7 - Sueños de Prosperidad - Fuyumi Ono (12 Reinos)

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Títulos de Fuyumi Ono

La Saga de Doce Reinos


1- Sombra de Luna, un Mar de Sombras
2- Mar del Viento, Orilla del Laberinto
3- Dios del Mar en el Mar del Este, Extenso en el del Oeste
4- Mil Millas de Viento, el Cielo del Amanecer
5- Las Alas Aspiradas
6- La Orilla en Crepúsculo, el Cielo al Amanecer

Historias Cortas
7- Sueños de Prosperidad
8- Las Aves de Hisho

9- Colinas de Ruinas Plateadas y una Luna Completamente Negra

Relacionado
El Niño Demoníaco
Sueños de Prosperidad

Fuyumi Ono
La Saga de Doce Reinos
Libro VII

Traducción al español: DarkAngelIW


Edición: EED_Wolf
Ono, Fuyumi
Doce Reinos – Sueños de Prosperidad
Título original: Juuni Kokki - Kasho no Yume
Publicado en Japón en 2001

Traducción al Inglés: Eugene Woodbury


Traducción: DarkAngelIW
Edición: EED_Wolf

Fecha de Edición: 2020

Contacto Eugene Woodbury:


http://eugenewoodbury.blogspot.com/

Contacto EED_Wolf:
https://es.scribd.com/user/253213915/EstefaniaEugeniaDiaz
[email protected]
Índice
Mapas - Página 7 Capítulo 4 - Página 29
Introducción - Página 11 Capítulo 5 - Página 33
Capítulo 6 - Página 35
ESPLENDOR DE INVIERNO Capítulo 7 - Página 39
Capítulo 1 - Página 13 Capítulo 8 - Página 41
Capítulo 2 - Página 19 Capítulo 9 - Página 43
Capítulo 3 - Página 25 Capítulo 10 - Página 47
Capítulo 11 - Página 49 PARTE III
Capítulo 12 - Página 53 Capítulo 7 - Página 189
Capítulo 13 - Página 57 Capítulo 8 - Página 193
Capítulo 14 - Página 65 Capítulo 9 - Página 199

ALIADO DE LA LUNA PARTE IV


Capítulo 1 - Página 71 Capítulo 10 - Página 201
Capítulo 2 - Página 75 Capítulo 11 - Página 203
Capítulo 3 - Página 79 Capítulo 12 - Página 207
Capítulo 4 - Página 87 Capítulo 13 - Página 209
Capítulo 5 - Página 91
Capítulo 6 - Página 101 PARTE V
Capítulo 7 - Página 105 Capítulo 14 - Página 215
Capítulo 8 - Página 113 Capítulo 15 - Página 217
Capítulo 9 - Página 119 Capítulo 16 - Página 221

CORRESPONDENCIA PARTE VI
Capítulo 1 - Página 125 Capítulo 17 - Página 223
Capítulo 2 - Página 127 Capítulo 18 - Página 227
Capítulo 3 - Página 135
Capítulo 4 - Página 147 PARTE VII
Capítulo 5 - Página 153 Capítulo 19 - Página 237
Capítulo 20 - Página 239
SUEÑOS DE PROSPERIDAD Capítulo 21 - Página 241
PARTE I
Capítulo 1 - Página 161 PARTE VIII
Capítulo 2 - Página 163 Capítulo 22 - Página 247
Capítulo 3 - Página 167 Capítulo 23 - Página 249
Capítulo 4 - Página 173 Capítulo 24 - Página 253
Capítulo 5 - Página 177
REGRESO A LA MONTAÑA
PARTE II Capítulo 1 - Página 263
Capítulo 6 - Página 181 Capítulo 2 - Página 281
Fuyumi Ono Doce Reinos

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Sueños de Prosperidad

8 Edición: EED_Wolf
Fuyumi Ono Doce Reinos

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Sueños de Prosperidad

10 Edición: EED_Wolf
Fuyumi Ono Doce Reinos

INTRODUCCIÓN

Este documento lo edité de forma que se pareciera lo más posible a


un libro. También coloqué marcadores para que sea mucho más fácil
ir a cada capítulo y/o consultar algún mapa si es necesario. Con solo
ir a la parte de marcadores podrán elegir a dónde ir.
Aprovecho este espacio para agradecer profundamente a Eugene
Woodbury por todo el trabajo que se toma para lograr traducir las
novelas y hacerlas más accesibles para los demás.
Esta novela yo no la traduje, solo la edité y corregí algunos
errores, así que espero que puedan disfrutar la lectura tanto como
yo la disfruté. Dejo mi perfil de Scribd aquí y mi e-mail por si tienen
alguna consulta o alguna sugerencia para corregir algo que se me
haya pasado por alto, también pueden pedirme alguna de las otras
novelas que continúan o son anteriores a esta y se las enviaré sin
problema: [email protected].

—Estefanía E. Diaz / EED_Wolf

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Fuyumi Ono Esplendor de Invierno Doce Reinos

ESPLENDOR DE INVIERNO1
CAPÍTULO 1

Cuando Taiki salió del edificio, el Palacio Imperial parecía


completamente diferente.
Se detuvo en el pasillo, miró a su alrededor y parpadeó varias
veces. El edificio en sí no había cambiado. Tampoco había cambiado
la gran variedad de magníficos pabellones o jardines y patios. Ni las
paredes blancas y techos de teja índigo. Los funcionarios pasaban de
ida y vuelta -era la misma escena de siempre-.
Pero ahora todo parecía brillar con una gran luz interior. Todo
estaba envuelto en un brillo suave, como si una gasa delgada cubriera
todo el Mar de Nubes dejando el cielo inusualmente despejado. El
azul se desvaneció, el sol teñido de blanco, las sombras grises caían
a los pies de Taiki.
La escena ante él era aún más brillante de la que había visto al
mediodía.
Esto era diferente a la niebla, era algo así como una niebla difusa
de los alrededores. La luz estaba teñida con algo demasiado débil y
pequeño para ver -o al menos eso es lo que sentía Taiki.
Detrás de él, Seirai preguntó:
—¿Ocurre algo?
Seirai lo había acompañado desde el Palacio Principal. Taiki miró
1 TOUEI. “Esplendor de Invierno”. Podría describirse mejor como una larga nota
a pie de página de La Orilla en Crespúsculo, el Cielo al Amanecer. La historia tiene lugar durante
el capítulo 14 de dicho libro y proporciona algunos antecedentes adicionales sobre Renrin,
el Rey de Ren y el Reino de Ren.

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Capítulo 1 Sueños de Prosperidad

por encima del hombro. Hizo un gesto hacia los jardines externos
como diciendo:
¿Cómo explicas esto?
—¡Ah, sí! —Seirai sonrió y miró hacia el cielo—. Extraño en verdad.
Un sol blanco.
Seirai era el tutor de Taiki. También era el Primer Ministro de la
provincia de Zui, sede de la capital del Reino de Tai. Era una práctica
común asignar un tutor a un joven Saiho como Taiki. El tutor siempre
se mantenía cerca y asistía a todo lo que fuera necesario atender,
desde la vida privada del Saiho, hasta los asuntos del gobierno. Al
mismo tiempo, se desempeñaba como profesor de Taiki.
—¿Un sol blanco?
—Así se llama a un clima como este. Es evidente, como ves. —Taiki
no parecía más iluminado por esta explicación, así que añadió—: Las
tormentas bajo el Mar de las Nubes han disminuido. Por lo tanto, la
luz solar es reflejada por la nieve que cubre el mundo de abajo.
—Wow.
Taiki miró de nuevo el paisaje envuelto con la luz blanca. Parecía
como si los rayos del sol entraran por los cristales de una puerta shōji2
de papel. Recordó el despertar de una mañana clara cuando estaba
en Japón, un mundo que le parecía ahora extranjero y distante. No
pudo evitar sentir un breve golpe de nostalgia.
—No puede haber una nube en el cielo y el clima es perfecto. No
sucede muy a menudo, por lo que nos sacamos la lotería hoy.
—¿Crees que el mundo de abajo se ve desde aquí?
—¿Vamos a averiguarlo?
Taiki respondió con un gesto de entusiasmo. El Palacio Imperial
apareció como una isla flotante en medio del océano. El mundo de
abajo debería ser visible a través del envolvente Mar de Nubes, pero
llegado el invierno, esa visión desaparecía, debido a que las nubes
de tormenta se reunían y bloqueaban la vista.
Seirai se rio y le tendió la mano. Taiki la tomó y lo miró fijamente.
—Si no nos apuramos, las nubes probablemente se cerrarán de
nuevo.
Al escuchar eso, Seirai sonrió.
—Bueno, conozco un atajo. Vamos.
2 SHŌJI. Es un tipo de puerta tradicional en la arquitectura japonesa. Funciona
como divisor de habitaciones y consiste en papel washi traslúcido con un marco de madera.
A menudo las puertas shōji están diseñadas para abrirse deslizándose o doblándose por la
mitad, para que ocupen menos espacio.

14 Edición: EED_Wolf
Fuyumi Ono Esplendor de Invierno Doce Reinos

Taiki asintió entusiasmado. Él tenía una particular debilidad


por los “atajos” de su tutor. Seirai usaba libremente los caminos
y callejones reservados para los funcionarios públicos de menor
rango, llegando incluso a atravesar un palacio cerrado o el patio de
un funcionario.
Taiki siempre se sintió impresionado y curioso de que el Palacio
Imperial tuviese esos lugares. Lo más divertido era esconderse en
las sombras cada vez que alguien se cruzaba en su camino, para no
atrapar al extraño burócrata por sorpresa.
Ese día, sosteniendo la mano de Seirai, notaron a través de
los recovecos de las oficinas de gobierno un nuevo “atajo”. Se
escabulleron bajo el balcón de una mansión señorial, para poder salir
a un patio. Varias personas estaban saliendo de un edificio cercano
en compañía de varios kijuu.
—Taiho —dijo una voz.
El sorprendido orador se detuvo. Taiki se ocultó rápidamente y se
encontró cara a cara con Seirai.
—¡Hemos sido descubiertos!
—Bueno, supongo que no tenemos más remedio que rendirnos
pacíficamente y aceptar lo que teníamos en mente.
Sonriendo, Taiki y Seirai salieron de las sombras. Varios soldados
vistiendo armaduras parecían estar esperándolos en los adoquines
vecinos. Taiki reconoció a Ganchou y a Asen de la Guardia del Palacio
junto con sus kijuu. La mujer junto a ellos era Risai, la general de la
Guardia Provincial de Zui. Como siempre, ella esta con Hien, su kijuu.
Debido a que Senkaku del Ministerio de la Tierra estaba con
ellos, probablemente no iban a realizar maniobras militares. Detrás
de ellos estaba el señor de Taiki, con s brillante cabello gris, ojos rubí
y una sonrisa brillante.
—El Taiho tiene la costumbre de aparecerse en los lugares y
momentos más inesperados.
A la cabeza de la tropa, Risai se inclinó hacia él y le sonrió
ampliamente.
Taiki respondió:
—Es por este clima tan extraño. Nos preguntábamos si podríamos
ver el mundo de abajo y nos dirigíamos a ver el Mar de Nubes. ¿Puedo
acariciar a Hien?
—Por supuesto —respondió Risai rápidamente—. Siento tener que
decirlo, Taiho, pero tal como está el cielo, dudo mucho que pueda ver

15
Capítulo 1 Sueños de Prosperidad

algo a través del Mar de Nubes.


Acariciando el pelaje de Hien, Taiki inclinó la cabeza hacia un lado.
—Pero no hay nubes, ¿no?
—Sí. Lo que significa que la luz del sol se refleja en la nieve de abajo
e ilumina al cielo, haciendo que no se pueda ver nada hacia abajo.
Taiki miró a Seirai con una expresión de incredulidad. Seirai
desvió la mirada, mordiéndose los labios para mantener la sonrisa
pícara de su boca.
De repente, el enorme Ganchou se estremeció con una carcajada.
—Parece que Seirai disfruta jugar con el Taiho.
Hien gimió en consuelo cuando Taiki le rascó el cogote. Él suspiró:
—Seirai es un malvado. Hace un rato cuando le pregunté qué era
un “Primer Ministro” me dijo que era la persona encargada de cuidar
a los niños dentro del palacio. El señor Gyousou pensó que era una
broma muy divertida.
—Teniendo en cuenta la reprimenda que recibió de su Alteza —se
rio Asen—, se podría decir que él fue el único afectado en esta jugada.
Taiki sonrió también. Seirai se rio entre dientes.
Asen había sido durante mucho tiempo un general de la Guardia
del Palacio, al igual que Gyousou antes de su ascensión al trono,
ambos eran buenos amigos.
Risai estaba en buenos términos con Gyousou. Ganchou y Seirai
habían sido la mano derecha de Gyousou. Ese aire especial de cortesía
que acompañaba a cualquier grupo de buenos amigos los rodeaba.
Riendo, Seirai instó a Taiki a avanzar.
—Salgamos de aquí antes de que Su Alteza me hale de las orejas.
Probablemente no seremos capaces de ver el mundo abajo, pero
sigue siendo una vista extraordinaria. El Mar de Nubes se ilumina
con una hermosa luz blanca.
—Ya que vamos hacia allí, ¿podemos ir a la Puerta Prohibida y ver
cómo se ve ahí abajo?
Solo habían llegado hasta la parte interna del Naiden3. Pasando
por el edificio, Risai y los demás los acompañaron a la Puerta Prohibida.
Seirai levantó una ceja.
—Es bastante frío ahí abajo. Alguien pequeño como el Taiho se
congelaría en poco tiempo.
—Solo por un rato —dijo Taiki.
Gyousou dio un paso adelante. Él era el Rey de Tai y el señor de Taiki.
3 NAIDEN. “Palacio Interior”.

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Fuyumi Ono Esplendor de Invierno Doce Reinos

—Iré con ustedes.


Taiki estaba encantado, pero al mismo tiempo, sentía una carga.
La coronación se había llevado a cabo recientemente y el rey era
un hombre muy ocupado. Él realmente no tenía tiempo para pasear
como escolta de Taiki.
—Debe de tener otras cosas que hacer.
—Risai y los otros probablemente podrían utilizar el tiempo para
revisar el estado de sus kijuu. Y, de todos modos, tenía que verte.
Alentados por la sonrisa de Gyousou y la cara de Taiki dividida
en una amplia sonrisa, partieron sin prisa hacia su destino. Estar
cerca de su incomparable señor siempre lo hacía muy feliz. Miró por
encima del hombro a Seirai.
Estaré esperando aquí, la sonrisa y los ojos vueltos hacia arriba
de Seirai le respondieron.

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Sueños de Prosperidad

18 Edición: EED_Wolf
Fuyumi Ono Esplendor de Invierno Doce Reinos

CAPÍTULO 2

Taiki dijo:
—Siento alejarlo de su trabajo.
—No es problema —dijo Gyousou con una sonrisa y una mirada
rápida hacia atrás.
Se dirigió hacia una serie de puertas que acababan de ser
inauguradas. Más allá de las puertas había una gran ventana. Más
allá de la ventana, el Mar de Nubes se extendía hasta el horizonte.
Habiendo nacido en otro mundo, este océano sobre el cielo siempre
le resultaba a Taiki un peculiar y extraño fenómeno.
Oyó el suave murmullo de las olas. El mar estaba por lo general
envuelto en una penumbra gris, pero ese día brillaba blanco. La
superficie del agua era del color de las perlas blancas, brillando
débilmente iluminadas por las luces que recubrían el fondo del océano.
Con un grito emocionado, Taiki corrió hacia la ventana. Gyousou
le colocó una gruesa capa sobre los hombros.
—Lo mejor será que te pongas esto. De otra forma te congelarás.
—¿Pero no sentirá frío?
—No es necesario que te preocupes por mí.
Taiki no pudo evitar sentirse un poco culpable, pero le encantaba
que Gyousou se preocupara por él. Corriendo para alcanzar a Gyousou
mientras caminaba hacia la escalera, se enredó en las largas
mangas y se tropezó. Gyousou se detuvo y lo sostuvo en sus brazos,
envolviendo un largo abrigo a su alrededor en un solo movimiento.
—Aún eres tan ligero como una pluma.
—Eso es porque son un kirin, creo.

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Capítulo 2 Sueños de Prosperidad

La verdadera naturaleza de Taiki -aún no comprendía totalmente


la naturaleza de un kirin-, él no era humano. Era una especie de
criatura conocida como kirin, su cabello negro-acero -único en su
tipo- en realidad era una melena. Era una criatura que podía volar,
por lo que su cuerpo era ligero.
—Cierto —dijo Gyousou.
Cargando a Taiki sobre sus hombros, siguió por la escalera de
piedra blanca metida en un rincón de la habitación. La escalera no
era corta, pero con cada paso que descendía, lograba pasar diez o
veinte escalones debido a los pequeños que estos eran.
Rarezas como estas se podían encontrar en todo el Palacio
Imperial. Aunque se sorprendió al principio, Taiki poco a poco fue
acostumbrándose a tales cosas. Había bestias -no eran aves- que se
elevan por los aires, un mar por encima del cielo, personas con todos
los colores imaginables de cabello y ojos.
Eso solamente era el tipo de mundo en el que estaba.
La amplia escalera de caracol daba a una gran sala. Un amplio
conjunto de puertas estaba ubicado en la parte frontal de la
habitación.
Los guardias a cada lado reconocieron a Gyousou y a Taiki por lo
cual abrieron las puertas de inmediato.
A medio camino a través de las puertas, el helado viento y los
rayos del fuerte sol parecían presionar contra ellos.
La Puerta Prohibida se encontraba a medio camino por la ladera
del monte Ryou’un. El cual estaba en una inmensa caverna ubicada
en un alto promontorio al lado del Mar de Nubes. El lado no cerrado
de la amplia terraza triangular frente a la puerta se derrumbaba en
el espacio abierto como si hubiera sido interrumpido a mitad de la
construcción.
Taiki se deslizó de los brazos de Gyousou. Apretando con firmeza su
mano, se asomó por el borde. La ciudad nevada de Kouki se extendía
debajo de ellos. Las pronunciadas estrías de los picos circundantes
brillaban de un blanco plateado contra el brillante cielo azul.
—Es bonito —murmuró.
En el momento en que abría la boca, el aire frío amargamente le picó
en la parte posterior de su garganta, lo que le hizo toser reflexivamente.
En el tiempo que le tomó cruzar la terraza desde la Puerta Prohibida,
su piel ya estaba entumecida. Podía sentir sus párpados congelados.
El brillo y el frío hicieron una combinación casi dolorosa.

20 Edición: EED_Wolf
Capítulo 2 Sueños de Prosperidad

—Realmente es frío. —El frío le hacía difícil hablar con normalidad.


Gyousou asintió con la cabeza.
—Tai es un reino del norte. Los inviernos llegan temprano aquí, al
igual que la nieve. Las ciudades y los pueblos están cerrados por la
nieve.
»Días claros como este son pocos y distantes entre sí. Ubicado
aquí en el cielo, el Palacio Imperial en su mayoría se escapa del
clima. Pero la gente común encuentra formas de vivir en medio de
todo este frío.
—Debe ser difícil.
—Si no tienes un refugio te congelarás en un momento. Una
vez que las colinas y los valles se cubren de nieve y el suelo se
congela, no se puede excavar para alcanzar las raíces y tubérculos.
Si los almacenes establecidos durante las nevadas no duran todo
el invierno, te mueres de hambre. Y, sin embargo, toda la cosecha
depende del clima. De acuerdo con lo bien que te prepares para el
invierno hace la diferencia entre la vida y la muerte. Esta es la clase
de reino que es Tai.
Taiki se quedó mirando sin decir nada a las ciudades brillantes,
blancas, heladas e inorgánicas.
—A nosotros los líderes, los hombres nos alaban y nos miran
con ilusión, pero al mismo tiempo vamos a actuar con crueldad
despiadada. Nunca lo olvides.
—Sí —respondió Taiki con una inclinación de cabeza, y con sensación
de una especie de gravedad calmada, sustituyendo a su vértigo.
En poco tiempo, apresurado por una mano suave en su espalda,
volvieron a la Puerta Prohibida. Su estado de ánimo no mejoró incluso
después de haber dejado el frío atrás. El frío permaneció durante
un tiempo en sus manos y pies, sus dedos estaban dolorosamente
entumecidos. Sin embargo, eso no se comparaba con el trozo de
hielo que sentía en su garganta.
—Estaba bastante frío ahí fuera, ¿verdad? —Agregó Gyousou en
un tono más alegre—. ¿Qué tal si vamos a un lugar más cálido?
—¿Un lugar más cálido? —preguntó Taiki con curiosidad.
—Un lugar cálido, donde no hay nieve y las flores están floreciendo.
—Pero es invierno, ¿no?
Gyousou se inclinó, puso sus manos sobre los hombros de Taiki y
sonrió tranquilizadoramente.
—Me gustaría que me hicieras un favor.

22 Edición: EED_Wolf
Fuyumi Ono Esplendor de Invierno Doce Reinos

Esta declaración solo dejó a Taiki más confundido. No podía ver


la conexión entre “un lugar cálido” y “un favor”.
—Me gustaría que fueras a Ren.
—¿Ren? ¿El Reino de Ren? ¿Dirigirme al sur?
Gyousou asintió con la cabeza.
—Ren Taiho fue una gran ayuda para ti en el Monte Hou. Creo
que sería una buena idea ir a darle las gracias y hacerle saber que el
estado de Tai está de nuevo en equilibrio. Pero simplemente no tengo
mucho tiempo libre para ir yo mismo.
—¿Así que quiere que vaya yo en su lugar?
—Bajo circunstancias normales, una misión ceremonial habría
sido enviada inmediatamente después de la coronación. Pero
cuando preguntamos, parecía que Ren había estado teniendo
algunas dificultades políticas. A pesar de que los disturbios habían
sido puestos bajo control, se encontraban un poco preocupados y
pidieron que suspendiera las cosas, por el momento.
»Sin embargo, la situación parece haberse calmado por ahora,
por lo que me gustaría que le hagas una visita al Emperador de Ren
como mi representante.
—¿Yo solo? —dijo Taiki, un poco vacilante.
—Por supuesto que irás acompañado. Sé que es un trabajo muy
importante, pero ¿te parece?

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Sueños de Prosperidad

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Fuyumi Ono Esplendor de Invierno Doce Reinos

CAPÍTULO 3

Gyousou regresó a sus asuntos. Taiki caminaba de regreso al patio


donde Seirai lo estaba esperando. Seirai lo vio y se apresuró. A la vez,
se dio cuenta del cambio de actitud de Taiki.
—¿Qué pasó?
—Parece que voy a ser enviado a Ren.
Seirai asintió a sabiendas.
—¡Ah! Me preguntaba cuándo iba a salir ese tema.
—¿Lo sabías?
—Su Alteza discutió el asunto conmigo. Se preguntó si podría ser
una carga demasiado grande para poner sobre ti en este momento.
Le dije que sería fácil para un Taiho como tú. —Él miró más de cerca
a Taiki—. ¿Quieres que alguien más vaya en tu lugar a Ren?
Taiki negó con la cabeza. Él realmente no tenía ningún problema
con ir a Ren, y no quería enviar a alguien más en su lugar.
—Pero debes tener algunas inquietudes o preocupaciones.
Taiki miró hacia sus pies.
—No, no es eso.
—Es una gran responsabilidad. Y, sin embargo, el señor Gyousou
no estará allí contigo.
Seirai había servido bajo las órdenes de Gyousou en la Guardia
del Palacio, y de vez en cuando se refería a él como un amigo.
—Ren está muy lejos. Va a tomar mucho tiempo ir allí, ¿no?
—Sí, lo hará. Viajando en un kijuu, ir allí y volver tomará un mes
como mínimo. Incluso a la máxima velocidad, no es probable que
regreses para las celebraciones de Año Nuevo.

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Capítulo 3 Sueños de Prosperidad

—¿Estará bien si no voy?


—Esto es normalmente el tipo de cosas que el Taiho y el Rey
harían juntos. Razón de más, Su Alteza cree que, sería buena idea
utilizarte como embajador. Con todos los festivales pasando en este
momento, él tiene más trabajo de lo normal. Mira, lo mismo ocurre
con nuestros amigos de Ren. En cualquier otra época del año, seria
inconveniente.
—Supongo que sí.
—¿O tal vez la idea de separarte del señor Gyousou te hace sentir
un poco solo?
Taiki miró a Seirai y asintió con la cabeza.
—Sí, el señor Gyousou ha estado muy envuelto en su trabajo.
De hecho, Gyousou había estado en un frenesí de actividad en
los últimos tiempos.
Había sido así desde antes del solsticio de invierno, y las cosas
no habían cambiado desde entonces. Después de que Seirai fuera
nombrado tutor, ya no asistía a las reuniones de planificación por
la tarde junto a Taiki. No había ninguna garantía de que comieran
juntos tampoco. Intercambiar algunas palabras con Gyousou ante el
Consejo Privado era a menudo lo mejor que Taiki podría esperar.
—Nunca hay tiempo para sentarse y charlar. Y encima de eso, ser
enviado a un largo viaje te parece muy desalentador.
—Sí.
Taiki sabía muy bien que Gyousou estaba ocupado, pero no
pudo evitar la sensación de aprensión, que había hecho algo para
molestarlo. Cuando estaba en su ciudad natal en Japón, parecía sin
duda que era lo que le hacía a todo el mundo a su alrededor.
En su mayor parte, Taiki era un niño que nunca estuvo a la altura
de las expectativas de la gente. Él sabía lo que todo el mundo a su
alrededor esperaba de él, pero no sabía cómo complacerlos. Hacer
lo que para él era algo bueno no parecía ser suficiente. Cuando él
estaba por ahí, nada salía bien. En su opinión, tenía la sensación de
que no había cambiado mucho, incluso ahora.
—¿Quieres decir que estoy molestando? ¿Es por eso por lo que
estoy siendo enviado a Ren?
—Tonterías —se burló Seirai—. ¿Eso es lo que te tiene tan triste?
Nada podría estar más lejos de la verdad. El Taiho es indispensable.
—¿Porque soy un kirin?
—Así es.

26 Edición: EED_Wolf
Fuyumi Ono Esplendor de Invierno Doce Reinos

—Pero… —empezó a decir.


Seirai se inclinó hacia delante y esperó a que continuara. Taiki
sacudió la cabeza y cerró la boca.
Seirai sonrió con tristeza.
—Por supuesto, todo esto te ha dejado un poco desamparado.
Motivo más para aprovechar la oportunidad y hacer el trabajo lo
mejor que puedas. Y sospecho firmemente que ciertos aspectos de
tu vida experimentarán una mejora definitiva a tu regreso.
—¿Mejorarán varios aspectos de mi vida?
—Eso es correcto —Seirai sonrió y levantó la mano en un gesto
exagerado—. Los detalles son secretos.
—¿Son qué? —Taiki reflexivamente agarró la manga de Seirai—.
Um, Seirai…
—No, no, no. Cuando me miras así, no hay manera de que pueda
resistir a esa mirada. Y si lo hago, tendré una reprimenda del señor
Gyousou con seguridad.

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Sueños de Prosperidad

28 Edición: EED_Wolf
Fuyumi Ono Esplendor de Invierno Doce Reinos

CAPÍTULO 4

Una oleada de comunicados se envió entre las cancillerías de Tai y


Ren. Se establecieron horarios y seleccionaron a los miembros de la
misión.
Taiki fue designado jefe de la misión. Su séquito incluía a su
guardaespaldas Tansui1 y a su tutor Seirai. Los embajadores adjuntos
fueron Sougen de la Guardia Provincial de la Izquierda de Zui y Asen,
de la Guardia del Palacio de la Derecha. Y para asistir a esos cuatro
iban un puñado de ministros menores, siendo un total solamente de
nueve -además de Taiki, Seira y Tansui-.
No eran escoltados por ningún heraldo imperial, y viajaban
vestidos de civil. Aunque iban a cumplir una misión diplomática, Taiki
viajaba como un emisario personal del Rey de Tai a petición del Rey
de Ren.
El Reino de Ren era una isla en el Kyokai, separada del continente
principal hacia el sur y oeste. Era un reflejo de Tai, era el reino más
alejado. De hecho, Tai y Ren no tenían ninguna relación diplomática
formal. Hasta ese momento, no habían intercambiado embajadores
ni una sola vez, la necesidad nunca se había presentado.
El único cambio desde entonces y ahora era que Renrin
personalmente había ayudado a Taiki. Ella había sido quien había
traído a Taiki a este mundo después de que fuera arrastrado al
extraño reino de Wa -su país de origen-.
—¿Qué clase de persona es Ren Taiho? —le preguntó Taiki a Seirai
poco después que salieron de Kouki.
1 TANSUI. “Jade de aguas profundas”.

29
Capítulo 4 Sueños de Prosperidad

Usaban kijuu camino a Ren, pero Taiki todavía no podía volar uno
por su cuenta. En cambio, viajaba cómodamente en un palanquín
atado a las espaldas de dos bueyes kijuu.
Seirai levantó una ceja y dijo en una voz casi asustada:
—Pensé que sería algo que sabría el Taiho.
—No la conocido bien. Bueno, em encontré con ella, pero ella solo
me trajo aquí. Yo estaba realmente asustado en ese momento y solo
recuerdo su rostro. —Confesó con un toque de vergüenza—. Para ser
sincero, pasé la mayor parte del tiempo llorando. No entendía lo que
pasaba. Y cuando no estaba llorando, estaba durmiendo. Cuando
desperté, Ren Taiho ya había regresado a Ren.
—Conque así fue como sucedió. Yo tampoco la conozco. Realmente
no hay alguien en Tai que esté familiarizado con Ren Taiho o el Rey
de Ren.
—Hay solamente doce de nosotros, así que sería bueno si
pudiéramos llegar a conocernos.
Seirai sonrió ampliamente.
—Eso es cierto. Aunque debería quedar claro por qué la parte de
“conocerse” no es tan simple.
Taiki respondió con una mirada en blanco. Después de pensarlo,
no podía discrepar. Ren estaba demasiado lejos de Tai para visitar de
forma regular.
Incluso usando los kijuu voladores, dejar el territorio de Tai les
había tomado un día y una noche. Otro día y noche para cruzar el
Kyokai. Luego ajustar el rumbo hacia una ciudad portuaria en Ryuu,
bordear la costa hacia Kyou. En Han, dar la vuelta al sur y entonces
otra vez cruzar el océano. Después de dos semanas de vuelo, la costa
de Ren finalmente estaba a la vista.
—Sí, lo entiendo ahora —dijo Taiki, mientras aterrizaban en Juurei2,
la ciudad capital de Ren—. Sería difícil conocer a alguien cuando vive
tan lejos. El ir y venir no deja mucho tiempo para nada.
—Exactamente —Seirai sonreía—. Fue un viaje duro. ¿Cómo estás?
Se asentaron en un campo abierto a las afueras de Juurei. La
ciudad ante ellos había sido adornada con las decoraciones de
celebración del Año Nuevo.
—Solo pasamos medio día en el aire hoy.
—Ah, sí —Seirai suspiró con aire de decepción—. Tienes mucha
más tenacidad que yo. Un hombre viejo como yo es peso muerto.
2 JUUREI. “Cumbre pesada”.

30 Edición: EED_Wolf
Fuyumi Ono Esplendor de Invierno Doce Reinos

Taiki se acercó a Seirai.


—¿Piensas que solo eres peso muerto?
—Lamentablemente, así es. Mi especialidad es agarrar a jóvenes
rufianes por el cuello y darles una buena reprimenda. —Hizo una
mueca juguetona—. Si no te diera ocasionalmente una zurra por hacer
alguna broma ocasional, mi vida estaría completamente desprovista
de diversión.
Taiki bromeó.
—Tendré que esforzarme.
—Si no te importa —Seirai se echó a reír.
Dos ministros menores -que habían llegado a Juurei antes
que ellos-, surgieron desde la Puerta del Caballo adyacente a la
enorme puerta principal. Entre los cuatro ministros menores, dos se
adelantaron a organizar el alojamiento de la noche.
—¡Ah! La fiesta de recepción ha llegado. El alojamiento de esta
noche debe estar por encima de lo habitual.

31
Sueños de Prosperidad

32 Edición: EED_Wolf
Fuyumi Ono Esplendor de Invierno Doce Reinos

CAPÍTULO 5

Juurei era increíblemente caluroso. El clima se había vuelto


notablemente más templado a medida que habían pasado a través
de Ryuu, Kyou y Han. Al llegar al sur de Ryuu finalmente se quitaron
sus abrigos de lana -que eran absolutamente necesarios durante los
inviernos de Tai-.
Entrar en la posada y vestirse con los ropajes de la corte por
primera vez desde que salieron del Palacio Hakkei, fue suficiente
para poner a Seirai de mal humor.
—Hace calor, ¿no? —Taiki le dijo a Seirai cuando salía de su
habitación.
Seirai coincidió sombríamente.
—Había oído que Ren era caliente, pero no imaginaba que fuera
así. Y esto es típico de su primavera e invierno.
—Eso es seguro.
—En cualquier caso, esta es la vestimenta típica para esta época
del año. Voy a pagar por una visita rápida a la Cancillería y anunciaré
nuestra llegada.
—¿Tengo que ir contigo?
—Solo para anunciarnos. Cuando llegue el momento, irás con el
traje de ceremonia completo también. Por lo tanto, permanece fresco
y cómodo mientras puedas. Yo volveré al caer la noche.
—Pero quién sabe qué tipo de problemas causaré antes de que
regreses.
Seirai se echó a reír.
—Tienes un punto allí. Tansui estará bastante ocupado.

33
Capítulo 5 Sueños de Prosperidad

Él miró al guardaespaldas que acechaba como una sombra en la


esquina de la habitación. Como siempre, Tansui mantenía un frente
estoico y no respondió. Sin embargo, hubo un parpadeo en los ojos
que podrían tomarse como una sonrisa perspicaz.
—Tansui no sabe esto, pero siempre he querido hacerle perder la
calma, solo una vez.
Taiki dijo:
—Voy a intentar hacer mi mejor esfuerzo para que suceda.
—Hazlo. Y tan pronto como regrese, estoy seguro de que te veré
balanceándote como un mono desde uno de los árboles que hay en
el jardín.

34 Edición: EED_Wolf
Fuyumi Ono Esplendor de Invierno Doce Reinos

CAPÍTULO 6

Seirai se fue con dos ministros menores, que también vestían trajes
ceremoniales. En su camino, pasaron a Sougen y a Asen que iban a
visitar a Taiki. Ellos ya habían cambiado su ropa de viaje.
—Debe de estar bastante agotado —dijo Sougen.
Sougen previamente había servido bajo el mando del General
Gyousou. Con el establecimiento de la nueva Corte Imperial, había
sido designado a comandante de la crítica Guardia Provincial de la
Derecha de Zui. No era un gigante como Ganchou de la Guardia del
Palacio de la Izquierda. Pero poseía una estatura imponente y un
carácter tranquilo, lo que le recordaba a Taiki a los samuráis de los
cuentos de hadas que solía leer en Japón.
—Estoy bien. Mira… —parado cerca de la ventana, Taiki señaló los
jardines de la posada. Los dos generales caminaron hasta la ventana
y miraron a donde señalaba Taiki—. Hay flores en el jardín.
Gyousou había dicho que Ren era un lugar donde había flores
en invierno, pero no parecía posible que tal reino existiera en esta
temporada. Sin nieve en el suelo. Incluso estando cerca de la ventana,
él no sentía el frío. En Tai, el viento helado que se colaba a través
de los rincones y grietas en los travesaños de la ventana siempre lo
hicieron temblar.
Sougen entrecerró los ojos contemplativamente.
—Me pregunto qué tipo de flores serán. Parecen estar floreciendo.
Yo no hubiera creído que existiera un reino donde no hay nieve
cayendo en esta época del año.
—Ni yo —concordó Taiki, presionando su frente contra el vidrio—.

35
Capítulo 6 Sueños de Prosperidad

Puesto que Tai está cubierto de blanco, pensé que sería así en todas
partes aquí.
—¿En todas partes aquí?
—Sí. Solo nevaba de vez en cuando donde vivía en Wa. No era
raro que no hubiera nieve en absoluto. Pero nunca era tan cálido. Sin
embargo, siendo Tai como es, pensé que todos los reinos aquí eran
iguales, porque este es mi primer invierno aquí. Creo que Tai es el
único reino tan frío.
—Lo es —Sougen asintió con la cabeza muy cuidadosamente.
—Este mundo debe ser muy grande.
—Los campos fuera de la ciudad todavía están esperando la
cosecha.
—En estos reinos del sur, parece que no dejan que los campos
estén en barbecho durante los meses de invierno —observó Asen.
—He escuchado que puede crecer una gran variedad de granos.
—Wow —dijo Taiki—. Los cultivos crecen incluso en invierno.
Puedes ir a un campo en medio del invierno y cosechar verduras.
—Este sería el caso.
—Sería agradable si pudiéramos hacer eso en Tai —dijo Taiki,
sobre todo para sí mismo.
Los dos generales sinceramente estuvieron de acuerdo.
—Los niños pueden correr afuera. Y el ganado salir a pastar.
Justo ahora, estas personas están disfrutando de un clima
cálido, Taiki se quedó embelesado por la ventana como si no tuviera
suficiente incluso de esa pequeña rebanada de Ren.
—¿Por qué no tomamos un pequeño paseo? —dijo Asen—. Voy a
tomar mi segundo aire, por lo que estaría feliz de acompañarte.
—¿De verdad está bien? —dijo Taiki dando un brinco.
Asen sonrió y asintió con la cabeza. Tanto él como Gyousou habían
servido en la Guardia del Palacio bajo el mando del rey anterior, y Taiki
había oído que se referían a ellos como las dos joyas de la corona.
Asen fue reconocido como un experto soldado, y quizás por esa razón
también fue comparado en apariencia a Gyousou.
Excepto que ahora y entonces Gyousou era temible en el frente de
batalla, poseído de una ambición casi aterradora que Asen nunca tuvo.
Así que Taiki nunca se sentía intimidado por la presencia de Asen.
Taiki vio a Sougen expectante. Mientras Sougen analizaba la
solicitud, Asen lo interrumpió:
—No puede ser tan malo echar un vistazo a Juurei, ¿verdad? Me

36 Edición: EED_Wolf
Fuyumi Ono Esplendor de Invierno Doce Reinos

parece que ampliar el conocimiento del mundo para el Taiho es algo


muy bueno.
Sougen asintió con la cabeza.
—Bien, si van con Tansui y el resto, no veo nada malo en ello.

37
Sueños de Prosperidad

38 Edición: EED_Wolf
Fuyumi Ono Esplendor de Invierno Doce Reinos

CAPÍTULO 7

Como Kouki, Juurei se extendía por debajo de la imponente Montaña


Ryou’un. Aunque era la mitad del invierno, las calles estaban llenas
de gente. Un ambiente luminoso y abierto parecía abarcar toda la
ciudad. Taiki encontró todo muy extraño.
Kouki era muy opuesto. Sus ciudadanos vivían bajo techos
cubiertos de nieve y dependían de los gruesos muros de sus casas
para calentarse. Las montañas y los valles eran de un sólido manto
blanco. Ni el ganado podía dejarse al aire libre. Nadie pensaría por
un momento que cualquier cultivo allí esperaría cosecharse.
Solo aquellos que tenían obligatoriamente que aventurarse
lejos de casa debían vestirse con un grueso y acolchado abrigo
largo con un cuello alto. La cabeza envuelta en una bufanda o piel,
agachándose en el viento, moviéndose tan rápido como les fuera
posible, presionando con la firme determinación de refugio a refugio,
-esa era la clase de reino que era Tai-.
Ren era exactamente lo opuesto. Incluso en esta época del
año, gran parte de la ciudad estaba abierta. Las persianas de las
ventanas estaban abiertas. Taiki podría ver dentro del edificio.
También estaban abiertas las puertas de las tiendas a lo largo de la
calle, y grandes multitudes de personas iban y venían. La gente se
detenía para charlar en las calles. Los niños corrían hacia adelante
y atrás. Y en los campos, el ganado pastaba en el pasto seco que
cubría los campos.
—Esto es genial —exclamó Taiki.
—Sí, lo es —Asen asintió con una pequeña sonrisa—. Si los

39
Capítulo 7 Sueños de Prosperidad

inviernos en Tai fueran la mitad de templados que aquí, la vida de las


personas sería totalmente diferente.
Taiki lo pensó demasiado. Este reino no llamaba la atención como
uno particularmente rico, Kyou y Han parecían mucho más ricos, pero
había un aire despreocupado que de alguna manera parecía llenar
las calles y la gente. Ren, al parecer, había sido afligido por caos
hasta hace poco, pero ningún signo de la tensión estaba en cualquier
lugar para ser visto.
Tai nunca fue así. No había pasado mucho tiempo desde el cambio
de la Corte Imperial, y no era extraño que las personas se congelaran
hasta la muerte en las calles de ciudades como Kouki. Hubo pueblos
que habían agotado sus almacenes y las personas murieron de
hambre. Así que, a pesar de los enormes riesgos, grandes grupos
de personas podían verse dejando sus pueblos y salir a través de la
nieve profunda hacia un pueblo vecino.
A pesar de tener que raspar para cosechar lo que podían de
la tierra, todo su tiempo libre y energía era gastado en la minería
de gemas, plata y oro. El rey anterior había acumulado todo para sí
mismo, poniendo esa pesada carga sobre la espalda del pueblo de
Tai durante mucho tiempo. Y aunque se había adherido un nuevo rey
al trono, no había cambiado mucho.
—Sería bueno si Dios hubiera bendecido a Tai con un clima cálido
—dijo Taiki.
Sougen sonrió.
—Tentei fue lo suficientemente bueno como para darnos a un
nuevo rey en su lugar.
—Sí —dijo Taiki, bajando su voz y su mirada.
—Como hay un buen rey, el reino y la gente pueden unirse
y superar cualquier dificultad juntos. Es la única bendición que
podemos esperar.
—Seguro.
—¿Hay algo más?
Taiki meneó la cabeza y no dijo nada más. Él evitó los escrutadores
ojo de Sougen y volvió su mirada hacia los amplios campos verdes,
donde los agricultores estaban trabajando con palas y azadas en un
relajado ritmo.
Sería bueno si Tai fuera tan cálida como aquí, él no podía dejar
de pensar en eso.

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Fuyumi Ono Esplendor de Invierno Doce Reinos

CAPÍTULO 8

Al volver a la posada, se reunieron con Seirai. Incluso después de


retirarse a su habitación para prepararse para el día siguiente, era
todo lo que Taiki podía pensar.
Si Tai fuera tan cálido como Kyou o Han, o bendecido con el clima
cálido de Ren.
Desde que Gyousou lo había llevado más allá de la Puerta
Prohibida, un trozo pequeño de hielo había permanecido dentro de
su pecho. La gente de Tai vivía dentro de ese frío. De lo que oyó de
los ministros, la situación de vida de las personas promedio no era
buena. Eso de que la gente se congelara hasta la muerte o muriera
de hambre era un buen termómetro.
Tantas personas viviendo en circunstancias tan desesperadas.
En medio de aquellos paisajes de un blanco puro.
Y, sin embargo, él no podía hacer nada.
Taiki era un kirin. Alguien hecho por el Cielo para servirle al
pueblo. Seguir la Voluntad Divina y escuchar al Mandato Divino. Se
decía que era hijo de Tentei y del embajador del Cielo. Pero él no
había sido equipado con el poder de salvar a nadie, y mucho menos
de poder cambiar el clima.
El kirin elegía al rey. Eso era todo. Taiki eligió a Gyousou y lo
convirtió en rey. Taiki sentía que así había utilizado hasta el último
de sus milagros.
Realmente me siento impotente.
Incluso lo que debía hacer para él no podía hacerlo. Él tenía sus
deberes como Saiho, como Señor Provincial, pero no había forma

41
Capítulo 8 Sueños de Prosperidad

de que los realizara hasta que no creciera más. De hecho, Seirai


y Gyousou hacían su trabajo por él. Él solo hacía lo que le decían.
Dependía de Seirai y los otros para que le explicaran el por qué.
¿Habiendo elegido al rey, para qué existe un kirin?
Sabía que la gente tenía grandes expectativas para él. Él
entendía al observar a Seirai, Asen y Sougen que ellos lo trataban
con deferencia, como a un niño. Como Seirai le explicó, nada más
que el respeto que posee un objeto irremplazable.
Pero ¿cuál era exactamente la naturaleza de ese ser
irremplazable? Él quizá la poseyó alguna vez. Y en el futuro, Gyousou
podría alejarse del Camino y llegaría el momento de elegir a un nuevo
rey, y empezaría todo otra vez. Pero Taiki ahora no era nada más sino
un simple niño de once años. Él no podía hacer nada. Él no entendía
nada. Él simplemente era equipaje.
En esto radicaba la fuente de su ansiedad.
Sabía lo que se esperaba de él. Pero no tenía idea de cómo
cumplir con esas expectativas. Todo lo que podía hacer era prepararse
y observar. No podía sacudirse la sensación de que su existencia
era inútil. ¿No pensaba eso todo el mundo? ¿No era una conclusión
enteramente evidente? ¿Incluso Seirai? ¿Incluso Gyousou?

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Fuyumi Ono Esplendor de Invierno Doce Reinos

CAPÍTULO 9

A la mañana siguiente, Taiki vistió su atuendo ceremonial. Fueron a


la parte norte de Juurei, pasando por la Puerta de las Tierras Altas en
el Complejo Imperial, y luego al Palacio Urou1, la residencia del Rey.
El grupo se encontró con el Daikoujin2 y sus ayudantes del
Ministerio del Cielo, que les servirían de guías. Pasaron debajo de las
cinco puertas, una por una. Con cada puerta, a través de cada túnel y
el tramo de escaleras los conducía profundamente más y más arriba,
llegaron a la tercera estación de la gigantesca montaña, que atravesaba
las nubes, y luego a la quinta estación y entonces a la séptima.
Subir el pasaje final al Romon3, la quinta puerta, ya estaban sobre
el Mar de Nubes, donde los picos de la montaña flotaban como islas.
El amplio interior y exterior del palacio y la disposición del Palacio
Urou eran igual al Palacio Hakkei.
El aire sobre el Mar de Nubes era incluso más caliente que en
el mundo de abajo. Las laderas superiores de la montaña en Juurei
eran menos empinadas que la montaña de Kouki, y la amplia cumbre
de la montaña se extendía desde la orilla.
El recinto del Palacio Imperial era más grande que en Tai, los
edificios estaban dispuestos en forma amplia y relajada. Los espacios
entre los edificios, a pesar de la época del año, estaban llenos de
verde. La vista despertó en Taiki un toque de nostalgia.
La mayoría de los grandes palacios y señoríos eran separados

1 UROU. “Lluvia intensa”.


2 DAIKOUJIN. “Gran enviado”.
3 ROMON. “Camino” + “puerta”.

43
Capítulo 9 Sueños de Prosperidad

entre el lujo y el verde y tenían sus puertas abiertas de par en par.


Muchos de los corredores y glorietas no estaban cercados o con
paredes. Al poner todo junto, se asemejaba a lo que había visto en el
Monte Hou durante su corta estancia allí.
Taiki y su séquito salieron del Romon y se dirigieron al Gaiden. En el
centro del fresco, pero clausurado Seiden, había un trono resplandeciente.
No había nadie encima o en cualquier lugar cerca de él.
El trono vacío sorprendió a Taiki, y obviamente confundió a
Seirai y a los otros. Pero los funcionarios de Ren que los habían
guiado parecían aún más desconcertados. Se miraron entre sí e
intercambiaron expresiones exasperadas y lanzaron miradas de
nerviosismo alrededor de la gran sala.
Un oficial solitario llegó corriendo de las alas desiertas del Seiden.
Susurró algo al Daikoujin. Los ojos del Daikoujin se ampliaron con
sorpresa. Después de un acalorado ir y venir entre los dos, él se
acercó a Taiki con un aire preocupado y se inclinó profundamente.
—Lamento tener que comunicarle algo tan irrespetuoso. Espero
que no lo tome como una ofensa, y lamento profundamente tener
que darle problemas. Pero si no le importa, me gustaría que fuera un
poco más lejos.
—¿Más lejos? —preguntó Seirai.
Asen y Sougen se miraron. Los huéspedes de otro reino típicamente
eran recibidos en el pabellón de visitantes, situado en la parte
occidental del Gaiden. Llevándolos más lejos, significaría entrar en el
Naiden. No importaba cuan cordiales fueran las relaciones, incluso un
rey de otro reino pensaría dos veces antes de hacer tal cosa.
—Nos indicaron que escoltáramos a Su Alteza hasta aquí —explicó
el Daikoujin, con sudor sobre su frente.
Apresuradamente, fueron convocados los palanquines y Taiki y
su comitiva fueron llevados solemnemente en ellos.
Pasando la barrera interior del palacio, entraron en el Naiden y
continuaron por ese camino un largo rato. Finalmente, después de
pasar muchas paredes altas y gruesas cambiaron de vista.
—Umm, ¿Seirai? —Taiki le susurró a su tutor, sentado en el
palanquín junto a él.
—¿Sí?
—¿El edificio que acabamos de ver no era la Jinjuu4 Manor?
—Hmm —Seirai respondió en un tono de voz perplejo—. De hecho,
4 JINJUU. “Virtud” + “peso”.

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Fuyumi Ono Esplendor de Invierno Doce Reinos

yo pensé lo mismo.
—Entonces, ¿esto sería el Roshin5?
—Bueno, sí, creo que lo sería.
—Si seguimos yendo a través de la puerta al final del Roshin,
entonces, ¿estaríamos en las habitaciones imperiales?
—Sí, eso parece. Pero no me puedo imaginar… —Seirai frunció el
ceño, su frente estaba perlada de sudor y no solo debido al clima cálido.
En el corazón del Palacio Imperial, cubriendo los picos flotando
sobre el Mar de Nubes, las habitaciones imperiales consistían en
una serie de bloques pequeños, como una ciudad con mansiones y
palacios, accesibles a través de varias paredes y puertas.
En el interior de los edificios comprendidos en el “norte” del
palacio estaba la residencia de la reina.
Justo antes estaba la residencia del rey, llamado el Koukyuu6,
o el “Palacio en la Parte Posterior”. Al oeste del Koukyuu estaba el
Palacio de “oriente”, incluyendo el Choumei7 y el Palacio Kaei8, donde
residían los padres del rey.
En el “oeste” estaba el Palacio Godou9, hogar de las cinco
especies de aves santas, incluyendo la Hou’ou y el Hakuchi10. El
Taibyou donde el rey oraba -concretamente, la Mansión Fukuju11 y
el Roboku12, donde se oraba para pedir por los niños y los cultivos-,
también se encontraban allí.
El Koukyuu, junto con el Palacio de Oriente y Occidente, estaban
juntos y se designaban con el Enshin13. Ya que el Koukyuu estaban
en el centro del Enshin, era utilizado a menudo para referirse a todo.
Sin embargo, a excepción del Palacio de Occidente, el Koukyuu
en el Palacio Hakkei de Tai casi siempre estaba cerrado. Y aun
cuando estuviera abierto, los edificios del Koukyuu aparte del Palacio
de Occidente apenas eran lugares donde el Saiho podría deambular
con libertad.

5 ROSHIN. “Camino” + “sueño”.


6 KOUKYUU. “Parte de atrás del palacio”.
7 CHOUMEI. “Luz larga”.
8 KAEI. “Estimada eternidad”.
9 GODOU. “Árbol parasol”, el hogar de los Hakuchi.
10 HAKUCHI. “Faisán Blanco”, reside en el Palacio Godou y anuncia el comienzo
y el final de un reinado dinástico.
11 FUKUJU. “Bendición” + “longevidad”.
12 ROBOKU. El riboku ubicado en el corazón del Palacio Imperial.
13 ENSHIN. “Tragar” + “dormir”. Los recintos del palacio que componen las vi-
viendas imperiales

45
Capítulo 9 Sueños de Prosperidad

Incluso Taiki lo sabía.


Salvo que el Daikoujin y sus escoltas habían parado justo
delante de la puerta que lleva a ninguna parte salvo al Koukyuu. Los
palanquines descendieron y los sirvientes se inclinaron.
—Ah, lamentamos profundamente tener que decir esto, pero
pedimos que continúen el resto del camino por su cuenta. Se nos
prohíbe seguir adelante.
—Umm —dijo un nervioso Seirai.
El Daikoujin lo interrumpió.
—Nos indicaron que les hiciéramos la invitación. Por favor,
continúen. Estoy seguro de que habrá guardias en la puerta que se
encargaran de todo desde aquí.
—¿Significa que debemos continuar nosotros mismos?
El Daikoujin se inclinó y se disculpó profusamente. El sudor se
derramaba por su cara en pequeños arroyos. No se ocultaba para
nada el estado nervioso del pobre hombre.
Taiki se dirigió a sus compañeros en un tono alentador:
—Él dice que está bien, y fuimos invitados, después de todo.
—Supongo, pero… —Seirai miró hacia adelante y hacia atrás entre
el interior y el exterior de la puerta.
—Bueno, entonces —finalmente dijo Asen en una pequeña voz—
. Probablemente sería mejor que el resto de nosotros se quedara
atrás. Ir todos juntos, sin duda, sería una imposición.
—Para nada —dijo Daikoujin, levantando la voz—. Todos fueron
invitados. —Prácticamente él estaba limpiando su frente sudorosa
sobre los adoquines—. Entiendo que esto debe impactar como una
grave violación del protocolo, pero por favor, vayan.

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Fuyumi Ono Esplendor de Invierno Doce Reinos

CAPÍTULO 10

El Koukyuu estaba tranquilo y aparentemente desocupado. No se


encontraron con un solo funcionario o un ministro, pero continuaron
por los adoquines y alcanzaron el otro lado de la puerta del complejo.
No había nadie allí tampoco, ni siquiera los guardias que estaban
generalmente vigilando en cada puerta. Y nada que se asemejara a
un comité de saludo.
—¿Dónde está todo el mundo? —preguntó Taiki, asomándose
desde el marco de la puerta abierta. Los edificios de los dormitorios
llegaban más allá de un exuberante jardín, pero si había personas
allí, él no podía sentirlas. Dio la vuelta a los adultos a su alrededor—.
¿Qué hacemos?
Se veían igual de confundidos que él.
—¿Seirai?
—Me temo que no puedo ayudarlo con esto.
—Nunca he estado en el Koukyuu antes. ¿Qué tal tú, Seirai?
—Umm, si estamos hablando de estar dentro de las puertas,
muchas veces. El Koukyuu del Palacio Hakkei está cerrado, pero he
estado allí. Está completamente vacío, aunque, en cuanto al Koukyuu
en otros reinos, no.
A juzgar por su expresión pálida, era los mismo para Sougen y
Asen. Los ministros menores parecían fantasmas.
Taiki dio un paso más dentro del complejo. Mirando alrededor del
patio, se había cerciorado de que nadie estuviera allí. Se encogió de
hombros y cruzó el patio del jardín para ver mejor los demás edificios.
—Taiho.

47
Capítulo 10 Sueños de Prosperidad

Taiki trepó una base de piedra y espió a otro patio más allá entre
los edificios. Con cuidado, levantó su voz:
—Umm, disculpe…
—T… Taiho…
Taiki miró sobre su hombro.
—Pero no hay nadie alrededor. Creo que nuestra única opción es
levantar la voz un poco.
—Sí, pero.
—¿Hey, hay alguien en casa? ¿Hola1? —dijo Taiki con una valentía
inusual.
Sus compañeros abrieron sus ojos con sorpresa. Pero Taiki solo
estaba haciendo lo que siempre hacía cuando visitaba a los vecinos
en Japón.
—¿Disculpen? —Taiki levantó su voz.
No hubo respuesta.
—No parece que haya nadie en casa. ¿Qué hacemos?
—¿Cómo se supone que lo sepa? —se quejó Seirai.
—¿Por qué no solo seguimos por estos jardines hasta que nos
encontremos con alguien?
—No puede estar hablando en serio.
—No podemos solo dar la vuelta y volver, ¿o sí?
—Tiene un punto allí.
—Creo que la única cosa aceptable es entrar. Déjenmelo a mí.
—Espere… —comenzó a decir Seirai. Apretó su puño con
determinación—. Iré con usted. Sougen y Asen, esperen aquí.
—Pero…
—Puedo no ser mucho, pero al menos tengo el papel del Taiho.
Por lo que me imagino que no me castigarán demasiado. Deséenme
suerte.
—Yo voy también —dijo Tansui.
Seirai lo detuvo.
—Con las cosas como están, no hagamos nada precipitado. El
Taiho tiene sus shirei, y yo estaré con él.

1 En la traducción al inglés usan la expresión “gomen kudasai”, la cual se utiliza a


modo de “disculpa” por un visitante cuando llega a una casa: “¿disculpe por venir a su
casa?”, aunque a veces también se utiliza como despedida “adiós” al colgar el teléfono. En
las casas japonesas tradicionales, el genkan sirve como vestíbulo. Todavía es aceptable en
áreas rurales entrar en el genkan y anunciar su presencia.

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Fuyumi Ono Esplendor de Invierno Doce Reinos

CAPÍTULO 11

Taiki se sostuvo de la mano de Seirai y caminaron más lejos por el


complejo. Atravesaron dos patios y entraron a un templo, pero lo
encontraron vacío. El templo no podía estar simplemente deshabitado.
Parecía estar cuidadosamente mantenido, con flores e incienso
fresco recientemente colocados en los estantes memoriales.
Sin razón particular en mente, Taiki fijó su atención en una
dirección hacia el oeste y después se dirigió hacia el palacio norte.
Cruzaron un pasillo y entraron en otro patio, miraron a su alrededor,
yendo hacia el jardín en el palacio norte se detuvieron.
Taiki se quedó mirando la vista rural ante él. Miró a Seirai.
—¡Es una granja!
—Al parecer, lo es.
—No hay granjas en el Palacio Hakkei. ¿O solo se encuentra en
el Koukyuu?
—Normalmente, no, no creo.
—Dijeron que hubo una especie de guerra civil. Me pregunto si
las cosas fueron tan mal que decidieron sembrar dentro del Palacio.
—Es difícil de decir.
Con Taiki aferrándose a la mano de Seirai, hicieron su camino
por un sendero de tierra entre los magníficos jardines, vegetales de
frondosas hojas verdes prácticamente formaban una alfombra bajo
sus pies. Rodearon la esquina de un galpón. Aquel paisaje rural
se extendía por delante de ellos. Siguiendo los caminos limpios y
ordenados, se encontraron con un cercado de pequeños árboles
dispuestos en hileras, muy parecidos a un huerto.

49
Capítulo 11 Sueños de Prosperidad

—Seirai —dijo Taiki, apuntando.


Por fin habían aparecido signos de vida humana. Un solo agricultor
con un par de tijeras de podar estaba trabajando debajo de un árbol
con algún tipo de fruta roja.
—Hey —llamó Taiki. Soltando la mano de Seirai y corriendo hacia
el bosquecillo de árboles brillantes—. Disculpe…
Un granjero vestido con ropa de trabajo de los campesinos se dio
la vuelta. Sus ojos enfocados en Taiki y Seirai detrás de él. Sonrió y
limpió su frente con la manga. Agregó la rama a una pequeña pila
que yacía a sus pies y levantó su rostro juvenil.
—Lo siento por entrar sin aviso. No había nadie en la puerta y no
pudimos encontrar a nadie.
Esto parecía tomar al joven un poco por sorpresa.
—¿No había nadie allí? Todos deben estar tomando una siesta.
—Odiamos interrumpir su trabajo, pero ¿cree que haya alguien
que nos podría guiar? Yo… um… vengo de Tai. Mi nombre es Taiki.
—Ah —dijo el hombre, una sonrisa en su cara—. Ya veo. Así que
tú eres Tai Taiho. Oí que eras un pequeño amiguito. Parece que los
informes dieron justo en el blanco.
—¿Y usted es?
—Mi nombre es Ou1. Ou Seitaku2.
—Este es un gran jardín.
El joven sonrió.
—¿En verdad lo crees?
—¿Cómo se llama esa fruta roja?
—Kashou3 rojo. Mira, toma uno… —Seitaku casualmente alcanzó
y arrancó una fruta roja brillante de una rama. La sumergió en una
cubeta de agua y la limpió con un pañuelo—. Aquí tienes, Tai Taiho.
Hay semillas en su interior, así que ten cuidado.
—Seguro —Taiki lo miró—. ¿Está seguro de que esto es correcto?
¿No le pertenece todo esto al rey?
—Yo las cultivé, así que no veo el problema.
—¿Pero el rey no se enojará contigo?
Una expresión un poco perpleja vino a la cara de Seitaku.
—Bueno, yo soy el rey, por lo que no creo que sea probable —puso
la fruta roja en la palma de Taiki.
Taiki lo miró boquiabierto.
1 OU. “Pato salvaje”.
2 SEITAKU. “Mundo” + “mesa”.
3 KASHOU. “Buenos augurios”.

