Mod 7 - Guia 2 - Vampirizacion, Ovoidizcion y Zoantropiaf
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1. Vampirización y parasitismo
Vampirismo es un proceso obsesivo en que los Espíritus poco evolucionados,
arraigados a las pasiones inferiores, se imantan a la organización psicofísica de los
encarnados, absorbiéndoles la sustancia vital. (3).
El Espíritu que se alimenta de las emanaciones vitales de otro recibe el nombre de
vampiro o vampirizador.
“(...) vampiro es toda entidad ociosa que se vale, indebidamente, de las
posibilidades ajenas y, tratándose de vampiros que visitan a los encarnados, es necesario
reconocer que ellos atienden a los siniestros propósitos a cualquier hora, desde que
encuentren guarida en el estuche de carne de los hombres.” (20).
Tratándose del vampirismo de energías vitales, el proceso obsesivo se instala
debido a los desequilibrios morales de que aún somos portadores.
“La cólera, la intemperancia, los desvaríos del sexo, los vicios de varios matices,
forman creaciones inferiores que afectan profundamente a la vida íntima. Casi siempre el
cuerpo enfermo señala la mente enfermiza. “(21).
“Toda forma de vampirismo está vinculada a mente deficitaria, ociosa o inerte, que
se rinde, desajustada, a las sugestiones inferiores que la explotan sin defensiva.” (12).
Parasitismo es una relación existente entre dos seres vivos, en que uno se
beneficia del otro. De esa forma, el agente agresor es denominado parásito, mientras que el
ser agredido recibe el nombre de hospedero parasitado o, simplemente, parasitado.
Las formas primarias de parasitismo encontradas en la Naturaleza son los
microbios (bacterias, hongos, protozoos y virus) y algunos géneros de insectos.
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2. El proceso de vampirización
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ESTUDIO Y EDUCACIÓN DE LA MEDIUMNIDAD
Programa II – Módulo nº 7 – 1ª Parte – Guía 2 – Cont. 2
Las personas que se entregan a la embriaguez o a los vicios del sexo, por ejemplo,
son vampirizadas por obsesores aún presos a las sensaciones que tales vicios producen. (4)
Ese estado de debilidad orgánica favorece la instalación de enfermedades,
inclusive las de naturaleza infecciosa, debido a las contaminaciones fluídicas (espirituales)
provocadas por los obsesores.
El Espíritu Díaz de la Cruz esclarece que tales contaminaciones ocurren porque por
el “imán del pensamiento enfermizo y descontrolado, el hombre provoca sobre sí la
contaminación fluídica de entidades en desequilibrio, capaces de conducirlo a la sarna y la
ulceración, la dipsomanía (*) y la locura, la cirrosis y los tumores benignos o malignos de
variada procedencia, tanto como los vicios que corroen la vida moral, y, a través del propio
pensamiento desgobernado, puede fabricar para sí mismo las más graves eclosiones de
alienación mental, como son las psicosis de angustia y de odio, vanidad y orgullo, usura y
delincuencia, desánimo y egocentrismo, imponiendo al vehículo orgánico procesos
patogénicos indefinibles, que le favorecen la ruina o la muerte.” (11)
Las contaminaciones o infecciones fluídicas conducen, igualmente, al monoideismo
o ideas fijas. (6)
“Es imprescindible, así, vivir en guardia contra las ideas fijas, opresivas o
envilecedoras, que establecen, a nuestro alrededor, mayores o menores perturbaciones,
sentenciándonos a la burla común de la frustración.” (12)
Estudiaremos, a continuación, dos formas graves de manifestación del vampirismo,
que ocurren en obsesiones de grado adelantado: la ovoidización y la zoantropía.
3. El proceso de ovoidización
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Programa II – Módulo nº 7 – 1ª Parte – Guía 2 – Cont. 3
La siguiente narrativa de André Luiz nos esclarece con respecto a los ovoides:
“(...) reparé, no lejos de nosotros, como ligadas a las personalidades bajo nuestro
examen, ciertas formas indecisas, obscuras. Se asemejaban a pequeñas esferas ovoides,
cada una de las cuales poco mayor que un cráneo humano. Variaban profusamente en las
particularidades. Algunas denunciaban movimiento propio, a modo de grandes amebas,
respirando en aquél clima espiritual; otras, con todo, parecían en reposo, aparentemente
inertes, ligadas al halo vital de las personalidades en movimiento. (...)
Gran número de entidades (...) transportaban esas esferas vivas, como imantadas
a las irradiaciones que les eran propias.” (16)
Ante la perplejidad y el deseo natural de aprendizaje, el instructor Gúbio explica a
André Luiz la razón de ser de los ovoides.
“Gúbio sonrió y consideró:
Sabes, así, que el cuerpo periespiritual es también transformable y perecible,
aunque esté estructurado en un tipo de materia más rarefacta. (...)
Viste a compañeros – prosiguió el orientador – que se deshicieron de él, rumbo
a esferas sublimes, cuya grandeza por lo pronto no nos es dado sondear, y observaste a
hermanos que se sometieron a operaciones reductibles y desintegradoras de los elementos
periespirituales, para renacer en la carne terrestre. Los primeros son servidores
ennoblecidos y gloriosos en el deber bien cumplido, mientras que los segundos son colegas
nuestros, que ya merecen la reencarnación asistida por valores intercesores, pero tanto
como ocurre a los compañeros respetables de esos dos tipos, los ignorantes y los malos, los
desviados y los criminales también pierden, un día, la forma periespiritual. Por la densidad
de la mente, saturada de impulsos inferiores, no consiguen elevarse y gravitan alrededor de
las pasiones absorbentes que, por muchos años, eligieron como centro de intereses
fundamentales. Gran número en esas circunstancias, mayormente los participantes de
condenables delitos, se imantan a los que se asociaron en los crímenes.” (17)
Los Espíritus en estado de ovoidización “dormitan en extrañas pesadillas. Nos
registran los llamados, pero, nos responden de modo vago dentro de la nueva forma en que
se segregan, incapaces como son, provisionalmente, de exteriorizar de manera completa,
sin los vehículos más densos que perdieron con agravio de responsabilidad, en la inercia o
en la práctica del mal.” (18)
Esos Espíritus ovoides equivalen a “fetos o amebas mentales, movilizables, con
todo, por entidades perversas o rebeldes.” (18)
La imantación de los ovoides en el periespíritu del obsesado ocurre en dos
situaciones distintas: a) por deliberación del propio obsesor, movido por el deseo de
venganza o atraído por las emanaciones fluídicas del obsesado; b) por acción de entidades
inescrupulosas, vueltas para el mal, que movilizan ovoides para transformarlos en
instrumentos de sus propósitos inferiores. (10) (18) (19)
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4. El proceso de zoantropía
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Programa II – Módulo nº 7 – 1ª Parte – Guía 2 – Cont. 5
¡La sentencia fue labrada por sí misma! No es más que una loba, una loba, una
loba...
A medida que repetía la afirmación, como si procurase persuadirla a sentirse en la
condición del mencionado irracional, noté que la mujer, profundamente influenciable,
modificaba la expresión fisonómica. Se le torció la boca, la cerviz se le curvó,
espontáneamente, hacia el frente, los ojos se le alteraron dentro de las órbitas. Simiesca
expresión le revistió el rostro.
Se veía patente, en aquella exhibición de poder, el efecto del hipnotismo sobre el
cuerpo periespiritual.” (13)
Incluso considerando las faltas cometidas por el Espíritu, una pregunta
naturalmente es hecha: ¿cuál es la razón de que una criatura humana sea reducida a una
condición tan humillante y tan sufridora, tal como la promovida por el magistrado distanciado
del bien?
