La Prueba en El NCPP
La Prueba en El NCPP
La Prueba en El NCPP
I. INTRODUCCIÓN
1 Abogado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, asociado del estudio Larrieu &
Instituto de Ciencia Procesal Penal
Se espera que, concluidas las siguientes líneas, el lector esté enterado del
reformulado trato de la prueba en el proceso penal. También, que pueda manejar
fácilmente las nuevas categorías jurídicas creadas por el nuevo Código procesal
penal. Y, finalmente, afianzar los conocimientos ya adquiridos con la casuística
propuesta.
1. Estudio preliminar
2 Carnellutti, Franceso, “Estudios de derecho procesal”, vol. II, Buenos Aires, Ed. EJEA, 1959, p. 108.
3 Cafferata Nores, José, “Temas de Derecho procesal penal”, Ediciones Depalma, Buenos Aires, 1988, p.
9.
4 En adelante, los artículos que se mencionen serán entendidos pertenecientes al Nuevo Código
Tanto en el art. VIII del T.P. del nuevo Código, como en el art. 159° del
mismo, se aborda el tema de la prueba ilícita. De obtenerse o incorporarse
pruebas
6 Devis Echandía, “Compendio de pruebas judiciales”, t. I, Santa Fe, Rubinzal – Culzoni Editores, 1984,
p. 225. La carga, según Couture, es el “imperativo del propio interés de aquél que se halla gravado con la
misma”. Couture, “Fundamentos del derecho procesal civil”, 3ª ed. póstuma, Buenos Aires, Ed.
Depalma, 1988, p. 242. Expresa Michelli que “la carga agota su función en la determinación psicológica
al obrar”; en: Michelli, “Curso de Derecho procesal civil”, vol. I, Buenos Aires, Ed. EJEA, 1970, págs.
270 y 271.
7 Rosemberg, Leo, “La carga de la prueba”, Buenos Aires, ed. EJEA, 1956, p. 15.
8 Ya lo djjo el comité de Derechos Humanos, en su Comentario General 13 sobre el art. 14º del Pacto
Internacional, al sostener que “en virtud de la presunción de inocencia, la carga de la prueba recae sobre
la acusación, y el acusado tiene el beneficio de la duda. No puede suponerse a nadie culpable a menos que
se haya demostrado la acusación fuera de toda duda razonable, ver en Comentario General 13, párr. 7; en
Daniel O´Donnell, “Protección Internacional de los Derechos Humanos”, auspiciado por la Fundación
Friedrich Naumann, IIDH, Comisión Andina de Juristas, 2ª ed., 1989, p. 170.
9 Sentencia de la Sala Penal de Lima, de fecha 10/07/1998. (Expediente N° 8519 – 97 Lima) en Diálogo
con la Jurisprudencia, año 8, número 50, noviembre 2000, pp. 243-244. Sin embargo, es criticable esta
jurisprudencia porque identifica inexistencia de prueba de cargo con in dubio pro reo, lo que es errado ya
que todo in dubio se sustenta en la falta de suficiencia probatoria, pero no toda insuficiencia genera duda,
como en el presente caso que no existe prueba de cargo, el mismo que no puede generar duda al juzgador.
Sentencia de la Sala Penal de Lima, de fecha 29/03/2000. (R.N. N° 5165–99 Lambayeque en Frisancho
Aparicio, Manuel, “Jurisprudencia Penal”, Ejecutorias Supremas y Superiores 1998-2001, Ed. Jurista,
Lima, 2002, pp. 428 y ss., Sentencia de la Sala Penal de La Libertad, de fecha 16/04/1999, (Exp. N° 417-
98 Trujillo) “Jurisprudencia Penal”, t. I, Ed. Normas Legales, 2003, Trujillo, pp. 466.
10 Sentencia de la Sala Penal de Lima, de fecha 30/09/1999 (R.N. N° 2506-99 Lima), en “Diálogo con la
peruana de Doctrina y Jurisprudencia penal 3”, Ed. Grijley, 2002, Lima, pp.547 y ss. Sentencia de la
Sala Penal de Lima, de fecha 05/07/1999 (Exp. R.N. N° 1415–99 Callao), en “Revista Peruana de
Doctrina y Jurisprudencia Penales 2”, Ed. Grijley, Lima, 2001, pp. 701-703. Sentencia de la Sala Penal
de Lima, de fecha 15/11/1999 (R.N. N° 3443-99 Lima) Jurisprudencia penal: Ejecutorias Penales de la
Corte Suprema de Justicia 1997-2001, Jurista Editores, Lima, 2002, pp. 345. Sentencia de la Sala Penal
de Lima, de fecha 07/10/1999 (Exp. 2547-99) en “Diálogo con la Jurisprudencia”, año 9, número 57,
julio 2003, pp. 276 y 277.
12Sentencia de la Sala Penal de Lima, de fecha 08/06/1999 (Exp. R.N. N° 1398–99 Lima), en:
estudio prelimar”, Themis, 21, segunda época, T. II, Lima, 1992, pág. 10.
las limitaciones del contenido esencial, expresa Pietro Sanchiz, no solamente se
las deben hacer determinar de los derechos fundamentales, sino también de otros
bienes amparados por la Constitución16; por lo tanto, para la delimitación del
contenido esencial, se debe valorar sistemáticamente la Constitución.
También
Abad Yupanqui, op. cit., pág. 11.
20De la misma manera, el art. 2°, num. 24, lit. g, tratándose del derecho a no ser incomunicado, precisa
que sólo puede privarse a una persona de este derecho en caso de ser indispensable para el
esclarecimiento de un delito, en la forma y tiempo previsto por la ley.
Bastarán algunos ejemplos para comprender mejor la clasificación de la
prueba ilícita en directa o indirecta. Se habla de prueba ilícita directa cuando en
una confesión ésta se ha obtenido bajo tortura o coacción y se llama indirecta o
fruto del árbol envenenado (doctrina desarrollada desde la primera mitad del s.
XX por la jurisprudencia constitucional estadounidense), en los casos en que la
droga es localizada en la maleta de una persona durante el registro de aduana,
empero el conocimiento de que en dicha maleta se llevaba droga se ha obtenido
como consecuencia de una interceptación telefónica practicada sin autorización
judicial.
Sin embargo, no hay que perder de vista que tal como está normado en el
artículo VIII. 2 del Título Preliminar, cualquier violación al derecho fundamental
de la persona no hace que la prueba sea ilícita, esta afectación debe ser a su
contenido esencial, de lo contrario la prueba tendrá utilidad y eficacia legal,
siempre y cuando, claro, ésta se haya obtenido e incorporado respetando el
debido proceso, porque de ello depende su validez.
21 Maier, Julio B. J., "Derecho Procesal Penal", t. I (Fundamentos), 2ª ed. Editores Del Puerto S.R.L.
1996, Buenos Aires, p. 869 y ss. Fabricio Guariglia, por su parte, expresa que, desde hace ya tiempo, la
reconstrucción de la verdad histórica o, simplemente, la búsqueda de la verdad, no es concebida como un
valor absoluto dentro del procedimiento penal, sino que por el contrario, se erigen frente a ella
determinadas barreras que el Estado no puede franquear. De este modo, existen ciertos hechos que
sustraen a la investigación de los órganos del Estado, y que escapan a la valoración de los tribunales: ellos
constituyen las llamadas prohibiciones probatorias. ("Las Prohibiciones Probatorias”, en: “El nuevo
Código procesal penal de la Nación (Análisis Crítico)”, Pról. de Julio B. J. Maier, Editores Del Puerto
S.R.L. Buenos Aires, 1993. pp.15 y ss.). César San Martín Castro, al hablarnos de la prueba
ilegalmente obtenida, nos hace referencia a dos puntos importantes: La prohibición de practicar la prueba
(por ejemplo: prohibición de temas probatorios como el secreto oficial; la prohibición de medios de
prueba como el testimonio secreto o, como los facultativos; la prohibición de métodos probatorios como
la coerción y la prohibición condicional de la prueba como el allanamiento domiciliario) y, la prohibición
de utilizar la prueba (por ejemplo: cuando el acto de prueba es desfavorable para el titular de la garantía,
la autoridad judicial debe declarar su ineficacia procesal, más aun, cuando esta viole derechos
fundamentales).
22 Maier, ibídem.
Desarrollando brevemente las principales teorías:
Vicente Gimeno Sendra plantea que los actos de prueba deben referirse a
la actividad de los sujetos procesales, dirigida a obtener la convicción del Juez o
Tribunal sobre la preexistencia de los hechos afirmados por las partes,
intervenida por el órgano jurisdiccional bajo la vigencia del principio de
contradicción y de las garantías constitucionales tendentes a asegurar su
espontaneidad, e introducida en el juicio oral a través de medios lícitos de
prueba28.
28 Gimeno Sendra, Vicente, y otros, "Derecho Procesal", t. II, El Proceso Penal, 3ª ed., Editorial
Trant lo Blanch, Valencia, 1990, p. 443.
29 Ortells Ramos, Manuel, con Montero Aroca, “Derecho Jurisdiccional”, t. III, Bosch, 1994, cit. p. 151.
la plena convicción sobre la responsabilidad penal permite una resolución
condenatoria, mientras que un juicio de mera probabilidad debe conducir
a una absolución.
