Ictericia y Embarazo
Ictericia y Embarazo
Ictericia y Embarazo
GENERALIDADES
La ictericia es un cambio de coloración amarillenta de la piel
y las mucosas causado por hiperbilirrubinemia. La ictericia
se evidencia cuando el nivel de bilirrubina alcanza entre 2 y
3 mg/dL (entre 34 y 51 μmol/L).
FISIO: La mayor parte de la bilirrubina se produce cuando la
Hb se convierte en bilirrubina no conjugada (y otras
sustancias). La bilirrubina no conjugada se une con la
albúmina en la sangre para su transporte al hígado, donde
es absorbida por los hepatocitos y se conjuga con ácido
glucurónico para tornarse hidrosoluble. La bilirrubina
conjugada se excreta con la bilis hacia el duodeno. En el
intestino, las bacterias metabolizan la bilirrubina para
sintetizar urobilinógeno. Parte de éste se elimina con las
heces y parte se reabsorbe, extraído por los hepatocitos,
donde vuelve a procesarse y se excreta a través de la bilis
(circulación enterohepática.
Mecanismos de desarrollo de la hiperbilirrubinemia
La hiperbilirrubinemia podría deberse a un aumento de la
bilirrubina no conjugada o conjugada.
La hiperbilirrubinemia no conjugada se debe con mayor
frecuencia a ≥ 1 de los siguientes elementos:
Incremento de la producción
Disminución de la absorción hepática
Disminución de la conjugación
La hiperbilirrubinemia conjugada se debe con mayor
frecuencia a ≥ 1 de los siguientes elementos:
Disfunción de los hepatocitos (disfunción
hepatocelular)
Reducción de la velocidad de la salida de la bilis desde
el hígado (colestasis intrahepática)
Obstrucción al flujo biliar extrahepático (colestasis
extrahepática)
DIAPO #2
Las enfermedades hepáticas podemos clasificarlas en
propias del embarazo o no propias del embarazo (pueden
tener relación o no con este).
Las enfermedades propias del embarazo solo se
desarrollan en su transcurso, por ejemplo: la hiperemesis
gravídica, la colestasis intrahepática, el síndrome de HELLP
y el hígado graso agudo.
Entre las no propias de la gestación están: la hepatitis viral
(ABCDEG GB), la cirrosis hepática, síndrome de Dubin
Johnson, síndrome de Budd Chiari, hepatitis crónica.
COLESTASIS INTRAHEPATICA
DIAPO #1
La colestasis intrahepática del embarazo, también conocida
como colestasis obstétrica, es la enfermedad hepática
específica del embarazo más común. Clásicamente se
presenta en el tercer trimestre, con prurito, por lo general
de las palmas de las manos y plantas de los pies, función
hepática anormal y elevación de los niveles séricos de
ácidos biliares.
Es la segunda causa de ictericia en mujeres embarazadas (la
más frecuente es la hepatitis), como había mencionado esta
puede ocasionar prurito intenso.
Tiene un 50% de recurrencia en embarazos posteriores, y
se puede reproducir con el uso de anticonceptivos orales.
La CIH tiene una incidencia de 0,4% - 1% de los embarazos,
sin embargo, en algunas regiones de Chile y Bolivia, se
reporta tan alta como un 5% - 15%
Dicha enfermedad ocurre en mujeres sanas durante el
embarazo y se suele resolver después del parto sin ninguna
secuela hepática.
FACTORES DE RIESGO
entre los factores de riesgo se describen
la edad avanzada, la multiparidad, el embarazo múltiple,
deficiencias nutricionales (selenio) y el antecedente de
colestasis con el uso de anticonceptivos orales; hay
aumento de su incidencia durante el invierno.
Cuando no recibe tratamiento la CIH se asocia con altas
tasas de muerte perinatal (11% - 20%) y parto pretérmino.
ETIOLOGIA
DIAGNOSTICO
El cuadro clínico característico comienza con prurito de
intensidad creciente en el tercer trimestre . Puede
presentarse ictericia a expensas de bilirrubina directa (rara
vez por encima de 5 mg/ dl), coluria, acolia y esteatorrea 1
pero lo más característico es el prurito. Al examen físico lo
llamativo quizás son las excoriaciones por rascado, no hay
espleno ni hepatomegalia y la ictericia varía de leve a
moderada . Hay marcado aumento de fosfatasa alcalina y
ácidos biliares séricos ( de 10-100 veces) . Las
aminotransferasas pu eden estar ligeramente elevadas y el
tiempo de protrombina prolongado.
Presentación: el inicio de la PIC suele estar precedido por el
desarrollo de prurito, que varía de leve a intolerable. Suele
ser generalizado, pero generalmente comienza y
predomina en las palmas de las manos y las plantas y
empeora por la noche. Puede producirse dolor en el
cuadrante superior derecho, náuseas, falta de apetito, falta
de sueño o esteatorrea.
El prurito y otros síntomas suelen aparecer a finales del
segundo o tercer trimestre. Los síntomas transitorios del
primer trimestre se han relacionado con el síndrome de
hiperestimulación ovárica después de la fertilización in
vitro, mientras que los síntomas persistentes y que
empeoran son característicos de los embarazos concebidos
naturalmente.
El examen físico - El examen físico puede mostrar,
excoriaciones por rascado, pero sin lesiones cutáneas
primarias están asociados con la enfermedad. La ictericia
ocurre en el 14 al 25 por ciento de los pacientes, y por lo
general se desarrolla de una a cuatro semanas después del
inicio de la picazón. La ictericia sin prurito es rara y debe
impulsar la investigación de otras causas.
CLASIFICACION
Seguimiento y Conducta:
Alto riesgo: Embarazo menor de 34 semanas si mejora ante
el tratamiento se otorga el alta y seguimiento ambulatorio.
Sino mejora se aumenta la dosis del AUDC (dosis máxima).
Si sigue sin mejorar recomendamos evaluar maduración
pulmonar y la interrupción del embarazo. Cuando es mayor
de 34 semanas, con mejoría clínica y de laboratorio control,
hasta la semana 37. En caso de no mejorar, maduración
fetal e interrupción.
Moderado riesgo Menor de 28 semanas el tratamiento es
ambulatorio y el control semanal. Entre 28 y 34 semanas
internación de la paciente, si responde al tratamiento se
otorga el alta. Sino responde al tratamiento se aumenta la
dosis de AUDC, si sigue sin mejorar evaluar realizar
maduración pulmonar e interrupción del embarazo.
Diagnóstico mayor de 34 semanas con buena respuesta al
tratamiento seguir control ambulatorio hasta las 37
semanas. Si no responde al tratamiento evaluar
maduración e interrupción.
Bajo riesgo tratamiento ambulatorio e internación a las 37-
38 semanas.
OTRA DIAPO
Consiste en el alivio de los síntomas y la prevención de las
compli-caciones fetales.
Se ha descrito una correlación entre las complicaciones
fetales y un nivel de ácidos biliares mayores de 40 µmol/L;
el manejo definitivo es la terminación del embarazo, el cual
se recomienda a partir de las 37 semanas o una vez se
compruebe la madurez pulmonar.
Para el manejo de los síntomas se ha demostrado que el
ácido ursodesoxicólico (300 mg tres veces al día), reduce el
prurito y disminuye los ácidos biliares, de manera más
efectiva que la colestiramina y la dexametasona, por lo que
no se recomienda ya el uso de estos últimos; los
antihistamínicos pueden tener algún papel como se-dantes
cuando se usan en la noche.
En cuanto a la vigilancia fetal, no se ha demostrado que la
monitorización fetal, la ecografía u otra prueba puedan
prevenir la mortalidad fetal, pues como ya se explicó, ésta
se presenta de manera abrupta, pero se cree que la
disminución en el nivel de ácidos biliares logrado con el
ácido ursodesoxicólico, disminuya su incidencia.
Algunos autores recomiendan dar suplemento de vitamina
K (10-20 mg/día), en las últimas semanas del embarazo para
disminuir el riesgo de hemorragia posparto y neonatal
temprana.
La tasa de recurrencia en un próximo embarazo es hasta del
60%.
Interrupción antes de las 37 semanas: 8 -Antecedente de
feto muerto por CIG -Alteración de la salud fetal -Mala
respuesta clínica (prurito incoercible, ictericia) -Mala
respuesta de laboratorio al tratamiento.
ULTIMA DIAPO
PUERPERIO: Antes del alta médica, se solicitará a todas las
pacientes un perfil hepático de control a las 48 horas post-
parto; los niveles bioquímicos deberán descender y la
clínica materna ser estable.
Lactancia materna: se realizará de manera habitual. Visita
en consultorio posnatal:
1- Comprobar la resolución del prurito y resto de la
sintomatología materna.
2- Comprobar la normalización de las enzimas hepáticas y
AB, solicitar hepatograma, AB y Coagulación.
3- Informar del riesgo de recurrencia en gestaciones
posteriores (45-70%), así como durante la toma de
anticonceptivos hormonales.
DIAPO #3
Es tan común que cerca de 80% de las personas que superan
los SO años tienen anticuerpos compatibles con infección
previa. Su causante es un virus ARN de transmisión fecaloral
con periodo de incubación de 15-49 días.
Hepatitis A en el embarazo: a pesar de ser la causa más
frecuente de hepatitis en la población general, es una
entidad poco frecuente en la mujer embarazada57, no
habiendo evidencias que apoyen la existencia de un mayor
riesgo de complicaciones graves, como la hepatitis
fulminante.
DIAPO 3
Se transmite por la ingestión de agua y alimentos
contaminados (especialmente mariscos), y se vierte en las
heces fecales durante 2 semanas antes y después de 1
semana del inicio de la ictericia, por lo tanto un contacto
íntimo con una persona infectada, o la contaminación fecal-
oral durante este período da cuenta de la mayor parte de
los casos, y explica la aparición de brotes en ámbitos
institucionales como escuelas y círculos infantiles.
Dado que la viremia es transitoria (durante el relativamente
corto período de incubación, y los primeros días tras la
aparición de los síntomas) este agente en raras ocasiones
está implicado en la hepatitis postransfusional.
DIAPO 4 – VERTICAL
Transmisión vertical (TV): a pesar de que se ha descrito que
el viras es capaz de atravesar la placenta, no ha podido
demostrarse infección clínica en recién nacidos de madres
con la enfermedad activa, independiente del trimestre de la
primoinfección, la vía del parto o de la mantención de la
lactancia materna3'5,7.
Ante un recién nacido con sospecha clínica de hepatitis y/o
madre con diagnóstico confirmado, debe determinarse IgM
específica. De ser ésta negativa, mantener los controles
habituales, debido a la baja frecuencia reportada de TV7.
Por lo tanto podemos decir que no existe transmisión
vertical del virus de la hepatitis A.
MANIFESTACIONES CLINICAS
Manifestaciones clínicas: generalmente es asintomá-tica y
autolimitada.
Cuando es sintomática se asocia a ictericia y síntomas
inespecíficos como fiebre, malestar general y dolor
abdominal.
La clínica depende de la edad al contagio, siendo
sintomática en -30% si es adquirida durante la niñez,
mientras que si es adquirida en la adultez es sintomática en
-80% de los casos6.
Otra complicación poco frecuente es la hepatitis
fulminante, describiéndose incidencias de hasta 1% de los
infectados3.
DIAGNOSTICO
Diagnóstico en la mujer embarazada: ante la sospecha
clínica en la madre, el diagnóstico debe confirmarse con la
detección en sangre de inmunoglobulina M anti virus de
hepatitis A (IgM anti VHA) y transaminasas elevadas1,3. La
seroconversión de IgG se produce desde las 10 a 12
semanas de la primoinfección, reflejando la ausencia del
cuadro agudo y la inmunidad futura de la paciente.
TRATAMIENTO
Prevención y tratamiento: La prevención se basa en
medidas higiénicas y una correcta manipulación de los
alimentos.
En el periodo neonatal es primordial reforzar estas medidas
si la madre padece la enfermedad. La lactancia materna no
ha demostrado ser una vía de contagio, por lo tanto no está
contraindicada.
Actualmente existen vacunas que pueden usarse con
seguridad en el embarazo, aunque es un tema que debe ser
discutido con su médico en caso de riesgo elevado de
contagio de esta infección.
El tratamiento de hepatitis aguda por virus de la hepatitis
A es sintomático y será su médico quien le guíe
correctamente.
HEPATITIS B
Es de tipo ADN bicatenario, envuelto, que pertenece a la
familia Hepadnaviridae1 . De naturaleza primariamente
hepatotropo, en el hospedero se replica y se ensambla de
manera exclusiva en el hepatocito y produce daño hepático
por la muerte de las células infectadas, como resultado de
una respuesta inmune del huésped a los antígenos virales y
no por la replicación del ADN directamente. Este virus
puede causar tanto hepatitis aguda como crónica.
VIA DE CONTAGIO
El VHB se transmite predominantemente por contacto con
sangre o ciertos fluidos corporales contaminados
(menstrual, vaginal, seminal),.
Las concentraciones virales más altas están presentes en la
sangre y los fluidos serosos, mientras que las
concentraciones más bajas se encuentran en la saliva y el
semen.
