Estilos de Apego Adulto en Mujeres Profesionales de La Salud y Sus Hijos. Universidad de Los Andes, Venezuela

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AGRADECIMIENTOS

Quiero expresar, en primer lugar, mi agradecimiento a la


Universidad de Los Andes y a la Universidad Autónoma de Madrid,
Instituciones que conjuntamente, me brindaron la valiosa oportunidad de
explorar otras áreas del vasto mundo de las ciencias médicas.

A todos los hombres y mujeres visionarios que promovieron el


convenio entre la Universidad Autónoma de Madrid y la Universidad de
los Andes en especial al Dr. José María Poveda, hombre dinámico, que
transmite energía, confianza y a quien percibo como el principal motivador
que hizo posible el desarrollo de ésta tesis.

Así mismo, quiero agradecer a la Dra. Ingrid Tortolero ejemplo de


constancia, y trabajo, coordinadora incansable, y responsable en gran
medida del éxito del desarrollo del Doctorado de Patología Existencial e
Intervención en Crisis en la ULA.

A los Drs: Jesús Poveda, Rebeca Retamales, Maribel Rodríguez y


José Regio. cuyo dominio en los temas del programa doctoral estimularon
el interés en el estudio de la Patología Existencial en un grupo
heterogéneo de profesionales: Médicos, Enfermeras, Nutricionistas,
Bioanalistas, Economistas, Abogados y criminalistas, entre otros.

A mi esposo, Jesús Ignacio (Nacho) y mis hijos Pedro Daniel,


Diego Ignacio y Jesús Eduardo, mi eterno agradecimiento a Dios por ser
parte de mi vida. Los amo.

Agradecimientos por siempre y por todo a mi Papá, Biagio


Petrosino, a mi “Madre querida” Gilda Tepedino, y a mis queridas
hermanas: María y Marisa.

vi
A mis compañeros de curso, con especial agradecimiento a mis

amigas Maria Arnolda Mejía, Grace Tescari, Moraima Peña,Olga Popoff, y

Carlota Pereira, quienes comparten un espíritu alegre, optimista, y cuyo

apoyo y confianza me ayudaron a continuar en los momentos de “crisis

del doctorado”.

A Asmiria Arenas y Melisse Milano, mis amigas incasables y


pacientes, que siempre encuentran la palabra exacta que aportan,
agregan, sugieren, alimentan y se traducen finalmente en energía y
estímulo para continuar con el desarrollo de la tesis.

Quisiera extender mi agradecimiento a todos mis amigos y a


aquellas personas que contribuyeron con su constancia, apoyo y
paciencia en la culminación de este proyecto.

vii
Duerme, duerme, dueño mío, sin zozobra, sin temor,
aunque no se duerma mi alma, aunque no descanse yo.

Duerme, duerme y en la noche seas tú menos rumor


que la hoja de la hierba, que la seda del vellón.

Duerma en ti la carne mía, mi zozobra, mi temblor.


En ti ciérrense mis ojos: ¡duerma en ti mi corazón!

Gabriela Mistral

viii
ESTILOS DE APEGO ADULTO EN MUJERES PROFESIONALES DE LA
SALUD Y SUS HIJOS. UNIVERSIDAD DE LOS ANDES. VENEZUELA.

Autor: Pierina Petrosino Tepedino T


Autor: Jesús María Poveda de Agustín
RESUMEN

Introducción: La Capacidad que tiene los individuos para relacionarse


afectivamente unos con otros permite que se constituyan en seres sociales y
tienden activamente a construir comunidades organizadas que resguarden y
regulen esta interacción social. Estas conductas tiene sus bases en los vínculos
afectivos o vinculo de apego que se establece en la primera infancia con el
principal cuidador, que en forma ideal está representada por la madre.
Objetivo: Analizar los estilos de apego adulto en las madres profesionales en
áreas de las Ciencias de la Salud que forman parte del profesorado de la
Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes (ULA) y sus hijos
adolescentes y adultos
Metodología: Se llevó a cabo un estudio descriptivo, correlacional, de corte
transversal y de campo, con enfoque cuantitativo y cualitativo. La muestra está
compuesta por 132 sujetos: 66 Profesoras de las Escuelas de Medicina,
Enfermería y Nutrición de la Facultad de Medicina de la ULA, y 66 corresponden
al primer hijo mayor de 15 años. En ambos grupos se aplicó el instrumento de
evaluación: el Cuestionario de Apego Adulto de Melero y Cantero (2008).
Resultados: De acuerdo a dos conglomerados, 69.69% de las profesoras tiene
estilos de apego seguro. El 54% de los hijos fueron caracterizados con apego
seguro. De acuerdo a cuatro cluster, 39.39% de las madres tiene apego seguro,
25.76% son preocupadas, 21.21% son temerosas y 13.64% son alejadas. Los
hijos muestran similares resultados en apego seguro e inseguro, pero es más bajo
en los estilos preocupado y más alto en el alejado. (18.1% y 24.2%
respectivamente). En la relación de la diada madre/hijo, 45,45% muestran apego
seguro/seguro, 19.69% seguro/inseguro, 9.09% inseguro/seguro y 25.75%
inseguro/inseguro. 87,50.% de las profesoras de Nutrición, el 72.9 % de las
profesoras de Medicina y el 63.15% de las profesoras de Enfermería tienen estilos
de apego seguro. La mayor relación en la diada madre/hijo con apego
seguro/seguro es en nutricionistas (87.50%), en los médicos es de 41.02% y en
enfermeras 42,10%. Hay concordancia entre las tipologías seguras y temerosas
en la diada madre/hijo, pero no hay relación entre el estilo alejado con ningún
estilo de apego de los hijos, mientras que las madres preocupadas se asocian con
hijos preocupados y alejados.
Conclusión: Tanto en las madres como en los hijos es más frecuente el estilo de
apego seguro. Hay una relación positiva entre los estilos de apego seguro en
madres profesionales en áreas de las Ciencias de la Salud y sus hijos, pero es
más alto en la diada nutricionista/ hijo. No se observan cambios significativos en el
tipo apego de los hijos cuando se relaciona con familiares cuidadores, domestica,
niñeras y/o guarderías.
Palabras clave: Estilos de apego adulto; Diada Madres Profesionales/hijos
adolescentes y adultos; Medicina, Enfermería; Nutrición.

ix
ADULT ATTACHMENT STYLES IN WOMEN HEALTH PROFESSIONALS AND
THEIR SOON. UNIVERSIDAD DE LOS ANDES. Venezuela.

Author: Pierina Petrosino Tepedino T


Director: Jesús María Poveda de Agustín

ABSTRACT

Introduction: The capacity that has individuals to relate emotionally with each
other allows that they constitute social beings and actively tend to build organized
communities that safeguard and regulate social interaction. These behaviors has
its stronghold in the affective links or link of attachment that settles in early
childhood with the primary caregiver, which ideally is represented by the mother.
Objective: Analyze the styles of adult attachment in professional mothers in the
Sciences of the health areas that form part of the teaching staff of the Faculty of
the medicine at Universidad de los Andes (ULA) and their teenage and adults
soon.
Methodology: A descriptive, correlational, cross-sectional and field approach cu
study was carried out both groups was applied the assessment tool: the
questionnaire of adult attachment Melero and Cantero (2008).
Results: According to two conglomerates, 69.69% of the teachers have secure
attachment styles. 54% of children were characterized with secure attachment.
According to four cluster, 39.39% of mothers have attachment insurance, 25.76%
are concerned, 21.21% are fearful and 13.64% are remote. Children show similar
results in secure and insecure attachment, but it is lower in concerned and highest
in the distant styles. (18.1% and 24.2% respectively).The mother/son relationship,
45,45% show attachment secure/secure, 19.69% secure/no secure, 9.09% no
secure/secure and 25.75% no secure/no secure. 87, 50% of the teachers of
nutrition, 69,23% of the professors of medicine and the 63.15% of teachers of
nursing have secure attachment styles. Greater the mother/son relationship with
attachment secure/secure is in nutritionists (87.50%), in the medical teachers69,
23% and the 63.15% in nursesteachers. Greater the mother/son relationship with
attachment secure/secure is in nutritionists (87.50%), doctors is 41.02% and
nurses is 42, 10%. There is consistency between the secure and no secure
typologies in the mother/son, but there is no relationship between the style
dismissing with any style of attachment of children, while preoccupied mothers are
associated with children preoccupied and dismissing.
Conclusion: Both mothers and children is more common secure attachment style.
There is a positive relationship between the attachment styles secure professional
mothers in areas of the health sciences and their children, but it is higher in the
nutritionist / son. Notobserve significant changes in the type attachment of children
when it relates to family, caregivers, and babysitter.

Keywords: Adult attachment styles; mothers professionals/teenagers and adults;


Medicine, nursing; Nutritio

x
INDICE GENERAL

DEDICATORIA……………………………………………………….. v

AGRADECIMIENTOS………………………………..……..……….. vi

RESÚMEN…………………………………………………….….…… ix

ABSTRACT……………………………………………………...……. x

INDICE GENERAL…………………………………….……….…..… xi

INDICE DE TABLAS…………………………………………….…… xiii

INDICE DE GRAFICOS……………………………………………… xv

INDICE DE FIGURAS………………………………………………... xvii

I.- INTRODUCCIÓN: PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA……..… 1

II.- JUSTIFICACION…………………………………………………..….. 6

III. EL APEGO………………………………………………………..….... 11

1.- INTRODUCCIÓN……………………………………………………… 12

2.- DESARROLLO DE LA TEORIA DEL APEGO……………….….… 13

2.1.- Origen de la Teoría del Apego de Bolwby…………….……… 13

2.2.1.-Edward John Mostyn Bolwby……………………………… 16

2.1.2.- Mary Aiswort……………………………………….………… 16

3.- CONCEPTO DE APEGO………………………………….………….. 17

4.- TEORIA DEL APEGO……………………………………....………… 18

4.1.- Introducción………………………………………………..…….. 18

4.2.- Postulados Básicos de la Teoría del Apego………….……… 21

4.3.- Modelo de Bolwby……………………………………..…..……. 22

4.3.1.-Modelo Interno de Trabajo…………………………..……… 25

4.3.2.- Separaciones temporarias……………………………….. 32

5.- TIPOS DE APEGO………………………………………...…..……. 36

xi
5.1.- Apego Infantil……………………………………..………..……. 36

5.1.1.- Desarrollo del Apego Infantil……………………………… 36

5.1.2.- Clasificación de acuerdo al Modelo Representacional….. 37

5.1. 2. 1.- Clasificación de Ainswort……………………..…… 37

5.2- Apego Adulto………………………………………………..….. 44

5.2.1.- Clasificación de acuerdo al Sistema Representacional... 48

5.2.2.- Clasificación de acuerdo al Sistema Compartamental…. 52

5.2.3.- Categoría Vs Dimensiones………………………..….. 54

5.2.4.- Modelo de Prototipo……………………………………... 59

1. Entrevista de Relaciones Interpersonales……………….. 61

2.- Clasificación de prototipos…………………………...…. 61

5.2.4.1.- Modelo de apego Adulto de Kim Bartolomew……..... 62

5.2.5.- Apego Romántico…………………………………………. 64

5.2.6.- Otros aportes a las clasificaciones del Apego Adulto… 67

6.- INSTRUMENTOS DE MEDIDAS PARA EVALUAR EL


APEGO ADULTO…………………………………………….....….. 68

6.1.- Cuestionario de Relación ( Relationship Quiestionnarie,


RQ)……………………………………………………………………. 69

6.2.- Cuestionario de Apego Adulto de Melero y Cantero


(2008)………………………………………………………………… 72

6.3.- Entrevista de Apego Adulto. (Adult Attachment Interview,


AAI)……………………………………………………………………. 73

6.4.-Experience in Close Relatioships (ECR-R)……………… 73

6.5.- Attachment Style Questionnarie. (ASQ)……….………… 74

6.6.- Cuestionario de Apego Adulto. (CaMir)……………….…… 74

6.7.- Test de Pata Negra…………………………...…….……… 75

6.8.- Inventario de Apego de Padres y Pares………………… 76

xii
6.0.- Otros Instrumentos de evaluación del Apego Adulto……… 79

7.- TRANSMISION GENRACIONAL DEL APEGO……………….…. 79

8.- GENETICA Y DESARROLLO DEL APEGO ADULTO…………... 81

IV.- DISFUNCION Y PSICOPATOLOGIA DEL APEGO….…….……. 84

1.- INTRODUCCIÓN …………………………………..………..……… 85

2.- DE LA TEORIA A LA PSICOPATOLOGIA DEL APEGO………. 85

V.- LA MUJER Y LA OCUPACION FUERA DEL HOGAR…….…… 97

1.- INTRODUCCION…………………………………..………………… 98

OCUPACIÓN LABORAL FUERA DEL HOGAR DE LA MUJER


2.-
EN AMERICA LATINA……………………………………....…….. 99

VI. LA MUJER Y LA OCUPACION EN ÁREAS DE LAS CIENCIAS


- DE LA SALUD…………………………………………………….….. 104

1.- INTRODUCCIÓN……………………………………..…………..…. 105

2.- LA MUJER Y LA ENFERMERIA……………………………….….. 106

3.- LA MUJER Y LA NUTRICIÓN……………………………...……… 108

4.- LA MUJER Y LA MEDICINA……………………………………..…. 111

RELACION ENTRE LA OCUPACIÓN LABORAL DE LA


VII.
MADRE Y LA PSICOPATOLOGIA DEL APEGO….….……….… 117

1.-
INTRODUCCION………………………………………………………. 118

RELACION ENTRE LA OCUPACIÓN LABORAL DE LA MADRE


2.-
Y LA PSICOPATOLOGIA DEL APEGO 1972-2000…………….…. 121

3.- RELACION ENTRE LA OCUPACIÓN LABORAL DE LA MADRE


Y LA PSICOPATOLOGIA DEL APEGO 2001-2012……………….. 124

RELACION ENTRE LOS ESTILOS DE APEGO DE LAS


VIII MUJERES PROFESIONALES DE LAS CENCIAS DE LA
SALUD Y SUS HIJOS……………………..…………...….……….. 125

1.- INTRODUCCIÓN……………………………………………………… 126

2.- ESTUDIOS DE RELACION ENTRE ESTILOS DE APEGO EN LA 126

xiii
DIADA MADRE/HIJO………………………………….……………

INTERVENCION EN DISFUNCIONES Y PSICOPATLOGIA DEL


IX.
APEGO……………………………………………..………………… 128

1.- INTRODUCCION…………………………………………..……...… 129

2.- INTERVENCIONES SOBRE LA RELACION PADRE-HIJO….… 129

3.- INTERVENCIONES FOCALIZADAS EN EL NIÑO……………..… 130

X OBJETIVOS………………………………………………..…….….. 130

1.- OBJETIVO GENERAL……………………………………………….. 131

2.- OBJETIVOS ESPECIFICOS………………………………………… 131

XI HIPOTESIS GENERAL………………………………….………..… 132

XII. METODOLOGIA……………………….……………….………….... 133

1.- TIPO Y DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN………………..……… 134

2.- POBLACIÓN……………………………………………………..…… 134

3.- SELECCIÓN DE LA MUESTRA……………………………………. 134

4.- METODOS E INSTRUMENTO……………………………..…….….. 135

XIII RESULTADOS……………………………………………….…… 145

1.- CARACTERISTICAS DE LA MUESTRA BAJO ESTUDIO……... 146

2.- CARACTERIZACION DEL APEGO Y TIPOLOGIAS………...… 152

RELACION DE APEGO DE LAS MADRES CON RESPECTO A


3.-
LOS HIJOS……………………………………………………….…….. 160

TOTAL DE DIADAS MADRE/HIJO SEGÚN CONGLOMERADOS


4.-
DE PERTENENCIA………………………….………………..…..… 163

RELACION DE LA PROFEION CON RESPECTO AL APEGO DE


5.-
LAS MADRES……………………………….……………...……….... 164

RELACIÓN DE LAS TIPOLOGÍAS DE APEGO Y LA


6.-
SEGURIDAD O INSEGURIDAD……………………………....…. 164

XIV DISCUSION DE RESULTADOS…………………………………. 171


OBJETIVO 1.- ESTILO DE APEGO DE LAS MADRES
1.-
PROFESIONALES DE LA SALUD………………………………. 174

OBJETIVO 2.- ESTILOS DE APEGO DE LOS HIJOS


2.- ADOLESCENTES Y ADULTOS DE LAS MADRES
PROFESIONALES DE LAS CIENCIAS DE LA
SALUD……………………………………………………...……….. 176

OBJETIVO 3.- RELACION ENTRE LOS ESTILOS DE APEGO


3.- DE LAS MADRES PROFESIONALES DE LA SALUD Y SUS
HIJOS…………………………………………………………………. 177

4.- OBJETIVO 4.- CORRELACION ENTRE LAS TIPOLOGIAS DEL


APEGO EN LA DIADA MADRE/HIJO……………………………. 180

5.- LIMITACIONES DEL ESTUDIO…………..……….….….……..…


184

6.- RECOMENDACIONES……………………………………….…….. 184

XV CONCLUSIONES………………………………..…………………. 186

XVI BIBLIOGRAFIA…………………………………………….……..… 189

XVII ANEXOS………………………………………………………….….. 206

1.- ANEXO I…………………………………………..………………….… 207

2.- ANEXO II……………………………………………..………….…..… 208

INDICE DE TABLAS

Tabla 1. Términos utilizados para hacer referencia al concepto de 27


IWM de Bowlby……………………………………………………………..
Tabla 2.- Dos Líneas de Investigación: Sistema Representacional y
54
Compotamental…………………………………………………………….…

x
Tabla 3.- Ventajas y desventajas del modelo categorial y dimensional……... 62

Tabla 4.- Patrones en los estilos de Apego Adulto………………………….. 64

Tabla 5.- América Latina: Países seleccionados. Tasa de


101
participación de las mujeres en las zonas urbanas, 1990 y 2002………

Tabla 6.- Seguridad/Inseguridad afectiva en función del análisis de


142
dos conglomerados…………………………………………………………..

Tabla 7.- Tipologías de apego adulto en función del análisis de cuatro


143
conglomerados………………………………………………………………..

Tabla.8.- Distribución de las madres según grupo etario. Facultad de


Medicina, Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela. Año 146
2011………………………………………………………………….………

Tabla 9.- Distribución de los hijos por sexo según grupo etario
147
Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela.
Año 2011………………………..…………………..……………………..

Tabla 10.-Total de madres e hijos según conglomerado de 153


pertenencia Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes. Mérida,
Venezuela. Año 2011……………………………………..……………

Tabla 11.- Caracterización de las madres por condición de apego


según escala Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes. 155
Mérida, Venezuela. Año 2011……………………………………………..

Tabla 12.- Caracterización de los hijos por condición de apego según


escala Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes. Mérida, 156
Venezuela. Año 2011…………………………………..…………

Tabla 13.- Caracterización de las madres por tipología de apego


según escala Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes. 158
Mérida, Venezuela. Año 2011…………………………………………

Tabla 14.- Caracterización de los hijos por tipología de apego según


escala Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes. Mérida, 159
Venezuela. Año 2011…………………………………………………..

Tabla 15.- Relación entre apego de las madres y apego de los hijos

Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes Mérida, Venezuela. 161


Año 2011…………………………………………………..

xi
Tabla 16.-Relación entre apego de las madres y apego de los hijos
según sexo. Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes. Mérida, 162
Venezuela. Año 2011………………………………………………..

Tabla 17.- Relación entre apego de las madres y apego de los hijos
según presencia de cuidador Facultad de Medicina, Universidad de 163
Los Andes. Mérida, Venezuela. Año 2011………………………..……

Tabla 18.- Total de diada madres e hijos según relación por


conglomerado de pertenencia. Facultad de Medicina, Universidad de 164
Los Andes. Mérida, Venezuela. Año 2011……………………

Tabla 19.- Relación entre la profesión y el apego de las madres.


Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela. 165
Año 2011………………………………………………………………..…

Tabla 20.- Profesión y el estilo de apego en la diada madres/hijo.


Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela. 166
Año 2011………………………………………………………………….

Tabla 21.- Relación tipología de apego y seguridad e inseguridad,


según madres e hijos. Facultad de Medicina, Universidad de Los
Andes. Mérida, Venezuela. Año 2011………………………|………. 166

INDICE DE GRAFICOS

Grafico 1.- Gráfico N° 1.Distribución de las madres e hijos por estado


civil. Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes. Mérida,
Venezuela. Año 2011……………………………………………………..… 148

Gráfico N° 2.Distribución de las madres por profesión. Facultad de


Medicina, Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela. Año
2011…………………………………………………………………………… 148

Gráfico N° 3.Tiempo promedio laborando de las madres por profesión.


Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela.
Año 2011…………………………………………………………………….. 149

Gráfico N° 4.Distribución de las madres por ayuda en el cuidado de 150


los hijos. Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes. Mérida,
Venezuela. Año 2011……………………………………………………….

xii
Gráfico N° 5.Distribución de las madres que reciben ayuda por
cuidador de los hijos. Facultad de Medicina, Universidad de Los
Andes. Mérida, Venezuela. Año 2011………………………………….… 151

Gráfico N° 6. Distribución de las madres sin ayuda para cuidar sus


hijos Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes Mérida,
Venezuela. Año 2011……………………………………………………….. 152

Gráfico N° 7. Caracterización madres e hijos por tipología del apego


Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela.
Año 2011……………………………………………………….…………….. 160

Gráfico N° 8.Relación entre la tipología del apego entre madres e hijos


Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela.
Año 2011……………………………………..……………………………… 167

Grafico No.9 Relación tipología de apego y seguridad e inseguridad,


de las madres Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes.
Mérida, Venezuela. Año 2011…………………………………………….. 167

Grafico No.10.- Relación tipología de apego y seguridad e


inseguridad, de los hijos. Facultad de Medicina, Universidad de Los
Andes. Mérida, Venezuela. Año 2011……………………………………… 169

INDICE DE FIGURAS

Figura 1.- Esquema del proceso de formación del apego……… 26

Figura 2. Modelo de dos componentes……………………………. 58

Figura 3. Prototipos AAPR y Categorías generales de apego…… 62

xiii
I.- INTRODUCCIÓN:
PLANTEAMIENTO DEL
PROBLEMA

1
La salud es el completo bienestar físico, mental y social, que
permite a una persona crecer, desarrollarse, adaptarse y mantenerse en
un ambiente ampliamente marcado por las relaciones sociales. Una de las
características más transcendental del hombre, es la habilidad de
establecer y conservar relaciones con sus semejantes. Las relaciones
interpersonales le permiten al individuo desenvolverse en las actividades
cotidianas como las escolares, universitarias, profesionales, comerciales,
románticas, entre otras. La capacidad de los individuos para establecer y
conservar las relaciones interpersonales varía entre uno y otro en una
amplio abanico de situaciones diferentes que van desde aquellas que
establecen fácilmente un acercamiento con la mayoría de personas de su
entorno hasta las condiciones patológicas en las que el individuo es
incapaz de establecer un relación afectiva. Hernández González (2009) lo
describe como un “adhesivo emocional” que es diferente en cada uno de
nosotros y refiere que los sistemas cerebrales que nos permiten formar y
mantener relaciones, se desarrollan durante la infancia.

De acuerdo a muchos investigadores, algunos tipos de trastornos


psiquiátricos, estados de ansiedad y depresión experimentados en la vida
adulta pueden relacionarse de manera sistemática con los estados de
ansiedad, desesperación y desapego infantiles. De acuerdo a Bolwby
(1985, 1998), estos estados se provocan fácilmente, siempre que se
separa a un niño pequeño de la figura materna durante un periodo
prolongado, cuando aquél prevé la separación, o cuando la separación es
definitiva.

En los años cincuenta, J. Bolwby y M. Aisworth establecieron los


pilares fundamentales de la Teoría del Apego, cuyo idea central es que el
estado de seguridad, ansiedad o zozobra de los niño o adultos es
determinado en gran medida por la accesibilidad y capacidad de
respuesta de su principal figura de afecto (Bolwby, 1985). Oliva, (2004)
expresa que cuando J. Bowlby se refiere a presencia de la figura de
apego quiere decir no tanto presencia real inmediata sino la accesibilidad
inmediata. La figura de apego no sólo debe estar accesible sino que debe

2
responder de manera apropiada dando protección y
consuelo. Igualmente considera que la teoría formulada por John Bowlby
y Mary Ainsworth sobre el vínculo afectivo que se establece entre madre
e hijo es un planteo teórico de mucha fuerza en el área del desarrollo
socio-emocional y que con el paso del tiempo esta teoría se ha fortalecido
y enriquecido gracias a una gran cantidad de investigaciones realizadas
en los últimos años que la han convertido en una de las principales áreas
de investigación evolutiva.

Bowbly, (1985) define el apego como la "conducta que reduce la


distancia de las personas u objetos que suministrarían protección.
Aizpuru, (1994) lo puntualiza "como el proceso de maduración a través
del cual el cuidador principal de la infancia adquiere la calidad de un
objeto de amor".

La importancia del amor maternal en el desarrollo del apego ha


sido objeto de estudio en las dos últimas décadas. Según Yela (2000), la
ausencia de amor maternal durante la infancia se asocia a problemas
psicopatológicos en la etapa adulta (histeria, autismo, inseguridad, temor
al rechazo e intensa necesidad de aprobación), así como déficit
psicológico traducido en una actitud de hostilidad ante el mundo y ante los
demás. Sin embargo, el amor de madre depende en mucho del estilo de
apego que haya desarrollado a través de su existencia, lo cual repercutirá
de igual manera en la seguridad que le transmita a su hijo al momento de
nacer y durante los años posteriores, haciendo especial énfasis en los
primeros meses de vida que son cruciales para el establecimiento del
apego.

Desde los inicios del estudio de este vínculo afectivo se ha


asociado la presencia de una figura materna sensible a los
requerimientos del lactante como parte esencial para que éste gane
confianza y valor para comenzar a explorar el mundo circundante. En
ausencia de ésta, el bebé experimenta un sentimiento de zozobra y

3
responde con una viva sensación de alarma a las situaciones
inesperadas, por ligeramente extrañas que le resulten. Ante la inminente
partida de la figura materna o cuando ésta no puede ser hallada, el
pequeño suele emprender una acción dirigida a detenerla o buscarla, y no
logra superar su ansiedad hasta tanto no lograr cumplir sus objetivos.
(Bowlby, 1985; 1998).

Por otra parte, la mujer moderna ha incursionado en campos


profesionales que hasta hace pocos años eran casi exclusivos de los
hombres y ha mostrado un despeño exitoso en todas ellas e incluso ha
alcanzado posiciones de alto mando ejecutivo. La carrera de medicina y
sus diferentes especialidades no escapa a esta realidad, y en las últimas
décadas tanto las aulas de docencia teórica como los centros de salud
para las sesiones práctica están ocupados por una proporción similar de
hombres y mujeres. Durante este periodo de formación académica y
aprendizaje de las ciencias médicas, algunas mujeres de forma
simultánea están cumpliendo con el rol de madre, lo que les ocasiona
dificultades en el desempeño oportuno de sus actividades docentes o en
su papel parental de mamá, ya que las instituciones universitarias y/o los
centros de salud no cuentan con un sistema de protección a la madre
estudiante o profesional en períodos donde el niño está desarrollando los
vínculos afectivos. Basados en la teoría de John Bowlby (1969) que
expresa que los niños que establecen apego saludables con un adulto
tienen más probabilidades de sobrevivir y que este adulto generalmente
está representada por una madre sensible y cariñosa, que la actitud del
adulto en relación a su entorno familiar, social y laboral tiene sus bases en
el tipo de apego desarrollado en su infancia y que la ausencia del amor
maternal se asocia a procesos psicopatológicos del adulto (Yela, 2000), y
que todo lo anterior se relaciona con el tipo de actitud predominante de la
madre hacia su niño, y la influencia de esta relación en el desarrollo
intelectual, emocional y socio afectivo del infante, que explicaría, en parte,
por qué algunos niños crecen felices y seguros de sí mismos y otros
ansiosos, deprimidos, fríos, agresivos y antisociales, por todo esto en el

4
presente estudio se plantean las siguientes interrogantes:¿Cuáles son los
estilos de apegos en las madres profesionales del área de la
salud?¿Cuáles son los estilos de apego desarrollado en los hijos de
madres profesionales de la salud? ¿Existe relación entre los estilos de
apegos desarrollados por los hijos y la ocupación de las madres en áreas
de la salud?

El principal propósito de esta investigación es ahondar en el


importante papel de la madre en el desarrollo general del niño, y el efecto
de la ausencia de ésta sobre el futuro desarrollo emocional y social del
niño, relacionado con la ocupación fuera del hogar, específicamente en
mujeres que escogen como profesión las áreas de las Ciencias de la
Salud.
Este estudio consta de XVIII Capítulos, Los dos primeros giran en
torno al planteamiento del problema y la justificación de la investigación.
El Capítulo III está centrado en las bases teóricas del apego, clasificación
e instrumentos de medición. Los Capítulos IV, V y VI enmarcan el rol de
mujer en el campo laboral, la ocupación materna fuera del hogar, en el
ejercicio profesional en las ciencias de la salud, y la relación con el
desarrollo del vínculo del apego con sus hijos. El Capítulo VII y VIII se
centra en la sicopatología del apego y su asociación con la ocupación
materna. El Capítulo IX trata sobre la intervención en la disfunción y
psicopatología del apego. Los Objetivos Generales y Específicos, las
Hipótesis, se presentan detalladamente en el Capítulo X y XI,
respectivamente. En el XII Capítulo se detalla la Metodología de la
Investigación. Los Capítulo XIII y XIV corresponden a los Resultados y
Discusión. En el XVI Capítulo se presentarán las conclusiones y
recomendaciones , haciendo especial énfasis en aquellos que aporten
soluciones prácticas a posibles situaciones que influyan en el sano
desarrollo emocional y social de los niños de madres profesionales.
Finalmente, se presentaran las limitaciones del presente estudio, así
como futuras líneas de investigación. Se incluyen las “Referencias
Bibliográficas” y “Anexos”.

5
II.- JUSTIFICACIÓN

6
El presente estudio se justifica desde el punto de vista académico, ya
que representa una oportunidad de fortalecer lazos entre Instituciones
Docentes Universitarias a través de convenios que permitan el
intercambio de ideas y el aporte de conocimientos, como ejemplo a
seguir, el convenio establecido entre la Universidad Autónoma de Madrid
y La Universidad de Los Andes, que facilitó las herramientas y la
información para ampliar el conocimiento relacionado con la Patología
existencial, del que se desprende la motivación de investigar el desarrollo
del apego en el binomio madre-hijo y los estilos de apego que se
desarrollan entre las madres con ocupaciones fuera del hogar,
específicamente en el área de la Ciencias de la Salud, y sus hijos.

Así mismo, este estudio se justifica en lo social, ya que los


resultados de la investigación permitirán la elaboración de programas
dirigidos a las mujeres profesionales en áreas de las Ciencias de la Salud
con el propósito de informar sobre la importancia del desarrollo del apego
saludable y las repercusiones en la vida social en las distintas etapas de
la vida de sus hijos.

Desde el punto de vista científico y práctico, esta investigación se


desarrollará aplicando las normas de metodología de la investigación que
conlleven en forma organizada a dar respuestas a las interrogantes
planteadas y concluir los objetivos del estudio. Este estudio es el primero
en aplicar instrumentos para evaluar los estilos de apego en las madres
Profesionales en áreas de la Ciencias de la Salud que cumplen con
actividades docentes en la Facultad de Medicina y pretende explorar la
relación con los estilos de apego de sus hijos. Además, servirá como
antecedente a próximas investigaciones que profundicen sobre los
vínculos afectivos en las diadas madres profesionales - hijos y sus efectos
en las futuras generaciones.

En este punto, me permití justificar el desarrollo del presente


estudio desde una perspectiva personal y a través de un relato de una
vivencia propia, en un intento de plasmar la profunda inquietud que

7
generó en mi reconocer las distintas crisis de las etapas de la vida, en
especial la relacionada con la infancia y el desarrollo del vínculo del
apego, en el rol de la madre como cuidador ideal para el desarrollo de un
estilo de apego seguro en sus niños y en profundizar si la ocupación
materna fuera del hogar, particularmente en las áreas de las Ciencias de
la Salud puede interferir o influir en la capacidad que sus hijos tendrán en
relacionarse afectivamente con otras personas:

…..”Carla es médica, Residente del tercer año del Postgrado de Pediatría


en el Instituto Autónomo Hospital universitario de los Andes. (IAHULA) en
Mérida Venezuela. No la veía desde hacía tres meses aproximadamente,
cuando compartimos un caso de discusión anatomoclínica. Ella es de
Maracaibo, una ciudad a 8 horas de Mérida, divorciada, con una
hermosísima niña de 2 años de edad de nombre Daniela, con quien
comparte una habitación de una residencia, que es la “comodidad” que le
permite pagar su beca-sueldo. Su ex esposo, también es médico y
Resiente en el mismo hospital. Fue a la primera persona que vi al entrar al
auditorio donde se estaban presentando los anteproyectos de
Investigación para optar al título de Especialista en Pediatría, en los que
en dos de ellos soy asesora. Carla tiene 29 años, es una bella mujer
latina, inteligente, aplicada, diligente, trabajadora, en fin, como la mayoría
de las mujeres que deciden realizarse profesionalmente. Desde la
distancia la saludé con un gesto de mano y no vi en ella el entusiasmo
que siempre la caracteriza. Durante las sesiones, se le veía distante,
poco participativa, se le notaba que se esforzaba por disimular que
Plutón estaba más cerca del auditorio que sus pensamientos. Al finalizar
las ponencias de anteproyectos de trabajos de investigación, el auditorio
fue quedando con pequeños grupos de residentes y médicos
especialistas que parecían discutir los toques finales sobre las
modificaciones sugeridas a los anteproyectos planteadas por los adjuntos
presentes en el auditorio. El auditorio cada vez más vacío, afuera se oía
las conversaciones y felicitaciones a los ponentes y tutores mientras
rodeaban un largo mesón con provocativos entremeses. Me acerque a

8
una Carla absorta, ajena, que parecía no enterada que las sesiones
habían culminado. Me saludó cariñosamente como siempre, y me atreví a
preguntarle si tenía algún problema. Sus ojos se tornaron brillante e
inmediatamente las lágrimas se liberaron revelándose a la represión a la
que habían estado sometidas durante la mañana, para bañar el rostro,
ahora francamente entristecido de la alegre Carla. Me abrazó y me hizo
sentir como una tabla de madera en medio de un océano al que ella había
alcanzado para intentar no hundirse. El silencio y las lágrimas, como luces
de neón en una noche sin luna, permitían leer claramente: DANIELA.

En los últimos días, semanas, meses….años, me he sentido en


auto de Fórmula Uno, conduciendo a toda velocidad en la pista del
tiempo, en un intento frustrado de ganarle unos minutos para el ejercicio
profesional, otros segundos para los hijos, unos instantes para el hogar,
otros para la pareja, y al despertar al día siguiente incluso estoy
convencida que también me quedó tiempo para descansar, obviando la
imagen de cansancio que me devuelve el espejo mientras me maquilo…

Hasta las 11,00 am de hoy, todo parecía que iba a ser igual a todos
los días, perfectamente cronometrado al salir de casa y con las llaves del
Fórmula Uno estacionado en mi pista del tiempo particular, pero Carla
abrió las puerta de la máquina del tiempo y disminuí la velocidad, hasta
que me detuve mirando hipnotizada la mezcla de colores arremolinadas
de las vivencias de tantos años luchando entre ellas para tener el
privilegio de ser vista aunque sea fugazmente a través de la puerta recién
abierta, e invitándome a entrar, sin presiones, obligaciones, ni
cronogramas, para una nueva mirada al principio cuando empezó la
competencia entre la mujer madre y la mujer profesional…y cedí a la
invitación.

Cuando a las 8,00 de la mañana, las dos franjas húmedas en la


camisa comenzaba a impregnar mi bata de médico, ya la percepción a
través de mis sentidos estaban anulados, y solo existía el deseo de
contemplar el apacible rostro de mi bebe mientras un pequeño hilo de
leche materna se escapa entre su ávida boca y el pecho. Cuando
9
cesaba la turgencia recuperaba los sentidos y me ubicaban en mi realidad
como residente del Postgrado de Anatomía Patológica, entre laboratorios
de histopatología, sala de autopsia, microscopios, bibliotecas, discusiones
anatomoclínicas, evaluaciones, informes, actualizaciones…tan
fascinantes que solo hasta dos horas después, mi naturaleza nuevamente
me impregnaba la camisa de madre.

Pronto la culpa y seguidamente la excusa, le puedo ganar al


tiempo….y al espacio, y puedo cumplir mi parte de mujer-madre y
también con la de mujer-profesional….y con la mujer-esposa…y con todo
lo que el mundo quiera ponerme como obstáculo o dificultad…yo
puedo…..yo puedo…y así, mis primeras incursiones compitiendo con el
tiempo vieron como la culminación de una etapa de profesionalización le
abría el camino al ejercicio profesional mezclándose con las nuevas
etapas del desarrollo de mis tres soles.

Son las 9,00 de la noche, ya ha pasado un concurso de oposición


para profesor universitario, tres primeras comuniones, congresos de
patología nacionales e internacionales, tres grados de primaria, trabajos
de investigación, innumerables torneos deportivos, publicaciones, tres
grados de bachillerato, cuatro ascensos en los escalafones universitarios,
dos hijos en la universidad, y el otro próximo a iniciar, mudanzas,
problemas, soluciones, aciertos, alegrías, fracasos, éxitos, inicio del
Doctorado en Patología Existencial: Intervención en crisis.

Las etapas de la vida y sus crisis, la infancia, la adolescencia,


adultos, vejez, la muerte, estudiado tan exhaustivamente como el tejido
bajo el objetivo del microscopio. En el mismo planeta de las ciencias
médicas en el que he vivido, que pensaba que lo conocía. En qué
momento aceleré tanto que se desdibujo la periferia del camino y quedé
enfocada en una sola dirección, sin ver los letreros que indicaban otros
recorridos, para llegar al mismo lugar pero con la agradable sensación,
enriquecimiento y cambio en la actitud que nos dejan el aprendizaje de
viajes por otros parajes hermosos pero desconocidos.

10
III.- EL APEGO.

11
1.-INTRODUCCIÓN

La capacidad que tienen los seres humanos para relacionarse


afectivamente unos con otros permite que se constituyan en seres
sociales y tienden activamente a construir comunidades organizadas que
cobijen y regulen esta interacción social. (López, 2006). La formación de
parejas y de familias es parte esencial de cómo construimos una
comunidad. Ambas instancias se edifican sobre la base de vínculos
interpersonales afectivos, los que, a su vez, están íntimamente
relacionados con la capacidad individual que posee cada uno para
establecer estos lazos. Las competencias individuales para relacionarnos
se adquieren en las tempranas interacciones con nuestros cuidadores y
ha sido la "teoría del apego" (attachment) una de las aproximaciones que
mejor ha explicado cómo se forman y se adquieren estas capacidades.

Martínez y Núñez, (2007), sostienen que el sistema de apego está


compuesto de tendencias conductuales y emocionales diseñadas para
mantener a los niños en cercanía física de su madre o cuidadores.

Investigaciones más recientes resaltan que la contraparte del sistema


de apego del infante, es el sistema de cuidados del adulto (Broberg, 2000;
Cassidy, 1999) y es precedido por el estado mental o representaciones
de los padres respecto al apego (Gómez, 2008), Esta asociación entre
representaciones de apego en los padres, conductas de parentalidad y
estilos de apego en los niños, ha sido respaldada de forma robusta por
diversos meta-análisis con muestras de hasta 4.000 diadas madre-infante
y ha servido de fundamento para diversas intervenciones en apego.

De acuerdo a Oates (2005), las relaciones tempranas de apego


constituyen una consideración primordial a la que se debe atender en la
realización de los derechos del niño. El Comité de los Derechos del Niño
de las Naciones Unidas observa el creciente corpus de teoría en
investigación que confirma que los niños pequeños deben concebirse

12
idóneamente como agentes sociales cuya supervivencia, bienestar y
desarrollo dependen de relaciones estrechas y que se realizan en torno a
ellas. (Oates, 2005)

El Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas (2005),


reconoce al apego como aquellas relaciones que se mantienen
normalmente con un pequeño número de personasclaves, con frecuencia
los padres, miembros de la familia extensa y compañeros, así como con
cuidadores y otros profesionales que se ocupan de la primera infancia.

