Texto de Penal
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Texto de Penal
1. Introducción. 1.1. El Derecho Penal. 1.1.1 Concepto de Derecho Penal. 1.1.2 Definición del
Derecho Penal. 1.2 Delito. 1.2.1 Evolución del Concepto Dogmático del Delito. 1.2.2 Escuelas del
Pensamiento Penal. 1.2.3 Definición de Delito. 1.2.4 Esquema de los elementos del Delito. 1.3 La
fijación de la pena (Circunstancias). 1.3.1 Atenuación y agravantes. 1.4 La Culpabilidad: Dolo y la
Culpa - Clases. 1.4.1 "Dolo. 1.4.2 La Culpa. 1.4.3 Clases de Dolo y Culpa. 1.4.3.1 Dolo: Directo,
indirecto, eventual, inicial, concomitante, sucesivo. 1.4.3.2 Clases de Culpa: Consciente,
inconsciente, o, con o sin representación.
1. Introducción
El derecho penal sustantivo se divide en dos partes, la Primera comprende la Parte General, en la
que se expone el derecho penal con su funcionamiento amplio, las definiciones básicas de qué es
un delito, los sujetos, las consecuencias, etc. Y la Segunda comprende la Parte Especial, la cual es
más específica en cuanto a los hechos que se castigan, qué se considera delito y cuáles son las
consecuencias.
Los delitos se encuentran desarrollados en el Libro Segundo del Código Penal, el cual se divide en
XII Títulos, Capítulos y Secciones por tipos de delitos. Pero también se regulan figuras delictivas en
Leyes Especiales y en Instrumentos Internacionales (Tratados y Convenios).
Debemos entender el Derecho, como el conjunto de normas jurídicas que rigen la conducta
externa de los hombres en sociedad, las cuales pueden imponerse a sus destinatarios mediante el
empleo de la fuerza de que dispone el estado.
El Derecho en general es un instrumento al servicio del hombre, fin supremo del Estado y de la
Sociedad; a su vez el Derecho Penal se sustenta en principios que le dan naturaleza jurídica, que
hacen que sea real y efectivamente Derecho, no puede ser utilizado en contra del fin supremo del
Estado y la sociedad , de ahí porque se encuentra ligado íntimamente con la Constitución y con los
Derechos Humanos; esto significa que se debe perseguir al delincuente para que sea sancionado,
sin que esto sea un ensañamiento o un abuso del poder punitivo del Estado, observando en todo
momento los principios que rigen en el Derecho Penal, tales como: La Legalidad, Proporcionalidad
y el Humanismo.
El Derecho en general tiene por función esencial configurar la vida en sociedad, garantizando un
ambiente pleno de respeto por la libertad e igualdad de los individuos. Por ello al Derecho Penal se
le asigna una función esencial: La tutela de los bienes jurídicos que posibilitan el desarrollo
personal del individuo y su participación activa en los diversos procesos socioculturales.
La intervención punitiva en una sociedad democrática debe estar sujeta a límites, toda vez que el
Derecho Penal es el medio de control social de mayor injerencia en la esfera de libertad de los
ciudadanos; en tal medida el jus puniendi en el marco del Estado Social y Democrático de Derecho
debe estar al servicio del ciudadano, mas no debe actuar como un mecanismo de represión y de
control político, como una forma de dominación de una clase social sobre otra.
En palabras de Roxín, el Derecho Penal debe asegurar una coexistencia pacífica , libre, que respete
igualdad de todos los seres humanos, en la medida que esto no sea posible mediante otras
medidas rectoras sociopolíticas menos graves.
Se debe acudir al Derecho Penal únicamente cuando los otros mecanismos de control social son
inoperantes para solucionar pacíficamente el conflicto social, siempre y cuando se identifique una
esfera de lesividad material lo suficientemente significativa que amerite su intervención; contrario
sensu, provocar la intervención del Jus puniendi en cualquier ámbito social puede importar su
desgaste nominal y que se convierta en instrumento de restricción de libertades, contrario a los
postulados que deben regir su utilización, como son los principios de legalidad, de
proporcionalidad , de culpabilidad, de última ratio y de subsidiariedad. Tal como recoge la
Constitución Política del Estado de 7 de febrero de 2009 en sus Arts. 9, 13, 15, 23."
A pesar de que una definición debiera ser el resultado último de una investigación seria en
cualquier rama del conocimiento, para efectos didácticos es menester presentar a priori qué se
entiende por Derecho Penal, aunque posteriormente se aclare todo lo relativo a sus
características, objeto y fin.
No existe, respecto a la definición del Derecho Penal, una concepción única, pues ésta dependerá
no solamente del momento histórico en que se desarrolle o de la escuela a la que pertenezca el
autor que la exponga, sino también a las ideas propias de este, por lo que habrá que reconocer
tantas definiciones como autores que las plantean, sin poder hacer una descalificación de las
mismas, salvo por lo que respecta a la confusión que en muchos autores persiste en considerar al
Derecho Penal y la ciencia que lo estudia una misma cosa.
Por tratarse de la definición un sector del Derecho en la que sólo se destaca un papel particular
que lo diferencia de otros sectores, de entre las diversas concepciones pueden distinguirse, en
primer lugar, las que optan por el criterio de las teorías morales del Derecho (el llamado
iusnaturalismo), por el formalismo jurídico o por el realismo sociológico; y ya dentro de la Ciencia
Jurídico Penal en particular, pueden encontrarse las que surgen de las distintas escuelas que han
planteado su filosofía respecto de esta rama del universo jurídico, e igualmente pueden
diferenciarse las que atienden a su sentido objetivo o al subjetivo, y será ese el primer criterio al
que se atenderá, aunque no de manera exhaustiva y sólo para iniciar el estudio de la materia
(Derecho Penal 11 - Parte Especial),
Para el entendimiento adecuado, el Derecho Penal es la rama del derecho que establece y regula
el castigo de los crímenes o delitos, a través de la imposición de ciertas penas (Ej.: la reclusión,
prisión, etc.).
Es posible distinguir entre derecho penal objetivo (Jus poenale) que se refiere a las normas
jurídicas penales en sí, y derecho penal subjetivo (Jus puniendi), que contempla la aplicación de
una sanción a aquellos que actualizan las hipótesis previstas por el derecho penal objetivo.
El derecho se encarga de regular las actividades de los hombres que viven en sociedad y que
mantienen relaciones con el resto de los hombres. De esta forma, el derecho busca proteger la paz
social con normas que son impuestas por la autoridad, quien, a su vez, tiene el monopolio del uso
de la fuerza.
El principal objeto del derecho penal es promover el respeto de los bienes jurídicos (todo bien vital
de la comunidad o del individuo). Para esto, prohíbe las conductas que están dirigidas a lesionar o
poner en peligro un bien jurídico. Lo que no puede hacer el derecho penal es evitar que sucedan
ciertos efectos.
El Estado dispone de las herramientas para reaccionar frente al delito: Las medidas de seguridad
(que buscan la prevención) y las penas (que suponen el castigo). La pena por lo tanto, implica una
restricción a los derechos del responsable.
En suma, el Derecho Penal, es la rama del derecho público interno relativa a los delitos, a las penas
y a las medidas de seguridad, que tiene por objetivo inmediato la creación y la conservación del
orden social.
1.2 Delito
Conforme a lo que hoy plantea la Teoría Dogmática, el delito es una conducta típica (acción por
comisión u omisión), antijurídica y culpable, añadiéndose frecuentemente que, además, sea
punible. Sus elementos son, entonces, la tipicidad (la adecuación de un hecho determinado con la
descripción que de él hace un tipo legal), la antijuricidad (la contravención de ese hecho típico con
todo el ordenamiento jurídico) y la culpabilidad (el reproche que se hace al sujeto porque pudo
actuar conforme a !as exigencias del ordenamiento jurídico) esencialmente.
La palabra delito deriva del verbo latino delinquere, que significa, abandonar, apartarse del buen
camino, alejarse del sendero señalado por la ley."
A partir del siglo XVIII, concretamente desde la Revolución Francesa, la responsabilidad penal se
hizo personal, así se estima que solo el hombre es sujeto del delito, porque solo los seres
racionales tienen la capacidad para delinquir.
Las nociones de delito, desde un ángulo jurídico son contempladas en dos aspectos, lo jurídico
formal y lo jurídico sustancial.
La noción jurídica formal, son entidades típicas que traen aparejadas una sanción, no es la
descripción del delito concreto, sino la enunciación de que un ilícito penal merece una pena.
La noción substancial, consiste en hacer referencia a los elementos de que consta el delito.
Si se quiere penetrar en la esencia del delito, los elementos integrantes del mismo, habrán de
examinarse. De esta manera puede señalarse lo siguiente:
a. El delito es un acto humano, no es delito si no tiene su origen en un comportamiento humano.
Los hechos de los animales, los sucesos fortuitos, no constituyen delito.
c. El acto humano ha de ser antijurídico, ha de estar en contradicción a una norma jurídica, debe
lesionar o poner en peligro un interés jurídicamente protegido.
e. El acto humano debe estar sancionado con pena, si no hay penalidad, no existirá delito.
Noción sociológica, los positivistas elaboraron la noción del delito con base en la disposición entre
delito natural y delito artificial. La delincuencia natural ataca a los sentimientos fundamentales de
piedad y probidad, la delincuencia artificial abarca los demás delitos no ofensivos de estos
sentimientos señalados (tales como los contrarios al pudor, honestidad, etc.)
Noción del delito como lesión de bienes jurídicos, en 1894 Bimbaum entendió la esencia del delito
como una lesión de bienes o intereses jurídicos o como un peligro para ellos.
El bien jurídico constituye el objeto de la protección penal y la finalidad del ataque delictivo, para
destruirlo, deteriorarlo o sencillamente ponerlo en peligro.
Las bases de la moderna teoría del delito fueron sentadas por Von Liszt que fue el primer autor
que deslindó el problema de la consideración subjetivista del delito y la consideración objetivista
de éste, introduciendo en el Derecho Penal la idea de antijuricidad (que previamente había sido
formulada en el ámbito del Derecho Privado por lhering) en la segunda mitad del siglo XIX.
La teoría analítica del delito remató con una clara formulación del elemento "tipicidad", por ello
hablan del sistema Liszt - Beling para expresar la moderna y analítica teoría del delito, y que,
además, es el sistema denominado naturalista-causalista. Los dos autores aplicaron en su
investigación del concepto de delito el método utilizado en las ciencias naturales, consecuentes
con sus posturas positivistas. El concepto superior que delimita el objeto de estudio que acota la
parte de la realidad que va a ser objeto del estudio es la acción, que es la base del delito.
La acción se concibe como un fenómeno puramente causal, exactamente igual que cualquier otro
fenómeno de la naturaleza. Lo que el sujeto haya querido con su acción (el contenido de su
voluntad) solo interesa en el ámbito de la culpabilidad. Sin embargo, este modelo fue rápidamente
revisado.
Con base a las afirmaciones de Fischer, de que había elementos subjetivos en el injusto que
necesariamente habían de tenerse en cuenta para comprenderlo (Ej. el ánimo de apropiación en el
hurto) y en base a las afirmaciones de Mayer de que en el tipo había elementos normativos que
exigían una valoración de ciertas circunstancias expresadas en él (Ej. expresiones en la ley como
"funcionario público"); Mezger reconstruyó el sistema que, sin dejar de ser causalista (seguía
estimando la acción como base o concepto superior de la teoría), pasó a denominarse causalista-
valorativo. Un verdadero cambio del modelo lo supuso la obra de Welzel, para quien la acción deja
de ser puramente causal y se concibe como acción final.
La acción humana es siempre tendente a un fin, es finalista, este carácter se fundamenta en que el
hombre, que conoce los procesos causales, representa dentro de ciertos límites los resultados que
su conducta puede acarrear y los quiere, conforme al plan que ha previsto. Este carácter de la
acción no lo desconocían ni negaban los causalistas, pero se diferencian de los finalistas en que
éstos recurren desde el primer momento a los elementos subjetivos para tipificar la acción, no
admitiendo que queden relegados para posteriores análisis.
Según el finalismo, la consideración de la acción nunca puede prescindir de los fines perseguidos
por el actor, ya que la finalidad da sentido al proceso puramente causal y es, esencialmente,
inseparable de éste. Y todo esto trae las siguientes consecuencias en la elaboración del concepto
de delito:
• La tipicidad tiene aspectos objetivos (tanto descriptivos como normativos y por lo tanto
valorativos) y aspectos subjetivos (como el dolo y la culpa). La antijuricidad es un juicio objetivo de
valor que contiene elementos subjetivos.
• La culpabilidad es un juicio subjetivo de valor que analiza la posibilidad de un actuar distinto del
sujeto, de un actuar conforme a Derecho.
Desde los años setenta (del anterior siglo) se han efectuado intentos de desarrollar un sistema
"racional-final" (o teleológico) o "funcional" del Derecho Penal. Los defensores de esta orientación
están de acuerdo en rechazar el punto de partida del sistema finalista y la asunción de la idea de
que el sistema única y exclusivamente pueda basarse en las finalidades del Derecho Penal. Sobre
esta base, Roxín elabora y desarrolla con un nuevo contenido los puntos de partida neokantianos,
sustituyendo la vaga referencia a los valores culturales por un criterio de sistematización
específicamente jurídico-penal, todo ello con las siguientes consecuencias:
Respecto del concepto de acción se considera que alguien ha llevado a cabo una acción (comisión)
realizando una valoración consistente en que ha de podérsele imputar a alguien como conducta
suya un suceso que parte de él o un no hacer (omisión).
• En primer lugar, la teoría de la imputación al tipo objetivo. Mientras que para la concepción
causalista el tipo objetivo agotaba el contenido del tipo, para la concepción causalista valorativa
comprendía los elementos subjetivos del tipo y para el finalismo comprende el dolo, para la
concepción funcionalista hace depender la imputación de un resultado al tipo objetivo de la
realización de un peligro no permitido dentro del fin de protección de la norma, sustituyendo la
categoría científico-natural o lógica de la causalidad por valoraciones jurídicas.
Entre los intentos de lograr una fundamentación teleológica del Derecho Penal destaca la obra de
Jakobs y Schmidhiiuser. El primero, discípulo de Welzel, niega contenido pre jurídico a los
conceptos básicos (acción, causalidad, etc.), los cuales sólo se pueden determinar según las
necesidades de la regulación jurídica.
La peculiaridad más notable de su teoría del delito consiste en que para él, en concordancia con su
teoría del fin de la pena, la culpabilidad queda totalmente absorbido por la prevención general, o
sea que no la considera como algo objetivamente dado.
El primer elemento del concepto del delito es el de la acción por comisión u omisión. De ello se
deduce que no pueden constituir delito el mero pensamiento ni la mera resolución de delinquir
que no haya sido puesta de manifiesto por hechos externos , ni una mera disposición de ánimo.
Para nuestro estudio, es muy importante referir las escuelas del pensamiento penal, no porque los
autores se incluyan en ella tengan un pensamiento idéntico, sino porque sus teorías pueden
señalar rasgos comunes.
a) Escuela clásica
El tipo penal es modelo de conducta referido a la parte objetiva de la acción. El tipo es una figura
objetivo - descriptiva del comportamiento externo. Mientras la tipicidad como categoría es un
juicio que compara y ubica la conducta realizada, con el modelo de conducta que describe y
prescribe el tipo en la ley.
El Injusto es un juicio de valor objetivo del legislador. Se dice juicio objetivo - normativo porque
es una relación de contradicción objetiva entre la conducta del sujeto y todo el ordenamiento
jurídico del estado. Juicio de valor que hace la ley en forma puramente objetiva, sin tener en
cuenta elemento subjetivo alguno.
Antijuridicidad material: hace alusión solo al hecho factico. La palabra material hace alusión a la
conducta humana. Sistema clásico: prepondera la antijuridicidad formal.
1. El delito para ellos es una declaración jurídica. No es algo que de hecho se dé en la sociedad.
Quien infringe una norma jurídica da lugar a la configuración de un delito. El delito no existe sino
se da previamente una norma de derecho (principio de legalidad, o de existencia previa del tipo
penal).
2. Con la pena, que es la consecuencia del delito, se pretende restablecer el orden violado . Por
eso con el castigo, que debe ser proporcional al daño causado, lo que se pretende es darle al
infractor una retribución moral.
3. La responsabilidad penal del individuo es fruto de su libre albedrío. El hombre, para los clásicos,
es libre de escoger entre el bien y el mal.
b) Escuela Neoclásica
El Tipo deja de ser objetivo - descriptivo. Se introducen elementos valorativos; tal es el caso de los
Ánimos Especiales. Estos ánimos quiebran el carácter objetivo del tipo y posibilitan la apreciación
con visión fundamentalmente objetiva por la introducción de elementos subjetivos; en el Hurto y
el Secuestro, el ánimo de obtener provecho ilícito, en el Homicidio la finalidad de causar la
muerte.
En los tipos que exigen Ánimos Especiales no basta la realización de los elementos descriptivos y
normativos, y menos aún la sola parte objetiva y externa del comportamiento. Concluyendo,
además de los elementos normativos exigidos por el tipo, cuando la norma
Exige ánimos especiales si éstos no se realizan, el tipo delictual tampoco, aunque los elementos
normativos se cumplan.
El tipo contiene lo antijurídico (ratio essendi) lo antijurídico está tipificado. El tipo lo que hace es
describir el injusto penal.
c) Escuela Finalista
Esta escuela es la que fundamenta el sistema actual penal boliviano. (La reforma del Código Penal
efectuada en 1997 sigue la corriente Finalista frente al Código de 1972 que es causalista). Es la
escuela del maestro alemán Hans Welzel.
1) Concibe el delito simplemente como una acción injusta y culpable. No hay delito si la acción y
descripción legal no coinciden. Si la acción no está prevista como delito, se da la denominada
atipicidad. Tampoco hay delito si el sujeto no actúa con dolo o culpa. Tampoco lo hay si concurren
causales de justificación. También se desnaturaliza el delito si la conducta es producida por error.
Distingue esta escuela dos clases de error: Uno, si el autor se equivoca al realizar la conducta,
sobre los elementos del tipo penal, estaremos frente a un error de tipo; si el autor desconoce que
su conducta estaba definida como delito, se presenta el error de prohibición.
2) Para el finalismo, la pena, que es consecuencia de haber obrado con culpabilidad, tiene tres
fines: Preventivo, dado por la amenaza de la carga aflictiva; Retributivo, dado por la aplicación de
la sanción; resocializador del autor del ilícito que se deriva de la ejecución de esa pena.
3) La responsabilidad penal no existe si en la acción faltan los elementos subjetivos: dolo, culpa o
Preterintención, o si quien incurre en el hecho actúa en concurrencia de una causal exculpante de
responsabilidad, como el caso fortuito, la fuerza mayor, el error de tipo o prohibición, etc. Esta
escuela ofrece como estructura del delito lo siguiente:
Define el delito como una acción injusta culpable. En toda ilicitud los elementos estructurales son
tres, a saber:
1. La Acción. Es la forma como el ser humano, con una finalidad, realiza o determina la realización
de un suceso. La acción siempre se realiza con una finalidad, tiene un contenido subjetivo, No es
simple proceso físico - objetivo, no es un simple suceso causal productor de un resultado como
dicen los dogmáticos o casualistas.
2. Acción Injusta. No basta que una acción se adecue a la norma penal. Para que sea una acción
injusta se requieren dos situaciones: A) que se adecue al tipo penal y, B) que coincida con sus
elementos y que sea antijurídica (que no concurran causales de justificación). El tipo penal, es
pues, mixto. Tiene una parte objetiva (que son los elementos de la descripción legal o elementos
normativos o elementos objetivos del tipo) y otra parte subjetiva (que son los elementos: Dolo,
Culpa o Preterintención. Además de los subjetivos propios de cada tipo penal: Ajenidad en el
hurto, Móviles de bondad en el Homicidio pietatistico, la intención violenta en los delitos sexuales)
. El dolo en la teoría finalista es un simple comportamiento intencional exento de conciencia de la
ilicitud, contrario piensan los dogmáticos que exigen que la conciencia de atipicidad y
antijuridicidad estén presentes en el dolo.
3. Acción Injusta Culpable. Este es el tercer elemento, que sea culpable una acción injusta, sino es
así, no se configura el delito. La culpabilidad es el juicio de reproche que se hace sobre
determinada conducta. Para que una acción injusta sea culpable se requieren dos elementos:
Capacidad de culpabilidad (imputabilidad) y el conocimiento potencial de la antijuridicidad. En el
caso de la imputabilidad, se exige que el autor haya podido, en el momento del hecho,
comprender la criminalidad de su acto y comportarse de acuerdo a esa comprensión. Por
conocimiento potencial de la antijuridicidad, se exige que el autor haya tenido conocimiento
actual de la antijuridicidad (teoría del dolo), o bien, solamente conocimiento potencial de ella
(teoría de la culpabilidad).
