4to. DÁVILA
4to. DÁVILA
4to. DÁVILA
MESAS DE AGOSTO
América precolombina
1- Leer atentamente:
Los primeros libros
Los incas
Los incas no poseyeron una escritura silábica ni jeroglífica, pero hacían anotaciones en los quipus o
hilos con nudos, que sirvieron para realizar registros de cantidades y cuentas. Dice el Inca Garcilaso de la
Vega: “Hacían los nudos en hilos de diversos colores... Por los colores sacaban lo que se contenía en
aquel hilo”... Hubo una rica literatura oral compuesta por los amautas (filósofos) y por los harauecos
(poetas). Los primeros según el informe de Garcilaso, compusieron “comedias” y “tragedias” que
representaban delante de los reyes y de la nobleza, durante los días y fiestas solemnes. Las tragedias
trataban sobre hechos militares y sobre las victorias de los reyes. Los temas de las comedias eran la
agricultura y los sucesos familiares. En poesía compusieron versos amorosos y transmitieron los hechos del
pasado, Parece que también compusieron fábulas de contenidos moralizadores. En la actualidad se
discute la existencia de estas obras.
Los textos que se han conservado
Hasta nosotros han llegado, por transmisión oral (recogida por algunos sacerdotes e historiadores),
mitos e himnos religiosos que manifiestan la creencia en un único Dios. Algunas tradiciones referidas a
importantes héroes de la comunidad sólo se registraron por escrito en el siglo XVIII. Cuando José Gabriel
Condorcanqui, gobernaba Perú con el nombre de Túpac Amaru, se representó por primera vez la obra
de teatro Ollantay, compuesta en quechua. El argumento fue tomado por su autor (el padre Antonio
Valdez) de una leyenda popular de origen prehispánico. A pesar de estar escrita en quechua, se
relaciona más con la temática del teatro del siglo de oro español, que con una pieza teatral indígena.
La lengua quechua
Esta lengua pasó por etapas de censura y de revalorización. Un hecho importante que se observa en
los territorios habitados por los descendientes de los incas es el bilingüismo. El castellano y el quechua se
relacionaron desde los primeros momentos de la conquista; la literatura ha dejado testimonios de estas
relaciones.
En el siglo XX destacados narradores y poetas han trabajado en sus textos la situación de bilingüismo.
Un ejemplo de esto aparece en Manchay Puytu, de Néstor Taboada Terán “qenamanmin tukuchisaj
waqaynywan waqanapaj...” (Convertido en quena por mis manos ha de llorar mis propias lágrimas).
Los aztecas
En la actualidad se conservan dieciocho códices con imágenes pintadas sobre papel de amate o
pieles de venado o de jaguar, pertenecientes a la época prehispánica de las culturas náhuatl y
mixteca.
La mayoría de ellos están guardados en bibliotecas o instituciones europeas y sólo unos pocos se
conservan en México. No se puede precisar la fecha de su composición, pero el más antiguo parece
provenir del año mil después de Cristo. Los indígenas se apresuraron a rehacer sus manuscritos y utilizaron
la escritura latina que habían aprendido de los misioneros, para reproducir sus tradiciones, sus mitos,
cantares y las genealogías de sus gobernantes. Durante los primeros años de la conquista, Cortés
encontró algunos de estos códices y los envió a Europa, donde fueron considerados como verdaderos
tesoros por los humanistas del Renacimiento.
El nombre de los autores de los primeros textos se ha perdido con una sola excepción: “el príncipe-
poeta” de los aztecas, Nahualcóyolt (1402-14752). Más difundida que la transición escrita fue la oral. El
anciano sacerdote sabio repetía los relatos hasta nuestros días.
Las casas del canto
Según tradiciones y leyendas, los poetas indígenas se reunían para componer la poesía que se
cantaban las llamadas “Casas del canto”. Allí se reunían los distintos artesanos, los músicos, los danzarines
y los poetas. La poesía nacida en medio de estos ambientes expresa en un lenguaje cifrado del que muy
poco ha podido ser traducido. La base de estos textos era la “palabra disfrazada”. La fórmula
ininteligible para los no iniciados. Del México precortesiano proviene el único nombre de un poeta cuyas
poesías han llegado hasta nosotros: Nezahualcóyotl 1402-1472, rey de Texcoco. Sus poemas fueron
puestos por escritos en el siglo XVI. Los temas de sus poesías tienen para los lectores del siglo XX. Un
atractivo muy particular, pues expresan vivencias y sentimientos propios, también del hombre
contemporáneo: la fugacidad de la existencia del hombre sobre la Tierra, la necesidad de disfrutar del
instante presente y la angustia e incertidumbre antes de la muerte inevitable.