30 Florián, Eugenio, "Elementos de Derecho procesal Penal” , Barcelona, Editorial Bosh, 1931 págs. 308
y 309. El tema admite ser considerado en abstracto o en concreto. Desde el primer punto de vista se
examinará qué es lo que puede ser probado en cualquier proceso penal; desde la segunda óptica se
considerará qué es lo que se debe probar en un proceso determinado. a) Consideración en abstracto. La
prueba puede recaer sobre hechos naturales (v.gr., caída de un rayo) o humanos, físicos (v.gr., una lesión)
o psíquicos (v.gr., la intención homicida). También sobre la existencia y cualidades de personas (v.gr.,
nacimiento, edad, etc,.), cosas y lugares. Se podrá intentar probar también las normas de la experiencia
(v.gr., usos y costumbres comerciales y financieros) y el derecho no vigente (v.gr., normas jurídicas
extranjeras que fundamentan un pedido de extradición). En cambio, no serán objeto de prueba los hechos
notorios (v.gr., quién es el actual Presidente de la Nación), ni los evidentes (v.gr., que una persona que
camina y habla está viva), salvo que sean controvertidos razonablemente; tampoco la existencia del
derecho positivo vigente, ni aquellos temas sobre los cuales las leyes prohíben hacer prueba (v.gr., la
verdad de la injuria). b) Consideración en concreto. En un proceso penal determinado, la prueba deberá
versar sobre la existencia del “hecho delictuoso” y las circunstancias que lo califiquen, agraven, atenúen o
justifiquen, o influyan en la punibilidad y la extensión del daño causado. Deberá dirigirse también a
“Individualizar a sus autores, cómplices o instigadores”, verificando su “edad, educación, costumbres,
condición de vida, medios de subsistencia y antecedentes; el estado y desarrollo de sus facultades
mentales, las condiciones en que actuó, los motivos que lo hubieran llevado a delinquir y las demás
circunstancias que revelen su mayor o menor peligrosidad”. Estos aspectos necesariamente deberá ser
objeto de prueba, aun cuando no haya controversia sobre ellos, salvo casos excepcionales se hubiese
entablado la acción resarcitoria, la prueba recaerá no sólo
Hay discusión sobre lo que puede ser considerado objeto de prueba; de ahí
que se afirme que el objeto de prueba no se debe limitar o coincidir con el
aspecto fáctico del objeto procesal, sino integrarse con una serie de datos que
rodean al hecho básico que se pretende jurídicamente relevante, datos que
conducen a confirmar o a descalificar la alegación de las partes. Genéricamente
esos datos se exhiben como acontecimientos del mundo exterior, personas en sus
manifestaciones físicas o psíquicas, cosas, lugares, resultados de la experiencia,
juicios inherentes a las cosas, derecho no vigente, etc. y todo lo que en general
constituye objeto de prueba.
Por ello el artículo 156º. 1, entiende que son objeto de prueba los hechos
que se refieran a la imputación, la punibilidad y la determinación de la pena o
medida de seguridad, así como los referidos a la responsabilidad civil derivada
del delito.
Son datos de hecho desde el punto de vista probatorio, por cuanto existen
en el resultado obtenido como consecuencia del común modo de ser y obrar de
las personas o cosas. Se trata de verdaderas máximas o normas de conducta que
el grupo va aceptando en base a la convivencia práctica y las costumbres. Stein,
citado por Eugenio Florián31, señala que son definiciones o sentencias hipotéticas
de contenido general, independientes del caso concreto que se ha de juzgar en el
proceso y de sus elementos particulares, que son producto de la experiencia, y
poseen en principio una validez general, por lo cual son independientes de los
casos particulares.
sobre la existencia y extensión del daño, sino, además, sobre la concurrencia de las situaciones que generen
la responsabilidad civil del imputado o del tercero civilmente demandado, o restrinjan sus alcances.
31 Eugenio Florián, "De las pruebas penales", t. I, 2ª ed., Editorial Temis, Bogotá, 1976, pp. 113 y 114.
desventaja respecto del empleador, ya que éste maneja información a la que el
trabajador no tiene acceso32.
32 Paredes Palacios, Paúl, “Prueba y presunciones en el Proceso Laboral”, ARA Editores, 1ª ed., 1997,
p. 194. Los efectos de esta regla de la experiencia han sido legislados en el Derecho procesal laboral: ver
art. 40º de la Ley 26636 de fecha 14/06/96, Ley Procesal de Trabajo. Carnelutti, “La Prueba civil”, 2ª
ed., Buenos Aires, Ed. Depalma, 1982, pp. 64 y 65. Stein, Friedrich; “El conocimiento privado del
Juez”, tr. de Andrés de la Oliva Santos, Edit. Temis, Bogotá, 1988, p. 57. Carnelutti, “La prueba civil”,
op. cit., pp. 63 y 64. En materia procesal penal el profesor Claus Roxin, ha expresado que el juez no
puede basar su convicción de condena “(...) en reglas de la experiencia que no sean fundables
objetivamente (BGH JR 83, 83; NStZ 88, 236). Así, p. ej., las relaciones personales del acusado con un
testigo no son suficientes para desde un principio, negarle todo valor probatorio a esa declaración (BGH
StrV 94, 173, con otras informaciones). Tampoco las mentiras del acusado prueban, sin más razón, su
culpabilidad, ya que no es extraño que un inocente tenga la expectativa de poder mejorar su
situación a través de mentiras (BGH StrV 85, 356). De la comprobación de haber participado en un
hecho no se puede inferir, sin más, la participación en otro (Zweibrucken StrV 85, 358). La nueva
jurisprudencia del BGH acentúa en medida creciente, con razón, este componente objetivo de la
formación de la convicción, a cuya función de control –comparada con la convicción subjetiva de la
época anterior– no se puede renunciar ...”. “Derecho procesal penal”, Editores del Puerto, Buenos Aires,
2000, p. 104.
33 El juez necesita las máximas de la experiencia y, por consiguiente, el dictamen de un perito, en tres
de Gerente General a Gerente General Adjunta), manteniendo las mismas labores, no debería significar
una rebaja en la categoría y en la remuneración. Ver Cas. Nº 441 – 2002 Lima, de fecha 12/12/02,
publicado en El Peruano de fecha 30/05/03 y en Diálogo con la Jurisprudencia Nº 58, julio del 2003, pp.
197 a 200.
35 Du Pasquier, Claude, "Introducción al Derecho”, 3ª ed., Editora Humboldt S.A, Lima, 1983, p. 170.
Como norma que regula la conducta social no puede ser objeto de prueba,
por cuanto su efecto y fuerza obligatoria es actual. Es más, dicha conducta social
es delineada y modelada por el derecho vigente.
6.5. Lo imposible
6.6. Lo notorio
Como muy bien señala Vicenzo Manzini, es lógico que sólo constituyan
objeto de prueba los hechos que puedan dar lugar a duda, o sea que exijan una
comprobación.
El art. 156°. 3 señala que las partes podrán acordar que determinada
circunstancia no necesita ser probada, en cuyo caso se valorará como un hecho
notorio, de lo que se dejará acta. A este acuerdo se le denomina convención
probatoria, la misma que hará: i) que la actuación probatoria se derive en hechos
indiscutibles por las partes, ii) evitar, por ende, perdida de tiempo y desgaste en
el trabajo de juzgamiento, iii) de entrada, limitar que el hecho discutido se pueda
variar.
Los medios de prueba son establecidos por ley para el ingreso del
elemento de prueba en el proceso. Constituyen un nexo de unión entre el objeto a
probarse y el conocimiento que el juzgador adquirirá sobre ese objeto. Su
regulación legal tiende a posibilitar que el dato probatorio existente fuera del
proceso penetre en él
38El descubrimiento de prueba es toda una institución muy estudiada en el sistema norteamericano. Ver,
Ernesto L. Chiesa Aponte, Derecho procesal penal de Puerto Rico y Estados Unidos, Vol. III, Editorial
Forum, 1995, pp. 227 a 250.
para ser conocido por el tribunal y las partes, con respeto del derecho de defensa de
éstas.
8. La valoración de la prueba
39 ElComité Consultivo fue nombrado por Resolución Ministerial Nº 994-90-JUS, y estuvo integrado por
los Dres. Florencio Mixán Mass (quien lo presidió), César San Martín Castro, Germán Small Arana
y Alberto Armas Bengleri.
es de lo más trascendente, aunque no haya descrito el legislador de manera
expresa el sistema actual adoptado40.
40 Con buen criterio el legislador en el art. 158º ha decidido suprimir el criterio de conciencia para valorar
las pruebas en un juicio penal, el mismo que se mantenía siguiendo una tradición legislativa en el Perú –
dado que desde el Código de Enjuiciamiento en Materia Criminal de 1920 (art. 268º), como el Código de
Procedimientos Penales de 1940 (art. 283º) y el CPP'91 (art. 193º), acogían este criterio–, manteniendo el
imperativo judicial de observar las reglas de la lógica, la ciencia y las máximas de la experiencia al
momento de la valoración de la prueba y los hechos.
41 Es interesante, respecto de la libre convicción, la obra de: Gerhard Walter. "Libre Apreciación de la
Prueba" (Investigación acerca del significado, las condiciones y límites del libre convencimiento
judicial). Edit. Temis, Bogotá, 1985.
42 Gorphe Francois, “La Crítica del Testimonio”, traducción de Ruiz Funes, Madrid, 1934, p. 34.
43 Couture, Eduardo J., “Las reglas de la sana crítica en la apreciación de las prueba testimonial”,
Procesal Penal”, t. III; Editorial Guillermo Kraft Ltda., Buenos Aires, s/f., p. 51 y 52. Nota.- El 1º es
Catedrático de Derecho Procesal de la Universidad de Valencia, Profesor de Derecho Procesal Penal del
Instituto de
Por ello consideramos que estas reglas nos sirven de manera positiva para
generar convicción y negativa para eliminar cualquier elemento no deseado de la
prueba.
humano; contingentes y variables con relación a la experiencia del tiempo y del lugar; pero estables y
permanentes en cuanto a los principios lógicos en que debe apoyarse la sentencia”. En “Las reglas de la
sana crítica en la apreciación de la prueba testimonial”, texto citado por Jorge Peyrano,“El proceso
civil: Principios y fundamentos”, Editorial Astrea, Buenos Aires, 1978, p. 113.