Por otra parte, el finalismo dice que tampoco hay culpabilidad (juicio de reproche) si la conducta
obedece a un error, y distingue dos clases de error: error de tipo y error de prohibición. Si el autor
se equivoca en la descripción de alguno de los elementos que hacen típica una conducta, incurre
en error de tipo. Y si yerra o se equivoca en la existencia del tipo, o sea, que no sabía que esta
conducta era prohibida, no se le reprocha su conducta por error de prohibición.
d) Escuela Funcionalista
Moderna tendencia del derecho penal. Su mayor representante Claus Roxin. El tipo puede
considerarse fundamento del injusto o ratio essendi. Sostiene que la estructura bipartita del delito
- injusto culpable - es lógicamente practicable, pues desde la perspectiva del tipo como ratio
essendi no hay ninguna razón para sustraerle una parte de los elementos esenciales para el
injusto, pues la ley puede ubicar una circunstancia en el tipo como h111damento del injusto, o en
la antijuridicidad, como excluyente del injusto.
E n la práctica coinciden tipo e injusto, Ej.: en el delito tributario el elemento normativo remite al
injusto. En el caso del Homicidio: es propio del tipo su ilicitud, luego hay unidad entre el tipo y el
injusto; si el homicidio no se justifica, el tipo realizado es el propio injusto. Para Hoxin el tipo es
indicativo de injusto o ratio cognoscendi respecto de un tipo específico: en el homicidio de Juan
contra José: se presume su ilicitud, excepto que haya justificantes.
No obstante, Roxin finalmente expresa que hay razones de más para mantener el tipo como ratio
cognoscendi:
1) Los tipos tienen todos los elementos y circunstancias que fundamentan el contenido de cada
clase de delitos.
2) Las causas de justificación operan más allá de los tipos. Son válidas para todos los tipos.
3) El juicio sobre el injusto concreto es una valoración respecto del caso individual y no se refiere
a una clase de delitos sino al daño social que el delito causa.
Jakobs. Otro de sus representantes, es partidario del tipo como ratio cognoscendi o indicio de
injusto. El delito está compuesto de tres elementos: Tipo, Injusto y Culpabilidad. No obstante,
admite que el tipo de injusto es una unidad de sentido jurídico-social, con independencia de una
situación justificante, pues la justificación puede anular la antijuridicidad. Son iguales las
consecuencias de la conducta atípica o de la típica justificadas, ej. En el homicidio, la muerte; pero
diferentes los fundamentos jurídicos de las consecuencias según se haya realizado o no el tipo: si
no se realizó el tipo, no hace falta tener en cuenta la justificación."
Acción antijurídica desde el punto de vista formal: cuando contraviene una prohibición o mandato
legal.
Acción antijurídica desde el punto de vista material: cuando lesiona bienes jurídicos.
Para Jakobs el derecho penal no garantiza la seguridad de los bienes jurídicos sino la vigencia de
las normas; o sea las expectativas necesarias para el funcionamiento de la sociedad. Luego la
norma es el bien jurídico a proteger. Ejemplo: en el homicidio, lo constitutivo de una lesión al bien
jurídico penal no es la causación de una muerte (el resultado muerte es simplemente una lesión a
un bien), sino la oposición a la norma subyacente en el homicidio evitable.
En el hurto la lesión a un bien jurídico no es la sustracción de la cosa ajena ello es solo la lesión a
un bien; la lesión al bien jurídico penal la constituye el que no se reconoce la validez del contenido
de la norma que llama, ordena o invita a que debe protegerse la propiedad.
e) Escuela Dialéctica
Tipo en sentido restringido. Tiene dos funciones:
1) Seleccionadora de los comportamientos sociales más relevantes. A través de ella se definen los
supuestos de hecho. Otros: función fundamentadora. 2) Sistematizadora: tiende puente entre la
parte general y parte especial de los códigos, y permite el estudio sistemático.
También es función dogmática: describe y armoniza todos los elementos del tipo.
Tipo en sentido Amplio. Es el llamado tipo garantía, hace cumplir el principio de legalidad con
todos sus efectos: principios y garantías en los ámbitos sustancial, procesal y ejecución penal. La
función de garantía o político-criminal, es la verdadera función que debe cumplir el tipo, para
delimitar el injusto penal.
El tipo, más que fundamentación, hace una delimitación. Injusto penal es al tiempo injusto
general, pero injusto general no es siempre injusto penal. El tipo específico traza los límites del
injusto penal. Tipo e injusto van entrelazados; que el injusto este tipificado (injusto típico) o el tipo
sea tipo de injusto. Solo de la tipicidad y antijuridicidad conjuntamente, se deducen las
dimensiones del injusto jurídico penal.
2) Material: porque esa conducta debe dañar real o potencialmente en concreto, el bien jurídico
protegido.
3) Objetivo: porque esa conducta debe contradecir los valores o bienes jurídicos que el legislador
tutela.
4) Subjetivo: porque el daño al bien jurídico debe ser producido por el sujeto con dolo o culpa. El
injusto penal va más allá de la mera infidelidad al derecho y llega hasta la violación consciente y
voluntaria de bien jurídico. No es la tipicidad la ratio essendi de la antijuridicidad, sino a la inversa:
la antijuridicidad es la ratio essendi de la tipicidad.
El fundamento del injusto se encuentra en el daño mismo que ocasiona el sujeto. El injusto es
sustancial, luego no es tanto que el tipo fundamente el injusto sino al contrario: es el injusto el
que fundamenta el tipo, pues el injusto es primero que el tipo en tanto que lo que hace es
caracterizar el comportamiento delictivo.
Hay conductas injustas que no son típicas: del universo de acciones injustas el legislador toma
algunas y las convierte en injustos penales o injustos típicos.
Que el derecho penal se limite en la mayoría de los casos a examinar solo las conductas típicas, no
significa desde el punto de vista sustancial que primero no sea la antijuridicidad que la tipicidad.
No importa que en la definición dogmática del delito primero sea la tipicidad y luego la
antijuridicidad.
Concepto Dialectico de Acción. La acción es acción y comunicación. Acción es la conducta del ser
humano que se comunica con los demás. Es lo que el sujeto piensa y quiere y hace trascender a la
sociedad y lo que la sociedad asume como interacción entre sujetos.
Parte del concepto de conducta del hombre como límite y control del poder punitivo del estado.
Solo pueden ser punibles las conductas que, aparte de ser típicas, antijurídicas y culpables, sean
comportamientos humanos conscientes y voluntarios.
La propuesta si incluye los motivos dentro del concepto de acción. Tanto las acciones lícitas como
las ilícitas se realizan la mayoría de las veces de manera consciente y voluntaria. La culpabilidad
como principio debe fundarse en el conocimiento de la ilicitud y la voluntad motivada en tal
sentido. La sanción penal solo la legítima el daño culpable al bien jurídico.
f) Escuela Positiva
2. La razón de ser de la pena es la defensa de la sociedad. Con ella se busca rehabilitar al individuo
para evitar su recaída en el delito. Por eso propone el aislamiento del infractor para someterlo a
tratamiento penitenciario.
g) Escuela Ecléctica
h) Escuela Sociológica
2. Con la pena se pretende defender a la sociedad de acciones que se orientan a destruirla. Pero
enfatiza en que la pena debe ser adosada con medidas preventivas que recaigan sobre los factores
antropológicos y sociológicos que dan lugar a las acciones antisociales.
i) Escuela Dogmática
2. La pena es consecuencia de haber realizado una conducta constituida por estos tres elementos,
y se impone con fines retributivos o preventivos.
3. No acepta la responsabilidad objetiva. Es decir, aquella que se deduce por el mero hecho de
cometer una acción típica, antijurídica y culpable. Exige en el autor del delito una finalidad o una
intención especial (ánimos especiales), sin estos elementos no es posible decir que alguien
cometió delito.
En el mundo jurídico de hoy, la práctica judicial viene dando una fuerte controversia entre la
concepción Dogmática y la Finalista. Veamos lo que está ofrece como estructura del delito:
Sostienen elementos que debe contener una conducta para que sea delictiva:
1. La Tipicidad, es el molde legal descrito por el legislador. La conducta que encuadre en esa
definición, es delito. Ej. El tipo que indica que "Apoderarse de cosa mueble ajena, con el propósito
de obtener provecho para sí o para otro", describe la conducta delictiva del Hurto. Si tipo y acción
encuadran, hay Tipicidad.
3. La Culpabilidad. Toda conducta, luego de que se compruebe que ha sido típica y antijurídica,
solo podrá ser penada si fue realizada con culpabilidad. Actúa con culpabilidad quien conoce la
ilicitud y orienta su voluntad a su realización.
Formas de culpabilidad son el dolo y la culpa. El Dolo existe cuando la persona conoce el hecho
punible y quiere su realización. Son dos los momentos del dolo, el momento cognoscitivo y el
momento volitivo. En principio todas las conductas exigen la demostración del dolo. Solo por
excepción, y siempre que así lo exprese la ley, la conducta es culposa y no dolosa. La culpa es la
otra forma de culpabilidad. Se dice que alguien actúa culposamente cuando realiza un hecho típico
y antijurídico por omisión de un deber legal de cuidado. Cuando actúa con negligencia, impericia o
imprudencia o faltando a la observancia de reglamentos. La Preterintención, es la mezcla del dolo
y la culpa, dolo seguido de culpa en un mismo acto. Se da cuando la acción sobrepasa la finalidad
que tenía en mente el agente activo de la ilicitud.
Los pensadores que representan esta escuela: Von Jhering, Binding, Beling, Manzini, Mezger,
Roccio, Carnelutti y Antolisei.
1. El delito es un asunto político. El derecho penal crea los delitos como un problema situado en la
perspectiva política. Por eso el delito lo define esta escuela en relación con la forma de estado en
que se dé. El delito no es un ente abstracto, sino orientado por una perspectiva política a la cual
obedece su definición.
2. La pena debe cumplir una función preventiva, nunca retributiva. El tratamiento penitenciario
debe buscar la resocialización de las personas.
Es una escuela filosófica del derecho penal de radicalismo absoluto. Propugna por la abolición del
derecho penal y su lenguaje. Por eso no aporta conceptos sobre lo que sería al delito, la pena y la
responsabilidad. Los conflictos individuales que se generan en la sociedad deben ser negociables.
El estado debe ser instituido para servirle al individuo, a superarlo y no al revés, el estado debe
estar al servicio del individuo.
La crítica de esta escuela al derecho penal es de fondo. La sociedad no será reformable o
normalizable por la vía de las penas. Predica que hay que estructurar un tipo de sociedad en la que
la noción de delito pierda el contenido que hasta hoy ha tenido, y que del mismo modo se haga
tabla rasa del concepto de pena y de responsabilidad penal. Sus representantes principales:
Politoff, Hulsman y Sheerer.
1. Se acerca a la teoría abolicionista, pero llega a sus extremos. Sugiere que el derecho penal se
limite al máximo en su aplicación. Que sea la verdadera última razón (última ratio) que utilice el
estado para castigar conductas transgresoras. Dicen que solo deben considerarse delitos aquellas
conductas que el legislador ha escogido con antelación a la acción concreta del sujeto agente. Lo
llaman principio de legalidad o de reserva. 2. Las penas deben ser proporcionales al daño causado.
La pena puede ser sustituida por otras medidas, si se prueba que hay otros mecanismos para el
caso concreto, que respondan eficazmente al daño causado. Esto es lo que se denomina Principio
de la proporcionalidad concreta. Mediante su aplicación el juez puede tener en cuenta, al
momento de dosificar la pena, para compensar el daño y atenuar por ese mismo medio la
desigualdad social, factores como las circunstancias atenuantes, el ámbito familiar y social del reo.
t. La responsabilidad: rechaza el derecho penal de autor. La responsabilidad, sostiene, no puede
derivarse de las características personales del imputado. Debe instaurarse, un derecho penal
donde el autor responda por lo que hace y no por lo que es. Sería un derecho penal del autor y no
un derecho penal de autor. Los principales seguidores: Ferrajoli y Baratta.
Etimológicamente, la palabra delito proviene de la similar latina "delictum", aun cuando en técnica
romana poseyera significados genuinos, dentro de una coincidente expresión calificadora de un
hecho antijurídico y doloso sancionado con una pena.
Asimismo, son varias las definiciones que en la doctrina y en algunos códigos penales se han dado
al delito. Recogiendo la de Jiménez de Asúa, se entiende por tal "el acto típicamente antijurídico,
culpable, sometido a veces a condiciones objetivas de penalidad, imputable a un hombre y
sometido a una sanción penar".
Soler lo define como "una acción típicamente antijurídica, culpable y adecuada a una figura legal
conforme a las condiciones objetivas de ésta".
"Delito es la infracción de la ley del estado, promulgada para proteger la seguridad de los
ciudadanos, y que resulta de un acto externo del hombre, positivo o negativo, moralmente
imputable y políticamente dañoso"
Desglosando sus elementos tenemos la siguiente interpretación: Delito: Infracción, ofensa, crimen,
acto delictivo. Hecho punible, acto criminal, conducta punible, conducta desviada, injusto típico,
acción injusta.
Infracción de la ley. Porque el delito es una violación o abandono de la ley, porque ningún acto del
hombre puede ser reprochado sin una ley que lo prohíba. Un acto se convierte en un delito solo
cuando choca con la ley, puede ser un acto dañoso, malvado, malvado y dañoso, pero si no hay
prohibición legal previa no hay lugar a reproche
Del Estado. Porque es el estado el encargado de la tutela de los bienes jurídicos del hombre y del
tejido social por lo tanto solo él es dable al estado proponer conductas socialmente reprochables,
mediante normas prohibitivas.
Promulgada. La ley para que sea conocida y por tanto obligatoria debe ser promulgada a los
ciudadanos. La ley moral es revelada al hombre por la conciencia, la ley divina deviene de dios,
pero la ley de los hombres deberá ser comunicada a los mismos hombres para que en ellos nazca
la idea de obligatoria observancia. La ley promulgada trae consigo la presunción de su
conocimiento.
Para proteger la seguridad. El delito violenta la seguridad de los asociados, crea zozobra social,
descompone la credibilidad del ciudadano en el gobernante y el estado que representa, la ley
tiene como finalidad proteger la seguridad del ciudadano como individuo y del estado como
asociación de individuos.
Que resulta de un acto externo. Pues solo, los actos externos son objeto de regulación normativa,
los actos internos, el pensamiento, la sola idea, no es objeto de regulación, control y tratamiento
jurídico.
Del hombre. Sujeto activo primario del delito que por estar dotado de razón e inteligencia os un
ente que se puede dirigir.
Positivo o negativo. La ley es prohibitiva o es permisiva. La ley prohibitiva se viola con idos
positivos contrarios (comisión), los actos negativos (omisión) corresponden a la Inacción. La
omisión, un no hacer debiendo hacer.
En el delito hay una relación de contradicción entre el hecho material y la ley. Solo un derecho
puede ser objeto de delito y un derecho al cual la misma ley le haya dado de manera expresa su
tutela, no se da el delito pues porque agravie al hombre o la cosa, sino porque viola la ley. En
suma, para el entendimiento nuestro el delito, es una conducta típica (acción por comisión u
omisión), antijurídica y culpable, añadiéndose frecuentemente que, además sea punible.
CULPABILIDAD. INCULPABILIDAD.
Teoría material: la culpabilidad es un juicio do reproche al
Debemos distinguir las causas de inculpabilidad en base a los
sujeto por haber cometido la conducta antijurídica, y no haber
elementos de la culpabilidad:
actuado uniforme o motivado por el ordenamiento jurídico. 1) Causas de inculpabilidad que excluyen la conciencia de
Elementos: antijuricidad:
a) Conciencia de Antijuricidad: tiene 2 elementos: 1. Error de prohibición: error respecto de la licitud de la conducta,
1)Volitivo: querer actuar en forma antijurídica. ya sea porque:
2)Cognoscitivo: saber que tu conducta es antijurídica. El sujeto desconoce la existencia del tipo penal en la legislación, o
b) Exigibilidad de otra conducta: que el ordenamiento porque el sujeto crea que actúa conforme a una causa de
jurídico pueda exigir que se comporte conforme a la norma. justificación en el caso concreto.
c) Irnputabilidad: capacidad de comprender el carácter En relación al Error de Prohibición hay que distinguir 2 casos:
ilícito de su conducta o le conducirse de acuerdo con a) Invencible: excluye conciencia de antijuricidad.
esa comprensión. b) Vencible: existe el delito, pero atenúa (disminuye) la pena.
2. Causas de inculpabilidad que excluyen la Exigibilidad de otra
conducta:
a) Estado de Necesidad Disculpante (bienes jurídicos iguales).
b) Miedo Grave.
3) Causas de inculpabilidad que excluyen la imputabilidad:
a) Minoría de Edad
b) Alteración en la percepción.
c) Alteraciones psíquicas.
Efectos de las causas de inculpabilidad:
a) No se impondrá una pena, si podrá imponerse una sanción de
otra rama del derecho o una medida de seguridad.
b) Son individuales, solo benefician al sujeto.
La determinación de la pena es el acto mediante el cual el Juez fija las consecuencias de un delito.
No se trata únicamente de la elección de la clase y monto de la pena, sino que el concepto hace
referencia también a cuestiones que se relacionan con el modo de ejecución de la pena
establecida, tales como la ejecución de la suspensión, el cumplimiento en un establecimiento
determinado o bajo ciertas condiciones, la imposición de deberes especiales, la indemnización del
daño o la forma de pago de la multa, entre otras.
La fijación de la pena constituye la forma en que toda sanción se adapta al sujeto que debe
sufrirla. Porque son de distinta clase a fin de permitir, guardando ciertos márgenes, la educación;
además, debe estar adecuada a la valoración jurídica del hecho puede adaptarse a las diversas
características de los sujetos y hechos (Arts. 27, 28, 29, 30, 34,y 36 del Código Penal (en lo sucesivo
C.P.).
Para que la sanción alcance en lo posible los objetivos teóricos propuestos, deben aplicarse
individualizadas, es decir, a la medida de la personalidad del imputado, como un traje a la medida
del cuerpo; se deberá estudiar y tomar muy en cuenta la personalidad del autor, la gravedad del
hecho, sus circunstancias, consecuencias, conocimiento directo del sujeto como de la víctima y
con base a todos los datos, dentro del margen que dispone la ley, determinar la pena (Arts. 37 al
46 del C.P.)
El dolo y la culpa constituyen, en términos del estado actual de la evolución dogmática penal,
elementos del tipo penal, lugar resultante de su ubicación a nivel de la acción por parte de la
teoría final de la acción, la cual hoy se percibe como dominante, cuestión por la que deberíamos
desterrar todo planteamiento que pretenda analizarlo como forma, especie o elemento de la
culpabilidad.
Para ejemplificar:
1. Matar a una persona con un disparo de arma de fuego.
En el primer caso se actúa con conocimiento y voluntad, esto es, con: "intención", la conducta es
dolosa. En el segundo caso, es imprudencia, la conducta es culposa. En el tercer caso la causa
escapa al control del autor, la conducta se debe a un caso fortuito. Por eso la culpabilidad es una
"situación". Aunque una persona mato a otro, no se puede considerar cíe conductas iguales en los
tres casos.
1.4.1 El Dolo
Teoría de la Representación. La esencia del dolo no solo consiste en la voluntad del acto, reno,
sobre todo, en la "representación mental" del resultado que el sujeto activo se propone alcanzar y
que no le hace desistir de su acción delictiva (Von Lizst).
a) Conocimiento de la Ilicitud. No exige un saber jurídico, basta que el sujeto sepa, en el momento
de ejecución, que su conducta es contraria al Derecho. No es preciso que conozca que su conducta
esté conminada con pena criminal. Sigue la Teoría del Dolo (la consciencia de antijuridicidad
pertenece al dolo) y no la Teoría de la Culpabilidad (la consciencia de la antijuridicidad se sitúa
fuera del dolo, como elemento autónomo de la culpabilidad, básico para formular el juicio de
reproche).
b) Antijuridicidad de la Conducta. Basta que el sujeto activo sepa que su conducta antijurídica está
sancionada con una pena de carácter criminal. No tiene que conocer el ordenamiento jurídico,
porque si fuera así, sólo los abogados cometerían delitos dolosos. Además, debe conocer el curso
causal, para eso bastará que su acción que realiza o el medio que utiliza, normalmente provoque
el resultado de que se trate. No es exigible un conocimiento exacto y detallado de proceso causal.
"Actúa dolosamente el que realiza un hecho previsto en un tipo penal con conocimiento y
voluntad. Para ello es suficiente que el autor considere seriamente posible su realización y acepte
esta posibilidad". Sigue la Teoría de la Voluntad.
1.4.2 La Culpa
La escuela clásica (Carrara) dice que la culpa es la violación de las leyes del deber de prever. Es la
teoría más aceptada.
La escuela positiva, dice que la culpa radica en la responsabilidad social del individuo.
La teoría psicoanalítica dice que la culpa es el querer inconsciente. Ej., madre que aplastó a su
bebé durante el sueño, inconscientemente quería matarlo.
Define el actuar culposo en sus dos formas de manifestación: culpa consciente e inconsciente,
resaltando la violación del deber de cuidado en su carácter de núcleo fundamental del delito
culposo. "Actúa culposamente quien no observa el cuidado a que está obligado conforme a los
circunstancias y sus condiciones personales y, por ello: 1) No toma consciencia de que realiza el
tipo penal. 2) Tiene como posible la realización del tipo penal y, no obstante, esta provisión, lo
realiza en la confianza de que evitará el resultado".
El dolo indirecto (o dolo de consecuencias innecesarias o dolo directo en segundo grado) es aquel
en que el sujeto activo desea el resultado, pero no se representa las consecuencias dañosas que
necesariamente podrían producirse sobre terceros. Ej., atentado a jefe de Estado en desfile.
El dolo eventual es la voluntad que acepta el resultado criminal representado en la mente del
sujeto sólo como posible. Acepta como posible la realización del resultado típico. No busca
expresamente el resultado. Ej., un taxista que conduce a alta velocidad admite la posibilidad de
atropellar a alguien, y efectivamente lesiona a peatón. No persigue el resultado ni es segura su
producción, pero es aceptado como posibilidad.
El dolo concomitante es aquel que existe luego del acto. Ej., resentimiento contra el moribundo.
El dolo sucesivo es aquel que se da luego del resultado. Ej., descuartizar al cadáver.
Por la intensidad, se distingue entre: la culpa lata que es aquella en que el resultado dañoso podría
haberse previsto por cualquier persona, es decir por la generalidad de las personas; la culpa leve
que es aquella en que el resultado hubiera sido previsto por persona diligente. Y la culpa levísima
es aquella en que el resultado hubiera sido previsto por persona diligentísima. Colinda con el caso
fortuito.
INTRODUCCIÓN A LA PARTE ESPECIAL DEL CÓDIGO PENAL
2. Introducción a la parte especial del Código Penal. 2.1 Concepto de Derecho Penal Especial. 2.1.1
Concepto de Derecho Penal. 2.1.2 Fines del Derecho Penal. 2.1.3 Funciones del Derecho Penal. 2.2
Relación del Derecho Penal Especial con la Parte General y el Derecho Procesal Penal.
Para el estudio de la Parte especial del código penal es necesario trabajar básicamente con las
figuras del tipo penal contenidos a partir del Art. 109 al 363 Ter, además de las modificaciones e
inclusiones en normas especiales, que serán motivo de estudio en la
Ingresamos al estudio de la Parte Especial del Derecho Penal sin que ello signifique que dolíamos
dejar de lado lo aprendido al momento de estudiar la Parte General del Derecho Penal, ya que,
según avancemos en el texto de la materia vamos a comprender la necesaria relación existente
entre las mismas en busca de una correcta interpretación del saber jurídico que representa el
Derecho Penal.
Para nuestro estudio identificamos que el Derecho Penal Sustantivo se divide científica y
legislativamente, en una Parte General y en una Parte Especial.
Con el simple hecho de observar el índice del Código Penal se puede ilustrar esta circunstancia.
Así, la Parte General del Derecho Penal tiene como misión el desarrollo de la teoría del Delito, el
estudio de cada uno de sus elementos constitutivos (acción, tipicidad, antijuricidad, culpabilidad y
punibilidad) y de circunstancias relacionadas con ellos (relación de causalidad e imputación del
resultado, causas de justificación, imputabilidad, actuar con dolo o culpa, etc.), y de otros
institutos jurídicos, tales como la tentativa, la participación criminal (autoría, complicidad
necesaria o no necesaria, instigación, etc.), el concurso de delitos (ideal o real); como también
desarrolla lo relativo a las Consecuencias Jurídicas del Delito desde la punibilidad, pasando por las
modalidades de persecución penal a través de las acciones previstas hasta la previsión y
clasificación de las penas y medidas de seguridad, como asimismo de las alternativas a la pena de
prisión (condena condicional y suspensión del juicio a prueba) y aspectos de su ejecución (libertad
condicional), sin dejar de lado cuestión de la responsabilidad civil derivada del delito.
A la Parte General se le ha asignado un valor fundamental desde el punto de vista ideológico y de
política criminal en cuanto define los elementos constitutivos del delito y delimita la reacción
penal del Estado frente a ella en un momento determinado. Esta se caracteriza por su grado de
abstracción ya que sus preceptos se hallan formulados prescindiendo de toda referencia a
supuestos concretos y resultarán aplicables a todos los casos posibles, de allí su generalidad.
El Código Penal acoge la Parte General en el Libro Primero titulado "Disposiciones Generales",
comprendido entre el Art. 1° hasta el Art. 108 C.P.
Mientras que la Parte Especial tiene por contenido la descripción de conductas humanas que
vulneran o ponen en peligro bienes jurídicos y que el legislador las eleva a la categoría de Delitos,
a la par de establecer su correspondiente sanción penal. En ella el estudio se centrará en cada tipo
penal y sus particularidades, de lo que deviene su carácter fragmentario.
Legislativamente el código de fondo acoge en su Libro Segundo denominado "De los delitos",
comprendido desde el Art. 109 al 363 Ter del C.P.
Ante la comisión de un hecho presumiblemente delictivo, Ej.: un homicidio simple (Art. 251 C.P.),
corresponde realizar el análisis técnico-jurídico del mismo, en primer lugar, determinamos si existe
una afectación a un bien jurídico tutelado, y en su caso, cuál o cuáles de ellos; para luego observar
los distintos momentos del hecho típico empezando por analizar la concurrencia sucesiva de cada
uno de los elementos que constituyen el ente jurídico Delito, ya que la falta de uno de ellos hace
desaparecer la infracción penal en tratamiento y en relación a las exigencias típicas del precepto
aplicable; si no existen causas que excluyan la acción, si hay coincidencia entre las circunstancias
fácticas con las típicas, si el hecho encuadra en una o en más previsiones típicas, si no concurre
una causa que justifique su accionar, si actúo con dolo o culpa -y en su caso que forma de culpa-, si
le era exigible otra forma de actuar, si es posible imputar el resultado a la conducta del autor, si
concurren circunstancias que aumenten o disminuyan su criminalidad, si el supuesto autor es
imputable, etc.
En los tiempos que corren, encontrar un equilibrio entre protector y represor, resulta sumamente
difícil, por cuanto en sociedades violentas, el sentimiento de seguridad se ha convertido para el
ciudadano en una necesidad cuyo cumplimiento exige al Estado, quien, en no pocas ocasiones, no
duda en recurrir al Derecho Penal en tanto que, haciendo uso y a veces abuso de la función
intimidatoria que desempeña la sanción penal, se limita a desarrollar una política criminal
sustentada sobre la base de una elevación asistemática y desproporcionada de los rangos penales
con los que están previstas las conductas delictivas que de un modo más sensible llegan a afectar a
ese frágil sentimiento de seguridad que requiere el ciudadano, determinando de esta manera una
ruptura interna del equilibrio que reinaba en el texto del Código Penal y la Constitución Política del
Estado.
En este contexto el principio de legalidad juega un papel limitador del lus Puniendi ejercido por el
Estado, garantizando al ciudadano un uso no arbitrario de ese poder sancionador, incluso frente a
los casos en los que se justifica so pretexto de protegerlo. Por ello resulta importante analizar cuál
es la verdadera vigencia de este principio a la luz de la legislación penal actual.
El límite al poder sancionador del Estado, a través de la vigencia del principio de legalidad, al
ciudadano obtiene amparo frente al eventual castigo por la realización de una conducta que al
momento de su ejecución no había sido aún declarada punible.
Es así que a través de la formula latina expuesta por Feuerbach, "nullum crimen sine lege, nullum
poena sine lege", se pone de manifiesto cómo la relevancia penal de una conducta ha de ser
establecida legalmente ex ante, es decir, con anterioridad a su aplicación, así como la pena con la
que se prevé su sanción. De ahí la prohibición de la aplicación retroactiva de la Iey penal sea una
las directivas consecuencias que se derivan del principio de legalidad, la misma que sólo cuenta
como única excepción cuando la norma penal posterior resulta ser más favorable para el sujeto
(Art. 123 de la nueva Constitución Política del Estado -en lo sucesivo nC.P.E.-).
En el derecho penal, el principio de legalidad supone una cuádruple exigencia: 1. que exista una
ley positiva, escrita (lex scripta), 2. Que su existencia sea anterior al hecho que se pretende
sancionar o irretroactividad (lex praevia), 3. Que contenga un supuesto fáctico determinado o
taxatividad (lex certa), 4. Que su contenido fáctico no pueda extenderse a supuesto análogos (lex
stricta).
a) Lex scripta, guarda conexión directa con la definición de las fuentes de creación del Derecho
Penal, el mismo que solo podrá ser una labor legislativa a cargo de la Asamblea Legislativa
Plurinacional. Vale decir que, la ley tiene que estar por escrito; no puede imponerse una sanción
en base a las costumbres o a los principios generales del derecho. Este requisito se vincula con el
principio de publicidad: toda norma jurídica debe estar publicada, no puede ser secreta.
c) Lex certa, la conducta materia de punibilidad como la pena que a ella deba imponerse, han de
estar perfectamente determinadas a través de la norma penal.
d) Lex stricta, de tal forma que sólo contendrá la posibilidad de aplicar la norma penal a los
supuestos de la realidad que sean subsumibles bajo la descripción legal contenida en el tipo penal.
La expresión del principio de legalidad viene a través del llamado principio de tipicidad, por cuanto
sólo aquella conducta que sea típica podrá ser sometida a examen por parte del intérprete del
Derecho, esto es, los jueces en cuanto encargados de aplicar la norma.
La norma jurídica debe ser clara, estricta y precisa. No se debe olvidar que los destinatarios son los
ciudadanos, no versados en la materia, y que se pretende que sus conductas se amolden a lo
establecido: Si el mensaje no se entiende, no podrán acomodar sus acciones al ordenamiento
jurídico penal, en este caso. De aquí se desprende el principio de taxatividad.
No cabe la menor duda de que el principio de legalidad constituye uno de los mayores logros
obtenidos por el ciudadano a partir de la Ilustración, por cuanto representa su salvaguarda frente
al uso y abuso del Poder del Estado.
Existen distintos conceptos de Derecho penal que han sido concebidos a lo largo de los diferentes
momentos de la evolución histórico-normativa del propio Derecho penal.
En una primera aproximación, hemos de señalar que la definición clásica fue formulada por Von
Liszt como "aquel conjunto de normas jurídicas establecidas por el Estado que asocian el crimen
como hecho y la pena como legítima consecuencia".
Se entiende por estado peligroso la probabilidad de que el sujeto cometa un delito en el futuro. La
medida de seguridad es la consecuencia jurídica que se aplica a lo que se denomina persona
inimputable o semimputable, consistirá en aquellas medidas que prevé el Art. 18 del C.P.
Otro elemento que no incluye la definición clásica es el de no distinguir entre Derecho Penal
objetivo y subjetivo. Desde el punto de vista objetivo, el Derecho Penal es un conjunto de normas
jurídicas como ordenamiento. Desde el punto de vista subjetivo, es la facultad, o poder, que
procede de dichas normas y que está regulado en ellas.
"Conjunto de normas y disposiciones jurídicas que regulan el ejercicio del poder sancionador y
preventivo del Estado, estableciendo el concepto del delito como presupuesto de la acción estatal,
así como la responsabilidad del sujeto activo, y asociando a la infracción de la norma una pena
finalista o una medida aseguradora" (Jiménez de Asúa).
"Conjunto de leyes que traducen normas que pretenden tutelar bien jurídico y que precisan el
alcance de su tutela, cuya violación se llama delito y aspira a que tenga como consecuencia una
coerción jurídica particularmente grave, que procura evitar la comisión de nuevos delitos por
parte del autor" (Zaffaroni).
• Un concepto amplio: Conjunto de normas fijadas por el Estado para penar la conducta humana
contraria al ordenamiento jurídico.
• Un concepto restringido Objetivo: (Soler) La parte del derecho compuesta por el conjunto de
normas dotadas de sanción retributiva.
Subjetivo: (Núñez) La rama del Derecho que regula la potestad pública de castigar y de aplicar
medidas de seguridad a los autores de infracciones punibles. (Punible: todo aquello que merece
castigo).
En suma, el Derecho Penal, es el conjunto de normas que regulan infracciones jurídicas, ya sea
como delito o falta, tanto viéndolo de modo objetivo, como parte del ordenamiento, y desde el
punto de vista subjetivo, como la facultad del Estado para imponer esas normas jurídicas, y cuyas
consecuencias son bien la pena o bien la medida de seguridad.
A su vez en la parte especial las leyes definen conductas humanas que se estiman merecedoras de
pena, tipificándolas a través de las figuras delictivas; constituye el ámbito dentro del cual están
llamados a tener aplicación y adquirir vida los principios de la parte general.
Los fines del Derecho Penal, lo supone el proteger los bienes jurídicos, esto es un planteamiento
racional sobre el castigo. Los bienes jurídicos representan intereses relevantes de las personas, el
bien jurídico es como regulador de relaciones interpersonales y sociales.
El Bien Jurídico, es una importante herramienta metodológica, que permite acercar el Derecho
Penal a la realización de la seguridad jurídica a la hora de la interpretación de la norma, pues es a
través del Bien Jurídico que se puede comprender cuál es el ámbito de protección de la norma y
hasta dónde debe llegarse en su tutela.
Surge la interrogante: ¿Qué es lo que se protege? El ente como una abstracción, (Ej. la vida, lo
propiedad, el honor, en general) o el ente, entendido como la relación de disponibilidad de un
sujeto con un objeto (por ejemplo, la relación de disponibilidad de un sujeto social con su vida, con
su libertad) que el bien jurídico tiene como función particular y preponderante la protección de las
relaciones interindividuales y sociales, protección que incluye los intereses particulares de los
sujetos con trascendencia social. En este sentido el bien jurídico tiene como contenido la relación
de disponibilidad de un sujeto con un objeto - protegido.
El derecho penal especial tutela bienes jurídicos; esta intervención estatal no crea un derecho
subjetivo de castigar por parte del estado. Así, el llamado ius puniendi es más bien un límite
estatal que, en Bolivia, lo impone el artículo 23 de la nC.P.E.
Ambas funciones del derecho Penal no son contradictorias, sino que deben concebirse como una
unidad.
El Derecho Penal tiene una función represiva, en tanto interviene para reprimir o sancionar el
delito ya cometido. Pero esta función represiva siempre va acompañada de una función
preventiva, pues con el castigo del delito se pretende impedir también que en el futuro se corneta
por otros o por el mismo delincuente.
Derecho Penal Objetivo y Derecho Penal Subjetivo: lus Poenale, es la facultad del Estado de
establecer qué conductas constituyen delito y por ende las penas y medidas de seguridad
aplicables. lus Puniendi, este sentido apunta a la facultad que tiene el Estado para imponer penas
y medidas de seguridad una vez que se ha infringido la norma.
2.4 Relación del Derecho Penal Especial con la Parte General y el Derecho Procesal Penal.
El Derecho penal, entendido como sistema de normas que obedecen a principios comunes, os
aquel que describe sucesos (así ocurre, por ejemplo, en la Parte Especial del Código penal) cuya
comisión acarreará las sanciones más graves de las que dispone el Estado; y a su vez determina
cuáles serán las condiciones para punir o no a los autores; como lo hace en la Parte General del
mismo Código.
Asimismo, establece las conductas delictivas y las penas a aplicarse; en cambio el Derecho
Procesal Penal encausa, procesa un hecho delictivo que concuerda con las conductas delictivas
establecidas por el Derecho Penal; vale decir que, es el conjunto de principios y normas que
regulan el proceso de carácter penal desde su inicio hasta su culminación.
Las normas del libro segundo del Código penal son normas sustantivas, mientras que las normas
del código de procedimiento penal son adjetivas.
Es así que el Derecho Procesal, debemos entenderlo como el conjunto de normas que rigen la
organización del poder judicial y la forma de hacer promociones ante el mismo. Y, el Derecho
Penal, debemos entenderlo como el conjunto de normas que se aplican a los delincuentes por la
comisión de algún delito.
UNIDAD I
Tema III. EL DERECHO PENAL GENERAL Y SU CORRELACIÓN CON LA PARTE ESPECIAL. TIPO
PENAL, BIEN JURÍDICO, SUJETOS
3. Su objeto y correlación con la parte especial. 3.1 Tutela de los Derechos Humanos por el
Derecho Penal: Preceptos constitucionales y tratados internacionales. 3.2 Aplicación de los
elementos generales de análisis de los tipos penales y su clasificación en el estudio de los tipos
penales en particular. 3.2.1 Núcleo. 3.2.2 Concepto y clases. 3.3 Tipo y tipicidad. 3.4 Leyes Penales.
3.5 Condiciones objetivas de punibilidad 3.6 Relación con otros delitos: Tratados internacionales y
legislación comparada. 3.7 Bien jurídico protegido. 3.8 Sujeto activo y Sujeto Pasivo. 3.9 Medios
comisivos. 3.10 Condiciones objetivas de punibilidad. 3.11 Sistematización legislativa bipartita y
tripartita. 3.12 Clasificación de los delitos.
La Parte General contiene las normas reguladoras de los tipos penales, los principios rectores y
otras disposiciones de caracteres generales y comunes: a) Al delito; b) Al delincuente; y c) A la
pena. De esta Parte General trata el Libro Primero del Código Penal Boliviano. La Parte Especial
define los delitos en particular y señala las penas a ellos aplicable. De ella trata el Libro Segundo
del Código Penal.
Desde que comenzó a ser considerada como una ciencia sistemática, la Parte General ha recibido
un impulso inmenso y ha sido el punto de partida de escuelas, doctrinas y principios, que ha
venido a superar los esfuerzos que hacen los jurisconsultos y doctrinarios en lo tocante con la
Parte Especial, la que ha sido circunscrita al estudio exegético y casuista de coda figura en
particular.
Esta escisión del pensamiento jurídico penal, causó que los penalistas estuvieran en dos mundos
distintos: el de la teoría general del delito y el de las singulares figuras de la parte especial; no se
comprendió entonces que el derecho penal constituye todo un mundo inescindible y que, por lo
mismo, una correcta sistematización de los ilícitos consagrados en la parte especial, no puede ser
sino el resultado de una teoría general del delito. Y la Teoría de la Tipicidad es el mecanismo en
virtud de la cual dicha sistematización se ha logrado. Sistematización que se da cuando la ley penal
al especificar cada hecho punible lo va describiendo y lo va clasificando acorde a un determinado
bien jurídico.
Por lo tanto, la ley penal debe señalar con exactitud y claridad la suma de los elementos
materiales atribuibles al autor, con las notas que caracterizan la acción delictiva y el resultado
según los casos. Así pues, la tipicidad abstractamente considerada, equivale al mencionado
conjunto de elementos, materiales y de notas características de la acción delictiva y del resultado.
Queda claro que la Tipicidad ha servido de puente de unión entre la Parte General y la Parte
Especial del Código Penal y tiene una función Teórica Descriptiva de la conducta genérica y
abstracta prohibida, y una función práctica referida a la conducta individual y concreta de un
hombre que es conocida a través de la norma que la prohíbe o que la prescribe como vedada.
3.1 Tutela de los Derechos Humanos por el Derecho Penal: Preceptos constitucionales y tratados
internacionales.
El Derecho Penal es el conjunto de normas jurídicas que definen determinadas conductas como
delito y disponen la imposición de penas o medidas de seguridad a quienes los cometen.
Por tanto, el Derecho Penal es el instrumento jurídico más enérgico de que dispone el Estado para
evitar conductas que resultan más indeseables e insoportables socialmente. Pero es de gran
importancia entender que este instrumento no es el único del que dispone la sociedad y el Estado,
toda sociedad genera instancias formales e informales de control social, es decir, de adecuación
de los comportamientos sociales a las pautas de organización de la convivencia que cada sociedad
o grupo social quiere o puede darse.
Ese control social se ejerce mediante mecanismos no formalizados jurídicamente, como las
normas morales, las ideas religiosas, la educación, etc., y también, naturalmente, a través de las
normas jurídicas, las generales y las penales, junto con el aparato institucional destinado a
aplicarlas y hacerlas cumplir, como son los jueces, fiscales, policías y el sistema penitenciario.
Todas estas normas tutelan los derechos humanos, con base en los preceptos constitucionales
Arts. 109 al 124 de la nueva Constitución Política del Estado (en lo sucesivo nCPE) promulgada el 7
de febrero de 2009 y por supuesto también mediante los instrumentos internacionales, tal cual
disponen los Arts. 13, 256 y 410 nCPE.
