Cuarta Revolución Industrial

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 13

Facultad de Ciencias Económicas

Departamento de Recursos Humanos


Licenciatura en Recursos Humanos

Práctica Profesional
Profesora: M. Laura Genoni

TP N°1 La 4ta Revolución Industrial

Grupo 5

Di Paola, Candela
Jordan, Florencia
Magni, Valentina
Rotela, María Agustina

Fecha de entrega: 13 de agosto 2020


CUARTA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

¿Cómo surge la cuarta revolución industrial?

Para poder comprender el tema con mayor profundidad, creemos necesario repasar las tres
revoluciones industriales previas, y cómo cada una de ellas cambió la forma de ser y estar
en el mundo en su época.

La primera revolución industrial tuvo lugar en Inglaterra en el año 1786. Se caracterizó por
los cambios en los medios de producción al incorporar instrumentos mecánicos de tracción
-hidráulicos y a vapor-, el telar mecánico y la locomotora.

Entre 1870 y la Primera Guerra Mundial, ocurrió la segunda revolución en Inglaterra, Europa
Occidental, Estados Unidos y Japón, siendo desarrollados la electricidad, el bombillo
eléctrico, el radio transmisor, el automóvil de combustión interna e iniciadas muchas
industrias.
La tercera revolución industrial surgió en los últimos 30 años del siglo XX e impulsó la
aviación, la era espacial, la energía atómica, la cibernética, los ordenadores personales y la
tecnología de la información para automatizar la producción, el Internet.

Algunas veces, pareciera que la línea que divide la cuarta revolución y la revolución digital
es un poco confusa. Los investigadores del Foro Económico Mundial establecen tres
factores de diferenciación: la velocidad, el alcance y el impacto sin precedentes en sistemas
interconectados. En su libro sobre la cuarta revolución industrial, el Dr. Klaus Schwab la
describe así: "Comenzó a principios de este siglo y tuvo como base la revolución digital.
Está caracterizada por un Internet mucho más móvil y mundial, por sensores más pequeños
y más potentes, y por inteligencia artificial y aprendizaje automático".

Sin embargo, el enorme potencial disruptivo de esta cuarta revolución se va a producir a


una velocidad sin precedentes. Tal como afirma Schwab, "estamos al borde de una
revolución tecnológica que modificará fundamentalmente la forma en que vivimos,
trabajamos y nos relacionamos. En su escala, alcance y complejidad, la transformación será
distinta a cualquier cosa que el género humano haya experimentado antes".
¿Qué es la cuarta revolución industrial?

El concepto de cuarta revolución industrial lo acuñó en el año 2016 Klaus Schwab, fundador
y ejecutivo del Foro Económico Mundial, así como autor de La Cuarta Revolución Industrial.

Tal como sostiene Schwab, "la cuarta revolución industrial genera un mundo en el que los
sistemas de fabricación virtuales y físicos cooperan entre sí de una manera flexible a nivel
global. Sin embargo, no consiste sólo en sistemas inteligentes y conectados. Su alcance es
más amplio y va desde la secuenciación genética hasta la nanotecnología, y de las energías
renovables a la computación cuántica. Es la fusión de estas tecnologías y su interacción a
través de los dominios físicos, digitales y biológicos lo que hace que la cuarta revolución
industrial sea diferente a las anteriores".

En esta nueva revolución lo importante, destacan los teóricos de la idea, es que no se trata
de desarrollos, sino del encuentro de esos desarrollos. Y en ese sentido, representa un
cambio de paradigma. La automatización corre por cuenta de sistemas ciber físicos, hechos
posibles por el internet de las cosas y el cloud computing o nube. Los sistemas ciber físicos,
que combinan maquinaria física y tangible con procesos digitales, son capaces de tomar
decisiones descentralizadas y de cooperar -entre ellos y con los humanos- mediante el
internet de las cosas.

