El Taller de Escritura Creativa Cap 1 y 2

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El taller en la escuela, la biblioteca, el club Maria Teresa Andruetto * Lilia Lardone ‘On GamMS Maria Teresa Andruetto Estudio Letras en la Universidad Nacio- nal de Cordoba, Coordiné durante veinte « talleres de eseritura y de lectura con adultos, personas de tereera edad y en situacion de riesgo social; trabajo en programas de formacién a dorentes en promocion a la lectura y la eseriturd eres tiva. Fue una de las ndadoras de CebiLit (Centro de Difusion de Literatura Infantil y Jaen), forma parte del Prozsame Para Ja Lectura de la UNC (Prorat) y cola bora con diversas publicaciones del pais y del extranjero. Publics narrativa, poesia y teatro para adultos ys para ninos y jove nes, Stefano, Veladuras, El anillo ‘encantado, ‘Huallas en la arena, Solge, 1a mujer vampire, Benjamine, Ff e3 ast, Camper Trent EL pais de Juan, Fl caballo de Chiang Tzu, La ‘durmiente, El incendio. En esta editorial, El arbol de lilas, Agua/cero Y el ensayo Ha- ‘ia una literatura sin adjetivas, Obtuv Per se pestura el Premio Iberoamericano de Literatura Infantil y Juvenil SM, Premio Novela del Fondo Nacional de las Artes, Premio Novela Luis de Tejeda, Premio In ternacional de Cuento Tierra Ignota, Lista de Honor de Inpy entre otros. www.teresaandruetto.com.ar ai nifios, jovenes, con CamS« EI taller de escritura creativa en la escuela, la biblioteca, el club Escaneado con CamS< ee SR RE RT I TT Acaso pudiera recorrerse toda la historia del | pensamiento | pedagdgico como una historia de la desconfianza hacia la experiencia salvaje, no controlada, de la literatura. Y de la invencién de mecanismos para conjurar sus peligros. Jorge Larrosa Prélogo Un taller de escritura, de expresidn por la palabra, no se- ria tal si no contemplara la lectura: entendemos el taller como un camino de exploracidn que se gradta en un pro- ceso de apertura a nuevos modos de escribir y de leer. De ese didlogo entre libros/lectores/autores, surge la creacién incluso acaso el valor de la reescritura, el trabajo con su herramienta, la palabra. Pensamos el taller como un espacio en constante evo- clon, un lugar atravesado por la busqueda, los sucesivos martes, el placer, a la vez que de circulaci6n de palabra acs donde las multiples vinculaciones con ‘enuevan cada vez. abe Escaneauo concvams Fi en Ia flauta no vale x “Tocar una melodia fi 220 fi, jFuera de fF. i : Hamels ero el Flautista votvid el domingo por Ia jeliny mahiang cuando la gente mayor estaba en ae is, y empex6 a tocar sy fuse fa, Inmediatamente, todos los nitios lo siguiey, El Flautista dirigié su marcha hacia las mon, eh De pronto, se abrié una a yadse introdujo en ella, seguido por los oe Después que pasaron todos, la caverna se ‘ine Los nifios nunca volvieron a Hamels: Esta leyenda surge de un hecho real: la plaga de ratas que en el afio 1294 provocd pestes y ee a gran parte de |, poblacién de Hamelin, en Alemania. No esta compro. bado que existiera el Alcalde, pero no es dificil deduciy que para un burgués de esa época la melodia del flautis. ta no valia mil florines. Después de todo, se sabe que ¢ arte tampoco hoy figura entre las prioridades del sistem, Ningtin documento acredita la existencia del Flautist, pero gquién pone en duda la particular atraccién que eer cen ciertas melodias? No hay mas que recordar a las sire- nas de Ulises, sus especiales poderes de convocatoria, conmocién interior que produce el hecho artistico. El final del cuento es ambiguo, por lo menos en ss version, la mas antigua que se conoce, ya que mis ae lante los Hermanos Grimm registraron algunas vatiatr tes, e incluso la reescribié en verso el poeta inglés Robet =———. soni a if ; mya” libre de la versién en inglés que apacece en Internet como MP 4 Tawra Lanpons | Manta Tenrsa Auprurrro _ La ultima frase asegura que “los nifios nunca ”, y flotan varias posibilidades: shabran conse- destino mejor que el de sus insensibles mayores, do para siempre del arte del flautista?, se con- los a su vez en. flautistas, capaces de modificar alidad con sus melodfas? ; Dejemos la leyenda para volver a la vida real. En ella el no acta directamente sobre las circunstancias para caf cambios rotundos, pero si ofrece un espacio tini- ce or el que circulan de un modo mis intenso los sen- timientos, las pasiones, los dolores. Y dentro del arte, la jiteratura, un lugar en donde se habla de lo que importa, frente a los 70 lugares de 1a sociedad moderna. En me- dio de un mundo que tiende a producir tanta informacién como granos de arena existen en el desierto, que somete a chicos y grandes a la violencia diaria sin ofrecer respues- tas, la literatura es un fruto extrafio. ‘Aveces se conoce de ella solo la cdscara, de colores y texturas tentadoras. La cdscara es eso, una cubierta que oculta los verdaderos jugos, las babazas, almibares, aspe- rezas y caldillos. Porque es adentro del fruto donde es- tan los amargores y dulzores que, en variedad de matices, despiertan los sentidos, inducen al goce, ensefian infinitos caminos con el sabor inigualable de los descubrimientos. Por eso es importante reflexionar sobre la escritu- para chicos, esa pulpa sabrosa y nutricia que debiera medirse con los mismos pardmetros que la escritura para ‘adultos, Como escritura a secas. Y los libros dirigidos a ini i toes * fancia, puestos en tela de juicio, tendrfan que superar Brow ning: yolviero? ido U8 disfrutam EL -ranurn DR RSCRITURA CREATIVA antes que nada los andlisis mas exigentes de comprom(- so estético, para que los chicos tengan la oportunidad de iniciarse en esa conmocidn —a veces apenas un temblor otras una sonrisa— que se experimenta al Ieer literatura, Un fruto es simbolo, como lo son también las partes que lo componen: la cascara, la pulpa, la semilla, Podria. mos ver la cascara como la cubierta del libro, la Pulp, como sus paginas, las semillas como Pequefios gérmenes que quedan en la mente de quien lee. Pero tal vez sea mejor tomarlo en tanto metdfora de dos clases de literaty- ra: de un lado, esa infinita cantidad de libros/cascara que apuestan a atraer con la superficie. Y en lugar aparte Io, otros, en los que por fugaces momentos, es posible encon- trar la belleza. Es dificil saber sdlo por la cdscara si en un fruto se ha- Ila el gusto que se desea. Lo mismo sucede con los libros, y como adultos, para que no nos pase como al mezquino Alcalde de Hamelin que no confiaba en los valores del arte, debiéramos intensificar nuestro espiritu critico yse- parar lo verdadero de lo falso. Seria importante pensar a la literatura infantil como un sitio de resistencia, en donde el equilibrio de valores entra en la balanza junto al poder del imaginario. Es tos valores se cuelan en las entrelineas de las historias, st deslizan entre los avatares de personajes tramando accio nes que ponen en marcha deseos, dolor, suefios, en fin, b vida. Valores como la dignidad, la basqueda de la verdad la valentia en la aceptacién de circunstancias advers#s hb 16 msc sdasidad. Como el juego, esa extraordinaria vertiente soli a del set humano. ory embaZOs un peligro late en el centro mismo de la ccidn: abruman las novedades, muchas de ellas c4s- rodu acfas que en cantidad inimaginable se suceden sin oem oa la lectura reposada. al El mercado esté abarrotado de titulos, es verdad, y la a de elegir se complica para los mediadores natura- tt aestros, padres, bibliotecarios. Sin embargo, hay un he etro que no debiera fallar: si un adulto encuentra an libro destinado a los nifios le despierta el mismo ati que los textos a él dirigidos, seguramente a a nifios les provocara idéntico asombro. La calidad esté- a es algo que se reconoce, més alla del destinatario. La maravillosa melodia del flautista de Hamelin, intencio- nalmente enfocada hacia los chicos, los atrajo con fuerza irresistible. Pero antes, el flautista habia creado esa melo- dfa unica. Con el apoyo de esta metéfora, es posible decir que quienes escriben para los chicos y también quienes les proponen lecturas, debieran comprometer lo mejor de si, respetarlos, explorar todas las vias posibles, recuperar el poder evocador de la palabra, su mtisica, y no subestimar el derecho del nifio a recibir en profundidad los temas ms variados. El creador lo logrard a veces y otras no, pero su actitud debe ser honesta y visceral. Lo mismo pasa con los mediadores. Hace poco mas de veinte afios, en un libro notable que a autora argentina Griselda Gambaro titulé Conversa- | 7 Escaneauo con vamSi — ciones con chicos, se registraba un didlo Estela, de diez afios: —iQué animal te gustaria ser? —A mi? Un leon. Porque seria fuerte y asi nadie me podria hacer nada. —2Y como persona, quién podria hacerte —Como persona podrian matarme. Es fi matar a una persona. go Mantenidg con algo? | cil En el mundo de hoy, mucho mas que hace veinte afios,un | chico puede sentir que es muy facil matar a una Persona, Un mundo de violencia extrema, que se despliega ara z6n de veinticuatro imagenes por segundo para cualquier nifio sentado frente al televisor, épuede atin aceptar ese otro despliegue, el de los suefios y los simbolos, que es la literatura? Qué significa, hoy, escribir para chicos?, ay qué signi- fica para los chicos leer? Debiéramos reflexionar sobre el desconcertante mun- do de la infancia, a veces fuertemente iluminado por lk felicidad y otras, la mayoria, asediado por la incertidum- bre. Ser chico es vivir en un terreno resbaladizo, con