Dossier de La Batalla de Villamontes
Dossier de La Batalla de Villamontes
Dossier de La Batalla de Villamontes
"En medio de este arduo tronar de calibres de todas clases, tuvieron que abatir su
furia, como desgarrándose en pedazos, las unidades de élite del ejército
paraguayo. Fueron los regimientos Sauces, Corrales, Mariscal López, Rubiñú,
Lomas Valentinas, Valois Rivarola, Cerro Corá y otros los que fueron dispersando
braveza, energías enloquecidas y miembros mutilados a lo largo de la resistencia
incólume de Villamontes. Hubo casos tan horrorosos como el del regimiento
Sauces, que ingresando en la zona de fuero con 800 hombres la abandonó sólo cn
78 sobrevivientes, según confesión de prisioneros".
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El intento sorpresivo de atravesar la cordillera por Ñancorainza fue oportunamente
descubierta porque la unidad atacante cometió el error de cortar la línea telefónica
que enlazaba al regimiento Ingavi con el Comando de la Séptima División, cuyo
puesto comando se encontraba instalado en Ivo. Extrañado el coronel Demetrio
Ramos por haberse silenciado la comunicación con uno de sus regimientos y
temiendo lo peor, de inmediato destacó refuerzos y los morteros entraron en acción
sembrando la muerte entre los atacantes, entre ellos el Regimiento San Martín,
conformado en su mayoría por mercenarios argentinos.
Los defensores del sector Villamontes tenían conocimiento antelado que el ataque
principal se iniciaría el 16 de febrero -35 y efectivamente eso sucedió cuando el
Primer Cuerpo de Ejército paraguayo logró abrir un bolsón en Caigua, habiendo
logrado penetrar casi un kilómetro, pero las fuerzas de contención lo rodearon por
el frente y flancos y abrieron un fuego infernal con ametralladoras, artillería,
morteros y aviación, sembrando la muerte y restituyeron la línea de trincheras.
Ese antelado aviso llegó desde Buenos Aires, de la boca de un nuevo espía militar
argentino reclutado el mes de octubre - 34. Este espía era el mismísimo Ayudante
de Campo - el capitán Guillermo Mac Hannover - del general Ramón Molina, Jefe
de Estado Mayor del Ejército argentino que presidía los trabajos de planeamiento
de las operaciones militares paraguayas. El reclutamiento de este valioso espía
logrado por mediación de otro espía, el teniente Thelmo Azpilicueta, recién en ese
mes de octubre, explica del por qué el Ejército de Bolivia no tuvo conocimiento de
anteriores planes operativos, que mediante el método de "Estudios de Estado
Mayor", Molina, con sus generales y coroneles abordaban el análisis de la situación
de determinado momento por el que atravesaban ambos adversarios y formulaban
sus recomendaciones pertinentes al mando militar paraguayo. También este
reciente reclutamiento explica del por qué, en los archivos de la Cancillería
boliviana, se encuentran únicamente los Estudios de Estado Mayor, elaborados a
partir del mes de septiembre - 34, esto es, desde que el Destacamento Toro librara
la exitosa batalla de Carandaiti en el mes de octubre y parte de noviembre.
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Sobre los resultados de una parte de la batalla de Villamontes, el Comando en
Jefe del Ejército en Campaña, a través de Radio Illimani de La Paz dio a conocer
con este comunicado:
……………………….
Lo que se lee más arriba y en esos términos, forma parte de la bibliografía (libros)
utilizada por el coronel Edmundo Paz Soldán Pol, para escribir el suyo: “GUERRA
DEL CHACO, planes y conducciones de operaciones militares”.
Con esto, el coronel Paz Soldán nos da a entender que el general Molina del
ejército argentino, escribió un libro, dando a conocer su testimonio sobre la
participación de su estado mayor en la planificación de las operaciones militares
paraguayas y no sólo para el caso de la Batalla de Villamontes; existen en archivos
de la Cancillería boliviana trabajos de estado mayor anteriores, abordados por el
mando militar argentino.
El general Molina, durante la Guerra del Chaco se desempeñó como Jefe de
Estado Mayor del ejército argentino y en cumplimiento al Decreto Supremo
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(reservado) emitido el 8 de febrero de 1932 por el presidente Pedro Justo, en algún
momento organizó un equipo de planeamiento de estado mayor, conformado por
coroneles y generales. Una organización de esta naturaleza trabaja las 24 horas
del día, siguiendo con detalle el curso de los eventos que suceden en el terreno de
las operaciones, analizándolos, para luego, en el caso que nos ocupa, proponer al
mando paraguayo acciones a ejecutar, entre estos, tipos de maniobra y sus
correspondientes ideas de maniobra.