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Fuyumi Ono Esplendor de Invierno Doce Reinos

—¿Usted es el Rey de Ren?


—Ese soy yo.
No estaba seguro de cómo proceder con esta información. Taiki
miró por encima de su hombro a Seirai. Seirai estaba plantado en su
sitio, con los ojos abiertos. Confundido, Taiki dirigió su atención hacia
el sonriente Seitaku. Él había estudiado el protocolo adecuado para
aceptar una audiencia con el rey en el Seiden. Nada de lo que había
aprendido cubría situaciones como esta.
Como si no notara el desconcierto de Taiki, Seitaku recogió otro
fruto del árbol y dijo, señalando a Seirai con una mirada.
—¿Crees que este caballero quisiera una?
—Sí. Es decir, no —Seirai se tropezó.
—Ah, no es cortés de mi parte mantenerlos de pie ahí. Hay un
gazebo no lejos de aquí. Vamos allí.
Taiki asintió con la cabeza, porque no podía pensar en cualquier
otra forma de responder.

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Sueños de Prosperidad

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Fuyumi Ono Esplendor de Invierno Doce Reinos

CAPÍTULO 12

Seitaku llenó el cubo con kashou rojo y salieron del huerto. Un poco
más allá pasaron a través de un estanque con hermosos bancos
revestidos de piedra. Aquí y allá, había unos puentes arqueados
sobre el estanque decorados con diseños geométricos intrincados.
Los patios y glorietas que rodeaban el estanque casi parecían haber
sido arrastrados allí como animales pastando en busca de agua.
Seitaku se dirigió a uno de los gazebos y les indicó que se
acercaran con una señal de la mano.
—Taiho, toma asiento. Con esa ropa tan formal debes estar
acalorado. ¿Por qué al menos no te quitas la capa superior?
—Umm, está bien. Pero… —miró a Seirai.
Una sonrisa fina vino a los labios de Seirai.
—Bueno, si él insiste.
—Tú también.
—Oh, no hay que preocuparse de un insignificante oficial como yo.
—Pero debe ser desagradable.
—Ah, es verdad, sí, lo es. Pues bien, no hay nada de malo en
tomar esa oferta…
Observando al vacilante Seirai con ojos brillantes, Seitaku lavó
sus manos en el estanque y luego enjuagó el resto de la fruta en el
cubo y las alineó en una mesa de piedra hacia el agua.
—Estoy en un estado terriblemente deplorable, y el Taiho debió
tener muchos problemas al estar vestido para la ocasión. La cuestión
es que me dijeron que se trataba de una visita personal, no oficial.
—Sí, umm, lo siento sobre eso.

53
Capítulo 12 Sueños de Prosperidad

Seitaku se echó a reír.


—El Taiho no debe pedir disculpas por nada. Tiendo a ser algo
descuidado sobre tales cosas. No íbamos a hablar de negocios o
política, por lo que pensé que podríamos tratarnos como vecinos y
detenernos para tomar un poco de té. El Taiho seguramente tendrá
unas palabras de reprimenda que decirme al respecto.
—¿Yo?
—No, no —Seitaku dijo con una sonrisa—. Mi Taiho. Es curioso.
Desde el principio, Renrin no me ha dado un momento de paz para
que yo sea como soy —se rio otra vez—. Me entretuve un poco con
mi kashou rojo, así que, sin pensarlo, le dije que te dejara pasar. Por
supuesto, debería haber actuado como Renrin me instruyó y vestir el
atuendo más formal y esperarlos en el Gaiden.
—¿Qué hacía cuando llegamos?
—Podando los árboles. Cortando las ramas que no llevan la mejor
fruta, el resto crecerá mucho más grandes.
—Parece que sabe mucho acerca de eso.
—Porque soy un granjero. Es lo que hacen los agricultores.
—¿No es su trabajo ser rey? —dijo Taiki con una voz de sorpresa.
Seitaku reaccionó como si esa pregunta fuera totalmente
inesperada. Inclinó su cabeza hacia un lado.
—Mi deber, tal vez, pero no mi trabajo. Ser rey no pone comida
sobre la mesa después de todo.
Taiki parpadeó, no agarrando la sutileza de la distinción. Seitaku
sonrió.
—¿No dirías que el trabajo de un granjero es el de cultivar y criar
animales?
—Sí, eso creo —Taiki asintió con la cabeza—. Pero ¿cumplir con su
deber no es lo mismo que un trabajo?
—No lo creo así.
—¿Su deber es diferente a su trabajo?
Seitaku sonrió.
—Un trabajo es lo que hago por mi propia elección. Mi deber me
fue otorgado por el Cielo.
Para Taiki eso era desconcertante, sobre todo cuando una voz
familiar sonó en sus oídos. Girando alrededor de él, vio a Seirai
parado allí mudamente y a otra figura pasando detrás de él.
—Sougen —dijo.
Al mismo tiempo, una mujer dijo, con fingida sorpresa en su voz:

54 Edición: EED_Wolf
Fuyumi Ono Esplendor de Invierno Doce Reinos

—¿En qué estabas pensando para reunirte con el Taiho vestido


así? —Su brillante cabello dorado brillaba como la luz solar—. ¡Y para
colmo, en un lugar como este! ¡No me importa que sea una visita
personal, hay límites para este tipo de cosas!
—Por supuesto, por supuesto. Ella tiene razón, por supuesto.
Discúlpame por mis modales.
—¡Y encima de eso, dejando a sus escoltas en la puerta totalmente
abandonados!
Seitaku se disculpó como un niño rebelde, aunque seguía
habiendo aquel brillo en sus ojos. La mujer debió haberlo notado
también. Con una expresión medio desinteresada, medio divertida,
se arrodilló delante de Taiki, por lo que quedó prácticamente a la
altura de sus ojos.
—Debe ser el Taiho de Tai. Me complace darle la bienvenida a
Ren. Por favor, no lo tome como una ofensa.
—¿Es Ren Taiho?
—Sí, estoy muy encantada de conocerte.
—Yo también. Umm, muchas gracias.
—¿Por qué?
—Lady Gyokuyou en Monte Hou me dijo que Ren Taiho le prestó a
Sanshi algo muy valioso cuando ella fue a buscarme.
—Ah —Renrin sonrió—. ¿Te refieres al Gogoukanda1? Su Alteza me
dejó prestárselos. Es a él a quien debe darle las gracias. Aunque creo
que Su Alteza debe cambiarse primero.
Haciendo otra expresión divertida, Seitaku murmuró:
—Sí, supongo —anunció—, debo ir a alistarme. Si a todos ustedes
no les importa esperarme aquí…
Riendo alegremente, Seitaku regresó a las habitaciones
imperiales. Taiki y los demás fueron escoltados hacia el Gaiden.
Entonces, todos ellos empezaron desde cero, aunque haciendo todo
lo posible por seguir el protocolo esta vez.

1 GOGOUKANDA. Es un dispositivo que crea un portal entre el universo de los


Doce Reinos y nuestro mundo sin causar un shoku.

55
Fuyumi Ono Esplendor de Invierno Doce Reinos

CAPÍTULO 13

Taiki tenía programado permanecer allí durante tres días. A él y a su


séquito les dieron una recepción oficial e hicieron su aparición oficial
en la corte. Pero fueron tratados como invitados personales.
Les permitieron usar un ala del Palacio de huéspedes. Allí y
dentro de los principales jardines del Seishin, el personal ministerial
a los alrededores se limitaba al número mínimo de asistentes y
cuidadores. Sin mencionar que Seitaku ventosamente les dio rienda
suelta de las viviendas imperiales, al parecer, sin pensarlo dos veces.
—Simplemente no puede ser una buena idea, dejar su guardia
abajo todo el tiempo —reflexionó Sougen, que estaba teniendo un
tiempo difícil para entender lo que estaba viendo.
Los adultos en general parecían incómodos con este actuar des
complicado. Taiki, por otra parte, estaba pasándolo genial. El no
tener que seguir todas esas cosas sobre la ceremonia y el protocolo.
Y aun cuando tenía sentido, no estaba acostumbrado a eso y
constantemente tenía que caminar como pisando huevos para no
meter la pata.
Pero no era así en el Palacio Urou.
—Tal vez se sientan cómodos bajando la guardia, porque el
palacio es tan seguro —respondió irónicamente Asen.
Seirai suspiró.
—Seguro o despreocupado. La gente de Ren parece muy generosa
en todo caso.
—¿No es algo bueno? —preguntó Taiki.
Los hombros de Seirai cedieron un poco.

57
Capítulo 13 Sueños de Prosperidad

—No estoy diciendo que es malo. Solo que es difícil enseñar a un


perro viejo como yo nuevos trucos. He pasado a través de las filas
como un militar. Soy un experto en seguir las reglas al pie de la letra.
Cuando se trata de lo contrario…
Sougen y Asen asintieron con la cabeza, concordando con él.
—Es como que realmente no sabemos dónde estamos parados,
así que no podemos pararnos erguidos. El Taiho no debería tener
miedo de disfrutar de sí mismo. Este lugar parece encajar con su
personalidad.
—No es que no me guste el Palacio Hakkei.
—Lo sé. Y no es que no me guste el Palacio Urou. Es decir, estos
dos últimos días, he visto a Tansui perdido por lo menos tres veces
en sí mismo.
—Eso es cierto —sonrió Taiki.
—Y ayer, Tansui estaba incómodo cuando Ren Taiho nos trajo el
desayuno y nos hizo té.
—No hablaría mal de eso, pero que es algo que casi nunca lo he
visto.
Taiki soltó una risita. Tansui estaba de pie junto a la puerta,
fingiendo que él no estaba oyendo nada, como siempre hacía. Aun
así, se veía un poco abatido.
—Bueno, voy a salir por un rato —dijo Taiki.
Dejó el gran edificio, y Tansui lo siguió sin decir una palabra. Taiki
se dirigió hacia el complejo del palacio norte. Cuando Seitaku no
estaba ocupado con sus asuntos, podía encontrarse generalmente
en su granja. Cuando Taiki llegó al campo, efectivamente, Seitaku
estaba con su traje de campesino.
—¡Un buen día para ti!
Su sonrisa sincera y forma de actuar siempre encantaba a Taiki.
Teniendo un minuto de tiempo libre durante sus funciones oficiales
y ceremoniales, era allí donde iría Seitaku. Taiki había estado
“ayudándolo” desde el principio. No mucho realmente, trabajaba como
deambulando y consiguiendo cosas para Seitaku cuando él se lo pedía.
Taiki no tenía experiencia haciendo algún tipo de trabajo de
granja. No estaba seguro de si siquiera estuviera “ayudando” en
primer lugar. Así las cosas y siguiendo las indicaciones de Seitaku,
no era muy diferente de lo que hacía en Tai.
—Me debo estar poniendo en su camino —dijo, recogiendo un
montón de ramas con las que se tropezó y había derribado.

58 Edición: EED_Wolf
Fuyumi Ono Esplendor de Invierno Doce Reinos

—Para nada —le aseguró Seitaku con una sonrisa.


Taiki tenía la impresión de que este rey nunca dejaba de sonreír.
—Sé que soy un dolor en el cuello, pero tenemos que irnos
mañana, esperaba que pudiera encontrarse conmigo otro día.
—No eres un dolor en el cuello en lo más mínimo. Cuando yo
era niño, trabajé junto a la gente del pueblo y aprendí las cosas
de la misma manera que lo haces ahora —añadió con una sonrisa
brillante—. Ah, pero supongo que aprender cómo ser agricultor no te
hará mucho bien. Y yo estoy aquí corriendo en círculos.
—No es nada como eso. Creo que es muy divertido ayudarlo en
esto.
Estaba diciendo la verdad. Esta era la primera vez que había
visto la agricultura de cerca, por lo que le pareció muy interesante.
Se sentía bien en la cálida brisa. Ver a Seitaku tan enérgico con el
trabajo le dio una buena sensación.
Más que nada, disfrutaba de la actitud tolerante de Seitaku, por lo
que era divertido estar cerca de él. Taiki no entendía la lógica de este
mundo o el razonamiento de los adultos. Solo que estar alrededor
de adultos todo el tiempo era el trabajo más estresante que podría
imaginar.
Taiki dijo abatido:
—Pero yo pensaba que, si me metía en el camino de alguien,
tendría siempre que ir a algún otro lugar…
Seitaku había inclinado su cabeza hacia el lado.
—¿Sucedió algo?
—¿Si sucedió algo? —Taiki se hizo eco.
—Sí, te pedí que me ayudaras, crees también que estabas en el
camino. Así que, ¿por qué harías tal pregunta?
—Porque… realmente no puedo hacer nada.
—Estás recogiendo todo lo que podas, ¿no? Ayudas a buscar el
agua, cargaste toda esa paja…
—Todo lo que hice fue llevarla.
—Solo eso constituye la ayuda, ¿no? Cuando hablas así, me hace
pensar que no te ves como si fueras muy útil.
Seitaku lo miró con sus claros y cálidos ojos. Taiki asintió con la
cabeza.
—No quiero pensar que así sea, pero me temo que es cierto.
—¿Por qué lo crees?
—Porque soy totalmente inútil. No solo en la agricultura. En todo.

59
Capítulo 13 Sueños de Prosperidad

El señor Gyousou dice que es porque soy pequeño, pero le puedo


decir que soy una decepción para todo el mundo.
—¿De veras? —preguntó Seitaku.
Taiki asintió con la cabeza. Seitaku le dio unas palmaditas en la
espalda.
—¿Por qué no tomamos un descanso? —dijo, señalando hacia un
montón de heno.
—No, nosotros podemos seguir trabajando.
—Bueno, estoy exhausto. ¿Qué tal un poco de té? —Seitaku dirigió
su voz a la zona que bordeaba el campo de arroz adyacente donde
Tansui se había retirado a observar desde una distancia cómoda—.
Hey, señor guardaespaldas, ¿te gustaría un té también?
Tansui agitó su mano, declinando la oferta.
—No es un oficio que quisiera tener, sentado así todo el tiempo
—dijo Seitaku, sacando una tetera de barro grande—. Solía pensar
que sería difícil ser un guardaespaldas porque era peligroso. Pero en
momentos como este, cuando no hay peligro, no podría ser tan malo.
—Sí —Taiki se echó a reír. Pero la sonrisa se desvaneció
rápidamente. Mirando la taza de té que Seitaku le pasó, dijo—: Así
que hay una diferencia entre su trabajo y su deber…
—Eso es correcto.
—Cuando escuché eso, pensé que debía ser verdad. El deber del
kirin es escoger al rey. He hecho mi deber. Sería bueno si apenas hice
mi trabajo lo mejor sería saber cómo. Excepto por ser el Saiho, como
Señor Provincial, soy demasiado pequeño para realmente hacer algo.
—Siempre he pensado que el deber de un kirin era actuar con
compasión.
—¿No era elegir al rey?
—Elegir al rey es un aspecto de eso, ¿no? ¿Elegir al gobernante
que mejor servirá a la gente?
—Así que me queda todavía un trabajo que debo hacer.
—Yo diría que sí.
—Entonces, ¿cuál es el trabajo de un kirin?
—El trabajo de Taiki es crecer —Seitaku sonrió—. Ese es el trabajo
de cada niño, ¿no? —Arrancó un kashou rojo de una rama baja que
colgaba y lo colocó en la palma de Taiki—. Tienes mucho en tu mente.
Y eso es también parte de tu trabajo. Como comer y dormir, llorar y reír.
Taiki miraba la roja y brillante fruta en su mano.
—Pero ¿es eso suficiente? La gente de Tai está en mal estado. Tai

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Fuyumi Ono Esplendor de Invierno Doce Reinos

es muy frío en el invierno. Muchas personas sufren en medio de toda


esa nieve. A pesar de ser el Saiho y el Señor Provincial, no hay nada
que pueda darles. Solo creciendo no tengo nada que ofrecer…
Seitaku lo interrumpió:
—No soy ningún gran líder de hombres. Solo soy un simple campesino
que apenas puede hacer cara o cruz con la política y el gobierno. Renrin
tiene un talento para ese tipo de cosas, así que se lo dejo a ella. Cuidar
de los cultivos y el ganado es lo mejor que puedo hacer.
—¿Incluso cuando es el rey?
—Supongo que sí —rio Seitaku—. Es por eso por lo que construí
esta granja. Es la única forma que sé de hacerme útil. Haber arado
en los jardines reales y pensando en el tiempo y el esfuerzo toma
mantener todas las cosas a flote; pensaba que debo hacer mi parte
para sufragar los gastos públicos. Por lo menos, sería más barato y
fácil que comprar en las tiendas de Juurei.
—Así es como está pagando su pensión.
—Exactamente —respondió Seitaku con un guiño sincero—. No
se puede vivir sin alguien pagando por su mantenimiento. Soy un
agricultor, como puedes ver.
»Ese deber se me fue dado por el reino. Pero no hay manera en la
que sería capaz de pagar los salarios de los oficiales y funcionarios,
o pagar las túnicas ceremoniales de seda, o vino y cenas para los
invitados de honor. Es por ello por lo que Renrin incluso me dice que
no puedo limitarme a lo que solo puedo pagar con mi propio trabajo.
Parece que el reino podría perder prestigio en el proceso.
—Eso tiene sentido.
—Resulta que yo no soy tan útil tampoco. Pero si hay un Tentei,
entonces él seguramente habría previsto mis deficiencias.
Taiki miraba a Seitaku, sorprendido por esta declaración.
—Si un campesino como yo va a ser el rey, entonces es porque
debo de tener lo que el Cielo tenía en mente todo el tiempo. Así que
no hacer nada debe ser lo que estaba destinado a hacer. Atender un
reino es muy parecido a atender mis cultivos.
—Atender un reino…
—Un árbol crecerá bien si se deja de acuerdo con sus propios
recursos. Y tal vez un reino haga lo mismo. El árbol sabe lo que es
mejor para el árbol. Todo lo que puedo hacer es echarle una mano.
Si las hojas se marchitan, por ejemplo, lo tomo como una señal para
añadir agua. Creo que un reino es lo mismo. En otras palabras, es el

61
Capítulo 13 Sueños de Prosperidad

tipo de agricultura que el Cielo estaba buscando, y por eso el Cielo


eligió a un granjero.
—¿Y Ren Taiho? Cuando está haciéndose útil de esta manera,
¿cómo lo ayuda ella?
—En nada —Seitaku respondió con una sonrisa—. Renrin no es
un agricultor. Ella no sabe la diferencia entre una hierba y una flor, o
cuando aplicar agua y cuando no.
—¿Así que no hay nada que ella pueda hacer?
—Apenas —Seitaku dijo brillantemente—. Ella puede deleitarse
cuando llega la cosecha.
—¿Eso es todo? —dijo Taiki, desesperanzado.
—No es ninguna cosa pequeña. Cuando hace frío afuera y estoy
cansado y trabajando en los campos es lo último que quiero hacer,
cuando pienso que la cosecha se va a echar a perder y en la decepción
de Renrin, yo mismo me levanto y pongo manos a la obra. —Seitaku
miraba el huerto—. Estoy parado observando el Reino. Observando
los indicios de un mal tiempo. Observando los pozos que se secan.
Es el deber de un guardián. El Taiho me observa de la misma manera.
Asegurándose de que estoy haciendo mi deber. Observando los
signos de podredumbre oculta. Teniendo ojos para ver más allá.
Estar de pie observando, Taiki les dio vueltas a esas palabras en
su mente.
—Podría hacer lo mismo. Solo así.
—No es solo eso. Eres como tu guardaespaldas de allí. Estar ahí
de pie no es una pequeña responsabilidad.
Tiene razón, pensó Taiki, dándole furtivamente una ojeada a
Tansui.
En momentos como ese, Tansui se paraba desde una distancia
segura y mantenía sus ojos bien abiertos.
—Quedarte de pie, manteniendo alerta tu mente, es un logro muy
impresionante, ¿no crees?
—Sí —Taiki asintió con la cabeza—. ¿Cree que el señor Gyousou
estaría feliz conmigo solo estando ahí de pie y observando?
—Por supuesto —respondió Seitaku, agradablemente—. No
entiendo del gobierno o de lo que hace un kirin, pero cuando se trata
de ser un rey y ser un granjero, lo entiendo. Creo que el Rey de Tai
pondrá mucha fe en lo que veas con tus propios ojos.
Me pregunto si será cierto, se dijo Taiki a sí mismo.
Tenía dificultad en creer que Gyousou nunca pondría tal fe en un

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Fuyumi Ono Esplendor de Invierno Doce Reinos

niño como él.


—Si yo soy el vigilante de este reino, entonces Renrin es la que
me vigila. Quizá es la verdadera vocación del kirin.

63
Sueños de Prosperidad

64 Edición: EED_Wolf
Fuyumi Ono Esplendor de Invierno Doce Reinos

CAPÍTULO 14

Taiki y los demás volvieron a Kouki un poco más de un mes después


de salir de Tai. La capital estaba enterrada debajo de un manto de
nieve. Taiki miró hacia abajo a los valles y montañas blancas por las
que volaban en una formación irregular hacia la Puerta Prohibida.
Tan pronto como desmontaron, los asistentes de la puerta
salieron y saludaron, su respiración se condensaba en pequeñas
nubes. Llamaron a los guardias a quienes se les entregaron los kijuu
y se abrieron las puertas en solemne quietud.
Taiki dijo:
—Ren realmente es diferente a Tai y no solo por el clima.
Seirai se echó a reír.
—Seguramente lo es.
—¿Estás aliviado, Seirai?
—Un poco.
Sonriendo, pasaron por la Puerta Prohibida y se dirigieron al
Naiden. Reportaron su llegada, cuando entraron al Naiden, los
ministros ya estaban sentados y el rey ocupaba el trono.
Taiki no pudo evitar sentir una tensión en la atmósfera cuando se
acercó al trono. Se postró y dijo:
—He regresado.
Gyousou asintió con la cabeza y le hizo señas para que Taiki se
uniera a él. Taiki se levantó y se paró al lado del trono. Extrañamente,
se sentía como si volviera al lugar donde pertenecía.
—¿Y cómo era Ren?
—Las flores realmente florecían allí.

65
Capítulo 14 Sueños de Prosperidad

—¿Florecían? —Gyousou sonrió—. Puedes informarme más tarde


—Le dijo al Chousai—, los detalles pueden limitarse a un informe
escrito. Sé que todo el mundo debe estar muy cansado. No hay
necesidad de que se entretengan aquí.
—¡Sí! —contestaron con precisión militar.
Cuando el Chousai hubo terminado con sus deberes oficiales,
felicitó a Taiki. Sougen y los demás entregaron un simple reporte de su
viaje. Era simplemente una cuestión para pasar por las formalidades,
Gyousou hizo bajar las persianas de ratán con incrustaciones de
perlas, indicando que se había terminado la audiencia con el rey.
—Debes estar cansado. Deberíamos dejarlo por hoy. Te llevo a
tu habitación —dándole un suave codazo a Taiki, Gyousou dejó el
Naiden.
—Estoy bien. No estoy cansado en absoluto. — Había montaña de
cosas de las que quería hablar—. Pero creo que tienes trabajo que hacer.
Gyousou se rio entre dientes.
—Bien, con Kouri finalmente habiendo regresado a casa, no creo
que a alguien le importa si me tomo algo de tiempo.
Taiki sintió inmediatamente que su espíritu se elevaba.
—¿Qué clase de gente son el Rey de Ren y Ren Taiho?
—Son muy agradables.
Taiki se agarró de la manga de Gyousou y caminaron a lo largo
mientras daba los detalles tan rápidamente como podía. Sobre cómo
terminaron irrumpiendo en el Koukyuu, y cómo la granja de Seitaku
estaba justo en medio del Palacio Imperial, y cómo en la mañana Renrin
fue a despertarlo y airearon las habitaciones y cómo sacaron agua
para lavarse y cómo esto dejó a Tansui y a todos los demás perplejos.
—El Rey de Ren incluso me dejó ayudarlo cuando estaba
trabajando en su granja.
Gyousou lo interrumpió con un codazo en la espalda.
—Por aquí, Kouri.
—¿Eh? —dijo Taiki, mirando alrededor, estaba seguro de que ese
era el camino para regresar a la Jinjuu Manor, por lo que le dio a
Gyousou una mirada curiosa.
Gyousou sonrió.
—Por aquí.
—Umm, bien.
Gyousou giró por la senda del Seishin. Suponiendo que es hacia
donde se dirigían, Taiki no lo pensó dos veces.

66 Edición: EED_Wolf
Fuyumi Ono Esplendor de Invierno Doce Reinos

Él parloteó sobre el Palacio Urou y cómo lucía Juurei y dónde se


detuvieron en Ryuu, Kyou y Han en el camino. Un mes que para Taiki
fue una eternidad. Explicando lo que había ocurrido, mientras tanto,
le pareció una manera de rellenar el tiempo que había desaparecido.
—Y entonces Seirai…
De repente, Taiki se detuvo. Gyousou había estado guiándolo
y ahora se encontraba en un entorno totalmente desconocido.
Mirando a su alrededor, veía el Seiden del Seishin. Al lado occidental
del Seiden había algo que parecía ser un edificio.
—¿Y entonces Seirai…? —dijo Gyousou.
Pasaron por el edificio y llegaron a un pequeño patio. Taiki se
detuvo y miró fijamente. Tansui estaba parada en la puerta, que
según asumió Taiki llevaba al ala principal del edificio. Pensó que
cuando se habían separado en la Puerta Prohibida, Tansui había
regresado al Jinjuu Manor.
—¿Cuál es la demora? —preguntó Gyousou, dándole un empujón
amistoso a Taiki.
Taiki se apresuró al edificio y lanzó un grito de sorpresa,
encontrando allí toda una parafernalia de adornos, incluyendo al jefe
de los sirvientes.
—¿Qué está sucediendo? —preguntó, volviéndose a Gyousou. Antes
de que se fuera para Ren, Taiki recordó que Seirai le había prometido
que ciertos aspectos de su vida verían una “mejora definitiva” a su
regreso—. ¿Quieres decir que me estoy mudando aquí?
—Suponiendo que no te hayas encariñado demasiado con la
Jinjuu Manor.
Taiki no pudo evitar el hecho de que su rostro se había iluminado
con deleite. Estaría en el Seiden con Gyousou. Tan cerca. El Palacio
Imperial era tan grande que él normalmente no podía decirle dos
palabras a Gyousou sin tomar una larga caminata. Siempre encontró
esa tarea desagradable.
—Pero ahora va a ser un largo camino hasta las oficinas
provinciales en la Koutoku Manor.
—Eso está bien para mí. No será un problema si me apuro.
—Incluso apresurándote, todavía no podrías llegar a tiempo.
—Entonces, puedo correr.
—Eso sería una molestia terrible, día tras día.
—Está bien. Además, va a ser bueno para mi salud. Soy un chico
en crecimiento, después de todo. De esta forma podré crecer aún

67
Capítulo 14 Sueños de Prosperidad

más rápido. Además…


Gyousou sonrió.
—Todavía no te gusta montar en un palanquín.
Taiki respondió con un pequeño asentimiento de cabeza. Solo no
podía acostumbrarse a usar esas cosas. Sentía que él debía estar
constantemente disculpándose con la gente que lo lleva sobre sus
hombros. Nunca podría relajarse en uno.
—En cualquier caso, te convertirás en alumno de Tansui.
—¿De Tansui?
—Hay un potro esperándote, también. Tansui es tu instructor.
—¿De veras? —Taiki saltó hacia arriba y hacia abajo—. ¿Te refieres
a que voy a montar a caballo?
—Eso es correcto. Ya dominarás el montar en un kijuu, pero un
kijuu volando alrededor del Palacio Interno va contra las reglas. Y
eres un poco pequeño para cabalgar un kijuu por ti mismo. Supongo
que podrías viajar en un palanquín tirado por un caballo, como lo
hiciste en tu viaje, pero eso parece un poco tonto ahora, ¿no?
Taiki estaba demasiado encantado por esas palabras.
—Hiciste un buen trabajo aguantando todo ese viaje.
—No fue tan malo. De verdad. Y hubo muchas cosas divertidas
que hacer. ¿Está realmente bien que me recompense así?
Por supuesto, dijo la sonrisa de Gyousou.
Se dirigió hasta el segundo piso. Había una habitación cálida,
luminosa con puertas con paneles de cristal. La extensión completa
de los jardines era visible desde la sala.
—Todo esto no es solo para ti. Yo también quisiera tenerte más
cerca.
Los ojos de Taiki se abrieron completamente. En ese momento,
no podía alejar la sensación de que él se había impuesto a sí mismo
a Gyousou. Había estado tan solo que Gyousou había llegado a ese
extremo para demostrar que se preocupaba por él.
—Pero… —no quería parecer ingrato, y, sin embargo, Gyousou
había pensado en lo necesario para expresar su preocupación con
un peso tan grande en su mente.
Estaba buscando las palabras adecuadas para expresar cómo se
sentía, cuando Gyousou sonrió irónicamente.
—No soy de los que dejan que las cosas funcionen solas —
Gyousou encontró una silla y se la acercó a Taiki, quien se sentó
tranquilamente en ella. Gyousou dijo—: Hay quienes prefieren golpear

68 Edición: EED_Wolf
Fuyumi Ono Esplendor de Invierno Doce Reinos

cuando el hierro está caliente. No necesariamente está mal. Pero


cabalgar en un reino perdido nunca ha sido un punto fuerte. Así que
creo que es mejor verte más seguido.
—¿A mí?
—Como la primera vez que viniste al Palacio Hakkei y no podías
pasar cinco minutos sin querer saber lo que era que estaba haciendo
-alguien con quien hablar regularmente-. Un poco de lastre para
mantenerme en equilibrio. Alguien que tome la tetera del fuego
cuando esté hirviendo. De lo contrario, es probable que despida a
todos los ministros de derecha a izquierda y siga adelante yo solo.
Taiki miró a Gyousou, incapaz de esconder la expresión en su
rostro estupefacto.
—¿Qué?
Taiki meneó la cabeza.
—En cualquier caso, vamos a descansar y relajarnos mientras me
pones al tanto de todas tus aventuras. Gashin dice que he estado tan
al borde últimamente, que da miedo estar cerca de mí y soy bastante
inaccesible.
—¿Gashin de la Guardia Provincial de Zui?
Anteriormente, él había sido uno de los generales de Gyousou.
Ahora comandaba a la Guardia Provincial de Zui de la Derecha.
—Me dijo que estar a mi alrededor era como pasar el tiempo con
un tigre hambriento.
Gyousou sonrió irónicamente y Taiki sonrió a pesar de sí mismo. De
alguna manera u otra, tenía la sensación de que ese era exactamente
el caso. Debía vigilar a Gyousou, y era su trabajo el asegurarse de
que el tigre consiguiera alimento.
—Entonces, voy a hacer mi mejor esfuerzo para asegurarme de
que el estómago del señor Gyousou siempre esté lleno.
—Te lo agradecería —rio Gyousou. De repente, levantó su mano—.
Ah, mira qué más trajiste de Ren…
—¿Eh?
—Primavera.
Taiki miró a donde señalaba Gyousou. Había un gran árbol de
ciruelo que se cernía sobre la barandilla justo fuera de la ventana.
Dos pequeñas flores blancas estaban floreciendo en la rama más
cercana a ellos.
El largo invierno de Tai finalmente estaba llegando a su fin.

69
Fuyumi Ono Aliado de la Luna Doce Reinos

ALIADO DE LA LUNA1
CAPÍTULO 1

El hombre estaba parado bajo el emblema del poder imperial.


Cualquier gobierno que se satisface a sí mismo se aparta del
Camino.
El trono descansaba sobre un estrado de cuatro columnas con
incrustaciones de oro y plata. Las persianas de perlas rodeaban el
trono, pero el trono en sí mismo estaba vacío. Detrás del asiento
enjoyado, una pantalla de color blanco plateado grabada con
dragones voladores iluminaba la escena.
Siguiendo el precedente establecido por mucho tiempo, los
ministros se arrodillaban en el piso del amplio Gaiden, sus cabezas
casi tocando el tejido de la alfombra. Ellos entendían la aparente
inutilidad de hacer reverencia a un trono vacío, tanto como lo hacía
el hombre de pie bajo el trono frente a ellos.
—Desde el principio, los ciudadanos valientes de Hou, como
simples ministros y burócratas que somos, no podríamos pensar en
hacer lo que quisiéramos, incluso cuando Su Alteza Real Hou ya no
está con nosotros.
El hombre que hablaba tenía todo el poder del Reino de Hou,
sin embargo, él colocó su silla debajo de la tarima y en ninguna
circunstancia osó poner un pie sobre ella.
1 JOUGETSU. “Multiplicar” + “meses”. En el capítulo 2 de Mil Millas de Viento, el
Cielo del Amanecer, el rey de Hou Chuutatsu, su esposa y el kirin Hourin son asesinados du-
rante un golpe de estado dirigido por Gekkei, uno de los Señores de la Provincia de Hou.
Esta historia tiene lugar cuatro años después de ese incidente.

71
Capítulo 1 Sueños de Prosperidad

El nombre del hombre era Gekkei. El anterior Rey de Hou lo había


nombrado Marqués de la provincia de Kei. Cuatro años antes, se
había unido junto a los otros señores provinciales para derrocar a
ese mismo Rey de Hou.
—Con el fin de poner orden en la Corte Imperial, se hizo necesario
llegar más allá de nuestras jurisdicciones. Al haber traído caos sobre
nosotros, es nuestro deber traer orden. Han pasado cuatro años y
la Corte Imperial está en orden. Después de esto, sin sobrepasar
nuestra autoridad, sin necesidad de recurrir a la tiranía, nosotros los
funcionarios de la Corte y del Reino vamos, a lo mejor de nuestras
capacidades, a gestionar la situación actual y solemnemente trabajar
hacia la coronación del nuevo rey.
Varios de los ministros y funcionarios en el amplio salón estaban
dispuestos ante el trono vacío, con la mirada hacia abajo, como en
un acto de vergüenza o de autorreflexión.
—Modificar o derogar una ley y usurpar lo que es por derecho el
poder del rey. Lamentablemente, muchas duras leyes establecidas
por Su Alteza continúan innecesariamente atormentando a los
ciudadanos de Hou. En estos casos, las noticias que salen no tienen
por qué temer a la censura si no se aplican. Es todo lo que podemos
permitirnos. La responsabilidad de abolir las leyes mejor se la
confiaremos al futuro rey. Desafortunadamente, eliminar y reescribir
leyes no está dentro del ámbito de nuestra autoridad. Shouyou2…
El hombre al que se dirigió levantó su cabeza. Gekkei lo miró y
dijo:
—De la misma manera, después de esto, debemos tener cuidado
de ir más allá de lo que ya ha sido establecido. No preveo ningún
escenario que nos requiera. Mientras Su Alteza promulgó muchas
leyes duras, trató a los funcionarios corruptos con igual severidad. Es
innegable que sus campañas de lucha contra la corrupción cruzaron
la línea. Pero sus esfuerzos hicieron que Hou escapara en gran parte
de las serpientes venenosas cultivadas por depravados políticos. A
pesar de esta reducción en sus números, quedaron varios ministros y
funcionarios de gran virtud para servir en la Corte Imperial. Esperamos
que ningún sacrificio adicional sea necesario.
»El deber de gobernar el Reino descansa sobre tus hombros. El
deber que me dieron fue el de gobernar la provincia de Kei, no el
Reino. Creo firmemente que un mero Señor Provincial inmiscuyéndose
2 SHOUYOU. “Pequeño” + “común”.

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Fuyumi Ono Aliado de la Luna Doce Reinos

en cuestiones imperiales constituye desviarse del Camino. Mi


permanencia en el Palacio Youshun3 no debe ser consentida. ¿Acaso
difieren en ello?
Shouyou bajó su mirada.
—Un reino necesita de un rey.
—Su Alteza ya no vive.
—Alguien debe estar a la cabeza de los ministros para unirlos,
para encargarse de la resolución de asuntos imperiales con
determinación, poner las leyes en orden, regular a la ciudadanía y
guiar a la Corte Imperial. O el Reino continuará tambaleándose.
—No hay ningún otro señor de los ministros sino el Rey de Hou.
Shouyou miró a Gekkei.
—El Rey de Hou no se sienta en el trono porque nos quedamos sin
otra elección que la de cometer regicidio.
—Shouyou…
—No negamos que no hay pecado mayor que ese. Como
consecuencia, Hou es hoy un reino proscrito. Solo la Emperatriz del
Reino de Kyou ha reconocido a este gobierno y solo de forma privada.
De lo contrario, no existe oficialmente. Y, aun así, ¿desprecia la idea
de liderarlo?
—No he dicho nada de eso.
—¿Se arrepiente de matar a Chuutatsu?
Gekkei evitó su mirada.
—Hemos matado al Rey Chuutatsu de Hou. Como regicidas,
tenemos que asumir esa carga juntos. Pero no siento ninguna
vergüenza por haberlo hecho. Teniendo en cuenta las vidas que
se perdieron por las crueles leyes de Chuutatsu y el sufrimiento
causado. Lo llaman el producto de la justa indignación o un mero
ajuste de cuentas, por lo menos Chuutatsu ya no se sienta en ese
trono. Marqués de Kei, no piensa diferente. ¿No es por eso por lo que
le volvió la espalda al Camino y condujo esta insurrección?
Gekkei no tenía ninguna respuesta a la pregunta de Shouyou.
—Ocupar el trono sin un Mandato Divino sin duda constituiría una
usurpación de facto. ¿Tiene tanto miedo de ser acusado de robar la
corona? Si es así, entonces, ¿por qué tramó este golpe de Estado en
primer lugar? ¿Si levantó un ejército y derrocó al rey por compasión
a sus sufridos súbditos, entonces, no debería esa compasión llevar
a cabo los deberes reales en nombre del pueblo? ¿A pesar de la
3 YOUSHUN. “Gavilán y halcón”.

73
Capítulo 1 Sueños de Prosperidad

etiqueta de usurpador?
Con dificultad para responder, Gekkei miró el suelo en su lugar.
En ese momento, un subsecretario entró en la habitación. Se inclinó
y se acercó a Gekkei y dijo algo en una voz suave.
—El Reino de Kei…
Los ojos de Gekkei se abrieron de par en par. Se giró para hacer
frente al subsecretario, pasando una mirada de nerviosismo por
Shouyou y los otros.
Disculpándose, abandonó rápidamente el Gaiden en compañía
del subsecretario.
—¿Un comunicado personal de la Emperatriz de Kei? —fue su
primera pregunta.
El subsecretario confirmó esto con un afirmativo movimiento de
cabeza.
—¿Para mí?
Él era un renegado que había pisoteado la Divina Providencia,
asesinó al rey y usurpó el trono. Y aun así le dijeron que había recibido
un comunicado de la Emperatriz de Kei. Sin mencionar que Kei y Hou
no disfrutaban de relaciones diplomáticas de ningún tipo.
—¿Un emisario de Su Alteza ha llegado con correspondencia
dirigida a mí?
El subsecretario asintió una vez más, claramente no menos
confuso que él. Gekkei reunió sus pensamientos confusos e instruyó
al subsecretario para escoltar al emisario al anexo del palacio.

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Fuyumi Ono Aliado de la Luna Doce Reinos

CAPÍTULO 2

Aun vestido con sus ropas de la corte, Gekkei se dirigió al anexo


del palacio. Con un aire inestable, tomó asiento al pie de la mesa y
esperó a la misión diplomática llegar.
El emisario fue escoltado por el subsecretario. Su vestido
ministerial era más bien simple y parecía ser un funcionario ordinario.
Sin embargo, él se identificó como General de la Guardia del Palacio.
—Esto no es una visita oficial. Estoy aquí a petición personal de la
Emperatriz de Kei1. —Con ese anuncio, el general rechazó la oferta de
sentarse en la cabecera de la mesa—. Mi nombre es Sei Shin2 y traigo
correspondencia de Su Alteza para el Marqués de Kei.
El hombre le entregó la carta. Gekkei miró hacia adelante y hacia
atrás entre la carta y el General de Kei.
—Por favor, disculpe la pregunta, pero ¿está seguro de que yo soy
el destinatario?
Sei le dio una mirada perpleja.
—Me mandó a entregarle esto al Marqués de Kei.
—¿A mí personalmente? —presionó Gekkei—. ¿No es al Rey?
Sei respondió, con un tono escéptico en su voz.
—Nos enteramos de que este reino estaba siendo gobernado por
el Marqués de Kei. Así que uno sería lo mismo que el otro.
Gekkei suspiró suavemente.
—En ese caso, no puedo aceptarla. —Después de mandar al

1 KEI. La provincia de Kei en Hou (恵) y el Reino de Kei (慶) se “escriben” con
diferentes kanji.
2 SEI SHIN. “Azul” + “Adversidad”, también conocido como Kantai.

75
Capítulo 2 Sueños de Prosperidad

subsecretario para que fuera a buscar a Shouyou, dijo—: por favor,


siéntase como en su casa. El Chousai estará con nosotros en un
momento.
—Ah —dijo Sei, asintiendo, aunque la conversación sobre este
punto claramente lo había confundido.
—No soy nada más que el Señor Provincial de Kei. Seguramente
el general entiende que un marqués no es más que un marqués.
—Sí, bueno, eso es cierto —la mirada atribulada de Sei no
disminuyó.
Gekkei pudo entender su confusión. Un reino privado de su rey
necesitaba alguien que lo condujera. Si un rey simplemente perdía el
Mandato Divino y abdicaba, era la práctica habitual que los ministros
restantes inauguraran un gobierno provisional y nombraran a un
líder provisional. Si había un Chousai, entonces como primer ministro
asumiría el trono. Esto no sería solo de nombre. El Chousai subiría a
la tarima y regiría como el Rey. Aunque las ceremonias de coronación
generalmente se omiten, el Chousai en realidad ocuparía el trono.
En cualquier caso, el trono real no era el nombre de una silla que
un rey pasaba a ocupar, sino que era la sede del poder de quien dirigía
el Reino. Si un rey no había perdido el Mandato Divino, su reemplazo
era un usurpador. Los reyes que aún no habían agotado el Mandato
Divino previamente habían sido derrocados por aquellos con su
propia agenda para hacerse con el poder. Gekkei y sus compañeros
conspiradores podrían contarse entre ellos.
Y hubo casos ciertamente similares encontrados en otros lugares
de patriotas cometiendo actos de alta traición para quitar a un rey
caprichoso y sin ningún pensamiento de usurpación en sus mentes.
Siempre había sido el caso de que el arquitecto en jefe de tales
maquinaciones había elegido sentarse en el trono vacante. Era la
consecuencia lógica de la traición y el regicidio. Cualquier persona que
pudiera decidir por sí misma que el rey se había desviado del Camino
y merecía ser sustituido por sí mismo, pensaba en cometer traición.
—Entonces, lo tomaré —ofreció Sei tentativamente—, ya que el
Marqués no piensa quedarse como rey provisional.
Gekkei arqueó las cejas. Las palabras golpearon su corazón con
una fuerza que no esperaba.
—Esta no es razón para que haya un rey provisional. No existe
ningún tribunal provisional, como ve.
Ningún hombre se sentó en el trono como resultado de la

76 Edición: EED_Wolf
Fuyumi Ono Aliado de la Luna Doce Reinos

revolución para poder presumir del Mandato Divino. El rey con la


bendición del Cielo había sido reemplazado por uno que carecía
de ello y así fue etiquetado como un “usurpador”. La Corte de un
usurpador era falsa.
—Odio decirlo, pero sería mejor llamar a esto una Corte Falsa. La
intención nunca fue la de sustituir al rey.
El general asintió con la cabeza. Comenzó a decir algo y luego
rápidamente lo pensó mejor.
—Bueno, si no le importa que lo diga, tenía buenos motivos para
creer que el actual Rey de Hou era el Marqués de Kei. Su Alteza
estaba operando bajo la presunción que así era. La carta que Su
Alteza me confió está dirigida para Su Alteza Real, el Marqués de Kei.
No está dentro de mi autoridad entregársela al Chousai en su lugar.
La situación que describe no se nos había ocurrido.
Gekkei sonrió amargamente.
—Sí, supongo que sería natural pensar que le quité la vida al rey
para robarme su trono.
Sei cambió de puesto con un malestar obvio.
—Yo no iría tan lejos…
—Fomenté una rebelión y asesiné al Rey. Pero eso no significa
que lo hice con algún deseo de gobernar en su lugar. Soy plenamente
consciente de la gravedad de mis pecados, como sé que este indigno
cuerpo mío no se puede permitir contaminar el trono.
En ese momento, Shouyou corrió a la habitación. Gekkei continuó:
—Veo que el Chousai ha llegado. Si es todo, me disculpo… —Se
inclinó y salió, rozando a Shouyou cuando salía de la sala.

77
Sueños de Prosperidad

78 Edición: EED_Wolf
Fuyumi Ono Aliado de la Luna Doce Reinos

CAPÍTULO 3

Shouyou vio por primera vez la dura expresión en la cara de Gekkei


y luego, desconcertado, miró la cara del visitante del Reino de Kei,
que estaba vestido con túnicas ministeriales. Sintió la incomodidad
en el aire. Pero, la salida enérgica de Gekkei no le brindaba ninguna
oportunidad de volver a llamarlo.
—Yo soy el Chousai del Reino de Hou. Le agradezco por tomarse
la molestia de viajar una gran distancia para visitarnos.
Se inclinó, aunque podría decir que su atención todavía se
centraba en la puerta por la que Gekkei apenas había salido. El
séquito del hombre también susurró con una audible confusión.
—Qué… ¿Qué fue eso?
—Realmente lo siento —dijo Shouyou, moviendo la cabeza—. Me
temo que yo soy responsable del estado de ánimo del Marqués en
este momento.
El hombre se arrodilló y se inclinó.
—Me complace presentarme. Mi nombre es Sei Shin, comandante
de la Guardia del Palacio de Kei.
—Y me complace darle la bienvenida. Debe estar muy
conmocionado por lo que ha sucedido hasta ahora.
—Para nada —dijo Sei con una sonrisa—. Estoy seguro de que
la culpa es mía. Yo debo pedirle disculpas al Chousai. El hecho
del asunto es que Su Alteza me confió una carta que va dirigida al
Marqués de Kei. Fui informado por el Marqués que el Chousai rige
en la Corte Imperial. En ese caso, supongo que la carta debe ser
entregada a usted. Excepto que esta correspondencia toca un asunto

79
Capítulo 3 Sueños de Prosperidad

que se refiere al Marqués personalmente. Me he quedado con un


dilema en cuanto a qué hacer.
Shouyou suspiró y meneó la cabeza.
—Por favor, siéntase cómodo y descanse lo que necesite. Sus
ayudantes también.
Llamó al subsecretario para que les proporcionara cuartos a los
asistentes del general y los atendieran. Luego guio al general a lo
más profundo del anexo, a un patio sombreado por un crecimiento
fresco de plantas.
—Ha llegado en el mejor momento del año en Hou. Por favor,
tome asiento. Traeré algunos refrigerios.
—Eso estaría bien.
El general lo siguió al patio. La mesa de piedra estaba situada
para recibir una brisa refrescante.
—Parece que le debo una disculpa, General.
—Para nada. El error parece ser nuestro.
—Sería totalmente lógico que buscara una audiencia con el
Marqués. Estoy seguro de que encontrará esto muy incómodo. No
hace mucho se ha instalado una emperatriz debidamente designada
en su Palacio Imperial, y nosotros -con el Marqués como nuestro
líder-, derrocamos a nuestro rey.
—He sido informado de las tiránicas y despiadadas acciones del
Rey de Hou hacia sus súbditos.
Shouyou asintió con la cabeza.
—Sé que es una horrible verdad que aceptar, pero durante
el reinado de Su Alteza, 600.000 personas fueron ejecutadas, a
menudo por el más trivial de los pecados.
—¡600.000…!
Se diría años después que la tierra estaba cubierta de cadáveres.
Se calculaba en promedio que al menos uno de cada hogar en el Reino.
—Su Alteza odiaba el pecado. No podía haber ningún perdón, no
importaba cuán leve fuera la infracción. Tomar algo del bolsillo de un
hombre o dejar los campos en cosecha para asistir a la feria, la pena
de muerte asistía igualmente a ambos. Es el tipo de lugar que era Hou.
Sei no contradijo esa información. Parecía estar bien informado
sobre el tema.
—Por último, el Marqués de Kei convocó a los otros señores
provinciales y montaron una insurrección. Nosotros asesinamos
a nuestro rey. El Marqués llevó la Alianza. Por lo que sería natural

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Fuyumi Ono Aliado de la Luna Doce Reinos

asumir que después de haberle quitado la vida al Rey y el trono, el


Marqués entonces lo ocuparía. Nosotros asumimos lo mismo.
Cuatro años antes, los otros ocho señores provinciales
respondieron al llamado de Gekkei, así como Shouyou y los ministros.
Chuutatsu estaba pisando su camino a la extinción. Por lo que debía
surgir una rebelión. Chuutatsu y la Reina Kaka fueron asesinados.
Hourin fue asesinada. La cortina del reinado de Chuutatsu cayó.
La enfermedad fue eliminada. Pero Chuutatsu había sido el
gobernante legítimo. Cuando un rey moría, el Reino lo seguiría pronto
a la tumba. Entre el reinado ruinoso de Chuutatsu y los fuegos de
la insurrección encendida por Shouyou y el resto de ellos, la Corte
Imperial quedó en ruinas. De alguna forma tenían que arreglar las
cosas sin empeorar la era del trono vacío.
Ese había sido el objetivo de los conspiradores desde el
principio. Habían matado al rey, enviado al reino en su trayectoria a
la decadencia. Así que era su deber el de poner las cosas bien.
Sin embargo, una vez Gekkei, el líder de la revolución ató el
mínimo número de extremos flojos, pasó las riendas del gobierno a
la burocracia imperial -que solo era la mitad de su número original- y
se retiró a la provincia de Kei.
—El Marqués no tenía el más leve deseo de heredar el Reino. Su
objetivo a lo largo era detener la masacre, no para convertirse en Rey
sustituto o gobernar el Reino.
—Y, sin embargo, la noticia que llegó a nuestros oídos fue que el
Marqués de Kei estaba guiando la Corte Imperial de Hou.
—Eso fue la evolución de las cosas. El Marqués cree que, es
una ofensa contra la naturaleza que los traidores gobiernen. En el
mundo real, sin embargo, difiero. Sin la dirección del Marqués, todo
se desbarataría. Porque él es el líder de la Alianza. Al haber aceptado
ese papel, sin su dirección, la Corte dejaría de funcionar.
Ser abandonados por Gekkei en medio del caos tras el asesinato
del Rey los hizo tambalearse. No podían simplemente ascender a
otro líder. Él había llamado a los ministros y a los señores provinciales
y una vez que la insurrección fue lograda, había organizado a sus
aliados y dirigido lo que debían hacer.
Perder un elemento tan crítico arrojó todo a la confusión. Alguien
tenía que entrar en el papel, pero nadie daba un paso adelante para
asumir la responsabilidad.
Las opiniones, expectativas y las complicaciones se multiplicaban.

81
Capítulo 3 Sueños de Prosperidad

Nadie podía conseguir nada en absoluto. Shouyou finalmente


escribió una petición desesperada para que Gekkei volviera, el único
que podía guiar la Corte Imperial. Ante estos gritos frenéticos, Gekkei
volvió por fin al Palacio Imperial. En los cuatro años desde entonces,
el Reino de Hou se había movido adelante bajo su dirección.
—Sin embargo, el Marqués no ha buscado ninguna posición
dentro del gobierno. Se niega a nuestras candidaturas. Dice que el
trabajo de dirigir el gobierno pertenece a los ministros, y solo ayudará
con lo que pueda. De hecho, el Marqués es el Señor Provincial de
Kei y normalmente reside en su palacio. Solo en ciertos momentos
críticos, y cuando pedimos su presencia, viene al Palacio Youshun.
Pasa la mitad de su tiempo aquí. Y, sin embargo…
Shouyou no terminó el resto de la oración. El viajero de Kei
no tenía ninguna conexión con Hou y ciertamente ninguna con él.
Shouyou sabía que era mejor guardarse sus emociones en una
situación como esa. Simplemente cerró la boca para mantener las
cosas bajo control.
—¿Y entonces? —dijo Sei suavemente—. ¿Sería grosero de mi
parte pedir más detalles? Vine aquí con la correspondencia de la
Emperatriz. No puedo irme hasta que lo haya entregado.
Shouyou sujetó sus rodillas.
—El Marqués regresa a la provincia de Kei. Su intención es irse de
aquí para siempre.
—Dejando al resto de ustedes como cabos sueltos.
—Para decir lo menos. Nadie está calificado para gobernar Hou.
Y, sin embargo, el Marqués me pidió que lo hiciera.
Habían pasado cuatro años. El caos estaba bajo control. Las
personas habían sido colocadas en las posiciones correctas. La
Corte Imperial estaba funcionando como debía. Se estaban tomando
medidas para proporcionar ayuda a las personas. Se estaban
llevando a cabo metas. Y si para poner fin a estos logros con una
enfática determinación, Gekkei abordó al tema como Chousai por
primera vez.
Shouyou y los demás aceptaron con entusiasmo. Hasta ahora,
Gekkei había actuado como el Chousai en todo menos en el nombre.
Ocupando la posición tanto en nombre como en la realidad -un líder
para dirigir ese régimen sin líder-, sería mucho más apropiado. O
eso creían todos los ministros. En cambio, Gekkei había nominado
a Shouyou.

82 Edición: EED_Wolf
Fuyumi Ono Aliado de la Luna Doce Reinos

—El Marqués me ordenó que me convirtiera en Chousai. ¿Por


qué debería ser alguien más que él? Nadie estuvo de acuerdo con
esa decisión. Pero reprimimos nuestra indignación e hicimos lo que
él ordenó. Habíamos asumido -erróneamente- que el Marqués al fin
estaba preparado para sentarse en el trono.
Hasta entonces, Shouyou y sus colegas le habían solicitado
repetidamente a Gekkei que ocupara el trono vacío. La Emperatriz
del reino vecino de Kyou había recomendado lo mismo. Pero Gekkei
profundamente rechazó la proposición. Ahora parecía que por fin
había cambiado de idea.
—Si el Chousai iba a comandar el Reino, entonces el Marqués
debería hacerlo en su lugar. Pero si iba a recomendar a alguien como
yo para ser Chousai, era porque creía que tomaría la posición más
alta para sí mismo.
»Nunca explícitamente se negó a que él podría hacerlo. Sin
embargo, hoy, de la nada, ¡declaró que salía de la capital y regresaba
a la provincia de Kei!
Gekkei debió haber entendido que los demás ministros habían
malinterpretado su recomendación. Pero nunca trató de corregir las
suposiciones equivocadas. Cuando lo pensaba ahora, Gekkei debió
haber sabido esto desde el principio. Los ministros fueron los que no
captaron lo que estaba pasando, o nunca habrían acordado nombrar
a Shouyou Chousai.
Él no solo había fracasado en corregir estas creencias erróneas,
sino que desde el principio a lo mejor -por omisión- la había fomentado.
—Dice que solo es un Señor Provincial, no un ministro imperial,
y su trabajo es gobernar su provincia, no el Reino. Si bien pudo
haber sido necesario traspasar la autoridad con el fin de calmar el
caos, sería inadmisible para él, como Señor Provincial, el traspasar
la autoridad para gobernar el Reino. ¡Él todavía está pegado a ese
mismo argumento!
Lágrimas de rabia y decepción cayeron en sus manos que aun
sujetaban sus rodillas. Shouyou sabía que él no podría llenar los
zapatos de Gekkei. Gekkei había matado a Chuutatsu y detuvo la
masacre. La fe de los ministros y el pueblo en él era absoluta. Al
retirarse a su provincia, incluso después de nombrar a Shouyou
Chousai -la gente y los funcionarios del gobierno necesitaban a
alguien que los uniera-. En especial porque no había ningún Rey para
mantener el Reino de deslizarse en el olvido.

83
Capítulo 3 Sueños de Prosperidad

Shouyou no podía negar la expectativa de que esto era algo que


solo Gekkei podía hacer, que lo necesitaban. El mismo año que habían
derrocado a Chuutatsu, él había ejecutado a por lo menos trescientos
mil de sus súbditos, a pesar de que el shitsudou1 afligía a Hourin.
Incluso entonces, Shouyou y sus colegas se sentían acorralados y
habían vacilado.
Ellos se compadecían de la gente, lamentaban el estado del
Reino, pero no podían reunir el valor suficiente para hablar de la
palabra “regicidio”.
Gekkei fue el único que manifestó la posibilidad, y tomó acción. No
vieron nada de malo en poner su fe y expectativas en él. Ellos creían
que él continuaría liderándolo como lo hizo durante la insurrección.
En lo que respectaba a la gente, sin importar qué pasara con el Reino
después de eso, estaban seguros de que había sido Gekkei quien los
había salvado.
Sin embargo, Gekkei parecía determinado a poner toda esa fe y
todas esas expectativas en algo inútil.
Shouyou no podía entender por qué se revolcaba en tal dolor y
miseria. Mirando hacia atrás, cuando Gekkei regresó a su palacio en
la provincia de Kei tras el levantamiento, sus intenciones habían sido
claras. Cuando había regresado al Palacio Imperial en respuesta a
sus súplicas, había declarado que no tenía ninguna inclinación de
asumir cualquier cargo imperial y había ido allí solo para ofrecer
asesoramiento. No había renunciado a su título de Señor Provincial,
ni mostraba el menor interés en la búsqueda de un reemplazo.
En retrospectiva, no se podía negar que Gekkei era un Señor
Provincial. A pesar de su resolución al respecto, Shouyou y sus
colegas habían cerrado sus ojos y cubierto sus oídos. Su incapacidad
para comprender la verdadera naturaleza de la situación en la que
estaban.
Podía comprender todo esto con su cabeza. Pero no en su
corazón. Se sentía traicionado, echado a un lado como una amante
desdeñada. No importaba cuan irracional fuera su amargura y
cólera, no podía ser el único que se sentía de esa manera. De hecho,
cuando Gekkei había pronunciado esas palabras en el Consejo
Privado, la sala entera casi se había congelado. Después de que el
subsecretario llegó a buscar a Gekkei, el lugar estalló en lamentos de
dolor y arrebatos de abuso verbal.
1 SHITSUDOU. “Pérdida del Camino”, la enfermedad que aflige a un kirin cuando
el rey viola la Divina Voluntad.

84 Edición: EED_Wolf
Fuyumi Ono Aliado de la Luna Doce Reinos

Gekkei probablemente había vuelto al Gaiden. Los ministros


restantes sin duda intentaron llamarlo nuevamente. Y ninguna de
sus palabras quiso tocar su corazón.
En un comienzo, Shouyou levantó su cabeza. Nervioso, se giró y
encontró al General de Kei mirando tranquilamente en el patio.
—Le pido perdón —Shouyou apresuradamente se disculpó—. Me
perdí un poco en mis pensamientos.
Sei lo miró y sonrió.
—¿Qué sucedió?
—Nada —Shouyou respondió en una voz estrangulada.
Sei asintió con la cabeza.
—En cualquier caso, creo que vine en un momento muy inoportuno.
Siento levantar tal alboroto.
—¡Oh, no, nada de eso! He sido…
—Entonces supongo que el Chousai es la persona a quien debo
entregar esta carta. Su Alteza asume que Hou está siendo gobernada
por el Marqués, así que su contenido no puede ser enteramente para
usted. Pero agradecería si acepta esto en nombre del Marqués.
Sei le tendió la carta. Shouyou dudó.
—Pero…
—No dude en entregársela al Marqués. Estoy seguro de que Su
Alteza no pondría objeciones.
Shouyou dudó, pero finalmente tomó la carta.
—No deseo imponerme más a ustedes —Sei continuó—, pero
tengo otra carta para el Chousai. Una vez más, puede encontrar su
contenido desagradable, pero espero que lo acepte.
—No quiero ser grosero, pero ¿de qué trata esta carta?
—Es de una dama de la Corte Imperial de Kei. Fue pensada para
entregársela también al Marqués. Pero sería lógico en esta coyuntura
dejarla en sus manos. Sé que esto puede sonar presuntuoso, pero
Su Alteza quiso que ambas cartas, fueran tratadas con igual de
importancia.
Shouyou lo miró boquiabierto. Nunca un ministro de Hou había
recibido un comunicado del Reino de Kei, sin dejar de mencionar una
carta de cualquier Dama de la Corte Imperial de Kei.
—General Sei, yo…
Sei lo interrumpió tranquilamente.
—El nombre de esta dama de la corte es Son Shou2.
2 SON SHOU. “Nieto” + “brillante”. Shoukei (祥 瓊) es de hecho su azana (apo-
do), derivado de su nombre oficial, Shou (昭).

