Steiniana 2019 PDF
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Nº ISSN 0719-8728
Steiniana- Revista de estudios interdisciplinarios Vol. II /nº2 / 2018.
Publicación semestral del Centro UC – Estudios interdisciplinarios en Edith Stein.
Facultad de Teología. Av. Vicuña Mackenna 4860, Campus San Joaquín.
CP 7820436, Macul, Santiago, CHILE.
Director Steiniana
Juan Francisco Pinilla
Editor Steiniana
Rodrigo Álvarez-Gutiérrez
Comité científico
Angela Ales Bello
Mariano Crespo
Walter Redmond
Clemens Franken
Las opiniones vertidas en este número son de exclusiva responsabilidad de sus autores.
Diseño y diagramación
Raquel Yamal
Diseño portada
Edith Ortiz
Contacto: [email protected]
Facultad de Teología PUC
Tel: (56) (2) 2354 1634
4
INDICE
Editorial 7
Juan Francisco Pinilla A.
ARTÍCULOS
5
VARIA
Recensión
El Espíritu Santo y el sentimiento. Nexo misterioso entre espíritu y cuerpo en Edith Stein, 146
Anneliese Meis Wörmer, Studia Theologica Matritensia, Universidad Eclesiástica San
Dámaso, Madrid, 2017.
Cristián Núñez
Recensión
Lived experience from the inside out: Social and political philosophy in Edith Stein, 151
Antonio Calcagno, Duquesne University Press, Pittsburgh, 2014.
Rodrigo Álvarez-Gutiérrez
Recensión
Edith Stein–Lexikon. Herausgegeben von Marcus Knaup und Harald Seubert unter
Mitarbeit von Hanna-Barbara Gerl-Falkovitz, Martin Hähnel und René Raschke, 154
Freiburg-Basel-Wien 2017, Herder 431 ss.
Anneliese Meis W
6
Editorial
En esta óptica, este número abarcará temas tan disímiles como la experiencia
mística, el sentimiento o la psicología. Destaca el pensamiento de la
catedrática María Teresa Russo, la cual expone la experiencia mística desde
la fenomenología; a la luz de Edith Stein y del Castillo interior de Teresa
de Ávila. Por su parte la profesora M. Esther Gómez desarrolla el tema
del conocimiento del alma según santo Tomás de Aquino en paralelo con
Edith Stein. El académico Mariano Crespo profundiza en el sentimiento de
valor de acuerdo al pensamiento de Edith Stein. Finalmente, la profesora
Miriam Ramos aborda la distinción entre lo psíquico y lo espiritual como
clave de una psicología abierta a Dios en Edith Stein y en Viktor Frankl. La
teología tampoco está ajena a este número. La destacada profesora senior
Anneliese Meis W aborda el tema de la ipseidad de Virgen María según
Edith Stein en Ser finito y Ser eterno VIII. La empatía seguirá siendo un tema
7
relevante en el pensamiento de la fenomenóloga alemana. Es así como, los
académicos Carlos Eduardo de Carvalho Vargas y Moisés Rocha Farias
presentan um artículo titulado: análise fenomenológica da empatia na perspectiva
do desenvolvimento de uma filosofia da pessoa humana.
8
Sobre el Sentimiento
de Valor en Edith Stein
Mariano Crespo Sesmero
UNIVERSIDAD de NAVARRA
INSTITUTO CULTURA y SOCIEDAD
[email protected]
http://dx.doi.org/10.7764/Steiniana.2.2018.6
Abstract: There is a certain tradition in the history of western philosophy which consider that
the sphere of emotions does not belong to the objet of philosophical research. The only fields
of philosophical analysis would be theoretical knowledge and the will. Edith Stein belongs to
a generation of philosophers who tried to recover emotions for philosophy, pointing out their
axiological relevance. Actually we grasp values through emotional acts.This paper has two
parts. The first - and more extensive one - tries to frame emotional acts within the three kinds
of emotional acts wich Stein distinguishes. The second part deals with the problem of the
construction of personal identity through emotional acts, especially through those emotional
acts which grasp values.
1 PALACIOS, J.M., “El conocimiento de los valores en la ética fenomenológica”, en Bondad Moral e inteligencia
ética. Nueve ensayos de la ética de los valores. Ediciones Encuentro, Madrid 2008, p. 51.
2 HILDEBRAND, D.V., The Heart. An Analysis of Human and Divine Affectivity. St. Augustine Press, South Bend
2007 (El corazón. Un análisis der la afectividad humana y divina. Trad. de J.M. Burgos, Ediciones Palabra, Madrid
1997, 31), p. 34.
10
afectiva como el amor a determinadas sensaciones corporales agradables.
Por último – y también muy relacionado con los factores anteriores – la
consideración, por parte de Kant, de que el mundo de la afectividad es el
mundo de la facticidad, de la contingencia, y, por consiguiente, carente de
toda legalidad a priori, ha contribuido de forma decisiva al descrédito del
mundo de los sentimientos 3. No puedo entrar aquí en el análisis detallado
de cada uno de estos factores.
Por su parte, Edith Stein pertenece a una generación de pensadores
que intentan recuperar al mundo de los sentimientos del descrédito en
el que había caído señalando incluso la relevancia axiológica que estos
presentan. Dicha recuperación tiene como punto de origen la filosofía de
Franz Brentano, especialmente, su distinción entre tres tipos de fenómenos
psíquicos: las representaciones, los juicios y los fenómenos de interés,
emociones, o fenómenos de amor y odio 4. Brentano sostiene que lo que
el hombre tiene por bueno o malo – o, lo que es lo mismo, por valioso o
disvalioso - no se revela originariamente en representaciones o juicios, sino
en este tercer tipo de fenómenos psíquicos. Como ha resumido Juan Miguel
Palacios refiriéndose a la obra de Brentano Sobre el origen del conocimiento
moral 5, este autor considera que “el criterio de lo bueno y de lo preferible
se encuentra en una cierta calidad del amor y del preferir mismo, que
comparece claramente a la conciencia: es bueno lo que se ama con amor
correcto (richtig) y es preferible lo que se prefiere con correcta preferencia” 6.
A partir de aquí – y como también ha señalado Palacios - han sido dos los
modos en el que, al interior de la ética de inspiración fenomenológica, se
ha concebido la aprehensión de los valores: por un lado, aquellos que como
Edmund Husserl y Max Scheler consideraron que la aprehensión del valor es
un acto emocional y, por otro, Dietrich von Hildebrand y Hans Reiner, entre
otros, los cuales pensaban que dicha aprehensión era un acto de conocimiento.
3 Cf. CRESPO, M., “Toward an A Priori Gefühlsmoral. Husserl’s Critique of Hume’s Theory of Moral Sentiments”,
en R. Walton et al. (eds.), Perception, Affectivity, and Volition in Husserl’s Phenomenolog y, Phaenomenologica 222,
Springer, Cham 2017, pp. 97-111.
4 Cf. PALACIOS, J.M., art. cit., pp. 45-67.
5 Cf. BRENTANO, F., Vom Ursprung sittlicher Erkenntnis, Duncker und Humblot, Leipzig, 1889 (Sobre el origen del
conocimiento moral. Trad. de M. García Morente. Edición de J.M. Palacios, Madrid 2013).
6PALACIOS, J.M., art. cit., p. 48.
11
En este orden de cosas, Husserl concedió una importancia especial a los
actos emotivos (Gemütsakte) al considerar que sus correlatos objetivos son
los valores. De hecho, Husserl habla de wertende Akte en lugar de “actos
emotivos” por dos razones: en primer lugar, porque los wertende Akte son
ejemplificadores del funcionamiento del Gemüt y, en segundo lugar, porque
desempeñan un papel central en la vida práctica. Al mismo tiempo, el
fundador del método fenomenológico consideraba que los actos emotivos
eran el origen de los conceptos y leyes morales a priori referidas al ser capaz
de tales actos emotivos 7. En este sentido y como he intentado mostrar en
otro lugar, Husserl se esfuerza en mostrar que “el ámbito del sentimiento
no es sólo un título para facticidades causalmente antropológicas” 8. Por
su parte y como es de sobra conocido, Scheler distingue en la esfera del
sentir entre los sentimientos no intencionales (Gefühle) y los sentimientos
intencionales (Fühlen). A su vez, dentro de estos últimos, distingue entre
sentimientos intencionales primarios (“una suerte de pronunciamientos
emocionales frente a los estados sensibles o sentimentales de un sujeto” 9
), sentimientos de caracteres anímicos emocionales de objetos como, por
ejemplo, la apacibilidad de un lugar y, por último, los sentimientos de valor
en los cuales se nos dan las diferentes cualidades axiológicas. Los ricos
análisis de Max Scheler acerca de emociones morales como el resentimiento
o el arrepentimiento son una clara muestra del papel central que el ámbito
de los sentimientos desempeña en su filosofía.
No es mi intención llevar a cabo aquí una investigación detallada acerca del
origen histórico de los análisis de la conciencia emotiva que encontramos
en Edith Stein y de la más que notoria influencia que las consideraciones
de Husserl y Scheler al respecto ejercieron en ella. Tampoco quiero
sostener que antes de Brentano no se haya considerado en modo alguno la
relevancia del mundo de los sentimientos. Piénsese tan sólo en las figuras
7 Cf. HUSSERL, E., Vorlesungen über Ethik und Wertlehre (1908-1914), Hrsg. v. U. Melle, Kluwer, Dordrecht 1988,
(en adelante Hua XXVIII), p. 393
8 Cf. Cf. HUSSERL, E., Einleitung in die Ethik. Vorlesungen Sommersemester 1920/1924. Hrsg. v. H. Peucker,
Husserliana XXXVII, Springer, Dordrecht 2004 (en adelante Hua XXXVII), p. 195; Cf. CRESPO, M., art. cit.
9 PALACIOS, J.M., art. cit., p. 53. Cf. SCHELER, M., Der Formalismus in der Ethik und die materiale Wertethik.
Neuer Versuch der Grundlegung eines ethischen Personalismus. Herausgegeben von Christian Bermes. Philosophische
Bibliothek 657, Meiner, Hamburg 2014 (Ética. Nuevo ensayo de fundamentación de un personalismo ético. Trad. de H.
Rodríguez Sanz, Introd. de J.M. Palacios, 3ª ed. revisada, Caparrós Editores, Madrid 2001)
12
de San Agustín y de Pascal, por citar un par de nombres. Mi propósito
consiste, más bien, en analizar la noción de sentimiento de valor como
vivencia específica en la que este tipo de cualidades se manifiestan al ser
humano así como su relevancia ética y antropológica. Dado que los valores
morales constituyen el objeto específico de la ética o, al menos, uno de
sus objetos específicos, el sentimiento de valor tiene una clara relevancia
ética 10. En consonancia con lo sostenido por Husserl en sus Lecciones sobre
ética y teoría del valor impartidas por este entre 1908 y 1914 11 , una teoría del
valor moral forma parte de una más general axiología formal. Esta última
sería una teoría formal del valor, sin consideración de las determinadas
clases de valores, a la cual le correspondería la misma universalidad que
a la lógica formal. Al igual que a esta le corresponde una lógica material,
a la axiología formal le correspondería como complemento esencial una
axiología material que investigue los diversos tipos de valores 12.
10 “Y la ética, según la concepción mantenida aquí, no puede arreglárselas sin una doctrina acerca de los
valores“. STEIN, E., Einführung in die Philosophie. Edith Stein Gesamtausgabe, Bd. 8, 2. Auflage, Herder, Freiburg
2015 (en adelante ESGA 8), pp. 13-14 (Introducción a la filosofía en Obras completas, II. Escritos filosóficos. Etapa
fenomenológica: 1915-1920. Trad. C. Ruiz Garrido, Editorial Monte Carmelo, Burgos 2005 (en adelante OC
II), p. 679.
11 Cf. Hua XXXVIII.
12 „Danach wird es sich bestimmen, ob der Disziplin, die zu entfalten hat, was Wert überhaupt ist – ohne
Berücksichtigung bestimmter Werte –, der formalen Wertlehre oder Axiologie, die gleiche Universalität zukäme
wie der formalen Logik. Diese formale Wertlehre würde jedenfalls als Ergänzung eine materiale erfordern, die
der Differenzierung der Wertidee nachginge und untersuchte, wie sich das Genus »Wert« zu einer Wertskala
spezifiziert und was in diesen Wertspecies beschlossen ist. Andererseits ist wieder die Formalisierung von
»Willen« und »Wert« möglich und dadurch die Reduktion der formalen Axiologie auf ein Teilgebiet der formalen
Ontologie. Es besteht also wieder die Möglichkeit, das bonum als formale und als materiale Kategorie zu fassen“.
STEIN, E., Potenz und Akt. Studien zu einer Philosophie des Seins, Edith Stein Gesamtausgabe, Bd. 10, Freiburg, 2005
(en adelante ESGA 10), p. 67
13
La primera de ella tiene que ver con una cierta vacilación en el uso de
los términos Gefühl y fühlen por parte de nuestra autora. Como decía más
arriba, Gefühl se suele utilizar para designar un sentir no intencional –
como, por ejemplo, un determinado estado de ánimo en el que uno se
encuentra - mientras que fühlen se suele reservar para designar un sentir
intencional, como cuando, por ejemplo, siento el valor estético de una
obra de arte. De hecho, es el término que Max Scheler reserva para la
aprehensión de valores. Eso explica que en la edición castellana de El
formalismo en la ética y la ética material de los valores se haya vertido fühlen a
nuestro idioma como “percepción sentimental”. Sin embargo, Stein señala
que con los términos Gefühl y fühlen no quiere indicar dos tipos diferentes
de vivencias, sino dos dimensiones de la misma vivencia. En sus palabras,
“Se ha querido distinguir entre ‘Fühlen’ y ‘Gefühl’. Yo no creo que con estas
dos designaciones toquemos dos clases diferentes de vivencias, sino solo
diferentes ‘direcciones’ de la misma vivencia. El Fühlen es la vivencia en
cuanto que nos da un objeto o algo del objeto. El sentimiento (Gefühl) es el
mismo acto en cuanto que aparece como proveniente del yo o que descubre
un estrato del yo” 13 .
Por otro lado, y así es como Stein opera en la práctica, utiliza el término
Gefühl para los tres tipos de Gemütserlebnisse que distingue y que estudiaremos a
continuación. Fühlen constituiría, según Stein, los Gefühle en sentido propio.
En cualquier caso, yo utilizaré indistintamente las expresiones “percepción
sentimental de valor” y “sentimiento de valor”.
La segunda dificultad lingüística a la que me quiero referir es el modo en
el que José Luis Caballero Bono traduce a veces el término fühlen en su
edición de Sobre el problema de la empatía, a saber, “sentir sentimientos” 14. Sin
quitar ni un ápice de mérito a la meritoria traducción de la tesis doctoral
de Stein, creo que esta traducción aporta más oscuridad que claridad sobre
este punto.
13 STEIN, E., Zum Problem der Einfühlung, en Edith Stein Gesamtausgabe, Bd. 5, 2. Auflage, Herder, (en adelante
ESGA 5), Freiburg, 2016, p. 117 (Sobre el problema de la empatía. Prefacio, traducción y notas de José Luis Caballero
Bono. Editorial Trota, Madrid 2004, (en adelante SPE), pp. 116-117.
14 Ibíd.
14
Estructuraré mi presentación en dos partes desiguales. La primera – y
más extensa – parte está destinada a encuadrar los sentimientos de valor
dentro de los tres tipos de vivencias emotivas que distingue Edith Stein
y a esclarecer sus principales características. En la segunda parte de mi
contribución, aludiré a la constitución de las personas en las vivencias del
sentimiento fijándome especialmente en las percepciones sentimentales de
valor.
A fin de comprender mejor en qué consiste el sentimiento de valor, veamos
cuáles son los tres tipos de vivencias del sentimiento que Edith Stein
distingue.
15 “Erstens bekundet sich in Empfindungen als reellen Bestandstücken des Bewusstseins die Empfindlichkeit
überhaupt, sie ist Bedingung der Möglichkeit der leiblichen Verbindung von physischer Außenwelt und psychischer
Innenwelt“. RASCHKE, R., Voz “Gefühl”, en KNAUP, M., SEUBERT, H. (eds.), Edith Stein-Lexikon. Herder,
Freiburg 2017, p. 131.
16 ESGA 5, p. 65 / SPE, p. 66
15
b) Sentimientos comunes o sentimientos vitales
Una segunda clase de sentimientos son los que nuestra autora llama
“sentimientos comunes” (Gemeingefühle) o “sentimientos vitales” (Lebensgefühle).
Estos, a su vez, se dividen en sentimientos propiamente comunes (eigentliche
Gemeingefühle), o sentimientos comunes corporales (leibliche Gemeingefühle)
y en sentimientos comunes de naturaleza no corporal (Gemeingefühle nicht
leiblicher Natur). A estos últimos los denomina también sentimientos comunes
anímicos (seelische Gemeingefühle) o sentimientos vitales espirituales (geistige
Lebensgefühle) Ejemplos de sentimientos comunes corporales son el vigor,
el frescor, la languidez, el cansancio. Se trata de sentimientos que, por así
decir, “invaden” el yo. No están, pues, localizados en una parte del cuerpo,
sino que son experimentados en todos los miembros del mismo.
17 ESGA 5, 65 / SPE, 66-67. “El frescor y el cansancio no son únicamente estados del cuerpo, sino que lo son a
la vez del ‘yo’. Son un vivenciar de sí mismo, sentimientos vitales del ‘yo’ – y a la vez sobre el cuerpo, difundidos a
través de él, no localizados en ningún lugar como lo están las sensaciones, sino que lo llenan total y enteramente”
(ESGA 8, p. 341/OC II, p. 795)
16
sino también en sus actividades espirituales. Una actividad espiritual como
la escucha de una conferencia sobre el sentimiento de valor puede verse
influida por el frescor o el cansancio que en ese momento experimentemos.
En resumen, se trata de sentimientos de naturaleza corporal pero que
pueden tener una repercusión en actividades espirituales 18 .
El segundo tipo de sentimientos comunes son los de naturaleza no
corporal o anímicos. Son distintos de los sentimientos propiamente
comunes o de naturaleza corporal como un género propio. Se trata de lo
que habitualmente llamamos “estados” o “temples” de ánimo como, por
ejemplo, la melancolía o la excitación gozosa. En este sentido, no diríamos,
piensa Stein, que la melancolía y la excitación gozosa llenan el cuerpo
vivo como lo hacen el vigor y la languidez. No estamos melancólicos o
excitados gozosamente como estamos vigorosos o abatidos 19. Se trata de
“atmósferas” o “iluminaciones de conjunto” que “llenan todo el campo de
la conciencia, que difunden su resplandor sobre el color propio de cada una
de las vivencias singulares” 20. No son actos en los que un objeto se nos dé,
sino que son, más bien, “coloraciones” en actos donantes 21. Eventualmente
pueden propagarse a la corporalidad. Edith Stein da un ejemplo de esto
último: “Por ejemplo, un cansancio condicionado por el cuerpo, puede
hacerse desaparecer por el estado de excitación gozosa en el que llega a
estar la persona por la recepción de una buena noticia” 22.
Esto último pone también de manifiesto el hecho de que los sentimientos
comunes corporales y anímicos pueden experimentar un influjo mutuo.
Stein ofrece también un ejemplo de ello:
Yo hago, por ejemplo, un viaje de descanso, voy a un paraje soleado,
encantador, y siento cómo a la vista de este entorno se quiere apoderar
de mí un estado anímico de contento, pero no es capaz de surgir porque
me siento abatido y cansado. ‘Aquí estaré más contento en cuanto haya
17
descansado’. Este saber puede ser el resultado de una ‘experiencia anterior’,
sin embargo, siempre tiene su fundamento en el fenómeno del mutuo operar
de vivencias anímicas y corporales” 23.
c) Sentimientos espirituales
1. Carácter espiritual
18
es vivenciado como un fenómeno concomitante de nuestro sentimiento
de tristeza, pero no como un componente del mismo 27. En este orden
de cosas, sería un error considerar que vivencias espirituales como los
sentimientos de valor son del mismo orden que los sentimientos sensibles y
que los sentimientos comunes (por ejemplo identificando la tristeza con el
llanto). Ello supondría considerarles como vivencias psíquicas cuyo estudio
pertenece a una ciencia natural, a saber, la psicología. En términos más
generales, sería un error considerar que el único modo válido de hablar
de la conciencia y de sus vivencias es el propio de las Ciencias Naturales
y que, por consiguiente, la explicación causal sería el ideal científico por
antonomasia. Ello supondría desconocer el carácter específico del ámbito
del espíritu y del tipo de relación que se da entre los actos espirituales, a
saber, la motivación. El provenir vivenciado de un acto espiritual a partir
de otro no puede explicarse en términos de causalidad natural. En este
sentido, la motivación es la legalidad de la vida espiritual 28.
Como venimos diciendo, el sentir el valor del cual venimos hablando aquí
es, a diferencia de los sentimientos sensibles y de los sentimientos comunes,
una vivencia intencional. En este sentir nos referimos a algo. Así como
en los actos de percepción sensible se dan los objetos espacio-temporales
“en persona” o, como solemos decir en castellano, “en carne y hueso”,
sin mediación alguna, así se dan los valores en los actos emotivos o del
sentimiento. De este modo, en la alegría tenemos frente a nosotros algo
gozoso, en el temor algo temible, en el miedo algo amenazador 29. Por esta
19
razón, resulta adecuado hablar de percepción sentimental del valor.
En este contexto, Stein se refiere a los intentos de poner en cuestión la
especificidad de este tipo de sentimientos reduciéndolos a “complejos de
sensaciones orgánicas”. Ciertamente, como ella explica, en la constitución
de este tipo de vivencias emotivas, un sustrato inferior fundante desempeña
un papel esencial. En cierta clase de actos emotivos los sentimientos sensibles
constituyen ese sustrato inferior. El error de esos intentos radica en el
desconocimiento del carácter intencional de los sentimientos espirituales.
No ven que sobre el fundamento de los sentimientos sensibles surge una
captación espiritual que abre los ojos del sujeto al mundo de los valores 30.
8, S. 131). W. ist das, was ich (jetzt) als adäquates Fühlen auffasse, und es kann selbst adäquat oder nichtadäquat
sein. W., das auch einfach Werten genannt werden kann, ist also eine fühlende Feststellung des Wertes, bei der
die Antwort auf den Wert (das Gefühl) gleichzeitig Wertschätzung ist (oder Entwertung, wenn es sich um einen
negativen Wert handelt). Solange das Wertnehmen Nicht adäquat erlebt oder gelebt wird, ist auch der Wert nicht
voll lebendig erfasst, sondern leer gefühlt.” LEBECH, M., Voz „Wertnehmen“ en KNAUP, M., SEUBERT, H.,
Edith Stein-Lexikon, ed. cit., p. 402.
30 Cf. ESGA 6, 142/OC II, 370.
20
de respuesta, a saber, el gozo? ¿No es la aprehensión del valor algo libre
de lo emotivo? Las respuestas de Stein a estas preguntas pasan por poner
de relieve, por un lado, los modos distintos en que las cualidades de valor
y las cualidades sensoriales de un objeto se dan al sujeto que capta unas y
otras cualidades y, por otro lado, los diferentes modos en los que el sujeto
se dirige intencionalmente a sendos tipos de cualidades. Una cualidad de
valor como la belleza de un paisaje no se me da del mismo modo que una
cualidad sensorial de éste como, por ejemplo, un determinado color. Las
cualidades sensoriales no se me dan como exigiendo una respuesta por mi
parte. Puedo percibirlas sin que ellas me afecten. Por otro lado, para que
una cualidad de valor se dé plenamente al yo, se necesita una participación
viva del yo 31 . En palabras de nuestra autora:
31 „Wenn ich Schönheit sehe, ohne davon innerlich angeregt zu sein, fühle ich dabei, dass sie sich mir nicht ganz
enthüllt, dass die Erkenntnis davon unerfüllt bleibt” (Lexikon 401); „Das voll erfüllte Wertnehmen ist also immer
ein Fühlen, in dem Wertintention und Antwortreaktion vereint sind, und wo es an der lebendigen Ichbeteiligung
mangelt, da ist sie doch durch eine unerfüllte Intention vertreten.“ (ESGA 6, 226); Conditio sine qua non des vollen
Werterlebens ist also die anschauliche Gegebenheit, aber sie reicht nicht aus, um es zu gewährleisten, sondern eine
innere Zuständlichkeit des Subjekts muß hinzukommen, um die Entgegennahme des Wertes zu ermöglichen“
(ESGA 6, 145/OC II, 373-374)
32 ESGA 6, 143/OC II, 371
21
“percibir con el corazón”. “Lo que es percibido sentimentalmente de tal
modo, habla al interior del alma y quiere ser aceptado allí” 33.
4. Actos fundados
33 „Das Fühlen von ‚etwas’ als erkenntnisrelevanter Akt (PE, 102/108; EES, 459 ) beschäftigt Stein hinsichtlich
des Problems der ‚Ein-Fühlung’ bereits in ‚Zum Problem der Einfühlung’ und bleibt durchgängig bis zu ‚Endliches
und ewiges Sein’ oder zur ‚Kreuzeswissenschaft’, in der sie es als ‚dunkles Spuren’ (KW, 140: Das Innerste der
Seele und die Gedanken des Herzens) oder ‚dunkles Erfassen’ (EES, 459) hinsichtlich seiner Erkenntnisrelevanz
bezüglich des sinnlich Nichterkennbaren nimmt. Fühlen ist in diesem Zusammenhang geistiges Wahrnehmen,
aber eines in ‚dunkler’ Qualität, da es nicht vollständig begrifflich zu fassen ist und daher auch als ‚Wahrnehmen mit
dem Herzen’, d.h., aus der Person-Mitte heraus, bezeichnet wird (EES, 460). Im Fühlen wird etwas Einmaliges
und Wirkliches aufgenommen, das aber wie alle Wahrnehmungen der möglichen Täuschung unterworfen ist
(EES, 460). BECKMANN, B., Phänomenologie des religiösen Erlebnisses. Religionsphilosophische Überlegungen im Anschluss
an Adolf Reinach und Edith Stein, Königshausen & Neumann, Würzburg 2003, p. 197.
