Bloque de Constitucionalidad

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UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR

FACULTAD DE JURISPRUDENCIA Y CIENCIAS SOCIALES


DEPARTAMENTO DE DERECHO PÚBLICO
CURSO: DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO
CICLO II – 2020

CATEDRÁTICO:
LIC. CARLOS GUILLERMO CORDERO RECINOS

GRUPO DE CLASE:
NÚMERO DOS

SUBGRUPO:
NÚMERO SEIS

TEMA DE INVESTIGACIÓN:
BLOQUE DE CONSTITUCIONALIDAD

APELLIDO NOMBRE CARNÉ


GONZÁLEZ VALLE EDUARDO ANTONIO GV15012
HERNÁNDEZ NÁJERA ISIS ABIGAIL HN17001
HERNÁNDEZ SEGURA JACQUELINE MARIELA HS17026
HERNÁNDEZ URRUTIA MARIO DAVID HU15006
HERRERA GARCÍA GABRIELA ANDREA HG17039
LAZO MELARA JOHANNA VERÓNICA LM02004

CIUDAD UNIVERSITARIA, LUNES 31 DE AGOSTO DE 2020


ÍNDICE

INTRODUCCIÓN .................................................................................................... 3
DESARROLLO DE LA INVESTIGACIÓN .............................................................. 4
1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS ..................................................................... 4
2. CONCEPTO BLOQUE DE CONSTITUCIONALIDAD...................................... 8
3. DIFERENCIAS ENTRE EL BLOQUE DE CONSTITUCIONALIDAD, ,
PARÁMETRO DE REGULARIDAD CONSTITUCIONAL Y BLOQUE DE DE
DERECHOS ................................................................................................... 12
4. NORMAS QUE COMPONEN EL BLOQUE DE CONSTITUCIONALIDAD .... 13
5. FUNCIONES DEL BLOQUE DE CONSTITUCIONALIDAD ........................... 14
6. ¿BLOQUE DE CONSTITUCIONALIDAD EN EL SALVADOR? .................... 15
7. ¿CÓMO PODRÍA HACERSE UN BLOQUE DE CONSTITUCIONALIDAD EN
EN EL SALVADOR? ...................................................................................... 17
CONCLUSIONES ................................................................................................. 19
BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................... 20

2
INTRODUCCIÓN

El contenido de esta investigación versa sobre el vocablo «bloque de


constitucionalidad», el cual hemos abordado con una estructura lógica que consta
de siete ejes fundamentales, mismos que hemos desarrollado auxiliándonos de la
doctrina y la jurisprudencia. En un primer momento nos dedicaremos a repasar la
historia, pues conociendo esta sabremos cómo, cuándo y dónde surgió este
concepto tan controversial. Posterior a ello, para una mayor compresión de esta
institución del «Derecho Público Moderno», enunciaremos diversas definiciones
elaboradas por diversos doctrinarios del Derecho. Además, nos referiremos a las
diferencias académicas que surgen entre el concepto «bloque de
constitucionalidad» con otros que a primera vista podríamos confundir. También
enlistaremos las normas que podrían componer un «bloque de
constitucionalidad» y las funciones de este en el ámbito jurídico. Y, por último, nos
enfocaremos en nuestro país, determinando las razones por la cuales nuestro
ordenamiento jurídico no está configurado para dar cabida a la existencia de un
bloque de constitucionalidad, y en consecuencia de ello, nos daremos a la tarea de
explicar qué es necesario realizar para la materialización de este en la vida jurídica
de El Salvador.

