Colombia 25 Años de Resistencia

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COLOMBIA 25 AÑOS DE RESISTENCIA

Colombia 25 Años de Resistencia

Derly Yoreli Guerrero Enriquez y Jesus Farid Ceron.

Instituto Tecnológico del Putumayo

Septiembre 2020

Notas de autor

Derly Yoreli Guerrero Enriquez y Jesus Farid Ceron. Tecnología en Gestión Contable
Cuarto semestre 4B, Instituto Tecnológico del Putumayo.

La correspondencia relacionada con esta investigación debe ser dirigida a nombre de


Derly Yoreli Guerrero Enriquez y Jesus Farid Ceron. Instituto Tecnológico del
Putumayo, barrió Luis Carlos Galán, sede Mocoa

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Tabla de contenido

Tabla de contenido
Colombia 25 años de resistencia 1
Empezando por 1982 1
En 1983 nacen los primeros grupos armados en Colombia 1
La lucha (1989-1994): 2
En La confusión (1994-1998): 2
En la narrativa de Colombia Vive 6
Introducción

A lo largo de la historia de Colombia, nos damos cuenta que hemos vivido en un país

donde reina la guerra, el conflicto armado, la corrupción, diariamente en nuestra prensa

encontramos , asesinatos, secuestros , violaciones de derechos humanos , pero que a la

hora de la verdad nadie hace nada, los esfuerzos de unos pocos con buenos ideales para

transformar nuestro país quedan suprimidos por aquello que se pelean el poder, solo se

quedan en el intento y en propuestas que cruelmente son escasas las probabilidades que

se lleven a cabo, en el documental Colombia vive 25 años de resistencia, dirigido por

Mauricio Gómez, es una breve reseña de los principales eventos , que han ocurrido en

Colombia
COLOMBIA VIVE 25 AÑOS DE RESISTENCIA

Nuestro país ha sido víctima de innumerables abusos de todo tipo, se observa

claramente que ha sido desangrado desde hace 25 años.

Empezando por 1982, más exactamente el 21 de octubre se anuncia Gabriel García

Márquez como nobel de literatura y el 10 de diciembre del mismo año recibe el premio

en el reino de Suecia, pero se concentra realmente en el proceso de paz del gobierno

Betancur (1982-1986) con las guerrillas, el auge del narcotráfico y la indiferencia social

con respecto a la exhibición de la fortuna de los capos del narcotráfico, el surgimiento

de la Unión Patriótica por la tregua con las FARC, la guerra a las drogas con

fumigaciones, algunas detenciones y decomisos, y finaliza con el asesinato del ministro

de Justicia Rodrigo Lara.

En 1984 Belisario Betancur trabaja por la paz, hasta aquí todo parece marchar bien

pero las circunstancias que vienen no van en pro a la paz colombiana.

En 1983 nacen los primeros grupos armados en Colombia como las FARC

(fuerzas armadas revolucionarias de Colombia), el ELN (ejército de liberación nacional)

y el EPL (ejército popular de liberación). EN 1984 nace el M-19. Le siguió Carlos

Pizarro, los dirigentes del M-19 son juzgados y aprisionados en la cárcel de la picota en

Bogotá pero no cumplen su condena por la ley amnistía.

Un problema de Colombia es el narcotráfico, donde sus principales capos fueron

pablo Emilio escobar, Gonzalo Rodriguez y los hermanos Ochoa.

El 6 de noviembre de 1985 se da la toma del palacio de justicia por el M-19 donde Galán

es asesinado por Pablo Escobar Gaviria.


Se destaca la guerra contra la extradición por parte de los

llamados extraditables, la toma y contra toma del Palacio de Justicia, la erupción del

Volcán del Ruíz y la desaparición de Armero, el genocidio de los militantes de la Unión

Patriótica y de izquierdistas por parte de las autodefensas, la guerra del Cartel de

Medellín que llegó a las ciudades, la dejación de armas por parte del M-19 y culmina

con el asesinato de Luis Carlos Galán en campaña presidencial.

La lucha (1989-1994): muestra en forma paralela el cambio de Constitución Política

luego de la Asamblea Nacional Constituyente; la entrega, fuga y persecución de Pablo

Escobar, que acaba con el narcoterrorismo pero no con el narcotráfico, negocio que,

dice el documental, es tomado por guerrillas y paramilitares.