més ignorancias que certezas. Por eso es tan grande la respon" sabilidad que nos cabe a quienes participamos del circuito del libro: escritores, editores, criticos, libreros, mediado” res, eta 3 Gambaro, Graciela. Co 3 . © edicién, Bot ‘ nversaciones con chicos, Timerman Editores, 1° edici nos Aires, 1977 18 EEE tsca mS« Luis Lanvows | Manta 8A ANDRUt n desee jntroducir la literatura en la escuela ten- n e Qui lograr, al menos, algunas de las caracteristicas de dria que ambi flautista: seduccién, conocimiento, astucia. yesttO t pu é seducciOn?: En los hechos la batalla es des- Z Por a que la sociedad declama una valoracién posi- i de ie A ibros y esto no se ve reflejado en la realidad. Be tentar a los chicos hasta despertar su interés de- Por derd, en una primera instancia, de las cualidades y el ne siasmo de quien proponga el ejercicio de lectura y jtura. El mediador 0 coordinador de taller (docente, i tpotecario.. .) debera ser él mismo un lector convicto y Ber; un modelo confiable y respetado. ‘Por qué conocimiento?: Los criterios de seleccién tie- nen + mucho peso ala hora de iniciar nuevos lectores. En- contrar libros adecuados para un determinado grupo, o para un momento especifico, es repetir en cierto modo la £ Bin del flautista que encontré esa melodia, la que arras- } traba consigo a quien la escuchara. Tener criterio implica - haber leido mucho, de todo, para grandes y para chicos, y __ elegir conociendo la diferencia que se esconde en el centro _ mismo del fruto, sin dejarse engafiar por la cdscara. Por qué astucia?: Las normativas que rigen en la es- cuela son, casi siempre, dificiles de modificar. Sin em- 7g0, un mediador idéneo encontrar4 el modo de crear la un sitio de libertad en el que la lectura lleve natu- almente a la expresién. Al buscar la complicidad en sus -anos aliados, los chicos, o en algun colega igualmente encido de que leer literatura ayuda a ampliar el ho- ba EL-TALLER DE RSCRITURA CREATIVA sera posible instalar la modalidad de taller y legit: tiempo necesario dentro de la curricula, Bitimar un Quien ha Ievado adelante un taller g, te vinculo que se establece en estos espacios, Tambig ki comprobado que convencer a directivos 0 inspectores : le ser una tarea lenta pero no imposible, que respizredt conviccidn e ingenio. A la hora de definir Posibles “ey, . luaciones” y “cuantificaciones”, tan caras ala planificaig, escolar, habra que ejercitar la imaginacién Para encontrar una via que no atente contra la libertad del taller, pero que al mismo tiempo permita su seguimiento. Una cita de José Antonio Marina, del libro Teoria dela inteligencia creadora’: “:Qué es lo que hace que un Proyec- to sea creador? En primer lugar, que sea libre”. Por eso la indicacién de atender especialmente a las caracteristicas intrinsecas del taller, ya que una rigida organizacién pre- existente perturbaria su funcionamiento. Es importante tener en cuenta que madurar momentos de lectura y escritura con los chicos levara por caminos insospechados y sorprendentes, no importa si esquivos a la hora de abarcar, de medir. Pero la experiencia indica que no es imposible evaluar los procesos que se dese cadenan, si se reflexiona sobre los modos adecuados de hacerlo. Para decirlo con palabras del mismo José Ante nio Marina: “Dirigir la motivacién, construir la peop libertad, evar habilmente la negociacién con nuestt limitaciones, todo esto es inteligencia humana’. abe del importan. rama, 1993 4, Marina, José Antonio, Teorfa de la inteligencia creadora. Barcelon, Anse! 20 CScCdnedauy Cl _— 7 __Latia Lanvone | Manta Tenesa AnpRunrro Jecci6n que el flautista nos deja es la de una con- ale na en el arte como vehiculo expresivo. Privar de y jovenes en la escuela seria perder una opor- cuperable. za ple ‘aa chicos tunidad irret e “a, la palabra » Esa alr mantiene vivo lo artesanal, la idea de que : Faposible trabajar el lenguaje como si fuera una arcilla. A i [avers como se trata de escribir con palabras de las que a. uno se ha apropiado de distinta manera, palabras as que el cuerpo puede hacerse eco, la experiencia de seribir es la celebracién de la variedad de la vida y de lo nitir el ingreso de distintas edades, experiencias de experiencias lectoras. El coordinador ofrece a su 0 libros de autores diversos, de disciplinas también ‘as, ya que el punto de partida de la estimulacién a ando de gran riqueza la incorporacién de la plasti- isica, fotografia, cine u otras. En muchos espacios, > que se persigue es facilitar la exploracién del ima- i, la estimulacion de la percepcidn sensorial y de la hemoria afectiva, a través de juegos, obstaculos y con- lonantes donde se ponga en juego la palabra. Un sitio eee cRITURACREATIVA, Ex TALE cer runs _ N BL TALLER DI donde manipular textos y desarmarlos Para constny ellos, o a partir de ellos 0 contra ellos, otros ae con El objetivo ultimo del trabajo de taller es la viven . una palabra propia, una palabra que siendo de todog de todos y de uno es el lenguaje, social y a Ja vez indivi se sienta como propia y, en tanto propia, arm, lu al) : ada, de, mada, rota, modificada, descubierta, valo; 7 Wesar- rizada. rizada o Tevalo. Por dénde empezar Es importante pensar el lugar donde va a desarrollarse el taller. Deberd ser lo suficientemente célido como para producir la distension, y tan abierto que permita trans- gresiones. Se trata de ofrecer un espacio distinto, que es- timule, cobije, afirme, sorprenda, provoque. La reunién en torno a una mesa, o simplemente en rueda sentados en el suelo, o dispersos en una habitacién casi vacia, instala enseguida una modalidad de juego, en cierta forma un ritual. En el centro, o uno mis en el circulo, el coordinador atrae, entusiasma, anima. El vinculo se estrecha cada vez mas, porque el uso de la palabra viene cargado de lo que somos. Por eso, junto al cuidado en preparar el spac quien guia elige con entusiasmo cada cosa 0 cada texto que lleva. Est4 puesto ahi, a la vista de todos, debe on la confianza del grupo. Una mirada, un gesto de su i. que signifique rechazo, echaria abajo el delicado Be brio que se ha venido gestando desde el momento ™ en que la consigna se puso a disposicién de todos. 2 Paar Livia Lanvone | Manta ‘Ty 84 ANDRURry /anvoNr | Manta ‘Ten NDRUE u i como manejar los tiempos, las relaciones que van es- | rableciénddose as Hos eee como mantener Ja t dn para que las pal ‘abras propias y las de los otros t Bion encontrarse, chocar, unirse, mezclarse? | . etimologia lo dice: el taller es trabajo, es hacer, y t su cuestion fundamental estimular, considerar, cuidar y alimentar el producto de ese hacer. El coordinador propi- E el creci miento de los textos, apo su experiencia en in bisqueda, descubre indicios, signos; pero no condena. Toda jniciacion es aprendizaje, todo aprendizaje un des- ‘ cubrimiento tras otro. De nada sirve atarse a clasificacio- v nes, rotulos o recetas. A cada momento se aprende junto al grupo que los bordes estan para traspasarse, que no hay manuales que definan la escritura, que nada es seguro salvo el deseo de decir. Eldisefio de un taller El trabajo de taller implica una concepcién particular de aprendizaje, que le da sustento y comprende, entre otras cosas: Tiempo de trabajo Setrata de un tiempo que todos conocen, respetan y espe- tan. Es habitual convenir un encuentro por semana. Para _ iN gtupo de jévenes un lapso de hora y media 0 dos horas 2 ) Permite un buen funcionamiento. El tiempo reco- a” se reduce con un grupo de chicos, y mucho mas 23 cscalleado correams\ Ez By TALLER DE ESCRITURA CREATIVA si se trata de nifios pequeiios, aunque cag z f Pew : sabré encontrar la extension Aas Propicig, “Orting Mas alla de cualquier Particularidag L a ay el tal como una situacién regu]: . ler q pensarse gular les da, iy, COntings “dit, mente pactada entre coordinador y Particip 2 | a tes, te Espacio Un lugar calido, “diferente” aunque més modo infimo, donde los participantes pue dan 84 de cara, sentados en sillas o en el suelo, sobre ae ae, o en el piso, como parte de un circulo ©, una ~ lon, consigna, dispersos segtin sus iniciativas personal” ak, Clima Se busca crear un espacio abierto donde tengan cabj los cuestionamientos, los desvios, lo imprevisible Abid suponga libertad de accién para todos. Un Sitio 2 Ps tensién para escuchar y opinar, respetar el espacio rs tiempo del otro, coincidir, disentir y disfrutar, E] clima es ) un factor definitorio de un taller, porque de é| dependen el grado de apertura de los participantes, el nivel de sens bilizacién y las posibilidades de descubrimiento, de mody que se expandan lo emotivo, lo imaginario, lo lidico y que la consigna retina todo eso en un problema a resolve. Coordinacién ¢Cémo despertar la codicia? Como elegir un estimulo, cémo sorprender, con qué elementos construir el entu- siasmo que Ileva a cada participante a buscar una respl 24 —_-— esvarrearott cams PE att ati ESA ANKUR alae onsigna. Cualquier coordinador qe tenga un cays Fai de lecturas y crea en lo que hace, podra encontrar sus ropias técnicas y cambiarlas cuando las circunstancias gsi lo requieran. se pl rol del coordinador es mas horizontal que vertical, No deberia pensarse a si mismo como tinico centro de atencion ni poseedor de todo el conocimiento, sino como iguien controlarlos:tiemposysin ejercer autoritarismo, > ayudando a ordenar. Si falta una organizacién que vertebre el espacio de trabajo, se correra el riesgo de sustituir lo expresivo por Jainvasin de necesidades