3
DESARROLLO DE LA INVESTIGACIÓN

1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Auxiliándonos de la doctrina nos dedicaremos a descubrir el origen del
concepto «bloque de constitucionalidad» en la realidad jurídica de diversos
países.
Iniciaremos retomando las palabras que Enrique Baltazar Barillas Cardona
plasmó en su tesis titulada «El bloque de constitucionalidad como un medio de
interpretar la Constitución de Guatemala», en la que sentencia que la doctrina
del bloque de constitucionalidad se desarrolló inicialmente en el campo del
Derecho Administrativo a partir del conocido bloque de legalidad acuñado por
Maurice Hauriou, quien lo concibió como aquel bloque de leyes y principios
generales del Derecho preponderantemente de origen jurisprudencial, que era
construido a falta de una normativa especializada, cumpliendo con ello una
«función supletoria» para llenar el vacío normativo y que el Consejo
Constitucional francés aplicaba para controlar las actividades de la
administración pública para hacer respetar el principio de legalidad. Así, la
noción de bloque de legalidad fue la cuna de nacimiento del bloque de
constitucionalidad1 y el antecedente inmediato de este instrumento de
interpretación y argumentación a nivel constitucional y convencional, en el cual,
desde su concepción según Adán Maldonado Sánchez, existen un conjunto
de normas y principios que sin estar consagrados expresamente en la
Constitución se incorporan a ella por diversas vías, con su misma fuerza
normativa por su cualidad de «valor superior»2.
Ahora abordaremos dos casos que fueron el punto de partida para la
aparición de este vocablo en el derecho público moderno y que, a pesar de
tratarse del mismo concepto, su configuración es distinta.

1 Enrique Baltazar Barillas Cardona, «El bloque de constitucionalidad como un medio de interpretar
la Constitución de Guatemala» (Guatemala, Facultad de Derecho de la Universidad Francisco
Marroquín, 2001), p. 46.
2 Adán Maldonado Sánchez, El bloque de constitucionalidad en México: hacia su integración y

aplicación (México, Tirant lo blanch, 2019), p. 33-34.

4
• CASO FRANCÉS.
Carmen del Pilar Robles Moreno, relata que el bloque de
constitucionalidad es una figura que nace en Francia gracias al rol del
Consejo Constitucional en materia de protección de los derechos y las
libertades públicas y como una derivación del concepto «bloque de
legalidad» en los años setenta3.
Para el derecho francés en su origen el bloque de constitucionalidad
era «cerrado», pues según Maldonado Sánchez, básicamente contenía
normas estrictamente de remisión constitucional, como: la Constitución
vigente; el Preámbulo de la Constitución 1946; la Declaración de los
Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789; los principios
fundamentales reconocidos por las leyes de la República Francesa; y las
leyes orgánicas4, y de «construcción doctrinaria», dado que dicha
expresión fue utilizada por primera vez por Claude Emeri en mil
novecientos setenta, en un trabajo publicado y denominado «Crónica
constitucional y parlamentaria francesa, vida y derecho parlamentarios»
en la Revisión de Derecho Público, en el cual analizó el fallo D-37 de
veinte de noviembre de mil novecientos sesenta y nueve donde el
Consejo Constitucional francés, se avocó a verificar la constitucionalidad
del reglamento de la Asamblea Nacional tanto en relación con la
Constitución como respecto a la Ordenanza número cincuenta y ocho
guion mil cien del diecisiete de noviembre de mil novecientos cincuenta
y ocho, sobre el funcionamiento de las asambleas parlamentarias5,
expedida por el Poder Ejecutivo, es decir, en el sistema de fuentes de
Francia, la Ordenanza, se encontraba por encima del referido reglamento

3 Carmen del Pilar Robles Moreno, El bloque de Constitucionalidad como parámetro de control
constitucional: ¿Cuánto conocemos del tema y de su aplicación en materia tributaria? (Parte I) (Perú,
Actualidad Empresarial, 2008), p.1.
4 Adán Maldonado Sánchez, El bloque de constitucionalidad en México: hacia su integración y

aplicación (México, Tirant lo blanch, 2019), p. 40.


5 Ídem.

5
y por ende, integraba parte del parámetro de validez del reglamento, es
decir, se trataba de una «norma de referencia».
Señala Maldonado Sánchez, que esto nos lleva a observar que la
invención de Claude Emeri, secundada por Louis Favoreu y Charlotte
Denizeau, llevaron de la doctrina al Consejo Constitucional al «bloque
de constitucionalidad», ya que en los años mil novecientos setenta y
mil novecientos setenta y uno, cuando se emitieron los fallos
fundacionales en Francia (D-39 del diecinueve de junio de mil
novecientos setenta y D-44 del dieciséis de julio de mil novecientos
setenta y uno)6, los estudiosos empezaron a explicar sus consecuencias
a través del «principio de constitucionalidad», asimilándolo a la
doctrina del bloque de legalidad/principio de legalidad utilizada por el
Derecho Administrativo7, a diferencia del constitucionalismo español
cuya génesis del bloque de constitucionalidad es jurisprudencial.
Maldonado Sánchez sostiene que con el reconocimiento del bloque
de constitucionalidad por parte del Consejo Constitucional francés se
crea el primer antecedente de esta doctrina en el «derecho público
moderno» según la cual la Constitución como norma jurídica suprema
no está compuesta solo por su articulado, considerando que existen
normas que sin estar insertas en el cuerpo mismo de la Constitución
poseen esta fuerza, lo que se traduce en la existencia de normas
superiores que no aparecen directamente en el texto de la Carta Magna
si se asume que las constituciones no son catálogos normativos
totalmente cerrados sino que constituyen el piso mínimo de los derechos
fundamentales (normas constitucionales) y de los derechos humanos
(normas convencionales).8

