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Prólogo
***
Encabalgada en los dos siglos, el XIX y el XX, la Generación del Centenario dio
origen por reacción al primer grupo de escritores y artistas de nuestra centuria,
denominado Los Nuevos como su efímera revista, que apareció en 1925. Sus
integrantes tenían predominantemente ambiciones de cambio político (uno de sus
directores fue el después Presidente Alberto Lleras) pero sus poetas ignoraron la
conflictiva realidad mundial y la revolución internacional de las vanguardias y
después de unos iniciales arrestos parricidas terminaron regresando a la tradición
y al escapismo, con la excepción de parte de la obra de León de Greiff y de Luis
Vidales, en la que aparecen asomos de los ismos posteriores a la primera guerra
mundial. Sin embargo, Los Nuevos, a pesar de las descalificaciones que sufrieron
de parte de sus sucesores, son para Armando Romero "el grupo intelectual más
importante de Colombia en este siglo hasta el advenimiento de Mito, en la década
del 50" (2). Fernando Charry Lara opina que "Los Nuevos, a pesar de lo que
proclamaron, fueron conformistas y tardos ante la súbita llamarada que encendían
sus compañeros latinoamericanos. A la herejía y a la insolencia opusieron un tono
a sordinado... No podría dejarse de reconocer que el revuelo de los años 20 vino a
abundar, como su similor y sus joyas falsas, en lo intrascendente y apócrifo. Pero
los mejores representantes de Los Nuevos, terminemos poniéndolo de manifiesto,
se mostraron ejemplares en la conciencia y en la dignidad de lo literario" (3).
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Fueron ellos: León de Greiff, Rafael Maya, Luis Vidales, José Umaña Bernal,
Jorge Zalamea, Juan Lozano y Lozano y, un poco al margen, Germán Pardo
García, Alberto Ángel Montoya y Rafael Vásquez.
Pero uno de sus más ilustres representantes, Rafael Maya, no duda en decir:
"Este grupo, si bien representó un rompimiento político y literario en relación con
los centenaritas... permaneció fiel a ciertas escuelas del siglo pasado, como el
simbolismo y el parnasianismo franceses, por una parte, y de otro lado a la
tendencia clásica, profundamente modificada por lo que hubo en el modernismo
de más próximo a esta escuela" (4).
***
En 1939 aparecen, como una fresca granizada lírica, los libros de Piedra y Cielo,
nombre tomado de uno de Juan Ramón Jiménez, el maestro de la generación
española de 1927, que tanto influyó en los poetas colombianos de este ciclo. El
mecenas-editor, Jorge Rojas, invitó a filas a sus amigos Eduardo Carranza (quien
se proclamó "orgulloso capitán de Piedra y Cielo, la generación más importante de
la poesía colombiana"), Tomás Vargas Osorio, Arturo Camacho Ramírez, Gerardo
Valencia, Carlos Martín y Darío Samper (quien había pertenecido al grupúsculo
americanista y terrígeno de Los Bachués). Los piedracielistas, sintonizados con
movimientos internacionales del momento, especialmente de España, México,
Chile y Venezuela, fueron mirados con recelo por los bardos que los antecedían y
recibieron el anatema, entre otros, de Juan Lozano, quien dijo de sus versos que
"eran galimatías de confusión de palabras". Carlos Martín, el único sobreviviente
del grupo, defiende a sus compañeros después de haberles hecho sus más
sentidos epitafios: "Piedra y Cielo es la historia de una hazaña poética emprendida
por un grupo de poetas nacidos entre 1908 y 1914 y surgidos a la vida pública del
canto de 1935 a 1940. Nutridos de idénticos o semejantes alimentos tradicionales
y renovadores, la vocación lírica nos agrupó, en el término de breve tiempo, en
forma coincidencial y fervorosa. Bajo signos de responsabilidad y devoción por los
valores nacionales del espíritu y la tierra, así como por la fidelidad a un destino
poético, se anudó la voluntad, la vigilia y el sueño, de ocho jóvenes cruzados, a la
más viva y hermosa raíz del tiempo y de la humana historia: la hazaña de la
creación poética. Ella dio alas para que todos ellos sean conocidos en su patria y
para que algunos de ellos gocen de un firme prestigio en todo el orbe donde se
habla nuestra lengua" (5).
Juan Gustavo Cobo nos cuenta cómo se refería el chileno Pablo de Rokha al
piedracielismo: "Rokha se sorprende al ver cómo, durante el segundo gobierno de
López Pumarejo, muchas figuras intelectuales de la clase media, que adoptan las
formas académicas de la versificación caduca y que arrastran aun la marca de la
camisa negra del fascio representan una tendencia innovadora. Le asombra, una
vez más, comprobar cómo la actitud académica de Piedra y Cielo aparece como
revolucionaria" (7).
Jaime Ibáñez inauguró en 1944 los cuadernos de Cántico, que no sólo dieron a
conocer las primeras obras de los principales de estos poetas (Charry y Holguín)
sino las de un huidizo y silencioso poeta nariñense (Aurelio Arturo) a quien a
veces incluían en su grupo los piedracielistas al lado del caleño Antonio Llanos y
del cartagenero Jorge Artel.
Daniel Arango, al referirse a sus compañeros y coetáneos, dice: "Este grupo, que
oscila entre los 20 y 22 años, constituye por su ardiente vocación y cultura, y la
responsabilidad de sus realizaciones, un suceso literario de notoria importancia.
Aparecidos inmediatamente después de Piedra y Cielo, estos poetas no participan
esencialmente de lo que pudiéramos llamar su climalí rico, pero han asimilado de
esa brillantísima nómina las mejores conquistas, presentando no como reacción
sino como perfeccionamiento, una equilibrada poesía que ya comienza a tomar
perfiles duraderos, poemas augurales" (8).
Charry Lara, el gran poeta de esta generación, "es el más interesado en teorizar
—dice Armando Romero—. Su aguda inteligencia y facilidad de poder expresarse
en bella prosa crítica le facilita el camino a la observación y al análisis. Al defender
la línea romántica se comprometía como escritor a desbrozar el camino para
posibles cambios futuros, a la vez que se hacía consciente del gran problema
existencial que conectaba al hombre con su medio en una época azarosa...
Charry, por su capacidad crítica y su altura poética, establece los puntos de unión
entre los integrantes de esta generación, a la vez que prepara el camino de
apertura que será Mito" (9).
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3
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
En realidad, fue Charry quien mejor comprendió a los más jóvenes poetas a fines
de la década del 40 (acababan de publicar sus primeros libros Jorge Gaitán
Durán, Álvaro Mutis, Rogelio Echavarría), los estimuló y se identificó tanto con
ellos que fue asimilado naturalmente a los cuadernícolas, de donde surgió Mito.
