Actividad 2
Actividad 2
Actividad 2
TUTOR:
Robinson Ríos Galvis
Mitú,
Agosto - 2020
DESARROLLO DE LA ACTIVIDAD
Características
A la hora de detectar señales que nos ayuden a determinar si estamos o no frente a una persona
arrogante, estos rasgos te pueden servir como orientación, si bien cada individuo es un mundo.
1. Tratan con menosprecio a quienes no están ahí. Las personas arrogantes tienen una especial
tendencia a quitar mérito a lo que hacen los demás, y a criticar. Esta es una manera de tratar
de ganar “valor social” de manera relativamente fácil y sencilla, aunque también cruel y
tramposa, pues el otro no está ahí para defenderse y el hecho de sacar a relucir sus supuestas
imperfecciones crea la ilusión de que quien está hablando acerca de ellas no tiene esa clase
de defectos.
2. No prestan atención a las opiniones ajenas. Solo hay un caso en el que las personas
especialmente arrogantes tengan en cuenta el modo en el que otros reaccionan ante lo que
dicen: si se muestra un rechazo o un desacuerdo claro. Si no, lo más habitual es que
reaccionen muy poco ante las opiniones y puntos de vista de los demás.
3. Alardean gratuitamente. Otro tipo de comportamiento típico de las personas arrogantes
consiste en apelar a sus méritos o privilegios con mucha facilidad, incluso si el curso de la
conversación no lo requiere porque no se tratan temas relacionados con esos.
En el año 2017 se me presento un caso, fue trabajando en una entidad pública, el caso fue que
tuve como compañera con los rasgos que describí anteriormente, que presentaba una jefe de
enfermería. El trabajo consistía en grupo de 8 personas entre psicólogo, auxiliar de enfermería,
higienista, paye, digitadores y la jefe de enfermería, El trabajo de nosotros era hacer recorridos
por las comunidades para hacerles charlas sobre prevención en salud, lo cierto fue que el
ambiente laboral se torno muy, por cuestiones que ella se creía la jefe del grupo, alarando de su
titulo profesional en tanta comunidades donde realizamos las actividades, dejándonos un poco
indispuesto por la manera de como lo hacia en tono burlón, porque ella si era profesional y
nosotros no, como quien dice nos quería darnos ordenes, si un equipo de trabajo todos aportamos
un granito de arena.
Cuando nos relacionamos con los demás, hay que entrar en una especie de juego de tensiones
en el que hay que hacer encajar la perspectiva de uno mismo, por un lado, y la de los demás,
por el otro. Y esto no siempre es sencillo puesto que cada individuo tiene una serie de
características, creencias y formas de actuar distintas.
La inteligencia resulta ser una habilidad que ocupa cada vez un lugar más destacado y necesario
en las personas, para hacer frente a las múltiples incidencias que se presentan en el desempeño
laboral del día a día. Para ello, se vive en una época en la que la perspectiva de futuro depende
de la capacidad de controlarse a uno mismo y de manejar adecuadamente nuestras relaciones.
El desarrollo de habilidades es un tema de permanente preocupación para empresas y
organizaciones, que en su afán por contar con el mejor recurso humano en los cargos de
dirección y la necesidad de seleccionar profesionales capaces de tomar las decisiones adecuadas
y necesarias que permitan la supervivencia de la actividad, hace que se favorezcan la generación
de procesos de formación para tener una visión más estratégica, un manejo adecuado de los
recursos que se encomienden y una dirección acertada del personal subordinado.
CONCLUSION
En el día a día de la actividad laboral es frecuente encontrar todo tipo de personalidades, todas
ellas respetables. Sin embargo, hay algunos perfiles que además de no aportar nada al grupo
general, restan motivación a sus compañeros, perjudican la productividad de la empresa, y crean
un clima laboral enrarecido que puede ocasionar la pérdida de talento. Para evitar esto hay una
serie de pautas que los gestores de la empresa deben llevar a cabo. Lo primero sería identificar al
trabajador en cuestión, analizar sus características desde un punto de vista profesional, y
establecer un protocolo para intentar remediar el problema antes de proceder a un hipotético
despido.
El entorno laboral diario, el ambiente de trabajo, la interacción entre los empleados y con los
encargados y dueños de la empresa, todo ello son factores muy importantes para conseguir el
máximo rendimiento de todos los trabajadores, a la vez que su implicación con los objetivos
empresariales. Cuando este ambiente de trabajo se va alterando y “contaminando” a causa de la
existencia de jefes o empleados con las características que citamos, el clima de trabajo se llena
de malas vibraciones y el trabajo en equipo empieza a fallar.
BIBLIOGRAFIA