47 Este principio puede formularse de la siguiente manera: dos enunciados o juicios que se oponen
contradictoriamente no pueden ser ambos verdaderos, ver en José Ferrater Mora, “Diccionario de
Filosofía Abreviado”, 15ª ed., Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1984, p. 86. También en Mans
Puig Arnau, Jaime, “Lógica para juristas”, Barcelona, Bosch, 1978, p. 59.
48 Este principio enuncia que ningún hecho puede ser verdadero o existente (y ninguna enunciación,
verdadera) sin que haya una razón suficiente para que sea así y no de otra manera, ver en Ferrater Mora,
op. cit., p. 355. También Jaime Mans Puig Arnau, op. cit., p. 29. Éste es el principio de soldadura entre
las reglas de la lógica y las reglas de la experiencia, pues de él depende en mucho que se considere si la
emisión del juicio de valor sobre los medios probatorios está o no lo suficientemente motivado como para
fundar el cuadro fáctico del conflicto de intereses. Este principio constituye la puerta al control de la
apreciación libre de la prueba fundado en la exigencia de la correcta y adecuada motivación del juicio de
valor que justifique por qué se pronuncia en tal sentido y no en otro. Como bien advierte Ghirardi en el
orden jurídico este principio, aún tiene franjas grises de muy difícil acceso. Si el principio de
contradicción se muestra con patente rigor, el principio de razón suficiente abarca un territorio tan amplio
y extenso que sólo permite moverse con cierta soltura al hombre verdaderamente prudente, ya que las
zonas opinables dejan espacio a los criterios encontrados”, ver en Olsen Ghirardi, “Lógica del proceso
judicial”, Córdoba, Marcos Lerner, editora, 1987, p. 121.
Así, la necesidad de corroboración de las llamadas declaraciones
referenciales e interesadas (arrepentidos o colaboradores) es atendida por el art.
158º. 2 . La necesidad de corroboración es esencial tanto en pruebas oral directas
como indirectas, pero lo son más cuando éstas vienen de referencia o son
interesadas. El testimonio de referencia se necesita corroborar con su fuente; las
declaraciones de los colaboradores y arrepentidos, vía la corroboración,
demostrando que no las mueven fines de autoexculpación o espurios.
Para que exista una prueba indiciaria deben existir indicio e inferencia.
Para José María Asencio Mellado, "indicio es aquel dato real, cierto, concreto,
indubitablemente probado, inequívoco e indivisible y con aptitud significativa
para conducir hacia otro dato aún por descubrir y vinculado con el thema
probandum"49. El indicio supone un elemento fáctico, al decir de Andrés
Martínez Arrieta50, que autoriza una deducción, como consecuencia de él, y
permite afirmar un hecho oculto. El indicio, por lo tanto, aparece desprovisto de
todo elemento racional, es un dato objetivo que permite, por su posterior
conexión a una regla de experiencia, de la ciencia o, incluso, de sentido común,
la inferencia, a través de la lógica, de un hecho consecuencia o hecho oculto, al
que se refiere la actividad probatoria.
49 José María Asencio Mellado, "Presunción de inocencia y prueba indiciaria”, en Los principios del
proceso penal y la presunción constitucional de inocencia, en Cuadernos de Derecho judicial. Consejo
General del Poder Judicial, Madri, 1992, pp. 169 y ss.
50 Martínez Arrieta, Andrés, "La Prueba Indiciaria”, en La prueba en el proceso penal, Centro de
Estudios Judiciales, Colección, Cursos, vol. 12, Ministerios de Justicia, Centro de Publicaciones, Madrid,
1993, p. 55. Ver también en el mismo sentido a Germán Pabón Gómez, "La Lógica del indicio en
materia criminal”, 2ª ed., Edit. Temis, Bogotá, 1995, p. 305. Es menester señalar que muchas veces se
confunde al indicio con la prueba indiciaria, queremos decir, se confunde a la parte con el todo.
51Andrés Martínez Arrieta, op. cit., p. 59. Para José María Asencio Mellado, inferencia, "es aquella
actividad intelectual del juzgador realizada en la fase de fijación, por la cual se afirma un hecho distinto
del afirmado por las partes instrumentales, a causa del nexo causal o lógico existente entre ambas
afirmaciones de manera que resulta que la prueba indiciaria no es otra cosa que una prueba de
presunciones". ("Presunción de Inocencia y Prueba Indiciaria", op. cit., p. 171).
se trate de hechos indicadores contingentes (cuando requiera una explicación
compatible con otros hechos indicados52), éstos deben ser plurales, concordantes
y convergentes, así como que no se presenten contraindicios consistentes.
No se puede inferir sin indicio, ya que sería ficción, la misma que se funda
en un hecho conscientemente inexistente 53, que es contrario a la verdad real, que
es imaginario54, que por sí sola nada resuelve55.
Ordinario, Ediar
S. A. Editores, Buenos Aires, 1961, p. 685. Stammler R., “Tratado de filosofía del Derecho”, trad. de W.
Roces de la 2ª ed. alemana, Madrid, 1930, 1º edc., párr. 125. Éste es el caso de las presunciones iuris et de
iure, expresa Climent Durán, Carlos, “La Prueba Penal”, Tirant lo blanch, Valencia, 1999, p. 592.
Rosemberg: op. cit., núm. 15, págs. 191 y ss.
54 Renard G.,“Introducción filosófica al estudio del Derecho”, t. I, Desclée, Bs. As., 1947, pág. 106,
nota 7, y en su t. 2, cap. 7.
55 Michaud, citado por Gardella Juan, Carlos, “Ficción Jurídica”, en Enciclopedia jurídica Omeba, t.
XII, (Fami– Gara), Editorial Bibliográfica Argentina, Buenos Aires, 1967, p. 191.
No se puede inferir si el indicio está oculto o no está probado, ya que sería
una adivinanza, esto es, descubrir por conjeturas algo oculto o ignorado, dejar en
juego libre y sin control a la imaginación, a la fantasía 56, donde el pensamiento
divaga, con elementos de juicio puramente imaginativos, al estilo de concluir por
azar (casualidad, caso fortuito), que cumplen un poco la función de “caza de
brujas”57.
1. La confesión
Claus Roxin, citado por José María Asencio Mellado, plantea que la
confesión no es un medio técnico de prueba en puridad, pues tiene derechos
constitucionales como los relativos al silencio, a la libre declaración y a la no
autoincriminación (garantías subjetivas)59.
51. Ver también en el mismo sentido a Gilberto Martínez Rave. "Procedimiento Penal Colombiano”, 1ª
ed, Edit. Temis, Colombia. 1996, p.419 y ss; Dellepiane Antonio, "Nueva teoría de la prueba”, 8ª ed.
Ed. Temis, Colombia, 1981, p. 118. Jesús Ignacio García Valencia, "Las pruebas en el proceso penal
colombiano” (Parte General), Edic. Jurídicas Gustavo Ibáñez Ltda. 1ª ed. Colombia. 1993. p.146. En un
sentido más amplio, nos manifiesta Hernando Devis Echandía, que: "La confesión es un medio de
prueba judicial, que consiste en una declaración de ciencia o conocimiento, expresa, terminante y seria,
hecha conscientemente, sin coacciones que destruyan la voluntariedad del actor, por quien es parte en el
proceso en que ocurre o es aducida, sobre hechos personales o sobre el reconocimiento de otros hechos,
perjudiciales a quien la hace o a su representado, según el caso, o simplemente favorable a su contraparte
en ese proceso". ("Compendio de pruebas judiciales”, t. I, p. 318.).
59 Sólo le será asignado al inculpado la categoría de medio de prueba, técnicamente hablando, cuando éste
sea investigado en su persona sobre su situación psíquica o corporal (fotografía, huellas, etc.), en cuyo
caso los datos que se extraen no implican una actitud del mismo inculpado, siendo, por su propia
naturaleza, estas informaciones, estrictamente objetivas. (José María Asencio Mellado, "La prueba
prohibida y prueba preconstituida”, 1ª ed., Edit. Trivium. S.A. Madrid, 1989, pp.133 y ss.).
garantías normativas a su utilización. En el nuevo Código del 2004 lo
encontramos en su título II, de los medios de prueba.
60 Ferrajoli, Luigi, "Derecho y Razón. Teoría del Garantismo Penal”, 1ª ed., Edit. Trotta, Madrid, 1995,
pp. 609, 610 y 612. Ver también Vicente Gimeno Sendra y otros. op. cit., p. 449. Tímoti W. Cornish,
hablándonos de la confesión en el proceso penal en los EE.UU., expresa que debe ser una aceptación
jurídicamente convalidada con la responsabilidad del inculpado ("guilty plea"), o sea que debe estar
seguida de una serie de garantías y exigencias, de lo contrario será excluida del proceso ( "La necesidad
del pragmatismo en la reforma procesal”, ponencia en Lima -10 de julio de 1992- en mimeo, p.6.
61 Martín Pallin, José Antonio, "El interrogatorio de imputados y testigos”, en La prueba en el proceso
penal, Cuadernos de Derecho Judicial, Consejo General del Poder Judicial, Madrid, 1992, pp.333 y ss.
62 Asencio Mellado, José, op. cit. pp. 133 y ss. En el mismo sentido se manifiesta Juan Luis Gómez
Colomer al expresar que la confesión del acusado no tiene relevancia por sí sola en el proceso penal, es
decir, no significa automáticamente la condena, sino que, aun habiendo admitido los hechos el acusado, el
tribunal debe practicar todas las demás pruebas admitidas, o incluso introducir pruebas de oficio, para
esclarecer por otros medios la verdad; "El proceso penal español (Para no juristas)”, Editorial Tirant lo
blanch., Valencia, 1993, p. 259.