Cuadernícolas fueron llamados por la revista Semana en 1949 todos los poetas
que habían publicado cuadernos (tal vez por los de Cántico), libros o apenas sus
poemas sueltos, como era el caso de Fernando Arbeláez, a quien le dio la
carátula. Lo peyorativo del mote se reveló en la información que hablaba de la
incapacidad de los muchachos para hacer poesía y de su pretendida bohemia. Y
se destacó gráficamente a quienes, sólo por eso, fueron considerados los
integrantes del grupo Cuadernícola, aunque muchos más lo merecían. Fueron
ellos: Fernando Charry Lara, Álvaro Mutis, Jorge Gaitán Durán, Rogelio
Echavarría, Guillermo Payán Archer, Jaime Ibáñez y Maruja Vieira. Gaitán Durán
acogió el nombre de cuadernícolas en la Antología de la Nueva Poesía
Colombiana que publicó en 1949. Seis años más tarde fundó la revista Mito, a la
cual invitó a colaborar a quienes después llamaría "grupo de Mito" la generación
subsiguiente. Fue Armando Romero quien primero habló de sus integrantes, como
un grupo, en su libro Las palabras están en situación (1985). Entonces afirmó y
explicó: "En definitiva, trataremos de verificar la tesis de que los poetas del 40
plantean la ruptura más importante a nivel generacional que se ha dado en la
poesía colombiana en este siglo, que sólo será realizado por la generación de
Mito... La selección de esta nómina de Mito—por haber colaborado en la revista—
(Fernando Charry Lara, Héctor Rojas Herazo, Álvaro Mutis, Jorge Gaitán Durán,
Fernando Arbeláez, Rogelio Echavarría y Eduardo Cote Lamus, en orden
cronológico) no es arbitraria ni excluyente en mayor medida. Aquí están todos los
que son, los que fueron los integrantes de Mito. Añadir poetas, sin ningún juicio
crítico válido, sólo ateniéndose a las proximidades generacionales, como ha hecho
Andrés Holguín, es simplemente contribuir a la confusión y a la anarquía, estados
casi generales en que la crítica ha mantenido a la poesía en este país por mucho
tiempo". (Los poetas a los que se refiere Romero y que Holguín incluye como de
Mito sin serlo en su Antología crítica (1974) son: Carlos Obregón, Carlos Castro
Saavedra, Julio José Fajardo, Dora Castellanos y Gabriel García Márquez, "que
nunca publicaron en Mito o que nunca escribieron un solo verso".
Armando Romero, uno de los fundadores del Nadaísmo en Cali, termina así su
ensayo: "Sólo Mito, que saltará de esta situación de atraso a la pos vanguardia,
afirmará lo encontrado en todo el esfuerzo vanguardista del siglo XX. Y es así,
viendo las cosas desde esta perspectiva, como podemos comprender el porqué de
la aparición en la década del 60, luego de Mito, del grupo Nadaísta, que postulará
una vanguardia con treinta años de atraso, pero que será la ruptura definitiva con
todas las tradiciones intelectuales colombianas" (10) .
Aquí también Cobo Borda se refiere a las nuevas alternativas: "En un país que la
ignoraba, Mito, en los finales de la década del 50 fue la vanguardia, o sea la
ruptura. Una vanguardia existencialista. Fue también, y en cierto modo, el punto
de partida hacia otra cultura: no servil ni elocuente. Podrían venir luego aventuras
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
mucho más radicales, pero esto no sucedió así, al menos entre nosotros. Su
último número dedicado al Nadaísmo, muestra hasta qué punto la apertura que
iniciaron era consecuente: el Nadaísmo fue, por cierto, la negación de todo lo que
Mito había hecho; o mejor aún: su prolongación y contradicción a partir de su
vertiente más deletérea: el escándalo y la provocación" (11).
Rubén Sierra Mejía, a su vez, se refiere "al papel renovador que jugaron en
nuestra literatura los poetas y escritores que se agruparon en torno a la revista
Mito. Sus siete años de vida fueron suficientes, por la profunda influencia que
ejerció en la vida nacional, para considerar que aquella publicación señala el
momento en que la cultura colombiana decide instalarse definitivamente en la
modernidad...Tienen razón entonces quienes, después de más de treinta años de
la desaparición de Mito, insisten en su importancia fundamental para comprender
el movimiento posterior de la cultura colombiana"... Y más adelante: "En Mito
comenzaron las cosas" cuenta Pedro Gómez Valderrama que le dijo en alguna
ocasión Gabriel García Márquez. Las generaciones posteriores —sigue Sierra
Mejía— lo hemos sentido así. No podemos negar esa herencia, pues no se
comprende el trabajo posterior si no es referido a la generación de Mito". (12)
***
minuciosamente por toda la prensa del país. Oscar Collazos diría: "El Nadaísmo
alimentó cambios profundos, aunque marginales, en la vida cotidiana del país; fue
un revulsivo moral y literario; pero sobre todo, recordó a lectores y críticos que
entre el Modernismo finisecular y el grupo de la revista Mito había un vacío literario
y de espíritu: la ausencia de radicales propuestas vanguardistas" (14) .
***
Los mismos y otros muchachos —hasta nuestros confusos días— son también
denominados Generación de Golpe de Dados por el colombianista norteamericano
James Alstrum debido a su contemporaneidad y a la incorporación de varios de
ellos a la nómina de colaboradores de la revista fundada en 1973 por Mario
Rivero. Alstrum dice que "se consagró como rasgo constante de la revista una
suerte de intertextualidad cosmopolita que marca también la obra poética de toda
esta generación. Si empleamos sus integrantes (Jaime García Maffla, Darío
Jaramillo Agudelo, Augusto Pinilla, Giovanni Quessep, Miguel Méndez Camacho,
Harold Alvarado Tenorio, María Mercedes Carranza, Juan Manuel Roca, Anabel
Torres, Renata Durán y Álvaro Rodríguez) veremos que este coro polifónico
enseña que han dejado de existir en Colombia las promociones líricas
estéticamente unidas e identificables". Y concluye Alstrum así su capítulo en la
primera Historia de la Poesía Colombiana (1991): "En vísperas del siglo XXI, los
posnadaístas ya participan plenamente en el diálogo intertextual del mundo.
Aunque no constituyen un grupo homogéneo, reflejan circunstancias vitales de su
tiempo. Su labor poética ha surgido de la confluencia temática y formal de Mito y el
Nadaísmo: abierto cuestionamiento reflexivo sobre su arte en un ambiente
universal para dejar de escribir poesía de entrecasa y transformarla en un medio
de expresión que exalte paradojalmente sus flaquezas... Entre las diversas voces
de poetas nacidos después de 1950, se observa menos desencanto escéptico en
comparación con sus antecesores inmediatos, aunque su mayor preocupación
temática es todavía la indagación poética. Y se han destacado a consecuencia de
la publicación de sus libros (algunos premiados) los nuevos poetas de los ochenta
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
como David Jiménez, Samuel Jaramillo, Santiago Mutis Durán, Eugenia Sánchez
Nieto, Orietta Lozano, Medardo Arias, Rafael del Castillo y Ramón Cote Baraibar"
(16) .
A su vez, María Mercedes Carranza aclara, informa y compara: "No resulta muy
preciso darles a estas notas (en el Manual de la Literatura Colombiana (1988) el
título de poesía posnadaísta, pues si hacemos uso de la cronología, advertiremos
que varios de los poetas a los cuales habría que considerar como posnadaístas
son mayores en edad que los mismos nadaístas... No se ha dado aún en el
terreno de la poesía una ruptura formal con la "escuela" nadaísta. En realidad, la
poesía que hacen los escritores no inscritos en el grupo nadaísta durante las
décadas de los años 60 y 70 está vinculada de alguna manera con las propuestas
del Nadaísmo o continúa las tendencias iniciadas por la generación de los años
50, conocida con el nombre de Mito. En algunos casos, las conquistas de uno y
otro grupo son utilizadas indistintamente. Cuando hablo de continuidad con
relación al grupo de Mito, tal vez como reacción al predominio de la sensibilidad y
de lo sensorial en la poesía colombiana durante algunas décadas por el influjo de
los piedracielistas, lleva la poesía a otros terrenos en los que predomina el
propósito de escribir una poesía racional, en la que se da importancia a la
referencia cultural. Pero también los poetas más interesantes de esta generación,
y aquí hablo de Gaitán Durán, Cote Lamus y Rogelio Echavarría, introducen un
elemento novedoso en nuestra poesía: el hombre visto a través de un prisma
existencial, concediendo mayor interés al hombre concreto, de carne y hueso, al
existir concreto que se revela y se comprueba a través de una cotidiana
confrontación con las situaciones límite como es, por ejemplo, la muerte.