Los bebés y los lactantes dependen totalmente de otros, pero no son


receptores pasivos de atención, dirección y orientación. Son agentes
sociales activos, que buscan protección, cuidado y comprensión de los
padres u otros cuidadores, a los que necesitan para su supervivencia,
crecimiento y bienestar. En circunstancias normales, los niños pequeños
forman vínculos fuertes y mutuos con sus padres o tutores. Estas
relaciones ofrecen al niño seguridad física y emocional, así como cuidado
y atención coherentes. Mediante estas relaciones los niños construyen
una identidad personal, y adquieren aptitudes, conocimientos y conductas
valoradas culturalmente. De esta forma, los padres (y otros cuidadores)
son normalmente el conducto principal a través del cual los niños
pequeños pueden realizar sus derechos.(Comité de los Derechos del Niño
de las Naciones Unidas, 2005),

2.- DESARROLLO DE LA TEORIA DEL APEGO

2.1.- Origen de la Teoría del Apego de Bolwby.

2.1.1.- Edward John MostynBowlby

Es necesario conocer algunos aspectos de la infancia de John


Bolwby para descubrir la sensibilidad del investigador hacia los vínculos
afectivos.

13
Bowlby nace en Londres en una familia noble inglesa. Fue el cuarto
de seis hijos, y fue criado por una niñera, muy a la moda tradicional
británica de su clase. Su padre, Sir Anthony Bowlby, primer BaronBowlby,
fue cirujano de la Casa Real, pero con una trágica historia; a los cinco
años, su padre (el abuelo de John) muere mientras sirve como
"corresponsal de guerra" en la guerra anglo-china (guerra del opio).
Normalmente, John veía a su madre, MayMostyn, solo una hora al día
después de la "hora del té", aunque durante el verano ella estaba más
disponible. Como muchas otras madres de su clase social, consideraba
que la atención parental y afectación provocaría una peligrosa ruina.
Cuando Bowlby recién tiene cuatro años, su amada niñera, que hasta ese
momento era su principal cuidadora, se va de la familia. Más tarde,
describe esa separación como algo tan trágico como sería la pérdida de
una madre.

Al cumplir los siete años, John fue internado en un colegio mayor


conforme a los cánones educativos de su condición social. Bajo éstas
circunstancias y en relación al acumulo de vivencias de separación
traumática precoces que vivenció, es lógico comprender el porqué de sus
posteriores estudios, centrados en la ansiedad y angustia inherentes a
cualquier separación, en concordancia con los recuerdos desagradables
de aquel tiempo. Paradójicamente, lejos de destruirle, aquellas
experiencias le dotaron de una inusual sensibilidad al sufrimiento infantil,
que le acompañó durante el resto de su vida.

J.Bowlby, inició su carrera intelectual en el Trinity College de la


Universidad de Cambridge, donde completó los estudios de psicología y
ciencias preclínicas, recibiendo varios galardones por su dedicación y
esfuerzo. Tras su paso por allí, completó su formación con la realización
de varios estudios sobre menores socialmente desadaptados y
delincuentes comunes. A los 22 años, se matriculó en el Hospital Escuela
Universitaria de Londres, graduándose en Medicina y Cirugía cinco años
después. Durante ésta etapa, perfeccionó sus conocimientos sobre
psicoanálisis y en 1937, comenzó a trabajar como psiquíatra de adultos

14
en el Hospital Maudsley de Londres, siendo en ésta prestigiosa institución
donde adquirió el título de psicoanalista. En 1938, recibió el cargo de
presidente del Trinity College y con la llegada de la Segunda Guerra
Mundial, fue reclutado para el frente como Teniente Coronel en la Royal
Army Medical Corps. En los años de postguerra, se incorporó a la vida
civil como Director de la Clínica Tavistock en 1950, trabajando como
consultor de Salud Mental de la Organización Mundial de la Salud (WHO).
Durante estos prolíferos años, elaboró varios estudios centrados en la
comprensión del desarrollo infantil y realizó ensayos sobre los patrones
de interacción familiar, tanto del desarrollo normal como el patológico.
Elaboró la compleja teoría del apego, describiendo incluso, la trasmisión
transgeneracional de las fórmulas de apego. Sus ideas sobre las
características específicas del vínculo fueron tan acertadas, que han
resistido el paso del tiempo y aún resultan vigentes en nuestros días.

El trabajo de Bowlby estuvo influenciado por Konrad Lorenz (1903-


1989) quien en sus estudios con gansos y patos en los años 50, reveló
que las aves podían desarrollar un fuerte vínculo con la madre (teoría
instintiva) sin que el alimento estuviera por medio. Pero fue Harlow y
Harlow (1962; 1965), cuyos experimentos destacan como un factor
importante en el desarrollo de respuestas afectivas en los monos Rhesus
lactantes la posibilidad de abrazarse y mantener contactos cálidos más
que la alimentación (basándose en su ya clásico estudio, en el que
separaron crías de mono de sus madres nada más nacer, siendo
alimentadas durante seis meses por “madres sustitutas”, una de metal y
otra de tela,(Moreno,2010) )y su descubrimiento de la necesidad universal
de contacto quien le encaminó de manera decisiva en la construcción de
la Teoría del Apego.

En 1946 comenzó a trabajar en la clínica Tavistock en Londres. Allí


como consultor de la Organización Mundial de la Salud, realizó
investigaciones relacionadas a los infantes huérfanos e institucionalizados
a raíz de haber perdido a sus padres debido a la Segunda Guerra
Mundial. En ese momento llego a la conclusión de que la perdida de la

15
figura materna conjuntamente con la falta de un sustituto materno afecta
adversamente a los infantes.

Prada (2004) cita a Marrone (1999), quien relata en su artículo


Attaccamento e interazione. P 70, que cuando Bolbwy inició su estudio
sobre la “Teoría del apego” encargó a Robertson la observación de los
niños que eran internados en el Hospital. Éste, con gran sentido de
responsabilidad social, filmó la película “Un niño de dos años va al
hospital”, en el que mostraba una secuencia típica de deterioro emotivo
vivida por una niña internada en el hospital y alejada de la “figura
materna”. Las reacciones y explicaciones en la clínica fueron diversas.
Luego, con Joyce Robertson filmaron otras cinco películas sobre el mismo
argumento. Pero el mayor apoyo a su teoría lo encontró en la
estadounidense Mary Ainsworth.

2.1.2.- Mary Ainsworth.

Mary Ainsworth (1913-1999), cursó sus estudios en la Universidad


de Toronto donde obtuvo su BA., en 1935 su M.A en 1936 y su Ph.D. en
Psicología del Desarrollo en 1939. Durante la Segunda Guerra Mundial,
se enlistó en el Cuerpo de la Armada de mujeres del Canadá. Allí obtuvo
el grado de Mayor en 1945. En 1950 se casó con Leonard Ainsworth y se
fueron a vivir a Londres. Allí comenzó a trabajar en la clínica Tavistock
con John Bowlby. En 1954 obtuvo una beca que le permitió realizar
estudios sobre la relación materno infantil en África. Los transcendentes
estudios realizados en Uganda fueron el resultado de ese viaje
conjuntamente con el procedimiento de la Situación Extraña.

Mary Ainsworth, en su trabajo con niños en Uganda, encontró una


información muy valiosa para el estudio de las diferencias en la calidad de
la interacción madre-hijo y su influencia sobre la formación del apego.
Ainsworth observó tres patrones principales de apego: niños de apego
seguro que lloraban poco y se mostraban contentos cuando exploraban
en presencia de la madre; niños de apego inseguro, que lloraban

16
frecuentemente, incluso cuando estaban en brazos de sus madres; y
niños que parecían no mostrar apego ni conductas diferenciales hacia sus
madres. Ainsworth concluyó que estos comportamientos dependían de la
sensibilidad de la madre a las peticiones del niño.

Después de trabajar algún tiempo en la Universidad de John


Hopkins, comenzó a trabajar en la Universidad de Virginia en el 1974. Allí
paso el resto de su carrera académica.

3.- CONCEPTO DE APEGO

El concepto de apego evolucionó del Psicoanálisis, en particular de


la teoría de las relaciones objetales. El primero en desarrollar una teoría
del apego a partir de los conceptos que aportara la psicología del
desarrollo, con el objeto de describir y explicar por qué los niños se
convierten en personas emocionalmente apegadas a sus primeros
cuidadores, así como los efectos emocionales que resultan de la
separación, fue John Bowlby, quien mezcló los conceptos provenientes de
la etología, el psicoanálisis y la teoría de sistemas para explicar el lazo
emocional del hijo con la madre (Aizpuru, 1994).

El apego (Bowlby, 1969; 1973; 1980) es un vínculo afectivo, de


naturaleza social, que establece una persona con otra, caracterizado por
conductas de búsqueda de proximidad, interacción íntima y base de
referencia y apoyo en las relaciones con el mundo físico y social (López,
2006).

De esta forma, Bowlby (1998) define al apego como "la conducta


que reduce la distancia de las personas u objetos que suministrarían
protección" Desde esta perspectiva, la conducta de apego parece ser un
componente más de entre las heterogéneas formas de conducta
comúnmente clasificadas dentro de la categoría de conducta dictada por
el temor.

17
Ainsworth (1983), lo define como aquellas conductas que favorecen
ante todo la cercanía con una persona determinada. Entre estos
comportamientos figuran señales (llanto, sonrisa, vocalizaciones),
orientación (mirada), movimientos relacionados con otra persona (seguir,
aproximarse) e intentos activos de contacto físico (subir, abrazar,
aferrarse). Es mutuo y recíproco.

Sroufe y Waters (1977) describen el apego como "un lazo afectivo


entre el niño y quienes le cuidan y un sistema conductual que opera
flexiblemente en términos de conjunto de objetivos, mediatizado por
sentimientos y en interacción con otros sistemas de conducta".

Ortiz Barón y Yarnoz Yaben (1993) señalan que "el apego es el


lazo afectivo que se establece entre el niño y una figura específica, que
une a ambos en el espacio, perdura en el tiempo, se expresa en la
tendencia estable a mantener la proximidad y cuya vertiente subjetiva es
la sensación de seguridad"

Yela (2000) dice que la importancia del establecimiento de un


vínculo amoroso fuerte y confortable entre el niño y una figura de apego
de cara a un desarrollo óptimo de la persona ha sido subrayada tanto por
etólogos (quienes consideran muchas conductas como básicamente
innatas y específicas de la especie o de origen instintivo) como por
psicodinámicos y otros psicólogos de distintas corrientes

4.- TEORÍA DEL APEGO

4.1 Introducción:

La teoría del apego fue desarrollada hace más de tres décadas,


relacionada con los efectos y consecuencias de las experiencias
tempranas sobre el desarrollo emocional del niño y del adulto. El sistema
de "apego" es visto como una configuración interna que permite un

18
conjunto de comportamientos de apego (llorar, buscar, aproximar) que se
organizan flexiblemente alrededor de una particular "figura de apego"
(Buchheim y Kachele, 2001).

Bowlby sentó las bases de su teoría a partir de sus conocimientos


basados en la etología, el procesamiento de la información, la psicología
evolutiva y el psicoanálisis(Bretherton, 1992; Cantón y Cortés, 2000;
Ochaíta y Espinosa, 2004).Su teoría se centra en el análisis teórico y
empírico de la vinculación afectiva, señalando que las necesidades
afectivas son tan importantes para la supervivencia de los individuos
como la alimentación y el resto de las necesidades biológicas (Ochaíta y
Espinosa, 2004).

En el momento actual se considera que las necesidades básicas


del ser humano son de naturaleza tanto biológica como social, pero esta
consideración no siempre ha estado tan extendida. Antes de los años
cincuenta, bajo la influencia del conductismo y del psicoanálisis, parecían
claras las necesidades biológicas del individuo, pero no tanto las afectivas
y sociales. El interés afectivo por los otros se consideraba aprendido, sin
la existencia de una necesidad que impulse a los individuos a vincularse
afectivamente con los demás. (Moreno, 2010) Desde este punto de vista,
el vínculo afectivo que los niños desarrollan hacia sus cuidadores les
permitiría reducir sus estados de incomodidad, conseguir alimento y en
definitiva, cubrir sus necesidades biológicas.

Para Lafuente (2000), la relación afectiva paterno-filial es el asiento


fundamental de los sentimientos de seguridad o inseguridad que presiden
respectivamente las vinculaciones de buena y mala calidad. Así, la
respuesta de temor suscitada ante la inaccesibilidad de la madre, es una
reacción de adaptación básica que en el curso de la evolución se ha
convertido en una respuesta esencial para la contribución de la
supervivencia de la especie.

19
El ser humano no nace con la capacidad de regular sus reacciones
emocionales. Necesita de un sistema regulador diádico, en el que las
señales del niño sobre sus estados sean entendidas y respondidas por
sus figuras significativas, lo que le permitirá alcanzar así la regulación de
esos estados. Sus experiencias pasadas con la madre, por ejemplo, son
incorporadas en sus modelos representacionales, a los cuales Bowlby
(1973) denominó Modelos de Funcionamiento Interno (Internal working
models).

Bowlby (1958), describió 5 reacciones que facilitan la comunicación


del niño con la madre: el llanto, la sonrisa, la succión, la llamada, el
aferramiento y el seguimiento. El llanto acerca a la madre para ser
calmado. La sonrisa al pasar a ser social, refuerza la conducta de
acercamiento de la madre. La succión estimula la sensibilidad de la madre
y favorece su acercamiento físico. La vocalización provoca en la madre
verbalizaciones y pone en marcha la llamada referencia prospectiva o
dialogo con el bebé en el que la madre le presta durante el periodo de
inmadurez la comprensión e intencionalidad que no posee aun el niño. El
aferramiento iniciado con el reflejo de prensión, se convertirá en el futuro
abrazo (Bolby 1993).

La teoría del apego postula que las personas tienen una tendencia
innata a buscar vínculos de apego, y cuyas funciones principales son la
supervivencia de la especie, la protección y la satisfacción individual. Las
conductas de apego del infante humano (p.ej., búsqueda de la
proximidad, sonrisa, agarrarse y colgarse) son correspondidas con las
conductas de apego del adulto (tocar, sostener, calmar) y refuerzan la
conducta de apego del niño hacia ese adulto en particular. (García, 2005)

Bolwby (1997) define los “sistemas conductuales” como las


necesidad primaria de relacionarse con otros seres humanos. Así mismo,
describe que un “sistema” es un conjunto de respuestas o repertorios de
conductas cuyo objetivo es satisfacer un tipo específico de necesidad (o

20
varias asociadas), y que siempre se acompañan de elementos
emocionales estrictamente relacionados con ellas y los clasificó en cinco
grupos: el sistema de apego, el sistema de afiliación, el sistema de
alimentación, el sistema sexual y el sistema exploratorio.

Marrone (2001), citado por Pinedo y Santelices (2006) expresa que


el sistema de apego puede sustentarse o activarse en una relación a lo
largo del tiempo o puede ser una necesidad de satisfacción inmediata.
Cuando la relación con una figura de apego perdura en el tiempo recibe el
nombre de vínculo de apego; cuando se trata solamente de activaciones
inmediatas, recibe el nombre de conductas de apego. (Bowlby 1969,
2003). Igualmente afirman que se entenderá por “conducta de apego”
cualquier forma de comportamiento que hace que una persona alcance o
conserve cierto grado de proximidad con respecto a otra persona,

4.2.- POSTULADOS BÁSICOS DE LA TEORÍA DEL APEGO.

De acuerdo a Oliva (2004), la teoría de Bolwby defiende tres


postulados básicos:

1.- Cuando un individuo confía en contar con la presencia o apoyo de la


figura de apego siempre que la necesite, será mucho menos propenso a
experimentar miedos intensos o crónicos que otra persona que no
albergue tal grado de confianza

2.- La confianza se va adquiriendo gradualmente durante los años de


inmadurez y tiende a subsistir por el resto de la vida.

3.- Las diversas expectativas referentes a la accesibilidad y capacidad de


respuesta de la figura de apego forjados por diferentes individuos durante
sus años inmaduros constituyen un reflejo relativamente fiel de sus
experiencias reales

Melero (2008) resume los postulados básicos de la teoría del


apego de Bolwlby, y señala que estas tienen sus bases en sus tres
21
principales estudios: Attachment and Loss: Attachment (1969), Anxiety
and Anger (1973) y Loss (1980). Los postulados básicos que en ella se
recogen se resumen en los siguientes puntos:
- Las personas, al igual que otras especies animales, cuentan con
conductas innatas con una fuerte base biológica que favorecen su
supervivencia
- Las conductas innatas son fruto del aprendizaje filogenético, pero se
pueden modificar adaptativamente a nivel ontogenético en interacción con
nuestro entorno.
- En nuestra especie, la modificación de estas conductas instintivas se
realiza enfunción de la meta perseguida, por medio de sistemas
homeostáticos que seautorregulan.
- Los patrones tempranos de relación con los cuidadores principales
seinteriorizan y gobiernan las sucesivas pautas de relación con otras
personas.
- Los niños pequeños necesitan desarrollar una dependencia segura
respecto asus padres, antes de poder enfrentarse por sí mismos a
situacionesdesconocidas.
- Durante los primeros años, mientras el niño adquiere la capacidad de
autorregulación, la madre constituye su ego y su superego.
- La mayoría de las emociones intensas surgen en torno a la
formación,mantenimiento o pérdida de los vínculos de apego.
- Los seres humanos están motivados para mantener un equilibrio
dinámicoentre la conservación de la familiaridad, las conductas reductoras
de estrés ylas antitéticas de exploración y búsqueda de información.

4.3.-Modelo de Bowlby

Para Bowlby, citado por Valdés Sánchez, N. (2002),el apego se


mantiene en el individuo de la cuna a la tumba”. Según el autor, la
conducta de apego se organiza utilizando sistemas de control propios del
sistema nervioso central, al que se le ha atribuido la función de protección
y supervivencia; se trata pues de una conducta instintiva. Frente a

22
situaciones de peligro hay una respuesta conductual y emocional de
permanecer cerca de la persona que cuida y protege y aquellos que
poseen estas tendencias tienen más probabilidades de sobrevivir y de
poder traspasar dichas tendencias a generaciones posteriores

García Losa, E (2005), y Cano y Gutiérrez(2002),citan a Bolwby


(1969)y definen la conducta del apego o “attachement” como cualquier
forma de conducta que tiene como resultado el logro o la conservación de
la proximidad con otro individuo y vínculo de apego con otro individuo
claramente identificado al que se considera mejor capacitado para
enfrentarse al mundo. El apego significa la proximidad y el contacto que
un individuo está dispuesto a buscar en otro, principalmente en
circunstancias específicas como enfermedad u otras situaciones de
alarma, distintas a la de alimentación y sexo. Dicha conducta puede
manifestarse de diferentes maneras, en diferentes circunstancias y con
diferentes individuos.

En este sentido, Yarnoz y cols, (2001) refieren el apego como un


sistema de control o mecanismo que adapta la conducta a la consecución
de fines determinados por las necesidades del momento. Así, el deseo del
niño de proximidad o contacto con la figura de apego no es constante,
sino que depende de factores tanto endógenos como exógenos (p. ej.,
miedo del niño, enfrentar situaciones potencialmente peligrosas). Si el
niño se siente amenazado, buscará la seguridad que le brinda la
proximidad de su figura de apego; si no, se dedicará a explorar el
ambiente.

Bowlby propone un modelo se basado en la existencia de cuatro


sistemas de conductas relacionados entre sí (López 1993; Oliva, 2004)
1. El sistema de conductas de apego: Son conductas dirigidas al
mantenimiento de la proximidad y el contacto con las figuras de apego
(sonrisas, lloros, contactos táctiles, etc.). Estas se activan cuando se
perciben amenazas y/o para restablecer la proximidad.

23
2. El sistema de exploración: Está en estrecha relación con el anterior
aunque muestra una cierta incompatibilidad con él pues cuando se
activan las conductas de apego disminuyen las de exploración del
entorno.
3. El sistema de miedo a los extraños: Este sistema también muestra su
relación con los anteriores, ya que su aparición supone la disminución de
las conductas exploratorias y el aumento de las conductas de apego.
4. El sistema afiliativo: Aunque entra en cierta contradicción con el miedo
a los extraños, se refiere al interés que muestran los individuos, no sólo
de la especie humana, por mantener proximidad e interactuar con otros
sujetos, incluso con aquellos con quienes no se han establecido vínculos
afectivos.
Oliva (2004) considera que lejos de ser una simple conducta instintiva,
que aparece siempre ante la presencia de un determinado estímulo o
señal, el apego hace referencia a una serie de conductas diversas, cuya
activación y desactivación, así como su intensidad y la morfología de sus
manifestaciones, va a depender de diversos factores contextuales e
individuales.

López (1993) entiende que el apego es un sistema conductual


constituido por los siguientes componentes:
- Componente conductual: serían aquellas conductas de apego que
pretenden mantener la proximidad, el contacto y la comunicación con las
figuras de apego, como los lloros, sonrisas, vocalizaciones, etc.

- Componente cognitivo: corresponde a la representación mental de la


relación (“workingmodel”), que hace referencia al concepto que se tiene
de sí mismo y de la figura de apego, los recuerdos de la relación y las
expectativas sobre la propia relación .Si el vínculo del apego se forma de
manera adecuada, el contenido esencial de estas representaciones será
la incondicionalidad, la seguridad en que la figura de apego no va a fallar
ni a abandonar a la persona apegada, y la eficacia, la creencia en que el
otro tiene la capacidad de proteger, cuidar y ayudar. (López, 2006).

24
- Componente emocional, que incluye los sentimientos referidos a sí
mismo y a la figura de apego; aunque estos sentimientos pueden ser
muchos y muy variados, los más significativos serían los de seguridad
frente al miedo y/o angustia. Cuando se está seguro de la
incondicionalidad de la figura de apego y de la competencia del otro para
ayudar, el vínculo conlleva sentimientos de seguridad, estabilidad y
autoestima, facilitando la empatía, la ternura, el consuelo y la
comunicación emocional. Este es el componente menos estudiado, por
ser más difícil de abordar y de evaluar. López, 2006).

Estos tres componentes: conductas de apego, modelo mental de la


relación y sentimientos, son lo que Bowlby (1969) denomina “sistema de
conductas de apego” o “sistema de apego” que funcionaría principalmente
como un sistema de mantenimiento de seguridad, que apoya la
exploración y el aprendizaje del entorno, mientras garantiza la protección
del niño (Cantero, 2003). Desde el punto de vista funcional, este sistema
regula la conducta para mantener el contacto y proximidad con las figuras
de apego.

Cantero (2003) señala que el modelo o representación mental, en


la medida que determina la calidad del apego, también afecta a los otros
dos componentes del sistema de apego, determinando el tipo y la
intensidad de las conductas de apego y los sentimientos que dicha
relación genere. Por lo tanto, si el modelo mental es adecuado (p.ej., el
concepto de la figura de apego como disponible y eficaz y de uno mismo
como competente), el apego será seguro, las conductas de apego serán
adaptadas y los sentimientos sobre la relación serán de confianza y
seguridad. Si el modelo mental no es el adecuado (p.ej., el concepto de la
figura de apego como no disponible e inaccesible y de uno mismo como
incompetente a la hora de promover la respuesta materna deseada), el
apego será inseguro, las conductas de apego desadaptadas y los
sentimientos sobre la relación serán de inseguridad, desconfianza y
resentimiento. Un resumen de este proceso se muestra en la Figura 1.

25
Esquema del proceso de formación del apego (Cantero, 2003)
M O D EL O
M E N T AL DE
REL A CI Ó N
I NTER A C -Expectativas sobre cómo C ALI D A
CI Ó N responderá D
la figura de apego. D EL
-Concepto de figura de apego.
-Concepto de sí mismo.

C O N D U C T AS
D E A PE G O SENTIMIENTOS
(Tipo e intensidad)

Figura 1: Esquema del proceso de formación del apego (Cantero, 2003, p. 178).

4.3.1- Modelos Internos de Trabajo (Internal Working Model) (IWM)

La propuesta de Bolwby (1995) denominada InternalWorkingModel


(IWM), ha recibido distintas denominaciones, así, Bleichmar (citado por
Marrone 2001) presenta este concepto como “modelos internos de
trabajo”, Marrone (2001) como modelos operativos internos, Fonagy
(1999) como “modelos operantes internos y Pierrchumbert (citado por
Marrone 2001) como “modelos individuales de la relación”.

Al concepto de IWM se le han asignado distintas terminología. En


castellano encontramos diferente terminología, entre los que destacan
modelos internos o modelos internos activos(Marrone, 1993; Ortiz Barón,
Gómez Zapiain, y Apodaca, 2002; Yárnoz, Alonso-Arbiol,Plazaola y Sainz
de Murieta, 2001), modelos representacionales (Bowlby, 1995,
2003,versión en castellano; Martínez y Santelices, 2005), modelos
representacionales básicos(Díaz-Aguado, 1984; 1996; 2003; Díaz-
Aguado, Martínez Arias, Martínez y Andrés,2000; Díaz-Aguado et al.,
2001), modelos internos básicos (Díaz-Aguado y Martínez Arias, 2006),
modelos representacionales internos (Oliva Delgado, Parra Jiménez, y
Sánchez Queija, 2002), modelos activos, representaciones mentales,
modelos de trabajo internos (Cantón Duarte y Cortés Arboleda, 2000;

26
Lucas Taracena, y Montañés Rada,2006; Trianes y Gallardo 2004),
modelos internos de trabajo (Carrillo, Maldonado,Saldarriaga, Vega y
Díaz, 2004), modelos mentales (Feeney y Noller, 2001; Ortiz Barón y
Yárnoz Yaben,1993), modelos operantes (Bowlby, 1995, versión en
castellano; LucasTaracena y Montañés Rada, 2006; Martínez y
Santelices, 2005) y modelos operativo internos (Garrido-Rojas, 2006;
Pinedo Palacios, y Santelices Álvarez, 2006; Rutter, 1995,(versión en
castellano).
Moreno (2009) presenta gráficamente la evolución de la nomenclatura
original de Bolwby para los IWM, desde 1973 hasta el 2006. (Tabla 1)

Tabla 1. Términos utilizados para hacer referencia al concepto de


IWM de Bowlby.
TÉRMINO ESTUDIOS

Internal Working Model (IWM) Bowlby, 1973.

Modelos internos o Modelos internos Marrone, 1993; Ortiz Barón et al., 2002;
Activos Yárnozetal., 2001.

Modelos representacionales Bowlby, 1995, 2003; Martínez y


Santelices, 2005.

Modelos internos básicos Díaz-Aguado, 1984; 1996; 2003; Díaz-


Aguado et al.,2000; Díaz-Aguado et al.,
2001.
Modelos representacionales internos Díaz-Aguado y Martínez Arias, 2006.

Modelos representacionales básicos Oliva Delgado et al., 2002.

Modelos activos Cantón Duarte y Cortés Arboleda, 2000;


Representaciones mentales LucasTaracena y Montañés Rada, 2006;
Modelos de trabajo internos Trianes yGallardo, 2004.

Modelos internos de trabajo Carrillo et al., 2004.

Feeney y Noller, 2001; Ortiz Barón y


Modelos mentales Yárnoz
Yaben,1993

Modelos operantes Bowlby, 1995; Lucas Taracena y Montañés


Rada,2006; Martínez y Santelices, 2005
Modelos operativos internos. Garrido-Rojas, 2006; Pinedo Palacios, y
SantelicesÁlvarez, 2006; Rutter, 1995

27
Fuente: Moreno (2009)
Según Pinedo y Santelices (2006), todos ellos tienen en común la
idea de un esquema o mapa que se internaliza en la persona y representa
una realidad poblada de personas y objetos significativos para el
individuo. Para Pinedo y Santelices (2006) el nombre de “modelo
operante interno” es el que logra mostrar con mayor riqueza un mapa
representacional cognitivo-afectivo-dinámico, que ayuda al sujeto a
ingresar en una realidad compartida, donde cada uno de sus integrantes
tiene una mente individual con deseos, planes y necesidades distintas y
particulares, y que es necesario conocer o inferir para relacionarse entre
sí.

Brenlla, Carrera y Brizio (2001), describen el Sistema


Comportamental de Apego como un sistema de control motivacional-
conductual, evolucionista y adaptativo, cuyo objetivo es la promoción de
la seguridad en la infancia y la niñez a través de la relación del niño con
una figura de apego, su cuidador primario. Para los mismos autores, el
“apego” involucra componentes sociales, emocionales, cognitivos y
conductuales. Pasa a ser una propiedad de las relaciones psicosociales
donde un sujeto más débil y menos capaz confía en la protección que le
brinda otro sujeto, más competente y poderoso. Las relaciones
sicosociales que se establecen entre el sujeto mas débil, que confía en la
protección del que este considera más competente resultan en vínculos
emocionales recíprocos “y construyen una representación interna de la
relación vincular”. Esta representación mental interna que construyen los
infantes es denominada por Bowlby “internalworkingmodel” (Brenlla,
Carreras, y Brizzio, 2001) (Yárnoz, Alonso-Arbiol, Plazaola, 2001)

El niño elabora los modelos internos activos, tanto de sí mismo


como de las personas significativas dentro de él, a través de los continuos
contactos con el mundo exterior y de la respectiva capacidad de
respuesta y/o disponibilidad de figuras de apego. Una vez organizados,
tienen tendencia a operar de forma automática, es decir, fuera de la

28
conciencia. Toda nueva información recibida es asimilada a estos
modelos preexistente, lo que justifica la tendencia a la estabilidad de
estos modelos, aunque pueden ser modificados en determinadas
circunstancias (Yárnoz, Alonso-Arbiol, Plazaola, 2001)

De acuerdo a lo expresado por Yárnoz y Plazaola (2001), los


modelos internos de trabajo constituyen un esquema mental donde se
depositan las expectativas acerca de los comportamientos de otros hacia
el sí mismo, basados en la representación internalizadas de las
experiencias de apego pasadas. Este modelo es también un patrón sobre
el que se basará la auto-percepción, servirá al sujeto para percibir e
interpretar las acciones e intenciones de los demás y para dirigir su
conducta, y nos ayudará a entender la estabilidad o inestabilidad del
apego romántico en adultos. Cada modelo referido a una relación
particular incluye siempre no sólo conceptos o representaciones acerca
del sí mismo (self) y del otro, sino también expectativas acerca de la
relación; así, el niño que recibe respuestas adecuadas a lo largo del
tiempo, se ve a sí mismo como seguro, valioso y merecedor de
atenciones y de cuidados, lo que constituyen una de las bases de la
propia identidad y de la autoestima. Estos modelos de vinculación suele
mantenerse constante durante toda la vida y trasmitirse de generación en
generación (Yárnoz,2011, Alonso-Arbiol, Plazaola y Sainz, 2001),
(Brenlla, Carreras, y Brizzio,2001) (Oliva, 2004)

Las relaciones sicosociales que se establecen entre el sujeto más


débil, que confía en la protección del que este considera más competente
resultan en vínculos emocionales recíprocos “y construyen una
representación interna de la relación vincular”.

De acuerdo a Bowlby, (1969). Estos modelos derivan de las


experiencias de interacción con los cuidadores primarios y supone que
distintas experiencias llevarán a distintas representaciones mentales y
clasifica las posibles respuestas del cuidador en tres tipos:

29
1. Mostrarse sensible a las llamadas del niño y permitir su acceso, que
llevaría a un modelo de apego seguro;
2. Mostrarse insensible e impedir el acceso del niño, lo que supondría un
modelo de apego inseguro-evitativo;
3. Atender y permitir el acceso del niño de forma imprevisible, sólo en
algunas ocasiones, lo que generaría un modelo inseguro-ambivalente.

De manera concreta, estos modelos operativos internos o “internal


working model” propuestos por Bowlby, van a tener una profunda
influencia sobre las futuras relaciones sociales del sujeto. Si una persona,
durante su infancia, tuvo un apego seguro con sus padres u otras
personas significativas que se mostraron sensibles, responsivos y
consistentes, en su vida posterior tendrá una actitud básica de confianza
en las personas con las que establezca sus relaciones. Por el contrario, si
el sujeto tuvo experiencias negativas con sus figuras de apego, tenderá a
no esperar nada positivo, estable o gratificante de las relaciones que
pueda establecer en su vida adulta. Como siempre, esperará rechazos o
falta de respuesta empática.

Pinedo y Santelices (2006) citan a Bowlby (1995), y afirman que,


una vez construido los modelos representacionales de los padres y de la
interacción con ellos, tiende a persistir de manera más o menos estable a
lo largo del tiempo y a operar a nivel inconsciente. Así, una pauta de
apego de un niño pequeño estará en directa sintonía con los modelos de
sus padres, en especial con el de la madre.

No obstante, el apego evoluciona, se adapta, cambia, y la persona


puede aprender a distribuir su mundo de forma diferente; y si las
condiciones son favorables, puede llegar a ser una persona normal: los
modelos operativos internos (internalworkingmodel) pueden cambiar
cuando un individuo logra o construye una interpretación nueva de sus
experiencias pasadas, particularmente de aquellas relacionadas con el
apego. Para Bowlby algunos aspectos de esos modelos internos, en

30
especial los que no son accesibles a la conciencia, son especialmente
resistentes al cambio” (Brenlla, M.E., Carreras, M.A. y Brizzio, 2001).

Aunque se reconoce la influencia de las ideas psicoanalíticas en el


modelo de representaciones objetales, Bowlby también se vio
influenciado en el desarrollo de su teoría por los trabajos del
neurobiolólogo Young (Brenlla, Carreras, y Brizzio, 2001) quien, a su vez,
había adoptado algunas propuestas de Kenneth Clark, pionero en
estudios de lo que con el tiempo se denominaría “inteligencia artificial”. De
acuerdo a Brenlla y cols (2001), Clark sostiene que los individuos
capaces de desarrollar “modelos activadores internos” de sus entornos,
aumentan de manera considerable sus probabilidades de sobrevivencia:
“la capacidad de construir y usar tales modelos para valorar las diversas
consecuencias posibles de acciones alternativas que podemos realizar,
permite que nuestros comportamientos sean más flexibles y adaptativos”.
Debido a que Clark no se dedicaba al estudio de comportamientos
infantiles (Brenlla, Carreras, y Brizzio, 2001), Bowlby se interesó de
manera especial en las ideas de Piaget sobre el período sensorio-motriz,
para quien las concepciones infantiles sobre los objetos son las
resultantes de acciones concretas que los niños realizan al manipularlos.
En el mismo sentido, las relaciones reiteradas que los niños tienen con
figuras cuidadoras y protectoras constituyen la base de representaciones
sobre tales relaciones (modelos representativos internos o
internalworkingmodel), representaciones que al ser evocadas operan
frente a nuevas situaciones de apego. Los modelos activadores
internalizados se resisten al cambio gracias a la acción de procesos de
asimilación, en el sentido piagetiano del término (Brenlla, Carreras, y
Brizzio, 2001; Bowlby, 1969).

Las investigaciones realizadas sobre la estructura y función de los


modelos representativos internos (Brenlla, M.E., Carreras, M.A. y Brizzio,
2001) permiten apreciar cuatro componentes interrelacionados: (1)
memorias de las experiencias de apego, (2) creencias, (3) actitudes y (4)

31
expectativas. Los “internal working model” afectan también las reacciones
emocionales inmediatas frente a una determinada situación; así, en un
momento posterior, el procesamiento cognitivo de la situación puede
mantener, ampliar o minimizar la respuesta emocional inicial,
dependiendo de cómo el individuo interprete la experiencia.

Por otra parte, Brenlla y colaboradores (2001) consideran varios


factores que determinan la estabilidad de estos modelos:
1. Los individuos tienden a seleccionar los ambientes en los cuales las
creencias acerca del sí mismo y de los demás son compartidas.
2. Los propios sujetos mantienen los modelos que han construido.
3. Las personas procesan la información de modo tal que sea posible
sostener la existencia de sus modelos internos.

La estabilidad de los modelos puede cambiar, o se pone en riesgo,


cuando las circunstancias en el entorno son contrarias a los modelos ya
existentes. El impacto de cada experiencia negativa dependerá de su
duración y del compromiso emocional que signifique para cada uno
(Brenlla, Carreras, y Brizzio, 2001).

4.3.2.- Separaciones temporarias:

Algunos investigadores han estudiado los efectos de las


separaciones transitorias o temporales de los lactantes y preescolares de
sus cuidadores habituales principalmente asociadas a problemas de salud
con necesarias hospitalizaciones de los infantes.

García Losa (2005), se refiere a la descripción hecha por Bolwby y


Robertson de una secuencia de tres fases en la conducta de los niños de
entre 15 y 30 meses de edad, criados por sus madres en forma exclusiva
y que por primera vez debían temporalmente separarse de ellas y pasar
un período en una institución. Estas tres fases son:

32
1.- Fase de protesta:

La fase inicial de protesta se inicia poco después de partir la madre


y dura desde unas pocas horas hasta una semana, aproximadamente.
Durante esta fase, el niño está ansioso, nervioso, excitado, llora intensa,
larga y fuertemente, golpea y sacude su cuna, busca a su madre, tiene
expectativas de que vuelva pronto, pregunta por ella y se niega a recibir
ayuda o consuelo de otras mujeres que se le acerquen, rechazándolas.
Cuando mejor es la relación con la madre, mayor es el grado de ansiedad
que el niño muestra en esta etapa. La ausencia de la etapa de protesta es
indicadora de una relación insatisfactoria previa con la madre.

2.- Fase de desesperación

Durante esta fase su excitación psicomotriz empieza a disminuir,


llora con menos intensidad, en forma más monótona, está distante e
inactivo y su conducta sugiere desesperanza, empieza a dudar de que su
madre vaya a volver. Nada le interesa, no se conecta con el medio que lo
rodea y se pasea de acá para allá sin objetivos, como sintiéndose
profundamente deprimido.

3.- Fase de desapego

En esta fase desaparece la excitación psicomotriz, el chico deja de


llorar y empieza nuevamente a interesarse por el medio que lo rodea;
parece como si se estuviera recuperando. Ya no rechaza a las
enfermeras u otras personas desconocidas a su cargo: acepta sus
cuidados, la comida, y los juguetes que le ofrecen y a veces hasta sonríe
y está más sociable. Pero cuando la madre viene a visitarlo se encuentra
con un niño cambiado, que parece no reconocerla, se mantiene
indiferente, apático y distante. Sin embargo, periódicamente se observan
sollozos, ataques de agresividad, no desea compartir sus juguetes con los
otros niños y los esconde para que no se los quiten. Si su estadía es

33
suficientemente prolongada, poco a poco puede llegar a perder interés en
las personas e interesarse cada vez más en los objetos materiales,
juguetes, caramelos y comida. Ya no se ve ansioso frente al cambio de
enfermeras, idas y venidas de los padres, ya no le tiene miedo a nadie, ni
le importa nadie. Las reacciones de los niños muestran la influencia que la
separación de la madre tiene sobre ellos y los mecanismos psicológicos
defensivos que se movilizan para sobreponerse a la pérdida.

Se debe tener en cuenta que aunque estas tres fases se observan


en todos los casos, su duración e intensidad individual variará según el
entono en el que el niño transcurre su período de separación de la madre.
Para el niño es muy diferente si queda al cuidado de un pariente
conocido, y en su propia casa, que si es trasladado a una institución o un
hogar para niños, y lo mismo ocurre con la persona o personas
destinadas a su cuidado: resulta mucho más traumático para el niño no
contar con una figura estable que lo cuide, tal como sucede en las
guarderías y asilos para niños. (Oliva,2004)

Es de notar que el reencuentro posterior con la madre también


muestra a un niño alterado emocionalmente y afectado psicológicamente
en su relación con la mamá. Reconciliarse con la mamá después de la
separación le llevará un tiempo que dependerá de la duración de la
separación y de las características del vínculo que previamente tenía con
su madre (Bowlby, 1969).

La activación de conductas de apego depende de la evaluación por


parte del niño de un conjunto de señales del entorno que dan como
resultado la experiencia subjetiva de seguridad o inseguridad; el
experimentar seguridad es el objetivo del sistema de apego, que es, por
tanto, primero y por encima de todo, un regulador de la experiencia
emocional. (Bowlby, 1969; Oliva (2004)

34
De acuerdo a Martínez y Santelices (2005), Bowlby (1969, 1979,
1980, 1988) propuso un modelo del desarrollo con claras implicancias
para la psicopatología. Según este modelo, sobre la base de repetidas
experiencias con sus figuras de apego, los niños desarrollan expectativas
en relación a la naturaleza de estas interacciones (Fonagy y col, 1995).
Estas expectativas se convierten en representaciones mentales o
"modelos operantes" como los llamó Bowlby (1980) que tienen la
capacidad de integrar experiencias pasadas y presentes, como también
esquemas cognitivos y emocionales relacionados con tales experiencias.
De esta manera los modelos operantes son un sistema interno de
expectativas y creencias acerca del self y de los otros que les permiten a
los niños predecir e interpretar la conducta de sus figuras de apego. Estos
modelos se integran a la estructura de la personalidad y proveen un
prototipo para futuras relaciones sociales (Bowlby, 1979)

De este modo, estos modelos operantes incluyen dos aspectos


fundamentales: una concepción sobre las figuras de apego y su auto-
imagen. Al respecto, un problema que se ha planteado es si existe uno o
varios de estos modelos internos. Bowlby sostiene que en cada relación,
la persona construye un modelo de sí mismo y un modelo del otro.
Crittenden (1999), plantea que los modelos internos podrían situarse, al
menos, a dos niveles diferentes de funcionamiento mental, por lo que
podrían coexistir más de uno. Por su parte, Bretherton (2000) plantea un
solo modelo de sí mismo y de las figuras de apegoy, Allen y Land (2000)
señalan que durante la infancia coexisten diversos modelos internos, pero
en la adolescencia se produce una jerarquización y una síntesis de estos
modelos previos.