La transmisión sexual es más frecuente en los hombres no
vacunados que tienen relaciones sexuales con hombres,
personas heterosexuales con múltiples parejas sexuales, o
aquellos que tienen contacto con trabajadoras sexuales.
La transmisión del virus también puede ocurrir por
transfusiones sanguíneas, inoculación de pequeñas
cantidades de sangre o fluido durante procedimientos
quirúrgicos o dentales, uso de navajas y de otros objetos
similares contaminados con sangre, uso de jeringas y agujas
inadecuadamente esterilizadas en usuarios de drogas
intravenosas o durante la realización de un tatuajes,
piercing y en procedimientos de acupuntura, cuando los
instrumentos están contaminados.
MANIFESTACIONES CLINICAS
puede presentarse con síntomas hepáticos y extra-
hepáticos una vez que el HBsAg alcanza sus niveles más
altos.
En el primer caso se caracteriza por ictericia, fiebre,
malestar general, anorexia y dolor abdominal, mientras que
en el segundo puede presentar rash cutáneo, artritis,
edema angioneurótico, glomerulonefritis aguda, vasculitis y
linfadenopatías.
Los síntomas hepáticos son los clásicamente descritos.
Generalmente las manifestaciones extra-hepáticas se
asocian a hepatitis crónica, pero también pueden
presentarse en asociación a cuadros agudos, siendo esto
último excepcional.
Afortunadamente, 90% de los pacientes adultos que
presentan un cuadro agudo resolverán su cuadro
espontáneamente, pero entre 5 y 10% evolucionará a
portador crónico3 con el consecuente riesgo de desarrollar
hepatitis crónica o carcinoma hepatocelular.
Hepatitis B en el embarazo: la gestación no empeora el
pronóstico de la enfermedad, excepto si está asociado a
daño hepático crónico previo. Hasta hoy, no se ha
demostrado un aumento de complicaciones antenatales
como muerte intrauterina, aborto o anomalías
congénitas1215 con excepción de un mayor riesgo de parto
prematuro en gestantes con un cuadro agudo.
DIAGNOSTICO
ante la sospecha clínica en la madre, y teniendo en cuenta
los factores de riesgo (uso de drogas por vía parenteral,
promiscuidad sexual, contacto sexual con portador del
VHB…) el diagnóstico de infección aguda se confirma por la
presencia de antígeno de superficie del VHB (HBsAg) y
anticuerpos tipo inmunoglobulina M contra el virus (IgM
antiHBc). (CASOS AGUDOS)
TRATAMIENTO
La prevención pasa por medidas generales como estrategias
destinadas a la prevención de prevención de infecciones de
transmisión sexual como el uso correcto de preservativos,
evitar la promiscuidad, uso de instrumental esterilizado
adecuadamente, etc, etc.
Cuando los bebés se infectan con hepatitis B, tienen un 90%
de probabilidades de desarrollar una infección crónica de
por vida. Una de cada 4 personas con hepatitis B crónica
desarrolla graves problemas de salud. La hepatitis B puede
causar daño hepático, enfermedad hepática y cáncer de
hígado. POR ESO….
Las medidas específicas de prevención consiste en el uso de
inmunización pasiva y activa del recién nacido, mediante la
administración en las primeras 12 horas de vida de
inmunoglobulina específica (inmunización pasiva) e iniciar
simultáneamente la vacunación (inmunización activa), esta
medida realizada en los tiempos adecuados consigue
cambiar drásticamente el futuro del recién nacido.
En hepatitis B, cuando hay contactos de alto riesgo aplicar
globulina inmunitaria para hepatitis B, 0,06 ml/kg mensual
por dos meses o en su defecto globulina sérica inmune a
razón de 0,15 ml/kg. Los recién nacidos de madres HBsAg
positivo, deben recibir inmunoglobulina de hepatitis B, 0,5
ml IM, en las primeras 12 horas de nacidos, ya que su
eficacia disminuye en forma importante cuando se retrasa
su aplicación por más de 48 horas. Deben adicionalmente
vacunarse para hepatitis B, 0,5 ml ( 1 O microgramos) IM,
en el momento de recibir la inmunoglobulina de hepatitis B,
o en los primeros siete días de nacido.
El 90% de los pacientes son capaces de eliminar el virus de
forma espontánea y no precisan de un tratamiento
específico y, sólo de forma muy ocasional será preciso un
tratamiento específico antiviral, el mismo que se debe
realizar en un centro hospitalario. La vacuna contra el VHB
es segura durante la gestación.