El Tercer Apóstol Maiakovski
El Tercer Apóstol Maiakovski
El Tercer Apóstol Maiakovski
Tal vez sea a través de un arte poético como cada cual, en el núcleo de una acción solidaria, pueda
salvaguardar su intimidad y desarrollar una sensibilidad donde descubrir nuevas formas y nuevos
valores. Sería una locura creer que sólo las ideas, el intercambio de ideas y acciones comunes, basten
para rehacer el mundo. Es necesario, sin duda, pero también aquello que cada uno pueda descubrir en
su propia singularidad
“Hoy,/ soy el único pregón de las verdades futuras” escribe Maiakovski en 1916 “El hombre
marchando en una Rusia patas arriba. Años después –en 1930- “La barca del amor se estrelló
periódicos alegaron motivos “estrictamente personales”: nada tiene que ver- insistían- la muerte
de blusa amarilla, alegando que éste no llegaría a ser un gran poeta hasta que consiguiera
Ranciére y el esfuerzo –legítimo o no- de deshacerlo, parece aparecer ya aquí. Eso veremos.
El futurismo ruso tiene en su nacimiento un manifiesto: el Bofetón al gusto del público que se
despide de “La academia y Pushkin” de la lengua que ha existido antes de ellos, del “buen
gusto”5, en fin, de “la mierda ya petrificada del hoy” 6. Y saluda, en cambio, “a la ampliación del
1
Este era el título original del poema Una nube en pantalones, cuya publicación fue detenida por la censura hasta
que se le cambió el título, N. del A. Vid., Miakovski, Poesía y Revolución,
2
Maiakovski, “La Guerra y el Mundo”, Antología poética, p. 74, p. 88
3
Ibid, verso de su carta de despedida, en Antología poética, p.
4
“De ningún modo corresponde su muerte a todo su aspecto de poeta totalmente dedicado a la revolución”
5
“Bofetón al gusto del público” en Poesía y Revolución, pp. 11-12
6
“A plena Voz” citado en Diego Ibáñez, Maiakovski y el futurismo ruso: una revolución del canon, p. 5
7
Bofetón al gusto del público” en Poesía y Revolución, pp. 11-12
Tal proclamación no obedece al capricho, si “no es la idea lo que genera la palabra, sino la
palabra la idea”8, la ampliación del vocabulario ha de ampliar el alcance de las ideas –de la
arte es trabajo y han de estudiarse entonces sus procesos de producción como los de cualquier
9
otro trabajo productivo, la “elaboración técnica” de la poesía no tiene un valor en sí misma,
sino sólo en tanto responde a la necesidad de una “ordenación social”, “debe ser tendenciosa (…)
para la lucha, para la agitación literaria”10, hacer estallar una experiencia y marchitarse después.
Es la misión del poeta adelantar el futuro que ya se anuncia, deben lanzarse “hacia adelante para
arrastrar consigo el tiempo que han comprendido”11, son ellos “los constructores de una nueva
cultura”12, en donde el arte “no embellece la vida, sino que la modela”13 (“Váyase al diablo toda
esta literatura que se sirve como postre”14). Se proclama por la voz de “los poetas, los obreros,
Sin embargo, unido el arte a la vanguardia de la historia, el mismo Maiakovski terminaría por ser
un “trasero de bronce” obsoleto y deslucido ante un joven de la clase obrera. Y cuando para los
camaradas del mañana el arte se hubiera fundido con la vida, éste habría de desaparecer. “El
poeta está condenado a ser un «desecho del presente»” 17, a sacrificar la vida del arte mismo en la
8
“Dos Chejov” en ibid, p. 20
9
Vid, “Nuestro trabajo verbal” y “¿Cómo hacer versos” en Poesía y Revolución, pp. 41-90
10
Ibid, p. 78
11
12
“Lector” en ibid, p. 92
13
Trotsky
14
Roman Jakobson
15
16
“
17
Roman Jakobson, El caso Maiakovski, p. 44
batalla de la nueva cultura: “¡Muere verso mío, muere como soldado, como anónimo en el asalto
Ahora bien, en las dos vías paradójicas que El malestar en la estética analiza como formas de
relación entre arte y política, el futurismo se inserta sin duda en “el proyecto del arte convertido
en forma de vida”19. Se menciona explícitamente: la disolución del umbral entre vida y arte, que
toma la forma de una “supresión” del arte en el futurismo soviético, se trata de “la supresión
revolución del modo mismo de la vida material” 21, es decir, de la revolución comunista, con una
“revolución como formación de una comunidad del sentir” 22, una revolución estética ya presente
Ciertamente, desde los solos versos con los que hemos hecho la apertura de este texto, nos es
posible observar las coincidencias entre el nudo estético y el pensamiento del futurismo: “La
poiesis y la aisthesis, de aquí en más (es decir, en lo que Ranciére llama el régimen estético del
arte) se relacionan inmediatamente una con la otra. Pero se relacionan en la separación misma de
sus razones. La única naturaleza humana que las armoniza es la naturaleza perdida o una
humanidad por venir”24. Es decir, que el régimen estético en el que el arte del futurismo ruso -y
elementos mencionados, unidos, en este caso, sólo por la promesa del hombre del futuro: el
18
19
Ranciere, El malestar en la estética, p. 51
20
ibid
21
Ibid, p. 45
22
Ibid, p. 50
23
Vid. Ibid,, pp.45-46
24
Ibid., p.
