Musica e Identidad Latinoamericana El Ca
Musica e Identidad Latinoamericana El Ca
Musica e Identidad Latinoamericana El Ca
1
Valdés Cantero, Alicia. NOSOTROS Y EL BOLERO. Editorial Letras Cubanas. La Habana, Cuba, 2000.
Pág. 17.
2
Turrent, Lourdes. LA CONQUISTA MUSICAL DE MÉXICO, FCE, México 1996, Pág. 186.
3
Id. Pág. 16.
1
Italia e Inglaterra. Es una mezcla de elementos literarios y musicales que conforman la
música cubana, incluyendo las romanzas, las operas arias, valses y otros géneros de la
música europea.”4
El bolero que hoy conocemos, desde sus orígenes fue “..el resultado de varios
géneros: de la contradanza hereda la percusión; de la habanera, el canto; del danzón, el
estilo de baile abrazado, casi sin moverse de su sitio; de la música de Yucatán, el rayado
rítmico de la guitarra prima y el respaldo tonal de la segunda que rasgueaba, y finalmente,
la influencia del bolero español, que aunque algunos consideran que sólo le da el nombre,
otros sí le encuentran semejanza en el ritmo.”5
Realmente no sabemos si el bolero español influyó al bolero cubano con algo más
que el nombre, pero se señala como un elemento con el que definitivamente tuvo contacto
la cultura caribeña.
4
http://www.discuba.caribbe an sources.com/boleros1.html
5
Tapia Tovar, Evangelina. El Bolero y la Cultura de la Vida Cotidiana en FOLCLOR LITERARIO EN
MÉXICO. El Colegio de Michoacán/ Universidad Autónoma de Aguascalientes. México, 2003. Pág. 340.
6
Évora, Tony. ORÍGENES DE LA MÚSICA CUBANA. Los amores de las cuerdas y el tambor. Alianza
Editorial. Madrid, 1997, Pág. 264 – 265.
2
La primera bolerista mujer en Cuba fue María Teresa Vera, que con el tema
Mercedes, de Manuel Corona, inicia su legendaria carrera cuando apenas tenía 15 años y,
entre los cantantes, Eusebio Delfin (1893-1965) fue el primer bolerista propiamente dicho;
a partir de 1921 grabó numerosas canciones cubanas cambiando el estilo de
acompañamiento por un rayado o rasgueado, esto es un acompañamiento con semi-
arpegios y además, repartió el ritmo en un compás y medio, mientras que la mitad del
segundo permanecía en silencio; estos serán los elementos musicales que caracterizarán el
bolero hasta nuestros días.
Por las características del mercado, los primeros discos fueron de una música que
compartieran los sectores pudientes, sobre todo, de los países industrializados, con
suficiente efectivo para comprar la nueva máquina y los discos. Pero la elaboración de
fonógrafos atravesaría una transformación significativa orientada a la producción en masa,
para un amplio consumo personal o familiar cuando la Compañía Víctor lanza una
campaña para popularizar su Victor’s talking machine o Victola; parte de esta campaña
era producir discos que tocaran la fibra sentimental de los potenciales compradores de esa
Victrola, para entusiasmarlos a adquirir la máquina.
3
En opinión del venezolano Néstor Leal, la comercialización del disco de bakelita
grabado en 78 r.p.m. y su radiodifusión fue lo que permitió que el bolero se difundiera más
allá del Caribe, a países como Buenos Aires, Bolivia, Paraguay y México. En 1948
aparecen los discos de larga duración (LP), cuando la firma Columbia sorprendió al
mercado norteamericano con un disco que giraba más lentamente que el otro, -a 33 1/3
r.p.m- y, en vez de un máximo de tres minutos que duraba el disco de 78 r.p.m., éste
ofrecía hasta 23 minutos por cada cara. El elepé fue el vehículo difusor de la música
durante cerca de 30 años, para ser desplazado por los discos compactos de la actualidad.
Al mismo tiempo que el disco permitía, por primera vez en la historia, archivar
ondas sonoras y reproducirlas después por medios técnicos, aparecía otro gran aliado en la
divulgación musical: la radio.
La radio comenzó sus transmisiones en 1906 en Massachussets, Estados Unidos y
desde ese momento se inició la posibilidad de difundir a grandes distancias todo tipo de
información y música a través de este medio. Algunas difusoras de radio se especializaron
en transmisión de boleros, entre ellas destacan la RCH – Cadena Azul, de Cuba; XEW, de
México; Radio Nacional de España y Radio Barcelona, de España; Radio Corporación, de
Chile; Radio Mundo y Radio Belgrano, en Argentina; la Voz de Barranquilla y la Voz de
Bogotá, en Colombia.
A partir de esta enorme difusión por diferentes países de Latinoamérica, el bolero
se convertiría en un punto de enlace e identidad entre los países al sur del Río Bravo,
aunque realmente el bolero se desarrollo fuertemente también en los Estados Unidos.