85
Capítulo 3 Sueños de Prosperidad

Por un largo rato, Shouyou no podía ubicar ese nombre. Estaba


a punto de preguntar quién era Son Shou cuando de repente vino a
él: la hija del Chuutatsu, la Princesa Real Shoukei, quien había sido
desterrada del Palacio Imperial.
Shouyou sintió sus rodillas débiles por la impresión.
—La señorita Shoukei, ¿ella vive en Kei?
—Sí —el general respondió con una sonrisa que comunicaba que
comprendía las circunstancias que rodeaban a Shoukei—. Sé que he
puesto toda esta carga sobre sus hombros, pero le agradecería si
pudiera ver que se llevaran a cabo apropiadamente.
Sei se levantó de su silla y se inclinó. Shouyou tomó las cartas
con ambas manos.
—General Sei, ¿regresará a Kei de una vez?
—He cumplido mis órdenes. Después de haber visitado el Palacio
Youshun de manera informal y entregado las cartas, mi misión se ha
completado. He instruido a los miembros que viajan conmigo para
aprovechar la oportunidad de informarse acerca de las condiciones
del Reino, después de haber estado unos días en la ciudad.
—Si no tiene demasiada prisa, le pediría que retrasara su salida
por un tiempo. Realmente debo insistir en que se reúna con el
Marqués.
—Pero…
—Fue el Marqués quien tuvo la mayor preocupación por el
bienestar de Shoukei. Vaya con él. Por favor.
El general aceptó y Shouyou llamó frenéticamente por el
subsecretario.

86 Edición: EED_Wolf
Fuyumi Ono Aliado de la Luna Doce Reinos

CAPÍTULO 4

El Consejo Privado ya había concluido. Gekkei regresaba a su


residencia oficial. Fue interceptado por el subsecretario, quien le
informó que Shouyou deseaba desesperadamente que Gekkei se
reuniera con él.
Gekkei no veía el punto de reunirse con un emisario extranjero
en ese momento, pero no parecía prudente faltarle el respeto tan
abiertamente a un representante del Reino de Kei.
Cuando entró en el anexo del palacio, el emisario y Shouyou
estaban en el patio. Tan pronto como Shouyou lo vio, pronunció el
último nombre en la tierra que Gekkei esperaba oír. Uno que hizo que
sus sentidos se tambalearan.
—Marqués, se trata de Shoukei…
Casi por su cuenta, sus pies aceleraron el ritmo. Corriendo al lado
de Shouyou, estaba a punto de exigir de qué se trataba, cuando se
contuvo a sí mismo y se inclinó ante el emisario en su lugar.
—Pido disculpas, por mi actuar tan abrupto hace un momento.
—No debe preocuparse por ello. Yo sin duda hablé sin saber el
verdadero estado de los asuntos aquí.
—Entonces, ¿la señorita Shoukei reside en Kei? —Gekkei miró
hacia adelante y hacia atrás entre los dos hombres.
Shouyou le entregó una carta.
—Es de la señorita Shoukei.
Gekkei agitó su mano, señalando su reticencia a aceptarla.
Estaba incluso más determinado que el Chousai a tener nada que
ver con eso. Se volvió hacia el General de Kei.

87
Capítulo 4 Sueños de Prosperidad

—La Princesa Real fue entregada a la custodia del Reino de Kyou.


Aunque he oído que ella había huido.
—Sí. Ella vive en Kei, donde trabaja como escribana real.
—Escribana real —murmuró Gekkei.
El escribano real trabajaba en el Palacio Imperial, muy cerca de
la Emperatriz y le ayudaba a llevar a cabo sus deberes oficiales, -el
menor rango de funcionario civil que trabajaba en esa capacidad-.
—Sí —Sei confirmó con su voz igualmente suave—. Su Alteza la
designó como escribana real. Sin embargo, Shoukei no es ciudadana
de Kei. Su koseki1 aún reside en Hou. Nos gustaría solicitar que se
transfiera su koseki a Kei.
Al escuchar que él se refería a Shoukei de manera familiar, Gekkei
se giró hacia Sei.2
—General Sei, ¿conoce a la señorita Shoukei?
—Sí —dijo Sei, otra vez con esa sonrisa cómplice—. Odio tener
que admitirlo, pero no mucho tiempo ha pasado desde la coronación
de la Emperatriz de Kei. El campo no ha sido totalmente pacificado.
Durante un incidente particular, Shoukei demostró ser muy útil.
—¿Shoukei ayudó al general?
—Sí. Igualmente, consciente de lo meritorio de su servicio, Su
Alteza recomendó que ella sea designada escribana real. Shoukei
ya aparece en el Registro de Inmortales en Kei. Sin embargo, debido
a la importancia de mantener relaciones cordiales con Hou y Kyou
y la incierta situación de sus registros permanentes, la posición de
Shoukei no puede hacerse oficial, ni puede ser ascendida.
Gekkei tomó una respiración profunda. Esta chica había sido una
vez la joya de la corona para Chuutatsu, el único objeto de su amor y
afecto. Protegida en las profundidades del Palacio Imperial, aislada
del olor de la matanza y los gritos de la gente, le dieron todo lo que
quería en bandeja de plata.
Después de que Chuutatsu fue asesinado, su nombre fue purgado
de los Registros de Inmortales y ella fue exiliada a una sombría aldea
en la provincia de Kei.
Pero su identidad se descubrió posteriormente. La ira y la
1 KOSEKI. En Japón, el koseki, o registro del censo local, es donde toda la infor-
mación demográfica de una persona se registra y se actualiza constantemente. No existe
legalmente sin un registro de koseki.
2 “Al escuchar que él se refería a Shoukei de manera familiar...” La palabra aquí
es yobisute, literalmente “llamar” + “tirar”. Significa dirigirse a una persona de estatus
elevado sin el prefijo honorífico que lo acompaña, como -san o -sama, y sugiere grosería o
intimidad.

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Fuyumi Ono Aliado de la Luna Doce Reinos

amargura de los aldeanos hacia Chuutatsu todavía reprimidos solo


por la venganza. Gekkei la envió a Kyou para salvarla de ser rasgada
miembro por miembro. Resentida por la forma en que fue tratada allí,
Shoukei había huido. Fue lo último que había oído de ella.
—Después de que huyó de Kyou, oímos rumores de unas joyas
que habían sido robadas del Repositorio Imperial. Tal vez el General
esté mejor informado sobre la verdad de la situación.
—Lo que le han dicho es verdad. Y hasta que nos concedan un
indulto por la Emperatriz de Kyou, Shoukei oficialmente no puede
convertirse en una funcionaria de Kei.
—¿Y sabiendo todo esto, la Emperatriz de Kei invitó a la señorita
Shoukei al Palacio Imperial!?
Cuando recibieron noticias de que Shoukei se había fugado,
Gekkei había estado profundamente decepcionado. Tuvo que concluir
que, independientemente de si ella incluso había sido consciente
de la vida privilegiada en la que había nacido -al final, ella no había
comprendido la verdadera naturaleza de la obligación que llevaba
sobre sus hombros-.
El general sonrió, aparentemente capaz de adivinar el motivo de
la consternación de Gekkei.
—La gente puede cambiar. Gracias a Dios.
—Pero, por supuesto —Gekkei respondió pronto.
Junto a él, Shouyou todavía sostenía la carta. Gekkei iba a
tomarla, cuando lo reconsideró.
—Si esa carta está destinada para el gobernante de Hou, entonces
no puedo aceptarla.
—Pero… —Shouyou comenzó a decir.
En cambio, Sei dijo:
—Tal vez debería quedársela por el momento. Fue mi decisión
dársela en primer lugar.
Shouyou respondió con un asentimiento abatido y bajó su brazo.
Gekkei miró a Sei.
—¿El general se quedará con nosotros durante un tiempo?
—Permaneceremos en Hoso3. Mi misión está completa, pero mis
colegas todavía tienen trabajo que hacer.
—El palacio de huéspedes podría estar disponible —dijo Gekkei,
volviéndose a Shouyou.
Sei levantó la mano.
3 HOSO. “Junco” + “revivido”.

89
Capítulo 4 Sueños de Prosperidad

—No, no es necesario. Su Alteza sabe que Hou está en una


situación desesperada y nos pidió no hacer cualquier demanda
adicional sobre la Hacienda Imperial.
—Ya veo —dijo Gekkei.
A pesar de que estar era una visita informal, tener a un emisario
de otro reino residiendo en una posada en la capital parecía
excesivamente irrespetuoso.
Al mismo tiempo, no habiendo un rey en Hou, grandes secciones
del Palacio Imperial habían sido cerradas. Después de limpiar los
vestigios de la revolución y poner las cosas en orden, edificios sin
relación a las funciones de gobierno eran cerradas. La cortesía que
el emisario personal de otro reino debía ser ubicado en el Palacio de
Huéspedes. Pero no había sido utilizado en mucho tiempo, y no había
casi bastante tiempo para arreglarlo.
—En ese caso, si no le importa, le ruego que permanezca en mi
residencia oficial como mi invitado personal. Entiendo que el general
tenía la intención de reunirse conmigo en primer lugar. Aunque no
puedo aceptar la correspondencia personal de la Emperatriz de Kei,
sería inadmisible de mi parte que pueda dejar las cosas como están
ahora mismo. Aunque, los adornos son algos espartanos.
Shouyou agregó:
—Realmente lo apreciaríamos.
El general sonrió.
—Bien, entonces. Si no es una imposición, voy a aceptar la oferta.
Pero al ver que mis colegas tienen otros negocios por atender, por
favor, déjelos permanecer en Hoso.

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Fuyumi Ono Aliado de la Luna Doce Reinos

CAPÍTULO 5

Cuando Gekkei se hospedaba en el Palacio Youshun, usaba una


mansión escondida en un rincón del Seishin. Estaba cerca del Mar
de Nubes, el edificio más pequeño en el recinto. Las habitaciones
eran algo estrechas, pero como mantenía su séquito al mínimo, era
tranquila y luminosa.
—Pido disculpas por la sencillez de las habitaciones —le dijo
Gekkei a Sei mientras lo escoltaba a través de la penumbra.
No era falsa humildad. De la puerta delantera a través del edificio
del patio, no había un solo rollo o colgante en la pared para ser visto.
Solo las necesidades básicas. Gekkei había informado a los pocos
siervos que un invitado llegaba, por lo que habían dispuesto algunas
flores, faroles encendidos, vino y té. A pesar del entorno desolador,
los resultados no fueron desagradables.
—He oído por el Chousai que estaba preparándose para desocupar
las instalaciones. ¿Tales preparaciones están en marcha?
Gekkei le ofreció a Sei una de las sillas en el patio con vistas al
jardín.
—Sí, esto fue pensado para que fueran cuartos temporales, nada
más.
—Hacer el recorrido desde aquí a la provincia de Kei debe ser un
inconveniente considerable.
—Para nada —dijo Gekkei con una sonrisa fina.
Vertió un poco de té en la taza de Sei. La brisa de la noche llevaba
con ella el aroma de un lago cercano.
La luna en el cielo púrpura rozaba el techo del patio.

91
Fuyumi Ono Aliado de la Luna Doce Reinos

—No es tan lejos montando un kijuu sobre el Mar de Nubes. El


primer ministro y el Rikkan1 vigilan el fuerte cuando me voy, pero es
mucho para imponer sobre ellos.
—Y, sin embargo, no tiene ningún deseo de gobernar el reino.
La mano de Gekkei se congeló cuando servía el té.
—Naturalmente. He pisoteado el Mandato del Cielo. No tengo
ninguna posibilidad de asumir el trono que no me fue legítimamente
dado.
—Si esto es así para usted, entonces sería igual para todos
los demás que gobiernan en su lugar. ¿Si rechaza este llamado y
abandona el Palacio Imperial, los ministros -empezando por el
Chousai- ¿no deberían seguir su ejemplo? El Reino de Hou pronto
caerá en pedazos.
Gekkei sonrió amargamente.
—¿Así que el general quiere que me convierta en un usurpador?
—Cuando lo pone de esa manera, tal vez lo hago. Pero creo que va
a saltar por la borda. Ha puesto al Chousai en un verdadero aprieto.
Él no cree poder mantener todo unido. Tengo la sensación de que
está exagerando al igual que usted. Pero el hecho sigue siendo que,
si abandona el palacio debido a sus crímenes, está más o menos
insinuando que aquellos que deja atrás son ciegos a los suyos. Ni sus
colegas que son igualmente culpables, ni las personas que atienden
parecen estar de acuerdo con esa evaluación.
Gekkei le ofreció el té a Sei.
—No lo pensé exactamente en esos términos, pero puede que
tenga un punto. En cualquier caso, no veo a los ministros huyendo de
la capital en un número significativo. Y es porque, como el cabecilla,
puedo tomar la culpa de todo. Como el culpable original, debe ser mi
responsabilidad.
—Supongo —Sei había inclinado su cabeza hacia un lado—.
Aunque no puedo discutir con su lógica, tampoco estoy de acuerdo
con ella. Su argumento -de que lideró la insurrección y por ello carga
con el pecado original-, no me sienta bien.
—¿La traición no es un pecado? No me puedo imaginar que haga
tal proclama ante la Emperatriz de Kei.
—Ni en un millón de años —dijo Sei moviendo su mano—. No estoy
diciendo que no es un pecado. Solo que, considerando al último Rey
1 RIKKAN. Seis ministros: Administración, Educación, Protocolo, Defensa, Justi-
cia y Obras Públicas. También conocido como los Ministerios del Cielo, Tierra, Primavera,
Verano, Otoño e Invierno.

93
Capítulo 5 Sueños de Prosperidad

de Hou…
Gekkei asintió con la cabeza.
—Su Alteza ciertamente ejecutó a muchos de sus súbditos
por infringir la ley. No importaba lo trivial de la ofensa, la pena de
muerte siempre era el veredicto y el sepulcro el resultado final. No
eran consideradas las circunstancias. La clemencia estaba fuera de
cuestión. Una sola infracción era igual a una sentencia de muerte.
—Eso he escuchado.
—Su Alteza fue un idealista obstinado. Si él estaba dispuesto a
poner su vida en la línea en su búsqueda de justicia, no veía ninguna
razón para exigir menos de sus súbditos. Llegó a creer categóricamente
que no importaba cuan menor fuera el delito, todos debían estar de
acuerdo en que todo pecado merecía la pena de muerte.
Gekkei sonrió dolorosamente.
—Antes de la ascensión de Su Alteza, yo había ocupado un puesto
en los peldaños más bajos de la burocracia. Durante un tiempo en que
el trono estuvo vacante, la Corte Imperial era un pozo negro. Solo Su
Alteza se mantuvo limpio y puro. Incluso cuando se blandieron espadas
en su cara, dejó en claro que escogería la muerte sobre el deshonor.
—Es impresionante.
—Ganarse su confianza se convirtió en sinónimo de una vida sin
pecado. Cualquier hombre con un corazón verdadero estimaba esa
confianza sobre cualquier promesa de fama y fortuna.
Aquellos que respetaban a Chuutatsu estaban eufóricos por su
ascensión. Esperaban un mundo gobernado según la justicia y la
virtud, la creación de un reino gobernado según las reglas del Cielo y
consolidado según el estado de derecho.
—Nos propusimos crear un mundo sin contaminar por la más leve
mota de corrupción. Ni el menor atisbo de maldad sería permitido.
Lamentablemente, Chuutatsu nunca fue capaz de plasmar esa
imagen de su mente en la realidad.
—La imagen en su mente…
—Chuutatsu era la clase de hombre que se imaginaba a sí mismo
para ser. A pesar de ello -o debió a ello- a los impenitentes ministros
se les dio rienda suelta. Mientras le prestaran la debida atención y
articularan las cosas que deseaba oír, se convenció a sí mismo de
que debían ser tan justos como él. Como no tenía motivos ocultos, ni
agendas ocultas, supuso que aquellos que parecían puros por fuera
debían ser puros por dentro. Podría llamarlo una especie de falla noble.

94 Edición: EED_Wolf
Fuyumi Ono Aliado de la Luna Doce Reinos

Y lo peor de todo, era la esposa de Chuutatsu, Kaka. La cara que


le mostró fue la de una belleza inmaculada. Pero su corazón estaba
tan negro como el carbón.
—Su Alteza tenía toda la intención de crear un reino puro y correcto,
y estuvo cada vez más indignado por el mundo impuro e incorrecto
que enfrentaba. Las leyes se convirtieron en las más draconianas,
las sanciones eran más severas. Y cuando el Taiho cayó enferma,
Su Alteza se puso aún más frenético en su búsqueda por hacer las
cosas bien.
—¿Iba a hacer las cosas bien con leyes y castigos?
Gekkei asintió y sonrió ceñudo.
—Hasta el final, nunca pareció darse cuenta de que iba a perder el
trono y su vida debido al shitsudou. En ese sentido, era absolutamente
desinteresado en su devoción a la justicia como él la percibía.
Salvo que la muerte barrió el país como una plaga. El temerario
Chuutatsu no hizo ningún esfuerzo para proteger sus propios
intereses. Su misión había sido pervertida en una cacería del martirio
en nombre de la justicia. El terror se volvió indiscriminado.
—Si continuaba así, temía que la gente de Hou se extinguiría. No
exagero. Al ritmo que las cosas iban cayendo, pronto no quedaría
nadie para ejecutar. Alguien tenía que ponerle fin a él.
Gekkei no intentaba robar el trono. Nunca pensó una vez en quitar
a Chuutatsu para reemplazarlo, -simplemente no había ninguna otra
manera de detenerlo-.
—Y una vez que lo detuve -de la peor manera posible- cumplí con
mi deber. O eso pensé.
»En circunstancias normales, seríamos juzgados y condenados
como traidores. O borrados del Registro de Inmortales. Pero al hacer
eso y como bien ha dicho, dejaría al Reino sin nadie que lo guiara.
Lo mejor que puedo hacer para recompensarme es retirarme a mi
Palacio Provincial. ¿Lo encuentra tan extraño?
El General de Kei le dio una larga y dura mirada.
—¿Qué?
—¡Oh, nada! El Chousai me habló del Rey de Hou, pero solo entre
líneas. Me dejó con una impresión diferente.
—¿Una impresión diferente?
—En base a lo que escuché del Chousai, me había formado la
imagen de un hombre duro y cruel. Pero después de escuchar lo que
dijo, puedo ver que no es tan sencillo —Sei asintió para sí mismo—.

95
Capítulo 5 Sueños de Prosperidad

Parece estar diciendo que el Rey de Hou era algo más que un hombre
imperdonablemente malo. ¿Tal vez es fuente de su culpabilidad?
—No estoy en desacuerdo con eso.
Pero incluso mientras hablaba, Gekkei tenía la sensación de que
Sei estaba diciendo algo totalmente inesperado. Todavía estaba de
pie condenado por sus crímenes. Pero de alguna manera “la culpa”
no ocupaba totalmente sus pensamientos. Al mismo tiempo, negar el
hecho de que sentía culpa, sería una mentira.
Se perdió en sus pensamientos hasta que las palabras de Sei lo
volvieron a la realidad otra vez. El general dijo, con una débil sonrisa
en sus labios.
—Creo que tengo una visión bastante clara en la vida. Estoy muy
bien con lo que es mejor para el pueblo. Si eso significa derrocar a
un rey que oprime al pueblo, estoy bien con eso también. Nuestros
gobernantes existen para el bien de la gente, lo mismo que los
soldados como nosotros existen para luchar. Un soldado que no
puede luchar debe encontrar algo más para hacer. Y si no puede
admitirlo, sus amigos y oficiales deben hacerle ver la luz. Creo que
es lo mismo con los reyes y emperatrices, aunque es aún más difícil
enfrentar la verdad sobre ellos mismos.
—Soy un cobarde.
—Eso no es lo que quise decir. Soy de la provincia de Baku, en el
Reino de Kei. A decir verdad, soy un hanjuu2.
Gekkei parpadeó con esa confesión repentina.
—¿Un hanjuu? ¿Y un general?
—Sí. Antes del reinado de Su Alteza, los hanjuu no podían servir
en el gobierno. Naturalmente, eso incluía a los generales. Como
soldados de a pie, sí, pero no podían ser promovidos. Sin embargo,
fui designado a la Guardia Provincial de Baku.
—¿A pesar de ser incapaz de ser promovido?
—El Señor Provincial de Baku dijo que no le importaba. La
Emperatriz anterior había expresado por interés en los asuntos del
gobierno. Los funcionarios afanosamente se engordaban a costa
de la gente. Le importaba menos lo que los Señores Provinciales
hicieran, así que a mi señor tampoco le importaba.
Sei se rio entre dientes.
—Con un poco de falsificación, un desgarro desafortunado en el
registro del koseki donde mi estado de hanjuu era mencionado. Nadie
2 HANJUU. “Mitad bestia”, una persona que puede cambiar entre apariencia hu-
mana y animal.

96 Edición: EED_Wolf
Fuyumi Ono Aliado de la Luna Doce Reinos

estaba obligado a revisarlo de todos modos, dijo mi señor. Y si las


personas en altos cargos echaban un segundo vistazo, podía pasarse
como un error administrativo, o un caso de identidad equivocada. Y si
había alguien realmente insistente, entonces, con un poco de dinero
se podía cambiar de manos y sería el final del asunto.
—Pero… eso…
—Sí, haciendo cosas incorrectas para el propósito correcto. El fin
justifica los medios. No pude evitar cuestionar su carácter al principio.
Pero incluso el Señor Provincial de Baku se abstuvo de atacar a la
anterior emperatriz directamente.
Una firme expresión vino a la cara de Sei.
—Creo que él realmente tenía un conflicto. En particular, después
de que la anterior emperatriz ordenó que todas las mujeres fueran
expulsadas del reino. De una u otra manera, ellas optaron por
quedarse. Cuando esto se hizo evidente y ordenaron arrestarlas y
ejecutarlas, su consternación solo se profundizó. La provincia de Baku
estaba frente al Mar Azul, y las mujeres exiliadas se reunieron en las
ciudades portuarias. Nadie quería irse. Pero morirían si se quedaban,
y no tenían más remedio que mirar hacia las costas extranjeras. Esto
le dolió al Marqués de Baku considerablemente, e inventó excusas
como las naves no eran adecuadas y que no había bastantes de ellas.
O todo el mundo estaba dispuesto, pero no estaban disponibles todos
a la vez. O solo esperaban su turno y esas cosas tomaban tiempo.
Puso excusa tras excusa, mientras reforzaba las defensas alrededor
de las ciudades portuarias. Por suerte, las cosas se resolvieron antes
de que alguien se diera cuenta de la mentira. Pero al haber llegado
tan lejos debió significar que de algún modo él lo resolvería.
Después de ese soliloquio, Sei estiró su cabeza hacia un lado,
como si no estuviera seguro acerca de lo que acababa de decir.
—O, mejor dicho, cuando llegara el momento decisivo, él estaba
decidido a considerar las posibilidades. Ni una sola vez habló
realmente de atacar a la emperatriz anterior. Sí, cuando lo pienso en
retrospectiva, la pregunta que me asalta es cómo habría reaccionado
el Marqués de Baku si hubiesen matado a las mujeres que protegía.
Al escuchar su historia, tengo la sensación de que era lo único que él
no estaba dispuesto a hacer.
—¿Eso cree?
—Lo pensé en ese momento. Tal vez porque el regicidio es un paso
tan drástico. Mi señor tenía toda la intención de salvar a su pueblo.

97
Capítulo 5 Sueños de Prosperidad

Pero no tenía la intención de agarrar el trono para sí mismo y llamarse


a sí mismo rey. Recuerdo que pensé que no es el tipo de cosa que un
hombre puede hacer a menos que tenga ese ardiente deseo en su
interior. —Le dio a Gekkei una sonrisa—. Pero usted lo decidió.
Gekkei estaba momentáneamente perdido en su relato.
—Si el Señor Provincial me hubiese dicho que asesinara a la
emperatriz anterior, probablemente le habría hecho un saludo oficial
y seguido sus órdenes. Pero no creo que podría haber actuado
por mi cuenta. Mientras en verdad pensaba que el sufrimiento del
pueblo exigía que se hiciera algo, esa era una decisión que era
mejor dejársela al Señor Provincial. Y si lo ordenaba, no creo que
le hubiera dado un segundo pensamiento. Tampoco creo que me
habría preocupado luego o me hubiese culpado a mí mismo. No solo
porque mi comandante habría asumido la responsabilidad. El hecho
es, que no soy tan inteligente como las personas como usted. Las
consecuencias morales de lo que estaba haciendo simplemente no
se habrían hundido en mi grueso cráneo.
—No sé si yo habría…
Sei meneó la cabeza.
—A eso se reduce todo. Aunque no creo que lo convierta en
un pecado menos grave. Lo que quiero decir es que, no albergaba
el propósito específico, ni comprendía la enormidad de los que
estábamos contemplando. Pero la ignorancia de la ley por sí sola
puede constituir un crimen grave. Incluso podría aceptar que cometer
tal pecado sin comprender su naturaleza duplica su severidad. Para
que pueda entender claramente lo que significa ese acto, debe
hacerlo pensando seriamente.
Sei encaró a Gekkei y le dijo con una expresión bondadosa.
—Dice mucho acerca de cuánto se preocupa por la gente. Y ese
es el tipo de persona que debería sentarse en el trono.
Gekkei pateó su silla hacia atrás y se puso de pie.
—No lo es.
—¿No lo es?
—No puedo disfrazar lo que hicimos con tales motivos refinados.
Maté al hombre al que le dieron el Mandato del Cielo. A pesar de
la enfermedad del Taiho, a pesar de la aparente falta de deseo de
Su Alteza de recuperar el Camino, las posibilidades de que él lo
hiciera no eran de cero. Sin embargo, decidí por mi cuenta, que solo
empeorarían las cosas, por lo que asesiné al rey.

98 Edición: EED_Wolf
Fuyumi Ono Aliado de la Luna Doce Reinos

Sei miró a Gekkei, con una expresión confundida en su rostro.


—En cualquier otro caso de alta traición, no habría nada admirable
acerca de lo que hice. Los ministros, los generales e incluso la
Emperatriz de Kyou quieren que tome el trono. Y si lo hago, entonces
realmente le habría robado el trono a Su Alteza. No lo maté porque
quería su puesto. Si otros métodos hubieran servido…
Gekkei súbitamente guardó silencio. Agitándose cada vez más
al hablar, sentía sus palabras retorcidas y enredadas en su cabeza.
La mirada de Sei no cambió. Con una expresión burlona, dijo:
—¿Lo que hizo fue un simple caso de alta traición? Suponiendo
que lo fuera, ¿no tuvo otra opción y se vio obligado a actuar?
—Sin ninguna duda —gimió Gekkei, cubriendo su rostro con las
manos mientras se sentaba nuevamente en el asiento—. Lo siento.
No me estoy expresando de forma coherente.
—Para nada —respondió Sei suavemente. Un largo minuto después
dijo para sí mismo—. Pero, por supuesto. —Cuando Gekkei levantó la
cabeza, lo miró como si captara en sus rasgos la vista de algo triste y
doloroso—. Debió de haber venerado realmente al Rey de Hou.

99
Sueños de Prosperidad

100 Edición: EED_Wolf


Fuyumi Ono Aliado de la Luna Doce Reinos

CAPÍTULO 6

Gekkei recordó cuatro años atrás, en un tiempo cuando no podía


admitir cuan bajo había caído Chuutatsu.
¿Cómo puede arrastrarse por el barro de esa forma? Deseaba
gritarle. ¿Cómo puede mancillar el honor del trono?
La verdad sin adornos era que, Chuutatsu era el peor enemigo
del pueblo. Sus leyes eran excesivamente duras y sus castigos
excesivamente severos. Gekkei temía que, si las cosas seguían así,
Chuutatsu seguramente perdería el Mandato del Cielo.
La enfermedad del Taiho ya era innegable.
Si hubiera estado en poder de Gekkei, hubiera redirigido a
Chuutatsu al Camino. Pero en cada vuelta, Chuutatsu solo apilaba
leyes más duras y hacia la situación más calamitosa.
—A ese ritmo, verdaderamente creía que la gente de Hou pronto
iría a la extinción.
Debajo del patio y más allá de un pequeño jardín, el Mar de
Nubes chispeaba a la luz de la luna. Debajo del Mar de Nubes, las
luces tenues del mundo inferior se extendían hacia el horizonte. El
suelo había estado una vez cubierto de cadáveres. En lugar de las
flores en la primavera, se percibía el olor de la carne descompuesta.
Elegías1 en lugar de canciones tradicionales populares.
¿Ha perdido el rey hasta el último resquicio de humanidad?
Pensaba furioso Gekkei.
Los cementerios en constante crecimiento le horrorizaban
cada vez más. Las acciones del rey le despertaban sentimientos de
1 ELEGÍAS. Lamentos funerarios o poemas melancólicos.

101
Capítulo 6 Sueños de Prosperidad

amargura y disgusto. Y, sin embargo, Gekkei no podía llegar a odiarlo.


Era el ministro puro y sin mácula que había sido una vez, el único
hombre justo en la corrupta Corte Imperial.
—Quería que Su Alteza volviera a ser el hombre que había sido
una vez. Era la esperanza a la queme aferraba. Pero continuó
desafiando esas expectativas. Llegué a creer que hubiera sido mejor
si él se hubiera corrompido por la parafernalia del poder desde el
principio. Entonces no habría esperado nada de él. Pero él fue un
desinteresado asceta hasta el final.
—¿Así que recurrió al crimen de alta traición porque no tenía otras
vías a las que recurrir?
Gekkei asintió con la cabeza.
—Decir que actué en nombre del bien de la gente es probablemente
solo una excusa. Lo que realmente me incitó a la acción fue el dolor
que me produjo de odiar a alguien a quien no quería desagradar. No
era una cuestión de justa indignación, sino una cuestión de enemistad
personal. Eso es lo que hace que este sea un pecado corriente, no
importa cuán elegante sea el nombre que utilice.
—¿Y, aun así, sintió algo de odio por el Rey de Hou al compadecerse
del pueblo de Hou? Fue su compasión hacia las personas la que crio
tal aversión.
Gekkei meneó la cabeza.
—No lo creo. No es que su sufrimiento no estuviera en mi mente.
Era, de hecho, doloroso ver a la gente ser llevada como ganado a la
horca por crímenes que apenas calificaban como delitos menores,
y fue mucho más para mí ser testigo de la amargura que los
sobrevivientes tenían hacia Su Alteza. Tal odio siendo completamente
natural y comprensible solo lo hizo más intolerable.
—¿Qué el Rey de Hou fuera odiado era tan insoportable?
—Sí. No soy el aliado que la gente común y mis seguidores
querrían que fuera.
—¿Pero no fue su aliado de todos modos? ¿Queriendo que el
Rey de Hou hiciera lo correcto por su pueblo? Al mejorar sus vidas a
través de la compasión y la sabiduría, ellos lo amarían.
Esta observación sorprendió a Gekkei.
—No diría que está equivocado.
—Quería que la gente amara al Rey de Hou tanto como usted
lo había hecho una vez. A tal grado, estaba de su lado. La paz del
pueblo era tu paz. Su felicidad era su felicidad. Un buen rey era un

102 Edición: EED_Wolf


Fuyumi Ono Aliado de la Luna Doce Reinos

rey que hacía lo mejor que podía por la gente. ¿Eso es lo que quería
hacer en nombre del Rey de Hou?
Cuando Gekkei no contestó, Sei agregó con una sonrisa:
—En lo que a mí respecta, eso es lo mismo que actuar en nombre
del pueblo.
Con sus ojos abatidos, Gekkei respondió:
—Pero si me elevan a esa posición, entonces se la habría robado
a Su Alteza.
No podía discrepar de Chuutatsu. Y cuando Chuutatsu se debió
del Camino, no había sido capaz de llevarlo de nuevo hacia el camino
correcto. Lo que lo llevó a sentir esa enemistad personal. Para luego
tomar lo que le había pertenecido a su señor y hacerlo propio sería el
robo más grande de todos.
—Literalmente una usurpación. No hay espacio para excusas.
—¿Excusas? ¿Debe excusarse a sí mismo?
Gekkei no respondió. Sei continuó.
—Desde mi perspectiva, parece que se equivoca acerca de a
quién debe ofrecerle explicaciones —Sei inmediatamente se retractó
de tal declaración—. Lo siento. Me dejé llevar y no hablé con sensatez.
Gekkei meneó la cabeza. Apretó sus manos contra sus sienes.
—Su evaluación es correcta. Es a Su Alteza con quien quisiera
explicarme, para decirle que no lo asesiné por maldad o motivos
maliciosos. No importa cuán despreciado o detestable pudiera haber
llegado a ser, no era mi intención usurpar el trono. Es la disculpa que
le ofrecería. Pero sin duda la ofrecería a la persona equivocada.
Si tenía que pedir disculpas, probablemente debería ser al Cielo
o a las personas. Había pisoteado la Voluntad del Cielo, y su pecado
había sido el de robarle a Hou la Gracia Divina. Por eso es por lo que
debería disculparse -o al menos eso era lo que creía en su mente-.
—No importa cuántas explicaciones o disculpas ofrezca, Su
Alteza no estará allí para ofrecerme su absolución. No importa qué
tan bien lo entienda ahora, es la justificación que quiero ofrecer,
probablemente no sea nada más que una manera de explicarme a
mí mismo.
»Si agrego a eso la usurpación del trono real, esas explicaciones
serían inútiles. Y ahora la señorita Shoukei -la última persona en la
tierra que jamás me perdonaría-.
En todo caso, la Princesa Real se reiría a sus expensas.
“Eres el traidor que mató al Rey y le robó el trono”.

103
Capítulo 6 Sueños de Prosperidad

Ella había concluido que él había tomado todo lo que le había


pertenecido a ella, por rencor y celos.
Sei preguntó con evidente confusión:
—¿Shoukei nunca lo perdonó? ¿Por qué?
—¿Es en serio?
—No veo por qué es tan importante si Shoukei lo perdona o no.
Pero ahora que lo menciona, le pido que tenga en cuenta por qué
vine a verlo. Shoukei fue la que lo identificó como el gobernante de
Hou. No había ningún rey provisional cuando ella residió en Hou, pero
estaba segura de que ya habría sido ocupada esa posición. Por esta
razón, Su Alteza dirigió su correspondencia a usted. Shoukei estaba
segura de que mientras el Marqués estuviera a cargo, el Reino de
Hou no caería en la ruina.
Gekkei miró a Sei asombrado.
—Es por ello por lo que Su Alteza me dijo que viniera aquí y viera
lo que estaba sucediendo, con el fin de averiguar lo que estaba
haciendo el Marqués para mantener intacto el reino. —Sei le sonrió
al anonadado Gekkei—. Entiendo cómo debe odiarse por haber
derrocado al hombre que veneraba.
»Sí, un crimen es un crimen. Sin embargo, mantener el caos a
raya depende tanto del Camino como del arrepentimiento. —Sei miró
a la luna nublada sobre el jardín—. Cuando cae el sol y los caminos
están envueltos en la oscuridad, la luna aparece para mostrarnos el
camino.
Había un halo alrededor de la luna y la tenue luz que brillaba
sobre ella estaba teñida con una oscuridad fría y melancólica. Ni
siquiera similar al sol del mediodía. Pero lo suficiente para servir
como una guía.
Junto a él, Sei levantó la voz:
—¿Qué tal la Corte de Luz de Luna?
Gekkei parpadeó, sin entender lo que quería decir. Sei sonrió.
—No es conveniente llamarlo “Corte Provisional” o “Corte Falsa”.
Llamemos a la Corte donde el rey ocupa el trono “Corte de Luz del Sol”
y a la corte que carece de un rey “Corte de Luz de Luna”. Trabajando
a la luz de la luna, esperando el amanecer.2
—Por supuesto —dijo Gekkei, sonriendo a su vez.

2 La expresión que Sei usa al final del capítulo es 「月 に 乗 じ る」 (tsuki ni jou-


jiru): “aprovecha la [luz] de la luna”. El título de la historia se deriva del on’yomi de los dos
kanji: 乗 月 o jougetsu.

104 Edición: EED_Wolf


Fuyumi Ono Aliado de la Luna Doce Reinos

CAPÍTULO 7

Bucles de niebla se arrastraban a través del barranco. Las caras de


las crestas rocosas sobresalían de la bruma. Aquí y allá un arroyo
surcaba la montaña por las laderas de un pequeño pabellón, donde
se vaciaba en un profundo charco.
Gekkei se sentó en su escritorio en el estudio y estudió la escena
que aparecía dentro de la caja.
Estaba grabada en una piedra para tinta del tamaño de sus dos
manos juntas. La piedra era un producto famoso del Reino de Shun.
Estaba adornada con líneas de jade y encajada con un moteado de
mármol que se asemejaba a las nubes dispersas. El valle descendía
por debajo de los cielos envueltos y el pabellón miraba sobre las
aguas profundas y oscuras del pozo de la piedra para tinta, donde
una luna miraba hacia atrás.
Los patrones moteados como de nubes parecían flotar en el canal
de la piedra para tinta donde el palo de tinta raspaba. En el lado
opuesto había grabado un poema alabando el arte de la caligrafía.
Pero -la piedra en sí misma- se dividía claramente en dos.
Gekkei examinó la fisura que atravesaba la piedra. Todavía podía
recordar el sonido de la piedra rompiéndose, un sonido tan hermoso
que fue doloroso.
La piedra para tinta fue un regalo del Rey de Hou Chuutatsu
celebrando que Gekkei fue nombrado Señor Provincial de Kei. Unos
diez años más tarde, rompió la piedra.
Ya inútil, arruinada incluso como adorno, dejó los fragmentos a
un lado. Era igual que descartarla, no había manera para regresarla

105
Capítulo 7 Sueños de Prosperidad

a su forma original.
La destruyó al recibir la noticia de que más de cien “criminales”
habían sido ejecutados a las puertas del castillo. La mayoría de estos
“pecadores” eran culpables de nada más grave que “pereza”, por
eludir sus obligaciones o abandonar sus campos. Sus circunstancias
individuales, una enfermedad en la familia, un amigo en necesidad,
nunca fueron tomadas en cuenta.
Para que el pecado realmente fuera evitado, para que el pecado
fuera realmente despreciado. Se les ordenaba a los ciudadanos de la
capital reunirse a las puertas de la ciudad y lapidar a los pecadores
a muerte. Luego, los cadáveres eran decapitados y sus cuerpos
desechados se pudrían en el sol.
Cuando estas noticias llegaron, Gekkei rompió la piedra para
tinta por la ira. El sonido claro y alto de la piedra rompiéndose hizo
eco en sus oídos, se fijó en un camino del que no había retorno.
Nunca lamentó levantar el ejército. De lo que sí se arrepintió fue
de tener que hacerlo, porque no fue capaz de detener a Chuutatsu
antes de que la dinastía comenzara a desmoronarse. Chuutatsu le
había confiado a Gekkei esta alta posición, y había pagado esa deuda
con traición. Y se odiaba por ello.
Chuutatsu fue sin lugar a duda el Rey de Hou, y el trono era solo
suyo. Incapaz de evitar que se alejara del Camino, Gekkei se volvió en
su contra y ondeó la bandera de su justa causa, asesinándolo. Llegó
a creer que lo que le había hecho a Chuutatsu sería imperdonable.
No había ningún delito mayor que el regicidio. La piedra para
tinta rota permaneció como un símbolo de este hecho singular. Al
igual que la piedra para tinta, nunca mas podría volver a su propósito
y forma original, después de haber pisoteado la Voluntad Divina,
Gekkei nunca podría lavar la sangre en sus manos.
Podría decir que todo fue por el pueblo y por el reino. Pero cada
vez que miraba la cruel fisura en la piedra para tinta, la realidad de
que no era nada más que una destrucción mezquina e intencional le
conducía otra vez al inicio.
El tenue sonido de pasos interrumpió sus pensamientos.
Shouyou apareció en la puerta.
—Pensé que tal vez me estaba buscando. Había un siervo
esperando en mi residencia cuando regresé de la oficina.
Ingresó en el estudio. Incluso en la luz, pudo ver que todos los
libros personales de Gekkei y otros afectos habían sido amontonados

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Fuyumi Ono Aliado de la Luna Doce Reinos

en una esquina de la habitación. Ya estaba preparándose para


marcharse. Ver la voluntad de Gekkei tan físicamente manifestada
fue terriblemente deprimente.
El dueño del estudio se rio suavemente.
—¿Así que viniste hasta aquí? Lo siento por eso.
—No hay problema —Shouyou murmuró para sí mismo. Sus ojos
cayeron sobre el objeto en la mano de Gekkei—. Eso es…
—Sí, el regalo que recibí de Su Alteza.
—Ah —exclamó Shouyou—. Cuando fui nombrado Ministro del
Cielo, recibí una piedra para tinta similar.
—¿Todavía la tienes?
Shouyou reaccionó con una sonrisa atribulada.
—Sí. Intenté tirarla en muchas ocasiones, pero nunca pude
hacerlo.
—Igual yo —Gekkei cerró la tapa de la caja y la colocó
cuidadosamente en el estante—. Cada vez que Su Alteza le daba a
uno de sus sirvientes un regalo, siempre era una piedra para tinta,
pincel, papel o tinta.
—Sí, eso hacía —concordó Shouyou, sintiendo una extraña
punzada de nostalgia.
La mirada debió demostrarse en su rostro, por lo que Gekkei
levantó su copa de vino.
—¿Qué dices, Shouyou?
—¿Me necesitaba para algo?
—Creo que esto califica —respondió Gekkei, ofreciéndole a
Shouyou una copa.
—Lo acepto. ¿Qué pasó con el General Sei?
—Está descansando. Hablamos durante un buen rato. Después me
rogó que lo dejara retirarse diciéndome que estaba agotado. Se retiró
a su habitación sin cenar. Temo que le dejé mucho en qué pensar.
Shouyou se inclinó hacia adelante. No veía la conexión entre tener
mucho en qué pensar e irse a la cama temprano. Ni podía decir si
Gekkei no estaba prestando ninguna atención a su estado de ánimo
o no había notado su reacción dudosa. Con una cálida expresión en
su rostro, Gekkei colocó la copa de vino en su mano.
—A Su Alteza tampoco le importaban las alabanzas. No tenía
ninguna afición por lujos de ningún tipo. Lo que les daba a sus
sirvientes, no sería oro o joyas.
—Cierto. Aunque una piedra para tinta hecha por un experto

107
Capítulo 7 Sueños de Prosperidad

fácilmente cuesta lo mismo que una piedra preciosa fina. —Shouyou


sonrió débilmente—. Los generales de la Guardia del Palacio
quedaron desconcertados al recibir piedras de tinta como regalo.
Probablemente porque no tenían idea de su valor real. Y aun si lo
hicieran, la idea de recibir tal objeto como un regalo fue suficiente
para sorprenderlos.
—Sin duda —aceptó Gekkei con una sonrisa. Llenó la copa de
Shouyou—. No solo la piedra para tinta y la tinta, sino pinceles de alta
calidad y papel. Efectos de escritorio era el único lujo que permitió
Su Alteza. No se molestaba con la moda o las extravagancias de la
decoración de interiores. Aunque su esposa al parecer no compartía
su naturaleza ascética.
—No, ella no lo hizo —dijo Shouyou asintiendo.
A Chuutatsu le molestaba el derroche y la fastuosidad. La Reina
Kaka hizo un buen espectáculo de vivir la vida simple, pero cuando
llegaban sus efectos personales, solo lo mejor era lo suficientemente
bueno para ella. No hacía nada en medias tintas.
—Parece que Su Alteza no tenía idea de lo que hacía su esposa,
adornándose a sí misma. De lo contrario, yo habría esperado que
la criticara al igual que al resto de nosotros. Pero debido a que sus
atavíos no se veían llamativos y extravagantes, asumió que ella debía
ser tan frugal como él.
Gekkei asintió con la cabeza.
—Su Alteza estaba dispuesto a ver lo mejor en las personas.
Shouyou le dio a Gekkei una mirada curiosa. Casi podría decir
que Gekkei sentía nostalgia.
Como si notara la expresión de Shouyou, Gekkei levantó sus ojos
y sonrió.
—¿Sigues odiando a Su Alteza, Shouyou?
El recuerdo de la coronación de Chuutatsu apareció de repente
en sus pensamientos, tan vívida como un golpe en el pecho.
—No puedo decir que odiaba al hombre que fue. Aunque no tengo
remordimientos sobre levantar un ejército y luchar contra él, lamento
que llegara a ser necesario.
—Estoy de acuerdo. A decir verdad, me sigue pareciendo todo un
terrible desperdicio.
—¿A usted también?
—Intenté dejarlo atrás, pero cuando el semblante de Su Alteza se
levanta en mis pensamientos, me resulta difícil de tolerar.

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Fuyumi Ono Aliado de la Luna Doce Reinos

Anhelando lo que Chuutatsu había sido una vez, Shouyou declaró


sin rodeos, que por eso no podía descartar su propia piedra para
tinta, sin embargo, a menudo su ira lo había incitado a hacerlo.
Gekkei respondió con una sonrisa amarga.
—Es extraño. Nunca odié a la Reina como al Rey. Mintió, calumnió
y dio falsos testimonios. Sin embargo, era irredimible. Cuando se
trataba de malas intenciones, ella era muchas veces su superior.
Pero nunca todas sus intrigas despertaban en mí la ira de la crueldad
de Su Alteza.
—¿De veras? También consideré que ella no tenía remedio. Fue
ella quien lo incitó. Eso hizo que mi sangre hirviera.
»Honestamente, pensé que fue suave al simplemente exiliar a
la Princesa Real a la Provincia de Kyou. Habría estado de acuerdo
que fuera aislada como estaba dentro de las viviendas imperiales,
ninguno de los pecados de su padre podría colocarse directamente a
sus pies. Pero sus crímenes de omisión me parecían igual de graves.
Aunque eso fue probablemente más mi temperamento sacando lo
mejor de mí, preguntándome por qué ella no había hecho nada para
hacerle ver la luz.
—Tu temperamento…
—Eso es lo que me parece ahora. Sí, quería hacer que Su Alteza
viera la luz. Quería que fuera un buen rey. Pero siguió hundiéndose
más profundamente en el fango. Yo quería detenerlo y no podía. Al
decirle que las sanciones eran demasiado severas y que la cacería
de brujas era demasiado excesiva, él interpretaría eso como que no
quería que nadie fuera castigado por nada. Y lo consideraría una
molestia.
—Él me dijo lo mismo.
Shouyou asintió con la cabeza. Toda la nostalgia de hace unos
minutos se evaporó, dejando un agujero en su corazón.
—Y si un hombre valiente, su sirviente favorito, dijera tales cosas,
entonces cuanto más degenerados debían ser sus súbditos -eso
fue lo que dijo cuando apretó con más fuerza los tornillos-. Cada
amonestación fue tomada como un indicativo de que los asuntos del
Estado estaban empeorando. Más allá de ese punto, no me atreví a
convencerlo. Todo lo que podía hacer era esperar que alguien hiciera
lo que yo no pude.
—Y de ahí tu enojo. La Reina y la Princesa Real se negaron a
levantarse en ese momento.

109
Capítulo 7 Sueños de Prosperidad

—Eso sería todo —dijo Shouyou asintiendo—. Temo que la amarga


verdad era que, aunque hubiera discutido con él, no habría cedido
ni un centímetro. Era posible que los más cercanos le hubieran
suscitado un resultado aún peor. Sin duda es como las cosas salieron
con el Taiho. Entre más discutía el Taiho con Su Alteza, más severas
se volvieron las leyes. Ni el shitsudou lo disuadió del curso que trazó
para sí mismo.
—Desgraciadamente no.
—Comprendí que estaba en la raíz de esos sentimientos. Pero
yo todavía despreciaba a la Reina y a la Princesa Real. No era difícil
hacerlo. No había mayor dolor que odiar a Su Alteza, esa sensación
de asco me hacía preguntarme por qué me había arrinconado. Si
solo pudiera mostrarle a la gente un poco de piedad, creía que todos
esos sentimientos se evaporarían. Más aversión solo traía más dolor,
y ese dolor se convirtió en más odio. Sí, comparado con eso, lo que
sentía por la Reina y la Princesa Real era una mera insignificancia.
—Absolutamente.
Había ecos de dolor en la voz de Gekkei, un tono de voz que
le dijo a Shouyou por qué se negó tan rotundamente a tomar las
riendas de la autoridad real.
—Todo esto tiene que haber sido bastante difícil para usted.
La necesidad de matar a Chuutatsu. Y la necesidad de vivir con
eso después. No podía simplemente acumular una deslealtad tras
otra además de eso.
—Estoy empezando a entender de dónde ha venido. Aun así, le
pido que entienda de dónde venimos también. Fue la única persona
que pudo haberlo detenido. Para los ministros y la gente, es la
persona que detuvo el sufrimiento insoportable y nos salvó a todos.
»Cuando anunció que se retiraba a la provincia de Kei, ellos no
pudieron evitar enfurecerse por el dolor.
Gekkei tomó un respiro y lo dejó salir. Miró a Shouyou. Shouyou
continuó:
—Así que le estoy pidiendo que no nos haga pasar por todo esto
otra vez. —Shouyou se levantó, tomó las dos cartas de su bolsillo y
las sostuvo ante él.
—Tome.
—Shouyou…
—El General Sei me pidió que se las pasara. Realmente pienso
que debería leerlas. Yo no soy la persona a la que estaban destinadas.

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Fuyumi Ono Aliado de la Luna Doce Reinos

Le pertenecen. Por favor.


Puso las cartas sobre la mesa al lado de la caja de la piedra para
tinta. Luego se inclinó y dejó el estudio, dejando a Gekkei solo con
sus pensamientos.

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Sueños de Prosperidad

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Fuyumi Ono Aliado de la Luna Doce Reinos

CAPÍTULO 8

Sentado en su escritorio, Gekkei miró fijamente las dos cartas durante


mucho tiempo. Finalmente las recogió y las abrió.
La carta de la Emperatriz de Kei comenzó con una breve
introducción y luego pasó a explicar cómo Shoukei se convirtió en su
empleada. La Emperatriz esperaba que leyera la carta de Shoukei
y de alguna manera dejara de lado los viejos resentimientos. Por
desgracia, el caos en Kei todavía no había disminuido y no tenían
recursos de sobra para ayudar a Hou. Sin embargo, ella oraba por el
bienestar de Hou.
Incluso cuando un gobierno disfrutaba del Mandato del Cielo,
las dificultades podrían florecer. Todas las ansiedades que surgieron
de las inquietudes sobre el Reino y la gente simplemente no podían
borrares. Y cuánto peor debía estar un Reino sin un rey.
Una joven e inexperta emperatriz como ella no podría ofrecer
un consejo significativo o ayuda que valiera la pena. Pero si había
alguna forma en la que Kei pudiera resultar útil, aunque fuera en algo
pequeño, ella pedía que le informara a su emisario sobre los detalles.
—Una agradable palmadita en la espalda…
Gekkei hablaba sin autorreproche o ironía. El simple tono de la
carta tocó su corazón. La caligrafía de su firma era diferente que el
resto de la carta era obvio que había sido transcrita por un escriba
experimentado. Sintió una leve vacilación en el trazo del pincel, como
si la firma en sí misma simbolizara el carácter de la nueva y joven
Emperatriz. Lo encontró bastante afectado.
Se dirigió a la epístola más gruesa de Shoukei con un corazón más

113
Capítulo 8 Sueños de Prosperidad

pesado. Y allí descubrió sus expresiones de remordimiento. Lamentó


no haber reprendido a su padre mientras ella fue la Princesa Real.
Por su ignorancia no había podido cumplir con sus obligaciones, y su
padre fue asesinado como resultado. Tal falta de piedad filial y ese
innecesario sufrimiento infringido sobre el pueblo forzó la mano de
Gekkei y de los demás a pisotear dolorosamente la Voluntad del Cielo.
Además, después de que Gekkei salvó su vida, a pesar de su
culpa, ella no había reflexionado sobre ese regalo, en cambio, había
sido poseída por el odio. Incluso cuando ella fue transferida a Kyou,
su insolencia había hecho burla de la indulgencia de Gekkei y por ello
estaba profundamente triste.
—Así que, finalmente entendió… —Justo como le había dicho el
General de Kei, la gente podía cambiar.
Guiar a otra persona era una propuesta a menudo difícil. Todas
las advertencias dirigidas a Chuutatsu no llegaron a nada. De hecho,
tomó cada desacuerdo como evidencia de la desobediencia, al final
solo lo incitaron. Pero Gekkei no quería creer que sus críticas no tenían
ningún significado, ya que esas palabras de reproche surgieron de
una esperanza y un amor que no podían ser articulados.
La carta continuaba. Shoukei desea compensar los crímenes
que ella había cometido cuando huyó de Kyou, otra cosa por la que
ella no podía ser digna de servir en el Palacio Imperial de Kei. Ella se
entregaría a la Emperatriz de Kyou y aceptaría cualquier castigo que
mereciera.
No sabía qué sería de ella después de eso. Había cosas que
deseaba comunicar a Gekkei personalmente. Pero como estaban las
cosas, ella confiaba sus pensamientos a ese documento en su lugar.
Y así concluyó la carta, con una posdata adicional en la que
esperaba dejar Gyouten al mismo tiempo que el General Sei le
entregara esa carta a él.
—A Kyou… —Gekkei sorprendido murmuró en voz alta.
Miró la carta varias veces, luego se puso de pie, se acercó a la
puerta del estudio y llamó a su sirviente.
Incluso como una broma, robar la propiedad del Palacio Imperial
no era diferente que robarle a la misma Emperatriz de Kyou. No era
lo mismo que un pequeño hurto. Si dictaminaban que había sido un
asalto contra la Emperatriz, no sería raro que el delito se clasificara
como alta traición. En cualquier caso, el estado de ánimo del ministro
de Otoño entraría en juego.

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Fuyumi Ono Aliado de la Luna Doce Reinos

Sabiendo lo que Shoukei le había escrito:


Por lo tanto, estoy confiando en los pensamientos que ella plasmó ahí.
No importaba qué penitencia había realizado, no importaba cuán
profundamente se había ganado la confianza de la Emperatriz de
Kei, pasar sus últimos días en una celda esperando su ejecución
sería todo un desperdicio.
—¡Podría alguien por favor venir aquí! —gritó Gekkei.
Un siervo se apresuró por el pasillo. Gekkei estaba a punto de
decirle que llamara a uno de los ministros menores, cuando vaciló.
Solo era un Señor Provincial. No tenía la autoridad para darle órdenes a
los empleados imperiales. Se había negado esa autoridad a sí mismo.
Por primera vez, Gekkei fue agarrado por la enormidad de lo que
había rechazado. Sin esa autoridad, no podía hacer nada por nadie.
Todo el dolor del mundo no salvaría un alma. Como un Marqués,
su voluntad no se extendía más allá de las fronteras de su provincia.
Podía salvar a la gente de su provincia. Pero incluso ahí había sido
incapaz de oponerse a la política imperial. Las insoportables leyes
promulgadas por Chuutatsu se aplicaban tanto en Kei como en otras
partes. No podía derogarlas o ignorarlas. Había bailado alrededor de
ellas lo mejor que pudo, pero al final no había sido capaz de librar a
su gente de la ira de Chuutatsu.
Y más allá de los límites de la provincia de Kei, no podía salvar a
una sola persona.
Te estás excusando con la persona equivocada.
Ese definitivamente era el caso. La persona que se acercaba, la
persona que hacía las paces era alguien completamente diferente.
Inquieto por el repentino silencio, el criado le preguntó:
—¿Necesita algo?
Gekkei lo miró y asintió con la cabeza.
—Llama al secretario en jefe aquí. Enviaré un comunicado a la
Emperatriz de Kyou. Necesitamos elaborar un borrador.
—¡Como desee! —el siervo respondió secamente, se inclinó, se
volvió y salió corriendo.
Viendo al siervo irse, Gekkei dijo para sí:
—Pase lo que pase, Shoukei debe salvarse.
Gekkei pasó a través del patio a la casa de huéspedes. No se
sorprendió al ver que su visitante -quien le había rogado retirarse antes
esa noche debido a la fatiga-, estuviera examinando correspondencia
con luz artificial.

115
Capítulo 8 Sueños de Prosperidad

Hizo una pausa en la terraza y golpeó en la ventana.


—¿Todavía no se ha ido a descansar?
Sei bajó su pincel. Miró hacia arriba y sonrió brillantemente.
—Era mi intención, pero me siento extrañamente despierto —abrió
la puerta mientras instaba a Gekkei para que entrara.
Gekkei caminó en la habitación con gran deliberación. Se inclinó
profundamente ante el general.
—¿Marqués?
—Me he tomado el tiempo para leer la correspondencia de la
Emperatriz de Kei.
Cuando Gekkei levantó la cabeza, Sei sonrió a sabiendas y
corrigió su postura también.
—Debo disculparme porque todo esto cayera sobre usted tan de
repente. Estoy muy contento de saber que ha aceptado el ánimo dado.
—Y la carta de la señorita Shoukei también. Si es posible, me
gustaría enviarle una respuesta. Espero que no se oponga a que se
la confíe a usted.
—Para nada.
—Y si no es demasiado presuntuoso de mi parte, a la Emperatriz
de Kei también.
—Estoy seguro de que a Su Alteza le complacerá oír de usted.
Gekkei se inclinó otra vez y se puso de pie. Miró otra vez a Sei.
Había oído que la Emperatriz era muy joven. Los rumores no decían
nada más allá de eso, pero el carácter de su emisario decía mucho
sobre el tipo de persona que ella era. Implícito en lo que había dicho
el general sobre su absoluta confianza en ella.
—Es un buen hombre, General Sei. Y la Emperatriz de Kei debe
ser una mujer fina.
Sei sonrió.
—Ella lo es, sin lugar a duda.
Gekkei asintió con la cabeza.
—Por cierto, si todavía está teniendo problemas para dormir,
¿qué tal una copa? Y viendo que no ha cenado, estoy seguro de que
podríamos hacerlo.
Sei aceptó alegremente.
—Estaría encantado.
Gekkei llamó a un criado y pidió que le llevaran comida y bebida.
—Si no le importan las mantas mohosas, quisiera que se mude
al Palacio de Huéspedes. Todo ha estado almacenado estos últimos

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Fuyumi Ono Aliado de la Luna Doce Reinos

cuatro años, así que no puedo garantizar mucho lujo.


—No es problema. Agradezco el gesto.
—No tenemos mucho que ofrecer a los visitantes de otros reinos.
Esta vez, me gustaría darle la bienvenida a usted y a su séquito como
huéspedes oficiales y presentarlos al Chousai y al resto del Rikkan.
Creo que conocer a los emisarios de Kei haría mucho para alentar
nuestro servicio civil.
Perder a su rey había aislado a la Corte Imperial de Hou. El
reconocimiento de Kei en gran medida tranquilizaría las mentes de
los ministros.
—Pero…
—Además, creo que debo cambiar de residencia. Al ala norte del
Palacio Imperial.
Una sonrisa se formó en los labios de Sei. Asintió y dijo:
—En ese caso, con gusto acepto su oferta.

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Sueños de Prosperidad

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Fuyumi Ono Aliado de la Luna Doce Reinos

CAPÍTULO 9

El comunicado fue entregado por aire a Kyou, acompañado por un


embajador temporal. El embajador regresó tres días más tarde. Entró
en el Naiden, con los hombros caídos, obviamente en un estado de
ánimo abatido.
El Naiden que había estado cerrado fue reabierto, y Gekkei se
había trasladado allí con algunos de sus efectos personales. Se había
disculpado por sus ataques de indecisión y afirmó que la posición
de Señor Provincial de Kei necesitaba ser llenada. Los ministros
aceptaron con entusiasmo dicha tarea. Dos días más tarde, Gekkei
fue instalado formalmente como jefe de Estado Provisional.
—¿Cómo te fue? —le preguntó al embajador, empujando a un lado
el documento en el que estaba trabajando y poniéndolo a sus pies.
El embajador saludó con una venia.
—Bien… ah… La Emperatriz de Kyou dejó en claro que no mostraría
clemencia. Me dio una audiencia personal, pero estaba claramente
enfadada.
—No estoy sorprendido.
—Incluso la Emperatriz de Kei pidió clemencia en nombre de la
Princesa Real. La Emperatriz de Kyou —explicó el embajador—, no
ocultó el hecho de que consideraba que la Emperatriz de Kei y Gekkei
se estaban inmiscuyendo en los asuntos internos de su reino. Dijo
que solo el Ministerio de Otoño de Kyou estaba autorizado a juzgar a
los criminales de Kyou.
»Que no estaba en poder de la Emperatriz de Kyou y mucho menos
en los representantes de otros reinos, para doblar la ley a su beneficio.

