Cuarta Revolución Industrial
Cuarta Revolución Industrial
Cuarta Revolución Industrial
Práctica Profesional
Profesora: M. Laura Genoni
Grupo 5
Di Paola, Candela
Jordan, Florencia
Magni, Valentina
Rotela, María Agustina
Para poder comprender el tema con mayor profundidad, creemos necesario repasar las tres
revoluciones industriales previas, y cómo cada una de ellas cambió la forma de ser y estar
en el mundo en su época.
La primera revolución industrial tuvo lugar en Inglaterra en el año 1786. Se caracterizó por
los cambios en los medios de producción al incorporar instrumentos mecánicos de tracción
-hidráulicos y a vapor-, el telar mecánico y la locomotora.
Entre 1870 y la Primera Guerra Mundial, ocurrió la segunda revolución en Inglaterra, Europa
Occidental, Estados Unidos y Japón, siendo desarrollados la electricidad, el bombillo
eléctrico, el radio transmisor, el automóvil de combustión interna e iniciadas muchas
industrias.
La tercera revolución industrial surgió en los últimos 30 años del siglo XX e impulsó la
aviación, la era espacial, la energía atómica, la cibernética, los ordenadores personales y la
tecnología de la información para automatizar la producción, el Internet.
Algunas veces, pareciera que la línea que divide la cuarta revolución y la revolución digital
es un poco confusa. Los investigadores del Foro Económico Mundial establecen tres
factores de diferenciación: la velocidad, el alcance y el impacto sin precedentes en sistemas
interconectados. En su libro sobre la cuarta revolución industrial, el Dr. Klaus Schwab la
describe así: "Comenzó a principios de este siglo y tuvo como base la revolución digital.
Está caracterizada por un Internet mucho más móvil y mundial, por sensores más pequeños
y más potentes, y por inteligencia artificial y aprendizaje automático".
El concepto de cuarta revolución industrial lo acuñó en el año 2016 Klaus Schwab, fundador
y ejecutivo del Foro Económico Mundial, así como autor de La Cuarta Revolución Industrial.
Tal como sostiene Schwab, "la cuarta revolución industrial genera un mundo en el que los
sistemas de fabricación virtuales y físicos cooperan entre sí de una manera flexible a nivel
global. Sin embargo, no consiste sólo en sistemas inteligentes y conectados. Su alcance es
más amplio y va desde la secuenciación genética hasta la nanotecnología, y de las energías
renovables a la computación cuántica. Es la fusión de estas tecnologías y su interacción a
través de los dominios físicos, digitales y biológicos lo que hace que la cuarta revolución
industrial sea diferente a las anteriores".
En esta nueva revolución lo importante, destacan los teóricos de la idea, es que no se trata
de desarrollos, sino del encuentro de esos desarrollos. Y en ese sentido, representa un
cambio de paradigma. La automatización corre por cuenta de sistemas ciber físicos, hechos
posibles por el internet de las cosas y el cloud computing o nube. Los sistemas ciber físicos,
que combinan maquinaria física y tangible con procesos digitales, son capaces de tomar
decisiones descentralizadas y de cooperar -entre ellos y con los humanos- mediante el
internet de las cosas.
El principio básico es que las empresas podrán crear redes inteligentes que serán capaces
de controlarse a sí mismas, a lo largo de toda la cadena de valor. Si bien esta nueva etapa
es la continuación de la tercera revolución industrial y sienta sus bases en ella, la principal
diferencia es que esta cuarta revolución permite no sólo la automatización de las tareas,
sino también de la producción, lo que permite que hoy una industria trabaje sola, es decir,
sin necesidad de mano de obra empleada.
En el Foro de Davos, en enero de este año, hubo un anticipo de lo que los académicos más
entusiastas tienen en la cabeza cuando hablan de Revolución 4.0: nanotecnologías,
neurotecnologías, robots, inteligencia artificial, biotecnología, sistemas de almacenamiento
de energía, drones e impresoras 3D serán sus artífices.
Así, no todos ven el futuro con optimismo: los sondeos reflejan las preocupaciones de
empresarios por el "darwinismo tecnológico", donde aquellos que no se adapten no lograrán
sobrevivir. En cuanto a los inconvenientes, los expertos señalan varios: la vertiginosa
velocidad de los cambios y su adaptación a los mismos, los crecientes riesgos cibernéticos
que obligan a redoblar la ciberseguridad, la alta dependencia tecnológica y la denominada
brecha digital, la falta de personal cualificado, etc.
Un estudio de Oxford pronosticó que “el 47% de los empleos corren el riesgo de ser
reemplazados por robots y computadoras con inteligencia artificial en EEUU durante los
próximos 15 o 20 años”.
El Foro Económico Mundial estimó que para el año 2022 se van a generar
aproximadamente 133 millones de puestos de trabajo. Sin embargo, se encuentran en
riesgo 75 millones de puestos de trabajo. Esto produce una diferencia de 58 millones de
posiciones que no pueden ser ocupadas.
Muchos de los trabajos manuales y repetitivos podrían ser reemplazados por robots o
inteligencia artificial, donde el costo es menor que el de una persona: no hay que pagar
licencias, SAC ni horas extras. Los robots sirven para las tareas repetitivas, levantando
objetos pesados, realizando actividades poco higiénicas y moviendo elementos con
precisión. La ventaja que tienen los robots es su bajo costo y la posibilidad de que trabajen
las 24 horas del día. Sin embargo, los humanos tenemos una diferencia: el pensamiento
crítico, el sentido común. Somos seres empáticos y creativos. Pero, sobretodo, tenemos la
posibilidad de innovar. Un robot no siente. Un ejemplo muy claro son los robots que realizan
diagnósticos médicos. Las máquinas tienen millones de datos de diferentes personas con
distintas enfermedades. Sin embargo, se necesita de un médico humano para que pueda
empatizar con el paciente e informarle sobre su evolución o acerca de malas noticias.
Son las habilidades blandas las que nos van a permitir en esta cuarta revolución industrial
seguir siendo empleables. La comunicación efectiva, la escucha activa, el trabajo en equipo,
el liderazgo consciente, la empatía, la negociación y resolución de conflictos, la flexibilidad y
adaptación al cambio, la planificación y gestión del tiempo, la orientación a resultados y la
toma de decisiones serán las claves para las profesiones del futuro. Las nuevas carreras
universitarias serán más interdisciplinarias e incluirán capacidades tecnológicas y de
pensamiento crítico, resolución de problemas y trato interpersonal.
Según información de The World Economic Forum ‘The Future of Jobs’, con las nuevas
tecnologías y los puestos de trabajo que se crearán a partir de estas, los empleados tendrán
que innovar e incluir en su formación las siguientes cualidades: resolución de problemas,
pensamiento crítico, creatividad sin límite, gestión de personal y cercanía con las personas,
trabajo en equipos presenciales y no presenciales, inteligencia emocional, juicio y toma de
decisiones, orientación al servicio, negociación y flexibilidad cognitiva.
Es crucial cambiar el empleo por la empleabilidad. Esto permite que una persona pueda
tener empleo hoy, mañana o en cinco años.
Por otro lado, es importante especializarnos en las CTIM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y
Matemática). La Fundación Nacional de las Ciencias de EEUU determinó que estas son las
cuatro grandes áreas que debemos desarrollar para estar a la tecnológicamente altura de
las circunstancias.
Sin embargo, el reconocido empresario Mijaíl Fridman, explicó que es necesario estar
especializado en las CTIM pero también hay que desarrollar la empatía, ya que es la
principal característica que nos diferencia de una máquina. Fridman hace referencia a la
CTIMPATÍA.
.
A su vez, la escuela de Rhode Island nos habla de la PIMA: CTIM + Artes. Para esta
escuela, es fundamental especializarse en las artes porque permiten innovar y ser creativo
para poder adaptarse al entorno pero también para contribuir con el desarrollo tecnológico.
Se acercan las nuevas alfabetizaciones. Para no ser los analfabetos del siglo XXI, hay que
desarrollar 3 áreas de conocimiento: datos, tecnología y el área humana (donde los
humanos se destacan).
Según la investigación llevada a cabo por el Foro Económico Mundial, se estima que los
cambios provocados por la cuarta revolución industrial implicarán la pérdida de 7,1 millones
de puestos de trabajo (dos tercios de los cuales están relacionados con roles
administrativos) y la creación de 2 millones de nuevos trabajos, alrededor de todo el mundo,
en campos relacionados con las matemáticas, la informática, la ingeniería o la arquitectura.
Para investigar el impacto que la cuarta revolución industrial va a tener en el área de los
recursos humanos, el Foro Económico Mundial ha encuestado a los responsables de este
departamento en 371 grandes compañías que emplean en total a 13 millones de personas
en 9 industrias y en 15 de los principales países desarrollados y emergentes.
Cómo futuros profesionales de RRHH, a lo que nos enfrentamos es a cómo lograr integrar a
los nuevos roles. Por otra parte, cómo haremos para atraer y retener a los mejores talentos.
El tercer gran reto que deberá afrontar todo profesional de RRHH, será el de mantener
motivados a los equipos, dispuestos a aprender continuamente nuevas habilidades y
siempre preparados para asumir nuevas responsabilidades. Este nuevo contexto en el cual
operan las empresas es muy cambiante, con lo cual también van a ir cambiando las tareas,
aptitudes y competencias que necesitan de sus equipos, de forma mucho más frecuente
que en la actualidad.
En este sentido, los responsables de RRHH deben asumir el desafío de ayudar a los
empleados en su proceso de transición profesional, ofreciéndoles la formación y las
herramientas adecuadas para lograrlo y así tener éxito en el futuro mundo laboral.
Se debe pensar en cómo crear prácticas de RRHH en diferentes lugares; cómo desarrollar
una cultura organizativa coherente; cómo preparar a los futuros managers para trabajar en
un entorno cultural diverso. A su vez, las prácticas deben ser congruentes con el contexto y
con soluciones para atraer, retener y fidelizar el talento.
Los dos motores principales del cambio del siglo XXI son: las tecnologías de la información
(TIC) y la gestión del talento. La primera entendida como la tecnología para difundir y
almacenar datos de RRHH. La segunda, como una anticipación de las necesidades de la
organización, lo que va a dar la posibilidad de preparar a sus sucesores como el desarrollo
de las personas, dentro de un plan estratégico que contemple esas necesidades.
De acuerdo a un estudio realizado por Glue Executive Search entre diferentes directivos de
América Latina -pertenecientes en su mayoría a multinacionales de consumo masivo,
servicios financieros, consultoría y tecnología-, el 81% afirma que sus empresas están en
proceso de transformación digital; y en Argentina, el porcentaje alcanza el 83%.
Las industrias en Argentina presentan un uso incipiente de las tecnologías 4.0: el 10% de
las empresas cuenta con estas tecnologías y casi 50% no han tomado medidas para
adoptar los beneficios de la cuarta revolución industrial. Paralelamente, en lo que respecta a
la cuestión laboral, entre el 10% y 15% de las empresas viene demandando trabajadores
con habilidades tecnológicas; según una encuesta llevada a cabo por CIPPEC, INTAL-BID y
UIA.
Diversos sectores del país se encuentran comprometidos con este nuevo desafío. Por
ejemplo, el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el
Crecimiento (CIPPEC) junto con el Instituto para la Integración de América Latina y el
Caribe (INTAL) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y la Unión Industrial
Argentina (UIA) se llevó a cabo, en el año 2019, un trabajo de investigación denominado
“Travesía 4.0: Hacia la transformación industrial argentina” enfocado en conocer el estado
de la innovación tecnológica en la industria argentina. Para esto se encuestaron a 307
empresas con más de diez empleados de los seis sectores de la industria manufacturera:
alimentos procesados, siderurgia y metalmecánica, vehículos livianos y piezas y accesorios,
textil, maquinaria agrícola y biofarma de la Ciudad de Buenos Aires, provincia de Buenos
Aires, Córdoba, Santa Fe, Tucumán y Mendoza.
El resultado de este Informe fue que las empresas de la industria argentina se encuentran
divididas en tres diversos grupos:
Habilidades
Existe un alto porcentaje dentro de las empresas que forman parte del informe que prioriza
las habilidades blandas: capacidad para trabajar en equipo, comunicación, flexibilidad, entre
otras, para la contratación de personal en los últimos dos años.
Otro aspecto explorado fue la importancia que otorgan las compañías a la contratación de
empleados con dominio de tecnologías de cuarta generación. El bajo grado de adopción de
tecnologías de tercera y cuarta generación de la industria tiene su correlato en una baja
demanda de habilidades tecnológicas en los últimos dos años.
“Tan sólo entre 10% y 15% de las firmas consideró muy o algo importantes las habilidades
relacionadas a tecnologías como computación en la nube, realidad aumentada o inteligencia
artificial en los últimos dos años. La importancia de otras tecnologías de cuarta generación
con aplicación más inmediata y evidente a los procesos industriales ha sido mayor, por
ejemplo, el internet de las cosas, big data, impresión 3D, sensores inteligentes o
ciberseguridad”.
BIBLIOGRAFÍA:
(2019) Ramiro Albrieu, Ana Inés Basco, Caterina Brest López, Belisario de Azevedo,
Fernando Peirano, Martín Rapetti y Gabriel Vienni. Travesía 4.0: Hacia la transformación
industrial argentina. Recuperado de: https://bit.ly/33ROxLv