No Más, Nada Más: Formación de Adverbios de Exclusión ( Solamente')

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Lexis Vol.

XLIV (1) 2020: 5-39

No más, nada más: formación de adverbios


de exclusión (‘solamente’)*

Francisco Javier Herrero Ruiz de Loizaga


Instituto Universitario Menéndez Pidal
Universidad Complutense de Madrid

Resumen
Estudiamos, en este trabajo, el desarrollo de los valores adverbiales del tipo
‘solamente’ de no más y nada más. Partimos de los datos proporcionados
por los corpus de la Real Academia, y tenemos también en cuenta el Corpus
del Español (CE) de Davies y PRESEEA. La aparición de no más con el
valor de ‘solamente’ se observa desde los primeros textos castellanos, pro-
bablemente por reducción de la secuencia y no más, pospuesta al elemento
sobre el que incide. Esta construcción, gramaticalizada como marcador de
foco, es frecuente en el español medieval y en los Siglos de Oro. A partir
del siglo XVIII, también se documenta nada más con ese valor y su empleo
crece en el español peninsular moderno, que va abandonando el uso de no
más. En cambio, la forma no más se mantuvo en toda Hispanoamérica, en
donde desarrolla nuevos valores.
Palabras clave: adverbio de foco, exclusión, gramaticalización

*
Este trabajo se inserta en el marco del proyecto FFI2015-64080-P Procesos de gramaticalización
en la historia del español (V): gramaticalización, lexicalización y análisis del discurso desde una pers-
pectiva histórica, del Ministerio de Economía y Competitividad.

https://doi.org/10.18800/lexis.202001.001

ISSN 0254-9239
6 Lexis Vol. XLIV (1) 2020

No más, nada más. Formation of Adverbs of Exclusion (‘only’)

Abstract
We study in this paper the development of the adverbial value ‘only’ of
no más y nada más. We start from the data provided by the corpora of
the Real Academia and we take also into account the Davies’ Corpus del
Español (CE) and PRESEEA. The appearance of no más with the value of
‘only’ occurs from the first Castilian texts, probably due to a reduction in
the sequence y no más postponed to the element on which it focuses. This
construction, grammaticalized into a focus marker, is frequent in medieval
Spanish and in the Golden Age. Since the 18th century, nada más is docu-
mented with the value ‘solamente’, and its use grows in European Spanish,
while no más falls in disuse. Instead, the form no más remained throughout
Latin America, where it develops new values.
Keywords: Focus adverb, exclusion, grammaticalization

1. Introducción
Las expresiones no más o nomás, presentada gráficamente como un
solo signo, y nada más funcionan en el español actual como adver-
bios de foco que señalan exclusión con el valor de ‘solamente’: “No
estás obligado a hacerlo, es un consejo nomás/nada más”.
La forma no más (o nomás) es sentida, hoy en día, como pecu-
liarmente hispanoamericana. Así podemos verlo en el título del
conocido trabajo de Kany (1945), “American Spanish no más”, que
comienza con las siguientes palabras: “The adverbial locution no
más, with its manifold connotations, is characteristic of American
Spanish” (Kany 1945: 72). La Nueva gramática de la lengua espa-
ñola (NGLE) afirma, también, casi con las mismas palabras, que
“[e]l adverbio no más (o nomás) es característico del español ameri-
cano” (2009: 3015).
Sin embargo, no más o nomás no es un adverbio de exclusión que
se haya creado en el español de América. Su empleo como adverbio
de exclusión con el valor de ‘solamente’ es frecuente en el español clá-
sico y se halla desde la época medieval. Más reciente es la forma nada
Herrero • No más, nada más: formación de adverbios de exclusión 7

más, que comienza a documentarse en el siglo XVIII. A partir de


ese momento, entra en competencia con no más/ nomás, lo que dará
lugar a dos procesos distintos: en el uso de España, el crecimiento
de nada más va acompañado de un retroceso del uso de no más, que
podemos considerar prácticamente desaparecido en esa función; en
el español hispanoamericano, por el contrario, aunque también se ha
introducido la nueva forma nada más, no más/nomás se ha mante-
nido con total vitalidad e, incluso, ha desarrollado nuevos empleos
desconocidos, o al menos no documentados, en el español clásico.

2. No más en el español medieval


Weigert (1907: 185-186) llamó la atención sobre el uso de no más en
Cervantes con el valor de ‘solamente’ pospuesto a un sustantivo o
pronombre en construcciones de este tipo: “Dos cosas nomás”, “al
primero le preguntó que por qué pecados iba de tan mala guisa. Él
le respondió que por enamorado iba de aquella manera. — ¿Por eso
no más? replicó don Quijote”. Señaló que, con menor frecuencia,
se encuentra y no más: “Salga la hermosa Argüello Moza, una vez y
no más”, e indicó la correspondencia con el francés antiguo et non
mais. Melander (1920) retoma el estudio de Weigert y señala que
no más aparece tras la palabra a la que se refiere y dentro de una
frase afirmativa y aporta nuevos testimonios clásicos y modernos
(Galdós y Echegaray). Especialmente, se fija en la construcción y no
más, en la que la conjunción y precede a no más, así como también
nota el paralelismo con la antigua construcción francesa et non mais,
siempre precedida de conjunción, como la moderna et non plus que
la reemplaza. Este autor se plantea cuál de las dos construcciones,
no más o y no más, es la originaria (Melander 1920: 81) y llega a la
conclusión, tras el análisis de los datos medievales, de que la cons-
trucción más antigua es y no más, que es la única que encuentra,
junto con la forma enfática que no más, en los textos medievales:
“Reynó después un Rey, Egyca fue llamado/ Dos annos, que non
mas, vysquió en el rreynado” (Fernán González, 34a, citado en
Melander 1920: 81), “Come el día de sábado las fabas et non mas”
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(Juan Ruiz, 1143a, citado en Melander 1920: 81). Señala, también,


que, una vez que la expresión y no más se ha fijado por su frecuente
uso, la conjunción y llegaría a considerarse como superflua y pudo
caer (Melander 1920: 82).
La explicación de Melander parece convincente y, desde luego,
no puede resultar sorprendente que esta secuencia y no más pre-
sente un valor focalizador de exclusión. A fin de cuentas, ya desde el
latín tardío se utilizó una construcción comparativa con el adverbio
MAGIS precedido de negación para marcar la excepción (Richter
1908: 659; Bourciez 1946: 120, 272). Diversos autores (Llorens 1929:
156; Iglesias 2014: 2552-2557; Bourciez 1946: 272) comentan que el
clásico NISI, en sus usos exceptivos, fue sustituido en el latín tardío
por la locución SI NON, con la que compartía, en principio, usos
condicionales. Bourciez señala que SI NON deja descendencia en
los diversos romances, excepto en oriente: lat. Non habeo nisi unum
fratrem daría lugar a non habeo si non unum fratrem, de donde, a su
vez, provienen el it. non ho se non un fratello, esp. no tengo sino un
hermano, ptg. não tenho senão um irmão y a. fr. je n’ai se un frere
non. Asimismo, también se empleó en el latín tardío para señalar la
excepción NON MAGIS1. Una construcción del tipo Non habeo
magis quam unum fratrem daría lugar a construcciones del tipo it.
non ho mai che un fratello, esp. no tengo más que un hermano, a
fr. je n’ai mais qu’un frere, con el valor exclusivo de ‘solo tengo un
hermano’2. Ambas construcciones fueron frecuentes en español. En
el español moderno, la construcción del tipo no más… que tiende
a generalizarse, aunque con diferencias dialectales en la vitalidad de