El principio básico es que las empresas podrán crear redes inteligentes que serán capaces
de controlarse a sí mismas, a lo largo de toda la cadena de valor. Si bien esta nueva etapa
es la continuación de la tercera revolución industrial y sienta sus bases en ella, la principal
diferencia es que esta cuarta revolución permite no sólo la automatización de las tareas,
sino también de la producción, lo que permite que hoy una industria trabaje sola, es decir,
sin necesidad de mano de obra empleada.

En el Foro de Davos, en enero de este año, hubo un anticipo de lo que los académicos más
entusiastas tienen en la cabeza cuando hablan de Revolución 4.0: nanotecnologías,
neurotecnologías, robots, inteligencia artificial, biotecnología, sistemas de almacenamiento
de energía, drones e impresoras 3D serán sus artífices.

Cualquier revolución, de la índole que sea, conlleva ventajas y desventajas, retos y


oportunidades, incertidumbres y certezas. Las ventajas, en el caso de la cuarta revolución
industrial, son evidentes: mejora de la productividad, la eficiencia y la calidad en los
procesos, de la seguridad para los trabajadores al reducirse los empleos en entornos
peligrosos, de la toma de decisiones al contar con herramientas que nos permiten basarlas
en datos, de la competitividad al desarrollarse productos personalizados que satisfacen las
necesidades de los consumidores, etc. A su vez, tiene el potencial de elevar los niveles de
ingreso globales y mejorar la calidad de vida de poblaciones enteras. Según calculó la
consultora Accenture en 2015, una versión a escala industrial de esta revolución podría
agregar US$14,2 billones a la economía mundial en los próximos 15 años.

Así, no todos ven el futuro con optimismo: los sondeos reflejan las preocupaciones de
empresarios por el "darwinismo tecnológico", donde aquellos que no se adapten no lograrán
sobrevivir. En cuanto a los inconvenientes, los expertos señalan varios: la vertiginosa
velocidad de los cambios y su adaptación a los mismos, los crecientes riesgos cibernéticos
que obligan a redoblar la ciberseguridad, la alta dependencia tecnológica y la denominada
brecha digital, la falta de personal cualificado, etc.

Un estudio de Oxford pronosticó que “el 47% de los empleos corren el riesgo de ser
reemplazados por robots y computadoras con inteligencia artificial en EEUU durante los
próximos 15 o 20 años”.

El proceso de destrucción creativa de la tecnología está logrando crear nuevas empresas,


pero a costa de terminar con otras que empleaban más gente. Como ejemplos podemos
encontrar a Kodak vs Instagram, Blockbuster vs Netflix y General Motors vs Tesla. Bill
Gates y Mark Zuckerberg reconocen que la destrucción de millones de empleos causada
por la tecnología, es decir, el desempleo tecnológico, podría convertirse en el mayor
conflicto mundial del siglo XXI.

El Foro Económico Mundial estimó que para el año 2022 se van a generar
aproximadamente 133 millones de puestos de trabajo. Sin embargo, se encuentran en
riesgo 75 millones de puestos de trabajo. Esto produce una diferencia de 58 millones de
posiciones que no pueden ser ocupadas.

Muchos de los trabajos manuales y repetitivos podrían ser reemplazados por robots o
inteligencia artificial, donde el costo es menor que el de una persona: no hay que pagar
licencias, SAC ni horas extras. Los robots sirven para las tareas repetitivas, levantando
objetos pesados, realizando actividades poco higiénicas y moviendo elementos con
precisión. La ventaja que tienen los robots es su bajo costo y la posibilidad de que trabajen
las 24 horas del día. Sin embargo, los humanos tenemos una diferencia: el pensamiento
crítico, el sentido común. Somos seres empáticos y creativos. Pero, sobretodo, tenemos la
posibilidad de innovar. Un robot no siente. Un ejemplo muy claro son los robots que realizan
diagnósticos médicos. Las máquinas tienen millones de datos de diferentes personas con
distintas enfermedades. Sin embargo, se necesita de un médico humano para que pueda
empatizar con el paciente e informarle sobre su evolución o acerca de malas noticias.

¿Qué debemos hacer nosotros para prepararnos frente a la automatización laboral?

Según la llamada Ley de Moore, la capacidad de las computadoras aumenta cada 18


meses, lo que significa que el poder de las computadoras aumentará alrededor del 10.000%
en 10 años. La aceleración de la tecnología no solo ocurrirá en el campo de la computación,
sino también en la nanotecnología, robótica y biotecnología.
Según un informe de la consultora Snoop Consulting, el 65% de los niños de hoy trabajarán
en empleos que aún no existen. Las personas con altos niveles de habilidad o estudios
estarán bien equipadas para moverse hacia los nuevos trabajos que surjan en los próximos
años, mientras que los que no estén capacitados serán los que más riesgos tienen de ser
reemplazados por completo.

Son las habilidades blandas las que nos van a permitir en esta cuarta revolución industrial
seguir siendo empleables. La comunicación efectiva, la escucha activa, el trabajo en equipo,
el liderazgo consciente, la empatía, la negociación y resolución de conflictos, la flexibilidad y
adaptación al cambio, la planificación y gestión del tiempo, la orientación a resultados y la
toma de decisiones serán las claves para las profesiones del futuro. Las nuevas carreras
universitarias serán más interdisciplinarias e incluirán capacidades tecnológicas y de
pensamiento crítico, resolución de problemas y trato interpersonal.

En pleno proceso expansivo de la denominada cuarta revolución industrial, las empresas


necesitan aumentar la velocidad de reestructuración. Las organizaciones deben asegurar
que las personas sean relevantes y adaptables, para enfrentar el desafío de la nueva
revolución. Se debe adquirir la mentalidad de considerar al aprendizaje como una forma de
vida, para que los trabajadores y las organizaciones sean más ágiles. Las organizaciones y
los trabajadores tendremos que adaptarnos a un entorno de trabajo donde el know-how
tecnológico, las habilidades de las personas, la flexibilidad y la colaboración, son y serán
imprescindibles. Aunque, sin una cultura de formación continua corporativa que les de
sustento y foco, estas variables no serán suficientes para alcanzar el éxito y gestionar una
adaptación efectiva al cambio.

En un mundo impredecible e incierto, la premisa es “aprender a aprender”, junto con el


desarrollo de la creatividad, la resolución de problemas y las habilidades de comunicación.
En la era de las múltiples carreras y el reciclaje profesional, el aprendizaje permanente
(Long Life Learning) es una necesidad, que hace unos años se plasmaba en el desarrollo
de universidades corporativas, pero que hoy, a partir de la cuarta revolución industrial, se
renueva en nuevos formatos, como las Escuelas de Aprendizaje, que cada vez cobran
mayor protagonismo en las empresas.

En efecto, para cubrir esta demanda, la implementación de Escuelas de Aprendizaje en


grandes corporaciones surge como una solución eficaz, que impulsa la consolidación de
una sólida cultura de formación corporativa, permitiéndole a las empresas lograr economías
de escala y asegurar que sus colaboradores tengan las competencias necesarias para
cumplir los objetivos de negocio de cada organización, generando el contexto adecuado
para adaptarse a los cambios que propone la cuarta revolución industrial.

Según información de The World Economic Forum ‘The Future of Jobs’, con las nuevas
tecnologías y los puestos de trabajo que se crearán a partir de estas, los empleados tendrán
que innovar e incluir en su formación las siguientes cualidades: resolución de problemas,
pensamiento crítico, creatividad sin límite, gestión de personal y cercanía con las personas,
trabajo en equipos presenciales y no presenciales, inteligencia emocional, juicio y toma de
decisiones, orientación al servicio, negociación y flexibilidad cognitiva.
Es crucial cambiar el empleo por la empleabilidad. Esto permite que una persona pueda
tener empleo hoy, mañana o en cinco años.

Por otro lado, es importante especializarnos en las CTIM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y
Matemática). La Fundación Nacional de las Ciencias de EEUU determinó que estas son las
cuatro grandes áreas que debemos desarrollar para estar a la tecnológicamente altura de
las circunstancias.

Sin embargo, el reconocido empresario Mijaíl Fridman, explicó que es necesario estar
especializado en las CTIM pero también hay que desarrollar la empatía, ya que es la
principal característica que nos diferencia de una máquina. Fridman hace referencia a la
CTIMPATÍA.
.
A su vez, la escuela de Rhode Island nos habla de la PIMA: CTIM + Artes. Para esta
escuela, es fundamental especializarse en las artes porque permiten innovar y ser creativo
para poder adaptarse al entorno pero también para contribuir con el desarrollo tecnológico.
Se acercan las nuevas alfabetizaciones. Para no ser los analfabetos del siglo XXI, hay que
desarrollar 3 áreas de conocimiento: datos, tecnología y el área humana (donde los
humanos se destacan).

Por lo tanto, la fórmula sería la siguiente: Empleabilidad + CTIM + CTIMPATÍA + PIMA +


Alfabetización + Aprender a aprender + Pasión.

El rol de Recursos Humanos en la revolución 4.0

Según la investigación llevada a cabo por el Foro Económico Mundial, se estima que los
cambios provocados por la cuarta revolución industrial implicarán la pérdida de 7,1 millones
de puestos de trabajo (dos tercios de los cuales están relacionados con roles
administrativos) y la creación de 2 millones de nuevos trabajos, alrededor de todo el mundo,
en campos relacionados con las matemáticas, la informática, la ingeniería o la arquitectura.

Para investigar el impacto que la cuarta revolución industrial va a tener en el área de los
recursos humanos, el Foro Económico Mundial ha encuestado a los responsables de este
departamento en 371 grandes compañías que emplean en total a 13 millones de personas
en 9 industrias y en 15 de los principales países desarrollados y emergentes.
Cómo futuros profesionales de RRHH, a lo que nos enfrentamos es a cómo lograr integrar a
los nuevos roles. Por otra parte, cómo haremos para atraer y retener a los mejores talentos.

El tercer gran reto que deberá afrontar todo profesional de RRHH, será el de mantener
motivados a los equipos, dispuestos a aprender continuamente nuevas habilidades y
siempre preparados para asumir nuevas responsabilidades. Este nuevo contexto en el cual
operan las empresas es muy cambiante, con lo cual también van a ir cambiando las tareas,
aptitudes y competencias que necesitan de sus equipos, de forma mucho más frecuente
que en la actualidad.

En este sentido, los responsables de RRHH deben asumir el desafío de ayudar a los
empleados en su proceso de transición profesional, ofreciéndoles la formación y las
herramientas adecuadas para lograrlo y así tener éxito en el futuro mundo laboral.

Adaptarse a los cambios representa una oportunidad para el departamento de Recursos


Humanos y para las organizaciones en su conjunto. De esta manera, el rol de Recursos
Humanos será de vital importancia al brindarle ayuda a los trabajadores para que puedan
desarrollar las destrezas y habilidades que exigen y requieren los empleos de la nueva
revolución industrial, ya que de lo contrario, las personas que no posean las capacidades y
la formación adecuada, serán apartadas del mercado laboral.

Se debe pensar en cómo crear prácticas de RRHH en diferentes lugares; cómo desarrollar
una cultura organizativa coherente; cómo preparar a los futuros managers para trabajar en
un entorno cultural diverso. A su vez, las prácticas deben ser congruentes con el contexto y
con soluciones para atraer, retener y fidelizar el talento.

Los dos motores principales del cambio del siglo XXI son: las tecnologías de la información
(TIC) y la gestión del talento. La primera entendida como la tecnología para difundir y
almacenar datos de RRHH. La segunda, como una anticipación de las necesidades de la
organización, lo que va a dar la posibilidad de preparar a sus sucesores como el desarrollo
de las personas, dentro de un plan estratégico que contemple esas necesidades.

La gestión de los Recursos Humanos está cambiando también debido a la inteligencia


artificial: se necesitan nuevos perfiles laborales, competencias y habilidades relacionadas
con el uso de sistemas informáticos predictivos y con la gestión de algoritmos.
Algunas aplicaciones 4.0 vigentes se utilizan para:
● Medir el ausentismo laboral
● Predecir la performance de los profesionales que toman decisiones
● Mejorar el rendimiento laboral
● Optimizar los procesos de reclutamiento y selección
● Pronosticar competencias según la visión-misión de una organización

La inteligencia artificial permite realizar mediciones más precisas y gestionar millones de


datos en tiempo real, optimizando la calidad de decisiones semiestructuradas como la
evaluación, el reclutamiento y la selección de personal o la medición de performance
profesional.

