LA ZONA ARQUEOLÓGICA
DE PALENQUE
José Juan Hernández Moncada
Universidad de las Artes, Aguascalientes, Ags. México 2019
La Zona Arqueológica de Palenque
Índice
Introducción ...............................................................................................................................................2
Antecedentes de la Exploración y Arqueología en Palenque ......................................................4
Horizontes de la Civilización Maya ................................................................................................... 13
La Ciudad................................................................................................................................................. 19
La Arquitectura Palencana.................................................................................................................. 23
Los Templos ........................................................................................................................................... 27
El Palacio ................................................................................................................................................. 31
Conclusión .............................................................................................................................................. 37
Apéndice documental .......................................................................................................................... 38
Bibliografía ................................................................................................................................................ 41
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La Zona Arqueológica de Palenque
Introducción
Hablar de la civilización maya es un tema bastante amplio ya que ninguna
civilización americana tuvo tal difusión geográfica y temporal, a pesar de su magnitud
podemos afirmar que hasta la fecha sigue siendo poco conocida y muchos de sus
vestigios permanecen ocultos, a pesar que desde fechas tempranas fascinó a los
conquistadores españoles, su conocimiento realmente fue nulo, no fue sino hasta
finales del siglo XIX y siglo XX que se comenzó a dimensionar realmente el significado
de esta civilización para el continente y la humanidad.
Los mayas lograron importantes avances en los campos de la astronomía,
matemáticas y arquitectura sin embargo sigue permeando una visión parcial de la
civilización, fuertemente sesgada por las visiones románticas decimonónicas, al menos
en el imaginario colectivo se percibe a los mayas como una comunidad de astrónomos
y matemáticos bajo una sociedad teocéntrica. Sin embargo hay muchas aristas que no
han recibido la atención adecuada como es el aspecto político e histórico de la cultura
maya.
El caso de la zona arqueológica de Palenque es paradigmático, especialmente de
los vestigios conocidos que datan del periodo clásico, es en este periodo que surge una
figura central para poder comprender la historia de Palenque, estamos hablando del
gobernante conocido como Pakal, Guillermo Bernal Romero investigador de la
Universidad Nacional Autónoma de México, ha realizado unas investigaciones por
demás interesantes respecto a la figura de Pakal, es por eso que es sumamente
importante considerar la historia política de esta antigua ciudad maya, ya que en este
caso podemos identificar que el gobernante moldeo la urbe a semejanza de los
antiguos faraones egipcios, quienes en su afán de perpetuar la memoria de sus
reinados emprendían ambiciosos proyectos constructivos.
Por consecuencia no podemos tener una visión integral de la historia, si no se
contrastan distintos enfoques, desde el arqueológico, histórico, antropológico,
ecológico, geográfico y político.
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La Zona Arqueológica de Palenque
El presente estudio ha sido realizado atendiendo la necesidad de consultar
distintos enfoques de lo que la ciudad de palenque ha representado, no solamente
como testigo de la presencia de la civilización maya en la región, si no lo que
representó en su tiempo para sus habitantes. Para ello primero es necesario hacer un
recorrido de la historia de las exploraciones y descubrimientos en el sitio, ya que para
poder comprender en su magnitud los vestigios arqueológicos, hay que verlos con la
óptica de sus descubridores, quienes han transitado desde la especulación hasta la
interpretación.
Además de los estudios realizados en el campo histórico por Bernal Romero,
resulta importante revisar la obra de Mercedes de la Garza y Charles Gallenkamp,
quienes han hecho recopilaciones de los descubrimientos arqueológicos, y nos brindan
un amplio panorama de la interpretación de los hallazgos. Por consecuencia al
sobreponer la historia política de la urbe con los estudios arqueológicos es posible
lograr un acercamiento integral a lo que el sitio de Palenque representa.
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La Zona Arqueológica de Palenque
Antecedentes de la Exploración y Arqueología en Palenque
La región donde se ubican los yacimientos arqueológicos de Palenque, se
encuentra enclavada en lo que hoy es el municipio de Palenque, ubicado al noreste del
estado mexicano de Chiapas, a 290 km de Tuxtla Gutiérrez (imagen 01), dentro de una
región montañosa con clima tropical lluvioso; la zona se encuentra poblada
actualmente por las etnias de origen maya Ch’ol y Tzeltal, aunque actualmente no se
sabe con precisión quienes fueron los primeros pobladores de Palenque, ya que se
tiene registro de que estuvo habitado por la civilización maya desde el periodo
formativo en el preclásico entre los años 2500 a. C.-300. (Garza, 1992)
La zona donde se ubicó esta importante urbe de la civilización maya se encuentra
dentro de la cuenca del Usumacinta, rodeada de colinas de abundante vegetación, que
descienden hacia fértiles llanuras que sirvieron como medio de subsistencia a los
antiguos pobladores.
Imagen 01. Ubicación de la zona Arqueológica de Palenque Fuente: mundomaya.com.mx
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La Zona Arqueológica de Palenque
Santo Domingo de Palenque es el nombre con el que se bautizó al poblado
ubicado a 8 km del sitio arqueológico, fundado por los misioneros españoles, que en el
siglo XVI arribaron a la región con la misión de evangelizar a la población indígena, el
poblado de Santo Domingo de Palenque albergó poblaciones recientemente
evangelizadas de la etnia Ch’ol; las primeras referencias al sitio arqueológico las
comenta Jan de Vos en referencia a los testimonios de los frailes que mencionaban un
antiguo “Palenque” enclavado en la selva, palenque una palabra de origen ibérico que
hace referencia a una plaza fortificada; así que es probable que el actual poblado de
Santo Domingo, se nombró “de Palenque” en relación a los vestigios arqueológicos que
habían sido descubiertos de manera temprana por los misioneros castellanos. (Vos,
1980)
La región si bien, fue explorada desde el siglo XVI la pacificación y evangelización
de los indígenas choles, no se completó hasta mediados del siglo XVII, según los
relatos del Consejo de Indias, es por estos años de la década de 1670, que se asienta
en la zona la orden dominica, que continuó las labores de la evangelización, sin
embargo a pesar de los avances de los misioneros católicos, en la década de 1680,
estalló una rebelión sangrienta de los caciques choles, de tal magnitud que se tuvo que
pedir auxilio a la Real Audiencia de Guatemala, en la rebelión de acuerdo a las
crónicas frailunas y del mismo Consejo de Indias, varias de las poblaciones indígenas
fundadas por los misioneros, fueron reducidas a cenizas por lo que gran parte del
avance hispano en la zona se vio interrumpido (Villagutierre Soto-Mayor, 1701); la
inestabilidad que la región de Palenque atravesó dificultó el conocer más sobre el sitio
arqueológico, a pesar de que su existencia era mencionada desde épocas tempranas.
no llegó a recibir gran atención sino hasta finales del siglo XVII y principios del XVIII.
