Un Héroe Es...
Un Héroe Es...
Un Héroe Es...
1
Ante el apogeo de una civilización de consumo y del instante, el mito del
héroe ha pasado de ser referencia histórica o un modelo de conducta,
para ser más un culto de entretención, enfocado más a la celebridad que
lo interpreta o que lo ha creado, que por sus mismas acciones, proezas
o mensajes, plasmados en el papel o en la pantalla grande.
Para muchos potenciales espectadores o lectores estos personajes son
creaciones inverosímiles, protagonistas de películas o comics de ficción y
por ende alejados de la realidad. Y es que la inverosimilitud de sus
aventuras, sumado a un exceso de poderes y a un exceso de
personajes, así como al agotamiento de historias, ha sofocado al
espectador. Un espectador que en esta época de confusión social,
necesita nuevos modelos y por ende la personificación de nuevos
ideales.
En efecto, somos y estamos rodeados de ciudadanos comunes y
corrientes cuyas proezas han sido borradas de los anales la historia. En
efecto, el mundo actual ha generado el estereotipo de héroe, que no
responde a las capacidades ni perfiles que cada uno llevamos dentro. Es
así como nuestros actos heroicos pasan a ser narraciones anecdóticas
que pronto se olvidan.
Sin embargo, recientemente el hombre se ha
desprendido de la banalidad que rodea el
concepto de héroe. Y así, estos seres
olvidados en la penumbra del anonimato,
estos verdaderos héroes, pasan a reclamar
su reconocido homenaje. La sociedad ha
recobrado un interés por la esencia del
verdadero héroe, ese personaje más ligado
al concepto de Vogler, el personaje anónimo
que pierde su individualismo y se entrega
por el bienestar de los demás.
En efecto, desde sus inicios, El concepto de “Héroe” ha estado en
constante mutación y se ha adaptado a las necesidades y visiones del
mundo de cada época.