Autoconcepto y Autoestima

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Documento de Cátedra:

AUTOCONCEPTO y AUTOESTIMA

En la literatura científica psicológica se encuentra una gran cantidad de términos que


se refieren a la percepción que un individuo tiene de sí mismo, tales como: SELF, YO,
AUTOCONCEPTO, AUTOESTIMA, AUTOIMAGEN, SÍ MISMO, etc. Es así, que son muchos los
autores que hablan de una o de otra manera del Autoconcepto, cada uno realizando un
recorte desde su propio mapa cognitivo, pero la gran mayoría coincide en asignarle una
función importante en la integración de la personalidad, la motivación del comportamiento
y el desarrollo de la salud mental.

Para M.M. Casullo el Autoconcepto es una configuración organizada de percepciones


de uno mismo que son admisibles para el conocimiento. Es decir, una Gestalt compuesta por
las percepciones de uno mismo, y las percepciones de las relaciones con los otros en los
diversos aspectos de la vida, junto con la valoración asignada a esas percepciones, que están
disponibles para la conciencia pero no necesariamente están en la conciencia.

El Autoconcepto así definido abarcaría entonces, las ideas, evaluaciones, imágenes y


creencias que el sujeto tiene de sí mismo, incluyendo su percepción de las imágenes que los
otros tienen de él y hasta la imagen de la persona que le gustaría ser.

El Autoconcepto es de naturaleza fenomenológica ya que no puede ser objeto de


observación directa sino que debe inferirse a partir de las autodescripciones y de las
observaciones de comportamientos.

Si bien están implícitos factores biológicos y culturales, dichas percepciones se


construyen a través de interacciones con el medio social durante la infancia y en relación
con comportamientos y actitudes de los otros. Todas las personas desde niños van
aprendiendo lo que son a partir de lo que sus acciones “significan” para los demás. Estas
percepciones dan origen a actitudes auto evaluativas y sentimientos que tiene importantes
funciones organizadoras de la personalidad y ayudan a generar motivaciones. Es así que las
respuestas de los otros individuos serán importantes para determinar cómo una persona se
percibirá a sí misma, esta percepción influirá en su Autoconcepto, el cual a su vez guiará su
conducta.

Para M.M. Casullo, en la estructuración del Autoconcepto intervienen 4 componentes


fundamentales que pueden ser considerados como etapas del desarrollo evolutivo:

1) Una conciencia de identidad que se esboza cuando está cerca de su primer año de
vida, cuando se empieza a diferenciar las sensaciones provenientes del propio cuerpo
de las que son provocadas por objetos exteriores.

2) Una conciencia del yo como sujeto de la actividad que aparece entre los 2 y 3 años,
cuando el niño maneja los pronombres personales y puede decir “yo quiero…”

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3) Una captación de las características psicológicas producto de la generalización de
datos sobre la autoobservación y que presupone la posibilidad de un desarrollo
cognitivo que posibilite el pensamiento operatorio concreto.

4) Una autovaloración axiológica que se concreta con el acceso al pensamiento


operatorio formal.

En relación a esto, puede decirse que las variables que intervienen en su formación
son prácticamente ilimitadas: se sabe que tienen gran importancia las experiencias en los
primeros años de vida, por lo que adquiere gran importancia la familia, los amigos, el
rendimiento escolar, el diálogo dentro de la familia, los educadores, la posición del individuo en
la estructura social, los medios masivos de comunicación, etc., sólo por mencionar algunos de
los aspectos que influyen en su formación.

Los científicos sociales sostienen que en las percepciones del sí mismo se pueden
distinguir dos aspectos: el Autoconcepto o imagen de sí mismo y la Autoestima que se refiere a
los sentimientos de estima de sí mismo.

El Autoconcepto es más general e incluye tanto la percepción de las características del


individuo como una evaluación de las mismas. La autoestima hace más hincapié en el aspecto
evaluativo de esas características.

La autoestima se presenta como una conclusión final del proceso de autoevaluación:


el sujeto tiene de sí un concepto, si luego pasa a autoevaluarse e integra valores importantes,
esto es, se valora en más o en menos, se infra o sobre valora, decimos que tiene un nivel
determinado de autoestima. Por esto, Autoconcepto y Autoestima van juntos. Un concepto
supone auto descripciones y autoevaluaciones, representa juicios acumulados que el individuo
formula sobre sí mismo. Debemos otorgarle importancia a los sentimientos de estima de sí
porque a través de ellos se puede captar la percepción que tiene la persona acerca de sí
misma.

Consideramos la autoestima como la satisfacción personal del individuo consigo


mismo, la percepción de la eficacia de su propio comportamiento y una evaluativa actitud e
aprobación que él siente hacia sí mismo que se traducirá en seguridad y confianza en sí
mismo y en su comportamiento.

Entendido así el Autoconcepto, pueden diferenciarse dos aspectos o componentes


fundamentales: el cognitivo y el afectivo:

Al aspecto cognitivo hace referencia al AUTOCONCEPTO, y se refiere a un particular


sistema de ideas y creencias que una persona tiene respecto de sí misma en un momento
dado en el tiempo.

Al aspecto afectivo se lo ha denominado AUTOESTIMA y se refiere a la medida en


que la persona se valora a sí misma considerando sus características y habilidades.

Si bien podemos diferenciar estos dos aspectos, cuando hablamos de Autoconcepto o de


Autoestima nos estamos refiriendo a ambos aspectos al mismo tiempo.

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Este sistema de creencias es aprendido y se va desarrollando a medida que la persona
se enfrenta con nuevos ambientes. Cada experiencia y la interpretación que la persona hace
de cada experiencia influyen en el desarrollo de su Autoconcepto positiva o negativamente.
Este sistema de creencias guía la conducta y a su vez es como un “filtro” para la
interpretación de las experiencias.

Esto genera una serie de actitudes relativamente estables con respecto a:

 La percepción del propio cuerpo


 La percepción de su comportamiento social
 La percepción de su rendimiento intelectual
 La percepción del reconocimiento de los otros y la popularidad.

Sólo por mencionar algunos de los aspectos de este multifacético concepto.

Cómo las personas se perciben (su autoimagen o concepto que tiene de sí misma) y el
valor que le concede a ellas (su autoestima), son cruciales a la hora de determinar:

 los objetivos que se marcan o establecen como proyecto e vida,


 las actividades que inician,
 las actividades que mantienen y
 las respuestas que dan a otros,
 así como la forma particular de vincularse o relacionarse con los demás.

Y siempre se le asigna una importante función en:

 La integración de la personalidad
 La motivación del comportamiento y
 El desarrollo de las salud mental

Una cosa es la capacidad objetiva que una persona posee referida a algún aspecto
particular y otra su percepción de dicha capacidad, es decir, de lo que se considera capaz, su
actitud ante esa capacidad. Como esas actitudes se construyen a través de las interacciones
con los otros, tiene mucha importancia la experiencia.

Lo que una persona cree que es condiciona lo que hace.

BIBLIOGRAFÍA

CASULLO, María Martina: “El Autoconcepto. Técnica de evaluación”. Psicoteca Editorial. Bs.
As., 1991.

OÑATE, M. de: “El Autoconcepto. Formación, medida e implicaciones en la personalidad”. Ed.


Narcea, España, 1989.

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