C 1214 01
C 1214 01
C 1214 01
La formación del policía se inicia con una convocatoria de acuerdo con las
vacantes existentes para ingresar al curso de formación como Oficial o
miembro del Nivel Ejecutivo, para lo cual se exigen unas condiciones
generales de ingreso que se encuentran establecidas en el artículo 8 del
Decreto 1791 del 14 de septiembre de 2000.
Cabe anotar que el Decreto 1791 de 2000, "Por el cual se modifican las
normas de carrera del Personal de Oficiales, Nivel Ejecutivo, Suboficiales y
agentes de la Policía Nacional", en su artículo 5º establece la jerarquía de los
cargos para efectos de mando, régimen disciplinario, justicia Penal Militar, lo
mismo que para todos los derechos y obligaciones consagradas en este
Decreto, determinando al efecto los grados de oficiales, nivel ejecutivo,
suboficiales y agentes. Y en el artículo 6º preceptúa que son estudiantes
quienes ingresan a las seccionales de la Escuela Nacional de Policía "General
Santander", para adelantar cursos de formación y no pertenecen a la jerarquía
de que trata ese ordenamiento.
Pero estas razones no son óbice para que el legislador haya considerado que
los alumnos de las escuelas de formación integran el personal de la Policía
Nacional, toda vez que resulta razonable que al definir quienes hacen parte del
personal policial se haya tomado en cuenta la situación particular en la que se
encuentran los alumnos de las escuelas de formación, quienes en virtud de la
instrucción recibida adquieren un sentido de pertenencia frente a la misión
constitucional encomendada a la Policía Nacional, aunque sometidos a un
régimen especial en su condición de estudiante.
También ha reconocido la Corte que si bien en esta materia existe una aparente
contradicción de carácter constitucional entre la disposición que le asigna a la
Policía Nacional naturaleza civil y la que ordena que los delitos cometidos por
sus miembros en servicio activo y por razón del mismo, sean de conocimiento
de las cortes marciales o tribunales militares no puede desconocerse el
contenido del artículo 221 Superior, disposición que no resulta irreconciliable
con la contenida en el artículo 218 ibidem que consagra el carácter civil de la
Policía Nacional.
Esta Corporación ha señalado que sólo pueden ser juzgados por la jurisdicción
penal militar los miembros activos de la fuerza pública -entiéndase fuerza
militar y policía nacional-, cuando éstos cometan un delito relacionado con el
servicio mismo. De ahí que haya dicho que son dos elementos que deben estar
presentes para que opere la competencia de las Cortes marciales o tribunales
militares. El primero, de carácter subjetivo: pertenecer a la institución
castrense y ser miembro activo de ella; el segundo, de carácter funcional, por
cuanto el delito cometido debe tener relación con el servicio.2
1
Sentencia C-444 de 1995. M.P. Carlos Gaviria Díaz
Sentencia C-444 de 1995. M.P. Carlos Gaviria Díaz
2
Debe precisarse que en relación con los Generales y
Almirantes de la Fuerza Pública, el artículo 234-34 de la Carta
establece una excepción al fuero penal militar, puesto que
Con fundamento en estos dos elementos la Corte ha expresado que cuando el
Constituyente dispuso que el fuero militar opera cuando el delito tenga
“relación con el servicio”, se requiere que el acto delictivo por el cual un
miembro de la fuerza pública puede ser juzgado por la justicia penal militar
debe ser cometido en ejercicio de “las actividades concretas que se orienten a
cumplir o realizar las finalidades propias de las fuerzas militares – defensa de
la soberanía, la independencia, la integridad del territorio nacional y del
orden constitucional – y de la policía nacional – mantenimiento de las
condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y libertades públicas
y la convivencia pacífica”3
Por ello se hace necesario distinguir entre los actos que ejecuta el miembro de
la fuerza pública en ejercicio de las actividades propias de su cargo, y aquellos
que puede realizar como cualquier persona dotada de capacidad de actuar
delictivamente. Distinción ésta que, en su momento, corresponderá hacer a las
autoridades encargada de las funciones de investigación y juzgamiento.
(...)
3
Sentencia C- 358 de 1997
“El simple hecho de que una persona esté vinculada a la fuerza pública no
dota a su propósitos delictivos de la naturaleza de misión de la fuerza
pública. Ello continúa siendo simplemente la voluntad delincuencial imputable
a la persona, desconectada del servicio público de la defensa y de la
seguridad jurídica, la cual en un plano de estricta igualdad deberá ser
investigada y sancionada según las normas penales ordinarias”.
(...)
“La exigencia de que la conducta punible tenga una relación directa con una
misión o tarea militar o policiva legítima, obedece a la necesidad de preservar
la especialidad del derecho penal militar y de evitar que el fuero militar se
expanda hasta convertirse en un puro privilegio estamental. En este sentido,
no todo lo que se realice como consecuencia material del servicio o con
ocasión del mismo puede quedar comprendido dentro del derecho penal
militar, pues el comportamiento reprochable debe tener una relación directa y
próxima con la función militar o policiva. El concepto de servicio no puede
equivocadamente extenderse a todo aquello que el agente efectivamente
realice. De lo contrario, su acción se desligará en la práctica del elemento
funcional que representa el eje de este derecho especial”. (subrayas fuera de
texto).
Para la Corte el cargo está llamado a prosperar por las siguientes razones:
Por tanto se concluye que los partes acusados de los artículos 256 y 258 del
Código Penal Militar son inexequibles, porque los alumnos o estudiantes que
se encuentren adelantando cursos de formación para ingresar al escalafón de la
carrera especial de la Policía Nacional no conforman la jerarquía de la
En suma, los delitos que cometan los alumnos o estudiantes de las escuelas de
formación de la Policía Nacional deben ser de conocimiento de la jurisdicción
ordinaria y no de la Inspección general de la Policía Nacional y los juzgados
de Departamento de Policía, en la forma como lo disponen los artículos 256 y
258 de la Ley 522 de 1999. Por tal razón, los segmentos normativos acusados
de dichos preceptos serán declarados inexequibles.
VII. DECISION
RESUELVE:
HACE CONSTAR: