El Celador en La Unidad de Cuidados Intensivos

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El celador en la unidad de cuidados

intensivos
ÍNDICE

Índice
 

Objetivos
 

Unidad Formativa 1. Concepto general y principios


básicos
1.1. Definición

1.2. Ingreso de un paciente en la uci: aspectos a tener en cuenta

Unidad Formativa 2. Funciones del personal de la uci


2.1. Clasificación del personal de uci

A. Funciones del Diplomado Universitario en Enfermería


B. Funciones del Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería
C. Funciones del Personal No Sanitario Subalterno

Unidad Formativa 3. Colocación del paciente según su


situación clínica
3.1. Introducción

3.2. Posiciones del paciente

A. Decúbito supino o dorsal


B. Litotomía dorsal o posición ginecológica modificada
C.  Trendelemburg
D. Anti-Trendelemburg o posición de Morestin ( Trendelemburg invertido
o inverso)
E. Fowler
F. Decúbito prono o ventral
G. Decúbito lateral (izquierdo y derecho)

Unidad Formativa 4. El transporte intrahospitalario


4.1. Introducción

4.2. Fases del transporte intrahospitalario

Unidad Formativa 5. Principios básicos de mecánica


corporal
5.1. Introducción

5.2. Técnicas para la movilización y transporte del paciente

Unidad Formativa 6. Primeros auxilios: principios


básicos de atención
6.1. Introducción

6.2. Atención básica al accidentado

Unidad Formativa 7. Funciones vitales y su


mantenimiento
7.1. Introducción

7.2. Técnicas de reanimación cardiopulmonar básica

7.3. Otras urgencias

 
Unidad Formativa 8. Riesgos químicos en el sector
sanitario
8.1. Introducción

8.2. Clasificación de los contaminantes químicos por sus efectos sobre el organismo

8.3. Vías de entrada de los contaminantes químicos

8.4. Proceso de tranforamción de los tóxicos en el organismo

8.5. Intoxicación

8.6. Factores que influyen en la respuesta del organismo

8.7. Productos químicos más comunes en el ámbito santiario, sus intoxicaciones y sus
medidas de precaución

Unidad Formativa 9. Aislamientos hospitalarios


9.1. Introducción

9.2. Aislamiento entérico

9.3. Aislamiento estricto

9.4. Aislamiento de contacto

9.5. Aislamiento respiratorio

9.6. Aislamiento protector o inverso

Unidad Formativa 10. Recogida y transporte de


muestras biológicas
10.1. Introducción

10.2. Tipos de muestras biológicas humanas

10.3. Determinaciones más frecuentes realizadas en la u.c.i

10.4. Preparación de los pacientes y de las muestras para las pruebas de laboratorio.
Protocolo general de toma de muestras biológicas
10.5. Volantes de petición

OBJETIVOS

Objetivos generales de la actividad


 Proporcionar los  conocimientos necesarios  para implicarse y abordar de
forma eficaz el trabajo en la UCI
 Desarrollar competencias y estrategias relacionadas con las funciones de los
profesionales  en la UCI al objeto de mejorar su competencia profesional

Objetivos específicos de la actividad.


 Analizar los conceptos básicos y generales sobre el tratamiento del paciente 
hospitalizado en la UCI.
 Diferenciar las distintas funciones del personal no sanitario en la UCI
 Conocer las distintas posturas de los pacientes que están internos en la UCI
 Dotar al profesional de  los conceptos relacionados con el transporte
intrahospitalario de los pacientes, especialmente los pacientes que se
encuentran en la UCI
 Descripción de los principios básicos de la mecánica corporal
 Diferenciación de los distintos primeros auxilios que hay que  dar a los
pacientes que se encuentren en la UCI
 Conocer las funciones vitales de los pacientes y su mantenimiento
 Saber cuáles son los riegos químicos dentro del sector sanitario
 Dotar al profesional de todos los conceptos relacionados con el aislamiento
de los pacientes, especialmente los pacientes que se encuentran en la UCI
 Descripción de los principios básicos de recogida y transporte de muestras

UNIDAD FORMATIVA 1. CONCEPTO GENERAL Y PRINCIPIOS


BÁSICOS

1.1. DEFINICIÓN
1.1 DEFINICIÓN
 

Cuidados Intensivos es el sistema de asistencia clínica que se desarrolla


para la atención de aquellos enfermos en los que existe, o puede existir, de
manera inminente, un compromiso severo de sus funciones vitales.

Consiste fundamentalmente en:

 La vigilancia de dichas funciones.


 La interpretación de sus alteraciones.
 Las medidas a tomar.

Tipos de enfermos de Cuidados Intensivos:

 Enfermos en estado de shock.


 Crisis agudas de insuficiencia respiratoria.
 Casos de infarto de miocardio.
 Postoperatorios en intervenciones mayores.
 Algunos estados comatosos y trastornos metabólicos importantes.
 Cuadros neurológicos severos con mayor o menor grado de afectación de la
conciencia.

Una Unidad de Cuidados Intensivos consta de dos tipos


de elementos:
 
 

1.2. INGRESO DE UN PACIENTE EN LA UCI: ASPECTOS A TENER


EN CUENTA
1.2. INGRESO DE UN PACIENTE EN
U.C.I: ASPECTOS A TENER EN
CUENTA
La entrada de un enfermo en U.C.I. puede provocar en este un estado de ansiedad y
miedo a lo desconocido y a lo particular del sitio. Para empezar hay que informarle
acerca de su entorno inmediato:

Explicarle, procurando no utilizar terminología médica, para que sirve cada elemento
que lo rodea (electrodos, máscaras de O2, etc.)

Avisarle, de cualquier alarma que pueda escuchar sin que ello suponga necesariamente
un peligro. Es importante tener en cuenta que un enfermo de U.C.I. está aislado e
inmovilizado, tiene deprivación prolongada de sueño, ausencia de comunicación y
relaciones interpersonales, lo que en más o menos espacio de tiempo, y agravado por la
edad del paciente, puede llegar a desarrollar el llamado síndrome de UCI. Este síndrome
se desarrolla en dos etapas.

Durante la Primera etapa, el paciente puede notar:

 Cambios sutiles en su estado mental.


 Alteraciones afectivas.
 Insomnio.
 Hiperactividad e intranquilidad.
 Desorientación en cuanto a espacio y tiempo.
 Pérdida de memoria inmediata.
 Distorsión espacial (sensación de estar flotando).

Durante la Segunda etapa, puede experimentar:

 Alucinaciones visuales y táctiles.


 Actuaciones agresivas.
 Negativa a cumplir el tratamiento.

Cómo combatir estos síntomas:

 Intentar hablar con el paciente en la medida de lo posible.


 Programar períodos específicos de sueño aunque sea con la utilización de
algún fármaco.

Pasos que se siguen cuando un enfermo ingresa en


U.C.I.
 

UNIDAD FORMATIVA 2. FUNCIONES DEL PERSONAL DE LA UCI

2.1.CLASIFICACIÓN DEL PERSONAL DE UCI

2.1. CLASIFICACIÓN DEL


PERSONAL DE UCI    
 

En la unidad de cuidados intensivos (UCI) nos vamos a encontrar con diferentes tipos
de trabajadores, y para la correcta realización de nuestro trabajo, es importante conocer
tanto nuestras funciones como las funciones de aquéllos que se encuentran justo por
encima o por debajo de la cadena asistencial, a saber. A continuación desarrollaremos
las funciones de cada uno:

A) Funciones del Diplomado Universitario en Enfermería

B) Funciones del Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería

C) Funciones del Personal No Sanitario Subalterno


A) Funciones del Diplomado Universitario en
Enfermería
Las funciones que debe asumir una enfermera dentro de este servicio son múltiples, e
incluyen el papel de supervisión del servicio, algo que también afectará directamente al
técnico en cuidados auxiliares de enfermería, pues está incluido con el diplomado en el
grupo de sanitario no facultativo y por tanto, dicha enfermera también se encargará de
su supervisión

Son las funciones que marca el estatuto de los trabajadores (OM del 26de abril de 1973)
con respecto a las funciones a desarrollar por las Enfermeras y Ayudantes Técnicos
Sanitarios en las Instituciones cerradas (se citan textualmente):

1. Ejercer las funciones de auxiliar del Médico, cumplimentando las


instrucciones que por escrito o verbalmente reciban de aquél.
2. Cumplimentar la terapéutica prescrita por los facultativos encargados de la
asistencia, así como aplicar la medicación correspondiente.
3. Auxiliar al personal médico en las intervenciones quirúrgicas, practicar las
curas de los operados y prestar los servicios de asistencia inmediata en los
casos de urgencia hasta la llegada del Médico.
4. Observar y recoger los datos clínicos necesarios para la correcta vigilancia de
los pacientes.
5. Procurar que se proporcione a los pacientes un ambiente confortable,
ordenado, limpio y seguro.
6. Tomar las medidas para un buen cuidado de los pacientes y contribuir en todo
lo posible a la ayuda requerida por los facultativos o por otro personal
sanitario y cooperar con ellos en beneficio de la mejor asistencia del enfermo.
7. Cuidar de la preparación de la habitación y cama para recepción del paciente
y su acomodación correspondiente; vigilar la distribución de los regímenes
alimenticios ; atender a la higiene de los enfermos graves y hacer las camas
de los mismos con la ayuda de las Auxiliares de Clínica.
8. Preparar adecuadamente al paciente para intervenciones o exploraciones,
atendiendo escrupulosamente los cuidados prescritos, así como seguir las
normas correspondientes en los cuidados postoperatorios.
9. Realizar una atenta observación de cada paciente, recogiendo por escrito
todas aquellas alteraciones que el médico deba conocer para la mejor
asistencia del enfermo.
10. Anotar cuidadosamente todo lo relacionado con la dieta y alimentación de los
enfermos.
11. Realizar sondajes, disponer los equipos de todo tipo para intubaciones,
punciones, drenajes continuos y vendajes, etc., así como preparar lo necesario
para una asistencia urgente.
12. Custodiar las historias clínicas y demás antecedentes necesarios para una
correcta asistencia, cuidando en todo momento de la actualización y exactitud
de los datos anotados en dichos documentos.
13. Vigilar la conservación y el buen estado del material sanitario, instrumental
y, en general, de cuantos aparatos clínicos se utilicen en la Institución,
manteniéndolos ordenados y en condiciones de perfecta utilización, así como
efectuar la preparación adecuada del carro de curas e instrumental, y del
cuarto de trabajo.
14. Poner en conocimiento de sus superiores cualquier anomalía o deficiencia
que observe en el desarrollo de la asistencia o en la dotación del servicio
encomendado.
15. Mantener informados a sus superiores inmediatos de las necesidades de las
Unidades de Enfermería o cualquier otro problema que haga referencia a las
mismas.
16. Orientar las actividades del personal de limpieza, en cuanto se refiere a su
actuación en el área de Enfermería.
17. Llevar los libros de órdenes y registro de Enfermería, anotando en ellos
correctamente todas las indicaciones.
18. Cumplimentar igualmente aquellas otras funciones que se señalen en los
Reglamentos de Instituciones Sanitarias y las instrucciones propias de cada
Centro, en cuanto no se opongan a lo establecido en el presente Estatuto.

La figura del supervisor/a es muy importante en todo servicio hospitalario, siendo su


principal cometido el servir de nexo entre el servicio y la dirección del centro.
Últimamente, junto con la supervisión ha aparecido la figura de un/a coordinador/a de
cuidados, lugar que puede ocupar otra persona diferente al del supervisor/a, pudiendo
éste delegarle algunas tareas propias de la supervisión para hacer una descarga de
trabajo, aunque otras veces, es la propia supervisión quien asume también el papel de
coordinador, aparte de sus tareas propias.

Según la OM del 26de abril de 1973, (en la que aún no aparece recogida la figura del
coordinador), son las funciones del supervisor:

"La Jefatura de Enfermería (supervisión) dependerá de la Dirección de la Institución y


tendrá las siguientes funciones:

1. Proponer la organización y distribución del personal Auxiliar Sanitario, con


atención preferente a su especialización.
2. Dirigir la Unidad de Enfermería, velando por el adecuado cuidado de los
enfermos.
3. Velar por el mantenimiento de la disciplina, observar la conducta profesional
y distribuir el trabajo de todo el personal de Enfermería, cuidando que se
cumplan los horarios de trabajo del mismo.
4. Analizar las actividades del personal de Enfermería en orden a la uniformidad
del trabajo, elevación del nivel profesional y rendimiento del mismo.
5. Mantener permanentemente informada a la Dirección de las actividades de la
Unidad de Enfermería.
6. Organizar y dirigir las reuniones del personal cualificado de Enfermería y
señalar directrices al mismo.
7. Promover y participar en programas de formación específicos.
8. Instruir al personal de nuevo ingreso en la Unidad de Enfermería.
9. Emitir los informes administrativos relacionados con su función.
10. Cuantas misiones se le encomienden directamente por la Dirección,
compatibles con su misión específica, y aquellas que se determinen en los
Reglamentos de Régimen Interior, en cuando no se opongan a lo establecido
en el presente Estatuto.
 

B) Funciones del Técnico en Cuidados Auxiliares de


Enfermería
El técnico en cuidados auxiliares de enfermería pertenece al personal sanitario, y se
encarga de las tareas delegadas del ATS/ DUE. Le corresponde atender directamente al
enfermo desde el ingreso en el hospital hasta su alta, por lo cual será su responsabilidad
el hacer sentir al enfermo que es perfectamente atendido y respetado.

Las funciones del técnico en cuidados auxiliares son diversas según el lugar en el que
desempeñe su trabajo, por lo que en este apartado desglosaremos aquellas que
consideramos más importantes para el servicio de UCI, aparte de nombrar las funciones
comunes.

Según OM del 26 de abril de 1973, las funciones de los "Auxiliares de Enfermería" (hoy
conocidos como Técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería) se recogen en varios
artículos; citamos textualmente aquellos que son de interés para el ejercicio de sus
funciones en este servicio:

 Art. 74: Corresponde a las Auxiliares de Enfermería ejercer, en general, los


servicios complementarios de la asistencia sanitaria en aquellos aspectos que
no sean de la competencia del Personal Auxiliar Sanitario Titulado. A tales
efectos, se atendrán a las instrucciones que reciban del citado personal que
tenga atribuida la responsabilidad en la esfera de su competencia del
Departamento o Servicio donde actúen las interesadas, y, en todo caso,
dependerán de la Jefatura de Enfermería y de la Dirección del Centro.
Igualmente cumplirán aquellas otras funciones que se señalen en los
Reglamentos de Instituciones Sanitarias y las instrucciones propias de cada
Centro, en cuanto no se opongan a lo establecido en el presente Estatuto
 Art. 75 del Estatuto: Las funciones de las Auxiliares de Enfermería en los
Servicios de Enfermería serán:
1. Hacer las camas de los enfermos, excepto cuando por su estado le
corresponda al Ayudante Técnico Sanitario o Enfermera, ayudando a
los mismos en este caso.
2. Realizar el aseo y limpieza de los enfermos, ayudando al Personal
Auxiliar Sanitario Titulado, cuando la situación del enfermo lo
requiera.
3. Llevar las cuñas a los enfermos y retirarlas, teniendo cuidado de su
limpieza.
4. Realizar la limpieza de los carros de curas y de su material.
5. La recepción de los carros de comida y la distribución de la misma.
6. Servir las comidas a los enfermos, atendiendo a la colocación y
retirada de bandejas, cubiertos y vajilla; entendiéndose que dicha
retirada se efectuará por el personal al que corresponda desde la
puerta de la habitación de los enfermos.
7. Dar la comida a los enfermos que no puedan hacerlo por sí mismos,
salvo en aquellos casos que requieran cuidados especiales.
8. Clasificar y ordenar las lencerías de planta a efectos de reposición de
ropas y de vestuario, relacionándose con los servicios de lavadero y
planta, presenciando la clasificación y recuento de las mismas, que se
realizarán por el personal del lavadero.
9. Por indicación del Personal Auxiliar Sanitario Titulado colaborará en
la administración de medicamentos por vía oral y rectal, con
exclusión de la vía parenteral. Asimismo podrá aplicar enemas de
limpieza, salvo en casos de enfermos graves.
10. Colaborar con el Personal Auxiliar Sanitario Titulado y bajo su
supervisión en la recogida de los datos termométricos. Igualmente
recogerán los signos que hayan llamado su atención, que transmitirá a
dicho personal, en unión de las espontáneas manifestaciones de los
enfermos sobre sus propios síntomas.
11. Colaborar con el Personal Auxiliar Sanitario Titulado en el rasurado
de las enfermas.
12. Trasladar, para su cumplimiento por los Celadores, las
comunicaciones verbales, documentos, correspondencia y objetos que
les sean confiados por sus superiores.
13. En general, todas aquellas actividades que, sin tener un carácter
profesional sanitario, vienen a facilitar las funciones del Médico y de
la Enfermera o Ayudante Técnico Sanitario.

