Dussel - 1492
Dussel - 1492
Dussel - 1492
El eurocentrismo
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1
La palabra española "desarrollismo" es intraducible al alemán o inglés. Su
raíz (desarrollo: Entwicklung, development) no permite la construcción de
derivado despectivo, negativo, excesivo; como por ejemplo para "ciencia": el
"cientificismo (Scientifizismus)" o el "cientificista (scientifizist)". Debería ser
algo así como "developmentism" (o "developmentalism"). Se trata de una
posición ontológica por la que se piensa que el "desarrollo" (=desarrollismo)
que siguió Europa deberá ser seguido unilinealmente por toda otra cultura.
Por ello, la "falacia del desarrollo" (=falacia desarrollista) no es ya una cate-
goría sociológica o económica, sino una categoría filosófica fundamental. Es
el "movimiento necesario" del Ser, para Hegel; su "desarrollo" inevitable. El
“eurocentrismo” cae en la "falacia desarrollista" -son dos aspectos de "lo
Mismo".
14
"Ilustración (Aujklärung) es la salida 2 por sí misma de la humani-
dad de un estado de inmadurez culpable (verschuldeten Unmün-
digkeit) [...] La pereza y la cobardía son las causas por las que gran
parte de la humanidad permanece gustosamente en ese estado de in-
madurez" 3.
Espíritu se le aproxima (sowie der Geist sich ihr näherte) [...] La infe-
rioridad de estos individuos en todo respecto, es enteramente evi-
dente" 9.
Ante esa Europa del Norte, nadie podrá ya (como hoy ante Estados
Unidos) pretender tener derecho alguno, tal como lo expresa Hegel en
su Enciclopedia:
" Aquí se encuentran las tierras de Marruecos, Fás (no Fez), Argel,
Túnez, Trípoli. Puede decirse que esta parte no pertenece propiamente
a Africa, sino más bien a España, con la cual forma una cuenca. El
polígrafo de Pradt dice por eso que en España se está ya en Africa.
[España...] es un país que se ha limitado a compartir el destino de los
grandes, destino que se decide en otras partes; no está llamada a ad-
quirir figura propia" 39.
De la "invención" al
"descubrimiento" del Nuevo Mundo
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1
FCE, México, 1957, p.12.
2
Del libro ya citado en nota 1. Véase la reacción de Wilcomb E. Washbum,
"The Meaning of Discovery in the Fifteenth and Sixteenth Centuries", en The
American Historical Review, 1 (1962),pp. 1-21.
24
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19
Martín Fernández de Navarrete. Colección de los viajes y descubrimientos.
Madrid. 1825. t. II. p. XVII.
20
En el mapa de Martellus (1489) (Apéndice 4) se lee "Tartaria per totum".
Los "Kanes" eran los jefes guerreros de los mongoles que dominaban Kiev
y Moscú. Los renacentistas proyectaban esa organización y nombres hasta
el extremo del Asia. Por lo que Colón estaba buscando reinos gobernados
por Kanes: la China.
21
Se trata de la tradición de Roma de que había un Preste Juan que había pe-
dido establecer contactos con Roma. Se trata de los coptos de Etiopía (que
del este del Africa se los proyecta al este del Asia). En el mapa de Martellus
(Apéndice 4) leemos en una región al norte del "Sinus Magnus": "Hic domi-
nat Presbiter Johannes emperator totius Indiae".
22
Bien sabía Colón el gusto y trabajos que le había dado, y le seguía dando a
los reyes. la toma de Granada. Boadbdil vivía todavía en la península y
cientos de miles de musulmanes, los moriscos, estaban lejos de haberse
conformado con su suerte.
23
Este es el sentido de "Expediciones de descubrimiento".
24
Diario del primer y tercer viaje de Cristóbal Colón, en la versión de B. de
las Casas. ed. cit., p. 41.
27
"A las dos horas después de media noche [de1 12 de octubre] apareció
la tierra [...] una isleta de los lucayos, que se llamaba en lengua de in-
dios Guanahaní. Luego vieron gente desnuda [...] gente muy pobre de
todo. Ellos andaban todos desnudos como su madre los parió" 26.