63 Julio B. J. Maier. "Derecho procesal penal argentino”, 1ª ed., Edit. Hammurabi, t. I, vol. b, Buenos
Aires, 1989.
p. 434. Ver también a Alejandro Carrio, "Garantías constitucionales”, 1994, p. 273 y ss., y
Edmundo S.
facultad de confesar. Sí la tiene, pero esta facultad de confesar es personalísima,
se funda exclusivamente en la voluntad del imputado y no puede ser inducida por
el Estado en ningún modo.
Según César San Martín Castro, dentro del sistema acusatorio garantista,
"cuando se haya declarado a nivel policial, tiene que ratificarse judicialmente
para que tenga validez probatoria65".
2. La confesión sincera
Para que exista confesión sincera se deben dar los requisitos de validez de
la confesión. Todo lo expresado con respecto a la confesión en los apartados
anteriores, demuestra que la confesión para que sea sincera no debe ser falseable,
en ese sentido se entiende la sinceridad de la confesión como sinónimo de
verificabilidad, lo que no es lo mismo que la confesión sea verdadera 66, sino que
tal sinceridad pueda ser corroborada mediante el cumplimiento de los requisitos
ya de existencia o de validez de la confesión y de otros requisitos particulares.
Así la Corte Suprema, en reiterados pronunciamientos, ha fijado un concepto de
la sinceridad de la confesión. Ahora bien, en la exigencia de espontaneidad, que
solicita el nuevo Código, afirma que sólo resulta admisible una disminución de la
pena cuando se trata de una confesión prestada fuera de los supuestos de delito
flagrante o cuando no exista abundante prueba de cargo contra el imputado.
Hendler, "Derecho penal y procesal penal de los Estados Unidos”, 1ª ed., Edit. Ad Hoc. S.R.L., Buenos
Aires, 1996, pp. 175 y ss.
64 La confesión se clasifica en Judicial, que es la que se hace ante el funcionario judicial competente y con
las formalidades del caso, y Extrajudicial, que es que la resulta de manifestaciones de responsabilidad que
el procesado hace ante particulares. (Gilberto Martínez Rave, op. cit. p. 420 y ss; ver también, en el
mismo sentido a Pedro Osmán Maldonado, op. cit., p. 124; y Tambini del Valle, "La prueba en el
Derecho procesal penal” (De acuerdo con el nuevo Código procesal penal), 1ª ed., Lima, 1993, p. 215.
Para una clasificación más detallada sobre la confesión: Hernando Devis Echandía, op. cit. t. I, p. 319.
65 San Martín Castro, César, "Estudio crítico del nuevo Código procesal penal”, en: Estudios de
Derecho Procesal Penal, Comp. Arsenio Oré Guardia, 1ª ed., Edits. Alternativas S.R.L., Lima, 1993, p.
269 y ss.
66 Por los mismos motivos que el deber de seriedad de la confesión, tampoco impide que la confesión sea
3. El testimonio
67 Ejec.Sup. Exp. 1847 – 96, Huancayo, del 04 de junio de 1996, en: Carmen Rojasi Pella,
Ejecutorias Supremas Penales, 1993 – 1996, Legrima Editorial, 1997, p. 347.
68 Ver Sentencia de la Quinta Sala Penal de Lima de fecha 16 de Mayo de 1997, expediente Nº 1053 –
La redacción chilena parece ser más tajante que la expresión italiana “toda
persona tiene capacidad para rendir testimonio” (196º. 1), aunque la proposición
sea la misma.
En cambio, con el NCPP estas pruebas a los testigos pueden servir para
determinar su inhabilitación, pudiendo no recibirse su testimonio. No dice
“declaraciones”, sino “el testimonio” mismo (162º. 2).
70 Miranda Estrampes, Manuel, “La valoración de la prueba a la luz del nuevo Código procesal penal
peruano de 2004”, En El Derecho procesal contemporáneo, Libro homenaje a Raúl Peña Cabrera, t. II.
Jurista Editores, 2006, pág. 543.
71 Con esto no estamos obviando que el Código italiano excluye a ciertas personas de intervenir como
testigos (120º): los menores de 14 años, los ebrios, quienes estén bajo los efectos de estupefacientes o
sustancias psicotrópicas y los presos.
considerar, como bien anota Sánchez Velarde 72), sobre información clasificada
como secreto de Estado o reservada. Tal condición de la información quedará
sujeta a verificación; en caso se advierta que no es secreto, el testigo continuará
con su declaración (art. 165º. 2. b).
72 Sánchez Velarde, Pablo, “Introducción al nuevo Código procesal penal”, IDEMSA, Lima. 2005, pág.
75.
73 Puede que debido a ello la redacción del artículo patrio no haya sido perfecta. Ver el art. 165º:
“Deberán abstenerse de declarar (...) quienes deban guardar secreto profesional o de Estado: a) los
vinculados al secreto (...) profesional no podrán ser obligados a declarar sobre lo conocido por razón
del ejercicio de su profesión (...). b) Los funcionarios y servidores públicos (...) tienen la obligación de
comunicárselo a la autoridad que los cite...”. Esos dos puntos sugieren una enumeración de quiénes
“deberán abstenerse a declarar”.
CPPMI y de la ley chilena, que en su artículo 302º enmarca los supuestos para
la actuación de esta facultad.
4. La pericia
74 Roxin, Claus, “Derecho procesal penal”, Editores del Puerto, Buenos Aires, 2000, pág. 220.
75 Schlüchter, Ellen, “Derecho procesal penal”. 2ª ed., Valencia – Thüngersheim. 1999. pág. 121.
si el hecho ocurrió o no. La pericia sirve de auxilio al Juez76 y es un medio de
prueba histórico.
El artículo 222º del C. de PP. it. contiene la promesa que debe declarar el
perito al conferirle el encargo. Nuestro Código no expone una fórmula
predeterminada, pero sí ordena rendir promesa de honor de llevar con lealtad el
cargo, aparte de advertirle la responsabilidad penal en la que incurriría si falta a
la verdad o si no guarda la debida reserva.
76En este sentido: Devis Echandía, op. cit, t. II, pág. 123; Roxin, op. cit., pág 238, y la doctrina
mayoritaria. En contra: José Cafferata Nores, “La prueba en el proceso penal”, op. cit., 1994, pág. 45;
para quien no es auxilio al juez puesto que aun teniendo éste conocimientos suficientes, se debe llevar a
cabo la pericia.
Con la designación del perito se precisará el punto o problema sobre el
que incidirá la pericia, y se fijará el plazo para la entrega del informe pericial,
escuchando al perito y a las partes (174º. 1).
Cuando sean varios los peritos y haya discrepancia entre ellos, cada uno
presentará su propio informe (180º. 1), procurando un debate pericial en el curso
del acto oral (180º. 2). Si el informe pericial resulta insuficiente, se puede
ordenar su ampliación por el mismo perito o nombrar otro perito para que emita
uno nuevo (180º. 3).
Las partes pueden designar los peritos que consideren necesarios (177º),
que les asesorarán cuando lo estimen conveniente. El perito de parte puede
presenciar la actividad del perito oficial, hacer las observaciones y dejar las
constancias que su técnica le aconseje. Si sus conclusiones discrepan con las del
perito oficial, presentará su propio informe (179º). De esto se dará cuenta al
perito oficial y, obligatoriamente, se abrirá debate entre ambos peritos (181º. 3).
El examen pericial (art. 181°) se realiza para que el perito explique los
procedimientos y resultados de su investigación, además de aclarar algunos
asuntos que, por razón de técnica de oficio, escapen al conocimiento promedio
(por ejemplo, términos técnicos). Esta explicación pericial no libera de la
elaboración y entrega del informe pericial.
5. La confrontación o el careo
El careo consiste en colocar “cara a cara” a dos o más personas que han
prestado declaraciones significativamente contradictorias sobre hechos
relevantes, para que debatan y encontrar así una mayor aproximación a la verdad.
El NCPP tiene cierta influencia del 211º y del 212º del C. de PP. it., pero
no se copia en lo sustancial, sino más en la forma de redacción. Por su parte, la
Ley alemana (§58. 2) lo regula en forma breve, pero suficiente para sus fines.
6. La prueba documental
7. El reconocimiento
80 Florián, Eugenio, “De las pruebas penales”, t. II, 3ª, TEMIS, Bogotá, 1990, p. 486.
luego cuenta a la autoridad81. El nuevo Código establece el modo de practicar
esta diligencia en los artículos 189° y ss.
Este Código no prevé que el Juez pueda comisionar la realización del acto,
por lo que se entiende, debe estar presente (principio de inmediación) –en España
sí se permite hacerlo (según el art. 727º de su Ley de Enjuiciamientos
Criminales)– .
81 Florián,ibídem.
82En la legislación comparada es casi unánime considerar la inspección judicial como medio de prueba.
Sin embargo, el Senado chileno consideró que la “inspección personal”, como la llamaban, no debía ser
un medio de prueba, pues no es labor del juez reunir pruebas ni producirlas, por lo que la retiraron de su
Ordenamiento. Luego de algunas polémicas sobre la utilidad de la inspección, se elaboró una norma afín,
en la que se permitiera al tribunal constituirse en lugar distinto a la sala de audiencias, para formar su
convicción
–no siendo, formalmente, un medio de prueba–. Ver: María Inés Horvitz Lennon y Julián López
Masle, “Derecho procesal penal chileno”, t. II, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 2002, págs 311 y
312.