y problemas particulares. Pero a su vez, alguien demasiado atado a su propio plan no pod observar y capitalizar los desvios creativos que el taller propicia. Un guia flexible, pero guia al fin, marca- ri los tiempos y las acciones, y es justamente alli, en esa “negociacién”, donde se ve como lleva a su grupo quien coordina. Cada coordinador llega al taller con su bagaje de lectu- nas y su visién de la escritura, intentando acercar la mayor diversidad de libros, elementos y técnicas, de modo que circulen lo conocido y lo nuevo, ss, la ruptura y el azar. De ahi maci6n lectora Porque se espera Un rastreador de textos y materi lo previsible y las sorpre- la importancia de su for- que sea un lector intenso, ales. Pe orticipantes éQué ; ; Qu Provocan las sugerencias del coordinador? °Y Participantes que deciden aplicarlas “al pie de la 25 Escaneauo comvams EL TALLER DE BSCRITURA CRE. letra”, otros las transgreden y entre ambos xt despliega una variada gama de Posibilidades patos te ler cobijard todas las manifestaciones nd su seno y las convertira a su vez en nue sibles puntos de partida. Los integrantes de un taller se conocen sucede, expresion de sus deseos, sensacio; con un valor emocional que no puede so: parte intensamente lo propio, en torno a Pprovoca y convoca. lta. que Apatezcan é VOS estimulos i a Pow Por lo que en a nes o C€rencias slayarse, Se com. un i 4 Consigna que Momentos de trabajo Si bien en cada taller se organiza de manera diversa eles- pacio/tiempo de acuerdo a objetivos de produccién y a in- tereses perseguidos, una secuencia ordenadora y frecuente (aunque de ningun modo tinica) podria ser: Motivacién Tiempo que el coordinador dispone para crear un clima que provoque el deseo de expresarse, aportando diverss estimulos: misica, imagenes, recuerdos, colores, tet sensaciones, exploraciones con y en mmiltiples maters lecturas por sobre todo. Consigna Ho prow” ap 10 Se trata de una suerte de “deber lidico”, un Ge ‘e Va : : , cador que quien coordina ofrece a los participa" 26 esvanvaustifcams: y ___ Lina Larvone | Manta Teresa Anpau _———— Ants Tenesa Anpnurrro 7 resuelvan en un tiempo previamente acorda- ye e308 1 do jue consigna es escueta, plantea un problema y na i eo de resolverlo. Quien la inventa quiere difi- ca dese a hacia lo convencional (“el lugar comtn”), de la libertad creadora. monsigna dispara Ja escritura hacia recorridos no La Jes en busca de lo particular, lo diferente, lo diver- bi lugar comtin sino “el lugar propio”, tema sobre ya Iveremos mas adelante. jo rincipal el que vo) ‘ itura jempo de escru i : : . TP estinado a la produccién en el espacio mismo del taller. Se pauta en busca de una escritura rapida, esponta- nea, despreocupada de las exigencias pedagégicas y nor- mativas. | {Cuil es el tiempo necesario para una produccién de estas caracteristicas? Breve, para permitir la salida de lo mis intuitivo y de lo azaroso, facilitar la rapida organiza- cién y porque la idea no es alcanzar resultados “perfectos” - gino sencillamente “manipular” las palabras en un trabajo inmediato, placentero, accesible a todos. ‘Diez minutos?, gquince minutos?, media hora? La extension depende del perfil del taller, de la edad de los Participantes, de la modalidad de la consigna, en fin, de muchas variables. A modo de orientacién podriamos acordar que en general ocupa entre un tercio y una cuarta Parte del tiempo total de reunion. 7 Escaneauo comcamsi Lectura de las producciones Cada reunion se cierra con la lectura o ne producciones de los participantes. Con una i i: de nadie debiera irse sin tener la oportunidad den Jo que ha hecho pero a la vez dependera de la ae del coordinador no forzar a hacerlo (quizas por ae por no haber resuelto la consigna, hay quienes se : 20 a mostrar sus textos). esisten de oro, Cierre Un momento para compartir lo que ha sucedido: seémp se sintieron?, gqué les gustd y qué no en ese encuentro? Tal vez la lectura de un cuento breve o un poema los de pida con la idea de que las palabras acompafian més all del acto de escribir. 