"Mas, por no perder tiempo, quiero ir a ver si puedo topar a la isla de
Cipango" 27.
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25
El mapa de Martellus, Apéndice 4, une China (Cataro, Quinsaii, Mangi) con
América del Sur. El "Sinus Magnus" reemplaza al Océano Pacífico y el río
Orinoco o el Amazonas se extienden en el sur de la China.
26
lbid., p. 57.
27
lbid., p. 58, el día 13 de octubre de1 1492.
28
Subrayo yo, y remito al sentido 5 y 7 del Apéndice 1. En O'Gorman el con-
cepto de "cultura de Occidente" no ha sido previamente aclarado (véanse
otros ejemplos del uso de estas palabras en La invención de América, pp.
15, 98-99, etc.). Se dice: "En la invención de América y en el desarrollo
histórico que provocó hemos de ver, pues, la posibilidad efectiva de la uni-
versalización de la Cultura de Occidente como único programa [sic] de
vida histórica capaz de incluir y ligar a todos los pueblos, pero concebido
como tarea propia y no ya como el resultado de una imposición imperialista
y explotadora" (lbid., p. 98). Esto es justamente lo que llamaremos "euro-
centrismo" en las élites de la Periferia. Ahora claramente en el sentido 8 del
Apéndice 1.
29
La invención de América, p. 34.
28
reo" (Malaca) 30, sin haber por ello llegado aún al continente
asiático. En su segundo viaje 31, en 1493, Colón debe aportar "prue-
bas" de la "asiaticidad" de lo explorado. Recorre Cuba hacia el
Oriente, y piensa que es ya el Continente, la cuarta gran Península, no
lejos del Quersoneso Aureo, y al tomar hacia el Sur cree que ha estado
navegando junto a Mangi (China) 32y que pronto podrá dirigirse ha-
cia la India. Sin embargo, no puede aportar tampoco "pruebas" defini-
tivas. Cuando regresa en 1496, Colón tiene conocimiento de que han
habido otras exploraciones. Se sabe que hay una gran masa "asiática"
continental al sur de las islas descubiertas 33. Esto favorece la pro-
puesta de Colón: esa masa es la cuarta península asiática 34, no lejos
del Quersoneso Aureo, que es más grande de lo antes supuesto. Para
confirmar esto, en el tercer viaje, parte decididamente hacia el Sur
(para pasar por debajo de la cuarta península; la China era como
América del Norte, y la península se extendía hacia el Sur: Sudaméri-
ca, pero como parte del Asia). Colón, en efecto, toca el norte de Suda-
mérica, la isla Trinidad; poco después navegaba por las "aguas dulces"
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30
O'Gorman muestra que en tiempos de Colón se pensaba que esta península
(el "Quersoneso Aureo", hoy Malaca) podía ser pequeña y en la posición
aproximada que tiene realmente; que se internaba hacia el Sur desde las
costas de la China, al oeste del "Sinus Magnus". Colón, por el contrario,
pensaba en la "cuarta península" y tenía que "validar" esta última hipótesis.
La obra de Gustavo Vargas Martínez, América en un mapa de 1489, inédi-
to, Bogotá, 1991, muestra que el "Segundo Quersoneso Aureo" es China y
América del Sur (como puede verse en el mapa de Martellus, Apéndice 4).
31
En un sentido histórico-mundial este segundo viaje es ya completamente
distinto al primero. Este segundo es, formalmente, el comienzo de la Con-
quista -aunque postergaremos esta figura hasta la "conquista" de México-.
De este segundo viaje escribe Bartolomé de las Casas: "En breves días se
aparejaron en la bahía de Cádiz diez y siete navíos grandes [...] bien
proveídos y armados de artillería y armas [subrayo yo]. Trujo muchas ar-
cas [...] para oro y otras riquezas de las que los indios [¡del Asia!] tuviesen.
Llegáronse mil quinientos hombres, todos o todos los más a sueldo de sus
altezas" (Historia de las Indias, I, cap. 40; BAE, Madrid, 1957, vol. I,
pp.139-140). Ya no es el "mercader" del Mediterráneo; ahora es el guerrero,
la violencia, las armas, los soldados, los cañones. Son soldados que, estando
"desocupados" después de la toma de Granada de los musulmanes, los reyes
los "emplean" para sacárselos de encima: los envían hacia las Indias. Termi-
na la "Reconquista" comenzada en 718, y se inicia inmediatamente la "Con-
quista".
32
La masa continental A del mapa del Apéndice 3 "Mangi" aparece en el
mapa de Martellus (Apéndice 4).
33
Región indicada en el mapa de Martellus (Apéndice 4) como "cuarta
península" (masa continental B del Apéndice 3).
34
La primera es la península arábiga, la segunda la India, la tercera el Quer-
soneso (Malaca) y la cuarta " América del Sur" colocada como continuación
de la China en el mapa de Martellus.
29
del delta del Orinoco -corriente de un río mayor que el Nilo y nunca
visto de tal tamaño en Europa-. Colón entonces, siempre "en Asia",
tiene conciencia de haber descubierto una región del Asia al este del
Quersoneso. Vuelve a España, sin la "prueba" concluyente del camino
hacia la India. Nuevamente en el cuarto viaje, de 1502 a 1504, buscan-
do siempre el camino hacia la India, se interna hacia el continente 35
y toca lo que hoy llamamos Honduras (para Colón parte de la China),
y, recorriendo la costa hacia el Sur, se anima al encontrar, pareciera,
por fin la ruta. En efecto, pasando junto a Panamá le informan los "in-
dios" (asiáticos) que hay un gran Mar del otro lado del istmo. Colón
tiene ahora la certeza de que es el "Sinus Magnus", y que está cerca, a
sólo diez jornadas de navegación, del río Ganges 36. De regreso,
desde Jamaica, escribió a los reyes el 7 de julio de 1503, indicando
que la península asiática se prolongaba hacia el Sur.
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50
Véase "Catigara" (hoy aproximadamente en el Perú) en el mapa de Marte-
llus (Apéndice 4). Arnold Toynbee coloca a Cattigara cerca de Macao
("Historical Atlas and Gazette", en A Study of History, Oxford Univ. Press,
London, 1959, p. 131). Puede entonces verse claramente la confusión acer-
ca de la cercanía entre China y América del Sur por el Pacífico.
51
Carta de 18 de julio de 1500 (Vespucci, Cartas, 98; cit. O'Gorman, Op. cit.,
p. 122).
52
Siguiendo el recorrido inicial de la flecha 5 hasta el signo de pregunta (?),
en Apéndice 3, pero perfectamente dibujado en 1489 por Martellus (Apén-
dice 4).
53
Véase Pierre Chaunu, Conqüete et exploitation des Nouveaux Mondes,
PUF, Paris, 1969, pp. 177 ss. El dominio del "Mar islámico" o "Mar árabe"
se realizará entre 1500 a 1515. Amerigo Vespucci tuvo alguna noticia del
comienzo de esta empresa, por encontrarse con Alvarez Cabral de regreso
de la India (en 1501 en las islas del Cabo Verde).
54
Véase, Die grosse Entdeckungen, t. II, pp. 174-181.
34
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55
Hemos ya indicado esa masa en el mapa de Martellus Apéndice 4.
56
Vespucci describe muchos elementos: que ha llegado hasta 50 grados de
latitud sur, que ha descubierto nuevas estrellas, que es un continente, y con
tantos y tan extraños animales, que no cree hayan "podido entrar en el Arca
de Noé", etc. (Die grossen Entdeckungen, pp. 176-177).
57
"Ich habe ein Viertel der Erde umsegelt" (Ibíd., p. 176). O'Gorman indica
que esto no significa un "cuarto continente" (Op. cit., p. 125), pero, nos pre-
guntamos, ¿qué otra idea nos da al proponer una "Cuarta Parte" sino un
nuevo continente?
58
Véase más adelante la Conferencia 6. Excurso.