David Jiménez añade a los nombres mencionados antes los de Mario Jursich,
Orlando Gallo, Miguel Iriarte, Héctor Ignacio Rodríguez, Víctor Gaviria, Raúl
Gómez Jattin, Helí Ramírez, Jaime Alberto Vélez, Jaime Manrique Ardila, Jorge
Mario Echeverri, José Libardo Porras, León Gil, Carlos Vásquez y Luis Fernando
Baquero. Y concluye así: "Los caminos de la poesía hoy no pueden se reinó
negativos: no dice nada directamente, no es discurso propagandístico, no vende ni
sirve a ningún poder, ni proclama ninguna verdad absoluta. Sin embargo, tiene su
propia manera de participar en la historia colectiva. Aunque dé la impresión de no
someterse para nada a las normas de la cultura como institución social y de crecer
por su propio impulso como si obedeciese a leyes naturales —a la respiración o a
los instintos del poeta—, no es, sin embargo, culturalmente inocente. Detrás de su
apariencia salvaje o excesivamente privada y secreta, se levanta el testimonio
más revelador acerca de los conflictos y aspiraciones de una sociedad.
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
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Lo que más nos preocupa —entre las muchas falencias que pueden imputársele a
esta taxonomía— es que poetas tan importantes como los matriculados en grupos
quedan marginados por no haber pertenecido a ninguno. Pero están en lo
fundamental: en la Antología. La obra está adelante y por encima de este canon
nominativo, la defensa de su insularidad o independencia pertenece a distintas
instancias. Otros aparecen en varias promociones, a veces sin propiedad o sin
buscarlo. Es, para hablar de uno y el más flagrante caso, el de Aurelio Arturo.
Siendo anterior a Piedra y Cielo, su primer cuaderno aparece en Cántico, su
primer libro con Mito, y hoy sigue siendo, según un filósofo de este grupo, Danilo
Cruz Vélez, el poeta colombiano de mayor significación universal después de
Silva.
***
Ezra Pound dice que "el valor de crítico no se conoce por sus argumentaciones,
sino por la calidad de lo que escoge". Pero ésta no es la antología de un crítico
sino la de un poeta ("si es ello ser poeta..."). De manera que, en este caso, el
crítico no es el colector, sino el lector.
Rogelio Echavarría
1996
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
1. Hemos tenido que prescindir de las notas biográficas sobre cada uno de los
poetas incluidos en esta antología, debido a los límites fijados para el volumen.
Pero el autor las publicará en libro aparte, que aparecerá con el título de "Quién es
quién en la poesía colombiana".
5. Carlos Martín, "Piedra y Cielo: ¿Qué se hicieron las llamas de los fuegos
encendidos?", en Manual de literatura colombiana, tomo II (Bogotá: Procultura y
Planeta 1988), p. 92.
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
15. Jaime Ferrán, Antología de una generación sin nombre (Madrid: Ediciones
Rialp, Colección Adonais, 1970).
18. David Jiménez, "La nueva poesía, desde 1970" en Gran enciclopedia de
Colombia, tomo IV (Bogotá: Círculo de Lectores, 1992), pp. 319y 320.
Nubia Cely
Oficina de Contratos
10
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Magistra Editores
Asesoría Editorial
ISBN 958-18-0149-9
ISBN 958-18-0127-8 OBRA COMPLETA
...
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Notas Iniciales
En los hogares del país se requiere siempre tener a mano un repertorio básico de
textos claves sobre Colombia.
Una educación para ser más libres, responsables y participativos, donde nuestras
visiones se enriquezca al contacto con el mundo.
12
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Aguirre, Saúl
Las Lavanderas
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Bogotá, Julio/90
La mañana es sincera
en su belleza.
El gorrión ha abandonado
su nido para pulsar el viento.
14
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Por julio,
se reunían los despojos de la familia
en un ritual que les hacía creer
en ellos mismos.
Compraban,
en la tienda de importados,
un mucho de antipasto, aceitunas negras, vino moscatel,
paté de carne de diablo, una botella de brandy y otra
de escocés.
Ellos también.
Era, no obstante, el tiempo de la miseria.
El mundo, afuera, rodaba como cosa vana
para poder vivir largos años.
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
16
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Mar Afuera
Escóndeme en un cayuco
de esos que el ostión gangrena,
un cayuco carcomido
de los que ya no navegan.
Escóndeme de la aduana
y de sus guardas. Haz cuenta
de que soy un contrabando
que le pasa al mar la tierra...
Colócame un caracol,
grande, bajo la cabeza;
y por si los alcatraces...
cúbreme con una vela.
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Playa
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Pasión Tardía
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Momentos
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Una Señal
Para Juan José Hoyos
clavada en un palo
Tal vez
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Poema a mi Sobrenada
y nos emborrachamos,
silencioso
tímido
elocuente.
completamente desnudas
sonidos vegetales.
25
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
la angustia de la semana.
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Revolución
Una mano
Une tu mano
a nuestras manos.
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Heráclito de Efeso
Diocleciano,
Comnena
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
complacencias,
contacto
de abalorios.
la intimidad
a la calle Fuad,
los diamantes
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
del Mareotis
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Ronda de la Muerte
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Autobiográfica
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Ángel de la Guarda
Sé que aún,
aquel ángel delgado de pesadísimas alas,
viene en las noches,
entra en mi casa, sin tocar,
para medirse mis ropas
mientras duermo.
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Ya le lavaron la cara,
le pusieron la franela
y el pañuelo de cuatro pintas
que llevaba los días de fiesta.
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Morada al Sur
II
***
Entre años, entre árboles, circuida
por un vuelo de pájaros, guirnalda cuidadosa,
casa grande, blanco muro, piedra y ricas maderas,
a la orilla de este verde tumbo, de este oleaje poderoso.
En el umbral de roble demoraba,
hacía ya mucho tiempo, mucho tiempo marchito,
el alto grupo de hombres entre sombras oblicuas,
demoraba entre el humo lento alumbrado de remembranzas:
Oh voces manchadas del tenaz paisaje, llenas
del ruido de tan hermosos caballos que galopan bajo
asombrosas ramas.
Yo subí a las montañas, también hechas de sueños,
yo ascendí, yo subí a las montañas donde un grito
persiste entre las alas de palomas salvajes.
***
Te hablo de días circuidos por los más finos árboles:
te hablo de las vastas noches alumbradas
por una estrella de menta que enciende toda sangre:
te hablo de la sangre que canta como una gota solitaria
que cae eternamente en la sombra, encendida:
te hablo de un bosque extasiado que existe
sólo para el oído, y que en el fondo de las noches pulsa
violas, arpas, laúdes y lluvias sempiternas.