28 | nena CamSi Capitulo 2 £l Taller yla Escuela Un espacio de expresion Es importante considerar el taller con chicos y jovenes no ‘tanto como literario (la palabra literatura siempre abru- ‘no como un espacio de expresion. Por eso, Ilamarlo ler de escritura” tal vez responda coordinador persigue. Es importante no pretender de Jos chicos productos _attisticos que diferencien a unos pocos, sino buscar mas : bien que todos participen, cada uno dentro de sus posibili- _ dades, Y -aun cuando alcanzaran resultados sorprenden- - tes, cosa que de hecho muchas veces sucede- 10 rotularlos C07 + - i como artistas, porque para ser considerado y considerar- se : ne tal es necesario una conciencia del hacer, un punto de ico. Esas maduraci fick ; D rotuh racién muy dificil de encontrar en un chi _Mtulaciones suelen obturar nuevas biisquedas en lugar de 2 ma) si mas modestamente “tal _mejor al objetivo que el CScd! EL TALusn be asce alentarlas, originando frustraciones si no se ale resultados que los adultos esperan. aman Nog Cémo instalarlo en la Escuela Como toda institucidn, la Escuela tiene su Propia ding mica y a la vez tantos requerimientos, que es un wie desafio encontrar en ella el tiempo y el espacio para lleva, a cabo un taller de escritura. Nos referimos a un as y un espacio “desescolarizado” a conquistar en el ae la escuela. Una modalidad que no siente sus bases en ¢j “deber” sino que apunte a la libertad del encuentro con las palabras. 2Es posible encontrar un espacio asi en la Escuela? Si, en la medida en que el docente coordinador sez un lector apasionado y un explorador de recursos, abierto siempre a lo imprevisto. Si, en la medida en que el taller se “desescolarice” yen- cuentre un disefio no formal, un espacio que no sea elaula y que, en caso de serlo, se transforme aunque més no se2 de un modo infimo. Tal vez ubicar los bancos de un modo diferente, o sentarnos en el suelo en torno a una pila de libros, o Ilevar el taller al patio o al salén de usos mile ples o a la plaza més cercana... para romper [a relacion tradicional de ensefianza y aprendizaje, Y dejar entrar h diversidad, el desvio y la divergencia (la escritura devs dice el poeta Néstor Perlongher’). cen Adan rape” en PERO + Cangi, Adridn. “Contos, crénicas, algumas vaidades ¢ ums diatribe Nestor. Evita vive cutras poses. Tuninuras, Sto Paulo, Brasil 20° , _ oer ams _ Latta Leanponr | Masta‘Traesa Ay noauE Tre Si, Te el docente encuentra el modo de seducir como aquel flautista del cuento citado, Lo que marca la diferencia real entre el taller y el aul, de disefio tradicional es la modalidad de trabajo y ae setivos que el coordinador se propone. Resumiendo: un taller debe por sobre todo ser una propuesta diferenciada dela clase de literatura y de la de lengua, un sitio de crea- con. Construirlo en la escuela requiere de fuerte convic- én, apertura ¢ inventiva de parte del docente coordina- dor, También de un apoyo consistente y visible desde la gestion institucional. i gin quése diferencia un taller de una clase de lengua o de literatura? 1 La diferencia bdsica entre un taller y una clase es que el taller fiene como objetivo la produccion. Cada encuentro debe ce- sar en un producto (idea en germen, pequefio texto, bos- quejo, borrador, ensayos verbales, que implican no sélo recibir sino también dar al grupo), para que lo vivido en él no quede sélo en el imaginario. El primer anilisis que hace un coordinador se refiere a los destinatarios, el contexto donde se inserta y para qué nacié ese taller en particular, porque por algo nace esa necesidad. Hay que disefiar entonces el para qué, y el para | guiénes, con el propésito de que las expectativas acuerden con lo que se va a recibir. Seguin el contexto en que se aplica y de acuerdo a los objetivos que el coordinador se plantee, el taller variard en y necesidades, aunque se mantenga la modalidad PRE 31 EsCaleago con LamS EL-TALLRR DB ESCRETURA CREATIVA —a~ ————— y la materia de trabajo —las palabras, la escritura~ seq misma en todos los casos. No es lo mismo un taller nan alumnos de primer ciclo de cau que para chicos que con. curren voluntariamente a una biblioteca, por ejemplo, Segtin los destinatarios, cada taller tendra sus estra. tegias y su disefio, recordando siempre que se trata de un camino de busqueda, en el que la confianza esta puesta en la exploraci6n, en la ruptura de lo habitual mas atin que en los resultados que puedan alcanzarse. Una de las premisas basicas es conseguir que el afuera quede afuera, para que el espacio pertenezca en exclu- sividad a la creacién. Nifios, jévenes, chicas, varones: la diferencia no la hacen la edad ni el sexo, sdlo las marcas personales con las que cada uno se expresa. Estimular entonces la produccién de textos, soslayan- do la correccién normativa y poniendo el eje en la expan- sién del imaginario, de modo de diferenciar claramente el taller de la clase de lengua o la de literatura. Después de escribir Enel caso de los jovenes se puede (s6lo como una posibil: dad) revisar los textos producidos para guiar hacia reeser turas intentando que la herramienta-palabra exprese on mayor precision lo que el pensamiento desea. Si el coo dinador decide trabajar en este sentido, deberé conoces ls reglas del oficio de escribir: su tarea sera compleja porte necesita respetar los contenidos y a la vez descubsit ‘i mejores posibilidades formales. El taller se converts sa en un progresivo