EL BOLERO EN MÉXICO
A finales del siglo XIX, el ambiente romántico que se vivía en México y la cercanía
con Cuba sentaron las condiciones para que los danzones, las habaneras, los sones y los
boleros que llegaban de la Isla a Yucatán, encontraran en nuestro país un terreno propicio
para su aceptación y desarrollo.
La mayoría de los iniciadores del bolero en México fueron yucatecos, entre los que
se destaca Guty Cárdenas quien grabó “Presentimiento”, el primer bolero compuesto en
México; también grabó las primeras canciones de su admirado Agustín Lara, otro
destacado y longevo iniciador.
México aportó muchos embajadores al bolero: infinidad de tríos, entre los que
merecen una mención especial Los Panchos; orquestas y sonoras como la de Pérez Prado
4
que interpretaba boleros bailables; el bolero ranchero en la voz de Javier Solís; o el bolero
romántico de Armando Manzanero que todavía está vigente en la voz de Luis Miguel.
LA RADIO
7
Fundación Alejo Peralta. BOLERO. Clave del corazón. Línea continua. México, 2004. Pág. 102.
5
Bernardo Sancristóbal ingresó como gerente administrativo a la radiodifusora, en 1943. La
colaboración de “La Voz de América Latina desde México” a la expansión y consolidación
del bolero es invaluable; sin ella la historia no habría sido igual.
EL CINE
La historia del bolero en México no se puede entender sin relacionarla con el cine,
sobre todo el referido a la época de oro, ya que, así como la radio contribuyó a la difusión
del género, el cine ayudó a su consolidación por todo el Caribe, Latinoamérica, España y la
parte sur de los Estados Unidos.
En la pantalla se crea una serie de imágenes con las que los mexicanos se querían
identificar, ya sea ligadas a una idealizada visión del campo, con sus charros, pistolas y
mujeres conquistadas con serenatas cantadas al balcón de su ventana, o a la vida cotidiana
de los barrios en los que la solidaridad y la ayuda mutua hacen que la pobreza sea llevadera
porque siempre lo que falta de dinero, al final de la película, se traduciría en felicidad.
8
Rico Salazar, Jaime. CIEN AÑOS DE BOLEROS. Nueva versión. Centro Editorial de Estudios
Musicales. Santafé de Bogotá – Colombia, 1993. Pág. 117.
6
En el cine también se construyeron estereotipos sobre la mujer y el hombre: las
madres abnegadas, las rumberas festivas, las mujeres decentes, frente a los padres
autoritarios y cuidadosos de la decencia de la familia, los mujeriegos, los solteros fuertes,
guapos y machos como Jorge Negrete y Pedro Armendaris; o guapos, comprensivos pero
dispuestos a todo por la mujer amada como Pedro Infante y Javier Solís.
Un elemento que contribuyó a la mayor difusión de las canciones era que en las
carteleras se incluía la letra de las canciones que se presentaban en la película, como en
“Amapola del camino”, donde podemos ver9 la letra de la canción “Amapola” y
“Desterrado” en el cartel que sirvió para anunciarla, por lo que era relativamente usual
que la gente saliera de las salas cinematográficas cantando las canciones de la película, que
posteriormente serían presentadas por la radio.
No es aventurado afirmar que los hombres y las mujeres de estos años aprendieron
a decir te quiero del el cine y con él, y entonando boleros y canciones románticas
presentadas por la pantalla grande y por la radio. La población estaba ávida de aprender las
nuevas modas, las nuevas costumbres, las nuevas canciones, y el cine logró, tal vez sin
proponérselo, ser el mayor promotor de la “modernidad”.
EL BOLERO EN LATINOAMERICA.
“En otros países Latinoamericanos también floreció el bolero, pero no con la fuerza
de México y Cuba; sin embargo ha constituido un símbolo de identidad que ha hermanado
a los habitantes al sur del Río Bravo, y aún más allá, ha servido como punto de contacto
entre los migrantes latinos en los Estados Unidos.”10
PUERTO RICO.
El bolero llegó a Puerto Rico a través de las giras artísticas de cubanos, que
incluían en su repertorio habaneras, danzones y boleros, pero se vio estimulado por la
constante migración a Nueva York, donde una gran cantidad de músicos encontró trabajo
9
García, Gustavo y Rafael Aviña. EPOCA DE ORO DEL CINE MEXICANO. Ed. Clío. México 1977.
Pág .15.
10
Tapia Tovar, Evangelina. EL BOLERO LATINOAMEICANO Y SU CONTRIBUCIÓN A LA
CONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD DE GÉNERO. Tesis de maestría. Universidad Autónoma de
Aguascalientes. México, 2001. Pág. 34.
7
en las recién nacidas industrias del disco y la radio, o en las orquestas que animaban
numerosos clubes nocturnos.
Puerto Rico ha sido el tercer polo de creación, interpretación y difusión del bolero,
después de Cuba y México, pero el bolero puertorriqueño tiene una característica especial
de que hay en él una “...inclinación hacia el ritmo bailable, con apoyo en una presencia
más marcada de la percusión, que recuerda al son cubano.”11
El más destacado de todos sus compositores es, sin duda, Rafael Hernández, autor
de “Lamento Borincano” o “El Jibarito”, como también se le conoce, que constituye todo
un himno nacional para Puerto Rico; a él se debe también la formación de pequeños grupos
(tríos y cuartetos), que con su interpretación contribuyeron a la popularidad de este género
musical.
Entre los muchos boleros que dejó Hernández encontramos “Desvelo de amor”,
“Capullito de alelí”, “Cachita”, “Lamento borincano” y “Preciosa”, obras que muestran
las características del bolero romántico, aunque también la lejanía por la migración.12
Varias de sus canciones “... ofrecían tenues connotaciones políticas que ocasionaron
algunos problemas al autor. Algunos historiadores de música popular, como César Pagano,
han llegado a clasificar esta clase de obras como ‘bolero patriótico social’.”13
Quintero Rivera considera significativo que entre los cientos de boleros que Rafael
Hernández compuso, la mayoría, naturalmente, sobre temas amorosos, los tres que
alcanzaron mayor popularidad fueran los que estaban centrados en una problemática
social: “Lamento borincano”, “Campanitas de cristal” y “Preciosa”. La primera centrada
en la relación campo-ciudad, la segunda sobre las añoranzas de los migrantes y la tercera,
la más claramente política, dedicada a Puerto Rico y su relación colonial con Estados
Unidos.
11
Pasión Bolero. Lo mejor del ... Pág. 186.
12
Según la hipótesis que propone Quintero Rivera en ¡SALSA, SABOR Y CONTROL! SOCIOLOGÍA
DE LA MÚSICA TROPICAL. Siglo XXI editores. México-España 1999.
13
Pasión Bolero ..., Pág. 179.
8
de la nostalgia que traía a los hombres el abandono de la familia y la tierra para ir a la
guerra; letra que enriquece al bolero patriótico social.
En Puerto Rico, al igual que en México, existió una gama extensa de tríos, pero se
destacan, sobre todo, Los Tres Reyes, integrado por un ex miembro de Los Panchos,
Hernándo Avilés; y el Trío San Juan, integrado por Jhony Albino. De las orquestas
puertorriqueñas destacan, indiscutiblemente, la Orquesta de Rafael Muñoz, la de Pedro
Flores y Rafael Hernández, la de Tito Rodríguez y la de Tito Puente .
VENEZUELA
En este país el pionero del bolero fue el cantautor Lorenzo Herrera quién además de
interpretar géneros folclóricos y pasodobles, hizo popular el bolero mediante la radio que
fue, como en toda América Latina, la principal impulsora del bolero. La primera mujer
venezolana que se dedica profesionalmente a cantar boleros fue Graciela Naranjo, aunque
también destacaron Lilia Castillo Bustamante, Eduardo Lanz y Lorenzo Herrera.
En este país el bolero son fue muy aceptado desde la llegada del Trío Matamoros en
1933, pero se consolida con la llegada del Cuarteto Caney, que incluye como cantante a
Hilda Salazar; este grupo cubano, con su vocalista, revolucionan el ambiente musical al ser
Hilda la primera mujer que en Venezuela cantó con una orquesta de baile. A su salida, el
puesto estelar es ocupado por la joven Elisa Sotelo, luego Flor Díaz, Graciela Naranjo y
Ada Alba.
9
Es hasta la década de los cincuenta cuando Venezuela podrá contar con un ídolo
popular ‘de exportación’, Alfredo Sadel –Alfredo Sánchez Luna- joven tenor que “...
poseía extraordinarias condiciones vocales y físicas que hacían delirar a las mujeres.
Denominado, con razón, el ‘Tenor Favorito de Venezuela’, fue el primer artista venezolano
en arrastrar masas y provocar la histeria de multitudes al más puro estilo
‘hollywoodense’...”14
Es necesario destacar el papel que han jugado tanto la Rondalla Venezolana como
el Show del Bolero, para hacerlo presente durante todo este tiempo. La Rondalla
Venezolana es una “... agrupación de guitarristas organizada por Luis Arismendi, quien
desde los años setenta en adelante se convirtió prácticamente en una institución del mundo
musical romántico venezolano, cosechando grandes éxitos musicales propios y en
acompañamiento de artistas invitados en los años ochenta ...”15 El Show del Bolero es un
programa televisivo que ha mantenido vivo el espíritu romántico en Venezuela.
ECUADOR
14
Terán-Solano Daniel. “La historia del bolero Latinoamericano”. Hispánica – Repertorio hispánico, en
Venezuela Analítica. Enero del 2000; en http://www.Analítica.com/va/hispanica/9288877.asp. Pág. 8.
15
Ibid.
16
Pasión Bolero... Pág. 228.
