Adoracion Nocturna

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CENTRO PASTORAL DE NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED

‘‘Hora Santa Nocturna


A Jesús Sacramentado’’
Monitor: Ingresamos en el Oratorio, y nos disponemos para la adoración. Aquietamos el
espíritu, dejamos de lado todo asunto mundano, buscamos despejar la mente y el corazón
de las cosas que nos distraen. Venimos a hacer adoración ante Jesús Sacramentado, el Dios
de la Eucaristía, el Dios del sagrario, ante quien los ángeles se postran en adoración y
permanecen en éxtasis de adoración y ante quien los santos no cesan de cantar himnos de
adoración y de alabanza. Nos unimos gozosos a los coros de los ángeles y santos del cielo,
pidiendo a María Santísima que nos asista en esta hora de adoración, para que no solo no
nos distraigamos, sino que nuestra humilde adoración sea llevada por nuestros ángeles
custodios a su Corazón Inmaculado, y desde allí al Sagrado Corazón Eucarístico de
Jesús.

Canto: CANTEMOS AL AMOR DE LOS AMORES


Asamblea: Aquí estoy, mi Dios, ante Ti, tal como soy ahora. Estoy de rodillas ante Ti,
Señor, tranquilo y en paz. Estoy en tu presencia y me dejo conducir. Me abro a tu
proximidad, Tú eres la fuente de mi vida, la fuerza de vida que me penetra. Tú eres mi
respiración que me conduce. Deja que tu paz habite en mí.
Concédeme la gracia de dejarme limpiar por Ti, ser vasija que se llena de Ti, mi Dios. Que
todos mis pensamientos y sentimientos, mi voluntad y libertad estén orientados hacia tu
servicio y alabanza, mi Dios fuente de vida. Así sea. Amén.

Monitor: Señor Jesús, nuestros ojos te miran con fe y te contemplan bajo las especies de
Pan y Vino. Contigo queremos andar el camino de tu Evangelio y de tu Misterio Pascual.
Tú eres, Señor, la Luz que ilumina a todo hombre que viene a este mundo, y la Vida
verdadera que nos llena de alegría. Queremos contemplar esa Vida y Luz que alumbra
nuestra fe. Tú eres nuestra firme esperanza. Levantamos nuestras manos en oración y
búsqueda de tu gracia: haz que nuestros corazones inquietos te encuentren siempre.

Asamblea: Por medio de ti y en el Espíritu Santo que nos comunicas, queremos llegar al
Padre, siguiéndote a Ti, que eres Luz y Vida.

Monitor: Tú eres nuestro mediador y redentor. Nuestro corazón se llena de gozo y


esperanza al saber que vives «siempre intercediendo por nosotros».

Asamblea: Señor Jesucristo: Tú, inmolado en la cruz, te ofreciste por la reconciliación y


la paz: te alabamos y te bendecimos.
Monitor: En la Eucaristía te das como alimento de vida eterna y nos unes a tu inmenso
amor: te alabamos y te adoramos.

Asamblea: En tu presencia santa te experimentamos cercano y te adoramos con fe. Te


pedimos que ilumines con tu luz nuestros ojos, purifiques nuestras mentes y corazones y
nos hagas instrumentos de tu paz, en un mundo dividido por las guerras y los odios.

Monitor: Concédenos caminar siempre a la luz, para que un día la podamos contemplar
sin velo alguno, y adorarte y glorificarte sin fin.

Asamblea: Te damos gracias, Padre santo, porque nos revelas en Cristo, luz de los
pueblos, el misterio de nuestra salvación. Él, verdadero cordero pascual, con su muerte
quitó el pecado del mundo y, resucitando, restauró nuestra vida.

Monitor: En memoria de su entrega por nosotros, nos dejó como alimento el sacramento
de la Eucaristía, que nos hace partícipes, ya en este mundo, de los bienes eternos de tu
Reino.

Asamblea: Derrama, Señor, tu Espíritu, sobre quienes adoramos y proclamamos la


presencia de tu Hijo en el misterio de nuestra fe, para que vivamos en generosa solidaridad
con todos los hombres.

Monitor: Adoradores en espíritu y en verdad, demos testimonio del Evangelio imitando a


María, la Madre de Jesús, servidora obediente y humilde de la obra de la salvación.

Todos: Gloria y alabanza a ti, Santísima Trinidad, único y eterno Dios. Te adoramos
profundamente y te ofrecemos el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor
Jesucristo, presente en todos los Sagrarios del mundo, en reparación de todos los sacrilegios
e indiferencias con que eres ofendido, y por los méritos infinitos de tu Sagrado Corazón, te
pedimos la conversión de los alejados y de los indiferentes.

Canto: AMOR DE LOS AMORES


Monitor: Venimos ante Ti, Jesús Eucaristía, para rogar por quienes, en vez de seguirte a
Ti, en el Camino Real de la Cruz, camino duro y difícil, escarpado y en subida, camino
señalado por las huellas de tus pisadas, camino en el que se deja la vida del hombre viejo,
pero que conduce, luego del dolor de la Cruz, a la luz de la Resurrección, siguen un camino
opuesto al tuyo, camino ancho, espacioso, en declive, fácil de andar, que no exige
renuncias, camino lleno de risas fáciles, de hartura de comidas, camino tapizado por el
dinero a modo de alfombra y señalado por el brillo del oro, camino en el que todo es alegría
mundana, pero que termina abruptamente, pues conduce al abismo del que no se sale,
abismo en el que el dolor, el llanto, la amargura y el odio son los compañeros inseparables
por la eternidad.
Te pedimos que a quienes se dejan seducir por los atractivos del mundo, les concedas la
gracia de conocerte, para que conociéndote te amen, amándote te adoren, y adorándote se
salven y canten tus alabanzas por toda la eternidad.

Todos: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te amo. Te pido perdón por los que no
creen, ni esperan, ni te adoran ni te aman” (tres veces).

Canto: OH, BUEN JESUS


Lector: Señor, la Iglesia que continúa celebrando la Eucaristía, nos invita a alabarte,
agradecerte e implorar tu gracia. Demos gracias por este misterio de la Eucaristía y por su
presencia real en medio de nosotros.

Todos: En unión con Jesús te agradecemos, Dios Padre, por todas las gracias personales
que nos has concedido. Tú nos has dado la vida de la gracia, que nos ha hecho partícipes de
tu misma vida divina y, después de la gracia con la que nos santificaste en el día del
Bautismo, ¡cuántas gracias nos han sido concedidas a lo largo de la vida!

Lector: Gracias, Señor, por tu Misterio Pascual: tu muerte y resurrección. Gracias Señor,
por haber instituido la Eucaristía, por haberte quedado sacramentalmente entre nosotros,
por habernos invitado a celebrar la Eucaristía, sacrificio perenne de salvación.

Todos: Te damos gracias, Señor.


Lector: Gracias, Señor, por darnos tu Cuerpo y Sangre como alimento. Gracias Señor, por
este tiempo que nos has concedido para adorarte y venerarte en el Sacramento. Gracias
Señor, por la Eucaristía que se celebra en todo el mundo, por tu presencia sacramental que
nos estimula y acompaña como Luz y Vida.

Todos: Te damos gracias, Señor.


Lector: Por nuestros padres, que nos educaron en la fe, por habernos llamado
al conocimiento de la Buena Nueva de tu Palabra y a vivir como tus hijos, por el Bautismo.

Todos: Te damos gracias, Señor.


Lector: Te damos gracias y te bendecimos, Dios santo y fuerte, porque diriges
con sabiduría los destinos del mundo y cuidas con amor de cada uno de los hombres.

Todos: Tú nos invitas a escuchar tu Palabra, que nos reúne en un solo cuerpo, y
a mantenernos siempre firmes en el seguimiento de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo.

CANTO: VEN A MI DULCE PAN DE LA VIDA


Oración de despedida: Querido Jesús Eucaristía, debemos ya retirarnos, para continuar
con nuestros deberes cotidianos. Hemos estado ante tu Presencia Eucarística como Moisés
en el Monte Sinaí, como Pedro, Santiago y Juan en el Monte Tabor; llevamos nuestros
corazones colmados de tu paz, de tu alegría, de tu Amor, y hacemos el propósito de
comunicar a nuestros hermanos de la abundancia que de Ti hemos recibido. Aunque nos
retiramos con el cuerpo, dejamos a tus pies nuestros corazones, hasta la próxima Hora
Santa.
CANTO: ALMA MISIONERA

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