59
Op. cit., p. 62. Para O'Gorman esto no tiene nada de original. Sin embargo,
se le pasa desapercibido que, al mismo tiempo, Vespucci tiene ahora un
nuevo sentido de "mundo": el "Nuevo" y "Viejo" mundo forman parte de
Un solo "mundo". Se ha universalizado la visión del "Viejo" mundo, que al
ser "Viejo" ya no es el" Actual". Es decir, existe un "Nuevo" horizonte que
comprende a los viejo y nuevo mundos: el horizonte de la Modernidad na-
ciente, en la conciencia empírica del mismo Vespucci: Viejo Mundo + Nue-
vo Mundo (nueva particularidad) un Nuevo Mundo Planetario (nueva uni-
versalidad). "Eurocentrismo" será el identificar el Viejo Mundo (como
"centro") al Nuevo Mundo Planetario.
35
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60
Claro que todavía se trata sólo de la masa continental de Sudamérica. La
masa de la antigua China se seguía confundiendo con Norteamérica; podía
seguir siendo Asia y no se sabía si estaba o no unida a la masa del Sur
(Véase Die grossen Entdeckungen, pp. 13-17). En España, Portugal y Lati-
noamérica el nombre que quedará hasta entrado el siglo XIX es el de "Las
Indias Occidentales", pero nunca América (nombre dado por las potencias
nacientes europeas del Norte, que podrán desconocer desde finales del siglo
XVII a España y Portugal).
36
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61
Sentido ontológico y teológico providencialista de la "civilización" europea
en Hegel.
62
Philosophie der Geschichte, en Werke, Suhrkamp, Frankfurt, 1970, t.12, p.
538.
63
"... barbarischen Voelkern" (Ibíd.).
64
Este fue el tema originario de la Filosofía de la Liberación desde el 1969.
Todas mis obras, en especial Para una ética de la liberación latinoamerica-
na (Siglo XXI, Buenos Aires, t. I-II, 1973), y los tres tomos posteriores
-escritos hasta el momento del exilio en Argentina en 1975-, analizan esta
tesis. Desde el "segundo Heidegger", al fin de la década de1 60, desde la Es-
cuela de Frankfurt, especialmente Marcuse, tomando la posición ética de
Emmanuel Levinas, desarrollamos una ética desde "el Otro (Autrui)", como
indio, como mujer dominada, como niño alienado pedagógicamente, como
el punto de partida de la obra indicada en cinco tomos (escritos de 1969 a
1975, editados desde 1973 en Buenos Aires, hasta 1979 en México); es una
ética que analiza el hecho de la violenta "negación del Otro" americano des-
de el horizonte de "lo Mismo" europeo. En 1982, habiendo permanecido
buen tiempo para sus investigaciones en México, donde publiqué en 1977
nuevamente los tres primeros tomos de la Etica de la liberación, Tzvetan
Todorov escribe su obra La conquête de l'Amérique. La question de l'autre,
Seuil, Paris, donde desarrolla con mano maestra las mismas tesis. En 1978
37
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aparecía en la editorial Sígueme de Salamanca, mi obra Desintegración de
la cristiandad colonial y liberación, donde escribía en un parágrafo sobre
"La obra profético-apocalíptica de Las Casas" (pp. 146 ss.), y comentaba el
texto lascasiano de que "Dios ha de derramar sobre España su furor e ira",
exponiendo así la temática de la profecía, creída por Las Casas, de la des-
trucción de España por las injusticias cometidas en las Indias. Concluía:
"Bartolomé respeta al indio en su exterioridad [...] lo que indica exacta-
mente la capacidad de superar el horizonte del sistema para abrirse a la ex-
terioridad del otro como otro" (p. 147). Todorov retoma el tema, hasta con
los mismos textos (sin citar fuentes) y palabras (pp. 255 ss.). El título de es-
tas conferencias de Frankfurt expresa entonces mi posición teórica desde
hace más de veinte años. La cuestión de la aparición y negación del Otro
como "en-cubrimiento" fue el punto de partida originario de mi pensarnien-
to desde 1970 -expuesto reiterativamente, hasta por exceso, en obras publi-
cadas sólo en lengua española, que es como si permanecieran inéditas; es-
tigma de las culturas dominadas y periféricas.
65
Historia general y natural de las Indias, libro III, cap. 60.