10
“Julio Jaramillo se disputa con Olimpo Cárdenas el título del ídolo más grande que
ha producido la canción popular de Ecuador.”17 Nació el 1 de Octubre de 1935, en el
puerto de Guayaquil. Jaramillo es el más claro exponente del bolero de despecho,
representante del bolero del Cono Sur, relacionado con la cantina, la rocola, las clases
urbanas marginadas de Hispanoamérica. Su voz comienza escuchándose en ambientes
etílicos de bar y sueño, pero luego fue aceptada como una de las más genuinamente
populares del bolero, sobre todo del bolero de despecho que él se encargó de popularizar
por todo el Continente.
La corriente de los boleros de cantina fue compartida con dos grandes cantantes
Olimpo Cárdenas, su compatriota, y el boricua Daniel Santos, aunque más tarde el
colombiano Alci Acosta también navegaría por los mismos mares musicales.
ARGENTINA
Argentina se ha caracterizado por ser la cuna del tango, pero también ha dado
cabida al bolero de una manera destacada. El bolero comienza a llegar al Cono Sur durante
los años treinta, en las voces de José Mojica, Juan Arvizu y Pedro Vargas. El tango estaba
en la cúspide, sobre todo con su mejor exponente, Carlos Gardel, quien también grabó
boleros como “Por tus Ojos” y “Cuando tu no Estás”; al morir Gardel, dejó el puesto
vacante para que el bolero, influido por el tango, pudiera ser aceptado plenamente,
constituyéndose una modalidad específica para Sudamérica.
11
otras. Mario Clavell es considerado como el símbolo del bolero en Argentina; compuso
innumerables canciones como “Mi carta”, “Qué será de mí”, “Abrázame” así” y “Sin
mí”, pero la más famosa es, sin duda, “Somos”, que ha sido cantada por famosos
intérpretes.
Los años dorados del bolero contaron con cantantes argentinos excepcionales
como Leo Marini y Hugo Romani. Dentro de las cantantes argentinas, dos de ellas se han
destacado en la interpretación de boleros: María Marta Serra Lima y Libertad Lamarque.
Maruja Pacheco es la única compositora argentina internacionalmente conocida.
Durante los años sesenta, en la Época Negra del bolero en México y Cuba, en
Argentina siguió floreciendo el bolero. Roberto Yanés, cantante revelación en 1958, llenó
con su voz esa década y dejó boleros de elevado romanticismo. También destacaron en el
género Daniel Riolobos y Chico Novarro. Palito Ortega, compositor de la Nueva Ola que
ahora es famoso político, compuso boleros de primera categoría como “Hola, Soledad”,
“Lo mismo que usted” y “Sabor a nada”. Alberto Cotez compuso “En un Rincón del
Alma” y “Un cigarrillo, la lluvia y tú”, boleros que han sido cantados por otros, pero las
mejores interpretaciones se deben a él mismo.
COLOMBIA
12
1997 un completísimo libro titulado “Historia de la música
en Colombia a través del bolero.19
El primer bolero colombiano se titula “Te amo”, y fue escrito por Jorge Añez, en
los años veinte. Sin embargo, la figura estelar del bolero colombiano es mucho más
reciente, se trata de Jaime R. (Rudesindo) Echavarría, destacado ingeniero químico,
economista, intérprete, pianista y compositor nacido en Medellín en 1923. Entre sus
canciones figuran “Yo nací para ti”, “Noches de Cartagena”, “Serenata de amor”,
“Bienamada”, entre otros, que son parte del patrimonio cultural popular colombiano y
latinoamericano.
Colombia ha tenido grandes voces del bolero entre las que destaca el Barítono
Carlos Julio Ramírez, Nelson Pinedo, vocalista de La Sonora Matancera, Alberto
Granados, Coronado Cortés, Régulo Ramírez, Víctor Hugo Ayala, Bob Toledo y Sofronías
Martínez “Sofro”, llamado “el Bola de Nieve Colombiano”, quien recientemente ha
participado en encuentros internacionales sobre el bolero.
Entre las voces femeninas colombianas destacan Helenita Vargas, Esther Forero,
Angela, Sarita Herrera, las Hermanitas Pérez, Judy Henríquez, Sophy Martínez y Ligia
Mayo. Pero las mayores estrellas femeninas del bolero en Colombia son Berenice Chávez,
Matilde Díaz, Carmenza Duque y María Cristina Tovar.
“Ya en vísperas del nuevo siglo dos jóvenes cantantes han batido récords de ventas
al revivir viejos boleros: Charly Zaa y Juan Carlos Coronel. El primero demostró la
vigencia del bolero de cantina o de despecho, a través de grabaciones con arreglos
modernos. En cuanto a Coronel, ha reverdecido la permanente pasión por el sonido caribe
19
Id. Pág. 210.
13
inconfundible de la Sonora Matancera.”20 El mérito de Zaa ha sido lograr que una
audiencia juvenil disfrute los viejos boleros de despecho.
CHILE
A pesar de estar alejado de la zona caribeña, este país andino fue uno de los que
más artistas ofrendó al bolero, sobre todo en lo que se refiere a intérpretes. El bolero llegó
a Chile desde México, por ello esta desprovisto de influencias caribeñas, con cantantes
como Alfonso Ortiz Tirado, José Mojica, Agustín Lara, Pedro Vargas, Elvira Ríos y Juan
Arvizu. En particular, Agustín Lara marcó la historia de la música chilena, porque en una
visita a ese país se quedó más de lo previsto debido a deudas de juego que pagó actuando
en el casino de Viña del Mar.