La primera referencia documentada a los hallazgos arqueológicos proviene de
1629, para lo cual Mercedes de la Garza refiere un documento hispano, donde se
mencionan algunas plazas fortificadas o palenques en un sitio al que los indígenas
denominaban “Cangananal” dichos palenques se ubicaban conforme al documento
cerca del actual poblado chiapaneco de Ocosingo, que en lengua chol proviene de
Otulum que significa “lugar de las casas fuertes” (Garza, 1992). Otulum es
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La Zona Arqueológica de Palenque
precisamente el nombre del afluente que atraviesa el sitio arqueológico de Palenque.
(Vos, 1980)
Sin embargo, como más atrás se ha mencionado, por aquellos años la región
atravesó inestabilidad derivada de las fricciones y enfrentamientos entre los españoles
y los indígenas choles, por lo cual los hallazgos durante el siglo XVII a pesar de
encontrarse documentados, pasaron desapercibidos, fue sino hasta bien entrado el
siglo XVIII que se le prestó atención a los descubrimientos por parte de las autoridades
virreinales; a finales del siglo el clérigo Ramón Ordoñez y Aguiar, párroco de Ciudad
Real de Chiapa (San Cristóbal de las Casas) redactó la obra titulada Descripción de la
Ciudad Palencana donde hizo un relato de cómo desde 1730, se comenzaron a
explorar y descubrir los vestigios arqueológicos de Palenque, el asunto fue cobrando
cada vez más relevancia y los vestigios arqueológicos recibieron tal atención al punto
que en 1773, se informó a la Real Audiencia de Guatemala la necesidad de una
exploración oficial y sistemática; la cual se efectuó en 1784 a instancias del teniente
José Antonio Calderón, de dicha expedición se derivaron los primeros informes y
estudios de hallazgos (Garza, 1992).
Para 1786 por orden expresa del monarca hispano Carlos III de Borbón, inspirado
por el relativamente reciente descubrimiento de las ruinas de Pompeya y Herculano, en
el sur de la península itálica; instruyó al capitán Antonio del Río a continuar con la
exploración de la zona arqueológica; producto de dichas expediciones se elaboró un
detallado informe con ilustraciones de los hallazgos, se dio cuenta al monarca de la
otrora gloria y bonanza que la ciudad tuvo en su periodo de esplendor. Los informes
motivaron el interés en Palenque, para ello se formaron círculos de estudiosos,
principalmente clérigos que se proponían e explicar los misterios de los antiguos
ocupantes del sitio. (Garza, 1992)
Sin embargo de estos primeros hallazgos del siglo XVIII poco se avanzó en los
estudios históricos y arqueológicos, que permitiesen conocer más sobre la civilización
que los había edificado, por el contrario derivado de estos informes se llegó a
conclusiones aventuradas donde se afirmaba que los vestigios probaban la presencia
de civilizaciones del viejo mundo, europeas, asiáticas o africanas, incluso se llegó a
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La Zona Arqueológica de Palenque
conjeturar que provenían de los antiguos cartagineses o de las tribus perdidas de
Israel, no fue sino hasta el siglo XIX que se realizaron los primeros estudios que
gozaron de rigor científico. (Gallenkamp, 1981)
Imagen 02. Ruinas del templo de Tulum grabado de F. Catherwood 1841 Fuente: www.thoughtco.com
El siglo XIX cambió por completo el panorama de la arqueología en el mundo, de
la mano del movimiento enciclopedista del siglo anterior, la creación de las academias
y la popularización del método científico, la praxis arqueológica cobró el rigor científico
que le caracteriza actualmente, es justamente durante este periodo que los
arqueólogos principalmente europeos o estadounidenses centran su interés en la
Civilización Maya, retomando el estudio del capitán Del Río realizado el siglo anterior,
se publicó una traducción en Londres en el año de 1822, ya que el informe había
permanecido extraviado hasta entonces en el archivo de Madrid, sin embargo lo que
realmente llamó la atención de la comunidad internacional fue una serie de
ilustraciones y grabados que acompañaron a la traducción del informe del capitán Del
Río, realizadas por el artista alemán Jean-Frederick Waldeck, aun así las ilustraciones
de Waldeck, mostraban una inmensa libertad creativa, donde recreaba los ropajes de
los sacerdotes mayas al estilo fenicio y las reconstrucciones de los templos al estilo
griego; la importancia de la obra de Waldeck de la mano con el informe del capitán Del
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La Zona Arqueológica de Palenque
Río residió en centrar la atención de la comunidad internacional en los vestigios
arqueológicos de la civilización maya. (Gallenkamp, 1981)
El abogado estadounidense John Lloyd Stephens y el dibujante británico
Frederick Catherwood, inspirados por la obra de Del Río, iniciaron unas serie de
exploraciones en el área de Palenque; como resultado de dichas investigaciones se
publicaron dos libros intitulados: Incidents of travel in Central America, Chiapas and
Yucatan e Incidentes of travel in Yucatan en ambas obras se ofreció una visión mucho
menos especulativa que la que sus predecesores hispanos ofrecieron, por tanto los
aportes de Stephens y Catherwood (imagen 02 y 03) resultaron fundamentales para el
inicio del estudio de la civilización maya y las zonas arqueológicas como la de
Palenque por parte de la comunidad intelectual de occidente. (Ciudad Ruiz, 1990)
Imagen 03. Grabado de F. Catherwood de la zona arqueológica de Palenque, al fondo se aprecia una de las
edificaciones más emblemáticas del sitio; el Templo de las Inscripciones Fuente: www.precolumbia.org
Otro evento importante que fomentó los estudios relativos a la civilización maya
desde el ámbito académico, coincidió con la primer publicación por parte de la
Biblioteca Estatal de Sajonia del Códice Dresde, en 1848 (imagen 04), redescubierto
por Johann Christian Götze, quien adquirió el manuscrito en Viena en el siglo anterior;
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La Zona Arqueológica de Palenque
pero no fue sino hasta 1853 que Charles Étienne Brasseur de Bourbourg identificó el
manuscrito como un texto perteneciente a la civilización maya. Ernst Wilhelm
Förstemann haciendo uso del alfabeto maya traducido por fray Diego de Landa en el
siglo XVI, logró descifrar los numerales y el calendario del códice hacia finales del siglo
XIX (Thompson, 1988), durante estos años se avanzó considerablemente en el
conocimiento de la civilización maya, considerables avances en la epigrafía y la
escritura maya fascinaron a no pocos investigadores de la época; se definió el carácter
direccional de algunos glifos, los numerales y el sistema vigesimal maya, así como el
calendario y otras apreciaciones respecto a la cultura maya que había permanecido
prácticamente encriptada en los siglos anteriores. (Ciudad Ruiz, 1990)
Imagen 04. Códice Dresde: Seis páginas (55-59, 74) del códice B, que representan eclipses (izquierda), tablas de
multiplicación y la inundación (derecha) Fuente: upload.wikimedia.org
La invención del daguerrotipo y la fotografía a finales del siglo XIX cambiaron por
completo los viajes de exploración a la zona arqueológica de Palenque, dado que aun
después de la expedición de Stephens y Catherwood, se seguía considerando a
Palenque como fruto de una civilización desconocida, es decir sin vínculos con la
población indígena local; la tesis de la civilización perdida se sostuvo a lo largo de casi
todo el siglo XIX.