34 Este es el sentido de lo expresado por Edith Stein en la segunda parte de la frase que aparece en ESGA 8,
369: “Wie sie ohne untere Seinsstufe nicht dasein können (...), so können auch die wertgebundenen Akte nur in
Konkretion mit sachgebenden auftreten“. Lamentablemente, la traducción de la misma que aparece en OC II,
804 es incorrecta ya que atribuye sachgebunden a Werte cuando debía a hacerlo a Akte. La traducción correcta es
la siguiente: “Así como [las cualidades de valor] no pueden existir sin un nivel óntico inferior (…), así los actos
vinculados a valores sólo pueden presentarse con actos que dan cosas”
35 “Todo sentimiento precisa de actos teoréticos para su constitución” (ESGA 5, 119 / SPE, 119).
22
fue fundante de mi alegría. Como señala Stein, este saber que está en la
base de la percepción sentimental del valor – en nuestro ejemplo, del valor
de la invitación a este Simposio – es un acto teorético, aprehensible sólo
por reflexión. En cambio, la percepción sentimental del valor es vivenciado
como proviniendo de este acto teórico, está fundado en él. No me podría
haber alegrado de la mencionado invitación si antes no me hubiera sido
dada de algún modo.
36 „Ich habe also z.B. eine Empfindung und wende mich dem Empfindungsinhalt zu, einem primären Inhalt
wie etwa ein Ton. Er ist angenehm, sinnlich angenehm, er gefällt mir, ich lebe im gefallen, bin im Gefallen dem
Ton zugewendet. Ich sehe eine schöne alte Geige, ich vollziehe das Anschauen, lebe im anschauen, ich sehe
sie mir an. Aber das empirische Dingauffassen fundiert ein Wertauffassen, ein empirisches Werten. In diesem
lebe ich, habe ich Wohlgefallen an der Sache, bin ihr im Wohlgefallen zugewendet. Die Zuwendung ist eine
anschauende Zuwendung, sie ist aber vermöge der Fundierung zugleich gefallende Zuwendung“ (Husserl, E.,
Ms. A VI 12 I, 273b)
23
En resumen, en el Gefallen nos encontramos ante una actividad de la
conciencia que se construye sobre la pasividad de la conciencia donadora 37
37 Das Geben ist ein passives Haben, kein aktives Geben. Hier aber im Gefallen haben wir eine Aktivität, die
sich auf der Passivität des gebenden Bewusstseins aufbaut; das Gemüt nimmt Stellung zum Gegebenen, und
indem es das tut, ist ein Neues gegeben, wir können nun wieder erfassen. [Ms. A VI 8 I/84b]
38 „Aber es ist ein Geistiges, das erfaßt wird, und selbst den Sinnen nicht zugänglich, wenn es sich auch durch
sinnenfällige Zeichen (den leiblichen »Ausdruck« des Seelischen) bemerkbar macht. Diese Wahrnehmung ist, wie
die sinnliche, der Täuschung unterworfen. Aber sie darum grundsätzlich zu verwerfen, wäre ebenso unvernünftig
wie der vollständige Verzicht auf den Gebrauch der Sinne als Erkenntnismittel, weil sie »trügerisch« seien. Wenn
wir also unser eigenes Wesen und das anderer als ein so beschaffenes und sein »So« als ein »Einmaliges« fühlen,
so trägt dieses Fühlen als eine besondere Weise ursprünglicher Erfahrung ihren eigenen Rechtsgrund in sich. Es
scheint, daß mit der Behauptung, das »So« sei ein Einmaliges, der Rahmen einer Einzelerfahrung überschritten
und ein allgemeiner Satz gewagt werde. In der Tat liegt es ja im Sinn dieser Aussage, daß diesem So kein
anderes gleiche. Das ist begründet im formalen Bau der Person: in der Einzigkeit des seiner selbst bewußten Ich
als solchen, das seine Wesensart als sein »Eigenstes« umfaßt und jedem andern Ich die gleiche Einzigkeit und
»Eigenheit« zuschreibt. Der Inhalt des »So« aber ist nicht allgemein faßbar. (ESGA 11 + 12, 421)
39 „Die Entlarvung einer Täuschung erfolgt immer durch eine Kenntnisnahme derselben Art wie die vermeintliche
war; sie kann eventuell durch Schlußketten vermittelt sein, letzten Endes müssen diese aber auf einer solchen
Kenntnisnahme ruhen. Der Wahrnehmungsglaube kann nur auf Grund eines neuen Wahrnehmungsglaubens
durchstrichen werden, ein Wertvermeinen nur auf Grund eines neuen Wertvermeinens.” (ESGA 8, 222 / OC
II, 753).
24
una intención llena de material perceptivo. En el caso de la intención vacía
de una percepción sentimental es diferente porque tenemos delante de
nosotros al portador del valor sin percibir sentimentalmente el valor 40.
40 „Unerfüllte Wertkenntnis ist also möglich. Manchmal kann man von einem Wert wissen, ohne davon etwas
fühlen zu können. Stein vergleicht das mit dem „Wissen“ vom Hörensagen. Hier weiß man etwas, ohne eine von
Wahrnehmungsmaterial gefüllte Intention zu besitzen. Mit der leeren Wertkenntnis verhält es sich aber noch
anders, weil man den Wertträger direkt vor sich haben kann, ohne den Wert zu fühlen.” (LEBECH, M., Voz
„Wertnehmen“ en KNAUP, M., SEUBERT, H., Edith Stein-Lexikon, ed. cit., p. 401
41 ESGA 8, 14/OC II, 679
42 ESGA 10, 176. El interesante problema que aquí se plantea es el de que hasta qué punto la reflexión sobre el
sentimiento constituye ya una alteración del mismo. Cf. CRESPO, M., “Moritz Geiger on the Consciousness of
Feelings” in Studia Phaenomenologica, Vol. XV 2015 págs. 375 - 393
43 Cf. BECKMANN, B., op.cit., p.199
25
de la voluntad y la acción correspondiente:
44 ESGA 14/p. 148. „Der Wille ist motiviert, wobei Gefühle (als Wertfühlen ESGA 8, S. 128 und 130 f.)
Willensakte und Handlungen aus sich entlassen (ESGA 5, S. 68 und 114 f.). Das Gemüts- und Willensbewusstsein
(ESGA 9, S. 207) hängen eng zusammen, weil ersteres das Motiv für letzteres präsentiert (ESGA 5, S. 123 und
132; ESGA 8, S. 129). Je nach persönlicher Eigenart wird man durch andere Werte stimuliert (ESGA 8, S. 139
f.; ESGA 8, S. 143); dabei darf jedoch die objektive Rangordnung der Werte nicht außer acht gelassen werden
(ESGA 16, S. 93, 148), sodass man letztlich vom vorläufigen bonum zum summum bonum fortschreitet (ESGA 10,
S. 67, 267; ESGA 11/ 12, S. 204, 246). Das gelingt nur dem starken W.n (ESGA 6, S. 84); ein schwacher wendet
sich Unwerten zu (ESGA 8, S. 211; ESGA 16, S. 75)“. WULF, C.M., Voz „Wille“ en KNAUP, M., SEUBERT,
H. (eds.), Edith Stein-Lexikon, p. 406).
45 ESGA 8, 392-393/ OC II, 811
46 Ibid.
47 ESGA 8, 393/ OC II, 811.
26
alma tiene estratos, los cuales son más profundos unos que otros. En este
sentido, existe una correlación entre la jerarquía de valores y los niveles
de profundidad en los que se encuentran los diversos tipos de percepción
sentimental de los valores.
27
“Sin embargo, es posible que una vivencia que primeramente había
sido periférica vaya ‘calando’ poco a poco, afecte a niveles cada vez más
profundos, generándose de nuevo en cada uno de ellos. Por consiguiente,
‘la misma’ vivencia (como unidad individual) puede tener lugares de origen
de diferente profundidad.” 51
28
tiempo, vive que estos sentimientos proceden de la “profundidad” 54 de él.
De este modo, este yo que se vive a sí mismo se revela como persona, ya
que el yo puro no tiene profundidad . Este es, como también señala Stein
siguiendo a Husserl, “el punto del que parten los ‘rayos’ de conciencia en
diversas direcciones”, (…) “aquello desde lo que irradia toda la vida de la
conciencia”. (…) “Carece de extensión, de cualidad, de sustancialidad” 55
Lo anterior pone de relieve, según Edith Stein, una “conformación
espiritual” (geistige Formung 56) que se concreta en una doble intencionalidad.
Por un lado, en las percepciones sentimentales de valor el mundo se nos
revela como un mundo de valores: de lo agradable y de lo desagradable,
de lo noble y de lo vulgar, de lo bello y de lo feo, de lo bueno y de lo malo,
de lo santo y de lo profano, de lo entusiasmante y de lo repugnante, de lo
útil y de lo perjudicial, etc. Por otro lado, “los valores nos revelan también
algo del hombre mismo: una peculiar estructura de su alma, que resulta
afectada por los valores de modo más o menos profundo, con intensidades
distintas y repercusiones más o menos duraderas” 57
29
no percibidas, en estas percepciones. Ello no quita que sea posible una
objetivación de estas propiedades así como de las percepciones mismas de
valor. Pero eso tiene lugar en actos objetivantes diferentes 59.
(2) De este modo, en la percepción sentimental de valor tenemos una
conjunción de pasividad y actividad, de ser conmovido y de libertad.
En palabras de Stein, “Los valores nos invitan a una contemplación más
detenida, a penetrar en ellos con más profundidad: puedo darles seguimiento
o no, y si les doy seguimiento puedo hacerlo en diversas reacciones.
También las conmociones interiores están abiertas a la intervención de la
libertad: puedo entregarme a una alegría que se alza en mi interior, puedo
permitirle que surta todos sus efectos, o puedo también cerrarme a ella,
reprimirle, negarle cabida en mí” 60
En este orden de cosas, el resultado de la conformación espiritual
mencionada, en la cual interaccionan pasividad y actividad, es el carácter,
entendido este como “la capacidad de percibir sentimentalmente y el
impulso con el que ese percibir sentimental se transforma en voluntad y en
acción” 61, como la “apertura (eventualmente también la cerrazón) para el
reino de los valores, y es la manera en que uno se aplica a su realización” 62.
Por consiguiente, la esencia de los valores y la esencia de la percepción
sentimental de los mismos pueden ilustrarnos sobre la estructura del
carácter de una persona. Como Max Scheler ha puesto de relieve, los
valores se ordenan según una escala jerarquía. Hay, pues, valores que son
más altos que otros. A estas diferencias de valores corresponden, según
Stein, diferencias de la conciencia ante la cual estos valores comparecen.
Así, por ejemplo, la distinción entre valores positivos o negativos tiene su
paralelo en la conciencia entre ser atraído o ser repelido. “Con la jerarquía
de los valores y con la distinta percepción sentimental de los valores está
59 “Dagegen ist eine Objektivation dieser erlebten Eigenschaften ebenso wie der Gefühle möglich, und sie ist
z. B. unbedingt erforderlich, wenn von ihnen etwas ausgesagt werden soll. Diese objektivierenden Akte sind
wiederum gebende (wahrnehmende oder bloß hinweisende, meinende) und in ihnen tritt überschiebende Deckung
des erlebten und des wahrgenommenen Ich ein“. ESGA 6, 118 /SPE, 117. A fin de mantener el paralelismo con
lo indicado por Husserl, prefiero traducir objektivierender como objetivante, en lugar de objetivador, como hace José
Luis Caballero Bono.
60 ESGA 14/EPH 147-148
61 ESGA 8, 364/ OC II, 802. Me aparto ligeramente de la traducción castellana
62 Ibid.
30
relacionada una estructuración de las cualidades del carácter, las cuales se
ordenan según niveles de diferente profundidad” 63.
En estrecha relación con lo anterior, Edith Stein señala que con todo
percibir sentimental de un valor está asociado un estado del yo “que agita
su corriente vital y que en su descarga provoca un cambio” 64. Se trata de
una impresión en el ánimo de una persona de determinada fuerza. La
profundidad de esta influencia depende de la altura del valor percibido
sentimentalmente 65.
31
La distinción entre lo psíquico y
lo espiritual como clave de una
psicología abierta a Dios en
Edith Stein y en Viktor Frankl
Miriam Ramos Gómez
DOCTORA EN FILOSOFÍA
EUM FRAY LUIS DE LEÓN
(VALLADOLID-UNIVERSIDAD CATÓLICA DE ÁVILA)
[email protected]
http://dx.doi.org/10.7764/Steiniana.2.2018.2
Resumen: Objetivo de este estudio es mostrar que en Edith Stein y en Viktor Frankl se
encuentran los fundamentos para brindar al mundo el don y el reto de una psicología abierta
a Dios a través de la distinción entre la dimensión psíquica y la espiritual en el ser humano.
Los elementos que posibilitan tal distinción son el análisis de la causalidad y de la motivación
como leyes de la psique humana según Stein en las Contribuciones; y el estatuto antropológico
de la libertad, de la religio inconsciente y de la trascendencia de la conciencia moral según
Frankl en La presencia ignorada de Dios. El estudio concluye con una reflexión final sobre la
problemática inherente a una “psicología abierta a Dios”.
Palabras clave: Psicología – Dios – psíquico – espiritual – Edith Stein – Viktor Frankl
Abstract: This paper aims to argue that Edith Stein´s and Viktor Frankl´s work provide the
foundations to offer to the world the gift and the challenge of a psychology open to God
through the distinction of a sentient dimension and the mental being of human persons.
The elements which make this distinction possible are the analysis of sentient causality and
of motivation as laws in human psyche according to Stein in her work Philosophy Of Psychology
And Humanities and the anthropological statute of freedom, of the unconscious religiousness
and of the transcendent quality of conscience according to Frankl in his work The Unconscious
God. The paper concludes with a final reflection on the inherent problem of a “psychology
open to God”.
32
Keywords: Psychology – God – sentient being – mental being – Edith Stein – Viktor Frankl
1. INTRODUCCIÓN
Edith Stein (1891-1942) y Viktor Frankl (1905-1997) son dos de esos clásicos que
continúan alzando su voz a través de sus escritos. Si su obra despierta entusiasmo
en los jóvenes investigadores, se debe al atractivo irresistible de su autenticidad,
a la fuerza incomparable de la experiencia que nutre su ciencia y a la belleza de
quien se eleva en medio de la oscuridad y sigue esperando encontrar la luz de la
Verdad y del Bien.
Ambos nos brindan un don y un reto: el don y el reto de una psicología abierta
a Dios. ¿Cómo? Con una llave maestra: la distinción entre lo psíquico y lo
espiritual en el ser humano. En efecto, los dos autores rescatan la dimensión
espiritual del ser humano, que había quedado sepultada o destruida desde que
Immanuel Kant, en su Crítica de la Razón Pura negara a la razón la capacidad
de argumentar la existencia de un alma espiritual. Precisamente porque los dos
autores restauran la dignidad del ser humano, sus esfuerzos por clarificar la
labor y el fin de la psicología culminan en una apertura del hombre y de la
psicología a Dios, que estaba cerrada cuando se había vetado la posibilidad de
ser hombre al hombre.
Tras una exposición del cuestionamiento que los dos pensadores realizaron a la
psicología de su tiempo, analizaremos la distinción entre lo psíquico y lo espiritual
en Stein, tomando como referencia la obra Contribuciones a la fundamentación
33
filosófica de la psicología y de las ciencias del espíritu68. Luego veremos cómo Frankl
descubre lo espiritual en el hombre a través del texto La presencia ignorada de
Dios69. Por último, esbozaremos algunos problemas que, a nuestro juicio, debe
afrontar toda psicología “abierta a Dios”.
68 La obra fue publicada en versión original en 1922: Edith Stein, «Beiträge zur philosophischen Begründung
der Psychologie und der Geisteswissenschaften», Jahrbuch für Philosophie und phänomenologische Forschung 5, (1922):
1-283. Posteriormente aparecería una reimpresión - Halle: Max Niemeyer, 1977 -, hasta que en 2010 fue ofrecida
al público la nueva edición en el sexto volumen de la Edith Stein Gesamtausgabe (Freiburg-Basel-Wien: Herder). Al
lector hispano se hizo accesible la obra en 2002 - Edith Stein, «Contribuciones a la fundamentación filosófica de
la psicología y de las ciencias del espíritu», trad. por Constantino Ruiz, en Obras completas. Escritos filosóficos (Etapa
fenomenológica: 1915-1920) vol. 2, ed. por Francisco Javier Sancho (OCD) (Vitoria – Madrid – Burgos: El Carmen
– Espiritualidad – Monte Carmelo, 2002), II: 207-524. En lo que sigue, nos referiremos a la traducción española
como Contribuciones. Una introducción exhaustiva a la obra la encontramos en Mette Lebech, «Study Guide to
Edith Stein’s Philosophy of Psychology and the Humanities», en Yearbook of the Irish Philosophical Society: Voices of
Irish Philosophy, 4 (2004): 40-76.
69 La obra fue publicada en alemán en 1974 con el título Der unbewusste Gott (München: Kösel-Verlag GmbH &
Co., 1974). En español apareció en 1977 - Viktor Frankl La presencia ignorada de Dios. Psicoterapia y religión, trad. por
J. M. López (Barcelona: Herder, 1977). En el 2012 salió una segunda edición de esta traducción.
70 La expresión es nuestra.
34
arraigan en otra confusión más profunda: la que existe entre psique y espíritu71.
La “psicología sin alma” es en Stein una expresión que aglutina a todas las
corrientes de psicología del siglo XIX que, arrancando del empirismo inglés,
consideran que “alma” es una categoría extraña a la ciencia – entendida como
ciencia natural -, un residuo mitológico:
Sorprende bastante lo que ha quedado del reino del alma desde que en la modernidad, la
“psicología” comenzó su andadura al margen de toda consideración religiosa o teológica del
alma: el resultado fue la “psicología sin alma” del siglo XIX. Tanto la “esencia” del alma
como sus “facultades” fueron descartadas como “conceptos mitológicos”, y se quiso que su
ocupación tuviera que ver únicamente con los “fenómenos psicológicos”. […] La corriente
principal, que proviene del empirismo inglés, ha ido gestándose poco a poco como un método
científico-natural, pretendiendo que todas las mociones del alma se compusiesen de simples
sensaciones, de manera semejante a como una cosa espacial y material se compone de átomos:
no sólo se le ha negado todo carácter permanente y duradero – por el cual sería el fundamento
real de los “fenómenos” mudables, es decir, de la vida que fluye -, sino que han sido excluidos
del fluir de la vida anímica el espíritu, el sentido y la vida72.
71 Es verdad que Stein critica algunos puntos del pensamiento de ciertos autores de su tiempo. Así, no está de
acuerdo en la consideración de Henri Bergson, por la cual él niega la posibilidad de diferenciar objetivamente y
de modo cualitativo la intensidad de los estados psíquicos (Cf. Stein, Contribuciones, 259). Ni con Alex Pfänder, y
su concepción de la ceguera de la tendencia frente al querer, pues a juicio de la autora, también hay que hablar
de motivación objetiva en la tendencia (Cf. Stein, Contribuciones, 283). También critica la teoría sensualista de la
asociación (Cf. Stein, Contribuciones, 257-258). Pero, a nuestro modo de ver, la crítica fundamental que elabora
Stein a la psicología de su tiempo se resume en las tesis mencionadas.
72 [Es ist] ganz erstaunlich, was vom Reich der Seele übriggeblieben ist, seit die »Psychologie« in der Neuzeit begonnen hat, sich
ganz unabhängig von allen religiösen und theologischen Betrachtungen der Seele ihren Weg zu bahnen: das Ergebnis war im 19.
Jahrhundert eine »Psychologie ohne Seele«. Sowohl das »Wesen« der Seele als ihre »Kräfte« wurden als »mythologische Begriffe«
ausgeschaltet, und man wollte sich nur noch mit den »psychologischen Phänomenen« beschäftigen. [...] [D]er Hauptstrom, der mit
den Bemühungen der englischen Empiristen einsetzte, hat sich doch immer mehr im Sinne eines naturwissenschaftlichen Verfahrens
gestaltet und ist schließlich dabei gelandet, alle seelischen Regungen aus einfachen Sinnesempfindungen, wie ein räumliches und
stoffliches Ding aus Atomen, zusammensetzen zu wollen: man hat nicht nur alles Bleibende und Dauernde, die Wirklichkeitsgrundlage
der wechselnden »Erscheinungen«, d. h. des fließenden Lebens, geleugnet, sondern aus dem Fluß des seelischen Lebens selbst Geist,
Sinn und Leben ausgeschaltet. Edith Stein, «II. Die Seelenburg», en Endliches und ewiges Sein. Versuch eines Aufstieges zum
Sinn des Seins. Edith Stein Gesamtausgabe vol. 11/12 (Freiburg-Basel-Wien: Herder, 2008), http://www.edith-stein-
archiv.de/wp-content/uploads/2014/10/11_12_EdithSteinGesamtausgabe_EndlichesUndEwigesSein.pdf. La
traducción al español es nuestra.
73 Cf. Stein, Contribuciones, 334-335.
35
ciencia natural que, a partir de la noción de causalidad, dedujera las categorías
y utilizara procedimientos matemáticos exactos con el fin de definir, medir,
calcular y prever los estados psíquicos74.
Este intento es ilegítimo para Stein, dado que la esencia de lo psíquico – que está
regido por la ley de la causalidad psíquica, pero no sólo por ella, sino también por
la ley de la motivación -, excluye una predicción exacta de los acontecimientos
futuros. Asimismo, ese intento representa, a su juicio, una pérdida del sentido de
la psicología, porque se construye en base a una idea de lo que supuestamente
debería ser la psique, y no sobre lo que realmente es.
Pero, en el fondo, tanto la reducción de la psicología a ciencia natural, como su
confusión con las ciencias del espíritu, se deben a la falta de delimitación de la
psique y del espíritu. Así lo expresa la filósofa:
36
y distinguiendo entre el ámbito de la conciencia y el ámbito de lo psíquico77,
rescatando al espíritu y librándolo del naturalismo78 .
Stein en el campo de la psicología, especialmente a partir del estudio de las Contribuciones son los siguientes: B. M.
D’Ippolito, «L’analisi fenomenologica dell’anima», Aquinas 40, nº 1 (1997): 61-67; B. Callieri, «Intersoggettività
ed interpersonalità», Aquinas 40, nº1 (1997): 69-72; A. Gaston, «Psiche individuo comunità», Aquinas 40, nº1
(1997): 73-80; y M. Durst, «Edith Stein: un confronto con la psicologia filosofica contemporanea», Aquinas 40,
nº1 (1997): 91-104.
77 La autora se apoyará en la segunda parte de las Ideen de Edmund Husserl, por aquel entonces inéditas, y
conocidas por ella durante su labor de asistente, pues la necesidad de distinguir entre el ámbito de la conciencia
y el ámbito de lo psíquico ya fue avizorada por Edmund Husserl en “La filosofía como ciencia estricta” y en las
Ideas. Para esclarecer el concepto de causalidad, se apoyará en el estudio de Erika Gothe sobre Hume. (Cf. Stein,
Contribuciones, 220-221).
78 Stein aborda la cuestión del naturalismo. Véase Edith Stein, Einführung in die Philosophie. Edith Stein Gesamtausgabe
vol. 8 (Freiburg-Basel-Wien: Herder), 73-74.
79 Es cierto que Frankl critica también de ciertas corrientes de psicoterapia el hecho de que pretenden enseñar
qué es el bien y qué es el mal a sus pacientes, cosa que, a su juicio, debe estar excluida de la labor del psicoterapeuta,
porque confunden su labor psicoterapéutica con una labor moralizante que se arroga ocupar el puesto del
sacerdote, de la “cura de almas sacerdotal”. Nos parece importante señalarlo, pero no podemos detenernos en
ello ahora, porque nos llevaría demasiado lejos. Cf. Frankl, La presencia ignorada de Dios, 78-100.
80 Frankl no menciona a autores, pero recordemos que el psicologismo es la corriente de psicología que reduce
las leyes lógicas a leyes psicológicas, y que fue denunciado por Husserl relativismo escéptico (Edmund Husserl,
«Capítulo 7. El psicologismo como relativismo escéptico», en Investigaciones lógicas. Prolegómenos a la lógica pura, vol.
1, 2ª ed., trad. por Manuel García Morente (Madrid: Alianza Editorial, 1982), 109-138.
81 Frankl, La presencia ignorada de Dios, 58.
37
veces tendré que hacerme violencia a mí mismo para seguirla, venciendo mis
intereses, mis gustos, mis apetencias…
82 Cf. Viktor Frankl, Der unbewuβte Gott. Psychotherapie und Religion, 13ª ed. (München: Dtv, 2015) 9, http://www.
bic-media.com/mobile/mobileWidget-jqm1.4.html?isbn=9783423350587&flipBook=yes&bgcolor=f0f4f5&buy
Url=https://www.dtv.de/warenkorb/add/9783423350587 Preferimos traducir “Sachlichkeit” por “realismo” en
vez de por “objetividad”, como se hace en Frankl, La presencia ignorada de Dios, 13.
83 Frankl, La presencia ignorada de Dios, 15.
84 Frankl, La presencia ignorada de Dios, 16.
38
un constructor, que ha hecho un edificio con ladrillos, se compone él mismo
también de ladrillos”85. La “energética” del psicoanálisis es la relación dinámica
que se establece entre los impulsos o componentes impulsivos que, a modo de un
“paralelogramo de fuerzas”86, conforman la trama psíquica, cuyo objeto es el yo.
El yo, pues, acaba siendo un “juguete de los impulsos”87. Así, concluye Frankl:
De esta manera vemos cómo lo psíquico no sólo se reduce genéticamente a impulsividad, sino
cómo viene también determinado causalmente a partir de dicha impulsividad, ambas tomadas
en un sentido totalitario. El ser humano es interpretado por el psicoanálisis ya a priori como ser
impulsado. Y ésta es también la última razón por la que el yo humano ha de reconstruirse al fin
y al cabo a partir de impulsos.88
39
En consecuencia, será necesario para Frankl ampliar las fronteras de la
psicología profunda, pues por ella se entendía hasta entonces, “una psicología
del ello inconsciente, y no una psicología del yo inconsciente”.92 Una verdadera
psicología profunda, deberá ocuparse de estudiar también lo que de espiritual
hay en el hombre, evidentemente, en su profundidad inconsciente.
Una cuarta crítica de Frankl se dirige al concepto de “superyó” del psicoanálisis.
Para Freud, el “superyó” es una “‘introyección’ de la imagen del padre”93. Para
Frankl, del mismo modo que el yo, en el sentido de “voluntad”, no puede derivarse
del ello, tampoco el superyó puede ser derivado del yo: “ningún superyó, […]
podría actuar eficazmente si procediera simplemente de mí mismo […]; nunca
podría tener efecto si se tratara únicamente de mi propia invención” 94.
