El Matrimonio
El Matrimonio
El Matrimonio
DERECHO ROMANO
“MATRIMONIO”
PRESENTADO POR:
PAREDES AGUILAR CARMIN CIELO.
GESTION - 2020
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EL MATRIMONIO
Tabla de contenido
Introducción 3
Concepto y definición 4
Características generales y elementos 6
Tipos de matrimonio 7
Los esponsales 9
Requisitos e impedimentos 10
Prohibiciones……………………………………………………………………………………………………………………..12
Segundas nupcias…………………………………………………………………………………………………………………16
El concubinato……………………………………………………………………………………………………………………..17
La dote…………………………………………………………………………………………………………………………………18
Conclusión……………………………………………………………………………………………………………………………19
Bibliografía……………………………………………………………………………………………………………………………20
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INTRODUCCIÓN
CONCEPTO Y DEFINICION
trato que el marido dispensaba a la mujer, que debía ocupar la posición social
de aquél y la dignidad de esposa.
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CARACTERISTICAS GENERALES
ELEMENTOS
TIPOS DE MATRIMONIO
b) "Coemptio". Era una forma de adquirir la manu que nos traslada a las más
antiguas costumbres de la humanidad cuando se usaba el matrimonio por
compra. La coemptio fue una mancipado por la que la mujer era vendida o se
auto vendía al marido (numnxo uno), declarándose que tal venta era matrimonii
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causa y no como esclava, para que así quedara bajo la potestas del marido y
no in mancipio de éste.
LOS ESPONSALES
El matrimonio en Roma solía ir precedido de una promesa formal de
celebrarlo, realizada por los futuros cónyuges o sus respectivos paterfamilias,
que se llamaba esponsales (sponsalia), nombre que deriva de sponsio,
contrato verbal y solemne que se usaba para perfeccionar la promesa. Un
fragmento de Florentino en el Digesto define los esponsales diciendo que son
"mención y promesa mutua de futuras nupcias" (Sponsalia sunt mentio et
repromissio nuptiarum futurarum).
En las primeras épocas el incumplimiento de los esponsales daba lugar a una
acción de daños y perjuicios que se traducía en el pago de una suma de
dinero. Este criterio no fue aceptado por mucho tiempo, lo cual es explicable si
se tiene en cuenta que todo constreñimiento a cumplir los esponsales venía a
ser incompatible con la idea romana del matrimonio (libera esse debent
matrimonia). De ahí que se declaró ineficaz cualquier convención en la que se
prometiera una suma de dinero a título de pena (stipulatio poenae).
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REQUISITOS
Si bien la ley autorizaba a casarse a las mujeres desde los doce años, lo más
frecuente era que lo hicieran entre los 16 y los 17. Los varones se casaban
alrededor de los 25 años, sobre todo, los que realizaban la carrera de los
honores, ya que a esa edad se alcanzaba generalmente el cargo de cuestor.
La boda estaba llena de ritos, como el vestido blanco virginal, y un peinado alto
atravesado con una aguja, significando el sometimiento a la autoridad del
esposo. Llegaba a la casa del novio, acompañada de un cortejo y era alzada
allí por el consorte para que no se enojaran los dioses del umbral, al dejar
entrar a una muchacha que aún no había aceptado los dioses de su futuro
hogar.
IMPEDIMIENTOS
PROHIBICIONES
La filiación legítima, que era aquella en que el nexo entre el engendrado y sus
progenitores derivaba de legítimas nupcias, daba al hijo la calidad de legítimo,
que la ley presumía cuando hubiera nacido después de los ciento ochenta días
de la celebración del matrimonio y antes de los trescientos de su disolución. En
estos casos se reputaba al marido padre del hijo, presunción que podía ser
destruida si el padre probaba la imposibilidad mate rial de haber cohabitado
con su mujer o su impotencia para la unión carnal.
Los hijos legítimos tenían derecho a exigir de sus padres la prestación de
alimentos, si ellos no podían subvenir a sus propias necesidades. Esta
obligación se imponía en primer lugar al padre y a la madre, y en defecto de
éstos a los abuelos. La prestación de alimentos era recíproca y en
consecuencia los hijos estaban obligados a mantener a sus padres cuando
estuvieran en la indigencia. Otro deber fundamental que imponía el matrimonio
a los hijos era el de respeto y obediencia a sus padres.
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SEGUNDAS NUPCIAS
La disolución del vínculo matrimonial por cualquier causa no impedía a los
cónyuges pasar a segundas nupcias, sólo que la mujer tenía que guardar un
tiempo de luto de diez meses, y de un año en el derecho postclásico, con el fin
de dar certeza a la paternidad, evitando la turbatio sanguinis.
Sin embargo, el derecho romano se caracterizó siempre por mirar con poca
estima al cónyuge bínubo, especialmente a la mujer. Pasado el tiempo de
Augusto, que en toda forma favoreció los matrimonios, los emperadores
volvieron a la antigua tradición romana.
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EL CONCUBINATO
El derecho romano conoció otra forma de comunidad conyugal, el concubinato
(concubinatus), en el que existía unión estable del hombre y la mujer sin que
medie intención recíproca de estar unidos en matrimonio. Se distinguía de las
justas nupcias tanto por la posición social que la mujer ocupaba, como por la
condición jurídica de los hijos que de la unión provenían. La mujer no disfrutaba
de la consideración de mujer casada, le faltaba, el honor matrimonii. Los hijos,
como todos los habidos fuera de matrimonio, no entraban bajo la potestad ni en
la familia del padre; seguían la condición personal de la madre.
Justiniano dispuso que el concubinato no fuera admitido con mujeres ingenuas
y respetables, prohibiendo además que un hombre soltero tuviera varias
concubinas. La mujer debía tener, al igual que para contraer matrimonio, una
edad mínima de doce años y la concubina de un hombre no podía serlo de su
hijo o de su nieto, reputándose su infidelidad como adulterio, igual que en la
mujer casada. Una liberta que fuera concubina de su patrón no podía
abandonarlo sin su consentimiento; si lo hacía, no estaba autorizada a celebrar
matrimonio y, tal vez, ni siquiera volver a una nueva relación concubinaria.
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LA DOTE
Se designaba con el nombre de dote (dos o res uxoriae) al conjunto de bienes
o cosas particulares que la mujer, su paterfamilias u otra persona en su nombre
aportaban a causa del matrimonio, con el fin de atender a los gastos que
demandaba al marido la vida matrimonial (ad sustinenda onera ma-trimonii).
La dote fue un instituto que alcanzó gran difusión en la sociedad romana, que
consideraba un deshonor para una mujer concurrir indotada al matrimonio.
Habría surgido como consecuencia del carácter del matrimonio cum manu, que
al hacer que la mujer perdiera sus derechos hereditarios en su familia de
origen, justificaba-la entrega a ella de bienes como un anticipo de herencia.
Posteriormente, con la vigencia del matrimonio sine manu, la dote implicó una
aportación de la mujer para contribuir al sostenimiento de los onera matrimonii,
no quedando al margen de la finalidad del instituto la protección de la mujer
una vez disueltas las nupcias.
En la concepción romana originaria, la dote era propiedad exclusiva del marido
y la mujer carecía de derecho sobre tales bienes. No obstante, estaba afectada
al destino convenido y de ahí que surgiera inevitablemente la idea de que
aquella dote se debía a la mujer o que, hasta cierto punto, le correspondía.
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CONCLUSION
BIBLIOGRAFIA
http://derecho911.blogspot.com/2017/01/resumen-matrimonio-en-el-derecho-
romano.html
https://www.derechoromano.es/2011/12/el-matrimonio-romano.html
https://es.slideshare.net/ABDELBONILLA2015/matrimonio-romano-53618338