Diferencias Entre El Derecho Individual y El Derecho Colectivo Del Trabajo
Diferencias Entre El Derecho Individual y El Derecho Colectivo Del Trabajo
Diferencias Entre El Derecho Individual y El Derecho Colectivo Del Trabajo
Conforme a nuestra legislación laboral, existen dos grandes ramas en el derecho del trabajo,
como son el individual y el colectivo, las cuales conllevan a diferentes beneficios y tratamiento
para los trabajadores dependiendo de la esfera a la cual pertenezcan, a continuación, se hace
una descripción a grandes rasgos de las diferencias entre una y otra rama.
SEPARACIÓN DE PANAMÁ
Las diversas crisis políticas producidas a lo largo del siglo XIX, expresadas en lo que nuestra
historia llama genéricamente "actas separatistas" (1826, 1830, 1831, 1840-41, 1860), muchas
veces han sido sacadas de su verdadero contexto para ser presentadas como expresiones de
una nación en ciernes que viene a concretarse en 1903. Pero un repaso cuidadoso de los
hechos que rodearon a cada una de esas coyunturas muestra que, más que un proceso de
conformación nacional diferenciado de Colombia, estos movimientos expresaron conflictos
políticos (liberales vs conservadores), económicos (librecambismo vs proteccionismo) y
administrativos (federalismo vs centralismo)(Beluche, 1999).
Los actores principales de este drama son: el expansionismo imperialista de Estados Unidos,
expresado en su carismático presidente Teodoro Roosevelt; la quebrada Compañía Nueva del
Canal, de capitales franceses, representada por Philippe Bunau-Varilla; en el centro de los
hechos, el prominente abogado neoyorkino William N. Cromwell, verdadero cerebro de la
separación y representante legal tanto de la Compañía Nueva del Canal como de la Compañía
de Ferrocarril de Panamá; los agentes norteamericanos y panameños de la Compañía del
Ferrocarril, como José A. Arango y Manuel Amador Guerrero y, por supuesto, el venal e inepto
gobierno colombiano del vicepresidente José Manuel Marroquín.
A fines del siglo XIX, Estados Unidos iniciaba su proceso de expansión en el Caribe,
desplazando de allí a sus otrora rivales: España e Inglaterra. A la primera le arrebató Cuba y
Puerto Rico con la guerra de 1898; con la segunda firmó el Tratado Hay-Pauncefote en 1901,
por el cual se reconocía la preeminencia norteamericana en la posible construcción de un
canal por el istmo centroamericano. El canal era una necesidad lógica del desarrollo capitalista
norteamericano, ya que era la única forma de integrar y comunicar sus costas atlántica y
pacífica
En principio, la ruta privilegiada por Washington para construir este canal no era Panamá, sino
Nicaragua, siguiendo el cauce del río San Juan hasta sus grandes lagos. Aquella parecía más
factible y menos costosa, en especial si ya estaba el precedente del fracaso francés en la
construcción del canal por Panamá.
Mediante el Convenio Salgar-Wyse (1878) una empresa francesa, encabezada por el ingeniero
Fernando de Lesseps, había iniciado la excavación del canal en 1880. Esta primera empresa
fracasaría ante las enormes dificultades tecnológicas, hacia 1888, dando paso a un nuevo
intento con la Compañía Nueva en los años 90 del siglo XIX, que también fracasaría.
De manera que, para fines de 1901, la Comisión Walker del Congreso norteamericano, luego
de estudiar ambas alternativas, se había pronunciado por la vía de Nicaragua, y el 18 de
noviembre se firmó un tratado con ese país. ¿Qué motivó que dos años después Estados
Unidos cambiara completamente de opinión?
La historia simplista narra que, en posteriores debates del Congreso, tanto Bunau-Varilla como
Cromwell mostraron estampillas de correo nicaraguenses en las que se aprecian los volcanes
de este país, y que los senadores norteamericanos, impresionados por la explosión del volcán
Mount Pelée, que había borrado del mapa la isla de Saint-Pierre, y por una falsa noticia de la
erupción del Momotombo, entonces se decidieron por Panamá.
Pero, ¿qué motivó al abogado Cromwell y al ingeniero francés Bunau-Varilla a intervenir tan
activamente para convencer a los senadores de adoptar la ruta panameña? Lo que no se
cuenta es que, ya para 1896, la Compañía Nueva del Canal, a través su presidente Maurice
Hautin, dada la incapacidad para terminar el Canal de Panamá y ante la posibilidad de perder
250 millones de dólares en inversiones cuando expirara la concesión en 1904, había
contratado a William N. Cromwell para convencer al gobierno norteamericano de comprarles
sus propiedades.
Cromwell no se limitó al cabildeo para el que fue contratado, sino que inició un plan que
denominó "americanización del canal", por el cual reuniría un grupo de notables empresarios
de Wall Street que sigilosamente comprarían las devaluadas acciones del "canal francés" y las
revenderían a su gobierno. Para ello, su bufete Sullivan & Cromwell estaba en una posición
privilegiada, ya que contaba con clientes como el banquero J. P. Morgan, entre otros.
El 27 de diciembre de 1899, Cromwell fundó la Panama Canal Company of America, con 5.000
dólares de capital, emitiendo acciones por 5 millones, de las que participaron empresarios
como J.P. Morgan, J. E. Simmons, Kahn, Loeb & Co., Levi Morton, Charles Flint, I. Seligman
(Díaz Espino, 2003).
