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Tesis Diaphorina Levi

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INSTITUTO TECNOLÓGICO

SUPERIOR DE MISANTLA

“DISEÑO DE UN INSECTICIDA ORGÁNICO DE LAS


PLANTAS NATIVAS AZADIRACHTA INDICA A. JUSS
(NEEM), DATURA STRAMONIUM (FLORIPONDIO) Y MELIA
AZEDARACH (PIOCHA) PARA EL CONTROL DE
DIAPHORINA CITRI MEDIANTE DISEÑO DE
EXPERIMENTOS IN VITRO”

AVANCE DE TESIS

QUE PARA OBTENER EL GRADO DE


MAESTRO(A) EN INGENIERÍA INDUSTRIAL

PRESENTA

ING. LEVI YORNEDY NOCHEBUENA SANCHEZ

ASESOR

MII. MARGARITO LANDA ZARATE


COASESOR
DR. GREGORIO FERNANDEZ LAMBERT
ING. IRMA CASTILLO

MISANTLA, VERACRUZ. ENERO, 2019.


Introducción
El sector primario de la economía (agricultura, silvicultura y pesca) ha sido importante desde
la época prehispánica y continúa siendo importante tanto como fuente de ingresos como
cultural. Actualmente existen alrededor de 1 millón de hectáreas de tierra cultivable, la mitad
de las cuales está en manos privadas y el 43% es ejido o tierras comunales. El estado es el
principal productor nacional de café, caña de azúcar, maíz y arroz, piña, chayote, mango,
mango Manila, caña de azúcar, naranja Valencia, papaya y limón (SIAP, 2017).
La citricultura enfrenta retos importantes por la aparición de enfermedades y fenómenos
meteorológicos que afectan su productividad, pero que al mismo tiempo son detonadores de
oportunidades en términos económicos y sociales (Cazares, 2014).
Uno de los grandes problemas que afronta la agricultura es la pérdida de grandes volúmenes
de cosechas a causa de infesta de plagas que causan daños, tanto en el sistema de cultivo,
como en los de cosecha y almacenamiento (SENESICA, 2012).
La globalización ha permitido el intercambio entre mercados, pero a su vez ha traído consigo
el incremento de las probabilidades de ingreso de nuevas plagas al país, lo que ha
significado un endurecimiento en la aplicación de medidas sanitarias. En este contexto, el
control de plagas con insecticidas químicos ha sido eficiente en la mayoría de los casos. Sin
embargo, su uso ha causado una serie de problemas: niveles altos de residuos en los
alimentos, desequilibrio biológico por la eliminación de los enemigos naturales,
contaminación ambiental, intoxicación de personas y surgimiento de poblaciones de insectos
resistentes.
Con el fin de disminuir el uso de insecticidas sintéticos y apoyar el control de plagas, se
propone una búsqueda de insecticidas botánicos que resulten más saludables,
ecológicamente aceptables y eficientes, en un retorno a una práctica antigua, pero con
nuevas tecnologías.
Estos compuestos son de naturaleza biodegradable y presentan una seguridad relativa para
los organismos benéficos, evitando el surgimiento de poblaciones de insectos resistentes.
Además, estos productos no son tóxicos para el hombre, animales domésticos ni insectos
benéficos; son repelentes, inhiben la alimentación del insecto; no dañan a los cultivos ni
causan mal gusto en los productos.
La presente investigación es un análisis experimental de la actividad insecticida de extractos
de Azadirachta indica a.juss (neem), Datura stramonium (toloache) y Melia azedarach
(piocha) que presentan propiedades insecticidas, como una alternativa sustentable de control
de la plaga Diaphorina Citri, con la finalidad de orientar a productores y técnicos en la toma
de decisiones sobre estrategias eficientes para el control de esta plaga en diferentes
situaciones y reducir la diseminación del HLB.
Planteamiento del problema
La producción nacional de limon Persa alcanzó 2,513,390.68 Toneladas, mientras que el
estado de Veracruz tuvo una producción de limón de 503,001.20 toneladas de limón, en el
distrito de Martínez de la Torre se cosecharon 224,222.10 toneladas de dicha producción
(SIAP, 2017). El distrito cuenta con 34,998.00 hectáreas de limon persa sembrado de las
cuales se detectaron las muestras positivas a HLB es de 221 Ha de huertos
(SENASICA,2017).
Actualmente la enfermedad del HLB de los Cítricos se encuentra presente de forma
asintomática en el Estado de Veracruz; sin embargo, se cuenta con detecciones positivas de
insectos del Psílido Asiático de los Cítricos (PAC) en los municipios de Soteapan, Carrillo
Puerto, Álamo Temapache, Tamiahua, Martínez de la Torre, Gutiérrez Zamora y Papantla
(SENASICA, 2017).
En el control y manejo de poblaciones de D. citri se han utilizado diversos métodos como el
control químico, biológico y medidas preventivas (López et al. 2004). En el caso del control
químico, se encuentran en el mercado algunos productos efectivos, pero altamente tóxicos
contra organismos utilizados en el control biológico, muy contaminantes al ambiente, y
causantes en el mediano y largo plazo, de la aparición de plagas secundarias y resistentes a
los insecticidas utilizados (Llorens 2007).
En México, la presencia de la bacteria causante del HLB se detectó en 2009, tanto en
psílidos como en plantas de limón (SENASICA 2013). En el control y manejo de poblaciones
de D. citri se han utilizado diversos métodos como el control químico, biológico y medidas
preventivas (López et al. 2004).
En el caso del control químico, se encuentran en el mercado algunos productos efectivos,
pero altamente tóxicos contra organismos utilizados en el control biológico, muy
contaminantes al ambiente, y causantes en el mediano y largo plazo, de la aparición de
plagas secundarias y resistentes a los insecticidas utilizados (Llorens 2007).
Este psílido causa daño directo a la planta por alimentarse de los brotes tiernos, merma la
calidad y producción de los cítricos; es el principal vector de la bacteria Candidatus
Liberibacter asiaticus y Candidatus Liberibacter americanus, causantes, en el continente
americano, de la enfermedad conocida como Huanglongbing (HLB) considerada como la
enfermedad más devastadora de los cítricos, ya que provoca daños severos en la citricultura
de diversos países (Da Graca y Korsten 2004). El PAC tiene un ciclo de vida de 20 a 40 días
pasando por cinco instares ninfales, donde el cuarto y quinto, así como el adulto, tienen la
capacidad de adquirir y transmitir la bacteria Candidatus Liberibacter spp. (Halbert y
Manjunath 2004).
Los insecticidas orgánicos representan una alternativa en el control del Diaphorina Citri, son
biodegradables y no provocan riesgos para el ambiente ni para la salud humana o animal.
Actualmente, varios productos naturales constituyen un gran potencial como controladores
del PAC (Fuentes et al. 2000). Existen reportes de diversos extractos de plantas como el
Neem, guayaba, Florifundio, Piocha, Higuerilla, Guanábana, Acuyo, Ortiga y canela con
numerosos principios activos que producen efectos anti alimentarios, retrasos en el
crecimiento, reducción de fecundidad, trastornos en la muda, defectos morfológicos y
cambios en el comportamiento (Banchio et al. 2003).
Justificación
La citricultura en México se encuentra localizada en 28 entidades federativas, sin embargo,
la geografía productiva se encuentra bien definida, 91% de la producción total está
concentrada en solo 10 estados. La definición de las zonas productoras de cítricos en
nuestro país, están bastante delimitadas. La mayoría de las entidades se encuentran en la
costa del Golfo de México, abarca los estados de Tamaulipas, Veracruz, Tabasco y Yucatán,
y cercanos a estos Nuevo León y Puebla. Por el otro lado, en la costa del Pacífico
encontramos a Sonora, Colima, Michoacán y Oaxaca.
Veracruz es el principal productor de cítricos, quien representa el 38% de la superficie
plantada en el país. Seguido en importancia San Luís Potosí (9%), Michoacán (8%),
Tamaulipas (7%), Nuevo León (6%), Colima (6%), Tabasco (5%), Oaxaca (4%), Yucatán
(4%) y Puebla (4%); estos 10 estados en conjunto representan el 91% del total de cítricos en
el país, sin embargo, el comportamiento de los rendimientos y los precios que se logran en
cada estado varía considerablemente y están relacionados al nivel de tecnificación y grado
de desarrollo en la actividad primaria.
La infraestructura económica con que cuenta el sistema producto cítricos lo ubica en tercera
posición en importancia entre todos los cultivos agrícolas en la república mexicana, en la
siguiente gráfica podemos constatar la representación de su entorno.
En los últimos años, los aceites esenciales han presentado como una alternativa en el
control insecto-plaga. Estos aceites, extraídos de diversas plantas, han sido ampliamente
estudiados con el objetivo de evaluar su actividad repelente aprovechando su baja toxicidad
frente a especies de diferentes a las plagas.
La elaboración de un insecticida orgánico está expuesta a la determinación de la cantidad
exacta que cumpla con las características para el control de las plagas, ya que se pretende
obtener la mejor mezcla y encontrar la dosis que se aplicara.
Los diseños de experimentos de mezclas permiten evaluar de manera consistente y
económica la influencia de cada uno de los componentes de la mezcla en el producto final.
Objetivo general
Diseñar de una mezcla a base de plantas nativas de la región de Misantla para la
elaboración de un insecticida orgánico para combatir Diaphorina Citri en limon Persa (citrus
latifolia) mediante Diseño de experimentos.