Para que quede claro este último punto, consideramos adecuado añadir el artículo 85 del
mismo estatuto que se ha comentado, que reza del siguiente modo:

"Queda prohibido a las Auxiliares de Enfermería la realización de los cometidos


siguientes:

1. Administración de medicamentos por vía parenteral.


2. Escarificaciones, punturas o cualquier otra técnica diagnóstica o preventiva.
3. La aplicación de tratamientos curativos de carácter no medicamentoso.
4. La administración de sustancias medicamentosas o específicas, cuando para
ello se requiera instrumental o maniobras cuidadosas.
5. Ayudar al personal médico en la ejecución de intervenciones quirúrgicas.
6. Auxiliar directamente al Médico en las consultas externas.
7. En general, realizar funciones de la competencia del Personal Auxiliar
Sanitario Titulado, en cuanto no se opongan a lo establecido en el presente
Estatuto."

Visto lo anterior, podemos hacer un desglose de estas funciones y considerar que son
tareas del Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería:

 Dar atención integral al paciente.


 Ayudar a la inmovilización y transporte del paciente.
 Ayudar a vestir y desvestir al paciente.
 Preparar al paciente para su exploración.
 Toma de constantes vitales.
 Tramitar las solicitudes y las muestras analíticas, de radiología, ecografía,
TAC...
 Supervisión y control de los boxes.
 Mantener una limpieza y orden correctos.
 Cuidado y mantenimiento del material, instrumental y aparatos clínicos.
 Ayudar al ATS/DUE a la administración de medicamentos orales,
 Colocación de sondas rectales y enemas
 Recogida de muestras de orinas, heces y esputos
 Toma de constantes: temperatura, pulso
 Revisar el almacén de medicamentos, material sanitario, ropa, carros de
curas... y mantenerlos perfectamente dotados.
 Efectuar el cambio de relevo (transmisión de información e instrucciones,
transmisión de la responsabilidad, transmisión de la documentación).
 Visitar a todos los enfermos a la entrada de cada turno.
 Colaborar con el ATS/DUE con respecto al plan de cuidados de cada
paciente.
 Garantizar la seguridad del paciente.
 Atender las llamadas.
 Colaborar en la recepción de pacientes.
 Colaborar en la higiene, la alimentación y otros cuidados del paciente.
 Guardar las pertenencias del enfermo.
 Comunicar las observaciones de cada paciente con respectos a: ingesta,
eliminación...
 Colaborar en el preparación de: intubación, endotraqueal, drenajes,
paracentesis...
 Cumplimentar la documentación oficial.
 Cumplimentar los registros que establece la normativa hospitalaria.
 Participar en las actividades docentes del hospital o unidad.
 Mantener el secreto profesional.

C) Funciones del Personal No Sanitario Subalterno


Según el Estatuto del Personal No Sanitario, aprobado por OM del 5 de julio de 1971
por el Ministerio de Trabajo, en relación al personal de aseo, recogido como
"limpiadoras", la única función que le atribuyen es la que nombramos a continuación:

"Atenderán la limpieza de los locales en general, dependencias y enseres de la


Institución"

Funciones del Celador:

Las funciones de los Celadores vienen recogidas en el artículo 14, punto 2, del Estatuto
de Personal No Sanitario al servicio de las Instituciones Sanitarias de la Seguridad
Social. Dicho estatuto se plasmó en una Orden del Ministerio de Trabajo de 5 de Julio
de 1971 (publicado en el B.O.E. del 22 de Julio de 1971). Aunque se ha promulgado el
nuevo Estatuto Marco que afecta a todo el personal estatutario del Sistema Nacional
de Salud (Ley 55/2003, de 16 de diciembre) y deroga los tres estatutos vigentes hasta la
fecha, las funciones recogidas en el antiguo Estatuto continúan vigentes.
Según el Estatuto del Personal No Sanitario, aprobado por OM del 5 de julio de 1971, el
celador tendrá que cumplir unas funciones generales, que enumeraremos a
continuación:

1. Tramitarán o conducirán sin tardanza las comunicaciones verbales,


documentos, correspondencia u objetos que les sean confiados por sus
superiores, así como habrán de trasladar, en su caso, de unos servicios a
otros, los aparatos o mobiliario que se requiera.
2. Harán los servicios de guardia que correspondan dentro de los turnos que se
establezcan.
3. Realizarán excepcionalmente aquellas labores de limpieza que se le
encomiende cuando su realización por el personal femenino no sea idónea o
decorosa en orden a la situación, emplazamiento, dificultad de manejo, peso
de los objetos o locales a limpiar.
4. Cuidarán, al igual que el resto del personal, de que los enfermos no hagan uso
indebido de los enseres y ropas de la Institución, evitando su deterioro o
instruyéndoles en el uso y manejo de las persianas, cortinas y útiles de
servicio en general.
5. Servirán de ascensoristas cuando se les asigne especialmente ese cometido o
las necesidades del servicio lo requieran.
6. Vigilarán las entradas a la Institución, no permitiendo el acceso a sus
dependencias más que a las personas autorizadas para ello.
7. Tendrán a su cargo la vigilancia nocturna, tanto del interior como exterior del
edificio, del que cuidarán estén cerradas las puertas de servicios
complementarios.
8. Velarán continuamente por conseguir el mayor orden y silencio posible en
todas las dependencias de la Institución.
9. Darán cuenta a sus inmediatos superiores de los desperfectos o anomalías que
se encontraren en la limpieza y conservación del edificio y material.
10. Vigilarán el acceso y estancias de los familiares y visitantes en las
habitaciones de los enfermos, no permitiendo la entrada más que a las
personas autorizadas cuidando no introduzcan en las Instituciones más que
aquellos paquetes expresamente autorizados por la Dirección.
11. Vigilarán, asimismo, el comportamiento de los enfermos y de los visitantes,
evitando que esos últimos fumen en las habitaciones, traigan alimentos o se
sienten en las camas y, en general, toda aquella acción que perjudique al
propio enfermo o al orden de la Institución.
12. Cuidarán que los visitantes no deambulen por los pasillos y dependencias
más que lo necesario para llegar al lugar donde concretamente se dirijan.
13. Tendrán a su cargo el traslado de los enfermos, tanto dentro de la Institución
como en el servicio de ambulancias.
14. Ayudarán, asimismo, a la Enfermeras y Ayudantes de planta al movimiento y
traslado de los enfermos encamados que requiere un trato especial en razón
de sus dolencias para hacerles la cama.
15. Excepcionalmente, lavarán y asearán a los enfermos masculinos encamados o
que no pueden realizarlo por sí mismos, atendiendo a las indicaciones de las
Supervisoras de planta o servicio o personas que las sustituyan legalmente en
sus ausencias.
16. En caso de ausencia del peluquero o por urgencia en el tratamiento, rasurarán
a los enfermos masculinos que vayan a ser sometidos a intervenciones
quirúrgicas en aquellas zonas de su cuerpo que lo requiera.
17. En los quirófanos auxiliarán en todas aquellas labores propias del Celador
destinado en estos servicios, así como en las que les sean ordenadas por los
Médicos, Supervisoras o Enfermeras.
18. Bañaran a los enfermos masculinos cuando no puedan hacerlo por sí mismos,
siempre de acuerdo con las instrucciones que reciban de las Supervisoras de
planta o servicios o personas que las sustituyan.
19. Cuando por circunstancias especiales concurrentes en el enfermo no pueda
éste ser movido sólo por la Enfermera o Ayudante de planta, ayudará en la
colocación y retirada de las cuñas para la recogida de excretas de dichos
enfermos.
20. Ayudarán a las Enfermeras o personas encargadas a amortajar a los enfermos
fallecidos, corriendo a su cargo el traslado de los cadáveres al mortuorio.
21. Ayudarán a la práctica de autopsias en aquellas funciones auxiliares que no
requieran por su parte hacer uso de instrumental alguno sobre el cadáver.
Limpiarán la mesa de autopsias y la propia sala.
22. Tendrán a su cargo los animales utilizados en los quirófanos experimentales y
laboratorios, a quienes cuidarán, alimentándolos, manteniendo limpias las
jaulas y aseándoles, tanto antes de ser sometidos a las pruebas experimentales
como después de aquéllas y siempre bajo las indicaciones que reciban de los
Médicos, Supervisoras o Enfermeras que les sustituyan en sus ausencias.
23. Se abstendrán de hacer comentarios con los familiares y visitantes de los
enfermos sobre diagnósticos, exploraciones y tratamientos que se estén
realizando a los mismos, y mucho menos informar sobre los pronósticos de
su enfermedad, debiendo siempre orientar las consultas hacia el Médico
encargado de la asistencia del enfermo.
24. También serán misiones del Celador todas aquellas funciones similares a las
anteriores que les sean encomendadas por sus superiores y que no hayan
quedado específicamente reseñadas.

UNIDAD FORMATIVA 3. COLOCACIÓN DEL PACIENTE SEGÚN


SU SITUACIÓN CLÍNICA

3.1. INTRODUCCIÓN

3.1. INTRODUCCIÓN 
Cuando un paciente llega a urgencias, una de las características que nos tiene que llamar
la atención es la postura en la que está colocado cuando llega. El cuerpo humano,
cuando tiene algún problema de salud, tiende a forzar a que una persona se coloque de
tal manera que la situación de dolor, de dificultad para respirar, o cualquier otra se alivie
un poco; a esto se le llama postura antiálgica.
Aunque será el médico o la enfermera quienes nos indiquen la posición más adecuada
para un paciente, siempre tenemos que tener en mente que la movilidad de la persona ha
de hacerse con delicadeza, pues una posición incorrecta puede empeorar el estado de
salud del paciente urgente; sin embargo, una postura correcta facilita la colaboración del
enfermo, pues al sentirse más cómodo está más receptivo a nuestras indicaciones,
mientras que una postura inadecuada puede acarrear como mínimo un empeoramiento
de su estado de salud.

Los enfermos pueden adoptar diferentes posiciones para diversos fines; los más
habituales son los siguientes:

Para la comodidad del paciente

Para evitar posibles complicaciones ( como la aparición de las úlceras por presión )

Para someterse a un a intervención quirúrgica

Para ser explorados con mayor facilidad por el facultativo

Para mejorar los efectos de un tratamiento

Para mantenerlo en las mejores condiciones fisiológicas durante un traslado

Es importante mantener una buena alineación del paciente, colocar las articulaciones
con una ligera flexión y mantener un correcto plan de cambios posturales.

3.2. POSICIONES DEL PACIENTE

3.2. POSICIONES DEL PACIENTE   


 

Para poder movilizar a un paciente de la forma más correcta y con las menores
dificultades, resulta de gran importancia, tanto para el profesional como para el
enfermo, conocer las posiciones más frecuentes que nos podemos encontrar en un
servicio de UCI. Colocar al paciente en la posición adecuada mejora no sólo la
comodidad del mismo, sino también puede ayudar a mejorar el problema de salud que
presenta y a prevenir posibles complicaciones.

A continuación enumeraremos las posiciones más frecuentes en las que deberemos


colocar al paciente, y aunque sea el personal médico o de enfermería quienes nos
indiquen cómo colocarlo, vamos a enumerar las patologías más frecuentes que precisan
cada postura:
 

    A) Decúbito supino o dorsal

    B) Litotomía dorsal o posición ginecológica modificada

    C) Trendelemburg

    D) Anti-trendelemburg o posición de morestin (trendelemburg invertido o inverso)

    E) Fowler

    F) Decúbito prono o ventral

    G) Decúbito lateral (izquierdo y derecho)

A) Decúbito supino o dorsal

A) DECÚBITO SUPINO O DORSAL


 

 
 

La postura de decúbito supino suele utilizarse en los pacientes traumatizados, siempre y


cuando no haya habido traumatismo craneal, y en los dolores tipo abdominal, en los
cuales deberemos doblar las piernas, apoyar los pies sobre la cama y colocar una
almohada bajo las rodillas, para evitar un excesivo esfuerzo de los músculos
abdominales, pues en patología abdominal, estos músculos se contracturan para evitar el
movimiento del cuerpo, y con la almohada lograremos rebajar esa tensión.

Generalizando, las indicaciones principales del decúbito supino serán las que se
enumeran a continuación:

 Examen de tórax y/o abdomen.


 Exploración, tanto de miembros superiores como inferiores.
 Exploración mamaria.
 Permanencia tras un postoperatorio.
 Como postura dentro de un plan de cambios posturales.
 Sondaje vesical en el hombre
 Las intervenciones más frecuentes en esta postura son ginecológicas,
abdominales, urológicas, de cara, de cuello, de tórax y de hombro.

Esta posición también tiene contraindicaciones, es decir, existen patologías en las que el
paciente no puede ser colocado en esta posición, por ser perjudicial para su estado de
salud. Son, por tanto, contraindicaciones de la posición de decúbito supino:

 Enfermos con problemas respiratorios importantes: en decúbito supino, los


órganos abdominales están a la altura del diafragma, con lo que dificultan su
correcta expansión; una persona con problemas respiratorios necesitará una
correcta función del diafragma para garantizar una adecuada ventilación
 Pacientes de edad avanzada: problemas reumáticos y artríticos dificultan
muchas veces el que puedan mantener esta posición.
 Pacientes que deban permanecer largos períodos en cama.

Una posición que podríamos definir como variante de la de decúbito supino es la


Posición de Roser o Proetz; es la de elección para todos aquellos procedimientos que
impliquen la exploración o manipulación de cara y cuello.

 
 

En esta postura, el cuello se colocará en hiperextensión, bien colocando un cojín bajo


los hombros, o bajando la sección superior de la camilla, si permite esa opción, o bien
dejando colgar la cabeza del paciente por la parte del cabecero de la camilla.

Hemos de procurar que el resto del cuerpo no quede en una posición forzada, pues
podemos ocasionar posteriores molestias al paciente (contracturas en hombros y cuello),
y es una postura que no se puede mantener durante mucho tiempo porque dificulta la
correcta ventilación y circulación

Las indicaciones de esta postura en un servicio de urgencia son las que siguen:

 Exploración de la faringe y la boca, para la extracción de cuerpos extraños


(huesos, espinas, objetos enclavados...)
 Intubación endotraqueal.

Esta posición también puede ser utilizada en intervenciones quirúrgicas de tiroides y en


planta, para la realización de lavado de cabello en los pacientes encamados.

 
 

B) Litotomía dorsal o posición ginecológica modificada

B) LITOTOMÍA DORSAL O
POSICIÓN GINECOLÓGICA
MODIFICADA
 
Esta postura es eminentemente exploratoria en una zona de urgencias, y sirve para
visualizar patologías ginecológicas y rectales, además de ser la postura adecuada para
un parto. Se utilizará en urgencias obstétrico-ginecológicas, y sus indicaciones
principales son:

 Exámenes y/o intervenciones ginecológicas vaginales, rectales y vesicales.


 Asistencia al parto.
 Sondaje vesical en la mujer

C) Trendelemburg

C) TREDELEMBURG
 

Esta postura se caracteriza porque se coloca la cabeza por debajo del nivel de las
piernas; es la postura clásica cuando el paciente refiere sensación de mareo (lipotimia),
y se sospecha que es debida a una bajada de tensión, pues así conseguimos que llegue
más sangre al corazón, y con ello que llegue más sangre también a la cabeza.

Hay que tener cuidado: un síncope (sensación de mareo a causa de problemas cardíacos)
puede confundirse con una lipotimia, pero esta postura es contraproducente para el
paciente, pues sobrecarga al corazón. Además, es importante vigilar el estado de
conciencia del paciente para evitar aspiraciones en caso de vómitos.

 
 

En general, no se aconseja tener al paciente en esta posición más tiempo que el


imprescindible, pues se comprime el diafragma y con ello disminuye la capacidad
respiratoria pulmonar. Las indicaciones más básicas de esta posición serán:

 Pacientes con exceso de secreción mucosa pulmonar, para mejorar el drenaje


de secreciones.
 Pacientes donde es necesario mejorar la circulación cerebral.
 Pacientes que sufren lipotimias o síncopes.
 Pacientes que sufren un shock.
 En presencia de hemorragias importantes, que pueden acabar llevando a
estados de síncope o shock.
 Para evitar las cefaleas después de una punción lumbar.
 En intervenciones quirúrgicas de la zona pélvica y/o abdominal.

D) Anti-Trendelemburg o posición de Morestin ( Trendelemburg


invertido o inverso)
D) ANTI-TRENDELEMBURG O
POSICIÓN DE MORESTIN
( TRENDELEMBURG INVERTIDO O
INVERSO)
 
 

Usaremos un antitrendelemburg cuando se sospeche que el paciente presenta


hipertensión intracraneal o cuando estamos ante un traumatismo craneoencefálico. De
todos modos, las indicaciones principales son:
 Mejorar la circulación sanguínea a nivel de las extremidades inferiores.
 Conseguir retener la sangre en las piernas para facilitar el trabajo del corazón
 Se utiliza también en algunas intervenciones quirúrgicas de cabeza y cuello,
en operaciones de vesícula y vías biliares.