Te hablo también: entre maderas, entre resinas,
entre millares de hojas inquietas, de una sola hoja:
pequeña mancha verde, de lozanía, de gracia,
hoja sola en que vibran los vientos que corrieron
por los bellos países donde el verde es de todos los colores
los vientos que cantaron por los países de Colombia.
Te hablo de noches dulces, junto a los manantiales, junto a los cielos,
que tiemblan temerosos entre alas azules:
te hablo de una voz que me es brisa constante,
en mi canción moviendo toda palabra mía,
como ese aliento que toda hoja mueve en el sur, tan dulcemente,
toda hoja, noche y día, suavemente en el sur.
III
IV
***
No eran jardines. No eran atmósferas delirantes. Tú te acuerdas
de esa tierra protegida por un ala perpetua de palomas.
Tantas, tantas mujeres bellas, fuertes, no, no eran
brisas visibles, no eran aromas palpables, la luz que venía
con tan cambiantes trajes, entre linos, entre rosas ardientes.
¿Era tu dulce tierra cantando, tu carne milagrosa, tu sangre?
Todos los cedros callan, todos los robles callan.
Y junto al árbol rojo donde el cielo se posa,
hay un caballo negro con soles en las ancas,
y en cuyo ojo líquido habita una centella.
Hay un caballo, el mío, y oigo una voz que dice:
"Es el potro más bello en tierras de tu padre".
***
En el umbral gastado persiste un viento fiel,
repitiendo una sílaba que brilla por instantes.
Una hoja fina aún lleva su delgada frescura
de un extremo a otro extremo del año.
"Torna, torna a esta tierra donde es dulce la vida".
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Testamento
(Fragmento)
ya no me da su dimensión de toro.
***
la lluvia consecuente,
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
a las mazorcas...
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Punto de Partida
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
moderna
agujero negro
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
El Gato
es otro gato
es sólo sombra
de la mañana cae
es porque ya no ondula
busca la leche
es porque guardó
su oscuro sobretodo.
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
El Cerdo
arrastran el paracaídas
de la lluvia
aplaude al universo.
47
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
El Jarro
A mi hermano
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Segundo Anti-poema
piratas,
fuerza.
49
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
En Consideración a la Alegría
miro la luna
si desde siempre
atravesada aquí,
bebo y saludo
ni es elegante
exhibir el dolor.
sería
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Regimiento de Retaguardia
***
***
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Coles
y una urraca
y un hombre viejo
y un fantasma
y un nardo
y un ratón
y un espejo azul
coles
tarareos
botes de vela
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
A Tatiana Gordieiva
después de tantos años.
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Cuando llueve
Ella ha recogido durante la noche toda la luna que se vierte enel patio
Cuando llueve
cuando mira el camino por el que aún dice adiós la espalda delpadre
si sus ojos son tan dulces como los del pavorreal del cielo?
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Nada es Mayor
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
de la flecha no disparada,
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
y la veía consumirse
murmuran resignadamente:
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
rincones flotantes.
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Epístola Mortal
In memoriam Leopoldo Panero
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
bello y maldito,
decía Palabras
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Epitafio
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Parque Nevado
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Deslumbramiento
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
el deseo
la libertad estorba
antiguos.
es un actor
Es un tendero
de la costumbre
montando guardia,
apoyando la cabeza
del desconsuelo.
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Son esos poemas oscuridad a los ojos. Insuficiente es el secreto del fuego para
decir el poema.
Las mentes más lúcidas se desesperan. En los viejos parques. En las azoteas.
Hombres en ruinas temerosos del lente del siglo. Roban el pan de los dementes.
Húmedos del sueño.
Escoger el lado seco del río o el puente levadizo. La presión delos dedos sobre los
propios labios no es para detener las palabras. Cuando se camina presuroso a
grandes gritos se hace. Algo es cierto. El cúbito del cadáver del padre no será
chupado. No será. Es suficiente y basta.
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
El Lago
By the waters of Leman I sat down and wept.
T. S. Eliot
ser el desconocido
de súbito al encuentro
un momento le creíste
palpitación o llamarada
como tú
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
invisible al deseo
aquel desconocido
de siempre a tu encuentro
aquel
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Llanura de Tuluá
formas cálidas
se piensa:
sino el aire
muertos,
de languidez
adorándose en la tarde.
frente a las
amenazas y relámpagos.
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
sus caricias
avanza y gira
Poder
Si reniegas de él lo acrecientas.
Si murmuras a su espalda
para complacerlo.
Fuerte
tu alma de esclavo
lo ha erigido en dueño.
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Apolo y Dafne
Me he acostumbrado a amar la sorpresa.
El hilo de una mirada estableciendo un puente silencioso
en medio de la algarabía de la gente.
Conyugal
Atragantada de ira,
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Poética
imprevistas ternuras;
Nadie la necesita.
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Estoraques
(Fragmentos)
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
a la reforma agraria:
sea roja.
huesos de la civilización.
maravillosamente sediento.
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Lenguaje
En la llanura,
legiones de grillos celebraban
el verano en griego.
91
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
y en la ribera me dejaron.
ni banderolas tremolaron
y los otros.
Y quedó en la ribera
92
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
en la ribera, prisionera,
¿Y Calypso madura?
mi dolor?
¡Y aspirara mi locura
93
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
II
III
94
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
96
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Envío
97
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Señora Muerte
98
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
99
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Verla
un trozo de tu alma
un amor perdido
y olvidado
con el que
de repente
tropiezas
trastabillas
verla
de tu lado...
Piedra
trozo de ti mismo
piadosamente
100
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Ángel
101
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Esquema de Diciembre
la aldea gris
se perfuma
de las campanas.
Pulveriza
vidrios de frío
el sol nuevo.
Va la neblina
El río falsifica
estatuas de nubes.
De extremo a extremo
de la mañana
el trópico cuelga
102
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Espía
103
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
El Transeúnte (1)
de criminal o de artista
104
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Ved
Vedlo
105
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Polvo
106
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Vida Corriente
107
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
109
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
y a la cascada conversación),
la sordidez y la sordera,
110
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
111
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
112
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
113
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
El Niño
114
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
del alma...
y testigo la palabra
Yo ya sabía de tu muerte:
historia larga,
115
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
de la movida
de la bolsa o la vida
Pregúntale a mi pistola
116
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
de lo bueno y lo malo
Es una porquería.
117
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Ausente
118
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
el temerario vuelo.
en nuestra humillación.
monótono y frío.
posesionado,
el general de la república
o la dama de sociedad?
de todo esplendor.
su vindicativa alegría.
120
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Mi Sombra
Es mi segundo juego
121
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
ciegas inmensidades
122
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Historia
de sus huesos
a rodar
afuera,
al pobre hombre.
123
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Poemas de Guerra
VI
En la noche, y a sí misma
cercada por el miedo,
la ciudad desciende al día
circundada de esperanzas.
Pero preguntad por el cielo
en las tristes mansiones de dolientes,
preguntad por el amor
en los sucios hospitales
donde un niño parpadea por última vez
bajo una irónica luz de sodio
y el llanto de la madre
que enloquece de dolor.
No preguntéis tampoco,
en este país de políticos y escombros
quién fundará el sueño de la luz
después de las eficaces promesas de las bombas.