1
Moignet (1973: 24-32) estudia el paso de una construcción comparativa negativa a la
idea de excepción. Se centra en el caso del francés antiguo mais que, teniendo en cuenta
los precedentes latinos y las formaciones paralelas en otros romances.
2
Una construcción exceptiva en correlación con un término negativo que le pre-
cede (no, nada, nadie... excepto) adquiere un valor exclusivo del tipo ‘solamente’. En el
español medieval y clásico fue, no obstante, más frecuente la construcción del tipo no
tengo más de un hermano, tanto con la idea de límite como en las construcciones de foco
de exclusión, que proceden de la sustitución del ablativo por de + SN en construcciones
del tipo plus (magis) o minus seguidos de numerales: plus triginta annis (Bassols 1981: 98)
‘más de treinta años’.
Herrero • No más, nada más: formación de adverbios de exclusión 9

la construcción con sino (Herrero 2005: 77-78). Del mismo modo,


es fácil suponer que la construcción comparativa pudo añadirse
detrás de un elemento ya mencionado y unido a la oración ante-
rior mediante una conjunción copulativa: Habeo unum fratrem et
non magis. En este caso, lógicamente, se produciría la elipsis del
verbo y del segundo término de la construcción comparativa, por
ser los mismos de la oración precedente. De este modo, la secuencia
et non magis, fuertemente fijada, se convertiría en fórmula focaliza-
dora de un elemento precedente, generalmente un sustantivo o ele-
mento en función sustantiva, y de ahí tendríamos las fórmulas del
francés antiguo et non mais; del castellano e/y no más; y del catalán
e/i no més3. Una vez que se ha producido la gramaticalización como
adverbio focalizador de exclusión, puede perderse, como sugería
Melander, la conjunción que precede a NON MAGIS > no más4.
Por su propio proceso de formación, y no más sigue al elemento
sobre el que incide y se encuentra en una frase afirmativa, pues la
negación que precede a más correspondería a la segunda oración
en la que se ha producido la elipsis. Estas mismas características,
en cuanto a posición y carácter afirmativo de la oración en la que
aparece, se mantienen en la forma reducida no más5.
En cuanto a la documentación, encontramos e/y no(n) más desde
los primeros textos castellanos e, incluso, en textos peninsulares
escritos todavía en latín se encuentra et non magis. El más antiguo
que localizamos procede de un documento cuyo original es del siglo
IX, pero a través de una copia, probablemente, del siglo XII:

3
En el Corpus Informatitzat del Català Antic (CICA) pueden verse ejemplos de e/i no
més desde el siglo XIII.
4
También, només, en catalán, responde a este proceso de formación y, probablemente,
del mismo modo, el rumano numai (Găzdaru 1949). Sobre la elisión en procesos de
gramaticalización en la formación de locuciones conjuntivas y marcadores discursivos,
véase Herrero (2016).
5
También, pudo influir en la aparición de no más incidiendo directamente sobre un
elemento precedente la existencia de NON MAGIS > no más, añadido tras pausa. La
ausencia de conjunción en estos casos pudo apoyar la consolidación de la variante no
más. A su vez, la ausencia de pausa en y no más favorecería su eliminación en no más
yuxtapuesto.
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(1) et si abstraxerit inde aliquid, illud solummodo quod abstraxerit,


reddat in duplo, et non magis (Donación de Ordoño I a la iglesia
de Oviedo, 857, Corpus Diacrónico del Español (CORDE)).

Y se encuentran algunos ejemplos más en textos del siglo XI.


Hay que destacar, no obstante, que, aunque no sea la variante más
frecuente, la forma non más, no precedida de conjunción copulativa,
es mucho más antigua de lo que suponían Melander (1920: 81-82),
que no la considera forma medieval6, y Găzdaru (1949: 27-28),
quien cree que su aparición “no parece ser posterior a los fines del
siglo XV”. La posibilidad de utilizar corpus digitalizados permite,
lógicamente, tener acceso a un repertorio de ejemplos mucho más
amplio que el que podían manejar estos estudiosos. García Pérez
(2013: 340) señala ya un ejemplo de la segunda mitad del siglo XIII:
(2) E cuenta maestre Pedro, e assí es, que esta lumbrera era en la
tienda ó el candelero que vos dixiemos que fuera puesto en la
cámara de los sacrificios después de la entrada de la tienda, e de
noche ardién ý VII lámpadas, e de día cuatro non más, e que eran
las mechas de yuncos (Alfonso X, General Estoria, c. 1275, Ed.,
Pedro Prieto Sánchez-Borja, citado en García Pérez 2013: 340).

Y, en el CORDE, se encuentra algún ejemplo algo anterior, de


mediados del XIII7:
(3) tomen de la carne e remógenla en el uino, e úntenla con de la
miel e déngela, e céuenlas d’esta manera fasta que sean sanas. E
si ouieren la flaqueza en las alas no más, e ge lo uieren quando
uolaren, que uuelan flacamientre e uieren que non se sacuden
mucho e que non saltan aýna en las manos, mégenles sobre las
alas (Abraham de Toledo, Moamín. Libro de los animales que
cazan, 1250, CORDE).

6
El ejemplo más antiguo que este investigador halla procede del manuscrito M de la
Crónica de 1344, copiado a finales del XV o principios del XVI.
7
He comprobado la exactitud de la lectura en el facsímil digitalizado en la Biblioteca
Digital Hispánica (BDH), véase http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000151354&page
=1[Consultado el 30 de mayo de 2020].
Herrero • No más, nada más: formación de adverbios de exclusión 11

E, incluso, en el fuero latino de Villavicencio, de finales del siglo


XI, ya aparece una vez non magis no precedido de conjunción:
(4) Unusquisque in propria domo, quem voluerit Dominum habeat,
et seniori, et de solare, in quo habitat donet pro suo foro decem
panes, et media Kanatellam de vino, et una quarta de carnero,
aut duos lumbos non magis, nisi sua sponte (Fueros de Villavi-
cencio, c. 1090, CORDE).

Es, de todas formas, variante poco frecuente a lo largo de la Edad


Media. El CORDE ofrece 271 ejemplos para la secuencia no(n)
más8 en el siglo XIV, de las que, descartando las que corresponden
a otras construcciones, 204 corresponden a e, et, y, & no(n) más; y
solo 11, a no más con el valor de ‘solamente’.

3. No más en el español clásico


Esta situación no cambia mucho a lo largo de los siglos XV y XVI,
aunque ya en las últimas décadas del XVI hay cierto aumento del
uso de no más ‘solamente’ no precedido de conjunción, lo cual se
hace más intenso desde las primeras décadas del siglo XVII. Como
consecuencia de su origen, la posición de no más es pospuesta e
incide, básicamente, sobre sustantivos, no necesariamente cuantifi-
cados; sobre pronombres personales; y, sobre todo, demostrativos:
(5) Repararlas pretendía,/ si se pueden reparar/ cuchilladas tan
mortales,/ con una aguja no más (Luis de Góngora y Argote,
Romances, 1580-1627, CORDE);
(6) Marcela ¿Quién es?/ Riselo Yo./ Marcela ¿Yo no más? ¡grande
palabra! (Lope de Vega, El acero de Madrid, c.  1608-1612,
CORDE);

8
Hemos buscado, para el período 1301-1400, las cadenas no más, no mas, non más y
non mas (la más frecuente).
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(7) Reina. Hágale el cielo en imitaros diestro,/ que con esto no más
que le conceda,/ le ha dado todo el bien que le deseo (Lope de
Vega, Peribáñez y el comendador de Ocaña, c. 1610, CORDE).

Y, de ahí, se extiende su uso junto a algunos adverbios pronomi-


nales, infinitivos u otro elemento funcionalmente equivalente a un
sustantivo, como una oración subordinada encabezada por cuanto
o lo que, en las que hay implícita una idea de cantidad, de lo que
hallamos algún ejemplo ya desde el siglo XV:
(8) [P]lega a los dioses que lo digáis de verdad, que seréis obi-
dientes, y que no sea aquí no más (Relación de las cerimonias y
rictos y población y gobernación de los indios de la provincia de
Mechuacán, c. 1541, CORDE).
(9) [T]oda la ciencia de los chinas, viene a parar en saber escrebir
y leer no más (José de Acosta, Historia natural y moral de las
Indias, 1590, CORDE).
(10) [A]lgund tienpo sus anteçesores e ellas sus caseros e moradores
de los dichos logares avian andado e usado paçer en los dichos
terminos con sus ganados que abia sydo y hera dando liçençia e
abtoridad los vezinos e moradores de las dichas aldeas de Nar-
baxa e Axpuru e quanto a ellas les pluguyesen no mas (Licencia
de paso [Documentación del Archivo municipal de Salvatierra],
1438, CORDE).

Sin embargo, no siempre es fácil saber si todavía hay una pausa


entre la oración subordinada y no más. De hecho, en casos seme-
jantes, hay editores que introducen una coma:
(11) Fr. Gregorio dirá lo que hay que decir, no más (Santa Teresa
de Jesús (Teresa de Cepeda y Ahumada), Carta a la M. María
de S. José, priora de Sevilla. Malagón, 18 de junio de 1576
[­Epistolario], CORDE).

En alguna ocasión, no más puede aparecer detrás de un verbo


conjugado, no directamente detrás del elemento al que focaliza.
Esto es perfectamente posible a partir de una secuencia con y no
más con elisión de la conjunción copulativa: “le dio tres libros (y)
Herrero • No más, nada más: formación de adverbios de exclusión 13

no más”, “tres libros le dio (y) no más”. De este modo, podemos


encontrar algunos ejemplos del tipo:
(12) y quando sencoge adelante y atrás es thetano dicho y es spasmo
perfecto mas si aza vna parte sencoge no mas spasmo se llama
(Francisco López de Villalobos, Sumario de la medicina con un
compendio sobre las pestíferas bubas. Madrid, BN I1169, 1480,
CORDE).
(13) ¿Cupido dizes no más? (Juan del Encina, Égloga de Cristino y
Febea, c. 1509, CORDE).
(14) Justino.-¿Fasta dó llevas camino?/ Cristino.- Fasta aquí vengo
no más (Juan del Encina, Égloga de Cristino y Febea, c. 1509,
CORDE).