119
Capítulo 9 Sueños de Prosperidad

—Ya veo —dijo Gekkei con un suspiro desanimado.


Sabía que pedir una reducción de la condena había sido
presuntuoso. Ni tampoco se sorprendió por la ira de la Emperatriz de
Kyou. Pero no podía negar su reacción visceral al tratar de ayudar a
Shoukei.
Tal vez haciendo lo correcto por la hija de Chuutatsu era la forma
que tenía Gekkei para pagarle al Rey de Hou su deslealtad. O tal
vez fue porque Gekkei podía simpatizar con otra persona que era
azotada por sus propios demonios personales. No había manera para
limpiar la pizarra, pero quería creer que a través de la conciencia y el
arrepentimiento una persona podría ganar la absolución.
Percibiendo el peso de la decepción de Gekkei, el embajador
inclinó la cabeza.
—Temo que ella me dio un muy severo discurso. Con el futuro de
Kei y Hou colgando en la balanza, dijo que no había llamado a tantas
manos para que se exprimieran por el futuro de una simple chica,
una mera delincuente.
—Sí, bueno, lamento eso.
El embajador asintió y continuó, aún con la cabeza abajo.
—Como castigo, ordenó que la Princesa Real fuera desterrada. Si
alguna vez se la llega a ver dentro de las fronteras del Reino de Kyou,
no se le mostrará piedad.
Sorprendido, Gekkei instó al embajador para que continuara.
—¿Y entonces qué?
—La orden fue que ella fuera rápidamente deportada —apretó los
labios juntos en consternación.
Una leve sonrisa vino a la cara de Gekkei.
—Así que esa fue la orden.
—Me disculpo por no haber hecho yo mismo algo más útil en ese
sentido —la cabeza del embajador se desplomó aún más.
—Para nada —dijo Gekkei con aprecio sincero—. Fue la manera
de la Emperatriz de Kyou de decirle a Shoukei que esas disculpas
estaban por debajo de ella.
—Pero…
—Y su forma de decirle a Shoukei que no permitiera que la puerta
la golpeara a la salida.
Porque la Emperatriz de Kyou no toleraría la intromisión en sus
asuntos internos, las disculpas no le redimirían de cualquier manera.
Negarse a mostrar alguna simpatía en respuesta a las peticiones

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Fuyumi Ono Aliado de la Luna Doce Reinos

enviadas por la Emperatriz de Kei y Gekkei, siempre reservándose al


derecho de sancionar los crímenes cometidos bajo su vigilancia -pudo
haber sido un reflejo de su orgullo como emperatriz-. Pero también
pudo ser su manera de reprenderlos por desviar los recursos de sus
reinos de atender asuntos más importantes para hacerle frente a lo
que ella veía como trivialidades.
Probablemente lo último.
Él era un regicida. No era como si ella necesitara guiar a Gekkei
a la tarea personalmente. Más bien, le decía que superara, que
agarrara las riendas del poder, que se precipitara en la brecha y
detuviera la espiral descendente de su reino.
—Vamos a buscar un canal de respaldo diplomático a través del
cual podamos expresar nuestro agradecimiento a la Emperatriz de
Kyou…
Gekkei nuevamente felicitó al embajador. Luego lo despidió y
volvió a su escritorio y a la carta en la que había estado trabajando.
Releyendo lo que ya había escrito, tuvo que sonreír. Simplemente
estaba rascando en las brasas, confesando todos sus crímenes de
traición otra vez.
Sacudiendo la cabeza, rasgó la carta.
—Incluso ahora me siento compungido al pedirle disculpas a Su
Alteza.
La única razón por la que quería que Shoukei entendiera sus
acciones, era porque de esa forma también las entendería Chuutatsu.
Porque reparando a Shoukei podría de alguna manera expiar sus
propios pecados. Porque si Shoukei simpatizaba con sus acciones,
de alguna manera Chuutatsu aprobaría lo que le había hecho.
Pero ¿qué bien le harían a Shoukei palabras dirigidas a su padre?
Si cualquier disculpa le fuera dada por alguien, Shoukei sería la única
beneficiada.
Gekkei suspiró para sí mismo y miró por la ventana. Sus
habitaciones en el Naiden se aferraban a las empinadas laderas
de la montaña. La ventana estaba ante el anexo administrativo del
Palacio Youshun. Podía ver las olas del Mar de Nubes golpeando
contra la costa. El aspecto oscuro y fangoso de la superficie del agua
era debido a las espesas nubes cubriendo al mundo de abajo.
Era primavera y las lluvias eran inusualmente fuertes en esa
época del año.
De hecho, la Princesa Real había dejado hace mucho tiempo

121
Capítulo 9 Sueños de Prosperidad

esas costas. Nadie en Hou necesitaba pensar qué sería de ella de


ahora en adelante. Tenían que mantener a flote esa nave llamada
Estado, impedir que se desvaneciera en pedazos contra las rocas.
Cuando un reino perdía a su rey, cada fuga por debajo de la línea de
flotación era evidencia de una docena más aún por descubrir.
Hou seguirá fundiéndose. El reino había comenzado ya una larga
lista. En tiempos mejores, la gente de Hou sobrevivió trabajando en
los bosques y en sus fincas. Pero las lluvias eran fuertes ese año.
El sol apenas brillaba y el forraje apenas crecía en los campos. El
ganado no engordaba sin forraje y la gente se quedaría sin nada.
Las sequías de verano y las nieves del invierno eran la consecuencia
inevitable de violar el Mandato del Cielo.
Gekkei había matado al rey. Pero la lluvia caía sobre el justo y
el injusto por igual, y las personas saborearían esos frutos amargos
también. Tenía la responsabilidad de devolverles a su rey, alguien
con la determinación de ofrecer un timón firme, un líder con la fuerza
de voluntad para protegerlos.
—Alguien podría aprender del ejemplo de Shoukei.
Ella había encontrado el valor para dar cuenta de sus pecados y
pararse ante la Emperatriz de Kyou. Sin nada más, ella no era ninguna
cobarde. Y como ella, debía llevar su propio yugo y prepararse para
erguirse ante el nuevo Rey de Hou.
Hubo solo una apología que verdaderamente le debía a Shoukei:
“Perdóname por quitarte a tu padre”.
Por la mañana, el General Sei regresó al Reino oriental de Kei.
—Dile que le deseo el bien —fueron las palabras finales de Gekkei
a él—. En algún momento en el futuro me gustaría volver a verla.
Hasta entonces, estos serían los últimos pensamientos que le
daría. La Princesa Real pronto sería otro recuerdo olvidado. Había
tanta gente además de ella que debía ser salvada.

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Fuyumi Ono Doce Reinos

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Fuyumi Ono Correspondencia Doce Reinos

CORRESPONDENCIA1
CAPÍTULO 1

El Palacio Imperial flotaba en el Mar de Nubes, encaramado en el


borde de los acantilados colgantes como si tomara la totalidad del
mundo hasta donde se podía ver.
Esa era la Montaña Gyouten, la capital del Reino de Kei. En la
novena estación de la montaña se levantaba el Palacio Kinpa, un
pequeño tragaluz que atravesaba la pared de la montaña blanca. El
tragaluz estaba abierto. Un pajarito voló a través, dio vuelta al noreste
y voló a la distancia.
El vivo plumaje del ave se asemejaba al de un ave fénix. Volando
a toda velocidad sobre el territorio de Kei, recto como una flecha
hacia la frontera montañosa. Tres días más tarde llegó a la capital de
En y a la Montaña Kankyuu.
Amplias avenidas se extendían desde la base de la montaña.
Cruzando el cielo, el pájaro sobrevoló los tejados de los edificios
abrazando la montaña. Estos techos estaban solo ligeramente
elevados sobre el resto de la ciudad. Adentrándose, atravesó el flanco
de la montaña y se posó en el alféizar de la ventana.
La ventana que miraba hacia fuera de una sala estaba cincelada
en la roca. La Montaña Kankyuu formaba parte del Palacio Imperial y
del Gobierno Imperial. La habitación era bastante modesta y simple.
Aunque las marcas de herramientas en las paredes de piedra y el

1 El título japonés es “Shokan”, que significa letra, nota o epístola. Esta historia fue
cubierta en parte por la serie de anime NHK.

125
Capítulo 1 Sueños de Prosperidad

suelo revelaban el trabajo de los artesanos, el espacio solamente


tenía una silla y una mesa desgastada y erosionada.
El sol iluminaba a través de las cortinas hacia la librería tallada
en piedra y la cama, como si brillara a través de una nube ámbar.
El pájaro golpeó el vidrio con su pico. Por el sonido, la persona
sentada en el escritorio de la sala levantó la cabeza. O, mejor dicho,
la cola de pelo gris cayendo del borde de la silla no era la de un
humano, sino la de una rata. Miró sobre su hombro a la ventana.
Observando el ave, agitó sus bigotes plateados.
—Viniste —gritó.
El pájaro voló a través de la ventana abierta a la mesa cubierta
de libros y se ubicó en el borde. Le dio unas palmaditas en la cabeza.
El pájaro ladeó su cabeza y comenzó a hablar con la clara voz de una
mujer.
—Hey, ya ha pasado un tiempo. ¿Cómo vas?
Se rio y asintió con la cabeza como si ella estuviera allí en persona.
Su voz y su dicción no era la de cualquiera sino de una Emperatriz.

126 Edición: EED_Wolf


Fuyumi Ono Correspondencia Doce Reinos

CAPÍTULO 2

El ave continuó con la voz de Youko:

Estoy haciéndolo bien. Lo mejor que puedo, supongo. No


puedo dejar de sentir un poco de timidez sentada aquí
hablando con un pájaro. Es como hablar conmigo misma.
Aunque supongo que soy la única aquí que se siente de
esa manera. Bueno, umm… —Ella hizo una pausa por un
momento antes de continuar—. Me estoy acostumbrando a
la vida en el Palacio Kinpa. He conseguido llegar del Seishin
al Gaiden sin pedir indicaciones. Me estoy acostumbrando a
la disposición de la tierra, como si el lugar me perteneciera.
Tomé tu consejo, y mis exploraciones parece, que han salido
bien. Se convirtió en una gran expedición de dos días. Keiki
me dibujó un mapa, pero aún me pierdo a menudo.
El Palacio Imperial es tan grande que dos días apenas son
suficiente tiempo para asimilarlo todo. ¡Solo en el Seishin hay
treinta y dos edificios! Además de eso, están esos pequeños
puentes por todo el lugar y si los atraviesas, llegas a otro
lugar llamado Koukyuu, -¡me hace reír!-. No he explorado el
Koukyuu todavía. El Koukyuu y el Palacio de Oriente. Y las
oficinas administrativas. Quiero decir, ¡echarle un vistazo a
los lugares con los que personalmente estoy conectada me
tomará más de dos días! ¿Qué se supone que haga con todos
estos edificios?
Solo estando ahí sin hacer nada parece un terrible

127
Capítulo 2 Sueños de Prosperidad

desperdicio. He estado pensando que tal vez pueda alquilar


las habitaciones para ganar un pequeño ingreso extra para
el Tesoro Imperial. O quizá utilizarlos como viviendas para los
refugiados.
O crear un hospital imperial. Aunque Keiki desecha todas
mis ideas. Dice que ese tipo de casas no están permitidas.
Si los hago demoler, por los menos nos desharíamos de los
costos de mantenimiento. Pero al parecer eso es inviable
también.
Kei es muy pobre, y me parece que no debo estar
viviendo en un lugar como este. Pero Keiki me habla de la
dignidad imperial y de todas esas cosas. Tengo toneladas de
ropa y joyería heredada de todos los gobernantes anteriores
a mí. Vender todo eso haría una adición importante al físico.
Francamente, cuando la gente se pone a pensar en la
“dignidad del reino” y la “dignidad de la corona”, realmente
no entiendo de lo que están hablando.
El otro día, le agradecí a las empleadas de la limpieza de
mi habitación. Keiki me la puso difícil por eso. Dice que no me
respetarán si soy casual con ellas con cosas como esa, pero
yo no estoy convencida. Oh, sí, y no tomar notas. La mayoría
de las cosas que pasan por aquí yo nunca las he visto u oído
hablar de ellas antes. No hay manera que recuerda nada
de eso si no puedo escribirlo. Por lo que estaba llevando un
cuaderno conmigo, ya sabes, para tomar notas. ¡Keiki me dio
un sermón sobre eso también! Dice que hace que los ministros
se inquieten. Que debo estar por encima de todo o lo que sea.
Así que cada vez que descubro algo nuevo, furtivamente me
voy a algún lugar y anoto en secreto. Aunque tampoco es
exactamente el comportamiento de un genio.
Te digo, que Keiki me regaña desde la mañana hasta el
anochecer. No puedes creer que él pueda ser tan molesto,
supuestamente está lleno de humanidad y caridad y todo. Los
únicos kirin que he conocido hasta ahora son Enki y Keiki, así
que realmente me lo pregunto algunas veces. El resultado
final es que nos metemos en estos grandes argumentos.
Realmente debe asustar a los ministros.
Aunque al pensar en ello, cuando me tratan con guantes,
tiendo a tener exceso de confianza. Por lo que es a Keiki

128 Edición: EED_Wolf


Capítulo 2 Sueños de Prosperidad

probablemente justo a quien necesito. Con todos inclinándose


ante mí donde quiera que voy, es fácil pensar que tengo todo
bajo control. Siendo él el encargado me impide hacerme la
lista. Considerándolo todo, creo que estoy manejando las
cosas bien. Aunque sería mucho mejor si él no estuviera tan
tenso cada minuto del día.
Creo que me la llevo bien con todo el mundo además de
Keiki. Pero eso es probablemente porque soy tan despistada.
A todo lo que dice el Rikkan, mi reacción es: “bueno, ¿por
qué no?”.
Una vez que averigüe más sobre lo que está sucediendo,
probablemente terminaremos teniendo más desacuerdos.
Las damas de corte que me ayudan son muy buenas en
lo que hacen. Y son divertidas con los chismes. Keiki me da
su mirada amarga y dice que no me haga tan cercana a los
sirvientes. Pero no hay manera de que yo sea arbitraria con
las personas con las que paso cada mañana y tarde.
Una de mis damas de compañía se llama Gyokuyou. Ella
es agradable. Me agrada mucho. Solía estar en el Ministerio
de Primavera. Hizo algo en la educación. En nombre del
departamento se me escapa totalmente ahora. Hombre, me
siento como que mi cerebro es un guisante a veces. De todos
modos, creo que ella trabajó para la gente que construye
las escuelas. Hablamos sobre cómo son las escuelas aquí
comparadas con las de Wa. Debería transferirla de nuevo al
Ministerio de Primavera. Ella no perdió su posición porque
hiciera algo mal. Fue porque la anterior Emperatriz Yo exilió
a todas las mujeres de Kei. Después de salir de Kei, viajó
por todo el lugar y tuvo la oportunidad de visitar las escuelas
dondequiera que iba. Ella tiene una actitud realmente
positiva en la vida.
Hablando de eso, conocí a una chica llamada Gyokuyou
en Kou. Supongo que es un nombre bastante popular. Pero
como decía, la Gyokuyou que es mi dama de compañía
sabe todas estas grandes historias sobre los otros reinos.
Al escucharlas me dan ganas de viajar mucho. No solo
alrededor de Kei, sino por los otros reinos. Y no solo correr de
una atracción turística a otra, sino tomarme el tiempo para
mirar y escuchar.

130 Edición: EED_Wolf


Fuyumi Ono Correspondencia Doce Reinos

Lamentablemente, en estos días, ver cómo van las cosas


en Kou es lo mejor que puedo esperar.
Probablemente has escuchado eso también, pero parece
que Kourin finalmente murió. Escuché que ayer un nuevo
Kouka1 apareció en el Monte Hou. El Rey de Kou está en las
puertas de la muerte. Las cosas van a ir mal en Kou después
de esto. Sé que debes estar preocupado, Rakushun. Voy a
hacer todo lo que pueda para ayudar. Aunque sabes tan bien
como yo que no es mucho.
En cualquier caso, de lo que he sido capaz de ver hasta
ahora de Kou, es que las cosas no se han vuelto terribles aún.
Seguí oyendo que las cosas se están poniendo cada vez
peor en Kou, por lo que convencí a Keiki para que me dejara ir
a echar un vistazo. Realmente no tenemos mucho tiempo, por
lo que fue solo por dos días. Pero he estado muy preocupada
por eso. Por una u otra razón, sentía que no podía seguir con
mi vida hasta que le hubiera dado un vistazo. Y en el camino
pude comprobar algunas cosas en Kei.
Hasta donde puedo decir, las cosas no han cambiado
mucho desde la última vez. Las personas en la calle miraban
como si tuvieran mucho en sus mentes. Por otro lado, no
parecían diferentes. Era tiempo de cosecha, y los campos
estaban muy bonitos. Las granjas que pasamos en Kei en
el camino estaban en condiciones más tristes. Entre más
rápido se recupere Kei, mejor.
Visitamos a tu mamá. Ella está bien. Llegamos de
improvisto, pero ella nos dio una cálida bienvenida de todos
modos. Su pan al vapor es tan delicioso como siempre. Ella
no parece tener idea de lo que me había sucedido, así que
supongo que no le dijiste. Debe ser casi imposible entregar
cartas desde Kankyuu. Sentí que era la primera vez en mucho
tiempo que alguien la hubiera visitado.
Así que el tema de yo convirtiéndome en Emperatriz
nunca le llegó. Hablamos de cuando viajé a En contigo
y lo que estabas haciendo allí. La villa de tu mamá no ha
cambiado nada. No hay ningún desastre natural donde vive,
o cualquier youma apareciendo. Tenían un mejor trigo para
la cosecha de ese año que el pasado, por lo que subió su
1 KOUKA. El ranka que lleva el próximo kirin de Kou.

131
Capítulo 2 Sueños de Prosperidad

salario. Al decirle que Kourin murió, ella solo sonrió y dijo que
no estaba segura de que tenía que ver eso con una anciana
como ella.
Por supuesto, ella está más preocupada por ti -si estás
comiendo bien, si estás viviendo bien, cómo vas en la
universidad-. En cualquier caso, es bueno pasar el rato con
alguien que no está haciéndote reverencias todo el tiempo.
Ella me agrada mucho. ¿Mencioné que su pan era muy
bueno?
Le dimos un rápido vistazo alrededor del condado de Shin
y visitamos la aldea donde llegué primero arrastrada a tierra
-eso fue hace tanto tiempo-. Tengo que decir, al recordar
el suceso me sorprendió. Fue una sensación extraña y no
necesariamente un mal presentimiento. Me trajo recuerdos,
todo ese odio que solía tener hacia mí misma. Pero estoy
contenta de haber ido. Puedo vivir con lo que he hecho de mí
misma, y eso es alentador.
Después de nuestro tour por Kou y regresando a Kei, me
dije que tenía realmente que ponerme a trabajar. Es tiempo
de cosecha y aun así muchas granjas son un desastre total.
Tengo que hacer algo al respecto.
Es fácil decirle a la gente que mantengan una actitud
positiva y pongan manos a la obra. Tengo un montón de
cosas que aprender antes de ganarme el derecho para decir
cosas como esa. Para ser honesta, hay veces que me siento
totalmente fuera de lugar. Supongo que esta larga vida que
tengo será útil para algo. De lo contrario, el tiempo en el que
me dé cuenta de cómo manejar este lugar, sería una vieja
abuela con un pie en la tumba.
Sería agradable si hubiera algún tipo de servicio de
noticias para los reinos de modo que pudiéramos obtener
informes sobre cómo van las cosas. Lo mejor que puedo
hacer es la ceremonia imperial, la cual realizaré el próximo
día. Se supone que evita que los youma se salgan de control,
pero no estoy segura de ver la conexión.
Lo que pude ver en el viaje a y desde Kou no fue suficiente
para tener una buena comprensión de la situación. Y dentro
del Palacio Imperial, no escucho nada sobre cómo lo están
haciendo las personas.

132 Edición: EED_Wolf


Fuyumi Ono Correspondencia Doce Reinos

Me gustaría poder tomar un tranquilo paseo a través de


una ciudad normal. Ser la Emperatriz no te da mucha libertad.
Aunque probablemente me siento de esa manera porque el
otro mandatario que conozco es el Rey de En. Tengo que
preguntarme cómo los otros reyes y emperatrices vigilan a
sus súbditos. Si no podemos caminar alrededor como gente
normal, entonces deberíamos al menos idear algún tipo de
sistema de información para que podamos mantenernos al
día sobre lo que está sucediendo.
Bueno, de vuelta al yugo. Todavía no puedo recordar los
nombres de los departamentos del gobierno y sus carteras
y los nombres y las caras de los ministros importantes y
secretarios a mi entera satisfacción. Al oírme decir esto
tengo que preguntarme si estoy preparada para este trabajo.
Keiki me dice que estas cosas son inevitables, que no tengo
que apresurarme. De vez en cuando incluso él me muestra
un poco de simpatía, me da un poco de apoyo.
Solamente de vez en cuando.
¡Oh, sí! Finalmente vamos a llevar a cabo oficialmente
la ceremonia de coronación. Se fijó para el próximo mes.
Recordar todas las reglas y protocolos es un dolor real.
Espero que puedas venir. Sé que estás estudiando, así que
no quiero darte molestias. Keiki en cualquier caso ha hecho
arreglos. Si piensas que va a ser una pérdida de tiempo, no
te sientas mal de acabar con todo. No lo tomaré como algo
personal.
Umm, con la coronación, habrá un cambio oficial de época.
Debo escoger el nombre de la era. He estado pensando en
utilizar un carácter de tu nombre. Si no te hubiera conocido,
habría muerto en las montañas. Por supuesto, es un nombre
muy personal, pero te considero como un verdadero príncipe
de Kei, por lo que yo esperaba que estuvieras bien con eso.
A Keiki no le molesta. Acordamos que el nombre de la era
fuera “Sekiraku2”.
Ah —dijo Youko como si imaginara la expresión en su
rostro—, todo lo que he estado haciendo es hablar sobre mí.
¿Cómo has estado, Rakushun?
2 SEKIRAKU. Los nombres de época todavía se usan en Japón y data de 1989
(año 1). El nombre de época que elige Youko es Sekiraku (赤 楽), seki significa “rojo” y
raku es el primer carácter del nombre de Rakushun.

133
Capítulo 2 Sueños de Prosperidad

De hecho, tuve una conferencia con Rokuta y discutimos


sobre qué hacer con los refugiados de Kei que se encuentran
aún en En. Rokuta dice que clasificaste en primer lugar en
los exámenes de admisión. ¿O tal vez no te han dado los
resultados todavía? De cualquier manera, felicitaciones.
Estoy muy feliz por ti.
¿Cómo son las universidades en En? Apuesto a que estás
aprendiendo toneladas de cosas increíbles. Rokuta estaba
haciendo aspavientos sobre reclutarte como funcionario civil allí.
Si En empieza haciéndote ofertas, nos gustaría hacértelas
también. Pero supongo que probablemente te gustaría volver
a Kou. Pase lo que pase, debemos mantener el ánimo arriba.
La próxima vez, intentaré decirte algunas noticias más
destacadas. Remendar y unir el reino es mucho más difícil
de lo que imaginarías.
¿Qué pasó? ¡Oh! Keiki me acaba de decir que te diga
“Hola”. Sin duda tiene un montón de trabajo para que yo
haga. Hombre, a veces tengo ganas de tirar la toalla con
todas estas palabras raras. Debemos encontrar algunas
palabras que la gente normal pueda entender.
He hecho que Keiki cargue mis cuadernos. Camina a
mi alrededor todo el día, con un cuaderno colgando de una
correa alrededor del cuello, tomando notas para mí. Creo
que se ve tan encantador cuando hace eso. ¡Uy, ahora me
está mirando mal! Es hora de tomar los libros.
Nos vemos.

134 Edición: EED_Wolf


Fuyumi Ono Correspondencia Doce Reinos

CAPÍTULO 3

El pájaro súbitamente dejó de hablar, inclinó su cabeza hacia un lado


y miró a Rakushun.
Rakushun se dijo a sí mismo:
—Parece que lo estás haciendo bien, Youko.
El pájaro azul curiosamente ladeó su cabeza en la dirección
opuesta.
—Te estás acostumbrando a ser una emperatriz.
El pájaro trinó como si contestara. Rakushun rio y tomó una jarra
sobre el librero. Sacó un grano de plata y se lo dio al pájaro.
El pájaro se comió la plata. Rakushun no sabía su nombre. Las
aves se utilizaban para pasar mensajes de ida y vuelta entre los
aristócratas. Generalmente no irían a cualquier lugar cerca de alguien
como Rakushun. Un patrón azul corría por sus alas. Las plumas de su
larga cola azul marino estaban manchadas con blanco. El pico y las
patas eran rojas.
El pájaro picoteó el grano de plata con su pico rojo y cantó otra vez.
Alguien golpeó la puerta. Asustado, el pájaro voló del escritorio y
salió por la ventana.
Antes de que Rakushun pudiera responder, la puerta se abrió.
Esas habitaciones estaban talladas en el flanco de la Montaña
Kankyuu y eran los dormitorios de la universidad.
Las oficinas de la universidad se encontraban allí también. La
mayoría de los estudiantes compartían cuartos con los maestros y el
personal.

135
Capítulo 3 Sueños de Prosperidad

Meiken1 -otro estudiante de la universidad- asomó su cabeza por


la puerta.
—Hey, Bun Chou2, tienes una entrega —entró en la habitación
llevando un libro.
—Te lo dije, este asunto del “Maestro” …
—No te preocupes —dijo Meiken, colocando el libro en el
escritorio—. Araña de Almohada3 me pidió que le llevara esto al
Maestro.
Los bigotes grises de la rata se inclinaron un poco y suspiró. Al
observar su expresión, Meiken sonrió. Maestro de la Escritura -era lo
que significaba el apodo de Rakushun-. Un profesor había utilizado
esas palabras para alabarlo debido a un ensayo que había escrito.
La palabra corrió alrededor del campus, y en poco tiempo le quedó
ese nombre.
—Solo lo acepté por el espíritu de respeto de la intención. Aunque
no niego que un toque de burlas o de perjuicio se encuentran a veces.
—No puedo decir que lo tome como una ofensa.
—¿Cuál es el problema? Es mucho mejor que Araña de Almohada
—Meiken se echó a reír.
Araña de Almohada era Shintatsu4. Pero ningún profesor lo
llamaba así. Era un ferviente estudiante que supuestamente nunca
se detuvo para dormir o comer. Un día un amigo en su habitación
vio que una araña había tejido una telaraña en su almohada. Esa
anécdota se convirtió en la base para su nuevo apodo. Generalmente,
esa era la forma en que los nombres se daban en el campus.
El nombre de Meiken -Cacareando Inteligentemente- no se escribía
de la misma manera en que se pronunciaba. Ingresó a la universidad
a la edad de diecinueve años, una hazaña notable. El nombre lo
había acompañado desde entonces. Algo que ver con él siendo un
niño inteligente con una gran cabeza. Meiken probablemente no se
conocía a sí mismo realmente.
—Entonces, ¿cuándo quiere que se lo devuelva?
—¡Oh! Dijo que puedes quedártelo —Meikaku tomó un taburete
de la esquina de la habitación y se sentó.
Rakushun le disparó una mirada sorprendida.
1 MEIKEN. “Canto” + “Inteligente”.
2 BUN CHOU. “Literatura” + “estiramiento”. Este es un juego con el nombre de
pila de Rakushun, Chou Sei, que se interpreta como “Capitán de la composición”.
3 ARAÑA DE ALMOHADA. Chuchin, en japonés, “araña” + “almohada”.
4 SHINTATSU. “Avance” + “lograr”.

136 Edición: EED_Wolf


Fuyumi Ono Correspondencia Doce Reinos

—Solo se lo pedí prestado.


—Sí, bueno, dice que ya no lo necesita.
—¿No lo necesita?
—Va a tirar la toalla. No pudo reunir suficientes firmas para
graduarse —añadió Meiken en voz baja—, después de ocho años.
Los estudiantes no se graduaban después de un número fijo
de años, solo lo hacían después que los profesores en su campo
de estudio elegido firmaran literalmente su graduación. Hasta que
un estudiante no llenara su tarjeta, no podía graduarse. No era
infrecuente que los estudiantes se quedaran sin recursos financieros
antes de que eso sucediera.
—Araña de Almohada tiene una esposa y un niño.
—Eso es correcto.
Rakushun le dio al libro de texto que Araña de Almohada le
había dado una mirada atribulada. Solo trescientos estudiantes
-más o menos- en todo el reino se ganaban el privilegio de asistir a la
Universidad Imperial. Muchos estudiantes retomaban los exámenes
de entrada una y otra vez en sus treinta y cuarenta. Un buen número
de ellos tenía una familia para cuando al fin eran admitidos y
dependían de sus cónyuges para llegar a fin de mes. Sin duda Araña
de Almohada ya escuchaba a la mediana edad llamándolo.
Como no había ninguna edad establecida para la matrícula o
la graduación, los estudiantes podrían estar entre los veinte y los
cuarenta.
Meiken tenía veintiséis. Se había matriculado a una edad
inusualmente joven. Pero a pesar de su apodo, su progreso
sorprendentemente se detuvo después de tres años. Dejó de asistir
a conferencias. En una muestra de su talento excepcional -o eso
se decía- había recogido seis firmas en su primer año. Pero en su
segundo iban y venían, y luego se redujeron en su tercer año. Solo
había agregado una el año anterior y ninguna al año siguiente. Si
pasaba tres años sin aprobar un curso sería expulsado.
Como Araña de Almohada, muchos estudiantes renunciaban
antes del tercer año. Para el resto del mundo, se veía mejor en su
currículum. Un estudiante podría decir que se quedó corto de fondos
y que tenía que pensar en su familia, que no podía hacer seguir
pasando a su esposa e hijos por tales dificultades. Con su expediente
académico hasta la fecha, podría encontrar trabajo e incluso volver a
la escuela en el futuro.

137
Capítulo 3 Sueños de Prosperidad

—Entonces, creo que es hora de tomar las cosas en serio —dijo


Rakushun.
Meiken frunció el ceño y miró por la ventana.
—Sí, supongo.
El primer pensamiento de Meiken también había sido ir a
toda velocidad y hacer que algo sucediera. Pero las exigencias de
la academia eran tales que no podía creer ingenuamente que
abandonar los simples placeres de dormir y comer, y zambullirse
imprudentemente en sus estudios lograrían el objetivo.
Puede parecer un curso lógico de acción. Después de todo, un
estudiante graduado de la Universidad Imperial tenía garantizado un
trabajo en un Ministerio Imperial.
Pero el próximo año, pensó, esta rata descubrirá cuán empinada
se convertirá la subida.
Volteó el taburete y le dijo a Rakushun:
—Hey, ¿es cierto que nunca asististe a la escuela secundaria?
—Es cierto. A los hanjuu no se les permitía ir más allá de la escuela
primaria en Kou.
—Sí, he oído que Kou es bastante difícil para los hanjuu.
En En, no había tales restricciones para los hanjuu. Cualquier
hanjuu como Rakushun podría tomar los exámenes de ingreso, y si
pasaba, podría seguir para servir en una posición del gobierno. Esto
no era así en muchos reinos.
—Y en Kou, ¿los hanjuu tampoco tienen un koseki?
—Bueno, los hanjuu tienen un koseki, pero todo lo que se registra
es tu estatus de hanjuu. Y cuando cumples los veinte, legalmente no
puedes convertirte en un adulto.
—¿Aunque tengas un koseki, no recibirás una asignación?
Rakushun meneó la cola.
—Ni un estipendio. Y no puedes trabajar legalmente.
—¿No puedes trabajar? Tienes que estar bromeando.
—No estoy bromeando —Rakushun respondió encogiéndose de
hombros y con una sonrisa.
La sorpresa de Meiken no era fingida. En En, incluso los refugiados
y personas desplazadas sin koseki podían encontrar empleo. Tendían
a ser los salarios más bajos, a menudo no mucho mejores que los de
los sirvientes, pero no eran excluidos del trabajo.
—Cualquiera que contrate a un hanjuu pagaría un impuesto
equivalente al monto de los salarios pagados. Así que nadie en su

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Fuyumi Ono Correspondencia Doce Reinos

sano juicio contrataría a un hanjuu.


—Entonces, ¿cómo se mantiene un hanjuu en Kou?
—Tienen que depender de sus padres.
—¿Y cuando sus padres mueren?
—Son enviado a orfanatos, aunque como siervos.
—Increíble. Nunca imaginé que hubiese reinos así.
Meiken recordó los rumores que había oído sobre cuan peligroso
se había vuelto Kou, y que había muerto la kirin de Kou. Bueno,
no había manera que dicho régimen pudiera a ver sobrevivido por
mucho tiempo.
—Pero ¿al menos asististe a una academia del distrito?
—Normalmente no podíamos pagar algo como eso. A diferencia
de En, en Kou no proporcionan ninguna ayuda financiera para la
educación.
—¿Ni siquiera para la Universidad de Prefectura?
—No —dijo la rata.
—Así que, ¿cómo pueden aprender algo?
Meiken estaba verdaderamente sorprendido por esta información.
Un estudiante normalmente iba a la universidad después de graduarse
de una Universidad de Prefectura. Una carta de recomendación
del director o algún otro dignatario con buenas conexiones era
requerida. Para ingresar a una Universidad de Prefectura igualmente
se necesitaba una recomendación de una Academia del Distrito, lo
que significaba obtener calificaciones sobresalientes y realmente
destacar en la multitud. Desde que el estudiante comenzaba a asistir
a la Academia del Distrito, asistir a un juku era necesario. Era eso o,
como en el caso de Meiken, contratar a un profesor particular.
—Tuve un profesor por aproximadamente un mes antes de los
exámenes.
—No había manera que yo costeara alguno.
El lugar para prepararse para la universidad no estaba en una
escuela pública. El tener las habilidades para una Academia del
Distrito, no significaba que le permitiría ingresar a una Universidad
Provincial.
Dependía del estudiante el hacer la diferencia a través de su
propio esfuerzo. En En, al menos, el estudiante que sobresaliera
podría conseguir que cubrieran sus honorarios juku y también
había escuelas de preparación con financiación pública. A menos
que pudiera acogerse a estas opciones, un estudiante que no tenía

139
Capítulo 3 Sueños de Prosperidad

padres ricos no podría asistir a un juku.


—Tenía libros.
—Libros…
Los libros eran costosos. Un estudiante que no podía permitirse
el lujo de asistir a un juku era poco probable que pudiera darse el lujo
de tener libros.
—Mi padre dejó muchos libros para mí. Y no me importaba cuán
difícil fuera la situación, mi mamá se esforzó para nunca tener que
deshacerse de alguno. Así que cuando llega a mis manos un libro, lo
leo una y otra vez, hago notas y meto su contenido en mi cabeza. Así,
aunque tuviera que venderlo, no importaría.
Rakushun sonrió.
—Sí, mi padre era como un maestro. Murió cuando era pequeño,
pero dejó un montón de manuscritos detrás.
Señaló la parte superior de su escritorio. Meiken se puso de pie
y tomó un vistazo a la pila de libros gastados. Su aspecto rugoso le
dio la impresión de un número de documentos compilados y óleos
atados. Sin embargo, la escritura era exquisita. El texto era sobre los
protocolos diplomáticos. Le pareció que era una colección al azar
de pensamientos. Aun así, no solo los caracteres, sino las frases
también fueron diseñadas por expertos.
—Ya veo. Has estado usando esto como modelo. Es por ello por lo
que tu escritura es tan buena.
—No comparada con la de mi papá —dijo Rakushun con una
sonrisa—. Este ha sido un recurso real para mí. Los escritos de mi
padre son una cosa de la que nunca me separaré.
Había cinco volúmenes en la estantería junto a él con el mismo
papel y tapa como la que estaba en su escritorio. Puesto que cada libro
era lo suficientemente grande para incluir siete u ocho volúmenes,
los libros representaban una biblioteca de volúmenes de cuarenta o
algo así.
Meiken rápidamente se corrigió a sí mismo. Junto con el libro en
el escritorio, había más de cincuenta. Una lectura rápida le dijo que
el texto fue escrito en un nivel bastante avanzado.
—Esto es realmente genial. ¿Tu padre fue un profesor o algo?
—No. Aunque al parecer cuando era joven, trabajó para el gobierno
del condado.
—¿Qué?
—Tenía algunos libros y nada más que hacer excepto estudiar.

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Fuyumi Ono Correspondencia Doce Reinos

En el mejor de los casos, podría trabajar en mi asignación y cultivar


arroz. Pero no hay casa, ni tierra a la vista. De todos modos, mi mamá
vendió todo para pagar mi educación.
—En serio —le dijo Meiken a la rata que sonreía despreocupada—,
debe ser difícil ser un hanjuu.
—Puede ser solo difícil o no serlo —contestó ligeramente
Rakushun.
—Sí, supongo —Meiken se rio, aunque su reacción interna era
confusa.
En privado, y de broma lo llamaban Maestro, pero a menudo no era
algo bueno. Para un hanjuu -ver la fría sonrisa que lo acompañaba-.
La razón por la que Rakushun tuvo que pedir prestado el libro
era, en primer lugar, porque la biblioteca estaba reacia a prestarle los
textos necesarios para las clases. Tenía que firmar una declaración
jurada en el sentido de que devolvería el libro prestado de la biblioteca
a tiempo y en buenas condiciones. Algunos estudiantes dijeron que
era porque tenían miedo de que se los comería. O temían que los
vendería.
Meiken no podría decirlo con certeza. En cuanto a la primera
opción, era un estúpido fanatismo basado en apariencias exteriores.
En cuanto a lo último, era el tipo de prejuicio que se le atribuía a
cualquiera que hubiese sido arrojado en la misma canasta como
refugiado procedente de otros reinos.
Era genial que Araña de Almohada le diera a Rakushun el libro.
Al mismo tiempo, sin embargo, Meiken no podía evitar notar que los
únicos que alguna vez parecían congeniar con Rakushun eran los
abandonados como él y Araña de Almohada. Quienes constantemente
llenaban sus tarjetas no invitaban a Rakushun a sus hermandades.
Los profesores no eran necesariamente una excepción tampoco. Uno
en particular había dejado claro que Rakushun solo era bienvenido a
su clase en forma humana.
Salvo que este estudiante hanjuu era un genio. Sobre todo,
cuando se trataba de una ley, el rumor alrededor de campus era que
había sorprendido incluso a sus profesores.
Pero para Meiken, era solo motivo adicional de preocupación.
Los genios más brillantes al principio a menudo eran los que se
quemaban más rápido. Como él mismo. Tan centrado en pasar los
exámenes de ingreso, su campo de visión fue estrecho.
A pesar de haber pasado sobre ese primer gran obstáculo, el

141
Capítulo 3 Sueños de Prosperidad

alcance superficial de sus conocimientos se convirtió en escollos.


Perdió el impulso que lo había mantenido hasta el momento, perdió
de vista sus objetivos reales. Los detractores tenían en cuenta todos
esos precedentes y esperaban la caída de Rakushun.
—Apuesto que venir a En fue una decepción —dijo Meiken.
—¿Una decepción? —repitió Rakushun, claramente sorprendido.
—Quiero decir, las cosas aquí no son tan diferentes de Kou.
—¿No son tan diferentes? No había manera de que pudiera asistir
a la universidad en Kou.
—Bueno, sí.
Rakushun sonrió, en sus mejillas peludas se formaron hoyuelos.
—Kou y En no se parecen en nada. Son como el día y la noche.
—¿De verdad?
—Sí.
Y lo decía en serio, supuso Meiken. Rakushun no se andaba con
rodeos. Su cola y bigotes lo delataban todo el tiempo.
—Graduarse de un lugar como este en una sola pieza lleva mucho
trabajo. Tienes un duro camino por delante.
—Ahora estás siendo deprimente.
—Nunca ningún estudiante inscrito como el superior de su clase
se ha graduado.
—Eso es solo un mito antiguo. El profesor Hou dijo lo mismo.
—Ojalá lo fuera —Meiken dejó escapar un gran suspiro. Dijo,
gesticulando—: Oye, ¿así que de eso se trata, de disfrutar de tu
libertad desde que dejaste Kou y viniste a En?
—¿Lo es?
—Siempre estás en esa forma.
—Ah —dijo Rakushun, mirando su cuerpo gris y peludo—. Esto no
es porque vine a En. Siempre he sido así.
—¿Incluso en un reino que discrimina a los hanjuu?
—Sí, pero no hace ninguna diferencia el cómo luzcas. Lo que
eres se registra en tu koseki. Y, además, éramos pobres. No necesito
preocuparme por la ropa cuando estoy así.
—Por supuesto —dijo Meiken con un toque de ironía en su voz—,
pero cuando lo piensas bien, todavía tiene que causarte un montón
de problemas. No estás acostumbrado a tu forma humana y es por
eso por lo que estás tan mal en arquería.
La arquería era considerada un aspecto de ritual y comportamiento,
requerido para cualquier sujeto. El énfasis estaba en el aprendizaje

142 Edición: EED_Wolf


Fuyumi Ono Correspondencia Doce Reinos

de conducta y decoro y menos en alcanzar el objetivo. Sin embargo,


era necesario tener ciertos conocimientos para realmente alcanzar
un objetivo, y el arquero tenía que ser capaz de ir a través de todos
los movimientos antes de disparar una flecha.
—Tienes un punto.
—Lo mismo con equitación. Si no dominas tu forma humana
lo suficiente como para disparar una flecha y montar un caballo
correctamente, no vas a llenar nunca tu tarjeta.
—Tienes toda la razón —los bigotes de Rakushun cayeron
abatidos—. Debo confesar que he estado pensando lo mismo.
Ver a Rakushun practicando equitación y arquería era como mirar
una bola rebotando al azar. Meiken dedujo que simplemente no tenía
un buen dominio de su propio cuerpo. Mirando hacia el taburete en el
que estaba sentado, se dio cuenta de que Rakushun era tan bajo que lo
necesitaría incluso para abrir la ventana. Las diferencias entre su forma
humana y la de rata eran lo suficientemente significativas para que no
pudiera vender exactamente la primera como su “verdadera forma”.
—Mientras más lo hagas, mejorarás. Nunca vas a graduarte si no
puedes controlarlo.
—Sí.
—Bien, cabeza en alto y a desmentir el mito.
Meiken sonrió, y también lo hizo Rakushun.
—Tú también, Meiken. Las leyendas dicen que nunca se ha
graduado nadie que se haya matriculado antes de los veinte años.
Meiken cloqueó para sí mismo mientras se levantaba.
—Más mitos. Y otro que vamos a derribar, si tengo algo que decir
al respecto. —Se dirigió a la puerta con ánimo, luego se detuvo y miró
hacia atrás sobre sus hombros—. Esta noche, después de la cena —le
dijo, apuntando su dedo a Rakushun.
—¿Después de la cena? —preguntó Rakushun—. ¿Qué?
—No me mires así. Práctica de arquería, ¿bien? —Meiken rio
cuando salía.
Rakushun iba a detenerlo, pero decidió no hacerlo. Se rascó la
cabeza y dijo:
—No es realmente el momento para que él se preocupe por otras
personas.
Escuchó un chirrido detrás de él. Al darse la vuelta, sus ojos se
encontraron con la mirada del pájaro azul posado en el alféizar de la
ventana.

143
Capítulo 3 Sueños de Prosperidad

—Sí, supongo que te asustamos.


Otra vez el pájaro voló sobre el escritorio y ladeó su cabeza.
Rakushun tomó otro grano de plata de la jarra y se lo presentó al
pájaro. Al verlo, el ave picoteó en el caro alimento, Rakushun dijo en
un tono serio:
—Soy un chico afortunado, gracias a Youko.
Era innegable que Kou era un reino duro para un hanjuu. Cuando
Rakushun llegó a En desde Kou, se sintió como un refugiado dejando
un país devastado atrás, como si hubiera escapado por los pelos.
Había escuchado que un hanjuu podía asistir a la universidad en En,
podría encontrar empleo, incluso podría convertirse en funcionario
del gobierno. Conseguir un koseki como cualquier persona normal, y
un hanjuu podría incluso recibir su asignación y un estipendio. Sería
tratado como cualquier otra persona.
Había anhelado ir a En como si fuera una amante.
—Bueno, no es exactamente como el cielo, tampoco.
Cuando vio el lugar con sus propios ojos, vio que había cosas
buenas, malas y todo lo del intermedio.
—Pero hay buenos tipos como Meiken. El solo hecho de haber
entrado a la universidad ha sido una verdadera ganancia para mí. Mi
único problema es poder continuar en ella y graduarme.
Rakushun descansó la barbilla en el escritorio y murmuró:
—Además de pagar la matrícula.
Ahorró dinero anticipando el momento cuando podría ir a En.
Pero no era tanto como para que le durara todo el camino hasta la
graduación.
—He optado por hacer todo lo posible este año. Pero cuando este
ahorro comience a afectar mis calificaciones, ahí es donde dibujaré
la línea.
¿Se graduaría? ¿Podría seguir viviendo en En hasta que llegara
ese día? Y si se graduaba, ¿entonces qué?
En cualquier caso, en comparación con su vida en Kou, viviendo
aquí era como el día y la noche. Aunque su madre le había dado
hasta el último centavo para su educación, no había nada más que
eso para Rakushun.
Mientras permaneció en Kou, todas las vías estaban bloqueadas.
No necesitaba pensar acerca de lo que le depararía el próximo año,
y mucho menos su “futuro”. Esa era la única cosa por la que no tenía
que preocuparse.

144 Edición: EED_Wolf


Fuyumi Ono Correspondencia Doce Reinos

—Sí, En y Kou realmente son dos mundos diferentes —acarició la


garganta del pájaro azul—. Eres realmente algo.
El pájaro otra vez abrió su pico y esa voz entrañablemente familiar
volvió a llenar la sala. La chica que había llegado a ser Emperatriz de
Kei. Incluso recibiendo sus cartas por este medio, vivía en un mundo
aparte del suyo. Youko fue inscrita en el Registro de los Dioses
y no envejecería más allá de la edad que había tenido cuando se
despidieron. Como ciudadano del mundo de abajo, Rakushun solo
envejecería más y más, alejándose de ella.
Youko había ascendido recientemente al trono. Ella no conocía
a nadie en la Corte Imperial y podía confiar solamente en Keiki. La
última cosa que necesitaba era preocuparse por Rakushun. Ella
tenía suficientes problemas. El futuro de Kei y todos sus millones de
personas descansaban sobre sus hombros.
—Todo lo que hice fue recogerla de un lado de la carretera.
Tendida como muerta. Apenas algo que nunca podría considerar
venerar. Ninguna persona normal podría haber caminado dejándola
de lado. Llevándola a su casa y ayudándola a recuperar su salud era
algo que cualquier podría haber hecho.
Lo que había recibido en compensación, excedía por mucho lo
que él había hecho.
Aunque no hubiera conocido a Youko, habría hecho su camino a
En de alguna manera. Pero no era tan ingenuo como para creer que
una persona sin conexiones podría tallarse un futuro para sí mismo.
Gracias a Youko, había conseguido esos saltos de suerte. Nunca
podría contárselo a nadie, pero su suerte venía desde el mismísimo
Rey de En.
El Rey había allanado el camino, haciendo posible que Rakushun
tomara los exámenes de ingreso a la universidad sin graduarse
primero de una Universidad Provincial. Le encontró un lugar para
quedarse mientras tanto, dándole libre acceso a cualquier libro
que deseara leer y un tutor que le ayudara a prepararse para los
exámenes. Eso es lo que había hecho posible su presente existencia.
Pero desde ese punto hacia adelante, formaría su futuro según
su propio esfuerzo. Había dado lo que necesitaba para hacerlo
posible. Recordando el tiempo cuando carecía de todos los medios
para hacerlo, podría concluir que había sido bendecido más allá de
la medida.
Rumiando sobre esto, escuchando la voz de Youko, dijo en voz alta:

145
Capítulo 3 Sueños de Prosperidad

—Y en particular… —y le dio al pájaro azul otro grano de plata.


Esa plata también era un regalo del Rey de En. Era lo único que le
había pedido específicamente, ya que nunca podría conseguirla. No
había forma que alguien como él pudiese poner sus manos siquiera
en una cuchara de plata antigua.
El pájaro felizmente lo devoró y trinó. Rakushun extendió la mano
y colocó al pájaro arriba de su cabeza. Cuando el pájaro estaba
posado así, recordaría todo lo que le dijera la persona. Rakushun no
sabía si había sido entrenado de esa manera, o si se comportaba
según su instinto.
—Hola, Youko. Suenas como si estuvieras en un buen estado de
ánimo.
Su cabello rojo y ojos color esmeralda -eran los únicos accesorios
que Youko siempre había necesitado-. Seguramente ahora, ella
estaba vestida con la seda más fina y adornada con joyas costosas.
Pero esa no era la Youko que Rakushun había dibujado en su mente.
—Estoy haciéndolo bien por mi cuenta…

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Fuyumi Ono Correspondencia Doce Reinos

CAPÍTULO 4

El ave cruzó el reino en tres días. Un grano de plata era todo lo que
necesitaba para volar mucho. Sus palabras iban y venían entre
Kankyuu y Gyouten literalmente en el ala. Debido a la distancia entre
las dos capitales, una carta entregada por correo terrestre llevaría al
menos dos meses.
El pájaro voló a través del tragaluz, arriba en la Montaña Gyouten
y rápidamente fue atrapado por un burócrata, que lo había enjaulado
y reverencialmente lo llevó al Palacio Kinpa a orillas del Mar de Nubes.
El pájaro no podía volar sobre el Mar de Nubes con su propia energía.
Había llegado al punto más alto que podía manejar.
La jaula pasó de un funcionario del Palacio Exterior a uno del
Palacio Interno. Después de otra transferencia, llegó al corazón de
los cuarteles imperiales en el Seishin y fue dejado en el escritorio
cubierto de documentos de la Emperatriz justo antes de que ella se
retirara.
Youko había posado el pájaro en la estantería al lado de su
escritorio y acarició sus alas. El pájaro abrió su pico y habló -las
palabras de su primer amigo verdadero en este mundo- su voz.

Lo estoy haciendo muy bien. Me he acostumbrado más


o menos a la vida universitaria. Los dormitorios son muy
confortables. La tarea es difícil, pero estoy manejándolo.
Nada demasiado fuera de lo común, lo que no quiere decir
que no he tropezado con algunas adversidades. La comida
aquí en En es buena también.

147
Capítulo 4 Sueños de Prosperidad

Así que te encontraste con mi mamá, ¿eh? Lamento que


ella no mostrara un poco más de respeto. Se lo he dicho.
Bueno, ese es el tipo de mujer que es ella, no es de las
que se muerden la lengua. Así que dale un descanso, por
favor. Aunque no creo que te lo tomaras personalmente.
Pero seguramente ella habría medido sus modales si
Kei Taiho hubiera estado contigo. No me digas que fuiste
vagando por ahí por tu cuenta. ¡Ay, caramba! Lleva por lo
menos un guardaespaldas contigo la próxima vez.
Entiendo que quisieras volver a Kou a ver qué había
pasado. Me alegro de que hayas podido hacerlo. Tengo
curiosidad también sobre qué está sucediendo en Kou y saber
sobre las condiciones allá. Mi madre es una mujer fuerte.
Naturalmente no tengo temor sobre ella arreglándoselas
sola. Pero me preocupan los desastres naturales y los youma.
Sabiendo que hasta ahora no hay nada fuera de lo normal,
tranquiliza mi mente. Me alegro realmente de que fueras a
visitarla.
Sí, he oído de En Taiho que la Taiho de Kou había muerto.
Él viene a la universidad de vez en cuando. También lo hace el
Rey de En. ¿Cuándo esos chicos trabajan? Siempre escuché
sobre cuan competentes y eficientes son los ministros de En.
Creo que es porque no hacen nada.
Te digo, cuando vienen, es como ser visitado por un par
de gatos callejeros. Suele ser en medio de la noche y los
escucho tocar en la ventana y cuando voy a echar un vistazo
hay alguien allí flotando en el aire. Casi me da un ataque al
corazón cada vez.
El tema de mis calificaciones, sin embargo, no ha llegado.
Lo recibí recientemente de otra fuente. No puedo resistirme
a darme una palmadita en la espalda. Tuve una sensación
bastante buena cuando estaba tomando el examen. Por otra
parte, está ese mito sobre los estudiantes que se matriculan
como los primeros en su clase de no graduarse nunca. Hay
historias así por todo el lugar.
Es un poco irónico oírlo en una universidad.
Supongo que En Taiho sabría acerca de estas legendarias
dificultades a la hora de graduarse. No escasean servidores
públicos ejemplares aquí en En, por lo que saber que estás

148 Edición: EED_Wolf


Fuyumi Ono Correspondencia Doce Reinos

en la carrera es un verdadero halago.


Ni sobra decir, que ciertamente oírlo es mejor que solo
saberlo. Será mejor que me mantenga serio y me gradúe.
El momento de penar en mi futuro es después de que haya
puesto estos mitos y rumores detrás de mí.
Las condiciones de Kou definitivamente se van a poner
caóticas después de esto. No estoy seguro de cómo podría
ayudar. No es probable que haya mucho reclutamiento de
funcionarios en Kou para cuando logre graduarme. Nunca
me imaginé que Kou enfrentaría una dinastía del trono vacío.
El Rey de Kou sin duda tuvo sus problemas, pero las cosas
probablemente serán peores sin él.
Sin duda, un reino no puede hacerlo sin un rey. Por
supuesto, cuando la gente dice cosas como esas, me imagino
que tiene que pesar fuerte en tu mente, Youko. No puedes ir
a pasear siempre que te apetezca. No importa cuán segura
estés de tus propias capacidades, no estoy seguro de que
debas frecuentar un lugar donde los youma van a estar
apareciendo. Tienes que cuidar de ti misma. Tu existencia en
el mundo cuenta realmente para algo ahora.
Cuando digo cosas como esas, probablemente sueno
como Kei Taiho. Pero él tiene un punto, lo sabes. No tienes
un rey de donde vienes, por lo que no es de extrañar que no
entiendas todas las ramificaciones. La dignidad del imperio y
la majestuosidad del monarca son muy importantes. Está muy
bien resistirse a sentirse superior, pero hasta cierto punto, la
gente no se dedica a un rey que no se sienta superior. Y tus
ministros estarán menos inclinados a seguir tus órdenes.
El estatus social es importante y descuidarlo a menudo
conduce a problemas. El rey es el perro alfa y tiene la mayor
responsabilidad cuándo y dónde actúa como tal. Cuanto
mayor sea el rango, mayores son los privilegios y más
substanciales son los deberes. Un rey que no toma en serio la
posición tomará sus deberes a la ligera. La tendencia es ver
a un rey tratando de evitar cumplir con su deber. Tienes que
saber cuándo darte aires de grandeza y cuando no. Todas las
cosas en su momento.
En cualquier caso, al no haber tenido un rey o un
estatus social, no creo que logres “conseguirlo” pronto solo

149
Capítulo 4 Sueños de Prosperidad

diciéndote tantas cosas. Creo que va a lograrlo con el tiempo.


Hasta entonces Kei Taiho estará ahí para fastidiarte. No te
equivocarás escuchando lo que lo que tiene que decirte.
Un buen rey es un rey feliz. Desde que vine de Kou a En,
me he convencido totalmente de eso. Un buen rey es uno
que trabaja en nombre de sus súbditos, o como Kei Taiho
dice, no hace nada excepto lo que se hace por el bien de la
gente. Presta atención cuando estés cerca de él. Tendrás la
recompensa a largo plazo.
Los dos parecen que lo lograrán bastante bien en el
futuro. Y junto con la burocracia también. Seguro, habrá
cosas a las que no estás acostumbrada, pero al final
triunfará la competencia. Y parece que tienes buena gente
a tu alrededor.
Ah, Gyokuyou es el nombre de una diosa en el Monte
Hou. Ella es la encargada de las sacerdotisas. Ha llegado
a significar “Mujer Hermosa”. Cualquier chica talentosa
y atractiva se llama Gyokuyou. Si pierdes esos atributos,
pierdes el nombre. Es sobre todo un apodo. La hermana de
mi mamá se llamaba Gyokuyou. Murió antes de que mi mamá
y mi papá estuvieran juntos, por lo que nunca la conocí.
Cuando te conviertas en una emperatriz notable, puedes
contar con muchas chicas siendo nombradas Youko. Aunque
cuando pienso en ello, será algo realmente extraño.
Sí, los apodos de las personas tienden a acumularse. La
gente comenzará a llamarte así, y pronto todo el mundo lo
hará. En poco tiempo es tan bueno como tu nombre real.
Poner apodos no necesita mucho ingenio, así es como
se esparcen. Es un fenómeno sorprendente. Aquí en la
universidad te etiquetan con uno en poco tiempo. Terminé
teniendo el mismo apodo que mi padre. No es malo, pero se
me hace un poco incómodo.
Ah, ¿qué es eso acerca de los nombres? ¿En serio,
realmente vas a usar “Sekiraku”? No sé. Todo esto es nuevo
para mí. El nombre de la era orgullosamente proclamada con
motivo de la inauguración de la nueva dinastía, para orar
por la felicidad de la gente y la tranquilidad del reino y para
marcar solemnemente la nueva era. No para disfrute personal
y un capricho como cuando estás nombrando a una mascota.

150 Edición: EED_Wolf


Fuyumi Ono Correspondencia Doce Reinos

Bien, simplemente compartir mis opiniones, eso es todo.


Bueno, ah, hmm. Se me olvidó de lo que te iba a hablar
después. Ir a la universidad aquí es algo bastante bueno. La
mayoría de los profesores son justos y accesibles. La mayoría
de mis compañeros de dormitorio son buenas personas. Las
instalaciones son excelentes, la biblioteca está bien surtida,
muchos de los profesores viven aquí y puedes encontrártelos
en cualquier momento. La comida es buena, pero creo que
ya lo mencioné.
El Rey de En siempre está cuidándome. Dice que puedo
ir al Palacio Imperial si quiero y se ha ofrecido a conseguirme
una casa. Pero bajar desde allá todo el tiempo puede llegar
a ser tedioso después de un tiempo.
Es decir, estoy agradecido y todo, pero, bueno, tú sabes.
No es la clase de cosa que puedo ir presumiendo delante de
los profesores y otros estudiantes. E incluso sacando todo
eso de la educación, me parece que me consideran como
a un miembro de su séquito, como cuando el dueño de la
tienda te ofrece algo extra gratis.
Odio tener que decirlo, pero este grado de atención
está poniendo mis nervios de punta. Si la oportunidad se
presenta, te agradecería si les dijeras, ya sabes, que me den
algo de espacio.
Aunque después de pensarlo un poco, supongo que
suena algo grosero. Después de todo, el Rey vive muy por
encima de todos los que viven por encima de las nubes. Me
pregunto si es gracias a ti que estoy tan a gusto alrededor de
personas así. O tal vez es por mi mamá.
Bueno, está bien de cualquier manera. Es por ello por lo
que he podido vivir una buena vida. Uno de mis profesores
me consiguió una beca y cubre mis pagos de matrícula y el
dormitorio. En este caso, si las cosas giran para peor en Kou,
estoy pensando en que voy a ir por mi mamá. Ya que ella está
trabajando para otras personas, ella puede hacer lo mismo
en cualquier lugar. Uno de mis profesores dijo que podría
contratarla como madre del dormitorio. Estoy realmente
agradecido por tanta gente buena. Mi suerte realmente
comenzó a mejorar desde que te conocí, Youko. Nunca podré
agradecerte lo suficiente.

151
Capítulo 4 Sueños de Prosperidad

En Taiho me dijo que tu ceremonia de coronación está


próxima. Me invitó, y pienso que solo podría aceptar la
oferta. Estoy deseando verte convertida en una Emperatriz.
No mucha gente puede contar con la realeza entre sus
conocidos.
Hablando de eso, será mejor que me limite a la rutina
para luego darme el lujo de tomar tiempo libre de mis
estudios. Tú también, Youko.
Nos hablamos luego.

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Fuyumi Ono Correspondencia Doce Reinos

CAPÍTULO 5

El pájaro dejó de hablar. Youko lo empujó suavemente con su dedo.


El pájaro rebobinó y empezó desde el principio.
Al escuchar su voz le recordaba cuánto lo extrañaba. No había
pasado mucho tiempo desde que habían viajado juntos. Aun así,
tantas cosas habían ocurrido mientras que parecía siglos atrás.
Su suave pelaje gris y el rítmico balanceo de su cola -sus
temblorosos bigotes plateados- ella no podía evitar reírse para sus
adentros. Oyó sonido detrás de ella y se volvió. Una de sus damas de
compañía entró en la habitación llevando un juego de té.
—Gyokuyou.
Gyokuyou levantó la cabeza y sonrió.
—Me anuncié, pero su atención debió estar en otro lugar.
—Lo siento.
—¿Es del señor Rakushun? Parece estar de buen humor.
Perdóneme por escuchar.
—No, está bien —dijo Youko, alimentando al pájaro con un grano
de plata—. No me di cuenta. Rakushun me estaba diciendo que
Gyokuyou es un nombre dado a la mujer talentosa y hermosa.
Gyokuyou se echó a reír.
—Si eso es lo que está diciendo, entonces el señor Rakushun
seguramente nunca me ha visto. Espero poder conocerlo algún día,
pero me temo que quedará decepcionado.
—¿Pero eres talentosa y hermosa?
—¡Oh! Supongo que alguno podría haber dicho tal cosa cuando
era joven. —Una sonrisa brillante vino a la desgastada cara de la

153
Capítulo 5 Sueños de Prosperidad

anciana—. ¿Por qué no toma un descanso?


—Lo haré —dijo Youko. Se levantó y fue a un diván, se dejó caer
en él y se estiró—. He estado sentada tanto tiempo que mis piernas
se van a dormir.
—Está trabajando demasiado duro.
—Todos estos términos políticos me entran por una oreja y se
salen por la otra.
—No es la clase de material que puede ser digerido de una sola vez.
—¿Te tomó tiempo aprenderlo también?
Gyokuyou asintió con la cabeza.
—Ciertamente, así fue. Incluso ahora, probablemente he olvidado
todo lo que he aprendido. En resumen, si puedes recordar a la
persona, no recordarás su cargo. Fije el rostro de la persona en su
mente, suposición, con quién trabaja, quién trabaja para ellos, y lo
que hacen, y al final todo comenzará a tener sentido.
—Me pregunto —suspiró Youko—. Me gustaría recordar a todo
el mundo de inmediato, pero realmente no les gusta que yo ande
merodeando por sus oficinas.
Ella se reunía con los ministros de más alto rango en las reuniones
del Consejo Privado, así que ella podría recordarlos. Pero la oportunidad
nunca se presentaba para los demás subordinados. Podría ir a visitar
los departamentos individualmente, pero los departamentos no
estaban exactamente encantados con esa idea tampoco.
—Sí, esa clase de cosas es generalmente mal visto.
—Por lo que te he dicho. “El precedente no existe”. Pero me suena
como que dicen que no me moleste en hacerlo.
—En verdad… —fue la respuesta de Gyokuyou.
El hecho era que ningún burócrata quería gente mirando sobre
su hombro. Toda la ropa sucia era mejor meterla en los armarios
ministeriales y dejarla allí. Kei todavía era un reino agitado. El
reinado de la emperatriz anterior había sido corto, y la rotación de los
monarcas anteriores a ella había sido demasiado frecuente. Muchos
en la administración pública habían servido en la Corte Imperial
que se remontaba a tres dinastías. Se habían acostumbrado a las
reglas arbitrarias y a la corrupción. Era natural que pensaran en sus
ministerios y departamentos como sus propios dominios personales.
—¡Oh! —dijo Youko—, eso me recuerda. Tal como supuse, el
Ministerio de Primavera rechazó mi propuesta de contratarte.
—¿Realmente hizo tal proposición?

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—Pero tú sabes tanto sobre los sistemas educativos. Parece


lógico que debas trabajar en un campo relacionado, incluso como
subsecretaria. Así que pregunté. Ellos solo se rieron —Youko respiró
profundamente y exhaló—. Primero todos se ríen.
»Me dicen que no es que ellos se opongan a tener una ministra
ahí, pero que simplemente no puedo ir por ahí creando cargos por
capricho. Como si estuvieran sermoneando a un niño. No debatirán
seriamente la cuestión conmigo.
—Me gusta bastante trabajar junto a Su Alteza.
—Me gusta tenerte cerca también. Pero estaba pensando en
aprovechar al máximo tus talentos.
—Bueno, entonces, voy a ser la mejor asistente para Su Alteza.
Es cierto que para mí es algo fuera de lo común, pero siempre he
esperado por nuevos desafíos.
—Realmente tienes una perspectiva positiva en la vida.
—Supongo porque soy una persona curiosa en el corazón.
—Ya veo —dijo Youko con una sonrisa.
—Pero como dijo el señor Rakushun, no causarles problemas a
los burócratas es a menudo el mejor curso de acción.
Youko le dio una larga mirada.
—Por favor, perdóneme —dijo Gyokuyou—. No fue mi intención
escuchar, pero no pude evitar prestar atención.
—¡Oh, no hay problema! No estoy escogiendo peleas ni nada. No
intenté ningún tipo de enfrentamiento frontal. Cortésmente ignoran
todo lo que les digo.
—Sí, hablando honestamente, la opinión de uno es la mejor.
—Nadie está mintiendo. Ahora, si fuera por ahí fingiendo que todos
somos una gran familia feliz, los burócratas y yo, eso sería una mentira.
—Aun así… —Gyokuyou empezó a decir, pero pareció reconsiderarlo.
La Emperatriz de Kei vivía una vida de aislamiento. La Corte
Imperial se dividió por la mitad en facciones competidoras, con
varias partes del terreno burocrático marcado por los ministros. La
mangoneaban descaradamente y la trataban como una pieza de
ornamentación que hacía parte del trono.
—Mantienen su distancia y nunca se abren lo suficiente como
para hacer posible una discusión con ellos. Así que no puedo decir
que Rakushun esté dándome un consejo, aunque lo necesite.
—Pero, es su amigo, ¿verdad? Estamos probablemente más
reticentes cuando se trata de revelar nuestras debilidades a nuestros

155
Capítulo 5 Sueños de Prosperidad

amigos, pero no debería doler ser un poco más directo.


—Sí, supongo —dijo Youko, mirando al techo—. No estoy siendo
directa con él. A decir verdad, no he hecho ningún amigo entre los
ministros. Soy prácticamente una completa forastera. No puedo esperar
más que eso. Y no es que yo esté en contra de revelar mis debilidades.
Estoy en contra de ser vista como débil y patética. En contra de ser
despreciada y ridiculizada. Rakushun es el tipo de persona que ofrece
consejo y asesora antes de llegar a la parte de la ridiculización.
—¿No quiere causarle una preocupación innecesaria?
—Eso también. Convertirme en una carga. Pero es no es verdad
tampoco. Quiero permanecer erguida.
Gyokuyou parpadeó.
—¿Permanecer erguida? ¿Porque él es su amigo?
—No, significa mantener las apariencias —Youko sonrió
irónicamente y agarró la taza de té. Durante varios segundos ella
frunció los labios con una mirada de preocupación en su rostro—. No
creo que todo le esté yendo color de rosa a Rakushun.
Cuando Gyokuyou inclinó su cabeza hacia un lado, Youko la miró
y sonrió.
—Sé que siempre trata de ser portador de buenas noticias, pero
tengo que preguntarme, ¿tú sabes? Su mamá está en Kou, y la forma
en que las cosas se van a poner allí, tiene que estar más que un poco
preocupado. No es que pueda llamarla por teléfono y ver cómo le va.
Si está saludable. Sin saber nada, ¿cómo puede sentarse y disfrutar
de la vida como estudiante universitario?
—Definitivamente sería un motivo de preocupación.
—Puedo informarle sobre lo que está pasando y tratar de calmar
sus preocupaciones de esa manera. Sin embargo, no puedo esperar
que eso tranquilice su mente. Incluso llevar a su mamá de Kou a
En probablemente no resuelva las cosas. Ella sería otra refugiada
que habría dejado su reino. Y con la disposición de su madre de ser
ubicada, seguramente estaría preocupado por el creciente caos del
reino donde nació.
—Estoy de acuerdo con esa evaluación.
—Yo lo creo también. Y estar en la universidad es bastante duro.
Parece que no puede obtener suficiente instrucción formal a través
de canales regulares y está confiando en sus estudios en casa.
—En Taiho informó que sus calificaciones son muy buenas.
—Sí, supongo. Pero me preocupa que, si pasa la mayor parte

156 Edición: EED_Wolf


Fuyumi Ono Correspondencia Doce Reinos

de su tiempo en su casa estudiando, no vivirá la mayor parte


de su experiencia universitaria, como formar relaciones con sus
compañeros y profesores. En es un reino rico y los estándares en sus
universidades tienden a ser bastante exigentes. Un estudiante que
solo asistió a una Academia del Distrito en Kou y que repentinamente
se encuentra asistiendo a una universidad en En, tiene que sentirse
como un pez fuera del agua.
—Muy cierto.
—Es difícil estar en un reino del que no sabes nada, en una ciudad
que no conoces, en un ambiente totalmente diferente. Y encima de
todo, Rakushun es un hanjuu.
—En es absolutamente diferente de Kou y Kei.
—Y no solo la política —concordó Youko.
Un hanjuu podía asistir a la universidad en En, podía conseguir
trabajo, incluso podría convertirse en ministro. Aunque la primera vez
que visitó el Palacio Gen’ei, el ministro del Cielo había presentado a
Rakushun con un conjunto de ropa.
—Podemos ser iguales ante la ley, pero la ley no tiene ninguna
regla sobre los corazones de la gente. Así que el ministro del Cielo le
dijo a Rakushun que se vistiera con “ropa de adulto” pudo haber sido
su manera de decirle que no quería verlo caminando por el palacio
“luciendo así”. Nunca me aclararon si eso iba en contra del protocolo
o simplemente era considerado mala educación.
—Tales cosas van a suceder.
—Y más en la universidad, incluso en una institución de élite,
donde se educa a la crema y nata de la sociedad. Al graduarte
prácticamente garantizas un trabajo en el gobierno, ¿verdad? El
campo de entrenamiento para los futuros líderes puede desvincularse
de las exigencias de la dignidad nacional, ¿cierto? No creo que estén
encantados que en ese sitio haya una rata gigante vagando por el
lugar. Sacando la discriminación y los prejuicios de la ecuación, no
se puede negar que Rakushun parece un niñito. Tiene que encontrar
todo eso como un dolor en el cuello.
—Tal vez sea así.
—Pero Rakushun no ha dicho una sola cosa sobre eso. Y no puedo
creer que es porque no le esté sucediendo. No importa quién seas, si
eres tratado irracionalmente, esos sentimientos se van a acumular.
Al final del día, haremos una mueca de dolor cuando nos golpeen y
reiremos cuando nos hagan cosquillas.

157
Capítulo 5 Sueños de Prosperidad

Cuando suceden cosas difíciles y exasperantes, la reacción es


previsible. Pero Rakushun nunca puso su corazón en su mano y
circundó rastrera simpatía.
—No puedo creer que todo sea de su agrado. Y que se esté
adaptando tan fácilmente como lo indica. No creo que nadie
realmente nunca se acostumbre a las dificultades. Si le preguntas,
diría probablemente que solo significa que se está acostumbrando
a su entorno. Pero eso no es lo mismo. No hay manera de que no le
duela. Creo que todo se reduce a que ha averiguado cómo ignorarlo.
—Probablemente.
Youko descansaba la barbilla en sus manos.
—Es realmente especial —le sonrió a Gyokuyou—. Tú también. Tiene
que ser cruel ser expulsada de un país por razones totalmente ilógicas.
»Pero lo tomaste como una buena oportunidad para visitar
escuelas en todo el lugar. Fuiste más allá de eso. Estuviste moviéndote
hacia adelante. Estoy totalmente impresionada.
—Bueno, me considero una optimista por naturaleza.
—Sin duda —Youko se echó a reír—. Pero es genial la manera
en que mantienes una mirada positiva de la vida. Cuando escuché
acerca de qué tan bien lo está haciendo Rakushun, me parece que
tengo que mantener una también. Sabiendo que no puede ser tan
fácil navegar y no lloriquear, manteniendo tu cabeza en alto, cuando
me doy cuenta de que tengo que esforzarme y esforzarme más.
Gyokuyou sonrió.
—Una actitud positiva puede ser contagiosa.
—Así parece. Es lo que te mantiene. No puedes hacer el trabajo
ministerial en el que eres buena, pero no andas con una astilla en tu
hombro. Me hace pensar que, aunque las cosas vayan mal, estamos
lejos de tocar fondo. No es tan malo como para que no pueda decir
que me estoy adaptando, por lo menos tengo mi salud y esas cosas.
Así que cuando Rakushun dice que lo está haciendo bien, siento que
tengo que enfrentar mis propios demonios también.
—Entiendo que se siente muy bien.
—Sé que esto es mera bravuconería. Pero la valentía es mejor que
nada, ¿no crees? No estoy hablando de ir por la borda ni nada. Solo
que quiero estar de pie y mostrarme valiente y ser positiva y todo eso.
—Por supuesto —Gyokuyou respondió con una sonrisa—. Aunque
sospecho que el señor Rakushun ve a través de la valentía de Su Alteza.
—Sí, ya sé. Creo que es así para ambos. Pero eso está bien.

158 Edición: EED_Wolf


Fuyumi Ono Correspondencia Doce Reinos

—Ya veo —Gyokuyou se echó a reír otra vez, y Youko se le unió.


Otra de las damas de la corte entró a la habitación.
Lamento por irrumpir así.
—¿Qué pasa?
—El Taiho dice que debe verla de inmediato.
Tomando nota de lo que la dama de la corte dijo, Gyokuyou se
puso de pie.
—Le voy a buscar un cambio de ropa.
Youko asintió con la cabeza. Le dijo a la dama de la corte que
todavía estaba de rodillas.
—Iré a verlo inmediatamente.
Algo debe haber sucedido para que Keiki la mandara a llamar
a sus cuarteles a esas horas de la noche. Los usurpadores estaban
dirigiéndose al infierno, o había alguna discordia entre los ministros
o los señores provinciales. Pero si no podía esperar hasta mañana
y no podía ser manejado por la burocracia regular, debía ser algo
importante. Frunció el ceño en preocupación.
Gyokuyou interrumpió sus pensamientos, sosteniendo una
chaqueta de cheongsam1 para su aprobación.
—No importa lo que sea, no tiene ningún sentido preocuparse
antes de averiguar lo que es.
—Sí, tienes razón.
—Momentos como este exigen una espalda recta y un poco de
esa valentía.
—Muy cierto —dijo Youko, deslizando los brazos en las mangas de
su chaqueta de cheongsam.
Kei estaba muy lejos de lograr la paz y la prosperidad. Una
montaña de problemas le espera cada día. Apenas conociendo su
mano derecha de su izquierda, no tenía ninguna opción más que
luchar después de cada problema, que le llegaban de todas las
direcciones. A pesar de ello, no debería ser demasiado para ella.
Había mucha gente cuidándola.
—Bueno, será mejor que me ponga en marcha. Gracias por el té.
—Prepararé algo sabroso para cuando regrese.
—Seguro, si no te importa.
Desde su percha, el pájaro miró como Youko salía de la habitación.

1 CHEONGSAM. También conocido como Qipao, es un tipo de vestido ceñido al


cuerpo femenino utilizado en China.

159
Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

PARTE I
CAPÍTULO 1

Shishou1 levantó a Sairin de apenas ocho años, revelándole el mundo


de abajo.
—Voy a mostrarte un sueño de prosperidad.
El sol occidental brillaba a través de Yuunei2 y el Palacio Choukan3.
El semblante del rey era el de un joven tanto en años como en la
duración de su reinado, brillaba desde el resplandor del rico cobre del
Mar de Nubes. Todo lo que Sairin podía ver en la dirección indicada
por el nuevo rey era el caos dejado por el serpenteante reinado del
último Rey Fu4.
Sin embargo, Sairin no dudó de las palabras de su señor. Si le
estaba mostrando sus sueños, entonces, eso es lo que sería.
El Kasho Kada5 era el Tesoro Imperial del Reino de Sai6. Cuando
se colocaba al lado de la almohada, esta rama de melocotonero
enjoyada revelaría en sueños una visión de Kasho -del Paraíso-.
Mucho tiempo atrás, la dinastía del Emperador Amarillo estaba
decayendo. En sus sueños, el emperador habitó en el Reino de la gente
1 SHISHOU. “Estimada piedra de afilar”.
2 YUUNEI. “Cortesía reunida”.
3 CHOUKAN. “Largo tiempo libre”.
4 FU. “Apoyo”.
5 KASHO KADA. “La rama resplandeciente de Kasho”. La palabra kasho viene
del legendario “Emperador Amarillo” chino que soñaba con una “Tierra de Kasho” utópi-
ca. La expresión “Ir de vacaciones al reino del pueblo de Kasho” ahora significa “disfrutar
de una agradable siesta”.
6 REINO DE SAI. “Genio”.

Parte I 161
Capítulo 1 Sueños de Prosperidad

de Kasho. Viendo allí una visión del mundo ideal, corrigió su Camino.
Y así, dijo que, a través de sus sueños, esta misteriosa rama le
reveló la forma que un reino debía tomar. Shishou estaba diciendo
que le mostraría a ella su sueño en carne y hueso. Crearía un “Reino
de Kasho” en este mundo y se lo daría a ella.
Como prueba de esta promesa, le colocó la rama de jade en la mano.
—Te estoy dando esto a ti. Noche a noche, podrás ver por ti misma
como el sueño se acerca a la realidad.
Sairin asintió con la cabeza y agarró el Tesoro Imperial. Desde
su perspectiva, Shishou era un hombre grande, altivo y lleno de
esperanza y convicción. Los brazos que la sostenían eran fuertes y
su rostro claro. Sus decididos ojos veían hacia un futuro en constante
expansión. La confianza en sí mismo impregnaba su ser. Si él pudiera
pasaría la eternidad en ese espacio entre el brillante día y la noche
adormecida.
Voy a mostrarte un sueño de prosperidad.
Ella presionó la rama de melocotón contra su mejilla. Pero ¿por
qué tenía ese enloquecedor sentimiento de malestar? Cuando cerró
los ojos, todavía podía ver en su mente la imagen brillante de Shishou
y a ella misma de pie en la costa dorada. En la memoria aún tan
fresca. Las lágrimas vinieron espontáneamente a sus ojos.
Un sueño de prosperidad.
La luz la cegó completamente. Pero las promesas habían sido
hechas. Los votos habían sido intercambiados.

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Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

CAPÍTULO 2

Sairin dijo:
—Así que no hay nada de qué preocuparse. ¿Estás aquí, Shuka1?
Shuka logró una sonrisa tranquilizadora. Estaba en un dormitorio
opulento. Enterrada bajo el futón bordado, la joven volvió su rostro
blanco, de aspecto enfermizo hacia ella. Sus ojos sin pestañear
parecían aferrarse a Shuka. Sus hundidas mejillas tenían los rasguños
de la rama marchita del árbol.
—Sí, así es, Taiho.
La chica parecía aliviada. Presionó otra vez la rama contra su
mejilla. Otro hematoma apreció junto con los demás. Shuka nunca la
había visto antes, esta rama vieja y seca que la estaba hiriendo así.
El Tesoro Imperial enjoyado obviamente no era una vieja y
marchita rama. Sairin se la había dado al hermano del rey, Junkou2.
Le había suplicado, ella había cedido, y se la había presentado a
su hermano, que como el Emperador Amarillo estaba confundido en
cuanto a la administración del Reino.
Aunque parecía haber pasado por la mente de todos.
Shuka miró hacia abajo. Sus manos firmemente apretadas
temblaban ligeramente. Había oído que Sairin no estaba bien. Al
menos eso fue el motivo de sus apariciones menos públicas. Hace
dos semanas no había vuelto a aparecer. Para ella, el estar confinada
a su cama tanto tiempo apuntaba a una única conclusión.
El kirin elegía al rey. Cuando el rey se desviaba del Camino,
1 SHUKA. “Verano carmesí”.
2 JUNKOU. “Viaje domesticado”.

Parte I 163
Capítulo 2 Sueños de Prosperidad

persiguiendo a la gente y arrasando la tierra, el kirin soportaba el


peso de ese fracaso. El Cielo daba a conocer su elección a través del
kirin y le quitaba el trono a un rey fracasado al quitarle la vida al kirin.
Por lo tanto, la enfermedad provocada cuando el rey se desviaba
era llamada Shitsudou, que literalmente significa: “Pérdida del
Camino”.
Que la Saiho fuera fulminada por el shitsudou significaba la
desaparición de la dinastía. Los ministros estaban luchando, tratando
de descubrir la verdad de la condición de Sairin. Pero ninguno de
ellos tenía los medios para determinar su estado actual, ella se había
aislado a sí misma en su casa. No había sido concedido permiso para
visitarla. Su médico personal, el cirujano real, no divulgaba nada.
El Chousai había convocado al Rikkan y juntos se reunieron en la
Jinjuu Manor. Finalmente, a Shuka solo se le concedió una audiencia.
Shuka se preguntaba por qué el Chousai, el jefe del Rikkan, no
había solicitado una audiencia. Pero ahora era obvio que Sairin ya no
podía dejar su lecho de enferma. Por lo tanto, Shuka, la única mujer
del Rikkan, había podido verla.
Ella está enferma.
La caída de la dinastía de Shishou había comenzado. Ver la
condición de Sairin lo aclaraba.
—Daishito —dijo la señora que la esperaba en la puerta.
Su mensaje implícito era que debía salir.
Shuka estaba parada allí sin palabras, inclinó la cabeza.
Sairin seguía llorando todavía aferrada a la rama marchita. Shuka
asintió y le tocó la mano a Sairin.
—Taiho, tengo que irme ahora. Por favor, descanse y mejórese.
Sairin miró hacia arriba, con horror en sus ojos.
—Shuka, ¿no vas a abandonarme también?
—No hay nadie en Sai que podría abandonar al Taiho.
—Pero Su Alteza lo hizo. A Sai, a mí y a todo el mundo.
—¡Oh, eso no puede ser verdad! Nadie lo haría. Es solo que todo
el mundo está como rueda suelta y todo. No pasará mucho tiempo
hasta que Su Alteza vuelva a ser quien era.
Forzó una sonrisa dolorosa en sus labios. Pero Sairin sacudió la
cabeza enérgicamente.
—Eso no es cierto. No lo es en lo más mínimo. Dijo que me
mostraría sus sueños.
—Y estoy segura de que lo hará. Pero es probable que haya

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Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

reveses mientras se construye una larga dinastía. Es todo esto.


—¡Estas mintiendo! —gritó Sairin.
La única cosa vibrante en su demacrado y enervado rostro era el
color de sus ojos, esos ojos que la seguían implacablemente. Y hasta
parecían coloreados por animosidad.
Shuka no podía creer que esta jovencita, la encarnación de la
benevolencia, podría ser capaz de tal expresión.
—Una visión de la prosperidad… —su voz ronca sonó como una
maldición.
Firmemente presionó la rama contra su pecho, como si se
aferrara a su última esperanza.
—Taiho, necesita descansar.
—Desde el principio, no fue nada más sino un sueño. Y está
alejándose cada vez más —agarró el brazo de Shuka como para evitar
que se fuera—. Ayúdame. Es demasiado insoportable. Siento como si
estuviera siendo desgarrada miembro a miembro.
Shuka no podía pensar en nada que decir. Los dedos delgados se
clavaban en su carne.
—Taiho, por favor…
La señora que la estaba esperando intervino entre ellas. Con una
mirada la instó a retirarse.
—Daishito, debe descansar también.
Shuka hizo una reverencia y se volvió hacia la puerta. Detrás de
ella escuchó un grito delgado y fuerte.
—¡Estás mintiendo! ¡Estás mintiendo! ¡Estos sueños nunca se
harán realidad en Sai!

Parte I 165
Sueños de Prosperidad

166 Edición: EED_Wolf


Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

CAPÍTULO 3

Shuka salió de la habitación, los gritos de la chica picaban en sus


oídos como un látigo sobre su espalda.
¿Cómo llegó a esto?
Al principio, Shishou era un forastero cuyas alabanzas ella había
oído siendo cantadas. Había sido aceptado en la universidad a una
velocidad vertiginosa. Sus profesores habían llenado su tarjeta en
tan solo dos años.
Los graduados de la universidad generalmente entraban
en servicio del gobierno. Podían comenzar como empleados o
subsecretarios en algunos humildes puestos burocráticos, también
era una práctica común el aceptar una comisión militar como oficial
de primer grado al salir de la universidad. Shishou tenía interés en
ser un general, y su futuro estaría garantizado.
Pero Shishou odiaba al rey y no quería ser parte del gobierno. Así
que renunció a su puesto.
En aquel momento, Sai estaba gobernada por el Rey Fu. La
dinastía estaba llegando a su fin y se derrumbaba el reino. Un mal
gobierno y leyes tontas seguían una tras otra. Las críticas de los
ministros solo hacían que el Rey Fu fuera más inclemente. Ahogando
sus penas en alcohol y en mujeres, permitió que sus funciones se
salieran del Camino.
La mayoría de los ministros que criticaban al rey fueron ignorados
o reemplazados. Estos ministros derrocados ofrecieron patrocinar a
Shishou. En Yuunei, reunió a un grupo de compañeros simpatizantes,
y las voces de censura crecieron más fuertes.

Parte I 167
Capítulo 3 Sueños de Prosperidad

Un grupo similar de jóvenes activistas indignados por el mal


gobierno del Rey Fu se reunieron alrededor de él. Shuka se contaba
entre ellos.
El movimiento liderado por Shishou finalmente obtuvo el apoyo
de la gente. Se llamaron “Kouto1”. Durante la dinastía del Rey Fu,
Shishou fue el que condujo al pueblo y lucharon contra las locuras
que estaba provocando y luchó contra la devastación después de
que el Rey Fu muriera.
Tan pronto como se izó la bandera sobre el Rishi2, Shishou
ascendió al Shouzan3. Como todo el mundo esperaba, Sairin lo eligió
como el próximo rey. Esta adhesión imperial fue una que parecía justa
y correcta. No solo Sairin, sino todo el mundo que conocía a Shishou
creía en el nuevo Rey. Era inconcebible que la dinastía comenzara a
hundirse después de tan solo veinte años.
Shuka abandonó el patio casi en una carrera. En el anexo del
palacio, el Rikkan estaba esperando en un alto estado de ansiedad.
Viéndola, varios se levantaron de sus sillas. Sintiendo el peso de sus
expectativas, Shuka miró a lo lejos.
El jefe del Rikkan, como Shuka y tantos miembros del Kouto,
entraron en la Corte Imperial relativamente jóvenes. Con sus ideales
guiándolos, se habían congregado juntos para luchar contra la caída
del reino. Shuka era consciente de sus temperamentos. La confianza
depositada en el nuevo rey y las expectativas que se tenían para la
nueva corte eran reflejo de sus propias esperanzas y aspiraciones. No
podían admitir en voz alta que las cosas pudieran haber ido tan mal.
Comprendieron la situación solo con mirar el rostro de Shuka. Sus
semblantes estaban llenos de una amarga mortificación. Los que se
habían levantado, se sentaron otra vez en una agotada resignación.
El silencio se llenó de suspiros forzados. Uno de ellos finalmente se
presentó y en voz baja les instó a que salieran. Era el esposo de
Shuka, Eishuku4, el Chousai.
—Sentados aquí no lograremos nada. Hemos confirmado la
verdad de lo que necesitábamos saber. Con estas dudas aclaradas,
debemos pensar seriamente en cómo resolverlo —miró al resto del
1 KOUTO. “Osa Mayor”.
2 RISHI. Es el edificio sagrado en el centro de cada ciudad donde está consagrado
el árbol riboku.
3 SHOUZAN. “Ascender” + “montaña”. Cuando termina una dinastía, los posi-
bles candidatos hacen un arduo viaje al monte Hou, donde son elegidos por el kirin. Esto
se conoce como Shouzan.
4 EISHUKU. “Celebración gloriosa”.

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Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

Rikkan, que parecía demasiado agotado como para levantar sus


voces y dar una respuesta—. ¿Qué ganamos al rendirnos? Ahora es
el momento de arremangarnos y ponernos a trabajar.
En respuesta al llamado de atención de Eishuku, los miembros
del Rikkan asintieron. Con sus rostros pensativos, se levantaron y
salieron de la habitación arrastrando los pies, dejando a Shuka
y a Eishuku detrás. Eishuku finalmente salió también, con Shuka
apresurándose para seguirle el paso.
Le preguntó en voz baja:
—¿Crees que ella se recuperará?
—Eso… Por supuesto…
Es una conclusión obvia, quiso responder, pero no podía forzar
las palabras de su boca.
Antecedentes de un Saiho recuperándose del shitsudou eran
pocos y lejanos.
Shishou era el Rey predestinado a gobernar ese Reino. Además
de eso, era el primo mayor de Eishuku y su amigo desde hace largo
tiempo. Eishuku se consideraba más como un hermano de Shishou.
Incluso después de que Shishou dejara su ciudad natal, continuaron
con su amistad sin igual, y cuando fue a Yuunei y organizó el Kouto,
Eishuku fue el primero en unírsele. Había levantado la bandera de la
justicia y combatió contra la destrucción del Reino.
Incluso hicieron el Shouzan juntos. Desde la fundación de la
nueva corte hasta ahora, Eishuku había sido el seguidor número uno
de Shishou. No podía aceptar que Shishou había perdido el Mandato
del Cielo. O quizá simplemente era incapaz de articular el dolor que
sentía en ese momento.
Como si percibiera el motivo de la vacilación de Shuka, Eishuku
se detuvo en el pasillo y presionó sus dedos contra sus sienes. Bajó
su cabeza en señal de angustia y gimió suavemente. Shuka no podía
pensar en qué decir, así que, en cambio, ella presionó su mano contra
la espalda de él.
En el patio contiguo, un árbol de durazno estaba en plena floración.
Los pétalos de flores bailaban y se dispersaban en el viento, como la
disolución de un mundo de ensueño. Había algo terriblemente triste
acerca de aquella vista.
Soñando con la prosperidad.
Podría haber sido solo un sueño. Treinta años antes, Shuka no
era más que una joven estudiante, enojada e indignada por el mal

Parte I 169
Capítulo 3 Sueños de Prosperidad

reinado del Rey Fu. Cuando se trasladó a Yuunei para asistir a la


Academia del Distrito, se unió al Kouto y conoció a Shishou.
Allí había alimentado un único sueño. Ellos creían que, si todos
compartían ese sueño y veían a través de sus frutos, entonces el
Edén los esperaría. El glorioso pasado que compartieron juntos,
discutiendo toda la noche sobre el mundo que harían, guiando
al pueblo contra el régimen corrupto del Rey Fu y luego contra la
devastación que le seguiría.
Durante aquellos tiempos embriagadores, Shuka y Eishuku se
habían comprometido a respaldar a Shishou todo el camino. Shuka
tenía veintidós años, Eishuku veintiséis, y Shishou veinticinco. Tan
solo tres años más tarde, Shishou accedió al trono.
Pensando en retrospectiva, parecía un sueño imposible.
Habían sido tan vivos y jóvenes -rodeados, al parecer, de una
brillante luz blanca que era dolorosa para la vista-.
Eishuku por fin levantó la cabeza.
—¿Qué crees que deberíamos hacer a continuación, Shuka?
—Si no se recupera el Taiho todo depende de si Shishou puede
regresar de nuevo al Camino. Si de alguna manera pudiéramos argüir
con él…
—¿Y cómo lo haríamos?
Shuka no tenía una respuesta preparada.
—¿Sobre qué argüiríamos con él? ¿En dónde se equivocó
Shishou?
Shuka solo meneó la cabeza.
Si yo lo supiera…
—No sabemos qué argüir con él, ¿pero se supone que guiemos a
Shishou en su tarea?
Shuka no tenía ningún argumento para eso tampoco. Si Shishou,
como el Rey Fu, hubiera abandonado el gobierno por una vida de
libertinaje, o si estuviera cometiendo atrocidades contra el pueblo, ella
podía entender la fuente del Shitsudou. Así tendrían algo que criticar.
Pero desde su coronación, Shishou se había dedicado
incondicionalmente al trabajo. Hasta donde podía ver Shuka, no
se había desviado del Camino desde su adhesión al trono. Desde
cada aspecto posible, el reino parecía estar en el camino correcto,
y la conducta de Shishou no sugería ninguna razón posible para el
Shitsudou.
Sin embargo, cuando dirigió su atención a otros lugares, el que

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Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

Sairin sufriera el Shitsudou llegó a ser obvio. La Corte Imperial seguía


deshilachándose en los bordes. La tierra seguía en peligro y la gente
empobrecida. A pesar de ser un reinado de poco más de veinte años,
se oían voces de críticas entre sus súbditos.
Esto era porque Sairin no estaba bien, y abundaban los rumores
de que el Shitsudou pronto se manifestaría. Claramente, Sai estaba
fallando.
Shishou debía saberlo también. Las características distintivas de
Sairin ya se habían desvanecido y se estaba poniendo más pálida.
Desde el Año Nuevo, ella había expresado cada vez más quejas acerca
de su condición. Shishou expresó su consternación, pero lo tomó
como un juicio divino que pronto sería superado. Solo necesitaban
mantenerse firmes y trabajar más duro y sin duda la condición de
Sairin mejoraría. El Reino se enderezaría a sí mismo.
El Paraíso, les había dado a los ministros un discurso alentador,
estaba dándoles estas pruebas para poner a prueba su temple.
Shuka miró más allá de su marido y miraba la escena onírica de la
caída de los pétalos de melocotón. El sueño los estaba abandonando,
como si la primavera se prolongara demasiado tiempo en los jardines,
los pétalos eventualmente se dispersarían y desaparecerían.

Parte I 171
Sueños de Prosperidad

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Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

CAPÍTULO 4

Al día siguiente, el Consejo Privado comenzó con un estado de ánimo


sombrío. Los seis ministros se reunieron en la antecámara de la
Corte Imperial. Se sentaron allí en silencio, sin mirarse a los ojos. A
pesar de la imposición de un código de silencio, las noticias sobre
la condición de Sairin eran susurradas. Y las miradas acusadoras
estaban dirigidas a la persona que se había encontrado con Sairin
cara a cara: Shuka.
Eishuku no había vuelto a la residencia ministerial la noche
anterior. Shuka no sabía si esto era debido a las demandas de su
trabajo, o porque había tenido una conferencia con Shishou. Al
buscarlo en la antecámara, lo encontró decaído en una esquina, con
la mirada baja. Parecía deprimido.
Sonó el gong, que puso la reunión en orden. Los ministros se
alinearon y solemnemente procedieron de la antecámara al Gaiden.
Nadie hablaba mientras caminaban por el corto corredor. No era una
larga caminata hacia el Gaiden, pero cuando llegaron, la tensión los
cubría como una manta.
Entraron al Gaiden, se pusieron en una línea y se arrodillaron. La
tensión alrededor de ellos se sentía como agujas pinchadas en la piel.
Nadie se atrevió a mirar directamente al trono. El gong sonó en
un tono diferente. Se bajó la cortina de perlas. Todos los ministros
se dieron cuenta que habían estado conteniendo sus respiraciones.
Detrás de la cortina apareció la figura del Rey, el hombre que
supuestamente ostentaba la Voluntad Divina.
El leve crujir de la tela hizo eco alrededor de la habitación,

Parte I 173
Capítulo 4 Sueños de Prosperidad

cortando el silencio como un cuchillo.


El gong sonó otra vez y la cortina se levantó ante los ministros
arrodillados. Shuka no quiso levantar la frente del piso. En ese momento,
nada podría ser más difícil de contemplar que el rostro de Shishou.
Pero la orden vino del Taisai del Ministerio de los Cielos para que
levantaran sus cabezas y Shuka se encontró mirando directamente
al trono. Fijó su mirada vacilante en el trono azabache y en Shishou
sentado sobre él.
La vista la golpeó como un estallido en el pecho. Vestía una
chaqueta de seda negra y amarilla. Estaba sentado en el trono
engalanado con incrustaciones de nácar, contra un biombo cubierto
con hojas de oro, Shishou parecía tan impresionante como siempre.
Su físico bien ejercitado, su expresión inteligente, sus ojos todavía
llenos de ambición, brillando con la majestuosidad de su cargo.
La orden del Taisai fue seguida por tres golpes del gong. Eishuku
se levantó para leer el itinerario de la reunión. Antes de que pudiera
comenzar, Shishou levantó su mano. Miró hacia abajo a los ministros.
Luego su profunda y resonante voz sonó tan clara y nítida como
cuando había guiado el Kouto.
—La salud del Taiho otra vez la ha impedido asistir a la sesión
de hoy —dirigiéndose específicamente a los ministros, dijo—: he oído
muchos rumores inquietantes sobre la condición del Taiho. El Rikkan
parece estar atenazado por las suficientes dudas como para llevar a la
Corte Imperial a un punto muerto. Y, sin embargo, como he dicho una y
otra vez, no es necesario que frenemos nuestro ritmo o nos retiremos.
Los ojos de todos los ministros permanecieron enfocados en Shishou.
—¿Es posible que gobernar un reino deba ser fácil? ¿Creen que
podríamos marchar alegremente hacia adelante sin obstáculos en
nuestro camino y sin incertidumbres que nos frenen?
»¿Si nuestros caminos fueran rectos y parejos, un gobierno podría
perder su Camino? ¿Podría un rey alejarse del Camino? El Camino
delante de él solo se volvería más difícil.
Shishou añadió con fuerza:
—Sin embargo, he visto el Reino como debe ser. Es la creencia que
me propulsó al Shouzan y de acuerdo con el cual recibí el Mandato
del Cielo. Desde entonces, he estado examinado el camino que nos
llevará a ese ideal. Perder de vista ese ideal es tan bueno como
despedirse del Camino. Pero he visto en lo que puede convertirse
nuestro Reino y yo voy a estar sentando las bases que nos llevarán

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Capítulo 4 Sueños de Prosperidad

allí. No importa cómo de accidentado pueda ser, no cabe duda de que


vamos en la dirección correcta. Si tienen alguna duda de la fuerza de
mis convicciones, no puede ser porque me haya confundido en lo más
mínimo acerca de nuestros objetivos. Es porque sus ideales se han
tambaleado ante la escarpada y empinada subida que nos espera.
Shuka contuvo el aliento. Sus ideales estaban de hecho en un
estado de flujo. Y eso era debido a la realidad irreconciliable ante
ella. Podría golpear su cabeza contra esa pared y esta no se movería.
No podía borrar la pregunta en su mente: que los ideales que los
sostenían habían estado viciados desde el inicio.
Como si pudiera leer su mente, la mirada de Shishou señaló la
primera fila de los ministros. Una leve sonrisa vino a sus labios.
—No he dudado en lo más mínimo. Lo veo tan claramente como
antes, lo que debería haber estado claro para ustedes todo el tiempo.
Shishou miró la hilera de ministros arrodillados en el Gaiden.
Shishou dijo en voz fuerte, segura de sí mismo.
—No cederemos a la desesperación o a la confusión. ¡Nuestra
voluntad no debe romperse!
Como si fuera golpeado por sus palabras, el Daishikou arrodillado
al lado de Shuka dobló su cuerpo aún más. Las túnicas de los
ministros se arrastraban a su derecha e izquierda, crujiendo como
hojas caídas. Solo la imagen de un profundo desaliento en la cara de
Eishuku se deslizó en la visión de la desconcertada Shuka.
Volvió su cara, suspiró y luego miró sobre su hombro a los
ministros. Sus ojos se encontraron con los de ella. Sutilmente,
Eishuku sacudió la cabeza.
Con un gran sentido de tristeza, Shuka bajó la cabeza.
Entonces es eso.
Eishuku debió de haber visitado a Shishou la noche anterior.
Habrían pasado la noche analizando sobre los problemas de Sai
y la condición de Sairin. Su aplastante comprensión fue que el
pronunciamiento de Shishou debía ser producto de la discusión de la
noche anterior.
Cualquier duda sobre Shishou o sobre sus ideales, se verían
reducidas a expectativas decepcionantes y falta de fortaleza.
Y, sin embargo, Shuka había visto a Sairin. Si ella no estaba
sufriendo del shitsudou, entonces ¿qué era? Esta encarnación de la
bondad había maldecido a Shuka desde su lecho de enferma, con
una mirada que hablaba más de un corazón lleno de odio.

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Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

CAPÍTULO 5

Shuka permaneció en el Consejo Privado, sintiendo un bulto frío y


negro que se alojaba en la boca de su estómago. Estar sentada en
el campo de visión de Shishou era insoportable. Incluso después de
que el Consejo Privado concluyó y estuvo fuera de su presencia, su
ansiedad se volvió más intensa. Regresó a la mansión abrumada por
la opresiva oscuridad que la rodeaba.
—Bienvenida a casa —dijo Seiki1, su valet, cuando ella llegó a la
residencia—. ¿Estás bien? —Probablemente había sido informado
acerca de su regreso por el vigilante. Preparó dos tazas de té. Se
sentaron y estudió su rostro—. Te ves peor que cuando te fuiste.
—Estoy bien. Solo un poco cansada.
—¿Oh, es eso? —contestó en un tono poco convencido.
Puso la taza sobre la mesa. Murmurando algo sobre el aire
viciado y la luz demasiado fuerte, se apresuró a abrir las ventanas.
Luego bajó la mecha de la lámpara, movió los biombos y en general
enderezó la habitación.
Seiki tenía una pequeña y redonda estructura, y la forma en
que revoloteaba por la habitación le recordaba a Shuka a un gorrión
regordete. Finalmente fue capaz de sentarse y tomar un respiro.
Siempre había tenido esa extraña habilidad para tranquilizarla.
—Por eso siempre digo que no debes trabajar día y noche. Que es
lo que hiciste anoche, ¿verdad? He estado revisando las lámparas.
—Bien, entonces, ¿eso no significa que has estado haciendo lo
mismo?
1 SEIKI. “Alegría azul”.

Parte I 177
Capítulo 5 Sueños de Prosperidad

—No es un problema para mí, hermana. Una vez que has salido
a trabajar, puedo encontrar algo de tiempo durante mis deberes
regulares para tomar una siesta.
Shuka se echó a reír. Ella no era realmente la hermana de Seiki.
Tampoco tenía parentesco con Eishuku. Había quedado huérfano
durante el caos tras la muerte del Rey Fu. Shinshi2, la madre de
Eishuku lo había acogido.
Shinshi también era tía de Shishou. Era una persona compasiva.
Cuando la madre de Shishou murió, tomó su lugar e influyó
profundamente en la vida de Shishou. Después de su coronación, la
anotaron en el Registro de Inmortales y la nombró como su Taifu en
el Sankou.
Ella era su tutor, y desde su juventud hasta la creación del Kouto,
él y Eishuku habían sido inseparables. Se refería a Eishuku como su
“hermano mayor” y a Shuka como su “hermana menor”. A la edad de
diecinueve años, no encontró ninguna objeción para ser catalogado
como subsecretario de Eishuku en el Registro de Inmortales. Después
de eso, trabajó como capataz en la finca de Eishuku.
—¿El señor Eishuku vendrá a casa esta noche? —preguntó Seiki
con una mirada preocupada hacia la puerta.
—Es difícil de decir. Realmente ha tenido un montón de cosas que
hacer últimamente.
—¿Y cómo le fue hoy?
—La atmósfera en la Corte Imperial estuvo bastante tensa antes
del Consejo Privado. Pero Shishou tranquilizó las mentes de los
ministros —Shuka parpadeó.
Al mencionar a la Corte Imperia, Seiki levantó sus cejas también.
—Entonces, ¿Su Alteza está tan determinado como siempre?
—Como quieras llamarlo, fue peor de lo que siempre ha sido.
El resto de los ministros se marcharon, alentados por la valentía
de Shishou. En cambio, Shuka solo había salido sintiéndose peor. La
visión de Shishou era tan ambiciosa como siempre y los ministros
estaban ansiosos por creer todo lo que dijera, se sentía como un
peso opresivo en su pecho.
Shishou era un “Rey Torbellino3”. No había forma de decir si su
2 SHINSHI. “Pensamientos prudentes”.
3 REY TORBELLINO. Hyoufuu o “Rey Torbellino” es uno elegido del primer gru-
po de peregrinos que viajan en el Shouzan . El autor deriva la palabra de un dicho atribuido
a Lao Tse: “Una tormenta no dura la mañana, una lluvia repentina no dura el día”, es decir
que las soluciones rápidas no duran mucho.

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brillante llama ardía o se consumía. No había duda de que Shuka


y los otros ministros del Kouto habían creído completamente en la
grandeza de Shishou.
Por supuesto, fue el primero que salió al Shouzan. Y fue el elegido.
Si vertiginosa ascensión no necesitaba ninguna disculpa.
La gente apoyó a Shishou como a Kouto. Estaba sentado en
el trono con gran aclamación. La Corte Imperial fue rápidamente
reconstituida. Kouto estaba llena de partidarios del nuevo régimen
y todas las facciones políticas compartían sus mismos ideales. El
camino por seguir era claro, y marcharon hacia delante de la mano.
La destrucción que acompañó al trono vacío se mantuvo al mínimo,
la nueva corte fue reformada en un parpadeo y comenzó a gobernar.
Todos creían que estaban viendo el amanecer auspicioso de
una nueva dinastía. Excepto que Sai en realidad no funcionó como
habían imaginado. Desde el principio, la Corte Imperial tropezó una y
otra vez sobre sus propios pies.
La primera orden del día de Shishou fue hacer un barrido de los
funcionarios que habían ayudado y favorecido al Rey Fu durante los
últimos días de su negligente gobierno, y a los que contribuyeron a
desangrar la Tesorería Imperial. Muchos de ellos fueron despedidos.
Pero eso solo llevó al gobierno a un punto muerto.
Aun así, pensó Shuka, realmente Shishou no podía ser culpado
por eso.
Con el despido de todos los burócratas corruptos, hubo una
escasez de personal con los funcionarios restantes. Y no solo eso,
aquellos que estaban acostumbrados a abusar del poder contra el
pueblo renunciaron por despecho o se negaban a trabajar. Las cosas
se complicaron a un punto donde despedir a todos los opositores no
habría logrado conseguir nada.
El único recurso restante fue aguantar y contratar a la mayoría de la
gente que apenas había despedido. Pero entonces, fue la ciudadanía
la que se indignó. ¿Por qué estos funcionarios obviamente corruptos
eran recompensados así? Las críticas se elevaron tan amenazantes
como tormentas eléctricas.
Los funcionarios apenas le agradecieron a Shishou por resucitar
sus carreras y se volvieron más arrogantes. Desde un extremo del
reino a otro, retomaron sus fechorías y siguieron desplumando a los
campesinos.
Todo esto no significaba que Shishou se había desviado del

Parte I 179
Capítulo 5 Sueños de Prosperidad

Camino correcto. Los que tenían la culpa eran los funcionarios que
descaradamente hacían el mal, incluso frente a la abierta censura.
Pero Shishou tampoco era inmune a la crítica. A juzgar por el
resultado final, tampoco debería estar satisfecho con la manera
en la que funcionaba la burocracia. En muchos sentidos, Shuka se
preguntó si el gobierno había hecho algún progreso desde el reinado
del Rey Fu. Ciertamente la suerte de los plebeyos no había mejorado.
Por el contrario, los activos acumulados por mucho tiempo fueron
lenta y constantemente derrochados.
No tenía mucho sentido que Shishou siguiera el mismo camino
que el Rey Fu. Y, sin embargo, como señaló Shuka, permanecía
impávido.
—Solo tenemos que corregir nuestros errores. Debemos
permanecer firmes en nuestra convicción. No podemos pensar en
retirarnos ahora.
—Supongo que sí. Pero, tú sabes, ¿no es eso lo que esperarías
de él? En momentos como este, no hay nadie que pueda hacer que
los ministros se calmen. ¿No es más probable que desconfíes de
alguien, sin ni siquiera confías en ti mismo? Parece obvio para mí.
Con un asentimiento, Seiki sonrió y en sus mejillas se formaron
unos hoyuelos.
—No es como la gente ordinaria, lo sabes. No hay manera de que
nuestro señor Shishou llegue a apartarse del Camino de una manera
tan mundana. Estoy seguro de ello.
Shuka respondió:
—Sí —pero sin ninguna convicción en su corazón.

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PARTE II
CAPÍTULO 6

A pesar de las preocupaciones de Shuka, la mayoría de los ministros


adoptaron la convicción de Shishou y dejaron sus dudas de lado. El
diagnóstico de enfermedad de Sairin como el shitsudou debía ser
un error. Y aunque no lo fuera, si todos ponían manos a la obra, su
condición de seguro mejoraría.
Una atmósfera optimista cubrió la Corte Imperial. Pero la vitalidad
que había vuelto a los asuntos gubernamentales había afectado a
Shuka.
Shishou llevó la administración del reino con mayor vigor. Pero para
todo ese entusiasmo, su gobierno aún era tan caótico como siempre.
Las palabras y acciones de Shishou nunca se comparaban con la
claridad de su fe y su visión. La confusión floreció como dientes de león.
Lo que era un hecho al mediodía se contradecía a la puesta del sol, el
ciclo se repitió varias veces más antes de que se terminara el día.
Desde la perspectiva de Shuka, esto era prueba de que, confundido
por la enfermedad de Sairin, Shishou violentamente estaba cambiando
el rumbo. Si estaba consciente o no de lo que estaba haciendo, iba de
un lado al otro, justo como lo había hecho antes.
Cualquiera que le señalara eso sería severamente censurado. Y
el estado de derecho era tan seguro como el caminar de un borracho.
El Daishikou también discutió con Shishou. Shishou exasperado
entró en cólera, sacudiendo la Corte Imperial una vez más.
Los ministros que apartaron la vista a la posibilidad de que se

Parte II 181
Capítulo 6 Sueños de Prosperidad

había apartado del Camino, se vieron obligados a considerar que, de


hecho, eso es lo que había sucedido.
El Consejo Privado se hundió en una depresión colectiva. Y
entonces en medio de todo esto, una madrugada Shuka fue sacudida
para que se despertara.
—¿Seiki?
—Lamento molestar tu sueño, pero algo ha surgido. El Shousai
está aquí.
Shuka saltó de la cama. Que el viceministro del Ministerio del
Cielo visitara la mansión a esas horas…
—¿Dijo por qué?
—Algo de carácter confidencial. Parece estar muy angustiado. He
estado intentando hacer que se calme. Cuanto antes mejor, si no te
importa. Lo he conducido al salón.
—¿Qué pasó con Eishuku?
—Llegó a casa después de que te fueras a la cama, estaba
agotado. Está durmiendo en el estudio. Le tomará unos pocos
minutos vestirse, así que supongo que ahora sería un buen momento
para despertarlo. Aunque supongo que eso lo pondrá de mal humor.
Shuka asintió con la cabeza. Se cambió rápidamente. Al enderezar
su ropa se dio cuenta que sus manos temblaban. No podía sacar de
su mente la idea de que algo malo le había sucedido a Sairin.
Salió del dormitorio, y se apresuró por el pasillo a la sala.
Lo primero que vio fue el pálido rostro del Shousai. Antes de que
alguna pregunta pudiera salir de su boca, Eishuku se apresuró tras ella.
—Algo ha sucedido…
El Shousai se inclinó. Estaba temblando visiblemente.
—Se pide al Chousai que vaya de una vez al palacio anexo de la
izquierda.
—La Taiho…
Obviamente había sido la misma pregunta en la mente de
Eishuku.
El Shousai sacudió la cabeza.
—No es la Taiho. El Taishi. El Taishi está muerto.
Shuka se sobresaltó y miró a Eishuku. Cuando Shishou accedió al
trono, registró a sus padres y hermanos en el Registro de Inmortales,
otorgando títulos reales sobre ellos y ubicándolos en el Palacio Imperial.
Daishou1, su padre, había hecho un nombre por sí mismo como
1 DAISHOU. “Gran prosperidad”.

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un gran hombre de carácter, al igual que sus hermanos menores y su


hermana, Shinshi era la más destacada entre ellos. EL hermano menor
de Shishou, Junkou, lo había apoyado desde la fundación de Kouto.
Todos los miembros de su familia inmediata tenían altas
posiciones en el gobierno. Shishou le dio a Daishou el título de
Taishi -Señor del Sello Privado- y jefe del Sankou. Shinshi era la Taifu
-ministro de la Izquierda-, su segundo al mando. Y Junkou como el
Taiho -ministro de la Derecha-.
Según el precedente establecido por mucho tiempo, sus familiares
recibieron señoríos en el complejo del Palacio de Oriente, incluyendo
a Daishou. No había ninguna razón para que la mala fortuna callera
sobre ellos. Y como estaban registrados en el Registro de Inmortales,
no había razón para que cualquier enfermedad inesperada los afectara.
—Es increíble.
—Parece que… que alguien tomó su cabeza.
Shuka gritó alarmada. Eishuku avanzó hacia el hombre como un tiro.
—¡No es posible tal cosa! ¿Estás diciendo que el Taishi fue
asesinado?
—S…sí —dijo el Shousai, inclinándose aún más.
Había sucedido al amanecer. En el Palacio Choumei, en el
corazón del Palacio Imperial, Shinshi había ido corriendo a la estación
de vigilantes nocturnos en un alto estado de angustia. Algo extraño
estaba sucediendo en el Seiden.
Shinshi vivía en el Palacio Choumei con Daishou. Daishou tenía
habitaciones en el Seiden, mientras Shinshi vivía en una mansión
cercana. Ella dijo que se había despertado por un extraño sentimiento.
Un sonido inesperado, un presentimiento. Incapaz de volverse a
dormir, su atención se dirigió al Seiden donde se hospedaba Daishou.
Por lo que fue a su habitación en el Palacio Choumei.
Los sirvientes que llevó consigo estaban igualmente sorprendidos
por lo que encontraron allí. El mobiliario estaba patas arriba. La
sangre cubría las paredes y había un charco en el piso. Y en medio
del charco estaba el cuerpo prácticamente sin cabeza de Daishou.
—¿La madre de Shishou? ¿Qué pasó con ella?
—Parece estar muy conmocionada, pero está en una sola pieza.
Los criados despertaron al resto del personal y dejaron a Shinshi
bajo su cuidado. Fueron a buscar a alguien del Ministerio de Verano
estacionado en la torre de guardia del palacio de Oriente. Sin
embargo, al abrir la puerta, descubrieron que dos de los vigilantes

Parte II 183
Capítulo 6 Sueños de Prosperidad

apostados allí estaban en el mismo estado que Daishou.


—¿Nadie sabe quién penetró el perímetro? ¿Qué pasó con los
otros residentes del Palacio Oriente?
—Están todos en sus residencias. Excepto el Taiho.
—El Taiho, ¿te refieres a Junkou?
—Sí, —el Shousai asintió con la cabeza, levantando su lívido
rostro—. Estamos buscándolo, pero parece haber desaparecido.
Hemos interrogado a sus sirvientes en el Palacio Kaei. Dicen que
salió a visitar al Taishi y nunca regresó.
Siguió un profundo silencio. El padre del rey murió y el hermano
del rey al parecer estaba a la fuga… ¿qué significaba eso?
—No puedo creerlo… —Shuka se quedó boquiabierta, mirando a
Eishuku.
Meneó la cabeza. No era posible. Junkou era el polo opuesto de
su hermano, confiado, sencillo, y a la vez discreto. No lastimaría ni a
una mosca. Por no mencionar que Daishou era su padre. El parricidio
estaba fuera de cuestión.
Eishuku debió tener los mismos pensamientos y asintió,
—En cualquier caso, debemos seguir buscándolo. ¿Qué pasó con
Su Alteza?
—Ya le hemos informado. Con esos acontecimientos, de momento
Su Alteza pidió que solo el Rikkan fuera informado y de forma privada.
Estará esperando por el Chousai en el anexo del Palacio de Izquierda
junto con el Taifu y el Taisai. Le gustaría hablar con usted tan pronto
como sea posible.
—Voy de una vez —respondió Eishuku.
Rápidamente se alistó y dejó el anexo del Naiden. Después de
verlo partir, Shuka se sentó en el piso de la rectoría, completamente
estupefacta.
¿Qué está sucediendo?
La dinastía estaba tambaleándose, los ministros estaban en un
constante estado de consternación y luego sucedía esta abominación.
El asesinato del padre del rey, de todas las cosas y la desaparición
del hermano del rey. El Palacio de Oriente donde vivían se encontraba
dentro del Palacio Imperial, el cual era fuertemente custodiado. El
acceso al Rey y a los que vivían con él estaba prohibido para todos,
salvo un número selecto de funcionarios del Ministerio del Cielo.
Shinshi era la madre de Eishuku, pero Eishuku no había visitado
ni una vez a su madre en el Palacio de Oriente. Los guardias del

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Ministerio de Verano vigilaban la puerta y no le permitirían incursionar


en los terrenos del Palacio. Solo en lo más profundo del Palacio
Imperial los guardias estarían satisfechos con el solo hecho de
proteger las puertas.
¿Por qué…?
Shuka se arrodilló en el piso frío. Acompañada por el aroma de
las hierbas, una taza de té se colocó frente a ella.
—Sin duda estuviste decaída toda la noche.
—Seiki…
—Puedes sentirte así, pero no tiene ningún sentido que te
desgastes físicamente. Vas a agarrar un resfriado —Seiki sonrió
mientras la ayudaba a ponerse de pie y la sentaba en una silla—.
Ahora, siéntate aquí y cálmate. No parece que ningún tipo de rebelión
esté fraguándose ahora.
—No es una rebelión —repitió Shuka.
—¿Qué tipo de rebelión tendría como objetivo al Taishi?
—Tienes un punto ahí —dijo Shuka para sus adentros, levantando la
taza de té. La porcelana suave había calentado su palma—. Sí, no puede
ser una rebelión. Tal vez fue por rencor o venganza. Pero ¿por quién?
—Quién sabe. Pero básicamente hablando, aparte de la gente que
vive allí, solo los funcionarios del Ministerio del Cielo, del Ministerio
de Verano y los guardias tienen acceso al Palacio de Oriente.
—¿Alguno de ellos?
—Están en proceso de eliminación, pero todavía me pregunto.
EL Taishi no era una persona que le diera a la gente razones para
odiarlo. Por no mencionar que llevar armas al Palacio de Oriente está
estrictamente prohibido. Los guardias de la puerta están armados,
pero deben dejar sus espadas antes de aventurarse adentro. Ni
siquiera el rey está exento. A menos que sea alguien que vive allí…
Shuka casi deja caer la taza de té, la agarró en el último segundo.
—¡Seiki… no estarás sugiriendo…!
—Pero ya hemos descartado a cualquiera de los residentes del
Palacio de Oriente. Sin embargo, tenemos que seguir esta lógica
hasta el final.
—S…sí, tienes razón.
—Los guardias del Palacio Choumei probablemente no fueron
asesinados por un visitante al palacio. Eran los vigilantes que estaban
de guardia, ves. Si descartamos los que viven en el Palacio de Oriente,
entonces antes de llegar al Palacio Choumei, debes primero pasar por

Parte II 185
Capítulo 6 Sueños de Prosperidad

el Palacio de Oriente. Si los guardias del Palacio de Oriente hubieran


detectado a alguien, entonces seguramente habrían advertido a los
guardias del Palacio Choumei.
—Seiki, si eso es verdad, entonces eso solo puede significar que
alguien en el Palacio de Oriente…
Seiki sonrió con paciencia.
—Por eso dije que hay que esperar. Si fue alguien de afuera del
Palacio de Oriente, habría tenido que pasar por las puertas de ese
palacio. Hay guardias apostados allí, así que no podría haber pasado
tan inadvertido. Estaba amaneciendo, para empezar, y los guardias
no solo cruzarían palabras con alguien y le abrirían las puertas. Esto
parece apuntar a un ocupante en el Palacio de Oriente. Sin embargo,
hay un sinnúmero de señoríos en el complejo del Palacio y hay paredes
entre ellos, y vigilantes en las puertas. Las puertas están aseguradas
por la noche cuando los vigilantes entran en funciones. ¿No tendría
alguien en el Palacio del Este que deseara visitar a alguien en el
Palacio Choumei salir primero de las puertas de su residencia?
—Ese sería el caso.
—¿Cómo podrá ese loco impedir que los guardias de su propia
residencia hablaran?
—Bueno, lo mismo sucedería con los guardias del Palacio
Choumei…
—Me temo que solo empeoraría la situación. Es cierto, si les
impidiera hablar, pero matar a sus propios guardias sería muy obvio.
Incluso para su coartada.
Shuka asintió de acuerdo.
—Entonces, ¿quién? ¿Si no fue alguien dentro del Palacio de
Oriente y no fue alguien de fuera del Palacio de Oriente…?
—Pensemos esto de manera lógica, la mayor sospecha recae en
el señor Junkou, especialmente ya que no está para defenderse. Pero
no lo creo —Seiki había inclinado su cabeza hacia un lado, con una
extraña expresión en su rostro.
—¡Qué!
—¡Oh, nada! Solo que me sorprendió de repente un pensamiento.
Estoy seguro de que nada tiene que ver con esto.
—¿Qué es lo que no tiene nada que ver con esto?
Seiki vaciló.
—Nada, en serio —insistió. Pero de repente, ya no estaba tan
seguro—. Bueno, se me ocurrió que podría haber otra puerta.