Todos cruzamos por el día
con un muerto cercano al corazón,
mientras la ciudad asciende hacia la noche,
circundada de venganzas.
VIII
Nosotros libramos guerras interiores
y nuestros son los muertos,
las brisas en salmuera,
los ojos inocentes
bajo tierras de minio.
124
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
125
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Siesta
127
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Cada Palabra
128
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Si Mañana Despierto
Suelo buscarme
y sé que vivo.
129
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
130
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
el incendio.
De reposo
párpados. Yo no me rindo:
131
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
132
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Ningún licor
embriaga la ansiedad
el vientre
tampoco la detuvo.
Ahora
degollada en mi honor
resiento
orgulloso de mi fracaso
me haya perdonado
133
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
...
ni la nostalgia,
ni el hastío,
me pregunto entonces
134
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
El Odio
Frente al espejo
mientras te afeitas
ayer
Al salir de casa
135
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
El Paisaje
136
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Cada día que pasa vez más cerca la ciudad de las luces.
137
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Son Neto
138
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
El Premio
a un grupo de poetas
y me den un premio
lo celebraré
y me emborracharé
se enterarán
mi padre pensará
especialmente sabrosos
Dios mío
139
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
La Escritura
Cuando se escribe
y lo blanco es lo escrito.
140
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Cuando ya no se quiere
ni decir nada,
141
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Al Poeta
Para Juan Manuel Roca
142
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
el sorbo y el suspiro,
143
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Inventario
El centro de mi camisa
atosigado de sombras
El crepúsculo amenaza
y yo me pregunto:
144
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
lo sé...
A Anita Espitia
146
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Templo
147
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
148
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
149
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Me Defiendo
Antes de derribarlo
Valorad al loco
150
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Conjuro
despreciable y peligroso
Despreciable y peligroso
Señores habitantes
Tranquilos
que sólo a mí
151
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Russian River
humildemente,
152
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
En un Balneario
Es conmovedora
ha congregado en la playa.
no es razón suficiente
se agrupe desnuda
hacen de nosotros
153
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
la última es arroz.
entienden solamente:
155
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Andrés Holguín
Soneto a mi Manso
156
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Infancia
sólo encuentro
158
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Conmemoraciones
Estoy usado
como piedra de lecho.
Los bordes ensombrecidos
de la vida.
Yo concilio las expoliaciones
del tiempo
desde que te has ido.
Estás lejana porque el incendio
es la ausencia del bosque.
Mi vida
sobre la herida
de tu muerte.
Subsanándote.
Estoy como el algodón
en la boca del agonizante.
Tú me prestas,
usas mi transcurso,
lecho de estrago
navegando por tus aguas.
Sólo cuando muera
terminará tu muerte.
Rosa oscura
de la nada yaces
a orillas del silencio.
La muerte es una
pura insistencia.
De pronto advertimos
que estabas allí
como amigo
reconocido en una sala.
Y nos miras
en la pestilencia de los espejos.
Yo vivo
pero tú eliges
los días del tiempo.
Prometo volver a este día
cuando muera.
Te corona
la nada opulenta.
Tu cabellera
160
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
materia espesa,
perturbad
por la gravedad.
Oigo el grito
de los marjales exasperados.
Náufrago y ahogado
en tu muerte.
Miro los techos salobres
de la ciudad. Las tejas
sucias de tiempo y lluvia.
Y el sudor de las pasiones
vividas en los aposentos.
No conoces tus abismos.
Pero hay ojos que habitan
la tiniebla y te perdonan.
161
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Jaime Ibáñez
El Hospital
162
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Miguel Iriarte
Escribe tu Dolor
ni su comprobada inteligencia
agua podrida
escopeta mojada
roja es la hoja
¡Escribe tu dolor!
lástima o el perdón
164
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
en sus ojos
honradamente,
o tres rostros
Estamos de acuerdo:
y palabras detergente
167
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
II
III
IV
168
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
El pétalo que aparece rosado entre las hojitas verdes y el cielo azul,
verdes de rosa, azul de Dios,
por la frescura del rocío, Pétalo el único, precioso e irrepetible, con una gotita
iridiscente temblando en el borde, junto a una espina cariñosa,
acabada de despertar de su sueño de siglos,
169
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
172
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
la angustia,
suavemente,
sin rigor,
173
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Elegía
Una imagen
la foto
en blanco y negro
muchos
infinitos
años
después
¿Y de qué sirve?
en el agua
de los siglos
la
confusa mezcla
de luz
rostros
manos lánguidas
y amor?
aquel
174
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
obstinado
irrepetible
silencioso
amor
tantos
increíbles
años
después).
175
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Estocolmo
Nuestra casa
territorio.
en la fábrica
mi cuello engrasado
el horno y la herramienta
el ruido de la ebullición
me alegra, en fin
177
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Lluvia en la Cárcel
a la soledad.
pantaloncillos tibios
a un aislamiento;
178
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
179
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
tampoco lo saben.
180
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Desde la Ventana
el firmamento resuena
en vano.
181
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Oh Madre
182
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Yo vengo a interrogaros
Responded a mi llanto
decidme su hermosura
corazón suspirante.
Y te pregunto, ahora,
el lucero un instante:
si me ha querido un poco
o no ha querido a nadie.
Y te pregunto, flor,
183
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
si puedo interrogarte.
Y te pregunto, luz,
madreperla de ángeles,
divinas soledades,
Y te pregunto, tierra,
apagado diamante.
si en tu lluvia la llevas
184
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Coronado de espinas
mi corazón te guarde,
en espíritu y sangre.
185
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Farewell
186
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
la sagacidad de mi garganta
de agua y de dolor,
esparcidas en mi alcoba.
187
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Carta a Satán
en un lecho, no de jazmines
para que sienta una gota del mar de lava que me azota.
si tropieza en el camino
y si escapa,
en un plato de olvido.
189
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
el sabor de su lejanía.
su desquiciada lengua
reúnelos, Señor,
cuando se levanta.
bajo el cielo,
furtivamente pecaminoso,
191
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
192
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
La Muerte de mi Abuela
era mi madre.
En la amplia habitación
lejos de mí
En la cama
iluminado apenas
Sobre la sábana
el estirado cuerpo
Alguien sollozando
193
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
mientras me decía:
murió su abuela.
194
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Yo te recuerdo primera,
en un jardín verdadero
el de la boca besada.
195
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Los Lobos
en un instante.
196
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
197
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
¡oh, Capitán!
Tienes la fe en el músculo,
¡oh, Capitán!
199
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
¡Oh, Capitán!
¡Oh, Capitán!,
en la noche extinta,
201
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
202
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
La Espina
ni el anillo, ni el látigo,
ni la canción siquiera,
205
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
me queda únicamente,
206
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Adivinanza
No se encontró su nombre
herida, malherida,
¡la bandera!
207
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
El Recuerdo
Es mejor el recuerdo,
más justo que la vida
y minucioso y bueno.
Por el sendero tu pie he visto
pasar lento.
En el agua te escucho,
claridad de tu acento,
y en el paisaje, sólo de ti,
completo y lleno de tu ausencia,
te escucho y te miro y te siento
como en aquel temblor de tu traje de enero.
208
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Ahora
209
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
La Confesión
210
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
211
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
II
III
IV
213
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
el sombrío estampido,
la tolvanera que alzó el aroma amargo,
el golpe de ola negra,
el manotón pirata de la vida... ¡LA VIDA!