E) Fowler

E) FOWLER
 

 
 

 
 

 
Otra variante, muy utilizada en casos de edema agudo de pulmón (pulmones
encharcados) es que el paciente permanezca sentado en la camilla, pero con las piernas
colgando. Con ello se consigue que la sangre quede "secuestrada" en las piernas y que
no suba a corazón, disminuyendo la llegada de agua al pulmón y con ello mejorando la
respiración en el paciente.

También la posición llamada de ortopnea será una variante del Fowler; en esta postura
tratamos de mejorar la ventilación pulmonar del paciente, colocándolo sentado en la
cama, pero inclinado hacia delante, apoyándose en la bandeja de la cama, para así
mejorar el trabajo pulmonar al facilitar la expansión del tórax.

A modo de resumen, en cualquiera de las variaciones de la posición Fowler, dicha


postura incluida, será la correcta colocación de las almohadas:

 Detrás de la zona lumbar.


 Bajo los antebrazos y las manos para evitar la tensión en dicha zona.
 Bajo los muslos.
 Bajo los tobillos para elevar los talones y así disminuir la presión en la zona.
 Las zonas de mayor riesgo de lesiones en esta postura, y por tanto, las de
especial vigilancia son las zonas del sacro, talones y codos.

Aunque ya hemos comentado alguna aplicación de esta postura, serán las principales
indicaciones del Fowler y sus variantes:

 Paciente con problemas respiratorios.


 Pacientes con problemas cardíacos.
 Exploraciones de otorrinolaringología.
 Exploraciones de cabeza y toráx. 

 
 

F) Decúbito prono o ventral

F) DECÚBITO PRONO O VENTRAL


 
 

 
 

 
 

Las zonas de especial protección para el paciente en esta posición serán dedos de los
pies y rodillas, zonas que sufren más el apoyo contra la camilla, y la zona genital en el
hombre y la mamaria en la mujer son también puntos de riesgo a vigilar.

Las indicaciones más habituales para la colocación de un paciente en decúbito prono


son las que siguen:

 En intervenciones de cirugía de columna., de la parte superior del tórax, en


intervenciones del cóccix y en algunas intervenciones sobre los miembros
inferiores.
 Exploraciones de espalda.
 Pacientes bajo el efecto de una anestesia general para prevenir el vómito (si
no está contraindicada).
 Postura indicada en un plan de cambios posturales.

No es habitual el tener que utilizar esta posición en un servicio de urgencias, pues como
mucho se utilizaría en algún caso excepcional de heridas en la espalda que precisen esta
postura para la realización de alguna cura. Sin embargo, en las urgencias obstétricas sí
es común encontrarse con una variante de esta postura, la posición genupectoral, que se
usará cuando llegue una mujer de parto y lo que se vea asomar en primer término sea el
cordón umbilical (prolapso de cordón)..
También puede ser utilizada para ciertas maniobras diagnósticas, como puede ser la
observación de recto para comprobar la presencia de hemorroides o para realizar un
tacto rectal para comprobar el tamaño de la próstata, en los varones.

Posición genupectoral:
 

G) Decúbito lateral (izquierdo y derecho)

G) DECÚBITO LATERAL
(IZQUIERDO Y DERECHO)
 

Para iniciar la colocación del paciente en decúbito lateral, empezaremos por asegurarnos
que la cama está correctamente frenada, y la colocaremos en posición horizontal.
Colocaremos al paciente en posición extendida sobre el lado derecho (decúbito lateral
derecho) o izquierdo (decúbito lateral izquierdo), según la posición que vayamos a
adoptar.

Los brazos se situarán en ligera flexión; el brazo superior se apoya a la altura del
hombro sobre la almohada, y el que queda por debajo se coloca sobre el colchón con el
hombro ligeramente adelantado. Esta postura permite la elevación del cabecero con una
inclinación entre 30-45º, según las necesidades del paciente.

Para conseguir que el paciente mantenga esta posición se le puede colocar en la espalda
almohadas y sacos de arena. Flexionaremos la pierna que esté en contacto con la cama o
camilla, y la separaremos de la pierna superior, sólo ligeramente flexionada, utilizando
almohadas, para evitar con ello una excesiva presión sobre la pierna inferior. También
colocaremos una almohada bajo la cabeza del paciente, para que así cabeza, cuello y
cuerpo estén bien alineados.

Son las zonas de apoyo sobre la camilla que deberemos vigilar principalmente: las
orejas, los hombros, los codos, la cresta ilíaca, los trocánteres, las rodillas y los
maleólos del tobillo.

Las principales indicaciones para la utilización de esta posición serán:

 La administración de enemas.
 Administración de medicación inyectable intramuscular.
 Para la realización de la cama cuando el paciente permanece en ella.
 Esta posición se utilizará en cirugía renal, pulmonar o en intervenciones de
cadera.

El decúbito lateral izquierdo es una postura a tener en cuenta, pues es la que se le indica
a las gestantes que adopten, pues si se tumbaran sobre el otro lado, pueden comprimir la
vena cava y con ello perjudicar a la madre y a su hijo, sobre todo tras el mes 6º de
embarazo.

La posición de decúbito lateral presenta dos variantes que nos podemos encontrar en el
transcurso de nuestro trabajo, que son la posición de Sims o Semiprona y la posición
Fetal.

 
 

Con respecto a las indicaciones de esta postura, son las que siguen:

 Exámenes endoscópicos anales en pacientes con obesidad mórbida y en


ancianos.
 Exámenes rectales.
 Administración de medicación por vía rectal.
 Colocación de sondas rectales.
 Colocación del paciente en posición lateral de seguridad.
 Facilitar la eliminación de secreciones en el paciente inconsciente.
 Facilita la relajación muscular.
 Se usa en cirugía torácica, renal y ortopédica.

 
 

 
Esta posición también la podemos encontrar en los dolores abdominales, pues es una
postura antiálgica, en este caso, de defensa por parte del abdomen, que al forzar esta
posición consigue que se protejan aún más los órganos abdominales.

Debemos hacer una mención especial a la posición denominada lateral de seguridad;


debe utilizarse cuando el paciente presenta un nivel de conciencia disminído, para evitar
que si vomita, se trague el vómito. Se explica con más detenimiento en el tema dedicado
a los primeros auxilios.

UNIDAD FORMATIVA 4. EL TRANSPORTE INTRAHOSPITALARIO

4.1. INTRODUCCIÓN
4.1 INTRODUCCIÓN
 

Uno de las tareas principales en el servicio de UCI del celador es el traslado de


pacientes dentro del propio hospital, bien para la realización de pruebas especiales o
para su traslado a planta o a quirófano.

Pero no todos los pacientes que tenemos que mover dentro del hospital están en
condiciones idóneas, si no que algunos, por su situación de extrema urgencia o
emergencia, son enfermos críticos o semicríticos, que para su traslado precisan aparataje
especial y la presencia de personal de enfermería y/o médico.

Cuando nos vemos en la necesidad de realizar un transporte de un paciente en estado


crítico, las razones que motivan este traslado suelen ser:

 Para intervención quirúrgica urgente


 Para realización de pruebas especiales que no pueden ser realizadas en el
punto donde se encuentra el paciente, y que son básicas para determinar su
estado de salud y realizar un diagnóstico preciso

El transporte del paciente crítico es muy complejo, pues es un enfermo que suele estar
conectado a mucho aparataje imprescindible, como puede ser un respirador, o un
monitor de control del trabajo cardíaco. También puede portar elementos más sencillos,
pero no por ello menos importantes, como una sonda vesical o un tubo de tórax. Lo
importante en este tipo de traslados es no realizar movimientos bruscos con el paciente,
para evitar complicaciones como la desconexión del respirador o de los electrodos del
monitor.

La movilización de un paciente durante un traslado también puede ocasionar otro tipo


de complicaciones en el estado general del paciente, como problemas de ventilación o
de circulación, que dada la situación pueden ser muy peligrosas, llegando incluso a
provocar la muerte.

Para evitar la aparición de complicaciones durante el traslado de un paciente crítico,


serán varias las premisas a cumplir previo a su movilización:

 
 

La utilización de protocolos siempre resulta de gran utilidad en estos casos. En ellos se


recogen las características clínicas de los pacientes y se dividen en grupos según las
necesidades que presenten; aquí mostramos una clasificación básica por grupos de
pacientes críticos y semicríticos, para realizar el traslado de modo más correcto:

Cuando el transporte es realizado por un equipo de profesionales experto en ello y


entrenado para una correcta movilización de pacientes, las complicaciones que puedan
surgir serán menores o podrán ser tratadas de forma más eficaz.
 

4.2. FASES DEL TRANSPORTE INTRAHOSPITALARIO

4.2 FASES DEL TRANSPORTE


INTRAHOSPITALARIO   
 

Como ya hemos comentado, toda actuación protocolizada implica siempre un grado de


seguridad en nuestra actuación; es decir, cuando se pacta que todo el mundo haga lo
mismo ante determinada situación, se ha demostrado que el número de errores
cometidos se reduce de un modo drástico. Por tanto, para el transporte del paciente
crítico intrahospitalario, hemos dividido toda nuestra actuación en varias fases:

 
 

UNIDAD FORMATIVA 5. PRINCIPIOS BÁSICOS DE MECÁNICA


CORPORAL

5.1. INTRODUCCIÓN

5.1 INTRODUCCIÓN   
 

Denominamos mecánica corporal a las diversas posiciones que puede adoptar nuestro
cuerpo de forma natural durante nuestras actividades habituales; estos principios son
básicos a la hora de tratar con pacientes puesto que nos ayudarán en su movilización y
transporte.

Dicho de otro modo, cuando hablamos de mecánica corporal nos referirnos al uso
coordinado y eficaz de las distintas partes de nuestro cuerpo para poder realizar diversos
movimientos de la forma más eficaz, con la mínima fatiga y con el menor riesgo de
lesiones.

La buena práctica de los principios de mecánica corporal nos aporta una serie de
beneficios que conviene tener en cuenta, como pueden ser:

 
Antes de comenzar las técnicas de movilización de pacientes más habituales, vamos a
explicar las normas básicas de mecánica corporal, que nos serán de gran ayuda no sólo
en el trabajo con los pacientes, sino en nuestra vida diaria. Las medidas principales que
queremos que se conozcan son las siguientes:

 La primera medida siempre ha de ser preparar el área donde vayamos a


realizar la actividad; debemos retirar los objetos o el mobiliario que nos
moleste o que nos pueda estorbar, de modo que no nos entorpezca en nuestra
maniobra, pues podría obligarnos a utilizar posturas inadecuadas o a aplicar
más fuerza de la esperada, y eso podría ser causa de una lesión.
 Comprobar los medios humanos y materiales, como las grúas, los trapecios o
los arneses, de los que disponemos para realizar la técnica de movimiento.
Disponer de los necesarios para evitar esfuerzos inútiles. Nunca deberá
realizar una técnica de movilización compleja o pesada una persona sola, si
no que siempre deberá ser realizada como mínimo entre dos.
 Conocer los factores individuales del paciente y las posibilidad de ayuda que
nos podrá ofrecer, y animarlo a que colabore con nosotros; muchas veces el
hecho que un paciente pueda sostenerse de pie un momento puede ayudarnos
a colocar mejor un sillón o a mejorar nuestra postura y minimizar el esfuerzo.
Hay que tener muy presente que a veces pacientes que por su condición física
podrían colaborar, por restricción médica a causa de su patología no podrán
hacerlo. Deberán darnos o deberemos pedir la información sobre la capacidad
de movilidad de este paciente al equipo de enfermería.
 Nuestra ropa y calzado serán cómodos y adecuados; por ejemplo, no usar
zuecos abiertos puesto que no sujeta bien el pie, preferiremos zuecos
cerrados. También nuestra ropa será cómoda, y relativamente ceñida al
cuerpo, para evitar que se enganche durante la movilización.
 Emplearemos preferentemente los músculos mayores, que son los
correspondientes a piernas y muslos, en vez de los músculos menores, como
pueden ser los de la espalda. Un músculo mayor tiene más resistencia, con lo
cual es más difícil que se lesione, mientras que los músculos de la espalda en
seguida se contracturan e incluso se lesionan con el exceso de carga.
 Emplearemos el mayor número de músculos posibles para repartir entre todos
ellos la energía necesaria para realizar la técnica; esto se consigue con la
práctica, tras la aplicación repetida de las técnicas básicas de movilización.
 Se necesitará menor esfuerzo en sujetar o trasladar un objeto si se coloca lo
más cerca posible de nuestro cuerpo; con este movimiento, lo acercamos a
nuestro centro de gravedad, con lo cual éste apenas varía. Sin embargo, un
objeto que vaya alejado del cuerpo nos obliga a variar nuestro centro de
gravedad, y con ello a utilizar músculos accesorios (músculos de cuello y
hombros, por ejemplo), que son pequeños y que no tienen costumbre de
llevar cargas, con lo que fácilmente los podemos lesionar.
 Cuando tengamos que manipular una carga o un peso de un paciente, son
principios básicos de movimiento que deberemos atender:
o Mantener la espalda derecha para que el cuerpo esté lo más alineado
posible y así evitar la compresión sobre órganos. Por ejemplo, la
compresión sobre la zona intestinal puede producir con mayor
probabilidad hernias. De esta forma también se emplearán los
músculos de las piernas y no los de la espalda, lo que siempre será
preferible.
o Durante cualquier tipo de movimiento o movilización, es vital
mantener nuestra espalda recta y las piernas ligeramente separadas y
flexionadas; al mantener la espalda recta transmitimos toda la carga
del movimiento a las piernas, y ya que serán ellas las que realizarán el
esfuerzo mayor, deberemos ayudarlas con una postura ergonómica
para mejorar el resultado del movimiento.
o Separar los pies, uno al lado del objeto y otro detrás del mismo; si lo
que movemos es un paciente, los pies deberán ser colocados de una
forma concreta: un pie estará dirigido hacia el paciente y el otro estará
orientado en la dirección del movimiento que se vaya a realizar.
o Será el pie que quede colocado por detrás en el que concentraremos
mayor energía a la hora de levantar el peso
o Para elevar un objeto es preferible sujetarlo con las palmas de las
manos y no sólo con los dedos, pues esto último implicaría que
deberíamos aplicar más fuerza para conseguir el movimiento,
pudiendo con ello lesionar los músculos de antebrazo y mano.
Conviene recordar que deslizar o empujar un objeto siempre requiere
menos esfuerzo que levantarlo; por tanto, siempre que podamos,
evitaremos cargar con un objeto.
o Los brazos estarán flexionados para aumentar la fuerza, pero el peso
del cuerpo se centrará en los pies.
 Cuanto más pesado sea el objeto mayor será la energía a utilizar para
movilizarlo. También influirá en ello la forma del objeto, puesto que un
objeto irregular será más difícil de manejar que un objeto bien definido, que
podremos agarrar con más facilidad.
 Si el transporte de un objeto es mantenido durante demasiado tiempo,
convendrá realizar pausas para descansar; así evitamos forzar los músculos y
permitimos que descansen.
 No conviene olvidar que se deberán seguir las normas de protección
individual básicas, como es el uso de guantes, mascarillas, batas... cuando sea
necesario.

5.2. TÉCNICAS PARA LA MOVILIZACIÓN Y TRANSPORTE DEL


PACIENTE

5.2 TÉCNICAS PARA LA


MOVILIZACIÓN Y TRANSPORTE DE
PACIENTES   
El empleo de unas técnicas correctas de movilización de pacientes no sólo aporta
beneficios para el profesional sanitario, sino también revierten positivamente en el
paciente. Por tanto, resulta de vital importancia saber manejar las diferentes técnicas con
destreza.
 Movilización de pacientes
 Traslado del paciente en silla de ruedas, en cama o en camilla

5.2.1 . MOVILIZACIÓN DE PACIENTES


Cuando hablamos de movilización de pacientes no sólo nos referimos a las técnicas de
movimiento dentro de la cama, sino también a los movimientos realizados en silla de
ruedas o en camillas y el paso de ellas a la cama o viceversa.

 Movilización del paciente encamado


 Movilización del paciente con la ayuda de una sábana (será realizada por dos
personas)
 Movilización del paciente hacia un lateral de la cama
 Giro del paciente encamado de decúbito supino a decúbito lateral
 Sentar o incorporar al paciente en la cama
 Sentar al paciente en el borde de la cama
 Pasar al paciente de la cama a la camilla
 Pasar al paciente de la cama a la silla de ruedas

5.2.1.1. MOVILIZACIÓN DEL PACIENTE ENCAMADO

Para movilizar al paciente encamado es importante conocer su estado de salud y el


grado de colaboración que puede ofrecernos.

