La Iluminación
La Iluminación
La Iluminación
Visión.
La visión es posiblemente la vía de comunicación más importante del hombre con su medio y la luz es un pre-requisito para que se
produzca la visión. El ojo humano es el producto de una larga evolución bajo la influencia de la luz diurna con una composición
espectral en la que predomina no sólo la luz solar, sino también la que resulta de la transformación que ésta sufre al ser esparcida por
las componentes atmosféricas para dar lugar a ese color azul característico de la bóveda celeste. La composición espectral que así
resulta es aquella para la cual el ojo está mejor adaptado, por lo que cualquier sustituto que se intente encontrar exigirá del ojo cierta
adaptación y un trabajo en condiciones menos favorables que con la luz natural. La iluminación natural, por tanto, contribuye a
preservar la salud.
Eficiencia visual.
La visión se mide normalmente en términos de la habilidad para distinguir detalles muy pequeños y para reconocer ligeros contrastes
de luz, color y forma, y de la capacidad para detectar movimientos y cambios de los objetos en el campo visual, por pequeños que
éstos sean.
En general se puede afirmar que mientras mayor sea la iluminación mayor será la capacidad del ojo de apreciar pequeños detalles y
contrastes en un tiempo menor, o lo que es lo mismo, mayor será su eficiencia visual. Esto ocurre de forma rápida al inicio hasta llegar
a un punto donde mayores incrementos en el nivel de iluminación no producen efecto. Una persona con su sentido de la vista limitado
puede mejorar su visión con una buena iluminación, pero nadie, por más que tenga una excelente vista, será capaz de ver bien con
una iluminación deficiente.
Campo visual.
El campo visual de una persona, sin mover la cabeza y ojos, abarca normalmente un ángulo de 180º en la horizontal y 120º en la
vertical. Dentro de estos límites el objeto visual o campo central se limita a 2º y el entorno inmediato es aproximadamente de 40º.
La naturaleza de la luz.
Lo que percibimos como luz es una estrecha banda de la radiación
electromagnética del sol comprendida entre los 380 y 780 nm,
-
1 nm = 10 9 m
La capacidad de un cuerpo de reflejar la luz se expresa por el coeficiente de reflexión (p) y equivale a la relación entre el flujo
luminoso reflejado por el cuerpo o material (Fr) y el flujo luminoso incidente sobre su superficie (Fi) :
p = Fr / Fi
En dependencia del tipo de superficie puede ser especular, difusa y semidifusa.
La reflexión difusa es la más conveniente ya que proporciona una distribución uniforme de la iluminación evitando el deslumbramiento.
Por esta razón se recomienda utilizar siempre superficies con acabado mate en las edificaciones.
La reflexión de las superficies interiores de los locales contribuye a incrementar el nivel de iluminación y adquiere decisiva importancia
en locales pequeños y medianos. Por ello se recomienda utilizar acabados con altos coeficientes de reflexión, es decir, colores claros,
en las superficies interiores de los locales en las viviendas.
De igual forma se expresan los coeficientes de transmisión ( ) y de absorción (a), En todos los casos:
El gráfico se construye de la forma siguiente: En el eje de las abscisas se sitúan los meses y en el eje de las ordenadas, las horas del
día.
Los niveles de la iluminación natural exterior pueden ser obtenidos del servicio meteorológico local o calculados a partir de la energía
radiante de la bóveda celeste medidos en una estación actinométrica del lugar. De esta forma queda definido el período de tiempo en
que resulta necesario utilizar la iluminación artificial, cuándo resulta suficiente el empleo de la iluminación natural solamente o cuándo
es necesario un complemento de luz artificial para obtener los valores de iluminación requeridos.
Parámetros y unidades del clima luminoso.
A continuación veremos las magnitudes fundamentales utilizadas en la iluminación:
Flujo luminoso. (F): Cantidad de energía radiante que emite un cuerpo en la unidad de tiempo.
Unidad: lumen (lm).
Gráficamente se representa por una trayectoria rectilínea (segmento de recta) que recibe el nombre de rayo luminoso.
Intensidad luminosa. (I): Densidad espacial del flujo luminoso de la fuente emitido en una dirección dada.
Unidad: candela (cd).
Se determina por la relación del flujo luminoso con respecto al ángulo sólido en el cual se distribuye:
I = F/W
I: intensidad luminosa
F: flujo luminoso
w: ángulo sólido
Iluminación. (E): Densidad superficial del flujo luminoso que incide en una superficie dada.
Unidad: lux (lx)
Se determina por la relación entre el flujo luminoso que incide sobre una superficie y el área de la misma.
E =F/A
donde:
E: iluminación
F: flujo luminoso incidente
A: área de superficie
Luminancia. (L): Densidad superficial del flujo luminoso irradiado por una superficie. Unidad: candela / metro cuadrado (cd/m²).
Conclusiones
La visión tiene un peso muy importante en el desempeño de la actividad humana, y la eficiencia visual depende en gran medida de
la iluminación.
El conocimiento de las características luminosas de los cuerpos facilita al proyectista el empleo adecuado de los materiales para el
acabado de las superficies interiores y las ventanas en la vivienda con el objeto de crear un clima luminoso favorable a la realización
de la actividad visual de sus ocupantes.
El clima luminoso de un lugar depende, en primer término, de la latitud, la cual define la altura del sol. Otros factores como la
nubosidad, la pureza o contaminación del aire y la naturaleza de las superficies exteriores, influyen en la disponibilidad de luz natural
del sitio. La fuente de luz natural es el sol, fuente inagotable, y por lo tanto su empleo contribuye sustancialmente al ahorro de energía
en las edificaciones y al logro de una construcción sostenible.
La luz artificial depende de fuentes agotables de energía y su producción contamina la atmósfera con CO2 , gas de efecto
invernadero que contribuye al cambio climático que se está produciendo en el planeta.
Confort visual.
Las características luminosas del ambiente afectan tanto las funciones visuales fisiológicas (percepción visual) como las funciones
visuales psicológicas (confort) y contribuyen a la seguridad, confort y satisfacción del hombre en su medio ambiente visual.
El confort visual se produce cuando podemos tener una buena visión y rápida distinción del objeto de trabajo con el mínimo de
fatiga visual.
Para lograr estas condiciones es necesario garantizar un nivel de iluminación o cantidad de luz, adecuado al trabajo visual que se
realice y una buena calidad de la iluminación.
Nivel de iluminación.
Uniformidad de la iluminación. Deslumbramiento. Contraste del objeto de trabajo con el fondo. Dirección de los rayos
luminosos.
En la calidad del alumbrado o sistema de iluminación artificial, los factores más importantes a tener en cuenta son, entre otros:
Hay casos en que el deslumbramiento puede producir sensación de molestia o malestar, pero en
otros puede llegar a imposibilitar el desarrollo de la tarea visual.
Los efectos indeseados del deslumbramiento pueden evitarse o atenuarse mediante algunas soluciones de diseño, tales como:
en caso de iluminación lateral el área de ventanas, sin protección solar, no debe exceder el 30% del área de la fachada
correspondiente,
emplear colores claros, con un alto coeficiente de reflexión, para el acabado de las ventanas y de la superficie interior de la pared
donde ésta se ubica,
utilizar quiebrasoles, pantallas u otros elementos de protección solar que eviten la penetración de los rayos solares dentro del
local y, al mismo tiempo, reflejen los rayos solares hacia la superficie del techo, la cual debe estar pintada de blanco
preferiblemente,
evitar la visión directa de superficies exteriores (terreno adyacente o edificios aledaños) que tengan superficies brillantes o
demasiado claras,
utilizar vidrios de baja transmitancia lumínica que atenúen la luminancia excesiva de la bóveda celeste,
En el caso de iluminación artificial el deslumbramiento puede ser originado :
Uniformidad.
La uniformidad de la iluminación es un factor que tiene gran peso en la calidad de la misma, ya que la falta de uniformidad puede
producir fatiga visual por la necesidad de adaptación constante del ojo. Esto se produce cuando dentro de un mismo local existen
diferencias muy notables entre los niveles de iluminación.
La uniformidad depende directamente de la ubicación, área, proporción, cantidad y separación entre las ventanas o lucernarios. En
locales donde se realicen trabajos que requieran una muy alta precisión (dimensión del objeto de distinción hasta 0,3mm) la
uniformidad no puede ser menor que 0,5, es decir, el valor de la iluminación en el punto menos iluminado del local no debe ser menor
que la mitad de la iluminación en el punto más iluminado del local:
emin / emax > 0,5
En locales en que realicen trabajos de una precisión mediana alta (dimensión del
objeto de distinción entre 0,3 y 1 mm), no puede ser menor que 0,3. En ningún caso
la uniformidad debe ser menor que 0,1.
En caso de iluminación cenital la mayor influencia la tiene el área de los lucernarios y la separación entre ellos. Para una misma área
de iluminación, la uniformidad será peor si la concentramos en lucernarios grandes, muy distantes entre sí, en comparación con
lucernarios de menor área menos distanciados.
La difusión, en iluminación artificial, se logra empleando múltiples fuentes de luz; utilizando luminarias de gran superficie y bajo brillo o
paneles difusores; por medio del alumbrado indirecto y mediante colores claros y acabados mate sobre techos, paredes e incluso
muebles. Las luminarias fluorescentes proporcionan más iluminación difusa que las incandescentes.
Dirección del flujo luminoso.
La dirección del rayo luminoso debe tenerse en cuenta al ubicar los puestos de trabajo en relación con las ventanas y las luminarias
para lograr que ni el equipamiento, ni la propia persona, constituyan un obstáculo al paso de la luz y puedan producirse sombras
inadecuadas que dificulten la tarea visual. En aulas y locales de oficinas es importante disponer los pupitres o mesas de trabajo de
forma tal que la luz incida en el plano de trabajo proveniente de la izquierda del estudiante o trabajador.
Contraste.
El contraste, en términos de luminancia y color, entre el objeto y el fondo, y entre éste y el espacio circundante, es un factor decisivo
en la percepción visual. Para que ésta se produzca en condiciones de confort visual, es necesario lograr una graduación de las
luminancias tal que la luminancia del objeto de trabajo sea mayor que la del fondo y ésta última, a su vez, sea mayor que la de su
entorno inmediato, es decir, la del local.
Color.
El color de una fuente de luz artificial tiene gran importancia ya que puede modificar sustancialmente la apreciación del color por el ojo
humano. Las lámparas de filamento, al tener más energía en las longitudes de onda larga que la luz del día y menos en las de onda
corta, tienden a realzar los rojos, naranjas y amarillos, y a degradar los azules y los verdes. Algunas fuentes fluorescentes blancas
tienden a acentuar los azules, verdes y amarillos, y a dar un aspecto grisáceo a los rojos.
Iluminación artificial en la vivienda.
El diseño del alumbrado en cualquier edificación se realiza en función del tipo y duración de la tarea visual a desarrollar; de las
limitaciones constructivas para su emplazamiento y de las consideraciones económicas condicionantes.
En la vivienda la tarea visual principal se realiza en la cocina, durante la preparación de los alimentos; en la mesa del comedor, donde
se ingieren los alimentos o se realizan otras tareas como estudiar, coser, jugar, etc. En las habitaciones y el estar se pueden realizar
tareas visuales como lectura y otras.
Sistemas de alumbrado.
De acuerdo con la distribución luminosa vertical, es decir, en función de la dirección del % mayor de luz de la luminaria, hacia arriba o
hacia abajo, los sistemas de alumbrado se clasifican en:
Componente hacia Componente hacia
Sistema Esquema arriba abajo
% %
Indirecto 60 - 100 0 – 40
Sistema indirecto
Directo -
40 - 60 60 – 40
indirecto
Sistema directo-indirecto
Directo 0 - 40 60 - 100
Sistema directo
Colocación, altura.
Mantenimiento y conservación.
En la vivienda, por las dimensiones -incluyendo el puntal- relativamente pequeñas de los locales y por los no tan altos requisitos en
cuanto a niveles de iluminación necesarios, tradicionalmente se han utilizado luminarias incandescentes y fluorescentes.
Las lámparas incandescentes son las de menor eficiencia energética y producen mayor carga térmica en el interior del local. Las
fluorescentes son más económicas, eficientes energéticamente, poseen bajo brillo y producen menos deslumbramiento. Las lámparas
de filamento producen aproximadamente cinco veces más energía radiante que las fluorescentes, pero debido a la carga térmica de
los transformadores, puede concluirse que la potencia de una instalación incandescente es alrededor de dos veces y media la de una
instalación fluorescente, para el mismo nivel luminoso.
En los últimos tiempos se han desarrollado las lámparas de alta eficacia lúmen/watt, llamadas lámparas fluorescentes compactas.
Estas lámparas ahorradoras reducen el consumo de electricidad en más de un 75% en comparación con las incandescentes,
disminuyendo igualmente la carga térmica dentro del local y, aunque resultan mucho más costosas, la inversión se recupera
rápidamente por el ahorro de energía que producen. En muchos países se aplican distintos sistemas de estimulación económica para
su empleo. El máximo ahorro se logra cuando se utilizan cuatro o más horas por día.
Debido a que en la cocina el trabajo se realiza durante muchas horas al día es conveniente emplear lámparas ahorradoras de energía.
Las lámparas fluorescentes compactas, blanca fría, blanca cálida o blanca cálida de lujo, constituyen buenas opciones.
Entre los factores a tener en cuenta para la selección de las fuentes de luz se encuentran la temperatura del color y el índice de
rendimiento del color. La temperatura del color es lo que caracteriza la tonalidad de la luz emitida por una fuente. Se determina por
comparación con una fuente patrón, (cuerpo negro o radiante perfecto teórico). El color de la llama de una vela es similar al del cuerpo
negro calentado a unos 1 800°K, se dice entonces que la llama tiene una temperatura del color de 1 800°K.
La equivalencia práctica entre la apariencia del color y la temperatura del color es:
Apariencia del color: Temperatura del color (°K )
Cálida < 3 300
Intermedia 3 300 - 5 000
Fría > 5 000
Colocación de las luminarias.
La cocina es el lugar de trabajo más importante de la casa, es una especie de taller. Necesita por tanto un alumbrado general, sin
sombras, que ilumine todas las superficies, tanto horizontales como verticales. Además necesita un alumbrando suplementario que
llene las sombras que proyectan las alacenas y que proporcione condiciones de seguridad en el manejo de los alimentos en el corte,
apreciación del color, etc.
En la sala de estar y en el comedor se realizan diversas actividades, entre ellas charlar, leer, escribir, comer, ver televisión, etc. Por
tanto es necesario garantizar una iluminación ambiental general, pero no debe ser la única. Un alumbrado localizado cerca de la
persona deberá proporcionar las condiciones lumínicas adecuadas. Las luminarias de mesa o de pie pueden resultar buenas para
desarrollar algunas de dichas funciones.
En los dormitorios igualmente hace falta un alumbrado ambiental para fines de orientación y para encontrar cosas en los armarios y un
alumbrado adicional en la cabecera de la cama.
En el cuarto de baño, en dependencia de su tamaño, pudiera ser necesaria una luminaria complementaria o pudiera bastar con una
colocada sobre el espejo o a ambos lados del mismo.
Reflexión de las superficies interiores del local.
Las superficies de los locales contribuyen a la eficacia de la instalación de diversas maneras, según el tipo de instalación de que se
trate. Una reducción en el factor de reflexión debido a la suciedad o al color seleccionado por diseño, tiene menos efecto en un
sistema directo que en uno indirecto. En general los colores claros y de acabado mate en las superficies interiores contribuyen a lograr
niveles más altos y mayor calidad de la iluminación.
Mantenimiento y conservación.
La iluminación producida por cualquier instalación de alumbrado disminuye con la reducción gradual de la emisión luminosa de las
lámparas debido a la vejez y al uso, y con la disminución de la eficacia de las luminarias y de las superficies del local causada por la
acumulación de suciedad. La necesidad de limpiar o pintar los techos y paredes varía con las condiciones ambientales. Por ejemplo,
en la vivienda, las cocinas requerirán ser limpiadas y pintadas con mayor frecuencia que otros locales debido a la grasa que se
acumula en sus superficies.
Iluminación conjugada.
La tendencia actual en materia de iluminación conduce a una integración cada vez mayor entre la iluminación natural y la artificial, es
decir, a la utilización de la llamada iluminación conjugada.
Conclusiones
El confort visual posibilita la realización adecuada y saludable de la tarea visual de las personas. Dos factores lo definen: el nivel
de iluminación y la calidad de la iluminación. Ambos factores deben analizarse simultáneamente, ya que la ausencia de uno
invalidaría la acción del otro. Tanto en la iluminación natural como en la iluminación artificial, el deslumbramiento constituye, entre
otros, uno de los factores más importantes en el logro de la calidad de la iluminación. El empleo de colores claros en el acabado
de las superficies interiores constituye una forma sencilla de lograr mejores resultados en la iluminación, tanto natural como
artificial, de los locales. La selección correcta de las fuentes de luz artificial en el diseño del sistema de alumbrado de la vivienda
contribuye al confort visual e influye de forma decisiva en el gasto de energía durante toda la vida útil de la edificación. El empleo
de lámparas fluorescentes compactas, o lámparas ahorradoras, reduce considerablemente el consumo de electricidad en la
vivienda. Los máximos ahorros de energía se obtienen con el uso de la iluminación conjugada (empleo integrado de la
iluminación natural y la artificial controlada).
Por la factibilidad de su empleo y por la seguridad que brinda, resulta preferida en edificaciones para viviendas, escuelas y oficinas,
más que en otras edificaciones destinadas a industrias y talleres, donde las grandes dimensiones de los locales y los altos
requerimientos de la tarea visual exigen, en muchos casos, el empleo de la iluminación artificial.
Las ventanas tienen entre otras funciones, la de ofrecer contacto visual con el exterior y proporcionar iluminación útil en el interior de
los locales. La iluminación cenital puede suministrar información sobre las condiciones del cielo, pero no puede ofrecer contacto
directo con los alrededores.
Coeficiente de iluminación natural.
Debido a las constantes variaciones del nivel de iluminación exterior no resulta conveniente hablar en términos de valores absolutos,
es decir en lux, para medir o establecer el nivel de iluminación natural dentro de un local. Sin embargo, la relación entre la iluminación
natural en un punto dentro de un local y la iluminación exterior, puede ser considerada relativamente como una constante.