Objetivos específicos
 Buscar información sobre principales plagas del cultivo de Limon persa y como se
esta combatiendo actualmente dichas plagas.
 Revisar el estado del arte sobre plantas originarias de la región que sirven como base
para la elaboración de insecticidas y acaricida.
 Seleccionar los factores, niveles, rangos y variables de respuesta
 Diseñar el modelo de diseño experimental
 Realizar el experimento
 Caracterizar distintos estados de madurez del fruto a nivel físico y químico
 Elaborar los extractos de dos estados de madurez del fruto, con diversos solventes y
concentraciones.
 Evaluar la eficacia del insecticida natural en distintos estados de desarrollo del fruto
mediante bioensayos de laboratorio.
 Analizar estadísticamente lo datos obtenidos
 Concluir el experimento
Hipótesis
Como resultado del estudio experimental se puede demostrar si existe diferencia significativa
entre los diferentes tipos de extractos para el control de las plagas del Limon persa. En caso
de que exista diferencia se determina el tipo de extracto que mejores resultados arroje

Metodología
Desarrollar un enunciado claro que incluya todas las ideas acerca de los objetivos del
experimento.
Identificar los factores que intervienen en el experimento, cuales son factores potenciales del
diseño.
Cuales factores se mantienen y cuales se les permite variar
Elegir los rangos en que se harán variar los factores, así como los niveles específicos con los
que se realizarán las corridas. Así como la elección de la variable respuesta que proporciona
la información acerca del proceso bajo estudio.
Elegir el diseño experimental implica considerar el tamaño de muestra (Numero de Replicas),
la selección del orden de las corridas experimentales (tratamientos), además de la
determinación de si hay formalización de bloques u otras restricciones sobre la
aleatorización.
Realizar el experimento brindara la información acerca de la consistencia de
2. Revisión bibliográfica
2.1. Insecticidas sintéticos y la protección ambiental
En general, los insecticidas son sustancias con propiedades biocidas para los insectos. Su
efecto sobre la fisiología de estos organismos es complejo y tiene una serie de reacciones
físico-químicas que afectan a una especie de insecto en particular (Romanyk y Cadahía,
2002).
Aunque los plaguicidas son herramientas importantes de control, su uso ha demostrado
también consecuencias negativas, como el desarrollo de resistencia a los productos
fitosanitarios por plagas y enfermedades, aparición de nuevas plagas, eliminación de la
fauna benéfica y contaminación ambiental y de cultivos alimenticios (Carrero, 1996;
Niemeyer, 1996; Villalobos, 1996).
El uso de extractos de plantas como insecticidas data de la época del Imperio Romano. Sin
embargo, sólo a partir de los años 30 del siglo recién pasado se produjeron los avances más
importantes en el uso de los insecticidas como: nicotina, rotenona, cuasina y piretrinas
(Villalobos, 1996, Rodríguez et al., 2003).
Estos avances fueron seguidos por el desarrollo de los compuestos orgánicos de síntesis,
incluyendo insecticidas clorados, fosforados y carbamatos, algunos de los cuales han sido
retirados del mercado por tener efectos no deseados en el ambiente. En la actualidad existen
centenares de materias activas y millares de productos técnicos que se encuentran
registrados en diversos países, y hay una tendencia hacia la elaboración de productos cada
vez más específicos, cuyo objetivo es alterar sólo alguna de las fases del ciclo del insecto,
como por ejemplo, inhibir la formación de la cutícula, alterar la muda o la actividad hormonal
juvenil, entre otros (Villalobos, 1996). Las investigaciones destinadas a solucionar estos
problemas han apuntado a la búsqueda de productos naturales capaces de apoyar la labor
de los insecticidas sintéticos, disminuyendo sus efectos negativos (Pizarro y Diana, 2002).

2.2. Clasificación de los insecticidas

Los insecticidas pueden dividirse de acuerdo a sus componentes químicos y propiedades, en


la siguiente clasificación (Carrero, 1996; Mota-Sánchez et al., 2003):
A. Insecticidas inorgánicos: Los productos inorgánicos son de origen mineral y carecen,
por ende, de carbono. Comúnmente contienen arsénico, cobre, boro, mercurio, azufre,
estaño o zinc. Actualmente se usan principalmente en el control de enfermedades de las
plantas. Sin embargo, no son específicos y pueden ser tóxicos a una gran variedad de
organismos; es decir, son de amplio espectro. Estos productos son generalmente menos
efectivos que muchos de los compuestos orgánicos. Algunos ofrecen la ventaja de tener
una toxicidad aguda relativamente baja en las personas, aunque aquellos que contienen
plomo, mercurio y arsénico causan serios problemas de salud y contaminación del medio
ambiente, por lo que su uso se ha prohibido.
B. Insecticidas orgánicos: Los insecticidas orgánicos contienen carbono y pueden ser
tanto de origen natural como artificial. También contienen oxígeno, nitrógeno, fósforo,
azufre, y otros elementos. La mayoría de los insecticidas usados en la actualidad son
compuestos orgánicos. Cabe señalar que “orgánico” no quiere decir “natural”, y como
sustancias tóxicas, estos productos deben usarse con precaución.
C. Insecticidas microbiales: Los insecticidas microbiales son un grupo distinto de
productos para el manejo de plagas y están constituidos por bacterias, virus u hongos;
capaces de causar enfermedades en ciertas plagas. Aunque estos organismos pueden
generarse en forma natural, también son producidos a gran escala e introducidos
intencionalmente en cantidad suficiente, de manera que garanticen un alto nivel de
control de la plaga en cuestión. Son altamente específicos, y por ello no afectan a otras
especies. Hasta el momento sólo un pequeño número de estos insecticidas ha sido
registrado para su uso. El más conocido es Bacillus thuringiensis Berliner, bacteria que
ha sido usada efectivamente contra larvas de distintas especies, especialmente
lepidópteros.
D. Insecticidas vegetales: Los insecticidas orgánicos son derivados o extraídos
directamente de plantas y corresponden principalmente a mecanismos de defensa frente
a posibles daños por insectos.