En la última década del siglo XIX comenzaron a realizarse las primeras
investigaciones con estricto rigor científico, que comenzaron a ensamblar el misterioso
rompecabezas que Palenque representaba para la comunidad académica
internacional; a partir de las exploraciones de Alfred Maudslay 1881 y sobre todo la de
William H. Holmes 1895, se realizaron los primeros estudios arquitectónicos serios de
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La Zona Arqueológica de Palenque
las edificaciones, se realizaron planos, medidas, análisis estéticos y largas
descripciones de los hallazgos, (imagen 05) todo se publicó en 1897, en la obra
intitulada Arceological Studies among the Ancient Cities of Mexico. (Garza, 1992)
Imagen 05. Panorámica de Palenque mirando al Sur, según el croquis de William H. Holmes Fuente:
mexicana.cultura.gob.mx
Durante el siglo XX se iniciaron los primeros trabajos arqueológicos en la zona,
auspiciados por las autoridades mexicanas, retomando los trabajos de Holmes la
Dirección de Antropología comisionó al arqueólogo danés Frans Blom, para realizar
una exploración completa de la zona, uno de los hallazgos inmediatos de estos trabajos
fue el descubrir que la ciudad antigua de Palenque era mucho más extensa que lo que
los vestigios descubiertos sugerían, así mismo se descubrieron los primeros vestigios
urbanísticos como canales de desagüe lo que comenzó a echar por tierra la teoría del
siglo anterior de que Palenque solamente había fungido como centro ceremonial, si no
que se trataba de una urbe en toda forma, así mismo en estas primeras décadas del
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La Zona Arqueológica de Palenque
siglo XX se iniciaron los primeros esfuerzos por parte de las autoridades mexicanas
para la conservación del sitio. (Garza, 1992)
Mercedes de la Garza en su obra de sobre Palenque, hace una especial mención
al trabajo del arqueólogo Alberto Ruz Lhuillier citando varias de sus obras escritas, ya
que sus trabajos resultaron de gran importancia; Ruz quien durante buena parte del
siglo XX dirigió las investigaciones en Palenque, iniciando en 1949 cuando el Instituto
Nacional de Antropología e Historia emprendió un ambicioso proyecto de investigación
y conservación en Palenque. Durante los siguientes 10 años las excavaciones
revelaron hallazgos sin precedentes, se descubrieron una gran cantidad de edificios
que se mantenían ocultos, así como una serie de objetos artísticos desde cerámicas,
relieves de estuco y pinturas murales, el Templo de las Inscripciones uno de los
edificios icónicos de la zona arqueológica, recibió especial atención de Ruz, ya que por
ser el de mayor altura; el arqueólogo consideró que podría probar su hipótesis de una
presencia olmeca, anterior a la época maya en la ciudad . El hallazgo más importante
realizado durante los trabajos de Alberto Ruz, fue el descubrimiento de la cámara
funeraria del Templo de las Inscripciones en noviembre de 1952, dicho hallazgo resulto
ser uno de los más asombrosos en la historia de la arqueología en México, el mismo
Ruz dejó el siguiente testimonio al respecto:
Fue naturalmente para mí de indescriptible emoción. Me encontraba en una
cripta espaciosa que parecía tallada en hielo, ya que sus muros estaban recubiertos
de una capa calcárea brillante y numerosas estalactitas pendían de la bóveda… En el
momento de pasar el umbral, tuve la extraña sensación de penetrar en el tiempo, en
un tiempo que se había detenido mil años antes… lo que nuestros ojos eran los
primeros en descubrir era lo mismo que había visto el ultimo sacerdote maya al
retirarse. (Ruz, 1955 como se cita en: Garza, 1992)
Sin duda los trabajos de Ruz contribuyeron de manera decisiva para el
conocimiento de Palenque y la civilización maya en general, Ruz dejó los trabajos en
1959, los trabajos arqueológicos con Ruz transitaron de la especulación a la
interpretación. (Garza, 1992)
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La Zona Arqueológica de Palenque
En los años posteriores los trabajos de investigación en la zona se realizaron de
manera intermitente, fue hasta 1969 que Jorge R. Acosta se hizo cargo de la
conducción de las excavaciones y trabajos de conservación, es durante estos años que
la zona arqueológica comienza a volverse destino frecuente de visitantes,
posteriormente las investigaciones siguieron de la mano del arqueólogo César A.
Sáenz quien inicia un proyecto de restauración en 1979, quien se enfoca en la
conservación de los tableros y la interpretación de su iconografía, es a Sáenz quien en
colaboración con el arquitecto Carlos Chanfón se les debe el crédito por las obras de
restauración que se hicieron en el edificio de El Palacio, solucionando problemas
estructurales y logrando consolidad el inmueble. (Garza, 1992)
A mediados de la década de 1980, bajo la dirección de Roberto García Moll, los
arqueólogos Rosalba Nieto y Fernando López Aguilar realizaron numerosas obras de
conservaciones en el sitio, especialmente trabajaron en un ambicioso proyecto de
control de humedades y aguas pluviales, asimismo como resultado de un trabajo
integral e interdisciplinar se iniciaron acciones preventivas y correctivas para revertir los
factores bióticos de deterioro de los vestigios. Durante las dos últimas décadas del siglo
XX continuaron las investigaciones incrementando los hallazgos y paralelamente se
han implementado proyectos de conservación, al convertirse Palenque en uno de los
sitios arqueológicos más importantes del país (Garza, 1992), para lo cual desde
entonces el Instituto Nacional de Antropología e Historia le ha prestado atención
especial.
Ya en el siglo XXI han continuado los proyectos en la zona arqueológica de
Palenque, por mencionar uno iniciado en el año 2000 al cual se le ha dado continuidad
hasta fechas recientes el Proyecto Integración Política del Señorío de Palenque, que
actualmente se le denomina Proyecto Regional Palenque, se trata de un ambicioso
plan de conservación e investigación no solamente del sitio arqueológico, sino de toda
su hinterland y áreas de influencia, lo que ha permitido dimensionar el papel que la
ciudad jugó en su época de mayor esplendor. (UNAM, 2019)
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La Zona Arqueológica de Palenque
Horizontes de la Civilización Maya
A diferencia de otras grandes civilizaciones mesoamericanas como lo fueron los
Olmecas durante el preclásico, los teotihuacanos en el clásico o los mexicas en el
postclásico, la civilización maya abarcó una región y una temporalidad mucho más
extensa que cualquiera de sus contrapartes en las otras regiones de Mesoamérica, los
mayas abarcaron un área superior a los 300,000 km2 (Imagen 6) desde la zona del
istmo de Tehuantepec, abarcando toda la península de Yucatán y extendiéndose hasta
las actuales republicas centroamericanas de El Salvador y Honduras, en general
estamos hablando de una tercera parte de Mesoamérica. (Bernal, 1982)
Se le ha denominado civilización maya debido a las conexiones culturales que
mostraron los pueblos antiguos de la región, ya que jamás llegaron a formar una
entidad política uniforme, sin embargo sus características etnolingüísticas y culturales
permiten agruparlos dentro de una civilización. Evidentemente lo extenso de la región
permitió la existencia de ciertas distinciones regionales, para ello el área maya ha sido
dividida en tres grandes divisiones geográfico-culturales; la zona sur, comprendida por
el altiplano de Chiapas y Guatemala, incluyendo la vertiente del océano Pacífico; la
zona central comprendida por llanuras y montañas, cuyo centro es la región
guatemalteca del Petén y se extiende hacia las cuencas del Usumacinta, Grijalva y del
Motagua, sus puntos extremos serían hacia el noroeste Palenque y hacia sureste
Copán; y la zona norte completa estas subdivisiones del área maya, conformada por la
gran planicie caliza de la península de Yucatán. (Bernal, 1982, pág. 322)
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La Zona Arqueológica de Palenque
Imagen 06. Localización de la civilización maya dentro de la región cultural de Mesoamérica
Temporalmente las civilizaciones mesoamericanas han sido divididas en tres
grandes periodos, que más que periodos cronológicos el arqueólogo Demetrio Sodi M.
los define como horizontes culturales, el primero de estos horizontes o periodos es el
denominado preclásico, el cual es inmediatamente posterior a la prehistoria, el
preclásico se extiende desde el año 2000 a.C hasta los primeros años d.C, en el caso
de la civilización maya se le conoce como periodo preclásico o formativo; el segundo
periodo se denomina clásico el cual abarca desde los primeros años de la era cristiana
hasta los años 800 o 900; para finalizar el periodo posclásico abarca desde el siglo X
hasta el siglo XVI concretamente al año de 1521 que marca el inicio de la era
hispánica. Esta periodicidad ha sido definida con base a la evolución de las
civilizaciones mesoamericanas, abarcando periodos de auge y decadencia de las
mismas como hitos. (Sodi M, 1980)
Es del más que conocido el hecho de que la primer civilización mesoamericana en
alcanzar un periodo de auge fue la civilización olmeca, en el área norte del istmo de
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La Zona Arqueológica de Palenque
Tehuantepec, durante el periodo clásico dos siglos antes de nuestra era, por lo cual se
le ha denominado la civilización madre, por lo cual las influencias olmecas en la
civilización maya del periodo formativo son evidentes.
En lo que respecta al poblamiento del área maya hay evidencias de que desde los
años 3000 y 2000 a.C, se iniciaron los asentamientos agrícolas en las tierras altas de lo
que actualmente es Chiapas y Guatemala, lo que se puede considerar como el primer
antecedente de la civilización, también conocidos como los proto-mayas ; aunque la
información es confusa y limitada al respecto, las conjeturas arqueológicas establecen
que alrededor del año 2500 a.C debió establecerse una de las primeras comunidades
proto-mayas con una población que oscilaba los 5,000 habitantes y se encontraba al
noreste de la actual Guatemala. (Sodi M, 1980)
En lo que respecta la zona donde se ubica Palenque se tienen evidencias de que
ha estado habitado desde el periodo formativo, durante preclásico prácticamente desde
el descubrimiento de la agricultura en Mesoamérica, para los mayas las técnicas
agrícolas enfrentaron retos específicos, especialmente en las tierras bajas de la región
maya; zonas dominadas por la selva tropical lluviosa, los primeros mayas tuvieron ante
sí el reto de enfrentar la abundante vegetación para abrir tierras al cultivo, ya que la
agricultura fue la actividad fundamental que permitió la subsistencia de grandes
poblaciones en esta región de Mesoamérica. (Rosado Ojeda, 1945)
En un principio la arquitectura de los complejos habitados del periodo formativo
maya era rudimentaria, básicamente se trataba de viviendas construidas a base de
madera y arquitectura de tierra, así como centros ceremoniales que consistían en
plataformas de tipo piramidal; gradualmente los sistemas constructivos se fueron
haciendo más complejos, implementando la mampostería y relieves escultóricos, así
como escalinatas en los centros ceremoniales y aparecieron las primeras nociones de
ordenamiento urbano con la incorporación de plazas en torno a los centros
ceremoniales. Del mismo modo del periodo formativo preclásico se han localizado
ornamentos pétreos, figurillas de barro y cerámica; de estos hallazgos en cerámica se
han identificado ciertos horizontes culturales dentro del periodo, el más antiguo basado
en una producción alfarera originaria de la zona de Belice hacia el año 2500 a.C; en la
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La Zona Arqueológica de Palenque
vertiente del Pacifico de Guatemala se ubica la fase Ocós alrededor del año 1500 a.C;
y hacia el año 900 a.C se identifica el florecimiento de la cultura Xe, en el sitio de
Ceibal en Guatemala. (Gallenkamp, 1981)
Uno de los sitios que floreció con mayor fuerza en el periodo formativo del
preclásico fue Kaminaljuyú, ubicado en las tierras altas de Guatemala, Kaminaljuyú
tuvo distintos periodos de influencia, desde sus orígenes en el año alrededor del año
1200 a.C extendiéndose hasta el periodo clásico, alrededor del año 400 d.C, los
hallazgos de Kaminaljuyú han resultado decisivos para probar la influencia olmeca que
tuvieron los primeros mayas, y posteriormente la fuerte influencia que recibieron de los
teotihuacanos en el periodo clásico. (Gallenkamp, 1981)
En lo que respecta a Palenque el primer asentamiento el cual fue un sitio de
escasa importancia se asentó probablemente alrededor del año 100 a.C a finales del
periodo formativo del preclásico, siendo una modesta aldea eminentemente agrícola,
ya que se veía favorecida por las fértiles llanuras aledañas.
La civilización maya alcanzó un gran auge durante el periodo clásico, florecieron
grandes centros urbanos especialmente en la zona sur del área maya, sitios como
Tikal, Calakmul, Piedras Negras y Bonampak alcanzaron su máximo esplendor durante
el clásico; es justamente en los albores del clásico maya que surge uno de los aportes
más grandes de esta civilización, el celebre calendario vigesimal de cuenta larga,
basado en múltiplos de 20, compuesto por ciclos como el Uinal que se componía de 20
días, el Tún formado por 18 Uinales, el Katún compuesto de 20 Tunes y los 20 katunes
conformaban un Baktún (imagen 07), el calendario de cuenta larga si bien fue
perfeccionado por los mayas, no fue totalmente merito de la cultura maya, ya que se
tiene registro de calendarizaciones similares en toda Mesoamérica, siglos antes la
cultura zapoteca utilizaba una calendarización bastante precisa. (Gallenkamp, 1981)
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La Zona Arqueológica de Palenque
Imagen 07. Glifos que representan los ciclos del calendario de cuenta larga. Fuente:
https://findelmundomaya.wordpress.
Palenque por su parte también comenzó a florecer dentro del periodo clásico
alrededor de los años 400, se registra el reinado de K'uk' B'alam, quien es considerado
por los arqueólogos como el fundador del señorío al que perteneció Palenque,
denominado el señorío de B'aakal, sin embargo durante estos años Palenque no tuvo
gran importancia, ya que la ciudad se vio constantemente eclipsada por el poder de sus
vecinos asentados en Calakmul, los conflictos militares fueron constantes y costosos
para Palenque, que fue saqueada por Calakmul hacia finales del siglo VI; el sitio entro
en tal decadencia, debido a los ataques externos y las luchas intestinas y dinásticas, al
punto de que el señorío de B'aakal quedó fracturado entre Tortuguero y Palenque,
siendo estos años desastrosos para la ciudad. (Florescano, 2009)
Es hasta dentro del periodo clásico que comienza el esplendor y auge de
Palenque, fue fundamental el reinado de K’inich Janahb’ Pakal mejor conocido como
Pakal, que reinó entre 615-683, durante estos años el señorío de Palenque se erigió
como la unidad política dominante en las Tierras Bajas Noroccidentales Mayas. (Bernal
Romero, 2012)
El reinado de Pakal había logrado cambios esenciales en el escenario político y
social palencano. Esos 30 años de paz estimularon el crecimiento poblacional,
impulsaron las actividades productivas, cohesionaron los vínculos de autoridad
política y, en el renglón ideológico, consolidaron la confianza de la población común
en su dinastía gobernante, particularmente a través de la reactivación de las grandes
ceremonias públicas. (Bernal Romero, 2012, pág. 9)
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La Zona Arqueológica de Palenque
El esplendor de Palenque se extendió hasta el siglo VIII, cuando entro una vez
más en una fase decadente al verse asediado por Toniná, la dinastía Pakal continuaba
en el poder, sin embargo se encontraba lejos de su gloria anterior, durante el siglo IX el
señorío de B'aakal continuaba existiendo pero ya de una forma muy disminuida, la
emigración de sus habitantes lo despobló por completo ya para el siglo XVI. (Stierlin,
2004)
Los colapsos de las ciudades mayas del clásico, provocados por hambrunas y
conflictos bélicos, fueron el hito histórico que sirve de transición al posclásico, a partir
del siglo IX los centros de poder de la civilización maya se trasladaron al área norte,
concretamente a la península de Yucatán, durante este periodo que se extendió hasta
la llegada de los españoles florecieron importantes centros como, Chichen Itzá, Uxmal,
Mayapán, Tulúm, Cobá y Edzná, todos localizados en la península de Yucatán, sin
embargo de igual forma para el siglo XV estos nuevos centros de poder también habían
entrado en franca decadencia, Myapán por ejemplo se encontraba abandonada para
mediados del siglo XV, (Sodi M, 1980) por lo que para cuando se produjo el contacto
de los mayas con los españoles poco quedaba de aquellos otrora poderosos centros
urbanos.
Imagen 08. Sitio Arqueológico de Mayapán
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La Zona Arqueológica de Palenque
La Ciudad
En un principio se creyó que Palenque había fungido en su periodo de mayor
auge únicamente como un centro ceremonial, (Garza, 1992) no fue sino hasta que las
exploraciones avanzaron, que se fue descubriendo la verdadera magnitud del sitio,
entonces se echó por tierra la hipótesis del centro ceremonial en pro de una compleja
urbe habitada, con complejos sistemas hidráulicos, zonas habitacionales, centros
religiosos y complejos palaciegos. (Liendo Stuardo, 2001)
Guillermo Bernal Romero se refiere a Palenque como la más fascinante de las
grandes ciudades clásicas que los mayas edificaron en Chiapas. Bernal Romero
destaca en primer lugar las características orográficas donde se encontró asentada la
ciudad, en las faldas de la serranía y atravesada por el río Otolum, que a su vez sirvió
como una de las principales fuentes de abastecimiento de agua. Es importante
contextualizar la relevancia que el afluente del Otolum tuvo para el desarrollo de la
ciudad ya que cuando se comenzó a edificar la ciudad a gran escala; sus habitantes
canalizaron el curso del río mediante un acueducto subterráneo para que las crecidas
no llegaran a causar daños. (Bernal Romero, 2012)
Al encontrarse el asentamiento de Palenque ubicado en una de las regiones con
mayor índice de precipitación pluvial, su fisionomía muestra unas características
particulares, respecto a otros centros urbanos mayas, ubicado sobre las faldas de la
serranía chiapanecas y edificada sobre una serie de terrazas naturales, era una
ubicación conveniente que evitaba catástrofes producidas por las excesivas
precipitaciones de la zona, la topografía fue un factor determinante para la traza
urbana, ya que expansión del centro urbano no se dio de manera radial como suele
presentarse en la mayoría de los asentamientos, el relieve irregular influyó en un patrón
de crecimiento oriente-poniente. (Liendo Stuardo, 2001)
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La Zona Arqueológica de Palenque
Imagen 09. Anillos de crecimiento lineal del centro urbano de Palenque. Fuente: https://www.asociaciontikal.com
Como es posible apreciar en la imagen anterior (imagen 09) la ciudad atravesó
distintas etapas constructivas; siendo la parte poniente donde se edificaron los
primeros asentamientos del preclásico formativo en lo que sería el primer anillo de
crecimiento; el segundo anillo de crecimiento se ubica en la parte central de la ciudad,
donde se ubican los edificios más emblemáticos de Palenque, correspondiendo
temporalmente con el periodo clásico y el auge de la ciudad; al centro se ubica El
Palacio (I) y frente a él una plaza central flanqueada por otro de los edificios icónicos, el
Templo de las Inscripciones (II) Dicha área central se cubrió con una serie de edificios
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La Zona Arqueológica de Palenque
con distintas funciones: rituales, administrativas, de control político etc. Incluso hacia el
norte del palacio se ubica el juego de pelota (IX) (Imagen 10); por lo cual podemos
identificar un paralelismo con los foros romanos y con el urbanismo renacentista
practicado posteriormente por los colonizadores españoles, al trazar la ciudad en torno
a un centro neurálgico, donde se ubicaban las sedes del poder político y religioso.
Imagen 10. Detalle de la Imagen 08 del segundo anillo de crecimiento y la plaza central de Palenque.
Colindando con el perímetro central se encuentran, al este, el complejo del
Templo de la Cruz, y al norte, el grupo del Templo del Conde, que completan el centro
ceremonial, además en los linderos se encontraba un conjunto de chozas
habitacionales que se extendía a lo largo de unos seis kilómetros, la zona de
construcciones de fábrica cubre 2.000 metros de este a oeste por 1.000 metros de
norte a sur. (Stierlin, 2004)
En su última etapa, Palenque llegó a ocupar una superficie de 200 ha.
Aproximadamente 1500 estructuras han sido identificadas en los últimos trabajos de
registro del sitio. Un razonable cálculo del número de individuos residentes es de
aproximadamente entre 6000 y 8000 personas para el mo-mento de mayor expansión
de la ciudad (periodos Otolúm-Murciélagos 650-750 y Balunté 750-850). Durante el
mismo periodo, la densidad demográfica dentro de los límites de la ciudad parece haber
sido considerable 2000-2666habitantes/km2, una cifra comparable a la de la zona
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La Zona Arqueológica de Palenque
nuclear de sitios como Copán, con 3000 habitantes/km2. (Liendo Stuardo, 2001, pág.
220)
Imagen 11. Vista de Palenque se aprecia uno de los acueductos y al fondo el Palacio.
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La Zona Arqueológica de Palenque
La Arquitectura Palencana
Imagen 12. Vista aérea de la plaza principal, El Palacio y el Templo de las Inscripciones. Fuente: México
Desconocido.
De la arquitectura maya como de toda Mesoamérica podemos identificar
tipologías arquitectónicas comunes, como lo son los basamentos piramidales que se
ubicaban en los centros ceremoniales, una de las características principales de la
arquitectura maya fue el uso del falso arco o falsa bóveda, que también se llegó a
conocer como arco maya (Imagen 13).
Además de los basamentos piramidales y los palacios, uno de los elementos
arquitectónicos característicos de los centros urbanos de Mesoamérica es el juego de
pelota, una representación ritual ligada al calendario y a los ciclos astrales; el juego de
pelota era practicado por prácticamente todos los pueblos de Mesoamérica, desde la
civilización Olmeca hasta los mexicas. Arquitectónicamente, el juego de pelota se
presenta como un espacio abierto, limitado lateralmente por dos terraplenes paralelos,
más o menos inclinados, y por unos muros que rodean la zona de enfrentamiento.
(Stierlin, 2004)
23
La Zona Arqueológica de Palenque
Imagen 13. Ejemplo de arco maya o falsa bóveda en uno de los corredores de El Palacio en Palenque. Fuente:
Pinterest
Entre las otras tipologías arquitectónicas que formaron parte de los centros
urbanos mayas encontramos los observatorios, baños de vapor, aras para los
sacrificios, etc. Así como estelas ubicadas principalmente en las plazas. De igual forma
a pesar de carecer de animales de tiro, los mayas idearon una serie de calzadas
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La Zona Arqueológica de Palenque
elevadas sacbeob (plural de sacbé) o “carreteras blancas”, que podían llegar a medir
varias decenas de kilómetros de largo y parecen haber sido dedicadas tanto a
manifestaciones religiosas como al despliegue del ceremonial. (Stierlin, 2004)
Imagen 14. Detalle del templo del sol, santuario típico del estilo de Palenque, que data del 690, se caracteriza por su
cubierta rematada por una crestería. Las vertientes inclinadas de la cubierta de mansarda estaban revestidas con
relieves de estuco. Fuente: https://www.almendron.com/arte/arquitectura/mayas/may_04/may_046/sol.htm
Uno de los atributos más apreciables de la arquitectura palencana es su armonía
y adaptación el entorno natural, en Palenque los antiguos constructores, en vez de
edificar los clásicos basamentos piramidales, aprovecharon la topografía de la zona al
construir sobre elevaciones naturales. Otro de los aspectos que llama la atención fue el
magnífico aprovechamiento que los palencanos hicieron de los espacios exteriores.
(Garza, 1992)
La arquitectura de Palenque es muy específica, y se caracteriza en particular por
la forma de las cubiertas de hormigón (imagen 13), que recuerdan a los tejados de
mansarda. Asimismo, la ornamentación de estos edificios, con la presencia de
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La Zona Arqueológica de Palenque
elementos de estuco en altorrelieve o incluso exentos, seguramente confería a las
construcciones de culto y de ceremonial un aspecto fastuoso, realzado aún más por
una brillante policromía. (Stierlin, 2004)
La arquitectura palencana se distingue por su uniformidad en la mayoría de los
edificios se pueden identificar tableros de piedra caliza, especialmente al interior de los
templos. Estos formados por galerías cubiertas con bóvedas, la ornamentación de igual
forma como ya se ha mencionado compuesta principalmente de relieves en estuco, los
dinteles de madera y las techumbres de cornisa salediza son características únicas de
la arquitectura palencana, con clara influencia de la zona de Comalcalco en Tabasco.
(Nieto Calleja, 1993)
Ni la madera ni la piedra faltan nunca en las zonas ocupadas por los mayas. La
gran selva pluvial proporciona la caoba y el zapote, empleadas para fabricar los
dinteles de las puertas y las esculturas que revisten el interior de los templos
construidos en lo alto de las pirámides. Respecto a la piedra, las estructuras
cársticas de Yucatán ofrecen una hermosa caliza, blanca, rosa o gris, muy apropiada
para el trabajo de tallado y escultura. En las regiones que tienen relieve montañoso y
volcánico, se recurre a la traquita, al basalto o a la toba para levantar muros con un
aparejo uniforme. (Stierlin, 2004)
Respecto a la mampostería propiamente dicha, el problema era más complejo: al
principio, los canteros mayas hacían muros de piedra tallada y con verdaderas bóvedas
abocinadas de piedra. Posteriormente, cuando empezó a imponerse el hormigón, las
cubiertas se concibieron como estructuras «monolíticas» hechas vertiendo el hormigón
sobre unos paramentos de bloques bien tallados que formaban un encofrado fijo. En
efecto, la genialidad de los mayas consistió en concebir un sistema gracias al cual los
bloques de revestimiento, cuidadosamente aparejados en seco, podían contener
hormigón líquido mezclado con piedras: por tanto, no era necesario ningún encofrado
de madera. Vertido en tongadas sucesivas, a medida que se levantaba el muro, se iba
endureciendo, constituyendo una especie de estratos superpuestos. (Stierlin, 2004)
26
La Zona Arqueológica de Palenque
Los Templos
Las edificaciones en palenque han sido fuente de fascinación por sus
particularidades arquitectónicas, al punto de que podemos denominarlo como estilo
palencano dentro de la arquitectura maya, uno de sus principios más ingeniosos es el
que en la crestería y núcleo central de las edificaciones forman un todo indisoluble al
eliminar el peso muerto de la construcción, esta sensación de ligereza arquitectónica es
apreciable en algunos de los templos palencanos como es el caso del de la Cruz
(imagen 15) y del Sol (imagen 14) (Gendrop, 1977)
Imagen 15. Templo de la Cruz, se aprecia la edificación sobre el basamento piramidal, con las características
propias de la arquitectura palencana, además el acceso enmarcado en un falso arco maya, se puede apreciar
levemente la composición del basamento tablero-talud de influencia Teotihuacana.
Una mención especial merece dentro de la arquitectura palencana el Templo de
las Inscripciones, que junto con el Palacio constituyen las dos edificaciones más
icónicas del sitio, el templo de las inscripciones se ubica en el área central de la ciudad,
a un costado del Palacio, su escalinata que desciende del basamento desemboca en la
plaza mayor, los palencanos adaptaron armoniosamente sus construcciones al entorno,
por lo cual el basamento del Templo de las inscripciones se encuentra prácticamente
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La Zona Arqueológica de Palenque
adosado a la colina contigua, aprovechando el relieve para elevar el basamento como
puede apreciarse en la siguiente imagen: (imagen 16)
Imagen 16: Corte lateral del templo de las inscripciones, se aprecia cómo se adapta al relieve y se adosa a la colina,
así mismo se muestra la composición del acceso y la cámara funeraria de Pakal.
El templo de las inscripciones si bien formaba parte del centro ceremonial de la
ciudad, además fue concebido con una finalidad política, a semejanza de las grandes
obras del antiguo Egipto, que pretendían perpetuar la memoria del gobernante en
turno, siendo en este caso el templo una de las obras más importantes edificadas
durante el reinado de Pakal en Palenque.
Pakal concibió al Templo con un doble propósito, por un lado era una glorificación
a su reinado, una especie de apoteosis que lo elevaba al culto divino, a su vez también
fue pensado para rendir homenaje al linaje B’aakal. En concordancia con este
propósito, los pasajes iniciales de los tableros relatan las entronizaciones y
celebraciones de final de k’atun de siete antecesores de Pakal. Aunque los tableros del
Templo de las Inscripciones contienen la narrativa más extensa del periodo Clásico, lo
cierto es que también abarcan un periodo temporal muy dilatado: 183 años. No todos
los reinados son descritos con la misma amplitud y minuciosidad. Los pasajes
dedicados a los antecesores de Pakal ciertamente son muy breves y, en conjunto,
realmente operan como una introducción histórica al reinado de dicho gobernante.
(Bernal Romero, 2012)
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La Zona Arqueológica de Palenque
Imagen 17. Vista del Templo de las Inscripciones.
Después de una larga crisis que puso en riesgo la existencia del señorío, la
dinastía y la colectividad de Palenque se impusieron la tarea de reconstruir la zona
central de la ciudad y sobre todo, erigir el edificio arquitectónicamente más sofisticado
de todo el periodo Clásico Maya: el Templo de las Inscripciones. El ingenioso sistema
constructivo empleado en este edificio y sus dimensiones monumentales no solamente
expresan la audacia de los arquitectos de la corte y el sacrificio de la población común.
En su aspecto esencial, revela la convicción de todo el señorío por erigir una obra que
reflejase el arribo a una nueva época, así como la firme creencia sobre la permanencia
del líder que, sepultado en las entrañas de la construcción, mantendría el vínculo con
sus descendientes vivos, convirtiéndose en un guía para el porvenir. (Bernal Romero,
2012, pág. 11)
El legado de Pakal fue tal que su memoria se convirtió en una especie de culto
divino en honor a se edificaron una serie de templos, en lo que es el tercer anillo de
expansión de Palenque (ver Imagen 09), como algunos que ya hemos mencionado
como el templo del Sol y de la Cruz (Imagen 18).
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La Zona Arqueológica de Palenque
Imagen 18. Diagrama de localización del templo de la Cruz y del Sol.
Imagen 19. Vista del Templo del Sol (izq.) y del templo XIV (der.)
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La Zona Arqueológica de Palenque
El Palacio
El Palacio que ocupa el solar principal de la ciudad de palenque, que enmarca el
trazado de la plaza principal que en su periodo de auge fungió como centro neurálgico
de la urbe, se trata de una magnifica construcción que se posa sobre un gran terraplén,
podríamos también definirlo como un basamento piramidal de grandes dimensiones,
más que un edificio singular, se trata de un complejo palaciego compuesto por diversas
estructuras y que fue edificado a través de varios siglos ya que presenta distintas
etapas constructivas. Una de las características más emblemáticas de este complejo
palaciego es la torre, llamada el observatorio, única en su género del clásico maya.
Imagen 20. Vista panorámica del Palacio. Fuente: INAH
La composición arquitectónica del Palacio es compleja, las edificaciones se
disponen entorno a cuatro patios, que presentan distintas dimensiones y localizaciones;
su esquema compositivo se vuelve complejo si primero entendemos que no fue
edificado en una sola etapa, si no que varias de sus estancias y edificaciones que
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La Zona Arqueológica de Palenque
integran el complejo datan de distintas épocas, las etapas constructivas más antiguas
se encuentran ahogadas por el basamento, justo debajo de las edificaciones visibles
(Gendrop, 1977).
Imagen 21. Corte lateral donde se aprecian los niveles de relleno del basamento que a su vez coincidieron con las
etapas constructivas previas.
La parte visible del
complejo data de la época
de Pakal quien inició la
edificación del complejo,
justo sobre los restos del
antiguo palacio que fue
totalmente sobre el nuevo
basamento se edificaron
las casas E, C, A y B
(imagen 20) que tuvieron distintos usos desde ceremoniales, administrativos y
habitacionales. Por el lado sur se ubican tres galerías conocidas como los
subterráneos, que fungieron como un vasto complejo habitacional para el monarca
Pakal. (Bernal Romero, 2012)
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La Zona Arqueológica de Palenque
Imagen 20. Planta del complejo palaciego.