El fundamento de esta crítica se halla en el hecho de que “el deber precede
ontológicamente al querer”95. Es decir, igual que sólo puedo responder a algo
que es anterior a mi respuesta; y, del mismo modo que sólo puedo ser responsable
ante algo, siendo también este “ante qué” previo a mi responsabilidad; el deber
es el presupuesto de lo que debo querer:
En realidad, Dios no es una “imagen del padre”, sino el padre de una imagen de Dios. Para
nosotros, no es el padre el prototipo o imagen ideal de toda divinidad, sino más bien exactamente
lo contrario: Dios es el prototipo de toda “paternidad”. El padre sólo es el primero ontogenética,
biológica y biográficamente; pero Dios es el primero ontológicamente. Así pues, psicológicamente
la relación hijo-padre es, sí, anterior a la relación hombre-Dios, pero ontológicamente la primera
no es modelo para la segunda, sino al revés.96
40
98
. Tales arquetipos aparecerían en el inconsciente individual invadiendo a la
persona desde fuera, reprimiéndola, siendo parte de la facticidad psicofísica.
La consecuencia inmediata de esta confusión es que “lo religioso está fuera de
la competencia del yo, no entra en la responsabilidad y en la decisión del yo”99.
Para Frankl, en los casos en los que ha sido reprimida, dicha religiosidad
inconsciente puede irrumpir a veces bajo la forma de una fe ingenua, de una
fe infantil. Sin embargo, “por más que sea infantil, y en este sentido ingenua,
de ningún modo puede calificarse de primitiva o arcaica con el significado que
a estos términos atribuye Jung”100. La religiosidad inconsciente es, en cambio,
una vertiente de lo espiritualmente inconsciente en el hombre, que procede del
centro de la persona.
Tras este repaso por el cuestionamiento que los dos autores realizan al “velo del naturalismo”
que cubría la psicología de su tiempo, examinaremos ahora la respuesta de los dos autores.
41
3.1.1. EL ÁMBITO DE LA CONCIENCIA PURA:
AUSENCIA DE CAUSALIDAD EN LA CORRIENTE
ORIGINARIA DE CONCIENCIA Y EN LA ASOCIACIÓN
POR CONTACTO Y PRESENCIA DE CAUSALIDAD
FENOMÉNICA EN VIVENCIAS SIMULTÁNEAS
101 Cf. Stein, Contribuciones, 224; Stein, Beiträge zur philosophischen Begründung der Psychologie und
der Geisteswissenschaften. Edith Stein Gesamtausgabe vol. 6 (Freiburg-Basel-Wien: Herder, 2010),
htt p://w w w.ed ith-stein-archiv.de/w p-content/uploads/2014/10/0 6 _ Ed ithSteinGesamtausgabe_
BeitraegeZurPhilosophischenBegruendungDerPsychologie.pdf, 11
102 Cf. Stein, Contribuciones, 228.
103 Stein, Contribuciones, 224.
104 Stein, Beiträge, 14.
105 Ibidem.
106 Stein, Contribuciones, 228-229.
107 Stein, Beiträge, 15.
108 Ibidem.
109 Stein, Contribuciones, 229-230.
110 Stein, Contribuciones, 238.
42
motivo, la autora llama a estas relaciones, “relaciones causales fenoménicas”111 .
Para ella, se trata de una causalidad análoga a la causalidad física, en el sentido
de mecánica. En la causalidad mecánica encontramos un acontecer causante,
un acontecer causado (efecto) y un suceso (la causa), estando condicionados los
dos primeros por los sustratos en los que se desenvuelven. En la causalidad de
la vivencia, también encontramos una causa: el hecho de que en la esfera vital
se produzca un cambio. Pero, a diferencia de lo que ocurre en la causalidad
mecánica, el suceso es el que condiciona el acontecer causante, siendo imposible
que este último trascurra “sin efecto”. Asimismo, la intensidad no se puede medir
en la vivencia, como sí en la causalidad mecánica. Por último, los sustratos del
acontecer son, en la naturaleza física, las cosas, y en las vivencias, el referente
(Gehalt)112 (tanto los referentes yoicos, relativos al yo, como los datos extraños al
yo), el vivenciar de los referentes (a diferentes referentes, diferentes vivencias;
cada vivencia tiene diferencias de tensión; y existen vivencias de primer plano
y vivencias de trasfondo) y la diferente claridad en la conciencia debida a los
grados de tensión del vivenciar. Con todo, la semejanza fundamental entre ambos
tipos de causalidad es que en los dos casos el efecto no puede no producirse, es
necesario, siempre que se den el acontecer causante y la causa.
43
aparentes, dado que en semejante estado tenemos impresiones “que nosotros
no podríamos tener en absoluto en otras ocasiones, y este enriquecimiento
del vivenciar puede aparecernos precisamente como una intensificación de la
vida, pero nos llaman a engaño acerca del ‘verdadero’ estado en el que nos
encontramos”114. Esto se pone de manifiesto para la autora cuando, por ejemplo,
en el agotamiento o en la fatiga que sobreviene al estado de elevada excitación
nerviosa, de estrés, caigo en la cuenta del estado en el que verdaderamente me
había encontrado. Entonces, me doy cuenta de que había pasado por un estado
sin darme cuenta de él: existía un estado vital sin que, en realidad, se manifestase
en un sentimiento vital que apareciese en la conciencia. Por tanto:
En los sentimientos vitales como contenidos inmanentes se manifiestan […] las condiciones
de una realidad, sus estados y cualidades. Así como en las sensaciones de colores el color de
una cosa se manifiesta como su estado óptico momentáneo, y en el cambio de tales estados se
manifiesta la permanente cualidad óptica, así también en el sentimiento vital se manifiesta
una condición momentánea de mi yo – su estado vital -, y en el cambio de tales condiciones se
manifiesta una cualidad real permanente: la energía vital 115 (Lebenskraft)116 .
44
3.1.3. LAS DIFERENTES INTENSIFICACIONES
DE LA ENERGÍA VITAL COMO CAUSA
DE LA CAUSALIDAD PSÍQUICA
Las cualidades permanentes del yo real o del individuo psíquico aparecen como sustratos del
acontecer causal psíquico, que consiste en un cambio regulado de los modi de esas cualidades y,
por cierto, de tal manera que una determinada cualidad – la energía vital – queda marcada como
lo que condiciona la modalidad de las demás cualidades y es condicionada a su vez por ellas
en cuanto a sus estados. El hecho de que se proporcionen o se sustraigan energías a la energía
vital es la “causa” del acontecer psíquico. El “efecto” consiste en los cambios de las demás
cualidades psíquicas. No existe una dependencia causal directa entre otras cualidades entre sí,
sin que exista una mediación de la energía vital. Por ejemplo, la receptividad para los colores no
puede quedar intensificada ni reducida por la receptividad para los sonidos. Pero ambas pueden
quedar intensificadas conjuntamente por medio de una intensificación, independiente de ambas,
de la energía vital. O también puede suceder que, por la actuación de la una, la energía vital y
con ello, a su vez, la otra, queden reducidas.118
45
Pero, lo que es más importante, dicha relevancia de la energía vital hace que
Stein pueda afirmar que “no hay realidad psíquica sin causalidad”121. Así afirma
la autora:
Todo el acontecer psíquico puede concebirse como una trasposición de la energía vital a la acción
actual de vivenciar, y como la utilización de la energía vital por parte de la acción actual de
vivenciar. Por consiguiente, la energía vital y sus modi ocupan un lugar singularísimo en la
constitución de la psique.122
Aparece como un mecanismo que se regula automáticamente; por su estructura se adapta a una
serie de funciones diversas, pero le corresponde sólo una cantidad limitada de energía impulsora,
y cuando esta es dirigida hacia una sola función, las demás se van eliminando espontáneamente.
De la energía impulsora depende todo el mecanismo.123
46
3.1.4. LA LEY CAUSAL GENERAL:
“TODO ACONTECER PSÍQUICO
ESTÁ CONDICIONADO CAUSALMENTE”
Stein, con estas dos razones dadas en su negación del determinismo, ha lanzado
implícitamente dos cuestiones que, para nuestra temática son ciertamente muy
importantes. ¿Existe, además de la causalidad, otro tipo de leyes que rijan lo
psíquico? ¿Cuáles son las fuentes de las que se alimenta la energía vital?127
47
3.1.5. LA MOTIVACIÓN COMO SEGUNDA LEY
DE LA PSIQUE HUMANA, IRREDUCTIBLE
A LA CAUSALIDAD PSÍQUICA
Ahora bien, ¿en qué consiste esta ley? Examinando la estructura de las vivencias
motivadas, puede decirse que en toda motivación se distingue un motivo, un
acto motivante y un acto motivado.
48
Dondequiera que la conciencia se dirige hacia un objeto, no lo entiende como un x vacío, sino
como un determinado contenido de sentido, como portador de un estado de ser unitario, completo
en sí mismo, pero del que en cada caso ‘se manifiesta’ tan sólo una parte, es decir, viene a ser
plenamente objeto una parte, mientras que el resto se entiende conjuntamente sólo en forma vacía.
Esto se aplica, en primer lugar, a la percepción, por ejemplo, de una cosa que aprehendemos
como cuerpo espacialmente delimitado, pero que tan sólo se manifiesta realmente a la vista
con una parte de su superficie. Pero se aplica también, por ejemplo, a la comprensión de una
proposición o a la captación de un estado de cosas que, desde el primer enfoque se entiende ya
como un todo, pero que sólo llega a captarse “propiamente” de manera gradual, fragmento tras
fragmento. La unidad del sentido prescribe qué complementaciones admite un sentido parcial
dado, y, por tanto, qué pasos ulteriores pueden ser motivados por el primer paso.129
49
conocimiento, en el “volverse a”, en las tomas de posición y en los actos libres.133
Así, en las tomas de conocimiento, lo que es objetivo se convierte para nosotros
en una dación: en este sentido, el yo no es libre, porque recibe pasivamente lo
que se le presenta. Tal recibir no es “por sí mismo un motivo en el mismo nivel
de la conciencia, sino únicamente en sus sustratos sensibles, pero que puede ser
motivador […] para una recepción ulterior”.134
En los actos llamados por Stein “volverse a”, no encontramos pasividad, sino
actividad del yo: éste se dirige a un objeto para progresar en su conocimiento,
por lo que aquí, en cambio, si encontramos cierta libertad, en la medida en que
lo recibido en la forma de objeto “ejerce sobre el yo un impulso al que el yo
puede acceder o al que también puede negarse”.135 Evidentemente, la libertad
del yo en este caso no se entiende como ausencia total de motivos.
Por lo que respecta a las tomas de posición, Stein afirma que son motivadas por
las tomas de conocimiento o sus correlativos y que, al igual que ellas, son algo del
que se me hace “partícipe”. Un ejemplo de toma de posición sería el siguiente:
la percepción de mi madre en frente de mí, hace que nazca en mí la creencia de
que mi madre existe. Para la autora, yo no puedo proporcionarme las tomas de
posición si ellas no se presentan por sí mismas; pero sí que existe una posibilidad
que no se da en las simples tomas de conocimiento: puedo “tomar posición”
en un nuevo sentido, ante las tomas de posición, aceptándolas o rechazándolas
aceptando la actitud opuesta (lo que no significa eliminándolas). Rechazarlas en
este caso significaría hacerlas ineficaces mediante la epoché, para que no actúen
en mí. Un ejemplo sería: la percepción de alguien a quien no conozco y a quien
veo por primera vez que viene desaliñadamente vestido, hace surgir en mí la
creencia de que es una persona descuidada, pero suspendo el juicio, puesto que
sé que, las primeras impresiones – dice la sabiduría popular – no suelen ser
ciertas.
Si hemos dicho que no podemos eliminarlas, se debe fundamentalmente al
hecho de que no está en mi poder, ya que hacen falta nuevos motivos que quiten
vigor a los motivos de la creencia original.
50
La aceptación y el rechazo de las tomas de posición poseen, lo mismo que
estas sus motivos y razones. Si los motivos y las razones coinciden, entonces
encontramos motivos racionales. Si se desligan, son irracionales. Si falta en
absoluto una razón, entonces la “toma de posición o el libre comportamiento
hacia ella es irracional y eventualmente incomprensible”.136
Por último, respecto a los actos libres, Stein los caracteriza afirmando que tales
actos se dan si la aceptación o el rechazo de una toma de posición se realizan
como vivencias independientes, de modo que el yo no sólo se vivencia, sino que
se manifiesta también como señor de su vivenciar. Necesitan un impulso para
realizarse que no está él mismo motivado y presuponen un motivo. Pero el motivo
no obliga al sujeto a efectuar los correspondientes actos. Esto lo argumenta Stein
con un ejemplo:
Me consta, por ejemplo, que con la seguridad que doy al enfermo de su pronto restablecimiento,
podré levantar su ánimo; que eso es algo que él espera oír de mí, y yo querría de buena gana
ayudarle. Existe, por tanto, el motivo y, no obstante, dejo de darle tal seguridad. Es obvia una
objeción: también la omisión requiere un motivo, o bien se presentan motivos contrarios a la
ejecución. Por ejemplo, el dar una seguridad se opone a mis principios que me obligan a no decir
nada de lo que yo no esté convencido. Esto, ciertamente, sucede con frecuencia. Pero cuando
me encuentro metido en la lucha de motivos opuestos, cando me veo situado ante una decisión,
entonces vuelvo a ser yo el que adopta la decisión. Ésta no se presenta automáticamente, como
si la aguja indicadora de una balanza señalara el platillo que contuviera “mayor peso” de
motivos. No, sino que yo me decido, porque me parece que es el más importante. Aunque sean
más cosas las que aboguen por el hacer que por el dejar de hacer, sin embargo, el hacer requiere
mi “fiat!”, puedo concederlo por razones de “peso”, puedo concederlo sin sopesar bien los
motivos; y, finalmente, puedo concederlo aunque los motivos en favor y en contra me parezcan
de igual peso. Por consiguiente, los actos libres presuponen un motivo137.
51
y la motivación. En lo psíquico se intercalan causalidad psíquica y motivación,
pero es propia de la vida del espíritu la motivación. Ella es la ley del espíritu.
A la pregunta por las fuentes que nutren la energía vital, Stein responde
desde el lado de las energías espirituales. Considera que hay tres fuentes que,
fundamentalmente, pueden nutrir la vida del espíritu: la fuerza de la voluntad138;
el espíritu objetivo (las obras culturales); el espíritu subjetivo (otros individuos) y
el Espíritu divino.139
Esta última fuente es la que, según la autora, abre el camino a la filosofía de la
religión – desde lo que podemos considerar una fenomenología de la vivencia
religiosa140. Que el Espíritu divino – Dios- puede otorgar inundar de nueva vida
al alma, lo pone de manifiesto la autora explícitamente:
Hay un estado de descanso en Dios, de completo reposo de todas las actividades mentales en las
que no hay lugar para ninguna clase de planes, no se toman decisiones y no sólo no se hace nada,
sino que ‘todo lo futuro se deja al porvenir’. Este estado viene a mí después de una vivencia,
que excedía mis fuerzas, que consumió mi energía vital por completo y que me despojó de toda
mi actividad. El descanso en Dios es frente a esto algo completamente nuevo y singularísimo.
Aquello era silencio muerto. En su lugar se sitúa ahora el sentimiento del estar a salvo, de
ser liberado de toda preocupación y responsabilidad y obligación de actuar. Y entregándome a
este sentimiento, comienza poco a poco a llenarme de nueva vida y capacitarme para nueva
actividad – sin tensión de la voluntad. Esta corriente vital aparece como emanación de una
actividad y de una fuerza, que no es mía […].141
138 La autora considera que la voluntad es libre en un triple sentido “1) porque surge por un impulso propio;
2) porque toma espontáneamente energías de la esfera vital; 3) porque despliega por sí misma energías” (Stein,
Contribuciones, 303).
139 Cf. Stein, Contribuciones, 328-329.
140 Cf. Stein, Contribuciones, 303. Beate Beckmann ha realizado una gran aportación al presentar en su tesis
doctoral sistemáticamente la fenomenología de la vivencia religiosa según Stein comparada con la de Adolf
Reinach. Véase Beate Beckmann, Phänomenologie des religiösen Erlebnisses. Religionsphilosophische Überlegungen in
Anschluβ an Adolf Reinach und Edith Stein (Würzburg: Königshausen & Neuman, 2003).
141 Traducción nuestra de Stein, Beiträge, 63-64. Es gibt einen Zustand des Ruhens in Gott, der völligen Entspannung aller
geistigen Tätigkeit, in dem man keinerlei Pläne macht, keine Entschlüsse faßt und erst recht nicht handelt, sondern alles Künftige
dem göttlichen Willen anheimstellt, sich gänzlich »dem Schicksal überläßt«. Dieser Zustand ist mir etwa zuteil geworden, nachdem
52
3.2. DISTINCIÓN ENTRE LO PSÍQUICO Y
LO ESPIRITUAL EN V. FRANKL
3.2.1. LIBERTAD
ein Erlebnis, das meine Kräfte überstieg, meine geistige Lebenskraft völlig aufgezehrt und mich aller Aktivität beraubt hat. Das
Ruhen in Gott ist gegenüber dem Versagen der Aktivität aus Mangel an Lebenskraft etwas völlig Neues und Eigenartiges. Jenes war
Totenstille. An ihre Stelle tritt nun das Gefühl des Geborgenseins, des aller Sorge und Verantwortung und Verpflichtung zum Handeln
Enthobenseins. Und indem ich mich diesem Gefühl hingebe, beginnt nach und nach neues Leben mich zu erfüllen und mich – ohne
alle willentliche Anspannung – zu neuer Betätigung zu treiben. Dieser belebende Zustrom erscheint als Ausfluß einer Tätigkeit und
einer Kraft, die nicht die meine ist [...].
142 Frankl, La presencia ignorada de Dios, 21.
143 Ibidem.
144 Frankl, La presencia ignorada de Dios, 25.
145 Ibidem.
53
que el hombre es libre de ser impulsado, porque su yo no está atado a su ello: es
libre frente a él. En segundo lugar, la libertad supone un “para qué”: el hombre
es libre para ser responsable. En suma “la libertad humana consiste, pues, en
una libertad de ser impulsado para ser responsable, para tener conciencia”.146
[…] no sólo existe una libido inconsciente o reprimida, sino también una religio inconsciente
o reprimida. Es claro, después de lo dicho al principio, que la primera de ambas cosas ha de
atribuirse al inconsciente impulsivo, mientras que la segunda, en cambio, pertenece por su
esencia al inconsciente espiritual.147
54
nosotros, dándose una “relación escondida del hombre a Dios, a su vez
escondido”.153
Pero al autor no le basta con esta descripción dada, y quiere precaver a los lectores
de tres desviaciones por las cuales es posible entender de modo incorrecto el
significado de la expresión “Dios inconsciente”: el panteísmo, el ocultismo y la
elloificación independiente de lo religioso. Por lo que se refiere al panteísmo,
lo descarta Frankl, porque el hecho de que el inconsciente tenga una vertiente
espiritual no significa afirmar su divinidad.
El hecho de que el inconsciente no sea divino implica para Frankl que tampoco
tiene ninguno de sus atributos divinos, como la omnisciencia, por lo tanto, la
desviación ocultista, que adjudicaría al ello un conocimiento más penetrante
de ese Dios inconsciente que el que tendría el yo, o incluso, una omnisciencia
del inconsciente, queda también eliminada. Frankl es taxativo: “de la misma
manera, pues, que designábamos la primera desviación como propia de una
teología de aficionados, diríamos que esta segunda pertenece a una metafísica
“cortocircuitada”, es decir, irreflexiva y de cortos alcances.” 154
153 Ibidem.
154 Frankl, La presencia ignorada de Dios, 68.
155 Cf. Frankl, La presencia ignorada de Dios, 69.
55
partir del análisis existencial de la conciencia moral, desembocan necesariamente
en lo que él califica como “un hallazgo de suma importancia”.156 Ese hallazgo es
la trascendencia de la conciencia moral.
Esto se comprende, para V. Frankl, a través del hecho de que toda libertad
implica, por un lado, un “de qué”, y, por otro, un “para qué”. Es decir, “la
libertad de la voluntad humana consiste, pues, en una libertad de ser impulsado
para ser responsable”.157 Pero, “para ser responsable”, significa “para seguir la
conciencia moral”. Frankl acude a una frase de Maria von Ebner-Eschenbach
con el fin de hacer más comprensible este doble aspecto que entraña la libertad
humana. La frase es la siguiente: “Sé dueño de tu voluntad y siervo de tu conciencia”158 .
Así, “sé dueño de tu voluntad” aludiría a la libertad frente a los impulsos, el ser
libre de los impulsos (la libertad del yo frente al ello). “Siervo de tu conciencia”
expresaría la libertad para ser responsable, para seguir la conciencia moral.
Esto, no obstante, sólo es posible cuando, en palabras de Frankl, la conciencia
moral “es algo más que mi propio yo, cuando es portavoz de algo distinto de mí
mismo”.159 La conciencia moral es, pues, una voz que escucha el hombre, pero
que no proviene de él, sino de la trascendencia. Por eso, precisamente, tendría un
sentido nuevo para Frankl la palabra “persona”, porque en la conciencia moral
de la persona humana per-sonat (resuena, retumba…) una instancia sobrehumana
que, a su vez, para el psiquiatra austríaco, sólo puede ser personal.160
56
de mi conciencia soy criatura”.162 Es decir, no se puede explicar la dimensión
humana del “ser responsable” sin hacer referencia a la trascendencia de la
conciencia moral, por la que se refleja que cada decisión moral no es fruto de un
monólogo conmigo mismo, sino de un diálogo con “otro”, porque la conciencia
“es portavoz de algo distinto de mí mismo”163, ante lo que, o mejor dicho, ante
quien soy responsable.
Aceptar esta característica esencial de la conciencia moral es, para Frankl,
la piedra de toque que distingue al hombre religioso del hombre irreligioso.
El hombre irreligioso también tiene conciencia moral, pero la acepta en su
facticidad psicológica, considerándola la última instancia ante la que se siente
responsable.164 Ignora la trascendencia de su conciencia y “no pregunta más
allá, no pregunta ni por el ‘ante qué’ de su responsabilidad, ni por el ‘de dónde’
de su conciencia”165. Así describe Frankl al hombre irreligioso:
Llegados aquí, podemos decir que, tanto Stein como Frankl buscan fundamentar
antropológicamente la psicología y la psicoterapia de su tiempo. Es decir,
consideran que es primordial tratar de responder a la pregunta qué es el hombre, para
poder después responder a la pregunta cómo entender su psique y cómo sanar al hombre.
57
Ambos autores coinciden en denunciar el olvido de lo espiritual en el hombre
como tara de las corrientes intelectuales del momento. Tras poner en tela de
juicio el naturalismo imperante, Stein descubre en las dos leyes de lo psíquico –
causalidad psíquica y motivación – las claves para definir lo psíquico y lo propio
del espíritu: en la psique encontramos la confluencia de ambas legalidades,
siendo lo propio del espíritu la motivación. Además, apareció Dios entre las
fuentes que pueden nutrir la vida espiritual del hombre, en una clase de vivencias
que Stein no aborda a fondo en las Contribuciones, pero que como hemos visto,
comienza a describir. Por su parte, Frankl rescata lo espiritual en el hombre a
través de la recuperación del sentido auténtico de libertad, de la rehabilitación
del inconsciente espiritual, especialmente de la religiosidad inconsciente; y de la
defensa de la trascendencia de la conciencia moral.
58
modos como Dios puede obrar en el alma. En especial, sería necesario que en
los planes de estudio de psicología se incluyera una asignatura sobre experiencia
mística como complemento necesario a una “psicología de la religión”. En dicha
materia habría que estudiar científicamente qué es la experiencia mística.
59
La experiencia mística
desde la fenomenogía:
Edith Stein y el Castillo interior
de Teresa de Ávila
Maria Teresa Russo
Dipartimento di Scienze della Formazione, Università Roma Tre
[email protected]
http://dx.doi.org/10.7764/Steiniana.2.2018.3
Abstract: The biographical itinerary and the speculative development of Edith Stein offer a
precious material to reflect on the relationships between philosophy and mysticism, considered
as two ways to approach the truth, without yielding to the temptation to immanentize the
divine by reducing it to the individual conscience or There is therefore in common between
the two saints the interest towards the kingdom of the soul, which appears in all its richness
but also in its fragility. The encounter with the writings of Teresa de Ávila represents for
Edith Stein the impulse to the conversion to Christianity and to the entrance in the Carmel
of Cologne. In the Appendix of Being finite and eternal, entitled The inner castle (Die
Seelenburg), the analysis of the image of the inner Castle of Teresa offers the philosopher the
opportunity to explore, in a fertile synthesis of phenomenology and metaphysics, the nature
60
and the dynamism of the soul, in its relationship with the psyche and the spirit. There is
therefore in common between the two saints the interest towards the kingdom of the soul,
which appears in all its richness but also in its fragility.
Con esta observación se abría el conocido ensayo sobre la mística escrito en 1929
por Maurice Blondel, que subrayaba como, después de la euforia positivista, la
filosofía y, más en general, el mundo intelectual de las primeras decenas del
siglo XX consideraba con extremo interés el fenómeno místico. Los motivos
se tienen que atribuir a la nueva sensibilidad, orientada a valorar la dimensió
metaracional, en el rechazo de aquella razón instrumental, calcolista, típica
expresión de la modernidad, incapaz de captar el Lebenswelt, la esfera de las
cuestiones vitales, de las preguntas y de las respuestas últimas. Ante la ratio
moderna que había pretendido convertir el problema religioso en las categorías
puramente intelectuales del deismo, pseudo-religión carente de toda dimensión
de misterio, o se había declarado incapaz de superar el límite invalicable de lo
fenoménico, en el rechazo agnóstico de investigar lo incognocible, parecía no
quedar otra alternativa que la afasia hacia lo Absoluto. Por otro lado, es inegable
que incluso en las filosofías modernas llamadas “ateas”, es posible descubrir una
“invocación” silenciosa a Dios y una cierta nostalgia, aunque en las formas del
rechazo y de la imprecación.