“(...) Es evidente que aún no disponemos de conocimientos suficientes para
aprender el fenómeno en todas sus implicaciones y pormenores, pero la Doctrina Espírita
nos ofrece algunos datos que nos permiten entrever la estructura básica del proceso. La
génesis de ese proceso es, obviamente, la culpa. Solamente nos exponemos al rescate, por
el dolor o por el amor, en la medida en que erramos. La extensión del rescate y su
profundidad guardan una precisa relación con la gravedad de la falta cometida, pues la ley
no cobra sino lo necesario para el rescate y el reequilibrio de las fuerzas universales no
respetadas por nuestro libre albedrío. (...)
Por consiguiente, la falta crea en nosotros el ‘molde’ necesario al reajuste. De eso
se valen, con extrema habilidad y competencia, nuestros adversarios espirituales, aquellos a
quien infringimos dolores y penas atroces en un pasado reciente o remoto. Muchos son los
que obran personalmente contra nosotros, otros, no obstante, se valen de organizaciones
poderosas, donde la división del trabajo nefasto quedó como racionalizada, tantas son las
especializaciones lamentables. (...)
Entra en escena, ahí, el frío equipo de las tinieblas. Si el caso comporta, digamos,
la ‘solución’ de la deformación periespiritual, es encaminado a competentes manipuladores
de la hipnosis y del magnetismo (...)” (1)
“Está claro que el hipnotizador, o el magnetizador, no puede moldear, a su
voluntad, el periespíritu de su víctima, mas él sabe cómo poner en movimiento fuerzas
naturales y los dispositivos mentales, de forma que el Espíritu, manipulado con pericia,
acaba por aceptar las sugestiones y promover, en su cuerpo periespiritual, las
deformaciones y condicionamientos inducidos por el operador de las tinieblas, que funciona
como agente de la venganza, por cuenta propia o ajena. En esas condiciones, la víctima
acaba por asumir formas grotescas, pierde el uso de la palabra, asume las actitudes y las
reacciones típicas de los animales y es segregada, por tiempo imprevisible, de toda
convivencia con criaturas humanas normales y equilibradas.” (2)
En términos prácticos, la persona que revela efectos obsesivos de naturaleza
zoantrópica termina por ser ingresada en casas psiquiátricas o en lugares donde no tenga
convivencia con las personas en general.
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Eso nos hace recordar la historia del famoso rey Nabucodonosor, de Babilonia,
casado con la bella Semíramis a que la Biblia hace referencias. (14)
“Nos cuenta el Libro Sagrado que él vivió, sintiéndose animal, durante siete años.
El hipnotismo es tan viejo como el mundo y es recurso empleado por los buenos y por los
malos, tomándose por base, por encima de todo, los elementos plásticos del periespíritu.”
(14)
El asunto de licantropía no está agotado; así el trabajador de la desobsesión debe
hacer estudios más profundos para una mejor comprensión del fenómeno.
* * *
ORIENTACIÓN AL INSTRUCTOR
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REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA
1. MIRANDA, Herminio C. Deformaciones. Diálogo con las sombras. 13, ed. Río de Janeiro:
FEB, 1999. Cap. 2, it. 2, p. 119-120.
2. ______ p. 120.
4. ______ p. 77.
7. ______ p. 117.
9. ______ p. 116-117.
11. XAVIER, Francisco Cándido. Parasitosis Mental. Instrucciones Psicofónicas. Mensaje del
Espíritu Díaz de la Cruz. 6 ed. Río de Janeiro: FEB, 1991. cap. 34, p. 160-161.
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Programa II – Módulo nº 7 – 1ª Parte – Guía 2 – Cont. 8
REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA
12. ______ p. 160-161.
13. ______ Operaciones selectivas. Liberación. Por el Espíritu André Luiz. 21. ed. Río de
Janeiro: FEB, 1999. cap. 5, p. 71-72.
20. ______ Vampirismo. Misioneros de la Luz. Por el Espíritu André Luiz. 31. ed. Río de
Janeiro: FEB, 1999. cap. 4, p. 34.
22.______ Fascinación. En los Dominios de la Mediumnidad. Por el Espíritu André Luiz. 26.
ed. Río de Janeiro: FEB, 1999. cap. 23, p. 218.
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