Control Sanitario de Las Frutas y Vegetales
Control Sanitario de Las Frutas y Vegetales
Control Sanitario de Las Frutas y Vegetales
Las buenas prácticas agrícolas en los cultivos, combinadas con métodos higiénicos aceptables
durante la cosecha, empaque y transporte de verduras son más importantes que el estudio
microbiológico en sí en el control sanitario de las Frutas y Vegetales. Por lo tanto, es esencial un
adecuado conocimiento acerca de las prácticas de fertilización, irrigación, cosecha y lavado de las
verduras en el área de producción.
Las frutas y vegetales frescos, dadas sus características, son susceptibles de daños y
contaminaciones microbiológicas, químicas y físicas durante el manipuleo de la cosecha y traslado
al lugar de empaque y distribución a los puntos de venta.
La gráfica presenta un ejemplo de un diagrama de flujo sencillo del proceso de empaque de frutas
y hortalizas frescas, en el cual se han recogido las principales etapas en la manipulación de los
productos.
PELIGROS:
Biológicos:
Potenciales contaminaciones microbiológicas que se pudieran producir por no aplicar buenas
prácticas agrícolas y de manufactura en la etapas anteriores.
Contaminación de los productos por condiciones inadecuadas de transporte de los productos
hasta la empacadora (suciedad en los camiones, transporte con estiércol, animales, etc.)
Daños mecánicos producidos durante el transporte hasta la empresa que pudieran favorecer la
transmisión o el crecimiento de microorganismos en los productos.
Químicos:
Contaminación química por la utilización de plaguicidas u otros químicos no autorizados para los
cultivos de frutas y hortalizas frescas.
Presencia de residuos de plaguicidas por encima de los niveles máximos permitidos por la
legislación nacional o internacional.
Contaminación durante el transporte, con productos químicos susceptibles de entrar en contacto
con las frutas y hortalizas frescas.
Físicos:
Presencia de objetos extraños en el interior de ciertos productos, por no aplicar buenas prácticas
agrícolas, en especial en hortalizas de hojas.
MEDIDAS PREVENTIVAS:
General:
Cumplir con la aplicación de buenas prácticas agrícolas y de manufactura durante toda la cadena
alimentaria.
El equipo y recipientes que se empleen para el envase no deberán constituir un peligro para la
salud.
Envases de material de fácil limpieza y sin riesgo de contaminación.
Los productos no aptos deberán separarse durante la recolección y se eliminaran en una forma y
lugar que no puedan dar lugar a la contaminación de suministros de agua y otras cosechas.
Tomar precauciones para que el producto bruto no se contamine con animales, insectos,
parásitos, pájaros o contaminantes químicos u otras sustancias desagradables durante la
manipulación.
Proteger los productos de la desecación, en especial hortalizas de hoja y fruto, principalmente en
épocas de calor. Algunas medidas a tomar serían medias sombras, rociar los productos con agua,
recubriéndolos con arpilleras húmedas, acortando el tiempo entre cosecha y transporte.
Con posterioridad a la cosecha se deberá preservar la calidad, sanidad, higiene e inocuidad del
producto para el futuro consumidor, tanto se trate de aquellos que se procesan en un
establecimiento de empaque (tomate), como los que sufren procesos más sencillos (cebolla, papa,
etc.) o los que se seleccionan y empacan directamente en el campo (algunas verduras).
Importancia sanitaria:
Los factores que contribuyen a la emergencia de enfermedades transmitidas por alimentos
incluyen los cambios demográficos y el comportamiento de la población, cambios tecnológicos e
industriales, los viajes y el comercio internacional, la adaptación microbiana, el desarrollo
económico, el colapso de las políticas de salud pública en muchos países, etc. Los antiguos
patógenos de transmisión alimentaria han dado lugar a nuevos patógenos emergentes. Entre ellos
se encuentran cepas de Salmonella no Typhi y otros cuya incidencia ha ido aumentando en los
últimos 20 años, algunos de los cuales son Campylobacter jejuni, Campylobacter fetus ssp. fetus,
Cyclospora cayetanensis, Criptosporidium parvum, E.coli O157:H7 y otras E. coli relacionadas,
Listeria monocytogenes, virus Norwalk, Salmonella entérica serotipo Enteritidis, Salmonella
entérica serotipo Typhimurium DT104, Vibrio cholerae O1, Vibrio vulnificus, Vibrio
parahaemolyticus y Yersinia enterocolitica.
Muy especialmente los vegetales los microorganismos que portan son los que se encuentran en el
suelo y las aguas con que fueron regados y además los de la propia flora como son las
Pseudomonas, Bacillus, Flavobacterium, Lactobacillus, Micrococcus, estafilococos,
estreptocococos y especies patógenas de los vegetales la Erwinia y Xanthomas y también algunas
variedades de mohos y levaduras. Estos se pueden desarrollar después de su recolección si han
sufrido traumatismo o si las superficies están húmedas, por lo que debido control de la
temperatura y humedad reduce el riesgo de esto. También deben desinfectarse las cajas donde se
colocan.
Hay que mantener estricta vigilancia al desarrollo de esporas termo resistentes de bacterias
acidofermentativas y de anaerobios de la putrefacción.
Muchos de los virus, bacterias y protozoos hallados en los vegetales y que han causado
enfermedades de origen alimentario derivan de la contaminación con heces humanas (virus
Norwalk y de Hepatitis A, Shigella spp. y Cyclospora cayetanensis), de animales o de ambos tipos
(Salmonella no Typhi, E. coli O157:H7 y Cryptosporidium parvum). La presencia de quistes de
Giardia en lechugas y otros vegetales y de Fassciola hepática en berro ha sido señalada como
causas de enfermedades transmitidas por alimentos
La mayoría de la microflora en los vegetales frescos refleja los tipos microbianos presentes en el
ambiente de cultivo y cosecha; sin embargo, otros pueden ser agregados luego de la cosecha y las
condiciones de almacenamiento, transporte y exposición pueden permitir que proliferen.
Bibliografía.
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Generales. NC 38-03-03:1987.
Manejo de Plagas - Enfermedades de las Plantas
Las enfermedades varían en la prevalencia y la gravedad de cada año, dependiendo del clima, las
prácticas culturales, la variedad de cosechas producidas, y la presencia o ausencia de agentes
patógenos. Eficiente manejo de la enfermedad requiere que los productores de anticiparse a los
problemas de enfermedades con mucha antelación. Por ejemplo, la plantación de variedades
resistentes a enfermedades reducirá al mínimo los problemas de enfermedades. Rotaciones
adecuadas de cultivos también reducirá la probabilidad de que algunas enfermedades que se
producen en el futuro.
Para justificar las medidas de control de la enfermedad, identificar las enfermedades presentes y
determinar la gravedad de cada uno. El representante de la agricultura puede proporcionar más
información sobre la identificación de enfermedades, las técnicas de exploración, y una lista de
variedades resistentes adecuadas para su área de producción.
Tenga cuidado para identificar las enfermedades correctamente para que el fungicida adecuado
puede ser seleccionado.
3. Scouting requiere el examen de 5-10 sitios seleccionados al azar que representan el carácter de
las plantas en el campo.Estrechamente examinar las hojas de cada una de las plantas
seleccionadas. El uso de una lupa o lente de mano puede ser particularmente útil, sobre todo
cuando comienzo primero a explorar.
5. Mapa de las zonas donde se encuentran las plantas enfermas para determinar si el tratamiento
se debe aplicar, para controlar cualquier incremento de la enfermedad, y para ayudar en la
planificación de futuras rotaciones de los cultivos.
La sanidad del semillero hortícola compromete en primer lugar la productividad del mismo y
posteriormente el adecuado desarrollo de los cultivos tras el trasplante.
Respecto al primer punto, debemos tener en cuenta que durante la germinación, la emergencia y
el desarrollo inicial, las plántulas son especialmente susceptibles a la infección de patógenos, y ello
se debe básicamente a los exudados liberados durante la germinación de las semillas que proveen
al patógenos edáfico de una base nutritiva que facilita la patogénesis, y a que los tejidos jóvenes
tienen una escasa constitutiva a las enfermedades.
Además, la alta densidad de plántulas y las condiciones ambientales del semillero, hace posible
una elevadas incidencias de enfermedades.
Las medidas preventivas, son para muchas enfermedades la única actuación posible, como es el
caso de las virosis. Así, el sustrato de cultivo, la semilla y el agua de riego han de estar exentos de
fitopatógenos, en tanto que las bandejas, instalaciones y herramientas deben haber sido
desinfectados adecuadamente.
Si tenemos en cuenta que las principales fuentes de inóculo en un semillero son, además del
material implicado directamente en la producción de la planta y las instalaciones, el suelo
circundante, los restos vegetales infestados y las malas hierbas.
Los costes unitarios adicionales por adoptar estas medidas de control sanitario en los semilleros
son en realidad insignificantes.
http://es.scribd.com/doc/16584088/Tecnicas-de-cultivo-in-vitro-de-plantas
APUNTES
Aparte de los
También hay fungicidas biológicos, como el aceite de nem, que se extrae del fruto del árbol de
nem, y no son tóxicos para el hombre, tampoco para los animales y respeta a algunos insectos, ya
que también es insecticida.
Biocida
Los biocidas pueden ser sustancias químicas sintéticas o de origen natural o microorganismos
que están destinados a destruir, contrarrestar, neutralizar, impedir la acción o ejercer un
control de otro tipo sobre cualquier organismo considerado nocivo para el hombre.