Esta relación constante, expresada en por ciento, es el coeficiente de iluminación natural o factor de día y se utiliza como unidad de
medida de la iluminación natural.
donde:
Tipos de iluminación natural.
Dependiendo de la ubicación de las ventanas, la iluminación natural puede ser:
lateral, en caso de que las ventanas se ubiquen en las fachadas del edificio;
cenital, cuando la iluminación se obtiene por la cubierta mediante el empleo de lucernarios claraboyas, monitores, tejas
plásticas translúcidas, etc.;
combinada, cuando simultáneamente se recibe iluminación por las fachadas y por la cubierta;
Normación del coeficiente "e".
Los valores mínimos del coeficiente de iluminación natural ó factor de día necesarios para desarrollar la tarea visual se establecen
basándose, fundamentalmente, en el tamaño del objeto de trabajo, entre otros factores. En locales con iluminación unilateral este
valor mínimo se norma a un metro de la pared opuesta a la ventana, y en el centro del local, en caso de iluminación bilateral.
En locales con iluminación cenital o combinada se norma un valor medio del coeficiente de iluminación natural, el cual se
determina por la fórmula:
donde:
e1 , e2 , .....en : valores de "e" en cada punto a lo largo del corte del local.
luminancia;
contraste;
El tamaño del objeto es el factor más importante dentro del trabajo visual por su carácter de parámetro fijo y resulta determinante en
la normación de los niveles de iluminación requeridos, a medida que el objeto es más pequeño se requiere mayor nivel de
iluminación. El tiempo de exposición resulta de gran importancia cuando el objeto está en movimiento. Si el tiempo de exposición
visual del objeto es limitado, es necesario incrementar el nivel de iluminación para garantizar su observación en el menor tiempo
posible.
El valor mínimo del coeficiente de iluminación natural o factor de día debe establecerse en cada país en dependencia del valor de la
iluminación exterior y del valor de la iluminación necesaria interior en lux. Por ejemplo, si el nivel de iluminación que se requiere en la
cocina es de 300 lx y el nivel de iluminación exterior en el lugar es de 12 000 lx, entonces el coeficiente de iluminación natural o factor
de día necesario será:
Leyes de la luminotecnia.
a) Ley de la proyección del ángulo sólido:
¨La iluminación en un punto del local es directamente proporcional a la iluminación de la bóveda celeste y la proyección sobre el plano
de trabajo de la porción de la bóveda celeste que se ve desde el punto a través de la ventana. ¨ Este es un principio fundamental que
debemos tener en cuenta al seleccionar el tipo de iluminación natural. Si tenemos un plano de trabajo horizontal, la iluminación que
aporta una ventana ubicada en la cubierta es mayor que la que aporta sobre ese mismo punto una ventana de igual área situada en
la fachada, ya que la proyección sobre el plano horizontal es mayor en el primer caso.
Al mover el plano de trabajo esta proporción va cambiando, hasta llegar al caso opuesto, en que sobre un plano de trabajo vertical la
mayor iluminación la aporta una ventana ubicada en la fachada. Esta ley demuestra la mayor o menor "actividad luminosa" de la
ventana según su ubicación con relación al plano de trabajo.
" La iluminación de cualquier punto de un local depende de las dimensiones relativas de la ventana y no de sus dimensiones
absolutas".
Esta ley tiene un gran significado práctico ya que permite realizar los cálculos de iluminación mediante gráficos, utilizando cualquier
escala en los dibujos (siempre que se mantenga la misma para planta y secciones) y utilizar maquetas para modelar, de forma
práctica, la iluminación en cielo artificial o al aire libre.
ARRIBA
la luz difusa de la bóveda celeste que se recibe a través de la ventana o vano de iluminación (ev);
la luz reflejada por la superficie de los edificios aledaños u otras obstrucciones exteriores (ee);
Al hablar del deslumbramiento vimos que una de las medidas más eficaces para evitar este molesto problema es el empleo de
elementos de protección solar que impidan, por una parte, la penetración directa de los rayos solares dentro del local y, por otra parte,
disminuyan el ángulo de observación de la bóveda celeste, ambas pueden ser causa del deslumbramiento directo.
El empleo de elementos de protección solar influye tanto en los valores de la iluminación interior como en la uniformidad, en
dependencia del tipo de cielo y de la incidencia de los rayos solares en los elementos de protección.
En general se puede afirmar que la uniformidad de la iluminación mejora en todos los casos con la utilización de elementos de
protección solar. En cuanto a los valores del nivel de iluminación, en caso de cielo cubierto disminuyen entre un 20 y un 70%, en
dependencia de la inclinación y separación entre los elementos, y en caso de incidencia directa del sol sobre los elementos de
protección pueden aumentar hasta en vez y media en relación con locales similares sin elementos de protección solar.