El área de Los Subterráneos fue inaugurada entre el 9 y el 11 de junio del 654.
Poco después, el 1° de noviembre del mismo año, fue consagrada la Casa E. Para
conmemorarlo, Pakal mandó labrar los Tableritos de Los Subterráneos, así como el
Trono de los Subterráneos y su respaldo, la Lápida Oval, que son los primeros
monumentos esculpidos de su égida. Este sitial fue colocado en la galería oeste de la
Casa E, recinto que se convirtió en escenario de las entronizaciones de sus herederos.
El edificio estuvo relacionado con el Monstruo Cósmico, poderosa entidad celeste que
encarnaba el movimiento de la Vía Láctea y que ejercía una especie de patronazgo
sobre los sagrados gobernantes de B’aakal. (Bernal Romero, 2012, pág. 8)
Las características de los edificios del complejo del Palacio se distingue
generalmente la famosa doble crujía tan característica de la arquitectura palencana; de
igual manera los edificios cuentan con sus pórticos en ambos lados y las cresterías;
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La Zona Arqueológica de Palenque
respecto a la decoración que por ser en su mayoría relieves de estuco muchos no se
han conservado, pero si se conservan algunas evidencias de la profusa decoración que
consistió en estos relieves y pintura mural.1 (Garza, 1992)
Imagen 21. Algunos de los relieves conservados en uno de los patios interiores del Palacio.
La estructura más sobresaliente del Palacio es sin duda el observatorio una alta y
masiva torre de varios niveles, que se considera única en su género, cuya función
probablemente para observación astronómica, se trata de una edificación de planta
cuadrada, (imagen 22) en torno a una columna central se dispone con una escalera de
caracol a su interior, la cual permite el tránsito entre los tres niveles, con una especie
de estrato intermedio entre ellos, en cada nivel un corredor rodea la columna, en su
1
Los logros de Pakal como estadista y jefe militar dieron el sustento real y terrenal de su imagen divinizada.
Después de las desastrosas crisis y humillantes invasiones de finales del siglo VI y principios del VII (circa 599- circa
614), la restauración y magnificación del señorío palencano fue percibida como una gesta que no podía estar
exenta del favor de las deidades y de la presencia de un líder que poseía, así mismo, cualidades y potencialidades
extraordinarias. El ambicioso programa literario e iconográfico que Pakal desplegó en las fachadas este y oeste de
la Casa C fomentó esta imagen heroica y victoriosa de su reinado. El texto de la Escalera Jeroglífica de este edificio
fue el eje de este mensaje, ya que en él dejó atestiguado su nacimiento y entronización, pero sobre todo el
comienzo de las crisis, marcado por el ataque promovido por Kan en el año 599, y la guerra que, como enconada
revancha, encabezó en 659 contra los señoríos de Pomoná, Santa Elena y otras unidades políticas de los ríos
Usumacinta y San Pedro Mártir. (Bernal Romero, 2012, pág. 9)
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La Zona Arqueológica de Palenque
concepción original la torre estuvo recubierta de estuco con relieves geométricos y
colores principalmente rojos pintados al fresco. (Garza, 1992)
Imagen 22. Cortes laterales y plantas del observatorio.
Imagen 23. El Observatorio
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La Zona Arqueológica de Palenque
El complejo del Palacio es la edificación más emblemática del sitio de Palenque,
principalmente por lo único de su composición, sus dimensiones, sus vestigios
artísticos y su historia misma, rompe con muchos esquemas de los centros
ceremoniales mesoamericanos, su uso no ha sido del todo esclarecido, sin embargo lo
que sí ha sido comprobado es que fue habitado, probablemente tuvo usos mixtos como
residencia palaciega de los gobernantes y sacerdotes, usos ceremoniales y
administrativos, además el Palacio es la representación más viva del auge que alcanzo
el señorío durante el reinado de Pakal.
Imagen 24. Detalle del Palacio.
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La Zona Arqueológica de Palenque
Conclusión
Las primeras impresiones que el análisis multidisciplinar de lo que significa y ha
significado la ciudad de Palenque a lo largo del tiempo, nos permite desmitificar
algunas cuestiones, en primer lugar las etapas constructivas del clásico tardío
obedecieron más a motivos políticos que religiosos, sobre todo resulta de central
atención la figura histórica de K’inich Janahb’ Pakal como gobernante y señor de
Palenque, llevó al señorío a un periodo de auge sin precedentes, a su vez el
comprender la figura de Pakal nos permite tener una mirada de las relaciones políticas
entre los señoríos mayas, cuyos constantes conflictos militares moldearon parte la
escena del horizonte cultural del clásico.
Por consecuencia el asentamiento de Palenque obedece a ciertas circunstancias
históricas, en un primer momento su ubicación esta determinada por el relieve, ya que
las condiciones climáticas de la región requerían una posición elevada en áreas menos
propensas a inundaciones, a su vez con acceso constante a afluentes de agua como el
río Otulum, pero cercano a las fértiles llanuras de las tierras bajas que formaron parte
de la hinterland de Palenque
Por otro lado el lenguaje arquitectónico y artístico de Palenque, no enseña dos
lecciones, la cosmovisión del mundo maya del clásico y la relevancia de la figura
política del gobernante, durante su reinado se edificaron las construcciones mas
icónicas del sitio como el Palacio y el Templo de las Inscripciones, siendo este segundo
su mausoleo al contener aquella fabulosa cámara funeraria.
En conclusión el enfoque multidisciplinar, nos ayuda a comprender en su totalidad
la polisemia de estos vestigios arqueológicos, ya que han representado distintos
significados para sus descubridores y constructores, por lo cual es necesario reunir
todas las versiones para poder tener un panorama integral de este periodo de la
historia de la humanidad.
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La Zona Arqueológica de Palenque
Apéndice documental
Apéndice A. Máscara mortuoria de K'inich Janaab' Pakal elaborada con 340 teselas de
jadeíta, albita y cosmocolor de varias tonalidades.
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La Zona Arqueológica de Palenque
Apéndice B. Representación iconográfica del tablero ovalado de la Casa “C” del
Palacio de Palenque que muestra la entronización de K'inich Janaab' Pakal. Su madre,
Sak K'uk', le entrega una diadema conformada por discos de jade, un sak hu'unal y
plumas flamígeras.
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La Zona Arqueológica de Palenque
Apéndice C. Representación iconográfica de la vista superior de la lápida del
sarcófago de K'inich Janaab' Pakal.
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La Zona Arqueológica de Palenque
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