3.2 Aplicación de los elementos generales de análisis de los tipos penales y su clasificación en el
estudio de los tipos penales en particular.
En este acápite analizamos los elementos generales de los tipos penales y su clasificación, veamos:
3.2.1 Núcleo
En principio mencionamos que, el delito incluye como sus propios elementos la acción, la
tipicidad, la antijuridicidad, la culpabilidad y punibilidad; y, la descripción realizada por el
legislador en el supuesto de hecho de una norma penal se denomina tipo penal.
Segundo, los elementos que integran cualquier tipo penal son la acción, los sujetos y el objeto.
Algunos autores añaden además otro elemento: Tiempo y lugar de la perpetración del delito.
Siendo el delito una acción, es preciso que gramaticalmente sea expresado por aquella parte de la
oración que denota acción, estado o existencia, que es el núcleo o verbo, en cualquiera de sus
formas.
Ésta es la parte llamada núcleo o verbo rector, que no puede faltar en ningún delito. Incluso en
aquellos casos -técnicamente defectuosos- en que la ley no ha mencionado expresamente un
verbo (Ej.: "el estupro...", Art. 309 C.P.), es preciso determinarlo interpretativamente, ya que
detrás de esas etiquetas se esconde una acción a que la ley quiere referirse, que por lo tanto es
susceptible de expresarse con una forma verbal; el verbo rector o nuclear en el tipo penal estupro
sería "tener", extraída de la palabra tuviera, toda vez que se identifica el verbo en infinitivo.
El tipo pertenece a la ley. Tipos son "el que matare a otro" (Art. 251 del Código Penal) o " El que
causare la muerte de un feto en el seno materno o provocare su expulsión prematura" (Art. 263).
Entonces, los tipos son las fórmulas legales que nos sirven para individualizar las conductas que la
ley penal prohíbe.
El tipo es predominantemente descriptivo, porque los elementos descriptivos son los más
importantes para la individualización de una conducta. No obstante, los tipos no son a veces
absolutamente descriptivos, porque en ocasiones acuden a conceptos que remiten o se sustentan
en un juicio valorativo jurídico o ético. El artículo 326 del Código Penal define al hurto como el
apoderamiento ilegítimo de una "cosa" mueble; el concepto de "cosa" no es descriptivo, sino que
tenemos que acudir a la valoración jurídica del Código Civil donde contiene a que "se llaman cosas
a los objetos materiales susceptibles de tener un valor". A estos elementos que no son
descriptivos y que aparecen eventualmente se los denomina elementos normativos de los tipos
penales.
El tipo es la fórmula que pertenece a la ley, en tanto que la tipicidad pertenece a la conducta. La
tipicidad es la conducta individualizada como prohibida por un tipo penal.
Tipo es la fórmula legal que dice "el que matare a otro", en tanto que tipicidad es la característica
adecuada al tipo que tiene la conducta de un sujeto A que dispara contra B dándole muerte. La
conducta de A, por presentar la característica de tipicidad, es una conducta típica. Es decir:
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Insistimos en que para la existencia del delito se requiere una conducta o hechos humanos; mas
no todas conductas o hechos son delictuosos; precisa, además que sean típicos, antijurídicos y
culpables.
La tipicidad es uno de los elementos esenciales del delito cuya ausencia impide su configuración,
habida cuenta de que nuestra Constitución, en su Art. 116 Prg. II establece en forma expresa:
"Cualquier sanción debe fundarse en una ley anterior al hecho punible", lo cual significa que no
existe delito sin tipicidad.
Esto es, que para que pueda ser procedente la aplicación de la ley debe de llevarse a cebo y con
especial cuidado el estudio del delito y si el elemento de tipicidad se encuentra encuadrado al
mismo o si coincide dicho comportamiento con el descrito por la ley.
No debe confundirse el tipo con la tipicidad. El tipo es la creación legislativa, la descripción que el
Estado hace de una conducta concreta con la descripción legal formulada en abstracto. Basta que
el legislador suprima de la Ley Penal un tipo, para que el delito quede
Hay tipos muy completos en los cuales se contienen todos los elementos del delito, como ocurre
por ejemplo, en el "Allanamiento del domicilio o sus dependencias" (Art. 298 C.P.) en donde es
fácil advertir la referencia típica a la culpabilidad, al aludir a los conceptos "El que arbitrariamente
entrare en domicilio ajeno o sus dependencias, o en un recinto habitado por otro, o en lugar de
trabajo, o permaneciere de igual manera en ellos,..", etc. En este caso, es correcto decir que el tipo
consiste en la descripción legal de un delito.
Sin embargo, en ocasiones la ley se limita a formular la conducta prohibida (u ordenada, en los
delitos omisivos); entonces no puede hablarse de descripción del comportamiento antijurídico (a
menos que opere un factor de exclusión del injusto, como la legítima defensa). Con razón el
Profesor Mariano Jiménez Huerta, en su obra La Tipicidad, define el tipo como el Injusto recogido
y describe en la Ley Penal.
En concreto: El tipo a veces es la descripción legal del delito y en ocasiones, la descripción del
elemento objetivo (comportamiento), como sucede en el homicidio, pues según el Código, lo
comete "El que matare a otro".
Es por lo anterior que no debe confundirse el estudiante de derecho entre los dos conceptos ya
que el tipo es como ya se dijo, la creación legislativa, la descripción que el Estado hace de una
conducta para calificarla e introducirla en la legislación penal y convertirla en delito.
Tipo penal o tipificación en Derecho Penal, son las descripciones precisas de las acciones u
omisiones que son consideradas como delito y a los que se les asigna una pena o sanción. La
obligación del Estado es tipificar los delitos, deriva del principio de legalidad (todo lo que no está
prohibido está permitido), una de las reglas fundamentales del Estado de derecho. De este modo,
en cada legislación nacional o internacional, cada uno de los delitos que se pretenden castigar
debe ser "tipificado", o lo que es lo mismo, descripto con precisión. Si una conducta humana no se
ajusta exactamente al tipo penal vigente, no puede considerarse delito por un juez. De este modo
una norma penal está integrada por dos partes: el tipo y la pena.
En 1906 Ernest Von Beling introdujo una distinción en el injusto entre tipicidad y antijuridicidad,
categorías que continuaban conservando su carácter objetivo. El concepto de tipo penal nace,
entonces, en 1906 concebido en forma objetiva, es decir, como abarcando sólo la exterioridad de
la conducta y prescindiendo de todo lo interno. Esta concepción del tipo penal, según la cual la
prohibición resulta abarcando nada más que una exterioridad de la conducta, es decir, un puro
proceso causal, tiene el inconveniente de no encontrar manera de limitar la causalidad en forma
convincente y cargar con todo el peso de una pretendida concepción "naturalista" de la conducta,
entendida también como un proceso causal ciego puesto en movimiento por la voluntad.
• Tipo garantía: Se habla de tipo garantía al designar el principio de legalidad en materia penal.
• Tipo de injusto: Connota la tipicidad de una conducta antijurídica. Agrega Bacigalupo que el tipo
garantía contiene todos los presupuestos que condicionan la aplicación de una pena.
• Tipo sistemático: Es el tipo tal cual se definió como fórmula legal para averiguar la tipicidad de la
conducta y que pertenece a la ley, designándose también como tipo fundamentado. Según
Bacigalupo, el tipo sistemático es el que describe la acción prohibida por la norma; el autor debe
haber conocido y querido para que se pueda afirmar que obró con dolo.
Las dificultades de la teoría objetiva del tipo (por ejemplo, no podían explicar la tentativa)
determinaron que pensase que el dolo (la voluntad del resultado) debía estar ubicado en el tipo.
Hellmuth Von Weber (en 1929 y en 1935) participó de una concepción bipartita del delito: tipo de
injusto y culpabilidad. Alexander zu Dohna (en 1936) mantenía la división tripartita del delito pero
creía que la antijuridicidad recaía sobre el aspecto objetivo del tipo y la culpabilidad sobre el
subjetivo.
Es con Welzel, en la década de 1930, donde se redondea el concepto de tipo complejo, es decir, un
aspecto objetivo y otro subjetivo, dentro del marco de una teoría del delito con tres caracteres
específicos: tipicidad, antijuridicidad y culpabilidad.
1-ste concepto complejo (objetivo — subjetivo) solucionó muchos problemas: la ubicación del
querer del resultado (dolo) en el tipo resuelve el problema de la causalidad, que está limitada por
la voluntad. La tentativa se distingue claramente porque el querer del resultado (dolo) pasa a ser
problema típico. El tipo prohíbe una conducta y no una causación.
3.3.1.2 Tipicidad
Los hechos cometidos por el hombre, para que se los pueda sancionar con una pena, deben estar
descritos en la ley penal. Esa descripción legal, desprovista de carácter valorativo, constituye la
tipicidad; de este modo, el tipo legal es la abstracción concreta que ha trazado el legislador,
descartando detalles innecesarios, para la definición del hecho que se cataloga un la ley como
delito.
El precepto legal trata de resumir una conducta humana, describiendo, mediante una fórmula
dada, un hacer u omitir que constituye objetivamente delito.
El arribo a esta concepción no ha sido fácil, sino producto de una paciente elaboración doctrinaria,
particularmente por obra de la dogmática alemana. En sus comienzos se tuvo la tipicidad como
una función meramente descriptiva, absolutamente separada de la antijuricidad y de la
culpabilidad. Matar a un hombre es el tipo del homicidio, su mera descripción. Las consideraciones
referentes a si la muerte fue contraria a la norma o si se realizó en legítima defensa, es función
valorativa que incumbe a la antijuridicidad. El juicio que atribuye el acto a un ser imputable y que
se lo reprocha a título de dolo o culpa, concierne ya a la culpabilidad.
Mayer le atribuyó después un valor indiciario, además de su sentido descriptivo. Esta función se
cumple principalmente en relación con los elementos normativos, como por ejemplo inclusión en
el tipo de hurto de la cualidad de ajena de la cosa sustraída. Con esto se afirma que el hecho de
una conducta sea típico es ya un indicio de antijuricidad.
Mezger adelanta un criterio más aventurado considerando que la tipicidad, más que indicio, es la
verdadera razón de la antijuricidad.
Pero es Beling quien da la verdadera noción. La conducta culpable antijurídica sólo es punible con
arreglo a las fórmulas de amenaza penal y en la extensión que ellas determinan. Estas influyen de
tal suerte en la definición del delito, que sólo los tipos de conducta por ellas captados son objeto
de penalidad y cada conducta en tal sentido típica, sólo es punible en adecuación precisamente a
aquella pena abstracta que va unida al tipo de que se trata.
La tipicidad es una característica esencial del delito. Para el jurista, toda conducta que no pueda
incluirse en los tipos legalmente acuñados, aunque sea antijurídica y culpable, constituye lo
atípico, esto es, conducta no punible. Cada tipo delictual forma un compuesto de diversos
elementos que hacen referencia, conjuntamente, a una imagen de pensamiento.
Esta imagen es el tipo legal (Tatbestand) para este delito. Si tomamos por ejemplo el tipo del
hurto, encontramos que todas sus características, tanto objetivas como internas, están contenidas
en la imagen o figura rectora (Leitbild), "substracción de una cosa mueble ajena", puesto que para
que el hurto exista es preciso que dicha substracción de una cosa mueble ajena se haya realizado y
haya sido causada por el dolo del autor, y aparece también la otra característica típica, Intención
de apropiación en tanto que esta característica se refiere precisamente a cosa ajena substraída.
De esta suerte el concepto "substracción" de una cosa mueble ajena domina sobre las conjuntas
características típicas del hurto. Siempre es necesario que el lado objetivo y el subjetivo coincidan
en un punto, de tal suerte, que tanto aquel como éste estén dominados por una idéntica figura
rectora.
El conjunto de esas imágenes forma la parte especial del Código Penal. Sólo el legislador puede
añadir nuevas hojas a este libro de imágenes, o cambiar sus dibujos o suprimir sus Imágenes.
La historia de la tipicidad es, consecuentemente, la historia del tipo. El tipo era considerado
antiguamente en Alemania como el conjunto de caracteres integrantes del delito, tanto los
objetivos como los subjetivos; esto es, incluyendo el dolo o la culpa. Era lo que para los antiguos
escritores españoles figura de delito. En 1906 aparece en Alemania la doctrina do Beling;
considera el tipo como una manera descripción. Posteriormente Max Ernesto Mayer, en su
Tratado de Derecho Penal (1915) asegura que la tipicidad no es meramente descriptiva, sino
indiciaria de la antijuricidad. En otras palabras: no toda conducta típica es Antijurídica, pero sí toda
conducta típica es indiciaria de antijuridicidad; en toda conducta típica hay un principio una
probabilidad de antijuridicidad.
El concepto modifica Edmundo Mezger, para quien el tipo no es simple descripción de una
conducta antijurídica, sino la ratio essendi de la antijuridicidad; es decir, la razón de ser de ella, su
real fundamento. No define al delito como conducta típica, antijurídica y culpable, sino como
acción típicamente antijurídica y culpable. Opinión semejante sustenta en la Argentina Sebastián
Soler.
Según Mezger "El que actúa típicamente actúa también antijurídicamente, en tanto no exista una
causa de exclusión del injusto. El tipo jurídico-penal... es fundamento real y de validez" ("ratio
essendi") de la antijuridicidad, aunque la reserva siempre, de que la acción no aparezca justificada
en virtud de una causa especial de exclusión del injusto, si tal ocurre, la acción no es antijurídica, a
pesar de su tipicidad".
b) Definición
El tipo es para muchos, la descripción de una conducta desprovista de valoración; Javier Alba
Muñoz, lo considera como descripción legal de la conducta y el resultado y, por ende, acción y
resultado quedan comprendidos en él.
Es elemental para entender el párrafo anterior, el basarse en un ejemplo sencillo y que sea claro
como es el siguiente:
Con el anterior esquema se aclara la diferencia que existe entre tipo y tipicidad, coligado en que
en él mismo se observa la descripción legislativa (TIPO), y el encuadramiento de la conducta
(TIPICIDAD) hecha por la ley penal.
c) Función de la Tipicidad
Por lo anterior se concluye que la tipicidad describe el delito para adecuarla en forma práctica i la
Ley Penal, y así poder estar en aptitud de encuadrarlo en las conductas antijurídicas sancionables
en dicha ley y plasmadas por el legislador, y en la que separa el tipo de la tipicidad.
Cuando no se integran todos los elementos descritos en el tipo legal, se presenta el aspecto
negativo del delito llamado atipicidad. La atipicidad es la ausencia de adecuación de la conducta al
tipo. Si la conducta no es típica, jamás podrá ser delictuosa suele distinguirse entre ausencia de
tipo y de tipicidad; la primera se presenta cuando el legislador, deliberada o inadvertidamente, no
describe una conducta que, según el sentir general debería ser Incluida en el catálogo de los
delitos. En el Código Penal vigente se suprimió el tipo delictivo que figura en el ordenamiento
anterior, el adulterio en condiciones determinadas; he ahí una ausencia de tipo.
"En cambio, la ausencia de tipicidad surge cuando existe el tipo, pero no se amolda a él la
conducta dada, como en el caso de la cópula con persona mayor de catorce (14) años y menor de
dieciocho (18) años; el hecho no es típico por falta de adecuación exacta a la descripción
legislativa, en donde precisa, para configurarse el delito de estupro, que la ofendida sea mayor de
14 y menor de 18 años; obteniendo su consentimiento con engaño (según el precepto Art. 309
C.P.).
EL análisis anterior nos muestra que la falta de tipicidad en el delito elemento esencial del mismo,
produce su inexistencia ya que el engaño es esencial para lograr el encuadramiento do dicha
conducta antijurídica y así estar en posibilidades de consignar y sancionar, lo anterior previo
estudio del juzgador constatando que el delito en trámite cumpla con los requisitos exigidos por la
ley y se encuentre envestido de sus elementos constitutivos.
En el fondo, en toda atipicidad hay falta de tipo, si un hecho específico no encuadra exactamente
en el descrito por la Ley, respecto de él no existe tipo.
La tipicidad es el elemento esencial para la configuración del delito, sin este elemento exterior de
conducta subjetiva es imposible su existencia.
El tipo existe plasmado en la ley penal como medio descriptivo del delito; sin embargo, sin el
elemento de tipicidad, el tipo es obsoleto por lo que, por sí sólo el mismo sería incapaz de definir
al delito y por ende no sería posible aplicar una sanción del precepto legal en estudio, al no existir
el elemento típico del sujeto y su conducta, para que por medio de la cual se encuadre con la
descripción hecha por el legislador.
No existe delito sin tipicidad. La tipicidad tiene una función primordial particularmente porque
concierne la faz descriptiva del delito, y esta descripción solo puede efectuarla el legislador. El Juez
debe indagar, por su parte, si la acción del sujeto encuadra dentro de algún tipo legalmente
descrito en la parte especial del Código (o ley especial); si no se encuentra una perfecta
adecuación, no se puede sancionar. Por eso se dice que la importancia de la tipicidad estriba en
que es la piedra angular del derecho penal.
Los elementos que componen la descripción del comportamiento prohibido, es decir el tipo penal,
pueden clasificarse en tres grupos. La distinción tiene importancia con relación a la manera en que
debe efectuarse la comprobación del elemento por parte del juez y la forma en que debe haber
tenido conocimiento de cada clase de elementos el autor del delito.
Son aquellos que el autor puede conocer a través de los sentidos. Son objetos del mundo exterior
que el autor puede conocer sin hacer una especial valoración, como la cosa mueble en el delito de
hurto (Art. 326 del C.P.). Son elementos puros de la tipicidad y de ellos se vale la ley para describir
las conductas que conducen a la pena.
Los elementos objetivos, son los diferentes tipos penales que están en la Parte Especial del Código
Penal y que tienen como punto de arranque una descripción objetiva de determinados estados y
procesos que deben constituir base de la responsabilidad criminal.
2) Elementos normativos
Son aquellos contenidos en una descripción típica que sólo se pueden captar mediante un acto o
juicio de valoración o dan los elementos para formar ese juicio. Pueden referirse a la significación
cultural, por Ej.: La existencia de "una cosa mueble" (En el Art. 326 C.P.), o a la significación jurídica
de alguna circunstancia, como el elemento "documento" en la falsificación. Son propios del tipo,
pero no de la acción propiamente dicha, porque el autor del hecho no las realiza. Son
independientes de la conducta delictiva.
Los elementos normativos son: 1) Cuando el legislador considera y describe conductas que deben
ser tomados como delitos. 2) Cuando el juez examina el hecho para establecer su adecuación al
tipo penal respectivo.
3) Elementos subjetivos
Son aquellos que quedan determinados por la propia conducta del autor. Pueden distinguirse los
siguientes casos:
a. Casos en que el tipo requiere un determinado propósito o fin en la acción. El autor se propone
lograr un fin o un resultado que puede estar fuera del tipo, es decir que para configurar un delito
es indiferente que se logre concretarlo o no. Lo típico es la finalidad que acompaña al dolo (el
rapto se configura si hay fines deshonestos).
b. Casos en que el fin perseguido tiende a ser alcanzado por la acción típica misma y no existe en
el autor intención de cumplir una actividad posterior (matar a una persona para que no sea
testigo).
c. Casos en que la acción va acompañada de un ánimo determinado; son los llamados delitos de
tendencia. Una misma acción, según su propósito, puede ser delito o no (tacto médico con fines
científicos o con fines lascivos).
d. Casos en los que se considera la situación personal objetiva del autor, que facilita la comisión
del delito (el empleado de correos que viola la correspondencia).
Los elementos subjetivos, son características y actividades que dependen del fuero interno del
agente, son tomados en cuenta para describir tipo legal de la conducta por eso estos elementos
tienen que probarse. Precisamente las alocuciones: "El que a sabiendas..." (Art. 165 C.P.), "La jueza
o el juez en el ejercicio de sus funciones..." (Art. 173 C.P.) que usa el código penal para describir
tipos delictivos, aluden a los elementos subjetivos de los mismos. Se debe probar que sabía, se
debe probar que actuó como autoridad, etc.
Según las características de la acción, al decir de Bacigalupo, o las exigencias referidas al autor, los
tipos penales pueden distinguirse o clasificarse en dos especies.
A. Tipos de resultado: son aquellos en que se lesiona un determinado objeto, denominado objeto
de la acción y que no debe confundirse con el objeto de la protección o bien jurídico. Todos los
delitos importan una lesión inmaterial al bien jurídico, sólo un número determinado de ellos
requiere una lesión material. Sus clases son:
a. Delito de peligro: en este tipo penal no se requiere que la acción haya ocasionado un daño
sobre un objeto, sino que es suficiente con que el objeto jurídicamente protegido haya sido puesto
en peligro de sufrir una lesión que se quiere evitar. El peligro puede ser concreto (cuando debe
darse realmente la posibilidad de la lesión — ej.: art. 281 del C.P.) o abstracto (cuando el tipo
penal se reduce a describir una forma de comportamiento que según la experiencia general
representa en sí mismo un peligro para el objeto protegido — ej.: art. 282 del C.P.).
b. Delito de lesión: en los que la acción causó la lesión del bien jurídico mediante el daño
ocasionado a un determinado objeto (ej.: arts. 331 del C.P.).o persona (Art. 271 C.P.)