2.3. Ventajas y desventajas de los insecticidas naturales


Al usar compuestos vegetales se debe ser cuidadoso y no depender de esta táctica de
manera única y exclusiva para el control de plagas, ya que se podrían producir efectos no
deseables para la salud humana o bien generar resistencia, de manera similar a lo que
ocurre con los insecticidas sintéticos, los de mayor toxicidad para el ser humano. Por tanto,
estos insecticidas son una herramienta más dentro de un sistema de Manejo Integrado de
Plagas. Entre las ventajas y desventajas de un insecticida natural es posible mencionar las
siguientes (COLPROCAH, 1996; Cañarte, 2000; Maggi, 2004):
Ventajas
 Material renovable.
 Biodegradable.
 Alta disponibilidad de material.
 Bajo costo.
 Menor efecto negativo sobre enemigos naturales y otros organismos benéficos.
 No contaminante.
 Bajo riesgo a la salud humana.
 Mantenimiento del equilibrio de la fauna entomológica.
Desventajas
 Poca información en pruebas de toxicología.
 Variabilidad en cantidad del ingrediente activo.
 Mayor requerimiento de personal calificado y mano de obra.
 Requiere equipo de procesamiento.
 Costo de oportunidad.
 No muy buena estabilidad en los extractos.
Otra gran ventaja de los insecticidas orgánicos, que paradójicamente Isman (1994) definió
como desventaja, se refiere a la inestabilidad de los componentes dentro de la planta debido
a factores climáticos; si dos extractos tienen los mismos compuestos, no necesariamente
están en las mismas concentraciones, y por ello, los insectos no son sometidos siempre a la
misma presión y por ende es muy difícil que desarrollen resistencia.

2.4. Persistencia de los insecticidas naturales


Los compuestos vegetales no persisten mucho tiempo en el medio y sus parámetros
farmacocinéticas son poco tóxicos a organismos superiores (Isman, 1994), y causan menos
daños al medio ambiente (Lemma, 1973).
La actividad de los insecticidas naturales perdura normalmente entre 4 a 15 días bajo
condiciones de campo. En general, estos productos no presentan efectos nocivos para
artrópodos benéficos debido a su especificidad contra larvas de lepidópteros. Esto constituye
una ventaja en programas de protección donde se necesita una población alta de insectos
benéficos para combatir otras plagas (Cañarte, 2000).

2.5. Especies vegetales con propiedades insecticidas


Actualmente se han estudiado diversas familias vegetales con propiedades bioinsecticidas.
Entre ellas destacan Meliaceae, Asteraceae, Fabaceae, Lamiaceae, Lauraceae, Apiaceae,
Brassicaceae, Euphorbiaceae, entre otras, de las que se han aislado algunos compuestos
activos (Villalobos, 1996). Los factores climáticos influyen en la acumulación de compuestos
químicos en los árboles y sus estructuras morfológicas. Las regiones tropicales tienden a
favorecer la acumulación de sustancias químicas en los vegetales, por lo que las
concentraciones menores de un producto elaborado con material originario de esas zonas
geográficas producen mejores resultados que los elaborados en otras latitudes (Espinosa y
Villaseñor, 2002).
Dos especies importantes de plantas con propiedades insecticidas pertenecen a la familia
Meliaceae, el árbol neem (Azadirachta indica L) y el neem chino(Melia azedarach L.) Ambos
son nativos de Asia y Australia meridional, y se cultivan principalmente con fines
ornamentales desde el siglo XVI. En la actualidad, estas especies se han naturalizado en
diversos países tropicales y subtropicales (Martínez, 1991; Villalobos, 1996). Este estudio se
centra en M. azedarach, dada su buena adaptación en Chile.

2.6. Características de un insecticida ideal


Un insecticida no sólo debe cumplir con la exigencia mínima de matar una plaga específica,
sino que debe cumplir una serie de características para otorgarle la calificación de insecticida
ideal, entre las que destacan (Cañarte, 2000):
a. Eficacia para eliminar o disminuir la acción dañina de una plaga.
b. Precio adecuado para su aplicación en dosis correctas tanto en cultivos intensivos
como extensivos.
c. Posibilidad de adquisición permanente.
d. Características físico-químicas adecuadas, que permitan que sea fácilmente aplicado,
sin causar daños al equipo ni a las plantas.
e. No comprometer la salud de quien lo aplica.
f. No ser perjudicial para el medio ambiente.
Otra característica de un buen insecticida es que el solvente aconsejado para su disolución,
que muchas veces acarrea más problemas que el propio insecticida, debe permanecer en el
medio el tiempo suficiente que permita su ingesta por el insecto, por lo que su grado de
volatilización debe ser lo más bajo posible (Rodríguez et al., 2003).
Otros factores que ayudan a decidir el solvente más conveniente son su toxicidad para el ser
humano, precio, disponibilidad en el mercado y facilidad de manipulación (Rodríguez, 1997).