La cuarta revolución industrial en Argentina

De acuerdo a un estudio realizado por Glue Executive Search entre diferentes directivos de
América Latina -pertenecientes en su mayoría a multinacionales de consumo masivo,
servicios financieros, consultoría y tecnología-, el 81% afirma que sus empresas están en
proceso de transformación digital; y en Argentina, el porcentaje alcanza el 83%.

Las industrias en Argentina presentan un uso incipiente de las tecnologías 4.0: el 10% de
las empresas cuenta con estas tecnologías y casi 50% no han tomado medidas para
adoptar los beneficios de la cuarta revolución industrial. Paralelamente, en lo que respecta a
la cuestión laboral, entre el 10% y 15% de las empresas viene demandando trabajadores
con habilidades tecnológicas; según una encuesta llevada a cabo por CIPPEC, INTAL-BID y
UIA.

Diversos sectores del país se encuentran comprometidos con este nuevo desafío. Por
ejemplo, el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el
Crecimiento (CIPPEC) junto con el Instituto para la Integración de América Latina y el
Caribe (INTAL) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y la Unión Industrial
Argentina (UIA) se llevó a cabo, en el año 2019, un trabajo de investigación denominado
“Travesía 4.0: Hacia la transformación industrial argentina” enfocado en conocer el estado
de la innovación tecnológica en la industria argentina. Para esto se encuestaron a 307
empresas con más de diez empleados de los seis sectores de la industria manufacturera:
alimentos procesados, siderurgia y metalmecánica, vehículos livianos y piezas y accesorios,
textil, maquinaria agrícola y biofarma de la Ciudad de Buenos Aires, provincia de Buenos
Aires, Córdoba, Santa Fe, Tucumán y Mendoza.
El resultado de este Informe fue que las empresas de la industria argentina se encuentran
divididas en tres diversos grupos:

1. Empresas cóndores: son empresas exportadoras medianas y grandes


tecnológicamente avanzadas. El único inconveniente que presentan para adoptar
nuevas tecnologías es la falta de una infraestructura digital adecuada. Representan
un 6% de las empresas encuestadas.
La mayoría de estas empresas aumentaron su dotación de personal como
consecuencia de la automatización.
2. Empresas alpinistas: se considera que su desarrollo tecnológico es intermedio y
que se encuentran comprometidas con el achicamiento de las brechas tecnológicas.
Son pymes no exportadoras pero que invierten en mano de obra que maneja las
nuevas tecnologías.
Sus impedimentos a la hora de invertir en nuevas tecnologías son la falta de
financiamiento y la ausencia de recursos humanos adecuados.
3. Empresas trekkers: representan la mitad de las empresas industriales que son
menos avanzadas tecnológicamente e inactivas.
Son micro y pequeñas empresas no exportadoras con menos niveles de inversión.
Sus dificultades para el desarrollo tecnológico están relacionadas con problemas de
financiamiento y obstáculos internos para adoptar nuevas tecnologías, como el
desconocimiento y la cultura de la empresa.

“A pesar de las disparidades observadas entre estos tres grupos, la industria


argentina es consciente de la magnitud de los desafíos y de que para aprovechar los
beneficios de la transformación tecnológica, se deberá hacer un esfuerzo para
acelerar el ritmo de cambio tecnológico y lograr un proceso inclusivo de
transformación”, destaca Ana Inés Basco, del INTAL-BID.

Habilidades

Existe un alto porcentaje dentro de las empresas que forman parte del informe que prioriza
las habilidades blandas: capacidad para trabajar en equipo, comunicación, flexibilidad, entre
otras, para la contratación de personal en los últimos dos años.