Para el caso de la conquista de Villamontes hizo lo propio. Tengo en mi poder y
escaneados, varios estudios de estado mayor argentinos que dan cuenta del
seguimiento y correspondiente análisis, que ese equipo de estado mayor realizó
desde después de la batalla de El Carmen (12 al 16 de noviembre de 1934), hasta
después del 20 de marzo de 1935. Algunos de estos estudios se encuentran
textualmente insertados en el libro titulado SALAMANCA, cuyo autor es el boliviano
Demetrio Canelas.
Retomando el libro del coronel Paz Soldán, a continuación, transcribo lo que
escribe en la página 124 y 125:
“El estado mayor General Argentino, en su permanente trabajo de asesoramiento al
Alto Comando paraguayo, había elaborado el siguiente plan para el ataque a
Villamontes”:
“El general Ramón Molina del Estado Mayor General argentino, dentro de los
asesoramientos al Alto Mando militar paraguayo, reiteraba sus sugerencias para un
ataque de las tres columnas o Cuerpos de Ejército contra Villamontes, en la última
etapa de la guerra. Propuso el envolvimiento de doble tenaza que cortase los
caminos Villamontes – Tarija y Villamontes – Yacuiba. De este modo, el estratega
argentino, creía que se definiría la guerra a favor del Paraguay. La columna
envolvente se introduciría al Oeste de Villamontes un poco más arriba de D
´Orbigny, cortando el camino Villamontes a Yacuiba. La columna de la derecha,
desde su base de “27 de noviembre”, avanzaría por Boyuibe con la ayuda de la
columna central y ambas seguirían a Villamontes para rodear esta plaza por el
Norte y cortar el camino Villamontes – Tarija. El estudio terminaba comentando que
la operación era difícil, pero de capital importancia para el Comando paraguayo,
pues produciría el definitivo aniquilamiento de las fuerzas bolivianas, ya que los
defensores de Villamontes con sus comunicaciones cortadas no tendrían más
remedio que combatir hasta morir o entregarse” ….
“El pensamiento operativo del Alto Mando paraguayo para la conquista de
Villamontes se basaba pues en el Plan del Estado Mayor General argentino, con
cuya estrategia ofensiva se conseguiría – fácilmente – la destrucción del ejército
boliviano y por consiguiente, el fin de la guerra”.
COMENTARIO:
La sucinta ponencia en estas páginas sobre el “pensamiento militar argentino”; es
decir, sobre la directiva militar encubierta con el eufemismo de: “Consejos”,
“Asesoramiento”, o simplemente remitiendo al mando paraguayo los “estudios de
estado mayor”, realizados en Buenos Aires, coinciden con el análisis realizado por
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el suscrito y publicado en este sitio, en semanas pasadas y que más abajo lo
anexo, como apoyo a la interpretación que deseara algún lector realizar, a lo
analizado por el coronel Paz Soldán, en las páginas mencionadas.
Aunque entre ambos análisis, existe una pequeña diferencia.
El coronel Paz Soldán escribe:
… “La columna de la derecha, desde su base de “27 de noviembre”, avanzaría por
Boyuibe” …
En realidad, esa “base” (base de maniobra), que menciona, no era “27 de
Noviembre”, sino, Boyuibe, situado mucho más al sudoeste (ver imagen).
Con referencia a “27 de Noviembre”, lo que en uno de sus estudios de estado
mayor prescribe el general Ramón Molina, es, el de destacar a este punto crítico
una fuerza, para adoptar una posición defensiva, con la finalidad de detener un
probable envolvimiento boliviano por esta ruta, con unidades procedente de Santa
Cruz. Esta protección de su flanco derecho (en “27 de Noviembre”, le permitiría a
los tres Cuerpos de Ejército paraguayos, operar con relativa tranquilidad sobre
Villamontes.
Aclarar que para diciembre de 1934, en que el Estado Mayor argentino le venía
presionando a Estigarribia para que se apresurara en conquistar Villamontes, esa
“fuerza envolvente procedente de Santa Cruz”, no existía. Recién se lo fue
organizando en Saipurú (norte de Charagua) y entró en combate el 17 de abril de
1935, cuando ya había terminado la Batalla de Villamontes, con una severísima
derrota al ejército invasor, al provocarle alrededor de 9 mil bajas, la mayor parte
muertos.