2.7. Antecedentes generales sobre Melia azedarach


2.7.1. Descripción botánica y características ecológicas
Melia azedarach fue introducida en Chile con fines ornamentales y se conoce como “melia”,
“árbol del paraíso”, “cinamomo” o “neem chino” o “piocha”. Es un árbol caducifolio de unos
10 a 15 m de altura, tronco recto y delgado, con corteza oscura y fisurada, y copa globosa
(Hoffmann, 1995) (Figura 1A). Tiene hojas alternas, normalmente bipinnadas, de hasta 60
cm de longitud, con pinnas de 5–7 folíolos peciolados, ovales, ligeramente dentados, de 2–5
cm de longitud, de color verde oscuro en el haz y más claro en el envés. Las flores se
disponen en panículas axilares, colgantes, numerosas, fragantes, de color blanco y violeta,
con los estambres reunidos en un tubo central. Florece entre abril y mayo. Frutos
drupáceos, globosos, de 1 cm de diámetro, amarillo-naranjados al principio, dispuestos en
racimos muy ornamentales que permanecen en el árbol todo el invierno, y contienen 4–5
semillas (Roig, 1974; Martínez, 1991; Pennington y Sarukán, 1998; Fuentes et al., 2001).
De su ecología se ha escrito poco, pero según descripciones generales de su hábitat es
probable que M. azedarach requiera sol directo, pues no es tolerante a la sombra, y se
adapta a una gama amplia de condiciones de humedad de suelo (Henderson y Musil, 1984;
Henderson, 1991).
Entre las características ambientales óptimas para su desarrollo, la altitud óptima estaría en
torno a los 500 msnm, con temperatura media de 18ºC y precipitaciones que promedien
anualmente los 500 mm. Esta especie es muy adaptable y puede soportar heladas y
períodos de sequía (Flinta, 1960; Niembro, 1986; Martínez, 1991; Von Carlowitz et al., 1991;
Pennington y Sarukán, 1998).
Melia azedarach se desarrolla en suelos preferentemente podzólicos, con profundidad en
torno a 50 cm, de texturas arcillosas, ligeramente arenosas y francas o franco-arenosas, con
buen drenaje, tanto en pH ácidos, alcalinos o neutros, con materia orgánica abundante
(Flinta, 1960; Evans y Rombold, 1984; Martínez, 1991; Von Carlowitz et al., 1991).
Las hojas caídas de M. azedarach pueden aumentar significativamente la alcalinidad y
ceniza del suelo, junto con reducir el nivel de aluminio (Noble et al., 1996). Además, estas
hojas pueden reforzar la concentración de nitrógeno mineralizable del suelo en una
cantidad comparable a un abono nitrogenado con leguminosas (Singh et al., 1996).
Melia azedarach florece y fructifica cuando alcanza el tamaño de un arbusto. Tiene una
alta producción de frutos y semillas, que persisten a la última caída de la hoja. Los frutos son
de larga maduración, venenosos para las personas y algunos otros mamíferos. Sin embargo,
los pájaros los consumen y dispersan las semillas, aunque a veces se producen
intoxicaciones (Burks, 1997).
Las semillas de M. azedarach son muy tolerantes al desecamiento, y llegan a sobrevivir
hasta con 3,5% de su volumen de humedad normal. Además pueden permanecer viables
por períodos prolongados, hasta al menos 26 meses (Hong y Ellis 1998).
Melia azedarach también se reproduce vegetativamente por formación de brotes desde la
raíz, capacidad que a menudo permite producir bosquecillos monotípicos densos (Langeland
y Burks, 1998).
2.7.2. Propiedades insecticidas
Muchas clases de compuestos naturales, tales como grasas, hidratos de carbono, proteínas
y ácidos nucleicos, intervienen en los procesos vitales de las plantas, tales como
respiración, fotosíntesis, entre otros. Estos productos naturales, junto con un número
relativamente pequeño de sustancias análogas, existen en casi todos los organismos y se
denominan “metabolitos primarios”, y los procedimientos por los cuales se producen se
llaman procesos metabólicos primarios. La mayoría de los organismos vivos, producen
ácidos grasos corrientes y ácidos carboxílicos sencillos (Izco, 1998; Troiani, 2003).
Una segunda clase de productos naturales se denominan “metabolitos secundarios”, los
cuales, como su nombre indica, son el resultado del metabolismo secundario, formando
parte de procesos no vitales para las plantas. Estos compuestos son precisamente a los que
se adjudica las cualidades insecticidas de las plantas; los grupos más destacados en esta
labor son los flavonoides, terpenoides y alcaloides (Izco, 1998; Troiani, 2003).
La actividad insecticida de M. azedarach se encuentra en hojas, tallos, frutos y semillas. De
estas estructuras se han extraído, con acetona, agua, alcohol, cloroformo, diclorometano y
éter de petróleo, los siguientes compuestos: paraisina, cumarinas, azederacol, meliacarpina,
meliacarpinina, melianol, melianona, meliantriol, meliatina, meliatoxina, nimbolida,
nimbolidina, nimbolinina, oquinolida, sendanina, toosendanina y vilasinina (Rodríguez, 1999;
Gusberti et al., 2000; Padrón et al., 2003). Destacan principalmente meliartenin (Figura 2A),
limonoide (triterpeno) con cualidades antialimentarias, y azadirachtina (triterpeno) (Figura
2B), el mayor compuesto natural antialimentario conocido, proveniente de Azadirachta indica
A. Juss (Pimentel, 1995;Carpinella et al., 2002, 2003).
La actividad insecticida de M. azedarach se debe a un grupo de triterpenoides
biológicamente activos, que tienen efecto antialimentario; es decir, inhiben la alimentación de
insectos fitófagos mordedores como coleópteros y larvas de lepidópteros (Vergara et al.,
1997; Gusberti et al., 2000; Carpinella et al., 2003; Maggi, 2004).
Los insecticidas naturales actúan de manera gradual. Por lo general, ninguna de las
especies vegetales insecticidas tiene la acción fulminante de los insecticidas sintéticos. La
población de insectos no disminuye rápidamente con el uso de insecticidas botánicos. Entre
los efectos de los insecticidas naturales en las plagas se encuentran: a) repelencia en larvas
y adultos, b) suspensión de la alimentación, c) reducción de la movilidad del intestino, d)
impedimento de la formación de quitina, e) bloqueo de la muda en ninfas y larvas, f)
reducción del desarrollo y crecimiento, g) toxicidad en larvas y adultos, h) interferencia de la
comunicación sexual en la cópula, i) suspensión de la ovipostura, y j) esterilización de
adultos. La mayoría de los efectos de los insecticidas naturales son fisiológicos, por lo que el
insecto tiene que ingerirlos (Rodríguez, 1998).
El efecto del o los compuestos activos de un insecticida vegetal depende de factores
genéticos, fenológicos, ambientales, fitosanitarios e incluso la elaboración y aplicación del
producto. Generalmente no se conoce el modo exacto de acción de estos insecticidas, por lo
que se debe mantener una experimentación constante (Rodríguez, 1998).
El mecanismo de acción de la mayoría de las substancias provenientes de M. azedarach
consiste en inhibir la acción de las oxidasas en el intestino medio, por lo que el insecto
inmaduro muere o se convierte en pupa o adulto anormal por deficiencia de nutrientes o
interferencia en los procesos fisiológicos. Esto se traduce en inhibición de la alimentación,
disminución del crecimiento y desarrollo, descenso de la tasa metabólica relativa,
emergencia de adultos deformes, inhibición de la ovipostura o mortalidad. La inhibición de la
alimentación ha sido estudiada a través de la repelencia a la alimentación, reducción del
consumo, tasa de consumo relativo, protección del 95% del área foliar y descenso de peso.
La inhibición del crecimiento se ha cuantificado por medio del aumento de duración de la
fase larvaria, índice de crecimiento, concentración que inhibe el 50% de crecimiento y la
tasa de crecimiento relativo (Rodríguez, 1999; Gusberti et al., 2000).
Existen varias maneras de cuantificar y comparar la toxicidad de distintos productos
químicos y dosis. Una medida común es la dosis letal 50, o DL50. Este índice significa que
una dosis determinada es letal para el 50% de los individuos expuestos. Mientras menor es
la DL50, mayor es la toxicidad del producto (Rodríguez, 1998).

Muñoz et al. (1998) estudiaron los efectos de extractos de frutos de Melia azedarach, A.
indica y piretroides, sobre larvas de tercer estadío de la polilla del brote del pino, Rhyacionia
buoliana Den. et Schiff., y dedujeron que los extractos de frutos verdes de M. azedarach
fueron más activos (0,0077 ppm), requiriendo menos producto para matar el 50% de los
insectos (DL50) en comparación con el piretroide cipermetrina (0,124 ppm), extractos de
frutos maduros de M. azedarach (0,229 ppm) y un preparado comercial de A. indica (Bionim;
0,29 ppm).
En un estudio de Donoso (1998) sobre los efectos de extractos de A. indica y M. azedarach
sobre cuatro hongos fitopatógenos, esta última actúa sobre los hongos Botrytis cinerea Pres.
ex Fr. y Sclerotinia esclerotorium (Lib.) Massee, con un efecto considerable, y
características más selectivas que A. indica.
Como se señaló, el principal compuesto causante de la actividad insecticida en M. azedarach
corresponde a meliartenin, extraído principalmente de sus frutos, el cual actúa como
regulador de crecimiento y antialimentario. Sin embargo, la extracción y aislamiento de este
compuesto es difícil y cara (Carpinella et al., 2002; Troiani, 2003).
Los intentos por sintetizar el compuesto activo de M. azedarach no han sido satisfactorios
debido a la complejidad de la molécula. Las síntesis logradas han sido sólo parciales y los
hemi-compuestos obtenidos, no tienen actividad biológica, por lo que se deduce que la
bioactividad reside en la molécula completa (Gusberti et al., 2000).