Aparece por tanto, también como reacciόn hacia la religiόn reducida por Kant
168 M. Blondel, Qu’ est-ce que la mystique?, Bloud & Gay, Paris 1929, p. 2.
61
“dentro de los límites de la sola razόn”, donde Dios es el supremo garante del
orden moral, distante de la vida del hombre aunque remunerador en el más
allá169, el intento de recuperar lo inefable, lo sagrado, lo religioso, a través de
métodos de conocimiento que privilegian la intuiciόn y la experiencia interior,
más que la razόn discursiva y nocional. De aquί una renovada atenciόn hacia
la mίstica, como forma toda especial de contacto y de expresiόn de lo divino170,
que aparece en sorprendente consonancia con determinadas exigencias
especialmente percibidas también por la filosofía. Si la filosofía, en su cumbre,
es búsqueda intelectual del ser de Dios y de su relaciόn con el hombre y la
naturaleza, la mística es “la percepciόn […] casi experimental de Dios presente”;
eso quiere decir que “mientras los otros conocimientos de los misterios divinos
se tienen a través de la mediaciόn de conceptos”, al revés “la mística puede
definirse como una experiencia de Dios presente infinito”171. Las sugestiones
más fuertes que la mística ejerce también para el filόsofo están en la línea no sólo
del “pensar de otra manera”, sino también del “expresarse de otra manera”:
una forma de contacto más profundo con el Absoluto, que es también un sentir
y un imaginar. Se trata de la nostalgia de una visiόn del corazόn, “un espacio
que se abre en el interior de la persona para acoger determinadas realidades”172.
Se configura también como la búsqueda de una manera de expresarse que
sobrepase el lenguaje simbólico, en una comunicaciόn inmediata de lo que se
experimenta: “la idea fundamental del misticismo -subraya Blondel- es que ni
las imágenes ni los conceptos nos dan la realidad; hay que atravesar como velos
las cosas sensibles y las representaciones intelectuales”173. En esta direcciόn,
aparece una profunda afinidad entre el lenguaje místico y el lenguaje poético.
Representa, en definitiva, el deseo de un camino hacia lo Absoluto que no se
169 I. KANT, La religione entro i limiti della sola ragione, Laterza, Roma-Bari 2004, p. 218.
170 Desde un punto di vista filosόfico, la noción de misticismo se define como “la creencia en la posibilidad de
una unión íntima y directa del espíritu humano con el principio fundamental del ser, una unión que constituye
al mismo tiempo una forma de existencia y una forma de conocimiento extraños y superiores a la existencia y
al conocimiento normales” (A. Lalande, Vocabulaire technique et critique de la philosophie, Presses Universitaires de
France, Paris 1988, p. 527). La teología lo ha tradicionalmente considerado como un conocimiento experimental
de las realidades divinas, en todo dependiente de la fe, pero de una fe rica de amor; en esta experiencia Dios es
captado de manera oscura, más allá de las fórmulas, pero no desde fuera (cfr. J. H. Nicolas, Sintesi dogmatica,
vol. I, Libreria Editrice Vaticana, 1991, p. 267).
171 E. Ancilli, Introduzione en H. de Lubac, Mistica e mistero cristiano, Jaca Book, Milano 1979, p. XVIII.
172 M. Zambrano, Hacia un saber sobre el alma, (1950), Alianza Editorial, Madrid 2005, p. 52
173 Citado en A. Lalande, op. cit., p. 528.
62
propone como itinerario puramente intelectual, sino existencial: una experiencia
seguramente excepcional, pero significativa también para quien solamente se
hace su interlocutor.
No es difícil, por cierto, entrever los riesgos de este nuevo descubrimiento,
constituidos sobretodo por el peligro del irracionalismo, por la necesidad
absoluta de experiencias extraordinarias, por la tentaciόn de inmanentizar
lo divino reduciéndolo a la conciencia individual. Asi se anula el límite entre
lo natural y lo sobrenatural y se apunta a un modelo de religiόn sin verdades
que hay que creer o normas que observar, sino sensaciones que experimentar.
Como ha observado Henri de Lubac, sin la referencia al Misterio cristiano que
“sobrepasa al místico; domina su experiencia, es su norma absoluta”174, la mística
puede ejercer un influjo perjudicial no solamente en la filosofía sino también en
la misma religiόn. De hecho –sigue de Lubac- “la interioridad cristiana no es
nunca […] interioridad pura: cuanto más profunda se hace, más supone aquel
movimiento intencional que lleva al místico más allá de sí mismo, en la direcciόn
de la fuente que no cesa de colmar su vacío. La experiencia cristiana […] es
participaciόn […] a la Realidad del Cristo”175. Se puede por tanto decir que en
ámbito cristiano “la mística es la interioridad de la fe a través de la interiorizaciόn
del misterio”176.
En caso contrario, podría incluso haber una mística sin religiόn, como en el caso
de la mística neoplatόnica, que se presenta como una “experiencia intelectual
de Dios” carente del sentimiento de la criatura frente a su creador y de la
conciencia de la paternidad de Dios177, por tanto una mística sin religiόn. Si
mística significa búsqueda de lo divino que sale del hombre y queda en el hombre,
resulta totalmente ausente la dimensiόn de la relaciόn con un Dios personal y
trascendente que atrae a sí al ser humano. Se comprende entonces el resultado
paradόjico senalado por De Lubac: “lo divino de la mística tiene algo ambiguo”
y “es quizá el superlativo de la religiόn: quizá es su soberbio antagonista”178, así
como la afirmaciόn de Karl Barth, que se atreve a decir: “el misticismo es una
174 H. de Lubac, Mistica e mistero cristiano, Jaca Book, Milano 1979, p. 18. Cfr. G. Mura, Mistica, Mistero e Filosofia,
en “B@belonline”, nn.1-2, 2016, pp. 109-130.
175 Ivi, p. 22.
176 Ivi, p. 24.
177 R. Arnou, Le désir de Dieu dans la philosophie de Plotin, Felix Alcan, Paris 1921, p. 49.
178 H. De Lubac, op. cit., p. 136.
63
forma encubierta de ateismo”179.
A pesar de estas observaciones, el interés de la filosofía hacia la mística aparece
como una prueva de que el interrogante sobre la existencia de Dios es también
una “cuestiόn del corazόn humano”, como y todavía más que del intelecto180:
por tanto, para satisfacerlo, se requieren unas experiencias que “muestren”, es
decir testigos ademas que doctrinas. El estudio de la mistica puede entonces
configurarse como una aportaciόn extremamente fecunda para una moderna
apologética, orientada a proporcionar argumentos sobre la existencia de Dios en
estrecha conexiόn con las experiencias más profundas del hombre.
Al filόsofo la mística podrá aportar notables elementos de reflexión, siempre
que se estudie no como un mero hecho psicolόgico con aspectos mas o menos
excéntricos, sino como una experiencia del todo peculiar, no asimilable a
otras. En este sentido, especialmente interesante es el enfoque fenomenόlogico,
orientado a sacar a relucir todos los componentes esenciales de la experiencia
religiosa en su complejidad, especificidad y autonomía, para poner de relieve
que son manifestaciones de realidades irreducibles a la conciencia.
La experiencia mística, por tanto, aunque de origen sobrenatural y por naturaleza
incomunicable, puede constituir una cuestiόn filosόfica. Presentándose, pues,
como una experiencia intrínseca al hombre, se presta a una radical reflexiόn
fondativa, tanto a nivel antropόlogico-metafisico, como epistemolόgico. Si
su terreno propio parece ser el de la filosofía de la religiόn, los resultados sin
embargo interesan también otros ámbitos, como el gnoseolόgico, ya que hechan
luz sobre la naturaleza de la inteligencia. Como ha justamente puesto de relieve
M. Blondel, el estudio de la mística lleva a concluir, con San Juan de la Cruz,
que “el místico es el más razonable de los hombres”181. De hecho en el místico
el natural dinamismo de la inteligencia, que consiste en pasar continuamente
de la aprensiόn discursiva de lo contingente y relativo hacia la intuiciόn de lo
Absoluto, por la que Blondel define como “la inquietud congénita al ser”, es
sublimado por la gracia y llevado a la contemplaciόn pura, sencilla y directa de
lo divino, el simplex intuitus veritatis de Santo Tomás182.
64
El conocimiento del pensamiento de los místicos revela también que la
experiencia humana tomada en su plenitud, como experiencia integral,
tiene raíces metafísicas, ya que aspira al principio y al fundamento. De aquí
se desprenden a nivel existencial interesantes consecuencias: se perfila una
antropología nueva, inspirada a un auténtico realismo y a una visiόn integral
de la persona humana, donde la vida mística aparece como la plena realizaciόn
de todas las potencialidades humanas conseguida no a precio de un esfuerzo
sobrehumano, casi titánico, sino gracias a lo que felizmente Guitton define “un
esfuerzo sin esfuerzo” 183. Por este motivo los grandes místicos han jugado en la
vida de muchos, entre los que se cuentan también grandes filosόfos, un papel
tan significativo en el descubrimiento de Dios: “muestran” no solamente otro
horizonte de sentido, abtractamente considerado, sino el contacto con una
presencia concreta, que obra en ellos una transformaciόn y una sublimaciόn.
183 J. Guitton utiliza esta expresiόn, aclarando que se remonta a Bergson, en su analisis de la espiritualidad de
Teresa de Lisieux: Essai sur le génie spirituel dans la doctrine de sainte Thérèse de l’Enfant Jésus, Les Annales de Lisieux,
Lisieux 1955.
184 Teresia Renata de Spiritu Sancto (Posselt), Edith Stein, Lebensbild einer Philosophin und Karmelitin, Glock und
Lutz, Nürnberg 1948, p. 28; T. R. Posselt, , Edith Stein: Una gran mujer de nuestro siglo, Burgos, Monte Carmelo,
1998, p. 86. El relato es “leyendario” por el estilo un poco enfático.
65
conocida en el círculo de los discípulos de Edmund Husserl, la hermana Teresia
hace referencia a las visitas que a menudo Edith Stein realizaba al matrimonio
Conrad en Bergzabern, donde éste último cuidaba un huerto. Durante una de
estas visitas, en el verano de 1920, Edith coge al azar en la biblioteca de estos
amigos el libro de la Vida de Santa Teresa escrita por ella misma, y – como
describirá sucesivamente en su autobiografia: “«Empecé a leer y fui cautivada
inmediatamente, sin poder dejar de leer hasta el fin. Cuando cerré el libro, me
dije: Ésta es la verdad”185.
Siempre la misma Edith, en su relato autobiográfico datado 1938, Como llegué al
Carmelo de Colonia, escribe:
185 E. Stein, Estrellas amarillas. Autobiografía: infancia y juventud, Editorial de Espiritualidad, Madrid 1973, p. 436.
186 E. Stein, Como llegué al Carmelo, Editorial de Espiritualidad, Madrid 2016, p. 11.
187 Teniendo en cuenta las declaraciones de Gertrude Koebner, conservadas en la Edith-Stein-Archiv Köln
(GI 9 / Koe), la cronologia del encuentro con Teresa de Jesús en el verano de 1921 puede haber sido la siguiente:
alrededor de mayo-julio, la primera lectura de la Vida de Teresa en Bad Bergzabern; a continuación, de agosto
hasta octubre de 1921, una ulterior profundizaciόn en Breslau, como atestigua Gertrud Koebner, que en este
66
Se trata de un recorrido que ya había empezado anos antes, como testifica la
carta a Roman Ingarden del 3 de octubre 1918:
momento fue introducida en el método fenomenológico: “Un día, sin muchas palabras, E.[dith] comenzó el
trabajo de leer conmigo Kierkegaard, mostrandome asi su verdadera vida interior. Leyó conmigo los escritos
de Santa Teresa e yo pude notar cόmo fuera atraida con todo su ser y se sintiera completamente a gusto”. Véase
Ulrich Dobhan, Teresa d’Avila ed Edith Stein: http://www.ocd.pcn.net/edsi_ulr.htm#N_3_
188 E. Stein, Cartas a Roman Ingarden (1917-1938), EDE, Madrid 1998, carta 53, p. 113.
67
de partida sea completamente distinto. Habrá quedado claro que
yo no le conté mi propio camino pensando que fuera el camino.
Estoy firmemente convencida que hay tantos caminos a Roma
como cabezas…y corazones. Quizá haya dejado lo intelectual en
mal lugar en la representación de mi camino. En los largos años
de preparación, seguro que influyó mucho. Pero conscientemente
fue decisivo el suceder real –no el ‘sentimiento’- de la mano de la
imagen concreta del cristianismo en testigos eloquentes: Agustín,
Francisco, Teresa. ¿Cómo describirle en pocas palabras el cuadro
de ese ‘suceder real’? En un mundo infinito completamente nuevo
que se abre al empezar a vivir hacia dentro en lugar de hacia
fuera. Todas las realidades con las que se tenía que ver hasta
el momento se hacen transparentes, y se hacen perceptibles las
fuerzas que llevan y mueven auténticamente. ¡Qué irrelevantes
se ven los conflictos en los que se estaba metido antes¡ Y qué
plenitud de vida, con dolores y dichas que el mundo terreno no
conoce y no puede concebir; abarca un solo día, aparentemente
vacío, de la insignificante existencia humana! Y qué raro se siente
uno viviendo como una de ellas entre personas que sólo ven la
superficie, sin que noten ni se imaginen que uno lleva todo eso
otro consigo. ¿Está pensando ahora que estoy loca con estas cosas
tan misteriosas? No lo tome a mal; si quiere, volveré con mucho
gusto a pisar el suelo de la ratio, en donde usted se siente más
en casa. No se me ha olvidado del todo cómo se usa, incluso la
aprecio -con sus limitaciones- mucho más que antes”189.
189 E. Stein, Cartas a Roman Ingarden (1917-1938), EDE, Madrid 1998, carta 94, p. 183.
68
amigo y confidente, más que un maestro. Le produce casi temor el encuentro
con la joven viuda, que le solicita poner orden en los escritos filosóficos de su
marido. Pensaba encontrarse con una mujer joven destrozada por el dolor: sin
embargo vió una mujer fuerte, llena de esperanza en el Dios de Jesucristo. Edith
Stein no pudo dejar de interrogarse por este “fenómeno” que merecía gran
atención y que quizá escondía la respuesta al sentido del ser. Se puede afirmar
que es como el punto de partida que la llevará a una búsqueda activa por el
camino de la religión.
En su proceso de conversión, la cabeza y el corazón, la experiencia y el
conocimiento, la lectura individual y el ejemplo de los testigos intervienen en la
misma medida, sin excluir, por supuesto, la gracia. Así lo expresa en la carta a
Ingarden del 20 de novembre 1927:
“No hace falta dar, en el curso de la vida, con una justificación de la experiencia
religiosa. Pero sí que hace falta decidirse por Dios o contra Él. Esto es lo que
se nos exige: decidirnos sin certificado de garantía. Esta es la gran osadía de
la fe. El itinerario que va de la fe a la visión, no al revés. Quien es demasiado
orgulloso para pasar por esa portezuela no entra. Pero el que pasa, consigue ya
en esta vida una claridad cada vez mayor y experimenta lo justificado del credo
ut intelligam [creo para entender]. También yo creo que en esto hay poco que
hacer con construcciones o fantasías: donde se carece de experiencia propia hay
que atenerse al testimonio de homines religiosi [hombres religiosos]. Ahí sí que no
hay carencias. Para mi manera de sentir, los más impresionantes son los místicos
españoles, Teresa y Juan de la Cruz”190.
69
Otro, movidos por el deseo de autenticar su propia existencia. Es un éxodo en el
sentido bíblico de la palabra: implica ponerse en viaje hacia la verdadera patria,
impulsados por la fuerza de una promesa, sabiendo que el término será tambien
el descubrimiento de sí mismos191.
En Edith Stein se producen ambas, conversiόn religiosa y conversiόn filosόfica: en
la primera influye el ejemplo de los testigos, tanto a través del encuentro personal
como a través de la lectura; en la segunda tendrà una incidencia fundamental la
convergencia del tomismo con la fenomenologia, que transformará su enfoque
de pensar. Con palabras suyas, el pensar ya no será una mera actividad racional,
sino la activación de todas las fuerzas del alma (Seelenkräfte).
191 Cfr. C. Chalier, Le désir de conversion. Rosenzweig, Bergson, Weil, Merton, Hillesum, Seuil, Paris 2011.
192 Cfr. C. Revilla Guzmán, Presentación a E. Stein, La filosofia existencial de Martin Heidegger, Trotta, Madrid 2010,
pp. 9-20.
70
evidenciar todas sus dimensiones y se quedan en la superficie; y es exactamente
lo que le aconteció a Martin Heidegger. Él intentó analizar la existencia, pero se
quedó en el umbral del Castillo, no supo penetrar en él193.
Puede ser útil, antes de pasar a la análisis del Castillo, recordar algunos elementos
de la antropología elaborada por Stein.
193 Cfr. A. Ales Bello, Edith Stein commenta Santa Teresa d’Avila, en “B@belonline”, n. 1/ 2 (2016), pp. 47-58.
194 Nos referimos a las obras siguientes: Contribuciones a la fundación filosófica de la psicología y de las ciencias del espíritu
(1922); La estructura óntica de la persona y su problemática cognoscitivo-teólogica (1930-32); Ser finito y ser eterno. Ensayo de una
ascensión al sentido del ser (1936).
195 Cfr. A. Ales Bello, Introduzione en E. Stein, Natura, Persona, Mistica. Per una ricerca cristiana della verità, Città
Nuova Editrice, Roma 1997, pp. 14-15.
196 Se trata de una obra compuesta entre 1930-1932, más o menos en los mismos años de la composición de Ser
finito y ser eterno.
71
interior, porque para el alma ser elevada arriba de sí misma quiere decir estar
totalmente asentada en sí misma, sustraida a las impresiones del mundo. Es
capaz de seleccionarles gracias al centro del alma, que está anclado hacia arriba.
Hasta aquí el análisis es fenomenológico, para luego dejar paso a la perspectiva
de la antropología teológica. Hay otra modalidad de liberación del alma que es
producida por la gracia. La libertad del cristiano es otro tipo de libertad, porque
consiste en una liberación del mundo. Es una forma de actividad pasiva, que
sin embargo no es la actividad pasiva de la vida almal, sino un dejarse conducir
hacia arriba, es decir hacia su punto de origen.
Stein intenta por lo tanto una síntesis entre dimensión natural y sobrenatural,
donde la sinergia entre alma y espíritu es esencial porque es el espíritu el que es
capaz de Dios y de entrar en relación con él. Esto sin embargo no es posible sin
una libre elección por parte del ser humano, sin su colaboración: “Entre el reino
de la naturaleza y aquello de la Gracia se sitúa el reino de la libertad” 197. Uno
puede elegir entre llevar una vida totalmente natural o, al revés, sobrepasarla
tomando distancia de la inmediatez de las emociones y elegir la propria conducta
moral. Se pone aquí la cuestión de la relación entre querer y sentir: Stein no
pretende suprimir la afectividad sino subordinarla a la racionalidad, que, según
los valores que se eligen, sitúa la afectividad al servicio de un nivel superior, el
espiritual.
“Ningún ser libre y espiritual está totalmente aprisonado en el reino de la
naturaleza. El hombre puede sustraerse a esta dimensión. Sin embargo, para
elevarse encima de sus posibilidades necesita un don superior. “El hombre puede
experimentar la Gracia sólo si la Gracia le agarra”198.
Hay que poner de relieve que para Stein la transformación del ser humano
afecta a la persona entera, que es una unidad entre alma, cuerpo y espíritu. La
vida interior depende también de la relación que la persona decide tener con
su dimensión corporal. El riesgo es que el alma sea totalmente absorbida por el
cuerpo y se materialize. Al revés, el cuerpo puede asumir la forma del alma y ser
iluminado por esta. Es lo que nella tradizione cristiana se indica con la espressione
“santificazione del corpo”. Este, viviente, llenado por el espíritu/Espíritu, puede
197 E. Stein, Natura, Persona, Mistica. Per una ricerca cristiana della verità, cit., p. 54.
198 Ivi, p. 62.
72
a veces fisícamente también hacerse “luminoso” y “taumatúrgico”, como bien
muestra la agiografia.
Hay que especificar que Stein utiliza el término alma (Seele) de una forma
fluctuante y de manera no siempre unívoca, así que puede producir dificultades
de comprensión. A veces habla del ser humano como síntesis de psique (Psỳche) y
espíritu (Geist); otras veces utiliza el término alma (Seele) referido a la unión de la
psique y el espíritu, mientras que otras veces hace relación a uno solo de los dos
momentos. El motivo enraiza en el hecho de que los análisis fenomenológicos
consideran el alma no como una unidad monolítica, sino como un complejo
conjunto de actos y operaciones que tienen también cualidades diferentes:
algunos de ellos constituyen la psique, referida a todo lo que encontramos en
nosotros mismos, tales como impulsos, tendencias, tomas de posición espontáneas
y que no se pueden eliminar, sino sólo controlar eventualmente a través de una
serie de actos libres y voluntarios; puesto que estos últimos nos permiten tomar
decisiones. Tienen entonces unas peculiares características y por lo tanto forman
parte de una esfera diferente que se define como espiritual. El conjunto psíquico
y espiritual es diferente de la corporeidad y por esto puede llamarse, con un
término unitario “alma”, que no se identifica con la psique.
199 Cfr. A. Ales Bello, Edith Stein, la passione per la verità, Edizioni Messaggero Padova, Padova 1998, pp. 84-85.
73
El castillo interior del alma y su puerta:
Santa Teresa, Stein, Kafka
En Ser finito y ser eterno el tema principal es la cuestión de la verdad, que Stein,
realizando una convergencia entre aristotelismo, tomismo y fenomenología,
identifica con el mismo Ser que se abre espacio y se revela. En su concepción,
los misticos ofrecen también a la filosofia una aportación extraordinaria para
profundizar el alma umana, porque respaldan y completan los resultados de los
análisis realizadas a través del método fenomenólogico. Si se quiere penetrar
verdaderamente en nuestra realidad, hay que recorrer el camino de la mística,
que pone de manifiesto la relacion de lo humano con lo divino. Se trata de
un acto intuitivo que parece aniquilar nuestro ser, pero que, al revés, permite
captarlo en su verdad.
En el Apéndice El castillo interior (Die Seelenburg)200, Edith Stein propone un
interesante diálogo entre la filosofía, la psicología y la visión teresiana del ser
humano 201: “qué es lo que esta imagen del alma [la teresiana] tiene en común
con la que antes nosotros mismos hemos descrito (con criterios filosóficos), y
qué es lo que tiene de diverso”. Y concluye: “Es común la concepción del alma
como un amplísimo reino, a cuya posesión debe llegar el propietario, porque
precisamente es propio de la naturaleza humana (mejor dicho, de la naturaleza
caída) el perderse en el mundo exterior”202.
Hay por tanto en común entre las dos santas el interés hacia el reino del alma, que
aparece en toda su riqueza pero también en toda su complejidad y fragilidad.
200 E. Stein, Apéndice I El Castillo Interior, en Ser Finito y Ser Eterno. Ensayo de una ascensión al sentido del ser, en Obras
Completas, Editorial de Espiritualidad, Madrid 2002-2007, vol. III, pp. 1113 y ss.
201 “Nuestra alma como un castillo todo de un diamante o muy claro cristal, adonde hay muchos aposentos,
así como en el cielo hay muchas moradas. […] este castillo tiene como he dicho muchas moradas, unas en lo alto,
otras embajo, otras a los lados; y en el centro y mitad de todas estas tiene la más principal, que es adonde pasan
las cosas de mucho secreto entre Dios y el alma. […] la puerta para entrar en este castillo es la oración”. Santa
Teresa de Jesús, Las Moradas del Castillo interior, n.1, n. 3, n. 7 (2 de junio-29 de noviembre 1577). Edición digital:
http://dfists.ua.es/~gil/las-moradas-del-castillo-interior.pdf
202 Ivi, p. 1114.
74
interiores, hasta hacer claro y evidente lo inefable, y dejarlo marcado con el sello
de la más alta veracidad; ya sea por la fuerza que hace comprender su conexión
interior y presenta el conjunto en una acabada obra de arte”203.
Edith Stein reconoce la aportación que Teresa ofrece al conocimiento del alma y
la asume como guía en su camino de búsqueda intelectual, aparentemente ajeno
y lejano a la santa de Ávila. Lo que Edith quiere mostrar es que los caminos que
llevan a la verdad pueden ser muchos, aunque el punto de llegada será siempre
una verdad parcial, como la relativa a la estructura de la interioridad humana
y sus posibles aperturas. Sin embargo la intención de Stein no es la misma de
Teresa, como subraya la filósofa:
75
este proceso donde se mezclan la conciencia de su propia dignidad, el sentido de
la grandeza de Dios y el sentimiento de su propia fragilidad207: “Alma, buscarte
has en Mí, y a Mí buscarme has en ti”208.
Al comentar paso a paso la obra de Santa Teresa, Edith Stein emprende una
descripción de las moradas que se sitúan en el interior del yo que quiere entrar en
sí mismo, llevando a cabo una especie de racionalización de los consejos de Santa
Teresa. La puerta no es, entonces, sólo la de la oración, sino también la puerta
de la autoconciencia, como indica la Santa, y el conocimiento de sí mismos es
correlativo al conocimiento, aunque oscuro e imperfecto, de Dios. Comparando
la estructura y las diferentes potencias del alma, la filósofa propone en un primer
momento otras vías de acceso: la primera es la capacidad para ser consciente, no
solo del mundo exterior, sino de la propia vida espiritual. La conciencia originaria
del yo significa autorreflexión, que se sitúa en la dirección del “gnosce te ipsum”
socrático, pero corregido y completado a la luz del “noverim te, noverim me”
de San Agustín.
Esta experiencia del autoconocimiento se realiza a medida que la persona
va creciendo durante el período de maduración que va desde la infancia a la
juventud 209. Sin embargo, Stein es consciente que conocerse a sí mismo no es
un proceso que se realiza automáticamente y necesariamente con el avanzar de
la edad, sino que requiere trabajo y puede tropezar con errores: “Pero con este
genuino y sano anhelo de conocerse, suscitado por el descubrimiento del ‘mundo
interior’, se mezcla de ordinario un impulso excesivo a la ‘autoafirmación’” 210.
El resultado es “una falsa imagen desde lo que otros ven desde fuera que conlleva
el encubrimiento del propio ser”211.
Fuerte de su experiencia docente, Stein muestra una sincera preocupación
pedagógica y señala implicítamente los riesgos que se pueden producir si falta
207 Cfr. T. Álvarez Fernández, Guida all’interno del castello. Lettura spirituale delle Mansioni di Teresa d’Avila, Ediciones
OCD, Roma 2005, p. 33.
208 Poesía n. 8, en Santa Teresa de Jesús, Obras completas, intr. de T. Álvarez Fernández, Monte Carmelo, Burgos
1981, p.1510.
