayores
intercambios de bienes y servicios, se desprende que son factores ligados a la estructura económica los
que en último extremo determinan el equilibrio o el desequilibrio económico con el exterior, en estrecha
relación con la política de gasto nacional y la paridad cambiaría establecida.
En definitiva, desde el ángulo económico, una balanza está en desequilibrio cuando el país está gastando
aquellas partes de capital nacional que consisten en existencias de oro y divisas o en activos de su
propiedad en el exterior o que sostiene su nivel de gasto con recursos provenientes del endeudamiento
o de la recepción de inversiones directas, Estos recursos tienen estas desventajas: a cierto plazo
presionan la balanza de pagos, acentúan la dependencia externa y son más irregulares respecto del
ingreso por exportaciones. Por estos hechos al expresión favorable o desfavorable de la balanza de Pagos
está estrechamente asociada con la capacidad competitiva del país y con el comportamiento del gasto
total al que, a la vez, proyecta su influencia. sobre la fortaleza o debilidad del tipo de cambio. Por tal
asociación suele decirse que el tipo de cambio vigente es sólido o débil según la forma como el país
nivele sus gastos con sus ingresos (nacionales y extranjeros).
Por lo tanto, el desequilibrio económico esencialmente se corrige variando el gasto total para ajustarlo al
producto nacional (incluidas las exportaciones y las importaciones) o bien incrementando la producción
exportable o sustituyendo importaciones, con el fin de que P + M = C + I + X. de no cumplirse esta
igualdad trátase de un problema básico, y no ve y transitorio, ya que este desequilibrio económico
adquiere importancia según la cuantía en la que el gasto nacional exceda persistente al ingreso real
generado.
El concepto tradicional de equilibrio del balance de pagos se ha modificado con vistas a relacionarlo con
la situación económica y social del país. No basta que las partidas corrientes del activo se igualen con las
del pasivo. Es necesario también que no haya endeudamientos exagerados con el exterior al mismo
tiempo que el equilibrio de la balanza no se logre a costa de un desequilibrio social (causando deso-
cupación o reducción de los salarios) que al final de cuentas inciden sobre los niveles de vida de los
trabajadores. Con este desequilibrio social suele encubrirse el desequilibrio externo al precio de
sacrificar los consumidores nacionales.
También suele emplearse para proporcionar al país una falsa capacidad competitiva en el mercado in-
ternacional o en el propio mercado nacional frente a la sustitución de importaciones. Desde el ángulo
del ingreso y el gasto nacionales, el equilibrio se rige por el principio de que en lo interno y en lo externo
una economía no puede gastar más de lo que recibe en forma autónoma, y que en caso de lograr el
equilibrio se debe a que financia su exceso de gasto con importaciones de capital.
Por supuesto, la balanza de pagos ha de apreciarse como el resultado de la actividad económica de cada
país, que refleja tanto el nivel de productividad comparada como el de su dependencia externa. Sin
embargo, suelen relegarse estos aspectos básicos para concentrar la atención en hechos que aparecen
en la superficie, al olvidar que la balanza de pagos es un producto de algo que básicamente subyace
como cimiento de todo cuanto es la misma estructura económica del país y el grado de dependencia
externa, aspectos arraigados en factores estructurales y no circunstanciales. Cuando el curso de la eco-
nomía se desajusta y entra en retroceso, todo lo que se haga en función y con miramientos basados en la
balanza de pagos conduce un falso enfoque al descuidar que es la estructura económica y la eficacia de
la actividad las que necesitan reformas y no simples medidas superficiales tendientes a corregir
afloramiento comerciales, monetarios y financieros en general.
Para que sea estable el equilibrio de la balanza de pagos, se debe sustentar en la capacidad competitiva
de la economía de la cual emerge, pero sin olvidar que el equilibrio por sí mismo no es un desideratum.
Lo deseable es que el equilibrio externo se alcance con él más alto nivel de la actividad interna y que se
obtenga mediante la exportación de bienes y servicios y no el equilibrio por el equilibrio a cualquier
precio.
Las causas de los desequilibrios son de dos clases: las generales básicas, y las específicas en cada caso y
para cada país.