VI
214
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
VII
215
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Beber Agua
Animalito arisco,
felino
salvaje:
no pretendí
domesticarte.
una fuente
siempre
abierta.
Yo no estaba planeando
atarte a ella.
que te encabrites
y me hieras.
Volcán en erupción,
necesita
beber agua.
216
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Fabrico espejos:
Yo fabrico espejos:
217
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Biblioteca de Ciegos
y en la silenciosa biblioteca
218
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
219
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Me pregunta
qué siento en estos días a este lado del mar.
Un al fileteo en el cuerpo,
la luz de un freno comió
que llega serena a entibiar
las más profundas heridas
nacidas de un poblado de días incoloros.
¿Y el sol?
El sol, un viejo drogo que ha lamido esas heridas.
Porque sabe usted, dulce señora,
es este país una confusión de calles y de heridas.
La entero a usted:
aquí hay palmeras cantoras
pero también hay hombres torturados.
Aquí hay cielos absolutamente desnudos
y mujeres encorvadas al pedal de la Singer
que hubieran podido llegar en su loco pedaleo
hasta Java y Burdeos,
hasta el Nepal y su pueblito de Gales,
222
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
223
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Carta Imaginaria
224
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
226
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
227
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Casino
Qué se le va a hacer
228
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Cenicienta
Lo ve dormido
si no se eriza y
Baila y ayuna.
trampas y odios
Ahora calzada
sorda y zurda
ella es el sueño
regalada vendida
229
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
cambia de pie
se estira húmeda
pisa y se va.
230
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Claustro
231
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
232
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
233
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
234
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Súper-ciencia
los microbios
235
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
evocada,
236
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
donde mi fantasía,
Y su amarilla anemia,
platónica y sencilla,
de cualquier neurastenia.
viejas y solteronas,
macilentos celajes,
237
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
238
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
El amor es ciego...
José J. Alves Pacheco
Mujer:
me importa
poca cosa
tu oscuro
y tu liviano
ayer
así
cual no interesa
a la actual mariposa
Conozco
tus excesos
Sé que fuiste
una loca
que vendiste,
en pública subasta,
el almacén
de besos
239
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
de tu boca.
Y sé de tu indecoro
cuando al mejor
postor,
de cada día,
de su oro,
tu cuerpo concedía
una noche
de amor.
No
lamento
que vendiendo
el instante
y el momento,
filmara, en ti,
la vida
una ridícula
película,
trágica,
chaplinesca,
Tal vez
por eso,
240
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
acaso
y de matices,
mi paso
loco
y cuerdo,
por tu cama,
cicatrices.
Si
en mi lúbrico empeño,
mi compleja
pasión,
dejó besos
o agravios,
sembró en ellos
Y en ti nació
mi fe,
como te digo,
cuando en la mesa
241
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
absurda
del café,
el uno,
el otro
amigo,
Más te ama
mi equilibrio
con exceso
me diste
Y porque ya regresas...
Y porque
así
es lo triste...!
242
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
II
III
IV
243
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Desertor
y todos,
menos uno,
Un ejército,
un soldado,
244
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Santidad
vi santidad
245
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
La de Mozart,
de la sangre.
En mi oído tu pecho
es un caracol de sangre.
Oigo el mundo
como guarda.
instante
246
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
El Remordido
247
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Manuel Hernández
La Nostalgia
menos bautizarlas.
la tarde,
por lo mismo.
y risa y juego
Manuel Hernández
248
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
nostalgia.
de la nostalgia,
en el aire?
los genios
calle,
entraremos al mundo
de HAM y CLOVE,
de Nagg y Nell,
por temor a la
nostalgia.
249
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Duelo
y perderá su brillo,
como el crepúsculo
a la fugaz adormidera.
¿A dónde voy?
premio de mi agonía.
250
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
251
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
El Festín
252
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Ignorancia
253
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Único Dueño
254
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
El Mongol
carne;
luchando sólo por evitar que la blanda tierra bajo mis pies
se enardeciera en tumba.
y de sangre
entrañas de morsa,
255
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
de pez,
sin pájaros,
en la tiniebla,
los niños pintan de rojo tibio los vegetales cuernos del alce
de la crepitación de la hoguera,
en tres días.
256
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
de estar quietos.
con el vértigo.
su último secreto.
al guerrero,
del puente,
espíritus.
257
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
le ofreciste el agua.
258
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
El Nombre de Antes
No es fácil escribir
el nombre de antes.
Ahora vuelvo
a mi nombre de antes.
Mi nombre de ceniza,
259
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
261
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
El Regreso a la Aldea
262
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
263
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
264
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
265
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
El Agua
266
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
267
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
El Sol
268
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
y se desafuera.
Ella cree
que lo espere.
de lo que es descender
al pozo infinito
269
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
El Tiempo, el Enemigo
270
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
que no conocíamos
y más bella
271
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Dios
tú que contemplas
de la historia
y te escondes en la azotea
del cielo
a llorar
por la tragedia?
272
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Enemigo
El guerrero
sabe que el odio
da más certezas
que el amor
En el encuentro
dice a la mujer ofrendarle su sangre
Ella se entrega
para que haga aún más profunda
su herida
273
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Es un Repetido Licor
a la lavandera
nocturna;
a la enamorada
de aguas descalzas
274
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
En Interiores
275
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Eréctico
entreabierta
suenas a mar
contra mi cuerpo.
276
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
o sobre el espectro
navego ciego.
277
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Exilio
278
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Fin de Siglo
su pulso taquicárdico,
venenosas.
manos.
Ven.
Ven conmigo.
destrozados.
279
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Grupo de Trabajo
Somos viejos
entre nosotros,
y nuestras prohibiciones
y sólo en el fondo
somos involuntarios,
las leyendas
se muere joven
ambos se caen.
Llámenos, utilícenos;
amarillas.
280
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
en Pantocrátoras.
el alma,
cavernas;
en el desierto,
San Pablo de Tebas, cien años interno en una cueva hasta que
Del desierto;
de su caverna;
281
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
en una pilastra
de la iconostasis,
282
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Incrédulo
Qué vamos a pensar que ellos vinieron del otro lado del
de los evangelios;
sus hábitos;
milagros;
pensamientos;
283
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Los Monasterios
Trepados en la montaña,
desafiando el abismo,
284
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Pálidos Monjes
prontos al serrucho,
y la destrucción.
las ruinas.
reliquias.
285
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
286
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
de vocablos y sílabas,
por el aire.
sin embargo,
de templos y pirámides.
287
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
El Mar de la Ciudad
con espinas,
no veo la playa.
Mientras tanto,
288
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Esmerada Blancura
alambre
blancura,
al final la desterró
289
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Larga Fatiga
A Armando Romero
plato
y pausadas semillas,
de las piedras,
estelas de ceniza.
290
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Un lugar Determinado
agujero
cipreses,
291
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Historia
de su tierra incógnita.
eternidad.
292
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Cita de Mascarones
Los bufos.
peligrosa.
del fruto.
de la población imaginaria.
293
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Intima
294
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Jinetes Van
295
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Diálogo
296
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Otoño Amigo
297
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
La Casa
y alcaravanes.
En el silencio de la casa,
la absoluta levedad
298
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
El Barrio
mi general Bolívar.
299
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Por sobre los objetos era un tibio rumor, una espina, una
mano,
rincones.
pozo
mi padre y la cosecha,
sostenía la techumbre.