En La confusión (1994-1998): se destaca la elección de Ernesto Samper con dineros del

Cartel de Cali, y el asesinato de Álvaro Gómez en medio del escándalo de la

financiación mafiosa de la campaña a la presidencia. Por su lado, los paramilitares se

extienden por todo el país, y, por medio de masacres, llevan al desplazamiento de miles

de familias, mientras la FARC da golpes contundentes a bases militares y toma

prisioneros que luego durarán años en la selva. Termina el capítulo con niños y jóvenes

que han sufrido mutilaciones por minas quiebra patas, puestas por la guerrilla en zonas

de cultivo de coca.

La ilusión (1998-2002): comprende el gobierno de Andrés Pastrana centrado en el

proceso de paz con la guerrilla de las FARC. Aparece una breve intervención del jefe

paramilitar Carlos Castaño, quien dice que el país se le está entregando a la guerrilla,

pero las acciones de sus efectivos no ocupan mayor espacio del capítulo. En cambio sí

lo hacen las imágenes de policías y soldados en cautiverio, así como de civiles entre los

que se cuenta a la precandidata presidencial Ingrid Betancourt. Secuestros masivos y


atentados dan fin al proceso de paz. El capítulo termina con el

asesinato del humorista Jaime Garzón.

Álvaro Uribe Vélez, quien fue el presidente por el lapso de 9 años (2002-2010) fue

blanco del escándalo de parapolítica, pero que a la vez su gobierno logro objetivos

como la seguridad y la economía del país.

Se trata de amortiguar todas estas falencias de nuestro país con personas que le

aportan un buen y respetado conocimiento como lo son los cantantes y los grupos

musicales.

Colombia, es un país que ha sufrido demasiados abusos como los vistos

anteriormente.

En el documental, el cambio de episodio está definido por una serie de actores

buenos o malos que producen cambios en la supuesta rutina del país. Pero “Colombia”

es en realidad, no el conjunto de la población, sino la “clase dirigente” de políticos,

empresarios, periodistas y militares que, según el nombre mismo del documental,

sobreviven como unidad a diferentes estados anímicos euforia, confusión, ilusión y

alegría, contrarrestados por dos episodios épicos (la lucha y, parcialmente, la ansiedad y

otro idílico la alegría. Pero, ¿realmente hay un cambio o varios a lo largo de un cuarto

de siglo? El periodista Caballero y el analista político Gómez Buendía coinciden al

afirmar que en Colombia el tiempo no avanza, es cíclico e incluso estático.

Porque no hay una concepción moderna ni en la “clase dirigente” ni en los dirigidos.

En el libro No nacimos pa’ semilla (1990) y en la película Rodrigo D: no futuro (1990)

el tiempo es anti moderno, no tiene perspectivas de cambio o progreso, no hay antes o


después, sólo un presente que debe ser vivido con intensidad; para

el caso de los jóvenes de zonas urbanas marginales, puesto que eso lo hace más durable.

Son conciencias de jóvenes que iban de los 12 a 20, o 25 años de edad en la década de

1980 y 1990, que encontraron en el viaje a la muerte una forma de participar,

fugazmente, de esos bienes materiales con los que se identificaba el afecto, el

reconocimiento y el agradecimiento a la familia.

En la narrativa de ¡Colombia Vive!, ese cambio parece entenderse como la mera sucesión

de hechos noticiosos. No es una polifonía de voces recogidas por el documental, se trata

de un sermón monológico, para usar la terminología de Bajtín. No hay una reflexión, de

esos actores enfrentados, sobre el papel o rol que cumplen. Lo que aparecen son

justificaciones de tipo político, en un contexto de exhibición mediática. Es el caso de

una ingenua periodista, que le pregunta a quemarropa al comandante guerrillero Pedro

Antonio Marín, si ha cometido crímenes (secuestros, tráfico de cocaína, asesinato de

soldados), lo cual él niega y justifica en el contexto de guerra. Al capo Gonzalo