conocimiento de recursos técnicos 32 f Escaneduo Si —_—_ Pe SS Lita Larvone | Manta ‘Teresa Anpauerto nein nes AR V toma de conciencia del oficio que no violente ni obture lo personal. Las sugerencias que haga el coordinador después de escuchar las producciones serdn enriquecedoras, siempre que apunten a las caracteristicas formales (por ejemplo: pro- blemas en la sonoridad, acotaciones acerca de la estruc- tura, apuntes para delinear un personaje, contundencia o no de un final, etc.), cuidando de no interferir en las ideas, sentimientos y apreciacién sobre las cosas, de quien escribe. A veces, el coordinador percibe que un texto podria extenderse y lo sugiere, o acaso que el angulo elegido no es el mds conveniente para esa historia, que quizds hay que ajustar o profundizar un final. O que al narrador no se le extrae todo el provecho, o no hay suficientes indicios de lo que le sucede al protagonista, o es necesario velar alguna informacién demasiado visible 0... Es importante dejar sentado que los sefialamientos mencionados nunca se expresan en términos de bueno o malo, ni de subrayado o tachadura, sino en aportes que in crecer el texto en las posibilidades que en germen Ya presenta. En un taller se complejizan las cuestiones re- sae al uso de la lengua, respetando las diferentes mira- 48 sobre hechos y cosas. ESCaleauo COM Udi lst _ Ky PALLRR DE pNCRITURA CREATIVA 2 Escribir en la escuela rtp quis Esta historia en particular, qtte es le tenta derecho a hacerla mia porque sg toy, st com, Ja comparto con los otros, al exer, 7 irl, Marguerite Duras Quisiera defender la necesidad de un espacio destinadg a la escritura creativa en el seno de la escuela. Escribir en Ia escuela, como un camino de btisqueda hacia nuevos umbrales de percepcién y de comunicacién. Exploracién de cada uno en sf mismo, para abrir a un mundo que es susceptible de ser lefdo, narrado, compartido y modifica- do. Ruptura de la homogeneidad para provocar diferentes vinculos con la palabra. Un espacio asi pensado seria liberador, particularmen- te en el seno de la educacidn sistematica, que en materia de palabras ha inclinado la balanza sobre lo cognoscitivo y lo normativo. Arrimaria un aprendizaje de lo particular, de lo diverso, de lo emotivo, llevaria en fin a desarrollar ciertos aspectos de lo humano que también son suscep” tibles de ser estimulados, trasmitidos, entrenados, como todo lo que tiene que ver con Ia sensibilidad de las petso- nas, eee eee dbttrogiae = : “ omogeneizacién, el taller basaria iptura de ese disefio homogeneizador ¥ —___ 2 Maria Teresa Andruetto, 4 ic> toa de la Lengua: Un eget de una ponencia leida en el Congres? # Didi *sidad Nacional de Cérdoba, 2001 34 cscaneauo coramS Lita Larvone | Maria Teresa AnpRuETTO dejaria entrar la heterogeneidad, partiendo de la base del placer. Basicamente, lo que se busca es conducir a una va- Joracién y a una optimizacién de las posibilidades de los participantes, en un intenso movimiento hacia adentro, ara modificar —de manera literal o figurada— lo rigido, romper lo establecido y viceversa. Porque expresarse es producto de una tensién entre la ruptura y lo convencio- nal, una negociacién entre el deseo y las reglas. | El lugar del docente seria ayudar a dar forma a lo mu- cho que se siente, a cavar en la norma un espacio pro- pio mediante Ja puesta en juego de ciertas herramientas, ciertas estrategias que guien hacia zonas no habituales de nosotros mismos. Porque se escribe contra la lengua, con- tra lo lingiifsticamente correcto, también contra lo “poli- ticamente correcto”, se escribe violentando el lenguaje y violentandonos, buscando la salida de eso que somos en las rajas que se producen entre una palabra y otra. Tras aquello que, segtiin Octavio Paz, entre una frase y otra, en esa grieta que no es silencio ni vox, aparece. Se trata entonces de instalar en la escuela un lugar don- de mirar sin prejuicios, donde tengan cabida lo personal y lo diferente, donde dar cuenta de Jo que se mira, porque la escritura (como la lectura) depende del mundo que se haya contemplado y de la forma en que se ha incorporado la experiencia. eee 3 ; Pa, Octavio. El mono gramdtico, Seix Barral, Barcelona, 1974 Escaneauo con Vain uta Lanpone | Manta Tennsa Aupnuerro ecuente drenaje de emociones, fabulaciones y de- de construirse en un taller de escritura. eso suceda, la escucla debera luchar contra el fantasma de la escolarizacién, contra la domes- iteratura, contra las demandas de utilidad y tra las selecciones por tema, las clasifica- los cuestionarios y restimenes, los ma- el aprovechamiento de Jos textos, el de cons seos pue Claro que para que ticacién de la I rendimiento, con ciones por edades, nuales, las antologias, deber ser, Jo