Historias 2
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Manuel
Solíamos desplazarnos mis amigos y yo a una localidad situada en la costa para ir a las discotecas de la
playa. Uno de esos días "saqué" a bailar a una chica que me pareció atractiva y accedió. A partir de ahí
comenzamos a
vernos los fines de semana y a salir juntos.
Ella tenía unos dieciséis años y yo diecisiete. Con ella aprendía a besar mientras bailábamos y de ahí no
pasaba la cosa, hasta un día en que paseábamos por la playa y nos tumbamos en la arena. Comenzamos a
besarnos como habíamos hecho hasta entonces, pero comenzamos a acariciarnos por encima de la ropa todas
las partes del cuerpo, incluidos los genitales, lo que me dio pie para quitarle la blusa y el sujetador y comenzar a
acariciarle y besarle los pechos. Yo veía que ella lo vivía bien y participaba del asunto, así que continué
levantándole la falda y bajándole las bragas. Mientras yo la acariciaba, la abrazaba, la besaba, etc., ella me
desabrochó los pantalones y también comenzó a hacer lo mismo.
Recuerdo cómo me iba quedando con todas aquellas nuevas sensaciones: el tacto que tenían los pechos y
los pezones, las curvas de los muslos y los glúteos, el bello del pubis, y trataba de quedarme con todas ellas. Me
recreaba sin prisas y pasándomelo muy bien. Después de un rato bastante largo me vino a la cabeza que lo que
faltaba era "meterla", pero ¿por dónde era exactamente?, ¿no le parecería a ella excesivo?, ¿cuántos conocidos
se habían tenido que casar de "penalty"? Pienso que fueron todas aquellas cosas las que influyeron:
desconocimiento, inexperiencia, miedos, cómo se lo tomaría ella, etc.
No sé cómo pusimos final a aquello, no lo recuerdo, pero para mí había estado muy bien. No había
existido ni tan siquiera eyaculación, pero había afrontado mi primera experiencia sexual con el sexo contrario
satisfactoriamen- te; no había hecho el ridículo, no me habían parado los pies y lo más importante era que ella
me quería y era capaz de mantener "relaciones sexuales" conmigo. Además la cosa había surgido con una
naturalidad que a mí me había gustado mucho, no hubo que pedirlo, no hubo situaciones violentas y aquello
quería decir que la cosa podría ir a más en futuros encuentros.
La sensación que me quedó y hoy en día me queda de aquello es agradable y entrañable. Aunque visto
desde ahora parece una tontería, en aquel momento tuvo mucha importancia. Se dio en un contexto de cariño
entre dos personas y fue bonito. Para mí fue importante porque fue "enfrentarme" por primera vez a una
relación corporal con otra persona y todo aquello que hasta entonces era desconocido y producía cierta
ansiedad, desapareció. Me dio confianza y en cada nuevo encuentro se iba a más y se fue cogiendo más
experiencia y soltura, pero no me cabe duda de que para todo lo que ha venido después en relaciones sexuales,
fueron muy importantes estos encuentros, incluida esta "primera vez".
Aunque la primera penetración y coito llegó mucho después y con otra chica, cada experiencia anterior
me llevó a ello con seguridad y naturalidad, gracias a la acumulación de experiencia creo que las cosas se dieron
en el momento adecuado y la forma adecuada para mí.