También nos es posible decir que la forma que se había sometido a la materialidad de la palabra
es una subversión en la jerarquía que coloca la inteligencia activa sobre la naturaleza sensible. 25
Relacionar el llamado a la voz de “los poetas, los obreros, los estudiantes, las prostitutas/son a
los que debemos escuchar y comprender” 26, con la toma de la palabra. La cuestión de quién
nuevos” al régimen de lo visible, puede verse en poesía: “un clavo en mi zapato” es un verso, y
el mejor: “Camaradas/Los obreros y las tropas de Cantón/tomaron a Shangai” 28. Ese nudo
complejo entre “las sublimidades del arte y el ruido de una bomba de agua, entre una veladura de
Maiakovski, “Cuando metáis los dedos en la mierda ya petrificada del hoy (…) fui un poeta que
movilizado y dirigido”30.
Hay, por supuesto, una diferencia vital. El público de Maiakovski ha de ser el proletariado y ha de darle
voz sin pertenecer a él. Trotsky lo dice: “El individualismo revolucionario de Maiakovski ha desembocado
entusiásticamente en la revolución proletaria, pero no se ha confundido con ella” 31. Aunque antes el poeta
ya había escrito “ser proletario/no significa estar/sucio de carbón/ser el que maneja las fábricas/ser
proletario/es amar el futuro/que ha hecho saltar la suciedad de los sótanos/créanme.” 32. ¿Qué hay que creer?
La crítica de Trotsky es en su mayoría sensata y bien pensada, no pueden, dice, los futuristas
pretender adelantar la cultura nueva por la fuerza, “no disponen (…) de ningún puente hacia el
permite un tono completamente familiar”, “se desvanecen las proporciones de nuestros asuntos
25
Ranciere, p. 24
26
27
Vid. Ranciere, op. cit., pp. 33-34
28
Miakovski
29
Ranciere, op.cit., p. 25
30
Maiakovski
31
Trotsky, p. 98
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Maiakovski
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Trotsky
terrenos y no se puede distinguir lo pequeño de lo grande (…) Por eso, cuando Maiakovski habla
de su amor, lo hace como si hablara de emigraciones de pueblos” 34, “Qué fuera de lugar y qué
frívolos resultan estos cuentos de hadas y estas baladas primitivas adaptados (…) a la lucha de
clases¡”35, necesita, dice Trotsky, una lucidez que le enseñe a distinguir lo particular de lo
poesía37, ha de ser una tarea trabajosa y larga, “por eso hay tanta gente en el mundo que piensa
Quizá a esto último no se habría opuesto Maiakovski y es para ello que lanza su apuesta,
“Nosotros pulimos las almas/con la gublia del verso” 39. Así como un ingeniero conquista a la
técnica -las condiciones materiales- el poeta habría de encargarse de la difícil y más tardía,
revolución “espiritual”. Quizá tampoco se habría opuesto en voz alta a la crítica a su indiferencia
de una vez”40, aunque después grite “Este tema llegará/y ordenará/¡La verdad!” 41. Es un artículo
¡Qué frívolas y fuera de lugar, suenan, sin embargo, las críticas de Trotsky y su mal-tratar el
amor por su “terrenalidad”!. Rabietas aparte, parece que quiere distinguir entre las sublimidades
del arte de la revolución y las banalidades contingentes de la vida cotidiana, hay que dejar la vida
quieta en la pequeñez y elevar el lenguaje poético a cantar las alturas de la revolución, a la que
nunca puede alcanzar, “nada puede cantar más fuerte que la guerra o la revolución” 43. Hay que
distinguir lo que es particular y lo que es público. ¡Qué no se mezclen! Que se mate Vladimir, no
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Maiakovski “El poeta obrero”
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Id, “De esto”
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ibid
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Roman Jakobson
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Trotsky 99
el “Cantor de la Revolución”. Hay que disculpar la “preferencia casi monstruosa por el sonido
contra el sentido”44. ¿Cómo puede entonces el arte devenir vida? ¿ Cómo evitar eso que, pensaba
materialidad sensible por la intelección activa 45? Maiakovski habría de insistir sobre Lenin
“enterramos/al más terrenal/de todos los hombres/que pasaron por la tierra” 46 Hay que traer a la
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Trotsky 95
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Ranciere 43
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Maiakovski, “Vladimir Ilich Lenin”