En los sistemas jurídicos civilizados los tipos son legales, es decir, que es el legislador el único que
puede crear, suprimir y modificar los tipos penales. Este es el sistema de tipos legales del que
participa nuestro sistema jurídico.
En otros sistemas, en que se reconoce la analogía, es el juez quien está facultado para crear los
tipos penales, como ocurrió con la reforma nacional socialista alemana. Estos son los llamados
sistemas de tipos judiciales que ya prácticamente no existen en el mundo.
Cuando el Art. 260 del C.P. (homicidio culposo) dispone: "El que por culpa causare la muerte de
una persona incurrirá en reclusión de seis meses a tres años. Si la muerte se produce como
consecuencia de una grave violación culpable de los deberes inherentes a una profesión, oficio o
cargo, la sanción será de reclusión de uno a cinco años".
Esta exigiéndole al juez que frente al caso concreto determine cuál era el deber de cuidado que
tenía a su cargo el autor y, en base al mismo, "cierre" el tipo, pasando luego a averiguar si la
conducta concreta es típica de ese tipo "cerrado" por el juez mediante una norma general de
cuidado que tuvo que traer al tipo de otro lado.
Estos tipos, que como el Art. 216 C.P. necesitan acudir a una norma de carácter general, se llaman
tipos abiertos por oposición a los tipos cerrados, como los del artículo 218, en que sin salirse de los
elementos de la propia ley penal en el tipo, puede individualizarse perfectamente la conducta
prohibida.
Sin embargo, cualquier tipo de autor es inconstitucional en nuestro derecho positivo porque la
personalidad de una persona no puede estar prohibida en tanto sus actos no sean ellos mismos
delitos.
No debe confundirse esta teoría del "tipo de autor", que tiene carácter normativo, con las
clasificaciones y tipologías de estudios que se hacen en el plano criminológico.
Los tipos penales suelen incluir aspectos objetivos y subjetivos. El componente objetivo del tipo
penal es una conducta exterior realizada por una persona y se expresa a partir de un verbo: matar,
dañar, sustraer, ocultar, etc. Pero en la gran mayoría de los casos no es suficiente la existencia de
un acto exterior para que se cumpla la situación prevista en el tipo penal, siendo necesario
también que exista un componente subjetivo, que en la mayoría de los casos es la intención (dolo)
de realizar la conducta exterior descripta, y en algunos casos también la negligencia (culpa) en el
accionar. En algunos pocos casos el tipo penal no contempla ningún componente subjetivo, y en
esos casos se denomina delito formal. Los delitos formales suelen ser cuestionados y por lo tanto
suelen estar ligados a infracciones menores.
Históricamente, muchas conductas que hoy se consideran delito, como la sustracción de energía
eléctrica, el vaciamiento de empresas, las conexiones clandestinas de la televisión por cable, no se
encontraban tipificadas y por lo tanto no podían ser penadas.
Uno de los aspectos más controvertidos relacionados con la obligación del Estado de tipificar los
delitos, son los llamados "tipos penales abiertos". Los tipos penales abiertos caracterizaron el
derecho penal nazi y se caracterizan por no definir con precisión que conductas habrán de
considerarse delito, quedando librado al criterio personal de un juez establecer si ciertas
conductas no descriptas en la ley habrán de considerarse delito.
En la teoría penal clásica los tipos penales abiertos eran totalmente rechazados, como normas
totalitarias. Sin embargo, en las últimas décadas los mismos han ido siendo cada vez más
reconocidos en las legislaciones mundiales, en especial en delitos relacionados con los intereses
del Estado, como las cuestiones impositivas y políticas (los tipos abiertos suelen ser
crecientemente utilizados en la represión del terrorismo).
Las leyes penales son la revelación de la voluntad soberana del Estado, imperativa y obligatoria,
que describe una conducta humana omisiva o activa como delito al cual se le impone una pena.
En la Ley penal, como en toda norma jurídica, existe un precepto o presupuesto y una sanción o
consecuencia jurídica. La norma penal establece un presupuesto (la descripción de un delito, falta
o estado peligroso) y le vincula una consecuencia imperativa (pena o medida de seguridad). Esto
ocurre en los tipos penales que integran la llamada parte especial (delitos en particular) de los
Códigos Penales, sin que se pueda extender esta técnica a la parte general de los textos penales,
formada para evitar repeticiones de la norma penal.
La Ley penal expresa el pensamiento del legislador e implica siempre un juicio de valor -imperativo
y desfavorable- sobre determinada conducta que desaprueba y castiga con una pena. La función
que desempeña la Ley penal es castigar determinadas conductas, implicando indirectamente la
prohibición de las mismas o estableciendo mediatamente una norma de conducta. Las normas que
describen delitos o faltas y establecen penas se dirigen a todos los ciudadanos que integran la
sociedad y también a los órganos judiciales encargados de su aplicación, mientras que estos
órganos judiciales del Estado son los únicos destinatarios de las normas que describen estados
peligrosos y establecen medidas de seguridad.
Entre las formas de aparición de la norma penal destacan las leyes penales incompletas, en blanco
o necesitadas de complemento, en las que la propia ley penal se remite a otra fuente del Derecho
para integrar del precepto o la sanción, que pueden aparecer incluso en preceptos distintos. Así, la
remisión puede hacerse a otra disposición de la misma ley penal, a otra ley distinta o a una
disposición de rango reglamentario. En este último supuesto -ley penal en blanco en sentido
propio- la delegación del legislativo en la Administración debe restringirse al máximo y sólo es
aconsejable que, por su propia naturaleza, son imposibles de determinar en las leyes penales.
Se llaman leyes penales "en blanco" a las que establecen una pena para una conducta que resulta
individualizada en otra ley (formal o material).
La ley formal o material que completa a la ley penal en blanco integra el tipo penal, de modo que
si la ley penal en blanco remite a una ley que aún no existe, no tendrá vigencia hasta que se
sancione la que la completa.
A. Tipicidad y antijuridicidad
La antijuridicidad y la tipicidad son dos elementos esenciales del delito que se encuentran
íntimamente ligados en el Derecho Penal. Es sabido que la elaboración teórica de dichos
elementos, así como la relación que dentro de la estructura del delito mantienen, ha sido objeto
de constante atención por parte de la doctrina penalista.
Cuando el legislador se encuentra frente a un ente y tiene interés en tutelar ese ente, es porque lo
valora, Su valoración se traduce en una norma, que eleva al ente a la categoría de bien jurídico.
Cuando a ese bien jurídico le quiere dar una tutela penal, en base a la norma elabora un tipo penal
y el bien jurídico pasa a ser penalmente tutelado.
Por ejemplo, el legislador se encuentra frente al ente "vida humana" y tiene interés en tutelarla
porque la valora. Ese interés jurídico lo tiene que traducir en una norma prohibitiva "no matarás"
que además debe ser expresada en leyes que mostrarán a la vida humana como un bien jurídico.
Cuando el legislador elabora el tipo penal, entonces el bien jurídico "vida humana" pasa a ser un
bien jurídico penalmente tutelado" (Art. 251 C.P.).
De esa manera, el legislador va del ente a la norma y de la norma al tipo. Al interpretar la ley para
determinar su alcance se sigue el camino inverso: de la ley (tipo legal: "se aplicará ... al que matare
a otro...") a la norma ("no matarás") y, a través de la norma, conocemos el ente que en definitiva
será el bien jurídico (la vida humana).
El tipo pertenece a la ley, pero ni la norma ni el bien jurídico pertenecen a la ley, sino que se
conocen a través del tipo legal y limitan su alcance. La norma y el bien jurídico delimitan lo
prohibido por la ley y se conocen mediante la ley, pero no pertenecen a ella.
La doctrina suele distinguir dos clases de condiciones objetivas de punibilidad: las propias y las
impropias.
Para imponer una condición objetiva de punibilidad propia se recurre a añadir a la prescripción
típica ciertos elementos ajenos, que deben constatarse antes de imponer la pena correspondiente.
Ej. La malversación de fondos, lo que supone que el legislador la ha adoptado como un límite entre
lo punible y la impunidad o, en algunos supuestos, como un límite entre el delito y la
responsabilidad administrativa.
Los motivos por los que se incorporan estos correctivos pueden ser muy variados; lo importante es
que estas condiciones, en cuanto restringen la intervención del Derecho Penal, no pueden ser
objetadas desde la perspectiva de los principios fundamentales que rigen el Derecho penal de un
Estado Social y democrático de Derecho.
Las condiciones objetivas de punibilidad impropias son, a diferencia de las propias, normalmente
rechazadas por la doctrina. No se trata de añadir nuevos requisitos a los tipos penales, para
restringir de esta forma la intervención del Derecho Penal, sino que constituyen auténticos
elementos del tipo del injusto, que se pretenden caracterizar como condiciones objetivas de
punibilidad para evitar que el dolo o la imprudencia deban referirse a ellas.
a) establecen las obligaciones en materia de derechos humanos (como es el caso de los tratados
que contienen disposiciones vinculantes), y
En este acápite también es menester remitirnos a las disposiciones legales contenidas Pm los Arts.
13, 256 y 410 de la nCPE, cuyo cumplimiento de normas internacionales es obligatorio en el país
de aquellos que han sido aprobados por el congreso y se constituyen leyes en Bolivia.
Dentro de la concepción finalista del Derecho, que se remonta a lhering, el concepto de "bien
jurídico" (Rechtgut) adquiere la mayor importancia. Tuvo origen en- Alemania, en donde en 1834,
por obra de Éirnbaum, ingresa al campo del Derecho criminal para reemplazar al Derecho
subjetivo.
De este modo se inicia una nueva orientación científica de profunda trascendencia en lo penal. La
doctrina corriente hasta entonces, en Alemania siguiendo a Feuerbach y en Italia a Carminagni,
concebía el delito como la violación de un derecho subjetivo correspondiente al lesionado. La
nueva tendencia, inspirada en lhering, y particularmente, a través de Merkel, von Liszt y von
Hippel, considerando que el concepto de derecho subjetivo no era una nocion suficientemente
comprensiva —existen numerosos e importantes intereses tutelados por el derecho a los que no
les corresponde un tal derecho, se decía—, encuentra el objeto del delito y de la protección
jurídica en los bienes de la vida.
El orden jurídico se concibe entonces con la función de garantizar los bienes o intereses humanos
individuales o colectivos.
Aclarando el concepto de "bien jurídico", que define como "el interés jurídicamente protegido",
señala von Liszt que el mismo no es un "bien del derecho, sino, un bien de los hombres reconocido
y protegido por el derecho". Por consiguiente, cuando los diferentes intereses humanos son
recepcionados por el derecho, cuando son sometidos a su regulación, se transforman en "bienes
jurídicos".
El concepto de bien jurídico es común a todo el ámbito del Derecho. Pero dentro del área penal
cobra una importancia especial, no porque la función del Derecho penal sea otorgar la tutela
jurídica, sino por su particular forma de otorgarla por medio de la amenaza y de la ejecución de la
pena (von Hippel, Treves); y porque su misión específica es la defensa más enérgica de los
intereses especialmente dignos y necesitados de protección (y. Liszt, Liszt-Schmidt, Jiménez de
Asúa).
Pero, en cierto modo, el bien como objeto de protección del derecho implica una abstracción,
porque es un concepto generalizante.
Es el "interés medio o genérico" tenido en cuenta por el orden jurídico y cuya lesión constituye el
"contenido material del injusto" (Mezger). El "bien jurídico", así entendido, puede presentarse
como "objeto de protección de la ley' o "como objeto de ataque contra el que se dirige el delito" y
no debe confundirse con el "objeto de la acción", que pertenece al mundo sensible. Siguiendo el
ejemplo más común: en el hurto, el objeto de la acción es la cosa substraída; el objeto de
protección, la propiedad.
Esta noción del "bien jurídico" marca una evolución en su concepto, porque no habiendo sido
posible reducir a un "denominador común" los diversos objetos de la protección penal, se
identifica el bien jurídico con el fin de la norma y resulta así, "expresado en su forma más sucinta",
el marco conceptual dentro del cual el orden jurídico procura atrapar "el sentido y fin de los
diferentes preceptos penales", estructurando, de este modo, "el valor objetivo" al cual se acuerda
la protección penal (Mezger, Rocco, Antolisei).
En el campo del Derecho público, sobre relaciones de carácter político y no se puede prescindir de
su noción para formar e interpretar los conceptos jurídicos (Treves).
En el orden penal, el concepto de "bien jurídico" cumple un rol importante. Permite conocer con
exactitud la función del orden jurídico penal; facilita la comprensión de los tipos penales; es la
base para la exposición sistemática de la parte especial y es de suma importancia práctica para la
correcta interpretación de la ley (V. Hippel, Mezger, Antolisei, Jiménez de Asúa).
Hay sujetos por los que el legislador expresa su interés mediante una norma jurídica,
considerándose entonces como bienes jurídicos, y que cuando el legislador penal quiere tutelar
esa norma penando su violación, los bienes pasan a ser considerados bienes jurídicos penalmente
tutelados.
No se concibe que haya una conducta típica sin que afecte un bien jurídico, puesto que los tipos
no son otra cosa que particulares manifestaciones de tutela jurídica de esos bienes. Si bien el
delito es algo más que la afectación a un bien jurídico, esta afectación es indispensable para
configurar tipicidad.
De ahí porque el bien jurídico desempeña un papel central en la teoría del tipo, dando el
verdadero sentido teleológico (de telos = fin) a la ley penal.
El derecho positivo, no admite una conducta delictiva por la ley penal que no afecte un bien
jurídico, en función de lo dispuesto en el Prg II del artículo 116° de la nCPE.
Los bienes jurídicos son, por ejemplo, la vida, el honor, la propiedad, etcétera. En realidad, si bien
no es incorrecto decir que el honor es un bien jurídico, eso no pasa de ser una abreviatura, porque
el bien jurídico no es propiamente el honor, sino el derecho a disponer del propio honor, como el
bien jurídico no es la propiedad, sino el derecho a disponer de los propios derechos patrimoniales.
El derecho penal sanciona al que pretenda impedirnos disponer de nuestro honor o de nuestro
patrimonio.
El sujeto que el orden jurídico tutela contra ciertas conductas que le afectan no es la "cosa en sí
misma" sino la relación de disponibilidad del titular con la cosa, es decir, los bienes jurídicos son
los derechos que tenemos a disponer de ciertos objetos.
"En cuanto al sistema, el Código Penal Boliviano se atiene al criterio del bien jurídico protegido, es
decir, el interés jurídicamente tutelado"
Los sujetos pueden ser activos y pasivos. Sujeto activo es el autor de la conducta típica, Sujeto
pasivo es el titular del bien jurídico tutelado.
El sujeto pasivo de la conducta, puede no ser el sujeto pasivo del delito: el que sufre los efectos del
ardid o engaño en la estafa puede no ser necesariamente el que sufre los efecto& lesivos del
patrimonio (Art. 335 del C. P.).
Según el número de sujetos activos, hay tipos que sólo pueden ser cometidos por una persona (el
hurto Art. 326 C.P.). Estos se llaman unisubjetivos, monosubjetivos o individuales.
Cuando deben ser cometidos necesariamente por varias personas (la asociación ilícita Art. 132 C.P)
se llaman tipo pluri-subjetivos, colectivos o de concurso necesario.
En cuanto a los medios comisivos, podríamos mencionar los dos elementos, tales como la acción
por comisión y la acción por omisión.
Los delitos de acción, son los que se cometen por medio de una conducta positiva, es decir un
hacer.
Los delitos por omisión, se ejecutan por medio de un comportamiento negativo, un no hacer de
una determinada obligación o no ejecutar una acción.
Además existen delitos que, por su índole estructural, exigen para su existencia la incidencia de
una acción y luego una omisión, o viceversa.
Los delitos que no necesitan resultado material, ya que la sola conducta del sujeto los realiza, son
los que se perfeccionan con el cumplimiento de determinada acción u omisión, cuya consecuencia
es la no observación de una obligación o de un deber, pero cuyo resultado no se manifiesta en el
mundo físico con un hecho, de momento, perceptible.
Tambien en el ámbito de la punibilidad, pero no con relación con las personas sino en relación con
el hecho, nos encontramos con las condiciones objetivas de punibilidad; requisito que ha sido
añadido por el legislador en los preceptos penales, pero que no pertenecen al tipo del injusto ni a
la culpabilidad; estas condiciones se caracterizan por su formulación positiva, condicionan
directamente la pena o la entidad de la pena, sin que deban ser abarcados por el dolo del autor.
Las Condiciones objetivas de punibilidad pueden concurrir o no concurrir, y eso es lo único que
debe constatarse; si la condición no concurre, el hecho resultaría impune para todos los
intervinientes, a diferencia de las excusas absolutorias que solo benefician individualmente a cada
sujeto.
En el ámbito de la teoría jurídica del delito, no ha sido tanto en torno al concepto de acción o en
relación a si el método debe considerarse desde el punto de vista naturalístico o valorativo. No se
ha polarizado la discusión fundamental en torno a la doctrina neoclásica o final del delito, sino
que, por el contrario, las dos tendencias en disputa encuentran su punto de controversia en el
mantenimiento de una concepción bipartita o tripartita del delito.
Evidentemente, existen otros muchos puntos de los que derivan otras tantas divergencias
sistemáticas entre los diversos autores. No obstante, en esta guía de estudio nos tenemos que
limitar a las cuestiones más relevantes y generales.
a) Tripartita
La denominada concepción tripartita del delito es defendida por aquellos autores que han recibido
la teoría clásica del delito elaborada en Alemania por Von Liszt y Beling. Así, Delitala trasladó esta
estructura del ilícito a Italia, de tal forma que éste se contempla como comportamiento, acción en
sentido amplio, típico, antijurídico y culpable.
Imputabilidad: capacidad para actuar culpablemente. Hay dos formas de actuar culpablemente:
Dolo, voluntad de obrar según los elementos del tipo y tener conocimiento de ello, y conciencia de
que se obra antijurídicamente.
Imprudencia: incurre en error, en una falta de cuidado; ha infringido un deber de cuidado; no tenía
voluntad de causar ese resultado.
La concepción neoclásica es dominante hasta los años 30 - 40 del s. XX (En España dura más), por
eso surgen objeciones: Político-Criminales. Indiferencia de la dogmática del derecho público frente
a la transformación de la sociedad, debido al relativismo valorativo del concepto de delito
neoclásico, no establecía ningún valor, es neutral respecto a los valores, Indiferente; por eso daba
igual la ideología (corriente totalitaria); penalistas indiferentes antes, por ejemplo, el nazismo.
Ellos no juzgaban valores. Étnicas. Insatisfacción metodológica porque a partir de la acción típica,
es decir, porque a partir de un concepto de acción que ya no es la base del sistema.
Contradicción: decir que el tipo tiene elementos subjetivos, por eso no incluyen el dolo, porque lo
encuadran en la culpabilidad, no en el tipo. Los delitos no encontraban una perfecta localización
sistemática.
b) Bipartita
La concepción bipartita del delito, por el contrario, es un reflejo de la doctrina tradicional italiana
anclada en las raíces de la Escuela clásica, sobre todo toma como precedente la descomposición
carrariana del delito en "fuerza física" y "fuerza moral".
En todo caso, en el primer término se analiza todo aquello que, en la descripción legal del hecho,
viene coloreado de forma objetiva, material o natural, según los diferentes elementos, abarcando
también aquellos términos que hacen referencia al fin del juicio de exclusión de la ilicitud del
hecho (causas de justificación). En el elemento subjetivo se incluye, por el contrario, los aspectos
relevantes de la descripción legal que conciernen a la actitud de la voluntad, como conexión
psicológica entre el hecho y su autor.
En esta concepción, la antijuridicidad interesa no tanto en su consideración objetiva (así concebida
en la doctrina clásica de la tripartición), como en el carácter global dentro del cual es examinada.
En efecto, siendo el delito un hecho penalmente antijurídico inescindible, la antijuridicidad
constituye un carácter que envuelve y califica al delito en todos sus componentes, ya sean
objetivos o subjetivos.
Así, la relación entre los elementos objetivos y subjetivos y la antijuridicidad es la relación entre la
valoración y aquello que es valorado. En este sentido, mientras que los elementos objetivos y
subjetivos representan los componentes naturalísticos del delito, la antijuridicidad se encuentra
en otro plano general que refleja el aspecto valorativo del mismo.
Frente a la concepción tripartita que toma un concepto restrictivo del hecho típico, la bipartita
adopta a estos efectos un criterio sumamente extensivo del mismo, considerando todos los
elementos objetivos y subjetivos merced a los cuales el delito adquiere su propia existencia y
razón de ser.