6 Ídem.
7 Ibíd. p. 41.
8 Ibíd. p. 42.

6
• CASO ESPAÑOL.
Relata Maldonado Sánchez que después de arraigarse el bloque de
constitucionalidad en Francia, España usó la expresión por primera vez
en el fallo STC 10/829, donde el Tribunal Constitucional se refirió al
bloque como: «Un conjunto de normas que ni están incluidas en la
Constitución ni delimitan competencia, pero cuya infracción determina la
inconstitucionalidad de la Ley sometida a examen» (contexto
constitucional)10. Continua Maldonado Sánchez señalando que es por
ello, que la creación del bloque de constitucionalidad en España es de
«carácter jurisprudencial» y se encuentra integrado por una variedad
de contenidos normativos, por lo que no es un concepto cerrado como
sucede en Francia, pues ha encontrado desarrollo en las decisiones del
Tribunal Constitucional Español, cuyo intérprete constitucional ha
desarrollado cuatro concepciones de la citada institución:11

a) Como normas interpuestas (aspecto funcional):


Como equivalente a lo que en la doctrina italiana se denomina
como «normas interpuestas». De acuerdo con esta definición, el
bloque estaría compuesto por las normas que, aunque no figuran
en la Constitución, sirven de parámetro para determinar la
constitucionalidad de otras normas12.
b) Como normas con valor constitucional no contenidas
expresamente en la Constitución (aspecto material):
Una segunda compresión, estaría dada por un bloque que
deriva su existencia de la no inclusión de toda la materia
constitucional dentro de la Constitución formal. Este concepto
acercaría al bloque de constitucionalidad a la llamada Constitución

9 Francisco Rubio Llorente, La forma del poder: estudios sobre la Constitución (España, Centro de
Estudios Constitucionales, 1997), p. 15.
10 Ídem.
11 Adán Maldonado Sánchez, El bloque de constitucionalidad en México: hacia su integración y

aplicación (México, Tirant lo blanch, 2019), p. 43.


12 Ídem.

7
en sentido material, entendiendo por ello un «ordenamiento
constitucional» o una «Constitución sustancial»13.
c) Como normas de enjuiciamiento constitucional atendiendo al
contexto normativo, fáctico y valorativo (contexto de
constitucionalidad):
Una tercera concepción de la institución en estudio, es
entenderlo como un conjunto concreto de normas que sirve para
enjuiciar la constitucionalidad de otra norma específica14.
d) Como bloque de constitucionalidad que depende de la
conformación del Estado ya en unitario o federal:
Finalmente, una cuarta comprensión de bloque es aquella que
hace depender el nacimiento del bloque de constitucionalidad de
la existencia de una ordenamiento complejo, como el español, o
de «estructuras federales» como el mexicano, con el objetivo de
establecer un determinación aceptable de las normas de
referencia o los parámetros susceptibles de regular el reparto de
competencias entre el Estado y las Comunidades Autónomas,
entre la Federación y los Estados. En este sentido señala el
Tribunal Constitucional Español: «las normas determinantes del
sistema constitucional de distribución de competencias son
exclusivamente la Constitución y las demás disposiciones
integradas en el bloque de constitucionalidad»15.

