2.2. Consideraciones Sobre Lo Rural-Urbano y El Planteamiento de Un Nuevo Enfoque - La Nueva
2.2. Consideraciones Sobre Lo Rural-Urbano y El Planteamiento de Un Nuevo Enfoque - La Nueva
2.2. Consideraciones Sobre Lo Rural-Urbano y El Planteamiento de Un Nuevo Enfoque - La Nueva
Sin embargo la única y real diferencia encontrada entre esto dos medios ha sido el número
de habitantes, que para el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) establece,
localidades con un número menor a 1500 habitantes se considera rural, tal vez eso es con
fines prácticos. En ese sentido García (1976) considera que la:
Durante la década de los treinta surge una nueva percepción, en ésta la perspectiva antagónica
pasó a ser vista desde una situación de lo rural a otra de lo urbano, llamada de continuidad
rural-urbano, para ello encuentra nueve diferencias expuestas por Romero (2012):
7.-Diferencia en la movilidad social, baja movilidad sobre el territorio, en lo rural los hijos
tienden a seguir la ocupación de los padres.
8.-Diferencia en la dirección de las migraciones, unidireccional del campo (centro de
producción de excedentes) para la ciudad (centro de consumo de excedentes), salvo el
período de siniestros como ser: epidemias, hambrunas, entre otros.
“Los estudios tradicionales y dedicarse por completo al estudio de las estructuras del
capitalismo de las sociedades desarrolladas, las políticas agrarias del estado, el trabajo
agrícola, los desequilibrios regionales y la ecología agrícola. Se buscaba de esa manera, una
mayor aproximación por parte de la sociología rural al estudio y análisis de los cambios que
sucedían en las sociedades rurales a partir de un contexto global y bajo condicionantes
esencialmente capitalistas”. (p. 4)
La Cía. Industrial Cerillera fue la primera en que se estableció en San Juan cambiando el uso
del suelo y la vocación campesina de los trabajadores en una industria. Si eso ocurrió en
1940, lo repitió en la década de los noventa. Cuando los parques industriales de San Juan se
encontraban saturadas, las manchas urbanas se había desbordado y muchos apostaban que el
modelos industrial de San Juan se había agotado. (p.98)
que a su vez engendran una cultura política diferente en cada medio, la cual se expresa en
actitudes y orientaciones distintas hacia el sistema político. Conforme avanza el proceso de
modernización, las áreas rurales se vuelven más dependientes del sistema mayor del que
forman parte”. (p.107)
Esto permite entender y lograr el desarrollo armónico y democrático, al poderse explicar las
relaciones intersectoriales, trabajo multidisciplinario, organización económica, relaciones en
el medio rural, cultura, política y otros elementos propios del territorio.
El propio Romero (2012) establece los criterios que posibilitan establecer los trazos que
configuran la ruralidad latinoamericana:
productivo;
se la observa como un proceso que cobra en cada región características específicas, por
cuanto interactúan distintas variables económicas, sociales y políticas que confieren a cada
territorio una identidad única, con una historia, un presente y una proyección futura
construida por la sociedad que interactúa en ese espacio;
se observa interacción entre los diferentes centros urbanos rurales los cuales configuran un
entretejido social que reconfiguran el espacio social rural. (p. 9)
Esto articula los fenómenos entre lo rural y el espacio, siendo las regiones y los espacios
locales donde se analizan las configuraciones sociales, económicas, culturales y de política
propias del territorio conllevando a su ordenamiento propio. En el cual las estrategias
llevadas por lo actores, no solo forman parte de estrategias centrales y descentralizadoras
sino también pueden generar estrategias locales con mayor impacto.
De acuerdo con Echeverri y Moscardi (2005) la economía rural debe ser considerada como
una economía territorial, ello facilita su comprensión integral y articulada de sus
componentes. Algunos rasgos que caracterizan una economía territorial son:
Desde luego un territorio desintegrado es peligroso, tanto para sus pobladores como para el
propio estado, no debemos olvidar el trabajo realizado por Carranza, Flores, García y Salinas
(2004, p.14) en el que acentúan textualmente; “La paz comienza cuando el hambre acaba”.
En esas condiciones parece ser interesante abordar el término globalización, éste invita a
entender el funcionamiento real de la globalización en la dinámica de la cohesión local y
territorial, comprender la mezcla del proceso homogeneizador de la globalización ante la
heterogeneidad de cada uno de los territorios y su resistencia al cambio es elemental en ese
sentido Carrillo et al (2013).
“El término globalización nos ha permitido observar cómo ciertas regiones y localidades
afectadas por políticas globales han transformado la realidad de los grupos locales de
población. Estos procesos sitúan repentinamente a los miembros de las comunidades ante
formas diferentes de cotidianidad, modificando incluso su historia y expectativas de vida. Lo
anterior ha generado una multiplicidad de respuestas diferenciadas por sub-grupos al interior
de las comunidades; lo cierto es que se han visto obligados a replantear sus particularidades”.
(p.72)