Dado que no más focaliza, generalmente, al segmento que le


precede, en estos casos puede entenderse que focalice a toda la ora-
ción precedente9, compuesta por SN, Sprep. o adverbio + verbo,
o, incluso, que focalice al verbo. De ahí que vayamos encontrando
casos de no más ‘solamente’ pospuestos a un verbo que lleva un
complemento también en forma oracional:
(15) Juan. […] Quándo te resolverás/ a desposarte? Rosarda. A que
acabe este negocio que es grave,/ quiero que aguardes no más
(Lope de Vega, El alcalde mayor, c. 1609-1612, CORDE).

Incluso, pospuesto no más al verbo, sea en forma personal o no


personal, puede aparecer, tras él, el complemento o el sujeto. En
estos casos, desde una perspectiva moderna, puede dar la impresión
de que no más afecta exclusivamente al complemento que le sigue,
pero realmente se sitúa detrás del verbo, focalizando al elemento
precedente o, tal vez, a toda la oración:
(16) quiso el buen Jesús en sí çufrir para mitigar más a su Padre la
ira que nos tenía y para encarescer no más el grande amor con

9
Del mismo modo que, con el orden inverso en el focalizador solo, en una oración
como “se encoge solo hacia una parte”, solo focaliza exclusivamente a hacia una parte,
pero, en “Solo se encoge hacia una parte”, podemos entender que solo focaliza a toda la
oración que sigue.
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que nos amaba (Fray Antonio de Guevara, Epístolas familiares,


1521-1543, CORDE).
(17) Entremos agora en aquella vastísima tierra firme tocando no
más su descripción y calidades (Fray Bartolomé de las Casas,
Apologética historia sumaria, 1527-1550, CORDE).
(18) DON TORIBIO Mari-Nuño, mi señora,/ estando en este
retrete,/ porque la dije no más/ que buenas noches tuviese,
puso las manos en mí (Calderón de la Barca, Guárdate del agua
mansa, 1649, CORDE).
(19) Decir que gocé no más/ lo que comí y bebí es claro (Luis Vélez
de Guevara, Don Pedro Miago, 1614, CORDE).
(20) Bien puede hacer Amor lo que quisiere/ mas, ¿qué puede ya
hacer que no haya hecho?,/ secreto está mi mal acá en el pecho,/
entiéndalo no más quien me entendiere (Francisco de Figueroa,
Poesía, c. 1550-1600, CORDE).
(21) Godoy. A què à ese varrio de la Costanilla/ Me traeis à las seis
de la mañana?/ Cosme. A que sepais no mas, quien es Iuan Rana
(Moreto 1675: 23510).

En este último ejemplo, en la edición del siglo XVII, vemos que


aparece una coma detrás de no más, lo que parece indicar que se
sentía como modificador del verbo o de toda la oración, no de la
oración interrogativa que sigue. No obstante, esta interpretación
no es segura, pues el uso de la coma en un texto del XVII podía ser
simplemente marca que señala el comienzo de una oración, en este
caso, la interrogativa indirecta11. Incluso, puede seguir a un verbo
que no lleva complemento alguno, caso en el que no podemos
dudar que la focalización de no más ya ocurre directamente sobre
el elemento verbal.

10
Accesible en línea: https://books.google.es/books?id=VrhdAAAAcAAJ&printsec=
frontcover&hl=es&source=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false [Con-
sultado el 30 de mayo de 2020].
11
La Real Academia, en su Orthographía de 1741, señala que la coma se pone “lo pri-
mero, al fin de cada oracion: lo segundo, antes de todo relativo, ó conjunción” (Real
Academia Española 1741: 263). Sobre la puntuación en esta época, véase Santiago (1998).
Herrero • No más, nada más: formación de adverbios de exclusión 15

(22) Acuerdóme de un lugar de Séneca, dice que hay unos ingenios


que pican no más, y otros que penetran (Gabriel Bocángel,
Rimas y prosas, 1627, CORDE).

Cuando no más afecta al verbo de una oración subordinada,


vaya esta al final de toda la oración (23), o tras el verbo y seguido de
otros complementos (véase antes 16), puede entenderse que afecta
a toda la subordinada, caso que se da con alguna frecuencia en las
oraciones finales:
(23) Dezilde que algunas vezes/ quiere hazer muy del galán,/ y me
dize mil requiebros/ para tentarme no más (José de Valdivielso,
El villano en su rincón. Acto sacramental [Doce actos sacramen-
tales y dos comedias divinas], 1622, CORDE).

No se encuentra, en cambio, en esta época, no más como focali-


zador precediendo al elemento focalizado, ya sea en interior de ora-
ción, ya al comienzo de ella. En estos casos, lo que sí puede encon-
trarse es no más de/que, que responden a la original estructura com-
parativa12. Cuando nos encontramos en latín con una comparativa
en la que hay una comparación numérica, el segundo término va
en ablativo: MAGIS DUOBUS LIBRIS, y, con la sustitución del
ablativo por de + SN, encontraremos las construcciones del tipo
más de dos libros (Romero Cambrón 1989: 183; Herrero 2005: 478)
o, si está negada, no más de dos libros, lo que implica ‘solamente
dos libros’. A partir de aquí, se extiende el uso de la preposición
de a otras estructuras, especialmente a aquellas en que el segundo
término de la comparación está constituido por una oración en la
que no hay una cuantificación numérica, pero sí una idea de límite
cuantitativo o intensivo, y presentan forma de oración de relativo
neutro, en casos como es más difícil de lo que parecía o come más

12
Las estructuras del tipo no más de, como estructura continua, fijada con el valor de
‘solamente’, comienzan a registrarse en el CORDE a partir del siglo XV. Por supuesto,
hay construcciones comparativas negativas con indicación de cantidad desde los orí-
genes, pero sin que la negación preceda directamente a más de: “non fiz más de dos
cortes” (Cid, 3128). Las estructuras del tipo no más que comienzan a aparecer en el
CORDE a partir del siglo XVI.
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de lo que pensaba, y, en la lengua medieval y clásica —son cons-


trucciones poco frecuentes ya en la lengua moderna—, también con
cuanto:
(24) Non me metades miedo —dixo el caballero— más de quanto yo
me tengo (Zifar, citado en Herrero 2005: 479).

A partir del uso de no más de ante determinadas oraciones


subordinadas en las que la estructura comparativa negada propicia
la interpretación de ‘solamente’ (26), se extendió probablemente a
otras. Es frecuente, por ejemplo, ante oraciones causales (28):
(25) E porque al rrey don Fernando se le avían hallegado grandes
conpañas de cavalleros e hijosdalgo de las comunidades, de
las çibdades, villas e lugares de los sus rreynos, e por grandes
conbates que mandó dar a los de Córdoua, e por grandes * men-
guas de viandas, avnque les pesó, se le ovieron de dar, con que
los asegurase las vidas e que saliesen no más de con los cuerpos
(Pedro de Escavias, Repertorio de príncipes de España, 1467-
1475, CORDE).
(26) “No es rrazón, mas ved lo que querés.”
“Señor, no más de lo que mandardes.” (La corónica de Adramón,
c. 1492, CORDE).
(27) Visto esto, mandó cessar el Almirante la fiesta del tañer y
bailar, y sacar sobre cubierta algunas ballestas, y tiralles con dos
ballestas, no más de para assombrallos (Relación del Tercer Viaje
de Colón [Textos y documentos completos de Cristóbal Colón],
1498, CORDE).
(28) Item, ¿no más de porque los españoles les dixesen que obede-
ciesen por señores a los reyes de Castilla -ya que tuvieran lengua
para se lo decir y ellos lo entendieran- eran obligados a los creer
y, por consiguiente, a se subjetar [sic] a los Reyes y a los obe-
decer, teniendo ellos sus naturales reyes? (Fray Bartolomé de las
Casas, Historia de las Indias, c. 1527-1561, CORDE).
(29) [L]as maravillosas propriedades del agua son muchas: de algunas
se pueden dar razones; y, de otras, no más que contar lo que passa
(Pedro Mejía, Silva de varia lección, c. 1540-1550, CORDE).
Herrero • No más, nada más: formación de adverbios de exclusión 17

Teniendo en cuenta los usos de la época, en los que no más no


seguido de de o que se pospone al elemento que focaliza, no creemos
que sea correcta la lectura de algunos textos recogidos en CORDE:
(30) Rodancho. Por vida de la que tú sabes y, mía, que no lo emos de
prouar tan solamente.
Pandulfo. No más beuerlo todo, que se saluará el juramento
(Gaspar Gómez de Toledo, Tercera parte de la tragicomedia de
Celestina, 1536, CORDE).
(31) Severo: ¿Habló la serpiente a Adán?
Dileto: Nomás fue el enemigo que habló en ella, así como muchas
/19r vezes habla en hombres y mujeres que tienen espíritu (Jorge
de Montemayor, Diálogo espiritual, 1543-1548, CORDE).