Las habilidades asociadas a la interacción entre personas-computadoras-conocimiento, al


diseño, la adaptación y el uso de nuevas tecnologías también muestran un alto nivel de
relevancia para las empresas.
Teniendo en cuenta la tipología mencionada anteriormente, Cóndores, Alpinistas y
Trekkers, las empresas más avanzadas tecnológicamente son las que más importancia
otorgan a las habilidades blandas.

Otro aspecto explorado fue la importancia que otorgan las compañías a la contratación de
empleados con dominio de tecnologías de cuarta generación. El bajo grado de adopción de
tecnologías de tercera y cuarta generación de la industria tiene su correlato en una baja
demanda de habilidades tecnológicas en los últimos dos años.

“Tan sólo entre 10% y 15% de las firmas consideró muy o algo importantes las habilidades
relacionadas a tecnologías como computación en la nube, realidad aumentada o inteligencia
artificial en los últimos dos años. La importancia de otras tecnologías de cuarta generación
con aplicación más inmediata y evidente a los procesos industriales ha sido mayor, por
ejemplo, el internet de las cosas, big data, impresión 3D, sensores inteligentes o
ciberseguridad”.
BIBLIOGRAFÍA:

(2020). Consultado el 8 de agosto de 2020 en https://www.youtube.com/watch?


v=069orfJz_0I

(2020). Consultado el 8 de agosto de 2020 en https://www.youtube.com/watch?v=a0Ycxn-


bZak

(2020). Consultado el 8 de agosto de 2020 en https://www.youtube.com/watch?


time_continue=29&v=-OiaE6l8ysg&feature=emb_title

(2020). Consultado el 8 de agosto de 2020 en https://www.youtube.com/watch?v=-


OiaE6l8ysg&t=36s

(2020). Consultado el 10 de agosto de 2020 en https://www.youtube.com/watch?


v=DZshCBruTS0&t=455s

Implicaciones de la cuarta revolución industrial para los departamentos de recursos


humanos. (2020). Consultado el 8 de agosto de 2020, de
https://blog.signaturit.com/es/implicaciones-de-la-cuarta-revolucion-industrial-para-los-
departamentos-de-recursos-humanos

Wilner, D. (2020). Cómo adaptarse a la Cuarta Revolución Industrial. Consultado el 9 de


agosto de 2020, de https://mba.americaeconomia.com/articulos/columnas/como-adaptarse-
cuarta-revolucion-industrial

LA CUARTA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL Y LOS TRABAJOS DEL FUTURO. (2020).


Consultado el 9 de agosto de 2020, de https://www.exponencialconfirming.com/la-cuarta-
revolucion-industrial-y-los-trabajos-del-futuro/
La cuarta revolución industrial: puestos de trabajo que desaparecerán y nacerán - Think Big
Empresas. (2020). Recuperado el 9 de agosto de 2020, de
https://empresas.blogthinkbig.com/la-cuarta-revolucion-industrial-puestos-de-trabajo-que-
desapareceran-y-naceran/

¿Qué es la Cuarta Revolución Industrial ?. (2020). Consultado el 8 de agosto de 2020, en


https://www.salesforce.com/mx/blog/2018/4/Que-es-la-Cuarta-Revolucion-Industrial.html

Manual para entender la Cuarta Revolución Industrial. (2020). Consultado el 8 de agosto de


2020, en https://www.wearemarketing.com/es/blog/que-es-la-cuarta-revolucion-
industrial.html

Oppenheimer, A. (2018). ¡Salvese quien pueda!: El futuro del trabajo en la era de la


automatización. Vintage Español.

PDF La evolución de las competencias de RRHH en organizaciones inmersas en la cuarta


revolución industrial. (2020). [Ebook].

Aguirre Marcela, (2019) La revolución 4.0 y la gestión de recursos humanos. Recuperado


de: https://bit.ly/30MGsWz

(2019) Ramiro Albrieu, Ana Inés Basco, Caterina Brest López, Belisario de Azevedo,
Fernando Peirano, Martín Rapetti y Gabriel Vienni. Travesía 4.0: Hacia la transformación
industrial argentina. Recuperado de: https://bit.ly/33ROxLv

También podría gustarte