Finalmente señalar:
El libro publicado por el Jefe de Estado Mayor del Ejército argentino, general
Ramón Molina, nos hace deducir que el mando militar boliviano, equivocadamente
tenía entendido que venía luchando intelectualmente contra el mando militar
paraguayo. En realidad, lo venía haciendo y desde casi un principio de la guerra,
contra el mando militar argentino, dotado de mayores recursos logísticos y
tecnológicos, perteneciente a un país considerado en esa época como la quinta
potencia del mundo, cuyo gobierno, además de emplear a su poder militar contra
Bolivia, invirtió y generosamente sus recursos financieros e influencia diplomática
internacional.
Con esta batalla perdida – la de Villamontes – en que el mando militar argentino
tenía cifradas todas sus esperanzas para que su país se apoderara de los
Departamentos de Santa Cruz, Tarija y de una parte del Departamento de
Chuquisaca, demostró que la VOLUNTAD DE VENCER del mando militar
argentino, finalmente fue doblegada por el mando militar boliviano.
Las siguientes dos batallas- de Camatindi y del Parapetí – terminaron por
convencer al general Ramón Molina que su brazo ejecutor – el ejército paraguayo
- , de continuar la guerra, sería casi por completo aniquilado. En tan crítica
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situación de su aliada, entró en acción el arma diplomática, en la persona del
Canciller argentino que logró detener su desgaste final. A estas alturas – mayo de
1935 - al ejército paraguayo sólo le quedaban en la zona de combate, alrededor de
12.500 hombres.
Para una mayor comprensión de la interpretación que realiza el coronel Edmundo
Paz Soldán, sobre la concepción estratégica operativa del general argentino
Ramón Molina, sugiero leer el siguiente artículo:
……………………….
TIPO DE MANIOBRA:
Doble envolvimiento.
IDEA DE MANIOBRA:
Segundo Cuerpo de Ejército: mediante una maniobra de envolvimiento, atacar
desde el sur de Boyuibe, para capturar la retaguardia profunda del sistema
defensivo de Villamontes, debiendo para este propósito alcanzar rio Río Pilaya,
afluente del río Pilcomayo y límite entre los Departamentos de Chuquisaca y Santa
Cruz.
CONDICIONES DE EJECUCIÓN:
El segundo Cuerpo debe asegurar el flanco derecho para detener la posible
progresión de fuerzas bolivianas destacadas desde Santa Cruz.
Plazo máximo para la captura del objetivo de la guerra: 20 de febrero de 1935
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………………..
ACLARACIONES
“1ro. Que tropas continúen por ahora, ofensiva con el objetivo limitado a fin tratar
converger hacia oeste Carandaití y este Villamontes para así tener asegurada su
libertad de acción”.
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Villamontes, puedan intervenir y cortar líneas comunicaciones. De acuerdo con
esta forma proceder, comando paraguayo puede dentro sesenta días reunir tropas
al este y sudeste de Villamontes y allí hacerse fuerte o según acontecimientos
proseguir ofensiva contra Villamontes; pero nuevamente aconsejamos mucha
prudencia y si ahora es necesario continuar ofensiva, hay que estudiar muy bien
acontecimientos y proceder en consecuencia”.
Prosigamos.
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Para el 17 de enero, el ejército invasor llegó a Capirenda y más al norte, su
Destacamento Garay, por el camino 27 de Noviembre se aproximaba al Río
Parapetí. Simultáneamente a esto y como se señaló más arriba, en Saipurú se
organizaba el Segundo Cuerpo de Ejército boliviano al mando del coronel José
Anze, para lanzarse a la contraofensiva en la región del Parapetí que se haría
efectivo el 17 de abril.
Todo este avance paraguayo hacia las cordilleras y la llanura del Parapetí le habían
significado muchas bajas y extremas fatigas a su personal. Sobre esto, el mando
militar argentino, se refiere en estos términos:
Tantísimas bajas había sufrido el ejército invasor, que el mes de diciembre de 1934
fueron reclutados niños comprendidos entre 15 y 16 años de edad y empleados
casi sin instrucción frente a Boyuibe y en la región del Parapetí; en estos sectores
serían aniquilados a partir del 9 de marzo – 35.
Muy a pesar de semejantes deficiencias insalvables que incluso eran similares con
lo que el Presidente Ayala manifestaba, el Estado Mayor argentino no cejaba en su
empeño de presionar a Estigarribia para apoderarse de Villamontes, más todavía
cuando el ejército boliviano fue aparentemente dividido en dos y sin mayores
posibilidades de actuar en conjunto.
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La mayor presión argentina para capturar Villamontes se hizo patente con una
nueva instrucción remitida el 31 de enero, priorizando esta vez la captura de
Villamontes (ver imagen de la carta de operaciones):
…” Conforme con anterior estudio pudo asegurarse caída Carandaití, aunque fue
evacuado por tropas bolivianas obedeciendo plan de su comando. Absolutamente
indispensable acelerar acciones para aislar Villamontes y librar allí batalla definitiva
porque lo contrario significa muerte operaciones paraguayos que hay que evitar
todo trance. … Por eso aconsejamos celeridad ya que no quiso escuchar nuestra
opinión de no avanzar Al oeste de Ingavi – Ballivián. Ya que se ha hecho,
aconsejamos que ambas columnas norte, marchen rápidamente para librar acción
decisiva Villamontes. Para esto, es necesario:
“PRIMERO”:
Columna Bernabé se apodere cuantos antes, de Machareti y lance sudoeste tropas
para cruzar Pilcomayo a la altura de confluencia con el Río Pilaya interceptando
camino Tarija – Villamontes.
“SEGUNDO”:
“Columna Ramos marche cuanto antes dirección Villamontes siguiendo con una
agrupación por el norte ya sea por Camatindi Guazú o por Caiza pasando por
Laguna Blanca. Otra agrupación debe dirigirse directamente hacia Villamontes para
atacarla de frente, mientras agrupación norte y columna Bernabé ataquen por el
norte y noroeste”.
“TERCERO”:
Aprovechar obstáculos naturales colinas para impedir auxilios Santa Cruz”.
“CUARTO”:
“Columna sud de coronel Fernández debe también apresurar marcha para
apoderarse camino Villamontes a Villa Ingavi por San Antonio y Aguaray y de allí
amenazar Villamontes por el sur y oeste”.
“QUINTO”:
“Recomendamos rapidez ganar tiempo”.
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“SEXTO”:
"Cumplido lo expuesto, puede Bolivia evacuar Villamontes para ofrecer nuevas
resistencias más al oeste en terreno más propicio. En este caso, aconsejamos al
Paraguay que una vez reunidas tres columnas en Villamontes y alrededores, no
debe avanzar más al oeste, sino reorganizar y ocupar defensivamente terreno”.
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“Operaciones desarróllanse lentamente por paraguayos cuyas ofensivas han sido
detenidas…Estas paralizaciones del ejército paraguayo llaman atención
habiéndose advertido a su comando el peligro de dejar débilmente protegida su ala
norte, donde precisamente comando boliviano ha llevado recia ofensiva derrotando
o por lo menos neutralizando ventajosamente avance de segundo cuerpo
paraguayo, derrotándolo en Ñancorainza con lo que se ha evitado envolvimiento de
Villamontes por el norte y noroeste… Situación cuerpo primero y tercero es igual
anterior estudio.- Primer cuerpo sigue presionando frente, pero sin intensidad por
difícil situación geográfica y por gran peligro que tropas Tarija puedan dirigirse sud
Villamontes para meterse como cuña entre primer y tercer cuerpo aislándolos
completamente del segundo, que dirigiría tropas contra primer y tercer cuerpos.-
Este es grave peligro para paraguayos”.
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Efectivamente, al finalizar la primera semana de marzo -35, el Segundo Cuerpo de
Ejército paraguayo, el mismo que había intentado atravesar las serranías de la
cordillera del Aguarague, volverá a reeditarlo con su Octava División, esta vez por
el norte de Boyuibe, partiendo de Itatique, en coordinación con la Sexta y Novena
Divisiones que aferrarán el dispositivo defensivo boliviano instalado en Abra de
Ururigua, dando lugar la denominada Batalla de Camatindi, donde en menos de
cinco días, este Segundo Cuerpo será casi aniquilado. Más al norte, en la región
del Parapetí, el 17 de abril, el ejército boliviano y en coordinación entre el Segundo
Cuerpo de Ejército y el Cuerpo de Caballería en el Sector Central, serán lanzados a
la contraofensiva donde otra vez, el ejército invasor sufrirá nuevas e importantes
bajas. Esta contraofensiva se prolongará hasta el mes de mayo; para entonces, el
ejército paraguayo, en toda la zona de combate será reducido a unos 13 mil
hombres, de un total promedio de 35 mil hombres.
“b.- Críticos militares argentinos suponen que comando boliviano trata de facilitar
ataque paraguayo por el norte Villamontes para después realizar golpe decisivo
que aniquilaría al Paraguay”.
“c.- Explican tardanza de ofensiva boliviana que temen se produzca con resultado
desastroso para Paraguay”.
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“d.- Considerase peligrosa situación ejército paraguayo que en dos meses más
quedaría desecho”.
EN SÍNTESIS:
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del ejército boliviano y su oponente y apropiados para su nivel de planeamiento – el
estratégico operativo - hacían abstracción de detalles que le correspondían al
comando paraguayo analizarlos para luego planificar y convertirlo en un producto
denominado "Orden de Operaciones".
FUENTES CONSULTADAS:
“SALAMANCA”, Tomo IV, de David Alvestegui.
“VILLAMONTES”, Tomo II, de Juan Lechín Suárez.
Archivos de la Cancillería del Estado.
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REFERENCIAS QUE DEJAN TRASLUCIR LA MAGNITUD DE BAJAS
PRODUCIDAS AL ADVERSARIO EN LA BATALLA DE VILLAMONTES
"En medio de este arduo tronar de calibres de todas clases, tuvieron que abatir su
furia, como desgarrándose en pedazos, las unidades de élite del ejército
paraguayo. Fueron los regimientos Sauces, Corrales, Mariscal López, Rubiñú,
Lomas Valentinas, Valois Rivarola, Cerro Corá y otros los que fueron dispersando
braveza, energías enloquecidas y miembros mutilados a lo largo de la resistencia
incólume de Villamontes. Hubo casos tan horrorosos como el del regimiento
Sauces, que ingresando en la zona de fuero con 800 hombres la abandonó sólo cn
78 sobrevivientes, según confesión de prisioneros".
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Los primeros ataques paraguayos que se desencadenaron a partir del 7 de febrero
- 35, se orientaron al frente mismo de la posición defensiva boliviana, gravitando
con su esfuerzo principal al sub sector norte. La finalidad fue el de hacer creer al
mando boliviano, que los ataques serían frontales. El verdadero ataque se inició al
día siguiente 8 de febrero, pero no al frente, sino, a casi 100 kilómetros al norte de
Villamontes, es fue, por Ñancorainza, señalado por la Directiva militar emitida
desde Buenos Aires, como la dirección de la maniobra de envolvimiento del norte,
con la finalidad de capturar río Pilaya situado detrás de la cordillera del Aguarague.
Similar maniobra de envolvimiento se estableció para arribar al mismo río Pilaya,
en este caso por el sur, bordeando la población de Yacuiba. Estas maniobras que
en la doctrina militar boliviana se la conoce como "de doble envolvimiento", no
llegaron a materializarse, porque era imposible atravesar semejante cordillera.
Ese antelado aviso llegó desde Buenos Aires, de la boca de un nuevo espía militar
argentino reclutado el mes de octubre - 34. Este espía era el mismísimo Ayudante
de Campo - el capitán Guillermo Mac Hannover - del general Ramón Molina, Jefe
de Estado Mayor del Ejército argentino que presidía los trabajos de planeamiento
de las operaciones militares paraguayas. El reclutamiento de este valioso espía
logrado por mediación de otro espía, el teniente Thelmo Azpilicueta, recién en ese
mes de octubre, explica del por qué el Ejército de Bolivia no tuvo conocimiento de
anteriores planes operativos, que mediante el método de "Estudios de Estado
Mayor", Molina, con sus generales y coroneles abordaban el análisis de la situación
de determinado momento por el que atravesaban ambos adversarios y formulaban
sus recomendaciones pertinentes al mando militar paraguayo. También este
17
reciente reclutamiento explica del por qué, en los archivos de la Cancillería
boliviana, se encuentran únicamente los Estudios de Estado Mayor, elaborados a
partir del mes de septiembre - 34, esto es, desde que el Destacamento Toro librara
la exitosa batalla de Carandaiti en el mes de octubre y parte de noviembre.
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