La división del mundo en dos áreas con un mínimo de comercio entre ellas, que repercute en una
deficiente utilización de los recursos mundiales y en un comercio menor para todos.
Las crisis de la economía capitalista que ha conducido a do guerras mundiales y a la Gran Depresión,
fenómenos que en el curso de los últimos cuarenta anos han agudizado las diferencias entre los países,
en cuanto a poder productivos niveles de vida y capacidad de negociación.
El desarrollo desigual del mundo, que propicia mayor crecimiento económico de unos países y retrasa el
de otros ampliándose así la brecha que los separa al estructurar una economía mundial basada en la
paradoja de que de un lado> la bonanza de unos países se debe en parte a la miseria de otros países, y
de otro lado que mientras más necesaria es la cooperación internacional ésta se vuelve cada vez más
difícil. En realidad mayor intercambio no equivale a incrementos en la cooperación internacional sino a
dependencia y subordinación de unos en beneficio de los otros. El progreso técnico y sus frutos no se
distribuyen entre los países en forma equitativa, y las ventajas de esas técnicas suelen emplearse para
apoyar a intereses creados.
La gran capacidad productiva de los países más desarrollados (especialmente la de Estados Unidos) ha
fomentado cl predominio monopólico de sus empresas fincado en las ventajas de esa elevada
productividad, la que es empleada en forma creciente para financiar gastos bélicos y no para apoyar el
desarrollo económico y fomentar así la cooperación y el intercambio internacionales.
El proceso inflacionario, que ha favorecido en realidad a las minorías nacionales privilegiadas, agravando
la defectuosa distribución del ingreso dentro de los países menos desarrollados, que acentúa el
desequilibrio externo.
El incremento de la población y los anhelos por incrementar sus niveles de consumo, sin que dispongan
de los recursos económicos para satisfacer estas aspiraciones (el llamado efecto demostración difundido
de manera creciente gracias a los medios de comunicación modernos) acompañados de un deficiente
empleo del ingreso generado y de la capacidad productiva existente.
Las causas anteriores han contribuido a acentuar las diferencias económicas, políticas y sociales entre los
países y entre los sectores de cada país, doble situación que genera desequilibrios de la balanza de pagos
de muy variada naturaleza. Estos desequilibrios básicos y de largo plazo pueden agruparse en tres clases.
1] Los Desequilibrios Seculares (o estructurales de la economía mundial a muy largo plazo), resultado de
cambios económicos profundos que ocurren lentamente de una generación a otra. Estos desequilibrios
tienen un largo período de gestación y las mutaciones suceden paulatinamente. Al final generan cambios
económicos profundos a través de una o más generaciones, como sería la transición de una producción
predominantemente agropecuaria a una economía industrial, o de la etapa de una economía basada en
la industria ligera a la etapa de industria eminentemente pesada, o por cambio de sistema de
producción.
Los factores que llegan a producir estos cambios están ligados a cambios radicales en la tecnología, a
profundas alteraciones en la demanda de capital y en la demanda de bienes y servicios, o a cambios
cuantitativos y cualitativos de la población, entre otros aspectos.
2] Los Desequilibrios Positivos de los países centros acreedores mundiales que por su dimensión
internacional producen desequilibrios en todas las economías dependientes. Estos desequilibrios tienen
su origen en la persistencia política restrictiva de los centros acreedores mundiales que en forma
constante presionan la balanza de pagos de los países deudores al no recibir apoyo financiero suficiente
para el desarrollo sobre todo facilidades para el intercambio comercial.
A menudo se eluden las repercusiones de estos desequilibrios positivos de la cuenta corriente de los
países más desarrollados, o sencillamente no se les menciona. Sin embargo estos desequilibrios
constituyen el principal factor causante de desequilibrios negativos de los países en proceso de
desarrollo, ya que al no ser revertido los grandes saldos positivos por las vías comercial y financiera con
propósitos productivos, reducen la capacidad de compra externa de los deudores.
Es cierto que los desequilibrios negativos son los que abundan y dan origen a dificultades en la mayoría
de los países y por ello la atención suele concentrarse en éstos, mientras que los desequilibrios positivos
son objeto de atención más como una meta por alcanzar y no por el verdadero papel que desempeñan.