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—¿Otra puerta?
—Sí, una puerta dentro del Palacio de Oriente.
Los ojos de Shuka se ensancharon con sorpresa. Sí,
definitivamente la había. Una puerta que conducía desde el Koukyuu
al Palacio de Oriente. Permitiría a una persona entrar en el Palacio
del Este sin pasar por las puertas del palacio.
—Shishou…
Solo Shishou tenía acceso a ella. Shishou había estado durmiendo
esa noche en la residencia imperial en el Seishin. El Koukyuu -el
palacio en la parte posterior- estaba inmediatamente detrás del
Seishin, y estaba ese pasadizo al Palacio de Oriente.
El Koukyuu no estaba en uso y había sido cerrado y bloqueado, al
igual que las puertas que conducían a él. No había guardias apostados
allí. En definitiva, alguien en el Seishin podría hacer su camino sin
ser detectado en el Palacio de Oriente simplemente quitando una
cerradura y un tornillo.
—No, no, no es momento para abrigar tales pensamientos tan
viles. No cuando todo está todavía en el aire.
—Pero…
Un pensamiento pasó por su mente. Enfurecido por las protestas
del Daishikou, Shishou lo había reprendido y luego lo había despedido.
Últimamente Shishou, a pesar de su comportamiento enérgico,
claramente lo había perdido. Si Daishou había encontrado fallas en
Shishou, y al final habían llegado a los golpes…
—No, no. ¿No estaba en el Palacio de Oriente y el Koukyuu
separados por paredes? Un kijuu no puede ser montado dentro del
Palacio Imperial, pero solo es por costumbre y protocolo, no porque los
kijuu sean incapaces de ello. Eso significa que alguien volando en un
kijuu podrías saltar ese obstáculo fácilmente. Es posible acercarse al
Palacio Imperial sobre el Mar de Nubes y hacer su camino al Palacio
de Oriente.
»Incluso un espía extranjero podría hacer algo como eso. Las
paredes y las puertas son más bien medidas y formas de preservar
la privacidad de las personas, no garantizan en ninguna medida que
no puedan ser traspasadas.
—Sí, eso es cierto —dijo Seiki con un asentimiento empático.
Entonces, su cara se puso gris—. En cualquier caso, la Taiho Sairin
también me preocupa. No queremos que algo como esto haga que
su condición empeore.

Parte II 187
Sueños de Prosperidad

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Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

PARTE III
CAPÍTULO 7

Al día siguiente, el Ministerio del Cielo hizo pública la noticia del


deceso de Daishou. Nada se dijo sobre la causa de la muerte. Lo
que profundizó la confusión y el malestar. Por primera vez en mucho
tiempo, Shishou no asistió al Consejo Privado en la Corte Imperial
ese día y el siguiente.
Luego, en la noche, de repente apareció como muerto por una
borrachera en las oficinas provinciales de Sesshuu, donde Sairin
gobernaba como Marqués causando un gran revuelo entre los
funcionarios.
Esa noche, Shuka y Seiki fueron llamados a la oficina del Naiden
de la Izquierda.
Eishuku estaba esperando allí con el ministro del Cielo. Parecía
muerto allí de pie. No regresó a la mansión desde el anuncio de la
muerte de Daishou. Y no solo Eishuku. Los ministros del Cielo, Verano
y Otoño habían estado yendo y viniendo entre el Naiden y Gaiden sin
tener un momento de descanso. Su agotamiento era de esperarse,
pero Shuka no estaba ni un poco sorprendida por el estado fatigado
de su marido.
—Hay algunas cosas que queríamos preguntarles, a Seiki en
particular.
—¿A mí? —dijo Seiki, tomando asiento.
Eishuku se sentó, con su escritorio entre ellos. El Taisai y el
Shousai también estaban allí en la sala.

Parte III 189


Capítulo 7 Sueños de Prosperidad

—El día que falleció el Taisai, al parecer tuviste una conversación


con el Taiho, el hermano del rey.
Seiki parpadeó.
—Con el señor Junkou… sí. Nos reunimos en el parque de
Shouka1. Vine aquí con un cambio de ropa para el señor Eishuku.
Nos encontramos en el camino de regreso. Charlamos brevemente
en uno de los gazebos.
—¿De qué hablaron? —interrumpió Shuka nerviosamente—. ¿Qué
pasó por su mente? Desapareció justo después de eso.
—Y su paradero sigue siendo desconocido. Esa noche dejó las
oficinas del Sankou con el Taishi y el Taifu, y regresó brevemente al
Palacio Kaei y luego se fue otra vez. Según sus guardaespaldas, pasó
al Palacio Choumei. Como no estaba seguro de cuándo regresaría,
dejó instrucciones para que cerraran las puertas a lo hora señalada.
Nunca regresó a su residencia. No pasó otra vez por las puertas de
ese palacio. Nadie sabe dónde está.
El cadáver de Daishou tenía la marca de un golpe de una espada
en su espalda, lo suficientemente profunda como para matar a
un hombre en circunstancias normales. Pero fue su bendición -o
su maldición- la de ser un inmortal. Después de ser herido, había
intentado escapar y su atacante lo persiguió. Daishou recibió seis
heridas de diferentes tamaños. Lo que acabó con su vida fue un
golpe certero en su cuello mientras yacía en el suelo.
Eishuku hizo una mueca mientras retransmitía esa información.
—Por lo tanto, el interior del Palacio Choumei fue salpicado con
sangre, por no hablar de su habitación y los pasillos. Y aun viendo
todo esto, el Daishiba pensó que era un poco extraño. Parecía que
era más que un solo cuerpo humano.
—¿Quieres decir… el Taiho también…?
—No lo sé. Falta una alfombra de la sala principal. Es posible que
también fuera asesinado y su cuerpo envuelto en la alfombra y se
lo llevaran. Tal vez logró derrotar al asesino y luego sobrecogido por
el horror del crimen, huyó. O él asaltó al Taishi y mató a su cómplice
para silenciarlo.
—¡¿Cómo puedes…?! —exclamó Shuka—. ¡Él no es ese tipo de
persona!
Eishuku suspiró profundamente.
—Shuka, ha habido rumores acerca de que él le tenía mala
1 SHOUKA. “Debajo de los pinos”.

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Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

voluntad hacia Su Alteza.


—¿Qué? —dijo Shuka, levantando la voz—. ¡Eso es absurdo!
—Yo tampoco quería creerles y no les di ninguna credibilidad. Pero
dicen que estaba celoso de los logros de su hermano mayor. Con
Su Alteza vacilando, decidió aprovechar y algo sucedió. Tomé esas
insinuaciones como nada más que un vulgar chisme, pero ahora…
—Eishuku no terminó la frase. En cambio, se volvió hacia Seiki—.
Realmente necesito saber lo que sucedió entre los dos, en el parque
de Shouka. ¿Algo sobre el señor Junkou te impactó como algo fuera
de lo común?
—No —respondió Seiki y luego dudó—. Aunque ahora que lo
mencionas, ese día parecía un poco diferente de lo habitual.

Parte III 191


Sueños de Prosperidad

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Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

CAPÍTULO 8

Era cerca del ocaso aquel día calamitoso, explicó Seiki. Algo
definitivamente parecía estar sucediendo. Regresaba de las oficinas
del Naiden de la Izquierda, cortó camino por el Parque Shouka y
corrió hacia Junkou que estaba sentado en una terraza junto a la
rambla. Parecía estar profundamente hundido en sus pensamientos.
Seiki había dudado en saludarlo, pero tampoco podía fingir que no
estaba allí.
Así que se inclinó y dijo:
—Hola —y él y Junkou intercambiaron saludos.
—Ha pasado un tiempo —dijo Junkou, la dura mirada en su rostro
se suavizó un poco—. ¿Qué te trae por aquí?
Como el Taiho, Junkou superaba a Seiki por kilómetros. Pero Seiki
había sido criado por Shinshi, la madre de Junkou. Desde el tiempo
que pasaron juntos en Kouto, su relación había sido de camaradería.
—Sí, lo ha sido. Le traigo un cambio de ropa al señor Eishuku.
—Ah —dijo Junkou, su rostro se ensombreció—. Eishuku ha estado
metido allí por días. Probablemente siente como si el peso del mundo
cayera sobre sus hombros.
—Siempre se ha preocupado cuando se trata de algo que involucra
a Su Alteza.
Seiki sonrió, al igual que Junkou. Pero entonces, suspiró profunda
y lamentablemente. Junkou era de constitución delgada como un riel.
Ese día su tez se veía más pálida de lo normal, dándole un semblante
algo triste.
—Ciertamente las cosas por aquí mejorarían si Su Alteza escuchara

Parte III 193


Capítulo 8 Sueños de Prosperidad

con cabeza fría lo que Eishuku le dice. Parecer estar perdiendo los
estribos más a menudo últimamente.
—Su Alteza ciertamente se ha puesto un pelín impaciente
esperando que las cosas mejores.
—Si solo ese fuera el caso —murmuró Junkou por lo bajo—. Si Su
Alteza entendiera la posición en la que se ha colocado a sí mismo y que
eso es la causa de su impaciencia, entonces yo podría empatizar. Sin
embargo, no es así como yo veo las cosas. Está al borde cada vez más,
cada día. No puedo ser la única persona que se sienta de esta manera.
—¿En el borde?
Junkou asintió.
—La condición de la Taiho solo puede ser porque hay algo mal con
la dirección que está a cargo de Su Alteza. Y, sin embargo, tercamente
sigue avanzando.
—Ah… bien… de seguro…
—Sin duda, no creo que Su Alteza haya decaído en la criminalidad.
Pero no hacer mal, no significa que se está haciendo bien. Si Su Alteza
estuviera haciendo lo correcto, la Taiho no estaría en el estado en el
que está, y el Reino estaría siendo gobernado racionalmente.
—Umm —dijo Seiki, momentáneamente no sabía cómo
responder—. Creo que Su Alteza debe sufrir terriblemente, porque
entiende todo esto. Su padre y su tía han consultado con él una y otra
vez, incluso han buscado las opiniones de personas como yo. Y, sin
embargo, todavía dice que tiene fe. Podría decir que es una especie
de terquedad.
Sin duda, a finales del año pasado, Shishou parecía estar
trabajando bajo una nube pesada. Seiki había oído que había hecho
repetidas visitas a las oficinas del Sankou y del Palacio de Oriente1.
Junto con Sairin, el propósito del Sankou era asesorar al Rey.
Aunque el Sankou estaba por debajo del Saiho, el Sankou no
supervisaba al Saiho, existía solamente para asesorar e instruir al
Rey. La frecuencia con la que llamaba al Sankou -incluso en sus
habitaciones- era la prueba del estado de angustia de su mente.
Pero luego, de repente, algo pasó. Sucedió después del Año Nuevo,

1 PALACIO DE ORIENTE. “East Palace” es una traducción literal. La palabra


también significa “Príncipe Heredero” o “Palacio del Príncipe Heredero”. Sin embargo,
como se explica en el capítulo 44 de Mil Millas de Viento, el Cielo del Amanecer, en los Doce
Reinos, una persona con el mismo apellido que el rey o la emperatriz anterior no puede
tener éxito en el trono. Entonces, en cualquier caso, esta sería una posición puramente
ceremonial.

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Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

dado que la condición de Sairin fue empeorando y se escuchaban voces


aquí y allí, y vio que esto era un presagio de peores cosas por venir.
Seiki pensó sobre eso. Entonces miró a Junkou.
—¿Acaso no le has dado el Kasho Kada que obtuviste de la Taiho
a Su Alteza?
La angustia de Shishou era, en una palabra, el producto de su
idealismo encontrando sus límites. Tuvo toda la intención de llevarlos
a la tierra prometida, y aun así el Reino no había dado un paso más
cerca de ella. El Kasho Kada no lo llevaba por mal camino. Le había
mostrado un sueño de lo que debía ser el Reino.
Junkou asintió.
—Estaba al final de su buen juicio. Quería que lo ayudara un poco.
Aunque el Kasho Kada aliviará algo de esa confusión.
—Su Alteza realmente no lo utiliza, ¿o sí?
—No lo sé. Cuando se lo di, parecía muy ofendido. Tomar algo de
la Taiho que él había dejado a su cuidado solo lo hacía verse mal. Es
por ello…
—Sí, ya veo.
—Pero lo tomó. Me imagino que para devolvérselo a la Taiho.
—No creo que ese fuera el caso. La señora Shuka dice que cuando
se encontró el otro día con la Taiho, el Kasho Kada no estaba en su
posesión. En su lugar, ella se había aferrado a una ramita vieja y fea
que le rasguñaba la cara. Realmente fue un espectáculo lamentable,
según me dijo.
—Ya veo. Pero entonces si está usando el Kasho Kada, es como
podemos explicar su cambio de actitud de los últimos días, ¿no lo
crees también?
Seiki parpadeó.
—¿Qué, exactamente? ¿Quieres decir que el Kasho Kada confirmó
la visión de Su Alteza del mundo ideal?
—No sería posible —soltó Junkou inesperadamente—. O más bien,
porque ese no fue el caso, ¿no es por eso por lo que adoptó su actitud
actual?
—¿Qué?
—Hasta ese momento, no había cometido errores. Había hecho
las llamadas correctas todo el tiempo. Francamente, me dejo un
poco intranquilo.
»¿La persona que nunca tropieza lo reconocerá cuando lo haga,
en especial con algo tan importante como el gobierno del Reino?

Parte III 195


Capítulo 8 Sueños de Prosperidad

—Ah, sí —Seiki asintió con la cabeza.


Shishou nunca había experimentado un revés personal que
fuera producto de sus propios fracasos. Y al ser confrontado con
la evidencia de esa realidad, parecía que solo endurecería su justo
sentido de convicción.
Seiki suspiró, sin razón alguna, un pesado suspiro. Si Shishou
no podía reconocer estos contratiempos, sería incapaz de establecer
bien las cosas. Continuar por esa senda llevaría a Shishou a su
perdición. Para Eishuku y Shuka, era un amigo y colega. Para Seiki,
era el honorable líder. Ambos habían sido criados por la misma mujer.
Y ahora él y Sairin se dirigían por un camino sin retorno.
—¿Cómo pudieron las cosas llegar a este punto? ¿Qué tipo de
error podría Su Alteza haber cometido?
Junkou preguntó:
—Seiki, ¿nunca has dudado de la rectitud de su curso?
Seiki reflexionó sobre la cuestión.
—No, supongo que no. ¿Y tú?
Junkou no respondió durante un largo minuto. Hizo un gesto a su
lado, ofreciéndole a Seiki un asiento. Seiki se sentó en una esquina
de la terraza.
Junkou dijo:
—Me he cuestionado acerca de si lo que ha estado buscando todo
este tiempo es realmente el Reino ideal. A decir verdad, ha estado
en mi mente desde hace algún tiempo —sonrió, pero la expresión
en su rostro parecía más cercana a las lágrimas—. Probablemente
piensas que soy un cobarde por decir esto ahora. Yo me considero a
mí mismo un cobarde. Pero, aun así…
—No puedo decir si he considerado ese tipo de pensamientos.
Como nadie lo sabría, Junkou siempre había creído en el mundo
de su hermano. Había corrido a su lado tan pronto como Shishou izó
la bandera de Kouto. Aunque era tratado como el “tonto hermano
pequeño”, Junkou nunca le había dado la espalda a Shishou y había
trabajado con uñas y dientes en su nombre. Junkou era la última
persona en la tierra que nadie esperaría que tuviera una palabra que
decir en contra de su hermano.
—Aprecio eso —dijo—. Pero esos pensamientos han estado
molestándome. El Reino ideal del que habla mi hermano simplemente
parece demasiado grandioso. Como este jardín —Junkou apuntó
al Parque Shouka, más allá de la puerta del gazebo—. Una escena

196 Edición: EED_Wolf


Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

de un valle profundo en la montaña. Una colina verde, los picos


perfectamente formados con piedras hermosas, construidos de
forma tal que un manantial fluya hacia abajo desde encima de la
cornisa en corrientes translúcidas, formando una escena de cañadas
y barrancos.
—Sí, bueno, eso es lo que es.
—Pero esos cantos no van más arriba de los aleros. Todo está a
una escala mucho menor que en la realidad. Al final, solo está hecho
para agradar a la vista. Lo suficientemente pequeño para ser formado
por manos humanas. Lo suficientemente pequeño como para que
las manos humanas puedan mantenerlo todo en orden. Los árboles
de pino mirando hacia abajo sobre el arroyo de montaña han sido
podados para lucir como el jardinero cree que deben lucir.
»La corriente no se ve afectada por una sola hierba, o alguna
basurita. Cualquier cosa desagradable ha sido eliminada. —Junkou
se puso de pie y estaba parado en la puerta. Miró sobre su hombre
en dirección a Seiki—. No hay lugar aquí para una mente común y
corriente como la mía.
—Taiho… diciendo tales cosas…
—¡Oh! No quiero a nadie sintiendo lástima por mí. Solo estoy
diciendo que entiendo mis propias limitaciones. Realmente creo
en la brillantez de mi hermano y su curso infalible. Gente como yo
somos todo lo contrario. Mi hermano siempre me habló del Sai ideal.
Realmente lo contemplé como un mundo maravilloso, pero me dejó
un poco triste también. Porque no habría cabida para una persona
como yo en ese mundo. —Apretó su puño firmemente—. Salvo que
hay muchas más personas como yo en este mundo.
—Sí, pero…
—Mi hermano es un gran líder. Así como Shuka y Eishuku. Todo
el mundo que surgió de las filas de Kouto. Brillantes diamantes. Pero
la gran masa del pueblo, son como yo. Desde su perspectiva, soy
pequeño, una piedra en el camino.
—Taiho, Shuka y Eishuku son sin duda…
Junkou meneó la cabeza firmemente.
—Las personas reales tienen defectos e imperfecciones. No
somos todos perfectos como mi hermano. Su mundo ideal me suena
a este jardín artificial. Pero construir un reino no es como hacer valles
y montañas reales. La realidad no está hecha de estas pequeñas
rocas. Al final, los seres humanos no pueden mover las montañas

Parte III 197


Capítulo 8 Sueños de Prosperidad

reales, o los ríos o los bosques solo para mejorar el paisaje.


—Sí, sería un poco extremo.
—El Sai del que habla mi hermano suena como a un hermoso
sueño. Siempre pensé en él como un ideal. El Sai ideal no es un lugar
que pueda ser construido. Hay una imagen retenida en la mente a
medida que nos acercamos a la meta -eso es lo que debería ser un
ideal-. En ese caso, no importa cuán alta sea la barra. Eso es lo que
llamamos un ideal, después de todo.
—De acuerdo.
—Pero mi hermano se comporta como si ese ideal fuera la
realidad. Si me preguntan, esa clase de reino se convertiría en una
prisión.
—Taiho…
—¿No lo ves? La imagen del reino perfecto que pinta mi hermano
es un lugar donde el hombre común -el tonto ordinario- no podría
vivir. Todos los ministros diferencian el bien del mal, mantendrán
sus pasiones a raya y trabajarán por el bien de toda la humanidad.
Toda la gente obedecerá la ley, virtuosa y humildemente y trabajarán
diligentemente del amanecer a la puesta del sol. Y aquellos que no
lo hagan no serán parte de la ecuación. ¿A dónde irán? ¿Exiliarlos?
¿Ejecutarlos? Con el fin de mantener la maldad y pereza a raya,
¿serán vigilados y disciplinados cada minuto del día?
—Bien… yo… umm…
—Si ese es el tipo de reino que mi hermano desea, entonces
pude considerarme como uno de los carceleros. No puede ser la
clase de reino que deba existir. En tiempos como este, no puedo
evitar pensar que mi idea de una utopía sería que no podría tolerar
ninguna cantidad pequeña de pereza y conspiración, ni de estupidez
e ineficiencia.
—Eso puede ser cierto, pero…
—Mientras hablamos, mi hermano está haciendo todo lo posible
para convertir ese ideal fijo en su mente en una realidad. Se esfuerza
para la perfección -una realidad que no puede existir-, sin espacio
para dudas. Creo que está equivocado. Pero estas no son las palabras
que está dispuesto a escuchar.
Seiki lo miró. La cara de Junkou estaba impregnada de dolor.
—Después de eso, no tenía nada más que quedarse —concluyó
Seiki—. Todo ese asunto me dejó un amargo sabor de boca, así que
me despedí. Y eso fue todo.

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Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

CAPÍTULO 9

Eishuku se quedó sentado allí en un profundo silencio. Seiki se movió


en su puesto, incómodo.
—Lo que el Taiho dijo ciertamente suena como una crítica hacia
Su Alteza. Pero aun suponiendo que tuviera una mala voluntad hacia
el rey, ¿qué ganaría al asesinar al Taishi?
—Tienes un buen punto.
—Aunque… —empezó a decir Shuka, pero mantuvo la terrorífica
idea para sí misma.
Al regresar del Sankou, Junkou se dirigió al Palacio Choumei.
Shuka imaginó que querría compartir sus pensamientos con Daishou
-quien era su padre y el Taishi- o consultar con él. Suponiendo que
estuvieran de acuerdo en el asunto y entonces apareciera Shishou
o le pidieran que fuera y sacaron esas críticas a la luz, por lo que se
produjo una discusión. Shishou enfurecido mató a Daishou y Junkou
escapó, y temiendo por su vida, huyó del Palacio Imperial.
—No creo que fuera el señor Junkou. Después de todo, el Taishi
fue prácticamente decapitado.
Eishuku asintió con la cabeza, su expresión mostraba dudas.
—¿Sería físicamente capaz de tal cosa? Desde nuestro tiempo
juntos en Kouto, nunca lo observé esgrimir un arma de ningún tipo
de competencia. ¿Alguno de ustedes lo vio?
Al luchar con la gente, Junkou parecía más asustado de agarrar
una espada que de sus enemigos. No pocos lo llamaban cobarde a
su espalda.
—No, nunca lo vi.

Parte III 199


Capítulo 9 Sueños de Prosperidad

—No podría esgrimir una espada para salvar su vida, no tenía


el corazón para eso. No puedo creer que pudiera herir a nadie
seriamente, y mucho menos quitarle la cabeza —Eishuku reflexionó
sobre el asunto durante un minuto—. Definitivamente, tendría que
haber sido alguien que sabía cómo utilizar una espada.
—Entonces, no fue Junkou, Eishuku. Sería imposible.
—Probablemente —dijo Eishuku, con un asentimiento. Miraba
hacia el techo y murmuró—: Entonces, ¿quién? —Sus ojos se abrieron
de par en par y miró a Shuka.
Ella respondió con un pequeño asentimiento. Al darse cuenta de
esa posible verdad, la realidad debió afectarlo también.
Eishuku le dio al Taisai un vistazo nervioso y tomó una respiración
profunda. Shuka, suspiró también, un suspiro teñido de decepción y
disconformidad.
Un segundo más tarde, la puerta de la habitación se abrió
abruptamente. Soldados armados de la Guardia del Palacio entraron.
Liderados por un comandante de la Guardia del Palacio de la
Izquierda. Sostuvo en alto una orden que todos debían ver.
—He sido autorizado para llevarme al Chousai, al Daishito, al
Taisai y al Shousai detenidos bajo sospecha de traición.

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Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

PARTE IV
CAPÍTULO 10

Shuka se congeló en el asombro, lo mismo les sucedió a Eishuku y


a los otros. ¿Qué está sucediendo? Pero fue en vano. Fueron atados
con cuerdas y empujados a una de las habitaciones en la oficina del
Naiden de la Izquierda.
Solo captaron que el Daishikou había sido despedido, que el cargo
no había sido ocupado, por lo que el Shoushikou, el viceministro del
Ministerio de Otoño había autorizado la detención.
—Junkou estaba planeando una insurrección, el Taishi lo
descubrió, por lo que el Taiho lo mató y huyó del palacio. Y el Daishito…
Sus brazos seguían atados, Shuka levantó la cabeza ante la
mención sin emociones del Shoushikou sobre su posición.
—Ha quedado claro que pretendes ayudar y ser cómplice de
Junkou por tu reunión con la Taiho y esparcir rumores sobre el
shitsudou.
Shuka se quedó boquiabierta por la sorpresa.
—¡Espera un minuto! ¡¿Dices que la condición de la Taiho es una
farsa?!
Implicaba que Sairin fingía su condición y que Shuka lo había
planeado con ella para difundir rumores del shitsudou, y que Sairin
también participó en esta “conspiración”. ¿En qué universo el kirin
elevaría el estandarte de la rebelión contra su propio rey? Estaba a
punto de levantar su voz y objetar cuando el Shoushikou la detuvo.
—Es inútil tratar de negarlo —su rostro estaba nublado con una

Parte IV 201
Capítulo 10 Sueños de Prosperidad

amarga mortificación. Era improbable que el Shoushikou creyera una


palabra de lo que decía—. El Chousai se comunicaba con Junkou a
través de su siervo. Testigos de los hechos demostraron que ese siervo
se reunió secretamente con el señor Junkou en muchas ocasiones.
Seiki intentó protestar esta acusación, pero fue silenciado.
—El Taisai y el Shousai, junto con el General de la Guardia del
Palacio de Derecha, que estaba al mando de los vigilantes en la puerta
del Palacio de Oriente, ayudó a Junkou a cometer estar atrocidades y
a escapar. Ha salido a la luz que el Chousai conspiró para encubrir la
evidencia de sus crímenes atroces y pasar la lamentable muerte del
Taisai como un accidente.
El Shoushikou leyó la acusación de una manera monótona sin
levantar los ojos.
—Por compasión, serás liberado por ahora, pero las partes en
cuestión permanecerán bajo arresto domiciliario hasta que el
Ministerio de Otoño ordene lo contrario. Soldados se apostarán en
su domicilio, que no podrán abandonar bajo ninguna condición. Ni se
permitirá ninguna comunicación entre ustedes.
Con una breve mirada, bajó la cabeza, como si se avergonzara
por lo que estaba haciendo. Los soldados -que no parecían más
iluminados que el resto de ellos- los escoltaron. Eishuku rompió el
silencio.
—¿Puedo hacer una pregunta?
El Shoushikou evitó sus ojos y no respondió.
—¿Es la teoría de Su Alteza este crimen?
El Shoushikou no respondió, pero solo bajó su cabeza.

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Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

CAPÍTULO 11

Shuka y Eishuku fueron llevados esposados a su residencia oficial


al sur de las habitaciones imperiales. Finalmente fueron puestos en
libertad en la sala principal. Las puertas de la sala fueron aseguradas
desde el exterior. Soldados armados con armadura de batalla fueron
apostados en la periferia.
—Amo, ama, estoy terriblemente apesadumbrado —Seiki se
lamentó cuando entraron a la sala de estar—. Todo esto es porque
me reuní con el señor Junkou. Los he involucrado a todos en algo
horrible. —Cayó al piso en señal de arrepentimiento.
—No, no lo has hecho, Seiki —dijo Shuka, dándole un abrazo
tranquilizador—. De ninguna manera esto es tu culpa.
—Pero…
Shuka sacudió la cabeza. Miró a Eishuku.
—Eishuku, esto es porque…
No tenía que terminar la frase para que la entendiera. Shishou
creía que Junkou era la raíz de algún tipo de golpe de Estado. Nadie
sabía lo que había pasado la noche que Daishou había sido asesinado.
Como Shuka había comenzado a sospechar, una posibilidad era que,
enfurecido por sus críticas, Shishou había atacado a Daishou y a Junkou.
La otra posibilidad era que Shishou no estuviera implicado, pero
creía que Junkou había asesinado a Daishou y huido.
En cualquier caso, Shishou había decidido que el comportamiento
de Junkou era el de un traidor. Solo porque habían hablado Junkou
y Seiki, Eishuku estaba implicado en la conspiración, al igual que su
esposa, que se había reunido previamente con Sairin a solas.

Parte IV 203
Capítulo 11 Sueños de Prosperidad

—Por qué Shishou… —dijo Eishuku, a nadie en particular mientras


se sentaba en la silla más cercana—. Sospechar incluso de la Taiho…
esto es una locura. ¿En qué está pensando ese hombre?
—No es racional, eso es seguro.
Eishuku murmuró por lo bajo.
—Un rey con el shitsudou.
Shuka contuvo el aliento.
—Hemos sido acusados de crímenes capitales. Sería mejor
prepararnos para lo que viene.
—¿Realmente crees que Shishou podría…? ¿Realmente él cree
en eso? Quiero decir, ¿Junkou tramando un golpe de Estado y todo
eso? ¿Y Eishuku conspirando con él?
—Si puede sospechar de la Taiho —replicó Eishuku débilmente—,
entonces puede sospechar de cualquiera. —Miró a Shuka y a Seiki—.
Es como dijo Shishou, Shuka.
—¿Qué dijo?
—Cuando llegue el momento en el que no puedas confiar en un
amigo, probablemente no es el amigo quien es poco fiable, sino tú
mismo.
»Es poco probable que Shishou comenzara a sospechar de
Junkou de la nada. Por el contrario, es por lo que él se ha desviado del
Camino lo que lo hace estar dispuesto a contemplar este sinsentido
de Junkou dirigiendo un golpe al palacio.
—Increíble.
—Justo ahora, el que está más angustiado es el que vacila como
una hoja en el viento, y no es otro que Shishou. Está tan orgulloso de
sus altos ideales, y, sin embargo, ha caído de bruces. Se comporta
como si no hubiera hecho nada malo, pero el hecho de que Sai no
sea una utopía ya debe ser tan evidente para él como un puñetazo
en la cara. Cuando se trata del tipo de reino que Sai debería haber
sido -del tipo de rey que él debería haber sido-, el único que no está
dispuesto a enfrentar los hechos es Shishou.
—Parece que es lo que está sucediendo.
—Shishou posiblemente no pudo pasar por alto las semejanzas
con el Rey Fu. En ese caso, empezó a ver enemigos surgiendo de la
nada, despreciándose a sí mismo por hacerlo y odiando al mundo por
hacerlo así, incitándolo a atacar a Junkou, a mí, a Shuka.
Shuka cubrió su rostro con sus manos. La persona a la que
Shishou realmente despreciaba era a él mismo.

204 Edición: EED_Wolf


Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

—Shishou realmente parece marchar hacia su perdición.


Shuka levantó la cabeza.
—¿Qué será de nosotros? O más bien, ¿de la Taiho?
—¿Quién sabe? —dijo Eishuku en voz baja—. Pero si la muerte es
nuestra recompensa, al menos nos ahorraremos ser testigos de la
caída final de Shishou.

Parte IV 205
Sueños de Prosperidad

206 Edición: EED_Wolf


Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

CAPÍTULO 12

A la mañana siguiente, el Shoushikou volvió a la sala principal donde


Shuka y el otro yacían tendidos en el piso. Una vez que las puertas
otra vez fueron aseguradas por los soldados fuera de la sala, el
Shoushikou se volvió hacia ellos con los ojos angustiados.
—Perdónenme por dejar que las cosas llegaran a este punto —dijo
en voz baja. Con su rostro ceniciento, les extendió un documento—.
La Taiho será enviada a Sou.
—Pero… su condición —dijo Shuka.
Angustiado, el Shoushikou sacudió la cabeza.
—En todo caso, él quería de deshacerse de ella debido a su
condición.
—Ah —gimió Shuka.
Así que Shishou ya no podía tolerar la existencia de Sairin.
—Por eso estoy aquí. Ustedes la escoltarán —dijo el Shoushikou
mirando a Seiki—. Solo el número mínimo de sirvientes podrán
acompañarla. Ustedes la acompañarán a Houga1, en la frontera Koukyou.
Representantes de Sou se reunirán con ustedes allí. Tan pronto como la
Taiho sea entregada al Embajador de Sou, regresarán a Yuunei.
Shuka inclinó su cabeza y Shoushikou asintió.
—Después de su regreso, en cuanto a las leyes de la alta traición,
serán juzgados y condenados. En otras palabras, Su Alteza no espera
que regresen.
Shuka se encontró perdida en las palabras. Fue su compañero
desde hace mucho tiempo, Shishou, mostrándoles compasión.
1 HOUGA. “Alegría dedicada”.

Parte IV 207
Capítulo 12 Sueños de Prosperidad

Lleven a Sairin a Sou y no vuelvan.


Si regresaban, serían procesados y condenados a muerte por
traición.
Los ojos de Shuka se llenaron de lágrimas. Shishou todavía
tenía algunos sentimientos albergados en su corazón para ellos. Y,
sin embargo, todavía estaba acusándolos de traición. Que pudiera
albergar tales pensamientos era incluso más doloroso.
Shishou había sido acorralado a sí mismo, a tal punto que no
podía soportar la crítica, no podía admitir sus propios fallos, no podía
pedir ayuda para establecer la Corte Imperial correctamente. Él mismo
dudaba de este supuestos golpe por lo absurdo que era. Mientras
creyera que el desprecio y odio hacia él era la raíz de esta revolución,
no podía permitir que ellos estuvieran una muerte honorable.
Con una mano temblorosa, el Shoushikou le entregó el edicto a
Eishuku.
—Por favor, entiendan el estado de ánimo de Su Alteza y no
regresen. Sé que será doloroso dejar Sai y esperar el final de la actual
Corte Imperial. Pero si vuelven, Su Alteza va a terminar cometiendo
un pecado mucho más grave.
—Entendido —contestó Eishuku. Agarró la mano del Shoushikou—.
Sé cuán difícil debe ser para ti. Tienes nuestro más sincero
agradecimiento.
El Shoushikou inclinó la cabeza.
—Si perdonas la presunción, en nombre de Su Alteza, rezo por su
bienestar permanente.

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Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

CAPÍTULO 13

Al día siguiente, a altas horas de la noche, Shuka encontró a Sairin en


la puerta trasera del Palacio Imperial.
—¿Cómo le va, Taiho? —le preguntó Shuka, asomándose en el
palanquín guiado por el Ministerio de Verano.
Se arrodilló para ver mejor. Sairin respondió solo con el brillo sin
emociones de sus ojos. Hasta ahora, Eishuku no había sido testigo
de su estado debilitado y claramente se sorprendió al verla. La joven
exhausta con sus ojos vacíos en el palanquín todavía se aferraba a
la rama marchita.
Desviando la mirada, transfirieron a Sairin a un destartalado y viejo
carro tirado por caballos. Era atendida solo por tres doncellas. Shuka
montó en un carro igual de decrépito. Con el fin de mantener las cosas
al mínimo, además de Seiki, solo seis funcionarios fueron permitidos
para acompañarlos. Silenciosamente montó en el tercer carruaje.
En medio de la noche, la puerta fue cerrada herméticamente. El
lugar estaba desierto excepto por los soldados que los escoltaban.
Funcionarios del Ministerio de Verano sostenían las riendas. Cinco
soldados -vigilantes o guardias- fueron asignados a cada carruaje. La
puerta se abrió silenciosamente. Solo el Shoushikou estaba allí para
despedir a Shuka y a los otros que abandonaban el palacio. Fue una
despedida increíblemente triste.
Tomaría más de un mes para llegar a Koukyou en un carruaje.
Porque Sairin estaba con ellos, no podían detenerse en pensiones
ordinarias. Dormían en los carruajes, viajaban de noche mientras se
dirigían a Koukyou.

Parte IV 209
Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

A pesar del aspecto descuidado, los interiores de los carruajes


se mantuvieron aseados. Eran apenas cómodos, y el viaje fue difícil.
Igualmente dura era la severidad de la enfermedad de Sairin.
Yacía en una cama en medio del carro como si estuviera en trance.
De vez en cuando volvía en sí y lloraba por el sufrimiento de la gente.
Cuando lloraba, levantaba su voz lastimera y amarga contra Shishou.
Incluso los que iban en carruajes diferentes no podrían sacar esos
gritos de sus cabezas.
No iban ni a la mitad del viaje cuando las doncellas de Sairin
estuvieron cansadas y al borde de un ataque de nervios. Shuka tuvo
que intervenir y hacerse cargo de sus funciones cada vez más a
menudo. Y luego no había manera de cubrir sus oídos o apartar sus
miradas.
—¡Todos vamos a morir, Shuka! ¡La tierra está manchada de
sangre!
—Taiho… no diga esas cosas…
—¡Es verdad! ¡Shishou ha desechado a Sai! Una malvada era ha
caído. Los youma están a la espera para reunir sus fuerzas. ¡Pero
el rey nos despedazará antes que sus enjambres lleguen! —Sairin
agarró la rama marchita con ambas manos—. ¡Tú, yo, él nos matará a
todos nosotros! ¡Él va a asesinar a Sai!
—¡Oh! No debe dejarse llevar —dijo Shuka, consolándola—. Las
cosas no son tan malas —repitió una y otra vez esas mentiras—. Su
Alteza está preocupado por su bienestar, es todo. No quiere poner
una tensión mayor en su salud. Debe aprovechar la oportunidad para
descansar bien en Sou y poner su mente en calma.
—¡Estás equivocada! ¡Me ha dejado de lado! ¡Nos ha dejado a
todos de lado! ¿No entiendes, Shuka? ¡Su Alteza ha asesinado a
decenas! ¡Tomó todo y lo echó al fuego!
Otra vez se derrumbó en lágrimas. Shuka dijo, acariciándola con
su mano:
—Taiho, por favor…
—Lleva el rostro de un sabio y luego nos bendice con escoria y
lanza a Sai a los lobos. Y me dijo que me mostraría el paraíso.
—Taiho…
—Creí en Su Alteza, Shuka. Yo esperé. Dijo que esos sueños
estarían cada vez más cercanos. Pero solo se han alejado más y más.
Sai no es como el paraíso en lo más mínimo. Cada paso se aleja en
la distancia. ¡Me lo prometió! —Sairin levantó la cabeza—. Ah, el aura

Parte IV 211
Capítulo 13 Sueños de Prosperidad

del rey está atenuándose otra vez…


—Taiho…
Sairin se aferró a ella.
—Por favor. Tenemos que volver a Yuunei. Su Alteza debe ser
salvado. ¿Por qué lo abandonan? Se hunde solo bajo las olas.
Estaba claramente dividida por su enemistad y por su amor por él,
lo despreciaba con la misma vehemencia con la que estaba encantada
por su excelencia y su alegría por haberlo elegido. Alternadamente
lo criticaba duramente por abandonar a sus súbditos y a Shuka por
abandonarlo.
—No sé si puedo soportar más esto —lloraba Shuka, regresando
a su carruaje después de que una doncella la relevara.
—Señora Shuka… —Seiki colocó su mano sobre su espalda. La
miró y dijo, con una voz de preocupación—, comprendo por qué Su
Alteza deseaba mantener a la Taiho fuera de su vista. Es una visión
insoportable.
La enfermedad de Sairin evidenciaba los errores cometidos.
Y Shishou no era la única persona haciéndolos. Shishou los había
nombrado para la Corte Imperial. El shitsudou de Sairin era el fruto
de su esfuerzo colectivo. Si fuera simplemente el resultado de la
fatiga o la debilidad causada por la contaminación por sangre1, no
causaría ese grado de sufrimiento. Y, sin embargo, su sufrimiento
había sido cruelmente ignorado, una indiferencia que era evidencia
de la pérdida del Camino.
Ahora, las consecuencias de ese descuido cruel estaban siendo
empujadas sobre ellos.
—Es algo que todos nosotros hemos tenido en cuenta. Pero ¿por
qué? —Shuka miró a Seiki y a Eishuku. Hasta ahora no había estado
dispuesta a admitir cualquier culpa personal—. El hecho es que
perseguimos ese sueño y nada más. Creíamos que el curso que teníamos
al frente era evidente, que el objetivo que estábamos buscando era el
ideal adecuado, y mientras desplegáramos esa bandera con suficiente
vigor, podríamos hacer que cualquier cosa sucediera.
En el gobierno idealista que habían fundado, ninguno utilizaría sus
posiciones para su propio interés o beneficio personal. Cuando tales
funcionarios eran descubiertos, eran despedidos inmediatamente.
Pero luego las cosas se detuvieron sin ellos por lo que tuvieron que
1 Los kirin son veganos. La exposición a la sangre, incluso la suya propia, los enfer-
ma. La exposición prolongada, como la que sufrió Taiki en La Orilla en Crepúsculo, el Cielo al
Amanecer, puede acercarlos a la muerte.

212 Edición: EED_Wolf


Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

ser recontratados. Todo el asunto era ciertamente un error de primer


orden. Y fue su error, error de Shishou.
Realmente se habían convencido ellos mismos que si los delitos de
los corruptos se expusieran y fueran castigados, entonces realmente
verían la luz. Reflejarían sus pecados, y su ejemplo humillante
convencería a los demás para que cambiaran su actuar. No habían
concebido el hecho de que existieran funcionarios corruptos que,
acusados, sancionados y avergonzados, nunca se arrepentirían.
Si alguien les hubiera señalado que el mundo real no era el que
ingenuamente imaginaron en sus mentes, entonces podrían haber
sido ellos los que vieran la luz.
—¿Fue ahí donde nos estrellamos? Como dijo el señor Junkou,
¿hemos estado construyendo muros de prisiones todo el tiempo?
Pero nosotros no estuvimos obligando a la gente a dirigirse a la
derecha y que mataran a aquellos que no obedecían.
Incluso el más tiránico de los funcionarios había sido despedido,
no ejecutado. Las sentencias habían sido moderadas por la
compasión, y cada intento fue hecho con benevolencia. Y, aun así, el
reino continuó hundiéndose en el caos, tal como lo hizo Sairin.
El viaje continuó, este hecho era indiscutible. La gente común
estaba claramente en peligro. Una buena parte de esa angustia era
debido a la explotación por parte de las autoridades locales. Pero el
resto fue culpa de Shuka. Aunque el manejo de la tierra estaba en
su cartera, poco había hecho por las personas que vivían de la tierra.
Desde la época del Rey Fu, los ministros habían forrado sus bolsillos
primero y dejaban que los zorros vigilaran los gallineros.
Los campesinos abandonaron sus parcelas, los campos estaban
en barbecho, los canales se atascaron, los diques tenían fugas y los
pueblos se quedaron sin recursos por la corrupción política. Todos
estos hechos sobre el terreno deberían haber exigido su atención. El
curso de acción era claro, pero la Tesorería Imperial carecía de los
fondos para hacer frente a esos problemas.
La gente empobrecida por los chanchullos y la corrupción no
podía soportar una carga fiscal más pesada. Shishou había bajado los
impuestos por compasión, pero había drenado la tesorería en el proceso.
La enfermedad de Sairin, la devastación de la tierra, la pobreza
de la gente -el viaje le recordaba día tras día la enormidad de sus
faltas-. Se sintió profundamente aliviada cuando los picos de las
montañas de Koushuu finalmente llegaron a la vista.

Parte IV 213
Sueños de Prosperidad

214 Edición: EED_Wolf


Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

PARTE V
CAPÍTULO 14

La ciudad de Houga estaba situada en Koukyou, en la parte oriental de


Sai. Un funcionario de Sou estaba parado en las puertas principales
de Sai a Sou, junto con una compañía de soldados. Shuka y los
demás de los carruajes. Bajo la mirada atenta de los militares de Sai,
pasaron a través de las puertas de Sou a pie.
La joven que estaba a la cabeza de la compañía se inclinó
cortésmente.
—Soy la Princesa Bun, hija del Rey de Sou1. Estoy aquí para dar
la bienvenida a Sai Taiho. Me alegra saber que han llegado aquí con
seguridad.
—Agradecemos profundamente el gesto —respondió Eishuku en
su nombre.
Él y Shuka se presentaron y expresaron su agradecimiento a la
princesa. Bunki asintió y dijo:
—El Chousai debe estar muy cansado. Sai Taiho parece muy
fatigada también. Hemos acomodado un palacio para su uso en el
Monte Samei2. No está lejos de Houga. Dirijámonos allí.
Bunki les señaló un kijuu llevando un palanquín. Fue solo un
salto corto de Houga a Samei. El Monte Samei era una montaña de
Ryou’un que se disparaba sobre el Mar de Nubes. Llegaron al pie
de la montaña y entonces pasaron a través de los túneles mágicos,

1 REY DE SOU. “Esencia”.


2 SAMEI. “Luz de arena”.

Parte V 215
Capítulo 14 Sueños de Prosperidad

emergiendo sobre el Mar de Nubes. Había un pequeño palacio


situado en la cima, rodeado por un gran jardín.
Sairin fue llevada al Seiden3 del palacio. Allí, quedó al cuidado de
sus doncellas.
Bunki le explicó a Shuka:
—La villa es utilizada como un refugio de verano. Puede ser
un pelín frío, pero teniendo en cuenta la condición de Sai Taiho,
pensamos que era mejor quedarse cerca de Houga.
—Gracias —dijo Shuka, con una reverencia.
Bunki sonrió.
—Si hay algo que pueda hacer o cualquier cosa que necesiten,
no dudes en mencionarlo. Sai Taiho parece estar en un estado tan
triste que hemos dispuesto una villa vecina para el Chousai y para ti.
Espero que cuente con su aprobación.
—Por supuesto que lo hará. Verdaderamente, apreciamos todo lo
que han hecho por nosotros.
De hecho, Bunki había cuidado cada detalle, incluyendo la villa. Las
flores fueron arregladas en el vestíbulo. Un contingente considerable
de siervos estaba esperándolos. Como habían llegado sin mucho más
que la ropa que llevaban puesta, un nuevo vestuario fue presentado,
junto con todos los efectos personales que necesitaran.
—Por favor, tómense su tiempo. Les daré algo de espacio. Por el
momento, consideren esto como su propia casa.
Shuka nuevamente se inclinó profundamente y expresó su
sincero agradecimiento.

3 SEIDEN. “Edificio verdadero”. El edificio principal del palacio.

216 Edición: EED_Wolf


Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

CAPÍTULO 15

De hecho, Shuka y Eishuku estaban agotados y le agradecieron a Bunki


desde el fondo de sus corazones. En el estado de agotamiento de Shuka,
el gesto realmente la había conmovido. Al mismo tiempo, era muy triste.
La extraordinaria generosidad que el pueblo de Sou les mostraba -a
completos extraños y extranjeros- le aguijoneó su conciencia.
Apenas veinte años.
—¿La Corte Imperial fracasó después de un tiempo tan corto?
—se preguntó Shuka tristemente, mirando a los jardines desde la
ventana de la sala principal de la mansión—. A Sou, le debe todo
parecer una actuación vergonzosa.
Bunki llegó con una cesta de fruta. Respondió con una sonrisa
perpleja.
—Nadie ha dicho eso. Una Corte Imperial es algo duro de manejar.
Especialmente después de una revolución, cuanto más joven la corte,
más difícil es.
—Probablemente, esté en lo cierto.
—Es generalmente el caso —declaró Bunki con una sonrisa
tranquilizadora—. Pero ¿qué harán la señora Shuka y el señor
Eishuku de ahora en adelante? Fueron muy importantes ministros
de su gobierno. Su Alteza quisiera hacer uso de su experiencia en
nombre de Sou.
—Bueno… —dijo Shuka.
Por un momento no pudo negar la alegría que llenaba su corazón.
No había lugar para ellos en Sai. Su carrera como ministro había
terminado. No tenía ni idea de lo que haría después de eso. No podía

Parte V 217
Capítulo 15 Sueños de Prosperidad

sentirse sino intranquila. Al mismo tiempo, no había sido capaz de


lograr lo que como ministro debía llevar a cabo y eso la llenaba de
remordimientos. La oportunidad de empezar de nuevo como ministro
en un reino rico como Sou era un salvavidas.
Pero Eishuku alzó su voz y dijo fríamente.
—Le damos gracias por la oferta, pero no estamos de acuerdo.
Nuestro debes es con Sai. Es una vergüenza el que debamos
depender de los recursos de su reino.
—Eishuku…
Eishuku sacudió la cabeza con firmeza.
—Shuka, simplemente no podemos. Si me disculpan…
—Pero… —Shuka levantó la voz—. Shishou nos dijo que no
regresáramos.
—Aunque puede ser cierto, no significa que debemos confiar en la
bondad de los extraños y poner a Sai detrás de nosotros. Ciertamente
sabemos que, si volvemos a Sai, seremos calificados de traidores y
castigados duramente por ello. La muerte de ninguna manera está
en las cartas. Shishou nos dijo que huyéramos, y al menos así pudo
perdonar nuestras vidas.
—Pero…
—Y, aunque no lo hiciera, nuestras vidas deberían tomarse en
recompensa por nuestros pecados.
—¡No somos traidores!
—¿Podemos afirmar realmente que no lo somos? Aunque nuestro
papel en la revolución nos recompensó con altas posiciones en el
gobierno, fuimos incapaces de salvar a Shishou o salvar a la Corte
Imperial. La gente sufrió ante nuestros ojos, las injusticias florecieron
y fuimos desleales a Su Alteza. La calumnia de traición no es
injustificada, ¿o sí? Si somos condenados a muerte bajo la acusación
de traición, entonces que así sea.
—Eishuku…
—Si somos tan afortunados que Shishou perdone nuestras
vidas, entonces hay mucho trabajo que hacer en su nombre. Volver
al Camino es difícil, pero definitivamente no imposible. Debemos
trabajar hacia ese fin. Si resulta ilusorio, y si vivimos lo suficiente,
entonces después de la caída de Shishou, Sai necesitará el apoyo de
las personas para evitar que las cosas se caigan a pedazos. Sostener
un reino con un trono vacío es la única manera en la que podemos
pagarle a la gente por las injusticias que sufrieron.

218 Edición: EED_Wolf


Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

Shuka cayó en silencio.


—Shishou nos dijo que acompañáramos a la Taiho aquí y que
luego regresáramos. Ese fue el Decreto Imperial. Lo que significa que
estamos obligados a volver. ¿Qué opinas, Seiki? —Eishuku se volvió
hacia Seiki, que estaba sentado tranquilamente en una esquina de
la habitación.
Seiki suspiró suavemente.
—Tuve la sensación de que sería la conclusión a la que llegarías.
—Puedes permanecer aquí si lo deseas.
—No seas tonto. Si insistes en regresar a Sai, por supuesto que voy
a acompañarte. Sin mí, no te levantarás a tiempo para tu ejecución.
Eishuku se echó a reír y miró a Shuka.
—Seguramente bromean —oyó decir a Bunki exclamar, pero
asintió con la cabeza de todos modos.
Tenía razón. Habían destruido a Sai. Obsesionados por su propio
idealismo, habían tomado esa realidad por sentado y estúpidamente
sirvieron a ningún otro fin. Siendo ese el caso, no podían mantener
sus propias y estimadas vidas y abandonar sus obligaciones mientras
que las personas perecían.
Tenemos el deber de sacrificarnos en la búsqueda de la rectitud.

Parte V 219
Sueños de Prosperidad

220 Edición: EED_Wolf


Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

CAPÍTULO 16

Bunki intentó disuadirlos, pero después de poner los asuntos de


Sairin en orden, salieron del Palacio Samei. Los sirvientes y doncellas
que los habían acompañado se quedaron. Dejando a Sairin bajo su
cuidado, Shuka, Eishuku y Seiki descendieron el Monte Samei.
A regañadientes, Bunki les dio tres kijuu. Con sus criados
sosteniendo las riendas, hicieron el viaje de vuelta a Yuunei en solo
dos días. Los criados los dejaron frente a las puertas del Palacio
Yuunei, deseándoles buena suerte y volaron de regreso.
No encontraron ninguna dificultad al entrar en el palacio.
Después de todo, sus órdenes originales habían sido entregar a
Sairin y luego volver. Pasaron por la quinta puerta de las habitaciones
imperiales. Entraron en el Naiden y anunciaron su regreso. Al verlos,
se oscurecieron los ojos del Shoushikou.
—Chousai, Daishito, ¿qué están haciendo aquí? —preguntó el
Shoushikou, casi en lágrimas. Fue el Shoushikou quien previamente
les había dicho adiós. Al escoltarlos a su residencia oficial, preguntó
amargamente—: ¿Así que se proponer ir a la horca sin luchar?
—Eso depende de Su Alteza —dijo Eishuku—. Si eso es lo que
viene, entonces, que así sea.
El Shoushikou bajó su cabeza.
—¿El Taisai y el Shousai?
—En espera de una decisión del ministro de Otoño. El ministro está
retrasándolo lo más posible, tergiversando y alargando la investigación.
Y Su Alteza no le ordenó a nadie que apresuraran las cosas.
—¿Cómo lo está haciendo Su Alteza?

Parte V 221
Capítulo 16 Sueños de Prosperidad

El Shoushikou movió la cabeza sin palabras.


—Luce pálido,
—Creo que está bebiendo en exceso. Se presentó en el Consejo
Privado bastante ebrio en al menos tres ocasiones. En cualquier
caso, su corazón no parece estar en su lugar. A veces balbucea en
forma incomprensible o empieza a gritarle al Cielo. La Corte Imperia
no está yendo a ninguna parte.
—Tan mal… —Shuka suspiró.
Shishou estaba todavía enfermo. Y su corte se hundía rápidamente
en el olvido.
Acompañado por el Shoushikou, volvieron a su residencia por
primera vez en mucho tiempo. Todos los artículos para el hogar y
muebles y cualquier cosa de valor dejada en su partida repentina se
habían ido. El lugar había sido saqueado durante su ausencia.
—Pero ¿qué rayos…? —el Shoushikou quedó boquiabierto.
—No te preocupes por esto —dijo tranquilizadoramente
Eishuku—. La burocracia parece estar ejecutándose salvajemente
por aquí. Nuestros bienes personales son apenas importantes. Pero
necesitamos asegurarnos de que el repositorio imperial permanezca
intacto.
»Después de esto, se convertirá en el dominio del nuevo rey que
surja para salvar a Sai.
En respuesta a las palabras de Eishuku, el Shoushikou vaciló como
si sintiera dolor. Su cabeza se desplomó afligidamente en su pecho.

222 Edición: EED_Wolf


Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

PARTE VI
CAPÍTULO 17

Shuka, Eishuku y Seiki esperaban pacientemente en la residencia


mientras se dictaban sus sentencias.
Los jardines visibles desde el salón principal tenían los vivos
colores de principio de verano. La villa se les había dado junto con sus
nombramientos políticos, pero hasta este punto, Shuka no se había
tomado el tiempo para apreciar realmente la vista. Había estado tan
atareada con sus deberes oficiales en los últimos veinte años que por
días apenas había visto la cara de Eishuku excepto en las reuniones
del Consejo Privado. Después de un rato se acostumbró a la rutina y
eso le parecía lo más normal.
Tal vez resignada a su destino, Shuka se había relajado hasta el
punto de que finalmente se permitió contemplar tales pensamientos.
Dos días después, temprano por la tarde, el Shoushikou llegó a
toda prisa.
—Chousai, si no te importa, me gustaría que te cambiaras con
estas prendas —sostuvo al frente un traje de sirviente.
—¿Qué es esto?
—El Taiho fue encontrado.
—¿Junkou? —dijo Shuka, levantando su voz—. ¿Dónde?
—En Suiyou Manor. Falleció.
Shuka contuvo el aliento. El Shoushikou explicó las circunstancias.
Viendo el estado saqueado de su residencia y siguiendo el consejo
de Eishuku, el Ministerio del Cielo había comenzado un inventario del

Parte VI 223
Capítulo 17 Sueños de Prosperidad

repositorio imperial. Anticipando que el reinado de Shishou pronto


llegaría a su fin, los funcionarios corruptos estuvieron saqueando
descaradamente los palacios de derecha e izquierda.
La corrupción todavía no había alcanzado el sanctasanctórum
de las habitaciones imperiales y el Roshin. Pero los Ministerios del
Cielo y Otoño aumentaron sus auditorías y reforzaron las patrullas
de seguridad. Durante una de esas patrullas, en las profundidades
del Koukyuu, un funcionario del Ministerio del Cielo detectó un fuerte
hedor en la Suiyou Manor, el edificio principal del complejo del Palacio
del Norte. Al buscar minuciosamente, descubrieron el cuerpo.
El cadáver de Junkou había sido envuelto en una alfombra y
depositado en los establos de la Suiyou Manor. Bastante tiempo
había pasado, por lo que se había descompuesto el cuerpo y era
irreconocible, pero estaba claro por la ropa que era Junkou.
—Sin lugar a duda es la misma alfombra que desapareció de la
Mansión Choumei. Por la condición de los restos, es evidente que
el Taiho fue asesinado por el mismo agresor poco después que el
Taishi. El Kasho Kada fue encontrado junto con el cuerpo.
—¿El Kasho Kada?
—Sí. Pero una rama fue cortada y está perdida. Cuando lo
golpearon, debió haber cortado a través de lo que tenía en su bolsillo.
En cualquier caso, casi nadie tiene acceso al complejo norte del
palacio. La persona que lo hizo…
—Su Alteza.
El Shoushikou asintió ceñudo.
—Así son las cosas, no podemos oficialmente informar esto al rey.
No hay Taisai ni Shousai. No estoy seguro de cuál debe ser nuestro
próximo curso de acción. No hay nadie para asumir el mando.
—Mi madre, la Taifu…
—Ha sido informada. La Taifu esperaba que tomaras el cargo de
Chousai… en secreto.
—Ya veo —murmuró Eishuku para sí mismo. Tomó la ropa que le
ofrecía el Shoushikou—. Espera aquí. Ya vuelvo.
Eishuku fue a cambiarse a su cuarto. Desde una esquina de la
habitación, Seiki dijo:
—Umm, ¿puedo hacer al Shoushikou una pregunta?
—¿Qué sería?
—¿Encontraron la pieza faltante del Kasho Kada?
—No —dijo el Shoushikou, desconcertado por la pregunta.

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Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

Seiki parecía desconcertado por eso también. Cuando Eishuku


salió de la habitación vestido con el traje de siervo, Seiki le dijo:
—Debes buscar muy cuidadosamente en el cuerpo del Taiho. Es
posible que un pedazo de la rama haya quedado dentro de su cuerpo.
Pero, en cualquier caso, ten cuidado.

Parte VI 225
Sueños de Prosperidad

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Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

CAPÍTULO 18

Después de que Eishuku se fuera, Shuka le preguntó a Seiki.


—¿Por qué le pediste eso?
Seiki encorvó los hombros como si estuviera igualmente
confundido.
—Algo que se me ocurrió. No estoy muy seguro.
—Eso no me aclara nada, Seiki. Siéntate y explícamelo.
Seiki se sentó incómodamente en una silla como un niño
desobediente a punto de recibir un regaño.
—Verás, si eran tan graves las heridas en el cuerpo del Taiho
Junkou, entonces es lógico que lo mataran al mismo tiempo que al
Taishi. Recuerdo que había una gran cantidad de sangre acumulada
en un área. Probablemente, su mayoría perteneció al Taiho.
—Sí, eso tiene sentido. ¿Y?
—¿Por qué alguien, después de tal grado de violencia sobre el
Taiho, no dejó el cuerpo allí? ¿Por qué se tomó la molestia de llevárselo
solo a él? Un número de razones vienen a mi mente, pero tiene más
sentido para mí si tenía el Kasho Kada con él y una rama fue cortada.
De un modo u otro, el pedazo roto debió quedar en el cuerpo del
señor Junkou. Por lo que fue necesario buscar más cuidadosamente
en su cuerpo.
—Pero ¿por qué? Si la pieza faltante no podía ser recuperada,
¿por qué no simplemente desechar el cuerpo y el pedazo de rama?
—Sí, ¿por qué no? Así que la razón para ocultar el cuerpo del
Taiho debe haber surgido por un deseo de mantenerlo oculto.
—¿Por qué…?

Parte VI 227
Capítulo 18 Sueños de Prosperidad

Seiki bajó su cabeza.


—Porque el Kasho Kada le pertenece a Sairin Taiho. Junkou se lo
dio a Su Alteza Shishou. Entonces, Su Alteza sería quien lo tiene ahora.
—¡Oh!
—El día que me encontré con el señor Junkou, dijo que le había
dado el Kasho Kada a Su Alteza. Por lo tanto, no sabía lo que había
llegado a ser de él. Hasta ese día, no había visto el Kasho Kada otra
vez. Entonces, ¿cuándo y cómo terminó de nuevo en posesión del
señor Junkou?
—¿Te refieres a que esa noche Shishou lo llevaba con él cuando
fue al Palacio de Oriente?
—Eso es lo que pienso, aunque no hay manera de confirmarlo. Su
Alteza podría haber ordenado a un siervo que lo entregara. Aunque si
de hecho Su Alteza llevó con él el Kasho Kada al Palacio Norte, creo
que no habría querido ser descubierto. Porque él y solo él lo llevaría allí.
—Entonces, ¿fue realmente Shishou?
—Muy probablemente —contestó Seiki tristemente.
—¿Por qué haría tal cosa?
—¿Quién sabe? El enigma más intrigante es por qué no
simplemente no encaró el asunto y asumió la responsabilidad.
—¿Qué? —dijo Shuka, levantando la cabeza.
—Quiero decir, el señor Shishou es el Rey. Suponiendo que mató
al Taishi y al Taiho, ¿hay alguien en cualquier lugar que realmente lo
podría poner en el banquillo por sus crímenes?
—Conociendo la meticulosidad de Shishou, no querría que
se supiera que había sido capaz de rebajarse ante tal brutalidad,
especialmente en un momento en que la Corte Imperial está en una
situación tan desesperada.
—Aun así, ¿por qué la necesidad de cubrir sus huellas así?
Considerando los rumores que circulaban acerca de que el señor
Junkou estaba involucrado en actos de traición. Aunque eran
acusaciones falsas, Su Alteza podría indicar que había agarrado al
señor Junkou con las manos en la masa, en un acto de traición y lo
había ejecutado por esa razón.
—Si la insurrección fuera visible, la gente y los ministros podrían
empezar a dudar sobre cuan calificado está Shishou para ser el rey.
—Pero Su Alteza dijo que Junkou estaba conspirando y asesinó al
Taishi. Y que tú y Eishuku fueron cómplices para ayudarlo a planear
la rebelión. Y por eso era su intención enjuiciarnos por dicho crimen.

228 Edición: EED_Wolf


Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

—Es cierto.
—No creo que fuera porque no podía decir que hubo una revuelta.
Si estaba horrorizado por lo que había hecho y quería fingir que no
sucedió, clamando traición sería más eficaz que ocultar el cuerpo.
»Al esconder el cuerpo implica que era consciente del delito.
Luego afirmó que había sido el señor Junkou quien tuvo la culpa y no
él -desviando la atención de sí mismo-.
Shuka asintió con la cabeza.
—Sí, eso tiene sentido. Pero ¿por qué?
—No lo sé. Salvo que el Kasho Kada realmente me preocupa.
Su Alteza dejó el cuerpo del Taishi donde cayó, pero ocultó el Kasho
Kada. Parece que estaba más preocupado por eso que por el delito
de asesinato. ¿Por qué Su Alteza lo llevó consigo al Palacio de Oriente
en primer lugar? Y no solo llevó el Kasho Kada.
Shuka parpadeó.
—¿No solo se lo llevó?
—Por supuesto. Su Alteza llevó el Kasho Kada y una espada al
Palacio de Oriente. Es costumbre que en el Roshin y en el Enshin
aparte de los guardias de la puerta y los encargados de la seguridad,
nadie puede llevar una espada. Su Alteza también porta una espada
en el Seishin. En cambio, en la Jinjuu Manor y en el Palacio de Oriente,
ni los guardias ni Su Alteza pueden llevar espadas.
Shuka lo miraba atónita.
—Su Alteza debió haber llevado consigo una espada del Palacio
de Oriente. Eso significa que tenía la intención de hacerle daño al
Taishi y al Taiho desde el principio. Shishou dejó el Palacio de Oriente
con el Kasho Kada y una espada en sus manos. Eso no significa
necesariamente que tuviera intensión de asesinar a alguien. Pero sin
duda revelaba cierto grado de hostilidad. Llevando una espada cuando
va a algún sitio indica miedo o ira. Pero no tenía nada que temer.
»Un viejo flaco y un joven desgarbado eran los únicos ocupantes
de la Mansión Choumei esa noche. Ni siquiera ellos portaban una
espada, por lo que no planteaban una amenaza para Shishou, ni
para nadie.
—Shishou debió haber estado molesto por algo. Consumido por
su ira, agarró su espada y el Kasho Kada y se dirigió hacia el Palacio
de Oriente.
—También lo creo. El problema es, ¿por qué el Kasho Kada lo
había enojado tanto? ¿Cuál es la conexión?

Parte VI 229
Capítulo 18 Sueños de Prosperidad

—Shishou debió estar enojado con Junkou. Había tomado lo que


le perteneció a la Taiho y lo había humillado.
—¿No fue eso lo que dijo cuando el señor Junkou le ofreció el
Kasho Kada? ¿Habría seguido molesto con él desde entonces?
Después de pensarlo por un momento, Shuka de repente tuvo
una idea.
—¿Qué tal si Shishou utilizó el Kasho Kada? Se dio cuenta que
su imagen de un Sai ideal sería un reino que nunca podría lograrse.
Por lo tanto…
Seiki suspiró.
—Es probable, pero difícil de decir. No sabemos las razones,
pero de alguna manera está conectado con el Kasho Kada. Y todo
comenzó con el señor Junkou entregándoselo a Shishou.
—Sí, eso fue —dijo Shuka, presionando su mano contra su pecho—.
En este caso, la culpa recaería en Eishuku.
—¿En el señor Eishuku? ¿Por qué?
—Porque fue él quien se lo recomendó originalmente.
La sorpresa fue evidente en la cara de Seiki.
—¿Eishuku lo recomendó?
—Creo que sí. Una vez me topé con Junkou y Eishuku hablando
de eso. En ese momento, Junkou quería darle a Shishou algunos
consejos y le preocupaba que no tuviera nada que ofrecer. Temía
que Shishou despidiera a su inútil hermanito. Fue entonces cuando
Eishuku hizo la sugerencia.
Shuka estaba pasando por la sombra de una glorieta del jardín y
no había escuchado toda la conversación. Así que, todo lo que oyó fue
a Eishuku sugiriendo que ofrecerle a Shishou el Kasho Kada podría
resultar útil, y manteniendo esto solo entre ellos, Junkou podría tomar
todo el crédito.
—¡Oh, mi…! —la cara de Seiki se endureció.
Shuka frunció el ceño.
——¿Por qué dices eso?
—¡Oh, no, no es nada! Yo solo estoy un poco sorprendido.
—Esa mirada en tu cara no fue nada. ¿Qué sucede, Seiki?
Seiki parecía haber atado todos los cabos sueltos. Miró alrededor
de la habitación varias veces como si buscara una salida y luego se
giró hacia Shuka.
—Suéltalo, Seiki. El tiempo es esencial aquí.
—Bueno, verás, el señor Junkou lo negó firmemente.

230 Edición: EED_Wolf


Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

—¿Negar qué?
Seiki respiró profundamente y exhaló.
—Cuando me lo encontré, surgió el tema de Su Alteza usando el
Kasho Kada para confirmar lo correcto de su visión para Sai y de ahí
su convicción sobre la materia. El señor Junkou me hizo saber en
términos muy claros que tal cosa no era posible. Todo eso me dejó
con una sensación extraña.
—¿Por qué?
—Porque el señor Junkou siempre había tenido en cuenta los
comentarios de su hermano mayor. Si Shishou decía que el negro
era blanco, entonces es lo que era. Siempre se consideró inferior a
su hermano. Al escuchar a ese mismo hombre hablar con tan poca
reserva era inusual.
—Puede ser que hayas acertado sobre algo.
—No tengo ningún motivo para seguir esta especulación, pero
tengo que preguntarme si tal vez el señor Junkou utilizó el Kasho Kada.
Shuka abrió la boca para responder, pero no podía pensar en
qué decir. Era posible. Deprimido en su incapacidad de ofrecer
algún consejo constructivo, había obtenido el Kasho Kada de Sairin
y luego antes de entregárselo a Shishou, lo había utilizado. Era muy
posible. Si podía determinar qué clase de lugar era esa utopía, podría
contribuir más y ser un consejero más productivo.
El Kasho Kada estaba reservado para el gobernante del reino.
Pero como el hermano del rey, Junkou debía estar calificado.
—¿Por lo que Junkou tuvo una visión de este Shangri-La1 y se dio
cuenta que este Sai y el de Shishou miraban en sentidos opuestos?
—Así lo creo. Eso explicaría por qué fue tan vehemente en sus
negaciones. Si es así, las cosas toman un giro aún más extraño.
—¿Un giro extraño?
—Sí. Si el señor Junkou tuvo una visión del Shangri-La y se dio
cuenta de que ese y Sai no eran el mismo lugar, entonces, ¿cómo
1 SHANGRI-LA. Es el topónimo de un lugar ficticio descrito en la novela de 1933
Horizontes Perdidos (Lost Horizon) del autor británico James Hilton. Se describe como un
valle místico y armonioso, enclavado en el extremo occidental de las Montañas Kunlun.
Por extensión, el término se aplica para describir cualquier paraíso terrenal, pero sobre
todo a una utopía mítica del Himalaya: una tierra de felicidad permanente, aislada del
mundo exterior.
En Horizonte Perdido, las personas que viven en Shangri-La son casi inmortales,
viven cientos de años más que el resto de los seres humanos y envejecen muy lentamente.
El nombre trata de evocar el imaginario exótico de Oriente.

Parte VI 231
Capítulo 18 Sueños de Prosperidad

podría el señor Shishou también utilizar el Kasho Kada y estar tan


convencido? En ese caso, tal vez, ¿Su Alteza nunca realmente utilizó
el Kasho Kada?
—Eso es…
—El señor Shishou estaba realmente al final de su ingenio. Visitó
el Palacio de Oriente todos los días para consultar con el Taishi y
su madre. Debió haber sabido que estaba sentado en un trono que
estaba a punto de romperé. Si no arreglaba las cosas y pronto, su
mundo iba a desarmarse. Además, teniendo el Tesoro Imperial,
¿sería posible para él no usarlo?
—Imagino que sería difícil.
—¿No lo haría? Pero suponiendo que usó el Kasho Kada, se sintió
terriblemente desanimado por los resultados o abruptamente puso
al revés el gobierno, ya sea que parezca el resultado más probable.
Excepto que no lo hizo tampoco. Estaba sumamente convencido de la
rectitud de su curso. De acuerdo con los recuerdos del señor Junkou
sobre esos eventos, eso fue en el momento en que le presentó el
Kasho Kada.
—¿El señor Shishou usó el Kasho Kada? ¿Y así ganó confianza?
No es posible.
—No, no lo es. ¿Pero Sairin no dijo repetidamente que el Reino de
Sai en esos sueños no debía confundirse con el verdadero Sai? ¿Qué
la utopía mostrada por el Kasho Kada y el Sai que conocemos son
mundos aparte?
Shuka asintió. Era intensamente doloroso y angustiante imaginar
cuan profundos podrían ser esos malentendidos.
—¿Pero al menos sería posible alguna vez?
Shuka volvió su cara hacia él.
—¿Puede haber dudas de que el señor Shishou fue el destinatario
de la Divina Providencia en el momento de su coronación? ¿Si había
dirigido en la dirección equivocada desde el principio de la Corte
Imperia, podría decir que ha protegido y preservado el trono? ¿Podría
decir que incluso recibió el Mandato del Cielo en primer lugar?
—No puedo imaginar que la situación fuera tan mala como eso.
Ciertamente, hemos tenido nuestra parte en los errores. Al mismo
tiempo, hemos tenido nuestros éxitos, aunque tal vez en menor
medida. Pero eso solo puede ser lo que yo deseo y me esté dando
palmaditas en la espalda.
—Por supuesto. Es razonable. Pero algo ha cambiado. El Kasho

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Kada cambió algo. Se dice que el Kasho Kada revela en sueños una
visión de la utopía. Quizá es que nuestras hipótesis originales han
sido equivocadas.
—No entiendo tu punto.
—Qué pasa si… ¿qué pasa si el Kasho Kada le muestra una visión
diferente a cada persona que lo usa?
La boca de Shuka se abrió por la sorpresa, pero ella no podía
pensar qué decir.
—Eso lo explicaría todo. La Taiho utilizó el Kasho Kada. Pero
la visión que vio era única para ella. No tendría nada que ver con
los objetivos que el señor Shishou había trazado. El señor Junkou
entonces lo utilizó y vio algo que no había visto la Taiho, algo muy
diferente de lo que era Sai.
—Increíble. ¿Y luego Shishou lo utilizó? ¿Y vio su propia y única
utopía? La cual coincidía con sus propias visiones del futuro y así
reforzó sus convicciones.
Seiki asintió con la cabeza.
—No creo que la utopía mostrada por el Kasho Kada sea un
verdadero Shangri-La. No estás viendo lo que el reino debe ser. La
utopía que Shishou vio fue su visión de un reino ideal. La utopía que
la Taiho vio era su visión de un reino ideal. Lo que refleja el idealismo
de un kirin, sería un reino impregnado de benevolencia, donde no se
encuentra ni una partícula de malicia u odio. No hay manera que un
lugar así pueda tener nada en común con el verdadero Sai. Eso es lo
que creo que está sucediendo. El Kasho Kada no apunta en la dirección
correcta. Encarna los ideales y te los muestra a través de un sueño.
Y así ambos estuvieron de acuerdo. Shuka pudo ver cómo esto
tenía sentido.
—Pero entonces, ¿cuál sería el propósito de dicho Tesoro Imperial?
—Creo que serviría para el siguiente propósito: la mayoría de la
gente realmente no sabe lo que realmente quieren o desean.
—¡Oh, tonterías! —dijo Shuka con una sonrisa triste.
Seiki estrechó los ojos.
—¿No has estado confundida sobre algo? ¿Insegura de qué
camino tomar?
—Pues…
—Por ejemplo, volviste de Sou a Sai. Sin embargo, la Princesa
Bun te ofreció una posición en el gobierno de Sou, que sin duda te
encantó. ¿No sentiste un fuerte impulso de quedarte en Sou? Pero

Parte VI 233
Capítulo 18 Sueños de Prosperidad

en cambio, volviste a Sai. ¿Por qué fue eso?


—Porque Eishuku persuasivamente argumentó que debía hacerlo.
Sí, la idea de quedarme en Sou cruzó por mi mente. Pero como dijo
Eishuku, compartimos parte de la responsabilidad de llevar a Sai a su
estado actual. Hemos levantado la bandera de la justicia. Dejamos la
culpa a los pies del Rey Fu. Hemos construido la nueva Corte Imperial
junto a Shishou. ¿Cómo podríamos echar todo eso a un lado ahora?
—Así que, ¿te dices a ti misma que no podrías echar todo a un
lado, o no deberías?
Una mirada confusa vino a la cara de Shuka. No parecía que
hubiera alguna diferencia.
—Si dices que estuve en una encrucijada, probablemente estaría
de acuerdo. No quiero abandonar nuestra causa justa. No debo
abandonarla.
—Al decir que no debes, ¿no te niegas a contemplar cualquier
otro curso de acción? Porque de hecho albergas dudas al respecto,
¿te sientes obligada a descartar esas dudas de tu mente?
—Eso no es todo. No quiero ser algún tipo de patriota caprichosa.
Si lo hiciera, viviría para lamentarlo. Me odiaría a mí misma. No quiero
convertirme en una persona como esa.
—¿Significa que realmente lo has pensado?
Shuka no sabía cómo responder. Se sentía mancillada. Quería
huir de sí misma.
Seiki sonrió.
—Por favor, no me mires así. Esto no es algo de lo que avergonzarse.
No serías humana si no consideraras seriamente abandonar este
barco y volver a empezar todo en Sou. Por supuesto que tendrías que
pensarlo cuidadosamente. No ha nada admirable sobre la persona
que se ciñe a un solo camino cada vez sin un segundo pensamiento.
Aquellos que sienten las tentaciones del pecado y deciden distanciarse
de ellas son mucho más admirables en mi estimación.
—Supongo que sí.
—No hay necesidad de suponer. Pero creo que la gente siempre
dudará de sus verdaderos motivos. Deseamos lo que creemos que no
debemos hacer. Nos preocupa que haya algo malo con solo incluso
quererlo. Toda esa preocupación es desagradable y no queremos
sentirnos desagradables, así que prácticamente desde el principio
nos preguntamos su lo que queremos es lo que realmente queremos.
En lo profundo de nuestros corazones nuestro sentido de convicción

234 Edición: EED_Wolf


Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

se tambalea. Las personas son cosas complicadas. Y todos esos


pensamientos que compiten entre sí solo enturbian la imagen. Así
que los cubrimos y los sellamos firmemente y abogamos a nuestros
deseos verdaderos.
—Probablemente estés en lo correcto.
—Si es así, entonces el Kasho Kada podría ser una gran ayuda.
Desentrañaría toda la confusión y los enredos, mostrándonos el
mundo que realmente deseamos pondría esas dudas de lado. Eso es
lo que pienso que es el Kasho Kada. Examina a través de nuestros
ideales y elimina las impurezas.
Shuka asintió. Seiki sonrió. Pero entonces su rostro se
ensombreció.
—El problema es si el señor Eishuku es consciente de la verdadera
naturaleza del Kasho Kada.
—No lo creo. Cree que su propósito siempre ha sido el de mostrar
objetivamente la forma en la que el reino debería ser.
—Quizá sea mejor así —Seiki miraba a lo lejos—. Si hubiera
entendido cómo realmente debía ser utilizado, entonces la
recomendación al señor Junkou habría sido un terrible error.
—Un terrible error —murmuró Shuka, llegando a la misma
conclusión y la sensación la hizo palidecer.
Presentándole el Kasho Kada a Shishou hubiera sido como
empujarlo al precipicio hacia el que ya se dirigía. Inconsciente de que
no presentaba una imagen del Shangri-La, sino que solo aclaraba los
ideales de un soñador. Eso lo habría convencido más de lo correcto
de sus objetivos desalineados y habría perdido la última y mejor
oportunidad para corregir su Camino.

Parte VI 235
Sueños de Prosperidad

236 Edición: EED_Wolf


Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

PARTE VII
CAPÍTULO 19

Shuka no podía dormir. Acostada en la cama, oyó a Eishuku llegar


a casa. No se levantó para saludarlo y en lugar de ello fingió estar
dormida. Carecía del valor para mirarlo a los ojos y preguntarle si
sabía lo que era realmente el Kasho Kada.
Estaba segura de que no lo sabía. Pero al mismo tiempo, estaría
sorprendida si no lo supiera. La utopía que había visto Sairin nada
tenía que ver con el verdadero Sai. Ni siquiera se acercaba. Si solo
es punto hubiera sido aclarado, entonces quizá no habrían confiado
tan ciegamente en el Kasho Kada. Entonces, tal vez se habría dado
cuenta de cómo realmente debía ser utilizado.
Tal vez Eishuku lo sabía y aun así le había hecho esa recomendación
a Junkou de todos modos. Tal vez había utilizado a Junkou para cubrir
sus propios pasos. Tal vez Eishuku sabía que los sueños que Shishou
estaba viendo no eran ciertos, que el curso que estaba persiguiendo
podía corregirse. Sabiendo que se dirigía hacia ese acantilado lleno
de convicción, Eishuku se había resuelto a empujarlo por él.
Pero eso no podía ser cierto. Eishuku y Shishou siempre habían
sido amigos, casi como hermanos. Si Shishou estuviera alejándose
del Camino, eso haría a Eishuku igualmente culpable del pecado. Eso
es lo que ella temía. ¿No podría haber otra explicación?
Por otro lado, no podía evitar sentir que esto explicaría el origen
de la ira de Shishou. Junkou le había dado el Kasho Kada y Shishou
lo había utilizado.

Parte VII 237


Capítulo 19 Sueños de Prosperidad

Lleno de un renovado sentido de convicción, se habría aventurado


más por su camino equivocado. Debido al Kasho Kada, Shishou había
perdido su última y mejor oportunidad.
Si hubiera conocido el verdadero propósito del Kasho Kada y
asumido que Junkou se lo había dado deliberadamente, bien podría
imaginarlo irrumpiendo en el Palacio del Norte con la espada y el
Tesoro Imperial en la mano. Había habido rumores de deslealtad por
parte de Junkou. Junto con el conocimiento del verdadero propósito
del Kasho Kada, podría imaginar fácilmente a Shishou llegando a la
conclusión de que Junkou se había propuesto engañarlo.
¿Cuándo comenzaron a circular esos rumores?
Definitivamente los había escuchado. ¿Cuándo habían
comenzado? ¿Quién los había iniciado? Alguien había estado
esparciéndolos. ¿Y en caso de que alguien lo hubiera susurrado en el
oído a Shishou la verdad sobre el Kasho Kada?
No. Esto es bastante imposible.
Eishuku era la persona que ella había elegido como su compañero
de vida, el objeto de su incondicional respeto y afecto. Que él pudiera
hacer una cosa tan horrible…
Absolutamente imposible.
Era imposible que Eishuku intentara conducir a Shishou al
infierno así. Tenía más carácter que eso. De hecho, Eishuku había
elegido regresar a Sai. Si su intención hubiera sido arrebatar el trono
a Shishou, seguramente no habría regresado a Sai donde le esperaba
una condena a muerte por traición.
Seguramente no.

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Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

CAPÍTULO 20

Shuka cayó en un sueño inquieto cerca del amanecer. Fue despertada


por un ruido procedente de la sala principal. Seiki se apresuró a mirar
mientras ella se levantaba de la cama para ver qué estaba pasando.
—Ah, ya estás despierta.
—¿Qué pasó?
—Su Alteza desapareció.
—¿Qué? —gritó ella. Sus piernas comenzaron a temblar—. ¿De
dónde?
—Nadie lo sabe. Los ministros están buscándolo. Dicen que su
kijuu ha desaparecido también. Hay muchos cabos sueltos. Algunos
piensan que fue a ver a la Taiho.
—¿Por qué buscaría su opinión ahora? Seiki, ¿Shishou dijo algo
acerca de Junkou?
—El anuncio se hizo en el Consejo Privado. El señor Shishou
se volvió blanco como un fantasma y colapsó. La habitación fue
despejada rápidamente. Poco después, no pudimos encontrarlo en
ninguna parte. Todo el mundo está enfermo de preocupación.
—Ni lo digas —dijo Shuka entre dientes y entrelazó sus manos—.
¿Y Eishuku…?
—Regresó ayer tarde por la noche. Como de costumbre, y se
inclaustró en el estudio. Y, como podría esperarse, después de recibir
las últimas noticias, se levantó y se dirigió a la Corte Imperial para
dirigir la búsqueda. Dijo que no te despertáramos, pero veo que se ha
convertido en una instrucción irrelevante.
—Sí —respondió Shuka, fue a la sala principal y allí esperó por

Parte VII 239


Capítulo 20 Sueños de Prosperidad

más informes.
Pero al caer la noche, todavía no había nuevas noticias. Y entonces
surgió un clamor fuera de la residencia oficial.
—¿Qué rayos está sucediendo allí?
Aunque Shuka quería saber, no fue a ver qué pasaba. Ella, Eishuku
y Seiki debían de estar bajo arresto domiciliario. Guardias fueron
apostados en las puertas. Hicieron la vista gorda a las repetidas idas
y venidas de Eishuku, pero eso no significaba que ella podría salir
para dar una mirada alrededor.
Seiki asintió a sabiendas y dejó la sala principal. Regresó unos
minutos más tarde, e informó que no era nada grave.
—Les ofrecí a los guardias un pequeño soborno e hice mis propias
investigaciones.
—Seiki…
—En momentos críticos como este, creo que podemos pasar por
alto la ley. La noticia de que Su Alteza está ausente se está extendiendo
y los ministros están cada vez más descontrolados. Algunos huyen
del Palacio Imperial mientras pueden. Otros están agarrando mano
de los objetos de valor que puedan. De ahí tanto alboroto. Todo se
reduce a mucho ir y venir.
—Ya veo —masculló Shuka. Se hundió pesadamente en una silla—.
Seiki, entiendo que mis preocupaciones pueden estar fuera de lugar
totalmente, pero ¿crees que es posible que Shishou realmente haya
huido?
—Procuremos no adelantarnos a los hechos —respondió Seiki
secamente—. Por el momento, no sabemos nada con certeza.

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Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

CAPÍTULO 21

Eishuku no volvió a casa esa noche. En la mañana llegó y se fue, y


lo mismo hizo la noche siguiente, no volvió. La cacofonía afuera del
señorío había amainado, reemplazada por un silencio forzado.
A la mañana siguiente, Shuka no pudo soportarlo más.
—Voy a salir —dijo y se puso de pie.
Tenía que ver a Eishuku. Su cuerpo temblaba de ansiedad.
Sentados sin hacer nada solo hacía que empeorase. ¿A dónde había
ido Shishou? Estaría bien si se hubiera ido lejos por sus propios
medios. Pero si en realidad no fuera ese el caso…
Seiki suspiró y tomó un paquete de un estante cercano.
—Estás bajo arresto domiciliario, así que procura no destacar. He
pedido prestado un atuendo de sirvienta para que lo uses.
Shuka asintió y tomó la ropa. Después de cambiarse en su
habitación, volvió a la sala principal para encontrar que Seiki vestía
un atuendo similar.
—Seiki, ¿qué pasa con eso?
—Voy a acompañarte, por supuesto. Alguien va a armar un
alboroto si te atrapan saliendo furtivamente. Si sucede, crearé una
distracción mientras regresas aquí. He untado algunas palmas, por
lo que los guardias no deberían ser un problema.
—Pero, Seiki…
—La cuestión no es debatible. Vamos. Lo mejor es que vayamos
al amparo de la noche.
Después de un momento de vacilación, Shuka aceptó. Los
guardias miraron para otro lado cuando salieron de la residencia.

Parte VII 241


Capítulo 21 Sueños de Prosperidad

Poco antes del amanecer, el Palacio Imperial estaba como muerto,


sin ninguna señal de vida humana. Pero mantuvieron su cabeza
gacha en caso de que se encontraran con alguien que conocieran.
Corrieron por los caminos que Seiki había elegido hacia el Gaiden y
la Corte Imperial.
Alertas a cualquier mirada indiscreta, subieron las escaleras
por el entrepiso. Los guardias no estaban apostados en las puertas,
estaban a unos pasos de distancia. Conocían bien a Shuka, pero no
hicieron nada para interferir.
—Shuka —dijo Eishuku sorprendido cuando ella se deslizó en la
habitación.
Estaba con el Shoushikou, el Daishiba del Ministerio de Verano,
el Taisai y el Shousai -ambos estaban bajo arresto domiciliario- y el
Daishikou, que había sido despedido.
—¿Y Su Alteza?
—No hay ninguna señal de él —Eishuku se acercó a Shuka—. No
importa qué, los dos no podemos ser vistos saliendo de la casa cada
vez que queramos.
—Eishuku, necesito hablar contigo sobre algo.
Eishuku levantó una ceja. Miró sobre su hombro a los demás
ministros y asintió con la cabeza.
—Por aquí.
Les hizo un gesto a Shuka y a Seiki y se dirigieron a una de las
habitaciones más pequeñas a cada lado de la sala. Shuka entró
primero, Eishuku después de ella. Seiki seguía fuera y cerró la puerta
detrás de ellos.
—¿Qué está sucediendo? ¿Algo sucedió?
Shuka juntó sus manos.
—Eishuku, ¿dónde está Shishou?
—No lo sé. Su kijuu ha desaparecido. Algunos piensan que fue
a ver a la Taiho. Enviamos una paloma mensajera al Monte Samei
solicitando un mensaje de vuelta si Shishou arribaba allí. No ha
habido una respuesta todavía.
—¿Realmente no sabes a dónde ha ido Shishou?
—¿Por qué lo sabría? —respondió Eishuku, claramente
sorprendido.
—Sí, tienes razón —dijo Shuka—. Tengo que preguntarte algo.
¿Cuándo descubriste por primera vez que Junkou podría ser
antagónico con Shishou?

242 Edición: EED_Wolf


Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

La expresión de Eishuku se endureció un poco.


—Es difícil de decir. ¿Por qué?
—Es realmente importante. Trata de recordar.
Eishuku miró a lo lejos.
—Yo debí haber tropezado con él en algún momento. Por
casualidad escuché a algunos subsecretarios hablando de eso o
cosas similares.
No es verdad, pensó Shuka, la intuición que había ganado de
interactuar con la gente durante un largo período de tiempo.
—Necesitas averiguar cómo surgieron esos rumores. No, esto es
algo que yo debo hacer.
—¿Por qué sales con esto tan de repente? Sí, si quieres, entonces
adelante. Pero una vez que Shishou vuelva, prácticamente estaremos
sin opciones.
—¿O tal vez fuiste tú quien comenzó a rodar la pelota?
Eishuku vaciló por un instante.
—Absurdo —dijo.
Puso una cara desafiante, pero Shuka podía decir que estaba
confundido. Lo conocía bien para percibir cosas como esas.
—¿Cómo llegaste a recomendarle a Junkou que le diera el Kasho
Kada a Shishou?
—¿Qué se supone que significa eso?
—Le recomendaste que lo hiciera, ¿verdad? Yo estuve contigo
todo el tiempo.
Esta vez, la consternación se demostró claramente.
—Es correcto, yo fui quien se lo recomendó.
—¿Aun sabiendo lo que realmente hace el Kasho Kada?
—Shuka —dijo, mirándola, y había urgencia en sus ojos—. ¿Qué
estás tratando de decir? ¿Por qué siento que crees que he hecho
algo malo?
—¿Por qué? —los ojos de Shuka se llenaron de lágrimas. Eishuku
había estado en el fondo de todo—. ¿Por qué condujiste a Shishou
hacia el shitsudou? ¿Por qué pusiste todos esos obstáculos ante él?
Eishuku dio la vuelta y se alejó, y entonces resueltamente miró
hacia atrás.
—No le dije a nadie que hiciera nada malo. Cualesquiera que
fueran los obstáculos con los que tropezara Shishou, fueron los que
él mismo creó.
—¡Pero tú fuiste quien lo empujó en esa dirección!

Parte VII 243


Capítulo 21 Sueños de Prosperidad

—Eres libre de creer eso, pero no puedes demostrarlo.


—No puedo y no quiero. Sé lo que has hecho. Eso es suficiente.
—Nada de esto fue mi culpa —Eishuku retrocedió—. Siempre fue
Shishou. —La agarró por los hombros—. ¿Todo se viene abajo por su
patético reinado, lo entiendes?
—Eishuku…
—¿Nos equivocamos alguna vez? ¿Acaso nos alejamos del
Camino? Hicimos nuestro mejor esfuerzo, y solo empeoramos las
cosas. Explícame eso.
—Eso…
—He pensado en eso cientos de veces. No creo que nuestros
colegas ministeriales hayan hecho nada malo. Han llevado a cabo
sus deberes con integridad, quemándose hasta el anochecer una y
otra vez. Han puesto sus carreras y sus vidas en la línea y se han
mantenido limpios. Y, sin embargo, Sai sigue tambaleándose. ¿Por
qué es eso?
—Lo mismo podría decirse de Shishou.
—Shishou es el rey. No es como nosotros. Somos responsables
de nuestras carteras ministeriales. Shishou es responsable por el
reino. Tenemos que creer que es digno del Mandato del Cielo. El Cielo
lo convirtió en rey, pero ahora ese mandato se ha agotado todo. Ya
no es digno del cargo. ¿Puedes pensar en cualquier otra explicación?
Eishuku bajó la voz.
—De hecho, cuando era Junkou el que abrigaba mala voluntad
hacia Shishou, se tragó toda la cosa, sin ningún tipo de seguimiento.
¿Está bien? No defendí el tema de una manera u otra. Solo pensé
que eso podría ser posible. Pero Shishou no lo descartó. No presionó
a Junkou personalmente. Solo se quedó callado. Shishou fue quien
no creyó en Junkou, fue quien dudó de él. Dudaba de nosotros. No
dije nada acerca de traición. Lo inventó por su cuenta.
—Eso apenas constituye una explicación, Eishuku.
—¿Por qué no? No le hice nada a Junkou. Shishou fue quien se
enojó con él, quien agarró su espada y lo atacó en una rabieta. Un
único sueño fue todo lo que se requirió para que cerrara los ojos a la
inminente destrucción del reino y tornara todo ese autoconvencimiento
en arrogancia. Lleno de paranoia, incapaz de disciplinar sus propias
emociones, dejó que sus pasiones lo condujeran al pecado mortal.
Ese es el tipo de persona en el que se convirtió. Y es por ello por lo
que el Cielo lo ha abandonado.

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Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

Shuka negó, conmocionada.


—Solo quieres poner nuestros fracasos a los pies de otros.
—¡No fui yo quien agredió a Junkou y al Taishi!
—Pero incitaste a Shishou a cometer un pecado que seguramente
llevaría al reino a la destrucción. Diciendo que no tenemos
responsabilidad por la forma en la que se han convertido las cosas,
solo te estás excusando a ti mismo. Te excusas a ti mismo y culpas
de todo a Shishou. Y para probar que tenías razón, lo llevaste al borde
del acantilado y lo empujaste.
—Yo…
—Sí, ¿sería mucho mejor si tú no fueras uno de los que perdió el
Camino? Por ejemplo, ¿inculcar sospechas en Shishou acerca de una
insurrección, incluso si significaba que eso nos llevaría a la horca?
¿Quién creería en un líder comprometido como Shishou? El pecado
descansaría enteramente en su cabeza. Aunque acabases muriendo,
tú serías recordado como el hombre agraviado.
—Y así será.
—No —dijo Shuka, sacudiendo la cabeza—. Shishou no es diferente
que un hermano para ti. Es tu amigo y tu señor, y lo traicionaste. Lejos
de salvarlo, lo incitaste a hacer las cosas equivocadas. Para salvar tu
propia reputación, forzaste todos nuestros pecados sobre él. ¡Si eso
no es un crimen, entonces nada lo es!
Eishuku palideció.
—¿Qué podría ser justo y bueno sobre lo que hiciste?
Eishuku se quedó sin palabras. Antes de que pudiera darle una
respuesta, hubo un feroz golpe en la puerta.
—¡Disculpen! —exclamó Seiki, abriendo la puerta.
—¿Qué está sucediendo?
—Su Alteza. Lo han encontrado —exclamó Seiki, corriendo hacia
ellos.
Detrás de Seiki llegó una avalancha de ministros y funcionarios
con sus caras retorcidas de dolor.
—¡Él ha abdicado!
Shuka se congeló en el lugar.
—¿Qué dijiste?
—El faisán blanco ha cantado. Su Alteza ha bajado del trono y
abdicó.
—Shishou… —gimió Shuka.
Seiki la sostuvo para evitar que cayera al suelo. Su cabello y ropa

Parte VII 245


Capítulo 21 Sueños de Prosperidad

estaban desarreglados por haber corrido hasta allí, el Daisouhaku,


cabeza del Ministerio de Primavera, enterró su rostro en las mangas
de su túnica.
—Junto con su abdicación, tenemos sus palabras de despedida.
El faisán blanco cantaba en la coronación y abdicación del rey.
De ser posible, repetía las últimas palabras pronunciadas por el rey
antes de que se retirara.
—¿Sus palabras de despedida?
—“Nada puede ganarse al encontrar defecto en otros” —recitó el
Daisouhaku, y se derrumbó en lágrimas.

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Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

PARTE VIII
CAPÍTULO 22

El corredor se llenó con los gritos de dolor y lamentación. Viendo


cómo su querido Shishou aún era amado, Shuka sintió una dolorosa
opresión en su pecho.
—Shishou… —ella oyó la voz tenue y estupefacta de Eishuku
detrás de ella.
—Shishou no huyó de sus propios errores —susurró Shuka—. Eligió
hacer las cosas bien.
Eishuku gimió débilmente. Pasó más allá de ella y dejó la Corte
Imperial. Como si siguieran su ejemplo, los demás ministros salieron
también. Pero a diferencia del resto de ministros que se dirigían
hacia el gran complejo de oficinas gubernamentales al este de la
Corte Imperial -sin duda para difundir las noticias de la muerte del
rey- Eishuku solo dio vuelta hacia el sur.
—Nada puede ganarse al encontrar fallas en otros.
Shuka se dio vuelta hacia el sonido triste y la dolorosa voz de
Seiki. Sonrió con una sonrisa amarga y limpió su rostro con su manga.
—Justo el tipo de cosa que esperaría que el señor Shishou dijera.
—Me pregunto qué es lo que estaba tratando de decir exactamente.
—Dijo exactamente lo que dijo. Culpar a otros y derribarlos, no
logrará nada.
—Pero ¿qué quiso decir con eso? Yo lo critiqué y lo culpé…
Seiki meneó la cabeza.
—No. Creo que el señor Shishou se refería a sí mismo.

Parte VIII 247


Capítulo 22 Sueños de Prosperidad

Probablemente quería que los ministros tomaran su propio destino


como instrucción moral.
—¿Shishou? No entiendo. ¿Encontrar las faltas de quién?
—Del Rey Fu.
—¿Del Rey Fu?
—Estoy seguro de que es lo que quería decir. Recuerdo a mi madre
también decir algo al respecto. Fue un tiempo atrás, durante los días
de Kouto. Shishou había levantado la bandera de Kouto y el señor
Eishuku se apresuró a unirse a ellos. Yo quería hacerlo también. La
insté a ir con nosotros a Yuunei y tomar parte en la revolución. Fue
cuando ella dijo algo muy parecido a lo que dijo el señor Shishou.
—¿La señora Shinshi lo hizo?
—Dijo que encontrar fallas es fácil, pero hacerlo no sirve de nada.

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Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

CAPÍTULO 23

Shinshi le dijo a Seiki:


—Confío en las buenas intenciones de Shishou, pero no puedo
respaldar los objetivos de Kouto y similares. Y ya le dije lo mismo a él.
—¿Por qué? —preguntó Seiki?
—No me gusta este asunto de encontrar fallas. Le di a Shishou
un pedazo de mi mente. Lo que haga con él después es su propia
elección.
—No sé qué decir.
Su madre adoptiva sonrió.
—No lo pienses mucho.
—Bien, ah, entonces, por favor dime. ¿Por qué no te gusta el tratar
de encontrar fallas en los demás?
—Porque estoy apenas capacitada para hacerlo. ¡Oh! Si criticar es
lo que quieres, yo puedo irme de boca desde la salida del sol hasta
el anochecer. Aun así, tengo mis dudas sobre lo que está haciendo
Shishou. Sí, es fácil decir que eso es harina de otro costal. Pero sería
difícil explicar cuál es la diferencia.
—Yo no la veo.
—Seiki, ¿qué opinas del estado en el que está el reino? ¿Qué
opinas de nuestro rey?
—Creo que se ha desviado del Camino. Y las cosas están en
terribles condiciones.
—¿Y si el rey y el Taiho mueren, irás al Shouzan?
Seiki parpadeó varias veces y luego agitó vigorosamente sus
manos.

Parte VIII 249


Capítulo 23 Sueños de Prosperidad

—¿Yo? ¡Ni pensarlo!


—¿Por qué?
—Una persona como yo no tiene nada que hacer tratando de
gobernar el reino. Es mejor dejarles ese trabajo a personas como el
señor Shishou y el señor Eishuku.
—¡Oh! ¿Así que criticas a otros por ser incapaces de lograr lo que
tú mismo serías incapaz de hacer?
Shinshi habló en un tono juguetón, pero un atribulado Seiki la
miraba nerviosamente.
—Bueno, umm, ah…
—Tal vez los únicos que tienen derecho a criticar a Su Alteza son
los que realmente sean más capaces de gobernar el reino que él.
—Sí, tal vez eso pueda ser verdad-
—Creo que lo mismo pasa con Shishou y el Rey Fu. No dudo que
las cosas van mal en Sai. Que todo escapa del alcance de Su Alteza,
no estoy necesariamente de acuerdo. Por esta razón se levantan
voces de censura contra él.
»Es bastante natural. Se forman grupos y se lanzan protestas con
la esperanza de que sus quejas llegarán a oídos de Su Alteza. Esa
parece ser la estrategia que está siguiendo Shishou. Pero tengo que
preguntarme cómo algo de esto es diferente. Fácilmente yo podría
criticar a Shishou en ese sentido, pero también perdería la posibilidad
de sugerir un curso mejor. Es cierto que el curso del rey y del reino
necesitan ser corregidos. No podría decir cómo, solo sé que el curso
que está tramando Shishou no es el correcto. Probablemente esa
sea la única área donde Shishou merece críticas, ¿no lo crees?
—Supongo que sí.
—La verdadera reforma es una criatura diferente. Tal vez la
verdadera reforma comienza señalando el camino correcto, en lugar
de iluminar lo incorrecto.
—¿Pero no está hablando Shishou porque percibe el curso
correcto delante nuestro?
—Sin duda lo hace. Y solo puedo decir que creo que está
tomando el rumbo equivocado. No es el rumbo correcto. Si después
de escuchar eso, su sentido de convicción permanece firme, bien,
solo tendremos que hacer nuestro mejor esfuerzo y ver si las cosas
resultan de la manera que Shishou cree.
—Hacer nuestro mejor esfuerzo, eso parece terriblemente frío de
tu parte, madre.

250 Edición: EED_Wolf


Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

—¿Eso crees? Pero yo no puedo decir que sé lo que es mejor.


Shishou no está necesariamente equivocado, ¿o sí?
—¿Y si lo está?
—Si lo está, entonces Shishou tiene el carácter para corregir su
curso. Es lo que yo creo —Shinshi sonrió—. No estoy diciendo que
sepa que Shishou está haciendo algo equivocado. Solo que siento
un cierto malestar. Eso es suficiente para evitar que yo lo apoye. Pero
ya que no puedo ofrecer una alternativa firme en cuanto al curso
correcto de acción, no siento que esté calificada para ser su crítica.
Por lo tanto, puedes hacer lo que quieras. Si crees que Shishou está
haciendo lo correcto, entonces debes darle tu pleno apoyo.
Seiki había decidido que Shishou tenía razón y que Shinshi estaba
equivocada. Cuando miró a Shinshi con una mirada atribulada en su
rostro, Shinshi sonrió.
—No necesitas preocuparte por mí. Si me equivoco y Shishou
está en lo correcto y el reino prospera debido a él, entonces es lo
único que importa.

Parte VIII 251


Sueños de Prosperidad

252 Edición: EED_Wolf


Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

CAPÍTULO 24

Seiki le dijo a Shuka:


—Hasta ahora, realmente no entendía de lo que hablaba mi madre.
Es fácil culpar a otros. Nadie puede encontrar la falla. Pero si esa crítica
no apunta a una solución viable, entonces nada bueno vendrá de ella.
La reforma engendrará algo. La crítica no engendrará nada.
—No lo sé, Seiki.
Seiki sonrió tristemente.
—¿No lo dijiste tú misma, Shuka? Al final, no pudimos hacer nada.
Desde la época del Rey Fu, nosotros no hemos dado un solo paso
hacia adelante.
—No me gusta admitirlo, pero es la verdad.
—¿Y por qué es eso?
—Si lo he entendido es…
—¡La explicación es simple! No tenemos la capacidad de llevar
adelante el reino.
Shuka palideció. Habló, con un grado inusual de agitación en su voz:
—¿Qué… se supone que significa eso? ¿Qué no tuvimos la
capacidad? ¿Shishou? ¿Nosotros?
Seiki dejó escapar un pequeño suspiro.
—No hay nada de malo en no tener la capacidad de hacer algo. No
hay ningún límite para lo que soy incapaz de hacer. No puedo blandir
una espada para salvar mi vida. No podemos todos ser buenos en
todo, aunque todos podemos ser buenos en algo.
—¿Estás diciendo que ejecutar la Corte Imperial es algo en lo que
no éramos buenos? Si ese fue el caso, entonces ¿por qué Shishou

Parte VIII 253


Capítulo 24 Sueños de Prosperidad

recibió el Mandato del Cielo?


—Bueno, no soy un Dios, así que no lo sé. Tal vez Tentei tuvo en
cuenta el idealismo y la honestidad de Shishou.
—Así que nuestras intenciones eran buenas, pero no teníamos lo
que hacía falta para llevarlo a cabo.
—Nuestros talentos no eran los adecuados para el trabajo.
—No es bueno que las personas que accedan al poder no sean
aptas para llevar las riendas de este. No hay nada malo con estar
cualificado, excepto cuando se trata del rey y del gobierno. ¡Un rey es
una contradicción a esa premisa!
—Es por ello por lo que… —comenzó a decir Seiki, pero no terminó
la frase e inclinó la cabeza en su lugar.
Fue entonces cuando se le ocurrió a Shuka.
Un rey incompetente era una contradicción a la premisa.
Un rey incapaz de gobernar no podría permitirse sostener el mando.
—Y por ello Shishou perdió el Mandato del Cielo —Shuka cayó al
suelo con estupefacto asombro.
—Umm —le oyó decir a Seiki suavemente—. Sabes, estoy basando
esto en las palabras de despedida que dijo el señor Shishou. Es
posible que él malinterpretara algo en un nivel muy básico.
—¿Un nivel muy básico?
—Que nada se está creando, encontrando fallas. El señor
Shishou puede haberlo entendido mal desde el principio y cada vez
más consciente de su verdad, dejó estas palabras de despedida con
nosotros.
—No lo sé —dijo Shuka, sacudiendo su cabeza.
Seiki se sentó frente a ella y sonrió.
—Gobernar un reino significa construir un gobierno. El señor
Shishou debió haber dedicado sus energías a lograr ese objetivo.
¿Qué tipo de gobierno debía establecer y cómo debía gobernarlo?
¿Qué forma debería tomar el reino? Pero tengo que preguntarme si el
señor Shishou nunca tuvo nada de eso en consideración.
—¡Eso es ridículo! Desde que Shishou fundó Kouto…
Seiki asintió.
—Siempre estaba hablando sobre cómo debería ser el reino.
Era fascinante cada vez que lo escuchaba hablar. Pero al pensar en
cómo han salido las cosas. ¿Aquellos eran realmente los ideales de
Shishou? ¡Oh! Tenía ideales, pero tal vez no eran más que los ideales
del Rey Fu reenvasado.

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Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

Shuka lo miró boquiabierta.


—Los tributos impuestos por el Rey Fu eran pesados. Shishou
dijo que debían ser reducidos. Y cuando lo hizo, la Hacienda Imperial
estuvo corta de fondos. No había suficiente dinero para construir un
único malecón. Las hambrunas golpearían, pero no habría nada en
los almacenes. Nada sería tomado de la gente, y nada se les exigiría.
—Sí, bueno…
—Nunca me pareció que el señor Shishou meditara en lo que se
usaban los impuestos, porque estaba mal en que fueran pesados, y
por qué era bueno aligerarlos. Simplemente lo que había agravado el
Rey Fu, él lo disminuiría. Nunca pensó en cuáles serían las causas y
los efectos.
Las respuestas se presentaron en la mente de Shuka, pero no
sabía cómo articularlas.
—Creo que es como dijo mi madre. Es fácil criticar a otros.
Especialmente aquellos de nosotros que estamos muy orgullosos de
nuestros elevados ideales. Es muy fácil. Pero ¿tenemos lo necesario
para poner esos ideales en acción? Sospecho que siempre carecimos
de la capacidad de arrancar esos ideales del aire y minuciosamente
establecerlos en algo sólido y real. Observando la mano dura del Rey
Fu y diciendo simplemente que debía ser más ligera es muy ingenuo
de nuestra parte.
Seiki suspiró.
—Sí, bajos impuestos es algo bueno. Es un ideal que siempre
anhelaremos. Pero la gente no se beneficia en lo más mínimo.
Sufrieron cuando los impuestos eran pesados. Sufrieron cuando los
impuestos se aligeraron.
»Cuando eso ocurre, las políticas deben ser examinadas y
analizadas. Se deben sacar conclusiones y redactar las respuestas.
Pero nosotros simplemente desnatamos la superficie y apenas eso.
Shuka finalmente entendió el argumento de Seiki. Shinshi había
instruido a Shishou repetidamente. La tasa de impuestos apropiada
solo podía determinarse observando de cerca cómo viven las
personas y las condiciones reales a las que se enfrentaban.
Cuando se le preguntó cuánto, se negó a responder. Porque ella
no podía señalarlo en números y decir cuál era la tasa de impuestos
adecuada.
Prueba y mira a ver qué pasa, era su única propuesta, a lo que
Shishou la rechazó de plano.

Parte VIII 255


Capítulo 24 Sueños de Prosperidad

Los impuestos que tenían que pagar las personas eran demasiado
pesados y solo deberían reducirse. Esa era su firme posición.
—Creo que el señor Shishou metió la cabeza en lo que habría
sido solo un reino ideal. Estaba al final de ese camino dorado, y no
aceptaría ningún otro. Comenzar a experimentar ahora estaba fuera
de discusión. Su deseo del Shangri-La que vio en el Kasho Kada era
tan fuerte que no podía ceder. Excepto que estas convicciones habían
surgido de sus críticas al Rey Fu y luego se fomentaron en sus sueños.
—Sí, eso fue —se dijo Shuka a sí misma.
La Corte Imperial se derrumbaba ante sus ojos, y solo se habían
contentado con criticar al Rey Fu. Shuka había protestado contra los
fuertes impuestos del Rey Fu junto con el resto de ellos. Sus protestas
no eran el producto de pensamiento cuidadoso, sino del resultado de
su justa indignación de lo que sufrían las personas frente a ella.
Clamaron que los impuestos eran demasiado pesados y debían
reducirse. Pero unas fuertes convicciones por sí solas no ofrecerían
soluciones cuando los impuestos fueran aligerados y no mejorarían
la suerte del pueblo.
El curso correcto de acción siempre pareció evidente. Porque el
Rey Fu se había desviado del Camino, simplemente asumieron que
todo lo que hizo debió haber estado equivocado. Había trasnochado
en tantas ocasiones pensando en todo lo que hizo el Rey Fu y hablando
acerca de cómo deberían ser las cosas y soñando con el paraíso.
Sus críticas al Rey Fu habían fertilizado las semillas de los sueños.
Cada error cometido en el gobierno y toda mancha de corrupción que
salieron a la luz los nutrió y formó más concreto en sus mentes. Si el
Rey Fu lo había hecho, entonces ellos debían deshacerlo. Reducir al
mundo a una ecuación simple y descubrir lo que era correcto y lo que
era incorrecto se convirtió en algo sencillo de hacer.
Por más de veinte años habían construido sobre una base
formada de convicciones baratas y habían tenido éxito creando una
Corte Imperial aún más frágil que la del Rey Fu.
—Realmente fuimos incompetentes.
Nunca había entendido qué rayos significaba realmente un “reino”.
No tenían el conocimiento o la dirección necesaria para gobernar,
mientras que todo el tiempo creyeron que lo tenían. Pensaron que criticar
al Rey Fu de alguna manera los había dotado con las capacidades de
dirigir mejor el gobierno, de lo que él lo había hecho.
Shuka se tendió en el suelo, su mano presionada contra su

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Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

pecho. Escuchó unos pasos ligeros acercándose. Al sentarse vio la


pálida cara de Shinshi corriendo en el pasillo.
—Shuka… Seiki… dicen que Shishou ha fallecido…
Shuka asintió.
—Se escuchó el canto del faisán blanco. Dejó un testamento para
acompañar su abdicación: “Nada puede ganarse por encontrar fallas
en otros”.
Una cruel sorpresa se mostró en la cara de Shinshi. Bajó su
cabeza y enterró su cara en sus manos.
—Así que enmendó su Camino —gimió ella—. Un buen muchacho.
Sí, un buen muchacho.
Por la mirada en su rostro y el tono de su voz, estaba claro que ella
había visto a través de todo desde el principio. Le había enseñado a
Seiki que la crítica no era lo mismo que la reforma. Todo el tiempo se
había percatado de la magnitud de los errores de Shishou. Fue por
eso por lo que no había apoyado a Kouto en primer lugar.
Shuka dijo:
—Sabías que carecía de los requisitos para guiar la Corte Imperial.
Puesto que era tan fácil criticar al Rey Fu, asumimos que sabíamos
todo lo que él no. Desfilando nuestra insensatez, debió haber sido
una irritación constante para ti.
Shinshi se arrodilló al lado de Shuka.
—¡Oh!, yo no iría tan lejos.
—Pero… —dijo Shuka, asfixiándose por el grito de dolor en su
garganta.
Su propio estado vergonzoso era exasperante. Ser probada como
una incompetente ya era bastante malo. Pero darse cuenta de que
había estado ciega a sus propias habilidades lo hizo todo peor.
—Atormentarte a ti misma tampoco te beneficiará ni un poco,
Shuka. ¿Entiendes ahora lo que debieron haber hecho entonces?
—No debimos haber tomado la Corte Imperial. Debimos habérsela
dado a alguien calificado.
—¿Y quién podría ser ese? ¿Un reino con un trono vacío todavía
necesita un gobernante, ministros y funcionarios? ¿Y entre más
rápido se instalen mejor?
—Eso es…
Shinshi cubrió la mano de Shuka con las suyas.
—Criticándote a ti misma es, en definitiva, tan productivo como
criticar a otros. Recuerda las palabras de despedida de Shishou.

Parte VIII 257


Capítulo 24 Sueños de Prosperidad

Salar la tierra solo produce tierra donde nada crecerá.


—Pero…
La compostura de Shuka se disolvió en lágrimas. El alcance de sus
propias deficiencias era doloroso. El alcance de su propia ignorancia
era peor. No sabía qué hacer, o cómo pedir disculpas a la gente.
—Yo era un miembro de la Corte Imperial también. Y estaba tan
fuera de lugar como el resto de ustedes. No tenía la menor idea de
qué hacer con los impuestos o la organización de la burocracia. Pero
aun sabiendo que no sabía nada sobre el gobierno, acepté el cargo
de Taifu. Pero no importa el rey, ¿no siempre es así al principio de
una dinastía?
Shuka levantó su cabeza y parpadeó.
—He escuchado que el Rey de Sou fue una vez un posadero en
las provincias. ¿Crees que él tenía alguna idea acerca de lo que
exigía el dirigir un gobierno? No creo que ninguno de nosotros deba
avergonzarse de nuestra ignorancia. De lo que deberíamos estar
avergonzados -de lo que deberíamos lamentarnos- solo sería de que
no mantuvimos nuestras convicciones.
—Nosotros…
—¿Pero no estabas atormentada por las dudas? ¿Por qué realmente
no sabías lo que estabas haciendo? ¿Qué estaban cometiendo un
error? Si es así, eso se puede corregir. Como lo hizo Shishou.
—Señora Shinshi…
—Shishou era el Rey. Tenía solo dos medios para corregir sus
errores: reflexionar sobre sus deficiencias y desconocimiento y
corregir su Camino, o decidir que no estaba calificado para el trabajo
y abdicar. Shishou eligió el último. Mis sentimientos personales me
dicen que hubiera sido mejor si pudiera haber reformado su Camino
en su lugar. Pero que escogió el último, lo que también me dice que
todavía no tenía que seguir fiel al Camino. Sabía que él nunca habría
permitido que un rey como él permaneciera en el trono.
—¿Porque él carecía de la capacidad…?
—Porque levantó su espada contra su padre y su hermano.
Shuka asintió. Gruñó para sus adentros y cubrió su rostro con sus
manos.
—¿Lo sabías?
—La situación llegó a estar clara después de pensarlo un poco.
Así como quien empujó a Shishou en esa dirección.
Shuka contuvo el aliento, hubo un destello en la mirada de

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Fuyumi Ono Sueños de Prosperidad Doce Reinos

Shinshi. Luego dijo:


—Seguramente se sintió acorralado, pero lo que Eishuku hizo es
imperdonable. Siento por él como una madre y me culpo a mí misma
por no detenerlo antes de que llegara este momento.
—Señora Shinshi…
—Y tan solo podemos orar para que se encuentre a sí mismo para
hacer lo correcto, que en adelante y para siempre no aumente el
peso de sus pecados y de vergüenza, que nunca más se desvíe del
camino recto y estrecho al que se aferró con tanta convicción.
Al captar el significado de las palabras de Shinshi, Shuka dejó
escapar un grito angustiado.
—¡No! ¡Él no!
Eishuku había dejado la Corte Imperial y se había dirigido al sur.
Shuka intentó levantarse, pero Shinshi la agarró por el brazo.
—Debes contenerte. No pierdas de vista a las personas que
realmente merecen tu simpatía. El destino del resto de la gente
todavía está sobre nuestros hombros. Las personas que han perdido
a su rey.
Lágrimas cayeron de los ojos de Shinshi. Pero su aura de
determinación era aún más fuerte.
—Shishou dejó Sai con su Taiho. El trono no se quedará vacío por
mucho tiempo. Al final, Shishou no se olvidó de la carga que llevaba.
Si sentimos lástima de Shishou, entonces no podemos permitirnos
olvidarlo. Tendremos un duelo por Shishou y sufriremos por Eishuku.
Pero ahora soportan el peso de sus pecados y deben expiarlo.
Shinshi se dirigió a Seiki.
—Y tú, Seiki. Ya no puede contentarte con servir como el valet de
Shuka, esquivando todos los demás deberes y responsabilidades. El
tiempo de tal egoísmo se acabó.
—Sí —Seiki respondió mansamente, haciendo una reverencia—.
Tu deseo es mi orden, Kouko.
Shinshi había sido como una suegra de este “Rey Torbellino”, así
como su maestra y mayor influencia. Su porte y semblante dorado
se asemejaban al de un kirin, por lo que un cierto contingente en la
Corte Imperial se refirió a Kouko como “la Suegra de Oro”.
Shinshi respondió con un firme asentimiento. Miró a Shuka y
luego como si la fuerza se hubiera ido de sus piernas, de repente
se aferró a ella y comenzó a llorar. Shuka la atrapó para impedir que
cayera. Agarrando el cuello de la túnica de Shinshi, cerró sus oídos a

Parte VIII 259


Capítulo 24 Sueños de Prosperidad

sus gritos y escuchó pasos apresurados acercándose.


—¡Señora Shuka, señora Shinshi! —gritó el Shousai.
No tenían que preguntar por lo que venía a decirles. Seguramente
sería la noticia de otra muerte. Shuka creía en su marido.
Silenciosamente, Seiki se puso de pie y rápidamente dejó la sala,
cerrando las puertas detrás de él.

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Fuyumi Ono Doce Reinos

261
Fuyumi Ono Regreso a la Montaña Doce Reinos

REGRESO A LA MONTAÑA1
CAPÍTULO 1

La ciudad se extendía desde las orillas de un lago azul. La superficie


del lago reflejaba como un espejo las fachadas de piedra blanca, y
levantándose detrás de ellas, los grises y altos picos de la Montaña
de Ryou’un.
Tan pronto como coronaron el último de los pasos de la montaña,
los viajeros subieron los caminos que conducían a la ciudad que
tenían a la vista -las montañas rodeadas de amplios y verdes campos,
el lago brillante, los picos que sobresalían a través de las nubes y la
blanca ciudad en la base de la montaña-.
—¡Qué vista! —el hombre limpió el sudor de su frente y se dirigió
a uno de sus compañeros de ruta, que estaba a su lado—. ¡Shisou2
ciertamente es una hermosa ciudad!
Se detuvieron en la parte superior del paso en un pequeño
afloramiento de piedra que dominaba la escena. La emocionada
proclamación del hombre provocó una mirada divertida de otro viajero.
Dándose cuenta de que se había convertido en el centro de
atención, el hombre mostró una sonrisa torcida.
—Has caminado delante de mí todo el camino. A pesar de tener
ese espléndido kijuu, subir por esta montaña a pie parece un ejercicio
extraño. Pero sin duda fue la decisión correcta.
1 KIZAN. El título “Kizan” (帰 山) significa literalmente “montaña de bienveni-
da”. Pronunciado kisan, los mismos caracteres se refieren a un monje que regresa a su tem-
plo después de una peregrinación. Este significado se hará evidente en el próximo capítulo.
2 SHISOU. “Césped”.