Una forma de lograr mejorar el nivel y la distribución de la iluminación y reducir el deslumbramiento consiste en utilizar bandas
difusoras o reflectoras, que pueden actuar al mismo tiempo como quiebrasoles y como elementos que ayudan a ¨llevar¨ la iluminación
hacia zonas más alejadas de las ventanas dentro del local. Estas bandas pueden estar situadas solamente en el exterior de la
ventana o pueden penetrar dentro del local. Se recomienda utilizar vidrio transparente en la porción de ventana sobre la banda y
vidrio con selectividad espectral o vidrio reflectante si la protección de la banda no elimina el deslumbramiento.
La superficie superior de la banda puede ser blanca difusora o especular, y en ningún caso debe ser visible desde ningún punto del
local.
Recientemente han sido desarrolladas novedosas tecnologías de iluminación natural, las cuales ofrecen una protección óptima contra
el deslumbramiento y la ganancia de calor y al mismo tiempo envían la iluminación natural difusa al interior del local. Ejemplo es el
Sistema Hüppe form Gmblt, el cual consiste en dos capas, una protectora del sol compuesta por louvers prismáticos transparentes y
otra capa anti-deslumbramiento, formada por louvers del aluminio.
Los louvers prismáticos reflejan los rayos del sol lejos del edificio y permiten la entrada de la luz difusa la cual es dirigida por los
louvers de aluminio hacia la zona más profunda del local.
Otro sistema novedoso es el Sistema de Louvers de Vidrio, desarrollado por Gartner, el cual permite la
protección solar sin afectar la iluminación y la visión hacia el exterior.
Conclusiones
La iluminación natural resulta la más beneficiosa tanto desde el punto de vista de la salud visual de las personas, como del
ahorro de energía que se obtiene con su empleo. Resulta especialmente efectiva en la vivienda debido a que los locales, en
general, no son excesivamente grandes y pueden lograrse los niveles de iluminación requeridos para el trabajo visual que se
realiza.
Para medir la iluminación natural se utiliza el coeficiente de iluminación natural o factor de día, que define el nivel luminoso
interior en función de la iluminación exterior, a cielo abierto, que existe en ese momento. Esto se debe a que las condiciones
exteriores de la iluminación son muy variables, fundamentalmente por los cambios en la nubosidad.
La iluminación natural en un punto en el interior de un local, se conforma como la sumatoria de la luz que se recibe en el punto en
cuestión a través de la ventana, más la luz que se refleja por las superficies de otros edificios y por la superficie del terreno, y que
también entran por la ventana, más la luz que se refleja en las superficies interiores del propio local. Teniendo en cuenta estos
factores resulta muy beneficioso para la iluminación natural la utilización de colores claros en las paredes y techos de los locales,
así como la limpieza regular de los cristales de las ventanas.
Los elementos de protección solar pueden influir positivamente en la calidad de la iluminación ya que pueden eliminar el
deslumbramiento, mejorar la uniformidad de la iluminación y, en algunos casos, servir como impulsores de la luz haci a las zonas
más profundas del local.
Conducción de la iluminación.
En locales subterráneos o ubicados en zonas centrales del edificio, sin acceso a las fachadas, la iluminación depende enteramente
de la energía eléctrica. Con el empleo de patios abiertos y atrios cerrados puede lograrse abrir algunas de las zonas interiores del
edificio hacia el exterior y permitir la entrada de la iluminación natural, pero estas soluciones en muchos casos resultan impracticables
por el aumento del volumen y de las áreas de muros, o por el incremento del área de terreno necesario para la edificación. Partiendo
de la necesidad de lograr un efectivo ahorro de energía y teniendo en cuenta las ventajas de la iluminación natural para el ojo
humano, actualmente se desarrolla en el mundo un intenso esfuerzo para lograr la captura y conducción de la luz del sol hacia los
interiores profundos de los edificios mediante el uso de Sistemas Opticos Solares Pasivos.
Conductos de luz natural.
Se utilizan para conducir la luz difusa de la bóveda celeste a zonas interiores del edificio que no estén muy alejadas de su periferia.
Sus dimensiones suelen variar entre 0,50 x 0,50 m y 2 x 2 m, y su longitud máxima no sobrepasa los 10 m. Los materiales de
terminación interior son de color blanco y en su extremo pueden estar cerrados al exterior por elementos acristalados.