Para la movilización de cualquier encamado, son normas generales de atención durante


su movilización:

 Evitar fricciones del paciente con la ropa de cama, puesto que aumenta el
riesgo de lesiones en la piel; en este tipo de pacientes, cualquier maceración o
rozadura puede acabar en una herida denominada úlcera por presión.
 Movilizar al paciente con seguridad; el paciente ha de confiar en nosotros, no
ha de tener miedo, y así facilitará que lo movilicemos, pues no se opondrá a
nuestro movimiento.
 Si vamos a hacer un traslado de cama a camilla o viceversa, o incluso a silla
de ruedas, deberemos mantener dichos muebles frenados para evitar caídas y
golpes; con el esfuerzo que se hace cuando movilizamos a un paciente, al
cambiarlo a un accesorio con ruedas, corremos el riesgo que éste se deslice,
variando el punto donde lo habíamos colocado. Esto puede ocasionar tanto la
lesión para quien moviliza como daño para el paciente, que puede caer a
causa de no poder colocarlo en la camilla.

La intimidad del paciente ha de ser respetada y velada durante todo el procedimiento.


A. Movilización del paciente encamado que no colabora
B. Movilización del paciente encamado colaborador

5.2.1.2. MOVILIZACIÓN DEL PACIENTE CON LA AYUDA DE UNA SÁBANA


(SERÁ REALIZADA POR DOS PERSONAS)

Cuando se hace la cama de un paciente, es habitual, sobre todo si va a necesitar ayuda


en la movilización, que sobre la sábana bajera se coloque una sábana especial, llamada
entremetida; suele ser una sábana doblada que se coloca de modo que abarque desde los
omóplatos del paciente hasta la zona por debajo de los glúteos. Su función principal es
servir de apoyo en la movilización del paciente, mejorando el modo de agarre y con ello
facilitando el transporte del peso. Son los pasos a seguir en esta movilización:

1. Colocaremos la entremetida por debajo del paciente, en concreto, desde sus


hombros hasta la parte superior de sus muslos; para ello colocaremos al
paciente en decúbito lateral, cercano a un borde de la cama.
2. Cuando tengamos al paciente en dicha posición, se colocará la entremetida
por el lado del cuerpo del paciente contrario al que está girado.
Posteriormente, giraremos al paciente hacia el otro lado.
3. Acabaremos de estirar la entremetida por el lado inicial, y nos aseguraremos
uqe está colocada del modo adecuado.
4. Una vez colocada la sábana, el personal la sujetará con fuerza, uno a cada
lado de la cama, y se procederá a mover al paciente al lugar deseado.
5. Con este método se evitan en gran medida la fricción del paciente con la ropa
de cama y así se logrará mantener la piel del paciente sin lesiones, o por lo
menos, se prevendrán con mayor eficacia.

5.2.1.3. MOVILIZACIÓN DEL PACIENTE HACIA UN LATERAL DE LA


CAMA

1. Comprobaremos que la cama está frenada y la colocaremos en posición


horizontal.
2. Se retirarán las almohadas y la ropa de cama.
3. Primero tendremos claro el lado de la cama al que será necesario mover al
paciente y será allí donde se colocará un profesional sanitario.
4. Cada uno de los que realice esta movilización colocará un brazo por debajo
de la cabeza del paciente y el otro por debajo de su cadera.

Una vez situados correctamente estaremos preparados para mover al paciente hasta ese
lateral de la cama al unísono. 

5.2.1.4. GIRO DEL PACIENTE ENCAMADO DE DECÚBITO SUPINO A


DECÚBITO LATERAL
 

5.2.1.5. SENTAR O INCORPORAR AL PACIENTE EN LA CAMA

Aunque en la mayoría de instituciones sanitarias las camas son articuladas y la


movilización del paciente a la posición de sentado es sencilla (bastaría con darle a una
manivela o a un botón para elevar la cabecera de la cama), siempre podemos
encontrarnos con momentos en que esto no es posible, en los que deberemos ser
nosotros quienes realicemos la movilización.

1. El profesional sanitario se situará de frente al enfermo, pero ligeramente


ladeado respecto a la cama del mismo.
2. El pie más cercano a la cama se colocará por detrás del cuerpo, y la mano
más lejana se situará por detrás de los hombros del enfermo balanceando el
cuerpo hacia atrás. El propio movimiento del cuerpo del paciente nos ayudará
a realizar el movimiento.
3. Las caderas deberán bajarse de forma vertical para que el peso se concentre
en la pierna de atrás.

El movimiento consistirá en que pasemos nuestro peso corporal con el del paciente
desde una pierna a otra

5.2.1.6. SENTAR AL PACIENTE EN EL BORDE DE LA CAMA


 Acercaremos al paciente al borde de la cama, en posición de decúbito supino
 En decúbito supino, el celador rodeará con un brazo los hombros del
enfermo, y colocará el otro brazo en la cadera más alejada del paciente.

 
 

 Giraremos al paciente de modo que quede colocado en una especie de


decúbito lateral, pero con las piernas colgando por fuera de la cama
 Como aún no hemos retirado el brazo de los hombros del paciente, será con
su ayuda como elevaremos el tronco del paciente.

Conviene recordar que el paciente, tras este movimiento, puede referir sensación de
mareo por múltiples causas, por eso no conviene dejarlo sólo de forma inmediata, sino
que deberemos esperar para comprobar su estado. Por esta razón, esta posición implica
un alto riesgo de caídas para el paciente.

5.2.1.7. PASAR AL PACIENTE DE LA CAMA A LA CAMILLA

Esta maniobra es una de las más complicadas en cuanto a movilización se refiere, pues
han de coordinarse un mínimo de dos personas, se carga un peso importante y hay un
riesgo de caídas para el paciente notable. Por ello, vamos a explicar esta movilización
según el movimiento lo hagan dos o más profesionales:

 Con dos profesionales


 Con tres profesionales

 
A)  CON DOS PROFESIONALES

1. En primer lugar, nos aseguraremos que tanto la cama como la camilla están
perfectamente frenadas y no tienen opción de moverse durante la maniobra.
También retiraremos todos los objetos que nos puedan estorbar durante el
movimiento.
2. Retiraremos la manta y/o colcha y la sábana encimera de la cama.
3. La camilla estará situada de forma paralela a la cama, y lo más cercana a ella
para lograr un menor esfuerzo por parte del personal.
4. En un primer momento, acercaremos al paciente al borde de la cama, para no
realizar la maniobra de una sola vez, porque el peso podría resultar excesivo
5. Uno de los profesionales se colocará al lado de la camilla, a la altura de los
hombros del paciente; el otro se situará también al lado de la camilla, pero a
la altura de las caderas.
6. Colocarán los pies de manera que el dominante esté algo adelantado y esa
rodilla un poco flexionada.
7. Colocaremos los brazos a la altura de hombros, bajo los omóplatos, en la
cintura y bajo los glúteos.
8. Una vez colocados y al unísono, haremos el cambio del paciente de cama a
camilla, pasando el peso del cuerpo del pie que está adelantado al que está
atrasado, para de esta manera mantener recta la espalda y no cargar excesivo
peso.

No olvidar tapar al paciente una vez que está ya colocado.

B)  CON TRES PROFESIONALES

Será recomendable que la movilización la realicen tres personas cuando el paciente no


colabore nada con nosotros (pacientes inconscientes o demenciados, por ejemplo) o
cuando el peso del mismo sea excesivo (obesidad mórbida). Son pasos a seguir

1. La camilla estará situada de forma perpendicular a la cama, de modo que la


cabecera de la camilla toque los pies de la cama. Ambos muebles deberán
estar correctamente frenados
2. Los tres profesionales se situarán de frente a la cama, y se retirará todo
aquello que pueda estorbar al movimiento.
3. Se acercará al paciente al borde de la cama.
4. Deberán colocar uno de sus pies, normalmente el dominante, más adelantado
que el otro, y deberán tener las rodillas ligeramente flexionadas.
5. Doblarán las rodillas y colocarán sus brazos de manera adecuada por debajo
del paciente, siguiendo este patrón:
o El primero de los trabajadores colocará uno de sus brazos por debajo
de los hombros del paciente y el otro en la zona lumbar.
o El segundo profesional colocará un brazo por debajo de la zona
lumbar y el otro por debajo de las caderas.
o El tercero pondrá sus brazos por debajo de las caderas y el otro por
debajo de las piernas del paciente.
6. Una vez colocados todos en la posición, se procederá a movilizar al paciente
hacia la camilla, de modo que tengamos que hacer el mínimo recorrido
posible.
7. Elevaremos al paciente, giraremos los pies y avanzaremos hacia la camilla,
manteniendo las rodillas dobladas ligeramente en todo momento. Si la
maniobra es correcta, apenas deberemos dar un paso para colocar al paciente
en la camilla.

No debemos olvidar nunca que nuestros movimientos deberán ser realizados de forma
sincronizada por los tres componentes del equipo.

5.2.1.8. PASAR AL PACIENTE DE LA CAMA A LA SILLA DE RUEDAS

1. Como primer paso obligatorio en cualquier movilización se frenarán las


ruedas de la silla y de la cama. Si el paciente no colabora, es demasiado
pesado o hay riesgo de que se mueva la silla de ruedas se necesitará otra
persona que nos asista en la movilización para evitar posibles accidentes.
2. A continuación, y siguiendo el protocolo antes mencionado, deberemos
sentar al paciente en la cama, y comprobar que se encuentra bien y no se
marea.
3. Colocaremos la silla de ruedas con el respaldo situado en los pies de la cama
y de forma paralela a ella, de modo que la zona del asiento esté mirando
hacia las piernas del paciente.
4. Nos colocaremos de frente al enfermo, y colocaremos el pie que tengamos
más próximo a la silla por delante del otro, flexionando a su vez las rodillas
un poco.

 
 

5.2.2. Traslado del paciente en silla de ruedas, en cama


o en camilla
Las normas básicas para el transporte en cualquiera de estos tres medios son básicas y
por tanto, de obligado conocimiento; las principales son:

 
 

UNIDAD FORMATIVA 6. PRIMEROS AUXILIOS: PRINCIPIOS


BÁSICOS DE ATENCIÓN

6.1. INTRODUCCIÓN

6.1 INTRODUCCIÓN
 

Cuando hablamos de "primeros auxilios", nos referimos a aquellas actividades que se


desarrollan alrededor de una persona que ha tenido o podría tener una pérdida de salud
importante de un modo muy rápido, es decir, todas aquellas actuaciones que debemos
realizar de manera urgente ante alguien que presenta algún tipo de problema de salud
que impide su actividad normal, todo ello siempre atendiéndolo en el lugar de los
hechos.

Existen muchos tipos de primeros auxilios; por ejemplo, cuando un niño se quema la
mano con agua hirviendo y su madre la pone inmediatamente debajo de agua fría, son
primeros auxilios; cuando el 061 atiende a las víctimas de un accidente de coche, son
primeros auxilios.

Ambos ejemplos son tipos de atención urgente, y sin embargo son muy diferentes entre
ellos a pesar de ser "primeros auxilios". Ahora bien, ¿cuál es el tipo de atención que
nosotros podemos prestar? Pues como personas que no tenemos conocimientos
específicos en materia sanitaria, podemos prestar toda aquella atención que no necesite
la utilización de ningún instrumento para su aplicación, que no es poca, y podemos
aprender simplemente que una mala atención urgente puede ocasionar más problemas
para el accidentado que no hacer nada.

El objetivo de este tema es aprender a actuar coherentemente en caso de accidente, a


diferenciar cuándo es mejor no hacer nada que atender a un accidentado, y a realizar una
valoración de salud simple.

6.2. ATENCIÓN BÁSICA AL ACCIDENTADO

6.2 ATENCIÓN BÁSICA AL


ACCIDENTADO
 

 Actuación ante cualquier accidente


 Evaluación inicial de un accidentado

 
A) ACTUACIÓN ANTE CUALQUIER ACCIDENTE
Cuando nos encontramos ante cualquier tipo de accidente en cualquier lugar, siempre
tenemos que recordar que nuestro objetivo principal ha de ser evitar agravar o empeorar
las lesiones que presente la víctima (a consecuencia de actuaciones incorrectas por
nuestra parte). Por tanto, sólo haremos aquello de lo que estemos totalmente seguros.

Imaginemos por un momento esta escena: se oyen gritos, vienen a buscar ayuda y
cuando llegamos al lugar del accidente sólo vemos a un montón de gente apelotonada en
círculo alrededor de algo; logramos pasar esta barrera y vemos a alguien tirado en el
suelo, no sabemos en qué condiciones. La pregunta es siempre la misma, ¿qué
hacemos? Pues dos son los pasos básicos a tomar:

 
 

B) EVALUACIÓN INICIAL DE UN ACCIDENTADO


Para que nuestra actuación sea eficaz y seamos lo más útiles posibles, cuando estemos
con un accidentado deberemos comprobar "por partes" cuál es su estado; por tanto,
haremos una valoración en dos bloques diferenciados
 

UNIDAD FORMATIVA 7. FUNCIONES VITALES Y SU


MANTENIMIENTO

7.1. INTRODUCCIÓN

7.1 INTRODUCCIÓN
 

Nuestro organismo para sobrevivir necesita de modo indispensable oxígeno y


nutrientes; el oxígeno lo proporciona el aparato respiratorio mediante un complejo
sistema de respiración, y los nutrientes básicos (azúcares), las hormonas que produce el
organismo (adrenalina, hormona tiroidea...) y el oxígeno que introducen los pulmones
son repartidos por los diferentes órganos y tejidos a través del aparato circulatorio.

Es por esta razón por la que se consideran funciones vitales a la respiración y la


circulación sanguínea, pues si alguna de ellas o ambas fallara, puede provocar lesiones
muy graves a nivel cerebral tras 3-5 min sin oxígeno, y llevar a la muerte al poco tiempo
si no son tratadas.

Una parada cardíaca es el fallo brusco del corazón; lo cual conlleva a una paralización
de la circulación sanguínea y una falta de oxigenación de los tejidos.
Una parada respiratoria es el fallo brusco de la ventilación, lo que implica una
incapacidad para oxigenar la sangre.

Existen muchos motivos por los que una persona puede dejar de respirar: intoxicación
por medicamentos, ataque cardíaco, atragantamiento,..., pero lo fundamental cuando nos
encontremos con alguien que necesita una atención urgente es comprobar si está
inconsciente, si respira o no, y si su corazón late o no. Si no respira y su corazón no late,
estaremos ante una Parada cardiorrespiratoria.

Se denomina parada cardiorrespiratoria a la incapacidad para hacer llegar sangre


oxigenada a las células del organismo; es una situación de extrema urgencia, ya que de
no actuar de inmediato, el cerebro sufrirá daños irreversibles y la muerte será su
resultado final. Las actuaciones ante estas situaciones irán dirigidas a asegurar la
permeabilidad de la vía aérea, restaurar la ventilación y restablecer la actividad cardíaca.

7.2. TÉCNICAS DE REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR BÁSICA

7.2 TÉCNICAS DE REANIMACIÓN


CARDIOPULMONAR BÁSICA
 

A la hora de valorar el estado general de una persona que necesita ayuda urgente, sea
cual sea, es muy importante realizar una atención ordenada, es decir, para evitar
dejarnos atrás datos importantes deberemos seguir un esquema de actuación: será el
ABC de la reanimación, y se estructura del siguiente modo:

 Alerta: Valorar el estado de consciencia.


 Ventilación: Valorar la respiración.
 Circulación: Valorar la función del corazón.

Alerta: Valorar por la consciencia

Consideramos que una persona está en situación de "alerta" cuando responde a nuestras
preguntas de modo coherente: cómo se llama, se encuentra bien, qué le ha pasado...

Si no nos contesta, deberemos insistir zarandeándole por los hombros, y si sigue sin
contestar, le pellizcaremos (por ejemplo, una persona con una intoxicación por alcohol
no responde cuando le preguntamos, pero sí responde al dolor). Si a pesar de todo lo
anterior, la persona permanece quieta y no realiza ningún gesto, estaremos ante una
persona inconsciente, y deberemos iniciar el siguiente nivel de valoración: valorar la
respiración.
 

Ventilación: valora la respiración

Cuando una persona está inconsciente, sobre todo si está tumbada boca arriba, sobre su
espalda, es muy fácil que "se trague la lengua", es decir, que la lengua, como músculo
que es, al estar el paciente inconsciente se desliza hacia atrás, hacia la parte posterior de
la boca, cerrando de este modo el paso de aire a los pulmones.

Para evitar esta obstrucción del paso de aire por caída de la lengua, lo único que
tenemos que hacer es echar la cabeza del paciente hacia atrás, lo que conseguiremos
colocando una mano debajo del cuello, otra sobre la frente, y rotándola suavemente
hacia arriba, de manera que quede con la mandíbula apuntando al techo. Hemos de
mencionar que si sospechamos que pueda haber una lesión a nivel cervical, no
deberemos realizar esta maniobra, pues agravaríamos la lesión. La técnica alternativa
será la maniobra denominada "triple modificada": fijando el cuello, se sostiene la
mandíbula desde la parte de atrás y se desplaza hacia delante, para así conseguir que la
lengua se desplace.

 
 

Otro maniobra simple de apertura de la vía aérea (no apta en lesión cervical) consiste en
la introducción de un dedo en la boca (se aconseja introducir el dedo pulgar) y tirar de la
parte inferior de la mandíbula hacia arriba. Con esta maniobra de desobstrucción de la
vía aérea conseguimos que la lengua se desplace y que el aire vuelva a entrar a los
pulmones.

Será en este momento cuando debamos comprobar si el paciente puede respirar por sí
mismo, lo que haremos basándonos en tres premisas: Ver, oir y sentir.

 
 

Es decir, sabremos si la persona introduce aire en los pulmones, mediante una simple
acción: colocaremos nuestra mejilla a la altura de la nariz del paciente, con nuestros
ojos mirando hacia el pecho del paciente: si vemos que el paciente eleva el pecho y
sentimos el aliento de la persona en la mejilla, al tiempo que lo oímos respirar, está
ventilando correctamente, deberemos colocarlo en Posición lateral de seguridad.

Posición Lateral de Seguridad:

La posición lateral de seguridad pretende que la persona inconsciente esté "segura", es


decir, que la lengua no le obstruya el paso del aire y que si el paciente vomita o tiene
secreciones, que éstos puedan salir por la boca sin provocar atragantamiento,
obstrucción del paso del aire o introducirse en pulmón, provocando una alteración
importante.

Esta posición consiste en colocar al paciente sobre un costado, siguiendo los siguientes
pasos:

1. Cogeremos el brazo del paciente que esté más próximo a nosotros y lo


colocaremos detrás de la cabeza
2. Doblaremos la rodilla contraria al brazo estirado
3. Agarraremos al paciente por la rodilla doblada y por el hombro de ese mismo
lado, y tiraremos hacia nosotros.
4. El paciente tiene que rotar suavemente hacia nosotros
5. Colocaremos la rodilla de la que hemos tirado y el brazo correspondiente,
cuidando que el paciente no quede en una posición forzada
6. Comprobaremos que sigue respirando; hasta que lo atiendan, comprobaremos
cada poco su estado general: consciencia, respiración, circulación.

 
 

Respiración artificial:

Cuando una persona inconsciente no respira a pesar de haberle abierto las vías aéreas
con la maniobra de desobstrucción, estaremos ante una parada respiratoria, y teniendo
en cuenta que pasados 4 minutos sin oxígeno el cerebro comienza a tener daños, en esta
situación es muy importante comenzar cuanto antes con una técnica de ventilación
artificial, en este caso, con un boca-a-boca.

La técnica del boca-a-boca parte de la maniobra de desobstrucción de la vía aérea, pues


necesitamos tener la vía aérea abierta para poder introducir el aire en el pulmón de la
persona. En esta postura, taparemos la nariz del paciente con dedo índice y pulgar de la
mano que está sujetando la frente, y la otra mano la utilizaremos para abrirle la boca a la
persona.

 
 

Cogeremos aire y colocaremos nuestra boca alrededor de la boca abierta del paciente,
procurando abarcarla toda de modo que no se pueda escapar aire por un resquicio, y
soplaremos en el interior de la boca del paciente dos veces, comprobando con cada
insuflación que nuestra maniobra ha resultado ser efectiva mediante el método Ver, oír
y sentir la respiración.

Si por alguna razón no podemos realizar la técnica del boca-a-boca (es imposible abrir
la boca de la víctima o está obstruida), realizaremos la maniobra denominada boca-
nariz: se coloca a la víctima con el cuello en hiperextensión y se cierra la boca, para que
no pueda escapar el aire con ella, e insuflaremos el aire por la nariz. A continuación se
abre la boca de la víctima para que espire pasivamente.

Hay veces que contamos con material más específico para facilitarnos la ventilación; es
el caso del Ambú o balón-mascarilla, dispositivo manual provisto de una válvula
unidireccional que impide la reinhalación del aire espirado por el paciente, y que
además posee una conexión para mascarilla o tubo endotraqueal y una toma de oxígeno
para enriquecer el aire introducido. Su técnica de utilización consiste en colocar al
paciente con el cuello en hiperextensión e introducirle en la boca una cánula de Mayo.
Se sella la mascarilla contra la cara del paciente, abarcando la boca y la nariz, e
insuflaremos el aire mediante una compresión del balón, comprobando los movimientos
de elevación torácica.

La ventaja que nos da el Ambú frente a la técnica boca-a-boca o el boca-nariz, es que


nos permite ser independiente de las compresiones torácicas, de modo que podemos
marcar un ritmo de 12-16 insuflaciones/minuto con facilidad.
 

En cuanto a la intubación endotraqueal, es una técnica específica consistente en la


introducción de un tubo por vía oral en el interior de la tráquea. Para su realización se
precisa tubo endotraqueal, laringoscopio, jeringa del 10 ml para insuflar el balón del
tubo, lubricante, fiador, material de aspiración (aspirador y sondas) y vendas para fijar
el tubo.

 
Técnica de colocación de un tubo endontraqueal: Se coloca al paciente en decúbito
supino con el cuello en hiperextensión y se introduce un laringoscopio en la boca con
una sola mano, tratando de apartar la lengua y aumentar la elevación mandibular;
cuando veamos la flor que forma la glotis abierta, introduciremos el tubo endotraqueal
justo por el centro de dicha flor con la otra mano; se comprueba su correcta colocación
por auscultación, se infla el balón, se fija con una venda, y se conecta al ambú o al
respirador, si contamos con él.

 
 

En pediatría la apertura de la vía aérea se realiza mediante la maniobra frente-mentón


moderada y en lactantes mediante la maniobra boca a boca y nariz.

Si no vemos que sube el pecho o notamos que hay algo que impide el paso del aire que
le estamos introduciendo al paciente, pensaremos que hay una obstrucción de la vía
aérea debida a un cuerpo extraño; introduciremos el dedo índice en forma de gancho
hasta el fondo de la boca del paciente para tratar de retirar lo que provoca la
obstrucción. Si no somos capaces de sacar el objeto, tendremos que aplicar la Maniobra
de Heimlich.

Maniobra de Heimlich:

La maniobra de Heimlich es la de elección siempre que nos encontremos con una


obstrucción de la vía aérea de modo completo; si la obstrucción es incompleta (lo
diferenciaremos porque en la obstrucción completa el paciente no es capaz ni de toser),
lo único que deberemos hacer es animar al paciente a toser, nunca darle palmadas en la
espalda, pues lo único que conseguiremos será que el objeto se introduzca aún más en la
vía aérea.

En una obstrucción completa de la vía aérea con el paciente todavía consciente,


aplicaremos la maniobra de Heimlich del siguiente modo:

 Con el paciente sentado o de pie, nos colocaremos detrás de él, lo


abrazaremos" por detrás colocando nuestras manos en forma de puño (cerrar
el puño de una mano y colocar la otra encima, agarrándola) justo por encima
del ombligo, cerca de las costillas
 Presionaremos hacia dentro y hacia arriba de modo brusco y rápido,
repitiendo este movimiento varias veces, hasta que salga el objeto o el
paciente caiga inconsciente.
En una obstrucción completa de la vía aérea con el paciente inconsciente, lo que implica
que está tirado en el suelo, aplicaremos la maniobra de Heimlich del siguiente modo:

 Colocamos a la persona boca arriba con la cabeza ladeada, y nos colocaremos


a horcajadas encima de ella
 Colocamos el puño cerrado de una mano con la otra por encima en la zona
aproximada en la que acaba el esternón, manteniendo los brazos estirados
 Realizaremos compresiones con fuerza hacia dentro y hacia arriba, hacia los
pulmones, de forma rápida y brusca; cada 10 compresiones miraremos la
boca para ver si hemos extraído el objeto.

 
 

Si la maniobra de Heimlich la tenemos que aplicar en mujeres embarazadas o en adultos


con una obesidad mórbida tal que nos impida acceder al apéndice xifoides (fin del
esternón), deberemos aplicar las compresiones a nivel de la parte media del esternón; no
son tan efectivas, pero es la única opción que tenemos.

Si la maniobra hemos de realizarla en lactantes y niños, lo colocaremos sobre nuestras


rodillas, de manera que quede más abajo la cabeza que el tórax, bien sentado o bien
acostado, y le mantendremos la boca abierta. A continuación, le daremos 5 golpes secos
entre ambas escápulas; si no conseguimos la extracción del cuerpo extraño, le daremos
la vuelta y aplicaremos otras 5 compresiones a nivel del esternón. Si el niño está
inconsciente, se alternarán estas maniobras con 5 insuflaciones.

Circulación: valorar la función del corazón

Cuando nos encontramos con un paciente que está inconsciente y que no respira a pesar
de haberle realizado la maniobra de apertura de las vías aéreas, después de darle 2
ventilaciones con el método boca-a-boca, deberemos lo más rápidamente posible
comprobar si el corazón sigue latiendo (lo que implicaría que la sangre está circulando y
que llega oxígeno al cerebro) mediante la búsqueda del pulso carotídeo.

El pulso carotídeo tenemos que localizarlo en el cuello, y para ello buscaremos el final
del hueso mandibular con los dedos índice y corazón y los deslizaremos en dirección a
la nuez; buscaremos el pulso no más de 5-10 segundos, y si no lo encontramos daremos
por hecho que el paciente está en parada cardiorrespiratoria (recordemos que no está
respirando).

Si no hay pulso carotídeo, el corazón ha dejado de bombear sangre al resto del cuerpo,
por lo que deberemos hacerlo nosotros mediante la aplicación de compresiones
torácicas externas. Consiste en aplicar una presión sobre el esternón de modo rítmico
para simular el latido cardíaco, y de este modo, conseguir que la sangre circule y lleve
nutrientes y oxígeno a los tejidos; su técnica es la siguiente:

 En primer lugar, colocaremos el talón de una mano en el centro del pecho de


la víctima (lo que equivaldría al centro del esternón)
 Entrelazamos los dedos de ambas manos y nos colocamos con los brazos
extendidos de modo perpendicular al tórax del paciente
 Iniciamos compresiones, consistentes en cargar el peso de nuestro cuerpo
sobre los brazos, de modo que consigamos hundir el tórax de la persona unos
5cm. Tras cada compresión, no perderemos el contacto de las manos con el
pecho del paciente.
 Repetiremos esta operación 30 veces, a un ritmo constante y rápido, pues
tenemos que conseguir hundir el tórax 100 veces/minuto para simular el
trabajo del corazón (equivaldría a 2 compresiones/segundo)

Hay que recordar que esta maniobra de compresión ha de alternarse con el boca-a-boca,
de modo que por cada 30 compresiones realicemos 2 insuflaciones (deberemos abrir de
nuevo la vía aérea para que las insuflaciones sean eficaces).

No interrumpiremos nuestras maniobras de resucitación hasta que el paciente dé signos


evidentes de recuperación del cuadro (inicio de la respiración espontánea).

Si hay más de un reanimador en las maniobras, deberán intercambiarse cada poco


tiempo (1-2minutos) para evitar el agotamiento; los cambios deberán ser lo más rápidos
posibles y mantener el ritmo compresión/ventilación de 30:2

Si el paciente no se encuentra sobre un plano duro, nuestras maniobras de resucitación


pueden ser ineficaces debido a que al aplicar la fuerza para hundir el pecho del paciente,
movilizaremos el plano blando y no conseguiremos nuestro objetivo. Por ello, todos los
carros de parada constan de una "tabla de RCP", una superficie lisa y dura que abarca la
zona torácica y que nos sirve para colocar el tórax del paciente de tal modo que nuestras
maniobras sean eficaces. Si no es posible colocar esta tabla, es preferible colocar al
paciente sobre el suelo antes que hacer una maniobra de RCP inútil.

Deberemos continuar con las maniobras de resucitación hasta que suceda alguno de
estos supuestos:

 Llegue ayuda profesional que nos revele en el puesto.


 La víctima empiece a respirar normalmente.
 Estemos agotados y no podamos continuar.

Las pautas de comportamiento por parte del auxiliar de enfermería de urgencias en una
RCP consisten en:
 Acercar el carro de reanimación y colocar la tabla al enfermo.
 Preparar y facilitar el material de intubación, de canalización de vías...
 Recoger, etiquetar y enviar las muestras analíticas.
 Una vez terminada la reanimación, recoger todo el material, limpiarlo para su
esterilización si procede, ordenar el box donde ha tenido lugar el
procedimiento y reponerlo.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

7.3. OTRAS URGENCIAS

7.3 OTRAS URGENCIAS


   

Como ya hemos visto en el primer tema, la valoración primaria (consciencia,


ventilación, circulación) es muy importante para el mantenimiento de la vida de un
accidentado, pero no es lo que más nos vamos a encontrar cuando tengamos una
urgencia; es decir, es más fácil encontrar a alguien accidentado con una herida, una
torcedura o una fractura ósea que encontrar a alguien en situación de peligro vital por
falta de ventilación o circulación.

En este tema vamos a ver de un modo fácil qué debemos hacer ante estas situaciones
más comunes, realizando una correcta primera asistencia del paciente hasta que llegue
alguien cualificado para una atención sanitaria más precisa.

Hemos de tener siempre presente que lo más importante es no hacer más daño; son
situaciones que si no se manejan de manera correcta, aunque sea con la mejor de las
intenciones, provocaremos un agravamiento de las lesiones ya existentes. Por eso se
recomienda que ante la duda sobre qué hacer con un accidentado, mejor no hacer nada y
esperar a que lleguen los servicios de socorro.

 Hemorragias
 Quemaduras
 Lesiones óseas
 Pérdida de conocimiento
 Intoxicaciones

7.3.1 HEMORRAGIAS
Por hemorragia entendemos la salida de sangre de los vasos sanguíneos (arterias, venas
y capilares); esta salida puede ser hacia el exterior (hemorragias externas), con lo que
la sangre se hace visible, o hacia el interior (hemorragias internas), con lo que la
sangre no se ve.

 
 

7.3.2 QUEMADURAS
Las quemaduras son lesiones en la piel originadas por un calor excesivo o por un
cáustico, siendo los signos que apreciaremos cuando sucedan:

 Enrojecimiento: son quemaduras leves (incluso las puede producir el sol);


curan bien con la aplicación de crema hidratante, y no precisan atención
sanitaria
 Ampollas: elevación de la piel con líquido en el interior; son quemaduras de
segundo grado leve, y evitaremos explotarlas y vaciarles el líquido. Si
mantenemos la piel íntegra, el riesgo de infección será pequeño y la herida
curará bien. Si la ampolla es muy grande, deberá ser valorada por un sanitario
(posible grado dos profundo).
 Color negro, aspecto carbonizado: quemadura muy grave, de tercer grado,
precisará atención médica.

Cuando hay una quemadura, deberemos valorar su gravedad según las tres
características anteriormente nombradas: enrojecimiento (grado I), ampolla (grado II) y
carbonización (grado III), y valoraremos también las partes del cuerpo a las que afecta
(cara, genitales y pliegues se consideran como muy peligrosos) y su extensión corporal
(podemos utilizar la regla de la mano: si la superficie quemada es más grande que una
de las manos del paciente, es una quemadura extensa que debe ser valorada por personal
sanitario).

Cuando nos encontremos con un accidentado quemado, nuestra actuación ha de ser la


que sigue:

 Alejar la causa de la quemadura del paciente; si esto no es posible, alejar al


paciente de la causa de la quemadura
 Enfriar la quemadura de modo inmediato, pues aunque la fuente de calor no
siga quemando la zona, los tejidos están calientes y pueden seguir
quemándose.
 Si la quemadura es extensa o la piel se ha levantado, cubriremos la zona con
un lienzo limpio humedecido en agua, y avisaremos a los servicios de socorro
 Si la ropa del paciente ha resultado afectada, habrá que quitarla lo más rápido
posible para evitar que siga quemando al paciente; podremos hacerlo debajo
del chorro de agua fría.
atención: si la ropa está adherida a la piel, la recortaremos; la que no se pueda
retirar, la retirará el profesional sanitario.
 Si la víctima aún está ardiendo, lo primero que deberemos hacer será sofocar
las llamas: evitar que el paciente corra, tenderlo en el suelo y cubrirlo con
alguna prenda grande y gruesa: una alfombra, una toalla, una chaqueta... y
mejor si está previamente mojada. Si no tenemos nada, la haremos rodar por
el suelo.
 Si la parte afectada es un ojo, lavarlo inmediatamente bajo un chorro de agua
fría, de modo que el ojo no afectado quede en la parte alta (para evitar que
entre agua contaminada en él)
 No aplicar ninguna pomada ni emplasto sobre la herida, ni utilizar algodón o
apósitos secos sobre ella. No romper las ampollas ni intentar neutralizar un
producto químico con otro. Sólo agravaríamos la lesión.