La reconstrucción es una diligencia dinámica, busca recrear la escena y
acontecimientos que rodearon la acción. Según el Código, la reconstrucción
busca verificar la posibilidad del delito de acuerdo a las demás pruebas actuadas
(192º. 3). Si se obtuviesen resultados positivos, se considerará el hecho como
probable, en cambio, resultados negativos serían decisivos, determinando la
imposibilidad de tal hecho. El acto se debe practicar con la mayor reserva
posible. Se dispone que – vigilando la dignidad de la persona, bajo los principios
de presunción de inocencia y de no autoincriminación– el imputado no está
obligado a intervenir en este acto (192º. 3).
9. Pruebas especiales
El artículo 196º del NCPP se deja orientar por las disposiciones del C. de
PP. it. al respecto (arts. 87º y ss.); sin embargo, no lo sigue fielmente, tenemos
una versión asaz distinta de esta prueba.
83Existen otras formas de muerte, como la heroica, en la que alguien sacrifica su vida por altos ideales
(aunque estrictamente sí configure una acción de quitarse la vida voluntariamente), y la muerte por
sanción (no pena) judicial. De este último tipo no interesa mucho a fines de investigación pericial,
máxime si en el Perú ya no se aplican esas medidas –hacemos fuerzas por que nunca más se vuelvan a
aplicar–.
En el examen médico en caso de agresión sexual, sólo se permite la
presencia del médico encargado de realizarlo y, eventualmente, de un profesional
auxiliar, salvo que la víctima consienta la presencia de otras personas (art. 199º).
1.4. Impugnación
IN), en el que por cierto ya se establecía como atribución de la Policía el requerir documento de identidad
personal cuando el caso lo amerite. La Resolución de la Fiscalía Nº 029-2005-MPFN delimita la función
de la Policía: “que sólo procederá [el control de identidad y el registro de personas] cuando resulte
necesario para prevenir un delito, obtener información útil en el caso de grave alarma social y en el
ámbito de una operación policial”.
88 Resolución de Fiscalía Nº 029-2005-MPFN: “El documento de identidad presentado por la persona
intervenida, el cual puede ser: Documento Nacional de Identidad (DNI), o Carné de Extranjería o
Pasaporte, si se tratara de extranjeros, Licencia de Conducir, Libreta Militar, Partida de Nacimiento o
cualquier otro documento público que permita su identificación en el momento” (sic).
prevenir un delito, obtener información útil en caso de grave alarma social y en el
ámbito de una operación policial, estas operaciones deben llevarse a cabo bajo
los criterios de razonabilidad y proporcionalidad. Si el sujeto no tuviera sus
documentos se le debe permitir hacer una llamada a su sus familiares o trasladar
al lugar donde se encuentra el documento de identificación de ser posible 89; si
fuera conducido a la dependencia policial, también se le debe permitir realizar la
llamadas telefónicas u otros medios de comunicación; la detención no debe
exceder de cuatro horas, luego se le debe permitir retirarse del lugar. Esto no está
bajo la protección del art. 2º num. 24 lit. f de la Constitución, ya que es una
breve medida coercitiva que concretamente afecta la libertad ambulatoria y con
una perspectiva temporal limitada no necesita de flagrancia para que la Policía
por sí o por orden fiscal la lleve acabo previo mandato escrito y motivado del
Juez; por lo tanto, existe una situación intermedia, en la que existe una restricción
a la libertad distinta a la detención en sentido estricto 90. El art. 205º inc. 4. no es
inconstitucional porque está amparada en el art. 2º num. 24 lit. b de la
Constitución: “No se permite forma alguna de restricción de la libertad personal,
salvo en los casos previstos por ley...”.
3. Videovigilancia
89 Ibídem: “El Fiscal verificará (...) las facilidades que la autoridad policial brindó para la ubicación y
exhibición de identificación de la persona intervenida como llamadas telefónicas, utilización de medios
electrónicos, conducción al lugar donde estaban sus documentos, de haber sido posible”.
90 San Martín Castro, Cesar, “Búsqueda de pruebas y restricción de derechos”, en Revista Gaceta
4. Las pesquisas
Otra es que en la flagrancia el espacio de tiempo con el hecho delictivo debe ser breve, mientras que en
aquéllas no necesariamente.
Las pesquisas que el Código procesal regula, bajo tal rótulo, son: las
Retenciones y el Registro de personas. Todo lo dicho en este punto es aplicable a
ambas instituciones.
4.1. Retenciones
95 Al respecto, hay quienes opinan que registro de personas únicamente debe realizarse sobre el individuo
y no sobre sus pertenencias, mientras que otros, y de esta parte el legislador peruano, entienden que no
hay inconveniente en interpretar extensivamente la institución, alcanzando a la búsqueda sobre los bienes
que tiene el sujeto en su “ámbito personal”, siempre que estén relacionados con el delito. A la primera
corriente se adscriben las legislaciones de Francia y del Reino Unido. En éstas el cacheo no requiere
mandato judicial, mientras que el registro personal tiene una garantía extra, es controlado judicialmente.
A la corriente contraria, “ROXIN”, op. cit., pág. 319.
Antes de introducirse en la intimidad y el pudor ajeno, el agente policial
debe invitar a la persona a que exhiba y entregue los objetos requeridos. Si éstos
son entregados, no se procederá al registro personal, salvo que se considere útil
efectuarlo a fin de completar la investigación; en caso contrario la Policía está
facultada para hacerlo (210º. 1). Este registro incluye vestimenta, equipaje,
vehículo utilizado o bultos que portare el intervenido (210º. 3).
5. Intervención corporal
Sobre el examen corporal del imputado, Huertas Martín opina que, si bien
se utiliza al ser humano como sujeto pasivo del proceso en orden a la
investigación y comprobación de los delitos, el “principio general [de
consideración del imputado como sujeto del proceso y no como un objeto del
mismo encuentra, si no determinadas quiebras, sí una serie de matices cuando
nos encontramos en sede de investigación (...) [el imputado], sujeto y acreedor de
una serie de derechos y facultades que legítimamente le corresponden ve
matizada o mejor, complementada
–podría decirse que negativamente– dicha posición, cuando se pretende que su
propia realidad física, su misma entidad corporal, puede ser fuente de datos que
faciliten la investigación penal e incluso pueden ser tenidos en cuenta a efectos
probatorios. Es entonces cuando el imputado sin perder la cualidad de sujeto del
proceso, adquiere al propio tiempo, la cualidad de instrumento probatorio, en
tanto
96 Duque, Juan Arias, y José Albarracín Durán: “El proceso penal acusatorio colombiano”, t. II.
Ediciones jurídicas Andrés Morales, Bogota , 2005, pág. 98.
que de su propia corporeidad pretende extraerse elementos a los efectos de
la actividad investigadora y de comprobación de los delitos”97.
97 Huertas Martín, Isabel, “El sujeto pasivo del proceso penal como objeto de la prueba”, Edit.
Bosch, Barcelona, 1999, págs. 370 y 371.
98 Roxin, Claus, op. cit., pág. 290.
de pena por el delito investigado, en cambio, para intervenir el cuerpo de alguien,
en el marco de la investigación, se requiere que el delito investigado al imputado,
no sea menor a los cuatro años.
99Quispe Farfán, Fany Soledad, “El registro personal y las intervenciones corporales”, en El nuevo
proceso penal: Estudios fundamentales, Cubas Villanueva, Doig Díaz y Quispe Farfán, coordinadores,
Palestra Editores, Lima, 2005, pág. 432.
extracciones de análisis sanguíneos pueden ser rehusados por los mismos
motivos que el testimonio. Si se trata de menores de edad o incapaces, decide su
representante legal, salvo que esté inhabilitado para hacerlo por ser imputado en
el delito, en cuyo caso decide el Juez. 100 Aunque el Código no lo diga
expresamente, como sí lo dice en el caso de los imputados, creemos que con
mayor razón siendo un no imputado, la intervención contra la voluntad del
intervenido debe estar sujeta a que el hecho investigado sea penado con no
menos de cuatro años.
6. Prueba de alcoholemia
7. El allanamiento
102 Ruiz Vadillo, Enrique, “La prueba en el proceso penal”, en La prueba en el proceso penal, Edit.
Consejo General del Poder Judicial, Madrid, 1992, pág. 74.
termino a la situación existente, impidiendo en todo lo posible la propagación
del mal que la infracción penal acarrea, y de conseguir la detención.” 103
103 Paz Rubio, José María, “La prueba en el proceso penal”, en La prueba en el proceso penal, Ed.
Consejo General del Poder Judicial; Madrid, 1992, pág. 145. El autor llega a esta conclusión analizando
la legislación española (artículos 18º num. 2 de su Constitución y 553° de la Ley de Enjuiciamientos
Criminales).
perpetración. De ello dará cuenta, inmediatamente, al Fiscal, quien solicitará la
confirmación del Juez de la investigación preparatoria (218°. 2).
La fuente para el artículo 224º del NCPP es el 256º del C. de PP. it. El
trato dado a la materia es similar en ambos, cada uno adecuado a sus
instituciones, claro está.
21 Ley recientemente modificada por la Ley N° 28950 del 15 de enero del 2007. Esta modificación amplía
el campo de aplicación del control judicial de las comunicaciones personales. Ahora se permite tal
medida “sólo” en los siguientes delitos (art. 1° de la Ley 27697): secuestro agravado, trata de personas,
pornografía infantil, robo agravado, extorsión agravada, tráfico de drogas, tráfico de migrantes,
asociación para delinquir, delitos contra la humanidad, atentados contra la seguridad nacional, traición a
la patria, peculado, corrupción de funcionarios, terrorismo, delitos aduaneros y delitos tributarios.
obtienen fuentes de prueba inobservando las garantías que el Código establece
en este en este punto, estaríamos frente a una prueba prohibida22.