Rodríguez Gacha, se le pregunta si sus dineros son “calientes”, él responde que lo único

que ha hecho es brindar empleos y ayuda a los necesitados, y que los que ocuparon u

ocupan la presidencia o la dirección de la institucionalidad económica, se auto justifican

al seleccionar los hechos que los muestran como los indicados para el momento

histórico que les tocó en suerte. En el documental, el género discursivo periodístico de

la entrevista, a quienes tuvieron o tienen roles de poder, no lleva a un autoexamen de los

sujetos, sino a la justificación de su posición social, que les da la posibilidad de tomar

decisiones sobre la vida de otros. Esos otros son las víctimas no reconocidas que no son

entrevistadas o cuyos puntos de vista no aparecen en el documental. El contraste es

notorio cuando se escuchan las declaraciones de otros periodistas y analistas políticos,

que no ocuparon posiciones de poder (Alonso Salazar, Germán Castro, Claudia López),
y que denuncian las contradicciones sociales que sustentan los

conflictos que son convertidos en episodios noticiosos. El narcotráfico es visto (a partir

de lo dicho por Salazar) no sólo como ostentación de mal gusto, tráfico ilegal y una

criminalidad exacerbada para sostenerlo, sino también como el ascenso de unos valores

y unas estéticas populares que fueron marginales y marginalizadas, hasta que tuvieron el

respaldo económico para hacerse públicas. De igual forma, los esfuerzos de la policía

por acabar con los cultivos de marihuana se ven (en el contexto aportado por Castro)

como inocuos, cuando se recuerda que sólo se dejó de sembrar en Colombia porque en

Estados Unidos se comenzó a cultivar o iniciaron con drogas más adictivas o fuertes. En

cuanto a la parapolítica, la narración noticiosa muestra unos elegantes personajes (otrora

comandantes paramilitares) que van al Congreso, y si bien reconocen que hubo

crímenes, los justifican pidiendo que les agradezcan porque salvaron al país del

comunismo. Mientras que la analista López plantea que la forma de hacer política

incluyó la criminalidad, y que esos señores de la guerra no son cínicos, sino que vienen

a pasar factura por sus servicios, esos servicios solicitados por los políticos para ser

elegidos de manera “legal”. Para buscar algo de orden en esa esquizofrenia del

documental, que, por un lado, narra con voz en off y de manera audiovisual que el

personaje “Colombia” (la clase dirigente), con una identidad acabada o definida, resiste

al conflicto armado promovido por diversos actores (guerrilla, paramilitares,

narcotraficantes); por otro lado, incluye voces que nos llevan a pensar que el concepto

de resistencia no es el más adecuado para describir una sociedad inacabada, dividida,

profundamente desigual y con una jerarquía o clase dirigente que hace pactos con el

diablo o que mantienen exclusiones para preservar sus privilegios y seguridad personal.

Pareciera no una resistencia contra adversidades externas al país, sino contra la

posibilidad de superar esos conflictos que definen, precisamente, lo desigual y


autoritario que es el país. Para ahondar en esa hipótesis es

necesario apelar a unas herramientas metodológicas brindadas por Bajtin, para

comprender por qué es tan importante lo que se narra, como los principios que

organizan el cambio (tiempo) y su expresión espacial, vista a través de las acciones que

se muestran

Actualmente gracias a varios cambios sociales han sido menos drásticos pero con

secuelas que nos marcaran para siempre como colombianos. Esto nos afecta en nuestra

manera de pensar, de vivir con el miedo a denunciar, el revelarse contra el mal que nos

azota y por cada situación que se presenta al quedarnos callados.


Conclusiones

Vivimos en un constante atropello por parte de grupos armados, de la delincuencia

común y es la corrupción, todo esto se debe que como se dijo anteriormente por la falta

de valor que carecemos como ciudadanos. Pero esto se debe a las bofetadas de personas

y grupos anteriormente mencionados que han golpeado a nuestro país, aunque

actualmente son de menor cantidad pero siguen existiendo. Eso es suficiente para que

como colombianos tengamos miedo de hacer las cosas, de ser indiferentes cuando

nuestro prójimo necesite nuestra ayuda, aferrarnos a los que nos quieran imponer y a los

excesos de poder para después solo quejarnos y quejarnos y no hacer nada más que eso.

Lo primero que debemos hacer para superar todo esto es el cambio en nosotros

mismos a no ser indiferentes, elegir personas que si valgan la pena como mandatarios

del país para acabar con los miles de problemas que nuestra república padece.

Como en el documental se afirma, se ha tratado de amortiguar los golpes que

Colombia ha tenido con artistas y personas que dan la cara por el país pero no es

suficiente para acabar con los problemas que tenemos y que afrontamos día a día.
Bibliografía

[ CITATION Col \l 3082 ]

[ CITATION Ref1 \l 3082 ]

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