209 “Otro impulso a reentrar en sí mismo se da, por pura experiencia, en el crecimiento de la persona durante el
período de maduración que va desde la infancia a la juventud. Las sensibles transformaciones interiores impulsan
por sí mismas a esta autoobservación”. E. Stein, Apéndice I El Castillo Interior, cit., Ivi, p. 1132.
210 Ivi, p. 1132.
211 Ivi, p. 1133.
76
una específica tarea educativa. Tales riesgos consisten por un lado en lo que se
podría definir narcisismo, por el otro en una formación carente que es más bien
deformación, con el resultado que la psique moldeada desde el exterior llega a
esconder la autenticidad de la persona.
En este camino es de extrema importancia la segunda puerta, que es el trato con
otras personas, que realizan una función de espejo, gracias a la interacción con
la imagen nuestra que los demás reflejan:
77
a conocer el castillo del yo, sino que lo derrumba casi del todo: “Es como si del
‘castillo interior’ se conservasen sólo restos de muralla, que apenas nos revelan
la forma original, a la manera que un cuerpo sin alma ya no es un verdadero
cuerpo”215.
78
parte de mi voluntad— a impulsarme hacia nuevas realizaciones.
Este flujo vital me parece ascender de una Actividad y de una
Fuerza que no me pertenecen pero que llegan a hacerse activas
en mí. La única suposición previa necesaria para tal renacimiento
espiritual parece ser esta capacidad pasiva de recepción que está
en el fondo de la estructura de la persona” 217.
217 Citado por A. López Quintás, Cuatro filósofos en busca de Dios, Rialp, Madrid 1989, p. 164.
218 La novela, escrita en 1922 y publicada póstuma en 1926, es la última del escritor y se ha quedado inacabada.
La comparación con Teresa de Ávila es analizada con detalle por A. M. Sicari, Nel “Castello interiore” di Santa Teresa
d’Avila, Jaca Book, Milano 2006, pp. 17-30.
219 Cfr. F. Kafka, Obras Completas I. Novelas. El desaparecido (América). El proceso. El castillo. Traducción de Miguel
Sáenz, Galaxia Gutenberg/ Círculo de Lectores, Barcelona 1999.
79
como sostantivo del verbo Schlieẞen (obstruir, cerrar), un lugar cerrado, una
fortaleza majestuosa e inaccesible.
Es el tema del umbral, de la puerta, que aparece innumerables veces en la novela
y che resulta invalicable, pero que es también la razón de la existencia, como
se ve en otra novela de Kafka, Ante la Ley: “Todos se esfuerzan por llegar a la
Ley -pregunta el campesino ya a punto de morirse al guardián que no le ha
permitido entrar en la Ley- ¿cómo es posible entonces que durante tantos años
nadie más que yo pretendiera entrar? ”. Responde el guardián: -Nadie podía
pretenderlo porque esta entrada era solamente para ti. Ahora voy a cerrarla”220.
220 F. Kafka, Davanti alla legge, in La meta e la via. Racconti scelti, Rizzoli, Milano 2000, p. 49.
80
Análise fenomenológica
da empatia na perspectiva
do desenvolvimento de uma
filosofia da pessoa humana
Dr. Carlos Eduardo de Carvalho Vargas
Pontifícia Universidade Católica do Paraná – PUC - PR/ Edith Stein Circle
[email protected]
Abstract: This article intends to analyze the notion of empathy according to the methodology
of the epistemological clarification of Edith Stein, verifying what is the scope of the
philosophical anthropology that arises from the description of the operations and structures
that correspond to the empathy. The work is focused on the work On the problem of empathy,
especially analyzing the anthropological reflection developed there on the corporal, psychic
and spiritual aspects. In the end, we question the importance of these anthropological themes
for the later development of the Steinian work and for a possible phenomenological philosophy
of the human person.
81
INTRODUÇÃO
221 M. Baseheart. “On the Problem of Empathy”: Foreword to the Third Edition. In: E. Stein. On the Problem
of Empathy: The Collected Works of Edith Stein, vol. 3. Third Revised Edition. Translated by W. Stein (Washington,
D.C.: ICS Publications: Kluwer Academic Publishers, 1989), ix-xi.
222 No original: “it sketches the broad outlines of her philosophy of the human person, details of which she fills in in subsequent
investigations” (tradução dos autores).
223 Baseheart, On the Problem of Empathy: Foreword..., ix.
82
Francisco Javier Sancho Fermín224 também apresentou algumas análises sobre
a importância do estudo acerca da Empatia na vida e na obra de Edith Stein,
extrapolando os limites da teoria do conhecimento e destacando a importância
do problema antropológico para a jovem filósofa alemã: “o problema que Edith
pretende resolver é o da pessoa como sujeito espiritual. É o fundamento de todas
as suas investigações posteriores nas quais o interesse antropológico constitui a
sua preocupação primordial225”.
Quando Edith Stein pensava em fenomenologia, cem anos atrás, ela tinha em
mente a obra que Edmund Husserl havia publicado mais recentemente: Ideias
para uma fenomenologia pura e filosofia fenomenológica, primeiro livro: introdução geral à
fenomenologia pura 227, a qual seria publicada como o volume Hua III/1 da coleção
224 F. S. Fermín, 100 fichas sobre “Edith Stein” (Burgos: Monte Carmelo, 2005).
225 Fermín, 100 fichas sobre “Edith Stein”, 99.
226 E. Stein, Zum Problem der Einfühlung (Teil II–IV der unter dem Titel: Das Einfühlungsproblem in seiner
historischen Entwicklung und in phänomenologischer Betrachtung vorgelegten Dissertation). Referent: Herr
Professor Dr. Husserl
(Halle
: Buchdruckerei des Waisenhauses
, 1917, ESW IV, Köln: Karmelitinnenkloster
Maria vom Frieden, disponível em: <http://www.edith-stein-archiv.de/wp-content/uploads/2014/10/05_
EdithSteinGesamtausgabe_ZumProblemDerEinfuehlung_Teil_II_IV.pdf, acesso em: 03 jul. 2017).
227 No original: “Ideen zu einer reinen Phänomenologie und phänomenologischen Philosophie. Erstes Buch: Allgemeine
Einführungin die reine Phänomenologie”.
83
Husserliana (abreviatura: “Hua”), que é a coleção crítica das obras de Edmund
Husserl 228. Outra referência fundamental para o estudo fenomenológico de
Edith Stein, como ela ainda citaria em estudos posteriores229, era o segundo
volume da obra Investigações Lógicas (Logische Untersuchungen), que Husserl230 havia
publicado originalmente em Halle, no ano de 1901. Foi a partir do interesse
inicial pelas Investigações Lógicas que Edith Stein havia começado a estudar
com Husserl, em Göttingen, alguns anos antes, em 1913.
Edith Stein já havia conhecido a obra Investigações Lógicas, em 1912, na
Universidade de Breslau, sua cidade natal. Naquela ocasião, a jovem estudante
utilizou a obra Investigações Lógicas ao preparar uma apresentação na disciplina de
introdução à psicologia 231, ministrada por Wilian Stern (1871-1938). Buscando
um conhecimento mais profundo do ser humano, em abril de 1913, Edith
Stein afastou-se de Breslau e da psicologia experimental, mundando-se para
Göttingen, onde poderia frequentar os seminários de filosofia ministrados por
Herr Professor, Edmund Husserl. Naquela ocasião, Adolf Reinach (1883-1917)
era o doutor assistente de Husserl e ajudou-a nesta adaptação, tendo ministrado
à jovem estudante um curso de introdução à filosofia232.
O ano de 1913 foi especialmente marcante para o movimento fenomenológico,
em virtude da publicação da obra Ideen I, que foi tema dos estudos daquele
grupo de filósofos que se reuniam semanalmente na casa onde morava a família
formada por Edmund e Malvina Charlotte Steinschneider Husserl (1870-1960).
Angela Ales Bello também enfatizou a compreensão da fenomenologia como
uma “escola filosófica”, mais do que mera “corrente filosófica”: “entre o mestre
e os discípulos havia relacionamentos de amizade cotidianos [...] os encontros
228 E. Husserl, Ideen zu einer reinen Phänomenologie und phänomenologischen Philosophie. Erstes Buch: Allgemeine Einführungin
die reine Phänomenologie, 1. Halbband: Text der 1.-3. Auflage- Nachdruck. Hrsg. von K. Schuhmann (Den Haag:
Martinus Nijhoff, 1976, Hua III/1).
229 E. Stein, “Estructura de la persona humana”. In: STEIN, Edith. Escritos Antropológicos y Pedagógicos: Magisterio
de vida cristiana, 1926-1933. Obras Completas, vol. IV. Org.: J. Urquiza y F. J. Sancho (Madrid: Monte Carmelo-
Burgos: El Carmen: De Espiritualidad, 2003), 590.
230 E. Husserl, Logische Untersuchungen. Zweiter Band, Erster Teil. Untersuchungen zur Phänomenologie und Theorie der
Erkenntnis. In Zwei Bänden. Hrsg. von U. Panzer (Den Haag: Martinus Nijhoff, 1984, Hua XIX/1).
231 E. Stein, “Autobiografía. Vida de una família judía”. In: E. Stein. Escritos Autobiográficos y cartas. Obras
Completas, vol. I. Org.: J. Urquiza y F. J. Sancho. (Madrid: Monte Carmelo-Burgos: El Carmen: De Espiritualidad,
2002.)
232 Stein, Autobiografía...
84
aconteciam também na casa em que residia e não apenas na Universidade233”.
A “escola fenomenológica”, como um “movimento intellectual”, teve um
desenvolvimento significativo no período em que Husserl esteve em Göttingen,
entre 1901 e 1916234. Foi justamente no período de Göttingen que Edmund
Husserl passou a “ser considerado como a figura principal na fenomenologia”
(be regarded as the leading figure in phenomenology)235. Em Göttingen, o
movimento fenomenológico incluiu Edith Stein e outros filósofos como Hedwig
Conrad-Martius (1888-1966), Theodor Conrad (1857-1915), Roman Ingarden
(1893-1970), Dietrich von Hildebrand (1889-1977), Hans Lipps (1889-1941),
Fritz Kaufmann (1891-1958) e Alfred Reinach. Max Scheller (1874-1928)
não morava em Göttingen, mas foi convidado pelo grupo dos seguidores para
ministrar algumas conferências naquela “sociedade filosófica”, ajudando a
jovem filósofa a mudar sua atitude intelectual em relação à religião236.
O filósofo Jitendra Mohanty237 apresentou uma classificação da obra de
Husserl, dividindo sua biografia em quatro partes, as quais fazem referência
a três cidades em que Husserl viveu e lecionou (Halle, Göttingen e Freiburg),
acrescentando um período relacionado à sua aposentadoria. Esta divisão das
fases da filosofia husserliana também enfatiza a importância da “formação da
escola fenomenológica”: “Husserl começou a ensinar, em Halle [...], depois foi
convidado a lecionar em Göttingen [...] e se transferiu posteriormente para
Freiburg, na Alemanha, onde permaneceu até a morte, em 1938238”.
233 A. A. Bello. Fenomenologia e ciências humanas: psicologia, história e religião. Trad.: Miguel Mahfoud, Marina
Massimi (Bauru: EDUSC, 2004), 65.
234 C. Vargas. A concepção de probabilidade a partir da crítica de Husserl ao psicologismo lógico. 2015. 420f. Tese (Doutorado
em Filosofia - Pontifícia Universidade Católica do Paraná, Curitiba, 2015).
235 T. Nenon. “Edmund Husserl”. In: K. Ansell-Pearson; A. Schrift. The New Century: Bergsonism, Phenomenolog y,
and Responses to Modern Science. Volume 3: The History of Continental Philosophy (Chicago: The University of
Chicago Press, 2010), 157.
236 Fermín, 100 fichas sobre “Edith Stein”, 20.
237 J. N. Mohanty. “The development of Husserl’s thought”. In: B. Smith; D. Smith (org.). The Cambridge Union to
Husserl (Cambridge: Cambridge University Press, 1995), 45-77.
238 A. A. Bello, Fenomenologia e ciências humanas…, 64.
85
fenomenológica, segundo livro: investigações fenomenológicas sobre constituição239. Esta obra
seria publicada como o volume IV da coleção Husserliana240, em 1952, quando
foi editada por Marly Biemel.
A ideia de fazer uma tese de doutorado sobre empatia tinha surgido a partir
das aulas de Edmund Husserl em Göttingen, quando o professor, ensinando
sobre o tema da natureza e do espírito, em 1913. Tratava-se de investigações
que visavam fundamentar as ciências do espírito e da natureza. O professor
enfatizou a importância da experiência dos outros em relação ao mundo exterior
e à intersubjetividade, envolvendo o intercâmbio de experiências cognitivas dos
indivíduos. A jovem filósofa241 assumiu o desafio de tentar compreender o que
consistia essa vivencia citada por Husserl242.
Se Edith Stein, com toda a sua originalidade filosófica e espiritual, deve algo
a Edmund Husserl, observe-se que a noção de empatia é anterior ao autor de
Ideen I. Dermot Moran243 refere-se a reflexões filosóficas anteriores que também
podem ser associadas ao problema da empatia. No século XVIII, os moralistas
britânicos, como Francis Hutcheson (1694-1746), David Hume (1711-1776),
Anthony Shaftesbury (1671-1713) e até mesmo Adam Smith (1723-1790)
discutiam sobre ética utilizando o conceito de “simpatia” (“simpathy”) para
explicar os fundamentos das experiências morais e estéticas.
A palavra alemã “Einfühlung” teria sido cunhada por Theodor Lipps (1851-1914)
a partir do termo grego “empatheia”, referindo-se ao ato de sentir ou refletir sobre
as experiências alheias244. No contexto dos psicologistas alemães, entre o século
XIX e XX, o termo Einfühlung, alternado com o antigo conceito de “Simpatia”
(Sympathie) foi utilizado em discussões éticas e psicológicas, que envolveram
pensadores como Benno Erdmann (1851-1921), Hugo Miinsterberg (1863
-1916), Stephan Witasek (1870-1915), Oswald Külpe (1862-1915) e até mesmo
239 No original: Ideen zur einer reinen Phänomenologie und phänomenologischen Philosophie. Zweites Buch: Phänomenologische
Untersuchungen zur Konstitution.
240 E. Husserl, Ideen zur einer reinen Phänomenologie und phänomenologischen Philosophie. Zweites Buch:
Phänomenologische Untersuchungen zur Konstitution. Hrsg. von M. Biemel (Den Haag: Martinus Nijhoff,
1952, Hua IV).
241 Stein, Autobiografía...
242 Fermín, 100 fichas sobre “Edith Stein”.
243 D. Moran. “The Problem of Empathy: Lipps, Scheler, Husserl and Stein”. In: T. Kelly.; P. Rosemann. Amor
Amicitiae: On the Love that is Friendship. Essays in Medieval Thought and Beyond in Honor of the Rev. Professor
James McEvoy (Leuven: Peeters, 2004), 269-271.
244 Moran. The Problem of Empathy..., 270.
86
Alexius Meinong (1853-1920). No contexto do movimento fenomenológico, o
tema da Empatia também foi tratado por filósofos como Max Scheler, Moritz
Geiger e, principalmente, Theodor Lipps, cujo nome aparece mais de vinte vezes
na tese de Edith Stein. A jovem filósofa alemã dedica uma seção do capítulo
sobre “a essência da empatia” (Das Wesen der Einfühlungsakte) da sua tese
para discutir as demais concepções de empatia, destacando a importância de
Theodor Lipps245 .
Edmund Husserl246 iniciou sua reflexão sobre a empatia, nas suas lições sobre a
“teoria do juízo” (Urteilstheorie), em 1905, dialogando com a obra de Theodor
Lipps, o qual foi um filósofo e psicólogo alemão, professor na Universidade
de Munique. Na sua obra tratou de temas variados, como lógica, psicologia,
arte e estética. Na história da psicologia, ficou conhecido pela sua concepção
de “psicologia aperceptiva” ou “psicologia pura”. Johán Vicente Viqueira247
(1886-1924), em sua obra sobre a “psicologia contemporânea”, inclui Theodor
Lipps no capítulo sobre a “psicologia introspectiva”, fazendo relações com Franz
Brentano. O Manual de Psicologia de Theodor Lipps248, publicado originalmente
em 1903, utiliza a palavra “empatia” (Einfühlung) mais de cem vezes, tendo um
capítulo249 sobre a empatia na seção sobre “conhecimento e erro” (Erkenntnis
und Irrtum), onde analisa a empatia como uma “fonte de conhecimento”
(Erkenntnisquellen).
87
1917), Johannes Daubert (1877-1947), Theodor Conrad e Moritz Geiger (1880
-1937). António Fidalgo252 apresentou um estudo sobre a influência de Lipps no
movimento fenomenológico, incluindo a relação entre filosofia e psicologia, o
método da auto-observação, comparações de Theodor Lipps com a “Escola de
Brentano” e a questão da resposta de Lipps às críticas elaboradas por Husserl253
, nos Prolegômenos à Lógica Pura (Logische Untersuchungen, Erster Teil: Prolegomena zur
reinen Logik). Dermot Moran254 destaca a influência sobre Edmund Husserl do
Manual de Psicologia de Theodor Lipps255, que se tornou uma referência clássica
na discussão sobre a empatia. Edmund Husserl256 critica Lipps nos Prolegômenos
à Lógica Pura, mas também o cita em seus estudos sobre intersubjetividade257.
Durante mais de 30 anos, de 1905 a 1938, Edmund Husserl continuou refletindo
sobre o tema da empatia no decorrer de sua obra258, questionando-se sobre o
conhecimento do outro em suas reflexões sobre a objetividade e, principalmente,
sobre a intersubjetividade.
A obra que Edith Stein publicou em 1917 com o título Sobre o problema da
empatia começa com a análise da essência dos atos de empatia e problematiza
os possíveis métodos de investigação. A autora compara a empatia com outros
atos visando a sua essência. No início do trabalho, Edith Stein259 oferece uma
definição geral de empatia como “experiência da consciência alheia em geral”
(Erfahrung von fremdem Bewußtsein überhaupt). Na sequência, Stein260 apresenta
uma perspectiva crítica em relação aos outros filósofos que trataram o tema da
empatia, especialmente Max Scheller e Theodor Lipps. A filósofa alemã destaca
88
a diferença da abordagem fenomenológica da empatia em relação aos possíveis
instrumentais psicológicos.
Para Edith Stein, a empatia é especialmente importante para a compreensão
das pessoas espirituais, destacando o papel da concepção de empatia para as
“ciências do espírito”. Para a autora, a empatia é uma condição de possibilidade
da constituição da pessoa. A obra Sobre o problema da empatia problematiza a
relação entre empatia e a antropologia filosófica, refletindo sobre temas como
consciência, “eu puro”, corpo, vontade, sentimentos, etc. Edith Stein também
considera, em sua obra, as condições de possibilidade da empatia como a
intersubjetividade e os sentimentos. No final, a fenomenóloga alemã enfrenta
alguns enganos filosóficos relacionados com a empatia e oferece correções.
Na tese Sobre o problema da empatia, Edith Stein inicia sua investigação sobre a
empatia a partir da constatação indubitável do fenômeno da “vida psíquica
alheia” (fremdem Seelenleben). A importância desta afirmativa é justamente
a supressão de todas as abstrações que possam comprometer o resultado,
passando assim a estabelecer como princípio de sua pesquisa esta verdade. Este
ser “alheio” (fremdem), como ela denomina, nada mais é que um outro eu, que
tem por sua vez a mesma estrutura que a minha, com diversas vivências. É sobre
essas realidades que se estabelece a questão da empatia.
Todos estes dados relativos à experiência vivida alheia remetem a um tipo de
atos nos quais é possível colher a mesma experiência vivida alheia. Sobre estes
atos é baseado nesse conhecimento particular que queremos agora indicar com
o termo “empatia” (Einfühlung). Edith Stein261 se propõe a descrever de que
forma estes atos empáticos se dão, bem como sua distinção de outras vivências.
89
empatia também difere da recordação, da espera, e da fantasia, pois na empatia
é o próprio indivíduo que vivencia, o conteúdo vivenciado pelo outro.
90
ato não fazem mais parte da empatia, pois esta já ocorreu. Edith Stein explica
que a empatia também não pode ser tida como resultado de uma associação de
atos psicofísicos264. Sendo assim, a teoria associativa (Die Assoziationstheorie) não
estabelece a gênese da ação empática, como a filósofa alemã explicou na quinta
seção do segundo capítulo de sua tese265.
3. DA ANÁLISE DA EMPATIA À
ESTRUTURA DA PESSOA HUMANA
264 M. Farias, A Empatia como condição de possibilidade para o agir ético. 2013. 97f. Dissertação (Mestrado Acadêmico
em Filosofia. Universidade Estadual do Ceará, Fortaleza, 2013), 32.
265 E. Stein, Zum Problem der Einfühlung, 27.
266 Stein, Zum Problem der Einfühlung, 8-36.
91
(Die Konstitution des psychophysischen Individuums). Neste terceiro capítulo da tese
original, Edith Stein267 enfrenta vários temas antropológicos. Podemo-nos
perguntar por que a análise da essência da empatia está relacionada com temas
fundamentais da antropologia filosófica? Pelo menos, foi esse o caminho que a
jovem filósofa escolheu para desenvolver sua pesquisa fenomenológica sobre a
empatia.
Na tese Sobre o Problema da Empatia (Zum Problem der Einfühlung), Edith Stein trata
de questões como “o puro eu” (Das reine Ich)268 e o “fluxo de consciência” (Der
Bewußtseinsstrom)269. Outro tema importante na tese steiniana sobre empatia é a
relação entre “o eu e o corpo vivo” (Ich und Leib)270, que inclui a relação do corpo
vivo (leib) com “os sentimentos” (die Gefühle)271, com a “alma” (Seele)272 e com a
“vontade” (Wille)273. O ser humano não pode ser visto como mera psique, nem
muito menos como uma matéria unicamente. Esta matéria corpórea tem algo
além do material, é uma alma, uma psique274. A análise da dimensão do “corpo
próprio” mostrou-se esclarecedora para a compreensão da empatia buscada por
Edith Stein.
Pelas capacidades dos órgãos dos sentidos, pode-se mensurar as coisas, objetos
que estão ao alcance, seja pelo tato, visão, audição. Contudo, estes resultados da
percepção não ficam limitados a uma informação somente. Quando vemos um
pôr do sol, que é captado pela visão, ele não é um mero movimento solar. Este
fenômeno pode trazer inúmeras outras reações: de encantamento, de emoção,
de extasiamento. Quando escuto uma música, meu aparelho auditivo vai captar
o som independente de qual instrumento, seja de sopro, das vibrações das
cordas, por exemplo: sendo eu só corpo não teria a capacidade ou condição de
ver nesse som motivações para gerar no meu interior alegria, ou emoção e claro
como acabamos de falar, é justamente nesse interior que reage à informação
percebida, que podemos identificar como algo vivo. É um corpo, mas um corpo
92
vivo, que eu sei que não é o meu próprio corpo275 .
93
und die Gefühle), visto que estes são vivenciados como consequências diretas das
sensações corporais278.
Os sentimentos são atividades carregadas de certa energia, que por sua vez deverão
ser descarregadas motivando vontades e ações. É neste ponto que passamos à
análise dos fenômenos das expressões decorrentes dos sentimentos, que não são
somente efeitos do psíquico no físico, mas exercem um novo fenômeno provindo
desta “energia”, em ações deliberadas pelo meu “eu”, as quais chamamos de
“expressão” (Ausdruck).
94
sentimento flui na expressão e “se descarrega”, mas a própria expressão me vem
dada em uma percepção corporal 282.
95
mecânicos. Edith Stein285 distingue o movimento “mecânico” (mechanischer) e
o movimento “animado” (lebendiger). O movimento do corpo vivo é entendido
como animado justamente por se tratar de um corpo próprio, que, através do
seu movimento, expressa uma “vivência”.
96
o alheio a mim. Com minhas atitudes reflexivas obtenho a imagem que o outro
tem de mim, dito de outra forma, o outro ajuda a mostrar quem eu sou. Por que
isso acontece? Porque na verdade ele é um indivíduo dentre tantos que podem
ter outras visões ao meu respeito e desta forma o eu vai assumindo seu ser em
relação ao contato com os outros. Aqui não é uma relação determinante, mas
podemos dizer de auxílio, pois o outro não determinará a minha essência nem
minhas reações frente ao meu eu vivencial.
287 Carlos Vargas, “A clarificação fenomenológica de Edith Stein: ponte epistemológica entre a antropologia
filosófica e a teologia simbólica”, Interações - Cultura e Comunidade, Uberlândia, v. 7, n. 12, 165-181, (jul./dez. 2012),
171.
288 A. A. Bello. Introdução à fenomenologia. Trad. Ir. Jacina Turolo Garcia e Miguel Mahfoud (Bauru, São Paulo:
Edusc, 2006).
289 Vargas, A clarificação fenomenológica de Edith Stein…, 171.
97
atitudes cognitivas dos sujeitos. O ser humano possui, em seu existir, experiências
das mais diversas: umas de conotação natural, outras mais reflexivas. São essas
experiências que se dão desde sua gestação até seu falecimento, que em si são
experiências únicas. Todas essas experiências na fenomenologia recebem o
nome de “vivências” (Erlebnisse) e podem ocorrer no eu vivente. Estar “vivo”,
enquanto pessoa humana, vai além do conceito de vivo aplicado ao reino vegetal
e animal. É um ser vivo relacional e relacionante, com capacidade de percepção,
reflexão, com sentido de tempo, fantasias entre tantas outras capacidades. O ser
humano está em constante vivenciar; o seu próprio corpo é o canal de abertura
entre o externo e o interno. Os órgãos dos sentidos tem papel imprescindível
nesta interação. Também é preciso considerar essas vivências do ponto de vista
filosófico fenomenológico. Tais vivências se dão através do que chamamos de
fenômenos “aquilo que aparece290”.
98
A estes chamamos de “o outro” - é tão profunda esta expressão - é uma espécie de
“outro eu” (alter ego). E este outro eu tem suas próprias vivências sendo ele mesmo
um núcleo vivencial e justamente por isso ele é outro, outro com as mesmas
capacidades do “eu” e daí uma mesmidade, porém é diferente do meu eu, é um
“outro eu”. Há uma relação profunda entre esta vivência pessoal, a vivência do
outro e, principalmente, com a constituição do indivíduo, considerando seus
elementos físicos, psicológicos e espirituais.
99
4. DA ANÁLISE DA EMPATIA AO
DESENVOLVIMENTO DE UMA FILOSOFIA
FENOMENOLÓGICA DA PESSOA HUMANA
Nos seus estudos sobre empatia, Stein havia mostrado que para transitar ao outro
a partir de si mesmo é preciso expor o conteúdo de si mesmo em que se apóia o eu.
Neste, há uma peculiar especificação essencial correspondente à singularidade
do eu. Pelos estudos de Stein sobre a estrutura formal da pessoa, a unidade
do eu, consciente de si mesmo, leva a considerar a essência da pessoa como o
mais próprio, atribuindo ao outro, empaticamente, unicidade e originalidade,
na medida em que parece tentar sentir o que ele sente, introduzindo em si a
atitude pessoal do outro, como uma intropatia indutiva.
Edith Stein estava determinada a compreender a estrutura da pessoa humana e
ela se convenceu de que a fenomenologia era a melhor abordagem para seguir
esta investigação295. Na perspectiva do desenvolvimento teorético da noção de
100
empatia, utilizando o instrumental de interpretação fenomenológica, a partir da
obra Sobre o conceito de empatia, de Edith Stein296, manifestam-se muitos desafios
que poderão motivar futuras pesquisas na área das ciências humanas em geral,
procurando compreender o conceito de pessoa e sua estrutura psíquica, corporal
e espiritual. Este aprofundamento da metodologia fenomenológica aplicada no
conceito de empatia poderia ser generalizada para aplicações no pensamento
filosófico cristão. As futuras pesquisas, por exemplo, poderiam ser desenvolvida
na aplicação da clarificação fenomenológica aplicada à interpretação da noção
de empatia e à descrição do alcance desta psicologia da estrutura que permite
a empatia, considerando principalmente as noções antropológicas relacionadas
(corpo, sentimento, vontade, etc.).
Posteriormente, Edith Stein iria focar-se na reflexão sobre a ciência e a prática
pedagógica, até mesmo em virtude da sua atividade docente no Instituto de
Pedagogia Científica em Münster, Alemanha, onde teve oportunidade de
ministrar um curso de antropologia filosófica em 1932297 . No ano seguinte, seus
cursos foram interrompidos, pois o governo nazista a destituiu do magistério
pelo fato de ter ascendência hebraica298. Os cursos antropológicos ministrados
neste período foram publicados no volume IV das Obras Completas, em espanhol
(Editorial Monte Carmelo de Burgos), dedicado aos escritos antropológicos e
pedagógicos de Edith Stein299 , estando também no volume XIV da coleção
Edith Steins Gesamtausgabe (ESGA): “A estrutura da pessoa humana: lições sobre
antropologia filosófica” (Der Aufbau der menschlichen Person: Vorlesungen zur philosophischen
Anthropologie).
101
Na introdução da tradução espanhola de “A estrutura da pessoa humana: lições sobre
antropologia filosófica”, Francisco Sancho Fermín e Julen Urkiza300 fizeram uma
relação desta obra com a tese de doutorado sobre empatia. Afinal, a própria
autobiografia de Edith Stein301 revela que a obra Sobre o problema da empatia
começou seguindo a sugestão husserliana de tratar a empatia como uma ato de
conhecimento, mas ampliou sua reflexão, avançando para o tema antropológico
que correspondia ao seu interesse pessoal naquela época, mas seria aprofundado,
15 anos depois, nas lições sobre “A estrutura da pessoa humana 302”.
300 F. S. Fermín; J. Urkiza. “Introducción”. In: E. STEIN. Escritos Antropológicos y Pedagógicos. Magisterio de
vida cristiana, 1926-1933. Obras Completas, vol. IV. Org.: J. Urquiza y F. J. Sancho (Madrid: Monte Carmelo-
Burgos: El Carmen: De Espiritualidad, 2003), 556.
301 Stein, Autobiografía...
302 Stein, Der Aufbau der menschlichen Person...
303 Zilles, A Antropologia em Edith Stein…
304 Zilles, A Antropologia em Edith Stein…, 4.
305 S. Teresa de Jesus. Obras completas: edicion manual. Trad. e Pref.: Efren de la M. Dios et Otger Steggink.
4ª ed (Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1974).
306 Zilles, A Antropologia em Edith Stein…, 5.
102
A obra “Sobre o problema da empatia” apresentou um “primeiro rascunho da natureza
psico-física-espiritual da pessoa”, abrindo questões que serão retomadas nos seus
trabalhos posteriores307. O estudo de Edith Stein308 sobre empatia é um marco
no seu desenvolvimento fenomenológico. Neste artigo, será retomado parte do
trajeto filosófico que a doutoranda assumiu na análise da empatia, procurando
fazer relações com esse seu projeto de esclarecer a estrutura da pessoa humana.
Em obras posteriores, Edith Stein309 desenvolveria uma antropologia filosófica
propriamente dita, passando pelos aspectos espirituais, psíquicos e físicos que
constituem a estrutura da pessoa humana. Contudo, por que a jovem filósofa
precisava se aprofundar tanto na questão do ser pessoa e de seus elementos
constituintes ao tratar de um assunto que poderia ser focado na teoria do
conhecimento propriamente dita? Talvez porque a compreensão da vivência da
empatia passa pela compreensão do ser humano e de suas relações, abrindo um
leque de questões filosóficas e psicológicas.
103
Cartesianas313, Edmund Husserl314 (1973a, §44) se referiu à importância dos “outros
assuntos” (Fremdsubjekten), que são abordados pela fenomenologia, procurando
clarificar suas respectivas vivências315. A fenomenologia parte das análises das
vivências relacionadas ao reconhecimento das outras pessoas , mas há muitas
possibilidades para problematizar epistemologicamente esse fenômeno amplo e
difuso do conhecimento dos demais como pessoas316 que também possuem suas
respectivas consciências. Na busca da compreensão dessa experiência empática
do outro, Edith Stein317 oferece uma colaboração que merece ser aprofundada
naquilo que se refere à tese Sobre o problema da empatia, mas também ao conjunto
de sua obra, na medida em que desenvolve os princípios de uma filosofia
fenomenológica da pessoa humana.
313 Esta obra foi publicada no volume 1 da coleação Husserliana com o título: “Cartesianische Meditationen und
Pariser Vorträge” (Meditações cartesianas e conferências de Paris).
314 E. Husserl, Cartesianische Meditationen und Pariser Vorträge. Hsg. von S. Strasser. 2. Auflage (Den Haag: Martinus
Nijhoff, 1973, Hua I).
315 Moran. The Problem of Empathy..., 272.
316 Moran. The Problem of Empathy..., 311.
317 Stein, Zum Problem der Einfühlung.
104
La ipseidad de María Virgen
Madre de Dios en el capítulo VIII
de Ser finitoy Ser eterno, de E. Stein
Anneliese Meis W
Facultad de Teología Pontificia Universidad Católica de Chile
[email protected]
http://dx.doi.org/10.7764/Steiniana.2.2018.4
Abstract: The present study aims to elucidate the contribution of Edith Stein to the
understanding of the ipseity of Mary as that abysmal mystery which she allows us to access
as that of Mary Virgin Mother of God in the final part of the finite Being and eternal Being.
The Steinian effort can appreciate a specific articulation of such ipseity in the simultaneity
of the various Marian dogmas, which the author evokes beyond her personal piety to Mary
as a concrete singular being, circulating from the ultimate meaning of human life towards its
origin mysterious always for rethinking. In fact, with her specific name, Mary testifies as the
Virgin Mother of God an archetypal ipseity of all motherhood and represents as “new Eve”
the recirculation of the ipseity between origin and end “in the manner of the Holy Spirit”.
105
INTRODUCCIÓN
La ipseidad de María emerge en la parte final del Ser finito y Ser eterno de Edith Stein
como la de María Virgen Madre de Dios,318 la cual es un hecho asombroso por
tratarse de una verdad teológica de peso dogmático formulada por una filósofa
sin formación teológica específica. De ahí el estilo steineano aproximativo
sostenido por la autora que utiliza un “propongo”, un “supongo”, o un “pienso”,
en lugar de afirmaciones categóricas al abordar el tema mariano. Tal estilo, sin
embargo, nos invita a detenernos y pensar junto con Edith Stein la ipseidad de
María como aquel misterio abismante al cual ella nos permite acceder. De esta
manera, el aporte steineano a la comprensión de la ipseidad tiene una relevancia
peculiar para cerrar las reflexiones del presente Simposio, llevando a su culmen
nuestra búsqueda por comprender el “ipse” y su distinción con respecto del
“idem” 319, aspectos que para Edith Stein parecen configurarse para un todo, que
requiere de un esfuerzo extraordinario para ser comprendido en lo que se refiere
a María320, en continuidad discontinua con la ipseidad de todo ser humano321. Tal
esfuerzo nos permitirá apreciar una articulación específica de tal ipseidad en la
simultaneidad de los diversos dogmas marianos, que Edith Stein evoca más allá
de su piedad personal a María322, haciéndonos circular desde el sentido último
de la vida humana hacia su origen misterioso siempre por repensar. Al trasluz
de tal circulación re-flexiva, emerge una inesperada relación entre filosofía y
teología, que involucra la de naturaleza, libertad y gracia, de tal manera que
nos encaminará hacia una acertada comprensión de la ipseidad de María Virgen
Madre de Dios en Edith Stein.
318 STEIN, E., Endliches und ewiges Sein. Versuch eines Aufstiegs zum Sinn des Seins // Edith Stein Anhang: Martin
Heideggers Existenzphilosophie. Die Seelenburg. Eingeführt und bearbeitet von Andreas Uwe Müller (ESGA 11/12),
(Freiburg, 2006), 422-441 =EES
319 Cf. CRESPO, M., La ipseidad y su dimensión emotiva, 1.
320 Los hitos que esboza Edith Stein a través de su extensa obra no se pueden analizar debido a la brevedad
del tiempo disponible. Cf. DEL POZO ABEJÓN, G., “‘La antesala del cielo’. La experiencia litúrgica de Edith
Stein en Beuron”, en Revista Española de Teología 79 (2010) 49-57; IDEM, “La vocación de la mujer hoy a la luz de
María según Edith Stein”, en MANUEL ARÓZTEGUÍ ESNAOLA (ED), Palabra, sacramento y derecho. Homenaje
al cardenal Antonio Mª Rouco Varela, (BAC, Madrid 2014), 417-443.
321 Resulta iluminador al respecto el subtítulo de la obra steineana que se analiza, es decir, “Versuch eines
Aufstiegs zum Sinn des Seins”.
322 M 415/F 218 Was ich über die grundlegende Bedeutung der Dogmatik für alle religiöse Bildung gesagt
habe, möchte ich für die Marienverehrung noch besonders betonen. Cf. CABALLERO Bono, José Luis, “Una
perspectiva sobre las claves de la vivencia mariana de Edith Stein” Ephemerides Mariologicae 53 (2003) 39-53.
106
1) LA IPSEIDAD DE MARÍA A LA LUZ
DE SU “NOMBRE” ESPECÍFICO
La ipseidad de María emerge en la parte final del Ser finito y Ser eterno de Edith Stein
como la de María Virgen Madre de Dios,323 la cual es un hecho asombroso por
tratarse de una verdad teológica de peso dogmático formulada por una filósofa
sin formación teológica específica. De ahí el estilo steineano aproximativo
sostenido por la autora que utiliza un “propongo”, un “supongo”, o un “pienso”,
en lugar de afirmaciones categóricas al abordar el tema mariano. Tal estilo, sin
embargo, nos invita a detenernos y pensar junto con Edith Stein la ipseidad de
María como aquel misterio abismante al cual ella nos permite acceder. De esta
manera, el aporte steineano a la comprensión de la ipseidad tiene una relevancia
peculiar para cerrar las reflexiones del presente Simposio, llevando a su culmen
nuestra búsqueda por comprender el “ipse” y su distinción con respecto del
“idem”324, aspectos que para Edith Stein parecen configurarse para un todo, que
requiere de un esfuerzo extraordinario para ser comprendido en lo que se refiere
a María325, en continuidad discontinua con la ipseidad de todo ser humano326 . Tal
esfuerzo nos permitirá apreciar una articulación específica de tal ipseidad en la
simultaneidad de los diversos dogmas marianos, que Edith Stein evoca más allá
de su piedad personal a María327 , haciéndonos circular desde el sentido último
de la vida humana hacia su origen misterioso siempre por repensar. Al trasluz
de tal circulación re-flexiva, emerge una inesperada relación entre filosofía y
teología, que involucra la de naturaleza, libertad y gracia, de tal manera que
323 STEIN, E., Endliches und ewiges Sein. Versuch eines Aufstiegs zum Sinn des Seins // Edith Stein Anhang: Martin
Heideggers Existenzphilosophie. Die Seelenburg. Eingeführt und bearbeitet von Andreas Uwe Müller (ESGA 11/12),
(Freiburg, 2006), 422-441 =EES.
324 Cf. CRESPO, M., La ipseidad y su dimensión emotiva, 1.
325 Los hitos que esboza Edith Stein a través de su extensa obra no se pueden analizar debido a la brevedad
del tiempo disponible. Cf. DEL POZO ABEJÓN, G., “‘La antesala del cielo’. La experiencia litúrgica de Edith
Stein en Beuron”, en Revista Española de Teología 79 (2010) 49-57; IDEM, “La vocación de la mujer hoy a la luz de
María según Edith Stein”, en MANUEL ARÓZTEGUÍ ESNAOLA (ED), Palabra, sacramento y derecho. Homenaje
al cardenal Antonio Mª Rouco Varela, (BAC, Madrid 2014), 417-443.
326 Resulta iluminador al respecto el subtítulo de la obra steineana que se analiza, es decir, “Versuch eines
Aufstiegs zum Sinn des Seins”.
327 M 415/F 218 Was ich über die grundlegende Bedeutung der Dogmatik für alle religiöse Bildung gesagt
habe, möchte ich für die Marienverehrung noch besonders betonen. Cf. CABALLERO Bono, José Luis, “Una
perspectiva sobre las claves de la vivencia mariana de Edith Stein” Ephemerides Mariologicae 53 (2003) 39-53.
107
nos encaminará hacia una acertada comprensión de la ipseidad de María Virgen
Madre de Dios en Edith Stein.
Cuando Edith Stein completa sus últimas explicaciones del “Sentido y
fundamento del Ser individual” en Ser finito y Ser eterno VIII, emerge la ipseidad
de María desde el esfuerzo por esclarecer el ser individual a través de breves
referencias a la Eigen-art de la persona humana, designando con el eigen aquel
“ser sí mismo” que posee su especificidad en forma duradera ―art―. Tal
Eigenart puede traducirse como “índole peculiar” (Crespo), y también como
“singularidad” (Obras Completas) ―expresión de mayor densidad filosófico-
teológica― en cuanto no es lo mismo que individualidad. Personalmente,
quisiera comprender tal Eigenart como “ser singular concreto”, es decir, ser
“único” ―Eigen―, Yo ―ipse― y “concreto” ―art―, por pertenecer a la
“especie” humana, creada por amor328 , siendo spezies la concreción de la
“especificación del genus”329 . Mi abordaje de la Eigen-art de María en cuanto
“ser singular concreto” me sitúa en continuidad discontinua con el esfuerzo
steineano por destacar la identidad personal de María en cuanto ipse ―“yo
personal”― siendo esta ipseidad distinta de la “mismidad” de los seres inferiores
piedras, plantas, animales, aunque la comparte330 . En efecto, la ipseidad del
“yo personal”, único e inefable, aparece al final del ascenso steineano a través
de todo cuanto existe recién en los seres superiores, los ángeles y los humanos.
Emerge así un ser “sí mismo”, “yo”, que no deja de ser “autorreferencial del
sujeto” mediado, a diferencia del “yo” en su mediación inmediata de sujeto.
328 Cf SFE 1091/ESS 423 Geschaffenen Geister…Ihr Anteil bemisst sich nach dem Masse ihres Seins, und das
bedeutet nicht nur ein “Soviel”, sondern auch ein “So”:die Liebe trägt den Stempel der persönlichen Eigenart.
329 AP 262/PA 24: geistige Person… was, ihre Spezies, ist als Spezifikation des Genus zu verstehen.
330 Cf. AP 263 / PA 25-33
331 SFE 1090/EES 422:So ist die einzelne Seele mit ihrer “einmaligen” Eigenart nicht ein Vergängliches,
das nur bestimmt wäre, die Arteigentümlichkeit für eine vorübergehende Zeitdauer in sich auszuprägen und
während dieser Zeitdauer an “Nachkommen” weiterzugeben, damit sie über das Einzeleben hinaus erhalten
bleibe: sie ist zu ewigem Sein bestimmt.
332 SFE 1090/EES 423: Was sie davon in sich und an andern spüren, das bleibt dunkel und geheimsivoll und
ist für sie ein “Unausprechlisches”. Cf. SFE 1088/EES 420: meine “Art” und die des andern lassen sich nicht in
etwas Gemeinsames und etwas Unterscheidenden auseinanderlegen. In diesem Sinn müssen wir zugestehen, dass
der Wesensunterschied des Einzelnen nicht fassbar ist.
108
que la autora entreteje con la de María, cuando trata de la capacidad del sujeto
de “nombrar” a todo cuanto existe “de muy distintas maneras”, sin poder darle
un “nombre propio”333 . El “nombre propio” ―Eigenname―, en sentido pleno,
lo da Dios en cuanto designa el ser más íntimo recibido de parte de Él, de tal
modo que el nombre es “nuevo” para el hombre, no para Dios334 . Salta a la vista
que para Edith Stein la ipseidad no es producto de un proceso evolutivo, sino que
irrumpe como una “novedad”, regalada por Dios ―abundan los textos bíblicos
usados por Edith Stein― 335, en cuanto misterio del ser mismo único recibido,
que al portador le queda oculto, misterioso e inefable ―Unausprechliches― hasta
que la vida terrena termina, pese al esfuerzo de configurarlo bajo las influencias
contextuales y sociales a través de sus decisiones libres336 . En efecto, el ser
humano recién allí, cuando todo lo pasajero cae, se conoce a sí mismo en su
Eigenart, como ella “es conocida por Dios”337 .
333 SFE 1090/EES 423 die menschlichen Sprache hat ja keine wahren Eigennamen; sie nennt die Dinge und
auch die Personen nach irgendwelchen Merkmalen, die allgemein gefasst sind. Die Menschen “kennzeichnen”,
indem sie möglichst viele solcher Merkmale zusammentragen. Ihr Innerstes und Eigenstes bleibt ihnen meist
verborgen, es wird verdeckt durch das Gepräge, das die menschliche Natur in ihnen im Laufe ihres Lebens unter
dem Einfluss der Umwelt und besonders durch den Wechselverkeht in der “Gesellschaft” annimmt.
334 SFE 10190/ EES 423 Name ein Eigenname im vollen Sinn des Wortes…der das innerste Wesen des
Empfängers ausspricht und ihm das in Gott verborgene Geheimnis seines Seins aufschliesst”.. “neuer” Name
nicht für Gott, aber für den Menschen: auf der Erde hat er einen andern Namen geführt
335 SFE 1090/EES 422 Die Heilige Schrift bietet manchen Anhaltspunkt für eine solche Deutung Ps 32,15
(33,15) Off 2, 17. 1 Kor 13,12.
336 SFE 1090/EES 423 Wenn aber das irdische Leben endet und alles abfällt, was vergänglich war, dann
erkennt die Seele… als was und wozu Gott sie, sie ganz persönlich, erschaffen hat und was sie in der Natur-und
Gnadenordung-und dazu gehört wesentlich:kraft ihrer freien Entscheidungen-geworden ist
337 SFE 1090/EES 423 Wenn aber das irdischen Leben endet und alles abfällt, was vergänglich war, dann
erkennt sich jede Seele, “wie sie erkannt ist”- 1 Kor 13,12.
338 Cf. M 406/F 211.
109
conocerse solo es posible a partir del “llena de gracia”, “conocido por Dios”
desde toda la eternidad, como Edith Stein lo fundamenta cuando insiste en
que “Dios la eligió y preparó para ser Madre de su Hijo”, y que “desde el
momento en que ella sabe que tendrá un hijo queda totalmente al servicio
de esta misión”339 . María entonces se reconoce a sí misma como aquella que
realiza su “ser singular concreto” ―Eigenart― en sintonía con el nombre
“nuevo” recibido, situándose entre el origen y el fin de la vida humana,
libremente aceptada. De ahí que el “llena de gracia” viene a ser considerado
con razón nombre proprio de María por muchos pensadores, siguiendo la
tradición340.
Tal trasfondo del “ser singular concreto” de María, reconocida por ella misma,
se articula sin duda a través de la argumentación steineana, que avanza en Ser
finito y Ser eterno VIII con una logicidad filosófica impresionante, pero que
evoca datos teológicos importantes allí donde el análisis fenomenológico, junto
con las explicaciones científicas, parecen llegar a su límite y Edith Stein de modo
sorpresivo evoca a María341. La autora intenta, pues, explicar la influencia de la
madre sobre el hijo en la gestación a partir de la Eigen-art de María342 , cuando
trata la cuestión discutida por las ciencia actuales: ¿en qué medida el estado
de ánimo de la madre en el tiempo entre la concepción y el nacimiento influye
decisivamente en el destino del niño 343? Al responder esta pregunta, Edith Stein
salta al plano teológico, constatando que hay afirmaciones dogmáticas que
pueden ―no deben― iluminar este hecho decisivo para la ipseidad del ser
humano en gestación. Es decir, la verdad dogmática de que la “santísima Virgen
fue liberada en el primer momento de su concepción del pecado original”, le
permite a la autora iluminar el “momento de la unión del alma con el cuerpo” de
110
tal manera que emerge la ipseidad desde el comienzo de la existencia humana y
se patentiza en efectos visibles, como lo atestigua, para Edith Stein, el encuentro
de María con Isabel, donde se desvela concretamente que María fue “liberada
desde el primer momento del pecado original”.
En efecto, Edith Stein lo explica: “si el ser del alma es doble, “conformación del
cuerpo” y “vida interior”, podemos contar desde este momento con “la recepción
de impresiones” que existen el ser “nuevo”, capaz de recibir impresiones y
expresarlo al modo del “saltar gozoso” de Juan el Bautista al ser Isabel, su madre,
saludada por María344 . Esto significa que en María se verifica el hecho de ser “de
antemano preservada del pecado original” que ha trastocado la “privación de la
comunión con Dios”, el pecado original, en un “llena de gracia”, por el “saltar
de gozo” joánico. De esta manera, la “recepción de impresiones” atestigua,
concretamente, la “santificación desde el seno materno” de un ser humano en
gestación. El dogma de la Inmaculada Concepción, entonces, comprueba el
ser singular concreto ―la Eigenart― de María en cuanto “llena de gracia”
desde el primer momento de su concepción a través del efecto concreto sobre
otro. Esto hace posible constatar que efectivamente “las influencias naturales
más fuertes vienen del alma de la madre y mediante su entrega”345. Por ende,
la ipseidad de María se configura a partir del “llena de gracia” ―su “nombre
nuevo”― y de sus efectos visibles, es decir, el ser singular concreto mariano se
articula, de modo inseparable, a través del “destino” de ser Madre de Dios y,
como tal, arquetipo de toda maternidad.
111
“La entrega recíproca de los padres y su común voluntad de
engendrar se prepara la existencia del niño y sus «herramientas»
para la existencia […] su crecimiento y su configuración corporal-
anímica, pide una entrega de amor de la madre frente al niño y la
tarea de la maternidad”346 .
Pero la autora advierte que esto sucede de modo diferente en María que en otras
circunstancias, ya que “el alma de este niño (de María) desde el comienzo de su
existencia está iluminada por la luz de la razón y por eso de su parte capaz para
la entrega personal libre y la aceptación”. Por eso Edith Stein pregunta: ¿Pero
no debía el Hijo del hombre, enteramente hombre, excepto en el pecado, recibir
del amor de su madre no solo carne y sangre para la formación de su cuerpo,
sino también el alimento de su alma? Insinúa la autora al respecto: ¿no debería
ser esto el sentido más profundo del dogma de la Inmaculada Concepción, de
tal modo que la madre debía ser pura sin mancha, para parecerse totalmente al
más puro en cuerpo y alma?
Pero Edith Stein da un paso más al declarar que “la maternidad de María es
arquetipo de toda maternidad”, ya que “cada madre humana debía dar con
toda su entrega amorosa su riqueza del alma al alma de su hijo”. Sin embargo,
346 SFE 1101/EES 432:Wie die wechselseitige Hingabe der Eltern und ihr gemeinsamer Zeugungswille das
Dasein des Kindes und seine Ausrüstung für das Dasein vorbereiten, so verlangt sein Wachstum und seine leiblich-
seelische Gestaltung eine liebende Hingabe der Mutter gegenüber dem Kind und der Aufgabe der Mutterschaft.
347 SFE 1101 /EES 432 Wir haben das Urbild im “Fiat” der Gottesmutter” Cf. El Misterio de la Navidad 237:
Cuando la Bienaventurada Virgen María pronunció su Fiat, comenzó el reino de los cielos en la tierra y ella fue
su primera ciudadana.
348 SFE 1101/EES 432 Ist es nicht unmöglich, das Verhältnis der Gottesmutter zu ihrem Kinde anders
aufzufassen denn als ein liebendes Umfassen mit der ganzen Kraft der Seele?
112
en la medida en que la madre ama a su esposo, la comunicación de la ipseidad
del niño queda determinada por el padre, una mediación que perdura a lo largo
de la vida. La autora, opina, con todo, que “la sobresaliente importancia de la
maternidad en relación con la paternidad humana le parece expresado en el
hecho de que “Jesús nació de una madre humana, pero no fue engendrado por
ningún padre humano”. De ahí que todo lo vivido en la vida terrena de María
tiene un significado ejemplar en cuanto vivido “por nosotros”.
Esto significa, por un lado, que el Hijo de Dios “debía nacer como hombre para
ser hombre en cuerpo y alma”. Pero, por otro, si fue su alimento “el hacer la
voluntad de Su Padre”, entonces la madre, cuyo ser debía ser su primer alimento,
debía entregarse con toda la fuerza de su alma a la voluntad de Dios”. Explica
Edith:
349 M 514/F 177: Gott wählte für seine Inkarnation als Weg die Geburt aus einer menschlichen Mutter und
stellt uns in ihr das vollendete Bild der Mutter vor Augen. Seit sie weiss, dass sie einen Sohn gebären wird, steht
sie ganz im Dienst dieser Sendung. Von Gott ist er ihr gegeben, für Gott muss sie ihn behüten. Gesammelte
Erwartung ist ihr Leben bis zur Stunde der Geburt, dann hingebender Dienst, zugleich Lauschen auf alle Worte
und Zeichen, die etwas von seinem künftigen Weg erraten lassn, bei aller Ehrfurcht vor der in ihm verborgenen
Gottheit Wahrung der Autorität dem Kinde gegeüber, Anteil an seinem Werk in treuem Ausharren bis zu seinem
Tode und über den Tod hinaus.