El espectro de la luz natural se compone de un 4% aproximadamente de radiación ultravioleta (UV), un 45% de luz visible y cerca de
un 51% de radiación infrarroja (IR), dentro de un rango aproximado desde los 300 a los 3 000 nm. Estas proporciones varían
ligeramente con la nubosidad y la altura del sol. Estas tres radiaciones obedecen a las mismas leyes de reflexión y refracción, sin
embargo, las UV e IR ,lejos de contribuir a la visibilidad, penetran en el edificio junto a la luz visible calentando el ambiente y
provocando condiciones no favorables del microclima interior. Afortunadamente el componente UV es pequeño y puede eliminarse
utilizando materiales ópticos apropiados. El problema con la radiación IR no es tan sencillo de resolver. Una vía es recubrir los
espejos y lentes con un material no-metálico (dieléctrico) que produzca una reflexión selectiva de la luz visible y sea transparente al
IR. Son los llamados espejos dicroicos ó "frios". Con este principio pudiera diseñarse un captador-concentrador para reflejar la luz
visible y pasar la IR a un sistema secundario para recuperación de energía; o para reflejar el IR y pasar la radiación visible a un
sistema "frio" de distribución. Los sistemas de transmisión son los que posibilitan la conducción de la luz desde el captador hacia el
interior del edificio.
Entre los diferentes tipos desarrollados se encuentran los conductos planos tradicionales, los que utilizan lentes o espejos y los de
fibra óptica. En general, cada uno de estos sistemas presenta ventajas y desventajas, los más simples presentan un por ciento alto de
pérdidas debido a la dispersión de los rayos por el polvo en el aire ambiente y por la suciedad que se deposita en las paredes del
conducto. Los que emplean lentes también presentan los problemas de suciedad en sus superficies, pero además alteran
considerablemente su funcionamiento si se desalinean las lentes. Con los conductos recubiertos con espejos o láminas metálicas se
puede obtener eficiencia en la conducción de la luz de aproximadamente 50% para conductos de 250 mm de diámetro y 10 m de
longitud. Para conductos de hasta 50 m de largo es necesario aumentar el diámetro hasta 1 m y utilizar como recubrimiento una
película reflectora dieléctrica. Actualmente ya se encuentran disponibles en el mercado películas metálicas especularmente
reflectoras. Los metales más utilizados son el aluminio, plata y cromo. La plata ha resultado la más ventajosa para conductos de
pequeño diámetro y longitud moderada, mientras que el aluminio es más adecuado para conductos de mayor diámetro.
Las fibras ópticas son cables sólidos flexibles que conducen la luz. Son más eficientes que el sistema de
lentes y equivalentes a conductos de luz de gran diámetro. Su flexibilidad y longitud permite describir el
recorrido que se desee. Tienen un diámetro del orden de unos pocos micrones hasta un milímetro y se basan
en una reflexión total interna (>99,9%) en una interface dieléctrica. Están hechas de vidrio ó plástico.
El mayor problema que presentan hoy día estos sistemas ópticos para conducción de la luz solar es el
adecuado acoplamiento entre la sección de captación solar y la sección de conducción, aunque los avances
en la ingeniería óptica y en el campo de los concentradores fluorescentes y las fibras ópticas auguran un
promisorio futuro a los sistemas para iluminar de forma natural los espacios interiores de los edificios.
En la remodelación del edificio Thresher en Minneapolis, Minn. se
utilizaron los sistemas ópticos pasivos desarrollados por Bennett y
Eijadi para iluminar de forma natural la zona central del edificio, de
55x37 m y 6 pisos de altura, anteriormente destinado a almacén y
convertido en edificio para oficinas. Para ello se instaló en la cubierta
un captador de luz solar que envía un haz de luz hasta el primer piso.
Los arquitectos removieron en cada planta las vigas y pisos de
madera de forma coincidente con la distribución del haz luminoso.
Las lentes de Fresnel están hechas de material acrílico y las ranuras en su interior le dan sus propiedades ópticas. Se colocan
enfrentadas en el colector y reflector del sistema óptico.
La simulación de la iluminación por medio de maquetas resulta un método simple, rápido, económico y suficientemente confiable para
determinar los niveles de iluminación dentro de un local. Puede también definirse fácilmente el grado de control del deslumbramiento
y de la penetración directa del sol dentro del local.
La confección de la maqueta debe garantizar que no penetre ninguna luz a través de las juntas o del propio material utilizado para la
confección de la maqueta. Por lo tanto deben ser selladas convenientemente. Las superficies interiores deben ser pintadas o
terminadas en colores similares a los reales o en tonos de gris con un coeficiente de reflexión equivalente. Para mayor exactitud
pueden añadirse muebles y otros detalles. La superficie de la mesa donde se coloque la maqueta debe tener un acabado de color
similar al terreno real y, en la medida de las posibilidades, simular edificios o árboles cercanos que puedan causar obstrucción a la
luz. En caso de no tener muestra del material transparente o translúcido que se utilizará en las ventanas en la realidad, las aberturas
de ventanas pueden quedar abiertas . En ese caso el resultado de la medición debe multiplicarse por el coeficiente de transmisión de
la luz visible de dicho material.