263
Capítulo 1 Sueños de Prosperidad

—Muy cierto —respondió el viajero con una sonrisa brillante.


Acarició al tigre como a una bestia. Parecía estar en sus iniciales
veinte.
Y acorde con el valioso kijuu que lo acompañaba, iba firmemente
ataviado.
—Hablando de eso, ¿eres ciudadano de Shisou?
—No.
El hombre asintió y se secó otra vez su frente. La subida lo había
dejado mareado y el sudor brotaba como pequeñas perlas. Aunque la
luz del sol era clara y fuerte como podía ser al comienzo del verano,
un refrescante viento sopló a través del paso.
Aflojó el cuello de su túnica para dirigir la brisa fresca a través de
su ropa. Después de tomar una respiración profunda, volvió a señalar
lo hermoso que era ese lugar y comenzó su descenso.
El viajero con el kijuu lo vio irse. De nuevo volvió a mirar la cresta
de la montaña. Entonces recogió las riendas y comenzó a caminar.
La blanca ciudad en la distancia era la capital del Reino de Ryuu3.
En la cima de la montaña blanca estaba la casa del Rey de Ryuu,
el Palacio Fun’ka4. Mirando desde esa óptica, era como un bosque
lejano, envuelto en las nubes.
La ruta descendía perezosamente por la montaña y atravesaba
los campos verdes. Los caseríos estaban repartidos por los campos.
Finalmente, llegaron a la pared de la barrera blanca. Del otro lado
estaban las blancas calles de la ciudad. La ciudad parecía que se había
formado enteramente de una cantera de piedra blanca teñida de gris.
Había pocos bosques en las cercanías de Shisou. Y en lugar de
transportar maderera en grandes distancias, cavaban en la Montaña
Ryou’un, que parecía estaba sosteniendo los cielos -era mucho más fácil-.
Perforada en sus flancos, con muescas en sus costados, la
ciudad blanca parecía una extensión de la misma montaña. Las
únicas maderas negras eran las que sostenían los techos, las cuales
venían de la región central de Ryuu. Las tejas también eran oscuras
como caoba.
Era una ciudad hermosa, negra y blanca. Los ciudadanos de la
ciudad pisaban los adoquines blancos vestidos con sus ropajes de
colores brillantes y variados.
El viajero pasó por la Puerta del Caballo y entró en la ciudad.
Hizo una pausa para observar el tráfico ante la puerta. La gente que
3 REINO DE RYUU. “Sauce”.
4 FUN’KA. “Esplendor perfumado”.

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Fuyumi Ono Regreso a la Montaña Doce Reinos

pasaba hacia atrás y hacia adelante parecía estar caminando con


pasos ligeros y tenían generalmente un agradable estado de ánimo.
Como que no había una preocupación en el mundo.
Frunció el ceño.
—Esto no me gusta.
—¿Qué cosa?
La repentina voz detrás de él lo hizo girar. Parpadeó intentando
reconocerlo y sonrió ampliamente.
—Verte aquí, de entre todos los lugares.
—Exactamente el tipo de lugar en el que esperaba encontrarte.
Mucho tiempo sin verte, Rikou5.
Rikou sonrió con pesar. Sin duda había pasado mucho tiempo
desde que se habían encontrado. Unos treinta años.
—No lo creo, Fuukan. Perdiendo el tiempo simplemente
vagabundeando.
—Igual que tú.
—¿Cuánto tiempo llevas aquí?
—Solo dos días —respondió Fuukan. Señaló al oeste—. He
conseguido una habitación en una posada por la calle. La comida es
terrible, pero tiene establos decentes.
—Entonces, lidera el camino.
Con un raro kijuu a cuestas, elegir la posada correcta era una
necesidad, y encontrar uno con establos y buena seguridad podría
tomar una cantidad razonable de tiempo. Rikou estaba agradecido
de que Fuukan lo hubiera ubicado entre la multitud.
¿Cómo se habían conocido? Ya era una vieja historia. Incluso
no podía estar seguro de dónde había sido. No podía recordar
los detalles exactos de los que los llevó a cruzar sus caminos. Al
principio, probablemente lo consideró un tipo extraño y dudaba que
se encontrarían otra vez.
Pero el tiempo había pasado y se encontraron otra vez en un
reino diferente. Se hizo evidente que no había manera de que fuera
una especie de vagabundo. Entretanto habían pasado sesenta años.
Una persona promedia habría muerto o habría envejecido más allá
del reconocimiento.
Desde entonces, se habían encontrado aquí y allá. El viajero tuvo
una idea acerca de quién era, aunque sin indagar demasiado. Podría
averiguarlo sin realizar un interrogatorio -un hombre que, como Rikou,
5 RIKOU. “Amplia ventaja”.

265
Capítulo 1 Sueños de Prosperidad

había pasado mucho tiempo viajando-.


Los lugares en los que siempre parecían encontrarse eran este
tipo de lugar. Como la capital de un reino que comienza a mostrar
su decadencia. Rikou había oído rumores de que las cosas estaban
cambiando en Ryuu. La actual dinastía que tenía ciento veinte años.
Estaba empezando a flaquear. Había ido a verlo en persona, y aquí
convergieron otra vez.
—Así que, ¿qué es exactamente lo que no te gusta del lugar? —
preguntó Fuukan sobre su hombro, un paso por delante de él.
—La forma en como se ve la gente en esta ciudad.
El reino se dirigía cuesta abajo, pero sus ciudadanos estaban
imperturbables. Su larga experiencia le había enseñado a Rikou que
esto era la prueba más segura de un inminente desastre.
A la gente siempre le había gustado reírse de cómo su reino se
dirigía hacia la destrucción y la ruina. Mientras expresaban algún tipo
de ansiedad, maldecirían al rey y al gobierno con sonrisas en sus
rostros. Cuando las cosas se pusieran realmente terribles, todo sería
oscuridad y fatalidad.
Aun cuando la sociedad se tambaleaba dirigiéndose al borde
del colapso, se volvían inquietos y extrañamente optimistas. En un
abrir y cerrar de ojos, se lanzarían a placeres vacíos, desarraigados
y arrastrados por sus emociones. En algún momento, ese optimismo
enfermizo se desvanecería y el reino se derrumbaría de un solo golpe.
Estos hechos eran difíciles de juzgar desde otros reinos por la
lejanía. Era claro cuando la ley y el orden se rompían totalmente en
un reino. Pero al principio de la descomposición, como las tensiones
y distorsiones compuestas debajo de la superficie, no eran tan
evidente a los ojos externos.
Pero lo era para las personas que vivían allí. Y para los que no
podían ver, lo podían sentir.
Rikou había aprendido que echar un vistazo a la sociedad podía
decirle mucho acerca del reino. Los rumores de tiempos difíciles se
habían filtrado a los otros reinos, pero los ciudadanos de la capital
estaban de buen humor. Un mal augurio se aproximaba.
—El tiempo de la reforma es cuando la gente está en la miseria
—dijo Rikou con un suspiro.
Fuukan respondió entre dientes:
—Están más allá de esa etapa. No hay vuelta atrás, no importa lo
que hagan. Ah, ya llegamos.

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Fuyumi Ono Regreso a la Montaña Doce Reinos

Señaló una posada. A primera vista, parecía un lugar bastante


ostentoso. Los muros de piedra blanca tallados con innumerables
relieves de colores vivaces formaban parte de la ornamentación.
Aunque apenas pasaba del mediodía, se oía el sonido de alegría
intoxicada haciendo eco en las paredes circundantes.
Rikou alquiló una habitación y arregló sus pertenencias.
—¿Realmente Ryuu está en una situación tan desesperada? —
preguntó Fuukan detrás de él.
Al parecer, no tenía nada mejor que hacer. Abrió la ventana.
Los animados sonidos de la multitud fluyeron en el interior de la
habitación.
—Es difícil de decir. No hay ningún informa de las personas
siendo oprimidas. No hay rumores de la Corte Imperial cayendo en
la extravagancia y la inmoralidad. Pero parece que están perdiendo
las riendas en las provincias. Mientras más alejado de la capital, se
está peor.
—¿Eso es todo?
—Por el momento —murmuró Rikou, arrojándose sobre la silla
más cercana, era de hecho a lo que se refería.
A simple vista, no había ningún problema. Pero la base estaba
llena de fisuras. De ahí un sentimiento de incertidumbre. Esta
inquietud se transformaba en rumores llenos de inseguridad. Los
extranjeros no verían la fuente de esta ansiedad. Es por eso por lo
que cuando cayera, parecería que es algo repentino salido de la nada.
—Todo se cae en un santiamén —dijo Rikou para sí.
Fuukan se sentó en el diván y estiró las piernas.
—Justo lo que se puede esperar de un hombre de Sou. Cuenta
ciento veinte años como un santiamén.
—Sí, eso creo —rio Rikou.
Rikou provenía del Reino de Sou en las tierras más australes del
mundo. El reinado del Rey de Sou tenía seiscientos años hasta ahora.
En ocho años, la dinastía de Sou sería la más larga en la historia, la
más larga de los Doce Reinos. El reino nororiental de En estaba solo
un siglo detrás.
—De una forma u otra tengo la impresión de que Ryuu se
mantendrá por más tiempo.
—¿Cómo es eso?
El nombre del Rey de Ryuu era Jo Rohou6. Rikou no sabía los
6 JO ROHOU. “Cumbre de rocío de rescate”.

267
Capítulo 1 Sueños de Prosperidad

detalles de cómo había sido elegido rey. Sou y Ryuu estaban en


los extremos opuestos del mundo. Noticias provenientes de Ryuu
llegaban a Sou muy de vez en cuando.
Visitar el país en persona tampoco hacía que él tuviera
conocimiento del funcionamiento del Palacio Imperial. En muchos
reinos, el nombre que se le daba al rey ni siquiera era revelado. Rikou
lo sabía solo porque se había codeado con personas de un buen nivel
social, como para saber esas cosas.
No era porque Rohou hubiera trabajado en los niveles altos del
gobierno imperial. Ni viajado durante el Shouzan hacia el Monte Hou,
en el centro del mundo, para pedir una audiencia con el kirin. Ni
había salido de una familia de granjeros, ni mercaderes.
Su ascenso simplemente no había sido el tipo dramático del que
la gente hace un gran alboroto.
Pasaron veinte años antes de que el kirin pudiese escuchar el
Mandato del Cielo y elegir al nuevo rey. Mientras más pronto, mejor,
el nuevo rey sería coronado en ese período de tiempo.
Como no había necesariamente una conexión entre los años de
la coronación y su atribución legítima como rey, el pasado de Rohou
era vago y la impresión que dejaba era la de quien no deja muchas
impresiones.
Quizá por eso su asunción no hubiese creado mucho revuelo.
Pasado el tiempo se hizo su fama. Para este momento, el Reino de
Ryuu era conocido como el Reino de la Ley y el Orden. Y, sin embargo,
estaba comenzando a tropezar. Para Rikou, este era un inesperado
giro del destino.
Dicho todo esto, Fuukan inclinó la cabeza, dubitativo.
—A diferencia tuya, yo estoy sorprendido de que la dinastía haya
durado tanto. Cuando Rohou ascendió al trono nadie creyó que
tuviera madera de rey. Había sido un supervisor citadino y luego uno
provincial. Los lugareños tenían una buena referencia de él, pero
nada de que sus logros lo llevaran a la capital. Nada que lo separara
del siguiente candidato.
Fuukan también conocía el nombre que se le había dado a
Rohou, evidencia de que se movía por los mismos círculos sociales
que Rikou.
—Bueno, es lo que se espera de un hombre de En, saber de este
tipo de cosas. Son reinos vecinos después de todo.
—Eso creo. Tuve mis dudas poco después de su coronación. Me

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Fuyumi Ono Regreso a la Montaña Doce Reinos

dio la impresión de ser una elección regular. Como un barco que se ve


bien a partir del puerto, pero que se hundirá en la primera tormenta.
—La primera tormenta —repitió Rikou.
El reinado en un reino no tiene límite. Mientras siga el Camino y
gobierne de acuerdo con el Mandato del Cielo, su dinastía continuará.
Pero mantener la Corte Imperial trabajando en orden no era una
tarea sencilla.
Lo que le sorprendía a Rikou era que el Cielo le confiriera el
Mandato a una persona -un monarca ilustre- con la capacidad de
gobernar un reino. El kirin escuchaba al Cielo y escogía a su señor
como nuevo rey.
Y, sin embargo, las dinastías eran muy cortas. Sou con seis
siglos, y En con cinco eran la excepción. Después venía el reino
occidental de Han, con tres siglos. Y luego Kyou, con apenas noventa
años. Curiosamente, habiendo presenciado los seiscientos años de
una Corte Imperial, Rikou había concluido que había ciertos puntos
acerca de la caída o el levantamiento de una dinastía.
El primero venía a los diez años. Pasarlo exitosamente significaba
otros treinta a cincuenta años de reinado seguro.
Luego llegaba el segundo, y este era importante. Coincidía con el
período de vida natural del rey.
Desde su coronación, el rey era ingresado al Registro de los Dioses,
por lo que no envejecía, ni moría. Un rey que hubiera ascendido a los
treinta tendría otros treinta o más años para su fin si no hubiera sido
ingresado al Registro de los Dioses.
Este vívido sentido de su propia mortalidad era peligroso. Incluso
aunque el período de vida no significaba nada para ellos, el rey y los
ministros que le servían no podían perder el rastro de su verdadera
edad; las edades a las que no era extraño que vivieran, y aquellas en
las que ya habrían vivido una vida plena.
Al mismo tiempo, en el mundo inferior, todos los que solían
conocer iban desapareciendo poco a poco.
De hecho, no era algo que presenciara en persona. Al ser
enlistados en el Registro de Inmortales o de Dioses rompían toda
relación con el mundo inferior. Al ascender más allá del Mar de Nubes,
sus ciudades natales eran otra de las ciudades del reino. Las noticias
de sus hogares muy rara vez llegaban a ellos, y nadie los visitaba.
Y, sin embargo, era imposible no imaginarse el irse, el no estar por
mucho tiempo más en el mundo. No podía escapar al pensamiento

269
Capítulo 1 Sueños de Prosperidad

de ser el único que quedara atrás para vivir una vida cuyo final no
podía comprender.
El valor del tiempo de vida se había agotado. ¿Y qué es lo que tenía
que mostrar? Algunos miraron hacia atrás y fueron superados por el
sinsentido de todo esto. Otros miraron al futuro y fueron superados
por un terror a lo desconocido.
Los ministros enlistados en el Registro de Inmortales también
enfrentaban estos temores, y las renuncias repentinas eran rara vez
inesperadas. Pero un rey no podía simplemente irse y terminar su
vida por una sensación de miedo e inutilidad. Y así forzar la mano del
Cielo y desatar el caos.
El rey creaba lo inevitable al resignar a su trono. Rikou entre otros
identificaba esto como una resignación pasiva.
En cualquier caso, una vez pasada esa etapa en la que ya no le
quedaba tiempo tomaría un nuevo aliento. Al cruzar esa montaña,
la dinastía podía esperar una larga vida, y no tener que enfrentar el
nuevo desafío hasta la marca de los trescientos años.
Rikou no sabía por qué esta señal era tan peligrosa, pero cuando
un reino colapsaba, este se veía particularmente feo. Monarcas
ilustres y respetados hasta el momento parecían transformarse en
tiranos de la noche a la mañana. Las personas eran masacradas y
las tierras eran arrasadas.
—Llegaron a la montaña y a la marca de los ciento veinte. Divide
la diferencia, más o menos.
—Divide la diferencia —Fuukan sonrió—. Ya veo. Muchos reyes
cruzan esa montaña y logran los trescientos. Pero son tantos como
los que no lo hacen.
—Muy cierto.
Excepto que Rikou había estado en Ryuu para el primer obstáculo
del rey. Se preguntó y averiguó qué tan bien podría el rey superar
ese obstáculo. El presentimiento que tuvo en ese momento era muy
bueno. Las cosas estaban mejorando.
Hubo una buena cantidad de reinos que habían superado ese
obstáculo y sin embargo se derrumbaron antes de llegar a la marca
de los trescientos. Fueron más los que lo hicieron que los que no,
pero lograr atravesar la tormenta con velas rasgadas y agua llenando
el barco, a punto de abandonar el barco.
Rikou no había visto ninguna señal de ello en Ryuu. El casco del
barco sano, el cielo despejado y el mar en calma.

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Fuyumi Ono Regreso a la Montaña Doce Reinos

Cuando explicó eso, Fuukan levantó una ceja y frunció el ceño un


poco.
—Sí, pensaba lo mismo. Me recuerdo pensando en Ryuu como
un enigma.
—¿Un enigma?
—Ha adoptado una forma que no es evidente a simple vista.
Hablé de esa primera ráfaga, pero el tifón llega en la inauguración
de una dinastía. Los primeros diez años después de la coronación de
un nuevo rey determinan la estructura de la nueva Corte Imperial. Me
había parecido que Rohou lo había estropeado.
—Si no pueden hacer las cosas bien fuera del esquema, incluso
con un poco de improvisación, la dinastía no durará mucho —Rikou
miró a Fuukan y sonrió—. En cuanto a eso, de vez en cuando te
encuentras con un monstruo incoherente que no distingue su cabeza
de su cola y dura solo una generación o dos.
Fuukan rio. Y Rikou añadió con una sonrisa.
—Normalmente, un reino que comienza en desastre no dura
ciento veinte años.
—No lo creerías, pero Rohou se mantuvo. Más que eso, cuando el
primer obstáculo llegó, Ryuu dio un giro completo. Lo más llamativo
fue el sistema legal. Fue diseñado tan profundamente que me
podía imaginar al rey convirtiendo su trono en una cama y el reino
continuaría independientemente.
—Cierto, cierto. Tengo que admitir que era un hombre capaz.
Cualquiera que estableciera una estructura tan firme debería llegar
a los trescientos años.
—Ese cambio tan grande siempre me resultó raro. Un reino
acostumbrado a vivir en la rutina suele caer cuando el rey sacude las
riendas en otra dirección. Esa fue la primera vez que vi que ocurriera
lo contrario.
—Me recuerda a En —dijo Rikou—. No creía que En llegaría a
su primera década, pero las cosas cambiaron con su primer gran
obstáculo —se cruzó de brazos—. Si Rohou está siguiendo su ejemplo,
entonces Ryuu no está en una situación tan desesperada. Nunca he
visto algo como esto.
Solo En y Sou habían pasado la marca de los trescientos años. Así
de frágiles estaban los otros reinos. Tres cuartas partes no superaban
el primer obstáculo. Una dinastía sobrevivía varias décadas y luego
moría. Por lo que Rikou había visto varias dinastías erguirse y caer.

271
Capítulo 1 Sueños de Prosperidad

—Nunca me acostumbré a la forma en la que caen —murmuró


Fuukan.
Rikou ladeó la cabeza a un costado.
—¿Nunca te acostumbrarás a ello?
—Tampoco entiendo por qué Ryuu ha comenzado a decaer ahora.
O, mejor dicho, no comprendo qué pasó, excepto que, por decirlo sin
rodeos, Rohou parece haber revertido el curso.
—¿Ahora?
—Ahora. No solo parece que Rohou sea ajeno a que las leyes
que promulgó están siendo ignoradas y pisoteadas, sino que está
actuando de manera que socavará la estructura que construyó.
—¿La está socavando él mismo?
Fuukan asintió.
—La ley requiere que tres componentes trabajen en conjunto.
Prohibir algo por ley no es suficiente.
—Se necesita de una organización que verifique que las
prohibiciones se están aplicando cuando deben y de la forma que
deben. De otra forma, la ley es simplemente un adorno. ¿Y el tercero?
—La ley debe afirmar también. Las leyes diseñadas para prohibir la
tiranía y la corrupción deben respetar la incorruptibilidad y aprovechar
al máximo sus contribuciones. Una no funcionará sin la otra.
—Ya veo.
—Ryuu lo ha hecho remarcablemente bien. Pero Rohou se ha
enfocado en destruirlo. Cambia una y deja a la otra sola. Nada se
está haciendo de forma consistente. Así es como nace la discordia.
—Y eso es muy extraño —Rikou meditó y exclamó—, tal vez Rohou
ya no se sienta en el trono.
—¿Qué ya no ocupa el trono?
Rikou asintió.
—Tal vez ya se cansó de todo esto y cedió las riendas.
—Eso podría ser —dijo Fuukan, poniéndose de pie y acercándose
a la ventana.
Los rayos del sol al comienzo del verano comenzaban a inclinarse
por la ciudad. La cacofonía de las calles allá abajo comenzaba a
incrementarse.
Las voces de los borrachos alegres sonaban como una jauría
desatada. Voces coquetas de arrullo como instrumentos musicales
tocados salvajemente fuera de tono. Como si la ciudad entera se
hubiera transformado en una gran fiesta callejera.

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Fuyumi Ono Regreso a la Montaña Doce Reinos

—Rohou estableció un sistema muy sólido. Incluso si desechara


su autoridad habría durado todo este tiempo. El verdadero caos
comenzara después de esto. Pero Rohou ya habría abandonado la
lucha hace mucho tiempo. Tanto que el Cielo le ha retirado su favor.
Rikou frunció el ceño.
—¿Qué quieres decir con ello?
—Los youma han comenzado a aparecer a lo largo de la costa del
Kyokai.
Rikou no esperaba que hubiera llegado a eso. Eso solo podía
significar que la caída de la dinastía estaba en el horizonte. Y, sin
embargo, el caos estaba en un nivel tan bajo que solo era evidente
para un extranjero como Rikou.
—La nieve comienza a apilarse en lugares donde no suele aparecer.
El Cielo no está contento, el caos está golpeando las fronteras antes
de llegar al centro del poder. Por lo general, es al revés.
—¿Ha progresado tanto sin haberse hecho evidente?
—Así parece. En ha comenzado a colocar tropas en sus fronteras
—dijo Fuukan, como si discutiera una situación ajena a ellos.
Rikou lo observó y asintió.
—En cualquier caso, Ryuu no tiene mucho tiempo.
La Corte Imperial estaba en un estado muy delicado.
La conmoción que se filtraba a través de la ventana estalló
fuertemente en sus oídos. Unas grietas enormes se abrían bajo sus
pies. Las puertas del infierno se estaban abriendo. Y nadie podía
detenerlas ahora.
Cuando un rey se desviaba del Camino, el kirin que lo había
escogido enfermaba. Y cuando eso ocurría, estaba claro el curso que
tomarían las cosas, sin importar quién fuera el rey. Todo lo que el
monarca debía hacer para sanar a su kirin y recuperar al reino era
retomar el Camino. Y, sin embargo, Rikou veía que rara vez ocurría
eso. Hubo reyes conscientes de lo lejos que se habían apartado y
caído. Pero ejemplos de reyes arrepentidos y que hubieran reformado
el reino eran muy pocos y distantes entre sí.
Una vez que el descenso hubiera comenzado, el destino del reino
era trágicamente inevitable, y los esfuerzos del rey como una gota en
el océano.
—¿Qué es eso? —dijo Fuukan, desde la ventana—. ¿Estás tan
deprimido porque Ryuu está cayendo por debajo de tus expectativas?
—El punto de mis expectativas no están ni aquí, ni allá —suspiró

273
Fuyumi Ono Regreso a la Montaña Doce Reinos

Rikou—. Pero estoy decepcionado. La dinastía había comenzado muy


prometedora.
Ryuu tenía esa chispa de grandeza en él. Y, sin embargo, en un
momento -o lo que Rikou consideraba un momento-, en un lapso de
ciento veinte años, Ryuu había comenzado a decaer.
—Cuando te detienes a pensar, dinastías como estas nunca
carecen de la habilidad de desaparecer durante la noche.
—Ahora solo estás señalando lo obvio. El buen hombre de Sou sin
lugar a duda lo ha visto ir y venir.
Rikou rio.
—Así lo ha hecho este hombre de Sou. Supongo que un joven
como tú no lo comprendería. —Cuando Fuukan subió una ceja en
señal de curiosidad, añadió—: Sou está viviendo la vida más larga de
todos los tiempos de los Doce Reinos.
—¡Oh! ¿De verdad? —respondió Fuukan con una sonrisa irónica y
se dio la vuelta hacia la ventana.
—Es a eso a lo que se reduce. Un hombre de En no podría
comprender esta sensación de presión. Incluso si son solo cien años
menos los que tiene, como mínimo, tienes un ejemplo frente a ti.
Pero Sou no tenía ningún ejemplo a seguir. Y después de ocho
años más, incluso pasaría a las leyendas. Ninguna dinastía había
durado tanto.
—Pienso en ello cada vez que una dinastía llega a su fin. Estoy
junto al lecho de muerte, y, sin embargo, no puedo evitar pensar en
ninguna dinastía que dure por siempre.
Y era poco probable que Sou y En demostraran lo contrario.
—Cuando pienso en esos términos, debo recobrar el aliento.
Ninguna dinastía dura por siempre. Una dinastía sin fin es imposible. Y
si todas las dinastías deben morir, entonces Sou seguramente morirá.
—Nada dura por siempre —dijo Fuukan, aun mirando por la
ventana.
—No —rio Rikou—. No importa como lo mire, se reduce a eso. Y,
aun así, no puedo imaginarme el fin de Sou.
—Naturalmente, nadie puede imaginarse su propio final.
—¿Seguro? Creo que podría imaginarlo. Siendo arrastrado a una
pelea sin sentido y perdiendo la cabeza en el proceso, o convertirme
en comida de youma en uno de mis viajes.
Fuukan rio, y se dio la vuelta.
—Imaginar las posibilidades y el momento en sí no son lo mismo.

275
Capítulo 1 Sueños de Prosperidad

—Puede que tengas razón —por un momento, dejó que sus


pensamientos pasaran—. Tienes razón, nada me viene a la mente.
Era difícil para Rikou imaginarse las condiciones que causaran
que el Rey de Sou se desviara del Camino. Pero las insurrecciones
podrían levantarse en cualquier momento, sin importar quien fuera
el rey. Pensar de esta manera, hizo que imaginara los rostros de
los sirvientes del reino. Entre los príncipes no había ninguno al que
pudiera conectar con la palabra traición.
—Pero si se trata de En —murmuró—. Lo puedo imaginar bien.
—Ah, ¿sí? —dijo Fuukan con curiosidad.
Rikou sonrió.
—No tengo problemas para imaginarlo. Considerando el
temperamento del Rey de En no creo que termine con él desviándose
del Camino. Tengo algunas dudas en cuanto al entendimiento que
tiene del camino por recorrer. Pero ya ha establecido las leyes y no
va a llevar el carro a la zanja. No importa qué criminales intenten
hacerlo caer, no es del tipo tranquilo. En solo caerá cuando el Rey de
En lo decida.
—Ya veo.
—Y puedes contar con el solo placer de hacerlo. Sin una buena
razón. Un día, sin más, sin ninguna malicia. Considerando cuan
persistente es el hombre, habiendo resuelto todas sus cosas, saltará
a la acción. Sí, hará una apuesta.
—¿Una apuesta? —preguntó Fuukan con una mirada dudosa.
—Exactamente lo que significa. Una apuesta con el Cielo. Por
ejemplo, que te encontrarás con una determinada persona que
raramente ve un centenar de años. Cada vez que el destino le sonríe,
gana. Cada vez que no, es un punto para el Cielo.
—¡Oh, ese tipo de apuesta! —se rio Fuukan.
—Cualquier cosa por la que se decida, irá por ella. En será borrado
del mapa. Los ministros, el pueblo, el Taiho. La capital y las ciudades.
En se convertirá en un hermoso, aunque vacío, campo.
—Matar al Taiho sería más o menos como cortarle el cuello.
—Pero no inmediatamente. Mataría al Taiho y le declararía la
guerra al Cielo. Si el Cielo lo desplaza antes de que pueda arrasar la
tierra. Ese es el tipo de apuesta que le encantaría hacer.
—¿Y quién crees que ganaría?
—Si las cosas empeoraran a un punto extremo, creo que podría
llevarlo a cabo. Pero esto solo probaría que al final, podría dejar solo

276 Edición: EED_Wolf


Fuyumi Ono Regreso a la Montaña Doce Reinos

unos pocos caseríos abandonados y luego morir, mientras se riera de


sí mismo. ¿Qué tal?
—Nada mal —sonrió Fuukan—. Y cuando se trata de Sou, no está
más allá de mi imaginación.
—¿Qué?
—El Príncipe vagabundo se cansará de aferrarse al mundo tal
cual está, y asesinará al Rey de Sou.
Rikou parpadeó y luego se echó a reír.
—Golpe bajo. Y tengo la sensación de que sería posible.
Fuukan rio fuertemente y dirigió la mirada por la ventana.
—Los vuelos de la imaginación rara vez tocan tierra firme.
Ojalá fuera así, pensó Rikou, viendo cómo el crepúsculo se
apoderaba de la ciudad.
—Esas cosas suelen resolverse sin siquiera salir a la luz.
—Probablemente —Rikou no dijo nada más.

El anochecer se deslizó en la habitación junto con el ruido de la calle. Lo


que reflexionaron en sus vuelos de fantasía ya había ocurrido en otras
dinastías. Si tales cosas pudieran causar tal destrucción, entonces
vivir una vida extremadamente larga no estaba en los planes. Con
tantos peligros rondando, el futuro se volvía más y más incierto.
¿Por qué caían las dinastías? Se preguntó Rikou.
¿Por qué un rey que hubiese recibido el Mandato del Cielo se
desviaría del Camino? ¿Era por no haber pensado lo que ocurría?
Y si no se había dado cuenta, ¿había entendido alguna vez cual era
realmente el Camino? ¿Podría una persona como esa realmente
recibir el Mandato del Cielo en primer lugar?
Si no era así, entonces seguramente debería de haberlo sabido
en algún momento. Y, sin embargo, se apartó. En algún punto debió
haberse dado cuenta que iba en la dirección equivocada.
Basándose en los precedentes, podía darse cuenta dónde
se habían cometido los errores. Pero del mismo modo no podía
imaginarse su propia muerte, no podía imaginarse ser consciente de
estar tomando el camino equivocado. ¿Qué causa venía antes del
efecto? ¿Y cómo detenerlo antes de que fuera tarde?
La alegre voz de Fuukan interrumpió sus pensamientos.
—¿Te quedarás por Shisou por mucho tiempo?

277
Capítulo 1 Sueños de Prosperidad

—Esa es mi intención, pero no estoy seguro. —Ya no era un simple


rumor. Si las cosas se estaban poniendo feas en Ryuu, entonces Rikou
debía hacer sonar la alarma—. Quizá dos o tres días más. Quiero ver
la situación con mis propios ojos. ¿Y tú?
—Me iré mañana. Tomé el camino largo desde la frontera con En
hacia aquí.
—Suena a ti. Viviendo la vida con el asiento bajo tus pantalones.
—No eres el más indicado para hablar.
Tú y yo no estamos para nada en la misma posición, pensó en
bromear Rikou, pero se contuvo.
Ambos eran espíritus libres con amor a viajar. Mientras pudieran
seguir encontrándose así, era mejor seguir manteniendo esa excusa viva.
Al mismo tiempo, en todas las oportunidades que tuvieron de
encontrarse en los extremos opuestos del mundo, nunca lo hicieron
en sus tierras natales. Y probablemente así fuera la próxima vez.
—Bueno, me gustaría escuchar de tu largo camino por aquí —
sonrió Rikou—. Yo pago la cena.
Tal como se lo había advertido Fuukan, la comida era mala y
la bebida no era mejor. Terminaron a media noche y subieron las
escaleras. Rikou no estaba de humor para ver partir a Fuukan a la
mañana siguiente. Pretendía dormir hasta el mediodía. Si el Cielo
le sonreía a Sou y a En, se volverían a encontrar cuando menos lo
esperaran.
—No tengo que decirte que te cuides —dijo y se dirigió a su
habitación.
—Para nada —escuchó la voz de Fuukan—. Pero déjame contarte
una interesante historia.
Rikou se detuvo y se apoyó contra la barandilla.
Fuukan sonrió.
—Soy terrible al irme. Pero saco una victoria de vez en cuando.
Cuando lo hago, me guardo una de las piedras. Hasta ahora he
recogido alrededor de ochenta.
Rikou se quedó inmóvil.
—¿Y?
—Bueno, para ser preciso, tengo ochenta y tres. Y entonces todo
me pareció una tontería.
Rikou rio fuertemente.
—¿Y ahora?
—Bueno, no recuerdo haberlas tirado, así que deben estar por

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Fuyumi Ono Regreso a la Montaña Doce Reinos

algún lugar.
—¿De cuánto tiempo estamos hablando?
—¡Oh! Como unos doscientos años —Fuukan sonrió. Con un
saludo, giró sobre sus talones—. Nos vemos —dijo alegremente por
encima del hombro.
—¡Sí, nos vemos, desgraciado! —replicó Rikou alegremente.

279
Sueños de Prosperidad

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Fuyumi Ono Regreso a la Montaña Doce Reinos

CAPÍTULO 2

La capital del reino austral de Sou se llamaba Ryuukou1. El Palacio


Seikan2, hogar de la dinastía de seiscientos años construida por el
Rey de Sou, cubría los picos del Monte Ryuukou.
El punto central del Palacio Imperial era usualmente la residencia
imperial, el Seishin. Pero en el caso de Sou el centro estaba un poco
corrido del centro. En el centro del complejo del palacio estaba el
Koukyuu, el “palacio de atrás”, y específicamente, las habitaciones
Tenshou3 en el Koukyuu.
Esto había ocurrido después de comenzada la dinastía y por los
últimos seiscientos años no había cambiado.
Más que ocupar el pico de la montaña, el Palacio Seikan se
veía como un atolón flotando en el Mar de Nubes. Muchos de los
edificios ubicados más abajo que las islas sobresalían de cara a la
superficie del mar. Los innumerables puentes suspendidos sobre el
agua conectaban las terrazas.
El Seishin era una de estas islas, y el Koukyuu también. Al cruzar
el puente desde el Seishin y pasar por la puerta de la torre se llegaba
al pie de un pequeño pico. Llegar a las habitaciones Tenshou, el
edificio principal en el Koukyuu requería atravesar un túnel y subir
unas escaleras de piedra en la ladera del pico. Un camino corto para
un largo acantilado.
Desde las habitaciones Tenshou se podía ver una bahía rodeada

1 RYUUKOU. “Amplia prosperidad”.


2 SEIKAN. “China pura”.
3 TENSHOU. “Templo de la ley”.

281
Capítulo 2 Sueños de Prosperidad

de acantilados. A izquierda y derecha los puentes colgantes llegaban


más allá en el Koukyuu, al Palacio del Este y al Palacio del Norte.
Alrededor de la puesta del sol apareció la silueta de un kijuu sobre
la calmada superficie del Mar de Nubes. Bañada por la luz de la luna
menguante, la sombra voladora atravesó la bahía y se dirigió hacia
las habitaciones Tenshou. Se posó en el balcón sobre el acantilado.
Un balcón que describía varias curvas mientras descendía a la
superficie del agua.
El kijuu estaba en la estrecha cornisa que sobresalía detrás
de las ventanas. Se podía ver una mesa centrada perfectamente
en el centro de un extenso corredor. La mesa estaba atestada de
platos y cubiertos, dando a entender que la cena había concluido
recientemente. Había cinco personas reunidas alrededor de la mesa
bebiendo de sus tazas.
—Qué sorpresa encontrarlos a todos aquí —Rikou sonrió, entrando
a la sala a través de la enorme ventana.
Todos los comensales se voltearon al mismo tiempo con sorpresa.
Una mujer mayor y con algo de sobrepeso hizo una pausa y respiró
profundamente.
—Parece que no recuerdas dónde está la puerta principal —la
mujer era la Reina Meiki4. Desde el principio había vivido en el Palacio
del Norte. No solo residía en el Koukyuu, sino que había arremangado
su kimono con una cinta tasuki5 y pelaba los duraznos que florecían
en el pequeño pico. Algo que nadie vería en otro lugar más que en
Sou—. Sin mencionar que no hay kijuu alrededor del Palacio Imperial.
Te lo he dicho mil veces. ¿Todo te entra por un oído y te sale por el
otro, mi joven hijo?
—No debo haberlo registrado —respondió Rikou con una sonrisa
despreocupada—. Por mi avanzada edad, no lo ves.
Meiki suspiró de nuevo y sacudió la cabeza.
—Por lo menos esa cabeza hueca tuya recuerda que tienes una
familia. ¿Dónde has estado todo este tiempo?
—Bueno… —dijo Rikou sonriendo. Tomó su lugar en la única silla
vacía de la mesa—. Por aquí y por allá.
—Lo que significa que hiciste otra de tus circunnavegaciones.
Dejas a las personas sin habla.
4 MEIKI. “Alegría brillante”.
5 TASUKI. Es un accesorio de moda que se usa para sostener las mangas largas
del kimono japonés. Es una faja hecha de tela o cordón que se coloca sobre cada hombro
y cruza sobre la espalda del usuario.

282 Edición: EED_Wolf


Fuyumi Ono Regreso a la Montaña Doce Reinos

—Aunque tú, querida madre, no te quedas sin palabras.


—Puedes considerar esto como un regaño. Y trata de tenerlo en
mente para la próxima vez.
—No puedo prometer que quede registrado.
—Madre… —dijo el Príncipe Eisei Ritatsu6, el hermano mayor de
Rikou, con un suspiro aún más grande—. Deja que los tontos hagan
lo que los tontos hacen mejor. Cuando le prestas mucha atención se
le sube a la cabeza.
—No seas malo —dijo sonriendo la Princesa Bun, le hermana
menor de Rikou, Bun Koushu78—. Nuestro querido hermano regresó
a casa para escuchar los regaños de nuestra querida madre. Es un
niño de mamá.
—Oye, oye.
—Pero Rikou, estás de tan buen humor ahora. Siempre es así.
Deberías verte en un espejo.
—Mmm —dijo Rikou acariciando sus mejillas.
—En cualquier caso —intercedió una muchacha con cabellos
dorados—, es bueno verte de regreso en una sola pieza.
El nombre de la chica era Sourin y el nombre que le otorgaron fue
Shoushou9.
Rikou dijo con un gesto exagerado.
—Como siempre, Shoushou es la única preocupada por mi bienestar.
—Eso es porque Shoushou es una kirin —dijo Bunki.
Ritatsu estuvo de acuerdo.
—Es su benevolencia la que habla.
—Shoushou estaría preocupada hasta por el peor villano del
mundo —dijo Meiki, sumándose.
Rikou sonrió forzadamente y se recostó en la silla.
—Y entonces… —dijo alentadoramente la cabeza de la familia, el
6 EISEI RITATSU. “Pureza excelente” + “Logro rentable”.
7 BUN KOUSHU. Bunki (“literatura”). “Jefe oficial de literatura”.
8 N. del A. (Eugene Woodbury): Los apellidos chinos solo tienen un carácter,
pero eso no se aplica a azana. En chino, la Princesa Mononoke usa koushu (公主) en el título,
así que concluí que “Bun Koushu” significa “Princesa Bun”. También estoy tratando a
kouhi (后妃),kun (君) y ki (姫) como títulos. En japonés y chino, todos los caracteres se
ejecutan juntos sin espacios convenientes.
Por ejemplo, en Scrapped Princess, Pacifica se refiere a sus hermanastros mayores como “Sha-
nnon-nii” y “Raquel-nee”. Estos sufijos son la abreviatura de nii-san (兄 さ ん) y nee-san (
姉 さ ん), que significa “hermano mayor” y “hermana mayor”, pero los hace parte de sus
nombres.
9 SHOUSHOU. “Brillante”.

283
Capítulo 2 Sueños de Prosperidad

Rey Senshin de Sou. Dejó los cubiertos en la mesa, sirvió una taza de
té y se la ofreció. En ningún lugar más que en Sou se había visto una
escena así—. ¿Cómo le va al mundo? ¿Por aquí y por allá?
—Las cosas no se ven bien en Ryuu.
La taza de té de Senshin golpeó la mesa.
—Ryuu…
Ritatsu frunció el ceño. Bajó su pluma y apartó los papeles a un
costado.
—¿Otra vez? La misma vieja rueda gira y gira.
—¿Estás seguro de esto? —preguntó Senshin.
Rikou asintió.
—Por lo que he visto, así parece. Hay reportes de youma
apareciendo en la costa de Ryuu frente al Kyokai. Parecen limitarse
a las costas cercanas a Tai, por lo que muchos creen que son youma
traídos por la marea. Pero a menos que la Voluntad Divina esté siendo
socavada, nunca llegarían tan cerca. El Reino de En está poniendo
guaridas en la frontera.
—Mh —gruñó Ritatsu—. Si un hombre astuto como ese está
poniendo al ministro de Verano en acción, debe ser serio.
Bunki suspiró.
—El Rey de En también está en una mala posición. Tai está en
muy malas condiciones, los youma vagan por ahí, y Kei no está
exactamente estable. Y Ryuu por encima de eso.
—Y Kou también. Cruzando el Mar Azul se pueden ver refugiados
yendo a En.
—¿Cómo lo está afrontando Kou?
—Mal, como siempre. Las rutas marítimas desde el Mar Rojo al
Mar Azul están totalmente cerradas. Los youma han llegado al Portón
de los Vientos. ¿Qué rayos hizo el Rey de Kou? El Hakuchi acaba
de caer y sin embargo el lugar está atestado de youma. Y como
resultado…
Ritatsu lanzó una mirada desagradable a los papeles que había
dejado de lado.
—Las cosas se están agitando un poco, además, los refugiados
se amontonan aquí. Es momento de que amarres ese espíritu libre
tuyo y te hagas cargo de la ayuda a los refugiados.
—¿No es eso del departamento de Bunki?
—Tengo mis responsabilidades en el Refugio Hosui10.
10 HOSUI. “Jade protector”.

284 Edición: EED_Wolf


Fuyumi Ono Regreso a la Montaña Doce Reinos

Sou tenía santuarios llamados Refugios Hosui distribuidos por el


Reino para los refugiados y las personas sin hogar. Hace tiempo que
Bunki ejercía como directora ejecutiva a Taisui11.
A la hora de declarar posiciones especiales del reino sin definir
expresamente ante la ley, siempre se hacía cargo alguien de la
familia real. En lugar de simplemente nombrar a un ministro para la
posición, la mejor forma de asegurar un buen resultado y tranquilizar
al pueblo era poner a un Príncipe o Princesa a cargo, incluso si solo
era un título honorífico.
A pesar de saber que Bunki estaba sirviendo como Taisui de forma
nominal, tener a la Princesa como Directora Ejecutiva era tomado
en términos generales como que el rey en persona tenía interés en
que las cosas se hicieran bien. Eso quería decir que podían poner su
confianza en el proyecto.
Aunque de hecho el rey no tenía nada que ver en esto. Bunki
actuaba como Taisui con toda la autoridad del Rey de Sou. Ella se
encargaba de reunir las opiniones de los burócratas y presentarles
ante Senshin, y el Senshin tomaba las decisiones.
Pero Bunki no necesitaba su sí o no en cada decisión. Tenía pilas
de autorizaciones en blanco que llevaban su Sello Real. Y en cualquier
caso podían falsificar la letra del otro, un talento que habían refinado
en los últimos seiscientos años.
Ritatsu respiró hondo y exhaló.
—Los Refugios Hosui no serán suficientes. Los refugiados huyen
con sus necesidades más básicas. Para ellos llegar a la frontera
agota prácticamente todos sus recursos. Y ya que la mayoría solo
quiere volver a casa, una vez que las cosas se calmen en su reino
natal, crean aldeas en las cercanías de las Montañas Koushuu. Pero,
de hecho, eso es tan bueno como que sean abandonados allí.
—¿Hay alguien de los Refugios Hosui que se reúna con ellos?
—Sí, lo hay, pero simplemente no damos abasto.
Meiki asintió.
—Necesitamos organizar a los refugiados, tratarlos como a
nuestros invitados. Como mínimo incorporar estas aldeas de manera
sistemática.
—Como están las cosas ahora —señaló Ritatsu—, eres el único
que no carga su propio peso. Es tiempo de que dejes de deambular
y nos des una mano.
11 TAISUI. “Gran jade”.

285
Capítulo 2 Sueños de Prosperidad

Rikou suspiró.
—Parece que no tengo opción.
—Comienza con ese deambular tuyo y voy a echarte a patadas de
aquí. Depende de ti.
—Cuando me involucro en algo, termino gastando dinero rápido y
de forma continua.
—Eso no es novedad para nadie.
—¿Consiguiendo y transportando suministros?
—Hemos decidido casi por completo que una vez que hayas
agotado los almacenes de emergencia en los distritos municipales,
volveremos a los esquemas.
—Bueno, vamos a darle una oportunidad.
—Prepara objetivos políticos firmes, aunque sea de forma
aproximada. Cuanto antes, mejor.
—Voy a encargarme de eso.
—Dios santo —dijo Senshin, exhalando notablemente—. ¿El Rey
de En está manejando las cosas él mismo hasta el final? Me quito el
sombrero ante él.
—Eso es porque en En los ministros tienen talento e instinto —dijo
Ritatsu. Frunció el ceño—. Mientras que los nuestros pasan la mitad
de sus días durmiendo en los laureles.
—En cuanto a eso, incluso si una mala idea cruza por sus mentes,
son muy vagos para actuar al respecto. Todo se balancea al final del
día —Meiki sonrió con picardía y toda la familia rio.
—Bueno —Senshin sonrió—, cada uno a lo suyo. ¿Y cómo están
los demás?
Rikou se encogió de hombros.
—Tai está en malas condiciones. Fui a las cercanías para ver más
de cerca, pero no hay nada que ver. El Kyokai está infestado de youma.
Bunki preguntó con curiosidad.
—Pero el Hakuchi no ha muerto, ¿no es cierto? Parece que algo
le pasó al Rey de Tai.
—Y no tenemos la menor idea de qué. Al juntar todas las piezas de
chismes, la única conclusión es que un usurpador ha tomado el trono.
—¿Aun estando el Rey de Tai vivo?
—Están sucediendo cosas extrañas sin duda. No hay rumores de
que Taiki haya enfermado por el shitsudou, tampoco de la muerte
del rey. Esto apunta a una rebelión interna. Pero una rebelión así no
debería atraer tantos youma.

286 Edición: EED_Wolf


Fuyumi Ono Regreso a la Montaña Doce Reinos

—Los dos casos parecen similares —sugirió Shoushou.


—¿Los dos parecen similares?
—Sí, Kou y Tai. El Rey de Kou murió poco después de que Kourin
sucumbiera ante el shitsudou. Eso por sí solo no es raro. Pero sucedió
tan rápido que es casi sin precedentes.
—De hecho —dijo Meiki, dividiendo los melocotones pelados en
varios platos—. Pero esperemos que nada raro esté pasando con los
youma.
—¿Con los youma?
—Están sucediendo cosas raras, ¿no es cierto? O están
sucediendo cosas raras en Tai y Kou, o están sucediendo cosas raras
con los youma que hace que acudan allí. Realmente no lo podemos
saber sin que se tranquilicen las situaciones, de una forma u otra.
—No vayas por ahí, mamá —dijo Ritatsu secamente. Miró a
Rikou—. Di algo como eso y alguien seguramente se impacientará
por ir a echar un vistazo. Rikou, te pones ansioso con tan solo estar
sentado.
—Porque he asumido una gran responsabilidad. Nada más que eso.
—Y no lo olvides.
—No puedo prometerlo —respondió Rikou con una sonrisa pícara.
Senshin preguntó:
—Hay otro reino que me preocupa. ¿Cómo está Hou?
—No hay nada más de lo que cabría esperar. Se hunde lentamente
bajo las olas. Pero de una forma tan bien como se esperaría. Esa
corte provisional es realmente prometedora.
—¿Y el resto?
—El resto está bien. Shun tiene un camino un poco irregular,
pero es una dinastía joven con tan solo cuarenta años, por lo que
deben estar trabajando sus problemas. Aunque es difícil saber cómo
resultarán las cosas, tengo el presentimiento de que está yendo en
una buena dirección. Han se aproxima a un punto de inflexión. Pero
como ya han estado en esta situación procederán como antes.
—¿Qué hay de Kei? ¿Ya se ha establecido?
—Ah —dijo Rikou con una sonrisa—. Sí, Kei.
—¿Cómo es eso? —inquirió Bunki—. ¿Qué no tiene una emperatriz?
—La tiene. Kei y las emperatrices se llevan como el agua y el
aceite. Pero parece que por primera vez no les está yendo mal. El
Edicto Imperial se acaba de publicar. Abolió la postración.
—¿Qué? —exclamaron todos con una expresión colectiva de sorpresa.

287
Capítulo 2 Sueños de Prosperidad

—¿Abolió la postración? ¿Qué significa eso exactamente?


Bunki dijo.
—Seguramente estás bromeando. ¿Todos reverenciando, estando
de pie? ¿Cómo el kirin?
Rikou asintió.
—A eso se resume todo.
—¿Qué se supone que se puede lograr con eso?
—Bueno, nada práctico, de eso seguro. Sin embargo, creo que la
intención está clara. Es la primera monarca en decirle a sus súbditos
“No se postren ante mí”.
—Tienes razón en eso.
—Antes de que se emitiera el Edicto Imperial había problemas en
una de las provincias centrales de Kei. Supuestamente la Reina de
Kei se involucró directamente en el conflicto y pacificó la situación.
—¡Santo cielo! —Bunki se llevó la mano a la boca.
—También puso en su lugar a la banda que por décadas había
guiado a la Corte Imperial. Todos los ministros fueron reorganizados.
Parece que esta chica sabe cómo hacer las cosas. Bastante notable
para una Emperatriz de Kei.
—Ciertamente.
—Desde el Edicto Imperial, las reformas han avanzado a un ritmo
respetable. Las leyes perjudiciales contra los hanjuu y los kaikyaku
fueron abolidas por decreto real. Lo crean o no, el general del Ejército
de Kei es un hanjuu.
—Eso es realmente impresionante.
—Era hora, puede que sea la reacción más apropiada.
—¿No crees que es impresionante que la Reina de Kei deba hacer
tales cambios a través de edictos reales? Nada como esto había
sucedido en mucho tiempo.
Rikou sonrió.
—Sí, el estatus quo se está agitando en Kei. Es una buena
sensación.
Él aún albergaba algunas dudas sobre esta ráfaga de cambios en
Kei, y sobre la fortaleza de su nueva Emperatriz. Pero a medida que
se acercó a la capital, más animada estaba la gente. Era evidencia
que la confianza y la esperanza irradiaba de ella. La burocracia se
había endurecido como piedra y, sin embargo, sentía la energía que
podía desplazarlos de sus sitios como una maza.
Kei superaría la marca de los diez años y en buena forma.

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Fuyumi Ono Regreso a la Montaña Doce Reinos

Ritatsu suspiró.
—Bueno, podemos estar todos agradecidos de que Kei se esté
asentando. Hay un malestar en el frente interno que me mantiene
despierto por las noches. Tal vez Kei nos presente un ejemplo digno de
ser seguido. No son pocos los lugares aquí que necesitan una mejora.
—¿Intentas decirme algo?
—Bueno, de acuerdo con tu propia culpabilidad, parece que te
estás volviendo un poco senil.
—Sí, sí —respondió Rikou con una mueca de desaprobación.
La sala se quedó en silencio cuando las personas sentadas
alrededor de la mesa se hundieron en una contemplación colectiva.
Senshin rompió el silencio.
—¿Cómo se está manteniendo Ryuu?
Rikou tuvo que pensarlo por un minuto.
—Es difícil decirlo. Supongo que una vez que las cosas lleguen
al punto crítico, se resolverá rápidamente de una forma u otra. La
situación está tan mal que los youma están apareciendo. La Voluntad
del Cielo está indecisa. Es muy probable que el shitsudou acabe con
el Taiho en cualquier momento.
—Tratándose de Ryuu no es necesario que nos involucremos,
¿verdad? Deberíamos contar con En y Kyou para eso.
—El Reino de En parece tener las cosas bajo control, no creo que
tengamos que preocuparnos.
—Pero ¿no están aceptando ya refugiados de Tai, Kei y Kou? La
situación está mejorando en Kei, pero no está listo para continuar
por su cuenta. Tai está hecho un completo desastre y En se está
llevando todo el peso. Súmale los refugiados en el norte de Kou
que van directo a En como primera alternativa. No se arriesgarán a
cruzar un territorio infestado de youma para llegar a Sou. Pero apoyar
a Kou y además de eso apoyar a Ryuu cuando las cosas se están
descontrolando es pedir mucho. Supongo que ofrecer ayuda sería
una grosería de parte nuestra.
—Bueno, yo no iría tan lejos —sonrió Rikou—. En lugar de eso
sería mejor pensar maneras de aceptar más refugiados de Kou.
Estaríamos quitándole un peso a Kei, viendo que Kei apenas tiene
las fuerzas necesarias para mantenerse de pie.
Senshin gruñó en señal de acuerdo.
—El problema es cómo hacer que los refugiados vengan a Sou.
—Podríamos transportarlos por mar —sugirió Ritatsu, haciendo una

289
Capítulo 2 Sueños de Prosperidad

anotación. Escribiendo con una mano y levantó la otra agregando—.


Ir desde el Mar Rojo al Mar Azul es problemático. Por el momento
podemos maximizar el número de barcos en los puertos del Mar Rojo
y después usar el Kyokai para mandar barcos que recojan refugiados
que se dirijan al norte por la costa de Kou.
—No hay buenos puertos en el Kyokai, ¿o sí?
Esperando esa pregunta, Rikou asintió.
—Solo hay dos puertos suficientemente grandes para grandes
buques. Pero varios capaces de aceptar embarcaciones de pesca.
—Entonces que sean barcos chicos. De esa forma podrán
desembarcar en los puertos pesqueros. De cualquier forma, no
podríamos conseguir suficientes buques de los puertos a tiempo. No
tenemos suficientes barcos ahora, así que tendremos que construir
más. Las embarcaciones de pesca no son buenos ferris, pero
combinados en una flota podríamos incrementar de forma drástica
el número de rutas.
—Hmm, no lo había pensado —agregó Meiki—. Hagámoslo.
Si construyéramos muchos barcos grandes eventualmente nos
quedaríamos sin formas de usarlos. Al menos las embarcaciones
de pesca pueden ser vendidos a pescadores una vez que ya no las
usemos. Viajar por el Kyokai y recoger refugiados del norte de Kou
aliviará la presión sobre Kei.
—De acuerdo. El resto del problema le queda a Kyou —dijo Ritatsu
mirando a Rikou.
—Pasé por Kyou de camino a casa. Les dije que las nubes de
tormenta se estaban formando.
—¿Cómo es la situación logística en Kyou?
—Han dispuesto tiendas de emergencia para hacer frente a
la situación de Hou. En caso de emergencia pueden desplazarse
para los refugiados de Ryuu. Al contrario de lo que se espera, Ryuu
parece estar aguantando. Pero si las cosas cambian para mal y no se
resuelven pronto, la situación podría volverse extrema.
Bunki suspiró.
—Kyou no puede hacerse cargo de Hou y Ryuu por sí solo. En
particular, Hou tiene dependencia geográfica de Kyou. ¿Kyou tiene
buenas relaciones con Han?
—No lo creo.
—Entonces sería bueno pensar en cómo brindarle ayuda a Kyou.
Al menos para asegurar un mínimo de reservas de comida.

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Fuyumi Ono Regreso a la Montaña Doce Reinos

—Eso no funcionaría, Bunki —sonrió Meiki—. Piensa en el tiempo, el


esfuerzo y el dinero requeridos para transportarlo. En lugar de proveer
alimentos de nuestros almacenes, sería más eficiente aumentar el
Tesoro Imperial de Kyou directamente. Además, si traemos refugiados
de Kou deberemos revisar nuestras reservas de comida. Por encima
de eso si intentamos comprar arroz en el mercado abierto para poder
enviarlo a Kyou, los precios subirán hasta las nubes.
—Probablemente tengas razón en eso.
—Lo mejor sería advertir a la Reina de Kyou que monitoree el
precio del grano. Y de la madera. Es una de las mayores exportaciones
en Kyou, Hou y Ryuu, ¿no es cierto? Si uno de esos reinos comienza
a caer, los precios se dispararán. El grano y la madera, si aflojamos
los suministros aquí para que los excedentes fluyan al norte sería la
estrategia más eficiente.
—Pero… —empezó a decir Bunki.
Senshin la interrumpió.
—Lo que tu madre dice es cierto. Mandar el alimento directamente
no será bueno. Las personas se toman ese tipo de cosas
personalmente. Sienten que se les arrebata su capacidad de tomar
decisiones propias. En cuanto a los refugiados es que perseveren y
no pierdan las esperanzas. Eso es lo que podemos ofrecer.
—Ah… cierto…
—Tenemos el deber de ayudar cuanto podamos. Pero una vez
que se recuperen, también es nuestro deber dejarlos ir. Creo que
asistir a Kyou a través de su Tesoro Imperial para que pueda ayudar
directamente a los refugiados es buena idea. Pero Kyou debería ser
quien coordine la ayuda. Un país vecino asistiéndolo tranquilizará a
los ciudadanos de Ryuu, quienes en un futuro sientan una obligación.
Eso sería igual si Sou proveyera la ayuda, pero siendo Kyou, estarán
en mejor posición para devolver el favor, geográficamente hablando.
Lo que sea que hiciera Sou probablemente nunca sería devuelto. Una
deuda que no puede ser devuelta no es diferente a una limosna.
Acostumbrar a los refugiados a tales relaciones romperá lo que más
les importa.
Bunki asintió. Senshin sonrió y miró a Rikou.
—Lo mismo se aplica para ti. No me importa mucho qué saques
del Tesoro Imperial en beneficio de la gente de Kou, siempre y cuando
recuerdes que se puede errar con la caridad.
—Entiendo.

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Capítulo 2 Sueños de Prosperidad

Senshin suspiró.
—Bueno, donde quiera que vayas te las arreglas para traer a casa
noticias del mundo. Eso es muy apreciado.
—No lo animes, padre —intercedió Ritatsu—. Cuando se trata
de Rikou sería mejor animar una auto reflexión antes que dejarlo
regodearse en la alabanza.
—No necesitas seguir jugando esa carta. Estoy comprometido
con el problema de los refugiados.
—Y te retendremos por ello. Cuenta con que tienes las manos en
el fuego.
—Me imagino.
—Y puedes empezar —dijo Ritatsu con el ceño fruncido—, por
despejar tu asiento y meter al establo ese kijuu. ¿Cuánto más lo
harás esperar afuera?
Sonriéndole a un disgustado Rikou, Shoushou se levantó.
—Yo lo…
—Está bien, Shoushou —la detuvo Meiki—. Las personas que
hacen líos deberían limpiarlos ellas mismas. Santo Cielo, ustedes ya
no son niños.
A ese punto, todos estallaron de risa.
—Eso es cierto.
—Sí, ya era hora de que nuestro hermano se volviera un adulto.
—No hay nada de divertido en un niño de seiscientos años.
Sonriendo, Rikou asintió.
—Sí, sí.
Se levantó y fue hasta la ventana. Pasando por la ventana hacia
la cornisa, pensó para sí.
Son exactamente los mismo que eran cuando me fui.
Ellos siempre estarían allí, la luz brillando en la ventana y esos
rostros felices reunidos alrededor de la mesa en armonía. Regresar
de su viaje y encontrar esa escena esperándolo lo llenó de alivio.
Para bien o para mal, no se había cansado de la vida ociosa de la
burguesía.
O tal vez había abandonado su casa y vagado por los Doce
Reinos, conociendo los peligros que le esperaban, porque se había
aburrido de esa vida. De hecho, cada vez que se iba lo hacía sin idea
de a dónde ir o cuando volvería. Sou, el Palacio Seikan y su familia
eran lo más lejano en sus pensamientos.
En el fondo, en lo más recóndito de su mente, contemplaba la

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idea de irse y nunca volver a casa.
Pero siempre volvía. Al mismo tiempo, los otros reinos se volvían
fríos y desolados. Los reinos eran una cosa frágil. No importaba que
tan firmes parecieran los cimientos, la gente siempre estaba parada
sobre la cuerda floja.
Ninguna dinastía duraba por siempre. De hecho, era demasiado
evidente.
Aquí, pensó, y ahora, el mundo está bien.
Y estaría bien siempre y cuando estuvieran para apoyarse los
unos en los otros y cuidarse las espaldas.
Rikou miró sobre su hombro. Esta era probablemente la razón
por la que regresaba. Para asegurarse de que eso seguía siendo así.

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