Conservación de los códices
Algunos sacerdotes se preocuparon por la conservación de los códices. Fray Bernardino de Sahagún
(1499-1590) registró los relatos de informantes indios en lengua náhuatl. Así lo recuerda Miguel Ángel
Asturias: “Un fraile carilargo... cejas pobladas en arco amplio hasta las sienes, nariz ganchuda, poco
mentón, ojos muy abiertos, está rodeado en Tepepulco, por los años 1558 y 1560 de doce ancianos algo
así como los doce apóstoles de la poesía indígena, y recoge de los labios de estos hombres viejos,
ayudado por jóvenes que copiaban al pie de las pinturas los Cantares de los Dioses...”
Los mayas
De acuerdo con estudios arqueológicos, la
cultura maya tuvo su origen en 1500 antes de
Cristo, y su período clásico comprende del 300 al
900 después de Cristo. Durante este período se
construyeron grandes centros ceremoniales como
Uaxactún y Tikal (Guatemala), además se
extendieron por muchas zonas de América.
En la actualidad, los indígenas mayas se
encuentran en parte de México, en la mayor
parte de Guatemala y en regiones de Belice, El
Salvador y Honduras. El pueblo más conocido, el
maya propiamente dicho, que da nombre a todo
el grupo, ocupa la península de Yucatán.
La religión maya se centraba en el culto a un
gran número de dioses de la naturaleza. Los
dioses mayas se distinguen por su naturaleza
antropomorfa (forma humana), fitomorfa (forma
de planta), zoomorfa (forma de animal) y astral.
La figura más importante del panteón maya es
Itzamná, dios creador, señor del fuego y del
corazón. Representa la muerte y el renacimiento
de la vida en la naturaleza. Itzamná se vincula
con el dios Sol, Kinich Ahau, y con la diosa Luna,
Ixchel, representada como una vieja mujer
endemoniada.
La similitud y los contactos entre la cultura maya y la azteca explican la aparición entre los mayas de la
Serpiente Emplumada (Quetzalcóatl), que recibe el nombre de Kukulcán en Yucatán y de Gucumatz en
las tierras altas de Guatemala.
Cosmogonía maya. La cosmogonía maya la encontramos en el libro quiché titulado Popol Vuh (Libro de
la comunidad).
El tiempo para los mayas. Para los mayas el tiempo era una serie de ciclos sin principio ni fin,
interrumpidos por cataclismos o catástrofes que significaban el retorno al caos primordial. Pero nunca se
acabaría el mundo porque creían en la palingenesia: la regeneración cíclica del universo. En los libros
del Chilam Balam (la palabra chilam significa “sacerdote”) se transcribieron las profecías con respecto a
la llegada de los españoles. Como estos textos se pusieron por escrito con caracteres latinos en el siglo
XVI, resulta dudoso su carácter profético. El más conocido de estos textos es el Chilam Balam de
Chumayel (Chumayel es el lugar donde fueron encontrados). La copia que ha llegado hasta nuestros
días pertenece al siglo XVIII.
Los libros del Chilam Balam exponen predicciones acerca de esos ciclos de destrucción y renacimiento,
como la que relata la sublevación de los nueve dioses contra los trece dioses celestiales, el robo de la
gran Serpiente, el derrumbe del firmamento y el hundimiento de la tierra. También en el Chilam Balam se
dice que en 1541 llegaron los dzules: los extranjeros.
La naturaleza para los mayas. Los mayas adoraban la naturaleza. El sol, la lluvia, el fuego… para todo
había un dios. El dios del maíz era muy importante. De hecho a las culturas precolombinas se les llama
culturas del maíz. La importancia de este producto de la naturaleza se establece en el Popol Vuh. El
hombre que los Progenitores crearon de maíz es el que perdura, el que regirá en la tierra. Efectuaban
sacrificios humanos, cuyo objetivo era alimentar a las deidades solares para asegurarse la continuidad
de su aparición cada día y con ella la permanencia de la vida humana, animal y vegetal sobre la Tierra.
La india maya Rigoberta Menchú (nobel de la paz 1992) cuenta en su autobiografía cómo los niños de
su pueblo aprenden de los mayores los relatos míticos sobre los orígenes de la humanidad. Entre los
aztecas la memorización y la repetición fueron facilitadas por papeles pintados que representaban
escenas fundamentales de lo que se quería contar.
2. Realizar un cuadro comparativo entre las características de estas tres grandes culturas
precolombinas.
3.Analizar y responder:
El Popol Vuh