Electrocuciones: incluimos estas lesiones dentro del apartado de quemaduras porque


una electrocución leve provocará una quemadura en la zona de contacto, mientras que
una grave tendrá una quemadura de entrada en el punto de contacto con la corriente y
una quemadura de salida por donde haya tomado contacto con tierra la corriente que
atraviesa el cuerpo. Este tipo de lesiones se caracterizan por presentar de un modo muy
habitual complicaciones internas no visibles, sobre todo cardíacas, por lo que es muy
importante en estos casos el mantener al accidentado caliente, no darle nada de comer ni
de beber, mantenerlo en una posición cómoda y avisar lo más pronto posible a los
servicios de urgencia.

7.3.3 LESIONES ÓSEAS


Por lesiones óseas entendemos todas aquellas que afecten a un hueso, sea del tipo que
sea, y que pueden afectar a las estructuras que los rodean, esto es, músculos, tendones o
vísceras.

La lesión ósea por excelencia es la fractura; consiste en la rotura del hueso,


habitualmente por un golpe o traumatismo, aunque hay enfermedades que los debilitan
tanto que pueden incluso romper con un mínimo contacto. Lo normal es clasificar las
fracturas en dos tipos: cerradas y abiertas.

 Fractura cerrada: el hueso está roto, pero la zona que lo rodea está íntegra, es
decir, no hay salida del hueso al exterior.
 Fractura abierta: el hueso, al romper, ha rasgado los tejidos que lo rodeaban y
asoma al exterior. Estas fracturas son complejas, pues pueden provocar
infección en la zona, complicando su curación

Sea cual sea el tipo de fractura, siempre nos vamos a encontrar con una serie de
síntomas claramente definidos:

Cuando sospechemos que un accidentado tiene una fractura, hay una serie de normas
que deberemos seguir si queremos realizar una buena primera atención urgente:

 
7.3.4 PÉRDIDA DE CONOCIMIENTO

Cuando nos encontramos a un accidentado con pérdida de conocimiento, tenemos a una


persona que no es capaz de contestarnos cuando le hablamos y que no somos capaces de
despertar; esto puede ser debido a toda una serie de problemas, desde un fuerte golpe en
la cabeza hasta una persona con un coma etílico por exceso de alcohol, o personas con
problemas serios de salud como una subida o bajada de azúcar, un cuadro de epilepsia,
un infarto o falta de oxígeno en los pulmones por intoxicación por humo.

En general, cuando nos encontramos a alguien con este cuadro, nuestra actuación deberá
ser siempre la que sigue, tras haber avisado a los servicios de emergencias:

 Si la persona comenta situación de mareo (común previamente a la pérdida


de conocimiento), la sentaremos y diremos que coloque la cabeza entre las
piernas; así facilitaremos el bombeo de sangre desde corazón a cerebro.
 Si la persona ya está inconsciente (desmayada en el suelo),la colocaremos
boca arriba y le levantaremos los pies. Si trae ropa ajustada (corbata, camisa,
lazo, cinturón...) se lo desabrocharemos para facilitar la respiración.
 Si la persona no recobra el conocimiento pasados pocos segundos,
sospecharemos de alguna lesión grave y lo colocaremos en posición lateral de
seguridad. Controlaremos pulso y respiración, para iniciar la resucitación
cardiopulmonar en el momento en que sea preciso.
 Si la persona inconsciente está convulsionando (esto es, agitando brazos,
piernas y puede que cabeza, incluso echando espuma por la boca), o si es un
paciente epiléptico, deberemos saber:
o Aflojar la ropa y liberar el espacio de alrededor para que el paciente
no se pueda hacer daño; podemos colocarle cojines alrededor o debajo
de la cabeza.
o No sujetar al paciente, deberemos dejar que se mueva con libertad.
o La crisis no suele durar más de 5 minutos; si dura más, será un cuadro
grave
o Al despertar, el paciente se encontrará aturdido y desorientado.
 Lo que nunca deberemos hacer será:
o Dar de comer o de beber a un paciente inconsciente.
o Incorporar a un paciente mareado.
o Dejar sola a una persona inconsciente.

7.3.5 INTOXICACIONES
Cuando en el organismo entra una sustancia nociva (llamada tóxico) y provoca una
reacción grave, que incluso puede llegar a ocasionar la muerte, diremos que es una
intoxicación.

Los tóxicos pueden entrar en el organismo por diferentes vías:

 
 

Una intoxicación puede provocar toda una serie de síntomas en un paciente,


dependiendo del tóxico con el que se haya puesto en contacto, pero sí hay una serie de
actuaciones que podemos llevar a cabo de manera genérica ante una intoxicación, que
son las que siguen:

 
UNIDAD FORMATIVA 8. RIESGOS QUÍMICOS EN EL SECTOR
SANITARIO

8.1. INTRODUCCIÓN

8.1 INTRODUCCIÓN   
 

El uso de productos químicos en los centros sanitarios entraña una serie de riesgos, que
podríamos considerar fundamentalmente desde dos puntos de vista: de un lado, la
peligrosidad inherente al producto químico en cuestión, y por otra, los riesgos derivados
de su manipulación, trasvase, administración y almacenamiento.

Toxicología Laboral: se ocupa de los efectos fisiopatológicos producidos en individuos


que han estado expuestos a sustancias tóxicas durante su actividad laboral, con la
finalidad de conocer las acciones biológicas y la toxicidad de los productos, para evitar
sus riesgos potenciales y conseguir un estado de salud óptimo de los trabajadores.

Contaminantes Químicos: son sustancias orgánicas e inorgánicas, naturales o


sintéticas, que pueden incorporarse al ambiente en cantidades que potencialmente
pueden lesionar la salud de las personas que entren en contacto con ellas.

Tóxico o Xenobiótico: toda sustancia externa que al entrar en contacto con el


organismo puede provocar una alteración de los equilibrios vitales.

Toxicidad: capacidad del compuesto de ocasionar daños en los organismos vivos, como
consecuencia de la entrada del contaminante en el cuerpo humano.

8.2. CLASIFICACIÓN DE LOS CONTAMINANTES QUÍMICOS POR


SUS EFECTOS SOBRE EL ORGANISMO

8.2 CLASIFICACIÓN DE LOS


CONTAMINANTES QUÍMICOS POR
SUS EFECTOS SOBRE EL
ORGANISMO   
 

Atendiendo a los efectos fisiopatológicos de los contaminantes químicos, éstos se


pueden clasificar en:
 

8.3. VÍAS DE ENTRADA DE LOS CONTAMINANTES QUÍMICOS

8.3 VÍAS DE ENTRADA DE LOS


CONTAMINANTES QUÍMICOS   
 

Cuando hablamos de "vías de entrada", nos referimos a aquellas zonas del cuerpo por
las cuales cualquier tóxico puede ponerse en contacto con nosotros y provocarnos un
daño o por las que puede entrar en el organismo; las principales formas de entrada de
los contaminantes químicos en el organismo son:

 
 

 
 
 
 
 
 
 

8.4. PROCESO DE TRANSFORMACIÓN DE LOS TÓXICOS EN EL


ORGANISMO

8.4 PROCESO DE
TRANSFORMACIÓN DE LOS
TÓXICOS EN EL ORGANISMO   
 

Una vez que entramos en contacto con un tóxico, éste ha de pasar por varias "fases" por
nuestro organismo, tanto para ser introducido como para ser expulsado; según el
trayecto que siga el tóxico, según los órganos por los que su proceso de transformación
le vaya llevando, la patología que provocará será diferente. Por tanto, son las fases por
las que el tóxico ha de pasar:

 
 

 
 
 
 
 
 
 
 

8.5. INTOXICACIÓN

8.5 INTOXICACIÓN 
  

Cuando un tóxico actúa, se produce en el organismo una respuesta de intensidad


variable, lo que lleva a clasificar las intoxicaciones en varios tipos:

 
 
 
 
 
 

8.6. FACTORES QUE INFLUYEN EN LA RESPUESTA DEL


ORGANISMO

8.6 FACTORES QUE INFLUYEN EN


LA RESPUESTA DEL ORGANISMO   
 

8.7. PRODUCTOS QUÍMICOS MÁS COMUNES EN EL ÁMBITO


SANTIARIO, SUS INTOXICACIONES Y SUS MEDIDAS DE
PRECAUCIÓN

8.7 PRODUCTOS QUÍMICOS MÁS


COMUNES EN EL ÁMBITO
SANITARIO, SUS INTOXICACIONES
Y SUS MEDIDAS DE PRECAUCIÓN
 

 Óxico de etileno
 Citostáticos
 Gases anestésicos
 Formaldehído

A) ÓXIDO DE ETILENO

El óxido de etileno es un éter que se emplea en el medio sanitario como agente


esterilizante, dada su alta capacidad antimicrobiana. Se presenta en forma gaseosa a
temperatura y presión normales, siendo fácilmente inflamable.

Las características toxicológicas más conocidas de este producto se refieren a su efecto


productor de intoxicaciones agudas y crónicas, siendo su sintomatología:

1. Intoxicación aguda:
o Alteraciones gastrointestinales: náuseas y vómitos.
o Alteraciones respiratorias: disnea, cianosis.
o Alteraciones neurológicas.
o Alteraciones hematológicas.
o Alergias cutáneas.
o Lesiones irritativas.
o Conjuntivitis.
o Quemaduras corneales.
o Cataratas.
2. Intoxicación crónica:
o Alteraciones neurológicas: encefalopatía, polineuritis.
o Alteraciones neurovegetativas.
o Alteraciones en la multiplicación celular.
o Abortos y partos prematuros.
o Efectos teratógenos y mutágenos.
o Cáncer.

 
Población expuesta:

 Personal de enfermería.
 Personal de mantenimiento.
 Personal de limpieza.

 
Medidas de protección:

 Adecuado diseño del área de esterilización, que debe estar aislada.


 Aparataje adecuado que cumpla los criterios técnicos.
 Aireación adecuada.
 Control ambiental continuo con alarma.
 Formación del personal expuesto respecto a la toxicidad del óxido de etileno
y a su adecuada manipulación.
 Control biológico de los trabajadores.
 Uso de prendas de protección: mascarillas con filtro adecuado, gafas, batas y
guantes desechables.

Se ha demostrado el efecto mutagénico, carcinogénico y teratógeno en el hombre


cuando algunos de estos fármacos se utilizan a dosis terapéuticas. Los efectos sobre el
personal que los manipula pueden clasificarse en:

 Intoxicación local: suele ser consecuencia del contacto directo del citostático
con piel, mucosas y/u ojos, lo que puede dar lugar a alteraciones como:

 Dermatitis.
 Mucosistis.
 Hiperpigmentación.
 Quemaduras.
 Reacciones alérgicas.

 Intoxicación con efectos sistémicos: debidos a sobreexposición al producto,


ya causados por la absorción del citostático y su entrada en el orgnismo:

 Maúseas.
 Vómitos.
 Cefaleas.
 Prurito.
 Rubefacción.
 Vómitos.
 Nefrotoxicidad.
 Hepatotoxicidad.
 Cardiotoxicidad.
 Alteraciones corneales.
 Alteraciones respiratorias.

B) CITOSTÁTICOS

Los citostáticos son compuestos químicos que provocan una alteración del metabolismo
activo de reproducción de la célula, es decir, cuando una célula se multiplica, alteran la
estructura de la célula nueva, de modo que ésta no sea viable, provocándole así la
muerte, por lo que son muy útiles en el tratamiento del cáncer.
La gran mayoría actúa sobre la síntesis del ADN por distintos mecanismos (inhibición
de la síntesis de ácidos nucleicos, inhibición de la mitosis, etc), lo que facilita su
clasificación farmacológica según sea su mecanismo de acción. De esta forma se
clasifican en agentes alquilantes, antimetabolitos, antibióticos antitumorales y alcaloides
de las plantas, entre otros.

 
Efectos sobre la salud:

Se ha demostrado el efecto mutagénico, carcinogénico y teratógeno en el hombre


cuando algunos de estos fármacos se utilizan a dosis terapéuticas. Los efectos sobre el
personal que los manipula pueden clasificarse en:

 Intoxicación local: suele ser consecuencia del contacto directo del citostático
con piel, mucosas y/u ojos, lo que puede dar lugar a alteraciones como:

 Dermatitis.
 Mucosistis.
 Hiperpigmentación.
 Quemaduras.
 Reacciones alérgicas.

 Intoxicación con efectos sistémicos: debidos a sobreexposición al producto,


ya causados por la absorción del citostático y su entrada en el orgnismo:

 Maúseas.
 Vómitos.
 Cefaleas.
 Prurito.
 Rubefacción.
 Vómitos.
 Nefrotoxicidad.
 Hepatotoxicidad.
 Cardiotoxicidad.
 Alteraciones corneales.
 Alteraciones respiratorias.

 
Población expuesta:

 Personal de farmacia, en los procesos de disolución, transporte y


manipulación, por la exposición a aerosoles.
 Personal de enfermería, en los procesos de administración de los fármacos.
 Personal auxiliar, al entrar en contacto con las excretas de los pacientes
 Personal de limpieza, en las tareas de recogida y retirada de material
utilizado.
 
Medidas de protección:

C) GASES ANESTÉSICOS:
Los anestésicos son agentes químicos depresores del sistema nervioso central, que
producen pérdida de conciencia, de motilidad, de la sensibilidad y de la actividad
refleja, motivo por el que se utilizan en la inducción y mantenimiento de la anestesia
general en el quirófano.

Se absorben por vía respiratoria, y los que actualmente se utilizan son el óxido nitroso y
el halotano, aunque también se utilizan el enfluorano, metoxifluorano e isofluorano.

 
Efectos sobre la salud:

Se han publicado una larga serie de estudios cuyas conclusiones podríamos resumir
diciendo que el riesgo de carcinogénesis no está demostrado, pero que sí se ha descrito
relación casual entre exposición a anestésicos y aparición de:

 Alteraciones de la conducta, incluso aumento del número de suicidios


 Alteraciones psicomotoras
 Alteraciones hepáticas y renales
 Alteraciones de la multiplicación celular
 Malformaciones congénitas y abortos
 Irritación de las vías respiratorias
 Laringitis y asma

 
Población expuesta:

 Anestesistas
 Enfermería de quirófano
 Auxiliares de quirófano
 Médicos de especialidades quirúrgicas
 Personal de mantenimiento y limpieza
 Personal de la sala de despertar

 
Medidas de protección:

Las medidas preventivas frente a la exposición a gases anestésicos, pueden enfocarse y


dirigirse tanto a la fuente, al medio ambiente o al personal expuesto. Sintetizando,
podríamos reseñar:

1. Fuente: utilización de sistemas extractores que impidan vertidos, y revisión


periódica de los aparatos de anestesia. En ocasiones, es posible la menor
utilización de anestésicos volátiles, siendo aconsejable inducir con anestesia
intravenosa y continuar con anestesia por inhalación.
2. Medio ambiente: adecuado sistema de ventilación de los quirófanos, con un
ciclo no inferior a 115-20 renovaciones de aire por hora, para eliminar las
bolsas de anestésico que se forman alrededor de la mesa de operaciones por
efecto del calentamiento producido por las lámparas. Igualmente, se aconseja
que la entrada de aire se sitúe cerca del techo y la salida a unos 15cm del
suelo
3. Personal expuesto: aparte de la realización de reconocimientos médicos
periódicos, es imprescindible una adecuada formación que evite la mala
“praxis” en la administración de anestésicos, causa ésta que puede originar
escapes de gases. Además, hay que evitar que trabajen gestantes con este
riesgo.

D) FORMALDEHÍDO:

El formaldehído, a pequeñas concentraciones, es un componente normal y necesario


para el metabolismo celular, pero a elevadas concentraciones es tóxico para el
organismo.

Es un compuesto de amplia utilización industrial, por lo que está presente en muchos


productos de consumo habitual, como adhesivos, tintes, cosméticos y detergentes.

En el ámbito hospitalario, podemos encontrar diversas actividades generadoras de la


presencia de formaldehído en el ambiente de trabajo. Entre ellas podemos destacar:

 Desinfección de equipos y salas hospitalarias, aunque su utilización para esta


función se está limitando por su alto potencial tóxico
 La formalina, derivado del formaldehído, sola o mezclada con alcohol,
glicerina o fenol, se utiliza como fluido embalsamador
 Conservante en laboratorios de Anatomía Patológica e Histología
 Desinfectante en las unidades de hemodiálisis

 
Efectos sobre la salud:

El umbral perceptivo del formaldehído se sitúa entre 0.05 y 1 ppm, pudiendo producirse
cierto tipo de alteraciones a concentraciones menores:

1. Tracto respiratorio superior:

 Irritación de mucosa nasal, boca y faringe


 Sequedad de boca, nariz y garganta. Polidipsia
 Cefaleas (por irritación de mucosas de los senos paranasales)
 Rinitis y faringitis crónicas
 Pérdida de la sensibilidad olfativa

2. Tracto respiratorio inferior:

 Tos, opresión torácica y disnea


 A concentraciones altas, se han descrito edemas de pulmón, neumonía y muerte
3. Sensibilización alérgica:

 Dermopatías, dermatitis de contacto

4. Efectos mutagénicos y cancerígenos:

 Por la capacidad reactiva del formaldehído con las proteínas y los ácidos
nucleicos, se ha demostrado su capacidad mutagénica en animales
 Si bien su actividad cancerígena no está plenamente demostrada, se considera
potencialmente cancerígeno para los seres humanos.

 
Población expuesta:

 Personal de hemodiálisis, anatomía patológica e histología


 Personal de mantenimiento y limpieza

 
Medidas de protección:

1. Fuente:
o Sustitución del producto siempre que sea posible
o Aditivos para reducir el formol líquido
o Conveniente sellado de tabiques
o Recipientes bien tapados
2. Ambiente:
o Ventilación adecuada de los puestos de trabajo
o Sistemas de extracción de aire
o Buen estado de mantenimiento y limpieza
o Control ambiental periódico
3. Personal expuesto:
o Utilización de prendas de protección personal: gafas, mascarillas con
filtro químico, absorbentes, bata, guantes
o Información y formación sobre los riesgos a los que está expuesto y
sobre las medidas de prevención
o Reconocimientos médicos previos y periódicos
4. Medidas en caso de accidente:

o Sobreexposición:

 Lavado prolongado con agua abundante


 Quitar la ropa impregnada

b. Inhalación:

 Sacar al personal de la zona contaminada


 Mantener al accidentado tapado y en reposo
 Oxigenoterapia
 Respiración artificial si fuera necesario

c.Ingestión:

 Inducción del vómito


 Lavado gástrico

UNIDAD FORMATIVA 9. AISLAMIENTOS HOSPITALARIOS

9.1. INTRODUCCIÓN

9.1 INTRODUCCIÓN
   

El aislamiento es un conjunto de medidas utilizadas para prevenir la diseminación


de las infecciones a otros pacientes, personal hospitalario, visitantes y medio
ambiente del hospital.

Con estas medidas tratamos de establecer una barrera aséptica en torno al paciente, de
modo que no pueda entrar y/o salir cualquier tipo de germen que pudiera perjudicar al
paciente o a su entorno.

Las medidas más frecuentes utilizadas en los aislamientos hospitalarios son: lavado de
manos, uso de guantes, de bata, de mascarilla y/o de calzas, que serán combinadas
según recomendación del departamento de medicina preventiva, y que podrán ser
variadas periódicamente en busca de un mayor grado de eficacia.

Según el tipo de patología que presente el paciente, podemos encontrarnos con estos
cinco tipos de aislamiento.

9.2. AISLAMIENTO ENTÉRICO

9.2 AISLAMIENTO ENTÉRICO


 

El aislamiento entérico se utiliza para prevenir la transmisión de aquellas enfermedades


que se transmiten por contacto directo o indirecto con heces infectadas (contacto
directo) o con objetos contaminados por dichas heces (contacto indirecto). En estos
aislamientos deberemos seguir diversas medidas de protección:

 Lavado de manos.
 Habitación individual con lavabo, preferiblemente, aunque podremos colocar
juntos en la misma habitación a dos pacientes que presenten la misma
patología.
 Uso de bata obligatoriamente, si tenemos que entrar en contacto directo con
el paciente (dar la comida, asearlo,...).
 Uso de guantes cuando se manipule material contaminado (para su limpieza,
por ejemplo).
 Todo el material necesario se encontrará dentro de la habitación. Es
recomendable el uso de guantes, que se desecharán cuando se salga de la
habitación, en un cubo habilitado al efecto.
 La puerta puede estar abierta.
 Ante la duda, consultar con el personal de enfermería sobre la necesidad de
adoptar precauciones adicionales.

9.3. AISLAMIENTO ESTRICTO

9.3 AISLAMIENTO ESTRICTO


 

Este tipo de aislamiento no es muy común, porque se aplica a aquellas enfermedades


infecciosas que se pueden contagiar tanto por contacto directo como por vía aérea (por
ejemplo, la varicela). Incluimos como medidas de protección dentro de este aislamiento:

 Lavado de manos.
 Habitación individual con lavabo.
 Obligatorio el uso de mascarilla, bata, guantes y calzas mientras se
permanezca dentro de la habitación, tanto trabajadores como visitas.
 Todo el material necesario para vestirse se encontrará preparado dentro de la
habitación, a excepción de la mascarilla, que deberemos colocárnosla antes
de entrar en la habitación.
 Antes de salir de la habitación, depositaremos las prendas contaminadas en el
contenedor que hallaremos dentro de la habitación, que estará preparado para
esa tarea, pero mantendremos puesta la mascarilla hasta que salgamos de la
habitación, donde una vez que hallamos cerrado la puerta de la habitación,
podremos quitárnoslas.
 La puerta de la habitación de este tipo de pacientes permanecerá en todo
momento cerrada.
 Ante la duda, consultar con el personal de enfermería sobre la necesidad de
adoptar precauciones adicionales

9.4. AISLAMIENTO DE CONTACTO

9.4 AISLAMIENTO DE CONTACTO


 

Este tipo de aislamiento se aplica en aquellas enfermedades infecciosas que se propagan


por contacto directo; se puede dividir en dos tipos, aquellos que tienen que ver con la
infección de heridas y lesiones cutáneas y las que se aplican más concretamente a las
secreciones orales. Serán las medidas a tomar:

 Lavado de manos.
 Abstenerse de tocar con las manos directamente las heridas o lesiones.
 Habitación individual, siempre que sea posible. Si no lo es, compartirá
habitación con un paciente que esté contaminado con el mismo
microorganismo.
 Nos pondremos guantes limpios ANTES de entrar a la habitación, y nos los
quitaremos ANTES de salir de la habitación, depositándolos en un
contenedor preparado al efecto.
 Desinfectaremos nuestras manos inmediatamente después de quitarnos los
guantes, bien lavándolas con agua y jabón o bien con una solución antiséptica
de base alcohólica.
 Evitaremos tocar materiales u objetos del entorno del paciente, pues es
probable que también estén contaminados.
 Nos pondremos una bata limpia al entrar en la habitación, siempre que exista
riesgo de entrar en contacto con material contaminado, bien por la actividad
que se va a realizar dentro de la habitación del enfermo (como la limpieza de
la habitación) o por la situación clínica del enfermo (diarreas, mala higiene
por desorientación, drenajes de heridas,...). Nos quitaremos la bata antes de
salir de la habitación.
 Ante la duda, consultar con el personal de enfermería sobre la necesidad de
adoptar precauciones adicionales.

9.5. AISLAMIENTO RESPIRATORIO

9.5 AISLAMIENTO RESPIRATORIO


 

Se aplica sistemáticamente para prevenir la diseminación de enfermedades transmisibles


por vía aérea (por ejemplo, tuberculosis). Incluiremos dentro de este aislamiento las
siguientes actuaciones:

 Lavado de manos.
 Habitación individual con lavabo, correctamente ventilada, y siempre con la
puerta cerrada. Si ha de compartir habitación, será con un paciente con su
misma patología.
 Antes de entrar en la habitación, deberemos colocarnos una mascarilla
protectora (nos la facilitará el personal de enfermería, pues dependiendo del
tipo de patología, deberemos utilizar una mascarilla u otra). La mascarilla
deberá cambiarse con una frecuencia adecuada, o cuando se humedezca.
 Colocación de la mascarilla: deberá cubrir boca y nariz, y ajustarse
correctamente en el puente nasal, para evitar al máximo la exposición al
ambiente contaminado. Si es una mascarilla de sujeción con cintas,
primeramente ataremos las cintas superiores en la zona posterior de la
cabeza, y a continuación, las inferiores de manera que cierren la mascarilla en
la zona del mentón, para lo cual deberán cruzarse por encima de las que
hemos atado en primer lugar.
 Las mascarillas se colocarán antes de entrar en la habitación, y se desecharán
después de salir, una vez hallamos cerrado la puerta de la habitación. Habrá
contenedores para tal efecto en el exterior de la habitación.

9.6. AISLAMIENTO PROTECTOR O INVERSO

9.6 AISLAMIENTO PROTECTOR O


INVERSO
 

Este es un aislamiento peculiar en comparación con los anteriores, pues su finalidad no


es evitar que nosotros nos contagiemos o que diseminemos alguna enfermedad; los
pacientes que están bajo este aislamiento son personas que tienen un sistema
inmunitario deficitario, esto es están inmunodeprimidos, algo que sucede con pacientes
transplantados, enfermos de leucemia, pacientes a tratamientos quimioterápicos muy
agresivos y en general, enfermos con leucopenias. Por tanto, el fin de estos aislamientos
es evitar que nosotros introduzcamos en la habitación algún agente agresivo que les
pueda provocar una infección, que debido a su estado de salud, puede tener
consecuencias fatales.

Son los cuidados que tenemos que tener en cuenta a la hora de entrar en estas
habitaciones:
 Lavado de manos.
 Habitación individual siempre.
 Nos colocaremos, y por este orden, calzas en los pies, gorro, mascarilla
(siempre bien cerrada), guantes y bata antes de entrar en la habitación.
 Nos quitaremos estas prendas una vez que hallamos salido de la habitación,
una vez cerremos la puerta.
 Mantener la puerta siempre cerrada.
 En algunos hospitales, este tipo de pacientes se aíslan en habitaciones dotadas
de flujo de aire laminar, con filtros de alta eficacia.

CUADRO RESUMEN DE LOS TIPOS DE AISLAMIENTOS

UNIDAD FORMATIVA 10. RECOGIDA Y TRANSPORTE DE


MUESTRAS BIOLÓGICAS

10.1. INTRODUCCIÓN

10.1 INTRODUCCIÓN
 
El único medio para establecer un diagnóstico correcto es practicar una exploración del
enfermo con un método perfecto. Solo así se cubrirá adecuadamente las cuatro etapas
fundamentales del diagnóstico, que son la etapa funcional donde se indaga el trastorno
funcional, la etapa anatómica donde se localiza el órgano enfermo, la etapa patogénica
donde se precisa el mecanismo productor del trastorno y la etapa etiológica, donde se
descubre finalmente la causa específica.

Para ello disponemos de tres grandes métodos de exploración: el interrogatorio, la


exploración objetiva del enfermo y las exploraciones complementarias. Estas últimas
son métodos de análisis fisicoquímicos, aplicados unos directamente al enfermo y otros
a sus humores o secreciones, que se denominan generalmente como "métodos de
laboratorio". No hay ningún enfermo en el cual la exploración completa no requiera
datos de laboratorio. Por lo menos se deberá practicar un examen de orina en cuanto a
cantidad, color, albúmina y glucosa y un examen de sangre estudiando la velocidad de
sedimentación, leucocitos y hematíes.

10.2. TIPOS DE MUESTRAS BIOLÓGICAS HUMANAS

10.2 TIPOS DE MUESTRAS


BIOLÓGICAS HUMANAS
 

Las muestras biológicas son, fracciones de fluidos, eliminaciones y/o tejidos del
organismo vivo o muerto que pueden obtenerse y emplearse para realizar un ensayo
analítico clínico. El objetivo de la analítica es la obtención de información acerca de las
condiciones fisiopatológicas del individuo a través del estudio de la muestra,
información complementaria a otros estudios cuyo fin es el de:

Para que la información obtenida del análisis sea fiable, es necesario que todo el
proceso se haya realizado en las condiciones adecuadas. Se han establecido protocolos
de preparación del individuo, recogida y manipulación de las muestras biológicas en las
que se indican las condiciones y características de:

Exudados: acumulo semilíquido procedente de una extravasación de capilares de


pequeño calibre de etiología variada (inflamatoria, infecciosa, etc.) Según su contenido
puede ser albuminoso, seroso, hemorrágico, fibrinoso,...

Líquidos: pertenecientes a distintas cavidades del cuerpo.

Secreciones: sustancias producidas por la actividad de las glándulas.

Los principales tipos de muestras biológicas que pueden ser analizadas y su relación con
las regiones anatómicas que deben abordarse para su obtención son:

 Orina: riñón.
 Sangre: vasos sanguíneos (venas, arterias, capilares)
 Médula ósea: pulpa roja (hematopoyesis)
 Heces: aparato digestivo (Intestinos).
 Esputo: acúmulo de materia procedente de las vías respiratorias inferiores
 Líquido amniótico: cavidad amniótica
 Líquido ascítico: cavidad abdominal
 LCR: médula espinal y meninges.
 Líquido del meningocele: protuberancia patológica de las meninges.
 Líquido pleural: cavidad pleural (pulmones)
 Líquido prostático: próstata (AGMasculino)
 Líquido seminal: semen (AGMasculino)
 Líquido sinovial: articulaciones.
 Exudado conjuntival: conjuntiva ocular
 Exudado oral: cavidad bucal
 Exudado endocervical: endocérvix (útero)
 Exudado faringeo- amigdalino: faringe posterior
 Exudado de heridas: lesiones de la piel.
 Exudado nasofaríngeo: fosas nasales y faringe anterior
 Exudado ótico: oído interno y externo.
 Exudado vaginal: vagina (AGFemenino)
 Tejidos (biopsias)
 Contenido bronquial: bronquios.
 Contenido duodenal: duodeno.
 Contenido gástrico: estómago.
 Bilis: hígado y vesícula biliar.
 Leche materna: glándula mamaria.

10.3. DETERMINACIONES MÁS FRECUENTES REALIZADAS EN


LA U.C.I

10.3 DETERMINACIONES MÁS


FRECUENTES REALIZADAS EN LA
U.C.I    
 
 

 
 
 
 
 

10.4. PREPARACIÓN DE LOS PACIENTES Y DE LAS MUESTRAS


PARA LAS PRUEBAS DE LABORATORIO. PROTOCOLO
GENERAL DE TOMA DE MUESTRAS BIOLÓGICAS

10.4 PREPARACIÓN DE LOS


PACIENTES Y DE LAS MUESTRAS
PARA LAS PRUEBAS DE
LABORATORIO. PROTOCOLO
GENERAL DE TOMA DE MUESTRAS
BIOLÓGICAS
 

 Procedimiento analítico
 Recogida de la muestra
 Manipulación de las muestras
 Conservación de las muestras biológicas
 Envases y sistemas para las muestras

10.4.1 PROCEDIMIENTO ANALÍTICO


La preparación y práctica de las pruebas de laboratorio empieza con la preparación del
paciente, prosigue con la recogida y procesamiento de la muestra biológica y continúa
con la elaboración de un informe. El equipo de laboratorio implicado, incluye personal
que informa al paciente de lo que debe hacer (o dejar de hacer) antes de la recogida de
la muestra; los técnicos que recogen, procesan, almacenan y transportan la muestra; los
analistas que efectúan la medición, y el personal de laboratorio que decide si la
medición resultante es de calidad suficiente para ser enviada al médico que la solicitó.
El médico que hizo la solicitud, lleva a cabo la etapa final, que consiste en aceptar,
evaluar la medición y actuar de acuerdo con los resultados.

10.4.2 RECOGIDA DE LA MUESTRA


Normas generales

 Elegir el material que refleje el proceso patológico.


 Evitar contaminarse con la flora del paciente.
 Obtener volúmenes suficientes.
 Obtener la muestra, si es posible, antes de iniciar la terapia antimicrobiana.
 Transportar la muestra rápida/ al laboratorio.

Hemocultivos

 Desinfectar la zona de extracción con alcohol 70% y después con alcohol


yodado o povidona yodada. Esperar 1 minuto.
 Cada toma supone dos frascos: uno aerobio y otro anaerobio.
 Extracción deseable en picos febriles.
 En general, 3 tomas espaciadas en 24 h. En urgencias, 3 cada 15´ de venas
diferentes. En F.O.D., 6 tomas en 48 horas.
 En adultos y niños, 6-10 ml (3 a 5 ml por frasco).
 En neonatos, 2 ml.
 Enviar al laboratorio lo antes posible. Hasta su envío, mantener a 35-37ºC. Si
no es posible, a tª ambiente. Nunca refrigerar ni congelar.
 No son adecuadas las extracciones a través de catéteres y cánulas
intravasculares.
 La relación ideal sangre : caldo de cultivo es de 1:10, a fin de diluir las
sustancias bactericidas del suero.

Catéteres
 Catéteres
 Retirar el catéter con la máxima asepsia y con pinzas y tijeras cortar los 5 cm
distales que corresponden a la zona intravascular.
 Introducirlo en un frasco estéril.
 Enviarlo antes de 30 minutos.
 Mantenerlo en nevera el < tiempo posible.
 A veces lo que queremos es comprobar la esterilidad de las no utilizadas
(p.e., las sondas de Foley).
Sangre (serología)
 Recoger, como mínimo, 5 ml de sangre en tubo con tapón rojo y enviarlo tan
pronto sea posible al laboratorio en el tubo de la extracción.
 Se conserva en nevera, evitando la congelación.