bueno y lo correcto. En sintesis, respetar a rajatabla el aparente sinsentido de un taller, su gratuidad, en un recorrido de constan- tes desafios, descontroles y de riesgos porque, como dice Graciela Montes, /o gue est demasiado vivo siempre es per ligroso. Una de las funciones del acto creativo, acaso la mas importante, es la de defendernos contra diversas formas de presin, protegernos contra los abusos simbélicos del bjeto, dice Pierre Bourdieu. poder de los que somos © Frente a la homogenizacién de los discursos, el taller nos una persona que permite ser, al menos por un momento, piensa y siente de una manera unica. Manera particular de expresarnos a la que todos tenemos derecho, no sélo Flea que la sociedad considera, por diver- E : -~ artistas. —— ae para recuperar la palabra y su uni | a © Significados: nombrar uno mismo el mun- lamar a las cosas como las Ilaman todos. . aL bosque y el obo”, conferencia leida en el Congreso del spy Cartagena 2000 ai 37 CSCaleauo CON Lalli = REATIVA, cRITURAC ————__ Ei TALLER DEES —~ Diversidad de palabras, tan valiosa como |g divers biolégica. ad Me gustaria decirlo con la poeta uruguaya Circe Mage a ahora y agut y mientras viva tiendo palabras-puentes hacia otros. Hacia otros ojos van y no son mtas. No solamente mias: Las he tomado como he tomado el agua. Como tomé la leche de otro pecho. Vinieron de otras bocas y aprenderlas fue un modo de aprender a pisar, a sostenerse. Imaginar, fundar otros posibles aparentemente inttiles, es otra forma de pensar, de conocer. Un modo en el que se suspenden ciertas reglas, ciertas convenciones, ciertas referencias para que aparezcan aquellas impuestas por ¢ Proceso mismo de creacién. La €scritura es movimiento, camino, mano extendids hacia otro. No se trata de crear objetos bellos, se trata de buscar una forma de penetrar en el mundo y encontrar él 0 que nos corresponde en él. Cualquier cualidad esthia $# pueda tener Io que hacemos, dice Paul Auster’, no es mas qt el esfuerzo de librar esa batalla para entrar en el corazin Tas cosas. 6 Maia, Ci " . tevidzo, gp PMH: atrial de La revista Siete Poctas Hiponconsri=™™ 7 Austey . * Paul. Revista VOX, af 1 ne 3-4, Bahia Blanco, abril 1997 38 Mor Escaneago Con vamsS as el F Langa Lanvowe | Manta ‘Trina Anpuoeero seornpatlo procesos de Paras en ees de Hew condiciones muy diversas, dentro y fuera de la clades yore ela y he visto el placer que produce en jpstitd cid esc frre de fundar pequefios universos, ¢A ps poses na aduefiarse de las palabras, someterlas a qqicn 20 le a 1 fabulacién es, ya se sabe, una exigencia a cate El viejo artificio de contarnos historias ad i smOS y alos demas va construyéndonos, da 1 puesta experiencias y consolida nuestra identi- iad. Es a invencién de historias lo que nos permite abs- raernos del mundo para encontrarle un sentido. : No parece descabellado entonces, entrenar a los mas chioosen el “vicio” de fabular, creando para ello un espa- ode intimidad y de libertad, que facilite el viaje a través dels palabras. Aventura de ir hacia el corazén del hom- bre, porque la escritura nos conduce a través del lenguaje, como si el lenguaje fuera —lo es— un camino que nos Ile- vara a nosotros mismos. Seri posible ensefiar eso en la escuela? Sé de sobra cuinto y cémo se Je pide a la escuela que resuelva todos bes problemas. Sin embargo, no puedo dejar de pensar hoe de nombrar en el sentido verdadero, — om ; en acto en muchas personas si no es la acilita ese espacio. Escaneauo con Lams Lilia Lardone U i peggy ta cba asf vx proba boxe deste} 4 Grwiels Son ss iusioness".ilusiones granites Jas de Fa cultura, por ejesnp Wc”, Marla Teresa Andructin y Lilia Lardeme tocan on la punta de Wns dedin Wr betes de be pesbayrnja a) invitar, en expocial a los naestren, a crear el taller de eucsivara para y cr los chicos. Hacen docenia cuando Musninan a} lector acerca del asad ini a Ya excises a ecfbexion Se abypir a puerta a ot ede construc taller, con qué Werramientas, enon vnteneely y ensixguecerio, sutiles disprnitina ve ponen en juego al evaluar los procesos ula participante desplieycs. ja de coordinators de taller, su oficio de ceseritoras y, whre todo como apasioniidas lectoras nis de vesenta autores de la Hiteratura universal y usia arnplia bibliografia respaldan, sus fundamenton y sugerencias las autoras ve infiltran en la escuela, en la biblioteca,en el dub... tna propuesta que puede enmarcarse envln principion dela cducacién pore arte,o,quizés mnejorsen aquella “pedayonia de Wa imaginacitn? con la que Italo Calvino pretendia salvar lov valores que nun verian dtiles para transitar este milenio. Lucta Robledo gomunicarte DDN Nr an sie § Escaneado con CamS«

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