2.8. Antecedentes generales sobre Azadirachta Indica A. Juss


2.8.1 Generalidades
Los bioplaguicidas de productos naturales o sus derivados, representan una alternativa en el
control del PAC, son biodegradables y no provocan riesgos para el ambiente ni para la salud
humana o animal. Actualmente, varios productos naturales constituyen un gran potencial
como controladores del PAC (Fuentes et al. 2000). Existen reportes de diversos extractos de
plantas como el neem con numerosos principios activos terpénicos y la azadirachtina que
producen efectos anti alimentarios, retrasos en el crecimiento, reducción de fecundidad,
trastornos en la muda, defectos morfológicos y cambios en el comportamiento (Banchio et al.
2003). La azadirachtina funciona como disuasivo o supresor de la ovoposición (Salas 2001),
y es eficiente contra plagas como la chinche del cultivo de arroz Oebalus poecilus (Dallas,
1851), (Sutherland et al. 2002).
En extracto metanólico la azadirachtina evita la ovoposición y puesta de huevos de Erias
vitella (Fab.), plaga del algodón (Gajmer et al. 2002). La azaridachtina se encuentra en
formulaciones de bioplaguicidas específicos evaluados contra Saccharosydne saccharivora
(Westwood), vector del amarillamiento de la hoja de caña de azúcar (Giraldo et al. 2006) y el
extracto etanólico de sus frutos es efectivo contra el mosquito del dengue (Aedes aegypti L.)
(Wandscheer et al. 2004).
El árbol del neem o margosa (Azadirachta indica A. Juss) pertenece a la familia Meliaceae y
es nativo de India. Se encuentra ampliamente distribuido en el Sur y Sureste de Asia y en la
mayor parte de las regiones tropicales y subtropicales del mundo (Benge, 1989). Este árbol
es conocido por sus propiedades medicinales en humanos (Kausik et al., 2002) y por su uso
en control de plagas en cultivos agrícolas (Koul et al., 1990). Los extractos obtenidos de su
semilla contienen diversos agentes bioactivos contra hongos (Govindachary et al., 1998) e
insectos; el más potente es el nortriterpenoide conocido como azadiractina (Mordue y
Blackwell, 1993). Se ha demostrado la presencia de isómeros nuevos de azadiractina
(Govindachari et al., 1991), de los cuales azadiractina A (Figura 1) es el metabolito más
importante, por su actividad insecticida y cantidad presente en las semillas de nim (Rembold,
1989; Jones et al., 1989).
Este limonoide interfiere en el proceso normal de la metamorfosis de insectos, reduce la
fecundidad, el crecimiento, la ovipostura y la alimentación de los insectos (Schmutterer,
1990). La azadiractina se presenta en cualquier parte anatómica del árbol; sin embargo, la
concentración más alta se obtiene de las semillas (Dai et al., 2001). El contenido de
azadiractina en semillas obtenidas de árboles de nim a nivel mundial o dentro de un mismo
país es variable. Por ejemplo, Ermel et al. (1984) evaluaron la cantidad de azadiractina en
semillas de árboles localizados en diferentes regiones de India, Togo, Sudán y Nigeria;
observaron que los niveles de este limonoide varían de 1000 a 6000 µg g-1 y sugirieron que
estas diferencias se deben a condiciones ambientales locales como humedad relativa,
precipitación o temperatura. Kumar y Parmar (1997) también estudiaron el contenido de
azadiractina de algunos ecotipos de la India y sugirieron que las causas de la variación en el
contenido de azadiractina se deben a diferencias en las condiciones climatológicas donde se
localizan los cultivos de nim. Sin embargo, Sidhu et al. (2003) observaron en India que los
árboles de un mismo origen, cultivados bajo las mismas condiciones de suelo y clima,
poseen diferencias significativas en la capacidad de producción de azadiractina, por lo que
sugieren que la diversidad genética en plantas de un mismo origen es determinante para la
producción de azadiractina y no los factores climáticos.
La introducción del árbol del nim en el noroeste de México se inició en la década de los
noventas a partir de dos orígenes. El primer grupo se plantó en Los Mochis, Sinaloa y se
propagó en la parte centro y norte del estado de Sinaloa. El otro grupo fue introducido a
Todos Santos, Baja California Sur y su propagación se extendió hasta el centro de Sinaloa.
Debido a que la azadiractina A es el componente activo del nim que se utiliza para
determinar la calidad de la materia prima para formular plaguicidas, el objetivo de este
estudio fue determinar si existen diferencias en el contenido de azadiractina A en las semillas
de árboles introducidos en el noroeste de México a partir de los dos sitios de origen
mencionados, así como en frutos de diferente estado de maduración.
2.9. Antecedentes generales sobre Diaphorina Citri Kuwayama
2.9.1. Generalidades
El Huanglongbing (HLB), enfermedad producida por la bacteria Candidatus Liberibacter spp.,
y trasmitida en el continente americano por el psílido Asiático de los cítricos (PAC)
Diaphorina citri Kuwayama (Fig. 1), es reconocida actualmente como la enfermedad más
devastadora de los cítricos, a nivel mundial. Los esfuerzos realizados por productores,
asesores técnicos, investigadores, dependencias de sanidad vegetal con el apoyo del
gobierno en el ámbito internacional, nacional y regional han rendido frutos, sin embargo, el
HLB continúa su avance. En México, desde julio de 2009 y hasta la fecha, la bacteria se ha
detectado en 17 estados y en 11 la enfermedad (SENASICA, 2012).
El PAC como fitófago plaga causa daño a los brotes de los cítricos y llega a eliminarlos, pero
su mayor importancia es debida a su papel como vector del patógeno que causa el HLB.
Esta bacteria también se puede transmitir por material vegetativo (injerto, desplazamiento de
plantas infectadas entre diferentes regiones y posiblemente por semilla), así como a través
de la planta parásita “Cuscuta” Cuscuta pentagona Engelm. (Solanales: Convolvulaceae)
(Duan et al., 2008), aunque la forma más frecuente de transmisión es por el PAC, clasificado
como plaga con categoría cuarentenaria (OEPP/EPPO, 1988).
2.9.2. Fases de Desarrollo de la Diaphorina citri
Fases de desarrollo de la Diaphorina Citri. Presenta la fase de huevo, cinco instares
ninfales y el adulto; bajo temperaturas de 24 °C los huevos eclosionan entre 4.1 y 4.3 días, y
sus cinco instares pueden tener una duración de 12.6 a 13.5 días, dependiendo del
hospedero (Liu y Tsai, 2000). La mayor longevidad de las hembras criadas en toronja es de
54 días a 25 °C; bajo condiciones de laboratorio, el desarrollo de huevo a adulto requirió 250
unidades calor (UC), con un umbral de desarrollo de 10.45 °C (Liu y Tsai, 2000), o 211 UC
con un umbral de 13.53 °C (Torres y Parra, 2008) En el centro de Sinaloa, el desarrollo del
PAC de huevo a adulto varió de 12 a 48 d. Entre Mayo y Octubre, el periodo más caluroso
del año, se registran 12 generaciones en promedio; en esta época el ciclo de vida completo
transcurrió en 13.5 d en promedio; es posible registrar entre 18 y 19 generaciones del PAC al
año (Cortez et al. 2010).
Ninfas y adultos. Las ninfas del Diaphorina excretan mielecilla, con la cual se propicia el
desarrollo de hongos causantes de fumagina, y se origina la presencia de hormigas, atraídas
para utilizarla como fuente de alimento (CABI, 2005); característicamente también excretan
pequeños gránulos de cera, semejantes a granos de sal, llegándose a observar como
filamentos o espirales largos que salen del extremo abdominal (Halbert, 1999; Halbert y
Manjunath, 2004), cuando el insecto se está alimentando activamente. Los adultos
generalmente se encuentran en reposo en la porción terminal de las ramas o brotes de las
plantas, especialmente en el envés de las hojas, y adoptan una característica posición, con
la cabeza prácticamente pegada al sustrato y la punta del abdomen hacia arriba en un
ángulo de 30° aproximadamente ; cuando son molestados vuelan ligeramente una corta
distancia y se posan de nuevo en el follaje.
Infestación. El Diaphorina Citri posee un ciclo de vida corto y una alta capacidad de
reproducción, especialmente en áreas costeras calurosas (Catling, 1970). Liu y Tsai (2000)
indican que la mayor cantidad de huevos se presentaron en toronja y que las hembras sólo
ovipositan en ramas tiernas y en ausencia de éstas, cesan la oviposición temporalmente. En
el norte de Sinaloa el limón mexicano, la toronja y la naranja fueron más infestados, mientras
que en el centro del estado el orden de preferencia fue naranja, toronja y limón fino italiano, y
en ambos sitios la mandarina fue la especie menos preferida, aunque en algunos casos no
se observó diferencia significativa entre especies de cítricos, además, la capacidad de
brotación de las diferentes especies de cítricos no mostró una relación directamente
proporcional con la abundancia del insecto, al parecer existe otro factor involucrado Cortez et
al. (2011). Otras observaciones registraron que la preferencia fue mayor para naranja, y en
seguida por tangelo, toronja y limón mexicano; mientras que la de menor preferencia fue la
mandarina (Pacheco y Samaniego, 2011).
2.9.3. Distribución Espacial y Temporal
El incremento de las poblaciones del PAC está relacionado con los periodos brotación de los
cítricos, coincidiendo con ellos la ocurrencia de las mayores densidades (Cortez-Mondaca et
al., 2010; Ortega- Arenas et al., 2011; Pacheco-Covarrubias y Samaniego-Ruso, 2011;
Urías-López et al., 2011; Velázquez-Monreal et al., 2011); sin embargo, la densidad media
por brote ha resultado un indicador inconsistente de los niveles generales de la población de
Diaphorina Citri, en diferentes sitios, observándose que, en ocasiones, con presencia de
pocos brotes tiernos se registran poblaciones elevadas (Hall et al. 2008; Cabrera-Mireles et
al. 2011; Cortez-Mondaca et al. 2010).
Moreno et al., (2008), señalan que la temperatura media y la humedad relativa no
presentaron una correlación significativa con la población del PAC, mientras que las
precipitaciones influyeron causando una disminución de la población del insecto. En el
estrato medio de las plantas y el cuadrante norte del campo se registraron los mayores
porcentajes de brotes afectados, mientras que el estrato bajo y el cuadrante oeste fueron los
menos afectados. El 51.2% de los huevos se encontraron en el estrato medio del cuadrante
norte de la planta seguido del estrato alto (34,69%) del mismo cuadrante.
2.9.4. Daños
En infestaciones altas, la Diaphorina Citri puede eliminar los brotes vegetativos en desarrollo
o causar la abscisión de hojas (Michaud, 2004). El daño es causado por ninfas y adultos al
extraer grandes cantidades de savia de las hojas y pecíolos, e inyectar toxinas, induciendo el
enrollamiento y alargamiento de las mismas (orejas de conejo) que impiden el crecimiento
normal de la planta. En tanto que los síntomas más característicos del HLB son moteados en
las hojas y el reverdecimiento del fruto.
En limón Mexicano, se reportó mayor daño en las hojas de la base de un brote y mínimo en
las hojas de la parte superior del mismo; se alteró la dinámica de emisión de nuevos brotes
vegetativos y de racimos florales, pero el rendimiento no resultó afectado (Robles et al.,
2010). Alemán et al. (2007), mencionan que una sola ninfa alimentándose por menos de 24
horas es capaz de provocar una malformación de la hoja joven o madura.
Los árboles maduros suelen tolerar los daños directos de la plaga, porque la pérdida de
hojas es mínima en comparación con el tamaño de su copa (Pacheco et al., 2012). En los
árboles infectados los frutos se deforman completamente y resultan inaceptables en el
mercado (da Graca, 1991; da Graca y Korsten, 2004; Halbert y Manjunath, 2004).