Este grupo influyó en el prominente senador y líder republicano Mark Hanna, quien actuó
como vocero de la "causa panameña". Luego del asesinato del presidente McKinley, este
grupo también convenció al presidente Teodoro Roosevelt, haciendo partícipes del negocio a
Henry Taft, hermano del ministro de Guerra y futuro presidente William Taft, y al cuñado de
Roosevelt, Douglas Robinson.
El traspaso de la Compañía Nueva, de manos francesas a las yanquis, tardó varios meses por la
resistencia inicial de Hautin a renunciar por completo a la empresa y vender a muy bajo precio.
Sin embargo, la adopción de la propuesta por Nicaragua en 1901 sirvió de acicate a los
accionistas franceses que sacaron de en medio a Hautin, y nombraron vocero a Maurice Bo,
director del banco Credit Lyonnais, y éste a su vez envió a Bunau-Varilla para negociar con los
norteamericanos.
El negocio era redondo, se invirtieron 3.5 millones de dólares en las acciones de la Compañía
Nueva, que fueron compradas en lotes pequeños, y se revenderían al gobierno
norteamericano en 40 millones de dólares, obteniendo los inversionistas norteamericanos
utilidades por cada acción por el orden del 1.233 %.
Por supuesto, concretar el negociado pasaba, primero, por convencer al gobierno y al
Congreso de Estados Unidos de optar por Panamá; segundo, firmar un tratado con Colombia
que autorizara a ese país para terminar la obra iniciada por los franceses. En enero de 1902, el
senador John Spooner a instancias de Roosevelt presentó el proyecto de ley que autorizaba a
su gobierno a negociar con Panamá y que anulaba la precedente Ley Hepburn, que favorecía a
Niacaragua.
Ese año el esfuerzo se centró en negociar con Colombia el tratado, camino que estuvo lleno de
dificultades, dada la actitud patriótica del negocaciador José Vicente Concha, que objetó
reiteradamente aspectos leoninos del tratado propuestos por el secretario de Estado John
Hay. Sin embargo, la presión norteamericana pudo más, forzando al gobierno del
vicepresidente Marroquín a desautorizar reiteradamente a su embajador, el cual finalmente
renunció. El camino quedó despejado para un acuerdo, firmado en enero de 1903 y que llevó
el nombre de Tratado HerránHay.
Pero este tratado cayó como una bomba en Colombia, y en Panamá por extensión. Mediante
el acuerdo se segregaba una zona de 5 kilómetros a cada lado del canal, incluyendo ríos, lagos
y los principales puertos, en la cual Norteamérica tendría plena jurisdicción. El "canal francés"
sólo segregaba 200 metros a cada orilla sin menoscabo de la soberanía nacional. Además la
compensación económica que se proponía (10 millones de abono y 250.000 dólares anuales)
era evidentemente inferior a lo que ya el Estado colombiano recibía por los derechos del
ferrocarril (250 mil dólares anuales) y otros tantos por uso de los puertos. Comparado con el
Salgar-Wyse, el Herrán-Hay era totalmente inconveniente.
Había otro escollo: el tratado contemplaba el pago de 40 millones de dólares que Estados
Unidos haría a la Compañía Nueva del Canal en compensación, pero esto era completamente
ilegal, pues estaba claramente prohibido por la Constitución y por el propio Salgar-Wyse, que
impedía a esta empresa traspasar sus propiedades a un gobierno extranjero. El Tratado
HerránHay nació, pues, condenado por la opinión pública colombiana y panameña,
especialmente por el menoscabo de la soberanía.
El gobierno de Marroquín tuvo ante el HerránHay una actitud incongruente: por un lado, había
autorizado a su embajador Tomás Herrán a firmarlo; por otro, no puso empeño en defenderlo,
especialmente ante el Congreso, que fue convocado en junio de 1903 para ratificarlo. Pero no
era la soberanía lo que preocupaba al gobierno Marroquín, sino que se centró en tratar de
recibir una tajada de los 40 millones que recibirían los accionistas de la Compañía "francesa".
Sin saberlo Marroquín, creemos, con esta aspiración tocaba las fibras más sensibles de
poderosos intereses norteamericanos, lo que les llevaría a secesionar al Departamento del
Istmo, pues no estaban dispuestos a renunciar a su ganancia.
Cuando el Congreso colombiano cerró sus sesiones sin ratificar el tratado, a mediados de
agosto, emitió una resolución que expresaba la esperanza de que en 1904, cuando las
propiedades de la Compañía francesa hubieran pasado a Colombia, por expirar el contrato
Salgar-Wyse, se estaría en mejores condiciones de negociar con Estados Unidos.
Bibliografía:
1. BELUCHE, OLMEDO. 1999. Estado, Nación y Clases Sociales en Panamá. Pequeño Formato
115. Panamá: Editorial Portobelo.
2. BELUCHE, OLMEDO. 2003. La verdadera historia de la separación de 1903. Reflexiones en
torno al Centenario. Panamá: ARTICSA.
3. DÍAZ ESPINO, OVIDIO. 2003. El país creado por Wall Street. La historia no contada de
Panamá. Bogotá: Planeta.
4. DUVAL JR., MILES P. 1973. De Cádiz a Catay. La historia de la larga lucha diplomática por el
Canal de Panamá. Panamá: Editorial Universitaria.
5. LEMAITRE, EDUARDO. 1971. Panamá y su separación de Colombia. Bogotá: Biblioteca Banco
Popular.
6. TERÁN, OSCAR. 1976. Del Tratado Herrá-Hay al Tratado Hay-Bunau Varilla. Historia crítica
del atraco yanqui, mal llamado en Colombia la pérdida de Panamá y en Panamá nuestra
independencia de Colombia. Bogotá: Valencia Editores.
PANAMÁ