Otro aspecto de controversia sobre los llamados "modelos


operantes" se refiere a su estabilidad en el tiempo y a través del
desarrollo. Estos modelos internos se construyen en los primeros años de
vida y luego son susceptibles a reelaboraciones en función de las
interacciones con las figuras de apego. Estos cambios ocurrirían dentro

35
de ciertos límites, puesto que las representaciones de las experiencias
anteriores filtran las expectativas del individuo e influyen en su percepción
de estas interacciones (Marrone, 2001).

5.- TIPOS DE APEGO:

El apego se clasifica principalmente en dos grandes grupos: infantil


y adulto. Existe un amplio grupo de investigadores que, utilizando
modelos representacionales o comportamentales, elaboraron
instrumentos de medición del apego, tanto en niños como en adultos.

Bretherton, (1999) expresa que la noción de modelos operantes y


representaciones mentales es central para la evaluación de los llamados
"patrones de apego" o en una conceptualización más actual "estrategias
cognitivas, afectivas y comportamentales" para enfrentar relaciones
interpersonales significativas. (Martínez y Santelices, 2005)

5.1.- Apego infantil

5.1.1- Desarrollo del apego infantil

Desde el nacimiento el niño desarrolla un nexo afectivo con su


cuidador, que evoluciona desde formas primarias o reflejas en la que el
bebe siente preferencia por otros humanos, hasta formas complejas y que
Bowlby (1969, 1979) las clasifica en cuatro fases o etapas.

La Etapa I es aquella que abarca desde el momento del nacimiento hasta


los dos a tres meses. En esta fase el niño siente preferencia por las
personas, sin capacidad para discriminar entre ellas.

36
La Etapa II, transcurre entre dos/tres meses a seis/siete mesesde
nacido. Se hace evidente la preferencia del lactante por personas
conocidas.
La Etapa III comprende de seis/siete meses a dos/tres años y se
caracteriza por el establecimiento del vínculo a través de conductas
dirigidas a mantener proximidad con una figura determinada y por la
expresión de miedo ante individuos extraños.

Finalmente, la Etapa IV, involucra a niños de dos a tres años en


adelante. El vínculo continúa existiendo, pero van desapareciendo las
conductas exteriorizadas de apego que se sustituyen por las simbólicas.
Las capacidades cognitivas del niño le permiten comprender los
sentimientos y motivaciones de su figura de apego. (Moreno, 2010).

5.1.2.- Clasificación de acuerdo al Modelo Representacional

Mary Ainsworth, fue la primera en proponer que las díadas madre-


hijo difieren en la calidad de sus relaciones de apego y que es posible
medir y clasificar estas diferencias. También postuló que la conducta de la
madre en los primeros meses de la vida del niño es un buen predictor del
tipo de relación entre ambos. En 1964, Ainsworth y colaboradores
diseñaron la llamada "situación extraña", un procedimiento de laboratorio
para estudiar la relación madre-hijo en el primer año de vida. (Martínez y
Santelices 2005). A partir de estas investigaciones se desarrollaron las
primeras clasificaciones del apego en niños, describiendo tres patrones
generales de apego: Seguro, Evitativo, y Ambivalente o resistente.
(Ainsworth, Blehar, Waters y Wall, 1978)

A esta clasificación original más tarde se agregaría un grupo de


niños que no mostraban un patrón de conducta tan organizado durante la
situación extraña y que Main y Salomón (1990) llamarían "desorganizados
o desorientados".

37
5.1. 2. 1.- Clasificación de Ainsworth

Oliva (2004) describe y explica el diseñó experimental ideado por


Ainsworth, denominado, la Situación del Extraño (Ainsworthy Bell, 1970),
dirigido a examinar el equilibrio entre las conductas de apego y de
exploración, bajo condiciones de alto estrés. La Situación del Extraño es
una situación de laboratorio de unos veinte minutos de duración con ocho
episodios. La madre y el niño son introducidos en una sala de juego en la
que se incorpora una desconocida. Mientras esta persona juega con el
niño, la madre sale de la habitación dejando al niño con la persona
extraña. La madre regresa y vuelve a salir, esta vez con la desconocida,
dejando al niño completamente solo. Finalmente regresan la madre y la
extraña.

De acuerdo a Oliva (2004) Ainsworth encontró que los niños


exploraban y jugaban más en presencia de su madre, y que esta
conducta disminuía cuando entraba la desconocida y, sobre todo, cuando
salía la madre. A partir, de estos datos, quedaba claro que el niño utiliza a
la madre como una base segura para la exploración, y que la percepción
de cualquier amenaza activaba las conductas de apego y hacía
desaparecer las conductas exploratorias. Ainsworth encontró claras
diferencias individuales en el comportamiento de los niños en esta
situación. Estas diferencias le permitieron describir tres patrones
conductuales que eran representativos de los distintos tipos de apego
establecidos:

Ainsworth distinguió a raíz de ésta prueba tres tipos de apego según la


respuesta del niño:

 Niños con apego seguro


 Niños ansiosos-evitantes:
 Niños con apego ansioso-ambivalente:

38
A.- Apego seguro (Tipo B)

Es un patrón óptimo de apego que se asocia a la sensibilidad


materna, la percepción adecuada, interpretación correcta y una respuesta
contingente y apropiada a las señales del niño, fortalecen interacciones
sincrónicas (Aizpuru, 1994).

En este sentido, Oliva (2004) describe la respuesta de los niños


con apego seguro de acuerdo a la prueba de la Situación del Extraño
ideada por Aisworth, y explica que los niños con este tipo de apego, una
vez que entran a la sala de juego, usan a sus madre como una base a
partir de la que comienzan a explorar y que dicha conducta exploratoria
disminuye y se muestran claramente afectados cuando la madre sale de
la habitación. EL regreso de las madres los alegra, buscan el contacto
físico y luego continúan su conducta exploratoria.

Cuando Ainsworth examinó las observaciones que había realizado


en los hogares de estos niños, encontró que sus madres habían sido
calificadas como muy sensibles y responsivas a las llamadas del bebé,
mostrándose disponibles cuando sus hijos las necesitaban. En cuanto a
los niños, lloraban poco en casa y usaban a su madre como una base
segura para explorar. (Oliva, 2004)

Ainsworth creía que estos niños mostraban un patrón saludable en


sus conductas de apego. La responsividad diaria de sus madres les había
dado confianza en ellas como protección, por lo que su simple presencia
en la Situación del Extraño les animaba a explorar los alrededores. Al
mismo tiempo, sus respuestas a su partida y regreso revelaban la fuerte
necesidad que tenían de su proximidad.

39
Las personas con estilos de apego seguro, son capaces de usar a
sus cuidadores como una base de seguridad cuando están angustiados.
Ellos tienen cuidadores que son sensibles a sus necesidades, por eso,
tienen confianza que sus figuras de apego estarán disponibles, que
responderán y les ayudarán en la adversidad. En el dominio interpersonal,
tienden a ser más cálidas, estables y con relaciones íntimas satisfactorias,
y en el dominio intrapersonal, tienden a ser más positivas, integradas y
con perspectivas coherentes de sí mismo. De igual forma, muestran tener
una alta accesibilidad a esquemas y recuerdos positivos, lo que las lleva a
tener expectativas positivas acerca de las relaciones con los otros, a
confiar más y a intimar más con ellos (Gayó, 1999).

B.- Apego Ansioso evitante (Tipo A)

En cuanto al apego ansioso evitante, Oliva (2004) explica que el


niño se muestra bastante independiente en la Situación del Extraño.
Desde el primer momento comienza a explorar e inspeccionar los
juguetes, aunque sin utilizar a su madre como base segura, ya que no la
mira para comprobar su presencia, sino que la ignora Cuando la madre
abandonaba la habitación no parecían verse afectados y tampoco buscan
acercarse y contactar físicamente con ella a su regreso. Incluso si su
madre busca el contacto, ellos rechazan el acercamiento.

Debido a su conducta independiente en la Situación del Extraño en


principio su conducta podría interpretarse como saludable. Sin embargo,
Ainsworth intuyó que se trataba de niños con dificultades emocionales; su
desapego era semejante al mostrado por los niños que habían
experimentado separaciones dolorosas.

Las observaciones en el hogar apoyaban esta interpretación, ya


que las madres de estos niños se habían mostrado relativamente
insensibles a las peticiones del niño y rechazantes. Los niños se

40
mostraban inseguros, y en algunos casos muy preocupados por la
proximidad de la madre, llorando intensamente cuando abandonaba la
habitación La interpretación global de Ainsworth era que cuando estos
niños entraban en la Situación del Extraño comprendían que no podían
contar con el apoyo de su madre y reaccionaban de forma defensiva,
adoptando una postura de indiferencia. Habiendo sufrido muchos
rechazos en el pasado, intentaban negar la necesidad que tenían de su
madre para evitar frustraciones. Así, cuando la madre regresaba a la
habitación, ellos renunciaban a mirarla, negando cualquier tipo de
sentimientos hacia ella. (Oliva,2004)

Para la conducta que tiende a aumentar la distancia de personas y


objetos supuestamente amenazadores resultan convenientes los términos
"retracción" "huida" y "evitación". Para otro componente importante y
adecuadamente organizado, el término utilizado es "inmovilización"
(Bowlby, 1985; 1998).

Lartige y Vives (1992) citan a Egelan y Ericson (1987) quienes


expresan que una conducta de apego insegura-evitante o la presencia de
fallas en el establecimiento del vínculo materno-infantil, también se ha
asociado con madres que maltratan a sus hijos, ya sea de manera física,
verbal, a través de la indiferencia o por una inhabilidad psicológica.

C.-Apego inseguro-ambivalente (tipo C)

De acuerdo a Oliva (2004), los niños inseguros-ambivalentes se


muestran tan preocupados por el paradero de sus madres que apenas
exploran en la Situación del Extraño. Pasan un mal rato cuando ésta salía
de la habitación, y ante su regreso se muestran ambivalentes. Estos niños
vacilan entre la irritación, la resistencia al contacto, el acercamiento y las
conductas de mantenimiento de contacto. En el hogar, las madres de
estos niños habían procedido de forma inconsistente, se habían mostrado

41
sensibles y cálidas en algunas ocasiones y frías e insensibles en otras.
Estas pautas de comportamiento habían llevado al niño a la inseguridad
sobre la disponibilidad de su madre cuando la necesitasen. Además de
los datos de Ainsworth, diversos estudios realizados en distintas culturas
han encontrado relación entre el apego inseguro-ambivalente y la escasa
disponibilidad de la madre. Frente a las madres de los niños de apego
seguro que se muestran disponibles y responsivas, y las de apego
inseguro-evitativo que se muestran rechazantes, el rasgo que mejor
define a estas madres es el no estar siempre disponibles para atender las
llamadas del niño. Son poco sensibles y atienden menos al niño, iniciando
menos interacciones. Sin embargo, el hecho de que en algunos estudios
se haya encontrado que en algunas circunstancias estas madres se
muestran responsivas y sensibles, podría indicar que son capaces de
interactuar positivamente con el niño cuando se encuentran de buen
humor y poco estresadas. Un aspecto muy destacado del comportamiento
de estas madres tiene que ver con su actitud ante la conducta exploratoria
del niño, ya que los estudios que han considerado este aspecto han
hallado que tienden a intervenir cuando el niño explora, interfiriendo con
esta conducta. Este aspecto, unido al anterior, aumenta la dependencia y
falta de autonomía del niño, y sirve para explicar la percepción que el niño
puede llegar a tener sobre el comportamiento contradictorio de la madre.
(Oliva, 2004)

La conducta de retracción o evitación y la de apego suelen coincidir


con frecuencia ya que ambas cumplen una misma función: protección.
Resulta fácil combinar en una acción única el acto de alejarse de una
zona y acercarse a otra. No obstante, existen poderosas razones para
trazar una distinción entre ambas. En primer lugar, aunque en buena
medida las condiciones que las provocan son las mismas, no siempre
ocurre así. La conducta de apego, por ejemplo, puede ser activada por la
fatiga o la enfermedad, tanto como una situación que provoca miedo. Por
otra parte, cuando ambas formas de conducta son activadas al mismo
tiempo no siempre son compatibles, aunque si lo sean en la mayoría de

42
los casos. Por ejemplo, puede producirse una situación conflictiva cuando
el estímulo que provoca tanto la huida como la conducta de acercamiento
de un individuo se halla ubicado entre éste último y la figura en quien se
centra su afecto. Reviste primacía una u otra forma de conducta cuando
el individuo atemorizado marcha de manera más o menos directa hacia la
figura del apego, a pesar de que para ello tiene que pasar cerca del objeto
amenazador, o cuando huye de este último aún cuando al hacerlo pone
una distancia cada vez mayor entre si mismo y la figura de apego
(Bowlby, 1985; 1998).

De acuerdo a Galán (2010) el error más habitual en el que puede


caer el profesional es esperar una reproducción literal de esas
respuestas, y esto ocurre porque no se tienen en cuenta el contexto en
que se elaboró esta tipología. El autor considera que el estudio partió de
las observaciones de la interacción niño-madre que Ainsworth recogió en
Uganda entre 1954 y 1955. Tras la estancia coyuntural en ese país
africano y su definitiva instalación en los EEUU, trató de replicar los
hallazgos a través del “Estudio Baltimore”, donde recogió observaciones
de interacciones en el hogar para 26 diadas madre-hijo. En esta
investigación, las observaciones en el laboratorio mediante el
Procedimiento de Situación Extraña aparecían como un complemento a
los registros en el hogar. Por ello, los auténticos resultados del estudio
surgían de contrastar las observaciones en ambos contextos. Galán
(2010) considera que para caracterizar al niño con apego evitativo no
debemos esperar una conducta continua de indiferencia hacia la madre
(la que aparece en la Situación Extraña), porque en el hogar estos niños
se mostrarán ansiosos y enfadados, manifestando malestar incluso ante
separaciones muy breves; una posible explicación es que ante el estrés
de la separación, el niño opta por desactivar el sistema de apego, y se
ajusta a lo apuntado por Main (2000).El autor considera que la respuesta
en el contexto de laboratorio es un potente indicador de un patrón de

43
apego, pero no aporta una muestra de la conducta esperable en el niño
en cualquier entorno.

5.2- APEGO ADULTO

La primera línea de investigación basada en el sistema


representacional fue iniciada por psicólogos del desarrollo como
Ainsworth, con sus observaciones sobre larelación entre padres e hijos, y
posteriormente por psicólogos clínicos, entre los que destacan lostrabajos
de Mary Main y de varios colaboradores, diseñando entrevistas para
analizar el"estado mental" o "sistema representacional" sobre los padres
con respecto al apego. Estos sistemas representacionales sobre las
relaciones familiares se acercan más a la idea originaria de Bowlby sobre
los modelos internos o representacionales (IWM) que el individuo crea
sobre sus interacciones tempranas, y que en el adulto incluirían, entre
otras, variables inconscientes (George y West, 2001; Main y col., 2005).

Bowlby (1998) considera que los sistemas de apego infantiles son


similares, en su naturaleza, a los que más tarde se ponen en juego en las
relaciones amorosas y, en realidad, señala pocas diferencias entre las
relaciones cercanas, sean éstas entre padres e hijos o entre pares.
Ainsworth (1991) remarcó la función del sistema de apego en las
relaciones adultas, enfatizando el fenómeno de base segura como un
elemento crítico a ellas. Una relación de apego seguro facilita el
funcionamiento y la competencia exterior a ella misma: Hay “una
búsqueda de una experiencia de seguridad y comodidad en la relación
con un compañero. Si esto está disponible, el individuo es capaz de
apartarse de la base segura, con la confianza de poder comprometerse
en otras actividades”. Los elementos comportamentales del apego en la
vida adulta son similares a los observados en la infancia. Un adulto
muestra un deseo hacia la proximidad de figuras de apego en situaciones
de malestar. Siente bienestar ante la presencia de esa figura y ansiedad

44
si ésta es inaccesible y la aflicción es esperable ante la pérdida de una
figura de apego (Simpson, Steven Rholes, 1998).

Las clasificaciones del apego en adultos, se han desprendido de


las clasificaciones de los estilos de apego encontradas en niños (Fraley y
Shaver, 2000, en Mikulincer y Shaver, en Downey, 2004). Estos tipos son
estilos de relación normal, y solamente en sus extremos pueden llegar a
serpotencialmente estilos de relación mal adaptados (Silverman, 2000;
Yárnoz, Alonso-Arbiol, Plazaola y Sainz de Murieta, 2001).

Basándose en los postulados acerca de los “modelos operativos


internos”, es posible describir las características que serían
predominantes en cada uno de los estilos de apego.(Santelicis y cols,
2009).

Las personas con estilos de apego seguro se caracterizaron por


ser niños que fueron capaces, al estar angustiados, de usar a sus
cuidadores como una base de seguridad, principalmente, porque sus
cuidadores fueron sensibles a sus necesidades, lo cual hizo que tuvieran
confianza en que sus figuras de apego estarían disponibles, que
responderían y les ayudarían en la adversidad (Thompson, 2000).

Mikulincer y Shaver (2002, 2007) proponen que los estilos de


apego adulto obedecen a estrategias de regulación afectiva. Las personas
con apego seguro usan una estrategia primaria de regulación afectiva que
consiste en que frente a una señal de amenaza la persona recurre a sus
representaciones de apego y actúa para lograr proximidad y seguridad,
esta conducta puede consistir en solicitar la ayuda de otro para recobrar
sus sentimientos de seguridad o recurrir a las representaciones mentales
de otros únicamente para recobrar la calma.

Las personas con estilos de apego evitativo fueron niños que


manifestaron un aparente desinterés y desapego a la presencia de sus
cuidadores cuando estaban frente a periodos de angustia. Esto se podría

45
deber, principalmente, a que tenían poca confianza en que podrían ser
ayudados y esperaban ser desplazados porque las experiencias pasadas
así se lo decían (Thompson, 2000). Estos sujetos tenderían a manifestar
una cierta evitación al negar recuerdos, idealizando o devaluando (o
ambas) las relaciones. A su vez, los recuerdos que mantienen de sus
experiencias infantiles están teñidos por fuertes emociones al ser
recordados, expresando, frecuentemente, ira hacia sus padres. Parecen
agobiados y confundidos acerca de la relación con sus padres o figura
parental, mostrando muchas incoherencias y siendo incapaces de ofrecer
una imagen consistente y sin contradicciones (Oliva, 2004).

Por esto, estas personas presentan una menor accesibilidad a los


recuerdos positivos y una mayor accesibilidad a esquemas negativos, lo
que las lleva a mantenerse recelosas a la cercanía con los otros.
(Santelices, 2009)

De acuerdo a Thompson (2000), los individuos con estilo de apego


ansioso-ambivalente en su infancia tendían a responder frente a las
separaciones con angustia intensa y a mezclar comportamientos de
apego con expresiones de protesta, enojo y resistencia. Debido a la
inconsistencia en las habilidades emocionales de sus cuidadores, estos
niños no tenían expectativas de confianza respecto al acceso y respuesta
de sus cuidadores.

Por su parte, sujetos ansiosos usarían una estrategia de


hiperactivación. Dado que personas ansiosas han recibido cuidados
inconsistentes o sobreprotegidos, la protesta frente a la ausencia de una
figura significativa y la búsqueda compulsiva de la seguridad han estado
presentes largamente, de modo que el sistema de apego se encuentra
hipervigilante o hiperactivado. Ya que sus figuras de apego no han estado
disponibles ni han sido responsivas de modo consistente, estas personas
se encontrarían monitoreándola disponibilidad de otro permanentemente.
Berrios (2008)

46
Mainy Goldwyn, (1994) citados por Fonagy, (1999), concluyen que
los individuos “ambivalentes” tienden a estar confundidos, enojados o
pasivos en relación a las figuras de apego, quejándose a menudo de las
ofensas frente a las cuales fueron víctimas en su infancia Sin embargo, le
dan una amplia importancia a sus relaciones infantiles de apego y,
paradójicamente, tienden a idealizar a sus padres, sin ser capaces de
recordar experiencias concretas. Lo poco que recuerdan lo hacen de una
forma muy fría e intelectual, con poca emoción (Oliva, 2004).

Santelices (2009) indica que estas personas están definidas por un


fuerte deseo de intimidad, junto con una inseguridad respecto a los otros.
Al igual que el estilo evitativo, también presentan una menor accesibilidad
a los recuerdos positivos y una mayor accesibilidad a esquemas
negativos, llevándolos a recurrentes conflictos con la intimidad, pues
desean tenerla y tienen intenso temor de que ésta se pierda. Así, en sus
relaciones afectivas, se muestran inseguros, ansiosos y excesivamente
cercanos. A pesar de que ven al otro como poco confiable y,
frecuentemente, están preocupados de que sus parejas no los quieran y
los abandonen, presentan un fuerte deseo de provocar el amor y la
compasión de los otros.

Finalmente, sujetos evitativos usarían una estrategia de


desactivación del sistema de apego. Ellos han transcurrido
progresivamente y de modo recurrente en un entorno que no ha estado
disponible ni ha sido responsivo y las muestras de protesta y ansiedad
frente a la separación no han sido cubiertas, de modo que el sistema de
apego termina por bloquear o aislar de la conciencia toda aquella
información que induzca la activación del sistema de apego y promueva la
seguridad personal a través de la proximidad con otro. Berrios (2008)

47
5.2.1.- Clasificación del apego adulto a través de Sistema
representacional.

Según reseña Moreno (2010), Bretherton, Cassidy, Crittenden,


Kobak, Main y Waters, todos alumnos de Ainsworth, están entre los
investigadores más destacados en los estudios del estilo apego adulto
basados en un modelo representacional.

Las investigaciones de esta perspectiva son generalmente de


orientación psicodinámica, centrando su preocupación en los problemas
clínicos; utilizando generalmente poblaciones clínicas y, por tanto,
muestras más pequeñas. (Moreno, 2010)

5.2.1.1.- Línea de investigación de Mary Main y colaboradores.

El principal instrumento de medición del "estado mental actual con


respecto al “apego" (Hesse 1999), es la “Entrevista de apego adulto”
(Adult Attachment Interview. AAI) ideada por George, Kaplan y Main
(1985). Se trata de una entrevista semiestructurada diseñada en su origen
para explorar el efecto que la organización de las representaciones de
experiencias tempranas ejerce sobre el rol de madre. Su objetivo es
determinar si la relación vincular durante los primeros años de vida influye
en sus relaciones posteriores, permitiendo evaluar el estado mental de los
adultos con respecto al apego. (Moreno, 2010)

Las transcripciones basadas en la coherencia del discurso, y las


reflexiones y evaluaciones de los participantes de las entrevistas a partir
de la Entrevista de Apego Adulto permitieron identificar tres estilos de
apego adulto que coincidían con las tres disposiciones o tendencias
(segura, evitativa y ambivalente) propuestas por Bowlby (1980), y otras
dos categorías formuladas posteriormente por Main y Goldwyn. (Hess y
Main 2000)

48
Mary Main (1985) correlacionó la conducta del niño en la Situación
Extraña con el discurso de los padres. Desarrolló mediciones y
construcciones teóricas, basándose en las narrativas de padres y madres
sobre sus experiencias relacionales. Main y Cassidy (1988) concuerdan al
hablar de tres tipos básicos de niños, el tipo A (evitante), el tipo B (seguro)
y C (ambivalente) y con la ayuda de Judith Salomón, agregan un nuevo
patrón de apego, al que denomina “desorganizado/desorientado”. (Hess y
Main, 2000)

Mary Main describió tres tipos de apego del adulto:


seguro/autónomo, inseguro/desentendido (despreocupado) e
inseguro/preocupado. La clasificación del apego se basó en la cualidad de
los relatos parentales, dando más importancia a los patrones de
pensamiento, recuerdos y relatos acerca de relaciones pasadas, que a
sus contenidos específicos. La autora asegura que las personas
clasificadas como seguras integran coherentemente sus recuerdos en una
narración con sentido, las personas inseguras presentan dificultades en
integrar las memorias de las experiencias con el significado de las
mismas; y los desentendidos tienden a negar recuerdos, idealizando o
minimizándolos.(Moreno, 2010)

Mary Main y colaboradores, describen cinco tipos de apego adulto:

A.- Seguro o autónomo (Secure-autonomous, F).

En los individuos con este tipo de apego se destaca que durante la


descripción y evaluación de las experiencias con el apego, el sujeto
mantiene un discurso coherente y se muestra dispuesto a colaborar, tanto
si sus experiencias son descritas como favorables o no. El entrevistado
parece dar valor al apego, mientras que se mantiene objetivo frente a
cualquier otra relación o experiencia concreta. Tienden a apreciar las
relaciones de apego, a describir coherentemente sus experiencias de

49
apego (tanto positivas como negativas), y a considerarlas importantes
para su propia personalidad. (Martínez y Santelices, 2005).

Tapia (2001) explica que estos individuos se caracterizan por la


facilidad y objetividad para comentar los episodios de apego y por una
valoración positiva de estas experiencias. Son flexibles, reflexivos,
conversan acerca de sus relaciones, tienen recuerdos específicos,
valoran las experiencias de apego ,integran las experiencias positivas y
negativas de sus padres y son conscientes de cómo esas experiencias
han influido en su vida adulta

B.- Evitativo ó rechazante (Dismissing, Ds).

Según expresa Tapia (2001), los adultos con este estilo de apego
tienen dificultad para expresar afectos, desvalorizan la importancia de
esas relaciones en su vida adulta y presentan representaciones
idealizadas y contradictorias de sus experiencias con sus padres. Marrone
(2001) denomina a este estilo de apego como “elusivo”, y Cantón y
Cortés, (2000) lo llaman “devaluador” o “desapegado”

Marrone, (2001), señala que este estilo de apego está


caracterizado por la dificultad para recordar experiencias de apego y por
su valoración negativa de la niñez. Describen a sus padres como
normales o excelentes, pero algunos recuerdos específicos contradicen o
no apoyan estas descripciones.

Martínez y Santelices, (2005) indican que las experiencias


negativas no les han afectado. Sus descripciones son cortas y a menudo
insisten en su falta de memoria. Tienden a minimizar la importancia que
tiene el apego para sus propias vidas y a idealizar sus experiencias de la
infancia sin ser capaces de proporcionar ejemplos concretos Su discurso
puede estar teñido de trivialidades o banalidades, y las imágenes
importantes aparecen con omisiones y poca fluidez.

50
C.- Preocupado o ambivalente (Preoccupied, E).

En relación con este estilo de apego, Moreno (2010) acota que


estos individuos se caracterizan por explicaciones confusas e
incoherentes de las relaciones de apego. Los adultos presentan
recuerdos específicos, pero son invadidos por intensos contenidos
negativos y son incapaces de integrar esas experiencias en una
comprensión coherente de las relaciones con sus padres durante su
infancia, y presentan intensa rabia con ellos (Tapia Villanueva, 2001). Se
muestran preocupados por sus experiencias, parecen enfadados,
confusos y pasivos, o miedosos y abrumados. Algunas frases son
gramaticalmente confusas y contienen muchas expresiones imprecisas.
Sus descripciones son largas y sus respuestas irrelevantes. Tienden a
maximizar la importancia del apego. Están todavía muy ligados y
preocupados por sus experiencias pasadas y son incapaces de
describirlas coherente y razonadamente (Martínez y Santelices, 2005). La
entrevista puede ser prolongada, trabajosa y difícil de seguir. (Marrone,
2001).

D.- Irresuelto o desorganizado (Unresolved-disorganized, U-d).

El estilo de apego “desorganizado” que presentan algunos sujetos


adultos, están relacionados con muerte, abuso y trauma (Tapia
Villanueva, 2001).

Se observan grandes lapsos en los razonamientos y en el discurso


sobre la pérdida de familiares o sobre los abusos. Pueden utilizar los
elogios, no mencionar o hablar de una persona fallecida como si estuviera
físicamente viva.

51
En la entrevista, los adultos con este estilo de apego, demuestran,
normalmente, que hay signos de no haber superado alguna experiencia
traumática, debido a la pérdida de seres involucrados en la relación de
apego. En sus relaciones de apego infantiles hay indicadores de conflicto,
desamparo, disforia y conducta coercitiva o impredecible para con ellos
(Martínez y Santelices, 2005). Una hipótesis utilizada para interpretar esta
entrevista es que estas personas han sufrido episodios traumáticos
severos en su infancia, como muerte de un progenitor, o miedo en
respuesta al abuso sexual o físico o la violencia familiar (Lyons-Ruth y
Jacobvitz, 1999). Este estilo de apego también se ha denominado apego
no resuelto por trauma o pérdida (Main y Goldwyn, 1998).

E.- Incalificable.

Además de estos estilos de apego en el adulto se creó un quinto


tipo que se denominó “incalificable”, que recoge una serie de entrevistas
cuyas respuestas no encajan en las cuatro categorías anteriores.(Moreno,
2010). Hesse (1999) considera que este estilo de apego se observa en
individuos con una mezcla de elementos ambivalentes y evitativos.
Marrone (2001) por su parte señala que una posible explicación puede
ser, que estas personas tuvieron un patrón de apego evitativo con un
progenitor y un patrón ambivalente con el otro, o que las características
de la relación con un progenitor en particular cambiaron a lo largo de los
años de crecimiento.

5.2.2.- Clasificación de acuerdo a sistema comportamental.-

En relación al sistema comportamental, éste fue iniciado por


psicólogos sociales quienes aplicaron al estudio de las relaciones
amorosas las ideas de Bowlby y Ainsworth. Ellos proponen el estudio de
sentimientos, conductas y cogniciones respecto a las relaciones de pareja
y relaciones interpersonales, su sistema de clasificación es categorial y
dimensional.
52
El estudio del apego adulto tuvo sus inicios en las investigaciones
de Hazan y Shaver (1987) que aplicaron las ideas de Bowlby y Ainsworth
al estudio de las relaciones amorosas basada en el sistema
comportamental del apego. (Moreno, 2010).

Dentro de la segunda línea de investigación sobre el apego adulto,


y centrada en el sistema comportamental, destacan los trabajos de Kim
Bartholomew (Bartholomew y Horowiz, 1991), que suponen una
innovación teórica importante.

Martínez y Santelices (2005) citan a Hazan y Haver, (1987), como


los iniciadores de la segunda línea de investigación en apego adulto a
mediados de la década del 80. Añaden que estos investigadores
encontraron paralelos entre las cualidades de apego infantiles y los
patrones de conducta y sentimientos en relaciones de pareja de
adolescentes y adultos. Los individuos seguros se sienten confortables y
tranquilos dependiendo afectivamente de sus parejas y no tienen
problemas de que otros dependan afectivamente de ellos. Los individuos
evitativos o rechazantes tienden a mostrarse poco confortables en
relaciones cercanas y valorizan excesivamente su autonomía. Finalmente,
los individuos clasificados como "preocupados" se muestran inseguros,
ansiosos, lábiles y excesivamente apegados en sus relaciones afectivas.
Esta línea de investigación o Sistema Comportamental ha desarrollado
múltiples cuestionarios y escalas de autorreporte para evaluar el apego en
adultos y sus clasificaciones incluyen tanto categorías cualitativas
similares a las tradicionales como también dimensiones cuantitativas que
subyacen a los diferentes estilos de apego en relaciones interpersonales
cercanas.

En este sistema encontramos la Adult Attachment Scale (AAS)


propuesta por Collins y Read en 1990, el Relationship Scales
Questionnaire (RSQ) y la Peer Attachment Interview propuestas por

53
Bartholomew y Horowitz en 1991, y la Experiences in Close Relationships
y su versión revisada (ECR y ECR-R) propuestas por Brennan y
colaboradores en 1998 y por Fraley y colaboradores en el 2000 (Martínez
y Santelices, 2005).Las autoras comparan ambos modelos como se
aprecia en la Tabla 2.

Tabla 2. Dos Líneas de Investigación: Sistema Representacional y


Compotamental

SISTEMA SISTEMA
REPRESENTACIONAL COMPORTAMENTAL
ORIGEN Psicología evolutiva Psicología SociaL
- Aisworth y col (1978) Hazan y Shaver (1987)
- Main y cols (1985,1990)
Cuestionario de autoreporte
METODO DE EVALUACION Entrevista Entrevistas

Sentimientos, conductas y
DOMINIO O FOCO DE Estado mental con respecto a: cogniciones con respecto a:
- Relación padre-hijo -Relaciones de pareja
ESTUDIO
- Temprana infancia -Relaciones interpersonales
- Pérdidas o separaciones actuales
SISTEMA DE
Categorial
Categorial
CLASIFICACIÓN Dimensional

Adult Attacment Scale(AAS)


Adult Attachment Interview
PRINCIPALES Relation Ship Questionaire
(AAI)
(RSQ)
INSTRUMENTOS Attachment Style Interview
Peer Attachment interview
(ASI)
Experience in close
relationship(ECR)

Fuente: Martínez y Santelices 2005.

5.2.3.- Categorías Versus Dimensiones

Las mediciones del apego adulto para su clasificación también ha


sido objeto de discusión de acuerdo al sistema de clasificación utilizado:
categorial vs dimensional.

54
En este sentido, Stein y col (2002) señalan que en recientes
estudios se plantea el tema de la concordancia entre mediciones que
entregan categorías generales de apego, como la Entrevista de Apego
Adulto o por sus sigla en inglés AAI (Adult Attachment Interview) u otros
cuestionarios que tienen un sistema clasificatorio parecido versus
mediciones que categorizan los estilos de apego en torno a dimensiones
comunes, pero cuantitativamente diferentes.

Martínez y Santelices (2005) expresan que la principal limitación de


la aproximación categorial es que diferentes mediciones no logran
acuerdos al evaluar a un mismo sujeto. Algunos estudios sugieren que el
estilo de apego no sería un rasgo, igualmente evidente en todas las
relaciones. Kobak (1999) y Stein (2002) resaltan que aun cuando el estilo
de apego sea relativamente estable, su expresión sería producto de un
proceso interaccional en que los modelos internos o patrones de relación
interactúan dinámicamente con la calidad de una relación en particular,
por tanto la seguridad o inseguridad de esa relación es reevaluada
constantemente en cada contexto.

Según Fonagy (1999), los individuos tendrían un patrón de apego


predominante que emerge durante el desarrollo y permanece en la
adultez, sin embargo, en estudios recientes indican que este patrón
dominante está matizado por cualidades de más de un prototipo (Stein et
al., 2002) aunado a que durante el desarrollo aumentan las ocasiones
para múltiples apegos. (Cassidy, 1999)

Martínez y Santelices (2005) consideran que la popularidad del


modelo categorial se basa, entre otras cosas, en la economía de
comunicación científica de sus hallazgos, así como también en la facilidad
que otorga a los análisis estadísticos. Aun así, lo que es una ventaja,
también puede ser una desventaja, ya que esta facilidad estadística
puede inducir a establecer relaciones causales y evidentes sesgos
cognitivos y preceptúales a partir de la natural tendencia humana hacia la
estereotipación.

55
Para muchos autores, entre ellos Buchheim y Strauss (2002) Griffin
y Bartholomew, (1999) y Shaver, y cols., (2000) consideran que el
modelo categorial muestra desventajas si se desea utilizar estas
mediciones en el ámbito clínico, dado que acentúa el análisis en la
variación entre grupos y no al interior de los grupos humanos.

Por su parte, la propuesta de los modelos dimensionales es la


búsqueda de componentes comunes que engloben las categorías
tradicionales y las dimensionen cuantitativamente y de esa manera
acercarse más a las observaciones de la clínica o la psicoterapia.
(Martínez y Santelices (2005).

La mayoría de quienes utilizan estos modelos, a su vez utilizan


autorreportes y cuestionarios intentando dar cuenta de un
comportamiento de apego en relaciones de pareja y relaciones
interpersonales actuales. Esta aproximación implica, primero, que las
personas son ordenadas cuantitativamente de acuerdo a su posición
dentro de un continuo dimensional. Segundo, esto implica que cada
dimensión tiene un efecto independiente de otra dimensión, es decir, no
habría interacción entre distintas dimensiones. (Griffin y Bartholomew,
1994; Hazan y Shaver, 1987).

De acuerdo a Martínez y Santelices (2005) las mediciones


dimensionales no son tan comunes como la aproximación categorial
dentro de la investigación del apego, pero han llegado a ciertas
dimensiones consensuales entre los diversos estudios de los últimos diez
años. Estos son la "ansiedad de separación" y la "búsqueda de
proximidad", dimensiones que subyacen a diversos cuestionarios y
escalas para evaluar apego en relaciones de pareja y en comportamiento
interpersonal

Una de las principales ventajas de las mediciones dimensionales


es la poca pérdida de información que se obtiene al utilizar los
instrumentos derivados de este modelo, por lo que son particularmente

56
útiles para tareas clínicas (Bartholomew y Shaver, 1998; Fraley y Waller,
1998).

Martínez y Santelices (2005), muestran en una tabla las ventajas y


desventajas de ambos modelos de medición del apego adulto. Tabla 4

Tabla 3. Ventajas y desventajas del modelo categorial y


dimensional.

MODELO CATEGORIAL MODELO DIMENSIONAL


VENTAJAS - La comunicación científica es - Previene la pérdida de
más económica Información
- Mayor facilidad de análisis - Mayor utilidad en la
estadísticos práctica clínica
- Permite capturar la verdadera - Mayor flexibilidad en los
naturaleza del fenómeno estudios correlaciónales y
de regresión múltiple
- Puntajes confiables y
DESVENTAJAS simples.

- Diferentes mediciones no
evalúan igual a los mismos
individuos - Pérdida de propiedades
- Debilidad teórica emergentes que surgen
- Induce a relaciones causales de la combinación entre
- Produce sesgo cognitivo y dimensiones
perceptuales hacia la - Su naturaleza nomotética
estereotipización genera pérdidas de
- Poco útil en el ámbito clínico información ideográfica
- Mayor dificultad en la
codificación de jueces
expertos.

Fuente: Martínez y Santelices (2005)

Un reciente estudio que avala el modelo dimensional postula que


los estilos "preocupado" y "rechazante" (dismissing) no necesariamente
reflejan la dicotomía seguridad versus inseguridad en el apego. (Martínez
y Santelices, 2005). Según Stein et al., (2002) constituirían dos

57
alternativas de estrategias para enfrentar las relaciones interpersonales
en la ausencia de una habilidad para formar relaciones cercanas y
seguras. Estos autores, evalúan el comportamiento de cinco medidas de
apego adulto, realizando un análisis correlacional de componentes
principales entre ellos, obteniendo un mapeo ortogonal que arrojó una alta
correlación de dos componentes (Figura 2). El primero, inseguridad
(seguridad vs temor), que se relaciona con el nivel de ansiedad que
experimenta la persona frente a las relaciones interpersonales. El
segundo, estrategia (rechazante vs preocupado), que se relaciona con las
estrategias que los individuos utilizan para enfrentar las dificultades con
las relaciones interpersonales. (Martínez y Santelices, 2005)

Figura 2. Modelo de dos componentes

Fuente: Stein y cols., 2000

De este modelo de dos componentes, los autores derivan tres posibles


posiciones de los individuos:

1. Baja inseguridad no necesita la estrategia de enfrentamiento.


2. Moderada a gran inseguridad requiere de estrategias específicas
(preocupadas o rechazantes) para sustentar las relaciones.
3. Extrema inseguridad (temor) expresa un sistema desorganizado de
apego que evita una estrategia específica.

58
En este sentido, Martínez y Santelices (2005), consideran que aun
cuando este modelo es relativamente reciente, viene a apoyar con
pruebas empíricas otros aportes similares que han propuesto las
dimensiones de ansiedad y evitación como las dos dimensiones que
debieran combinarse con las categorías tradicionales de apego. Un
ejemplo de esto es el modelo de cuatro categorías y dos dimensiones de
Bartholomew y Horowitz (1991), quienes agregan la categoría "temor" a
las ya conocidas y han diseñado varios cuestionarios para medirlas.

5.2.4.- Modelo de Prototipos

Martínez y Núñez (2007) explican que el modelo de prototipos es


una tercera vía a los modelos representacional y comportamental para
evaluar y conceptualizar el constructo del apego en adultos
Según Griffin y Bartholomew, (1994) y Pilkonis, (1988) un prototipo
es un miembro ideal de una categoría, definido en términos de reunir las
características más comunes de esa categoría, pero donde ninguna de
tales características tomadas individual o conjuntamente son suficientes
para definir a un miembro del grupo.