113
a la vez es verdadero hombre y verdadero Dios. Por ende, se patentiza así la
proporcionalidad desproporcional de la ipseidad de María con respecto a la de
Cristo, que Edith Stein, comprende no de modo abstracto, sino concreto, es decir,
dentro del marco del plan salvífico de Dios, esbozado a modo de recirculación
de María con respecto a Eva, que sitúa a la “nueva Eva” en el “umbral” de la
antigua a la nueva alianza350 , entre el fin y el origen de la historia humana.
Si la Eigenart de María, su ser singular concreto, descrito por Edith Stein como
“arquetípica de toda maternidad”, se perfila hasta el momento al interior de
la relación de María con Jesús, el Hijo del Padre celestial, la autora no se
detiene en este encuadre más bien individual, sino lo abre hacia su verdadera
profundidad en cuanto proyección colectiva a partir del nexo misterioso que
existe entre la dimensión individual y colectiva en el ser humano351. En efecto,
cuando la argumentación steineana comprende a María como nueva Eva en
interrelación con Cristo, el nuevo Adán, emerge no solo el fiat mihi secundum
verbum tuum de María en una similitud disímil con el fiat voluntas tua del Hijo de
Dios hecho carne352, sino también abre la perspectiva individual concreta de la
ipseidad de María a la humanidad entera en cuanto historia de salvación, teniendo
dicha historia su único fin en el “Segundo Adán”, el “Cristo total”,Quien a su
vez remonta al “primer Adán” en cuanto su origen protohistórico353.
Tal recirculación histórica protohistórica, destacada ya por Justino e Ireneo,
permite apreciar cómo María, “nueva Eva”, tiene su origen en el costado abierto
del segundo Adán, Cristo, junto con la Iglesia, tal como la primera Eva lo tiene
en el costado del primer Adán, ya que el símbolo del ”costado abierto”, según
Edith Stein, “preanuncia a la nueva Eva ―bajo tal hay que entender primero
350 M 514/ F 176s. Dass an der Schwelle vom Alten zum Neuen Bund nebem dem neuen Adam die neue Eva
steht, ist der deutlichste Beweis für die Ewigikeitsbedeutung und den Ewigkeitswert der Geschlechtertrennung.
351 SFE 1103/EES 432 : Die ganze Menschheit ist die Menschheit Christi-wenn auch der Person des göttlichen
Wortes in anderer Weise verbunden als die Einzelnatur, die es durch die Geburt aus der Jungfrau annahm.
352 SFE 1103/ EES 440 …all das findet seine Krönung und seinen vollen Ausdruck im Fiat der Jungfrau
353 Cf. SFE 1103/ EES 434: Neuer Adan-neue Eva: fiat voluntas tu- Fiat mihi secundum verbum tuum
114
a María, pero también luego a toda la Iglesia que sale del costado abierto del
nuevo Adán…”354 en cuanto sponsa Christi― que está a su lado, siendo a la
vez Su Cuerpo, en cuanto Madre de Dios y “prototipo y célula germinal” de la
Iglesia y colaboradora en su obra de la redención355.
354 M 408/ F 211 Das Hervorgehen Evas aus der Seite des ersten Adam wird als Vorbild des Hervorgehens der
neuen Eva-und darunter ist einmal Maria, sodann aber die ganze Kirche zu verstehen-aus der geöffneten Seite
des neuen Adams gedeutet. Cf. SFE 1103/EES 432.
355 SFE 1111 /EES 440 Wenn wir Adam eine reichere Ausstattung an Natur-und Gnadengaben zuschreiben
dürfen als allen seinen Nachkommen (mit Ausnahme des “Menschensohnes” und seiner Mutter), so doch nicht
die ganze Fülle wie Christus: weil ja erst der Gottmensch die Vollendung dessen bringen sollte, was in Adam
seinen Anfang genommen hatte. Dass Adam der ergänzenden Gefährtin bedurfte und dass beide bestimmt
waren, ein Geschlecht von Menschen hervorzubringen, scheint mir darauf hinzuweisen, dass er allein nicht die
Fülle der Menschheit in sich verkörperte, sondern dass sie erst durch das ganze Geschlecht verwirklicht werden
sollte.
356 SFE 1110/ EES 438 : Wir müssen annehmen, dass kein späterer Mensch dem Menschen Jesu von Natur
aus so sehr geglichen habe wie Adam (Die Gottesmutter dürfen wir nicht in den Vergleich einbeziehen, weil sie
in anderer Weise ihrem Sohn einzigartig nahestand).
357 M 407/ F 211Ehe der Menschensohn aus der Jungfrau geboren wurde, erzeugte der Gottessohn eben diese
Jungfrau als die Gnadenvolle und in und mit ihr die Kirche. So steht sie als ein neues Geschöpf neben ihm,
obwohl unlöslich mit ihm verbunden.
115
esta grandiosidad universal de la Eigenart de María proyecta su relevancia más
allá de los contornos de la persona singular concreta en su dimensión histórica
colectiva, Edith Stein no finaliza su obra Ser finito y Ser eterno ahí, sino que invita
a volver a la encarnación del Hijo de Dios hecho carne por obra del Espíritu
Santo, lo cual permite detenernos en la ipseidad de María Virgo/Mater y su
relevancia para nosotros “a modo del Espíritu Santo”.
Si bien Edith Stein, antes de finalizar Ser finito y Ser eterno VIII, invita a retornar
a “la humanidad concretamente vivida por el Verbo encarnado”, aunque
sin mencionar que dicha encarnación se realiza ex Maria virgine “por obra
del Espíritu Santo”, la misma ipseidad de María en cuanto “protocélula de
la humanidad redimida”358 adquiere su relevancia para nosotros a partir de
escritos steineanos breves que iluminan la concreción de dicha Eigenart mariana,
descubierta en la obra maestra steineana359. Efectivamente, tal Eigenart emerge
en cuanto Virgo/Mater, cuando la autora aborda la especificidad de la mujer en
interrelación con los problemas contingentes del mundo, junto con la urgencia
de la formación de la persona humana, teniendo dicha formación en María
el “prototipo de lo femenino”. Para tal abordaje steineano resulta decisivo
que Edith Stein comprenda la especificidad de la mujer en el mundo por su
estrecha relación con el Espíritu Santo, en cuanto amor servicial auxiliador ―
título propio del Espíritu Santo “Consolador-Paráclito” en términos joánicos―
que “encuentra su imagen más completa en la Virgen purísima, esposa de Dios
y madre de todos los seres humanos […]”360. La mujer de hoy, entonces, está
358 M 407/F 211 Die Kirche ist die aus Christus neuerzeugte, erlöste Menschheit. Die Urzelle dieser erlösten
Menschheit ist María, in der sich zuerst die Reinigung und Heiligung durch Chrstius, das Erfülltwerden mit dem
HL.Geist vollzog.
359 Se trata sobre todo de los “Textos espirituales”, que no se puede reproducir en su totalidad en la versión
original, ya que no disponemos del v. 1 de Geistliche Texte.
360 M 407/ F 178: Sie ist in ihrer Jungfräulichkeit reines Urbild des Frauentums, indem sie an der Seite dessen
steht, der Urbild allen Mannestums ist, und die ganze Menschheit ihm zuführt. Liegt in diesem Frauentum, das
dienende Liebe ist, ein eigentümliches Abbild der Gottheit vor? Dienende Liebe ist Beistand, der allen Geshöpfen
zur Hilfe kommt, sie zur Vollendung zu fuhren. Das ist aber der Titel, der dem Hl.Geist gegeben wird. So
könnten wir im Geist Gottes, der ausgegossen ist über alle Kreatur, das Urbild weiblichen Seins sehen. Es findet
116
invitada a realizar su especificidad ―Eigenart― como María “a modo del
Espíritu Santo”.
Tal concreción no deja lugar a dudas que para Edith Stein “el género humano
es de índole doble, varón y mujer”361 , ya que tiene su prototipo en el mismo ser
de Dios trino y uno en cuanto el Espíritu Santo no solo es el amor entre el Padre
y el Hijo, sino que tiene un modus essendi ―una hipóstasis― propia, es Don
y Donante, que impregna también, de modo análogo, su identidad personal a la
mujer en cuanto “recibiendo” su existencia a partir del varón y “dándole” a su
vez su perfección al modo del ser de este, por cierto, con una semejanza y mayor
desemejanza en proporción desproporcional respecto a María. Efectivamente la
Virgo/Mater se relaciona con el Espíritu Santo de modo único, singular, ex ―
Maria Virgine, reza el Credo― y sin embargo al modo de mujer, ya que, según
Edith Stein, “Ella no quiso ser otra cosa que la esclava del Señor, la puerta a
cuyo través pudiese entrar en la humanidad: pues no solo por sí misma, sino por
su «dulce retorno» había ella de volvernos a traer la salvación perdida”362.
No cabe duda de que la Virgo/Mater se torna así “posibilidad de salvación” “real”,
―“mística”―, acota Edith Stein, “para nosotros”, pues “por su especialísima
unión a Cristo, debe tener una unión real… con los otros miembros de la
humanidad”363, en un “real ser uno con el otro de todos los cristianos”. De
sein vollkommenstes Abbild in der reinstgen Jungfrau, die Gottes Braut und aller Menschen Mutter ist…Wenn
María Urbild reinen Frauentums ist, so wird Marien-nachfolge Ziel der Mädchenbildung sein müssen.
361 M 406/ F 176ss: Dass an der Schwelle vom alten zum neuen Bunde neben dem neuen Adam die neue Eva
steht, ist der deutlichste Beweis für die Ewigkeitsbedeutung und dne Ewigkeitswert der Geschlechtertrennung.
362 M 343/ F 106 Das reine Bild weiblichen Wesnes steht uns vor Augen in der Immakulata, der Jungfrau, die
voll war des Heiligen Geistes, der Tempel, in dem er seine Wohnung aufgeschalgen und die Füllte der Gnade, alle
seine Gaben niedergelegt hatte. Sie wollte nichts sein als die Magd des herrn, die Pforte, durch die er eingehen
konnte in die Menschheit: denn nicht durch sich selbst, sondern durch ihren “holden Spross” sollte sie uns das
verlorene Heil wiederbringen. Als Mutter Gottes und Mutter aller Gotteskinder ist sie über alle Menschen
auf den Thron der Herrlichkeit erhöht und mit ihr die Mutterscahft selbst geheiligt,; als Jungfrau zeigt sie die
jungfräuliche Schönheit und Gottgefälligkeit, zugleich die Fruchtbarkeit jungfräulicher Reinheit; als Kónigin die
sieghafte Kraft dienender Liebe und unversehrter Reinheit. Zu ihrem Vorbild muss jede Frau aufschaueen, die
ihre Bestimmung erfüllen will”.
363 M 408 / F 212 Die Bezeichung Marías als unsere Mutterr ist kein blosses Bild, María ist unsere Mutter im
realsten und eminenten, d.h. die irdische Mutterschaft übertreffenden Sinn. Sie hat uns unserem Gnadenleben
nach geboren, indem sie ihr ganzes Sein, Leib und Seele, in die Gottesmutterschaft hineingab. Darum besteht
eine intime Verbunding von ihr zu uns: sie liebt uns, sie kennt uns, sie ist bestrebt, einen jeden von uns zu
dem zu machen, was er sein soll, vor allem: jeden in die näcjste Verbindung zum Herrn zu bringen. Das gilt
für alle Menschen; es muss aber für die Frauen noch eine besondere Bedeutung haben: in ihrer Mutterschaft,
der natürlcihen und übernatürlichen, und in ihrer Gottesbrautschaft setzt sich gewissermassen Mutterschaft
117
hecho, la Iglesia se configura en Cuerpo Místico de Cristo en la medida en que
la carne ―Leib― es “carne viviente”, y el espíritu que la vivifica es el Espíritu
de Cristo, que desde la cabeza afluye a los miembros”364. Pero vale de María
que “esta mujer… llamada a la más alta maternidad… antes del anuncio de
esta elección, en contraposición con toda la tradición de su pueblo, no había
elegido para sí la condición de esposa y de madre”, es decir, ella estaba decidida
a vivir sin vinculación terrena365. Por eso, “la virginidad libremente elegida de
María”366 es “el modelo para todos nosotros, hombres y mujeres” en cuanto
discípulos de Cristo, Hijo del Padre y de María.
Más todavía, en la medida en que, para Edith Stein, el ser singular concreto
de María y su disponibilidad total para el Señor se expresan en las palabras
“he aquí la esclava del Señor”, que excluye toda otra vinculación367, ella es
“nuestra madre”. Por eso, cada discípulo de Cristo”, sea laico, sacerdote o
mujer consagrada, tiene la posibilidad de ser fecundo por el Espíritu Santo,
de modo semejante con mayor desemejanza con respecto a María. En efecto,
pese a las peculiaridades de cada una de las ipseidades específicas de las diversas
“vocaciones” en el Cuerpo místico de Cristo, a todas ellas es común la
participación en el secreto nupcial entre el “Cuerpo místico” y su “Cabeza”,
und Gottesbrautschaft der Virgo-Mater fort. Und wie das Herz die Organe des weiblichen Körpers in ihren
Funktionen unterstützt und sie erst möglich macht, so dürfen wir an ein Mitwirken Mariens überal dort, wo eine
Frau ihren Frauenberuf erfüllt, glauben. Cf. F 220.
364 M 406/F 210 Dies reale Einswerden mit Christus hat aber ein Glied-zu-Glied-Werden mit allen Christen
zur Folge. So gestaltet sich die Kirche zum mystischen Leib Christi,. Der Leib ist lebendiger Leib, und der Geist
der ihn belebt , ist der Geist Christi, der vom Haupt den Gliedern zuströmt. Der Geist aber, der von Christus
auströmt, ist der HL.Geist: so ist die Kirche der Tempel des Hl.Geistes.
365 M 517/(F 179): La consideración del orden de la redención nos ha mostrado ya que no existe un fin
completamente indiferenciado para todas las mujeres. María misma es el más claro ejemplo al respecto, pues
ella, con la elección de la virginidad, se distancia de aquello que, según la tradición de su pueblo, constituía la
tarea de la mujer. Aunque su tarea en la historia de la humanidad es única, continuamente vemos también, sin
embargo, en el curso de los tiempos mujeres que tienen claramente esta misión especial.
366 M 514/ EES 177..diese Frau, die zur höchsten Mutterschaft berufen war, hatte vor der Verkündigung
dieser Erwählung, entgegen allen traditionen ihres Volkes, nicht Ehe und Mutterschaft für sich gewollt. Sie
war entschlossen, frei von geschlechtlicher Bindung zu leben. Als “Magd des Herrn” gebar sie Gottes Sohn un
gehorchte dem Mann, der ihr zu ihrem und des Kindes Schutzes zur Seite gestellt wurd”.
367 M 515/ F 178:In diesem Punkt ist die frei gewählte Jungfräulichkeit Marías Vorbild für alle Menschen,
Männer und Frauen. In dem andern Punkt aber sehen wir ein Spezificum. In dem “Siehe, ich bin eine Magd des
Herrn” ist Marías ganzes Sein ausgesprochen.. Es ist Diensbereitschaft für den Herrn und schliesst darum jede
andere Bindung aus.
118
Cristo, pero también el encontrarse “frente” a este Esposo en cuanto esposa368.
368 Las Bodas del Cordero: (Ap 21,2 y 9ss). Así como el mismo Cristo descendió del cielo a la tierra, así
también su esposa, la Santa Iglesia, tiene su origen en el cielo: nacido de la gracia de Dios y con el Hijo de Dios
ha descendido del Cielo, de modo que está unida a Él indisolublemente. Ha sido construida con piedras vivas;
su piedra angular fue colocada cuando la Palabra de Dios asumió la naturaleza humana en el seno de la Virgen.
En ese momento, entre el alma del Niño Divino y de la Virgen madre se realizó el vínculo de la más íntima
unión, conocido con el nombre de desposorio. Escondida para el mundo había aparecido la Jerusalén celeste en
la tierra. De esa primera unión esponsal tenía que nacer toda piedra viva, es decir, toda alma despertada a la
vida por la gracia. La Madre-Esposa llegaría a ser la Madre de los redimidos; como la célula germinal de la cual
surgen siempre nuevas células, ella construiría la ciudad viviente de Dios. Este misterio escondido le fue revelado
a san Juan cuando estaba con la Virgen madre al pie de la Cruz y fue entregado a ella como hijo. Allí comenzó
la existencia visible de la Iglesia: había llegado su hora, pero aún no su perfección. Ella vive, ella está desposada
con el Cordero, pero la hora del festivo banquete nupcial llegará solamente cuando el dragón sea definitivamente
vencido y los últimos de los redimidos haya llevado su combate hasta el final, Elevación de la cruz 165: bajo la
Cruz la Virgen de las vírgenes se convirtió en madre de la gracia.
369 Cf. Geistliche Texto v 2, 208.
119
presenta a él a favor de los seres humanos, es distribución de
gracia que, recibiéndola en sus propias manos, la transmite a los
seres humanos. Ella no representa al Señor (como el sacerdote),
sino que lo secunda”370.
Para Edith Stein tal proceder ―sin duda “a modo del Espíritu”―, se confirma
por el obrar de dicho Espíritu en “las secretas profundidades”, donde “se ha
preparado y realizado oculta y silenciosamente la obra de la redención; y así
continuará hasta que al fin de los tiempos lleguen todos a la perfecta unidad”.
Efectivamente,
Pero más que el silencio que rodea la identidad personal de María en relación
con el actuar del Espíritu Santo, tanto en su dimensión individual como
370 M 515/ F 178: In María sehen wir nicht den Herrn, sondern wir sehen sie selbst immer an der Seite des herrn.
Ihr Dienst ist Dienst, den sie inmmitelbar ihm leistet, Fürbitte, die sich für die Menschen bei ihm verwendet.
Gnadenspendung, die an die Menschen weiterleitet, was sie aus seiner Hand empfängt.Sie repräsentiert nicht
den Herrn, sondern sekundiert ihm.
371 La Oración de la Iglesia, 15.
120
colectiva, a Edith Stein parece interesarle, sobre todo en la Eigenart de María,
que “la Virgen guardaba en su corazón la palabra de Dios”, lo cual hace de
ella “el modelo de aquellas personas atentas” a la Palabra de Dios, en las cuales
se revive continuamente la oración sacerdotal de Jesús. Pues tales personas
no solo “guardan” lo escuchado en su interioridad, iluminados sus “ojos del
corazón” por el Espíritu Santo, sino lo re-flexionan como María, al modo
de una “buena filósofa” ―Fides et Ratio 88―. En este sentido Edith Stein
insiste en que “el Señor eligió con preferencia a mujeres que como María se
olvidaron completamente de sí mismas para sumergirse en la vida y pasión de
Cristo, para que fueran sus instrumentos en la realización de grandes obras
en el Iglesia”372. La autora pregunta: “¿No era quizá el alma del salmista regio
un arpa cuyas cuerdas sonaban al suave soplo del Espíritu Santo?, y, ¿del
corazón desbordado de la Virgen María, llena de gracia, fluyó el himno del
«Magnificat»?”373.
Si bien el corazón de María desborda en el “Magnificat” debido a “la
abundancia de la plenitud del Espíritu Santo” al comienzo de su recorrido
histórico, este mismo corazón pronto se convierte en “corazón traspasado”,
por ser “herido por el Espíritu Santo”, a modo de aquel corazón del discípulo
que re-nace para una “nueva visión de su espíritu”, al final del arduo proceso
de configuración con su Maestro, como Edith Stein lo atestigua, siguiendo a
Juan del Cruz. De hecho, dicho discípulo re-novado no solo siente el dolor del
Crucificado, como María, sino su dolor se intensifica por la sobreabundancia
de dones del mismo Espíritu Santo, de tal modo que:
121
Esto, vale para todos los hombres, aunque “para la mujer tiene necesariamente
una importancia particular”. De ahí que en “nuestra maternidad natural
y sobrenatural y en su esponsalidad con Dios, continúa en cierto modo la
maternidad y esponsalidad de la Virgo-Mater”.
Esto significa para Edith Stein que: “así como el corazón de una mujer nutre y
sustenta todos sus órganos corporales, así podemos creer que María colabora
allí donde una mujer cumple con su misión femenina, igual que está presente la
colaboración de María en todas las actividades de la Iglesia”375. Efectivamente,
neben der Chrstus-Nachfolge : Marien-Nachfolge schliesst Christus-Nchfolge ein, weil María die erste Christus-
Nachfolgerin und das erste und vollkommenste Christus-Nachbild ist. Darum ist ja auch Marien-Nachfolge nicht
nur Sache der Frauen, sondern aller Christen. Sie hat aber für die Frauen die spezifische Bedeutung, sie zu ihnen
gemässen, zur weiblichen Ausprägung des Christusbildes zu führen.
375 M 419/ F 221 Am innigsten aber ist von allen Frauen die Gottesmuterr mit Christus verbunden; sie ist das
Herz del Kirche, deren Haupt Christus ist. Ihres besonderen Beistandes werden sich alle Frauen erfreuen, die
in diesem übernatürlcihen Sinne Mutter sein wollen. Denn wie María durch ihr “mir geschehe nach deinem
Willen” die ganze Menschheit in Christus geboren hat, so hilft sie auch denen, die Christus in den Herzen
anderer erwecken wollen. So hat die Frau die Aufgabe der Mariennachfolge…
376 M 83/ F 11 und so können wir auch in dem einen Wort Mütterlichkeit das zusammenfassen, was wir
als Eigenwert der Frau entwickelt haben. Nur muss es eine Mütterlichkeit sein, die nicht bei dem engen Kreis
der Blutsverwandten oder der persönlichen Freunde stehen bleibt, sondern nach dem Vorbild der “Mutter
der Barmherzigkeit”(María) für alle da ist, die mühselig und beladen sind; si muss ihre Wurzel haben in der
weltweiten göttlichen Liebe. Cf. Amor a la cruz 76 : como modelo de todos los tiempos tenemos a la Madre de
Dios; como tipo de aquellos que asumen el peso del sufrimiento impuesto y soportándolo reciben su bendición.
122
―misericordia ― sino que le da una plasticidad inaudita a la ternura materna
―rahamin ― en cuanto gracia sobreabundante, propia del Espíritu Santo377.
A modo de conclusión
Puede apreciarse que la ipseidad de María se configura a partir del ipse en cuanto
“yo soy”, que María comprende desde su pertenencia total al Señor ― como
Su “esclava” ―, Quien la eligió y constituyó “llena de gracia” ―su nombre
propio ― para ser “madre de Dios, siendo ella de la misma ― idem ― especie
humana, redimida de antemano. Tal Eigen-art mariana impregna no solo el ser
de María, sino también su misión para con el Hijo de Dios y todo cuanto existe
desde el origen protohistórico hasta el final escatológico de la historia en cuanto
perfecta pro-existencia, posibilitada por el Espíritu de Dios y prolongada a Su
modo. “Por obra del Espíritu Santo”, pues, se hizo posible en María la unión
hipostática entre la naturaleza divina y humana, sin intervención de varón ―
el secreto de la Virgo ― para ser Mater ― theotokos ― del Hijo de Dios y, de
modo semejante, de todos los hombres, siendo tal ipseidad de la Virgo Mater la
expresión femenina de su arquetipo eterno, el Espíritu Santo.
377 SFE 1111/ EES 440: und dass diese Entfaltung an das freie Mitwirken jedes einzlenen und das
Zusammenwirken aller gebunden ist. Aber es liegt im Wesen des Menschen, dass jeder einzelne und das ganze
Geschlecht das, wozu es seiner Natur nach bestimmt ist erst in einer zeitlichen Entfaltung werden muss.
123
Sobre el conocimiento
que el alma tiene de sí en
santo Tomás de Aquino.
Cierto paralelo con Edith Stein
María Esther Gómez de Pedro
Universidad Santo Tomás
[email protected]
http://dx.doi.org/10.7764/Steiniana.2.2018.5
124
with some of texts of the Edith Stein. And so, lets see that the notions of intelligence and
its operations are central, self-consciousness, presence, act and power, existential or direct
knowledge of the soul as existing versus habitual or indirect knowledge of the essence of
the soul, degrees of depth in the experience.
INTRODUCCIÓN
125
se le presenta a la experiencia y que, merced a la inteligencia, puede conocer
inteligiblemente al captar su esencia. El ente y lo verdadero son convertibles,
de ahí que a partir de la experiencia del ente se pueda acceder a lo inteligible
del mismo, que es lo verdadero. Nos movemos aquí en el ámbito de la analogía
del ente, de la primacía del ser que se presenta como un dato evidente al sujeto,
el cual, según su modo de ser racional, se pregunta por aquello que tiene
delante como objeto en tanto que es inteligible. El conocimiento viene a ser
un mediador de la verdad y la herramienta a nuestro alcance para alcanzarla,
nada más.
ALMA Y ESPÍRITU
380 En el inicio del tratado sobre los hábitos, santo Tomás ofrece esta acepción ―la segunda― que responde
a lo que aquí trataremos: “Pero si se toma el verbo haber en el sentido de que una cosa se ha de un modo
determinado en sí misma o respecto de otra, como ese modo de haberse se debe a alguna cualidad, en esa
acepción el hábito es una cierta cualidad, del cual dice Aristóteles, en el libro V Metaphys., que el hábito es una
disposición por la cual el sujeto está bien o mal dispuesto en sí mismo, o en relación con otra cosa, al modo como es un cierto hábito la
salud. Y en este sentido hablamos ahora del hábito. Por consiguiente, hay que decir que el hábito es una cualidad”
(Suma Teológica, I-IIa, q. 49, a. 1, in c). Las citas de las obras de santo Tomás están tomadas de la versión castellana
de la Biblioteca de Autores Cristianos.
126
fundamento ontológico de la vida anímica puntual es el alma misma, con sus
potencias y sus hábitos”381. A su vez, la puerta de acceso a tal conocimiento
es coherente con la mirada fenomenológica, tal como afirma al decir: “El yo
[…] tiene un sentido espiritual al que sólo podemos acceder en la vivencia de
nosotros mismos. La localización del yo sólo es posible desde la vivencia”382.
En relación a la distinción pero estrecha relación entre alma y espíritu, dice
también que
381 EDITH STEIN, La estructura de la persona humana; Tr. J. MARDOMINGO (Ed Biblioteca de Autores
Cristianos (Filosofía y Ciencias) Madrid, 2007, 99.
382 EDITH STEIN, La estructura…, 101.
383 EDITH STEIN, La estructura…, 135.
384 Cfr. EDITH STEIN, La estructura…, 104.
127
correspondencia en los grados de intimidad o de grados de vida aristotélicos,
cuyo culmen es la vida espiritual: “Ese interior no se puede separar del todo
que siente, piensa y quiere, y que hace del cuerpo un cuerpo humano vivo y
dotado de configuración personal”. Esa instancia interior sería el “Gemüt”.
Cuando se refiere a ella como “alma está aludiendo al ‘alma del alma’, esto
es, a aquella región en la que el alma está cabe sí misma, al punto en el que se
encuentre a sí misma tal y como ella es y en el estado en que se halla en cada
caso”385, también alude al punto en el que interiormente recibe tanto lo que
capta con los sentidos como el significado que aprehende con el entendimiento.
Allí, en el interior, el alma queda a lo que recibe y de ello puede obtener fuerza
o quedar expuesta a sus ataques.
En el Gemüt el alma toma postura ante lo que recibe o conoce. El alma que
conoce, que sale de sí con el querer, que en el ánimo está cabe sí y se enfrenta
interiormente con lo que recibe, es siempre una y la misma -ipseidad. Es el
alma que vive en todos los actos espirituales y cuya vida interior es espiritual.
Alma y espíritu son distintos pero no se excluyen. El “alma del alma” es de
naturaleza espiritual, y el alma como un todo es un ser espiritual. Lo peculiar
de ella es que posee una dimensión interior, un centro, del que tiene que salir
para encontrarse con la realidad en tanto que objetiva386.
128
TIPOS DE CONOCIMIENTO DEL ALMA RACIONAL
Este conocimiento que el alma tiene de sí puede ser doble: uno que responde
a lo que es el alma, es decir, a su naturaleza o esencia, y otro existencial o en
acto por el cual todos percibimos que tenemos alma, secundum quod habet esse in
tali individuo. En el De veritate explica santo Tomás esta distinción:
129
en cuanto a lo que le es propio; otro por el que se la conoce en
cuanto a lo que es común con todas las almas.
El conocimiento que se tiene del alma en cuanto a lo común con
todas es aquél por el que se conoce la naturaleza del alma, y el
que se tiene del alma en cuanto a lo que le es propio es aquél por
el que se conoce como existente en tal individuo. Y así por este
conocimiento se conoce si existe el alma, como cuando alguien
percibe que tiene alma; en cambio, por el otro conocimiento se
sabe qué es el alma y cuáles son sus propiedades”389.
Para explicarlo recurre a las cosas sensibles que sólo podemos conocer cuando
están iluminadas:
Así, pues, por su conocimiento actual, el alma se conoce por sus actos y se
percibe como presente a sí misma en la medida que entiende y siente (o, dicho
en lenguaje fenomenológico, en sus vivencias). Es decir, no tenemos siempre
conciencia actual de nuestro propio ser sino en tanto que estamos pensando.
De ahí que no nos experimentemos siempre en nuestro existir, porque no
siempre estamos pesando.
131
A continuación lo explica con más detalle al poner de manifiesto la correlación
entre la potencia y su acto y, por otro lado, entre el alma y sus potencias, en la
que se evidencia la presencia del alma en cada acto intelectivo que realiza:
Es decir, cada vez que el hombre siente, no solo siente, sino que además siente
que existe, y cuando entiende algo, entiende además que él existe. De este modo
el alma, en una experiencia o percepción inmediata singular e intelectual de
la mente misma, puede conocerse por sus actos. Recordemos que tales actos
son las operaciones de sus facultades o potencias, que se hacen presentes en el
alma al manifestarse en sus actos y que son susceptibles, en el caso del hombre,
132
de estar en potencia pura, en hábito o en acto, aunque no de manera absoluta
(a diferencia de cómo se dan en Dios). Las dos grandes potencias espirituales
consideradas por santo Tomás son el entendimiento y la voluntad, y son los
actos de ambas lo que permite reconocer algo de su origen y principio, que es
el alma.
133
Esto es lo primero conocido por el entendimiento humano. Lo
segundo es el mismo acto por el que es conocido el objeto. Y
por el acto conoce el propio entendimiento cuya perfección es el
mismo entender. Así, el Filósofo dice que los objetos se conocen
antes que los actos, y los actos antes que las potencias”395.
134
“La mente se conoce por sí misma puesto que al final llega a
conocerse, aunque sea por sus actos. Es ella misma la que se
conoce porque se ama a sí misma, como se dice en el contexto.
Pero una cosa puede ser conocida por sí misma de dos maneras:
O porque no se llegue a ella a través del conocimiento de
ninguna otra, como ocurre en los primeros principios; o porque
su conocimiento no es indirecto, como el color es visible por sí
mismo mientras que la sustancia sólo lo es indirectamente”398.
135
de los entes que se encuentran fuera de ella? Por el mismo ser del alma. Pues,
a pesar de no conocer su esencia, se conoce gracias a ella. Y siendo intelectual
es luminosa de tal manera que atrayendo al objeto, lo ilumina en su interior
y, de este modo, alumbra sobre sí misma y se adueña de la totalidad del
universo. Entonces, el alma intelectiva es, de alguna manera, todas las cosas.
El alma conoce el ser de otro porque es acto del inteligible, y participa más
perfectamente de ese Ser, que es causa del ser de todo lo que se encuentra
fuera de ella. Su ser explica que pueda llegar al conocimiento esencial de sí
misma conociendo otros entes.
El alma inteligible permite, pues, un acceso a lo que ella es a través de la
experiencia consciente de estar presente a sí misma, de ser sí misma. Este
conocimiento existencial habitual permite entornar la puerta por medio del
racionamiento para conocer de algún modo su esencia y además devela al yo,
al alma espiritual personal individual consciente.
La oscuridad y los grados de superficialidad o profundidad de la vida del alma se
explican por el tipo de alma racional propia de la vida humana, esencialmente
unida al cuerpo y limitada por este en su conocer. Pero, simultáneamente, esta
espiritualidad encierra en sí el germen de un saltar sobre sí concretada en una
vida profunda abierta a la trascendencia. En efecto, Santo Tomás dice:
A su vez Edith Stein, en Ser finito y ser eterno, confirma también esta doctrina del
santo dominico acerca del alma por la que es capaz de recibir lo sensible y lo
espiritual y aglutinar todo en su interior: “En ella se reúne todo cuanto viene
del mundo de los sentidos y del espíritu”401.
136
CONCLUSIÓN
Estas líneas nos han permitido poner de relieve el profundo acercamiento que
hace santo Tomás al alma conocida existencialmente gracias al hábito de tal
manera que se hace presente a sí misma en cada acto por el que conocemos,
dudamos, entendemos, etc. Su ser espiritual es, por tanto, tanto la condición
de la ipseidad como su puente de acceso. Lo primero porque se hace a sí misma
vivencia al actualizar lo que, gracias al hábito, el alma racional ya es de manera
potencial ―es decir, “de alguna manera todas las cosas”― y puente de acceso
a ella misma en tanto que conocida a través de sus mismas operaciones que la
sacan a la luz al iluminar el objeto inteligido o entendido.
137
VARIA
138
LANZAMIENTO
REVISTA STEINIANA
FACULTAD DE TEOLOGÍA
PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE,
3 DE MAYO DE 2017
139
Palabras de Fernanda Ruiz L
Jefe Biblioteca Teología
Campus San Joaquín
140
Posteriormente, dada la experiencia de Bibliotecas UC, se sugiere al editor de
la revista, utilizar la plataforma de acceso abierto Open Journal Systems (OJS),
sistema que permite un manejo eficiente del proceso de edición y publicación.
141
Discurso del Pbro. Juan Francisco Pinilla A.
Director Revista Steiniana
“9. … La Iglesia del siglo XX vive hoy un gran día: Nos inclinamos
profundamente ante el testimonio de la vida y la muerte de Edith
Stein, la hija extraordinaria de Israel e hija al mismo tiempo del
Carmelo, sor Teresa Benedicta de la Cruz; una personalidad que
reúne en su rica vida una síntesis dramática de nuestro siglo. La
síntesis de una historia llena de heridas profundas que siguen
doliendo aún hoy, pero que hombres y mujeres con sentido de
responsabilidad se han esforzado y se siguen esforzando por
curar; síntesis al mismo tiempo de la verdad plena sobre el
hombre, en un corazón que estuvo inquieto e insatisfecho “hasta
que encontró descanso en Dios”. 402
402 Liebe Brüder und Schwestern! Heute erlebt die Kirche des 20 Jahrhunderts einen großen Tag: Wir
verneigen uns tief vor dem Zeugnis des Lebens und Sterbens von Edith Stein, der herausragenden Tochter
Israels und zugleich Tochter des Karmels, Schwester Teresia Benedicta vom Kreuz, einer Persönlichkeit, die
eine dramatische Synthese unseres Jahrhunderts in ihrem reichen Leben vereint. Die Synthese einer Geschichte
voller tiefer Wunden, die noch immer schmerzen, für deren Heilung sich aber verantwortungsbewußte Männer
und Frauen bis in unsere Tage immer wieder einsetzen; und zugleich die Synthese der vollen Wahrheit über den
Menschen, in einem Herzen, das so lange unruhig und unerfüllt blieb, ”bis es schließlich Ruhe fand in Gott“.
(http://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/de/homilies/1987/documents/hf_ jpii_hom_19870501_messa-
stadio-koln.html)
142
un instrumento de difusión del trabajo generoso y apasionado de investigadores
en torno a Edith Stein, cumpliendo así, la misión contenida en el nombre de
nuestro Centro UC estudios interdisciplinares en Edith Stein.
Muchas gracias.
143
¿CÓMO CONOCÍ A
EDITH STEIN?
Cécile Rastoin OCD
Cómo conocí a Edith Stein. Es una larga historia…. Durante la niñez sentí el
llamado a la oración y entonces descubrí a Isabel de la Trinidad (quien acaba
de ser canonizada): una joven carmelita con la cual me sentía muy cercana.
También me puse a leer los santos del Carmelo. Mi madre era traductora de
profesión y una apasionada por las otras culturas. A menudo ibamos a casa de
uno de sus amigos alemanes en Bonn. Una vez, en camino, mi madre nos invita
a detenernos en el Carmelo de Colonia. En esa época mi madre se interesaba
por la filósofa Edith Stein, pero yo no sabía nada de ella. Tenía catorce años.
Pero gracias a este alto en el camino descubrí la «Oración de la Iglesia» de Edith
Stein, un pequeño texto, fácil de leer para quien comenzaba con el estudio del
alemán. Para mí que aprendía el hebreo y que descubría la tradición judía de
la lectura de la Biblia, este texto de Edith Stein es una luz: alguien que dice que
Jesús era un judío paracticante y fiel a la Ley, una persona que ve el vínculo
profundo del designio de Dios, la unidad entre la alianza dada en el Sinaí y
aquella dada en Jesús. De allí que yo conservo «La Oración de la Iglesia» como
un tesoro.
No es sino mucho más tarde cuando verdaderamente leí las obras de Edith
Stein. Antes de mi entrada participé en reuniones de intercambio entre jóvenes
judíos y jóvenes cristianos, es así como un grupo se interesó por Edith Stein: allí
144
leí con el grupo «La Ciencia de la Cruz». También allí encontré una nueva luz
para comprender el camino interior hacia la unión con el Señor.
Cuando cruce la puerta del Carmelo, pense que había terminado con los
estudios y los ordenadores y comence a trabajar en el jardín, en el gallinero y
en la cocina del monasterio. Aún siendo novicia un hermano carmelita viene
a pedir si alguien puede traducir los textos de Edith Stein al francés. La Madre
Priora me encarga la traducción de dos textos. El editor acepta. Comienzo
así a traducir las obras de Edith Stein: empece con las obras espirituales que
ella escribió en el noviciado y continuó más adelante; en este libro traduje con
emoción «La Oración de la Iglesia», que tanto alimentó mi adolescencia. Luego
traduje «Vida de una familia judía» y «Las Cartas». Mas adelante la «Ciencia
de la Cruz». Este último libro me permite medir el camino interior realizado
con el Señor durante veinte años. Como el pueblo de Israel en el desierto, el
Señor me mostro mi pobreza y me hizo experimentar la debilidad para así mejor
abandonarme a Él.
También, con una gran acción de gracias, veo que Edith Stein me acompaña
desde hace ya más de treinta años. Ella ha sabido escribir con claridad y
simplicidad lo que el Señor le ha hecho comprender, y creo que su inteligencia
filosófica pone en valor y acrecienta su inteligencia del corazón: supo responder
al llamado del Señor y ofrecerle los dones y talentos que Él le había dado. Vivió
con una extraordinaria sencillez su vida cotidiana de monja carmelita. Así mismo,
intentando trabajar intelectualmente con las pocas herramientas prácticas de
las cuales disponía. Para mí es una gran hermana y si bien me siento muy lejos
de su santidad, recibó de ella mucho ánimo para mi propio caminar.
145
Recensión
El Espíritu Santo y el sentimiento. Nexo misterioso entre espíritu y cuerpo en Edith Stein,
es el título del vigésimo libro de la colección Studia Theologica Matritensia
publicado recientemente por la Universidad Eclesiástica San Dámaso, que tiene
como autora a la reconocida teóloga alemana Anneliese Meis Wörmer.
146
además de la nacionalidad y su pasión por la filosofía, una vida consagrada al
servicio de Dios; lo que posibilita una capacidad de empatía mayor por parte de
la hermana Anneliese para entender vitalmente las problemáticas que surgían
en el espíritu de la filósofa alemana.
Anneliese Meis no es carmelita como lo fue Edith, sino que es misionera, Sierva
del Espíritu Santo. Esto último, da luces para comprender el porqué de esta
obra centrada en la búsqueda constante de los rastros del Espíritu Divino en la
creación, especialmente en la persona humana, hecha a imagen y semejanza
de Dios. Y como misionera, esta búsqueda de los rastros del Amado debe tener
resonancias prácticas que se configuren en una antropología teológica dadora
de respuestas a las inquietudes del hombre hodierno.
Para la autora, el sentimiento es el que puede dar esas respuestas vinculantes para
acercarse a una antropología vista “desde abajo” y “desde arriba”, ya que este
“se configura desde la sensibilidad en cuanto campo intermediario, fronterizo,
entre lo material y lo espiritual” (p. 21).
Las vías de la analogía serán útiles para llegar a descubrir aspectos nuevos del
Espíritu Infinitio y del espíritu finito en el corpus steiniano. De esta manera, la
hermana Anneliese se propone encontrar una relación entre el sentimiento y el
Espíritu Santo, específicamente en el modo en que ambos se configuran como
nexo. El primero entre el espíritu y el cuerpo del hombre, y el Segundo entre el
Padre y el Hijo.
Como ya es común en la rigurosa metodología de la autora, para lograr su
objetivo se propone una pregunta metódica que la guiará en el estudio de las
obras principales de Edith Stein: ¿En qué medida el ser humano en cuanto espíritu finito
en el mundo es anticipado por el Espíritu Infinito, de modo que a partir del infinito se entrevé
el finito a través del sentimiento? (p. 347)
147
El primero se centra en el sentimiento y su relevancia en las obras tempranas (Sobre
el problema de la empatía (SPE), Naturaleza, libertad y gracia (NLG), Introducción a la
filosofía (IF) y Acto y potencia (AP)). Obras de marcado pensamiento filosófico e
influenciadas por la “fenomenología temprana” (p. 65). Primeramente, en SPE,
el sentimiento, a través del ejemplo de la alegría, emerge “como una dimensión
connatural del espíritu humano-animal, orientado por lo otro -el otro-,
orientación concretada a través de la empatía” (p. 66). Si bien que Edith en
esta obra sea cuidadosa en afirmar que el individuo “sienta” los “sentimientos
ajenos”, deja abierta la posibilidad de que “sienta” un fundamento trascendente
(p. 81). En el caso de NLG, el sentimiento se vincula más bien al termino
“notar” tt¬¬, que expresa una afectividad presente en el ser humano que es espíritu
(p. 83). “Este vocablo, a diferencia del “sentir”, más bien volcado al sujeto que
siente, atestigua, constitutivamente, la presencia del “otro”, hasta del “Otro”,
quien abre la perspectiva desde otros horizontes, es decir, “desde arriba”, pero
afectando de todos modos al sujeto” (p. 83). IF fue escrita antes de su conversión
y el sentimiento es analizado desde los problemas más acuciantes de la filosofía
contemporánea (p. 93). El aporte que la hermanan Anneliese toma de esta obra
es precisamente la proyección axiológica del sentimiento que Edith descubre a
partir del diálogo entre la filosofía tomista y la filosofía husserliana. Finalmente,
en AP el sentimiento nace desde el estudio de la sensibilidad, deteniéndose
especialmente en el término alemán Gemüt, entendido como “fondo del alma”
(p. 123), tornándose en un campo intermedio entre el cuerpo y el espíritu.
148
de la constitución de los objetos en la conciencia” (p.135). En esta obra la
filósofa alemana hace notar la importancia de los “‘sentimientos vitales’, que se
comprenden como un ‘encontrarse’, proveniente de ‘la corriente de la vida’, desde
la cual emergen dichos sentimientos” (p.136). En el caso de IC el sentimiento
se configura como nexo entre el yo y el otro. A partir del estudio de la pisque,
Edith da un salto ad extra con el análisis del “contagio” del estado de ánimo a
la comunidad, encontrando un nexo entre “contagio” y la fundamentación del
sentimiento desde los actos del ánimo, del Gemüt (p. 156). En el caso de EP,
Edith distingue el sentimiento humano con respecto a lo vegetativo y animal,
dándole énfasis a la autoconciencia libre y dinámica, que le es propia al hombre
por ser imagen de Dios, permitiéndole conocer, querer y sentir (p. 194). Y en M
(recopilación de conferencias entre 1928 y 1932), Edith Stein centra la concreción
del sentimiento a través de la especificidad de la mujer (p.195), especialmente
desde el término Gemüt, que como “alma del alma” encuentra “su expresión más
lograda en la mujer” (p. 197).
149
“culmina en una concreción cristológica ‘de la cruz’” (p. 296). Además, en esta
última obra, el sentimiento adquiere una total profundidad “a la luz del ‘nuevo’
concepto del espíritu, que va emergiendo del cuerpo vivo purificado y plenificado
por su configuración con Cristo muerto y resucitado, plenitud que se proyecta
desde la vida presente a la gloria” (p. 243).
Si bien la profundidad de los descubrimientos y la complejidad del pensamiento
de Edith Stein a veces hace la lectura ardua, el orden y la metodología pedagógica
de la autora, que constantemente realiza síntesis de sus hallazgos al finalizar
todos los capítulos, permiten al lector no zozobrar a mitad de camino.
150
Lived experience from the inside out:
Social and political philosophy in Edith Stein, Antonio Calcagno,
Duquesne University Press, Pittsburgh, 2014.
151
papel de la empatía, las relaciones entre los sujetos, la experiencia constituyente
de la comunidad y la posibilidad de pensar el Estado desde una perspectiva
filosófica.
152
3. The move from individuals to
superindividuals social realities
Rodrigo Álvarez-Gutiérrez.
[email protected]
153
Edith Stein–Lexikon.
Herausgegeben von Marcus Knaup und Harald Seubert unter Mitarbeit von
Hanna-Barbara Gerl-Falkovitz, Martin Hähnel und René Raschke, Freiburg-
Basel-Wien 2017, Herder 431 ss.
154
detalles significativos, para penetrar en la profundidad y complejidad propia del
pensamiento de Stein a través de sus obras. Si esta abundancia de facetas del
ESL, no siempre dilucidas de modo adecuado, se debe a la misma riqueza del
pensamiento steiniano, su originalidad profunda e influencias múltiples, cuyo
“marco se extiende desde la apertura al concepto de ser de Tomás de Aquino
y la filosofía cristiana de Agustín hasta la posterior ocupación con la Mística”
(p.7) o a la manera como los “más que cuarenta investigadores internacionales
calificados en la investigación de Edith Stein”(p. 7) abordan sus contribuciones
respectivas, queda a juicio del usuario.
155
Sin duda, la selección de los artículos presentados por el ESL sigue una orientación
común, aplicada, de modo coherente en consonancia con los contenidos
específicos tratados, es decir, ”una definición inicial del concepto”, una breve
historia de su problemática, enfocada desde Stein”, la ”presentación de su
contenido propio a través de textos steinianos”, la “indicación a otros conceptos
parecidos o antitéticos” y una “breve visión global de la literatura secundaria”
(p.8). Pese a que los editores admiten, “que son reconocibles los matices personales
de los diferentes autores y se pretende obtener tanta consonancia y coincidencia
posible”(p8), una cierta precomprensión desfavorable se hace notar en la
selección de los artículos al momento de decidirse por una voz y no por la otra
y elaborar el contenido de la voz a través de ciertas preferencias, que podrían
ser otras. Lo que sí puede observarse, con nitidez es que se evita, exitosamente,
“introducir en el punto de partida de la fenomenóloga, que trabaja de modo
estrictamente científico”, en el sentido husserliano, “asociaciones de la feminista
temprana y de la posterior santa”(p.7). De hecho, resulta valiosísimo el esfuerzo
del ESL por delimitar su contenido a la “filosofía” steiniana, un tanto descuidada
por la avalancha de las publicaciones de los estudios en torno a Stein desde su
canonización. Sin embargo, una cierta falta de unanimidad de criterios se hace
notar respecto a temas abiertas, como por ejemplo, la complejidad temática del
pensamiento steiniana y su evolución intrincada desde los Frühwerke” hasta su
punto final en la Ciencia de la cruz, como también la relación continua discontinua
entre Stein y su Maestro y finalmente las dudas respecto al uso del método
fenomenológico de la autora hasta en sus últimas obras más místicas, -temas
que podrían ser mejor atendidos debido a su importancia para la comprensión
de la originalidad de la discípula de Husserl, que el ESL pretende sacar a la luz.
El Lexikon no podrá hacerse cargo, sin duda, de tales temas espinudos, pero
si se podría esperar una cierta orientación básica hacia un posible abordaje
investigativo.
156
la coincidencia y distancia de la discípula con respecto al Maestro. Lo mismo
sucede con la voz del Cogito, repensado, de modo novedoso por Stein en cuanto
Ich fühle. Por su parte la Gewissheit es abordado en forma tan rudimentaria,
que su desarrollo dista mucho de la profundidad de tal temática en la obra
steiniana. Pese a que la elaboración de la voz Originarität/originär atestigua un
mayor acierto con respecto al aporte de la discípula de Husserl, sin embargo,
su elaboración no trasciende hacia el importante desafío, que dicha Originarität
presenta para cualquier quehacer científico, que siempre no es “originario”
sino “re-presentativo”. Si la razón última de tales carencias reside en un
desconocimiento del verdadero aporte steiniana respecto a la voz abordado de
parte del autor o apunta a la necesidad de ser investigado con más a hinco,
resulta difícil de dilucidar.
Pese a que las dudas respecto a la presentación de algunas voces son justificables,
cabe señalar que una claridad estructural metódica indiscutible impregna la
elaboración de cada voz. Pues se parte desde una aproximación mas general para
llegar a los detalles específicos, lo cual permite apreciar los ejes transversales
de los grandes temas steinianos, dilucidos a través de una cierta armonía de
líneas conductoras afinadas. Sin embargo, se echa de menos un detenerse más
explícito en los múltiples nudos problemáticos de la argumentación steiniana a
veces repetitiva en sus detalles, pero esclarecida por la autora en una síntesis final,
que alivia, pedagógicamente, la comprensión de tanta hondura y especificación
de un contenido compleja y de muchas influencias diversas. La discípula de
Husserl tiene, sin duda, su estilo de argumentar y más todavía una forma mentis
muy bien perfilada. En este sentido resulta difícil entender, por qué esta forma
mentis, que quisiera calificar como genuinamente “católica”, no es tratado con
debida atención.
No cabe duda, que el ESL permite apreciar el esfuerzo por lograr “claridad y
cercanía al punto de partida” de Stein (p.8). Los artículos, como también “su
interrelación con los conceptos comprendidos, usualmente”, plasman además
muy bien su ”correspondencia con otros puntos de partida filosófica”(p. 8). Sin
embargo, el gran tema no resuelto a nivel de los estudios steinianos, es decir, si
Stein busca sólo armonizar la fenomenología husserliana con la escolástica o
intenta contrastar ambos pensamientos hasta una ruptura notable, no aparece
157
suficientemente expresado y matizado. Precisamente esto permitiría resaltar
mejor la originalidad indiscutible de la discípula de Husserl. Otro aspecto
metódico loable y a la vez cuestionable es la fundamentación del desarrollo de
cada voz en la misma obra de Stein, lo cual, en principio, permite el acceso
genuino al pensamiento misma de la autora, mostrando sus articulaciones más
importantes y pertinentes. Sin embargo, en algunos casos las citas explícitas
pasan de largo del núcleo problemático de la temática de la voz propiamente
tal, o despiertan la pregunta, por qué esta cita y no otra. Lo mismo vale de
la selección de referencias precisas a autores secundarios, donde no se percibe
bien, si la escasez de los estudios secundarios citados se debe a una inexistencia
real del tema tratado o a una ignorancia lamentable de lo que realmente se ha
investigado ya.
Finalmente cabe constatar que el presente ESL logra ofrecer un adecuado acceso
a la complejidad y profundidad del pensamiento de Stein. Pero, si realmente es
una ayuda para “lectores atentos e interesados de comprender mejor y más
claramente los textos de Stein, en parte altamente complejos y en su forma
lingüística no siempre asequible de modo inmediato”(p.8) no resulta tan obvio,
según mi parecer, comparando el ESL con el Husserl Lexikon, editado por
Hans-Helmut Ganger, Darmstadt 2010. El presente Edith-Stein- Lexikon deja,
más bien, la impresión de aportes desiguales en profundidad y calidad, que unas
veces apuntan a destinatarios altamente especializados, otras veces no superan
un grado mínimo informativo, muy distante de la originalidad de la discípula
de Husserl. Un mejoramiento de tales defectos, sin duda, se podrá esperar para
una segunda edición de este valioso instrumento para el trabajo investigativo en
la obra de Stein, que no debería tardar mucho.
Anneliese Meis.
[email protected]
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SOBRE LOS AUTORES
Anneliese Meis W.
PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
[email protected]