2.9.5. Grupos de insecticidas alternativos para sistemas de producción orgánica


Reguladores del Crecimiento. Su efecto se manifiesta de diversas formas; pueden inhibir la
metamorfosis, al evitar que esta se produzca en el momento preciso; o producir una
metamorfosis precoz causando que el insecto se desarrolle en una época poco favorable.
También pueden alterar la función de las hormonas que regulan estos mecanismos, de modo
que se producen insectos con malformaciones, estériles o muertos (Silva et al., 2002).
Extractos vegetales. Las plantas suelen responder a estímulos externos a través de la
producción de metabolitos secundarios. Algunas de estas sustancias se utilizan como
mecanismo de defensa ante ataques de insectos plaga que amenazan la supervivencia de la
planta (Corella, 2010). Estas propiedades de las plantas son aprovechadas por el hombre
por ser de fuentes naturales, no seleccionar resistencia y tampoco representar problemas
por residualidad al momento de la cosecha en la producción agrícola.
Los metabolitos secundarios de las plantas se obtienen ya sea por extracción cruda o por
aislamiento de compuestos activos. Pueden ser utilizados en mezcla de diversas plantas o
de forma individual (Mansour et al., 2011) causando antagonismo de hormonas, inhibición
alimentaria, inhibición de oviposición neurotoxicidad, repelencia, entre otros (Pascual, 1996)
e incluso la muerte por efecto agudo letal.
Como ejemplo de extractos vegetales ampliamente utilizados para el control de Diaphorina
citri se encuentran las piretrinas y la azadiractina.
Las piretrinas son un grupo de ésteres aislados principalmente de plantas pertenecientes al
género Chrysantemum spp., cuyo efecto es neurotóxico de contacto ya que se unen a los
canales de sodio de las células neuronales causando su apertura permanente (Yang et al.,
2012). Las azadiractinas son extraidas del nim Azadirachta indica Juss, se ha observado que
inhiben la alimentación y la oviposición, pero su efecto más importante es interferir con el
desarrollo, crecimiento y reproducción de los insectos. No poseen efectos adversos sobre
mamíferos y en insectos benéficos, son reducidos.
Jabones y Detergentes. Existen en el mercado y pueden ser usados como repelentes,
surfactantes y potencializadores. Se aplican contra insectos de cuerpo blando, penetran por
los espacios del exoesqueleto ocasionando severa deshidratación, inactividad, y finalmente
la muerte. Contra el PAC han causado mortalidad del 80% (Cortez et al., 2011).
Sustancias Minerales. Las sustancias minerales utilizadas en la agricultura como
insecticidas suelen ser arcillas. El ejemplo más comúnmente usado es el caolín (silicato de
aluminio hidratado) formado por la descomposición de feldespato y otros silicatos de
aluminio. Actúa como una barrera física previniendo que los insectos alcancen los tejidos
vulnerables de la planta además de adherirse a sus cuerpos provocando distracción de la
plaga por la continua necesidad de asearse. Es repelente por crear una superficie no apta
para la alimentación y oviposición. También puede enmascarar el color verdadero de la
planta para aquellos insectos que se guían por este tipo de estímulo. En algunos casos suele
ser irritante y en otros, sofocante (Caldwell et al., 2005). La aplicación de estas arcillas es en
capas finas, por lo que no interrumpe la fotosíntesis de las plantas.

