TP 3
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Para esto leer desde la página 41 a la 55 del libro de A. Monasterio y realizar el trabajo práctico No 3.
Les envío en ppt una síntesis hecha en relación al apunte antes citado.
Por último, también va el libro de R. Brown que van a necesitar para realizar la segunda actividad.
Los evangelios son textos narrativos, y es propio de un texto narrativo, su historicidad, es decir,
describir acontecimientos que se pueden ubicar en “el espacio” y en “el tiempo”, y desarrollar una
“trama” en donde se relacionan distintos “personajes”.
Por otra parte, buscar en el apócrifo Evangelio de Tomás un texto semejante a esta parábola y
comentar si se observan las circunstancias de tiempo y espacio en el que es dicha y si aparecen
personajes presentes en la escena.
Por otra parte, en la pg. 51ss A. Monasterio afirma que los evangelios sinópticos tienen grandes
semejanzas entre sí, pero no son una mera copia uno de otro. Que la Iglesia aceptó la pluralidad de
evangelios desde el comienzo y que esto supone una riqueza teológica, ya que tras una aparente
semejanza se esconden teologías distintas e Iglesias distintas.
Te pido que leas en el capítulo III, el punto 8 (página 133ss) y escribas una breve síntesis de no más
de 10 renglones por evangelio, dando cuenta de cuál es la cristología que nos ofrece cada evangelio a
la luz del ministerio público de Jesús.
Será una forma de ver concretamente lo que nos enseña Monasterio: Los evangelios tienen grandes
semejanzas entre sí, pero esconden una gran riqueza teológica.
Verás que Brown analiza a los 4 evangelios y no sólo los sinópticos. Pero tener una mirada de
conjunto será útil para evidenciar que “ningún evangelio por separado puede darnos una imagen
total, y sólo cuando los cuatro se mantienen unidos entre sí, la Iglesia llega a percibir quién es Jesús”.
TP N.º 3
En Mateo encontramos a Jesús diciéndole esta parábola a una muchedumbre reunida a orillas del
mar. En cambio, en el apócrifo de Tomás no tenemos ninguna mención al espacio ni al tiempo en el
que Jesús dice estas palabras, así como tampoco aparecen personajes.
Mateo: A diferencia de Marcos, los discípulos pueden darse cuanta quien es Jesús en algunas
ocasiones. En Marcos, los discípulos reinterpretarán los hechos después de la resurrección. En
cambio, en Mateo se presenta una pedagogía más insistente, presentando respuestas “pospascules”,
es decir, desde la fe de los apóstoles después de la resurrección. Esto hace de este evangelio un buen
recurso catequístico en la iglesia primitiva. A su vez, la figura de cristo aparece más completa, con
más “poderes”, sus discípulos tienen una fe más profunda. Ej.: el Jesús de Marcos cura sin saber a
quién (hemorroisa), el de Mateo lo hace porque conoce sus pensamientos.
Lucas: Como este evangelio se complementa con el libro de Hechos, Lucas no tiene la necesidad de
expresar formulaciones cristológicas pospascuales como Mateo, a su vez que no narra las
limitaciones humanas de Jesús o la irreverencia de los apóstoles (Getsemaní, negaciones en la
pasión, etc). Si bien, Lc nos presenta a los discípulos confesando a Jesús como Hijo de Dios, los
lectores son consientes de que se dirigen a él como Señor-kyrios. El Jesús noble de Lucas, que está en
paz con Dios y consigo mismo, tiene unos discípulos que permanecen junto a él en sus pruebas.
Juan: De Mt a Lc, el peso de la balanza está puesto en la humillación de Jesús como Siervo. En
cambio, en Juan el peso está puesto en la exaltación de su identidad como Mesías/Hijo. Mientras que
en los sinópticos es necesaria la trasfiguración para manifestar la gloria, en Jn se manifiesta en su
primer signo milagroso (Jn 2,11) El Jesús de Juan lo sabe todo; en su pasión no es una víctima, sino
que tiene todo bajo control.
De esta forma, los cuatro evangelios tienen conciencia del mesianismo de Jesús, pero de cada uno se
desprenden imágenes distintas. Ej.: Marcos nos ayuda a comprenderlo como verdadero hombre;
Juan, como verdadero Dios.