Para realizar estos actos se requiere el pedido formal del Fiscal al Juez de
la investigación preparatoria (226°. 1). Se trata de una diligencia estrictamente
reservada, con fines propios de investigación, suficientemente motivada y por el
tiempo necesario, que no podrá ser mayor al periodo de la investigación (226°) 25.
Se exige el examen del documento retenido sólo si estuviera relacionado con la
22 Sobre la admisibilidad o no de las pruebas obtenidas con violación a los derechos fundamentales
(pruebas ilícitas) ver el punto 3 del Tema 1 de este trabajo.
23 De la mayor importancia que se mencione expresamente la posibilidad de intervenir correos
electrónicos. La Ley 27697, de manera exageradamente amplia, entendía por comunicación a “cualquier
forma de transmisión del contenido del pensamiento, o de una forma objetivada de éste, por cualquier
medio”, quedando comprendida así la correspondencia electrónica.
24 La Ley anterior sí restringía su utilización a ciertos delito, en general de gravedad. Ver nota anterior.
25 El límite temporal para la actuación fiscal de estas medidas en la Ley 27697 era de seis meses
prorrogables. Eso en general, para toda forma de intervención en comunicaciones, incluso la intervención
de comunicaciones y telecomunicaciones.
investigación; será abierto sólo por el Fiscal, incautándose, de ser necesario. Caso
contrario, los documentos serán devueltos al destinatario. De todo lo actuado se
levantará un acta (227°).
26 Montero Aroca, Juan, “La intervención de las comunicaciones telefónicas en el proceso penal”,
Ed. Tirnt lo blanch, Valencia, 1999, pág. 216.
Código, su alcance y duración no podrán exceder de treinta días, salvo
prórroga o plazo sucesivo, previo requerimiento Fiscal y autorización Judicial
(230°.6).
El reexamen judicial puede ser pedido por el afectado una vez informado
de lo actuado, el propósito de esta audiencia está dirigido a verificar el resultado
de las diligencias ejecutadas, velar por los derechos de los afectados y, en su
caso, impugnar lo decidido. Es posible no notificar al afectado, si pusiera en
peligro la
27 FranciscoJavier Pascua, “Escuchas telefónicas, grabaciones de audio subrepticias y
Filmaciones”, Eds. Jurídicas Cuyo, pág. 111.
28 Velasco Núñez, Eloy, “Prueba obtenida ilícitamente”, Ed. Consejo General del Poder Judicial; 1996,
pág. 431.
vida o la salud de terceros. El secreto en este caso requiere resolución judicial y
plazo determinado, vencido el cual procede la audiencia de reexamen. Cuando al
realizar un registro personal, una inspección o allanamiento se encuentre en
poder del intervenido o en el lugar allanado un documento privado, y no se ha
recabado autorización judicial previa de incautación, el Fiscal lo asegurará (sin
revisarlo) y pondrá de inmediato a disposición del Juez. Seguidamente, requerirá,
antes de las 24 horas, la orden de incautación (232°).
Medida En cuanto a Para qué Por Quién Qué, con qué Derechos Excepciones
restrictiva quién y qué grado orden de tiene la medio del sujeto a
de derecho de sospecha quién competen- la medida
cia para
ejecutar
Control de Al ciudadano, en Para prevenir un Policía de El policía. Medios de Exigir la Necesita orden del
identidad caso que se delito o para oficio. identificación identidad Ministerio Público
del
policial (art. considere que obtener (DNI). policía y su cundo se opone a la
205) resulta necesario. información de dependencia tomada de
fotografía.
En el lugar que se un hecho punible. .
hubiera hecho el
requerimiento.
Vídeovigilan- Los investigados Cuando resulten Fiscal de Fiscal y Con medios Se requiere
cia (art. 207) por delitos indispensables oficio o a policía. técnicos de autorización judicial
violentos y graves para cumplir los pedido de la toma de imagen cuando los medios
o contra fines de policía. y registro de técnicos de
organizaciones esclarecimiento imágenes. investigación se
o
delictivas, en la cuando la realizan en el interior
residencia del investigación del inmueble o de
investigado o de resulte menos lugares cerrados.
otras personas. provechosa o se
vería seriamente
dificultado por
otros medios.
Pesquisas Estado de Comprobar el Fiscal. Policía de Medios no Antes de Se levantara un acta
(208°) personas, caso y estado de las oficio determinados. proceder que describe lo
en lugares y en personas, dando se invita a acontecido con todo
lugares abiertos. lugares cosas, cuenta al la persona los medios técnicos
los rastros y fiscal o a que adecuados y
otros efectos por orden exhiba el necesarios.
materiales que de éste. bien y se
hubiera, de le dirá por
utilidad para la qué se le
investigación. interviene.
Retenciones Ala persona que No se ausente del Fiscal. Policía. Conducción a Solo Para extender la
(209°) se realiza la lugar no más de la dependencia dura retención mas de
pesquisa. Motivos cuatro horas. policial. cuatro cuatro horas se
plausibles para horas. debe recabar la
encontrar orden
rastros del delito. judicial.
Registro de El cuerpo de la Obtener objetos Fiscal. Policía. Los medios Antes de Si el sujeto exhibe
personas, es persona, relacionados necesarios proceder, el bien, ya no se
una pesquisa. incluyendo sus con el delito. según se invita a procede.
(210°) cavidades corresponda al la persona
corporales y caso, también a que
objetos que porte. se puede exhiba el
realizar con bien y se le
una persona de dirá por
confianza si se qué se le
hallara interviene.
rápidamente.
Intervención El cuerpo de Establecer Juez. Un medico Extracciones Si se Cuando no se
corporal la persona. hechos o de sangre o pudiera pudiera esperar la
(211°) significativos de profesional fluidos, ofender el orden judicial,
la investigación. especializa intervenciones pudor de la procede con orden
do genético- mujer, se del fiscal. El fiscal
siempre. moleculares, puede instará, en este caso,
así como admitir otra inmediatamente,
exploraciones mujer o un confirmación
radiológicas. familiar. judicial.
Las El fiscal o la policía,
personas con conocimiento
distintas del del fiscal, procederá
investigado a mínimas
, pueden intervenciones.
rehusar la
intervención
por los
mismos
motivos
que
el testigo.
Examen La comprobación Comprobar el No se La policía La Es Primero se realiza la
corporal de tasas de aire estado del sujeto. requiere con dando comprobación facultativo prueba de alcohol en
para el
prueba de respirado se efectúa Con ello se busca orden cuenta al de tasas de examen de aire respirado.
Luego,
alcoholemia. en el lugar de la prevenir el delito judicial ni Ministerio alcoholemia en sangre u de ser positiva o
(213º). Es un intervención, o investigar el fiscal Público. aire respirado. otros. evidente el estado de
que
tipo de generalmente ya se realizó. ebriedad o
intervención carreteras. La intoxicación, se le
corporal. intervención realiza prueba de
corporal para intoxicación en la
prueba de sangre o en otros
alcoholemia, en el fluidos, según
centro de control prescripción del
sanitario facultativo.
correspondiente.
Allanamiento Una casa, Encontrar al Juez. Fiscal, con Exigir copia Puede haber
(214º). habitación, casa de imputado, a apoyo de la de allanamiento sin
negocio, sus personas policía. autorización. orden judicial. Los
evadidas
dependencias o cosas Hacerse motivos para lo cual
relevantes
cerradas, recinto para la asistir o constará
habitado. investigación. representar detalladamente en
por persona acta.
de su
confianza.
Exhibición e Quien tenga el Obtener el Juez y Fiscal y/o Procede P no necesitará OJ
incautación objeto requerido. cuerpo del delito Fiscal. policía. cuando el cuando se trate de
de bienes o de otras cosas requerido se delito flagrante, de lo
(218°) relacionadas con niega a que dará cuenta al F.
él o necesarias entregar o El F dispondrá la
para el exhibir el medida cuando
esclarecimiento bien, o existiera peligro por
la
de los hechos. cuando la demora. En ambos
Ley así lo casos, el F solicitará
prescribiera. confirmación
judicial.
Lo exhibido
se describirá
con detalle.
Lo
incautado se
conservará y
custodiará.
La exhibición Actuaciones y Cuando resulte Fiscal. Ningún medio Cuando se trata de
e incautación documentos que no necesario para la en especial. secreto profesional y
de tienen calidad de investigación. secreto de Estado, el
documentos privados. Fiscal acudirá al juez
no privados de la investigación
(224° y ss.) preparatoria.
Intercepta- Las cartas pliegos, Cuando resulte Juez de la Fiscal y Los idóneos. Si la persona persiste
ción e valores, telegramas necesario para la investiga- Policía. en su negativa
incautación y otros objetos de investigación. ción alegando secreto de
postal correspondencia preparatori Estado o inmunidad
(226° y ss.) dirigidos al a diplomática, se
imputado o procederá conforme
remitidos por el num. 3 del
él. artículo
224°.
La Investigado o Como medio Juez de la El Fiscal. Con los La intervención no
intervención contra personas prueba necesario investiga- elementos puede exceder de 30
de que realizan para la ción técnicos de días, salvo
comunicacio actividades investigación. preparator telecomunica- motivación expresa
nes y encomendadas por ia ción. del juez.
telecomuni- el procesado que
caciones tengan que ver
(230°) con el delito
investigado. Para
delitos con pena
privativa de
libertad mayor de
cuatro años, y la
intervención sea
absolutamente
necesaria.
Levantamient Al incautación de Cundo sean Juez de la Fisca A través de las Secreto
o del secreto documentos y necesarios y investiga- lY instituciones bancario y
bancario y la títulos valores, pertinentes para ción Administra- correspondiente reserva
reserva sumas el preparator ción s tributaria.
tributaria depositadas y esclarecimiento ia tributaria.
(235°) cualquier otro del caso
bien , aunque no investigado.
pertenezca al
imputado.
La clausura o Locales o bienes Cuando fuere Juez. Fiscal y Se llevara a La medida no puede
vigilancia de muebles que por indispensable la cabo mediante de quince días.
locales e su Naturaleza no para la policía. la
Inmoviliza pueden ser investigación redacción de
- de acta que será
ción. trasladados. un delito, suscrita en el
(237°) sancionado con mismo lugar.
pena privativa de
libertad superior
a
los cuatro años
Instituto de Ciencia Procesal Penal
104 Entre otros: ORTELLS RAMOS, Manuel. “Eficacia probatoria del acto de investigación. Estudio de
los artículos 730 y 714 de la LECrim”, Revista de Derecho Procesal Iberoamericano, 1977, Nº 4, p. 377.
VEGAS TORRES, Jaime. Presunción de inocencia y prueba en el proceso penal. Madrid: La Ley, 1993,
p. 110. MONTERO AROCA, Juan. “Principio de oralidad y su práctica en la vigente Ley de
Enjuiciamiento Criminal”. En: Trabajos de Derecho procesal. Barcelona: Bosch, 1988, p. 269.
CAFFERATA NORES, José; La Prueba en el Proceso Penal, Buenos Aires: Depalma, 1992, p. 175.
CLARIÁ OLMEDO, Jorge, Derecho Procesal Penal, Buenos Aires: Lerner, 1984, Tomo II, p. 405.
105 MIRANDA ESTAMPRES, Manuel. La mínima actividad probatoria en el proceso penal. Barcelona:
Bosch, 1997, pp. 266 y ss. ORTELLS RAMOS, Manuel. “Eficacia probatoria del acto de investigación”,
op. cit., pp. 380 –
381. VEGAS TORRES, Jaime. op. cit., p. 114. RAMOS MÉNDEZ, Francisco. El Proceso penal. Lectura
Constitucional. Barcelona: Bosch, 1991, p. 341.
106 GIMENO SENDRA, Vicente et al.; Derecho Procesal. Valencia: Tirant lo Blanch, 1992, p. 90.
GÓMEZ ORBANEJA, Emilio. Derecho Procesal Civil. Vol. I, Madrid: 1988, pp. 220-221. VARELA
CASTRO, Luciano. “Inmediación judicial: agonía de una fundamental garantía”. Justicia Nº 1, 1987, pp.
95 – 11. FENECH, Miguel. El proceso penal, Barcelona: Bosch, 1952, p. 112. ASENCIOS MELLADO,
José María. Prueba prohibida y prueba preconstituida. Madrid: Trivium, 1989, p. 160. BERZOSA
FRANCOS, Victoria. op. cit., p. 613. MONTERO AROCA, Juan. “Principio de oralidad”, op. cit., p. 282.
107 GIMENO SENDRA, Vicente et al.; Derecho Procesal. Valencia: Tirant lo Blanch, 1992, p. 56.
108 Ver entre otros: GUZMÁN FLUJA, Vicente. Anticipación y preconstitución de la prueba en el
proceso penal. Valencia: Tirant lo blanch, 2006, pp. 188 - 191. HERNÁNDEZ GIL, “La prueba
preconstituida”. La prueba en el proceso penal. Cuadernos de Derecho Judicial. Nº 12. Madrid: CGPJ, p.
79. PEDRAZ PENALVA, “Práctica probatoria anticipada y la denominada prueba preconstituida”. La
instrucción del sumario y las diligencias previas. Cuadernos de Derecho Judicial. Madrid: CGPJ, 1988,
p. 56. MARTÍN BRAÑAS, “La prueba anticipada en el proceso penal”. Revista de Derecho Procesal,
2001, Nº 1 – 3, pp. 480 – 482.
109 Ver entre otros: BURGOS LADRÓN DE GUEVARA. El valor probatorio de las diligencias
sumariales en el proceso penal español. Madrid: Civitas, 1992, pp. 14 y ss. HERNÁNDEZ GIL, op. cit.,
84 – 85. GARCIMARTÍN MONTERO, “Valor probatorio de las declaraciones contenidas en el atestado
policial”. Tribunales de Justicia. Agosto – Septiembre. 2002. p. 59. GÓMEZ ORBANEJA, Emilio.
Derecho Procesal Penal, op. cit., p. 240. ALMAGRO NOSETE, José. “Teoría general de la prueba”. En:
La prueba en el proceso penal, Cuadernos de Derecho Judicial. Madrid: CGPJ, 1992, p. 44. RAMOS
MÉNDEZ, Francisco. op. cit., p. 365. ASENCIO MELLADO, José María. op. cit., p. 174.
110 ASENCIO MELLADO, José María. Prueba Prohibida y Prueba Preconstituida. Madrid: Trivium,
1989, pp. 177 – 178. TOMÉ GÓMEZ y otros, Derecho Procesal Penal. Madrid: Ceura, 2002, p. 456.
111 Un estudio de este problema se puede ver en: GUZMÁN FLUJA, Vicente. Anticipación y
112 GÓMEZ ORBANEJA, Emilio. Derecho procesal penal. Madrid: 1984, p. 238.
113 MIRANDA ESTRAMPES, Manuel. op. cit., p. 319.
114 GUZMÁN FLUJA, Vicente. Anticipación y preconstitución de la prueba en el proceso penal.
SÁNCHEZ VELARDE, Pablo. Manual de Derecho Procesal Penal. Lima: Idemsa, 2004, p. 662.
ANGULO ARANA, Pedro. La investigación del delito en el nuevo código procesal penal. Lima: Gaceta
Jurídica, 2006, pp. 177-178. CÁCERES, Roberto e IPARRAGUIRRE, Ronald. Código Procesal
Comentado. Lima: Jurista Editores, 2005, p. 311.
3. Tratamiento de la prueba anticipada en el nuevo Código procesal
penal
3.1. Concepto
118 En
otras legislaciones, como la italiana, se la regula bajo la expresión “incidentes probatorios”.
CLIMET DURÁN, Carlos. La prueba penal. Tomo II. Valencia: Tirant lo blanch, 2005, pp. 1097 –
119
1098. ARIAS DUQUE, Juan Carlos. El proceso penal acusatorio colombiano. Ediciones Jurídicas
Andrés Morales, Bogotá, 2005, pp. 93-101
actos se constituyan en prueba debe realizarse por autoridad competente 120
ajustándose a un conjunto de requisitos y de garantías.121
Por otro lado, las formalidades de la prueba anticipada serán las mismas
que las establecidas para la prueba en el juicio oral (245°. 3). Los documentos
agregados al cuaderno de prueba serán remitidos al Fiscal, pero los defensores
tendrán derecho a conocerlos y a obtener una copia (245°. 5). La inserción de la
prueba anticipada al juicio oral se dará mediante la lectura de las actas que la
contengan (art. 383º. 1). De
120 Ennuestro caso ante el Juez de la Investigación Preparatoria.
121 GIMENO SENDRA, Vicente. Derecho procesal penal. Madrid: Colex, 2004, pp. 351 – 352.
ARMENTA DEU, Teresa. Lecciones de Derecho procesal penal. Madrid: Ediciones jurídicas y sociales
S.A., 2004, pp. 272 – 274. 122 GIMENO SENDRA, Vicente: Aseguramiento de prueba: prueba
instructora anticipada y preconstituida. En Vicente Gimeno Sendra y otros: Derecho procesal penal, 2da
ed., Editorial COLEX, Madrid, 1997, pág. 376. Ver también: GÓMEZ DE LIAÑO FONSECA-
HERRERO, Marta. La prueba anticipada. En: CUBAS VILLANUEVA, Víctor y otros (coords.). El
nuevo proceso penal: Estudios fundamentales. Lima: Palestra Editores, 2005, pp. 457 y ss. ASENCIO
MELLADO, José María. op. cit., p. 172. GÓMEZ ORBANEJA, Emilio. op. cit., p. 240. ALMAGRO
NOSETE, José. op. cit., p. 44. RAMOS MÉNDEZ, Francisco, op. cit., p. 365.
123 GÓMEZ DE LIAÑO, ibídem.
124 VARELA CASTRO, Luciano. “Investigación y preparación del juicio oral”. En: AAVV. La reforma
del Proceso Penal. Madrid. Tecnos, 1990, pp. 164 – 165. ASENCIO MELLADO, José maría. op. cit., p.
172. GÓMEZ ORBANEJA, Emilio. op. cit., p. 240. ALMAGRO NOSETE, José. op. cit, p. 44. RAMOS
MÉNDEZ, Francisco, op. cit., p. 365.
125 María Gómez de Liaño prefiere clasificar como un requisito adicional la garantía del principio
procesado. Ver al respecto: CORDERO, Franco. Procedimiento penal. Tomo II. Bogotá: TEMIS, p.185.
En Chile, en cambio, sólo lo puede hacer el fiscal, cuando el testigo, después de declarar ante él,
manifestase la imposibilidad de concurrir a la audiencia de juicio oral (art. 191°, incs. 1 y 2 del CPP
chileno); mientras que en la audiencia de preparación del juicio oral, puede solicitarlo cualquier
interviniente en el proceso y no sólo
Admitida la solicitud de actuación de una prueba anticipada, el Juez
correrá traslado por dos días para que los demás sujetos procesales presenten sus
consideraciones respectivas (244°. 1). En este lapso el Fiscal puede solicitar,
motivadamente, el aplazamiento de la diligencia solicitada por otra de las partes
cuando su realización pueda perjudicar los actos de investigación inmediatos
(244°. 2). Luego el Juez tiene dos días para decidir si acoge o no la solicitud y, en
su caso, si aplaza la diligencia (indicando el plazo respectivo) (244°. 3).
respecto al testimonio, sino también a la pericia. Para la legislación chilena ver a LÓPEZ MASLE, op.
cit. p. 143.