2. CONCEPTO BLOQUE DE CONSTITUCIONALIDAD


En este apartado nos dedicaremos a definir, empleando a la doctrina, el
concepto de «bloque de constitucionalidad», haciendo un repaso histórico,
ejercicio que en su conjunto nos permitirá observar dos hechos: el primero, que
estamos ante un concepto que no se ha salvado de ser concebido de manera

13 Ibid. p. 44.
14 Ídem.
15 Ibid. p. 45.

8
tan dispar dependiendo de la latitud en el que se aborde, y el segundo, que es
un concepto que no tiene cabida en todas las latitudes.
Comenzamos con Héctor Hugo Barbagelata, autor que nos relata que a lo
largo de los XX y XXI se concretó en un número creciente de países una
ampliación de los contenidos de las Constituciones Políticas, operando
simultáneamente cambios significativos respecto de los efectos y alcances de
las normas constitucionales, convencionales y comunitarias, especialmente las
relacionadas con los derechos humanos y en particular con los calificados como
económicos, sociales y culturales16. Asimismo, señala Maldonado Sánchez
que a partir de mil novecientos cuarenta y ocho, la sucesión de instrumentos
regionales, comunitarios, internacionales o universales sobre estas materias,
los aportes de la doctrina como de la jurisprudencia doméstica, regional e
internacional y las sentencias constitucionales17 han forjado la línea progresiva
del catálogo de derechos fundamentales expresos y producido el fenómeno de
descubrimiento de los derechos implícitos llamados por la doctrina como
«shadow rights» que se ubican en la «zona de penumbra»18. Continua
Maldonado Sánchez diciendo que esta tendencia forma parte del denominado
neoconstitucionalismo que exige una nueva teoría de las fuentes, basada en
una nueva teoría de la norma, en la que se inserta el bloque de
constitucionalidad/convencionalidad19.
Asegura Maldonado Sánchez que, en este marco expansivo, la doctrina y la
jurisprudencia constitucional han llegado también a aceptar la integración de
todos los principios y normas sobre derechos fundamentales cualquiera que sea
su fuente, en un bloque de la más alta jerarquía y fuerza normativa, extraído
tanto del ordenamiento interno como del internacional. Aquel bloque ha sido
denominado «bloque de constitucionalidad» de los derechos humanos, que

16 Héctor Hugo Barbagelata, El bloque de constitucionalidad de los derechos humanos laborales


(Uruguay, Revista Derecho Laboral, 2004), p. 142.
17 Adán Maldonado Sánchez, El bloque de constitucionalidad en México: hacia su integración y

aplicación (México, Tirant lo blanch, 2019), p. 83.


18 Herbert Hart, El concepto del Derecho (Argentina, Abeledo Perrot, 1968), p. 115.
19 Adán Maldonado Sánchez, El bloque de constitucionalidad en México: hacia su integración y

aplicación (México, Tirant lo blanch, 2019), p. 84.

9
representa la superación de la antigua y negativa disputa entre monismo y
dualismo, como mecanismo de recepción del Derecho Internacional y ha abierto
el camino hacia el reconocimiento de un derecho de los derechos humanos
supraconstitucional, que, según se ha señalado, no es ya meramente derecho
interno o internacional, sino universal, de ahí que el bloque de constitucionalidad
es una institución de esta nueva inercia constitucional20.
En tales circunstancias Maldonado Sánchez dice que el presupuesto del
bloque de constitucionalidad, parte de la distinción de la Constitución en sus dos
sentidos: formal y material, entendiendo la concepción formal como una
Constitución documental, cuyo texto o normas fuera de la Norma
Fundamental no integran derecho constitucional, mientras que el enfoque de la
Constitución material, informa de la existencia de normas de valor superior de
diversa fuente (constitucionales, subconstitucionales, convencionales,
regionales e internacionales de derechos humanos), que con independencia de
su ubicación en el sistema de fuentes, por su objeto, contenido y valor
axiológico alcanzan un grado constitucional, aunque formalmente estén fuera
del texto fundamental. En sí, se trata de agrupar normas a nivel constitucional,
de manera que, por bloque de constitucionalidad puede entenderse un conjunto
normativo que contiene disposiciones, principios o valores materialmente
constitucionales, fuera del texto de la Constitución, disposiciones que poseen
jerarquía constitucional por ser verdaderos principios y reglas de valor
iusfundamental21.
Define Maldonado Sánchez que el bloque de constitucionalidad se integra
por un conjunto de normas que complementan y desarrollan los derechos,
principios y valores de la Constitución. Es un compendio de normas de material
constitucional y valores superiores, agrupación que hace parte de la
Constitución por la decisión de un juez (creación pretoriana) o por expresa
disposición del constituyente. De tal manera que dichas normas y principios son

20 Ídem.
21 Ibid. p. 85.

10
incorporados a la Constitución, por lo que adquieren la fuerza constitucional y
pasan a formar parte de la «ley suprema»22.
A su vez, Pablo Luis Manili define al bloque de constitucionalidad, como:
«Una comunidad normativa, en cuyo seno reina la uniformidad jerárquica de
normas que la componen, existiendo principios armonizadores de su contenido
a los efectos de su interpretación por los operadores constitucionales en general
y en particular de su aplicación por los jueces»23.
Maldonado Sánchez recopila definiciones de diversos tratadistas, primero
de ellos, Mónica Arango, quien señala que el bloque de constitucionalidad se
refiere a aquellas normas y principios, que, sin aparecer formalmente en el
articulado del texto constitucional, son utilizados como parámetros de control de
constitucionalidad de las leyes, actos u omisiones por cuanto han sido
normativamente integrados a la constitución por diversas vías y por mandato
expreso de la Constitución. Por su parte Arturo Hoyos, advierte de la existencia
de normas constitucionales fuera de la Constitución, tal es el caso de la
jurisprudencia constitucional y convencional, las sentencias internacionales,
entre otras normas de naturaleza constitucional. En la noción de bloque de
constitucionalidad de, Muñoz Machado, identifica a la «comunidad de los
instrumentos normativos que, junto con la Constitución, y como complemento
de esta, es preciso tener en cuenta al momento de determinar con exactitud el
régimen de una determinada competencia o derecho». Louis Favoreu, uno de
los grandes estudiosos del tema, afirmó que «la idea de bloque evoca la de
solidez y unidad», esto es, un conjunto que no puede ser escindido o dividido24.
Por último, retomaremos las palabras que Néstor Pedro Sagüés plasmó en
su libro titulado «La interpretación judicial de la Constitución», sentencia que el
concepto de bloque de constitucionalidad hace referencia al conjunto de
dispositivos normativos y jurisprudenciales -en algunos casos principios y

22 Ídem.
23 Pablo Luis Manili, El bloque de constitucionalidad: la recepción del derecho internacional de los
derechos humanos en el derecho constitucional argentino (Argentina, La Ley, 2003), p. 12.
24 Adán Maldonado Sánchez, El bloque de constitucionalidad en México: hacia su integración y

aplicación (México, Tirant lo blanch, 2019), p. 86.

11
valores- que han sido elevados a un plano de supremacía, fungiendo como
parámetro de validez para todo acto y norma existente en un sistema jurídico
determinado25.

3. DIFERENCIAS ENTRE EL BLOQUE DE CONSTITUCIONALIDAD,


PARÁMETRO DE REGULARIDAD CONSTITUCIONAL Y BLOQUE DE
DERECHOS
Marcos Francisco del Rosario indica que, por principio se estima que, en
el fondo, no existe diferencia entre bloque de constitucionalidad y parámetro de
regularidad constitucional, incluso también se ha dicho que la denominación
correcta debe ser «bloque de derechos»26, pero de aceptar esta última
denominación quedarían afuera los valores y principios de los que se nutre el
bloque de constitucionalidad y/o el bloque de convencionalidad.
Pese a lo anterior, se hará una breve exposición de las «diferencias
académicas» entre bloque de constitucionalidad, parámetro de regularidad
constitucional y bloque de derechos.
Iniciando con César Iván Astudillo Reyes, quien sostiene que el concepto
de bloque de constitucionalidad es de carácter «sustantivo», por integrar la
materia prima (derechos humanos) en un solo conjunto normativo de diversa
fuente, mientras que el parámetro de regularidad constitucional es de naturaleza
«adjetiva» o «procesal»27, por constituir el criterio sobre el cual se realizará el
ejercicio de control de constitucionalidad. Para el caso de los órganos o
intérpretes auténticos de cualquier tratado internacional que pueda contener
derechos humanos, estaríamos hablando respectivamente de bloque de
convencionalidad y parámetro de regularidad convencional.

25 Néstor Pedro Sagüés, La interpretación judicial de la Constitución (Buenos Aires, De Palma, 1998),
p. 13.
26 Marcos Francisco del Rosario, Bloque de derechos humanos como parámetro de

constitucionalidad y convencionalidad (México, Tribunal Electoral del Poder Judicial de la


Federación, 2017), p. 15.
27 César Iván Astudillo Reyes, El bloque y el parámetro de constitucionalidad en México (México,

Tirant Lo Blanch, 2014).

12
Por su parte, Del Rosario al hablar de bloque de derechos sostiene que en
este quedaría excluido todo material distinto a los derechos humanos, como es
el caso de los valores, principios y directrices de alcance constitucional (bloque
de constitucionalidad) y/o internacional (bloque de convencionalidad), aunado a
que, bajo un ejercicio académico, existen diferencias entre derechos humanos
y derechos fundamentales, aspecto por el cual, se tendría que usar bloque
derechos humanos (a nivel convencional) y bloque de derechos fundamentales
(a nivel constitucional)28.

4. NORMAS QUE COMPONEN EL BLOQUE DE CONSTITUCIONALIDAD


Maldonado Sánchez29, argumenta que la protección de mayor grado a los
derechos humanos tiene amparo en documentos universales, regionales,
comunitarios e internacionales, que contienen declaraciones de amplia
cobertura, sin minusvalorar las fuentes: constitucional, subconstitucional e
infraconstitucional. Tales textos del derecho convencional y comunitario son
incorporados en las Constituciones Nacionales, mediante un mecanismo de
recepción constitucional (dualismo), o bien, mediante un reconocimiento
expreso de la unidad que existe entre el derecho constitucional y el derecho
convencional y/o comunitario, sin requerir de un procedimiento de incorporación
al ordenamiento jurídico doméstico (monismo). Dichas doctrinas: la dualista y
monista, han motivado el debate entre las «lecturas constitucionales» y la
«pluralista» del ordenamiento internacional, con sus variantes de pluralismo y
constitucionalismo atenuado.
Es indudable que este cuadro de normas del ius commune de los derechos
humanos (sea bajo la técnica monista, dualista o funcionalista), amplía el
contenido material y fuerza normativa de la Norma Fundamental a través del
bloque de constitucionalidad, puesto que constituye un sistema integral de

28 Marcos Francisco del Rosario, Bloque de derechos humanos como parámetro de


constitucionalidad y convencionalidad (México, Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación, 2017), p. 18.
29 Adán Maldonado Sánchez, El bloque de constitucionalidad en México: hacia su integración y

aplicación (México, Tirant lo blanch, 2019), p. 93-95.

13
fuentes (convencionales, comunitarias, subconstitucionales e
infraconstitucionales). Esta «colección de normas» articulada por el Derecho
Constitucional con el Derecho Internacional de los Derechos Humanos y su
creciente armonización de estas dos fuentes congrega las reglas, normas,
principios, directrices, costumbres y convenciones de valor constitucional que
ha tenido un impacto relevante en la estructura del razonamiento de los jueces
constitucionales (sistema concentrado) y los jueces ordinarios (sistema difuso)
al reforzar el binomio interpretación-argumentación, robusteciendo la directriz
del «efecto útil» de las normas que integran el bloque de constitucionalidad,
para un eficaz control de constitucionalidad y convencionalidad que se
direcciona hacia la protección, promoción, respeto y garantía de los derechos
humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia,
indivisibilidad y progresividad.
Es preciso indicar que cada país va integrando a su sistema de fuentes el
bloque de constitucionalidad con una diversidad de normas. Francia, Colombia
y España, son los países que más han aportado al desarrollo de la institución.

5. FUNCIONES DEL BLOQUE DE CONSTITUCIONALIDAD


Maldonado Sánchez señala que Norberto Bobbio señala que las funciones
del bloque de constitucionalidad son principalmente cuatro, tales funciones del
bloque de constitucionalidad, no se excluyen, sino que se complementan, sin
perjuicio de ser diferenciadas, quedando como sigue:30

a) Para introducir reglas o parámetros de interpretación y argumentación a


nivel constitucional y convencional. Esta función cubre en esencia la
interpretación conforme y el principio pro personae;
b) Como fuente de derechos, cumpliendo una función integradora. Esta
función constituye una herramienta de ampliación del material
constitucional «Constitución material»;

30 Ibid. p. 127.

14
c) Para orientar al operador de las normas constitucionales y
convencionales; y,
d) Para introducir parámetros de validez. Esta función cubre en esencia la
interpretación conforme y el principio pro personae, por referirse a validez
material.

6. ¿BLOQUE DE CONSTITUCIONALIDAD EN EL SALVADOR?


Como resultado de la investigación y estudio jurisprudencial, podemos
afirmar que en nuestro país no existe un bloque de constitucionalidad, esto ha
sido manifestado por la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de
Justicia en la sentencia de número de referencia veinticuatro guion noventa
y siete pleca veintiuno guion noventa y ocho emitida el día veintiséis de
septiembre del año dos mil. La sentencia en cuestión somete a juicio si los
Tratados Internacionales ratificados por El Salvador forman o no parte de un
bloque de constitucionalidad, y ante esto, la Sala de lo Constitucional manifiesta
que: «Si bien es innegable que los instrumentos internacionales que consagran
los derechos humanos -igual que otras disposiciones jurídicas que tienen una
estrecha vinculación material con el contenido de la Constitución- pueden
estimarse como un desarrollo o complementación de los alcances de los
preceptos constitucionales, ello no les convierte en parte integrante de la
Ley Suprema; lo cual se concluye con base en las siguientes razones: (i) La
Constitución se ha atribuido a sí misma solamente, en el art. 246 inc. 2°, el
rango de supremacía sobre el resto del ordenamiento jurídico,
subordinando así, bajo su fuerza normativa, a tratados -arts. 145 y 149 Cn.-
, leyes, reglamentos y demás disposiciones jurídicas; (ii) según el Considerando
I de la Ley de Procedimientos Constitucionales, los tres procesos regulados en
ella tienen como finalidad común garantizar "la pureza de la constitucionalidad"
-vale decir, la adecuación o conformidad a la Constitución-, de las disposiciones
y actos concretos que se controlan por la jurisdicción constitucional. (...) De lo
dicho cabe concluir que, si bien hay una evidente vinculación material entre la
llamada parte dogmática de la Constitución y los tratados internacionales sobre

15
derechos humanos, tal vinculación no equivale a una integración normativa, de
ambos tipos de disposiciones, en una sola categoría constitucional, ya se
denomine "bloque de constitucionalidad" o de cualquier otra manera».
En la región Centroamericana, únicamente El Salvador no cuenta con un
Bloque de Constitucionalidad. Los progresos en el proceso democráticos
salvadoreño, incluyen la creación de nuevas instituciones jurídicas, adecuadas
a los tiempos modernos. Con la firma de los Acuerdos de Paz, en enero de mil
novecientos noventa y dos entre el gobierno salvadoreño y los insurgentes del
Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), nacieron
instituciones como la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos,
lo anterior posibilita el nacimiento dentro del sistema de justicia de El Salvador
de un bloque de constitucionalidad.
Sin embargo, como sabemos, existe un control difuso de la
constitucionalidad, que se refiere a la posibilidad que tienen todos los jueces de
inaplicar una norma en un caso determinado por considerarla contraria a los
preceptos constitucionales. En El Salvador, estos jueces están obligados a
informar a la Sala de lo Constitucional cuando decidan no aplicar una norma
cuando consideran que se opone a lo establecido en la Constitución; los
controles de constitucionalidad llevados a cabo por los entes responsables de
ejercerlo pueden en ocasiones ampararse en el bloque de constitucionalidad31.
En El Salvador, la doctrina del bloque de constitucionalidad, es un tanto
desconocida por los operadores del sistema en general, no existe la convicción
de que por medio de este bloque, se puede ampliar la Constitución; a pesar de
existir una tendencia internacional a integrar el bloque de constitucionalidad
dentro del Derecho Interno, la Sala de lo Constitucional, se ha pronunciado
afirmando que en el sistema jurídico salvadoreño, no existe la posibilidad de
aplicar esta doctrina debido a que nuestra normativa no lo ha previsto aún. Lo
anterior no significa que en un futuro cercano la Sala de lo Constitucional

31 Rodríguez Molina José Antonio, «Los Derechos Humanos y el Bloque de Constitucionalidad en


los sistemas de justicia latinoamericanos: propuesta de un modelo de justicia en El Salvador» (El
Salvador, Facultad de Derecho de la Universidad de Castilla-La Mancha, 2016),
http://hdl.handle.net/10578/8994

16
encuentre un espacio jurídico constitucional para darle vida a este bloque de
constitucionalidad o que sea creado vía legislativa32.

