Unidad V de La Apelación y Los Cálculos de Prestaciones Laborales.

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Unidad V De la apelación y los cálculos de prestaciones laborales.

La audiencia.

La audiencia se construye por el discurso social para designar el público que


interactúa con un medio de comunicación, ya sea cine, televisión, radio, etc.. Las
diferentes tipologías de audiencias dependen de ciertas variables tanto sociológicas
como psicológicas del individuo "participativo" de dicha audiencia: edad, sexo, nivel
socioeconómico, hábitos individuales, horarios, aficiones, signos de identidad, rol
social, etc.

El comportamiento de la audiencia está condicionado por el medio. En el caso del


cine nos encontramos con un espectador selectivo, ya que la elección que lleva a
cabo implica un desembolso económico, un desplazamiento y el abanico de
programación está más restringido que el televisivo. También influyen factores
ajenos al espectador, como el aforo de la sala, horarios, fechas de exhibición, etc.

En lo que respecta a la televisión, se trata de un espectador más heterogéneo, ya


que es un medio doméstico y gratuito, por lo tanto, de acceso fácil y cómodo. Este
tipo de audiencia es menos selectiva que la del cine, porque busca en la televisión
básicamente el entretenimiento.

Estas audiencias podrían denominarse "pasivas" ya que se cree que el receptor no


interactúa con el mensaje. Por el contrario, algunas teorías nos hablan de las
audiencias activas:

Teoría audiencia activa

Las teorías de audiencia indican cómo se relaciona de forma natural la audiencia con
los medios (McQuail, 1994: 281-324; 2000: 76-90). Esta teoría tiene relación con
la semiótica (método que explica ‘cómo’ es producido el significado, y cómo las
personas construyen e interpretan los mensajes). El concepto de audiencia activa
aparece alrededor de 1970 criticando entre otras la teoría hipodérmica (el emisor de
la información tiene un efecto sobre el destinatario, sin que este se dé cuenta).
Por lo tanto, supone cambios en el ente receptor de la actividad comunicativa. Aporta
un paradigma nuevo que cuestiona el del paradigma lineal-causal de
la comunicación: fuente-emisor-estímulo-receptor-efecto hacia una explicación más
completa en el que la comunicación se analiza y reinterpreta de manera subjetiva por
parte del receptor del mensaje. El sujeto selecciona con placer la interpretación que
mejor se le acomoda y no responde a los medios con el simple modelo 'estímulo-
respuesta' sino que reconstruye la información que recibe del emisor. Es importante
señalar que la decodificación (y reconstrucción) la hace sobre la base de una
interpretación simbólica, coherente con su identidad personal y sus subjetividades
(edad, raza, sexo, clase social, ego, experiencia pasada), y de acuerdo a la identidad
colectiva y al contexto social donde se halla. Es por esto que podemos recordar el
axioma escolástico de Santo Tomás de Aquino, basándose en Aristóteles Quidquid
recipitur ad modum recipientis recipitur (lo que se recibe, se recibe según el modo del
que lo recibe).

Tomando en cuenta la heterogeneidad de las audiencias televisivas, la nueva


tendencia de las cadenas consiste en estratificar al público para atraer a las minorías
a unos programas especializados, como ya se dio el caso en la industria periodística,
cinematográfica y musical.

En la actualidad existen una serie de estrategias de captación de audiencias en la


televisión.

Si se tiene en cuenta el actual panorama mediático, y el ascenso vertiginoso del éxito


de estas alternativas, tanto a la hora de emitir información como a la de consumirla,
se puede vislumbrar cierto descontento ante el modo habitual de producción
informativa, y en definitiva, un cambio en esta dinámica de ausencia de
responsabilidades. El libro La Televisión en España: Informe 2009 , destaca que hay
una franja de público con un alto riesgo de “fuga” que lo constituyen los jóvenes y las
personas con un alto nivel educativo que están dejando de ver la televisión. Un
riesgo consecuencia de la evolución del habitus de Bourdieu , entendido como aquel
esquema de obrar, pensar y sentir asociado a la posición social, y que hoy guarda
relación con un cambio en los hábitos de consumo derivados del fuerte impulso de
las tecnologías.

La televisión y la radio a la carta ya son una posibilidad real a través de la red,


mediante las Web 2.0, y a través del streaming que permite ver u oír un archivo
directamente en dichas páginas sin necesidad de descargarlo antes al ordenador.
Clara muestra de ello es el ingenioso Spotify, una discoteca mundial con todo tipo de
contenidos musicales.

Igual sucede con la prensa, y los periódicos digitales ofrecen ventajas


incuestionables al incorporar en la mayor parte de sus noticias hipervínculos que
permiten ahondar en las cuestiones más interesantes para el lector. El nuevo soporte
puede presumir frente al resto de ser un canal universal, omnifuncional,
personalizable, bidireccional, ilimitado, cuyo ámbito es mundial. Y sobre todo lo que
más ha revolucionado el mundo de la navegación: la mencionada hipertextualidad.
En estos momentos, con la creación de tecnologías como la tablet, híbrido entre
ordenador y móvil, o el libro electrónico, la concepción habitual de consumo que tiene
la sociedad ha pasado a una dimensión completamente diferente. Un universo
telemático que, por lo menos en España, presenta dificultades de consolidación,
mayoritariamente en el sector de población con más edad.

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