3.6. Incorporación al juicio y valoración
4. La prueba preconstituida
130 PRIETO CASTRO, Leonardo. Derecho procesal penal, Madrid: Tecnos, 1978, p. 249. ASENCIO
MELLADO, José maría. op. cit., p. 177. ORTELLS RAMOS, Manuel. “Eficacia probatoria del acto de
investigación sumarial”, op. cit., pp. 377 y ss. AGUILERA DE PAZ, Enrique, Comentario a la Ley de
Enjuiciamiento Criminal. Tomo V. Madrid: 1924, pp. 511 y ss. DÍAZ CABIALE, José Antonio. “La
admisión y práctica de la prueba en el proceso penal”. Cuadernos del CGPJ, Nº 20, Madrid, 1992, p. 196.
131 SAN MARTÍN CASTRO, César. Derecho Procesal Penal. Volumen II. Lima: Grijley, 2003, pp. 797 –
798. ALMAGRO NOSETE, José. “Teoría general de la prueba en el proceso penal”. En: AAVV. La
prueba en el proceso penal. Madrid: Consejo General del Poder Judicial, 1992, pp. 24 -25. GIMENO
SENDRA, Vicente. op. cit., p. 375.
132 SAN MARTÍN CASTRO, César. Op. cit., p. 798. HERNÁNDEZ GIL, Francisco. “La prueba
preconstituida”. En: AAVV. La prueba en el proceso penal. Madrid: Centro de Estudios judiciales, 1993,
p. 83. SÁNCHEZ VELARDE, Pablo. Manual de Derecho Procesal Penal. Lima: Idemsa, 2004, p. 662.
ANGULO ARANA, Pedro. La investigación del delito en el nuevo código procesal penal. Lima: Gaceta
Jurídica, 2006, pp. 177-178. CÁCERES, Roberto e IPARRAGUIRRE, Ronald. Código Procesal
Comentado. Lima: Jurista Editores, 2005, p. 311.
133 CLIMET DURÁN, Carlos. La prueba penal. Tomo II. Valencia: Tirant lo blanch, 2005,
134 GIMENO SENDRA, Vicente. op. cit., p. 379.
al máximo su preconstitución probatoria tratando de que las garantías procesales
padezcan lo menos posible. Se reproducen durante el juicio oral mediante las
declaraciones de quienes intervinieron en ellas o mediante la lectura del acta
levantada con motivo de su realización.135
Prueba preconstituida, p. 172. GÓMEZ ORBANEJA, Emilio. op. cit., p. 240. ALMAGRO NOSETE,
José. op. cit., p. 44. RAMOS MÉNDEZ, Francisco, op. cit., p. 365.
inspecciones oculares preliminares, levantamiento de cadáver y otras similares,
en las que sólo se exige las garantías de actuación previstas en la Constitución y
la Ley: son los casos de prueba instructora preconstituida 138. Y finalmente, la
lectura del documento en la sede del juicio oral. Conforme al último párrafo
artículo 325 NCPP: “Para los efectos de la sentencia tienen carácter de acto de
prueba las pruebas anticipadas (...) y las actuaciones objetivas e
irreproducibles cuya lectura en el juicio oral autoriza este Código.”
de la prueba”, Curso a distancia para magistrados, Academia de la Magistratura, 2000, pp. 43 – 44.
141 BURGOS LADRÓN DE GUEVARA, Valor probatorio de las diligencias sumariales en el proceso
penal español. Madrid: Civitas, 1996, p. 156.
constancia, que tendrán el valor de prueba preconstituida aun cuando no
estuvieran presentes en la correspondiente diligencia los ocupantes del vehículo
debidamente asistidos por sus Abogados”.142
El inciso e) del artículo 383 del Código Procesal Penal, enumera algunas
de estos actos de constancia, cuando precisa que: “Sólo podrán ser incorporados
al juicio para sus lectura: (...) e) Las actas levantadas por la Policía, el Fiscal o
el Juez de la Investigación Preparatoria que contienen diligencias objetivas e
irreproductibles actuadas conforme a lo previsto en este Código o la Ley, tales
como las actas de detención, reconocimiento, registro, inspección, revisión,
pesaje, hallazgo, incautación y allanamiento, entre otras.”
142 TRIBUNAL SUPREMO DE ESPAÑA, Sentencia 1492/1997, del 28 de noviembre. Citado por:
CLIMET DURÁN, op. cit., p. 1106.
143 GIMENO SENDRA, Vicente, op. cit., p. 378.
144 GIMENO SENDRA, Vicente. Derecho procesal penal. Madrid: Colex, 2004, p. 351. DEVIS
ECHANDÍA, Hernando. Teoría General de la Prueba Judicial. Tomo I. Buenos Aires: Víctor de Zavalía,
1981, pp. 535 – 536.
indispensable que comparezca como testigo el agente policial interviniente, a fin de
conceder al contenido del acta verosimilitud fuera de toda duda razonable. 145
145 SAN MARTÍN CASTRO, César, y AZABACHE CARACCIOLO, César “Obtención y valoración de
la prueba”, op. cit., pp. 44 – 45. VEGAS TORRES, Jaime. Presunción de inocencia y prueba en el
proceso penal. Madrid: La Ley, 1993, pp. 367 – 368.
146 TRIBUNAL SUPREMO ESPAÑOL, Sentencia 56/2003, de 23 de enero. Citado por CLIMET DURAN,
Carlos, op. cit., pp. 1099 - 1100
147 SAN MARTÍN CASTRO, César, y AZABACHE CARACCIOLO, César. Obtención y valoración de la
prueba. Curso a distancia para magistrados. Lima: Academia de la Magistratura, 2000, pp. 41 y 42.
en principio podría ser actuada en el juicio oral, pero por eventos posteriores se
anticipa su actuación.
d) Para su validez y legitimidad, la prueba preconstituida depende de la
corrección del procedimiento empleado para su fijación. Mientras que en el caso
de la Prueba Anticipada, su validez y legitimidad se encuentra descontada porque
para su actuación se siguió un procedimiento análogo al juicio oral y por tanto
tributario de sus principios.
e) Aunque, como se ha dicho, un rasgo común de las figuras analizas implica que
ambas requieren para su incorporación al proceso de la lectura del documento
donde se encuentran contenidas, la manera de sus producción generan
importantes diferencia. Así, en el caso de la prueba preconstituida, la lectura será
seguida de un debate abierto entre las partes, en salvaguarda del contradictorio.
En cambio, en la prueba anticipada el debate ya se produjo durante su actuación
y en presencia del Juez.
f) la prueba preconstituida no requiere para su regularidad la notificación de los
otros sujetos procesales, pues en el momento de su producción estos todavía no
existen. Mientras que en el caso de la prueba anticipada, la notificación a todas
las partes procesales resulta indispensable para que la misma se ajuste al
principio de contradicción.
g) La prueba preconstituida es necesaria por cuanto recoge un hecho que jamás
se volverá a repetir, y por tanto se practica atendiendo a la urgencia de reguardar
la prueba. Mientras la prueba anticipada se realiza bajo una urgencia
circunstancial.
6.- CUADRO
COMPARATIVO148
Por las Sólo se exige las garantías Debe ser actuada con los
condiciones de actuación previstas en la requisitos que corresponderían a
para su Constitución y en la Ley, no su práctica en el juicio oral.
validez requiere presencia del Juez Requiere presencia de abogado
ni emplazamiento a las defensor (aun de oficio) y del
partes. Fiscal, como mínimo, los demás
sujetos procesales serán
notificados, pero su presencia no
148Fuentes principales para este cuadro comparativo: ANGULO ARANA, Pedro. La investigación del
delito en el nuevo Código procesal penal. Lima: Gaceta Jurídica, 2006, pp. 179 y 180, y SAN MARTÍN
CASTRO, César y AZABACHE CARACCIOLO, César, op. cit., pp. 42 y 43.
es indispensable.
150 Rudi, Daniel Mario, “Protección de testigos y proceso penal”, pág. 116.
151 El Código chileno también prevé la ocultación del domicilio del testigo, pero tratándose de su
identidad sólo se restringirá su conocimiento público, mas no ante el procesado. Ver Horvitz Lennon, op.
cit., pág.
282. En cambio, en Alemania, con la declaración de ocultación de la identidad, el testimonio sólo es
incorporable al juicio oral mediante un testigo de referencia, ya no está disponible en el proceso; ver
Schlüchter, op. cit., p. 125.
7. Utilización de procedimientos tecnológicos, tales como videoconferecias u
otro adecuados, cuando peligre el declarante y se requiera preservar el
derecho de defensa de las partes (248°. g, y art. 9°.d del Reglamento de la
Ley 27378). Estas medidas se adoptaran para evitar que se ponga en
peligro la seguridad del protegido, una vez desvelada su identidad y
siempre que lo requiera la preservación del derecho de defensa de las
partes en el proceso penal.
Si alguna de las partes solicita motivadamente, antes del juicio oral o para
actuar una prueba anticipada referida al protegido, el Juez evaluará la necesidad
de otorgarlo. Ello no afecta garantías de protección (250°. 2).
152 Art.
7° de la Ley N° 28950 , Ley contra la trata de personas y el tráfico ilícito de inmigrantes,
publicada el 16 de enero del 2006.
Contra las resoluciones sobre medidas de protección procede la apelación,
con efecto devolutivo (251°. 2).