La medición se realiza colocando dentro de la maqueta una celda fotoeléctrica muy pequeña, acoplada a un luxómetro . Puede
además acoplarse una cámara fotográfica a la maqueta mediante una perforación convenientemente sellada.
Numerosos investigadores han desarrollado ábacos y gráficos para el cálculo del área de ventanas necesarias, según las
dimensiones y características del local y el trabajo visual que en él se realice. Entre ellos se encuentran Daniluk, Pleijels, Rivero,
Jones y De la Peña. Por su gran sencillez utilizaremos los abacos de A.M. de la Peña.
Para cálculos complejos de iluminación se utilizan programas de computación como el Superlete 1.0, Lumen Micro and Light Scope,
Luxicon, Light CAD and BEEm y Adeline. Estos últimos realizan cálculos integrados de iluminación natural y artificial y cálculos de
eficacia energética.
Las consideraciones realizadas por De la Peña para la elaboración de los gráficos son las siguientes:
Locales con profundidades de 3,00, 4,00 y 4,50 m,
Altura del local (puntal): entre 2,40 y 3,00 m,
Altura del antepecho de ventana: entre 0,80 y 0,90 m,
Coeficiente de reflexión medio del local: 0,50,
Uniformidad mínima de la uniformidad: 0,20,
Ventanas combinadas con elementos de control solar cuyas terminaciones tengan coeficientes de reflexión
superiores a 0,50,
La forma de utilizar los gráficos es la siguiente:
1. Se selecciona el gráfico a utilizar en dependencia de la profundidad del local.
2. Se determina el coeficiente de iluminación o factor de día mínimo requerido en función de la actividad a desarrollar
en el local y se ubica en el eje de ordenadas.
3. Se define la orientación de la fachada donde está la ventana y se selecciona la curva correspondiente, (la curva
señalada como "vano" significa que no tiene protección solar).
4. Donde se intersecten ambas líneas se baja a buscar el valor correspondiente en el eje de abscisas.
5. El valor hallado (en %) se multiplica por el área de piso y de esa forma se obtiene el área de ventanas.
Evite el deslumbramiento utilizando elementos de protección solar que puedan servir al mismo tiempo como bandas reflectoras
de la iluminación.
Seleccione adecuadamente el tipo de vidrio a utilizar, dando preferencia a los de selección espectral, especialmente en los que
se ubiquen a nivel de los ojos de los ocupantes.
Utilice colores claros y acabados mate para las terminaciones de las superficies interiores de los locales. Reflectancias
recomendadas : techos > 80%, paredes entre 50-80%, pisos entre 20 -40%, muebles entre 25-45%.
Diseñe las ventanas de forma tal de aprovechar su parte más alta para lograr la iluminación de las zonas más profundas del
local, si es necesario divida las funciones de la ventana, la parte inferior puede quedar para comunicación visual con el exterior
y ventilación.
Utilice preferentemente ventanas de forma horizontal.
Emplee materiales translúcidos en las divisiones interiores y puertas, cuando sea factible.
Evite que el mobiliario obstruya la penetración de la luz dentro del local.
Conclusiones
La conducción de la luz natural puede ser utilizada para proveer de iluminación natural a espacios interiores ubicados en sótanos
u otras zonas alejadas de las fachadas. Esta es una técnica aún en desarrollo y que, por tanto, aún presenta dificultades. Los
cá1culos de la iluminación natural pueden resultar complicados en dependencia de las complejidades que presente el local. Al
realizar el cá1culo manual de la iluminación en un punto del local puede calcularse de forma independiente la iluminación que se
recibe en el punto por diferentes ventanas o entradas de luz y posteriormente sumar los resultados. La utilización de mediciones
en maquetas, a cielo abierto o en cielo artificial, puede resultar un método muy efectivo. Actualmente los programas
computarizados pueden simplificar mucho el tiempo requerido para el diseño de la iluminación.
ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS
Preguntas de comprobación
Glosario
1. Luminancia:
2. Radiación electromagnética:
3. Lux:
4. Cielo de diseño:
6. Estación actinométrica:
7. Angulo sólido:
8. Plano de trabajo:
9. Luxómetro:
10. Objeto de distinción:
11. Iluminación lateral:
12. Iluminación cenital:
13. Lucernarios, claraboyas, monitores:
14. Cielo artificial:
15. Sistemas Ópticos Solares Pasivos:
16. Helióstato:
17. Dieléctrico: