CENTRO DE NEGOCIOS PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATOLICA
MBA GERENCIAL INTERNACIONAL AREQUIPA XXVIII
CICLO IV
Agosto 2020
CURSO : DERECHO EMPRESARIAL
PROFESOR : Del Río Villanueva Carmen
ENTREGABLE:
TRABAJO APLICATIVO FINAL
INTEGRANTES:
Arangurí Gonzales, Diego
Manrique Caballero, Alonso
Pilco Burgos, Luis
Ramos Salas, Fabricio
Análisis Individuales
Arangurí Gonzales, Diego
A inicios del 2020 nadie imaginaba que pase lo que estamos viviendo actualmente. El impacto
negativo del COVID-19 no sólo está en la salud, sino también, en la economía y en la sociedad.
Esto ha permitido evidenciar, aún más, la corrupción que existe en nuestro país, como el caso de
las cadenas de farmacias y clínicas, y todas las prácticas abusivas que han tenido durante el
estado de emergencia, priorizando sus utilidades sobre el bienestar y la salud de la población. A
esto se suma la indignación de gran parte de peruanos al darse a conocer el fondo Reactiva Perú,
cuyo “objetivo principal” era beneficiar y permitir que las pequeñas y medianas empresas
subsistan, y que por el contrario, ha beneficiado a grupos económicos con gran poder político y
económico como Intercorp.
Sin duda, todos estos acontecimientos deplorables deben servir para que el Estado tome acciones
al respecto, debe proponer leyes y normas que permitan regular todas las malas prácticas
económicas, empresariales, que sólo beneficia a los que más tienen y perjudica a las personas
con menos recursos. El Estado además, debe preocuparse por garantizar el libre mercado, por
una buena gestión de salud pública y por el bienestar de toda la población peruana.
Debemos sacar lecciones de esta pandemia, lecciones que nos permitan mejorar como personas y
como sociedad, de lo contario, no habremos aprendido nada.
Manrique Caballero, Alonso
Generación tras generación, década tras década reclamos y conflictos sociales han sido siempre
los mismos en nuestro país, es que al parecer no encontramos a la persona, o grupo de personas
adecuadas que puedan mejorar la administración del país. La COVID-19 no ha hecho mas que
sacar a la luz la mala administración y deficiente planificación de los recursos del país. Es
lamentable ver que como país tenemos la costumbre de actuar reactivamente, envés de prevenir
lo que nos pueda pasar. Claro está, mundialmente nadie estaba preparado para esta situación que
no hizo más que mostrar la debilidad de la salud pública de cada país, y la capacidad de gestión
de crisis de los gobiernos. El Perú, indudablemente, está viviendo las falencias del sistema de
salud pública, y el mal control del sistema privado ni más, ni menos que ante la peor las crisis de
salud de la historia actual.
Es difícil ver la falta de control de parte del Estado en el control de precios, que el mercado libre
se haya apoderado del Estado y que la autorregulación sea la norma. Leyes no aprobadas o
postergadas blindan a gigantes empresariales cuando el fin del Estado es velar por el bien social
de los peruanos. El Estado parece haber olvidado lo sana que es la competencia en los mercados,
en especial en salud que es un derecho, no un privilegio.
Pilco Burgos, Luis
Perú, país bendito que nos vio nacer, que durante casi 200 años de historia no se encontró unas
políticas de gobierno que ayuden a salir del mundo sub desarrollado, donde no se respeta el
hecho de ser una economía social de mercado.
La pandemia del COVID-19 que estamos pasando mostró que nuestro país esta manipulado por
empresas y corporaciones monopólicas en el sector salud, donde el grupo Intercorp maneja el
95% de las farmacias en el Perú, y también se muestra que las clínicas y los servicios básicos y
vitales (oxigeno medicinal) para la salud de los peruanos esta manejado por prácticas
monopólicas inhumanas, donde el único objetivo es lucrar con la necesidad y dolor de los
peruanos.
La falta de políticas de gobierno que regulen las prácticas monopólicas de las grandes empresas
hacen que los programas económicos no tengan controles, muestra de ello es que estas grandes
empresas se benefician del programa reactiva Perú que fuese destinado originalmente para que
las pequeñas y medianas empresas superen esta crisis. Por otro lado, el gobierno de turno
postergo la ley de fusiones y adquisiciones hasta marzo del 2021.
Somos un país lleno de riquezas, pero con un mal endémico como la corrupción, depende de
nosotros elegir bien a nuestros gobernantes y aportar desde donde nos encontremos a cambiar
nuestro país.
Ramos Salas, Fabricio
La crisis sanitaria nos ha confinado para ver claramente los grandes problemas que solíamos
dejar de lado. Ahora que la vida se muestra finita como es, nos preocupamos más por lo esencial,
la salud, la familia, etc.
Quizás el impacto más fuerte lo recibimos al ver cercano a nosotros el colapso de nuestro sistema
sanitario, producto de muchos factores y a la vez del mismo.
La corrupción engendra diversos males en el sistema público y lo que lleva al colapso de los
servicios. Esa corrupción que no detiene la creación de monopolios, causa la desigualdad social y
esta se refleja en la gran economía informal en la que actualmente vive más del 60% de peruanos
que tienen empleo. Aquellos que no pueden aislarse y deben salir a trabajar en mitad de una
pandemia.
Si no existe la figura del estado que regula y garantiza el bien común de los ciudadanos, entonces
¿Qué podemos esperar de los grupos empresariales en los cuales ha recaído los servicios de
salud, educación, entre otros que no ha sabido o no se ha querido que el estado los administre
adecuadamente? Hemos visto con gran decepción como una vez más el Perú ha perdido una
guerra, donde los propios peruanos han abusado de la circunstancia penosa de sus compatriotas.
Esperemos llegar al bicentenario con una conciencia cívica mayor después de esta pérdida.
Análisis del grupo
Se evidencia que el estado no ejecuta su papel regulador permitiendo prácticas oligopólicas en
contra del consumidor y ante la situación de crisis sanitaria actual, ha quedado clara la
inexistencia de fiscalización en el sistema de salud pública. Dicha oferta ha sido cubierta por la
empresa privada de manera abusiva, donde se aplica la ley del más fuerte y donde sólo puede
recibir atención quien cuenta con mayores recursos.
Por otro lado, también se evidencian prácticas que van en contra del bien común al manipular
precios en una situación de emergencia, causar especulación en contra de la salud, maquila de
medicamentos genéricos, recomendación de uso de medicamentos de una marca específica, entre
otros factores.
Al parecer la ineficiencia del Estado beneficia al sistema privado en todos los ámbitos, sin
preocuparse por el bienestar de la sociedad, a pesar de que el Perú es una economía social de
mercado y por ende, debería garantizar el libre mercado.
Además, el estado es responsable de generar y hacer cumplir leyes que sean justas para todos y
que garanticen la competencia libre, leal y eficiente. Velando por el bien común, lo que ha
quedado demostrado que no se está haciendo. Se debería aplicar principios de transparencia e
imparcialidad. Sin embargo, el estado Peruano ha sido el único en la región que no ha
implementado una ley antimonopolio.
Otro punto importante, es la mala gestión del fondo “Reactiva Perú”, el cual sólo ha beneficiado
a las grandes corporaciones y grupos económicos que a la vez tienen poder en las decisiones
políticas del país, lo cual ha sido evidenciado en los créditos a las grandes corporaciones que se
han visto afectadas en sus inversiones. Sin embargo, se demuestra el rescate de los grandes
grupos económicos en desmedro de las pequeñas empresas creando una competencia desleal.
Es importante mencionar que el grupo Intercorp actualmente presenta un factor de riesgo cuatro
veces mayor al que presentaba un año atrás. Esto, debido a las pérdidas producto de la pandemia
y a los constantes préstamos en los que incurría este grupo económico. Esta inestabilidad dentro
del gigante económico ha llegado a exprimir a sus usuarios dentro de sus grupos como colegios,
universidades, bancos, etc.
En conclusión, el estado Peruano se encuentra inmerso en un círculo vicioso de corrupción que
va en desmedro de la salud pública y no existen leyes o normas que puedan controlar estas
prácticas “asesinas”, las cuales benefician a las grandes empresas y generará que el sistema de
salud en nuestro país se vuelva insostenible.
Por otro lado, siempre actuamos reactivamente, no prevenimos, esperamos que suceda algo malo
para recién tomar acciones al respecto.
Si bien es cierto, el Perú cuenta con planes estratégicos a largo plazo. Sin embargo, estos no son
implementados por los gobiernos nacionales y regionales, por males sistémicos y se evidencia
que cada persona busca el bien individual y no el bien común sin preocuparse en los demás.
Cabe resaltar que existe la precedencia de la Ley 26876, Ley antimonopolio y anitoligopolio del
sector eléctrico, la cual podría ser adecuada en base a cada sector económico del país para
garantizar una economía social de mercado sostenible en el tiempo.