7. ¿CÓMO PODRÍA HACERSE UN BLOQUE DE CONSTITUCIONALIDAD EN


EL SALVADOR?
Se debe de entender que para efectivizar las normas internas y con ello el
libre y pleno ejercicio de los derechos humanos y fundamentales, se debe de
adoptar el bloque de constitucionalidad en El Salvador, procurando en todo
momento, no crear conflictos normativos, ya que corresponde esta tarea a la
forma de incorporación de dicha teoría en la Carta Magna, pues es el principal
cuerpo normativo para darle entrada y reconocimiento al bloque de
constitucionalidad en el sistema jurídico salvadoreño, otorgando expresamente
jerarquía constitucional a los instrumentos internacionales de derechos
humanos, situándolos en el vértice del sistema jurídico nacional y dejando
abierta la posibilidad de que otros tratados sobre derechos humanos no
incluidos en el listado de los revestidos con jerarquía constitucional puedan
alcanzarla, si se cumple con el procedimiento para su internación y
reconocimiento.
Advirtiendo asimismo que los tratados de derechos humanos
constitucionalmente jerarquizados no pierden su naturaleza de normas
internacionales y que «si bien se incorporan al derecho interno con el rango
privilegiado, no por ello se debe entender como incorporados en el texto
documental de la Constitución, sino que pasan a formar parte del bloque de
constitucionalidad»33.
Sería posible la admisión de dicha teoría a través de la emisión de sentencias
de la Sala de lo Constitucional salvadoreña, a quien corresponde por mandato
constitucional declarar la inconstitucionalidad de una ley, decreto, reglamento,
en su forma o contenido, ya que dichas resoluciones son de obligatorio

32 Ibid.
33 Abregú Martín, La aplicación del derecho internacional de los derechos humanos por los
tribunales locales: una introducción, en AA.VV., La aplicación de los tratados sobre derechos
humanos por los tribunales locales, Del Puerto, Buenos Aires, Argentina, 1997, Pág. 14.

17
cumplimiento por sus efectos erga omnes y se admitiría de esa forma el bloque
de constitucionalidad como parámetro de control de constitucionalidad o como
un instrumento auxiliar para fundamentar la inconstitucionalidad de las normas
y actos sometidos a control constitucional, pues en estas contienen análisis y
opiniones sobre los alcances de los derechos contenidos en la Carta Magna.
Otra de las formas mediante las cuales se puede adoptar el bloque de
constitucionalidad es a través de reformas constitucionales, lo cual sería una
atribución con competencia, en el caso salvadoreño, a la Asamblea Legislativa,
como ente encargado de legislar y sobre el cual recae el poder constituido.

18
CONCLUSIONES

 En su trasegar histórico el bloque de constitucionalidad logró el reconocimiento


y la integración de normas que literalmente no componen el texto de la
Constitución, ampliando su espectro de protección y trayendo consigo dos
resultados. Primero, la integración al orden interno de todos los desarrollos del
derecho internacional de los derechos humanos. Segundo, la creación de una
unidad normativa tendiente a extender la protección del ser humano, así como
a materializar y preservar su dignidad.
 Para entender cómo se integra el bloque de constitucionalidad, sus funciones y
principios que lo rigen, es preciso atender tres aspectos fundamentales: a)
asumir que la «Constitución material» se nutre de fuentes externas
(convencionales, comunitarias, subconstitucionales e infraconstitucionales) a su
contenido formal; b) la relación del derecho interno (doméstico) con el derecho
internacional público en general y en particular con el derecho internacional de
los derechos humanos; y c) los roles y alcances del control difuso de la
Constitución y ex officio de convencionalidad frente a los mecanismos de control
concentrado de la Carta Magna y de las normas internacionales y/o comunitarias
para el caso de Europa.
 El ordenamiento jurídico salvadoreño no está preparado para la materialización
de un bloque de constitucional, cualesquiera que fuesen las fuentes de las que
este pretendiese nutrir, sin embargo, tampoco es imposible este se configure,
mediante los actores competentes, para habilitar su cabida en nuestra realidad
jurídica.

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BIBLIOGRAFÍA

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