El pionero de este género fue el Indio Araucano - Osvaldo Gómez -, con canciones
como “Te odio y te quiero”, “Un viejo amor”, “Cuando muere la noche”, “Amor se
escribe con llanto”, entre otras.
20
Id. Pág. 215.
14
Recientemente Miriam Hernández, cantante romántica chilena, está interpretando
boleros-baladas de Armando Manzanero como “Huele a Peligro”. En Chile el bolero
siempre ha estado presente debido, sobre todo, a su estilo actual y moderno, a su cercana
relación con la balada, producto de su desarrollo histórico, y a su amplia gama de
cantantes, que han contribuido a que se mantenga en el gusto del público.
REPÚBLICA DOMINICANA
Ballumba Landestoy dejó boleros como “Pesar”, grabado por dos intérpretes
clásicos del género: Toña la Negra y Daniel Santos. Son suyos otros temas como “Carita
de ángel”, “Sin necesidad” e “Incomprensión. Bienvenido Brens compuso “Peregrino sin
amor” y “Mar de Insomnio”; Luis Kalaff, autor de música bailable pero también de
boleros como “Amor sin esperanza”, “Cuando vuelvas conmigo” y “Aunque me cueste la
vida”, que grabó el mejor intérprete dominicano, Alberto Beltrán, el famoso Negrito del
Batey; también cantó otros boleros como “Ignoro tu existencia”, “El 19” y “Todo me
gusta de ti”. Alcí Sánchez es otra destacada cantante de boleros; fue vocalista de la
orquesta venezolana Billo’s Caracas Boys, donde cantó su mayor éxito “Evocación y
Pesar”.
Prácticamente no hay país latinoamericano que no tenga que ver con el bolero. El
costarricense Ricardo Mora Torres es autor de más de cien boleros, varios de los cuales
han tenido éxito internacional como “Noche inolvidable” y “Por qué me engañas”. Su
15
compatriota, el cantautor Ray Tico, se hizo famoso en México y Estados Unidos durante
los años cincuenta, con éxitos como “Allí donde tú estés” y “La Habana”.
Panamá no cuenta con intérpretes famosos del bolero pero sí con compositores
como Carlos Almarán, autor de “Historia de un amor”; Avelino Muñoz compuso
“Maldición Gitana” e “Irremediablemente solo”. Arturo “El Chino” Hassan escribió “Mi
último bolero” y “Soñar”; y Ricardo Fábrega es autor de “Taboga”, “Aquella melodía”,
“Bajo el palmar”, “Noche tropical” y “Cuando lejos de ti”.
En Nicaragua nació Gastón Pérez, autor de “Sinceridad” que hizo famosa Lucho
Gatica y en El Salvador Pancho Lara, autor de “Sobre la playa”
Brasil, que no comparte el mismo idioma, sí forma parte de esta patria común con
el bolero, aportando compositores como Ary Barroso, autor de uno de los boleros más
extraordinarios de todos los tiempos “Risque” (Borra), interpretado por Lucho Gatica,
Olga Guillot y Bob Toledo; Lupicino Rodríguez compuso “Venganza”, gran éxito de Los
Tres Ases; Dolores Duran, autora de “La noche de mi amor”, “Castigo” y “Qué quieres tú
de mí”, ésta última interpretada por su compatriota Aldemar Dutra; y Raúl Sampaia, autor
de “Quien yo quiero no me quiere”, que canta el popular Miltinho.
Junto con Miltinho y Aldemar Dutra, hay otros dos grandes cantantes de boleros en
Brasil. Uno es Nelson Ned y Don Octavio Henrique, que ha lanzado varios discos de
boleros clásicos y tangos abolerados. Famosos de la samba y la bossa nova han cantado
boleros como Caetano Veloso, Joao Gilberto, Gal Costa, Chico Buarque, Maria Bethania y
Simone. Roberto Carlos y Nelson Ned han compuesto e interpretado canciones que están
más cerca del bolero que de la balada.
Se puede afirmar que el bolero entró a España de la mano del cantante cubano
Antonio Machín en 1939, cuando se encontraba realizando una gira por Europa con un
16
espectáculo cubano, y es sorprendido por el estallido de la Segunda Guerra Mundial y se
marchó a España. En este país que acababa de terminar la Guerra Civil empezó Machín
nuevamente su carrera, cantando música caribeña, especialmente boleros. Su éxito es
asombroso, por lo que se queda en Madrid hasta su muerte, a los 74 años en 1977.