Según Griffin y Bartholomew, (1994) y Lyddon & Sherry (2001), los


miembros del grupo difieren en el grado de correspondencia con respecto
a este miembro ejemplar o prototípico. De una u otra manera, este modelo
integra las categorías "prototípicas" con variaciones individuales de
acuerdo a dimensiones cuantitativas. Las mediciones basadas en este
modelo parecen ser particularmente apropiadas para la investigación en
apego. Es muy difícil que adultos correspondan perfectamente a alguno
de los patrones clásicos de apego, dado las múltiples influencias del
pasado, también por las influencias de específicas relaciones actuales
que están actuando sobre su orientación a las relaciones de apego. Más
bien, a través del tiempo y de las situaciones, muchos adultos mostrarían
variados grados de dos o más patrones de apego y el modelo de
prototipos permitiría evaluar, tanto el cómo un individuo se ajusta a cada

59
prototipo en un momento dado y también cómo esta adaptación puede
variar a través del tiempo

Martínez y Santelices (2005) describen algunas aproximaciones


dimensionales que utilizan el concepto de prototipos. Entre ellos,
consideran el sistema de Q sort, como una metodología que, ya sea
utilizando mediciones con entrevistas o a través de cuestionarios, ha sido
usada productivamente en el campo del apego. En su aplicación con la
(Adult Attachment Interview (AAI) un puntaje Q sort individual es
comparado con un Q sort ideal, generado para representar un constructo
en particular. La entrevista es codificada utilizando una distribución
forzada de descripciones en dos dimensiones: seguridad/ansiedad y
desactivación/hiperactivación. El puntaje individual es correlacionado con
un Q sort prototípico y el individuo puede ser clasificado en las categorías
de seguro, rechazante o preocupado según el resultado de esta
correlación.
Otro modelo de prototipo para medir el apego adulto es el Adult
Attachment Prototype Rating (AAPR). Martínez y Núñez (2007)
consideran, que en comparación con la AAI, la implementación de la
AAPR es menos compleja para personas con formación clínica y tiene la
ventaja de estar accesible a la comunidad científica. La AAPR es un
instrumento en formato de entrevista desarrollado por Bernhard Strauss y
Audrey Lobo-Drost (2001) basado en una versión original de Paul Pilkonis
(1988), construida desde la teoría de apego de John Bowlby y Mary
Ainsworth y diversas teorías interpersonales. Los autores señalan que
este instrumento ha sido confeccionado sobre el supuesto que los estilos
de apego deberían combinarse con conductas específicas de los
pacientes y que estas combinaciones podrían ser usadas para diseñar
estrategias terapéuticas.

De acuerdo a Martínez y Núñez (2007) la AAPR ofrece una forma


alternativa de operacionalizar las cualidades del apego y está basado en

60
una perspectiva clínica. El método de evaluación de la AAPR consiste en
tres elementos principales:

1.- Entrevista de relaciones interpersonales:

Consiste en una entrevista semi-estructurada se concentra en el pasado


del entrevistado y en eventos y relaciones interpersonales actuales. Se
enfoca principalmente en representaciones de apego con miembros de la
familia nuclear y luego en otros significativos como, por ejemplo, parejas y
amigos íntimos. Los terapeuta clínicamente experimentado no necesita
adiestramiento especifico, para realizar la entrevista, aun así el manual
entrega una guía con los temas y preguntas directrices.

2.- Clasificación de prototipos:

La entrevista video o audio-grabada debe ser codificada por jueces


entrenados e independientes, siguiendo los criterios de codificación
explicitados en el manual y llenando una “hoja de codificación”
especialmente construida para este estudio. Los evaluadores deben
calificar la similitud de la persona entrevistada con un total de siete
prototipos que se resumen en la Figura 3.

Estos prototipos diferencian las características de apego seguro de


aquellas que describen tres subtipos de estilos de apego inseguro:
evitativo/rechazante; preocupado/ ambivalente e inseguro/mixto. Cada
persona tendría algún puntaje en cada uno de los prototipos, de modo
que finalmente el instrumento entrega un “perfil” de apego para cada
individuo evaluado. Además, sobre la base de esta codificación, si se
desea los evaluadores pueden categorizar a las personas de acuerdo a
las “categorías clásicas” seguro, evitativo y ambivalente, así como las de
apego inseguro mixto. (Martínez y Núñez, 2007)

61
Figura 3. Prototipos AAPR y Categorías generales de apego
PI Seguro- Autónomo Seguro

P2 Excesivamente dependiente
P3 Inestable en sus relaciones Preocupado /Ambivalente
P4 Excesivamente sobreprotector

P5 Excesivamente autocontrolado
P6 Excesivamente autónomo Evitativo/Rechazante
P7 Emocionalmente indiferente

Fuente: R. interam Psicol 41(3),2007

Martínez y Núñez (2007) aclaran que la categoría Inseguro mixto


no posee en este instrumento criterios particulares, sino que se extrae a
partir de un perfil que presenta puntajes altos en algunos de los prototipos
de la categoría Preocupado-ambivalente y, al mismo tiempo, puntajes
altos en algunos de los prototipos de la categoría Evitativo rechazante.

3.- Autoevaluación: Instrumento adicional de autoreporte basado en la


misma clasificación de prototipos. Cada participante debe auto-
clasificarse de acuerdo a siete descripciones prototípicas y luego
jerarquizar dicha codificación desde la que más lo representa hasta la que
menos lo representa. Es posible comparar los resultados de esta
autoevaluación con la realizada por los jueces.

5.2.4.1- Modelo de apego adulto de Kim Bartholomew.

Utilizando el concepto de Bowlby (1973; 1988) de representación o


modelo interno de apego, que hace referencia a aquellas creencias,
actitudes y expectativas que el individuo tiene sobre sí mismo, sobre los
otros y sobre las relaciones entre ambos, Bartholomew se centró en los
dos componentes básicos dentro de estos modelos internos: la imagen de
los otros, relacionada con la evaluación de la figura de apego como

62
alguien disponible y en quien se puede confiar, y la imagen del self, o
evaluación de uno mismo como alguien que vale o no la pena y suscita o
no el interés de los demás. Dependiendo del tipo de relaciones cercanas
que se establezcan, el sujeto puede desarrollar un modelo negativo o
positivo de sí mismo y de los otros (Bartholomew y Shaver, 1998), con
tendencia a la estabilidad, aunque estos modelos pueden ser modificados
en determinadas circunstancias (Yárnoz y cols. 2001).

En este mismo sentido, Yárnoz y cols. (2001) señalan que


Bartolomew (1990) identifica dos componente dentro de los modelos
internos activos: La imagen de los otros, relacionada con la evaluación de
la figura de apego como alguien disponible y en quien se puede confiar, y
la imagen del sí mismo, como alguien que vale o no la pena y suscita, o
no, el interés de los demás.

Melero y Cantero (2008) indican que en los estudios iniciales de


apego adulto se definieron tres estilos por analogía a la clasificación
tradicional de apego infantil. Sin embargo, investigaciones posteriores
ampliaron la tipología a cuatro estilos afectivos: Seguro, huidizo alejado (o
evitativo), preocupado y huidizo temeroso. (Bartholomew, 1990;
Bartholomew y Horowitz, 1991).

Por otra parte, Martínez y Santelices (2005) describen el modelo


desarrollado por Bartholomew (1990), como aproximación de prototipos
que integra visiones categoriales y dimensionales, bajo la clasificación de
un “modelo de cuatro categoría”.

Las cuatro categorías surgen de la intersección de dos


dimensiones: un modelo positivo del “sí mismo” y un modelo positivo de
los otros.

Bartholomew (1991, 1994 ) elaboró distintas escalas para evaluar


los estilos de apego en adultos, a través de las cuales llegó a la

63
conclusión de que existen dos dimensiones mayores subyacentes a las
mediciones del apego en el adulto: la ansiedad (frente al abandono o el
amor insuficiente) y la evitación (de la intimidad y de la expresión
emocional). Señala que aquéllas se pueden organizar en relación con
otras dos dimensiones relacionadas con las representaciones de SI
MISMO y DEL OTRO: El primero es el “modelo de sí mismo” positivo (sí
mismo merecedor de amor y de atención) vs. negativo (sí mismo no
merecedor) y el segundo, el “modelo de otros” positivo (los otros son
vistos como disponibles y protectores) vs. negativo (los otros son poco
confiables o rechazantes).

Melero y Cantero (2008) subrayan que las combinaciones de estas


dimensiones permiten clasificar el apego en cuatro patrones o estilos de
apego. En función de la combinación de las dos dimensiones con su
modalidad positiva o negativa se elaboran cuatro patrones: “seguro”:
grupo positivo-positivo; “ansioso”: grupo negativo-positivo; “evitativo”:
grupo positivo-negativo; “temeroso”: grupo negativo-negativo. Tabla 4

Tabla 4. Patrones en los estilos de Apego Adulto

Fuente: Melero y Cantero (2008)

Martínez y Santelices (2005) acotan que cada uno de los cuatro


patrones de apego identificados por el modelo es conceptualizado como
un ideal teórico o prototipo frente al cual los individuos pueden variar en
diferentes grados. Este modelo reconoce que muchos individuos exhiben

64
elementos de más de un patrón y que para evaluar adecuadamente los
sentimientos, expectativas y comportamientos de las personas en sus
relaciones de apego, es necesario considerar perfiles a través de las
cuatro categorías que plantea el modelo (Bartholomew y Horowitz, 1991).

5.2.5.- Apego Romántico

Brenlla, Carrera y Brizzio (2001) citan a Hazan y Shaver (1987) y


describen los inicios de sus estudios sobre el Apego Romántico,
adoptando la tipología de Ainsworth que incorpora tres tipos de apego
(evitativo, seguro, ambivalente) como marco para la organización de las
diferencias individuales relacionadas con los pensamientos, sentimientos
y comportamientos de los adultos en las relaciones románticas. Estos
autores concluyen que hay tres estilos de apego en adultos que serían
una prolongación de los estilos de apego infantil. Pero reconocen que las
diferencias más claras entre un apego infantil y un adulto es que en la
infancia las relaciones son asimétricas (entre sistema de apego = niño y
sistema de cuidado = adulto) y sin contenido sexual.

Brenlla , Carrera y Brizzio (2001) explican que los individuos


seguros mantienen una percepción positiva tanto de sí mismos como de
los otros, mostrándose bien predispuestos para poder acercarse e
involucrarse afectivamente con otros. Se sienten cómodos con la
intimidad y la autonomía.
Las autores exponen que aquellos sujetos con estilo de apego ansiosos
buscan intimar con otros pero temen siempre ser rechazados o
desvalorizados. Expresan que las personas evitativas otorgan importancia
a la realización personal y la auto-confianza a costa de perder la intimidad
con otros. Defensivamente, desvalorizan la importancia de los vínculos
afectivos.

Finalmente, en relación a las personas con patrón de apego


temerosos desean intimar con otros pero desconfían de los demás, por lo

65
que evitan involucrarse sentimentalmente. Son muy dependientes y
temen ser rechazados.

Santelices y cols. (2009) consideran que los modelos operativos


internos han sido construidos o internalizados desde edades tempranas,
determinando así tanto los vínculos como las conductas de apego de
manera estable en el adulto. Las autoras, citando a Marrone, (2001)
platean la posibilidad de que éstos cambien durante el desarrollo y la vida
adulta, ya que estas representaciones están constantemente siendo
interpretadas y remodeladas a lo largo de todo el ciclo vital. Así mismo,
indican que aun cuando los modelos representacionales tienden a la
estabilidad ya la autoperpetuación, también tienen posibilidades de ser
modificados en la medida en que se van teniendo nuevas experiencias.
Así, los patrones de apego pueden modificarse hacia patrones más
seguros, en la medida que las nuevas experiencias sean gratificantes y
seguras. Por el contrario, si la situación vital y las nuevas experiencias
son negativas, el patrón de apego puede ir cambiando hacia uno más
inseguro.

5.2.6.- Otras aportes a las clasificaciones del apego.

Byng Hall (1999) plantea cuatro estilos: Evitante (A), Seguro (B),
Ambivalente o resistente (C) y desorganizado/desorientado (D, o A+C).

La primera tipología reportada del apego adulto en México


menciona cuatro estilos: seguro-autónomo, dependiente-preocupado,
evasivo-rechazante y desorganizado (Martínez-Stack, 1994; citado por
Vargas, A; Díaz, R y Sánchez, R., 2000).

66
Vargas y Díaz Loving (2001) realizaron un estudio de campo en
niños de primaria, encontrando siete estilos de apego: evitante-ansioso
agresivo, seguro externo, seguro interno, evitante independiente,
preocupado amistoso, ansioso manipulador e interdependiente cercano
expresivo (Vargas, A; Díaz, R y Sánchez, R., 2000).

Mientras que en los estilos de apego en la pareja, Ojeda (1998)


(citado por Vargas, A; Díaz, R y Sánchez, R., (2000) identifica siete:
miedo-ansiedad, inseguro-celoso, seguro-confiado, realista-racional,
independiente-distante, distante-afectivo, dependiente-ansioso.

Por su parte Goleman (2006) citado por Hernández y Sánchez


(2008), refiere tres tipos de apego o estilos emocionales, el estilo esquivo
(25% de la población) y los describe como aquellos que “hallan
desagradables las emociones intensas y por ello trata de minimizarlas”; el
estilo seguro (55% de la población) o los individuos que se sienten
“Cómodos con sus emociones, pero no preocupados por ellas”; y el estilo
ansioso (20% de la población), “…cuyos sentimientos surgen irreprimibles
y necesitan articular verbalmente sus preocupaciones”.

6.- INSTRUMENTOS DE MEDIDA PARA EVALUAR EL APEGO


ADULTO

La complejidad cognitiva del adulto junto a la menor variedad de


situaciones capaces de activar su sistema de apego, ha supuesto que la
evaluación de los estilos afectivos adultos haya sido un tema complicado
desde sus orígenes. Los numerosos estudios llevados a cabo con
distintos instrumentos de evaluación del apego adulto han tenido
dificultades a la hora de comparar sus medidas concluyendo que la

67
convergencia entre las distintas medidas de apego adulto no va más allá
de una correspondencia moderada. (Melero y Cantero, 2008)

Garrido y Colaboradores (2009) citan a Bretherton (1990, 1997,


2005),quien considera la propuesta de Bowlby en relación a los modelos
operantes internos como uno de los conceptos más relevantes de su
legado, en la medida que forma la base desde la cual los sujetos inician y
mantienen otras relaciones cercanas. Además, serían relativamente
estables a lo largo del ciclo vital.

Este concepto es clave en la medición o evaluación del apego en el


adulto; si bien en las primeras décadas el esfuerzo se orientó a la
evaluación del apego en niños a través de comportamientos específicos,
en las últimas décadas se ha producido un creciente interés por estudiar
el apego en el adulto (Garrido y cols, 2009)

6.1.- Cuestionario de Relación (Relationship Quiestionnaire)

Torres y Urbina (2005) llevaron a cabo un estudio cuyo objetivo


general fue determinar la relación entre estilos de apego y la ansiedad
ante la muerte en pacientes con insuficiencia renal crónica terminal. Los
autores seleccionaron una muestra de 100 individuos de los distintos
hospitales públicos de Maracaibo, estado Zulia, Venezuela. La muestra
estuvo constituida por 59% de pacientes de sexo masculino y 41% de
sexo femenino, y con edades comprendidas entre 18 y 51 años. Para
establecer los estilos de apego, los autores aplicaron el cuestionario de
Relaciones Interpersonales de Bartholomew y Horowitz (1991) y la escala
de ansiedad ante la muerte de Donald y Templer, 1983. Mediante el
análisis estadístico encontraron que la mayoría de los sujetos
presentaban un estilo de apego seguro (41%), seguido por el evitativo
(31%), temeroso (16%) y preocupado (12%).

68
En Venezuela, Echavarria y Auvert (2007) realizaron un estudio
para evaluar las propiedades psicométricas del cuestionario de apego
adulto sobre relaciones (Relationship Quiestionnaire) en la Población
Venezolana, en la que señala que el Cuestionario de Apego Adulto sobre
Relaciones es utilizado en Venezuela dentro del entorno clínico,
habiéndose establecido parcialmente la validez, por el estudio realizado
por Torres y Urbina (2005) en el que validaron la traducción, sin embargo
señalan no haber encontrado referencias en relación a estudios de
confiabilidad. Los resultados de este estudio permitieron a los autores
afirmar que el instrumento discrimina adecuadamente la totalidad de os
estilos de apego. El apego seguro se diferencia de los estilos
Preocupado, Temeroso y Evitativo, cargando en un solo factor. El estilo
preocupado se agrupa en otro factor que corresponde a la dimensión de
ansiedad ante la separación del Brennann. El estilo evitativo se diferencia
del resto agrupándose en un factor correspondiente a la dimensión de
evitación de la intimidad. Por último, el estilo temeroso, que tiene
componentes de ambas dimensiones (ansiedad y evitación) del Brennan,
se asocia entre los dos factores pertenecientes a dichas dimensiones.

Entre otros señalamientos, en este estudio destacan que las


figuras de apego son aquellas personas que el individuo percibe como
capaz de responder de manera adecuada a situaciones riesgosas, mas
disponibles y accesibles, capaces de brindar protección y confianza, por
lo que buscan proximidad con esta persona. (Echavarria y Auvert, 2007)

6.2.- Cuestionario de apego adulto de Melero y Cantero (2008)

Entre los modelos de medición de los estilos de apego adulto más


utilizados ha sido el de Bartholomew y Horowitz (1990, 1991), quienes
plantean un modelo de cuatro categorías de diferencias individuales en
apego adulto. Ellos mantienen la categoría de ansioso o preocupado y
seguro, pero dividen el grupo evitativo en dos tipos: evitativo temeroso y

69
evitativo despectivo, argumentando que estos cuatro tipos pueden ser
puestos dentro de un espacio definido por dos dimensiones ortogonales
entres sí: valor representacional de sí mismo (positivo / negativo) y los
otros (positivo / negativo) (Fraley yShaver, 2000).En este sentido, Melero
y Cantero (2008) llevaron a cabo estudio cuyo objetivo principal fue la
creación baremación y validación de un Cuestionario de apego adulto a
partir del orinal del Cuestionario de Relación Bartholomew y Horowitz
(1991), para evaluar los estilos de apego adulto en la población no clínica
española. El Instrumento creado y validado por Melero y Cantero (2008)
fue el utilizado en esta investigación.

Las autoras, elaboraron un cuestionario, sobre la base de la


versión original del “Cuestionario de Relación” ideado por Bartholomew y
Horowitz, 1991. Este constaba de 75 items con una escala de respuesta
tipo Likert de 6 puntos: 1 nada de acuerdo, 6 muy de acuerdo.

Melero y Cantero (2008) destacan que seleccionaron todos


aquellos constructos teóricos que las investigaciones sobre apego habían
identificado como variables que diferenciaban cualitativamente unos
estilos afectivos de otros.

Las categorías fueron: auto concepto, confianza en los demás,


necesidad de aprobación, dependencia/autonomía/autosuficiencia,
consideración de las relaciones como secundarias, expresión de
sentimientos, incomodidad con la intimidad, estrategias de resolución de
conflicto, insatisfacción con las relaciones, orientación al logro frente a
orientación personal, temor a las relaciones y problemas interpersonales.
Las autoras, posterior a los análisis estadísticos y factorial exploratorio,
construyen un instrumento con 40 items, el cual fue sometido a análisis de
fiabilidad y validez. Los resultados a través del análisis de cluster y el
análisis descriptivo les permitieron concluir la existencia de cuatro
factores. El primero, agrupa las características de necesidad de
aprobación, autoconcepto negativo, preocupación por las relaciones,

70
dependencia, miedo al rechazo y problemas de inhibición conductual y
emocional. El segundo, resolución hostil de conflicto, rencor y
posesividad, como un factor que describe ira hacia lo demás,
resentimiento, facilidad a la hora de enfadarse, posesividad y celos. El
tercer factor, denominado expresividad emocional y comodidad con la
intimidad, evalúa sociabilidad, facilidad para expresar emociones y
confianza en los demás a la hora de expresar y solucionar los problemas
interpersonales. Por último, el factor autosuficiencia emocional e
incomodidad con la intimidad, se centra en el menosprecio de las
relaciones íntimas, en la dificultad para comprometerse y en la
sobrevaloración de la independencia personal. (Melero y Cantero (2008)

Las autoras puntualizan que los cuatro factores obtenidos


representan dimensiones donde los sujetos se sitúan en un continuo,
ofreciendo una visión más precisa del apego que la clasificación
categórica. Así mismo, enfatizan que sus resultados coinciden
ampliamente en lo que respecta a los estilos seguros, preocupados y
huidizos alejados, pero muestran ciertas diferencias en lo que respecta al
estilo huidizo temeroso. En este estudio, 58.26% de los participantes
correspondieron apego seguro y 47,74% inseguros. Al clasificarlos en
cuatro cluster, obtienen que 29,66% son alejados, 28,54% seguros,
26,07% preocupados y 15,73% temerosos.

En el estudio realizado por Chávez Suarez (2011) cuyo objetivo


principal fue establecer la relación entre los estilos de apego,
dependencia interpersonal, autoestima y ansiedad en los estudiantes de
la Facultad de Ciencias Administrativas de la Universidad Nacional del
Callao y su Competitividad Profesional, aplico como uno de los
instrumentos el cuestionario propuesto por Melero y Cantero (2005), a
104 estudiantes del Curso de Psicología Empresarial (Quinto Ciclo de
Formación Profesional) de la Facultad de Administración de Empresas de
la Universidad Nacional del Callao, que cursaron estudios los Semestres

71
Académicos 2009- B y 2010-A, teniendo como docente del Curso, la
investigadora. Previo a la realización del análisis factorial, se analizó la
adecuación muestral de los 40 ítems iniciales a partir del análisis de la
diagonal de matriz de correlación anti-imagen. El 96% de los ítems
obtuvieron índices de moderados a muy óptimos (M.S.A. > .70), no
existiendo ningún ítem dentro de la categoría de inaceptable. Los índices
de consistencia interna de las 4 escalas fueron evaluados mediante el
coeficiente a de Cronbach. La escala de "Baja autoestima, necesidad de
aprobación y miedo al rechazo" obtuvo un índice de .86; la escala
"Resolución hostil de conflictos, rencor y posesividad" de .80; la escala
"Expresión de sentimientos y comodidad con las relaciones" de .77; y la
escala "Autosuficiencia emocional e incomodidad con la intimidad" de .68

6.3.- Entrevista de Apego Adulto (Adult Attachment Interview, AAI)

La Entrevista de Apego Adulto (AAI), creada por Mary Main fue


una de las primeras propuestas para el estudio de este vínculo. Marrone
(2001). Gojman y Millan (2007) resaltan que la Entrevista de Apego
Adulto ideada por Mary Main “es un protocolo semiestructurado que se
enfoca sobre las descripciones y evaluaciones del individuo de sus
principales y tempranas experiencias en la infancia y los efectos de estas
experiencias sobre su personalidad actual y su funcionamiento”. La
entrevista es analizada a través de un manual que guía acerca de su
calificación y codificación, elaborada originalmente por Main y Goldwin,
(1985–1996, 1998)y transcrita al español por Gojman S. (2004).Incluye
una serie de categorías generales para “identificar 5diferentes Estados
Generales de la Mente con respecto al Apego”:a) Seguro–Autónomo, b)
Descartante., c) Preocupación–Furia envolvente preocupada, d) No–
resuelto. e) No Clasificable. También ofrece escalas continuas para
calificar el texto tanto de los estado mentales del entrevistado como de
sus experiencias inferidas durante su infancia”

72
Martínez y Santelices (2005) esquematizan las líneas de
investigación en grupos basadas en dos diferentes conceptualizaciones y
maneras de evaluar el constructo. La primera línea o Sistema
representacional se inicia con las observaciones de Ainsworth sobre
padres e hijos y luego por psicólogos clínicos, quienes diseñaron
entrevistas para estudiar el "estado mental" o "sistema representacional"
de los padres con respecto al apego. Los autores, señalan que la Adult
Attachment Interview (AAI) es el principal instrumento de medición del
"estado mental" y consiste en una larga entrevista que evalúa los
recuerdos que un adulto tiene de sus relaciones con sus figuras de apego
en la infancia. La AAI es codificada en términos de la coherencia del
discurso que muestra la persona mientras relata experiencias relevantes
de su infancia, como también la estructura de su relato y su habilidad para
colaborar efectivamente con el entrevistador. De esta codificación surge
una clasificación del individuo en una de 4 categorías que serían
equivalentes a las descritas por Ainsworth.

Esta entrevista es una medida representacional basada en la


narrativa de los sujetos de su propia historia de apego. Algunos autores,
consideran las desventajas de este instrumento de evaluación sobre la
base de los costos, el amplio conocimiento de la teoría del apego, y la
subjetividad en la codificación de la transcripción que podría implicar
errores en la categorización de los individuos (Martínez y Santelices,
2005)

6.4.-Experience in Close Relatinships (ECR-R)

El Experiences in Close Relationships-Revised (ECR-R)es una


escala auto-administrada que consta de 36 ítems que miden apego
romántico. Los participantes responden a cada uno de los ítems en una
escala tipo Likert, que oscila entre 1 (“Totalmente en desacuerdo”) a 7

73
(“Totalmente de acuerdo”). La mitad de los ítems evalúa la dimensión de
ansiedad y los 18 restantes la de evitación. (Fernandez y cols, 2011)

Melero y Cantero (2008) citan el análisis realizado por Fraley,


Waller y Brennan (2000) de los inventarios más utilizados en la evaluación
del apego adulto y cuya investigación les permitió concluir que, bajo las
categorías evaluadas por estos instrumentos, se encuentran dos
dimensiones independientes: evitación y ansiedad. Las autoras destacan
que el resultado de este trabajo fue la elaboración del “Experience inClose
Relatinships” (ECR-R), basados en la versión original de Brennan, Clark y
Shaver, (1998) y mencionan que ha sido validada y adaptada a población
española por Alonso-Arbiol, Balluerca y Shaver (2007).

6.5.- Attachment Style Questionnaire” (ASQ)

Otro instrumento para la evaluación dimensional es el “Attachment


Style Questionnaire” (ASQ) elaborados por Feeney, Noller y Hanrahan, en
1994. Sin embargo, de acuerdo a Lafuente y cols (1999), en un estudio
previo de validación en población española, no se confirmó la estructura
original obtenida en la muestra australiana y exponen que el análisis
factorial exploratorio presentó problemas de interpretación.

6.6.- Cuestionario de Apego en Adultos (Cartes Modeles Individueles


de Relation, CaMir)

El Cuestionario de Apego en Adultos o Cartes Modeles Individueles


de Relation (CaMir) mide los modelos operativos internos a través de la
evaluación de las estrategias relaciónales del adulto, identificando la
apreciación que la persona tiene de sus relaciones de apego de su
infancia y en la actualidad.(Garrido y col 2009).

Este cuestionario fue creado por Pierrehumbert y cols.(1996) en


Lausanne, Suiza. Su objetivo es la evaluación de las estrategias
relacionales del adulto, suponiendo la existencia de un modelo de sí

74
mismo y del otro en las relaciones interpersonales (Pierrehumbert y
cols.,1996) para lo cual construyeron un instrumento que destacara las
relaciones de la infancia y las representaciones de las personas en cuanto
a sus necesidades personales y las de los demás. Los ítemes están
dirigidos a cubrir 4 niveles de realidad: el presente, el pasado, el estado
de ánimo y las generalizaciones En cada uno de estos niveles, los ítemes
exploran las estrategias relacionales, a) estrategia primaria: la persona
valora el apoyo social y la seguridad relacional (prototipo seguro) y b)
estrategia secundaria: la persona valora la independencia en desmedro
del apoyo relacional (prototipo rechazante) o, por el contrario, valora la
implicación interpersonal en desmedro de la autonomía (prototipo
preocupado). El cuestionario está constituido por 72 ítemes reagrupados
en las siguientes escalas: Escala A: Interferencia Parental (IP); Escala B:
Preocupación Familiar (PF); Escala C: Resentimiento de Infantilización
(RI); Escala D: Apoyo Parental (AP); Escala E: Apoyo Familiar (AF);
Escala F: Reconocimiento de Apoyo (RA); Escala G: Indisponibilidad
Parental (IP2); Escala H: Distancia Familiar (DF); Escala I: Resentimiento
de Rechazo (RR); Escala J: Traumatismo Parental (TP); Escala K:
Bloqueo de Recuerdos (BR); Escala L: Demisión Parental (DP); Escala M:
Valorización de la Jerarquía (VJ).

6.7.- Test de Pata Negra

El Test de Pata Negra es un test proyectivo, que se presenta con


16 láminas, elaboradas por Paul Dauce, en la que cada lámina apunta a
temas diferentes: Oralidad, Analidad, Sexualidad, Agresividad, Sexo
Invertidos, Agresividad, Dependencia-Independencia, Padre Nutricio y
Madre ideal.

Brandon, Valera y Zarate (2008) utilizaron el Test de Pata Negra de


L Corman, el Test de Psicodiagnóstico de Rorschachy una Entrevista
Clínicapara explorar y describir el apego y la agresividad en adolescentes
venezolanos. En la investigación los autores, seleccionaron cinco láminas,

75
cuyos contenidos estaban relacionados de forma más directa con el
Apego. Las láminas seleccionadas fueron: Portada, Camada,
Vacilaciones, Juegos Sucios y Pelea; Posteriormente realizaron un
análisis a partir de las historias obtenidas para cada lámina, establecieron
nueve categorías de interpretación, algunas de ellas tomadas de la
investigación realizada por Yárnoz, en 1993. Al comparar el número de
sujetos en cada uno de los tres estilos de apego, encontraron que de 30
adolescentes entre 12 y 14 años, el 13,33 % (n=4) de los sujetos
presentaron un estilo de apego seguro, y para los dos estilos de apego
inseguro se registra el mismo porcentaje, 43,33 % (n=13) en el estilo de
apego Inseguro Evitativo y el 43,33 % (n=13) restante, en el estilo de
apego Inseguro Ansioso. Los Investigadores consideran que los
resultados se corresponde con la tendencia de la muestra a agruparse
hacia los estilos inseguro-evitativo e inseguro ansioso, y se confirman con
la relación estadísticamente significativa que se encontró entre las
variables estilos de apego y la categoría de movimiento agresivo, lo que
quiere decir que la mayoría de los sujetos que componen la muestra
presentan un mayor número de respuestas asociadas a contenidos
agresivos que están ocurriendo en tiempo presente.

6.8.- Inventario de Apego de Padres y Pares

Tamés Mary Nieve (2009), estudió las propiedades psicométricas


del inventario de apego con padres y pares (IPPA) en una muestra de
adolescentes venezolanos. Reconoce que los investigadores venezolanos
no cuentan con muchas alternativas al momento de elegir un instrumento
para evaluar el apego en adolescentes. La autora considero el
cuestionario de Apego Adulto ECR de Brennan, Clark y Shaver (1998)
versión en español de Granados y Pino, 2002), considerando que aun
cuando no esta vinculado especificamente a la poblacion adolescente,
permite obtener resultados válidos sobre el tipo de apego predominante, a

76
traves de la evaluacion de tres dimensiones: confianza, comunicación y
alienación.

En este estudio, la autora obtuvo, en una muestra de 275


estudiantes de 5to. Año de bachilerato, que en cuanto al analisis para la
escala “madre”, el 65,09% de la muestra era de apego seguro, 21,45%
corresponden a estilo de apego inseguro ambivalente y 13, 45% de la
muestra de adolescentes venezolanos correspondian a estilo de apego
inseguro evitativo. En el análisi de conglomerado para la escala de apego
con el padre, el 45,45% de la muestra estudiada estuvo representada por
adolescente con apego seguro, 28,73% con apego inseguro evitativo y
25,82% con apego inseguro ambivalente. Para la escala de pares, la
autora obtuvo 40% de estilo de apego seguro, 34,6% apego iseguro
evitativo y 25,5% apego inseguro ambivalente.

Pardo, Pineda, Carrillo y Castro (2006) realizaron un análisis


psicométrico del inventario del inventario de apego con padres y pares en
una muestra de adolescentes colombianos. Ellos destacan que en
Colombia, tanto la investigación fundamentada en la teoría como la
construcción de instrumento de medición psicométrica han sido escasas,
y que la mayor parte de los instrumentos utiizados son aquellos
diseñados y desarrollados en Estados Unidos y Europa. En este estudio
la muestra estuvo constituida por 1435 adolescentes colombianos con
edades entre los 15 y 20 años de edad. El principal resultaldo de este
estudio indicó que el IPPAes un intrumento que, bajo certas
adaptaciones, logra ser una herramienta válida y confiable para estudiar
el vínculo afectivo de los adolescentes con sus padres y pares. Se
encontraron altos índices de consistencia interna y una estructura factorial
congruente con los resultados obtenidos por los autores del instrumento.
Los resultados de los análisis de conglomerados permitieron superar la
limitación de metodologías previas, generando una clasficación del 100%
de los participantes de los tres estilos de apego clásico propuestos por
Ainswort, Blehar, Waters y Wall (1978). Otro de los aportes importantes es

77
que la solución del análisis de conglomerados para la escala de apego
con la madre se obtuvieron seis grupos para la escala de apego estudiado
por Ainsworth y cols. (1978). Esta solución describe dos grupos que
representan el estilo de apego seguro, que corresponden al 46.32% de la
muestra poblacional estudiada. El estilo de apego evitativo se refleja en
tres grupos representando el 39.58% de la muestra. Por su parte, el estilo
de apego ambivalente es característico de un grupo y representa el
14.11% de la muestra de adolescentes colombianos. La solución del
análisis de conglomerados para la escala de apego de apego con el padre
mostró una estructura semejante a la encontradaen la escala de la madre.

Pardo y cols (2006) citan a Reebye y col (1999), quienes realizaron


un estudio transcultural en el compararon las clasificacione de apego de
estudios realizados en diferentes países (EE.UU., países de Europa
Occidental, países de África, China y Japón), encontraron que la
clasificación del apego seguro representaba dos terceras partes,
aproximadamente 66%, de las diferentes poblaciones. Para completar la
idea en cuanto a los estilos de apego predominantes en la población
general. Pardo y cols (2006) citan a Dávila y col (1997) quienes realizaron
un estudio con una muestra de 155 estudiante provenientes de diversos
grupos étnicos, en el que encontraron que el 54% de la muestra fue
clasificada en un estilo de apego seguro, el 20% de la muestra se ubicó
en el estilo de apego evitativo, el 15% de la muestra fue clasificado en el
estilo de apego ambivalente y el 11% restante no pudo ser clasificado.
Estos estudios previos, permitieron a los autores establecer la
congruencia entre los resultados de su investigación y los resultados de
los estudios trans-culturales anteriormente mencionados como una
evidencia mas de la confiabilidad y validez de IPPA en términos de la
viabilidad de su aplicación en la población de adolescentes colombianos.

En Latinoamérica, en especial en Venezuela existen pocos


estudios para evaluar el apego en adultos. Los principales instrumentos
que se han validados en países de habla hispana son el CaMir (Garrido,

78
Santelices, Pierrehumbert y Armijo, 2009) y el Cuestionario de Relaciones
Barthoemew y Horrowitz (1991.)

6.9.- Otros instrumentos

La Attachment Style Interview (ASI) propuesta por Bifulco, Lillie y


Brown en1994, consiste en una entrevista que tiene como objetivo
establecer un contraste entre el modo en que se relacionan los adultos y
el mundo representacional del individuo; en la entrevista se exploran
temas como la confianza con la que se establecen y mantienen las
relaciones, la tolerancia a las separaciones, el grado de rabia que aparece
en sus relaciones, entre otros temas (Marrone, 2001).

7.- TRANSMISIÓN GENERACIONAL DEL APEGO.

Las investigaciones centradas en las relaciones entre padres e


hijos han proporcionado evidencia clara de la correspondencia entre los
modelos de relación de los padres y el tipo de apego de los hijos (Main y
cols., 1985). Por ejemplo, se encuentra una relación clara entre el estilo
de apego de la madre, medido a través de la Entrevista de Apego Adulto
(AAI; George, Kaplan y Main, 1984) y el estilo de apego del hijo, valorado
en la Situación Extraña, tanto si los datos eran examinados prospectiva,
retrospectiva, o concurrentemente (Benoit y Parker, 1994)

En este sentido, Van Ljzendoorn, (1995), asegura que los


individuos clasificados como seguros tienen una probabilidad
significativamente mayor de tener hijos que manifiesten un apego seguro
hacia ellos.

Por otro lado, Oliva (2004) destaca que el hecho de que los padres
seguros tengan hijos con apego seguro, que los padres preocupados
tengan niños con apego inseguro-ambivalente, y los padres rechazados

79
niños de apego inseguro-evitativo, ha sido constatado en distintas
investigaciones que han encontrado que la capacidad predictiva que las
representaciones maternas tienen sobre el tipo de apego que establecen
sus hijos ronda el 80%.

En un estudio realizada por Fava, Rebbecca y Calvo (1997) sobre


las representaciones maternas, apego y desarrollo en los niños
prematuros aplicaron la Situación Extraña y la Entrevista AAI para la
evaluación del apego del niño y de la madre.Los autores encontraron una
preponderancia de las madres E (preocupadas) (43.8%) y F (seguras)
(37.5%), con un menor porcentaje de madres Ds (evitativas) (19%). Esto
les permitió concluir que existe una gran presencia de madres E
(preocupadas) y que representaba más del doble comparado con los
trabajos han realizado Ainsworth y Eichberg en 1991 y por Attili y cols.
en1994,en niños nacidos a término. El segundo punto que destacan es
que las madres que en el cuarto día post-parto tienen organizaciones
orientadas al miedo hacia ellas como madres o hacia el niño, a los doce
meses frecuentemente exhiben un apego F (seguro), especialmente, si la
organización del miedo sigue constante en el cuarto mes post-parto.

En el nivel transgeneracional encuentran concordancias entre la


Situación Extraña y la Entrevista de la unión afectiva de adultos en
prácticamente la mitad de los casos, un acuerdo menos marcado de lo
que generalmente aparece en la literatura (en general, la asociación es
69-87% de los casos, Main y Goldwyn, (1994). Dichas concordancias se
evidencian más entre las madres F (seguras) y los niños seguros y
madres E (preocupadas) o U (desorganizadas) y ambivalentes o
desorganizados, y es más débil entre las madres Ds (evitativas) y los
niños evitativos. (Fava, Rebecca y Calvo, 1997)

En este mismo orden de ideas, Besser y Priel (2005), llevaron a


cabo un estudio sobre la asociación entre la inseguridad del apego y la
vulnerabilidad a la depresión entre generaciones continuas de mujeres.

80
Ellos encontraron una asociación clara entre los modelos de apego
categóricos en tres generaciones, que indicaba que los estilos de apego
de las hijas eran, en la mayoría de los casos, similar a los estilos de
apego de sus madres.

Estos datos ponen de relieve la transmisión intergeneracional del


tipo de apego entre padres e hijos, que tendría lugar a través de los
modelos internos activos construidos durante la infancia y reelaborados
posteriormente. En este sentido, Oliva (2004) cita a Bretherton (1985)
quien sostiene que lo importante no es el tipo de relación que el adulto
sostuvo durante su infancia con las figuras de apego, sino la posterior
elaboración e interpretación de estas experiencias.

Sin embargo, el hecho de que la transmisión generacional sea


bastante frecuente no debe llevarnos a pensar que se trata de un hecho
inevitable. Aunque los modelos representacionales del tipo de apego
parecen mostrar bastante estabilidad, ciertos acontecimientos pueden
provocar su cambio. (Oliva 2004)

8.- ACTUALIDAD: GENETICA Y DESARROLLO DEL APEGO ADULTO

Un estudio reciente (Gillath, Shaver, Baek y Chun, 2008) ha


analizado el papel que algunos genes, sobre los que existe cierta
evidencia de que están implicados en las relaciones sociales y afectivas,
desempeñan en el desarrollo del apego adulto. En concreto se
consideraron algunas versiones de tres genes, uno claramente
relacionado con los receptores de la dopamina (DRD2), que está
vinculada a algunas conductas sociales disfuncionales; el segundo gen
estudiado está relacionado con los receptores de serotonina,
neurotransmisor implicado en el comportamiento social y en algunos
trastornos afectivos, como la depresión y (HTR2A). El tercer gen

81
guardaba relación con los receptores de oxitocina, cuyo papel en los
vínculos afectivos está más que demostrado (OXTR).

El estudio se llevó a cabo sobre 147 estudiantes universitarios. Los


participantes cumplimentaron el ECR inventory. Los autores evaluaron la
ansiedad y la evitación en las relaciones afectivas en 147 estudiantes
universitarios con edades comprendidas entre los 18 y los 29 y, además,
muestras de saliva que fueron sometidas a análisis de ADN. Los
resultados indicaron que, una vez controlados los efectos de la
personalidad, se hallaron relaciones significativas entre polimorfismos de
los genes relacionados con la captación de la dopamina y la serotonina y
las dos dimensiones del apego adulto. Así, la ansiedad en el apego era
más alta entre quienes tenía dos copias del alelo A1 del gen DRD2,
mientras que un patrón de alelos del gen HTRA, relacionado con la
captación de la serotonina, era más frecuente entre los sujetos evitativos.
En el caso del gen vinculado con los receptores de oxitocina, la relación
no fue significativa.

Los resultados del estudio sugieren que algunos genes o


polimorfismos genéticos predisponen a los individuos a desarrollar un tipo
concreto de inseguridad en el estilo de apego: ansiosa o evitativa. No
obstante, no contradicen los datos de la literatura empírica sobre apego
referente al papel fundamental que desempeña la relación temprana con
el cuidador principal en el desarrollo del estilo de apego. Por otra parte, es
muy probable que estos polimorfismos genéticos influyan en la actitud y
comportamiento del niño, lo que condicionaría la conducta del cuidador
hacia el menor y, por lo tanto, el apego establecido. Finalmente, merece
la pena señalar que los datos disponibles hasta el momento indican una
mayor influencia genética sobre el apego adulto que sobre el infantil, lo
cual no resulta extraño si tenemos en cuenta que algunos estudios
longitudinales han encontrado que factores genéticos influyen
diferencialmente sobre rasgos concretos de personalidad a diferentes
edades. No obstante, el tipo de instrumento usado para evaluar el apego

82
en la infancia (Situación del Extraño) y en la adultez (ECR Inventory o
Adult Attachment Inventory) puede estar relacionado con la mayor
heredabilidad encontrada tras la adolescencia.

83
IV.- DISFUNCION Y
PSICOPATOLOGIA DEL APEGO

84
1.- INTRODUCCIÓN:

De acuerdo a Maristany (2008), la base segura es una poderosa


trama afectiva que garantiza al niño la exploración del mundo en con-
diciones saludables. El modo en que se internalizan representaciones
ligadas a experiencias de apego, influyen en las expectativas de futuras
interacciones. Dichos patrones funcionan como prototipos para las
relaciones interpersonales, como una guía de cómo relacionarse y
responder a otros significativos. Los problemas interpersonales siempre
reflejan una discrepancia entre lo que la persona quiere y lo que obtiene.
La existencia de relaciones interpersonales pobres o perturbadas es,
asimismo, una marca en la mayoría de los trastornos de personalidad
(TP). Muchos autores sostienen que un TP es esencialmente un trastorno
de relación interpersonal. Las relaciones interpersonales y sus
perturbaciones son aspectos dimensionales que, aunque su estudio y
medición han dado un paso adelante, la integración de dichos
conocimientos a la psicopatología, llevará un tiempo más hasta lograr un
consenso en el diagnóstico. Sigue habiendo un déficit importante en el
desarrollo de clasificaciones para el diagnóstico de las perturbaciones
vinculares. (Maristany, 2008)

2.- DE LA TEORÍA A LA PSICOPATOLOGÍA DEL APEGO.

Bowlby sugiere que la etiología de muchas de las neurosis


infantiles está relacionada con la manera en que los niños son tratados
por sus madres(Cano y Gutiérrez, 2001).

En este sentido, Enríquez y col,(2008) señala que la teoría del


apego aporta luz al estudio no sólo de las primeras relaciones
significativas y constituyentes, sino también al de la hipótesis de que un
mal establecimiento y/o mal desarrollo del vínculo puede generar riesgo
de aparición de trastornos de la personalidad u otros trastornos
psicopatológicos en etapas evolutivas posteriores, e incluso al estudio de

85
la repercusión de las vinculaciones tempranas sobre la construcción y el
desarrollo relacional, emocional, neuropsicológico y cognitivo.

De acuerdo a Maristany (2008) El modo en que se internalizan


representaciones ligadas a experiencias de apego, influyen en las
expectativas de futuras interacciones. Dichos patrones funcionan como
prototipos para las relaciones interpersonales, como una guía de cómo
relacionarse y responder a otros significativos. Cada persona cuenta con
patrones de apego internalizados que desarrollan una visión de sí mismo
y de los demás. Dicho patrón activa una conducta interpersonal que en
interacción con otro conforma un tipo de cualidad en la relación. El
sistema de apego además de ser la base para el desarrollo de
necesidades de comunión interpersonal, también incluye el surgimiento
de motivaciones en torno a la agencia (autonomía, individualidad, logros,
control y autodefinición. Implica la expansión del self, su autoprotección).
El niño que se siente seguro y protegido, desarrolla pasos para separarse
del adulto para explorar y controlar el ambiente. Las motivaciones ligadas
con la comunión con otros se observan en la necesidad de apego. En los
niños, la necesidad de apego a sus cuidadores es un modo de
supervivencia. Cuando el niño no se siente seguro y siente riesgo se
activa la necesidad de cercanía y cuidado. A medida que va sintiéndose
más seguro el niño va separándose del cuidador explorando el ambiente,
siendo el primer paso hacia la autonomía. Cuando una persona presenta
graves problemas para satisfacer una motivación interpersonal, esa
persona presenta un problema en esa área. Es decir, un problema
interpersonal se constituye como tal cuando un motivo interpersonal
importante ha sido crónicamente frustrado.
Por otro lado, los problemas interpersonales siempre reflejan una
discrepancia entre lo que la persona quiere y lo que obtiene. Puede
originarse de muy diversas maneras, la persona puede presentar un
déficit para comunicar lo que necesita. Puede presentar contradicciones
en sus motivaciones. Por ejemplo, por un lado quiere ser una persona
asertiva (ligado a motivaciones/agencia/autonomía) pero por otro lado

86
tiene miedo a perder sus amigos (frustrar un motivo de
comunión/pertenencia/dependencia). La existencia de relaciones
interpersonales pobres o perturbadas es, asimismo, una marca en la
mayoría de los trastornos de personalidad (TP). Muchos autores
sostienen que un TP es esencialmente un trastorno de relación
interpersonal. En muchos desordenes de la personalidad, motivaciones
de tipo interpersonal son frustradas provocando un intenso distrés
emocional.

La disfunción en el apego es perjudicial tanto para la madre como


para su hijo y puede ser detectada, tanto en la madre como en el recién
nacido, a través de una acuciosa observación clínica y conversando e
interrogando a la madre. (Pinto, 2007)

En la revisión que realiza Pinto (2007) relacionada con la


importancia de la lactancia materna y su relación con el desarrollo del
apego, describe a la madre con disfunción en apego, como una mujer
tensa y angustiada, que se siente incompetente para criar y amamantar a
su hijo porque básicamente no se puede comunicar con él y no entiende
sus claves comunicacionales. Estas madres no discriminan entre un llanto
de hambre, de sueño, de enfermedad, de estar sucio e incómodo, o de
otra naturaleza. Ello la impulsa a conductas, a veces, muy neuróticas, de
sobrealimentación forzada, de excesivo número de mudas e inclusive
consultar médico sin ser necesario. Esta situación de angustia e
incompetencia, la va deprimiendo progresivamente hasta el grado de
perder la motivación por su hijo, terminar la lactancia natural y llegar al
extremo de perder el amor por él. Ello, en casos extremos puede explicar
diversas conductas de maltrato hacia su hijo, transformando a su pareja
en cómplice.

Por otro lado, el recién nacido o lactante menor con disfunción en


apego, también está muy tenso. Comprende a su manera, que algo no
funciona bien, que no es entendido en sus demandas y que es, de cierto
modo, agredido con la alimentación y demás procedimientos. Altera su

87
ritmo de sueño y alimentación, padece de aerofagia y cólicos
consecuentes, y desarrolla conductas reactivas a dicha agresión, con
rechazo al exceso de alimentación y llantos excesivos e incontrolables.
Ello, confunde más a su madre y se crea un círculo vicioso en el cual
cada uno agrede y enferma al otro.(Pinto, 2007)

Uno de los principales aportes realizados por George, Kaplan y


Main (1985) fue obtener los tipos distintos de modelos internos de
personas adultas a través de la aplicación de un cuestionario diseñado
por los autores, el Adult Attachment Inventory (AAI). En este cuestionario
se pregunta al sujeto por el recuerdo de las experiencias de apego
durante su infancia y la valoración que hace de las mismas. Describieron
tres tipos de modelos internos activos: Padres seguros o autónomos,
Padres preocupados, y Padres rechazados.

Los padres seguros o autónomos suelen mostrarse sensibles y


afectuosos en sus relaciones con sus hijos, que suelen ser clasificados
como seguros en la Situación del Extraño. Los padres preocupados en su
relación con sus hijos muestran unas interacciones confusas y caóticas,
son poco responsivos e interfieren frecuentemente con la conducta
exploratoria del niño. No es extraño que sus hijos suelan ser considerados
como inseguros-ambivalentes. Por último, los padres rechazados restan
importancia a sus relaciones infantiles de apego y tienden a idealizar a
sus padres, sin ser capaces de recordar experiencias concretas. Lo poco
que recuerdan lo hacen de una forma muy fría e intelectual, con poca
emoción. El comportamiento de estos padres con sus hijos, que son
generalmente considerados como inseguros-evitativos, suele ser frío y, a
veces, rechazante. Algunos estudios encuentran una cuarta categoría:
padres no resueltos, que serían el equivalente del apego inseguro
desorganizado/desorientado. Se trata de sujetos que presentan
características de los tres grupos anteriores y que muestran lapsus
significativos y desorientación y confusión en sus procesos de

88
razonamiento a la hora de interpretar distintas experiencias de pérdidas y
traumas (Oliva, 2004)

Bayo (2006), afirma que “El primer nivel de percepción y


aprendizaje acerca del estilo conductual del niño comienza intraútero” a
través de la experiencia de los ritmos y ciclos de actividad/descanso,
percepción/vigilancia preconsciente de la coordinación entre ritmo fetal y
materno. Ciclos que son regulares, organizados, predecibles y
conectados con el ciclo diurno/nocturno. «La percepción materna de estos
movimientos da lugar a toda una serie de procesos mentales» de
atribución, identificación, proyección, fantasías, preocupación, ansiedad,
vinculación e interacción precoz.

En el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales


(DSM)-III en 1980 fue descrito por primera vez el Trastorno Reactivo del
Apego (RAD). Aun cuando no existe una definición aceptada del término
"trastorno de Apego", de acuerdo a la American Psychiatric Association,
(2004) el trastorno se define actualmente como que la capacidad para
relacionarse socialmente con los compañeros y los adultos está
marcadamente distorsionada e inadecuadamente desarrollada en la
mayoría de contextos.

En este mismo orden de ideas, Díaz y Blánquez, (2004) señalan


que no existe una clasificación, sea dimensional o categórica,
suficientemente satisfactoria de los trastornos asociados al vínculo del
apego y que en la actualidad el Manual Diagnóstico y Estadístico de los
Trastornos Mentales (DSM-IV) solo reconoce el Trastorno Reactivo de
Vinculación en la Infancia con dos subtipos: Tipo Inhibido (F94.1) y el Tipo
Desinhibido (F94.2) Por ello no es de extrañar que la psicopatología
infantil relacionada con el apego esté relacionada con escuelas y autores
concretos con las consiguientes dificultades para la investigación.

El RAD comienza antes de los cinco años de edad y se asocia al


cuidado inadecuado o patológico que desatiende las necesidades

89
emocionales y físicas básicas del niño. En algunos casos se asocia a
cambios frecuentes o discontinuidad en el cuidador principal a cargo del
niño(a). Ambos subtipos, inhibido y desinhibido, se identifican en los niños
expuestos a malos tratos y a institucionalización (Zeanah, Scheeringa,
Boris,2004).

Johnson, Browne, Hamilton-Giachritsis, (2006) argumentan que el


maltrato y el abandono tienen consecuencias en el desarrollo y
comportamiento, y que los niños que cumplen con el diagnóstico de RAD
a menudo presentan condiciones de comorbilidad. Boris, Hinshaw-
Fuselier, Smyke (2004) señalan que los síntomas de trastornos del apego
deben diferenciarse de los síntomas otros trastornos como, por ejemplo,
del autismo. En niños mayores, la confusión se produce en la mayoría de
los diagnósticos en relación con las conductas de control, relacionadas
con problemas sociales asociados con el trastorno negativista desafiante
y trastorno de conducta. Estos síntomas y comportamientos también
suelen ocurrir en niños expuestos al abuso, en particular la violencia, y en
niños con un patrón de desorganizado en la primera infancia. La
agresividad es un síntoma frecuente comorbilidad en niños con
antecedentes de malos tratos o la institucionalización, (Johnson, Browne,
Hamilton-Giachritsis, 2006), pero no debe ser visto como un elemento o
un síntoma de RAD en sí mismo (Zilberstein, 2006).

Para establecer el diagnóstico de Trastorno reactivo de la


vinculación en la infancia o la Niñez se utilizan los siguientes criterios: el
primero se basa en relaciones sociales alteradas que se inician antes de
los cinco años y que se manifiestan por una incapacidad persistente para
iniciar la mayor parte de las interacciones sociales o responder a ellas de
un modo apropiado al nivel del desarrollo, manifestada por respuestas
excesivamente inhibidas, hipervigilantes, o sumamente ambivalentes y
contradictorias. También puede observarse vínculos difusos manifestados
por una sociabilidad indiscriminada con acusada incapacidad para
manifestar vínculos selectivos apropiados. Las situaciones anteriores no

90
pueden explicarse exclusivamente por y no cumple criterios de trastorno
generalizado del desarrollo y debe correlacionarse con las
manifestaciones de la crianza patogénica caracterizadas por
desestimación permanente de las necesidades emocionales básicas del
niño relacionadas con el bienestar, la estimulación y el afecto, o por
desestimación persistente de las necesidades físicas básicas del niño, y/o
por los cambios repetidos de cuidadores primarios, que impide la
formación de vínculos estable. Los Niños con relaciones sociales
alteradas, que se manifiestan con dificultad para iniciar las interacciones
sociales con respuestas inhibidas, hipervigilantes, ambivalentes o
contradictorias se clasifican como Tipo Inhibido, mientras que aquellos en
que predominan los vínculos difusos manifestados por una sociabilidad
indiscriminada con acusada incapacidad para manifestar vínculos
selectivos apropiados se clasifican como Tipo Desinhibido.(Díaz y
Blánquez 2004)

Green (2003) postula que los trastornos de apego se entienden


mejor como "trastornos de deterioro social actual" con "los patrones de
comorbilidad" identificados anteriormente, y Minnis, Marwick, Arthur,
McLaughlin (2006) proponen una reconceptualización de RAD como un
trastorno primario de la intersubjetividad. La intersubjetividad se refiere
alos procesos comunicativos que dan forma al desarrollo del cerebro de
los bebés, a la autoconciencia y la regulación. Green (2003) acota que las
comunicaciones interrumpidas entre los niños y sus cuidadores impactan
en la capacidad emergente para el apego y el funcionamiento social
complejo. Esta hipótesis ha tomado protagonismo en la literatura del
desarrollo neurológico Minnis y cols. (2006) argumentan de manera
convincente que los desórdenes en la conducta apego, sobre todo el
comportamiento indiscriminado, se puede entender mejor como
consecuencia de la intersubjetividad interrumpida en niños que han sido
expuestos al abandono emocional significativo.

91
Soares y Dias (2007) hacen un estudio teórico en donde presentan
las contribuciones de los estudios y trabajos de investigación
relacionados con el apego y la psicopatología del adolescente y del
adulto. Los autores citan el meta-análisis realizado por Botella y Gambara
(2006) basada en 14 estudios que utilizaron instrumentos de evaluación
del apego adulto con muestras clínicas, en jóvenes, adultos y padres con
niños con trastornos y en la que los resultados arrojaron que en las
muestras clínicas existe una sobre representación de las organizaciones
de apego insegura estadísticamente muy significativas, no encontrándose
relaciones sistemáticas entre un determinado tipo de organización
insegura (desligada o enmarañada) y un tipo específico de trastorno
psicológico. Por otro lado, algunos estudios clínicos muestran que la
organización enmarañada es más frecuente en muestras de madres y
padres maltratadores o abusivos, de padres con niños con trastorno
oposicional, así como en muestras de adultos deprimidos o borderline.
Estos mismos estudios revelan que la organización desligada es más
frecuente en padres de niños con trastornos del sueño. Cuando se
analizan las muestras de padres de niños con trastornos psicológicos,
apenas el 14% son catalogados como seguros-autónomos, en contraste
con 45% inseguros-enmarañados y 41% de inseguros desligados. Estos
resultados al ser comparados con muestras de padres con niños
hospitalizados por enfermedades físicas agudas o crónicas, sugieren que
solo los problemas emocionales y de comportamiento de los niños están
asociados a la inseguridad de los progenitores.

Como conclusión de la revisión teórica llevada a cabo por Sores y


Dias (2007) expresan que estos estudios permanecen todavía en un
abordaje descriptivo, y que es necesario avanzar hacia un análisis más
comprensivo sobre los mecanismos y procesos inmersos en las
relaciones entre el apego y la psicopatología.

Por otro lado, Mejías (2010), señala las implicaciones de los


cambios laborales, con plena incorporación de la mujer al trabajo, como

92
una de las causas de violencia juvenil. Afirma que el apego es uno de los
elementos básicos dentro de los aspectos psicológicos para lograr un ser
humano operativo. La misma autora, señala que acorde con la teoría del
apego, la conducta controlada del niño desorganizado en etapa escolar
puede desarrollarse para contener la conducta amenazante de los padres
y se generaliza posteriormente a otras situaciones conflictivas con los
iguales e incluso con los profesores. Lyons y Ruth (1996) citado por
Mejías (2010), en la revisión que realizan sobre las investigaciones de las
conductas agresivas de los niños, concluyen que el apego desorganizado
de la primera infancia predice conductas violentas en la edad escolar.

En este mismo orden de ideas, Espina (2005), cita a Van


Ljzendoorn, Schuengel y Bakermans-Kranenburg (1999), quienes
aseguran que el apego desorganizado se relaciona con más problemas
externos de conducta y violencia, durante períodos extensos de tiempo
desde la primera infancia a la edad escolar y en lo sucesivo con el
entorno inmediato.

Mejías (2010) cita a varios autores (Meyer, Pikonis, Proietti, Heape


y Egan, 2001; Bifulco, Morán, Ball y Bernazzani, 2002; Gerlsma y Luteijn,
2000), y comenta los diversos estudios que se han llevado a cabo a fin de
demostrar que los distintos estilos de apego están asociados a ciertas
características personales sobre todo con los trastornos de ansiedad,
depresión, y trastornos limítrofes de la personalidad, que contribuyen en
el comportamiento violento.

De acuerdo a Valdez (2002) los adolescentes con apego evitativo


son más susceptibles a desarrollar problemas de conductas, abuso de
sustancias, trastornos de personalidad narcisista o antisocial, y rasgos
paranoicos de la personalidad. El mismo autor agrega, que aquellos
adolescentes con apego ansioso son más susceptibles a trastornos
afectivos o a un trastorno de personalidad obsesivo-compulsivo,
histriónico, limítrofe o esquizoide. El autor antes citado, considera que

93
esto plantea la posibilidad de que los adultos que han desarrollado un
estilo de apego seguro tienen más alta autoestima, sean socialmente más
activos y presenten menos sentimientos de soledad que aquellos con un
estilo de apego inseguro.

Brandon, Valera y Zarate (2008) realizan un estudio con la


intención de describir el estilo de apego y los indicadores de agresividad
en adolescentes de 12 a 14 años, pertenecientes a una institución
educativa de Caracas-Venezuela, mediante los datos obtenidos a través
del Test Pata Negra de L. Corman, el Test Psicodiagnóstico de Rorschach
y una Entrevista Clínica. Los resultados señalaron prevalencia en los
estilos de apego de base insegura. Se registraron mayores puntuaciones
en agresividad de contenido y movimiento agresivo, evidenciando
elementos intrapsíquicos agresivos y una identificación con los objetos
agresivos en general. Los autores evidenciaron que la escala de
Agresividad (AG) se asociaba significativamente con los estilos de apego
predominantes en la muestra.

Bailey (2005), enfatiza como el estilo de apego inseguro puede ser


un factor de riesgo, determinante en el desarrollo de una conducta
antisocial durante la infancia. Resalta que cuando existe un modelo de
relación en el que la ira y la inseguridad son las características
dominantes corresponde a niños expuestos a conductas paternas
caracterizadas por permanente inconsistencia o rechazo, creando un
estado de incertidumbre en cuanto a la disponibilidad física de los padres.

Sánchez-Queija y Oliva, (2003), citan a Berlin y cols.(1999) quienes


como resultado de sus investigaciones concluyen que los niños y
adolescentes que han establecido mejores vínculos afectivos con sus
padres, son quienes se muestran más competentes para establecer
relaciones estrechas con sus compañeros, y acotan que esto subraya la
importancia de las relaciones tempranas para la estructuración del estilo

94
de apego y las fijaciones en las distintas etapas de desarrollo infantil que
estos vínculos pudieran haber dejado, en especial en adolescentes que
presentan problemas de comportamiento y manifestaciones agresivas
verbales o físicas.

No obstante, y a pesar de que se suman los estudios en torno al


apego y el desarrollo de trastornos de conducta y psicopatologías, Barth y
colaboradores (2005) insisten en que la asociación entre problemas de
apego y psicopatología en edades posteriores de la vida no debe hacerse
sin precaución. De acuerdo a estos autores, existe evidencia de que los
caminos que sigue un niño a lo largo de su desarrollo son complejos,
influenciados por múltiples variables y no siempre predecibles desde los
estilos de apego identificados en la temprana infancia. Así, "mientras los
problemas de apego pueden predisponer a un niño hacia futuros
problemas conductuales, estos problemas deben ser evaluados y tratados
dentro del contexto del actual entorno del niño"

Santelices y Cols (2009) utilizaron como instrumento el cuestionario


CaMir para medir el estilo de apego en pacientes con Insuficiencia Renal
Crónica (IRC). La muestra en este estudio estuvo constituida por 22
pacientes con IRC que requerían diálisis y lo compararon con 22 adultos
sin enfermedad, igualando a los participantes en relación a sexo y edad.
Los resultados mostraron que en los individuos clínicamente sanos
predominó el patrón de apego seguro, mientras que en los pacientes con
IRC tienden a presentar apego preocupado. En la muestra no clínica, 54%
corresponde a apego adulto seguro, 9.1% rechazante, 27.3% preocupado
y 9.1% no clasificable. En el grupo de pacientes dializados, 4.5%
corresponden a apego seguro, 22.7% rechazantes, 68.2% preocupados y
4.5% no clasificables. Los autores destacan que la teoría del apego
presupone una cierta tendencia a la estabilidad de los patrones de apego,
pero que es posible observar modificaciones tanto en el sentido de lograr
mayor seguridad como mayor inseguridad, y señalan que las experiencias

95
traumáticas, pueden modificar los estilos de apego, lo que los motivó a
estudiar la asociación del apego inseguro con la enfermedad renal crónica
terminal.

96
V.- LA MUJER Y LA OCUPACION
FUERA DEL HOGAR.

97
1.- INTRODUCCIÓN

A partir del siglo XX la incorporación de la mujer en el mercado de


trabajo ha sido cada vez más creciente, por ello el rol de la mujer en la
familia se ha transformado, ya que su participación en las labores
domésticas ha tenido que dar paso a su desarrollo profesional mediante la
educación superior y su participación en actividades extra domésticas.
(Carillo y De Faria, 2007).

Las autoras antes mencionada, citan a Black (1979), quien acota


que el proceso de modernización ha traído consigo una serie de cambios
políticos, económicos, sociales, ideológicos y culturales, que han
conllevado a transformaciones que implican, tanto en países
desarrollados como en vías de desarrollo, alcanzar una mayor eficiencia
en el uso de los recursos productivos, lograr competitividad en los
mercados nacionales e internacionales, modificar las características
relacionadas a la oferta y la demanda de mano de obra, adecuarse a las
nuevas tecnologías y responder a nuevos desafíos que estas variables
conllevan.

Entre los cambios provocados por el proceso de modernización y


que están relacionados con el mercado de trabajo, encontramos
variaciones en la organización del trabajo, en el núcleo familiar, en los
roles masculinos y femeninos y en la situación de la mujer respecto al
trabajo, pasando a tener importancia para estas no solo el trabajo
reproductivo (asociado con las actividades domésticas) sino también el
trabajo productivo. (Carrillo y De Faria, 2007)

98
2.- OCUPACION LABORAL FUERA DEL HOGAR DE LA MUJER EN
AMERICA LATINA

En América Latina, la situación de las mujeres ha variado


significativamente a lo largo de los últimos años, como resultado de un
conjunto de factores económicos, políticos y culturales entre los que
destacan las políticas de ajuste estructural de corte neoliberal, la
democratización de los sistemas políticos y el activismo feminista. De la
mezcla entre los procesos de modernización y las costumbres existentes
surgen nuevas combinaciones en el mandato cultural de lo que debe ser
una mujer. (Lamas, 2007)

Según Arriagada (2005), para promover el equilibrio entre el trabajo


y la familia, las políticas y programas deben orientarse en tres
direcciones. La primera la denomina Organización del tiempo de trabajo,
que incluye horarios flexibles, tiempos parciales, empleos compartidos,
semana laboral comprimida, flexibilidad en el lugar de trabajo, entre otras.
La segunda la enuncia como Organización de tiempo de familia con
apoyos a las necesidades familiares y domesticas como la ampliación de
la cobertura a los niños en edad preescolar (salas de cuna, guarderías),
de la seguridad social y asistencia domiciliaria para el cuidado de
personas dependientes; y la tercera dirección enfocada en el Ahorro del
tiempo de cuidado y apoyo a labores domésticas. Este grupo contempla
servicios subsidiados parcial o totalmente por el Estado. La empresa y los
propios trabajadores, e incluiría salas de cuna y guardería dentro o fuera
de la empresa, servicios para el cuidado de personas de tercera edad
dependientes, cupos reservados en colegios cercanos y otros servicios
como transporte, centros de deporte, entre otros.

Carrillo y De Faria (2007) citan a Cardozo (2006), quien señala que


el cuidado de los niños era tarea principal de la mujer debido a la creencia

99
sobre la naturaleza femenina, dotada de virtud para las labores
domésticas, mientras que el hombre estaría relacionado con el suministro
y producción de bienes y servicios.

Carrillo y de Faria (2007) consideran que sobre las mujeres recae


en mayor medida, las responsabilidades del hogar, y como esta se
agudiza cuando coincide el desarrollo simultáneo de actividades
laborales, lo que ha generado en la mujer la necesidad de conciliar la
familia y el trabajo. Las consecuencias de esta “doble carga” inducen a
algunas mujeres a renunciar a su participación laboral para dedicarse a la
familia y el hogar, enrolándose en el modelo tradicional. Otras retrasan
estas facetas personales priorizando la mejora y consolidación de su
situación profesional.

Las mujeres representan, en la actualidad, más del 40% de la


Población Económicamente Activa urbana de América Latina. Sus tasas
de participación se han incrementado notablemente, así como sus tasas
de ocupación. La escolaridad de las mujeres en los años noventa se
incrementa a un ritmo superior a la de los hombres. Ha crecido
significativamente el número de mujeres en las ocupaciones profesionales
y técnicas (alcanzando una proporción de más de 50% en algunos
países). Éste sin duda es un factor importante para mejorar las
posibilidades y las condiciones de incorporación de las mujeres al
mercado de trabajo. En la medida en que aumentan sus niveles
educativos, se incrementan significativamente sus tasas de participación,
sus ingresos promedio y sus posibilidades de acceder a un empleo formal
(Abramoy Valenzuela, 2006)

Abramo y Valenzuela (2006) confirman la tendencia histórica de


las tres últimas décadas en cuanto al aumento significativo de la tasa de

100
participación femenina en el período 1990 - 2002 (similar al observado
durante los ochenta), mientras la masculina se estanca.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL),


(2002). Reporta la Tasa de participación de las mujeres en las zonas
urbanas, de países de América Latina en el período 1990 y 2002. Tabla 5.

Tabla 5. América Latina: Países seleccionados. Tasa de participación de


las mujeres en las zonas urbanas, 1990 y 2002 (porcentajes)

Tasa de actividad femenina Relación


a
mujeres/hombres /

1990 2002 1990 2002

Cono Sur
Argentinab/ 38 48 50 64
Paraguayc/ 50 57 59 70
Brasilc/ 45 53 54 67
Chiled/ 35 42 48 57
Uruguay 44 50 58 69
Región Andina
Colombiae/ 48 57 59 72
Venezuela 38 55 49 65
Ecuador 43 53 54 65
Perú f/c/ 62 54 75 72
Boliviag/ 47 57 64 74
Centroamérica y México
Costa Rica 39 46 50 60
Honduras 43 47 53 59
Méxicog/ 33 45 43 57
Panamáe/ 43 54 58 68
El Salvadorc/ 51 51 64 68
Guatemalag/ 43 58 51 68
Nicaraguah/c/ 44 52 62 63
República Dominicanai/ 53 53 62 68

Fuente: CEPAL (2002).


a/ Relación entre la tasa de actividad económica de las mujeres y la de
los hombres (tasa femenina en porcentaje de la tasa masculina); b/ Cifras
del Gran Buenos Aires; c/ 2001 en vez de 2002;d/ 2000 en vez de 2002.e/
1991 en vez de 1990; f/ 1997 en vez de 1990; g/ 1989 en vez de 1990; h/
1993 en vez de 1990;i/ 1992 en vez de 1990.

101
En base a las cifras del informe de la Organización Internacional
del Trabajo (OIT, 1999), se pueden establecer comparaciones de la
participación laboral femenina con países desarrollados correspondientes
al año 1997: Alemania, 47.7%, Canadá, 57.4%; Estados Unidos, 59.8%;
Francia, 47.8%; Japón, 50.4%; Reino Unido, 3.9% (OIT, 1999).

Carrillo y De Faria (2007) señalan que la dificultad de compatibilizar


el desarrollo de la vida profesional con las responsabilidades familiares es
una de las causas por las cuales muchas mujeres toman decisiones
importantes como retrasar el matrimonio, disminuir el número de hijos,
retrasar la llegada del primer hijo, ampliar los años de instrucción y
acelerar el ingreso a la población activa.

Muchas investigaciones plantean la hipótesis de que dependiendo


de los ingresos puede que se le haga más fácil a la mujer conciliar la vida
laboral con la familiar, ya que tendría la posibilidad de costear un servicio
doméstico o de guardería. Sin embargo, existe la posibilidad de que aun
percibiendo altos ingresos, no necesariamente deba existir un equilibrio
entre ambas facetas. (Carrillo y De Faria 2007)

Arriagada (2006) expresa que esta conciliación es necesaria. Esto


le facilitaría a las mujeres incorporase al mercado laboral, contribuiría a la
equidad entre hombres y mujeres al momento de acceder y ascender en
un puesto de trabajo, se tendría un personal más productivo, y habría
menores tasas de ausentismo laboral. Igualmente, la autora enfatiza que
si se logra un reparto igual y equilibrado de las tareas doméstica, se le
haría más fácil a las madres trabajadoras dedicarles el tiempo necesario a
la crianza, atención de los hijos y a su trabajo.

Ningún país latinoamericano contempla el diseño para políticas de


cuidado de los dependientes que incluyan niños, adultos mayores y
discapacitados. En la mayoría de los casos el cuidado recae en la
denominada “solidaridad familiar”. La creciente diversificación de las
estructuras familiares, donde se destaca el aumento de los hogares con
jefa y la creciente participación de las mujeres en el mercado laboral
102
refuerza la consideración de políticas y programas tendientes a articular
adecuadamente a familias y trabajo como un eje central, bajo un enfoque
de equidad de género, de modo de gestionar un acuerdo más equilibrado
respecto a las bases de bienestar: Estado-Mercado-Familia- Comunidad.
(Arriagada, 2005)

103
VI.- LA MUJER Y LA OCUPACION
LABORAL EN LAS AREAS DE
LAS CIENCIAS DE LA SALUD

104
1.- INTRODUCCIÓN:

Una de las frases más significativas para explicar el rol y la esencia


de la mujer en el campo de las ciencias de la salud es el expresado Víctor
Robinson (1946) citado por Arribas (2008) cuando afirma que la mujer:
“Es una sanitaria instintiva, formada por la madre naturaleza y tan antigua
como la raza humana”.

Alcaraz (2005), es su investigación relacionada con la historia del


desempeño de la mujer en el campo de las ciencias de la salud, resalta
que aun cuando la mujer desde los inicios se ha involucrado en distintas
funciones de atención en áreas de la salud, como matronas, sanadoras,
enfermeras y médicas, se conoce relativamente poco acerca de sus
aporte debido a que la historia ha sido escrita principalmente por hombre.
La autora, para destacar la influencia de la mujer en esta ciencia, se
remonta a los orígenes de la historia y hace referencia a las hijas de
Asclepio, Higia (la salud) y Panacea (remedio para todos los males) como
figuras mitológicas del mundo grecorromano. Señala que las mujeres que
incursionaron en estas áreas tuvieron que pasar por distintos obstáculos
y barreras, tuvieron que enfrentar rechazos e incluso condenas.

Durante el desarrollo de la historia de la humanidad, la labor


profesional de las mujeres en el campo médico se vio impedido por la
desigualdad de condiciones y sus aportes no se vislumbraron hasta la
llegada del siglo XX en donde tuvieron oportunidades educativas, e
incluso a veces profesionales, que hasta el momento habían sido
exclusiva de los hombres.(Alcaraz, 2005)

Según indica Colliere, Citado por Conessa (1996), el origen de las


prácticas de cuidados está ligado a las intervenciones maternales que
aseguraban la continuidad de la vida y de la especie. La alimentación,
como necesidad básica que implica suplencia y ayuda (por parte de la

105
madre o sustituta) en los primeros estadios evolutivos del hombre es
considerada como la práctica de cuidados más antigua.

2.- LA MUJER Y LA ENFERMERÍA

Un espacio concedido a las mujeres dentro del campo médico es el


de la enfermería, que parece derivarse de la figura histórica de la
cuidadora. Movidas generalmente por el concepto cristiano de la caridad,
las cuidadoras atendían las necesidades elementales de los enfermos y
los necesitados y existía el convencimiento generacional de que el
cuidado de los enfermos y desvalidos era una función propia del sexo
femenino, como una continuación de la maternidad, que no precisaba de
ninguna preparación pues las mujeres tenían esos conocimientos innatos.
Por otro lado, el concepto caritativo que tenían de esos cuidados y su
relación con órdenes religiosas restaba importancia social y, sobre todo,
económica a quien lo practicaba. (Alcaráz, 2005)

En la revisión bibliográfica que realiza Mc Cormack (2007) sobre la


historia de la enfermería, relata que el cuidado de los enfermos y
desvalidos surge como una obra de misericordia, las cuales abarcaban
las necesidades básicas humanas: dar de comer al hambriento, dar de
beber al sediento, vestir al desnudo, visitar a los presos, albergar a los
que carecen de hogar, cuidar a los enfermos y enterrar a los muertos. La
regla de oro de la práctica de la fe cristiana “no era ser cuidado, sino
cuidar”, por lo que el cuidado de los enfermos y afligidos se elevó a un
plano superior, convirtiéndose en una vocación sagrada, en un deber
declarado de todos los hombres y mujeres cristianos. Se cree que
factores como una mejor posición social de la mujer romana, la igualdad
de hombres y mujeres ante y el llamado de Dios a realizar su labor con
todos aquellos afligidos, favorecieron la incorporación de la mujer a la
enfermería.

106
Las primeras órdenes de mujeres trabajadoras (grupos de
enfermería) crecieron rápidamente y se convirtieron en expresión de los
deseos filantrópicos y vocacionales, formando parte de ellas las
diaconisas y las viudas y más tarde se incorporaron las vírgenes, las
presbíteras, las canónigas y las monjas, aunque sólo las diaconisas y las
monjas se dedicaban a la enfermería. La diaconisa primitiva podía estar
casada, ser viuda o virgen. Febe (60 d.C) es reconocida como la primera
diaconisa y la primera enfermera visitadora siendo la única diaconisa a
quien menciona San Pablo en el Nuevo Testamento. Las diaconisas
trabajaban sobre una base de igualdad con el diácono, tenían múltiples
funciones entre ellas colaborar en el sacramento del bautismo, cuidar y
visitar a los enfermos, llevarles comida, dinero, vestido, atención física y
espiritual, entre otras. (McCormack, 2007)

Una de las matronas romanas más conocida es Fabiola, quien se


convirtió al cristianismo y con su inmensa fortuna fundó el primer hospital
gratuito de Roma, el cual fue descrito por San Jerónimo como
nosocomium, o lugar donde se cuidaba enfermos. (Mc Cormack, 2007)

De acuerdo a Alcaráz, (2005), la primera referencia sobre una


enfermera data de mediados del Siglo VI, cuando la reina Rudegunda
,esposa de rey merovingio Clotario I, funda un convento hospital en la
ciudad francesa de Poitiers. Otra mujer que se dedicó al servicio
hospitalario es la de Isabel Landgrave de Turingia que, con sus
posesiones y rentas, fundó en 1229 un hospital para cuidar a los
enfermos en la ciudad alemana de Marburgo.

La carrera de Enfermería se ha caracterizado a lo largo del tiempo


por ser estudiada y ejercida principalmente por mujeres. En este sentido,
Verde y Cols (2007) realizaron una investigación en los estudiantes de
nuevo ingreso en las profesiones de la salud, en una institución
universitaria de México, cuyo principal objetivo fue analizar los motivos
por los que mujeres estudiantes del área de la salud elijen sus carreras.

107
En total aplicaron 437 encuestas y la variable independiente fue la
internalización de estereotipos de género evaluada mediante el Inventario
de Masculinidad y Feminidad, y la variable dependiente fueron los motivos
por los cuales las estudiantes habían elegido su carrera. En este estudio,
las estudiantes de enfermería registraron los valores más altos en los
rubros de feminidad, es decir, se perciben más compasivas, sensibles a
las necesidades de los demás, caritativas, cariñosas, amigables, tiernas,
dulces, les agradan los niños, entre otros. Con respecto a la sumisión, las
estudiantes de enfermería ocuparon el mayor porcentaje en comparación
con otras carreras. Aunado a lo anterior ellas también ocupan el primer
lugar al haber elegido la carrera por tradición familiar en la enfermería,
datos que le sugiere a los autores, que el cuidado de la salud, es una
función socialmente atribuida a la mujer y posteriormente a las
enfermeras al profesionalizarse esta actividad.

3.- LA MUJER Y LA NUTRICIÓN:

En relación a la Nutrición, esta se establece como ciencia a


mediados del siglo XVIII y alcanza su plenitud en el siglo XX. Antonio
Laurent Lavoisier es considerado hasta nuestros días como: “el padre de
la ciencia de la Nutrición” aportando grandes conocimientos respecto al
mecanismo de oxidación de los nutrientes. A partir de 1927 en América y
Europa se da inicio el estudio de la Dietética a escala universitaria. El
Departamento de Nutrición y Dietética de la Universidad de King´s
College en Londres fue fundado en 1945 en Queen Elizabeth´s College,
como el primer Departamento de Nutrición en Europa. (Sánchez, 2008)

En 1940, había en Latinoamérica sólo dos escuelas de nutrición


para la formación de nutricionistas-dietistas. En 1976 el número aumentó
a 32 y para 1978 ascendía a un total de 40 escuelas. El Instituto de
Nutrición de Centro América y Panamá (INCAP) y el Instituto de Nutrición
y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile, que

108
también ha actuado como un centro asociado de la Universidad de las
Naciones Unidas. El INCAP fue creado el 20 de febrero de 1946, por
acuerdo de los Ministros de Salud de Costa Rica, El Salvador, Guatemala,
Honduras, Nicaragua, Panamá y el director de la Organización
Panamericana de la Salud. La inauguración se llevó al cabo el 16 de
septiembre de 1949 con el propósito de investigar el problema nutricio
alimentario e identificar posibles soluciones, contribuir al desarrollo de la
ciencia de la nutrición, promover su aplicación y fortalecer la capacidad de
los países miembros para resolver sus problemas.(Hernández, 2009)

El Dr. José Quintín Olascoaga Moncada, es considerado el pionero


de la Dietología en México. Su interés por la Nutrición se inició en 1934,
año en que formó parte de una Comisión en la Misión Cultural Urbana de
la Secretaría de Educación Pública. En 1935, pero es 10 años más tarde
en 1945 que se inicia la Nutriología, en la Escuela de Dietética del
Instituto Nacional de Cardiología. En 1972 se constituyó. El Departamento
de Ciencias de la Nutrición y de los Alimentos de la Universidad
Iberoamericana (ahora Plantel Santa Fé) y alberga la primera Licenciatura
en Nutrición del México.

En 1966 en Caracas, Venezuela, fue celebrada la Primera


Conferencia sobre “Adiestramiento de Nutricionistas - Dietistas en Salud
Pública”, en la que se especificaron las funciones y normas técnicas que
debían cumplirse en la formación de estos profesionales. Las escuelas
participantes modificaron sus pensum en base a las propuestas
establecidas y presentaron los resultados de estas modificaciones en la II
Conferencia, celebrada en Sao Paulo en 1973. En esa reunión se aprobó
la creación de la Comisión de Estudios sobre Programas Académicos en
Nutrición y Dietética de América Latina, o como se conoce por sus siglas:
CEPANDAL. (Costa1999)

En Venezuela el inicio de la nutrición se registra en la década de


los 40, con la creación del Instituto Sanitario de Alimentación. En 1946 se

109
crea el Instituto Nacional Pro-alimentación (INPAP) Popular, que funcionó
hasta 1949 y en la que la Sección de Nutrición se convirtió en la División
Técnica del INPAP. Durante esta etapa se inician algunos estudios de
nutrición. En 1949 se crea el Instituto Nacional de Nutrición. Durante este
período, se calcularon los primeros requerimientos calóricos de la
población venezolana. Se fundan una red de comedores Populares y
Escolares. En 1950 aparece la revista Archivos Venezolanos de Nutrición
y se crea la escuela Nacional de Dietista y el 18 de noviembre de 1951 se
celebró por primera vez el día nacional de la alimentación. (Landaeta y
col, 2005)

Actualmente, en Venezuela Existen 3 Escuelas de Nutrición y


Dietética adscritas a las Facultades de Medicina de la Universidad Central
de Venezuela fundada en 1950; la Universidad de Zulia fundada en 1968
y la Universidad de Los Andes inicia en 1971. Los programas de estudio
de las tres escuelas están organizados en cinco áreas: Ciencias Básicas,
Ciencias de la Nutrición y Alimentación, Ciencias Sociales y Económicas,
Ciencias Pedagógicas y Ciencias de la Salud Pública. El porcentaje de
nutricionistas dietistas que ejercen y desempeñan funciones profesionales
aproximadamente son: 50 % Asistencial, 20% Salud Pública, 15 %
Docencia, y 15 % de otros. Algunas funciones del Nutricionistas están
siendo desarrollas por otros profesionales, ya que en este país la Ley del
Ejercicio Profesional aún no ha sido sancionada por el Congreso de la
República, por lo que no hay una Ley del Ejercicio profesional que ampare
las funciones del Nutricionista.(Landaeta y col, 2005).

El rol del nutricionista es el de un profesional capacitado, con


estudios y conocimiento para trabajar en la prevención y desarrollar las
políticas necesarias para el cuidado de la población (Sharp, 2011). Según,
Verde y cols. (2007), en el estudio sobre los motivos de las mujeres que
deciden estudiar profesiones de ciencias de la salud, concluye que las
estudiantes de nutrición cuentan con los rasgos de masculinidad
relacionados con la habilidad para dirigir y la racionalidad, así como
rasgos femeninos: compasivas, caritativas, cariñosas, amigables,

110
sumado a lo anterior concluyen que los motivos de elección de carrera se
relaciona con la compatibilidad con las labores del hogar, que es
adecuada para su sexo, le permite el cuidado de los hijos y mantenerse
saludable, características que tradicionalmente se les ha asignado a las
mujeres. Los autores consideran que en el caso de esta disciplina se
profesionalizaron actividades femeninas lo que la hace atractiva para su
ejercicio profesional en mujeres que tienen que hacer compatible su rol de
género y el ámbito público.

4.- LA MUJER Y LA MEDICINA

En cuanto a la práctica de la medicina, la mujer siempre ha estado


involucrada. Este hecho está documentado en varias historias bíblicas
(Génesis 21: 1-2, Génesis 35: 16 y Génesis 38: 27-30) en las que se hace
referencia a valiosas profesionales y diestras comadronas o en la
inscripción «médico», que figura en la tumba hallada en el Valle de los
Reyes en Egipto donde está enterrada Merit Ptah, primera mujer
reconocida como médica ya alrededor del año 2700 antes de la era
cristiana. (Alcaráz, 2005)

La educación universitaria en Europa fue accesible para algunas


mujeres durante el periodo medieval. Se cree que en el siglo XI, la médica
italiana Trotula de Salerno, ocupó una cátedra en la Escuela Médica
Salernitana, donde enseñó a muchas mujeres nobles italianas, un grupo
referido en ocasiones como "las señoritas de Salerno". Varios textos
importantes en medicina, sobre todo en obstetricia y ginecología entre
otras materias, también han sido atribuidos a Trotula. La Universidad de
Bolonia permitía a las mujeres asistir a clase desde sus inicios en 1088, y
Dorotea Bucca ocupó allí una cátedra durante el siglo XV.(Edwards, 2002)

111
En América latina, la primera universidad fundada oficialmente, de
acuerdo a la normativa jurídica impuesta por la monarquía española, fue
la Real y Pontificia Universidad de San Marcos, actual Universidad
Nacional Mayor de San Marcos en Lima, Perú. Las dos primeras
secciones con las que inicia la Escuela de Medicina fueron creadas en
1571. Laura Esther Rodríguez Dulante, luego de rendir los exámenes
integrales, recibió el Título de Médica Cirujana, por primera vez otorgada
a una mujer, con fecha 25 de octubre de 1900 convirtiéndose en la
primera mujer que juró la demanda hipocrática en el Perú.( Díaz, 2007)

En México, la segunda Facultad de Medicinamás antigua de


Latinoamérica, fue fundada en 1578 y al igual que las demás facultades
de la Real y Pontificia Universidad de México, durante poco más de 250
años no se encuentra ningún registro de alguna mujer inscrita como
alumna. Ya en la segunda mitad del siglo XIX, cambia un poco la
situación para el género femenino, y la Escuela de Medicina es testigo y
albergue de las pocas mujeres que se atreven a incursionar en estas
áreas de la salud, y tal vez en otros terrenos de las ciencias, hasta
entonces tan prohibidos como inalcanzables para ellas, convirtiéndose en
el blanco del rechazo y de las críticas masculinas. (Flores y Ramos, 2000)

. En el siglo actual son muchas las mujeres en las Ciencias de la


Salud y sus contribuciones han sido relevantes. Maude Abott, con su
clasificación de las malformaciones congénitas del corazón, abrió el
camino de la cirugía cardiaca. En 1947, Gerti Theresa Corti, ganó por
primera vez el Premio Nobel de Medicina y Fisiología, por el
descubrimiento en el campo de la genética de que el déficit enzimático
era el responsable de una alteración metabólica. En 1977, Rosalin Yalow
fue la segunda mujer médico en recibir el preciado galardón, por
desarrollos la técnica de inmunoanálisis. (Vásquez y Vásquez)

En Venezuela, los primeros hospitales que se fundaron fueron el de


La Guaira en 1714, el San Lázaro de Caracas en 1752, el de San Antonio

112
de Padua, de Valencia en 1775, el de San Felipe del Fuerte 1776,
Guanare en 1778, Puerto Cabello 1779, el de Cumaná en 1789 y
finalmente el de Barinas en 1793. Hospitales que fueron regentados por
mayordomos y estuvieron, en la mayoría de lasveces a cargos de
médicos y cirujanos romancistas. Los estudios de medicina se iniciaron en
la Universidad de Caracas el día 10de octubre de 1763 por la insistencia y
el empeño del Dr. Lorenzo Campins y Ballester, egresado del Real
Universidad de Gandía. La junta examinadora para los aspirantes al título
de médico estaba constituida por dos representantes del cabildo
eclesiástico y secular, dos guardianes de los conventos de Caracas, el
Rector de la Universidad Real y Pontificia, el Protomédico y el Capitán
General de la Provincia de Venezuela.(Mérida Fuentes, 2005)

Para el año 1911 y por primera vez en Venezuela, una mujer,


Virginia Pereira Álvarez, se inscribió en la Facultad de Medicina y en
1925, María Bendahan Chocron, se inscribió en esa misma facultad,
siendo ellas las primeras mujeres en completar sus estudios de medicina.
(Mérida Fuente 2005)

Las primeras mujeres egresadas de la ULA de Mérida, Venezuela,


fueron María Dolores Quintero y Olivia Díaz Albarrán, quienes obtuvieron
el Titulo de Farmacéuticas el29 de julio de 1935.La Dra. Olga Ortiz de
Burelli, fue la primera mujer egresada de la escuela de Medicina de la
ULA el 7 de febrero año 1946. (Archivo Histórico de la Universidad de Los
Andes).

Las carreras universitarias relacionadas con la salud están hoy


claramente feminizadas, aunque de maneras muy distintas. Por ejemplo,
el 84% de las estudiantes de enfermería son mujeres, al igual que en la
carrera de medicina, y que viene sucediendo desde los años ochenta:
actualmente son más de un 74% de estudiantes matriculadas en el curso

113
2005-2006, lo que representa 3 puntos más que en 1998 y 73 puntos más
que en 1955 (Ortiz-Gómez, 1985, 2007).

El análisis por edad y sexo de las personas colegiadas en distintas


especialidades revela que no sólo el presente es en femenino en
especialidades como Farmacia o Enfermería, si no que el futuro también
lo es en especialidades como Medicina, que hasta hace dos décadas ha
sido un campo reservado a los hombres. Actualmente la proporción de
mujeres colegiadas en Medicina en España representa un 43% del total,
aunque entre las personas menores de 35 años las colegiadas doblan en
número a los colegiados, lo que ofrece un panorama futuro totalmente
diferente al actual. (Informe de Salud y Genero, 2006)

En un estudio realizado por Verde (2007), relacionado con los


motivos de elección de carrera en mujeres estudiantes de profesiones de
la salud observó para el caso de medicina que sus rasgos predominantes
son la masculinidad y el machismo, en el sentido de que las mujeres que
eligen carreras consideradas masculinas tienden a presentar más rasgos
masculinos con relación a aquellas que estudian carreras denominadas
“femeninas” y en consecuencia las labores domésticas y el cuidado de los
hijos no las consideran como parte de su rol de género.

La medicina se feminiza a gran velocidad. En asistencia primaria ya


hay más mujeres médicos que hombres y en la medicina especializada
superan y el 40%. La proporción de mujeres crecerá aún más porque en
las aulas de las facultades de medicina son abrumadora mayoría. Pero
las cátedras y los cargos siguen mayoritariamente en manos de hombres.
La rápida feminización de la medicina está transformando el perfil de la
profesión, que está a punto de alcanzar la paridad: las mujeres
representan ya el 41% del total de colegiados en España. Pero esta
imparable invasión de las mujeres en el campo de la medicina contrasta
con la extremada lentitud con la que ellas están conquistando puestos de

114
responsabilidad en el ejercicio de la profesión. (García Guerrero Jair,
2007)

En el Informe de salud y género, 2006, se señala la presencia


masiva de mujeres en las carreras de ciencias de la salud, donde
alcanzan niveles superiores al 74%, como en Anatomía Patológica,
Anatomía y Anatomía. Patológica Comparada, Anatomía y Embriología
Humana, Cirugía, Enfermería, Estomatología, Farmacia y Tecnología
Farmacéutica, Farmacología, Fisiología, Fisioterapia, Genética,
Histología, Inmunología, Medicina, Medicina Legal y Forense, Medicina
Preventiva y Salud Pública, Medicina y Cirugía Animal, Obstetricia y
Ginecología, Oftalmología, Óptica, Otorrinolaringología, Pediatría y
Toxicología. )

García(2007), explica que la creciente presencia de mujeres en


todos los ámbitos de la medicina ha motivado que los sindicatos alerten
de la necesidad de cambios laborales en una profesión difícil de
compaginar con la vida familiar. La Fundación de la Confederación Estatal
de Sindicatos Médicos ha apostado en un reciente estudio por una
revisión de la jornada laboral, y ha defendido que las mujeres médicas
embarazadas no hagan guardias y se aumenten las medidas para que no
estén expuestas a radiaciones y productos químicos.

García (2007) acota que a sobrecarga que supone el hecho de


compatibilizar la vida familiar pasa factura sobre la salud de las mujeres
médica. Refiere que estudios norteamericanos indican que las mujeres
tienen 60% más probabilidad de sufrir bornout o desgaste psíquico.

De acuerdo al Registro de la Dirección de Asuntos Profesorales de


la Universidad de Los Andes (DAP-ULA), la nómina de los profesores
adscritos a la facultad de Medicina (Escuela de Medicina, Escuela de
Enfermería y Escuela de Nutrición) para el año 2010, incluye 907
Profesores, de los cuales 382 corresponden a profesionales del área de la

115
salud de sexo femenino (42.1%), y de estas, 246 (64.3%) tienen hijos,
distribuidas de la siguiente forma:48 son contratadas, 64 son profesoras
fijas y 134 son profesoras jubiladas). De las Profesoras activas con
condición fija (ordinaria) o contratadas,71 (64%) tienen hijos mayores de
15 años, y de las profesoras en condición de Jubiladas, 123 (92%) tiene
hijos adultos.

Según la Oficina de Registro Estudiantil de la Universidad de Los


Andes (ORE-ULA) en la distribución de los alumnos de la Escuela de
Medicina de acuerdo al género para el año 2011, predominan las mujeres,
representando el 62.9%, 675 de 1072 alumnos cursantes de primero a
quinto año de la Carrera, y distribuidas en 66% en primer año, 64% en
segundo, 65% en tercero, 55% en cuarto y 62% en el quinto año de
Medicina. En cuanto a la Carrera de Enfermería, de la totalidad de los
estudiantes que cursan entre el primer y decimo semestre (720 alumnos)
82.9% (597) son mujeres. Finalmente, en la escuela de Nutrición de 410
estudiantes matriculados y distribuidos en los cinco años de la carrera,
335 (81.7%) son mujeres.

116
VII.- RELACION ENTRE DE LA
OCUPACION LABORAL DE LA
MADRE YEL DESARROLLO DE
PSICOPATOLOGIA DEL APEGO.

117
1.- INTRODUCCION.

Los cambios sociales acontecidos durante las últimas décadas que


han supuesto una importante incorporación de la mujer al mundo del
trabajo, han aumentado el interés social por la influencia que puede tener
para el desarrollo emocional del niño al ser cuidado por otras personas.
Se trata de un problema que ha generado muchas investigaciones y un
intenso y acalorado debate durante los últimos años, sobre todo por sus
implicaciones prácticas y por su trasfondo ideológico. (Oliva 2004)

Los resultados a las que han llegado las investigaciones sobre los
efectos del trabajo materno son inconsistentes.

2.- ESTUDIO DE LA RELACION ENTRE LA OCUPACION MATERNA Y


PSICOPATOLOGIA DEL APEGO DESDE 1972 HASTA 2000

Rutter (1972) expresa que en ninguno de los estudios en los que


se observaba a niños de madres trabajadoras se reportaba una ruptura en
la relación de apego con la madre o dificultades en la formación de apego
con otros cuidadores.

Posteriormente, otros investigadores, Barglow (1987) y Vaughn


(1985), citados por Lara (1994), postulan que las separaciones de la
madre por motivos de trabajo, podían ser interpretada por el niño como
rechazo, lo que se manifestaría en el desarrollo de un tipo de apego
inseguro evitativo. Chase-Landasle y Owen (1987) plantean que estas
situaciones facilitarían el desarrollo de un tipo de apego inseguro
ambivalente por la dificultad del niño en predecir la conducta de la madre.

En los años 80, Belsky y Rovine (1988), generaron un gran impacto


con la publicación de los resultados de un meta-análisis sobre cuatro
investigaciones que habían estudiado la relación entre los cuidados

118
alternativos y el tipo de apego que los niños establecían con sus madres.
Los estudios revisados por estos autores encontraron una relación
negativa entre apego y las guarderías, ya que aquellos niños que no eran
cuidados exclusivamente por sus madres tenían más posibilidades de
mostrar apegos inseguros, por lo que podrían ser considerados como
población de riesgo. En concreto, eran aquellos niños que durante el
primer año de vida recibían más de 20 horas semanales de cuidados
alternativos quienes tenían más posibilidades de ver alterado su
desarrollo(el 35% de estos niños, y el 47% cuando los cuidados
alternativos superaban las 35 horas, desarrollaban apegos inseguros con
sus madres). Los cuidados alternativos que más parecían perjudicar la
formación del vínculo con la madre, además de los que suponían más
tiempo, eran los que tenían lugar fuera de casa.

Guzmán y cols, (1989) realizaron un estudio con el fin de


determinar si existen factores de riesgo que pongan el peligro el
desarrollo intelectual y mental de los niños que pasan la mayor parte de
sus horas de vigilia en instituciones de cuidado infantil. El procedimiento
consistió en registrar el comportamiento de 10 educadoras de 10 centros
de cuidado infantil del Distrito Federal de Ciudad de Méjico que atendían
a lactantes (46 días a 1 8 meses de edad), así como el valorarlas de
manera personal. Se encontró que de las cinco categorías de conducta
existentes, las educadoras dedicaron un 51% de tiempo a todas aquellas
actividades que no significaran un contacto con los niños, un 20% a las
interacciones negativas, un 22% al cuidado realizado en forma impersonal
y tan solo un 5 % en demostrar afecto al infante, finalizando con un 2%
dedicado a conducta de estimulación. El estudio demostró también que
dichas personas presentaban insatisfacción con su trabajo, problemas
familiares y personales y que esto repercutía en sus trabajos con los
niños.

Conforme la mujer se integra a la vida productiva y se ve obligada


a contribuir cada vez en forma más activa a la economía familiar, crece su

119
necesidad de recurrir a instituciones que se encarguen de la crianza
infantil. Así, a lo largo de un día de trabajo, el infante permanece más
tiempo de vigilia en la institución que al lado de su madre. De la crianza a
la que se exponga el infante en estas instituciones dependerá en gran
medida, su desarrollo intelectual (Guzmán, A; Barranco, R y González, S;
1989).

Se han identificado una serie de variables mediadoras entre el


trabajo materno y el tipo de apego. En este sentido, Lara y cols. (1994)
indican que entre estas variables se encuentra la calidad del cuidado
alternativo: cuando este es de calidad (prontitud de respuesta de la
madre, su accesibilidad ante las necesidades del niño, calidez, aceptación
y libertad de expresión emocional) no se presentan diferencias entre los
niños de madres empleadas y los que son cuidados exclusivamente por
sus madres.

Clarke-Setwart (1998) cita la conclusión de Belsky y Rovinne


(1988) en la publicación de los efectos de los cuidados alternativos y la
influencia que el empleo de la madre tiene sobre los bebes. Posterior a la
revisión de otras publicaciones, Clarke Stuart ofrece una conclusión
diferente. Esta de acuerdo en que los niños cuyas madres trabajan a
tiempo completo durante el primer año tiene probabilidad
estadísticamente significativa de ser clasificados con apego inseguro,
pero la diferencia no supera el 8% y considera que no refleja
necesariamente un desajuste emocional. Añade que las observaciones
de mayor agresividad en niños que han estado en guarderías desde
bebes, ofrecen una evidencia limitada de que esto sea a consecuencia del
empleo materno. Insiste en que no hay evidencias claras de que las
guarderías pongan en riegos a los lactantes. Reseña que Belkis sugiere
que las guarderías tendrían efectos sobre el apego y la agresión
modulada por la calidad de cuidado de los niños, la edad de los niños, el
sexo y el temperamento, las horas de separación de las madres, la

120
sobreestimulación por la madre y la congruencia entre la actitud de la
madre y el estado de trabajo. Sin embargo, Clarke-Setwar insiste en que
no hay evidencias convincentes que estos factores estén implicados. El
autor señala que los factores más prometedores para ser utilizados en la
contabilización de las diferencia individuales en el desarrollo de los niños
que asisten a guarderías serian la actitud emocional de la madre hacia el
bebe, su accesibilidad emocional y la sensibilidad del comportamiento, y
su deseo de independencia (la suya y la del bebé).

3.- ESTUDIO DE LA RELACION ENTRE LA OCUPACION MATERNA Y


PSICOPATOLOGIA DEL APEGO DESDE 2001 HASTA 2012

Harrinson y Ungerer (2002) estudiaron la relación entre el empleo


de la madre y la seguridad del apego a los 12 meses posterior al parto. En
este estudio evaluaron la asociación entre los aspectos del empleo de la
madre y la seguridad del apego madre-hijo, en combinación con los
factores proximal (la sensibilidad materna) y distal (factores demográficos,
salud materna, infantil, cuidado de los niños). Los participantes fueron 145
mujeres australianas y sus hijos primogénitos. La seguridad del apego se
evaluó con la situación extraña a los 12 meses. Los resultados mostraron
que las actitudes prenatales de las madres para trabajar y el tiempo que
transcurre para volver al trabajo hacen importantes contribuciones
independientes a los resultados de apego más allá de los efectos de los
predictores proximal y distal. Las madres que expresaron su compromiso
de trabajar más y menos ansiedad sobre el uso de cuidado de niños no
familiares, y que volvió a trabajar más temprano, eran más propensas a
tener niños seguros. Estos hallazgos se consideran en relación con las
expectativas contemporáneas sobre la participación de las madres en el
trabajo remunerado y otros predictores de apego seguro. Las madres
suelen ser cuidadoras más alegre y sensibles cuando su condición social
corresponda a lo que piensan del trabajo. Por tanto, si una mujer desea
trabajar quizás no convenga presionarla para que se quede en casa y
atienda a sus hijos, pues podría sentirse deprimida, hostil o poco feliz con

121
ese papel. Algunos investigadores han observado que el niño puede
correr un riego ligeramente mayor de apego inseguro, si la madre
regresaba a trabajar en los primeros nueve meses después de dar a luz,
sin embargo consideran que no se debe dar mucho valor a esos
hallazgos, porque la mayoría de los niños cuya madre regresan a trabajar
terminan logrando un apego seguro, sobre todo cuando la madre es
buena cuidadora y trabaja porque ella quiere.

Oliva, (2004) insiste en que los datos obtenidos de distintos


estudios ponen de relieve la complejidad de este problema, que hacen
difícil generalizar acerca de las influencias de los cuidados alternativos
sobre el vínculo que el niño establece con sus padres. No obstante,
sugiere que no parece que pueda decirse que estos cuidados
necesariamente supongan una mayor probabilidad de inseguridad en este
vínculo y resalta que es la calidad de los cuidados que se ofrecen al niño
como alternativa de los cuidados de los padres lo que parece que
determinará la seguridad del apego. Cuando los cuidados son adecuados,
y cuando permiten que el niño disponga de tiempo para interactuar con
unos padres que viven esta situación sin ansiedad, es muy probable que
no surjan problemas emocionales.

Rodríguez (2006), realizó un estudio para evaluar la incidencia del


tipo de vínculo madre/hijo en el desarrollo de la inteligencia sensoriomotriz
en niños de 6 a 15 meses de edad. La muestra estuvo integrada por 54
díadas de madre/bebé, argentinas con bebés de ambos sexos. Se
estudiaron las siguientes variables: tiempo de lactancia, tiempo de
gestación, orden de nacimiento, género, ocupación y nivel de instrucción
de las madres. La autora, no encontró diferencias significativas en el
percentil de inteligencia del bebé, en función del vínculo madre/ hijo.
Determinó una influencia altamente significativa del tiempo de gestación
en el tipo de vínculo y una influencia significativa del nivel de instrucción
de la mamá en el vínculo madre/bebé. De los tres bebés con vínculo
122
ausente, dos de sus mamás tenían estudios primarios y una, estudios
secundarios. De 20 bebés cuyas madres tenían estudios secundarios /
universitarios, 16 tenían un vínculo muy bueno y cuatro un vínculo bueno.
El orden de nacimiento, la lactancia, el género y la ocupación de la mamá
no influirían significativamente en el vínculo madre / hijo. Encontró una
influencia altamente significativa del tiempo de gestación en la inteligencia
de los bebés y una influencia significativa del tiempo de lactancia en la
inteligencia sensoriomotriz. El género, orden de nacimiento, nivel de
instrucción y ocupación de la mamá no influirían significativamente en la
inteligencia del bebé.

Según Banus (2012) hoy en día, uno de los peores enemigos a la


hora de establecer un buen vínculo afectivo (vínculo de apego) con los
hijos es la poca disponibilidad de tiempo por parte de los padres. Las
jornadas de trabajo, normalmente ocupan a ambos padres todo el día, ello
puede repercutir negativamente tanto en la cantidad como en la calidad
de la interacción padres-hijos tan necesaria a lo largo de todo el desarrollo
del niño. Un escaso tiempo de dedicación determina en algunos niños la
aparición de conductas no adecuadas, de desobediencia o incluso
somáticas (dolores, enfermedades sin causa orgánica aparente).

123
VIII.- RELACION ENTRE EL
ESTILOS DE APEGO DE LAS
MUJERES PROFESIONALES DEL
LAS CIENCIAS DE LA SALUD Y
DE SUS HIJOS.

124
1.- INTRODUCCIÓN.

El estilo de apego del adulto es importante, porque representa uno


de los factores que influyen en la manera de comportarse de los padres
con sus hijos, y por ende afecta las relaciones de apego de éstos
(Grossman y cols., 2005).

2.- ESTUDIOS DE RELACION ENTRE ESTILOS DE APEGO EN LA


DIADA MADRE/HIJO

Oates (2007), resume en tres conclusiones los resultados de


numerosos estudios en los que se observa cómo se comportan con sus
hijos las madres pertenecientes a los diferentes estilos de apego del
adulto y qué tipos de apego desarrollan sus niños: en la primera señala
que el tipo de apego adulto de la madre vale como pronóstico del tipo de
apego de su hijo pequeño, sobre todo cuando se trata de relaciones de
apego seguras. De todos modos, las predicciones no son acertadas al
100%: su grado de exactitud resulta razonablemente elevado en el caso
de las relaciones clasificadas como seguras en contraste con las
inseguras, mientras que lo es mucho menos para los dos tipos de
relaciones de apego inseguras. En la segunda conclusión resalta que el
tipo de apego adulto también vale hasta cierto punto como pronóstico de
cómo se comportarán las madres con sus hijos pequeños: las madres
seguras suelen demostrar sensibilidad con sus hijos, reaccionando
oportunamente ante sus pedidos de atención, consuelo y comunicación.
Los adultos autónomos se muestran más capaces de reaccionar de
manera sensible con sus hijos que los adultos de los grupos rechazador y
preocupado y sus hijos acusan una mayor probabilidad de entablar
relaciones de apego seguras. Por ejemplo, la evaluación de las
narraciones de madres y padres británicos acerca de sus relaciones de
apego hacia sus propios padres, recogidas durante el embarazo, permitía

125
conjeturar acertadamente la seguridad de las relaciones de apego que
luego establecerían sus hijos con ellos.

Por último, destaca que el cuidado parental sensible constituye de


por sí un pronóstico del apego del niño, pero nuevamente se trata sólo de
un indicador de validez relativa. De todos modos, parece estar vinculado
con el apego del niño a través de una conexión que no cabe explicar por
completo mediante la relación entre el apego del adulto y su
sensibilidad.(Oates, 2007)

Lara y Cols., (1994) realizaron un estudio en España cuyo objetivo


fue evaluar los efectos del trabajo materno sobre la conducta emocional y
el estilo de apego de los niños de 5 a 6 años, a partir de entender algunas
de las variables asociadas al estatus laboral de las madres. El grupo de
madres trabajadoras (MT) estuvo representada por 103 enfermeras. Las
madres no trabajadoras (MNT) eran mujeres no empleadas en el
momento del estudio. Los autores encontraron efectos muy leves del
estatus laboral de la madre sobre la conducta de apego de los pequeños
manifestados en un mayor porcentaje de niños con apego desorganizado
entre los de MNT. Así mismo observaron un efecto significativo en el
desarrollo intelectual a favor de los niños de madres trabajadoras (hasta
los cinco años). Tanto en patrón de apego como en nivel de desarrollo, a
los seis años los varones mostraron desventajas en relación con las
niñas. Se observó solo efecto negativo en los niños de las tensiones con
la pareja en MT. La relación entre la mayor frecuencia de apego
ambivalente y la presencia de otros adultos en casa y mayor apego
evitativo y la ausencia de otros adultos en los niños de las MT, refleja las
dificultades que se generan cuando hay otros cuidadores.

Sin embargo, cuando las autoras comparan la relación entre el


patrón de apego del niño seguro y el estatus laboral de la madre, resulta
llamativamente bajo tanto en la madres trabajadoras como en las no
trabajadoras, y representan el 9.7% y 8.3 % respectivamente, mientras

126
que los patrones de apego inseguros de los hijos de madres
trabajadoras corresponden a 90.3% distribuidos en 35% evitativos,
26.2% ambivalentes y 29.1% desorganizados; y en los hijos de madres no
trabajadoras el 91.6% tuvieron apegos inseguros, distribuidos en 29.6%
evitativos, 22.2 % ambivalente y 39.8% desorganizados.

En este estudio las autoras no estudiaron el estilo de apego adulto


de las madres.

127
IX.- INTERVENCION EN
DISFUNCIONES Y
PSICOPATOLOGIAS DEL APEGO

128
1.- INTRODUCCION.

Una detección precoz de la disfunción en el apego por un


profesional de la salud con experiencia, puede revertir el problema y
reencauzar el apego hacia una evolución normal. A veces sólo basta con
explicar a los padres la naturaleza del problema y convencer a la madre
de su real competencia en la crianza de su hijo para que el problema se
solucione, y verificar en controles posteriores los resultados de la
intervención. Otras veces, el problema es más complejo y requiere del
apoyo del psiquiatra y/o psicóloga. (Pinto,2007)

Díaz y Blánquez (2004) expone en forma resumida los tratamientos


e intervenciones más relevantes en el manejo del trastorno reactivo de la
vinculación en niños, aun cuando aclaran que no constan suficientes
investigaciones para evaluar los resultados:

2.- INTERVENCIONES SOBRE LA RELACIÓN PADRES – HIJO.

2.1.- Método de Susan McDonough.

El método incluye la grabación en vídeo con distintos tipos de interacción


durante 10 y20 minutos. A través una serie de preguntas se intenta
facilitar la discusión con los padres sobre las interacciones positivas y
negativas. Se utiliza para mejorar las interacciones y el vínculo entre
ambos. Según sus autores es una técnica bastante eficaz en padres de
alto riesgo.

2.2. - Método Watch, Wait and Wonder de Cohen.

La técnica consiste en 20-30 minutos de juego con la madre o sustituto


durante los cuales se instruye a la madre que se siente en el suelo con el
niño y siga las demandas que él le haga y se hace énfasis en la que la
madre no debe iniciar nunca la interacción. Durante la discusión deben

129
manifestar sus sentimientos y las dificultades experimentadas durante la
sesión. Esta discusión se suele utilizar para indagar sobre las
experiencias vinculares en los propios padres. Esta intervención ha sido
utilizada para incrementar el vínculo y mejorar el funcionamiento del niño
en otras áreas.

2.3.- Método de Diane Benoit.

Se utiliza en niños diagnosticados de vínculo desorganizado, siendo sus


objetivos la reducción de conductas específicas en los padres, tales como
agresividad y enfrentamientos, desorientación, intrusividad y aislamiento.
En definitiva, con esta técnica se intenta incrementar la sensibilidad y
empatía de los padres. Consta de unas 5-7 sesiones en donde se
analizan las grabaciones en vídeo realizadas normalmente en la casa. El
programa contempla que los padres reciban información sobre cuidados y
desarrollo del niño.

2.4.- Psicoterapia niño-padre.

Suele utilizarse cuando se presume una duración larga e intensiva.


Se dedican minutos en cada sesión. Esta es una vez por semana y
durante un año. La intervención se focaliza en las relaciones emocionales
experimentadas tanto por el niño como por la madre. Se analizan,
igualmente, los antecedentes traumáticos de la madre.

2. INTERVENCIONES FOCALIZADAS SOBRE EL NIÑO.

Existen algunas técnicas terapéuticas en donde la intervención se


centra en el niño, siendo el terapeuta el que actuaría como referente
vincular. Una de ellas es La terapia de juego no directiva, en donde el
terapeuta deja que el niño actúe mostrando aceptación. La relación entre
el terapeuta y el niño debe facilitar que éste internalice y que sea capaz

130
de generalizarlos a la relación con otras personas. Los sentimientos que
experimenta el niño durante la actividad lúdica deben ser devueltos e
interpretados por el terapeuta. Este método se ha utilizado en niños
traumatizados y que presentan trastorno del vínculo. En estos casos la
intervención debe ser inmediata al trauma. Por último, existe un programa
de intervención pensado para establecer el vínculo tras la adopción. Es el
Programa de Terapia Familiar de Cohen. (Díaz y Blanquez, 2004).

En relación a la intervención en adultos, y sobre la base de la


revisión en cuanto a la efectividad de las Intervenciones en apego con
Infancia vulnerada y en riesgo social realizado por Gómez, Muñoz y
Santelices (2008), en la que los autores reconocen que hay dispersión y
diversidad de programas que buscan estimular un apego seguro o
mejorar el estilo de apego existente, sin embargo ellos diferencian tres
líneas centrales de intervención: la primera es dirigidas a estimular la
sensibilidad o responsividad conductal de los padres; la segunda
corresponden a programas que se focalizan en las representaciones
mentales de apego o modelos operativos internos de los padres; y el
tercer grupo de programas involucran intervenciones que intentan
estimular o proveer de apoyo social a los padres.

Cabe señalar que la metodología de intervenciones cuyo objetivo


principal es incrementar la sensibilidad parental va desde enseñar a los
padres habilidades observacionales para hacer de ellos mejores
perceptores, a psicoeducar respecto a temas relevantes en el desarrollo
de su hijo (lo que facilitaría que los padres puedan percibir a su hijo de
manera menos distorsionada por las propias creencias e historia de vida),
o modelar los comportamientos deseados, y reforzar positivamente
conductas de sensibilidad y responsividad adecuada, por ejemplo,
mediante el uso de video-feedback. (Gómez, Muñoz, & Santelices, 2008).

131
Los programas que se focalizan en las representaciones mentales
de apego o modelos operativos internos de los padres, o como señala
Lecannelier (2002) en la capacidad de mentalización o de inferir estados
mentales (creencias, planes, deseos y expectativas) en uno mismo y en
los otros, se fundamentan en el hecho de que los padres que poseen
mayor desarrollo de esta habilidad de mentalización tienden a tener niños
más seguros, 3 o 4 veces más que los padres inseguros.

En este sentido, Gómez, Muñoz, y Santelices, (2008) citan a


Fonagy y cols., (1995) quienes demostraron en un estudio longitudinal
con 92 niños, que la capacidad de mentalización o capacidad reflexiva del
adulto es una variable predictora del desarrollo de un apego seguro, lo
que a su vez se constituye en una variable predictora de una adquisición
precoz de Teoría de la Mente. Acotan que en estudios posteriores del
mismo investigador, Fonagy (1999), ha propuesto que un apego seguro
proporcionaría un contexto en que el niño puede explorar de forma segura
la mente del cuidador/a, y así lograría conocer más sobre las mentes.

En un análisis de 7 estudios basados en intervenciones en apego


con efectividad probada, Gómez, muñoz y Santelices (2008) encontraron
que estos se focalizaban principalmente en la estimulación de la
sensibilidad parental, en el fortalecimiento de la capacidad de
mentalización de los cuidadores y en brindar apoyo social a los padres, y
que dichas intervenciones se orientan a fomentar una mayor comprensión
y visualización de las características y necesidades únicas de su hijo(a), lo
que a su vez impactaría sobre la relación vincular entre ambos, pudiendo
modificar en mayor o menor medida el tipo de apego observado.

Las intervenciones generalmente incluyen visitas domiciliarias y


técnicas psicoeducativas. Algunas intervenciones incorporan el uso de
video-feedback y otras las reuniones grupales de madres, pero de una
forma u otra todas buscan dar retroalimentación a las madres respecto a
su sensibilidad y conductas de parentalidad que despliegan en la
interacción cotidiana con sus hijos(as). Destacan que una de las

132
intervenciones incluyó el uso de masajes al bebé y de videos educativos y
otra intervención la discusión sobre la historia de apego temprana de las
madres, apuntando a mejorar sus representaciones de apego. (Gómez,
Muñoz y Santelices. 2008).

En cuanto a los resultados de estas intervenciones, los autores


antes citados, resumen que en las madres se observó mejoría en su
calidez, sensibilidad, apoyo y respeto y un aumento en su capacidad de
fijar límites y de dar estructura. En cuanto a las evaluaciones madre-hijo
fue considerada como más sincrónica; y en el niño se identificó una mayor
responsividad y sociabilidad, disminución del llanto y mejor exploración de
su entorno.

En relación a las modalidades de intervención desarrolladas bajo la


modalidad de Psicoterapias, algunos autores, mencionan aquellos que
han recibido respaldo empírico, uno de ellos es la Psicoterapia infante-
cuidador, dirigida a disminuir la parentalidad disfuncional, y que intenta
promocionar el apego seguro de los niños cambiando las
representaciones mentales parentales de sus propios apegos y en la que
destaca el estudio de Cicchetti (1998) quien obtuvo resultados
significativos al evaluar la efectividad de esta intervención en madres con
depresión clínica, con y sin tratamiento, comparado con un grupo control
de madres sin depresión. Después de tres años de seguimiento encontró
un reducción significativa del apego inseguro en los infantes de madres
depresivas sometidas al programa de intervención, en contraste con un
aumento significativo de apego inseguro en niños de madres depresivas
con tratamiento antidepresivo pero que sin la aplicación de
psicoterapia.(Gómez, Muñoz y Santelices, 2008).

Otro de los programas que describe Gómez y col (2008) dentro de


la modalidad de psicoterapia es la Interacción Guiada, modelo basado en
evidencia y diseñada para familias multiproblematicas o multiestresadas,
que han mostrado ser resistentes a otras formas de abordaje. Esta
modalidad de terapia está basada en evidencia, diseñada para familias

133
multiproblemáticas o multiestresadas, que han mostrado ser resistentes a
otras formas de abordaje. La interacción guiada se centra en las
interacciones madre/padre-niño(a) y consiste en sesiones de juego
familiar grabadas en video, intercaladas con sesiones de exposición y
discusión junto al padre y/o madre, así mismo secuencias de interacción
positivas y negativas escogidas por el terapeuta, que permitan a los
padres a mejorar su comprensión del hijo(a), identificar y reforzar sus
propias competencias, a disfrutar de la relación con su hijo(a) y a mejorar
el vínculo afectivo entre ambos. Los autores reconocen que es necesario
seguir investigando sobre la efectividad de estos programas, pero para
ilustrar esta forma de terapia citan a Suarez (2008) quienes han mostrado
el potencial de aplicación en organizaciones sociales con niños y familias
con historia de trastornos vinculares, vulneraciones transgeneracionales y
apego interrumpido por procesos de institucionalización temprana.

Por último, mencionan la Terapia Interacción Padre-Hijo, que utiliza


la psicoeducación, tareas para el hogar, y entrenamiento en vivo en una
situación de juego diádica o familiar monitoreada por el terapeuta desde
otra sala (espejo o similar)

La terapia de interacción padre-hijo (parent-child interaction


therapy, PCIT) es una terapia breve basada en evidencia, que utiliza
psicoeducación, tareas para la casa y coaching en vivo, en una situación
de juego diádica o familiar monitoreada por el terapeuta desde otra sala
(espejo o similar). Está indicada en niños con desórdenes conductuales y
para diadas con maltrato leve a moderado, buscando como objetivo
transversal lograr una mejoría en la relación vincular entre el niño(a) y la
figura parental. Es una de las terapias que ha acumulado mayor cantidad
de respaldo empírico en Estados Unidos, demostrando su efectividad
principalmente para reducir problemas conductuales en niños en padres
biológicos inmersos en una relación de maltrato con sus hijos y en niños
colocados en Familias de Acogida con serios trastornos emocionales,
conductuales y vinculares fruto de una historia de maltrato y vulneración

134
entre otros resultados no relacionados con el foco de este
artículo.(Gómez, Muñoz y Santelices, 2008).

135
X.- OBJETIVOS

136
La presente investigación pretende avanzar en la comprensión de
los procesos de interacción que se dan dentro de la diada Madre-Hijo,
examinando específicamente el rol de la profesionalización de las madres
en las áreas de la salud (Medicina, Enfermería y Nutrición) en el
desarrollo del vínculo del apego con sus hijos.
Para ello nos planteamos los siguientes objetivos:

OBJETIVO GENERAL.

Analizarlos estilos de apego adulto en la diada Madre- Hijo, en


mujeres con profesiones en el área de las Ciencias de la salud de la
Facultad de Medicina de la Universidad de Los Andes. Mérida Venezuela.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS.

A partir de los objetivos generales previamente expuestos se


desprenden los objetivos específicos. Estos objetivos han sido agrupados
en cuatro bloques distintos sobre los estilos de apego las madres
profesionales de las Ciencias de la Salud, los estilos de apego de los hijos
adolescentes y adultos de las madres profesionales de las Ciencias de la
Salud, sobre la influencia del estilo de apego de las madres profesionales
de las Ciencias de la salud en el estilo de apego de sus hijos, y finalmente
la correlación entre las tipologías del apego en la diada madre hijo.

Objetivo 1: Determinar el tipo de apego de las madres profesionales de


las Ciencias de la salud: Medicina, Enfermería y Nutrición.

Objetivo 2: Identificar el tipo de apego de los hijos adolescentes y adultos


de las madres profesionales de las Ciencias de la salud: Medicina,
Enfermería y Nutrición.

137
Objetivo 3: Establecer relación entre el estilo de apego de las madres
profesionales de la salud y tipo de apego adulto de sus hijos.

Objetivo 4: Correlacionar las cuatro tipologías del apego adulto en la


diada madre-hijo.

XI.- HIPÓTESIS GENERAL

Existe una relación positiva entre el Estilo de Apego Adulto Seguro


de las Madres Profesionales de Salud y el estilo de apego seguro de sus
hijos, y que hay una relación negativa entre la ocupación laboral en las
áreas de las ciencias de la salud y el estilo de apego seguro de los hijos

138
XII.- METODOLOGÍA

139
1.- Tipo y diseño de Investigación:

Este estudio posee un nivel de investigación descriptivo y


correlacional, y se plantea como un estudio de campo, con un diseño no
experimental y transeccional.

2.- Población.

Del universo de 382 profesoras de la Facultad de Medicina de la


Universidad de Los Andes, que corresponden al 41% del profesorado, 80
son profesoras con condición laboral activa y Jubiladas activas con hijos
mayores de 15 años de edad.

3.- Selección de la muestra.

Para la selección de la muestra se utilizó un muestreo aleatorio


simple y finalmente quedó constituida por 132 sujetos, distribuidos en 66
profesoras de la Facultad de Medicina, adscritas a las Escuela de
Medicina, Enfermería y Nutrición, y los 66 restantes corresponden al
primer hijo mayor de 15 años.

Para participar en el estudio, las Profesoras debían cumplir los


siguientes requisitos:
1.1.- Criterios de inclusión
1) Ser Profesora Activa de la Facultad de Medicina de Universidad de Los
Andes, Mérida, Venezuela
2.- Ser Profesora Jubilada con actividades académica, administrativas o
de Investigación de la Facultad de Medicina de Universidad de Los
Andes, Mérida, Venezuela
2) Ser de profesión Médico, Nutricionista o Enfermera.

140
3) Tener al menos un hijo mayor de 15 años de edad.
4) Consentir en participar en el estudio (tras lectura y aceptación de
consentimiento informado que se les da por escrito).

1.2.- Criterios de exclusión


1) Profesoras Activas que no asisten actualmente a la Facultad de
Medicina (Por ejemplo: Año Sabático, permisos por motivo de salud,
reposos pre o posnatal, entre otros.)
2) Profesoras Jubiladas que no participan en actividades en la Facultad
de Medicina.
2) Situación personal o de salud que le impida responder el cuestionario
responder las preguntas de los cuestionarios aplicados.

Los hijos de las Profesoras objeto de este estudio debían cumplir los
siguientes requisitos:
1.1.- Criterios de inclusión
1) Ser mayor de 15 años de edad
2) Consentir en participar en el estudio (tras lectura y aceptación de
consentimiento informado que se les da por escrito).
1.2.- Criterios de exclusión
1) Tener problemas de salud que le impidan comprender o responder el
cuestionario

4.- Métodos e instrumentos.

Cuestionario de Apego Adulto de Melero y Cantero 2008.


Compuesto por 40 ítems que se agrupan en 4 escalas: la primera
corresponde a baja autoestima, necesidad de aprobación y miedo al
rechazo, evalúa necesidad de aprobación, auto-concepto negativo,
preocupación por las relaciones, dependencia, miedo al rechazo y
problemas inhibición conductual y emocional. La segunda escala o

141
resolución hostil de conflicto, rencor y posesividad, evalúa ira hacia los
demás, resentimiento, facilidad a la hora de enfadarse, posesividad y
celos. La tercera escala, expresividad emocional y comodidad con la
intimidad, evalúa sociabilidad, facilidad para expresar emociones y
confianza en los demás a la hora de expresar y solucionar los problemas
interpersonales. Por último, la escala 4 concierne a autosuficiencia
emocional e incomodidad con la intimidad y valora la priorización de la
autonomía frente al establecimiento de lazos afectivos, la evitación del
compromiso emocional y la sobrevaloración de la independencia
personal. Estas 4 escalas representan dimensiones donde los sujetos se
sitúan en un continuo. Además de evaluación dimensional, este
cuestionario permite obtener un diagnóstico por categorías de apego.

Para evaluar la dimensión en dos conglomerados, seguridad e


inseguridad, se agrupa en el cluster 1 a aquellos individuos con altas o
moderadas/altas puntuaciones en las tres escalas que evalúan aspectos
de inseguridad afectiva (factor 1, 2 y 4) y bajo/moderado en la escala
relacionada con la seguridad emocional (factor 3). El cluster 2 agrupa a
sujetos que tienen puntuaciones bajas en las escalas relacionadas con la
inseguridad y alto en la escala de seguridad. Tabla 5

Tabla 6. Seguridad/Inseguridad afectiva en función del análisis de


dos conglomerados

APEGO SEGURO APEGO INSEGURO

Escala 1: baja Autoestima, necesidad de ALTO BAJO


aprobación y miedo al rechazo 48.30 32,32

Escala 2: Resolución hostil de conflictos, MOD/ALTO BAJO/ MOD


rencor y posesividad. 36.30 25.32

Escala 3: Expresión de sentimientos y BAJO/MOD MOD/ALTO


comodidad con las relaciones. 37.25
42.54
Escala 4: Autosufieciencia emocional e MOD/ALTO BAJO/MOD
incomodidad con la intimidad
18.97 15.51

Fuente: Melero y Cantero (2008)


142
Para establecer las tipologías del apego adulto, el análisis se basa
en cuatro clusters. El cluster 1 agrupa a sujetos con altas o muy altas
puntuaciones en las escalas 1, 2 y 4 y bajas en la escala 3, que evalúan
las características que definen un perfil de apego “temeroso hostil”. El
cluster 2 agrupa a sujetos con puntuaciones muy elevadas en la escala 1
y moderadas en el resto, características que concuerdan a la tipología de
apego “preocupado”. El cluster 3 agrupa a los individuos con las más altas
puntuaciones en expresividad emocional y comodidad con las relaciones
(escala 3) y las más bajas en el resto, y se ajustan a características de
apego “seguro”. Finalmente, el cluster 4 agrupa a las personas con
elevadas puntuaciones en la escala 4 (“autosuficiencia emocional e
incomodidad con la intimidad”) y bajas-moderadas en el resto, perfil que
se corresponde con un apego “alejado”. Tabla 6

Tabla 7. Tipologías de apego adulto en función del análisis de cuatro


conglomerados

TEMEROSO
PREOCUPADO SEGURO ALEJADO
HOSTIL
Escala 1: baja
Autoestima, necesidad MUY ALTO ALTO MUY BAJO BAJO/MOD
de aprobación y miedo 52 49.15 28.94 35.73
al rechazo
MUY ALTO MODERADO BAJO MODERADO
Escala 2: Resolución 44.73 28.17 22.34 32.70
hostil de conflictos,
rencor y posesividad.
BAJO MOD/ALTO ALTO BAJO/MOD
Escala 3: Expresión de 35.51 40.40 44.13 38.29
sentimientos y
comodidad con las MOD/ALTO BAJO/MOD BAJO ALTO
relaciones. 15.51 13.99 18.73
18.97

Escala 4:
Autosufieciencia
emocional e
incomodidad con la
intimidad

Fuente: Melero y Cantero (2008)

143
Análisis Estadístico:

Los datos fueron recogidos del instrumento aplicado. Se creó una


base de datos informatizada utilizando el programa Excel (Microsoft
Office, Versión 2010). Posteriormente los datos fueron codificados y
transformados en una base de datos del paquete estadístico SPSS 17
(SPSS Inc)

Estudio Descriptivo:

Se realiza un estudio descriptivo a fin conocer la distribución de las


variables cualitativas y cuantitativas estudiadas, expresadas en
frecuencias absolutas y porcentajes.

Estudio analítico:

Para conocer la asociación entre las variables se aplicaron las


pruebasexacta de Fisher y de chi cuadrado.

144
XIII.- RESULTADOS

145
Análisis de los resultados.

Para estudiar el apego adulto en las madres que laboran en el área de


la salud y su relación con el tipo de apego de los hijos, se consideró una
muestra de 66 profesoras de la Facultad de Medicina de la Universidad de
Los Andes, así como, al hijo mayor adolescente o adulto; tanto a la madre
como al hijo se le aplicó el cuestionario de Apego Adulto de Melero y
Cantero (2008).

1.- Características de la muestra bajo estudio

Por género y grupo etario.

De las 66 madres bajo estudio, el 59,09% oscilan entre los 44 y 51


años, el 25,76% entre 52 y 59 años, el 9,09% entre 36 y 43 años y el
6,06% con edades comprendidas entre los 60 y 67 años. (Ver tabla N° 8)

Tabla 8.
Distribución de las madres según grupo etario
Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes
Mérida, Venezuela. Año 2011
Grupo etario Total %

[36 - 43] 6 9,09%


[44 - 51] 39 59,09%
[52 - 59] 17 25,76%
[60 - 67] 4 6,06%
Total 66 100,00%
Fuente: Cuestionario de apego adulto (Madres)

146
En relación a los hijos, 56,92% son mujeres y 43,08% hombres.
Por grupo etario se observó que 38,46% oscilan entre los 15 y 19 años,
30,77% entre los 20 y 24 años, 15,38% entre 25 y 29 años, 9,23% fluctúa
entre 30 y 34 años y 6,15% entre 35 y 39 años. (Ver Tabla 9)

Tabla 9.
Distribución de los hijos por sexo según grupo etario
Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes
Mérida, Venezuela. Año 2011

Sexo
Grupo etario Mujeres Hombres Total %
Total % Total %
[15 - 19] 14 21,54% 11 16,66% 25 38,20%
[20 - 24] 13 20,00% 7 10,60% 20 30,60%
[25 - 29] 5 7,69% 6 9.09% 10 16,78%
[30 - 34] 2 3,08% 4 6,06% 6 9,14%
[35 - 39] 3 4,62% 1 1,51% 4 6,13%
Total 37 56,92% 28 43,08% 65 100,00%
Fuente: Cuestionario de apego adulto (Hijos)
Nota: se excluyen los que no declararon

Por estado civil.


Sobre el estado civil de las madres, el 56,06% están casadas, el
31,82% divorciadas, 9,09% solteras y 3,03% viudas. Por otra parte, el
72,31% de los hijos son solteros, el 24,62% casados y 3,08% divorciados.
(Ver gráfico N° 1)

147
Gráfico N° 1.
Distribución de las madres e hijos por estado civil
Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes
Mérida, Venezuela. Año 2011
80,00%
72,31%
70,00%

60,00% 56,06%

50,00%
Porcentaje

40,00%
31,82%
30,00% 24,62%
20,00%
9,09%
10,00% 3,08% 3,03%
0,00%
Casada Soltera Divorciada Viuda
Estado civil

Madres Hijos

Fuente: Cuestionario de apego adulto (Madres, Hijos)

Por profesión de la madre.


Del total de madres bajo estudio que laboran como profesoras en el
área del conocimiento ciencias de la salud, el 59,09% son médicas,
28,78% enfermeras y 12,12% nutricionistas. (Ver gráfico N° 2)
Gráfico N° 2.
Distribución de las madres por profesión
Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes
Mérida, Venezuela. Año 2011

28,78%

59,09%
112,12%

Médico Nutricionista Enfermería

Fuente: Cuestionario de apego adulto (Madres)

148
El tiempo promedio que las madres tienen laborando está por
encima de los 20 años, las nutricionistas 25,17 años, las médicas 23,23
años y las enfermeras 21,76 años. (Ver gráfico N° 3)

Gráfico N° 3.
Tiempo promedio laborando de las madres por profesión
Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes
Mérida, Venezuela. Año 2011

26
25,17
25
24 23,23
23
Años

21,76
22
21
20
Médico Nutricionista Enfermería

Profesión

Fuente: Cuestionario de apego adulto (Madres)

Por ayuda en el cuidado de los hijos.


El 50,79% de las madres manifestó haber recibido ayuda en el
cuidado de los hijos por familiar o doméstica, mientras que el 49,21%
declaró no recibir, en este caso el cuidado lo ejerció la misma madre o en
guardería. (Ver gráfico N° 4)

149
Gráfico N° 4.
Distribución de las madres por ayuda en el cuidado de los hijos
Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes
Mérida, Venezuela. Año 2011

49,21%
50,79%

Ayuda familiar Sí No

Fuente: Cuestionario de apego adulto (Madres)

De las madres que recibieron ayuda, el 40,63% recibían la ayuda


de la abuela o abuelo, el 15,63% de la doméstica e igual porcentaje del
padre, el 12,50% de tías o tíos, el 6,25% compartido entre abuelas,
abuelos y doméstica, 6,25% por niñeras y el 3,13% compartido entre
padre, tías o tíos. (Ver gráfico N° 5)

150
Gráfico N° 5.
Distribución de las madres que reciben ayuda por cuidador de los
hijos
Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes
Mérida, Venezuela. Año 2011

45,00%
40,63%
40,00%

35,00%

30,00%

25,00%
Porcentaje

20,00%
15,63% 15,63%
15,00% 12,50%

10,00%
6,25% 6,25%
5,00% 3,13%

0,00%
Padre y Tía Niñera Abuela (o) y Tía (o) Padre Doméstica Abuela (o)
(o) Doméstica
Cuidador

Fuente: Cuestionario de apego adulto (Madres)

Por otra parte las madres que no recibieron ayuda en el cuidado de


sus hijos, el 37,87% de las mismas ejercía el cuidado del hijo, mientras
que igual porcentaje de madres enviaba sus hijos a guarderías, el 24,24%
de las madres compartía el cuidado de sus hijos con las guarderías. (Ver
gráfico N° 6)

151
Gráfico N° 6.
Distribución de las madres sin ayuda para cuidar sus hijos
Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes
Mérida, Venezuela. Año 2011
45,00%
37,87% 37,87%
40,00%
35,00%
30,00%
25,00% 24,24%
Porcentaje

20,00%
15,00%
10,00%
5,00%
0,00%
Guardería Mamá Mamá y Guardería

Fuente: Cuestionario de apego adulto (Madres)

2.- Caracterización de la seguridad e inseguridad afectiva y tipología


de apego, utilizando cuestionario del apego adulto de Melero y
Cantero (2008).

Para determinar la relación entre el apego de las madres y de los


hijos, se empleó el cuestionario de apego adulto diseñado por Melero y
Cantero, donde se definen las siguientes escalas: 1.- Bajo Autoestima
Necesidad de aprobación y miedo al rechazo, 2.- Resolución hostil de
conflictos, rencor y posesividad, 3.- Expresión de sentimientos y
comodidad con las relaciones, 4.- Autosuficiencia emocional e
incomodidad con la intimidad; para estas escalas los autores del
cuestionario definieron un baremo que permite categorizar el valor
obtenido en el cuestionario en: muy bajo, bajo, bajo moderado, moderado,
moderado alto, alto y muy alto, con esta categorización y empleando el
cuestionario de relación, se validó el cuestionario de apego adulto
propuesto por Melero y Cantero, logrando clasificar el apego en seguro e
inseguro, así como, las distintas tipologías del apego.

152
Para la presente investigación, la caracterización del apego y su
tipología se realizó utilizando la técnica estadística análisis de
conglomerados en dos fases (Cluster), donde a partir de las escalas 1.-
Bajo Autoestima Necesidad de aprobación y miedo al rechazo, 2.-
Resolución hostil de conflictos, rencor y posesividad, 3.- Expresión de
sentimientos y comodidad con las relaciones, 4.- Autosuficiencia
emocional e incomodidad con la intimidad, se obtuvo agrupaciones
naturales (o conglomerados), clasificando a las madres e hijos en apego
seguro e inseguro empleando dos conglomerados, mientras que la
tipología se caracterizó mediante cuatro conglomerados, tomando en
consideración los valores referenciales obtenidos por Melero y Cantero en
el cuestionario del apego adulto.

Método de conglomerados en dos fases.

Empleando dos conglomerados de caracterización del apego, se


obtuvo que de las 66 madres, el 69,70% son de apego seguro, mientras
que 30,30% de apego inseguro; por otra parte, de los 66 hijos el 54,55%
son de apego seguro y el 45,45% apego inseguro. (Ver Tabla 10)

Tabla 10.
Total de madres e hijos según conglomerado de pertenencia
Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes
Mérida, Venezuela. Año 2011
Conglomerado Madres Hijos
(Apego) Total % Total %
Seguro 46 69,69% 36 54,55%
Inseguro 20 30,30% 30 45,45%
Total 66 100,00% 66 100,00%
Fuente: Cuestionario de apego adulto (Madres e Hijos)

153
Características apego según los conglomerados

Al analizar los conglomerados con los cuales se clasificó a las


madres en apego seguro e inseguro con las escalas definidas por Melero
y Cantero a través del cuestionario de apego adulto, se observó de las
madres seguras las siguientes características: el 100% presentó valores
muy bajo (81,40%), bajo (13,95%) y bajo moderado (4,45%) en la escala
de bajo autoestima necesidad de aprobación y miedo al rechazo; el
76,74% mostró valores muy bajo (25,58%), bajo (11,63%) y bajo
moderado (39,53%) de resolución hostil de conflictos, rencor y
posesividad; el 79,09% con valores moderado alto (23,26%), alto
(20,93%) y muy alto (34,88%) de expresión de sentimientos y comodidad
con las relaciones; el 65,12% con valores muy bajo (37,21%), bajo
(11,63%) y bajo moderado (16,28%) de autosuficiencia emocional e
incomodidad con la intimidad.

Para las madres inseguras se tiene que el 43,48% con valores


moderado alto (13,04%), Alto (8,70%) y muy alto (21,74%) de bajo
autoestima necesidad de aprobación y miedo al rechazo; el 60,87%
valores moderado alto (21,74%), alto (4,35%) y muy alto (34,78%) de
resolución hostil de conflictos, rencor y posesividad; el 52,17% muy bajo
(17,39%), bajo (21,74%) y bajo moderado (13,04%) de expresión de
sentimientos y comodidad con las relaciones; el 60,87% con valores
moderado alto (4,35%), alto (30,43%) y muy alto (26,09%) de
autosuficiencia emocional e incomodidad con la intimidad. (ver Tabla 11)

154
Tabla 11.
Caracterización de las madres por condición de apego según escala
Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes
Mérida, Venezuela. Año 2011
Conglomerado (Apego)
Escala
Seguro Inseguro

100% 43,48%
Bajo Autoestima Necesidad de (Muy Bajo 81,40%, Bajo (Moderado/alto 13,04%,
aprobación y miedo al rechazo 13,95% y Bajo moderado Alto 8,70% y Muy alto
4,45%) 21,74%)

76,74% 60,87%
Resolución hostil de conflictos, (Muy Bajo 25,58%, Bajo (Moderado/alto 21,74%,
rencor y posesividad 11,63% y Bajo moderado Alto 4,35% y Muy alto
39,53%) 34,78%)

79,07% 52,17%
Expresión de sentimientos y (Moderado/alto 23,26%, (Muy Bajo 17,39%, Bajo
comodidad con las relaciones Alto 20,93% y Muy alto 21,74% y Bajo moderado
34,88%) 13,04%)

65,12% 60,87%
Autosuficiencia emocional e (Muy Bajo 37,21%, Bajo (Moderado/alto 4,35%,
incomodidad con la intimidad 11,63% y Bajo moderado Alto 30,43% y Muy alto
16,28%) 26,09%)

En relación a los hijos la caracterización es muy similar a la de las


madres, donde los hijos seguros tienen las siguientes características: el
94,44% presentó en la escala bajo autoestima necesidad de aprobación y
miedo al rechazo, valores muy bajo (72,22), bajo (11,11%) y bajo
moderado (11,11%) de; en la escala resolución hostil de conflictos,
rencor y posesividad, el 70% mostró valores muy bajo (38,89%), bajo
(2,78%) y bajo moderado (19,44%); el 77,78% presento en la escala
expresión de sentimientos y comodidad con las relaciones valores
moderado alto (2,78%), alto (22,22%) y muy alto (34,88%); y el 86,11%
presento valores muy bajo (52,78%), bajo moderado (2,78%) y moderado
(30,56%) de Autosuficiencia emocional e incomodidad con la intimidad.
Para los hijos inseguros, el 33,33% presentó valores moderado alto
(16,67%), alto (6,67%) y muy alto (10%) de bajo autoestima necesidad de
aprobación y miedo al rechazo; el 70% valores alto (23,33%) y muy alto
(46,67%) de resolución hostil de conflictos, rencor y posesividad; el 40%

155
muy bajo (13,33%), bajo (10%) y bajo moderado (16,67%) de expresión
de sentimientos y comodidad con las relaciones; el 70% con valores
moderado alto (10%), alto (30 %) y muy alto (30%) de autosuficiencia
emocional e incomodidad con la intimidad. (ver Tabla 12)

Tabla 12.
Caracterización de los hijos por condición de apego según escala
Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes
Mérida, Venezuela. Año 2011
Conglomerado (Apego)
Escala
Seguro Inseguro

94,44% 33,33%
Bajo Autoestima Necesidad de (Muy Bajo 72,22%, Bajo (Moderado/alto 16,67%,
aprobación y miedo al rechazo 11,11% y Bajo Alto 6,67% y Muy alto
moderado 11,11%) 10%)

61,11%
70%
Resolución hostil de conflictos, (Muy Bajo 38,89%, Bajo
(Alto 23,33% y Muy alto
rencor y posesividad 2,78% y Bajo moderado
46,67%)
19,44%)

77,78% 40%
Expresión de sentimientos y (Moderado/alto 2,78%, (Muy Bajo 13,33%, Bajo
comodidad con las relaciones Alto 22,22% y Muy alto 10% y Bajo moderado
34,88%) 16,67%)

86,11% 70%
Autosuficiencia emocional e (Muy Bajo 52,78%, Bajo (Moderado/alto 10%,
incomodidad con la intimidad moderado 2,78% y Alto 30% y Muy alto
Moderado 30,56%) 30%)

Características de la tipología de apego según los conglomerados

Al analizar a las madres según los cuatro conglomerados que


definen la tipología del apego se tiene que el conglomerado que agrupa a
las madres con apego seguro, las escalas bajo autoestima necesidad de
aprobación y miedo al rechazo (100%) y resolución hostil de conflictos,
rencor y posesividad (92,31%) presentaron valores muy bajos, bajos y
bajos moderados, en la escala autosuficiencia emocional e incomodidad
con la intimidad (80,77%) valores muy bajo, bajo moderado y moderado,

156
mientras que la escala expresión de sentimientos y comodidad con las
relaciones (76,92%) valores moderados altos, alto y muy alto.

En relación al conglomerado que agrupa a las madres temerosas y


hostiles, se tiene que en las escalas bajo autoestima necesidad de
aprobación y miedo al rechazo (50%), resolución hostil de conflictos,
rencor y posesividad (71,43%) y autosuficiencia emocional e incomodidad
con la intimidad (78,57%) presentaron valores moderados altos, altos y
muy altos, la escala expresión de sentimientos y comodidad con las
relaciones (50%) presentó valores muy bajo y bajo moderado.

Las madres clasificadas como preocupadas presentaron en las


escalas el siguiente comportamiento: bajo autoestima necesidad de
aprobación y miedo al rechazo (82,35%) valores muy bajo y bajo, en
resolución hostil de conflictos rencor y posesividad (70,59%) valores bajo
moderado, moderado y moderado alto, en autosuficiencia emocional e
incomodidad con la intimidad (64,71%) valores bajo moderado y
moderado, y la escala expresión de sentimientos y comodidad con las
relaciones (88,24%) presentó valores moderado alto, muy alto.
Por último las madres con apego alegado mostraron en las escalas
bajo autoestima necesidad de aprobación y miedo al rechazo (66,66%)
valores muy bajo y bajo moderado, resolución hostil de conflictos rencor y
posesividad (66,67%) valor bajo moderado, autosuficiencia emocional e
incomodidad con la intimidad (22%) valores altos, y expresión de
sentimientos y comodidad con las relaciones (66,67%) presentó valores
bajo moderado, moderado. (ver Tabla 13)

157
Tabla 13.
Caracterización de las madres por tipología de apego según escala
Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes
Mérida, Venezuela. Año 2011
Conglomerado (Tipologías de Apego)
Escala
Seguro Temeroso Hostil Preocupado Alejado

Bajo Autoestima 100% 50% 66,66%


82,35%
Necesidad de (Muy Bajo 80,77%, Bajo (Moderado/alto 7,14%, (Muy Bajo 22% y
(Muy bajo 70,59% y Bajo
aprobación y miedo 15,38% y Bajo moderado Alto 7,14% y Muy alto Bajo moderado
11,76%)
al rechazo 3,85%) 35,71%) 44,44%)

92,31% 70,59%
Resolución hostil de 71,43% 66,67%
(Muy Bajo 30,77%, Bajo (Bajo moderado17,65%,
conflictos, rencor y (Moderado/alto 28,53% y (Bajo moderado
19,23% y Bajo moderado Moderado 41,18% y
posesividad Mul alto 42,86%) 66,67%)
42,31%) Moderado alto 11,76%)

Expresión de 76,92% 66,67%


50%
sentimientos y (Moderado/alto 15,38%, 88,24% (Moderado alto (Bajo moderado
(Muy Bajo 28,57% y Bajo
comodidad con las Alto 3,85% y Muy alto 41,18% y Alto 47,06%) 22,22% y
moderado 21,43%)
relaciones 57,69%) Moderado 44,65%)

Autosuficiencia 80,77% 78,57%


64,71% (Bajo moderado
emocional e (Muy Bajo 61,54%, Bajo (Moderado/alto 7,14%, 22%
35,29% y Moderado
incomodidad con la moderado 15,38% y Alto 28,57% y Muy alto (Alto 22%)
29,41%)
intimidad Moderado 3,85%) 42,86%)

Con respecto a los hijos clasificados como apego seguro, se tiene


que las escalas bajo autoestima necesidad de aprobación y miedo al
rechazo (91,67%), resolución hostil de conflictos, rencor y posesividad
(79,17%) y autosuficiencia emocional e incomodidad con la intimidad
(58,34%) presentaron valores muy bajo, bajo, y bajo moderado, mientras
que la escala expresión de sentimientos y comodidad con las relaciones
(79,17%) valores moderados altos y muy alto. Los de apego temeroso
hostil presentan en las escalas bajo autoestima necesidad de aprobación
y miedo al rechazo (42,87%), resolución hostil de conflictos, rencor y
posesividad (85,71%) y autosuficiencia emocional e incomodidad con la
intimidad (71,43%) valores moderados altos, altos y muy altos, la escala
expresión de sentimientos y comodidad con las relaciones (50%) presentó
valores muy bajos o bajos.

158
Los clasificados como apego preocupado presentan en las escalas
de bajo autoestima necesidad de aprobación y miedo al rechazo (16,67%)
valores bajo moderado, resolución hostil de conflictos rencor y
posesividad (66,67%) valores moderados, autosuficiencia emocional e
incomodidad con la intimidad (50%) valores moderados y moderados
altos, y la escala expresión de sentimientos y comodidad con las
relaciones (66,67%) presentó valores altos. Los de apego alejado
presentaron en bajo autoestima necesidad de aprobación y miedo al
rechazo (50%) valores muy bajo, bajo y bajo moderado, resolución hostil
de conflictos rencor y posesividad (43,75%) valores moderados y
moderados altos, autosuficiencia emocional e incomodidad con la
intimidad (50%) valores altos, y la escala expresión de sentimientos y
comodidad con las relaciones (75%) presentó valores bajo moderado y
moderado. (ver Tabla 14 )

Tabla 14.
Caracterización de los hijos por tipología de apego según escala
Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes
Mérida, Venezuela. Año 2011
Conglomerado (Tipologías de Apego)
Escala
Seguro Temeroso Hostil Preocupado Alejado

Bajo Autoestima 91,67% 42,87% 50%


16,67%
Necesidad de (Muy Bajo 79,17%, Bajo (Moderado/alto 14,29%, (Muy Bajo 31,25%,
(Bajo moderado
aprobación y miedo al 4,17% y Bajo moderado Alto 14,29% y Muy alto Bajo 12,50% y Bajo
16,67%)
rechazo 8,33%) 14,29%) moderado 6,25%)

Resolución hostil de 79,17% 85,71% 43,75%


66,67%
conflictos, rencor y (Muy Bajo 50% y Bajo (Alto 35,71% y Mul alto (Moderado 25%,
(Moderado 66,67%)
posesividad moderado 29,17%) 50%) Moderado alto 18,75%)

Expresión de 75%
79,17% 50%
sentimientos y 66,67% (Bajo moderado
(Moderado/alto 4,17% y (Muy Bajo 28,57% y Bajo
comodidad con las (Alto 66,67%) 31,25% y Moderado
Muy alto 75%) 21,43%)
relaciones 43,75%)

Autosuficiencia
58,34% 71,43% 50%
emocional e 50%
(Muy Bajo 54,17% y Bajo (Alto 7,14% y Muy alto (Moderado 41,67% y
incomodidad con la (Alto 50%)
moderado 4,17%) 64,29%) Moderado alto 8,33%)
intimidad

159
La tipología del apego se caracterizó mediante cuatro
conglomerados obteniendo los siguientes resultados: de las 66 madres el
39,39% son seguras, 25,76% preocupadas, 21,21% temerosa y hostil y
13,64% alejadas. Para los hijos la clasificación de la tipología del apego
fue: el 36,35% seguro, 18,18% preocupado, 21,21% temeroso y hostil y
24,24% alejado. (Ver gráfico N° 7)

Gráfico N° 7.
Caracterización madres e hijos por tipología del apego
Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes
Mérida, Venezuela. Año 2011
45,00%
39,39%
40,00%
36,36%
35,00%

30,00%
25,76%
Porcentaje

24,24%
25,00%
21,21% 21,21%
20,00% 18,18%

15,00% 13,64%

10,00%

5,00%

0,00%
Seguro Preocupado Temeroso Hostil Alejado

Tipología de apego (Conglomerados)


Madres Hijos

3.- Relación del apego de las madres con respecto al apego de los
hijos.

Para determinar la relación entre el apego de la madre y el apego del


hijo se utilizó la prueba exacta de Fisher con un nivel de significación de
0,05. Los resultados obtenidos muestran con P(0,00) que existe una
relación entre el apego de la madre y el apego del hijo. Al observar las
madres de apego seguro, se tiene que el 69,77% de sus hijos son de
apego seguro, mientras que las madres de apego inseguro el 73,91% de
sus hijos son de apego inseguro. (ver Tabla 15)

160
Tabla 15.
Relación entre apego de las madres y apego de los hijos
Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes
Mérida, Venezuela. Año 2011

Apego de la madre
Apego del Hijo Seguro Inseguro P
Total % Total %
Seguro 30 69,77% 6 26,09%
0,00
Inseguro 13 30,23% 17 73,91%
Total 43 100,00% 23 100,00%

El resultado anterior mostró relación entre el apego de la madre


con respecto al apego del hijo, ahora el interés se centra en observar si la
relación se mantiene tomando en consideración el sexo del hijo, se
empleó una prueba exacta de Fisher con un nivel de significación de 0,05.
Los resultados obtenidos muestran con P(0,007) que existe una relación
entre el apego de la madre y el apego de las hijas, donde se observa que
de la madres con apego seguro el 68,18% de las hijas son de apego
seguro, mientras que las madres de apego inseguro el 80% de sus hijas
son de apego inseguro. Con respecto a los hijos varones no se observó
relaciones con el apego de la madre, sin embargo, se observó que de las
madres de apego seguro el 70% de sus hijos varones son de apego
seguro y de la madres de apego inseguro el 62,50% de sus hijos son
inseguros. (Ver Tabla 16)

161
Tabla 16.
Relación entre apego de las madres y apego de los hijos según sexo
Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes
Mérida, Venezuela. Año 2011}

Apego de la madre
Apego del Hijo
Seguro Inseguro P
/sexo
Total % Total %
Mujeres
Seguro 15 68,18% 3 20,00%
0,007
Inseguro 7 31,82% 12 80,00%
Total 22 100,00% 15 100,00%
Hombres
Seguro 14 70,00% 3 37,50%
0,20
Inseguro 6 30,00% 5 62,50%
Total 20 100,00% 8 100,00%

Para determinar si existe relación entre el apego de la madre con el


hijo pero tomando en consideración la presencia o no de cuidador se
empleó una prueba exacta de Fisher con un nivel de significación de 0,05.
Los resultado obtenidos muestran que no hay relación entre el apego de
la madre con respecto al apego del hijo en aquellos que contaron con
cuidador familiar o doméstica, sin embargo, se observó con P(0,038)
relación entre el apego de la madre y el apego del hijo que no contaron
con cuidador familiar o doméstica, en este caso, las madres de apego
seguro el 77,27% de sus hijos son de apego seguro, mientras que las
madres de apego inseguro el 66,67% de sus hijos son inseguros, es
importante señalar que los hijos que no contaron con cuidador, sus
madres tenían bajo su responsabilidad el cuidado o en su defecto a través
de guarderías. (ver Tabla 17)

162
Tabla 17
Relación entre apego de las madres y apego de los hijos
según presencia de cuidador
Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes
Mérida, Venezuela. Año 2011

Apego de la madre
Apego del Hijo Seguro Inseguro P
Total % Total %
Cuidador Familiar o
Doméstica
Seguro 11 57,89% 3 23,08%
0,075
Inseguro 8 42,11% 10 76,92%
Total 19 100,00% 13 100,00%
Madre Cuidadora
O Guardería
Seguro 17 77,27% 3 33,33%
0,038
Inseguro 5 22,73% 6 66,67%
Total 22 100,00% 9 100,00%

4.- Total de diadas madre/hijos según conglomerado de


pertenencia.

Al analizar los estilos de apego en el binomio madre profesional de las


ciencias de la salud/hijo, de acuerdo a dos conglomerados, se observa
que 45,45% muestra estilo seguro/seguro, 19,69% son seguro/inseguro,
9,09% muestran estilo de apego Inseguro/seguro y 25,75% de las diadas
restantes muestran apego Inseguro/inseguro.(ver Tabla 18)

163
Tabla 18

Total de diada madres e hijos según relación


por conglomerado de pertenencia
Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes
Mérida, Venezuela. Año 2011

Diada madre/ hijo

Estilo de apego dos


conglomerados Total %

Seguro/seguro 30 45.45%
Seguro/inseguro 13 19.69%
Inseguro/seguro 6 9.09%
Inseguro/inseguro 17 25.75%
Total 66 100

5.- Relación de la profesión respecto al apego de las madres.

Uno de los aspectos considerados en la presente en investigación se


refiere a que las madres consideradas en el estudio tienen profesiones
relacionadas con el área de la salud, específicamente médicas,
nutricionistas y enfermeras; en tal sentido se empleó una prueba de chi-
cuadrado con nivel de significación de 0,05, para determinar si la
profesión tiene relación con el tipo de apego de la madre.

Los resultados obtenidos muestran con P(0,028) relación entre la


profesión y el apego de la madre, observando las profesiones se tiene
que el 87,50% de las nutricionistas son de apego seguro y 12,50%
inseguro; el 69,23% de las médicas son de apego seguro y 30,76
inseguro, las enfermeras el 63,15,% son de apego seguro y el 36,84%
inseguro. (ver Tabla 19)

164
Tabla 19
Relación entre la profesión y el apego de las madres
Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes
Mérida, Venezuela. Año 2011

Profesión
Apego de la Madre
Médico Nutricionista Enfermera P
Total % Total % Total %
Seguro 27 69,23% 7 87,50% 12 63,15%
0,028
Inseguro 12 30,76% 1 12,50% 7 36,84%
Total 39 100,00% 8 100,00% 19 100,00%

Empleando dos conglomerados de caracterización del apego el


binomio madre/hijo, se obtuvo que 87,50% de las diadas madres
nutricionista/hijo muestran apego seguro/seguro, el 42,10% en el binomio
madre enfermera/hijo muestran apego seguro/seguro y finalmente 41,02%
del binomio madre medico/hijo son de apego seguro/seguro. En cuanto al
apego seguro en madres e inseguro en los hijos, se observa en 23,07%
de las diadas de las madres médicas y en 21,05% del binomio madre
enfermeras/hijo. No hubo casos con madres nutricionistas. Cuando se
observan las diadas madre/hijo con apego Inseguro/seguro, se aprecia
que en 12,50% de las diadas de las madres nutricionistas/hijo, en 10,25%
de las de madres médicas, y en 10,52% de aquellas constituidas por
madres enfermeras/hijos mostraron esta asociación. Por último, cuando
se evalúa los estilos inseguro/inseguro en las diadas madres
profesionales de las Ciencias de la Salud y sus hijos, esta se observa en
26,31% diadas de madres enfermeras y en 25,64% de las constituidas por
madres médicos. (Tabla 20)

165
Tabla 20
Profesión y el estilo de apego en la diada madres/hijo
Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes
Mérida, Venezuela. Año 2011

Estilo de Apego en Profesión


la diada Médico Nutricionista Enfermera
Madre/hijo
Total % Total % Total %
Seguro/seguro 16 41.02% 7 87.50% 8 42.10%
Seguro/Inseguro 9 23.07% 0 0% 4 21.05%
Inseguro/seguro 4 10.25% 1 12.50% 2 10.52%
Inseguro/inseguro 10 25.64% 0 0% 5 26.31%
Total 39 100,00% 8 100,00% 19 100,00%

6.- Relación de las tipologías de apego de las madres con


respecto a la de los hijos.

Para determinar la relación entre la tipología de apego de las madres


con respecto a las de los hijos, se utilizó el análisis de correspondencia el
cual en un espacio bidimensional muestra las relaciones entre las
categorías de las variables tipología del apego de las madres y tipología
de apego de los hijos.

Los resultados obtenidos se presentan en el Gráfico Nº 8, donde se


observó que el apego seguro de la madre se asocia al apego seguro del
hijo, asimismo, existe una relación entre las madres y los hijos con el
apego temeroso y hostil y por último se evidencia una relación entre las
madres de apego preocupado con los hijos preocupados y alegados.

166
Gráfico N° 8.
Relación entre la tipología del apego entre madres e hijos
Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes
Mérida, Venezuela. Año 2011

7.- Relación de las tipologías de apego y la seguridad o inseguridad.

Se desarrolló la prueba chi cuadrado con nivel de significación de 0,05


para determinar la relación entre la tipología del apego y la seguridad o
inseguridad, examinándose para madres e hijos.
Los resultados obtenidos muestran una relación entre la tipología de
apego y la seguridad o inseguridad con P(0,000) para madres e hijos. Se
observó que el 100% de las madres e hijos con tipología de apego seguro
son de apego seguro; por otra parte el 100% de madres e hijos con
tipología de apego temeroso y hostil son de apego inseguro, en el caso de
la tipología apego preocupado el 100% de los hijos son seguros, mientras
que el 82,35 de las madres son seguras y 17,65% inseguras, para
finalizar la tipología de apego alejado presentó el 100% de los hijos apego
167
inseguro, mientras que el 33,33% de las madres son seguras y el 66,67%
inseguras.(ver Tabla 21)
Tabla 21
Relación tipología de apego y seguridad e inseguridad,
según madres e hijos
Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes
Mérida, Venezuela. Año 2011
Tipología de apego
Apego Seguro Preocupado Temeroso Hostil Alejado P
Total % Total % Total % Total %
Madres
Seguro 26 100,00% 14 82,35% 0 0,00% 3 33,33%
0,000
Inseguro 0 0,00% 3 17,65% 14 100,00% 6 66,67%
Total 26 100,00% 17 100,00% 14 100,00% 9 100,00%
Hijos
Seguro 24 100,00% 12 100,00% 0 0,00% 0 0,00%
0,000
Inseguro 0 0,00% 0 0,00% 14 100,00% 16 100,00%
Total 24 100,00% 12 100,00% 14,00 100,00% 16 100,00%

Grafico No.9
Relación tipología de apego y seguridad e inseguridad,
de las madres
Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes
Mérida, Venezuela. Año 2011

Seguro
Seguro 0%
60,46% Preocupado
6,97%

Alejado
Insegura 32,45%%
Preocupado
32,45%% Seguras

2 conglomerados
Alejado
6,97% Temeroso 4 conglomerados
Hostil Hostil (tipologías)
0% 60,46%

168
Los resultados obtenidos que se presentan en el Gráfico Nº 9,
muestran que el apego seguro de las madres, caracterizado de acuerdo
a dos conglomerados se asocia en 60,46% de los casos con la tipología
seguro obtenida por cuatro conglomerados, con las preocupadas en
32,45%, en 6,97% con alejadas y ninguna se corresponde con temeroso-
hostil. En cuanto al apego inseguro en las madres, obtenidos por dos
conglomerados, se corresponden con 60,46% de las caracterizadas como
temeroso-hostil, con 32,45% Alejadas, 6,97% preocupada y con ninguna
de tipología seguro obtenidas por cuatro conglomerados.

Grafico No.10
Relación tipología de apego y seguridad e inseguridad,
de los Hijos
Facultad de Medicina, Universidad de Los Andes
Mérida, Venezuela. Año 2011

Seguro
Seguro 0%
66,66% Preocupado
0%

Alejado
46,66%
Preocupado Seguro Inseguro
33,33%

Alejado Temeroso
0% Hostil
Hostil 2 conglomerados
53,33%
0% 4 conglomerados
(tipologías)

169
Los resultados obtenidos que se presentan en el Gráfico Nº 10,
muestran que el apego seguro de los hijos, caracterizado de acuerdo a
dos conglomerados se asocia con la tipología seguro obtenida por cuatro
conglomerados en 53,33% y con las preocupados en 33,33% y ninguno
se corresponde con alejadas ni temeroso-hostil. En cuanto a los hijos con
apego inseguro de acuerdo a dos conglomerados se corresponden con
53,53% de tipología temeroso hostil y 46,66% de tipología Alejado, y
ninguno se corresponde con tipología preocupado o seguro obtenidas por
cuatro conglomerados.

170
XIV.- DISCUSIÓN DE LOS
RESULTADOS

171
Los resultados de este estudio son objeto de discusión con trabajos
previos citados en el marco teórico, sin embargo cabe destacar que el
cuestionario aplicado es de reciente baremación y validación, por tanto su
aplicación en otros estudios de apego adulto es escaso, aunado al hecho
de que en la literatura médica consultada es prácticamente nula la
publicación de trabajos en los que se investigue como eje central la estilos
de apego en madres profesionales de las ciencias de la salud y la
correlación con los estilos de apego adulto de sus hijos.

Las Profesoras adscritas a la Facultad de Medicina de la ULA,


según la DAP corresponde al 41% de profesorado. De acuerdo a Ortiz-
Gómez, (2007) a pesar de que las carreras universitarias relacionadas
con la salud están hoy claramente feminizadas, no se ha alcanzado la
paridad en la ocupación de cargos y cátedras. Esto concuerda con lo
observado en la Facultad de Medicina en la que la Oficina de Registro
Estudiantil reporta que dos tercios de los estudiantes de Medicina son
mujeres y solo una quinta parte de los estudiantes de Nutrición y
Enfermería son hombres, sin embargo a pesar de la predominancia de la
mujer en el pregrado de las carreras de Medicina, enfermería y Nutrición,
solo dos quintas parte del profesorado de la Facultad de Medicina
corresponden a mujeres,

El grupo etario más frecuente fue en las madres objeto de este


estudio es de 44 a 51 años, lo que permite inferir que se iniciaron en la
maternidad entre los 20 y 26 años, coincidiendo, probablemente, con los
estudios de pregrado.

En cuanto a la condición civil, un poco más de la mitad de las


Profesoras son casadas, seguidas por la condición civil divorciada y solo
una décima parte son solteras.

En cuanto al área de conocimiento de las Ciencias de la Salud, tres


cuartas partes de las Profesoras objeto de esta investigación

172
corresponden a médicos, un tercio son enfermeras y solo una décima
parte corresponde a nutricionistas.

Estos resultados no pueden ser contrastados con la literatura, ya


que no se encontraron estudios previos con una población similar al
presente estudio.

Las Profesoras de la Escuela de Nutrición tienen en promedio de


25 años de servicio, las de Medicina 23 años y la de Enfermería 22 años.

En cuanto a las madres que contaron con la ayuda de otros


cuidadores, familiares o doméstica en la crianza de los hijos cuando estos
eran menores de dos años, no hubo diferencia con respecto a aquellas
madres que fueron las propias cuidadoras de sus hijos y/o los enviaban a
guarderías. En aquellas que recibieron ayuda, la figura de los abuelos
ocupa dos quintas partes, seguida por los padres y domesticas con una
sexta parte cada uno, finalmente una décima parte menciona que los tíos
fueron los cuidadores.

Una de las principales dificultades que tiene las mujeres con


ocupación fuera del hogar es compartir con las responsabilidades
familiares que recaen principalmente en la mujer. Acorde a lo expuesto
por Arraigada (2006), frente a la carencia de diseños de Políticas en
Latinoamérica que contemplen el cuidado de los dependientes de las
mujeres (niños, adultos mayores y discapacitados) el cuidado recae en la
denominada “solidaridad familiar”. En esta investigación las figuras
familiares (abuelos, padres y tíos) estuvieron presentes en casi la mitad
de los casos. Por otra parte, Carrillo y DeFaria (2007) expresan que
dependiendo de los ingresos, la conciliación con la vida laboral se hace
costeando un servicio doméstico o guarderías, coincidiendo con nuestros
resultados, la mitad de las profesoras enviaron a sus hijos a guarderías y,
aunque las domestica y niñeras también están reportadas, solo
representan en conjunto, un quinta parte.

173
1.- Objetivo 1: Determinar el tipo de apego de las madres profesionales
de las Ciencias de la salud: Medicina, Enfermería y Nutrición.

En el análisis empleando dos conglomerados de caracterización


del apego, se obtuvo que la mayoría de las Profesoras de la Facultad de
Medicina de la Universidad de los Andes son de apego seguro, (69,69%)
mientras que 30,30% de apego inseguro. Aun cuando no existen trabajos
previos publicados en la literatura en cuanto a los estilos de apego de los
individuos con profesiones universitarias, los resultados de esta
investigación son similares a los reportados en distintas investigaciones
que han establecido que la mayoría de los sujetos de la población
general tienen estilos de apego seguro, tal como lo describen Prado y cols
(2006) cuando citan un estudio transcultural realizado por Reebye y cols
(1999), quienes compararon las clasificaciones de apego en diferentes
países, como EE.UU., países de Europa Occidental, países de África,
China y Japón, en donde encontraron que la clasificación del apego
seguro representaba dos terceras partes, aproximadamente 66%, de las
diferentes poblaciones. Por otro lado, nuestro resultado es un poco mayor
al reportado por Melero y Cantero (2008), en cuyo estudio el 53.2% de la
población fue caracterizada como segura en la resolución de dos
conglamerados. Tambien es mayor que el resultado aportado por
Hernandez y Sanchez), quienes informan que el 55% de la poblacion
adulta es de estilo seguro.

Por otro lado cuando se compara nuestro resultado con estudios en


poblaciones con situaciones traumáticas, como el realizado por Torres y
Urbina (2005) en pacientes con enfermedades renales crónicas
terminales, en distintos Hospitales de Maracibo, estado Zulia, Venezuela,
la diferencias aumentan, ya que en este estudio la población insegura
(59%) supera a la de estilo seguro (41%)

Al analizar los conglomerados con los cuales se clasificó a las


madres en apego seguro e inseguro con las escalas definidas por Melero

174
y Cantero a través del cuestionario de apego adulto, se observó de las
madres seguras muestran valores altos relacionados con la escala 3 que
evalúa expresión de sentimientos y comodidad con las relaciones, y las
puntuaciones obtenidas son significativamente superiores al compararlas
con las escalas 1, 2 y 4 que evalúan la baja autoestima y necesidad de
aprobación y miedo al rechazo, la Resolución Hostil de conflictos, rencor y
posesividad y la Autosuficiencia emocional e incomodidad con la
intimidad, respectivamente. Mientras que las madres profesionales de la
Ciencias de la salud con estilos de apego inseguro presentan valores
bajos en la escala 3 y puntuación moderada alta, alta y muy alta en las
escalas 1, 2 y 4.

Estos resultados están en concordancia con los resultados de la


baremación y validación del instrumento de Apego Adulto llevado a cabo
por Melero y Cantero (2008) en el cual evalúan los estilos afectivos en la
población española a través de un cuestionario de evaluación del apego
adulto modificado sobre la base de la traducción al español realizada por
Alonso y Arbiol del cuestionario de Relación de Bartholomew y Horowitz,
en la que los sujetos inseguros en su conjunto, comparados con los
seguros, obtuvieron puntuaciones significativamente superiores en las
tres escalas de inseguridad y significativamente inferiores en la escala de
seguridad, tal y como refiere la Teoría del apego.

En cuanto a la distribución de las profesoras de la Facultad de


Medicina en relación con el estilo de apego, se observa que aun cuando
predomina los estilos de apego seguro en los tres grupos, es muy alto en
la Profesoras de nutrición (87,50%), seguidas por las profesoras de
Medicina en las que 69,23% tiene apego seguro y por las Profesoras de la
Escuela de Enfermería con 63,15%.

Este resultado se considera un aporte de la investigación en el


estudio de la relación de los estilos de apego y el desempeño
ocupacional, campo de estudio psicosocial prácticamente virgen en virtud

175
de que solo se encontraron referencias aisladas producto de resultados
de estudios cuyo objetivos no pretendían conocer el estilo de apego que
predominan en los individuos de acuerdo a la profesión y/o ocupación
laboral. Basados en lo planteado por Bartholomew y Horowitz (1991), que
consideran que los estilos de apego se definen de acuerdo a la visión
positiva o negativa de sí mismo y de los otros, resulta probable que las
personas que se dedican profesionalmente a carreras en la que las
relaciones interpersonales son la base del ejercicio profesional, y que la
principal función gira en torno a “los otros” (el paciente o usuario), supone
un estilo de apego seguro (visión positiva de sí mismo y del otro) y/o
preocupado (visión positiva del otro y negativa de sí mismo), mientras que
un estilo alejado (visión negativa del otro y positiva de sí mismo) y el
estilo temeroso (negativo de sí mismo y de los otros) supone dificultad
en el establecimiento de relaciones interpersonales.

Objetivo No.2.- Identificar el tipo de apego de los hijos


adolescentes y adultos de las Madres Profesionales de la Salud:
Medicina, Enfermería y Nutrición.

En la caracterización del apego de los hijos adolescente o adultos


de las Profesoras de la Facultad de Medicina de la ULA, utilizando dos
conglomerados, se obtuvo que un poco más de la mitad son de apego
seguro, lo cual coincide con los resultados obtenidos en la caracterización
de la población española, realizados por Melero y Cantero (2008). Así
mismo concuerdan con los resultados que obtuvieron Dávila y cols. (1997)
quienes informa 54% de apego seguro en una muestra de 115
estudiantes, pero es más bajo a lo encontrado en los estudios
transculturales de Reebye (1999) citados por Pardo y cols. (2006) que
informa 66% de apego seguro en los individuos de EEUU, África, China y
Japón, sin embargo en este estudio no se discrimina el estilo de apego
de los individuos en relación a la profesión de sus padres. Igualmente, no
hubo correlación con los resultados del estudio de Pineda y col. (2006) en

176
lo que obtuvieron que el 46.32 de los adolescentes colombianos entre 15
y 20 años tienen apego seguro, y con el de Brandon, Valera y Zarate
(2008) en cuya investigación obtuvieron que en la población adolescente,
entre 12 y 14 años, tiene una mayor prevalencia el apego inseguro, sin
embargo se debe señalar que este en estudio, el grupo etario es diferente
al del presente estudio, en la que los adolescentes entrevistados son
mayores de 15 años. Sin embargo nos permite destacar que Berth y cols.
(2005) afirman que existe evidencia que en el desarrollo del individuo
desde la niñez hasta la edad adulta, están influenciados por múltiples
variables, complejas, y no siempre predecible desde los estilos de apego
de la infancia. En este orden de ideas, y aun cuando no se refiere a
eventos propios de la adolescencia o crisis del adulto joven, Santelices y
cols. (2009) estudiaron como el apego inseguro se relaciona con eventos
traumáticos al comparar un grupo de individuos con enfermedad terminal
crónica con un grupo de individuos sin la enfermedad, y en la que hubo
predominancia de apego preocupado en el primer grupo, mientras que en
el segundo grupo predomino el apego seguro. Estos resultados permiten
orientar la influencia de distintos eventos a lo largo del desarrollo vital del
individuo en la modelación del estilo de apegos, en concordancia a lo
expresado por Oliva (2003) quien señala que aun cuando se ha
establecido que los modelos representacionales del tipo de apego
parecen mostrar bastante estabilidad, ciertos acontecimientos pueden
provocar cambios.

Objetivo No.3.- Establecer la relación entre el estilo de apego


de las madres Profesionales de las Ciencias de la Salud y el estilo de
apego adulto de sus hijos.

Cuando se relaciona el estilo de apego de la madre con la de sus


hijos, se obtiene que en el grupo de las madres catalogadas como
seguras, casi la mitad de los hijos son de apego seguro y la relación en

177
cuanto al apego inseguro corresponde a tres cuartas partes, resultando
en valores estadísticamente significativos de que hay relación ente el
estilo de apego de la madre con el estilo de apego de su hijo. Estos
resultados están en concordancia con la mayoría de los estudios
realizados desde que Bolwby planteó el vínculo afectivo que se establece
entre la madre y sus hijos. En este sentido, Main y cols (1985)
establecieron que las investigaciones cuyo eje central es el estudio de la
relación entre padres e hijos, proporcionan una clara evidencia de la
correspondencia entre los modelos de relación de los padres y el estilo de
apego de sus hijos.

Así mismo, en los trabajos realizados por George, Kaplan y Main


(1985) encuentra una alta asociación entre el apego de la madre y el
estilo de apego del hijo. En este mismo sentido, Van Ljzendoorn (1995)
afirma que los individuos caracterizados como seguros, tienen
probabilidad significativamente mayor de tener hijos de apego seguro.

Así mismo, los resultados de este estudio, están en concordancia


con lo expresado por Oliva (2004), quien destaca que se ha encontrado
iguales tipos de apego entre las madres y sus hijos en el 80% de los
casos.

Por otra parte, se ha planteado que esta concordancia entre los


estilos de apego entre los padres y sus hijos orienta a la transmisión
transgeneracional del apego, pero sin olvidar que se debe considerar, lo
indicado por Oliva (2004) quien acota que aun cuando los modelos
representacionales del tipo de apego parecen mostrar bastante
estabilidad, algunas situaciones pueden desencadenar su cambio.

178
Cuando se relacionan los estilos de apego en la diada madre/hijo
de acuerdo a dos conglomerados y al sexo de los hijos, se observa que
en más de dos tercios de las madres con apego seguro sus hijas mujeres
son de apego seguro, y esta relación aumenta notablemente cuando
evalúa el apego inseguro de la madre y el de las hijas en la que se
obtiene una relación de 80%, teniendo estos resultados significancia
estadística. Cuando se analiza esta relación con el estilo de apego de los
hijos varones no se observa nivel de significancia, sin embargo más de
dos terceras partes las madres seguras tienen hijos varones seguros y en
dos tercios de los casos se aprecia apego inseguro en la diada madre/hijo
varón.

Así mismo cuando se relaciona el estilo de apego en la diada


madre/hijo con la presencia de uno o más cuidadores familiar o
doméstica, con respecto a las diadas madres/hijos cuando esta asumió la
crianza por sí misma y/ o con la ayuda de guarderías, que no hubo
significancia estadística en la primer grupo, pero si hay la hay en el
segundo grupo, sin embargo en ambos grupos se observa una alta
asociación, entre los estilos de apego seguro/seguro e inseguro/inseguro
en las diadas madres/hijos.

Cuando se analiza la relación de los estilos de apego en el binomio


madre/hijo con respecto a la profesión se obtiene que en todas las diadas,
independientes del área de profesionalización en la salud, predomina el
estilo apego seguro/seguro, pero destaca que es marcadamente alto en la
diada madre nutricionista/hijo con 87.50%, seguida por madre
enfermera/hijo con 42,10% y finalmente en el binomio madre medico/hijo
con 41.02%. Estos resultados no pueden ser contrastados con otros
estudios, ya que no se obtuvo ninguna investigación previa con
características similares en la literatura consultada. Sin embargo, puede
estar en relación con la motivación de la mujer que decide estudiar la
carrera de nutrición, que de acuerdo a Verde (2007) dicha elección se
relaciona con la compatibilidad con las labores del hogar, que es una
179
profesión adecuada para su sexo, le permite el cuidado de los hijos y
mantenerse saludable, características que tradicionalmente se les ha
asignado a las mujeres, además cuentan con rasgos de masculinidad
como habilidad para dirigir, racionalidad, así como rasgos femeninos
(compasivas, caritativas, cariñosas y amigables)

Objetivo 4: Correlacionar las cuatro tipologías del apego adulto en la


diada madre-hijo.

Para determinar la tipología del apego adulto de la madre y de los


hijos, se utilizó el método de cuatro conglomerados establecidos por
Melero y cantero (2008), así en este estudio se obtuvo que la mayoría de
las madres (dos cuartas partes) tienen una visión positiva de sí misma y
positiva de los otros, lo cual quedo definido por valores moderadamente
alto, altos o muy altos en la escala 3, que evalúa la expresión de
sentimientos y comodidad con las relaciones, y puntuaciones
moderadamente bajas, bajas o muy bajas en las escalas 1,2 y 4, que
evalúan baja autoestima, resolución hostil de conflictos e incomodidad
con la intimidad respectivamente.

Una cuarta parte de la Profesoras es caracterizada como


preocupada, con puntuaciones muy elevadas en la escala 1 y moderadas
en el resto de las escalas. Una quinta parte son caracterizadas como
temerosa-hostil con puntuaciones muy altas en las escalas 1,2 y4 y por
último, las madres con tipología alejada representan poco más de la
décima parte, y están caracterizadas por presentar las más altas
puntuaciones en la escala 3 y las más bajas en las escalas 1,2 y4.

Comparar los resultados de este estudio con otras investigaciones,


representó una dificultad, lo cual puede obedecer al hecho de que no se
encontraron estudios con objetivos similares al nuestro, y por otra parte a
que la baremación y validación del cuestionario propuesto por Melero y

180
Cantero (2008) para caracterizar a la población adulta de acuerdo al estilo
afectivo, es relativamente reciente. Sin embargo al comparar nuestros
resultados con las tipologías obtenidas por Melero y Cantero, se observa
que las Profesoras de la Facultad de Medicina de la ULA con estilos de
apego seguro es mayor, con 39.39%) que la observada en la población
estudiada por Melero y Cantero (2008), en la que el estilo seguro fue
28.54%. En cuanto a los estilos alejado y temeroso hostil, tampoco se
observó concordancia ya que al comparar los resultados entre ambos
estudios se obtiene que 13.5 % de las madres son de estilo alejado Vs
29.6% del estudio de Melero y Cantero, y 21.2% de estilo temeroso-hostil
en las profesoras de la Facultada de Medicina y 15.7% en el estudio
realizado en la población española por Melero y Cantero. Mientras que
hubo coincidencia con el estilo preocupado, mostrando que una cuarta
parte de los casos en ambos estudios, muestran este estilo de apego.

Al comparar los resultados con el estudio de Torres y Urbina (2005)


cuyo estudio fue rrealizado en una poblacion con situación traumatica
(Insufieciencia renal crónica) la mayoria de lo pacientes tenían apegos
inseguros, distribuidos en 31% alejados, apreciandose una marcada
diferencia con los resultados de esta investigación, el la que las madres
con estilo alejado representan el grupo con menor porcentaje (13.6%),
igualmente no se corresponden con el estilo preocupado, ya que en el
presente estudio la cuarta parte de las madres se ubican en este tipo de
apego, mientras que en los sujetos con IRC es una decima parte.
Finalmente el estilo temeroso hostil- hostil, fue menos frecuente con 16%
de los casos, mientras que en las madres objeto de esta investigacion fue
de 21.21%.

Así mismo, la caracterización de los hijos de las Profesoras de la


Facultad de Medicina, definidos de acuerdo a los cluster obtenidos por las
puntuaciones en las cuatro escalas propuestas por Melero y Cantero
(2008), se observa similar distribución a las puntuaciones obtenidas en
esas mismas escalas por las madres. De esta forma la mayoría de los

181
hijos presentan apego seguro (aproximadamente la tercera parte de los
casos), lo cual es un poco más alto que el porcentaje obtenido en la
población española (28.54%), A diferencia de lo obtenido con las madres,
al compararlos con los resultados de Meleros y Cantero, se observa
mayor concordancia entre los resultados de apego alejado (24.24% Vs
29.66%) y menor correspondencia con los estilos preocupados (18.1 Vs
26.07%) y temerosos-hostil (21.1% Vs 29.6%).

Se aprecia significancia estadística cuando se analiza la


correspondencia entre la tipología de las madres y la de sus hijos, en la
se observa que hay una alta relación entre los apegos seguros y
temeroso hostil en el binomio madre/hijo, sin embargo el estilo de apego
preocupado de las madres se relaciona tanto con los estilos preocupados
y alejados, mientras que el estilo alejado de la madre no se relaciona con
el estilo de apego de los hijos.

Los individuos alejados, según Berrios (2008) usarían una


estrategia de desactivación del sistema de apego. Estas personas
transcurren progresivamente y en forma recurrente en un entorno que no
ha estado disponible ni ha sido responsivo y las muestra de protesta y
ansiedad frente a la separación no han sido cubiertas, de modo que el
sistema de apego termina por bloquear o aislar aquella información que
induzca la activación del sistema de apego y promueva la seguridad
personal a través de la proximidad con otros, lo que puede explicar que
las madres que resultaron con estilos de apego alejado no muestren
asociación con otros estilos de apego en sus hijos.

Por otra parte, de acuerdo a Berrios (2008), los individuos


preocupados son el producto de cuidados inconsistentes o
sobreprotegidos, sus figuras de apego no has estado disponibles ni han
sido responsivas de modo consistente y usarían una estrategia de
hiperactivación, monitoreando la disponibilidad del otro. Esto justificaría
que en nuestro estudio las madres con estilo preocupado se asocien tanto

182
con hijos preocupados como alejados como reflejo de su propia
ambivalencia.

Finalmente, cuando se analiza la correspondencia de los estilos de


apego de acuerdo a dos conglomerados en seguridad o inseguridad con
las caracterización en cuatro tipologías, se observa en las madres, que la
mayoría de los apegos seguros corresponden a tipología seguro, seguido
por una tercera parte de preocupado, menos de la décima parte de
alejado y ningún temeroso hostil, y que los estilos inseguros se
corresponden en la mayoría, tres quintas partes, con tipología temeroso
hostil, en una tercera parte con alejado, en menos de la décima parte con
preocupados y no se corresponde en ningún caso con tipología segura.

Cuando se observa esta correspondencia entre los estilos de


apego de acuerdo a dos conglomerados y las cuatro tipologías en los
hijos se obtiene que los estilos seguros se corresponden en dos terceras
partes con tipología segura y una tercera parte con tipología preocupado,
y los estilos inseguros se corresponden en un poco más de la mitad con
tipología temeroso hostil y un poco menos de la mitad con tipología
alejado.

En ambos casos, se observa que de aquellos caracterizados en


dos conglomerados como seguro, se distribuyen principalmente en la
tipología seguro, seguido de preocupado, mientras que los categorizados
como inseguros, se distribuyen principalmente en la tipología temeroso
hostil, seguido de la tipología alejado.

Estos resultados al contrastarlos con los obtenidos por Melero y


Cantero (2008) muestran una distribución muy similar, lo que pudiera
interpretarse que la tipología preocupada y alejada son formas limítrofes o
borderline, en la que la tipología preocupado tiende al estilo seguro,
mientras que los alejados tienden a los inseguros.

183
5.- LIMITACIONES DEL PRESENTE ESTUDIO.

- Una de las limitaciones fue aplicar el instrumento debido a que la


población objeto de este estudio se en desempeña sus actividades
académicas y profesional en instituciones pertenecientes a la Facultad de
Medicina, que se encuentran distantes entre ellas.

- Este estudio se basa en los datos obtenidos a través de la


aplicación de un cuestionario de autoreporte, que tiene la ventaja de la
practicidad en su aplicación, pero la desventaja que se pierde la
oportunidad de explorar más en la parte cualitativa, o se corre el riego de
que el cuestionario se responda en forma apresurada, resultando en
inconsistencias que obligan a no incluirlos en la investigación. En nuestro
caso, se logró entregar el cuestionario a 148 sujetos (74 Profesoras y 74
hijos), de los cuales debieron descartarse 16 por inconsistencias.

- Los datos obtenidos para establecer comparaciones entre las distintas


profesiones en las áreas de las ciencias de la salud (medicina, enfermería
y nutrición), para establecer la relación con el estilo de apego tanto en las
madres como en la diada madre hijo, son diferentes, (n=39 médicos, n=19
Enfermeras y n=8 Nutricionistas), por lo que se debe considerar hacer
estudios con un número mayor de profesionales de enfermería y nutrición.

6.- RECOMENDACIONES FUTURAS

- Debido a la relevancia del vínculo afectivo en los individuos para


establecer relaciones interpersonales saludables, como base para la
construcción de comunidades organizadas, y conociendo la relevancia de
la figura materna en el desarrollo de estilos y conductas de apego,
determinadas por la interrelación que se establece entre el niño durante
su primera infancia y el cuidador, se recomienda divulgar los resultados
de esta investigación a fin de estimular tanto en las instituciones como en

184
la madres con ocupaciones fuera del hogar, la importancia de promover
políticas orientadas a asegurar el bienestar en la diada madre/hijo, sin
afectar la decisión de la mujer de ocupar cargos de trabajo fuera del
hogar, o profesionalizarse, y que estas políticas incluyan desde
programas de divulgación sobre la importancia de esta vinculación
afectiva hasta disponibilidad de espacios en las distintas Instituciones
para favorecer el desarrollo del apego saludable en el binomio madre/hijo.

- Se recomienda ampliar la línea de investigación a otras


poblaciones de mujeres profesionales tanto en las áreas de las ciencias
de la salud con actividades exclusivamente asistenciales, como de otras
profesiones, a fin de contrastar los resultados y hacer aportaciones que
permitan aumentar la convergencia entre los distintos estudios de
medidas de apego adulto e incrementar el conocimiento acerca de la
compleja conducta humana.

7.- PREGUNTAS FINALES

1.- ¿La ocupación de cargos y cátedras en la Facultad de Medicina


mayoritariamente por hombres, aun cuando en el pregrado hay una franca
predominancia femenina, ésta relacionada con la falta de atención a la
diada madre/hijo en las Instituciones Universitarias y Hospitalaria?

2.- ¿Los estilos de apego, tanto en las madres profesionales con


ocupación fuera del hogar como en las respectivas diadas con sus hijos,
varían de acuerdo a la profesión a la que se dedica?

185
XV.- CONCLUSIONES

186
El apego es un vínculo afectivo que se establece entre el niño y su
principal cuidador, y representa la base de la Capacidad que tiene los
individuos para relacionarse afectivamente unos con otros, lo que permite
que se constituyan en seres sociales y tiendan activamente a construir
comunidades organizadas que resguarden y regulen esta interacción
social. La principal figura de apego está representada por la madre, lo cual
motivo el presente estudio, a fin de indagar la relación de los estilos de
apego en las madres con ocupaciones fuera del hogar, específicamente
profesionales de las Ciencias de la salud, que se desempeñan como
profesoras de la Facultad de Medicina y los estilos de apego desarrolladlo
por sus hijos.

- PRIMERA

A través de la aplicación del Cuestionario de Apego Adulto de


Melero y Cantero (2008), se logró determinar que las madres profesoras y
profesionales de la ciencias de salud tiene apego seguro en un porcentaje
mayor al reportado en la literatura, lo cual indica que el profesorado
femenino de la Facultad de Medicina son individuos sociables, con
facilidad para expresar sentimientos y con estrategias de resolución de
conflicto bilaterales, obteniendo la máxima puntuación en el factor
seguridad y la mínima en los tres factores restantes de inseguridad.

- SEGUNDA

Las mujeres que optan por profesiones de las áreas de las ciencias
de la salud tienen un estilo de apego seguro, que implica una visión
positiva de sí misma y de los demás, garantizado relaciones
interpersonales saludables con sus alumnos y sus pacientes.

- TERCERA

187
En este estudio se observa una clara correspondencia entre el
estilo de apego adulto de la madre y el estilo de apego del hijo
adolescente y adulto, tanto en los caracterizados como seguros o
inseguros, así como las madres con tipología preocupadas, orientando a
la transmisión generacional de este vínculo.

- CUARTA

La relación entre los estilos de apego en la diada madre hijo, se


corresponde principalmente con el estilo de apego de la madre, no
observándose variaciones significativas asociadas con el sexo de los
hijos, y existe mayor correspondencia, con significancia estadística,
cuando el cuidador principal es la madre profesional de las Ciencias de la
Salud tanto sola como cuando comparte el cuidado con guarderías.

- QUINTA

La relación de apego seguro/seguro predomina en todas las diadas


madre/hijo, independiente del área de profesionalización en las Ciencias
de la salud, pero la correspondencia es en muy alta en las diadas madres
nutricionistas/hijos.

- SEXTA
Las madres con estilo seguro e inseguro se asocian a hijos seguros e
inseguros respectivamente, mientras que las madres con tipología
preocupada se asocian a hijos tanto preocupados como alejados. Las
madres de tipología alejada no se asocian a otras tipologías de sus hijos.

- SEPTIMA
La tipología preocupada y alejada, pueden corresponder a estilos
limítrofes o borderline, con tendencia al estilo seguro para los
caracterizados como preocupados y tendencia a lo estilo inseguro para la
tipología alejado.

188
XVI.- BIBLIOGRAFÍA

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disorders: a review of current research and theory. Am J Orthopsychiatry
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205
XVII.- ANEXOS

206
ANEXO I:
Instrumentos de medida

Investigación sobre los estilos de apego entre las madres profesionales


de las ciencias de la salud y sus hijos adolescentes y adultos.

CONSENTIMIENTO INFORMADO

Mediante la firma de éste documento, doy mi consentimiento para


responder las encuestas que está aplicando la profesora Dra. Pierina
Petrosino Tepedino de la Facultad de Medicina de la Universidad de Los
Andes Mérida – Venezuela. Con el propósito de evaluar los Estilos de
Apego en Las Madres Profesionales de las Ciencias de la Salud y sus
Hijos Adolescentes y Adultos.
Estoy consciente que la información que estoy suministrando será
utilizada con fines de investigación.
Entiendo que fui elegido/a para ésta investigación por ser Profesora de la
Facultad de Medicina de la Universidad de Los Andes, con hijos
adolescentes y/o adultos. Además doy fe de que estoy participando de
manera voluntaria y que la información que aporto es confidencial, de
manera que no se revelara a otras personas, por lo tanto no afectará mi
situación personal. Así mismo, sé que puedo dejar de proporcionar la
información que se me solicita en cualquier momento, incluso después de
llenar la encuesta.

Además afirmo que se me dio suficiente información sobre los aspectos


éticos y legales que involucra mi participación y que puedo obtener más
información en caso que lo considere necesario con la profesora Pierina
Petrosino Tepedino, Investigadora responsable del Estudio:
Departamento Patología al número de teléfono (0274) 24º3202.

Fecha: ________________ ________________________


Firma del (de la) Participante

____________________________
Firma del Investigador Principal

207
UNIVERSIDAD DE LOS ANDES

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE MADRID

DOCTORADO EN PATOLOGÍA EXISTENCIAL E INTERVENCION


EN CRISIS. 2012

CUESTIONARIO PARA MADRES PROFESIONALES DE LA SALUD

INSTRUCCIONES

1. Por favor lea con detenimiento.


2. Señale claramente la opción elegida.
3. El cuestionario es anónimo. Se garantiza la confidencialidad, y los
datos solo serán tratados de manera colectiva.
4. Una vez finalizada la investigación, los resultados serán
publicados.
5. Muchas gracias por su colaboración.

I PARTE:
EDAD____ ESTADO CIVIL: Casada____ Soltera____ Divorciada____Viuda____

PROFESION: Médico_____ Nutricionista ____ Enfermera____

Otras Instituciones en las que ejerce profesionalmente:


_______________________________

(Hospital, ambulatorio, consultorio, clínica privada, otros)

Tiempo de ejercicio profesional__________ Número de Hijos____________

Hijos Edad Sexo Cuidador Parentesco (Padre;


Abuelo/a; Tio/a;
Hermano/a; niñera;
domestica; guardería;
otros

Masculino Femenino si no

208
II PARTE
CUESTIONARIO DE APEGO ADULTO

(Melero, R y Cantero, MJ, 2005)

A continuación encontrarás una serie de afirmaciones, marca con una X el número que
corresponda al grado en que cada una de ellas describe tus sentimientos o tu forma de
comportarte en tus relaciones.

1 2 3 4 5 6

Completamente Bastante en Algo en Algo de Bastante de Completamente en


desacuerdo desacuerdo desacuerdo acuerdo acuerdo de acuerdo

1 2 3 4 5 6

1 Tengo facilidad de expresar mis sentimientos y emociones

2 No admito discusiones si creo que tengo razón

3 Con frecuencia, a pesar de estar con gente importante para mí me


siento solo y falto de cariño

4 Soy partidario a del “ojo por ojo y diente por diente”

5 Necesito compartir mis sentimientos

6 Nunca llego a comprometerme seriamente en mis relaciones

7 Si alguien de mi familia me lleva la contraria, me enfado con


facilidad

8 No suelo estar a la altura de los demás

9 Creo que los demás no me agradecen lo suficiente todo lo que hago


por ellos

10 Me gusta tener pareja pero temo ser rechazado por ella

11 Tengo problemas para hacer preguntas personales

12 Cuando tengo problemas con otra persona, no puedo dejar de

209
pensar en ello

13 Soy muy posesiva en todas mis relaciones

14 Tengo sentimientos de inferioridad

15 Valoro mi independencia por encima de todo

16 Me siento cómoda en las fiestas o reuniones sociales

17 Me gusta que los demás me vean como una persona indispensable

18 Soy muy sensible a las críticas de los demás

19 Cuando alguien se muestra dependiente de mí, necesito


distanciarme

20 Cuando existe una diferencia de opiniones, insisto mucho para que


se acepte mi punto de vista

21 Tengo confianza en mí mismo

22 No mantendría relaciones de pareja estable para no perder mi


autonomía

23 Me resulta difícil tomar una decisión a menos que ya sepa lo que


piensan los demás

24 Soy rencoroso

25 Prefiero relaciones estables a parejas esporádicas

26 Me preocupa mucho lo que la gente piense de mi

27 Cuando tengo un problema con otra persona, intento hablar con ella
para resolverlo

28 Me gusta tener pareja, pero al mismo tiempo me agobia

29 Cuando me enfado con otra persona, intento conseguir que sea ella
la que venga a disculparse

30 Me gustaría cambiar muchas cosas de mi

31 Si tuviera pareja y me comentara que a alguien del sexo contrario le


parece atractivo, me molestaría mucho

32 Cuando tengo un problema se lo cuento a una persona con la que


tengo confianza

210
33 Cuando abrazo a beso o alguien que me importa estoy tenso/a y
parte de mí se siente incómodo/a

34 Sé que necesito más cuidados que la mayoría de las personas

35 Soy una persona que prefiere la soledad a las relaciones sociales

36 Las amenazas son una forma eficaz de solucionar ciertos problemas

37 Me cuesta romper una relación por temor a no saber afrontarlo

38 Los demás opinan que soy una persona abierta y fácil de conocer

39 Necesito comprobar que realmente soy importante para la gente

40 Noto que la gente suele confiar en mí y valoran mis opiniones

ANEXO II:
CONSENTIMIENTO INFORMADO

Mediante la firma de éste documento, doy mi consentimiento para


responder las encuestas que está aplicando la profesora Dra. Pierina
Petrosino Tepedino de la Facultad de Medicina de la Universidad de Los
Andes Mérida – Venezuela. Con el propósito de evaluar los Estilos de
Apego en Las Madres Profesionales de las Ciencias de la Salud y sus
Hijos Adolescentes y Adultos.
Estoy consciente que la información que estoy suministrando será
utilizada con fines de investigación.
Entiendo que fui elegido/a para ésta investigación por ser hijo adolescente
y/o adulto de Profesora de la Facultad de Medicina de a Universidad de
Los Andes, con hijos adolescentes y/o adultos. Además doy fe de que
estoy participando de manera voluntaria y que la información que aporto
es confidencial, de manera que no se revelara a otras personas, por lo
tanto no afectará mi situación personal. Así mismo, sé que puedo dejar de
proporcionar la información que se me solicita en cualquier momento,
incluso después de llenar la encuesta.
Además afirmo que se me dio suficiente información sobre los aspectos
éticos y legales que involucra mi participación y que puedo obtener más
información en caso que lo considere necesario con la profesora Pierina
Petrosino Tepedino, Investigadora responsable del Estudio:
Departamento Patología al número de teléfono (0274) 24º3202.

Fecha: ________________ ________________________

211
Firma del (de la) Participante

____________________________
Firma del Investigador Principal

UNIVERSIDAD DE LOS ANDES

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE MADRID

DOCTORADO EN PATOLOGÍA EXISTENCIAL E INTERVENCION


EN CRISIS. 2012

CUESTIONARIO PARA LOS HIJOS DE LAS MADRES


PROFESIONALES DE LA SALUD

INSTRUCCIONES

1.- Por favor lea con detenimiento.


2.- Señale claramente la opción elegida.
3.- El cuestionario es anónimo. Se garantiza la confidencialidad, y los
datos solo serán tratados de manera colectiva.
4.- Una vez finalizada la investigación, los resultados serán
publicados.
5.- Muchas gracias por su colaboración.

I PARTE:

EDAD____ SEXO______ ESTADO CIVIL: Casado/a____ Soltero/a____


Divorciado/a____ Viudo/a____

NIVEL DE INSTRUCCIÓN: Primaria_____ Bachillerato ____ TSU_____

Estudiante Universitario________ Universitario______

Tiene Hijos : Si____ No______

Hijos Edad Sexo Cuidador Parentesco (Padre;


Abuelo/a; Tio/a;
Hermano/a; niñera;
domestica; guardería;

212
otros

Masculino Femenino si no

II PARTE

CUESTIONARIO DE APEGO ADULTO

(Melero, R y Cantero, MJ, 2005)

A continuación encontrarás una serie de afirmaciones, marca con una X el número que
corresponda al grado en que cada una de ellas describe tus sentimientos o tu forma de
comportarte en tus relaciones.

1 2 3 4 5 6

Completamente Bastante en Algo en Algo de Bastante de Completamente en


desacuerdo desacuerdo desacuerdo acuerdo acuerdo de acuerdo

1 2 3 4 5 6

1 Tengo facilidad de expresar mis sentimientos y emociones

2 No admito discusiones si creo que tengo razón

3 Con frecuencia, a pesar de estar con gente importante para mí me


siento solo y falto de cariño

4 Soy partidario a del “ojo por ojo y diente por diente”

5 Necesito compartir mis sentimientos

6 Nunca llego a comprometerme seriamente en mis relaciones

7 Si alguien de mi familia me lleva la contraria, me enfado con facilidad

8 No suelo estar a la altura de los demás

213
9 Creo que los demás no me agradecen lo suficiente todo lo que hago
por ellos

10 Me gusta tener pareja pero temo ser rechazado por ella

11 Tengo problemas para hacer preguntas personales

12 Cuando tengo problemas con otra persona, no puedo dejar de


pensar en ello

13 Soy muy posesiva en todas mis relaciones

14 Tengo sentimientos de inferioridad

15 Valoro mi independencia por encima de todo

16 Me siento cómoda en las fiestas o reuniones sociales

17 Me gusta que los demás me vean como una persona indispensable

18 Soy muy sensible a las críticas de los demás

19 Cuando alguien se muestra dependiente de mí, necesito


distanciarme

20 Cuando existe una diferencia de opiniones, insisto mucho para que


se acepte mi punto de vista

21 Tengo confianza en mi mismo

22 No mantendría relaciones de pareja estable para no perder mi


autonomía

23 Me resulta difícil tomar una decisión a menos que ya sepa lo que


piensan los demás

24 Soy rencoroso

25 Prefiero relaciones estables a parejas esporádicas

26 Me preocupa mucho lo que la gente piense de mi

27 Cuando tengo un problema con otra persona, intento hablar con ella
para resolverlo

28 Me gusta tener pareja, pero al mismo tiempo me agobia

29 Cuando me enfado con otra persona, intento conseguir que sea ella
la que venga a disculparse

214
30 Me gustaría cambiar muchas cosas de mi

31 Si tuviera pareja y me comentara que a alguien del sexo contrario le


parece atractivo, me molestaría mucho

32 Cuando tengo un problema se lo cuento a una persona con la que


tengo confianza

33 Cuando abrazo a beso o alguien que me importa estoy tenso/a y


parte de mí se siente incómodo/a

34 Sé que necesito más cuidados que la mayoría de las personas

35 Soy una persona que prefiere la soledad a las relaciones sociales

36 Las amenazas son una forma eficaz de solucionar ciertos problemas

37 Me cuesta romper una relación por temor a no saber afrontarlo

38 Los demás opinan que soy una persona abierta y fácil de conocer

39 Necesito comprobar que realmente soy importante para la gente

40 Noto que la gente suele confiar en mí y valoran mis opiniones

GRACIAS POR SU AMABLE COLABORACIÓN

215
216

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