Sin embargo, la política del país o países que constituyen el centro o centros acreedores del mundo
resulta tan importante y decisiva para el resto del mundo ya que al apegarse a una política de gasto
restrictiva, la misma repercute en su propia economía y sobre el comercio mundial, agravando así el
desequilibrio internacional de los países deudores.
3] Los Causados Por El Desarrollo o estructurales de las economías nacionales menos desarrolladas,
debido a que en las primeras etapas del desarrollo la inversión interna supera persistentemente al
ahorro nacional, y al financiar la diferencia con expansión monetaria y ahorros del exterior,
inevitablemente las importaciones superan a las exportaciones. El desequilibrio se manifiesta en un
endeudamiento creciente, en inflación v devaluaciones, en restricciones al comercio y a los pagos como
recursos para enfrentar el desequilibrio. Este desequilibrio de la balanza, causado por el desarrollo, es
uno de los precios que los países menos desarrollados tienen que pagar por el propósito de operarle
alteraciones radicales a su estructura económica.
Las causas específicas (que en buena parte son el resultado de las causas básicas) tienen variada
naturaleza en cada país según el grado de evolución económica respectiva.
Cuando una nación está pagando lo que compra, sobre una base sostenible a largo plazo con sus propios
ingresos corrientes, se dice que su balanza de pagos está en equilibrio. Sin embargo, este criterio es una
primera aproximación porque puede lograrse un equilibrio encubierto, sustentado en la imposición de
restricciones directas e indirectas al comercio y a los pagos, o produciendo desempleo o a costa de
salarios menores respecto a la productividad de la fuerza de trabajo, en cuyo caso se plantea al
problema de ponderar costos y rendimientos sociales. No basta que las cantidades de divisas ofrecidas
igualen a las demandadas, aunque no haya necesidad de movimientos compensatorios de oro y divisas,
o de capital a corto plazo. Un equilibrio de los pagos exteriores de esta naturaleza puede ser tan falso
como el obtenido mediante el control de cambios o por otros dispositivos restriccionistas, sólo que al
encubrirse con medidas que no tienen manifestación cuantitativa directa, no aparece registrado en la
balanza de pagos ni en el mercado de cambios.
Los causados por hechos circunstanciales o fortuitos como son los estacionales y los aleatorios: los
primeros se caracterizan por su regularidad, y los segundos porque son ocasionales y circunstanciales.
Los causados por factores preponderantemente monetarios y que se concretan en diferencias de precios
y de ingresos: que suelen generarse por expansión monetaria y por crecimiento nominal del ingreso.
Estructurales de la balanza de pagos: causados por la pérdida de ingresos en divisas de uno o varios
renglones principales de la balanza de pagos, ya sea por grandes pérdidas de capital, drásticas
reducciones de la oferta exportable o por descenso de la demanda externa. En este caso se buscan las
fuerzas que determinan el descenso del ingreso de divisas.
Cíclicos o coyunturales debidos a los cambios generales de la demanda internacional y que afecta las
corrientes de capitales ligadas a las fluctuaciones cíclicas de la actividad económica de los centros
industriales.
Naturalmente que las medidas puestas en acción para enfrentar un desequilibrio dependerán de la
naturaleza y la causa o causas que o hayan producido. Sin embargo, las medidas pueden clasificarse en
dos grupos: las correctivas que pretenden atacar las causas y las compensatorias que tienden a
contrarrestar o a eliminar los efectos del desequilibrio. Pero realmente lo que acontece en el mundo de
los hechos es que las autoridades monetarias se enfrentan a desequilibrios causados por una
combinación de fuerzas, y obviamente las medidas puestas en acción deben tener una naturaleza
similar, ya que en última instancia suele requerirse un reajuste de la producción y del gasto.
De todas maneras resulta aleccionador mencionar las principales medidas aplicables a uno y otro caso:
A) MEDIDAS CORRECTIVAS
La deflación que exige sacrificios mediante la reducción del ingreso, o sea disminución de los salarios y
aumento de los impuestos (al consumo al ingreso) con el doble fin de disminuir la demanda de
importaciones y de aumentar las exportaciones hasta nivelarlas.
La devaluación de la moneda medida que permite, bajo ciertas condiciones de elasticidades, aumentar
las exportaciones y disminuir las importaciones sin sacrificar el empleo y el nivel de ingresos a cambio de
reajustar el valor externo de la moneda a su valor interno. de
B) MEDIDAS COPENSATORIAS
Control de Cambios.
Estimulas a la exportación.
Estos instrumentos o medios de acción para corregir o contrarrestar los desequilibrios de la balanza de
pagos a corto plazo, pese a que son de diferente naturaleza, se pueden clasificar en dos grupos.
Financieros,
Comerciales.
Ambas clases de instrumentos suelen aplicarse en forma combinada. Aun en el caso de aplicar una
medida correctiva como la devaluación, será necesario complementarla con otras medidas de carácter
comercial y financiero a fin de que los efectos del cambio de la paridad monetaria se fortalezcan o al
menos que no se vean contrarrestados. En caso de recurrir a medidas correctivas o compensatorias
nunca se emplea una de ellas en forma aislada, sino en forma combinada.
Sin embargo, ciertos desequilibrios que ocurrían continuamente se corregían a corto plazo: a) en el
patrón oro mediante movimientos de metal; b) en patrón libre por variaciones del tipo de cambio, y c)
con Control de Cambios por las restricciones al comercio y el de las divisas. Actualmente los
desequilibrios se generan y operan en condiciones bien diferentes. De esta manera es muy común que a
los controles al comercio exterior (directos o indirectos) se les considere como medidas correctivas en
contra de los desequilibrios de la balanza de pagos, porque es evidente que un control comercial, por
eficaz que se le suponga, en lugar de corregir sólo contrarresta, ya que sólo ataca el efecto, sin suprimir
la causa.
También el Control de Cambios suele ser considerado como medida correctiva para el caso de
desequilibrio de la Balanza de Pagos causada por una fuga de capitales. Teóricamente podría aceptarse,
si se llenaran ciertas condiciones especiales difíciles o imposibles de lograr desde el punto de vista
práctico. Por tal motivo, el Control de Cambios por sí mismo tampoco suprime las causas que generan la
salida de fondos; en realidad, a veces suele acentuarlas.
Aún más, en caso de que el Control de Cambios opere eficientemente en forma temporal, aun cuando la
evasión de capitales quedara eliminada, es evidente que no podríamos atribuir a dicho control la
desaparición de las causas que hubieran motivado a los individuos a exportar capital, ya que el efecto del
Control como medida compensatoria sólo es útil para frenar las huidas de capital, tanto las causas reales
que las producen (inestabilidad política, busca de seguridad para los fondos, desconfianza en la
estabilidad de la paridad cambiaria etc.). no sean eliminadas con medidas apropiadas.
La eficacia de las medidas que se apliquen para combatir los desequilibrios depende de varios factores y
circunstancias, pero principalmente de:
La capacidad del país para aplicar medidas que corrijan o contrarresten el desequilibrio.
Asimismo, determinar las características generales en cuanto al grado, duración y amplitud, que miden la
importancia de un desequilibrio en sus tres dimensiones (profundidad, plazo y extensión) equivale a
enfrentarse al problema de decidir si dicho desequilibrio es fundamental o secundario y, por tanto, si
deben aplicarse medidas correctivas en el primer caso o compensatorias en el segundo. Los índices más
usuales para determinar la importancia de un desequilibrio son:
Finalmente, la capacidad del país para hacer frente a un desequilibrio es como la cuarta dimensión,
puesto que el grado la duración y la amplitud del desequilibrio variarán de importancia en función de los
medios con que un país cuente para hacerle frente con eficacia. Así, el país centro tiene mayores
posibilidades de combatir un desequilibrio de origen cíclico, que un país periférico. Dentro de éstos hay
todavía varios grados, según se trate de un país como República de Honduras o de México. De igual
manera, un desequilibrio de precios se combatirá con mayor eficacia en Inglaterra país que tiene
técnicas de regulación monetaria más eficaces que en Venezuela, por ejemplo.
Existe una estrecha relación entre estas magnitudes. Las relaciones más generales e importantes son:
Los efectos que las exportaciones ejercen sobre las variaciones del ingreso;
El efecto que los cambios del ingreso tienen sobre el monto de las importaciones; y
La acción de las variaciones del ingreso sobre la balanza de pagos se efectúa a través del multiplicador de
ingresos, y la influencia de la balanza de pagos sobre el Ingreso se ejerce vía el multiplicador externo.
Es decir, en una economía abierta la actividad económica nacional forma parte de la economía mundial
y, por tal razón, el gasto total en consumo e inversión se divide en gasto interno y gasto externo. Por su
parte, el ingreso nacional tiene dos fuentes, la interna y la externa. Como consecuencia de estas
relaciones del gasto-ingreso nacional con el internacional, se generan también corrientes de ahorro e
inversión entre los países. De estas conexiones se deriva la posibilidad de que las exportaciones y las
importaciones de bienes y servicios no necesariamente se equilibren, surgiendo la necesidad de
transferencias de capital que funjan como niveladores de las diferencias netamente comerciales. Si en lo
interno la inversión nacional es superior al ahorro nacional, la diferencia deberá financiarse con un
déficit de la balanza en cuenta corriente. En el caso de que e ahorro interno sea mayor que la inversión
nacional habrá superávit en la cuenta con el exterior, o sea inversión del país en el exterior.
Existe el hecho inevitable de que todo ingreso creado tiene por fuerza un destino, y de que todo gasto
deficitario tiene una fuente & financiamiento. Por ello mismo se establecen a fortiori relaciones entre el
ahorro y la inversión internas con la cuenta corriente de la balanza de pagos. Basta recordar que el saldo
de ésta es numéricamente igual al saldo de la balanza de capitales, sólo que de signo contrario. En el
caso de que un país invierta más de lo que ahorra, financiando la diferencia con expansión monetaria,
ésta generará a cierto plazo el déficit necesario en la cuenta corriente para cubrir la diferencia con
importaciones de capital, con desinversión internacional (por la venta de activos exteriores, incluida la
reserva) o producirá el ajuste disminuyendo las importaciones.
En una economía cerrada, producto e ingreso son iguales: P = Y. Como P = C + S, suponiendo que todo el
ahorro (S) se convierte en inversión (I) (ya que el ahorro no destinado a incrementar el acervo de bienes
da capital se considera que está representado por inventarios de mercancías), tenemos que Y = C + I
Pero en una economía abierta:
O lo que es igual:
P= C + I + (x - M)
P + M = C + I + X.
Dada la igualdad:
P=O+S
si S = I, podemos escribir:
C + S + M = O + I + X.
S+M=I+X
o lo que es igual:
S-I=X-M
Esta igualdad nos permite deducir que la diferencia entre el ahorro y la inversión nacionales es igual al
saldo de la balanza en cuenta corriente. A esta doble relación suele llamársele el fenómeno de las dos
brechas: La brecha del ahorro y la inversión nacional que debe ser cubierta con la brecha del comercio
exterior.
El saldo de la balanza en cuenta corriente no es algo accidental o independiente del proceso de gastos
interiores y de su distribución en consumo e inversión.
Para mantener el equilibrio en los pagos internacionales es necesario que exista equilibrio no sólo entre
importaciones y exportaciones, sino también entre el ahorro y la inversión internas, o bien que el déficit
externo sea cubierto, a) con un superávit de ahorro nacional o, b) con importaciones de capital.
Se concluye que los gastos totales en consumo e inversión no deben exceder al ingreso nacional, incluido
el saldo de la balanza en cuenta corriente, excepto que éste sea cubierto con importaciones de capital.
Si las exportaciones y las importaciones se nivelan, pero la inversión nacional supera al ahorro, esta
discrepancia producirá
Si suponemos que el país no ahorra ni invierte o que conserva equilibrio entre ambos magnitudes, serán
las exportaciones las que aumenten el ingreso y la expansión de éste, incrementará las importaciones. El
aumento del ingreso se suspenderá cuando las importaciones inducidas e igualen con las exportaciones
autónomas, en función del multiplicador externo. Obvio resulta que el equilibrio de la balanza de pagos
en cuenta corriente se alcanza después de un proceso que concluye cuando las importaciones inducidas
igualan a las exportaciones autónomas. Si además consideramos que las inversiones autónomas deben
nivelarse con los ahorros inducidos, el equilibrio estático lo alcanza un país cuando las exportaciones y
las inversiones autónomas se nivelan con las importaciones y los ahorros inducidos.
De estos hechos se desprende el principio de la identidad fundamental del ingreso en una economía
abierta el cual puede expresarse así: Para una economía abierta el ahorro es igual a la inversión
doméstica más (o menos) el saldo de la balanza en cuenta corriente Esto quiere decir que el ahorro y la
inversión, así como el ingreso y el consumo de un país en economía abierta, no son independientes de
las exportaciones e importaciones sino que se desenvuelven en mutua dependencia.
Esta relación cuantitativa fundamental entre la balanza de pagos en cuenta corriente y el producto
nacional suele expresarse en la ecuación antes expuesta:
PNB = C + I + X - M,
O lo que es igual:
PNB + M = C + I + X
El primer miembro de esta ecuación representa la oferta global y el segundo la demanda final. En forma
más analítica, esta igualdad nos indica:
Que la oferta final de bienes y servicios se integra con el producto bruto de un país, más las
importaciones;
Que la oferta global tiene que ser igual a la demanda final integrada ésta por el consumo y la inversión
internas más las exportaciones;
El destino último de la oferta global por un lado y la procedencia de los bienes y servicios de la demanda
final, por otro.
En general podernos apreciar que las exportaciones y las importaciones de bienes y servicios
desempeñan doble y complementaria función:
Doble en cuanto las exportaciones aumentan los ingresos al país que los efectúa, a la vez que le significa
reducción de la oferta de sus satisfactorias producidos. Las importaciones, por el contrario, disminuyen
el ingreso a cambio de incrementar la oferta de bienes y servicios reales al país de que se trate.
Complementaria porque a la corriente financiera corresponde una corriente real de bienes y servicios
equivalente, cuyos movimientos Son contrapuestos e iguales. En consecuencia, cuando hablamos de
comercio exterior conviene precisar que con las medidas de política comercial lo que se procura es
aumentar los satisfactorias reales a la vez que los ingresos en divisas para pagar éstos.
Expresado en términos monetarios y a juzgar por el origen del ingreso y su percepción, a cambio de la
participación en el proceso productivo, la relación anterior la podemos representar en esta formula:
YNB = W + T + B + U
Esta ecuación nos indica que el ingreso nacional bruto es igual a sueldos y salarios (W), más los
beneficios brutos (T), más los impuestos indirectos netos (B) y la depreciación (U), cuya suma expresa el
costo bruto total de los bienes y servicios producidos, que son equivalente al pago hecho a los factores
de la producción más la reposición del acervo de capital. Como a largo plazo las exportaciones de bienes
y servicios son iguales a las importaciones de bienes servicios, resulta que el producto territorial bruto a
su vez equivale a la demanda final interna de bienes y servicios.
Un exceso de importaciones indica que la demanda nacional de bienes y servicios no se satisface con
valores económicos equivalentes de producción nacional, de modo que la diferencia de la demanda
tiene que cubrirse con dicho exceso de importaciones. En términos de los componentes de la balanza de
pagos, esta situación implica que la parte del producto exportado en un año dado fue insuficiente para
cubrir la demanda total de importaciones y la diferencia habrá de solventarse con un saldo positivo de la
balanza de capitales; o sea que, de acuerdo con la interdependencia del ingreso y la balanza de pagos,
siempre que M > X inevitablemente I > S, por lo que el exceso de inversión deberá cubrirse con
importaciones de capital.
Con el producto en la medida que las importaciones de bienes y servicios representan una fuente
adicional de oferta que al ser sumada a la oferta interna de productos domésticos la diversifican y altera
su monto;
Con el ingreso nacional porque las exportaciones se traduce en ingresos monetarios con las respectivas
repercusiones sobre empleo y el gasto interno.