Aceites minerales. Se derivan de la refinación del petróleo, y se utilizan contra insectos de


cuerpo blando, principalmente ácaros, escamas, trips, pulgones y psílidos. Aplicados a
temperaturas >38 °C y durante la floración pueden provocar toxicidad. Son compatibles con
diferentes plaguicidas y propician un efecto sinergista; son de baja toxicidad para insectos
depredadores y mamíferos. Su aplicación debe ser muy cuidadosa y con equipo adecuado
para garantizar una cobertura total, ya que actúan sólo por contacto. Para evitar riesgos de
fitotoxicidad no se deben mezclar con azufre, fertilizantes foliares a base de nitrógeno e
insecticidas como dimetoato y carbaryl. Cuando se aplique un aceite mineral después de una
aspersión de azufre o viceversa deben transcurrir alrededor de tres semanas.
2.9.6. Consideraciones sobre el Uso de Insecticidas Alternativos
Los aceites minerales por su modo de acción (asfixia) no seleccionan la resistencia de los
insectos y pueden ser usados en mezcla con otros insecticidas para mejorar la efectividad
(excepto los mencionados en el párrafo anterior). El riesgo de seleccionar resistencia en
insectos, a corto y mediano plazo, es poco probable con insecticidas como la azadiractina o
bien, con compuestos secundarios obtenidos del piretro, diversos insecticidas vegetales y
entomopatógenos, que poseen más de una sustancia con propiedad insecticida, lo que
puede deberse a que es más fácil detoxificar una molécula que un complejo de ellas
(Estrada, 1998; Isman, 1999).
2.9.7. Plan de rotación de insecticidas alternativos
Se presenta un plan de aplicaciones de insecticidas alternativos para el manejo del PAC en
huertas orgánicas; se ilustran con imágenes las etapas de la fenología del cítrico dulce y su
relación con la dinámica poblacional del PAC. Las flechas azules y los insecticidas
(subrayados) indican las épocas de aplicación regional (ARCOs) obligatoria para impactar a
la población plaga. También se indican opciones de aplicaciones para el resto de los meses
(insecticidas sin subrayar).
2.9.8. Manejo de Diaphorina citri con insecticidas convencionales
Se presentaran los grupos químicos de insecticidas, su modo de acción (MA) y se
proporciona un listado de aquellos evaluados en diferentes regiones de México y que han
mostrado una eficacia mayor al 80% de mortalidad.
Insecticidas Piretroides. Desarrollados en la década de los 50's, remplazaron a otros
grupos químicos por su efectividad biológica, menor persistencia en el ambiente y mayor
seguridad en la aplicación. Son categorizados en generaciones las cuales presentan cada
vez mayor eficacia a menores dosis, además de mayor estabilidad en el ambiente;
actualmente se tiene la cuarta generación de este grupo. Su mecanismo de acción consiste
en alterar el intercambio de iones en el canal de Na y K a nivel del áxon, el insecto expuesto
por contacto e ingestión pasa por una intensa agitación, convulsiones, ataxia e hiperactividad
y finalmente muere; algunos insectos pueden recuperarse de estas etapas indicando menor
susceptibilidad ó resistencia.
Insecticidas Neonicotinoides. Desarrollados a inicios de los años 90, han sido
ampliamente usados para el control de insectos en la agricultura y ganadería, principalmente
contra insectos chupadores como mosca blanca, pulgones, chicharritas y psílidos. Su
mecanismo de acción, diferente a la mayoría de los insecticidas orgáno-sintéticos, les ha
permitido utilizarse contra insectos resistentes a otros insecticidas. Actúan a nivel del sistema
nervioso central bloqueando irreversiblemente los receptores postsinápticos de la
acetilcolina, lo cual impide una comunicación entre las neuronas.
Insecticidas Fenilpirazoles. De reciente creación; actúan como bloqueadores del ácido
gamma aminobutírico, inhibiendo el canal de cloro. Aplicados al follaje y suelo son efectivos
contra una diversidad de insectos, incluso contra aquellos que han desarrollado resistencia o
tolerancia a piretroides, fosforados y carbamatos.
Insecticidas Pirroles. Nuevo grupo de insecticidas que actúan por contacto e ingestión. Se
utilizan para el control de mosca blanca, áfidos, minadores, ácaros y larvas de lepidópteros
en cultivos bajos y frutales. A nivel fisiológico actúan bloqueando el proceso de respiración
mediante un desacoplamiento de la fosforilación oxidativa. En algunas especies de insectos
tienen efecto ovicida.
Insecticidas Pirazoles. Nuevo grupo de acaricidas de limitada actividad contra mosca
blanca, áfidos, trips y psilidos. Actúan por contacto e ingestión. Su mecanismo de acción
consiste en interrumpir la formación de Adenosin Trifosfato al inhibir el transporte de
electrones en las mitocondrias.
Insecticidas Piridazinones. Grupo reciente de insecticidas que actúan por contacto, son
compuestos selectivos y actúan principalmente sobre ácaros, chapulines, psílidos y mosca
blanca. Se caracterizan por tener un efecto de derribo en las plagas y por su larga
residualidad. Inhiben el trasporte de electrones a nivel mitocondrial.
Insecticidas derivados de ácidos tetrónicos. Se caracterizan por presentar movimiento
acropétalo y basipétalo dentro de la planta, razón por la cual son particularmente efectivos
contra insectos chupadores en sus primeras fases de desarrollo. A nivel fisiológico bloquean
la acción de la Acetilcoenzima A Carboxilasa, enzima responsable de la síntesis de lípidos.
Insecticidas Fosforados. Derivados del ácido fosfórico, es el grupo de insecticidas que más
se utiliza en la agricultura mundial, algunos de ellos son considerados de los más tóxicos;
tienen un amplio espectro de acción contra insectos y ácaros en hortalizas, frutales y
cereales. Son susceptibles a la luz ultravioleta por lo que su persistencia en el ambiente es
reducida. Algunos de ellos actúan por contacto e ingestión, otros poseen propiedades
sistémicas. Su mecanismo de acción consiste en inhibir la función de la enzima
acetilcolinesterasa interrumpiendo la comunicación entre neuronas.
Insecticidas Carbamatos. Es un grupo desarrollado a mediados de los 50´s. Se derivan del
ácido carbámico y tienen persistencia en el ambiente similar a los organofosforados. Actúan
por contacto e ingestión y algunos son sistémicos. Son efectivos contra diversas plagas
incluyendo nematodos. A nivel fisiológico actúan como los organofosforados.
Insecticidas Oxadiazinas. Las oxadiazinas son una nueva clase de insecticidas que actúan
como bloqueadores de los canales de sodio. Surgieron hace una década y se aplican en
diferentes cultivos, principalmente frutales para el control de insectos defoliadores. Son de
baja toxicidad para mamíferos e insectos depredadores.
2.9.9. Manejo de la Resistencia de D. citri a Insecticidas
Rotación de Insecticidas para el Manejo de la Resistencia del PAC en Áreas Regionales de
Control (ARCOs). La resistencia a los insecticidas puede ser definida como “un cambio
heredable en la sensibilidad de una población de insectos plaga, que se refleja en la falta de
control esperado de un insecticida, cuando se utiliza de acuerdo a la recomendación de la
etiqueta, de acuerdo a la especie plaga” (IRAC, 2012). Esta se origina por el uso excesivo o
mal uso de un insecticida o acaricida contra una especie plaga y resulta en la selección de
individuos resistentes de la plaga, y la consecuente evolución de esta población.
La resistencia se puede originar cuando un insecticida elimina a los individuos susceptibles y
seleccionan los resistentes, los cuales, al reproducirse, eventualmente llegan a ser mayoría
en su población y producirán descendientes resistentes.
2.9.10 Tipos de Resistencia
Resistencia Simple. Se presenta hacia un solo grupo de insecticidas relacionados con el
mismo MA.
Resistencia Cruzada. Se presenta hacia dos grupos de insecticidas por un mismo
mecanismo de resistencia.
Resistencia Múltiple. Sucede cuando se selecciona hacia dos o más tipos de insecticidas,
por la acción de varios mecanismos de resistencia.
Resistencia Cruzada Negativa. Ocurre cuando un mecanismo de resistencia hacia un
grupo de insecticidas relacionados le confiere al insecto mayor susceptibilidad hacia otro
grupo de insecticidas.
Penetración reducida del tóxico en el cuerpo del insecto. Se debe al desarrollo de
barreras cuticulares que impiden o hacen más lento el proceso de penetración.
Metabólicos. Por enzimas nuevas o en mayor cantidad. Los insectos utilizan diferentes
enzimas para detoxificar al tóxico. Es el mecanismo más común de resistencia.
Insensibilidad en el sitio de acción. El lugar donde el tóxico ejerce su efecto está
genéticamente modificado, por lo que ignora al tóxico como tal.
Por comportamiento del insecto. Generalmente los insectos más susceptibles a un
determinado tóxico muestran este mecanismo de resistencia. El insecto al detectar una
sustancia insecticida evita entrar en contacto con ésta; pueden detener su alimentación,
moverse a áreas en las que no se aplican, ocultarse y protegerse en la misma planta.
Por mayor excreción. Los insectos excretan rápidamente las sustancias tóxicas.
Por almacenamiento en sitios inactivos en donde no causan efectos tóxicos. Sucede con
insecticidas afines a las grasas donde se acumulan y no alcanzan el sitio de acción o llegan
en cantidades reducidas.
Estos mecanismos pueden presentarse en forma individual (Resistencia Simple o Cruzada) o
combinados (Resistencia Múltiple).
Aplicar 300 ml de insecticida en 600 L de agua equivale a aplicar 0.5 ml/L de agua en 11,250
m3 de follaje.
Con éste procedimiento también es requisito previo conocer la cantidad de agua que se
asperja en una ha, con un equipo de aspersión determinado, pero una vez realizado el
cálculo de volumen de follaje en árboles grandes (completamente desarrollados), los
siguientes cálculos se realizan mediante una regla de tres simple para calcular la cantidad de
agua y de insecticida por ha.
Cuando la recomendación del insecticida está indicada por litro o litros de agua (en
concentración) y no por ha (superficie), es necesario conocer el gasto de agua por ha del
equipo con el que se determinó la dosis, pues diferentes equipos de aspersión tienen
diferente eficacia en el uso del agua, pero dicho gasto de agua generalmente no se indica en
la etiqueta. No obstante, por lo general los equipos tradicionales de aspersión de insecticidas
gastan alrededor de los 2,000 L de agua, como se indica en el ejemplo hipotético.
2.9.11. Recomendaciones Técnicas para la Aplicación de Insecticidas
 Respetar las épocas recomendadas de control, y la estrategia de manejo regional del
insecto.
 Efectuar aplicaciones que aseguren cobertura total y uniforme en el menor intervalo
de tiempo posible.
 Utilizar insecticidas que no estén caducos, en sus dosis y métodos de aplicación
recomendados.
 Cuando se realicen mezclas de insecticidas, fungicidas y fertilizantes foliares,
asegurarse de la compatibilidad de los productos, para evitar efectos adversos al
cultivo.
 Evitar realizar aplicaciones bajo condiciones de lluvias y vientos >15 Km/h. Algunos
insecticidas pueden causar fitotoxicidad si son aplicados bajo temperaturas extremas
ej: el azufre causa daños a los frutos cuando la temperatura ambiente excede los 34
°C y el aceite mineral los 38 °C.
 Las aplicaciones con equipo manual se deben realizar en parcelas pequeñas. En
aspersiones aéreas, son convenientes las aplicaciones a ultrabajo volumen.
 En aspersiones de insecticidas se ha observado que el PAC, así como otros insectos
como mosca blanca, abandonan temporalmente la huerta cuando es asperjada, por
tal motivo se sugiere anillar primero (por los márgenes), esto es especialmente
práctico si la aplicación es aérea.
 Ajustar el pH del agua a las características del producto a asperjar como se indica en
la etiqueta de información técnica del plaguicida.
 La aspersión terrestre de insecticidas realizarla con equipo nebulizador (cañón) para
que el insecticida se deposite lentamente en el follaje. Con este equipo el agua
requerida por superficie asperjada es menor. Las aspersiones aéreas se
recomiendan realizarlas en un periodo corto de tiempo a nivel de ARCOs.
 La aplicación de insecticidas sistémicos, en árboles hasta 4.0 m de altura, deberá
hacerse considerando el tiempo que requiere el insecticida para trasladarse al lugar
donde se ubica la plaga (imidacloprid por ej., tarda de una a dos semanas Grafton-
Cardwell, 2012). Es importante asegurar la humedad adecuada en el suelo para
facilitar el movimiento del producto hacia los sitios de la plaga.
 En casos de aspersión de insecticidas entomopatógenos, realizarla cuando las
condiciones de humedad relativa sean del 80% o mayores, por la tarde o muy
temprano en la mañana.

2.9.12. La seguridad en el uso de plaguicidas


 Los plaguicidas son nocivos para el aplicador y otras personas, así como para
animales, cercanos al área de aplicación. Es imprescindible incrementar las medidas
de seguridad para evitar riesgos con el uso de tóxicos, mediante las siguientes
recomendaciones:
 Extremar precauciones cuando se manipulen plaguicidas. Es conveniente disponer
siempre de agua limpia en abundancia, jabón, toallas limpias, copa para limpieza de
ojos y antídotos adecuados cuando sea factible.
 Después de la aspersión, es necesario bañarse, cambiarse de ropa y avisar a la
persona encargada de lavar las prendas que dichas piezas podrían contener residuos
del tóxico.
 Usar equipo de protección (Fig. 25): mascarillas con filtros para plaguicidas, guantes
de plástico, overoles, lentes, gorros, y zapatos cerrados.
 Adoptar las precauciones generales indicadas en la etiqueta de información técnica
del plaguicida. Es importante conocer el intervalo de reentrada de personal a un
huerto asperjado con insecticida y el de intervalo de seguridad a la cosecha.
 Evitar el contacto repetido o prolongado de plaguicidas con la piel, así como la
inhalación de polvos, vapores o neblinas de los agroquímicos .
 Avisar a los vecinos de la aspersión y del producto a utilizar; realizar la aplicación del
producto en momentos de calma para así reducir su deriva y posible exposición de
personas al tóxico. En caso de cualquier malestar, por leve que sea, acudir
inmediatamente al médico, llevar la etiqueta del producto aplicado o al menos el
nombre del ingrediente activo del plaguicida para así recibir el tratamiento clínico
apropiado lo antes posible.
 Es conveniente asegurarse de dar mantenimiento al equipo de aspersión (boquillas,
mangueras, etc.) antes y después de su empleo para evitar derrames, y posible
contacto o exposición al plaguicida.
 Los agroquímicos deben de conservarse y almacenarse en recipientes cerrados, en
lugares seguros y secos, y donde no contaminen los alimentos o forrajes. Evite
comprar productos para almacenar, permita que el distribuidor de plaguicidas asuma
esta función.
 Evite desechar los envases vacíos de los productos plaguicidas, utilizados.
Fabricantes y distribuidores de agroquímicos cuentan con programas y áreas
específicas para recibir estos desechos y contribuir a evitar la contaminación del
medio, o bien a través de los programas de “Campo limpio”.
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