Cantantes de Pop españoles han cantado boleros como la rockera Luz Casal que
cantó como nadie el tema de Agustín Lara “Piensa en mí”, para una película de Pedro
Almodóvar; Ana Belén hizo una magnífica versión de “La mentira” de Alvaro Carrillo, y
hasta la actriz Maribel Verdú grabó un compacto con boleros que interpretaba en una de
sus películas. El grupo Presuntos implicados que cuatro meses antes de terminar el siglo
veinte lanzó un disco, “Versión Original”, donde se estrenaron como boleristas con temas
tan clásicos como “Vereda Tropical” de Gonzalo Curiel, “Esperaré” y “Esta tarde vi
llover”, de Armando Manzanero, y el antiguo éxito de Juan Arvizu “Pecado”.”22
21
Id. Pág. 253.
22
Id. Pág. 348 – 349.
17
Sorprendentemente para muchos, el bolero también conquistó los Estados Unidos,
destacándose las traducciones de piezas del español al inglés como por ejemplo “You
Belong to My Heart” (“Solamente una vez”, de Agustín Lara), popularizado en
Norteamérica por el cantante mexicano – americano Andy Russell. También cantó “Te
quiero dijiste”, “Tres palabras” y “Amor, amor, amor”, que serían traducidas como “The
Magic is the moonlight”, “Whithout you”, y “Love, love, love”, respectivamente.
Cantantes de la talla de Mario Lanza, tenor lírico, Frank Sinatra, cantante de jazz y
Nath King Cole, cancionero romántico, interpretaron el conocido bolero de Consuelo
Velázquez, “Bésame mucho” como “Kiss me much”, dándole gran difusión al bolero.
En otras latitudes, pero también en inglés, el popular grupo de Rock and Roll
británico interpretó en los años sesenta el bolero “Bésame mucho”, en un ritmo más
movido, al estilo del Rock.
Como podemos ver en este apretado recuento sobre las aportaciones que los
diferentes países latinoamericanos han hecho al bolero, éste es un híbrido que desde sus
inicios amalgamó elementos culturales de diferentes regiones. En su desarrollo de algo
más de un siglo, la fusión de temáticas, formas interpretativas, representaciones de
imaginarios colectivos, que tanto compositores como intérpretes han plasmado en este
género, se convierten en una característica esencial.
Hoy en día, al tratar de darle una nacionalidad al bolero, ya no podemos decir que
es cubano porque ahí nació; tampoco podremos adjudicárselo a México porque ahí creció;
ni a Puerto Rico porque ahí se enriqueció. Tampoco diremos que es venezolano o
colombiano porque es ahí donde se sigue cultivando. El bolero es latinoamericano: es de
todos los que alguna vez lo hemos escuchado solos o acompañados; tristes o dichosos;
enamorados o despechados.
18
Tal vez ni siquiera podamos hablar del bolero, en singular, sino de todas esas
formas interpretativas que se han ido arraigando en algunas regiones, o para algunos
momentos. Una posible clasificación puede ser aquella que tiene por un lado al bolero que
se hace específicamente para que el público lo escuche, llamado por algunos23 bolero
trovadoresco, que da cauce a la expresión sentimental personal del cantante o compositor;
y por el otro al bolero rítmico, que si bien no pierde sus características románticas, puede al
mismo tiempo ser bailado, convirtiéndolo en cómplice del cortejo erótico-sensual.
Un ejemplo de bolero para ser escuchado es el de despecho o de cantina que
floreció en la zona de Los Andes, cuyo sonido y letras obedecen a las características de sus
habitantes y del entorno que ocupan. A diferencia del bolero cubano que nace en un clima
cálido, cerca del mar y bajo las palmeras, el bolero del Cono Sur, surge entre la cordillera
andina, para un auditorio básicamente masculino: mineros, obreros de ferrocarril,
campesinos, peones, vaqueros, cosechadores de papa y café, que se reúnen en torno a una
“rocola” (máquina de discos, a la que se le introducen monedas), para escuchar música
acompañados de bebidas etílicas.
Estos boleros son “... canciones cuyas características obedecen a la cultura machista
de los espectadores. No se trata de clientes que se sientan en torno a una mesa y a una
botella para escuchar lindas palabras de amor y de ilusión, sino a ensimismarse con letras
que cuentan de traiciones, desamores, desquites, castigos y, a menudo, crímenes y acciones
de honor. Flotan en ellos esos aires de arrabal que constituyen el mundo del tango.”24
Para este género han influido varios elementos, como los pasillos peruanos, las
canciones rancheras, los valses, el bambuco, y algunos aires de elevado ingrediente
indígena, más dados a cantar penas que victorias, pero sobre todo, el tango. Las atmósferas
en que circula este tipo de bolero son muy parecidas a las del tango: el arrabal, los bajos
fondos, los crímenes pasionales, la prostitución, el alcohol y la pobreza.
Los dos grandes artistas del bolero de despecho, ambos ecuatorianos, son Julio
Jaramillo y Olimpo Cárdenas. Ambos participan del mismo estilo quejumbroso necesario
para este tipo de bolero inspirado en Daniel Santos. Actualmente lo cantan Charlie Zaa y
Paquita la del Barrio.
Otro tipo de bolero para ser escuchado es el bolero ranchero formado de la mezcla
de la música ranchera del mariachi con la temática amorosa del bolero. Este es,
posiblemente, el hijo del bolero que ha corrido con mejor suerte. Fue creación del
23
http://comosuena/articulos/boleros.htm
24
Pasión Boleros. Lo mejor del bolero. ... Pág. 283.
19
compositor jalisciense Rubén Fuentes, talentoso arreglista de José Alfredo Jiménez y Pedro
Infante. De hecho, la música de mariachi, al igual que el bolero, se vio obligada a
transformarse rápidamente para continuar en el gusto del público y poder sobrevivir como
elemento de identidad nacional.
Su primer intérprete fue Pedro Infante, pero esa media voz que necesita el bolero
ranchero Rubén Fuentes la encontró en Javier Solís y se ha seguido cultivando por Vicente
y Alejandro Fernández, Pepe Aguilar y Alejandro Fernández.
También está el bolero patriótico y social que es un subgénero fundado por el
puertorriqueño Rafael Hernández, y que luego continúa su compatriota Pedro Flores,
centrado en problemáticas sociales de un país o una región como la latinoamericana. El
concepto es acuñado por algunos historiadores de la música popular, como César Pagano,
pero es aplicado por Quintero Rivera25 para analizar la obra de Rafael Hernández
vinculándola a la temática migratoria como se puede apreciar en “Lamento borincano”,
conocida como “El Jibarito”, en la que trata la dependencia del campo a la ciudad. Otro
bolero definido por esta orientación de crítica social es “Despedida”, de Pedro Flores,
inmortalizado por Daniel Santos en la que muestra el sentimiento de los hombres que
deben ir a la guerra, situación en la que participaron muchos migrantes, pero sobre todo los
puertorriqueños, por la situación colonial que vivían en su relación con los Estados Unidos.
En opinión de Quintero Rivera, la temática migratoria también aparece en la
bolerística mexicana, como en algunas obras de María Grever, por ejemplo “Cuando me
vaya”, “Por si no vuelvo a verte”, y “Cuando vuelva a tu lado”.
Una herencia más es el bolero interpretado con trío; “El trío ha sido, sin lugar a
dudas, la agrupación ideal para el bolero. La supervivencia de la serenata como institución
amorosa en Iberoamérica está estrechamente ligada a la existencia de los tríos. Y, como el
tequila o los mariachis, el trío es básicamente mexicano.”26
Sin embargo, los tríos más famosos se formaron en Estados Unidos; el formato de
trío, facilitaba la movilidad, en un mundo precario e inestable del migrante en Nueva York,
donde se interpretaba música de gran riqueza con instrumentos populares; a nivel
simbólico, manifestaba un formato democrático de reunión de amigos conversando y una
apariencia de caminantes, porque todos los tríos tocan de pie.
El formato de trío ha estado presente en todos los países: Los Panchos, Los
Diamantes, Los tres Caballeros, Los Soberanos, entre otros muchos que surgieron en
25
En su libro Salsa, sabor y control... Págs. 303 – 310.
26
Id. Pág. 270.
20
México; el trío Matamoros y Los Hermanos Rigual en Cuba; o el trío de Los Hermanos
Arriagada en Chile.
El bolero también se puede bailar cuando es interpretado por grandes orquestas,
bandas y sonoras; este tipo de bolero también tiene su origen en Cuba y todavía tiene un
fuerte arraigo ahí, con grupos como la Sonora Matancera, la de Arsenio Rodríguez, la
Orquesta Casino de la Playa, que inició la costumbre de interpretar tanto repertorio bailable
como romántico; la Orquesta Aragón y Lecuona Cuban Boy’s, ésta última formada por
Ernesto Lecuona, que cosechó grandes éxitos no solo en Cuba y el Caribe, sino en Europa
y Norteamérica, dándose el insólito caso de presentaciones en El Cairo.
En México, donde el danzón fue y sigue siendo muy popular, era normal que las
grandes orquestas acogieran el bolero a manera de invitación a bailar. Han sido clásicas las
orquestas El Escuadrón del Ritmo de Gonzalo Curiel, la de Luis Alcaráz, la de Agustín
Lara. y la Orquesta de Pablo Beltrán Ruiz, entre otras. De las orquestas puertorriqueñas
destacamos la de Rafael Muñoz, la de Pedro Morales y Rafael Hernández y la de Tito
Rodríguez.
Al rededor de toda América aparecen orquestas que han tocado boleros como la de
Don Américo y sus Caribes, en Argentina, o las orquestas tropicales venezolanas, que
hicieron época en los años cincuenta y sesenta que también dejaron una buena colección
de boleros como es el caso de la Billo’s Caracas Boys y la Orquesta de Aldemaro Romero.
Fueron también destacadas aunque no muy conocidas las orquestas de Luis Alfonso
Larrain, la de Pedro José Belisario, la de Ulises Acosta, y Los Melódicos. En la República
Dominicana el cantautor Juan Luis Guerra, intérprete de la Bachata -bolero dominicano- ha
cosechado éxitos con ese subgénero.
Las características rítmicas del bolero cubano han cambiado considerablemente
desde la última parte del siglo XIX hasta nuestros días; cada país, cada región, cada
compositor, ha plasmado en él algo de su cultura, lo cual se ha ido materializando en
diferentes estilos de bolero, por lo que ahora es considerado latinoamericano.
De hecho, estos estilos se han constituido de híbridos formados por diferentes
ritmos combinados con el bolero durante los años cincuenta; en opinión de muchos, esta
combinación fue el primer síntoma de la crisis del bolero que se hizo presente durante los
sesenta, en algo que se denominó La Época Negra del bolero. Sin embargo, de manera más
optimista, también podemos considerar al bolero como un producto social dinámico, en
constante desarrollo, que al circular por los diferentes espacios sociales toma de ellos
elementos que lo enriquecen y actualizan.
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EL BOLERO COMO SÍMBOLO DE IDENTIDAD LATINOAMERICANA.
Como se puede constatar, el bolero ha marcado una profunda huella dentro de las
manifestaciones musicales en Latinoamérica, y su presencia se siente en nuestro colectivo
por el ambiente romántico que impera en nuestra forma de ser y de sentir.
Cuba, México y Puerto Rico son las capitales del bolero en el mundo, pero este
género puede considerarse patrimonio común de los países latinos, incluyendo a España,
Brasil y gran parte de los Estados Unidos, ya que muchos miembros de esta comunidad
han hecho aportaciones importantes a este género musical que se ocupa del amor y el
desamor.
Más que una música, el bolero es una señal de identidad cultural de América Latina
y España que se ha venido cultivando por más de un siglo. “Es precisamente ese sabor a
tiempo lo que hace del bolero una de nuestras instituciones culturales más consistentes...
que evoca un algo o un alguien, una felicidad o una tristeza y aunque está en nuestro
colectivo –nuestra cultura latinoamericana- está también dentro de nuestro ser, ya sea la
mente y el corazón... el bolero es la forma como América Latina canta su lado más
humano: el del Dolor y el Amor.”27
Durante más de cien años hemos vivido acompañando nuestras vidas con boleros,
hemos aprendido a amar y a sufrir a través de ellos, eso hace “.. que mucha gente que no
sabe quien escribió una pieza o cuál es su título correcto pueda cantar el texto completo si
oye la melodía al caminar por la calle, porque los boleros se cantan en reuniones, se oyen
en los microbuses, son parte de los anuncios (Tú me acostumbraste fue usada para un
anuncio de galletas) y están presentes en “todas” las cosas de la vida cotidiana.”28
27
Id. Págs. 11 – 12.
28
Bazán Bonfil, Rodrigo. Y SI VIVO CIEN AÑOS … Antología del bolero en México. FCE. México,
2001. Pág. 72.
22
La aparición de “Romance” en 1990, marca el resurgimiento del bolero, de una
agonía interminable; muchos cantantes contemporáneos habían grabado canciones o discos
completos dedicados al bolero, pero es hasta que Luis Miguel lo interpreta cuando se logra
que abuelos y nietos suspiren juntos al escuchar boleros como “Usted”, “La puerta”,
“Cuando vuelva a tu lado”, “Inolvidable” y “La mentira”. Posteriormente, y gracias al
éxito de este disco, Luis Miguel grabó “Romance II”, en el que siguieron apareciendo
boleros viejos con sonidos nuevos, arreglos con bajo y batería, que le dan un nuevo sonido
al bolero.
Durante el mes de junio de este año, La Compañía Nacional de Danza presentó en
El Palacio de las Bellas Artes, en la Ciudad de México, “Esquina Bajan”, plasmando la
imagen del México cotidiano de los años 40’s y 50’s, todo ello acompañado de la música
de la época: el danzón, el mambo y, desde luego, el bolero.
CONCLUSIONES
El bolero ha demostrado su permanencia en el gusto del público durante más de un
siglo, se ha transformado de acuerdo a las necesidades del público, se ha combinado con
diferentes géneros que han constituido híbridos que han contribuido a su permanencia, por
ello, el bolero seguirá presente ya no como una moda, sino como un signo de identidad y
como parte del patrimonio cultural de los latinoamericanos.
Al llegar el nuevo milenio, no parece correr ese riesgo. El género vive, y esta en
progreso. Las nuevas generaciones gustan de él, y eso garantiza su continuidad. Al menos
su supervivencia comercial, que no es despreciable porque permite recuperar trozos
escondidos de su historia.
Otra muestra de vitalidad del bolero es el interés que despierta entre los círculos de
intelectuales y estudiosos de las raíces culturales de Latinoamérica que ven en estos
tiempos mecanizados y deshumanizados al bolero como un representante de la sensibilidad
humana y una fuente de emociones; el bolero es algo más que música, es una manera de
sentir de los pueblos que componen nuestra comunidad hispánica, es una expresión
cultural importante de lo que somos y lo que sentimos, es parte de nuestro imaginario
colectivo.
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