En estos casos, parece claro que la lectura adecuada sería “No,


mas”, adverbio de negación, seguido de conjunción adversativa (en
este contexto, adversativa exclusiva).

4. No más y nada más en el siglo XVIII


En el siglo XVIII, todavía seguimos encontrando los usos
anteriores.13
El uso de no más (no seguido de que, que ya va siendo más fre-
cuente que no más de) antepuesto al elemento focalizado es todavía
muy raro en el siglo XVIII. El CORDE recoge algunos ejemplos en
el teatro de Ramón de la Cruz, donde se muestran rasgos del habla
coloquial. Este uso refleja la total gramaticalización de no más, lo
que permite el cambio de orden y está probablemente favorecido
por la fijación de no más que como elemento focalizador, del que
podría sentirse como variante formal:

En CORDE, se registra un ejemplo de no más focalizador antepuesto a una oración


13

causal encabezada por porque: “[…] aquel le pintará mui bien, y este, mui mal. Y esto
¿por qué? No más porque aquel le vio mui bien, y este, mui mal (Benito Jerónimo Feijoo,
Teatro Crítico Universal, 1734, CORDE)”, pero se trata de una errata. En la edición de
1734 se lee No más que porque.
18 Lexis Vol. XLIV (1) 2020

(32) Paula. Mujer, déjame á mí dar/ la última mano, y te queda/


luego el espejo por tuyo./ Paca. Cuanto perfilo las cejas/ no
más un poco (Ramón de la Cruz, El caballero de Medina, 1764,
CORDE)
(33) Ayala. Si no hallo arbitrio ninguno./ Guzmana. Yo te diera uno
[…]/ Ayala. Vamos, habla./ Guzmana. No más conque tú per-
mitas/ venga de tertulia á casa/ don Alberto (Ramón de la Cruz,
El chasco de los aderezos, 1765, CORDE).

En el siglo XVIII, también comenzamos a encontrar, junto a no


más, la secuencia nada más. En principio, su creación es paralela a
la de no más, como ya había señalado Melander (1920: 83), quien
da ejemplos de ella desde el siglo XIX. Nada, reforzando a la cons-
trucción no…más de/que, comienza a documentarse en el CORDE
en el siglo XV14, se hace algo más frecuente en el XVI y crece de un
modo moderado en el XVII:
(34) E Ellos fueronse derecha mente ala puerta del castillo mas de
dentro del hera muj escuro E grande E no podia ver ome nada
mas de quanto veya En vna cueba de so tierra (Traduccción de
Lanzarote del Lago, c. 1414, CORDE).
(35) Motezuma […] con grande espanto e voces llamó a la gente de
su guardia para que viesen lo que él había visto e vía, e venido
no vieron nada más de a su señor extrañamente turbado (Fran-
cisco Cervantes de Salazar, Crónica de la Nueva España, 1560,
CORDE).
(36) Solemos decir en Castellano: En qué entiende Fulano? No
entiende en nada más que en esto (Fray Alonso de Cabrera, De

14
Espinosa (2014: 1015) señala el surgimiento de nada más de/que a partir de entornos
negativos y da ejemplos a partir del XVI. García Pérez (2013: 341 y n.) dice que se usa
esporádicamente en los siglos XIII y XIV. Señala en nota que encuentra un solo ejemplo de
esta época, del Libro de Apolonio: “[…] mas, si me lo defiende poblado ni yermo,/ tenerme
ýa por nada, más que vn seco ensierto” (Libro de Apolonio, c. 1240, Ed., Dolores Corbella),
pero la interpretación no es clara. De hecho, Dolores Corbella introduce coma tras nada, lo
que implica que no lo entiende como el adverbio de foco con construcción unitaria. Igual
puntuación da Manuel Alvar (Barcelona, Planeta, 1939, p. 8) en esta copla 39 del Libro de
Apolonio (en cambio, no hay coma en la edición de Monedero, Castalia, 1987, p. 108). Dado
que no parece usarse nada más como adverbio de foco en esta época, creemos que no debe
entenderse como un único elemento: nada sigue funcionando como pronombre indefinido,
término de tener por; más que inicia una nueva oración comparativa con verbo elíptico.
Herrero • No más, nada más: formación de adverbios de exclusión 19

las consideraciones sobre todos los evangelios de la Cuaresma,


1598, CORDE).

No se registran en estos siglos casos de y nada más o nada más


pospuestos al elemento focalizado. El CORDE recoge un ejemplo
de cada una de estas estructuras:
(37) Ningún labrador que por su persona trabajare o hubiere traba-
jado, aunque ya labre con sus quinteros, no siendo hijosdalgo,
puede traer en su vestido más de una sola vestidura de seda,
como un jubón, o un sombrero y nada más (Lope de Deza,
Gobierno político de agricultura, 1618, CORDE).
(38) Así le agregarán a la palabra escrita estas dos letras: es, dicién-
dole por escrito o con la mano que a los que acaban en a, e, o se
añade la s nada más (Juan Pablo Bonet, Reducción de las letras y
arte para enseñar a hablar los mudos, 1620, CORDE).

Sin embargo, en ambos casos, hay una modificación del texto


original, en el que se leía no más15.
En el siglo XVIII, hay un considerable aumento del empleo de
la secuencia nada más. De hecho, si comparamos el empleo de la
secuencia nada más en el siglo XVIII y en los siglos anteriores en
los textos recogidos en CORDE, observamos un notable incre-
mento de su empleo, lo que, indudablemente, está en relación con
su creciente fijación en determinadas secuencias en las que se apro-
xima al valor de ‘solamente’:

15
Puede comprobarse con el facsímil de los originales, publicados en línea en la
BDH, véase http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000079359&page=1 [Consultado el
30 de mayo de 2020], y la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, véase http://www.
cervantesvirtual.com/obra-visor/reduccion-de-las-letras-y-arte-para-ensenar-a-hablar-
a-los-mudos--0/html/ff9182e0-82b1-11df-acc7-002185ce6064_229.htm [Consultado
el 30 de mayo de 2020]. García Pérez (2013: 341-342), basándose en este ejemplo del
CORDE, piensa que ya en el XVII se produce el paso hacia la lexicalización-gramatica-
lización de nada más, pero, como hemos visto, no es una transcripción correcta y habrá
que esperar al XVIII para hallar este tipo de ejemplos.
20 Lexis Vol. XLIV (1) 2020

Nº total de palabras Ocurrencias de la Ocurrencias por


en CORDE secuencia nada más millón de palabras
Siglo XV 22 241 671 416 0,18
Siglo XVI 50 620 521 3117
0,61
Siglo XVII 36 386 678 3818 1,04
Siglo XVIII 14 490 011 156 19
10,77

Aun siendo bajo el empleo de nada más en todos los períodos


estudiados, vemos cómo se triplica la frecuencia del siglo XV al
XVI, casi se duplica en el XVII respecto al XVI y es diez veces
superior en el siglo XVIII que en el XVII.
Para el siglo XVIII, podemos observar, paralelamente a lo que
sucedió con no más de, una disminución muy grande en el uso de
nada más de, al tiempo que se va afianzando nada más que antepuesto.
En el siglo XV, el CORDE ofrece un ejemplo de nada más de con el
valor de ‘solamente’; 17 en el siglo XVI; 11 en el XVII; y ya solo 2 en
el XVIII, aunque en uno de ellos nos hallamos ante la estructura nada
más de lo que, una de las estructuras ­comparativas de superioridad
que se han mantenido en el español moderno, como vimos antes:

16
El CORDE recoge 3 ejemplos del siglo XV al pedirle que recupere no más con ­mayúscula
y minúscula, a los que hay que sumar 1 caso más que recupera al pedirle no mas sin tilde (en
el resto de los ejemplos, 40, mas es conjunción adversativa. En 1 caso, nada es verbo).
17
El CORDE recupera 29 ejemplos de nada más con mayúscula y minúscula en el siglo
XVI. Hay que sumar 2 de los 41 que recupera al pedirle nada mas sin tilde.
18
El CORDE recupera 45 ejemplos de nada más con mayúscula y minúscula para el
XVII. Hay que descontar 6 ejemplos que proceden del Suplemento al Tesoro de la lengua
española castellana, que aparecen todos entre corchetes y corresponden a traducciones
de los editores modernos (Georgina Dopico y Jacques Lezra, Covarrubias 2001) de citas
hechas en latín por Covarrubias, y otros dos de Lope de Deza y Juan Pablo Bonet, que,
como hemos visto, corresponden a modificaciones de la secuencia no más que se hallaba
en el original. Habría que sumar 2 de los casos que se recuperan al pedir no mas sin tilde,
pero 1 de ellos, de Luis Cabrera de Córdoba (c. 1599-1614), lo hemos contado con los del
XVI, ya que lo recupera en los dos siglos.
19
El CORDE recoge 157 ejemplos en 88 obras en el XVIII, pero uno fechado como
1777 procedente del Cartulario de las Universidades Hispánicas aparece en la entradilla
al documento del XVIII, hecha por los editores modernos (C. María Ajo y Sainz de
Zúñiga), en 1960. Los 3 últimos ejemplos, de las Poesías de Francisco Sánchez Barbero,
c. 1800-1819, corresponden, probablemente, al siglo XIX, pero, aunque los eliminemos y
reduzcamos los ejemplos del XVIII a 153, ello, prácticamente, no afecta las estadísticas.
Herrero • No más, nada más: formación de adverbios de exclusión 21

(39) Guzmana. Muchacha, ¿qué estás diciendo?/ Nicolasa. Nada


más de que el señor/ No me gusta y es muy feo (Ramón de la
Cruz, De tres, ninguna, 1771, CORDE).
(40) Nada más de lo que he referido hizo Tejeira, según consta de
jurídicos/ documentos (Juan de Velasco, Historia del reino de
Quito en la América Meridional, 1789, CORDE).

Se observa, también, un gran crecimiento de no… nada más que,


nada más […] que o (no)…nada más […] sino que20, con doble fór-
mula de exclusión. Frente a 1 ejemplo en el siglo XVI y 4 en el
XVII, el CORDE recoge 41 en el XVIII.
(41) Estos hombres no tienen nada más que sus brazos, y con ellos
han de/ ganar su sustento (Pablo de Olavide, Informe al Con-
sejo sobre la Ley Agraria, 1768, CORDE).
(42) essos grandes héroes que celebra con sus clarines la fama, nada
más fueron que unos malhechores de alta guía más (Benito Jeró-
nimo Feijoo, Teatro crítico universal, 1729, CORDE).
(43) y nada más desean sino que quieta y pacíficamente os conservéis
á su dominación como en depósito para devolverlo todo, según
que los Reyes español y británico convinieren y se concordaren
(Manifiesto del Arzobispo a los naturales de Filipinas [Docu-
mentos indispensables para la verdadera historia de Filipinas],
1762, CORDE).

En los ejemplos anteriores, puede entenderse que nada presenta


una función sintáctica dentro de la oración en la que se inserta,
independientemente de que, desde el punto de vista pragmático
comunicativo, presente el mismo valor que ‘solamente’. Así, por
ejemplo, en la primera (41) y en la tercera (43), funciona como com-
plemento directo de tienen y desean respectivamente; en la segunda
es atributo de fueron, pero, cuando aparece sin que podamos asig-
narle una función sintáctica en la oración, únicamente con el valor
de ‘solamente’ focalizando al elemento sobre el que incide, es claro

En francés, se documenta con anterioridad el esquema rien plus, sinon que, que tal vez
20

pudo influir en el uso de (no)…nada más […] sino que en castellano, pero haría falta un
estudio pormenorizado para poder comprobarlo.
22 Lexis Vol. XLIV (1) 2020

que se ha c­ompletado el proceso de gramaticalización. En estos


casos, puede aparecer en un contexto en el que no hay un verbo
negado, más allá de los contextos en que originariamente se había
creado:
(44) Aquí prendió al Ministro, que es religioso de mi Provincia, le
llevó preso á Lipa, en donde cogió á su Ministro, y á los dos
remitió presos á Manila, nada más que por ser religiosos agus-
tinos y por decir que éstos eran los que hacían guerra en la
Pampanga y Bulacán (Fray José Victoria, Documento inédito
[Documentos indispensables para la verdadera historia de Fili-
pinas], c. 1773, CORDE).

Y comenzamos a encontrar los primeros ejemplos de y nada


más, o nada más, tras pausa en principio (en los impresos de la
época suele aparecer tras coma), con el valor de ‘solamente’, aunque
no es fácil saber en muchos casos si había pausa o, si ya sin ella, fun-
ciona como auténtico adverbio de foco. Los primeros ejemplos que
recoge el CORDE son de Feijoo:
(45) Pero, el philósofo ¿qué sabe? Dudar de todo y nada más (Benito
Jerónimo Feijoo, Teatro crítico universal, 1729, CORDE).
(46) Las piedras preciosas en las oficinas de los boticarios sirven de
lo mismo que en las joyas de las señoras, de adorno y osten-
tación, nada más (Benito Jerónimo Feijoo, Teatro crítico uni-
versal, 1739, CORDE).
(47) Decía que me quería/ por quererme nada más,/ sin interés ni
codicia,/ que es mucho en un catalán (La peregrina viajante por
España. Tonadilla a solo [Tonadillas teatrales inéditas], 1776,
CORDE).

En la mayoría de los ejemplos en que encontramos y nada más


y la forma todavía menos frecuente nada más, aparecen, de acuerdo
con el contexto en que se crean, siguiendo a un sintagma nominal
(sustantivo, pronombre o infinitivo) al que focalizan. La progre-
siva gramaticalización de esta secuencia hace que también, al menos
desde la segunda mitad del siglo XVIII, empecemos a encontrarla
focalizando a otros elementos, como un adjetivo o una oración:
Herrero • No más, nada más: formación de adverbios de exclusión 23

(48) [T]enía mi anteojo ynglés, y aun con este auxilio no descubría


las cosas como yo quisiera, ni distinguía bien los árboles de las
matas, ni de las viñas, todo me parecía verde y nada más (Conde
de Fernán Núñez (Carlos Gutiérrez de los Ríos), Diario de la
expedición contra Argel, 1775, CORDE).
(49) De tanto en tanto se veía que de la cumbre baxaban a la acción
ya dos y ya quatro moros, nada más (Conde de Fernán Núñez
(Carlos Gutiérrez de los Ríos), Diario de la expedición contra
Argel, 1775, CORDE).

En este último caso, podría pensarse que nada más está yuxta-
puesto al sintagma nominal que antecede, pero, dado que este tiene
el rasgo [+persona], si le siguiera un indefinido, debería presentar
la forma nadie más o ninguno más, o si lo que se quiere es negar
la existencia de una cantidad mayor, no más, pero no nada más.
Su empleo en este contexto muestra también su gramaticalización
como adverbio de foco ‘solamente’, y esta gramaticalización lleva a
que pueda anteponerse, anteposición tal vez favorecida por la exis-
tencia de la secuencia muy similar en forma y valor nada más que.
Hallamos también ejemplos desde la segunda mitad del XVIII:
(50) Ofrecíte luego,/ cual siervo rendido,/ mi pecho encendido/ de tu
dulce fuego,/ mas mi humilde ruego/ nada más abrojos/ de desdén
y olvido/ en ti producía (Juan Meléndez Valdés, Poesías, 1775,
CORDE).

5. No más y Nada más en el español moderno


A partir de este momento, una vez producida la gramaticalización
de nada más (y nada más que), vemos que esta secuencia, en todos
sus usos y valores, sigue aumentando su intensidad de empleo. En
el siglo XIX, su uso se multiplica por cinco respecto al siglo anterior
en los datos del CORDE, que recoge 2352 usos de nada más sobre
un total de 43 398 647 palabras, lo que supone 54,2 apariciones por
millón de palabras. Y por primera vez, las ocurrencias totales de
nada más superan a las de no más. En el siglo XVIII, el CORDE
recogía 383 casos de no más (y uno más con la grafía nomás), empleo
24 Lexis Vol. XLIV (1) 2020

casi 2,5 veces superior al de nada más; en el siglo XIX, hay 1628
ejemplos de nomás/no más en el CORDE, cifra claramente inferior
a los 2352 casos de nada más. De todas formas, aunque el empleo
de nada más crece en todas las áreas, tanto en el español europeo
como en el americano, lo cierto es que el predominio de nada más
en los ejemplos del XIX en el CORDE se debe a que la mayor parte
de la documentación procede de textos españoles. Si comparamos
el empleo de no más y nada más en España y América en el siglo
XIX utilizando los datos del Corpus del Nuevo diccionario histórico
(CDH), encontramos el siguiente reparto:

No más/nomás Nada más


España 1036 (34,8 %) 1940 (65,2 %)
América 720 (55,8 %) 571 (44,2 %)

Vemos que, en el español de América, aunque también arraiga y


alcanza difusión creciente nada más, no más sigue manteniéndose con
fuerza, mientras que en España inicia un proceso de decadencia, que
va a llevar, si no a la desaparición de esta secuencia, sí al progresivo
desuso y final desaparición de no más como adverbio de exclusión. De
hecho, si vemos los datos del CDH para el siglo XX, nada más sigue
creciendo, pero de un modo moderado, pasando a ser un poco más fre-
cuente que no más en Hispanoamérica, en tanto que sigue decreciendo
de un modo muy acusado el uso de no más en el español europeo:

No más/nomás Nada más


España 1525 (19,1 %) 6454 (80,9 %)
América 4532 (46,7 %) 5166 (53,3 %)

Y, en los ejemplos de los primeros años del siglo XXI (hasta


2016) recogidos en el Corpus del Español del Siglo XXI (CORPES
XXI), sigue bajando la proporción de uso de no más en España, en
tanto que se mantiene e, incluso, aumenta un poco respecto al siglo
XX en Hispanoamérica:
Herrero • No más, nada más: formación de adverbios de exclusión 25

No más/nomás Nada más


España 959 (14,8 %) 5518 (85,2 %)
América 7769 (48,5 %) 8247 (51,5 %)

Naturalmente, nada más, además de presentar usos como adverbio


de foco, puede ser un sintagma nominal con una determinada fun-
ción oracional: “no vio nada más”, “no sé nada más”, frecuentes en
todas las áreas, y no más puede formar parte de una construcción
comparativa con estimación numérica: “no más de diez minutos” o
ser una negación que precede a un sintagma nominal encabezado por
más en función adjetiva: “no más violencia”, construcciones nor-
males también en España, pero estas notables diferencias de empleo
entre España e Hispanoamérica, no cabe duda, están en relación
con la desaparición de no más como adverbio de foco en España y
su mantenimiento, junto a nada más, en Hispanoamérica. De este
modo, es posible en el español hispanoamericano una construcción
como “Sombras nada más”, sintagma que se encuentra en el bolero
Sombras del mexicano Javier Solís, o en el título de una conocida
novela del nicaragüense Sergio Ramírez, pero, también, “sombras
no más”, como vemos en el poema de la cubana Gertrudis Gómez de
Avellaneda21: “Si le osas contemplar quedarás ciego,/ Sombras no
más hallando en sus fulgores” (Gertrudis Gómez de Avellaneda,
Dios y el hombre, 1842, CORDE). En el español peninsular, desde
el siglo XIX, no más como adverbio de foco de exclusión presenta
un uso marginal, aunque aún puedan hallarse ejemplos residuales,
y probablemente ya arcaizantes de esta variante, hasta el siglo XX.
(51) [L]as ráfagas luminosas que instantáneamente, en algunas oca-
siones, cruzaban el espacio, poblaban el aire de terribles espec-
tros y servían no más para dejar ver los abismos sin fin de la
degradación humana (Antolín López Peláez, La vida de la
Virgen, 1916, CORDE).

Aunque establecida en Madrid a partir de los 22 años, en 1826.


21
26 Lexis Vol. XLIV (1) 2020

Y no es seguro que en el español peninsular llegara a darse la


completa gramaticalización y univerbación de nomás, con pérdida
de tonicidad del adverbio de negación. La grafía unitaria nomás es
frecuente en los textos hispanoamericanos del siglo XX y, según los
datos de CORPES XXI, predominante en el siglo XXI22. La com-
pleta gramaticalización y univerbación de nomás también se mani-
fiesta en la aparición de una forma de diminutivo, nomasito. Este
hecho no es infrecuente en América, también con otros adverbios. El
ejemplo más antiguo que localizo en el CORDE, de finales del XIX,
es colombiano. También de Colombia procede otro ejemplo de 1885,
que localizo a través de la búsqueda avanzada de Google libros23:
(52) —¿Hace mucho que pasó por aquí?
—Nomasito. Y siguió tranquilo con su grata ocupación (Rivas
1885: 20).
(53) yo... un pobre diablo, un infeliz, que no puedo brindarle más que
mi corazón..., más que mis lágrimas! ¡Por eso me voy, noma-
sito me alivie... ¡a donde nunca más la vuelva a ver!... (Tomás
Carrasquilla, Frutos de mi tierra, 1896, Colombia, CORDE),

y es actualmente de uso especialmente intenso en Centroamérica24.


Los pocos ejemplos españoles que recoge el CORPES XXI con
la grafía nomás corresponden a citas de autores hispanoamericanos
o a imitación consciente de variantes hispanoamericanas.
También, en el siglo XVIII, encontramos algunos usos de no más,
sobre todo acompañando a adverbios y verbos, que parecen desli-
zarse hacia otros valores, como el de ‘simplemente’ o el ­meramente

22
El CDH recoge 2713 casos de no más y 1819 de nomás en textos hispanoamericanos
del siglo XX. El CORPES XXI ofrece 3601 ejemplos de no más y 4168 de nomás en
textos hispanoamericanos. Por supuesto, no todos los ejemplos de no más, aunque sí
muchos, corresponden a usos como adverbio de foco.
23
Accesible en línea: https://books.google.es/advanced_book_search [Consultado el 30
de mayo de 2020].
24
El CE, en el subcorpus Web/dialects, recoge 30 ejemplos, la mayoría centroameri-
canos y con mucha frecuencia acompañando a adverbios de lugar, como aquí, ahí, allí:
22, de Nicaragua; 4, de El Salvador; y 1, de Honduras, además de 2 de México. Señala,
además, 2 ejemplos de España, pero, aparte de ser el mismo repetido, proceden del Dic-
cionario panhispánico de dudas (DPD), donde se ejemplifica la forma nomasito con una
cita de la chilena Marcela Serrano (Vida, 1995).
Herrero • No más, nada más: formación de adverbios de exclusión 27

enfático, a veces equivalente a ‘mismo’, ‘precisamente’. Estos usos


se documentan en España:
(54) Si todo cediera,/ Ahora no más,/ Sumiso al imperio/ De mi
voluntad,/ Ahora, Pirene,/ Lanzárame allá (Francisco Sánchez
Barbero, Poesías, c. 1800-1819 CORDE)25,

pero con más intensidad en Hispanoamérica, a pesar de que el


volumen de textos hispanoamericanos recogidos en esta época por
el CORDE es menor que el de los textos españoles:
(55) Roguéles que siquiera me permitiesen levantar aquella cortina,
para ver de allí no más (Catalina de Jesús Herrera, «Secretos
entre el alma y Dios», Letras de la Audiencia de Quito (Período
Jesuítico), 1675, Ecuador, CORDE),

ejemplo que quizá puede entenderse como contexto puente, con-


texto ambiguo que permite inferir un nuevo significado (Heine
2002). La idea de ‘para ver solo desde allí’, permite inferir ‘desde
allí y no desde otro sitio’, ‘justamente desde allí’, ‘desde allí mismo’.
(56) Apéese no más (El amor de la estanciera, c.  1778, Argentina,
CORDE).

Y se halla también el uso de así no más con el valor de ‘regular’


(57) CANCHO. ¿Coo le va, amigo Juancho?
JUANCHO. Así no más, bueno (El amor de la estanciera,
c. 1778, Argentina, CORDE).

Y en el siglo XIX, mientras en Hispanoamérica crecen y se


afianzan estos empleos de nomás, en España prácticamente des-
aparecen26. Hemos buscado en CDH los casos en que a no más

25
En el CORDE, se recoge un ejemplo anterior en que no más sigue a ahora: “Espejo.
¡Fuego de Dios, y qué pico!/ Chica. Pues ahora no más empiezo;/ ya ustedes verán des-
pués/ que yo conozca el terreno” (Ramón de la Cruz, La niñería, 1768, CORDE), pero,
a pesar de que no más, sin que, preferentemente sigue y no precede al elemento sobre el
que incide, en este caso parece focalizar al verbo empiezo, no al adverbio ahora.
26
Sobre los diversos usos de nomás en el español americano, además del focalizador
‘solamente’, y su distribución geográfica, véase Kany (1945). Sobre el uso de nomás en
28 Lexis Vol. XLIV (1) 2020

(o  nomás, grafía todavía poco frecuente en los textos del XIX) le
precede un adverbio, y vemos ya un uso intenso de esta ­construcción
en Hispanoamérica (144 ejemplos con las grafías no más y nomás27),
frente a su práctica desaparición en España. El CDH solo recoge
un ejemplo de Pereda, puesto en boca de un personaje que emplea
diversos vulgarismos:
(58) [E]stábamos juegando al marro, y salí yo, y dipés toqué; y como
él me pillaba, ya no me podía pillar, porque yo toqué... y dipés
saqué un poquitin el pié... así, así no más28; y porque le saqué,
dice que no toco, y me pilla (José María de Pereda, «Las tres
infancias», Esbozos y rasguños, 1878, CDH).

Otro de Pardo Bazán, en que no más sigue a aquí, no incide real-


mente sobre el adverbio, sino sobre el complemento de finalidad
que sigue:
(59) [N]osotros tenemos un café a la salida de la Plaza Mayor y
venimos aquí no más a poner el ambigú (Emilia Pardo Bazán,
Insolación, 1898, CDH).

Es cierto que en este contexto no se usa no más actualmente


en España, pero sí puede utilizarse nada más en su lugar, en tanto
que nada más no se introduce en los contextos en que sigue a un
adverbio o incide enfáticamente sobre un imperativo como siga
no más. También podemos encontrar, tanto en ejemplos españoles

Argentina, véase Vidal de Battini (1964: 185). Kornfeld (2014: 34) entiende algunos de
estos usos argentinos como ejemplos de atenuador, elemento que se usa para mitigar el
alcance de un acto de habla o suavizar un acto de habla. Esto podría aplicarse a su uso
tras imperativo, pero difícilmente tras adverbio. Flores Treviño (2017) estudia nomás y
nada más entre los marcadores de foco de exclusión que presentan función atenuante en
el noreste de México.
27
En realidad, CDH recupera 15 casos si se le pide que recupere adv. + nomás, y 404
ejemplos si se le pide adv. seguido de no más en el período 1801-1900, pero, en algunos
casos, no más no incide sobre el adverbio precedente y, en otros, aparecen elementos que
no son adverbios precediendo a no más, pero aparecen catalogados como tales en CDH,
como y o si, o algunos casos tan sorprendentes como Ana.
28
Aunque esta es la puntuación que aparece desde la edición original, no sería imposible
interpretar el ejemplo como “así, no más”, ‘no [lo saqué] más’.
Herrero • No más, nada más: formación de adverbios de exclusión 29

como hispanoamericanos, la secuencia ya no más, pero en este caso


no más no es un adverbio de foco, sino el adverbio de negación
seguido de un pronombre o determinante indefinido. Cuando más
es pronombre, en muchos casos se acerca contextualmente al valor
de la exclamación basta29.
(60) Después dejó caer el puño sobre el brazo del sillón con tanta
fuerza, que se estremeció ligeramente el piso. Parecía decir:
— Ya no más, ya no más (Benito Pérez Galdós, La familia de
León Roch, 1878, CDH).

De todas formas, aunque el uso de adverbio + no más/nomás se


registra en los ejemplos del XIX en toda Hispanoamérica, e igual-
mente seguimos viéndolo en los del siglo XX y XXI consultados
en CDH y CORPES XXI, podemos observar que es un uso más
intenso en los países del Cono Sur. En los ejemplos del CDH, es
un uso especialmente frecuente en los que proceden de Argentina,
frente a un uso mucho menor en México. En el español actual, los
datos por países que ofrece el CE (Web/Dialects) de adverbio +
nomás/no más muestran un uso especialmente frecuente en Para-
guay, Uruguay, Argentina y Chile; un uso menor en México y
Centroamérica; y, sobre todo, un uso aún más reducido en el área
caribeña y Las Antillas. Si tenemos en cuenta solo los casos en que
se usa la grafía unitaria nomás, destaca la frecuencia de uso en Para-
guay (7,43 palabras por millón), Argentina (4,4 p.p.m.) y Uruguay
(4,44 p.p.m.); si a estos sumamos los casos de la grafía no más, se
unen a estos otros del cono Sur y del área andina, que superan o se
quedan muy próximos a los 5 casos por millón de palabras: Para-
guay (8,51 p.p.m.), Chile (6,83 p.p.m.), Perú (5,91 p.p.m.), Uruguay
(5,57 p.p.m.), Argentina (5,5 p.p.m.), Bolivia (4,98 p.p.m.); más lejos

29
Aunque menos frecuente, también puede aparecer el adverbio de foco, univerbado y
con acento de intensidad solo sobre la a, siguiendo a ya, con el valor de ‘ahora mismo’,
‘enseguida’, ‘justo en un momento dado’. La utilización de la grafía nomás resulta útil
para apuntar claramente a ese valor: “María: ¡En un ratito ya nomás chilla el tren, ya
nomás baja la Marita, ya nomás camina hasta acá, ya nomás abre el portón, ya nomás me
besa, ya nomás se pega el fuentonazo” (Bona, Gilda, Batir de alas, Argentina, CDH).
30 Lexis Vol. XLIV (1) 2020

quedan los resultados de Ecuador (3,09 p.p.m.). Un segundo bloque


estaría constituido por México y los países centroamericanos: Nica-
ragua (4,23 p.p.m.), Guatemala (3,37 p.p.m.), México (3,07 p.p.m.),
Costa Rica (3,01 p.p.m.), El Salvador (2,83 p.p.m.), Honduras (2,08
p.p.m.). Un tercer bloque lo constituirían los países caribeños de
Sudamérica: Venezuela (2,1 p.p.m.), Colombia (2,01 p.p.m.) y,
especialmente, los de las Antillas, que presentan índices de empleo
en torno a un caso por millón de palabras o inferior: Cuba (1,08
p.p.m.), Puerto Rico (0,96 p.p.m.), República Dominicana (0,8
p.p.m.), similares a los de España (0,88 p.p.m.). Por supuesto, hay
que tener en cuenta que algunos de los casos de no más no corres-
ponden al adverbio de foco o al uso enfático, como de hecho sucede
en la mayoría de los ejemplos de España (en otros se trata de citas de
hablantes de otras zonas o textos de hablantes de otras áreas publi-
cadas en medios españoles). Es frecuente la secuencia ya no más
(1100 casos de los 2770 totales), en la que, como hemos visto, casi
nunca es adverbio de foco no más, y a este tipo corresponden, por
ejemplo, muchos de los casos que el CE recoge para México:
(61) Compras ropa cómoda Ya no más jeans ajustados o zapatos de
memelas (10 formas de saber que ya no eres ‘chavo’ – Afmedios,
CE).
(62) [C]uando contesté su llamada me dijo que quería verme y que
sentía mucha rabia que no estemos juntos, le dije que ya no
más que podría hasta escucharlo por teléfono, pero verlo me
da mucho miedo (Las Almas Gemelas – Cafeconcert – Relacio-
narse, CE).

El bajo índice de empleo de nomás en las Antillas tal vez pueda


deberse al mayor tiempo que estuvieron políticamente unidas a
España.
Como consecuencia de la fijación de nomás en el valor de ‘sola-
mente’, encontramos, también, la posibilidad de que le preceda el
propio adverbio no, que es uno de los elementos que se han agluti-
nado para la constitución del nuevo adverbio de foco. Así, podemos
hallar la secuencia no nomás ‘no solamente’, paralela a la secuencia
Herrero • No más, nada más: formación de adverbios de exclusión 31

no només, que se ha desarrollado en catalán también. De hecho, es


de empleo muy frecuente, aunque algunos tratadistas no lo con-
sideren correcto. Así, la Universitat Oberta de Catalunya, en su
sección de dudas frecuentes, considera que debe evitarse no només
y utilizarse no solament en estos casos30, en tanto que el portal lin-
güístic de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals de la
Generalitat de Catalunya señala que “L’ús de l’adverbi només en la
combinació no només és del tot lícit. No només era un gran profes-
sional, sinó també una gran persona”, aunque también señala otras
alternativas31. Asimismo, es un uso especialmente característico del
español de México (Kany 1945: 74) y, en menor medida, de Cen-
troamérica. Puede entrar en correlación con sino en construcciones
adversativas exclusivas. El primer ejemplo que recoge el CORDE
es de Juan Rulfo, pero, en la búsqueda avanzada de Google Libros,
pueden hallarse ejemplos desde finales del siglo XIX:
(63) Y no nomás de la justicia de Dios se olvida el Sr. Valle; también
se olvida del…pudor (José Ferrel 1892: 132).
(64) [L]árgate a dar una vuelta por los Estados, pero no nomás en
tus cochecitos Presidenciales, para que veas en qué estado se
encuentra la agricultura (Proteo 1902: 142).
(65) [E]l médico vive y medra, y se la pasa no nomás pagado, sino
mimado por esa gente (P. Lussa, Charla de sobremesa, en Infor-
mador, Guadalajara, 31 de julio de 1941, citado en Kany 1945:
74).
(66) Pero usté me nació. Y usté tenía que haberme encaminado, no
nomás soltarme como caballo entre las milpas (Juan Rulfo, El
llano en llamas, 1953, CORDE).

El CE (Web/Dialects) recoge ejemplos de no nomás en el español


actual procedentes, en su mayoría, de México; otros que recoge de

30
Sobre esto, véase https://cv.uoc.edu/tren/trenacc/web/LLENGUA.GLOSSNOMEN/
glossari_entrades.detall?entrada=171 [Consultado el 30 de mayo de 2020].
31
Sobre esto, véase http://esadir.cat/entrades/fitxa/node/no_nomes [Consultado el 30
de mayo de 2020].
32 Lexis Vol. XLIV (1) 2020

otras áreas corresponden generalmente a construcciones ­diferentes32,


como el siguiente ejemplo chileno, en el que nomás, situado tras el
adverbio de negación, viene a tener el valor de ‘sencillamente’:
(67) Hay que ser fuertes, decir que no nomás, negar se hasta el fin (8
cosas estúpidas que hacemos “estudiando”, Juvenoide, CE).

La equivalencia que se observa generalmente entre el uso de


no más y nada más hace que, en el español de México, se llegue a
encontrar también la secuencia no nada más ‘no solamente’.
(68) no nada más es una historia de terror es una historia también/
a ver/ de moral es una historia de enseñanza (Hablante: Loren
Michan, estudiante, en Noticieros Televisa: Sin filtro: jóvenes
y religiones, 2013. Procedencia: Transcripción_y_codificación_
CORPES. Medio de difusión: Internet. Tipología: Tertulia,
CORPES XXI).

Aunque este es el único caso que se registra en CORPES XXI, la


construcción debe ser bastante frecuente en el habla actual de México.
El CE (Web/Dialects) lo registra en México con una frecuencia rela-
tivamente alta: 577 ejemplos y 2,35 ocurrencias por millón de pala-
bras, de hecho, muy superior a la de no nomás (33 ejemplos y 0,13
casos por millón de palabras); y, en el PRESEEA, se recogen tanto
las secuencias no nomás como no nada más con el valor de ‘no solo’,
siempre en conversaciones procedentes de México. Aunque no en
todos los ejemplos en que aparecen estas secuencias en PRESEEA
nos hallamos ante este valor, hay que hacer notar que con más fre-
cuencia lo presenta no nada más. También, hay más ejemplos de no
nada más en correlación con sino que de no nomás en correlación
con sino. Concretamente, encontramos 15 ejemplos de no nada más

En el caso de los 3 ejemplos de no nomás que se recuperan etiquetados como espa-


32

ñoles (no 4, como en principio aparece cuando se pide en gráfico la distribución por
áreas), uno de ellos está en aragonés, en un texto bilingüe en el que la correspondencia
castellana dice no solo; otro procede de un diario en línea chileno, véase www.lanacion.
cl [Consultado el 30 de mayo de 2020]. El tercero es un comentario hecho por un parti-
cipante, no sabemos de qué país, a un artículo publicado en esferapublica, véase http://
esferapublica.org/nfblog/57557/ [Consultado el 30 de mayo de 2020].
Herrero • No más, nada más: formación de adverbios de exclusión 33

‘no solo’: 8 procedentes de conversaciones de Ciudad de México y


7 de Guadalajara; particularmente, en 11 ocasiones (6 en México y
5 en Guadalajara), en correlación con sino, por solo 4 de no nomás
‘no solo’ (1 de México y 3 de Guadalajara), de los cuales 1 (de Gua-
dalajara) está en correlación con sino. Aunque en el registro escrito
se halla menos que no nomás, la búsqueda avanzada en Google nos
permite hallar al menos un ejemplo de principios del siglo XX:
(69) El C. Arellano: Pues si los diputados de la izquierda están tan
convencidos de lo que digo, es claro que abogarán porque la
Comisión retire el artículo a debate, lo que será la mejor prueba
y no nada más palabras (Diario de los debates de la Cámara de
Diputados del Congreso de los Estados Unidos Mexicanos 1917).

5. Conclusiones
A partir de construcciones comparativas del tipo ET NON MAGIS
con elisión del segundo término, especialmente en la comparación
de cantidad, se debió formar, en el latín tardío, una secuencia que
adquiere el valor focal de exclusión de ‘solamente’ del tipo DUOS
LIBRI ET NON MAGIS. En castellano y en otros romances,
como el francés y el catalán, encontramos, desde los textos medie-
vales más antiguos, las secuencias e/y no más, et non mais, e/i no
més. En textos peninsulares anteriores al comienzo de la escritura
romance, vemos con ese mismo valor la fórmula latina ET NON
MAGIS. Una vez gramaticalizada la secuencia como adverbio de
foco, se producirá la eliminación de la conjunción y, reduciéndose
la secuencia a no más, pospuesta al elemento que focaliza. Debido a
los orígenes de este marcador de foco, el elemento al que focaliza es,
en principio, un sustantivo al que se pospone. Aunque documen-
tada desde los primeros textos castellanos, e incluso en algún texto
escrito en latín en el siglo XI, el marcador sin conjunción copulativa
tiene una intensidad escasa de uso en la Edad Media. En el español
clásico, crece en gran medida el uso de este marcador focal y, junto
con ese crecimiento, se da también el de la forma sin conjunción
(aunque y no más es también frecuente). A partir del siglo XV, y,
34 Lexis Vol. XLIV (1) 2020

sobre todo, del XVI, también comenzamos a encontrar la secuencia


no…nada más de/que (más frecuente con de, porque partimos de
secuencias de carácter cuantitativo, y era ya lo más frecuente tam-
bién en no más de) o nada más de/que si la secuencia precede al
verbo. En ella, nada funciona como refuerzo de la negación, forma
enfática respecto a no…mas de/que. El siglo XVIII es decisivo en
el desarrollo del adverbio de foco nada más. Por una parte, crece
en gran medida el empleo de la construcción (no)…nada más de/
que; por otro lado, paralelamente a lo que sucede también con no
más de/que, la construcción con la preposición de decae rápida-
mente en favor de la construcción con que y, finalmente, comen-
zamos a encontrar y nada más o nada más pospuestos al elemento
focalizado, a partir de una construcción con elipsis. En cuanto a su
uso, supera la restricción originaria de acompañar a sustantivos, y
comenzamos a encontrarlo, al menos desde la segunda mitad del
XVIII, focalizando también a adjetivos y verbos. Ya consolidado en
esta función, puede rebasar la inicial limitación de posición y ante-
ponerse al elemento focalizado, aunque es empleo menos frecuente.
También, a partir del XVIII, y acentuándose enormemente en el
XIX y en el XX, vemos una diferente evolución en el español europeo
y en el americano. Es cierto que el adverbio de foco nada más (y tam-
bién las construcciones comparativas con valor focalizador de ‘sola-
mente’) crece en todas las áreas hispanohablantes, hasta igualar (e,
incluso, superar) el uso de no más/nomás, pero, mientras este adverbio
de foco se mantiene con fuerza junto a nada más en Hispanoamé-
rica, en España decae rápidamente hasta sentirse, primero, como ele-
mento arcaizante y desaparecer totalmente del uso después. En His-
panoamérica, por el contrario, sigue teniendo un uso intenso y llega a
desarrollar nuevos valores, no siempre coincidentes en su uso o en su
intensidad de empleo en todas las áreas, que le permiten acompañar a
un adverbio de lugar, tiempo o modo, con valores semejantes a los de
‘mismo’ (ahí nomás) o ‘justamente’, ‘precisamente’. Asimismo, puede
acompañar a un verbo, con mucha frecuencia en imperativo, aña-
diendo simplemente un valor enfático, usos que no llegaron a desa-
rrollarse en España y que tampoco ha desarrollado nada más.
Herrero • No más, nada más: formación de adverbios de exclusión 35

Al estudiar la creación y desarrollo de estos dos adverbios de


foco, hemos visto cómo el surgimiento de nada más, que muestra
paralelismos con el de nomás, nos permite ver claramente los dis-
tintos pasos de su formación: surgimiento de una construcción com-
parativa que rutiniza su uso con un valor focalizador de exclusión, y
creación de una construcción pospuesta, coordinada o yuxtapuesta
(y nada más, nada más) en la que se da un fenómeno de elipsis (estos
pasos ya consumados en el caso de no más desde los textos caste-
llanos primitivos). El crecimiento del uso y la gramaticalización de
la construcción nada más constituyen un proceso paralelo al que en
el español medieval y clásico se había producido con no más, y, a
partir de la equiparación de nada más a nomás como marcador de
foco, podemos ver distintas preferencias y procesos evolutivos en
los distintos territorios hispanohablantes.

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Recepción: 21/08/2019
Aceptación: 29/11/2019

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