Heridas, quemaduras, úlceras

 Lavar la zona de la lesión y luego aspirar con jeringa, de 1 a 10 ml, de la zona


más profunda. Si se realiza con hisopo, cargarlo bien y enviar 2.
 Enviarlo antes de 2 horas.
 Conservación: en medio de transporte, a tª ambiente.
 Poco probable el hallazgo de anaerobios en muestras obtenidas con hisopos.*
Abscesos
 Desinfectar la piel con alcohol 70%, después con alcohol yodado o povidona
yodada y esperar 1 minuto.
 Aspirar 5-10 ml aséptica/. Eliminar el aire de la jeringa y pinchar la aguja en
un tapón de goma estéril.
 Aunque sea posible, el uso de hisopos debe evitarse.
 Es importante la conservación:
 Inyectar 1-5 ml dela muestra en medio de transporte para anaerobios,
dejándolo a tª ambiente.
 Inyectar una parte de la muestra en un frasco de hemocultivo anaerobio
(tapón amarillo) y mantener a 35º-37ºC o a tª ambiente.

L.C.R.

 Transporte en tubos estériles de 30´.


 Si no es posible el envío deber hacerse:
o Mantener a 35º-37ºC
o Inyectar parte de un frasco de hemocultivo y mantener a 35º-37ºC o
tªambiente
 Por punción lumbar, recoger 1-10 ml.
o         Nunca refrigerar o congelar.
     El L.C.R. para estudio de Ag y Ac, se conservará en nevera y no en estufa
(volumen 1-3ml).

Orinas

     Recogida:
o         Micción espontánea.
o         Sondaje.
o         Punción suprapúbica.
o         Si se utiliza bolsa de plástico adhesiva, no se mantendrá la
misma más de 30 minutos.
     Volumen de 5-10 ml en recipiente estéril.
     Transporte en un plazo no superior a 1 hora.
     Conservación a 4ºC un máximo de 24 horas.
     En general, + de 50.000 colonias /ml o + de 3 gérmenes encontrados,
indican que la orina está contaminada.
     La investigación de anaerobios debe hacerse en orinas obtenidas por
punción suprapúbica.

Heces

     Heces recién emitidas (2 g si son sólidas o 5-10 ml si son líquidas).


     Enviarse en menos de 30 minutos.
     Conservación: las heces preparadas en medio de transporte se mantendrán
en nevera hasta su envío, no debiendo superar las 12-18 horas.
     No sirven las heces contaminadas por orina.
     Relación ideal 1:10 (medio transporte : muestra)

Esputos

     Recoger 5-10 ml en recipiente estéril.


     Transporte antes de las 2 horas.
     Conservación en nevera (4ºC).
     La presencia de células epiteliales en el esputo equivale a contaminación
faríngea.
     A todas las muestras se les efectúa control de calidad por observación
microscópica.

Exudados

     Recoger la mayor cantidad posible:


o Nasal: hisopo flexible de alginato o dacrón.
o Faríngeo: hisopo convencional.
o Ótico: hisopo de pequeño tamaño.
o Conjuntival: hisopo de alginato cálcico o dacrón.
o Vaginal: hisopo de alginato cálcico o dacrón.
o Uretral: hisopo especial. La muestra debe tomarse como mínimo 1 h.
después de la última micción
 Enviar dos hisopos lo más inmediata/ posible.
 Todos los hisopos pueden mantenerse en medio de transporte a tª ambiente.
 Las muestras vaginales y uretrales en medio de transporte, se mantendrán a
35º-37

  
 

10.4.3 MANIPULACIÓN DE LAS MUESTRAS


Una vez obtenida la muestra que va a ser analizada, ésta debe llegar al laboratorio
adecuado para tal fin. Esta etapa es especialmente delicada para las muestras de sangre,
debido a la fragilidad de los elementos y células que componen la sangre.

Durante la manipulación de las muestras se debe tener mucho cuidado para evitar
pérdidas, derrames, cambios de etiquetas identificativas, roturas de tubos... con el
consiguiente trastorno para el paciente.

El personal que manipula las muestras ha de protegerse con guantes para evitar
contaminarse con ellas.

El sistema de transporte de muestras al laboratorio central depende del centro sanitario


de que se trate, siendo diferente el de un gran hospital al de un laboratorio central, al
que llegan muestras de diferentes lugares de recogida.

Transporte de muestras

El laboratorio donde se va a realizar el análisis de una muestra puede estar más o menos
alejado del centro de extracción o recogida de la misma. Esta distancia condiciona el
sistema de transporte. En grandes hospitales se suele utilizar el sistema de entrega en
mano, en este caso una persona se encarga de recoger las muestras extraídas y llevarlas
al laboratorio.

Para el transporte de muestras biológicas a un laboratorio centralizado desde áreas


situadas fuera del centro, se utilizan cajas de transporte resistentes a los golpes. Los
tubos con las muestras se colocan en gradillas y se meten en las cajas de transporte.

Si es preciso refrigerar las muestras durante su transporte, dentro de las cajas se pondrá
un refrigerante comercial.

En el caso de muestras con un agente infeccioso, el envío está sujeto a normas


especiales.

Si se envía una muestra de un laboratorio a otro, el laboratorio que la envía ha de


facilitar información e instrucciones necesarias para su manipulación. El laboratorio que
la reciba seguirá dichas instrucciones.

En la fase de preparación y recogida de la muestra puede haber alteraciones debido a los


siguientes factores:

 
 

Muestras inaceptables

Por diversos motivos algunas muestras no son aceptables para el análisis de laboratorio.
Se establecen criterios para el rechazo de las muestras como son una identificación
insuficiente de la misma, un insuficiente volumen de la muestra recogida, un tubo
inapropiado de recogida, hemólisis y transporte inapropiado.

La identificación apropiada de la muestra incluye el nombre del paciente, el número de


identificación y las pruebas solicitadas al laboratorio. En circunstancias especiales (p.e
muestra de LCR que no ha sido etiquetada, muestra de sangre obtenida para un análisis
de un paciente en el que es muy difícil extraer sangre...) se acepta la muestra si la
persona que hizo la extracción asume la responsabilidad de cualquier posible error. 

10.4.4 CONSERVACIÓN DE LAS MUESTRAS


BIOLÓGICAS
Las normas básicas para la recogida de muestras son:

 Las muestras para estudios bacteriológicos se recogerán antes del tratamiento


antibiótico. Si esto no fuera posible, recogerla cuando los niveles de
antibiótico sean más bajos o 48 horas después del tratamiento.
 Recoger las muestras en condiciones de asepsia para evitar contaminaciones
externas.
 Utilizar los contenedores estériles y específicos para cada muestra.
 Etiquetar correctamente los contenedores con los datos del enfermo y de la
muestra.
 Enviar inmediatamente al Laboratorio.
 Todas las muestras son potencialmente contaminantes y deben de manejarse
con cuidado.
 Evitar manipulaciones innecesarias.
 No contaminar la parte externa de los contenedores que deben estar
correctamente cerrados.
 No contaminar los volantes.

A temperatura ambiente, las reacciones biológicas transcurren a una velocidad


aproximadamente cuatro veces superior a como lo hacen en el organismo, es decir,
transcurren 4 veces más deprisa.

Las muestras se conservan bien, sin que sufran grandes alteraciones en los componentes
que se van a medir, si el tiempo transcurrido desde su obtención hasta el análisis no es
superior a una hora. De no ser así, las muestras se deben mantener refrigeradas entre 4 y
6 ºC. No se debe refrigerar la sangre que se vaya a utilizar para preparar suero o plasma,
ya que se produciría un incremento de los niveles de potasio.

Los tubos de sangre total deben mantenerse tapados hasta su análisis.

El suero y el plasma, una vez separados, se refrigeran entre 4 y 6º o se congelan a -20ºC,


según el componente a analizar y el tiempo de demora.

La conservación de las muestras de orina es esencial para el mantenimiento de su


integridad, ya que pueden sufrir alteraciones químicas y proliferación microbiológica.
Para evitar la proliferación de microorganismos en la orina, debe refrigerarse o
añadírsele un conservante. Si se van a analizar sustancias sensibles a la luz, la orina se
protegerá poniéndola en recipientes de vidrio de color ámbar, o en un recipiente normal
envuelto con papel de aluminio. Los hematíes, leucocitos y la bilirrubina se
descomponen transcurridos una hora desde la micción, por lo que en estos casos es
importante la rapidez en su procesamiento hasta llegar al análisis.
Las heces u otras muestras biológicas, sobre todo las destinadas a análisis bacteriológico
o parasitológico, deben conservarse en las condiciones requeridas por la muestra y el
germen a estudiar.

Normas de almacenamiento de las muestras:

 
 

Efectos de la conservación sobre las muestras

En las muestras conservadas en refrigerador mucho tiempo, se puede producir una


proliferación bacteriana que tiene efectos degradantes sobre los componentes de la
muestra.
La congelación a largo plazo también origina alteraciones en las muestras, actuando
directamente sobre los sistemas enzimáticos y produciendo cambios en la concentración
de algunos componentes de las mismas.

Las moléculas grandes como las proteínas, sufren cambios producidos por cortes en su
estructura con los cristales de hielo que se originan al congelar la muestra. Se ha
comprobado que cuanto más lentamente se realiza la congelación, mayores son los
efectos negativos producidos sobre la muestra, al ser mayores los cristales que se
forman.

La descongelación de las muestras ha de hacerse también lo más rápidamente posible, y


no se recomienda congelar una muestra una vez descongelada

10.4.5 ENVASES Y SISTEMAS PARA LAS


MUESTRAS
 Frascos de boca ancha con tapa de rosca, utilizado para recogida de orina,
esputos, heces, semen y catéteres.
 Frascos con medio de conservación para parásitos.
 Frasco con tapón de rosca y fondo cónico o tubos de plástico estériles para
LCR y líquidos orgánicos.
 Hisopos o torundas con medio de conservación de Amies para exudados
faringeos, nasales, conjuntivales, óticos, exudados de heridas, etc.
 Hisopos o torundas finas con soporte de alambre flexible para frotis
nasofarinfeos y exudados uretrales.
 Hisopos o torundas con medio de conservación para Chlamydias, para frotis
de cérvix uterino, frotis uretral, frotis conjuntival.
 Frascos de hemocultivos: frasco azul (aerobiosis), amarillo (anaerobiosis),
rosa (pediátrico)
 Tubos para muestras de sangre:
o Tubos con citrato sódico al 10% (tapón azul claro).
o Tubos con citrato sódico al 20% (tapón negro).
o Tubos con EDTA K3 (tapón morado).
o Tubos con fluoruro sódico (tapón gris).
o Tubos con heparina de sodio o de litio (tapón verde).
o Tubos sin aditivos (tapón rojo).

10.5. VOLANTES DE PETICIÓN


10.5 VOLANTES DE PETICIÓN
 

Un volante de petición es el documento que acompaña a cada muestra y que contiene


todos los datos precisos para que su procesamiento sea correcto y el resultado útil.

1. Partes del volante


o Datos demográficos (nombre, sexo...) nº historia....
o Peticionario: quién firma el volante, el médico y/o el servicio.
o Pruebas solicitadas: pueden hacerse constar una por una o agrupadas
en perfiles; también se pueden solicitar pruebas condicionadas (se
realizan si otras son positivas: en el volante se hace constar
habitualmente la expresión "si procede").
o Tipo de muestra: en la que va a hacerse la determinación.
o Hora y características de la obtención de la muestra: habitualmente no
se hace constar si se ha recogido de una manera estandarizada; de no
ser así, se hace referencia expresa ("no está en ayunas"...)
o Sección del laboratorio a la que va dirigida. Cuando cada sección
elabora su volante, este dato figura en el encabezamiento.
o Los tubos o envases que contienen las muestras deben ir rotulados y
etiquetados con los datos del paciente, fecha de la extracción y con el
número que permita identificarlo con el volante correspondiente. Las
etiquetas deben pegarse en la parte superior del frasco, nunca en la
tapa. Esta etiqueta puede estar como un código de barras, donde
figuran todos estos datos.

1. Características del volante

 
 

Según la manera de solicitar la prueba se distinguen volantes:

MANIPULACIÓN DE LAS MUESTRAS

Una vez obtenida la muestra que va a ser objeto del análisis, ésta debe llegar al
laboratorio adecuado para tal fin. Esta etapa es especialmente delicada para las muestras
de sangre, debido a la fragilidad de los elementos formes y células sanguíneas.

Durante la manipulación de las muestras se debe tener mucho cuidado para evitar
pérdidas, derrames, cambios de etiquetas identificativas, roturas de tubos, etc., con el
consiguiente trastorno para el paciente. Además, el técnico que manipula muestras ha de
protegerse con guantes para evitar contaminarse con ellas.

SISTEMAS DE TRANSPORTE DE MUESTRAS

El sistema de transporte de muestras al laboratorio central depende del centro sanitario


de que se trate, siendo diferente el de un gran hospital al de un laboratorio central, al
que llegan muestras de diferentes lugares de re

El laboratorio donde se va a realizar el análisis de una muestra puede estar más o menos
alejado del centro de extracción o recogida de la misma. Esta distancia condiciona el
sistema de transporte: así, en un hospital, las muestras se suelen transportar un sistema
de tubos neumáticos, que consisten en unos compartimentos de plástico forrados de
goma espuma, de unos 10 cm de longitud y con capacidad para varias muestras, que
desplazan a lo largo de un complejo de tuberías desde las diferentes secciones de toma
de muestras al laboratorio donde se va a procesar. LA instalación de este sistema es muy
elemental y su manejo es sencillo. En grandes hospitales también se utiliza el sistema de
entrega en mano, en este caso una persona del centro se encarga de recoger las muestras
extraídas en su sección y llevarlas personalmente al laboratorio.

Para el transporte de muestras de sangre a un laboratorio centralizado desde áreas


situadas fuera del centro, se utilizan cajas de transporte resistentes a los golpes y
reutilizables. Los tubos con las muestras se colocan en gradillas y se meten en cajas de
transporte. Si es preciso refrigerar las muestras durante su transporte, se utilizarán cajas
cuyo interior es de acero inoxidable, poniendo dentro de ellas un refrigerante comercial.
En el caso demuestras con un agente infeccioso, el envío está sujeto a normas
especiales. El tapón del contenedor primario debe estar sellado con cinta adhesiva, este
contenedor se envolverá n material absorbente, y luego se introducirá en u contenedor
secundario hecho a prueba de aplastamientos y escapes.

Si se envía una muestra de un laboratorio a oro de referencia, el laboratorio que la envía


ha de facilitar información e instrucciones necesarias para su recogida y manipulación.
El laboratorio remitente seguirá dichas instrucciones.

Cada laboratorio tienen sus propios criterios para aceptar o rechazar una muestra que
llegue, pero, en general, deberá rechazar las muestras no identificadas, las recogidas en
tubo erróneo, las hemolizadas y aquellas que no se transportaron correctamente.

TRANSPORTE, ALMACENAMIENTO Y CONSERVACIÓN

Deben estudiarse muestras recientes de orina, escogidas al azar, dentro de las dos
primeras horas después de la micción, o bien refrigerar la orina y estudiarla tan pronto
sea posible.

 Refrigeración (4 ºC). Si se prevén retrasos, las muestras deben ser siempre


refrigeradas. En general, muchas de las sustancias para la determinación
química cualitativa y cuantitativa, así como las células y los cilindros, se
conservan mejor cuando la refrigeración va acompañada de un pH ácido
(alrededor de 6) sin empleo de conservantes. Las determinaciones
cuantitativas de creatinina y proteínas se realizan en muestras de 24 horas,
mantenidas en refrigeración durante la recogida y sin añadir conservantes.
Pueden obtenerse resultados fiables cuando una muestras fresca ha sido
apropiadamente refrigerada hasta 48 horas.
 Congelación. Es útil para tratar partes alícuotas de la orina que se va a usar
para pruebas químicas cuantitativas. La congelación puede ayudar a retrasar
la pérdida de sustancias lábiles como el urobilinógeno, la bilirrubina y el
porfobilinógeno, aunque no de forma total. Los pigmentos fotosensibles se
conservan en recipientes de color oscuro. Las partes congeladas para pruebas
químicas pueden ser enviadas en recipientes especiales en hielo seco. Al
descongelarlas, presentan a veces una cierta turbidez que no desaparece,
posiblemente proteínas coloidales, y puede dar lugar a problemas en los
análisis.
 Conservantes químicos. Los conservantes que se utilizan para las muestras de
orina depende de la sustancia que va a ser analizada y del método que se va a
utilizar. En general, los conservantes actúan como agentes antibacterianos y
antimicóticos.

 
 

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