300
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
derramar,
dorada.
nuestro asombro
espejos.
301
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Pruebas la eternidad:
302
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
303
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
La bárbara inocencia,
Y se apiadó de Dios
304
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
La Creciente
los Helechos.
y de náufragos en el lodo.
305
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Los Muertos
306
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
legiones de mercenarios:
¡vástagos de la época!
Esta es mi orden:
no admitan capitulaciones
307
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
308
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
309
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Vengan
Helechos colgantes
cuernos de buey
pequeños naranjos
novios veraneras:
El más desprevenido
el más fugaz
vuelve la mirada
Todos
el demasiado trajín
entiendo
Pero si es lo oscuro
el infortunio
pasen pronto
310
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
311
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Era en Buenaventura
trenzaba mi amargura
y destrenzaba tu alegría.
En la noche, la Vía
perseguida gacela,
de la marimba ardiente
y tu blanco pañuelo
pétalo en la corriente.
Crecía tu cadera,
312
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
La enamorada esfera
en la noche, en la Vía
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
El Rey Pelé
314
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
315
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
de soledad y angustia
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Mejor Así
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
318
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Cambio de Escena
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
320
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
En Casa
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
322
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Nada de Misereres
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Sacándole el Cuerpo
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Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Memoria Colectiva
Es una música
una presencia
se amontonan
habitaciones en penumbra
es una multitud
en paseos en el campo
es una música
un color
apagado
325
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
enfermizo
decadente
tu caudal de mentiras
una presencia
una música
un color desteñido
un susurro en la oscuridad
326
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
327
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Aquel Dios...
328
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
329
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Morada
ha tocado su trompeta
a la voluptuosidad de la luz,
330
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Norma Jean
el único amante
con paciencia
como un político
pulimentado atrozmente
por el insomnio
alcohol y barbitúricos
te asomarás de su mano
—el miedo—
a contemplarte:
de enfrentar la imagen
II
III
IV
VI
Vestido de muerte voy,
que de mi amor aún no me visto.
332
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
VII
VIII
IX
333
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
334
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
mientras se arman,
mirarlos
—tristemente—
y no puede detenerlos.
Amén.
335
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Paolo Uccello
Un navío portugués
despiertan sombras
Paolo, Uccello,
En su armadura
La luna-luciérnaga
en el deseo
336
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
desangrándose
La batalla es la constelación
y distancias.
Paolo, Uccello,
337
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
ni despide
ondea tu sonrisa
hacia la bandería
No olvides la variante
si tuvieras alguna.
libre de explicaciones
338
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
hacia la muchedumbre
ni visitas ni ausencias.
339
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Al preparar la tierra
en su cuerpo anhelante
no produzcas dolor
en sus entrañas,
ábrela simplemente
sin herirla,
aliméntala
la semilla
con tu sangre,
deposítala envuelta
en melodías,
como un padre,
y, por último
riégala
en la mañana
y en la tarde
340
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
de la montaña madre
341
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Poema Filosófico
la existencia de la muerte
nada de tu color,
sólo tu paso
idéntico a la belleza.
342
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Pretéritas
¡Júbilo de mi sangre!
(Mis manos inocentes
jugaron con las flores de sedosa mantilla).
Retrocedo en el tiempo centurias para verlas
por detrás de mis hombros en adorables filas.
Mujeres silenciosas, saludadoras, austeras,
entre linos y espliegos para siempre tranquilas.
Por detrás de mis años, sus ojos de violeta
escrutan mi destino.
343
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
(fragmentos)
En acertar es mezquina
yo no sabía de penas,
ni sabía de condenas
o no apagaste la luz
Te haces la desentendida
345
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Simulación de un Reino
Tú, diosa de Tamalameque, que en las aguas del Ariguaní, fulges como boscaje
desde la toba caliza de las ninfas que transparentan el relincho de las yeguas y
que traes entre tus proezas la de distinguir a todas las hormigas según la carga de
las hojas, no olvides aclimatar entre tu silencio al tigre que sesga de prontitud la
luna sobre el himen caoba de la nao, al tigre que ha rugido en las aguas
pantanosas de la victoria regia o en el climaterio que hace rosa el último vino
oscuro de las indias viejas.
Protégenos de la viruela escarlata, blanquea nuestra piel con la cal que los
sepultos traen desde el terror de sus olvidos, e iza entre el rumor de los
alcaravanes los lamentos de los que, ají en boca, muerden con rabia la magia de
los coronados con tiaras de embrujos entre la luz que picotea el tominejo.
Aguza entre las herraduras rotas el penúltimo soplo de las forjas, el mismo que ha
salitrado el jabón de seda de Don Gonzalo y así, sólo así, Ihilla, permite que el
primer burro carguero que ha pisado América, nos reparta con su rebuzno lo ígneo
en este infinito que se posa bajo las patas de una ovípara cuerva. Mueve, oh Ihilla,
el rocío sobre las hojas de bijao, para que lo eterno salude a la tempestad con ese
vaho gris que se derrite, hoja a hoja entre las palmas, sobre la aureola oscura que
abriga la corteza del gualanday.
El tigre, Ihilla, es el único que puede tornasolar los sueños bajo nuestras negras
cabelleras. Danos por ello el arpón que ha buscado recuerdos de muertos en el
vientre carnoso del caimán, porque ahí dubitará por siempre jamás el último adiós
del soldado devorado y hará canción en el agua la coraza que ya no tiene lustreo
roce de pétalos, sino silencio y habla de agonías.
346
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Mas tú, que eres entre las diosas la más recurrida, pregúntalesa los otros, a los
que tejen el cielo con humo de tabaco, dónde nace el infinito, para así saber si es
sobre ese marrón de los ojos de las babillas donde las orquídeas se deben
transformar en evanescencia de cristales.
Las montañas que ofrecen al cielo nuestra travesía saben que las lechuzas
volverán más púrpura esta oquedad del día que copia la flor de los o Cobos
solitarios. Te preguntamos sobre la riada que trasnocha el viaje, te preguntamos
Ihilla: ¿Es Qif la isla del ébano, la tierra lunar que alivia las penas del Edén, el
lugar donde caen los rayos que desflecan toda esperanza?
No olvides, Ihilla, que las mariposas ninfálidas, temerosas del tigre, revolotearán
sobre la luna saturada de mansedumbre. Ven, por eso, diosa, danos templanza,
ofrécenos de beber "agua de melisa entre los carmelitas", porque así no tendrás
que espantar a los dioses que copulan en la punta de la luz.
347
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Tríptico de La Alhambra
En el Portal
Sólo el tiempo
de Iban Zambra
sólo el tiempo
cumple su tarea
con leve,
sordo roce
Al fondo,
el Albaicín
en el estanque
348
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
y su sonrisa,
el Nasrí,
II
349
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
repentina,
sálicos,
de Estocolmo,
351
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
III
En la Alcazaba
353
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
me atraen enormemente
es como si fuesen
de moras frescas
donde la algarabía
354
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Textos de la Sombra
(Fragmentos)
Fulgor de una lluvia antigua y triste que cae acariciante sobre el mundo.
Suspendida en la mitad de la luz y tatuada por la sombra, la imagen degollada de
una mujer desnuda que sangra en mi memoria convoca mis asombros. Atravieso
los largos laberintos. Hay un olor plural, promiscuo: sándalo sagrado y fétidos
huesos corroídos por el tiempo y por la muerte. Al concluir el viaje y al destruirse el
sueño, mis íntimos delirios se enamoran y naufragan en la imagen degollada.
***
Ayer, cuando el crepúsculo era tibio como una noche anudada a tu cuerpo, oí la
música de mi propio suicidio ascendiendo por un árbol. Todo era perfecto: la luz, la
lluvia, las minuciosas hojas, mi garganta sedienta, mi incomprendida espera.
Anudé la soga y cuando la muerte turbia me besó en los ojos, volví a ver el
esplendor del mundo y resucité gozoso entre tu cuerpo amado.
***
355
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
356
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Te Entregas...
herencia de tu padre
de tu desasosiego
materia redentora
una sinrazón
ahora
357
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
El Amor
Vistes al menesteroso
358
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
En lo Banal...
se ofrece
Propio es de la vida
359
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Lo que se te Da...
que no obtendrás
las demás
en suerte.
360
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Sur
361
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Edificar, edificar,
envejecer sin que la edad haya dado su acuerdo,
trozar los años como a paja vacía,
herir,
¿herir? amado coágulo que hiede
entre pasión y pensamiento,
puñal triste,
garfio huérfano que llora sus enmohecidas entrañas.
362
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
La Durmiente
para tu luto
poniendo a la transparencia
calladamente tu cuerpo.
363
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Vigilia
la puerta.
decente
de dormir
364
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Señor Rimbaud
Le doy la razón,
a cazar palabras.
Ir en busca de palabras
No me volveré a armar
en un mal negocio.
365
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Reino Incierto
366
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Único Instante
Así amanece.
Árbol gigante
llena la calle.
cae
la pluma
de algún ave.
Tú no lo adviertes.
Tú no lo sabes.
y no hables.
una palabra,
367
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Primavera
368
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Un Pequeño Vacío
369
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Algunas madres que dijeron adiós con orgullo a los hijos que
370
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
a mi puerta.
y fui a buscarla.
el beso y el abrazo
el vino en sangre
371
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
y no regreso.
¡Definitivamente diles
372
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
BIBLIOGRAFÍA
EDUARDO CASTILLO: |El árbol que canta, Bogotá, 1928; |Obra poética, edición
del Ministerio de Educación al cuidado de Roberto Liévano y Carlos López
Narváez, Bogotá, 1965, y |El árbol que canta, selección de poemas y prosas y
prólogo de Fernando Charry Lara, Colcultura, Bogotá, 1981.
373
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
MAXIMILIANO GRILLO: |Al Illimani y otros poemas, San José de Costa Rica, s.f.;
|En espiral, París, 1917.
LUIS CARLOS LÓPEZ: |Obra poética, edición crítica de Guillermo Alberto Arévalo,
Banco de la República, Bogotá, 1976.Recoge este tomo todos sus libros: |De mi
villorrio, Madrid, 1908; |Posturas difíciles, Madrid, 1909; |Varios a varios (publicado
374
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
DIEGO URIBE: |Selva, Bogotá, 1895; |Margarita, París, 1906; |Hielos, París, 1908,
y |Cocuyos, Bogotá, 1911.
LUIS VARGAS TEJADA: |Poesías, prólogo de José Joaquín Ortiz, Bogotá, 1857.
BIBLIOGRAFÍA GENERAL
Nos hemos permitido reproducir en este volumen la |Bibliografía general que entre
ellas figura, de veras valiosa por la abundante información que al respecto
suministra sobre un amplio período de nuestras letras. A más de tres décadas,
deberíamos hoy añadirle los títulos de varias antologías, historias de la literatura y
monografías que en este último transcurso han aparecido. Sin embargo |, seguros
de su utilidad para los estudiosos de la poesía colombiana, la presentamos como
original y minuciosamente fue seleccionada:
376
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
1. ANTOLOGÍAS
ACADEMIA COLOMBIANA
Añez, Julio.
|Parnaso colombiano |. Colección de poesías escogidas con prefacio de J. Rivas
Groot. Bogotá, Camacho Roldán y Tamayo, 1886-1887. 2 vols.
Arrázola, Roberto.
|Antología poética de Colombia. Selección, prólogo y notas de Roberto Arrázola.
Buenos Aires, Edit. Colombia, [1943]. 263págs.
Caro, Víctor E.
|Sonetos colombianos. | Bogotá, Imp. Instituto Gráfico, 1942. 160 págs.
377
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
Holguín, Andrés.
|Las mejores poesías colombianas, tomo I. Lima, Editora Latinoamericana, 1959.
Isaza, Emiliano.
|Antología colombiana. París, Librería e Imp. de la viuda de Ch. Bouret, 1895-
1911. 2 vols.
Maya, Rafael.
|La musa romántica en Colombia (Antología poética).Selección, prólogo y notas de
R. M. Bogotá, Ediciones de la Revista "Bolívar", | 1954. 538 págs. (Biblioteca de
Autores Colombianos, 89).
378
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
82. |Los poetas |del dolor y de la |muerte. Prólogo de Carlos García Prada. 205
págs.
83. |Los poetas |del amor y de la |mujer. Prólogo de Gustavo Otero Muñoz. 284
págs.
84. |Los poetas |de la naturaleza. Prólogo de A. Gómez Restrepo. 306 págs.
Tello, Jaime.
|Colombia, el hombre y |el paisaje; una antología. Bogotá, Edit. Iqueima, 1955.
XVI, 302 págs.
|Las cien mejores poesías líricas colombianas. Bogotá, El Mensajero [1919]. XX,
288 págs.; 2ª ed. Edit. Sáenz de Jubera,1924. XIV, | 415 págs. (páginas selectas
de Literatura Española, XIII).
379
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
|La literatura de Colombia. Buenos Aires, Imp. y Casa Editora "Coni", 1940. 158
págs. (Las Literaturas Americanas, III).
|The literary history of Spanish America. New York, the Macmillan Co., 1924. XII,
495 págs.
381
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
|Letras colombianas. México, Edit. Fondo de Cultura Económica, 1944. 213 págs.
(Colección Tierra firme, 2).
Torres-Rioseco, Arturo.
Unión Panamericana.
Muñoz. Bogotá, Edit. Minerva, 1931 (Obras escogidas de José María Vergara y
Vergara, tomos IV y V); 4ª ed., reimpresión de la anterior. Bogotá, Edit. A. B. C.,
1958 (Biblioteca de la Presidencia de Colombia, 48, 49 y 50).
| III.MONOGRAFÍAS
|El modernismo y los poetas modernistas. Madrid, Edición Mundo Latino, 1929.
364 págs.
|Ensayos y comentarios. 2ª ed. París, Editions" Le livre libre", 1927. 346 págs.
|Breve historia del modernismo, México, Fondo de Cultura Económica, 1954. 544
págs.
|La poesía inconclusa y otros ensayos, Bogotá, Edit. Centro, 1947. 178 págs.
|Alabanzas del hombre y de la tierra. Bogotá, Casa Edit. Santafé, 1934, 2 vols.
(Biblioteca de los Penúltimos).
383
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
|Semblanzas colombianas. Bogotá, Edit. A. B. C., 1938. 2vols. VIII, 314 y 320
págs. (Biblioteca de Historia Nacional, LV y LVI).
384
Antología de la Poesía Colombiana – Tomo II
385