De acuerdo con esta concepción, la noción tripartida señalada antes, no puede ser aceptada,
sobre todo por el hecho de considerar la antijuridicidad como un elemento del delito. Según los
partidarios de esa posición, la antijuridicidad no puede ser considerada como un elemento más
junto a la acción o hecho humano y la culpabilidad.
Entre los autores que siguen la bipartición: Un elemento objetivo que consiste en el hecho
material o comportamiento exterior del hombre: y un elemento subjetivo, dado por la actitud de
la voluntad que da origen al hecho material, la voluntad culpable. La antijuridicidad para esta
concepción no es un elemento del delito.
a) crímenes,
b) delitos,
c) contravenciones.
Importancia. Permite la individualización, la sociedad reacciona con mayor intensidad a los
crímenes y es de utilidad práctica: determina la competencia de los tribunales, el jurado conoce
los crímenes, las correccionales los delitos y la policía las contravenciones.
Critica. No hay diferencia cualitativa entre crimen y delito, una lesión puede ser ambas, según la
menor o mayor gravedad de sus consecuencias.
a) delitos y
b) contravenciones
a) Acción por comisión. Consiste en hacer una cosa. Por ej. Los delitos contra la salud pública
"promover, favorecer o facilitar..."; delitos contra la seguridad del tráfico "conducir bajo la
influencia de drogas tóxicas, estupefacientes,". Estos tipos penales no requieren un resultado
concreto, sino que son una mera actividad.
b) Acción por omisión (omisión propia o pura). Cuando por una ausencia de acción se pone en
peligro un bien jurídico y por tanto protegido por el C.P. Es necesario que el autor tenga capacidad
para llevar a cabo la acción (es decir, que el sujeto pueda evitar la acción de peligro). No es
necesario un resultado, se consuma desde el momento en que no se realiza la acción. Por ej. la
omisión del deber de socorro.
c) Acción de comisión por omisión (u omisión impropia). La inactividad no está descrita en la ley,
pero la ausencia de actividad provoca un resultado, que sí está descrito en el Art. 13 bis del CP. Se
trata de delitos de resultado, por ej. El homicidio.
a) Delitos de resultado: el legislador redacta un resultado al que puede llegarse vía acción o vía
omisión. Tiene que haber una relación de acción-resultado. Son tipos penales donde no es
suficiente la exteriorización de la voluntad, sino que la conducta incluye la producción de un
resultado como consecuencia. En los delitos de resultado existe el problema de la causalidad, para
adecuar el resultado producido al comportamiento realizado cuando éste se dilata en el tiempo o
en el espacio, o intervienen otras circunstancias.
b) Delitos de mera actividad: el legislador redacta una acción sin resultado físico, material, hecho
que no significa que no haya un desvalor de resultado. El delito se consuma cuando se produce la
actividad. Se trata de proteger los bienes jurídicos inmateriales (el honor, la imagen, etc.). Son
esencialmente dolosos y resulta fundamental el propósito, el ánimo, el móvil del sujeto para poder
determinar si hay responsabilidad penal.
Estos delitos tienen otra clasificación, puede haber de simple actividad o inactividad, y de peligro
abstracto. En estos últimos hay una presunción de situación peligrosa, lo que no requiere que haya
prueba. La regulación de estos bienes jurídicos inmateriales no puede esperar que haya un
resultado.
Normalmente la ley se abstiene de delimitar el círculo de eventuales sujetos activos del delito por
medio de fórmulas de amplitud como pueden ser "el que", "quien" u otras análogas. Pero existen
delitos en los que se exige la concurrencia de determinadas cualidades personales en el sujeto
activo, por Ej: Ser funcionario público, estar en posición de garante, ser padre, etc. A los primeros
se los denomina delitos comunes, porque puede ser cometido por cualquier sujeto, y a los
segundos delitos especiales, ya que solo los pueden realizar algunos sujetos.
A su vez los delitos especiales admiten una distinción: Delitos especiales propios y delitos
especiales impropios; en los primeros, el tipo prevé sólo como posibles sujetos activos a personas
especialmente cualificadas, de forma que esa conducta realizada por otra persona nunca les
convertirá en autores del delito, Ej.: el delito de prevaricato, solo pueden cometer giman y
magistrados que dicten una sentencia injusta, quedando impune esa conducta si os realizada por
persona que no reúna esa condición. Los delitos especiales impropios, a diferencia de los
anteriores, tienen correspondencia con un delito común, pero su realización por sujetos
cualificados hace que éste se convierta en un tipo autónomo distinto; el abogado o procurador
que revelare actuaciones procesales declaradas secretas tiene un régimen penal distinto y más
severo que si la misma conducta es realizada por un particular.
Hay dos clases de delitos políticos relativos y concurrentes, que son: los complejos y los conexos.
Existe el delito político complejo, cuando el hecho delictuoso, único desde el punto de vista
material, lesiona a la vez el orden político y el derecho común.
El delito es político conexo, cuando hay muchos hechos delictuosos que se relacionan los unos a
los otros por un lazo más o menos estrecho, y que violan derechos individuales con un fin político.
Durante mucho tiempo fueron considerados los delitos políticos como los más peligrosas porque,
si los de derecho común sólo causan un daño individual o privado, aquellos perturban
profundamente la vida nacional.
Delitos de lesa humanidad, está definido por el Estatuto de la Corte Penal Internacional o Estatuto
de Roma (1998) que entró a regir a partir del 1 de julio de 2002. En este instrumento se definen
aquellos delitos que deben considerarse de lesa humanidad o como delitos contra la humanidad
toda.
"Lesa" en latín es el participio pasivo del verbo "laedere" que significa ofender, dañar o herir. Estos
crímenes ya habían sido catalogados y considerados como imprescriptibles por los Tribunales de
Nüremberg. Para este documento, estos delitos pueden ser cometidos tanto por el Estado como
por organizaciones políticas, poniendo como condición tipificante que se cometan como parte de
un plan sistemático o general, e intencional contra civiles, ya sea durante una guerra, o en épocas
de paz. (Se desarrolla en la unidad IV del texto).
D. Singulares y plurales
Según el tipo describa a) una acción; b) una pluralidad de acciones; o c) varias alternativas; el
delito será de a) un acto; b) de pluralidad de actos; o c) alternativo.
E. Simples y compuestos
Puede suceder que algunos preceptos penales protejan no uno, sino varios objetos o bienes
jurídicos. Ej.: en el delito de extorsión, la conducta típica lesiona dos bienes jurídicos: la libertad y
el patrimonio; mientras que en el homicidio la conducta solo afecta a la vida. Así pues, en
consideración al número de bienes jurídicos protegidos se pueden distinguir dos clases de delitos:
Simples o compuestos.
F. Según el bien jurídico tutelado
1. Simples. Vulnera un solo bien o interés jurídicamente protegido, Ej. El homicidio vulnera el
derecho a la vida.
2. Complejos. Vulneración de varios bienes o intereses protegidos. Ej. Rapto seguido de violación.
Es casi igual al Concurso Real de Delitos.
3. Conexos. Las acciones están vinculadas de tal manera que unos resultados dependen de unas
acciones y otros resultados de otras acciones. Ej. Los delincuentes se ponen de acuerdo antes,
luego cometen delitos en diferentes tiempos y lugares.
En atención a la modalidad del ataque al bien jurídico la doctrina, además de los anteriores,
distingue entre delitos de lesión y delitos de peligro concreto. Los primeros son aquellos en los
que se menoscaba o lesiona el bien jurídico protegido en el tipo. Los segundos, se caracterizan
porque la consumación del tipo exige la creación de una situación de peligro efectivo, concreto y
próximo para el bien jurídico.
Ej.: Delitos de lesión son todos aquellos delitos contra la vida y la integridad corporal, los daños,
etc.
Dolitos de peligro concreto serían los delitos relativos a la Ley del Medio Ambiente "Comete
(delito contra el medio ambiente... envenena, contamina o adultera aguas destinadas al consumo
público..." que ponen en riesgo de grave perjuicio para la salud.
Por ejemplo: El que roba una suma de dinero guardada en un lugar, llevándose centavo a centavo
o billete a billete cada día hasta reunir una suma considerable.
Otro ejemplo de delito continuado quien introduce una partida de contrabando repartiéndola en
varias expediciones; él que provoca un envenenamiento aplicando dosis sucesivas de algún
producto.
En el delito permanente hay una sola acción que se prolonga en el tiempo, en el delito continuado
hay pluralidad de acciones que configuran todo un solo delito perfecto.
4. Delito Flagrante. Es el que se ha consumado públicamente y cuyo perpetrador ha sido visto por
muchos testigos al tiempo en que lo cometía.
5. Delito Conexo o compuesto. Las acciones están vinculadas de tal manera que unos resultados
dependen de unas acciones y otros resultados de otras acciones. Por ejemplo, los delincuentes se
ponen de acuerdo antes, luego cometen delitos en diferentes tiempos y lugares. Otros ejemplos
tenemos la rotura de un mueble para robar algo encerrado en él; la sustracción de llavero y así
poder abrir una caja de caudales en ocasión ulterior; el incendio de una habitación para borrar los
rastros de un crimen.
Formales y materiales
1) Formales: Son aquellos en que para su integración no es necesario que se produzca ninguna
alteración del objeto material. Son delitos de conducta. Ej. Falso testimonio.
Delito formal (delitos de actividad, delitos sin resultado o de simple actividad). Aquel en que la ley
no exige, para considerarlo consumado, los resultados buscados por el agente; basta el
cumplimiento de hechos conducentes a esos resultados y el peligro de que estos se produzcan o
basta también la sola manifestación de la voluntad.
Por ejemplo los delitos de falsificación(Arts. 198 — 200 C.P.), de envenenamiento (Art. 216 C.P.), la
traición (Art. 109 C.P.), calumnia (Art. 283 C.P.), el falso testimonio (Art. 169 C.P.); en los cuales
basta, para configurarlos, la posesión de máquinas para la falsificación, el suministro del veneno, la
preparación de actos dirigidos al sometimiento de la Nación a una potencia extranjera, la
manifestación de la voluntad imputando un delito a otro o la sola juramentación en falso, sin que
sea necesaria la producción de un resultado.
En los delitos formales jamás se da la Tentativa, este sólo se da en los delitos materiales.
2) Material: En estos para su integración si es necesaria la alteración del objeto material. Ej. El
homicidio
El acto produce un resultado por ejemplo en el asesinato (Art. 252 C.P.) el resultado de la acción es
la muerte de una persona. En el robo (Art. 331 C.P.) el resultado es la aprehensión de la cosa.
I: Por la calidad del sujeto
Impropio y propio
1. Delitos Impropios. Son "aquellos que no tienen correspondencia con un delito común" porque
"la calidad especial del sujeto es determinante para la existencia del delito, de tal forma que
faltando la misma el hecho sería atípico", es decir, en el delito propio el hecho tiene que ser
cometido por un sujeto que reúna las características específicas, de no ser así el hecho es atípico.
EJ.: El delito de Prevaricato (art. 173 C.P.) donde necesariamente el Sujeto Activo ha de ser la jueza
o el juez. El realizado por cualquier persona. En el C.P. empiezan con las frases "Toda persona
que...", "El que...", "Los que se alzaren...".
2. Delitos Propios. Son aquellos "que tienen correspondencia con un delito Común", pero su
realización por sujetos especialmente cualificados hace que éste se convierta en un tipo autónomo
distinto.
En estos casos existe un delito Común Subyacente que puede ser cometido por cualquier persona,
sin embargo, si es cometido por alguno de los sujetos especialmente cualificados se produce una
modificación del Título de Imputación derivándose hacia el delito especial Impropio.
El delito de Peculado (art. 142 C.P.) cometido por la servidora o servidor público está ,cualificado
por el Sujeto Activo, pero si no lo fuese esto es, si se tratase de un particular, tal Peculado no sería
Atípico, sino que el título de imputación variará al de apropiación ilícita común (Art. 345 C.P.). En
el Delito de Parricidio (Art. 253 C.P.) es un delito especial Impropio pues tiene correspondencia
con un delito común, sin embargo, se trata de un delito Especialmente calificado.
Delito propio, es aquel cometido por personas que reúnen ciertas condiciones relacionadas con el
cargo público, oficio o profesión. En el C.P. empiezan: "El Oficial de Registro Civil que a sabiendas
autorizare..." (Art. 242 C.P.); "El médico que diere certificado falso..."(Art. 201 C.P.); "La madre que
para encubrir su fragilidad o deshonra, diere muerte a su hijo..." (Art. 258 C.P.).
1. De acción privada, los comprendidos en el Art. 20 del C.P.P. La acción por calumnia injuria (Arts.
282 y 283 C.P.) podrá ser ejercitada sólo por el ofendido. En los demás casos, se procederá
únicamente por querella o denuncia del agraviado o de sus guardadores o representantes legales.
2. De acción pública a instancia de parte, son aquellos delitos dependientes de instancia privada,
relacionados en el Art. 19 del C.P.P. Esto significa que en los delitos a instancia de parte el inicio de
la causa puede hacerse por denuncia o acusación. La acción penal dependiente de instancia de
parte no se podrá ejercer si las personas autorizadas por el Código de Procedimiento Penal no
formularen denuncia ante autoridad competente El Estado, entre la necesidad de represión y el
respeto de la intimidad personal, se ha inclinado por ésta última, dejando a la voluntad y decisión
del agraviado a que haga su ejercicio de denunciar.
La denuncia del legitimado -facultad que se agota con su ejercicio-, en consecuencia, elimina el
obstáculo con que tropieza el órgano estatal encargado de promover la acción, de manera que
éste se encuentra en el deber jurídico de actuar como en todo otro caso de acción promovible de
oficio.
Asimismo, la "facultad de instar" corresponde siempre al agraviado, a menos que éste sea menor
de edad no emancipado, en cuyo caso la ejercen en orden excluyente sus representantes legales,
tutor o guardador.
3. De acción pública, todos los demás contemplados en el Prf. segundo del Art. 20 del Código de
Procedimiento Penal (C.P.P.) SU persecución corresponde al Ministerio Público hasta su
finalización.
Doloso y culposo.
En el dolo el agente es consciente de que quiere dañar el bien jurídico y lo hace. Los delitos
dolosos de comisión se caracterizan porque existe identidad entre lo que el autor hace
objetivamente y lo que quiere realizar.
2. Culposo. Cuando quien no observa el cuidado a que está obligado conforme a las circunstancias
y sus condiciones personales y, por ello no toma conciencia de que realiza un tipo penal, y si lo
toma, lo realiza en la confianza de que lo evitará (Art. 15 C.P.). El delito es culposo cuando el
resultado, aunque haya sido previsto; no ha sido querido por el agente, pero sobreviene por
imprudencia, negligencia o inobservancia de las leyes, reglamentos, órdenes, etc. Ej., Fumar en
surtidor de gasolina o conducir un motorizado con exceso de velocidad que causan un accidente.
En la culpa, el sujeto no busca ni pretende lesionar el bien jurídico, pero por su forma de le ludí
arriesgada y descuidada produce la lesión.
En el delito doloso existe intensión; en el delito culposo existe negligencia. En los delitos doloso,
para consumar la figura delictual, es necesaria la intensión de producir un resultado dañoso; en los
delitos culposos basta con que ese resultado haya sido previsto o, al menos, que haya debido
preverse.
Junto al dolo y a la culpa, como forma típica de la participación psicológica del sujeto en el hecho,
la doctrina penal se ha referido también a la Preterintención como una tercera forma que puede
asumir tal participación psicológica.
Ej.: Lesión seguida de muerte (Art. 273 C.P.) Aquí nos enfrentamos ante las lesiones
preterintencionales; se quiere causar daño al cuerpo o salud de una persona y se provoca la
muerte.
a) Es sumamente necesario que el agente tenga intención delictiva, es decir que tenga la intención
de cometer el delito, obviamente, un delito de menor gravedad que aquel que posteriormente se
produjo, a diferencia de lo que ocurre en el delito culposo en donde el agente no tiene intención
delictiva presente.
1. Único (individual). Son los realizados por una sola persona, Ej. La violación, el prevaricato. y
2. Plural (Colectivo). Son realizados por dos o más personas Ej. Sedición, conspiración (Arts. 123,
126 C.P.).
Ej. Una acción como una patada puede causar dos delitos: lesiones y atentado. Golpear a una
mujer embarazada produce delitos como: lesiones y aborto. Se sanciona con pena del delito más
grave, se puede aumentar hasta un máximo de una cuarta parte del delito más grave. y
2. De Concurso Real. Dos o más acciones u omisiones dan a lugar a dos o más delitos (Art. 45 C.P.).
Ej. Explosión de automóvil con bomba en centro comercial. Las acciones que generaron pueden
ser: apoderamiento de un automóvil, instalación de la bomba. Los delitos son: robo de automóvil y
terrorismo. Se sanciona con pena del delito más grave, se puede aumentar el máximo hasta una
mitad.
1) Delito de lesión. Aquel en que el tipo legal prevé un daño real al objeto sobre el que recae la
acción. Por ejemplo: El homicidio (Art. 251 C.P.), y
b. Delitos de peligro concreto. Dicho peligro como una nota del tipo legal, Ej.: El delito de incendio
(Art. 206 C.P.).
■ Por la conducta existen de acción (simple omisión) y omisión (comisión por omisión).
■ Por el daño lesión o daño (efectivo) y peligro (presunto).
■ Por el resultado formal, acción o mera conducta y material o de resultado por su duración
instantáneo, instantáneo con efecto permanente, continuado y permanente.
■ Por la materia común, federal, militar, político internacional.
■ Por el número de sujetos unisubjetivo y plurisubjetivo.
■ Por el número de actos unisubsistente y plurisubsistente.
■ Por su estructura simple y complejo.
■ Por su procedibilidad o por perseguibilidad oficio y querella.
■ Por su reprochabilidad doloso o intencional culposo, imprudencial o no intencional:
preterintencional o ultraintencional.
■ Por el bien jurídico tutelado (legal), contra la vida: contra el patrimonio: contra la nación: contra
la libertad sexual etc.
■ Por su ordenación metódica básica o fundamental: especial; complementado.
■ Por su composición normal y anormal.
■ Por su anatomía autónomo o independiente subordinado.
■ Por su formulación casuístico y amplio.
■ Por la descripción de sus elementos descriptivo; normativo y subjetivo.
UNIDAD II MÉTODO DE ANÁLISIS DE TIPOS PENALES
4. Objetivos: 4.1 Objetivo General, 4.2 Objetivos específicos. 4.3 Métodos de Interpretación. 4.3.1
Escuelas de interpretación. 4.3.2 Tipos de interpretación. 4.4 La Naturaleza del acto de Interpretar
la Ley Penal.
4. Objetivos
Lograr la interpretación, los medios por los que se puede realizar, y su utilidad para la Aplicación
del Derecho Penal — Parte Especial.
Desde el Derecho Penal romano, surgieron, con el Digesto y las Decretales, principios que rigen la
interpretación de las leyes penales en lo tocante a su resultado por lo que al alcance de la norma
se refiere, estableciéndose que faborabilia sunt amplianda y odiosa sunt restringenda, significando
que al ser la ley penal siempre de carácter desfavorable al sujeto sobre el cual se va a aplicar, debe
interpretarse restrictivamente, y en caso de duda siempre a favor del reo, de donde surgen otros
dos principios: in dubio mitius e in dubio pro reo; principios todos estos que deben entrar en
acción en tanto que las normas jurídico-penales no permitan conocer con claridad su sentido,
atendiendo siempre al interés lesionado, a la peligrosidad acreditada y luego a las normas penales
en conflicto; y aplicarse éstas sin atender a ampliación ni restricción, cuando son diáfanas.
La estricta legalidad que impera en materia penal, no implica la imposibilidad de interpretar las
leyes penales, pues la interpretación jurídica no es sino la búsqueda del sentido que se halla en la
norma jurídica cuando esta es confusa, su único fin es aclarar y no ir más allá hacia el pensamiento
de los creadores de la ley, sino, como escribiera Radbruch, "llevar lo pensado hasta el final
consecuente del proceso del pensamiento". No puede adecuarse el contenido normativo de la ley
a un caso concreto, si no se ha indagado sobre ese contenido, y esa indagación es justamente la
interpretación.
Desde un punto de vista jurídico la interpretación tiene distintas acepciones; en un sentido amplio,
los juristas habitualmente tienden a considerar como interpretativa cualquier actividad
relacionada con el Derecho que no sea legislación o creación normativa y, más concretamente,
cualquier actividad posterior a la promulgación de las normas: Decidir sobre la validez de la
norma, resolver una laguna o antinomia, formular un principio general del Derecho, cualificar unos
hechos a la luz de los preceptos legales o motivar una sentencia forman parte del mundo de la
interpretación.
Al interpretar una ley penal es preciso evitar la colisión de leyes (Art. 6 del Código Penal), ámbito
temporal (Art. 4 CP) y espacial (art. 1 CP) de la norma punitiva y, una vez localizada la ley aplicable,
es preciso descubrir su sentido para resolver el caso concreto que se nos presenta. Tienen gran
importancia muchas veces las imperfecciones de la misma ley constituidas por las erratas y los
defectos de redacción del propio legislador.
Existen diversas escuelas de interpretación que trazan principios a partir de los cuales entender a
la ley y al Derecho, de entre ellas destacamos:
a. Escuela de la Exégesis
El método consiste en conocer el Derecho por las palabras con que está consignado en las leyes,
pretendiendo que todo el Derecho se incluye allí. Fue un movimiento de interpretación del
derecho que se gestó en Francia después de la publicación del Código Civil de Napoleón de 1804 y
tuvo su auge en el siglo XIX, sus postulados consistían en la interpretación de la norma por la
norma misma, exaltando el derecho escrito, dándole preeminencia al texto de la ley por sobre
otros planteamientos y manteniendo una mentalidad antihistórica en la creación de la norma, el
texto leído es obra del jurista francés Bonnecase, quien estudió los principales representantes de
la Escuela exegética, su doctrina y sus métodos, así como su influencia en el derecho civil y
positivo.
En este sentido, la pretensión de que la letra de la Ley era suficiente para fijar el derecho y para su
conocimiento está ligada a la Ilustración y sus efectos, especialmente la codificación de las normas
que regían el actuar de pueblo.
En cuanto a la interpretación de la ley, se afirmaba que las palabras y proposiciones no eran sino
medios o instrumentos que servían para traducir un pensamiento o voluntad, el cual no podía ser
otro sino el del legislador, es decir, el de los autores de la ley. A los interpretes no debía interesarle
lo que el texto legal en sí decía, o el sentido en que ellos lo podían entender, sino que debían
averiguar lo que el legislador quiso decir al elaborar el texto, los fines que persiguió y las
necesidades que pretendió satisfacer, pues sostenían que el contenido del código civil en sí mismo
era letra muerta; pues su valor dependía del pensamiento de su autor.
b. Histórico evolutiva
El intérprete debe transformar, dentro de ciertos límites, los preceptos legales para armonizarlos
con las circunstancias actuales del medio social, por lo que interpretar no es sino adaptar, pero sin
ir más allá de la ley ni derogándola.
Sus primeras manifestaciones a fines del siglo XVIII, pero su existencia fue lánguida. Su principal
fundamento es que los preceptos legales deben ser transformados por el intérprete dentro de
ciertos límites, para ponerlos en armonía con las circunstancias imperantes en el medio social.
Interpretar es adaptar, pero sin que ello implique derogar, argumentaban sus defensores.
Esta teoría supone en la norma una parte rígida y otra mudable. Iniciada la vigencia de la ley, ella
se incorpora al medio social, comienza su vida propia, autónoma. Al modificarse las condiciones
sociales, el intérprete debe aplicarla consultando la realidad social entonces existente, dándole el
sentido que más se ajuste a la solución de los problemas que el legislador pudo prever cuando se
promulgo. Es que la ley, como se ha venido sosteniendo, es un producto del medio social vigente
para la época en que se dictó y como ella se dicta no solo para el presente sino para el futuro,
deben consultarse, al momento de aplicarla, las circunstancias imperantes.
c. Libre investigación
La tarea del intérprete es reconstruir el pensamiento del legislador, derivando lo que éste hubiera
resuelto verosímilmente si en su época hubiera conocido el problema presente, y si la ley y las
otras fuentes del Derecho (que recomiendan usar) no resuelven una situación, se debe proceder a
esa libre investigación científica.
Sus principales exponentes Francisco Geny y Julián Bonnecasse. Sostienen que cuando la ley no da
solución al problema planteado, debe recurrirse a otras fuentes formales del derecho, la
costumbre, la jurisprudencia y la doctrina. Pero si con ellas tampoco se encontrare la solución
adecuada, se debe proceder a lo que el autor denominó la libre investigación científica.
Según este método, el sentido de la ley debe determinarse de acuerdos con los intereses del
legislador, lo que este hubiera tenido en cuenta si hubiere conocido la problemática del momento
del momento. El juez debe decidir el litigio aplicando la norma que él dictaría si fuera legislador. El
juez no puede abstenerse de interpretar el pensamiento del legislador para la fecha de su
aplicación, frente a las realidades y exigencias de la vida moderna, y con ello, por cuanto al
objetivo del derecho es la utilidad social, la exigencia social, la naturaleza de las cosas. Interpretar
no consiste en buscar la intención del legislador, sino en indagar la finalidad práctica.
d. Teleológica o finalista
El Intérprete no debe atender a la voluntad subjetiva del legislador, sino desentrañar el fin práctico
de las normas que interpreta.
Representada por Pablo Verdery y Eeyohena. Toda norma tiene un fin practico; el intérprete debe
consultar ese fin. Piensa esta escuela que "las normas jurídicas tienen un fin práctico, y este es el
que debe indagar el intérprete, y no la voluntad o intención del legislador, que es subjetiva y
puede no coincidir con aquel fin. Si el caso o la relación jurídica no están regulados por la ley,
deben solucionarse con la norma que se encuentre más adecuada. Esta se deducirá de las
necesidades de la observancia objetiva y positiva de los hechos, de la ponderación de las
exigencias reales y de las utilidades prácticas.
e. Jurisprudencia de Intereses
Considera que debe buscarse los intereses materiales, nacionales, religiosos y éticos que pugnan
en una sociedad para interpretar las leyes que se derivan justamente de esa lucha.
El estudio de la Jurisprudencia de Intereses, temática que tiene como base fundamental los
conocimientos plasmados del jurista Alemán Caspar Rudolf von lhering. En ese mismo sentido, En
el desarrollo de la Jurisprudencia de Intereses se destacan los aportes de grandes juristas como:
Phillip Heck, Rudolf Müller-Erzbach y Paul Oertmann.
Do forma general la actividad judicial se encuentra limita a la existencia de una norma Iiirldica que
contiene el precepto de cómo se va a actuar en un caso particular y concreto, y llegar a una
decisión. Pero, qué sucede cuando no existe esa norma dentro de la cual vamos enmarcar ese caso
en concreto. Es entonces en este preciso momento cuando los jueces llegar a suplir ese vacío
legislativo con fundamento en esa autonomía y libere convicción de los operadores de justicia.
f. Derecho libre
No propone la interpretación de la ley, sino su aplicación cuando es clara, y la consulta al grupo
social del que surge, cuando es oscura, considerando al juez como creador del Derecho.
La expresión de Derecho libre, fue creada en 1906 Gnaeus Flavius. Puede expresarse que no es
otra cosa que la transformación del juez en legislador, con potestad en cada litigio para aplicar la
norma que le parezca preferible, aun estando el caso claramente previsto por las normas en vigor,
que el encargado de hacer justicia puede, de acuerdo con esta tesis, desconocer e infringir con
total impunidad.
La escuela de Derecho Libre nace en Alemania con los autores Herman Kantorowics y Ernest Fuchs
cuya ideología era la de dar libertad de decisión y de acción por parte de los jueces. Algunas de las
acciones que realizaba el juez era que debía de llenar las lagunas inevitables en el derecho,
mediante una actividad creadora, libre de conformidad con las demandas de la época y las
convicciones sociales del pueblo y otorgando una especial consideración a las circunstancias de
cada caso. Es decir, que se rechazan todo tipo de interpretación dogmática y racional de los textos
legales, dicen, que la ciencia del Derecho no se limita al conocimiento de la norma, sino que se va
creando derecho.
El juez debe atenderse a la ley si su texto es claro, pero, de no ser así, debe prescribir de ella y
consultar al grupo social, pues este es fuente real de derecho, de el surge todo debe remitirse a la
voluntad del juez, quien no es interprete, sino creador del derecho, quien no debe realizar un acto
de inteligencia sino de voluntad.
Esta escuela tuvo su aplicación en la antigua Unión Soviética, en el año de 1927, en que la casación
ordeno fallar en contra de la ley cuando así lo exigían los intereses del estado y de los
trabajadores.
g. Creativa
El Derecho es un producto que el hombre crea para su bienestar y por ello debe estar subordinado
al interés del hombre, por lo que, al interpretar las leyes para aplicarlas, se debe atender a las
causas sociales del incumplimiento de la ley, al interés del hombre y dar una solución equitativa.
Partiendo de la base que el derecho es producto creador del hombre; que lo genera para su
bienestar, es decir para poder vivir en convivencia; es lógico que en su aplicación la persona que lo
efectúa debe tener la creatividad de aplicarlo teniendo en cuenta la equidad, es decir que el
interés del hombre este por encima de la norma escrita. Esto siguiendo un criterio objetivo en la
aplicación de la norma.
El juez en la aplicación de la norma, debe tener en cuenta la realidad social; debe buscar los
factores que generan en un momento dado el incumplimiento de la norma por parte del hombre;
a fin de darle una solución equitativa.
Es realizada por personas que se dedican al estudio del fenómeno jurídico, entre los que
encontramos: Magistrados, jueces, Jurisconsultos, Abogados, etc., que en su mayoría aúnan a su
conocimiento teórico sobre el Derecho.
Ahora, el medio por el cual el órgano legislativo realiza este tipo de interpretación lo constituyen
nuevas leyes o decretos posteriores. Esta especie de interpretación puede revestir dos formas:
Interpretación auténtica Pura y No Pura; estaremos en el primer caso cuando las personas que
constituían el cuerpo colegiado que creó la ley, son las mismas que integran el mismo cuerpo que
interpreta; y en el segundo caso, cuando no son las mismas personas, aunque el órgano sea el
mismo.
c) Judicial. Realizada por los jueces al aplicar la ley al caso concreto dentro de sus facultades
arbitrales. Sólo es obligatoria la jurisprudencia (en materia penal, debe ser una obligatoriedad
formal por el principio de nullum crimen sine lege).
La interpretación judicial, es realizada por los órganos judiciales encargados del enjuiciamiento de
los delitos. Cuando la interpretación es realizada por Jueces o Magistrados, en su función de
administración de la Justicia para ofrecer una solución determinada a un caso concreto sometido a
su jurisdicción, la interpretación lleva el nombre de judicial. A diferencia de la anterior, ésta si
tiene obligatoriedad, pero únicamente frente a las partes cuya controversia está siendo sometida
a la decisión judicial.
Estas personas, al aplicar las disposiciones de carácter general y abstracto a los casos concretos en
particular, continuamente interpretan no sólo dichas leyes sino el orden jurídico en general y las
conductas de los individuos en particular, pues el Juez no es un mero espectador en el proceso, su
labor no es meramente un acto mecánico, sino que por el contrario es la labor de un investigador
que analiza, valora y somete a un proceso intelectual de razonamiento la conducta del imputado y
las pruebas vertidas en el proceso; comparándolas con la demanda presentada por el actor, para
crear por un acto de su voluntad, mediante la sentencia, una norma nueva que no existía antes en
el ordenamiento jurídico.
B. Por su resultado
Afirma Karl Larenz, en su emblemática obra titulada Metodología de la ciencia del derecho que el
juez que interpreta una ley se esforzará siempre no sólo en juzgar "conforme a la ley", sino,
además, en juzgar "justamente". Por ello, según el sentido y alcance de la interpretación, esta
puede ser: a) Declarativa; b) Restrictiva; c) Extensiva y d) Progresiva.
b) Restrictiva, cuando se concluye que la ley interpretada no tiene el alcance que aparenta (la
voluntad legal va más allá de la voluntad legal). Significa que el alcance que se atribuye a la norma
jurídica es más limitado del que aparece en la expresión; es decir, hay una limitación al sentido de
las palabras.
La interpretación es restrictiva cuando el juez reduce el alcance de las palabras que contiene la ley
por entender que su pensamiento y voluntad no consiente atribuirle a su letra un contenido
distinto al significado que en ella contiene.
c) Extensiva, si resulta que la ley interpretada tiene un alcance mayor del que parece (la voluntad
legal rebasa la letra de la ley y, por tanto, está prohibida si agrava la responsabilidad criminal).
La interpretación extensiva es aquélla que atribuye a la norma interpretada un alcance más amplio
del que resulta prima facie de las palabras empleadas, derivando esa extensión de un criterio de la
norma misma, cuando un hecho cae bajo la norma expresa de la ley.
La interpretación es extensiva cuando el juez como intérprete cree que se debe ampliar el alcance
de las palabras legales para que la letra corresponda al espíritu y voluntad del texto legal.
d) Progresiva, en tanto sea posible acoger en el precepto, nuevos datos proporcionados por el
transcurso del tiempo (debe responder siempre al momento y necesidades de la época en que se
aplica la ley penal). Es la que adscribe a una disposición un significado nuevo y diferente de su
significado histórico.
Esta clase de interpretación consiste en considerar los Factores políticos, económicos y sociales
presentes en el momento de la aplicación de la norma jurídica; es decir, cuando se atiende a las
necesidades imperantes y cambiantes circunstancialmente en un tiempo, modo y lugar
determinado, adecuándose el texto legal a las circunstancias que así lo ameriten.
La letra es más restringida que la voluntad legal. La interpretación restrictiva es aquella en donde
las normas que emplean palabras que dicen más que lo pretendido por el legislador.
Interpretación progresiva, consiste en adaptar el texto de la ley a las necesidades imperantes.
a) Histórica, se refiere a que la norma debe entenderse en relación con el momento en que se
originó además del por qué y para qué de su creación. (proyectos, proceso de elaboración de la
ley, exposición de motivos).
Cuando se investiga la génesis de la ley, sus antecedentes, los motivos sociológicos, antropológicos
y políticos imperantes en la época de creación de la misma; la norma debe ser considerada en
relación con el momento en que se concibió, tomando en cuenta las circunstancias políticas,
sociales y económicas de la época.
Cada palabra encierra un significado, pero la misma no puede ni debe ser analizada, para su
adecuada interpretación en un contexto estéril, la correcta interpretación se llega cuando de
forma sistemática es enlazado el concepto de cada palabra para alcanzar la lógica de su
comprensión.
c) Lógica, llamada teleológica o racional, parte de un análisis histórico, fundiendo la interpretación
histórica y la lógica y busca revisar las circunstancias imperantes en el momento en que se creó la
norma (que busca el fin de la norma, determinando el bien o interés jurídicamente protegido por
la ley penal). Trata de averiguar lo que quiso decir el legislador. Para ello se reconstruye el
pensamiento del mismo acudiendo a debates legislativos, exposición de motivos y a circunstancias
que prevalecían en la época en que se creó la norma para conocer el verdadero sentido de su
expedición.
Esta interpretación es la que mejor descubre el significado íntimo de los preceptos, la verdadera
voluntad de la ley. El juez, como intérprete, deberá deducir no solo el significado propio de la
palabra, sino los múltiples elementos que contribuyen a formar las disposiciones legislativas, con
ello deberá descubrir el alcance integral de la norma penal atendiendo a sus causas finales y los
fines que pretende el derecho.
d) Sistemático, implica conocer y comprender todo el cuerpo legal al que pertenece la norma por
interpretar, para no considerarla aisladamente; deben tomarse en cuenta las doctrinas, escuelas y
corrientes que ejercieron influencia en la norma y la orientación jurídica del Estado (colocación o
situación de la norma penal dentro del sistema y comparación con otras normas). La norma debe
interpretarse con todo el conjunto de normas que constituyen el contexto del cual Forma parte, y
no de manera aislada, pues se corre el riesgo de que pueda ser mal interpretado un solo precepto;
por ello la interpretación debe realizarse de manera armónica.
Para el análisis de los tipos penales utilizaremos el método sistemático, porque el Método
Sistemático introduce la idea de que una norma no es un mandato aislado, sino que responde al
sistema jurídico normativo orientado hacia un determinado rumbo en el quo, conjuntamente con
otras normas, se encuentra vigente; que, por tanto, siendo parte (10 este sistema, y no pudiendo
desafinar ni rehuir del mismo, el significado y sentido de la norma jurídica podrá ser obtenido de
los principios que inspiran ese sistema, principios y consiguiente significado y sentido que incluso
pueden ser advertidos con mayor nitidez del contenido de otras normas del sistema.
El avance social trajo consigo el cambio evolutivo de los principios fundamentales que rigen a las
sociedades jurídicamente organizadas, permitiendo el surgimiento de la división de los poderes
públicos y la aparición del Estado de Derecho y el principio de legalidad penal que se deriva en
muchos otros.
5. Objetivos. 5.1 Introducción, 5.2 Elementos Estructurales del Tipo Penal 5.2.1 Nomen Juris
(nombre del delito), 5.2.2 Ubicación, 5.2.3 Normas, 5.2.4 Sujetos, 5.2.5 Objeto: Jurídico y Material,
5.2.6 Aspectos: Objetivo, Subjetivo: Verbo Rector y Culpabilidad, 5.2.7 Resultado: Físico Material y
Jurídico, 5.2.8 Nexo Causal, 5.2.9 Sanción.
5. Objetivos
Objetivo general
Analizar los elementos estructurales de cada tipo penal, para comprender adecuadamente ol
delito.
Objetivos específicos
a. Solucionar al estudiante de derecho las dudas que sobre los elementos esenciales del tipo penal
pudiere tener.
5.1 Introducción
Para realizar el análisis adecuado de cada tipo penal en el presente tema, referido al estudio del
Derecho Penal II — Parte Especial, es menester contar, al igual que con el anterior esquema de los
elementos del delito, es necesario disgregar cada uno de los elementos estructurales del tipo
penal con otro esquema.
Los elementos estructurales del tipo penal, son los presupuestos jurídicos que preexisten en toda
norma penal que contenga una conducta definida por el legislador como punible y son los
siguientes: Sujetos, objeto, aspectos, resultado, nexo causal y sanción.
Cuando falte alguno de estos requisitos en la conducta humana que se pretende juzgar, decimos
que la conducta es atípica.
El Nomen iuris o Juris, está referido al nombre o denominación jurídica del tipo penal; que se
encuentra inserto en cada delito del Libro Segundo, delitos en particular del Código Penal.
Ej.: (Homicidio), (Apropiación Indebida), (Estupro) y todas las denominaciones que lleva consigo
cada delito; vale decir después del Artículo lo que se encuentra dentro de paréntesis de cada uno
de ellos a partir del Art. 109 al 363 Quater del Código Penal.
5.2.2 Ubicación
Ubicar es identificar en forma clara y precisa, el lugar donde se encuentra el tipo penal,
Ej.: (Homicidio), está se encuentra ubicada en el Libro II, Título I, Capítulo I y Art. 251 del Código
Penal.
5.2.3 Normas
La norma penal es el más importante vehículo a través del cual el derecho penal cumple su función
de protección de bienes jurídicos, motivando al individuo al respeto mediante el
desencadenamiento de procesos psicológicos que lo inducen a ello.
Por norma entendemos los preceptos que en abstracto componen el ordenamiento penal. La
norma penal es naturalmente una norma jurídica. Norma, en general, es toda regla o precepto que
oriente o discipline las conductas humanas. El tipo es la expresión de la norma y no impide que
extraigamos el contenido de la norma a partir de la proposición típica mediante un procedimiento
de abstracción. El tipo deriva de la norma y por consiguiente las normas pueden averiguarse por
inducción a partir del tipo."
La naturaleza de la norma radica en que en ella contiene lo que es contrario a derecho y por ende
antijurídico. Ese es el contenido del injusto o ilícito.
La norma tiene dos partes un precepto hipotético de la conducta ilícita (norma primaria) y una
segunda parte que es la sanción por la realización de la conducta prohibida (norma secundaria).
Pero entre la primera parte y la segunda habrá de mediar durante el tiempo razonable, el
procedimiento penal que conduce a que, cumplida la ilicitud, sobrevenga la sanción. Por lo tanto,
la norma desde el momento de su materialización por el sujeto ("El que matare a otro...) y la
imposición efectiva de la sanción (incurrirá en....) deberá pasar el tiempo justo y necesario para
que los organismos operativos del estado (fiscales, policías y jueces) den cumpliendo a sistema
procesal que es el único que permite llegar a la sentencia que condena o absuelve.
Entonces, entre el precepto hipotético y la sanción habrá de mediar todo el procedimiento penal,
sin el cual, la consecuencia jurídica sería imposible de aplicar. La norma entonces es más compleja
de lo que parece pues la hipótesis y la sanción están lejos en el tiempo: Esto es, entre el hecho
cumplido y la sanción impuesta habrá de mediar todo el debido proceso con todas las
complicaciones y dilaciones a que haya lugar.
Se caracteriza la norma penal por ser imperativa; pues dado su carácter de ley formal emanada de
la autoridad del estado, como regla de conducta, es inexorablemente obligatoria. Las normas de
derecho penal son un conjunto de imperativos, preceptos dirigidos a los súbditos estatales, para
regular la conducta de estos, mediante la prohibición de determinados comportamientos. Así, la
finalidad del derecho penal es la conservación y desarrollo de la comunidad social (control social
estatal).
Pero esa función de la norma penal, no se agota en su carácter imperativo, pues cumple también
una función valorativa en cuanto califica como contrarios a los fines de seguridad y bienestar del
estado respecto de la comunidad, aun sin número de comportamientos y por eso los prohíbe.
Ciertas acciones u omisiones son reputadas dañosas para la comunidad social, son por ende
antisociales y se les reprocha y reprime.
La función valorativa no se distingue del precepto jurídico, sino que forma un todo con el mismo.
La norma jurídica no valora sin preceptuar y no preceptúa sin realizar valoraciones.
La norma penal, tiene un carácter estatal; la potestad punitiva del estado solo corresponde al
estado, proviene solamente del estado. No son verdaderas normas penales las que provienen de
institutos que viven dentro del estado (no puede el gobernador o alcalde hacer una norma penal
para ejercerla en su jurisdicción).
Se ha dicho por algunos tratadistas que no existen normas penales internacionales, aunque la
tendencia del mundo moderno es la internacionalización del derecho penal, ahora, si la norma es
objeto de un tratado entre estados, esta será de carácter obligatorio penal solamente entre los
estados contratantes y no podrá exigirse en ningún otro estado. La trata de blancas, la lucha
contra el terrorismo, la criminalización de la droga, los asuntos criminales de la ingeniería
genética, los delitos de lesa humanidad, los delitos financieros multinacionales, etc., son
conductas que el moderno derecho internacional estipula y castiga (Que serán desarrollados en la
Unidad IV del presente texto guía del estudiante).
Dentro de la estructura de la norma penal, encontramos el precepto y sanción, que son los dos
elementos integrantes de estas normas. El primero es la prescripción de observar una cierta
conducta, de hacer o no hacer una determinada cosa. La segunda, es la sanción que persigue, es la
consecuencia jurídica que debe seguirse a la infracción del precepto; o sea, la Pena.
En el precepto está contenida la descripción de lo que se debe hacer o no y por ello el hecho se
configura en delito. Comúnmente llamamos Tipo Penal a la descripción del hecho contenido en la
norma.
La Sanción o consecuencia jurídica se denomina Pena, que define Antolisei como "la Amenaza de
un mar. Esta amenaza se dirige a ejercer una coacción psicológica sobre la voluntad de los
asociados al estado para inducirles al respeto del precepto penal, ante la perspectiva de un
sufrimiento. "Se tiene como un freno a los impulsos antisociales, un contraimpulso al impulso
criminar. Romagnosi.
Para facilitar la comprensión, a tiempo de realizar el análisis de la estructura de los elementos del
tipo penal, se utilizará, la norma primaria y la norma secundaria.
"La norma prohíbe una conducta (no matarás), es abstracta y se materializa en la Ley".
No siempre están contenidos en una misma disposición los dos elementos esenciales de la norma;
precepto y sanción. Algunas veces esta subdividida, separada en diversas disposiciones, contiene
solamente la sanción o el precepto. En estos casos es misión del intérprete reconstruir su unidad.
Se denominan estas normas incompletas o imperfectas. La disposición solo contiene un fragmento
de norma. Ej.: (Delitos contra la salud Pública) Art. 216 C. P. Sólo tienen sentido como
complemento o aclaración del supuesto de hecho o de una consecuencia de otra norma penal
completa.
En los eventos en que la norma contiene plenamente determinada solo la sanción, pero el
precepto no se haya determinado claramente o está determinado genéricamente y que debe ser
completado con un elemento futuro, son normas penales en blanco; por Ej.: cuando se prescribe
la observancia de determinadas ordenes o prescripciones, que emanaran de la autoridad en
determinada materia y contenidas en algunos actos. Como es el caso del servidor público que
retarda u omite indebidamente poner en conocimiento el delito que le ha sido noticiado y que
debe emprender o informar de manera oficiosa, o el caso de los Arts, 177, 177 bis, 179 bis C.P.
En las normas penales en blanco no falta el precepto, existe, pero se presenta en forma sui generis
y carece de concreción y actualidad. Prevé la sanción aplicable a un supuesto de hecho, pero no se
encuentra totalmente previsto. Requiere ser completado por una norma extrapenal.
Hay normas que no contienen ni precepto ni sanción y están destinadas a limitar el alcance de
otras o disciplinar su aplicabilidad, se denominan normas integradoras o de segundo grado. Son las
encontradas en el libro primero del código penal.
Las normas integradoras o de segundo grado pueden ser directivas cuando fijan los principios que
deben ser seguidos en ciertas materias; declarativas o explicativas si precisan el significado que la
ley atribuye a determinadas expresiones; interpretativas cuando especifican el significado que
debe atribuirse a otras normas o fijan las reglas que deben seguirse en su interpretación; de acción
porque regulan las actuaciones de un conjunto de disposiciones legales, distinguiéndose en
normas de coordinación y transitorias, también las hay extensivas o limitativas, pues extienden o
limitan o circunscriben el alcance de otras normas, de reenvío son las que atraen otras normas
para hacerlas propias (reenvío receptivo), o bien para dar a las mismas relevancia sin incorporarlas
(reenvío formal); las ultimas en esta clasificación son las de conflicto, que establecen que norma
debe aplicarse en caso de conflicto con otras.
De acuerdo a cada uno de los elementos del tipo se clasifican las normas en distintos grupos:
• En cuanto al bien jurídico tutelado pueden ser simples, complejos, de lesión y de peligro.
5.2.4 Sujetos
Desde los inicios del derecho penal se considera al ser humano como sujeto del delito. El ser
humano por tradición ha sido obligado a acatar las normas contenidas en los diversos
ordenamientos reguladores de la vida del hombre en sociedad.
La persona física es aceptada como sujeto activo del delito, empero respecto de la posibilidad de
responsabilidad penalmente a las personas jurídicas, no sucede lo mismo, sobre todo, apartir de
las tendencias adoptadas en los sistemas jurídicos del mundo, lo cual reproduce la legislación
boliviana.
Sin embargo existen tres tendencias al respecto, la primera admite plenamente la posibilidad de
aplicar consecuencias jurídico penales a las personas jurídicas, la segunda ignora la problemática al
no señalar nada al respecto, y la tercera tímidamente refiere consecuencias en su contenido, aun
cuando rechaza la posibilidad de responsabilizarlas penamente, circunstancia que provoca una
clara contradicción al negar, por un lado, la posibilidad de responsabilizar penalmente a las
personas jurídicas y, por otro, establecer consecuencias jurídico penales para el caso de que se
cometan delitos Ej. Art. 261 Prg. tercero con relación al Art. 13 ter, ambos del C.P.
Lo anterior obliga a revisar las ideas en materia penal respecto al sujeto activo del delito que por
tradición se considera a las personas físicas, aunque cada día con mayor fuerza se demuestra la
necesidad de incorporar a las personas jurídicas como sujetos activos del delito y fijar por
supuesto las consecuencias jurídico penales.
Referir a la persona física como sujeto activo del delito, se afirma que es "quien normativamente
se encuentra en la posibilidades de concretar la parte objetiva de un tipo penal" debiendo reunir
las calidades que la propia ley establece en su parte descriptiva, tales como:
Sujeto activo es la persona física que comete el Delito, llamado también; delincuente, agente o
criminal.
Será siempre una persona física, independientemente del sexo, edad, (La minoría de edad da lugar
a la inimputabilidad), nacionalidad y otras características. (Arts. 513 y 17 C.P.)
Cada tipo (descripción legal de un delito) señala las calidades o caracteres especiales que se
requieren para ser sujeto activo.
El Sujeto Activo o Sujeto Agente de la Conducta, es la persona natural que realiza o determina a
otro a realizar la acción delictiva que se contiene en la respectiva norma penal. Sólo la persona
natural puede ser sujeto activo en un hecho punible, no la persona jurídica, porque en nuestro
sistema penal la responsabilidad es personal e intransferible.
No hay responsabilidad colectiva en el derecho penal. Sólo se le tribuye a quien ocasione el hecho
punible, pero igualmente, pueden ocurrir delitos colectivos, pero se enmarcan en el fenómeno de
la coparticipación. Es autor, tanto quien ejecuta, como quien determina el hecho delictivo. Es el
individuo que realiza la acción por comisión u omisión descrita por el tipo penal.
Debemos distinguir entre sujeto activo y autor: El autor tiene responsabilidad penal por el hecho
cometido, en tanto que el sujeto activo es exclusivamente la persona que realiza la conducta, y
puede o no tener responsabilidad penal. Ej.: El menor de 14 años que comete ilicito a
consecuencia de la exigencia que realizó otra persona, es inimputable.
b) Sujeto Activo Plural: Cuando es de la esencia de la estructura del tipo, que varias personas
concurran simultáneamente a ejecutar el hecho punible. el Legislador utiliza expresiones como:
"Los que..." o "Quienes..." u otras similares.
Ej. Si una persona ingresa armada al Palacio de Gobierno para derrocar al gobierno, no puede ser
sujeto activo del delito de Rebelión (Alzamientos armados contra le seguridad y soberanía del
estado 121 del C.P.), porque el legislador estableció un sujeto activo plural, es decir, de varias
personas.
a) Sujeto Activo Simple: Cuando no se exige en él, ninguna calidad, condición o requisito
(cualquier persona común).
b) Sujeto Activo Calificado o Cualificado: Cuando el Legislador exige en la persona del sujeto
agente, determinada calidad o condición. Ej.: Arts. 142, 147, 173 del C.P.
Sujeto pasivo es la persona física o moral sobre quien recae el daño o peligro causado por la
conducta realizada por el delincuente. Se le llama también victima u ofendido, en cuyo caso una
persona jurídica puede ser sujeto pasivo de un delito, (patrimoniales y contra la nación).
Estrictamente el ofendido es quien de manera indirecta reciente el delito: Ej.: Los familiares del
occiso.
En principio cualquier persona puede ser sujeto pasivo; sin embargo, dadas las características de
cada delito, en algunos casos el propio tipo señala quien puede serlo y en qué circunstancias:
como el aborto, solo el producto de la concepción en cualquier momento del periodo de gestación
puede ser sujeto pasivo.
Sujeto pasivo de la conducta es la persona que de manera directa reciente la acción por parte del
sujeto activo, pero la afectación, en sentido estricto, la recibe el titular del bien jurídico tutelado.
Sujeto pasivo del delito es el titular del bien jurídico tutelado, lesionado o puesto en peligro que
resulta afectado.
El Sujeto Pasivo de la Conducta, es el titular del derecho que resulta vulnerado o se puso en
peligro de lesión con la acción delictiva realizada por el sujeto activo. Puede ser tanto la persona
natural como la persona jurídica.
b. Sujeto Pasivo Específico: Es la persona Natural o Jurídica que resulta vulnerada o en peligro de
lesión por la acción punitiva o delictiva.
Hay casos en donde el Estado es al mismo tiempo sujeto pasivo genérico y específico, como los
casos de los artículos 109, 111, 117 del C. Penal. Puede igualmente decirse, que toda conducta
delictiva vulnera indirectamente al Estado.
Ej. Art. 251. El sujeto pasivo o el titular del derecho a la vida era la persona a quien se le privó de
ella. El Derecho vulnerado se encuentra en el Título que cobija el tipo penal. En el art. 180
(evasión). El sujeto activo es singular y calificado por su detención por auto o sentencia y el sujeto
pasivo será el Estado (en forma genérica) e igualmente el Estado como sujeto pasivo específico
como titular del bien jurídico tutelado.
Se identifica con el bien jurídicamente tutelado. Toda norma que contiene una conducta punible
siempre va encaminada a proteger o tutelar uno o varios derechos o bienes jurídicos. Este bien
jurídico tutelado se conoce como el Objeto Jurídico y lo encontramos referenciado al inicio de
cada título en que se divide el Libro II del Código Penal, como también en la
Constitución Política del Estado en los Derechos y Garantías Fundamentales (Arts. 13 al 107)
Ej. Art. 251 HOMICIDIO. Objeto Jurídico = Bien Jurídico tutelado = La Vida humana.
Objeto jurídico, es el bien jurídico que el acto delictivo lesiona o pone en peligro de ser lesionado,
es el bien protegido por la norma jurídica.
Es la persona, el bien o la cosa sobre la cual recae la acción delictiva del sujeto agente. En algunos
tipos penales se confunde con el sujeto pasivo específico, en todos los tipos penales hay objeto
jurídico, mas no siempre encontramos el objeto material, hay que diferenciar claramente que el
sujeto pasivo es el titular del derecho tutelado y el objeto material es la persona en quien recae la
acción delictiva.
Objeto Material = Otra persona (El muerto), sobre la cual recayó la acción. Es también el titular del
derecho, por ende, se confunde el sujeto pasivo específico y el objeto material del delito en una
misma persona.
Objeto material, es la persona o cosa sobre la cual recae directamente el daño causado por el
delito cometido, cuando se trata de una persona se identifica como sujeto pasivo, de modo que en
una misma figura coinciden el sujeto pasivo y el objeto material.
Cuando el daño recae directamente en una cosa, el objeto material será la cosa afectada.
En la concepción causal la acción es la conducta humana dominada por la voluntad que produce
en el mundo exterior un cambio determinado. Para la concepción finalista, la acción es conducta
humana dirigida por la voluntad hacia un determinado resultado. Para la concepción social la
acción es la realización voluntaria de consecuencias relevantes para el mundo social y
voluntariamente realizadas por un ser humano".
La acción, es una conducta humana significativa para el mundo exterior, que es dominada o al
menos dominable por la voluntad.
Dentro de los aspectos objetivos, existen autores que utilizan los términos acción y conducta
indistintamente y argumentan que la segunda "es un comportamiento en el cual media el
movimiento de la psique". En la conducta intervienen dos factores, uno eminentemente material
externo llamado "soma" (cuerpo material) y otro de carácter interno denominado "psique"
(ánimo, mental, espiritual)," mientras otros más le atribuyen a la acción personalidad jurídica
propia, susceptible de soportar valoraciones, y por eso insertan en ella los atributos jurídicos de
antijuridicidad y culpabilidad."
5.2.6.1.1 Acción
(17 Caso fortuito. Acontecimiento humano dañoso, involuntario e imprevisible que no pudo ser
previsto o que aun previéndolo, era imposible evitar. Por ejemplo chofer que conduce a velocidad
permitida y observando las reglas (hombre diligente), pero que atropella a peatón que se le cruza,
sin que pueda frenar.
18 Delito Frustrado o Tentativa Acabada. Realización de todos los actos de ejecución que deberían
producir como resultado el delito y, sin embargo, no lo producen por causas independientes de la
voluntad del sujeto activo. Por ejemplo falsificador que es detenido en la ventanilla del banco por
un cheque falso, ladrón que fuerza una caja de caudales que ignoraba vacía, Juan dispara fallando
el tiro. Es, en todo caso, punible.
19 Tentativa. Inicio de ejecución de un delito, pero este se ha interrumpido por causa ajena a la
voluntad del agente. (Art. 8 C.P.). Por ejemplo Juan acecha a matar apuntando a Pedro, pero este
no estaba solo.)
La conducta debe estar dominada por la voluntad. Lo que excluye la conducta mecánica como
ocurre en los supuestos de fuerza irresistible (condición de fuerza proveniente del exterior que
actúa materialmente sobre el agente", acto reflejo (reacción automática y simple a un estímulo) o
actos realizados en plena inconsciencia (sueño, sonambulismo, hipnotismo). En estos supuestos no
existe conducta, por tanto, no hay delito, como mencionamos anteriormente.
A. Sujeto de la Acción
El sujeto de la acción es el ser humano. No existe otro ser sujeto de la acción. Si no es un ser
humano, no puede ser considerar delito.
Fases de la Acción
Existen: la fase interna de la acción solo sucede en el pensamiento; y, la fase externa. Acá es
donde se desarrolla la acción. Si no hay fase externa no hay delito.
El delito tiene un desarrollo cuando se produce, después de haber pasado por diversas fases o
etapas, dicho desarrollo, camino o vida del delito se llama inter criminis, el cual consta de dos
fases la interna y la externa.
Fase interna, el proceso interior que ocurre en la mente del sujeto activo, y abarca a su vez las
etapas siguientes, ideación, deliberación y resolución.
a. Manifestación, la idea criminal emerge del interior del individuo, no tiene trascendencia jurídica,
ya que solo manifiesta la voluntad de delinquir, mientras no se cometa el ilícito, no se puede
castigar al sujeto.
b. Preparación, actos que realiza el sujeto con el propósito de llevar a cabo el delito, actos
preparatorios que por sí mismos pueden no ser antijurídicos, no revelarán intención delictuosa, a
menos que por sí solos constituyan delito.
Tentativa, acto material tendiente a ejecutar el delito, es un grado de ejecución que queda
Incompleto por causas no propias del agente y toda vez que denota la intención delictuosa si se
castiga.
Tentativa acabada o delito frustrado, el sujeto activo realiza todos los actos tendientes a producir
el resultado, sin que este surja por causas ajenas a su voluntad.
Tentativa inacabada o delito intentado, el sujeto deja de realizar algún acto que era necesario para
producir el resultado, por lo cual este no ocurre.
Delito imposible, el sujeto realiza actos encaminados a producir el delito, pero este no surge por
no existir el bien jurídicamente tutelado.
Delito putativo o delito imaginario, actos tendientes a cometer lo que el sujeto activo cree que es
un delito, pero en realidad no lo es.
Consumación, producción del resultado típico que ocurre en el momento preciso de dañar o
afectar el bien jurídicamente tutelado.
B. Elementos de la Acción
1. El Impulso Volitivo, es un suceso psicológico interno por el cual el agente se coloca a sí mismo
como causa de realización de un resultado que se ha representado. A este elemento de la acción
también se le conoce con los nombres: 'Voluntad de Acción' 'Acto de Voluntad' o 'Voluntad de
Causación'.
Para que sea acción basta que sea conducida por la voluntad. No interesa su contenido (Teoría de
la causalidad, al contrario, para la Teoría Finalista de la acción, sí interesa el contenido de la
voluntad). Incluso existe éste impulso volitivo en las acciones de 'corto circuito' en el que el sujeto
no puede tener en juego sus frenos inhibitorios.
Basta un mínimo psíquico para admitir que la conducta externa está comprendida en el concepto:
Acción.
Si alguien voluntariamente ha matado a un ser humano, existe acción. No interesa aquí si fue,
realizado por negligencia o imprudencia (contenido de la voluntad). Este contenido se ve, se
analiza en la Culpabilidad.
EI Impulso volitivo debe causar la conducta corporal externa. Sólo si es así, interviene el
ordenamiento jurídico" penal.
3. El resultado, como elemento de la acción que solo se da, que solo existe en los delitos
materiales".
El resultado es el efecto externo de la acción que el Derecho Penal califica para reprimirlo y el
ordenamiento jurídico tipifica para sancionarlo que consiste en la modificación verificable
introducida por la conducta en el mundo exterior (por ejemplo, robo, incendio) o en el peligro, que
dicha alteración se produzca (por ejemplo, abandono de niños).
La Inconsciencia es un estado reflejo, por ejemplo, cuando el epiléptico mata, ya existe acción
humana, pero ¿Se podrá considerar que el homicida es el autor? Para probar que el acto fue
realizado por un epiléptico, se debería demostrar que el cuchillo entró por el mismo
(21 Ordenamiento Jurídico. Conjunto de leyes dictadas por voluntad estatal para garantizar las
reglas de convivencia social.
22 Delito material (o de resultado). El que se consuma mediante la producción de un daño efectivo
que el delincuente se propone. El acto produce un resultado por ejemplo en el asesinato (Art. 252
C.P.) el resultado de la acción es la muerte de una persona. En el robo (Art. 331 C.P.) el resultado
es la aprehensión de la cosa.)
orificio cuantas veces como cuchilladas se haya hecho, sin cambiar de lugar y de ángulo de
entrada. ¿Esta acción estará guiada por la voluntad del epiléptico?
No son acciones en sentido jurídico los efectos producidos por fuerzas naturales o por animales, ni
los actos de una persona jurídica, los meros pensamientos o actitudes internas o sucesos del
mundo exterior como el estado de inconsciencia, el movimiento reflejo y la fuerza física irresistible
que son indominables para la conducta humana.
No hay acción cuando está ausente la voluntad. Existe ausencia de acción, cuando existe la fuerza
física irresistible, movimientos reflejos y estados de inconsciencia.
Fuerza Física Irresistible: Es un acto de fuerza proveniente del exterior que actúa materialmente
sobre el agente. Puede provenir de la naturaleza o de un tercero y debe ser absoluta, es decir, no
debe dejarle al agente la posibilidad de actuar de otra forma.
Movimientos Reflejos: Los movimientos no son controlados por la voluntad de la persona. Son
distintos los actos en "cortocircuito", por el cual las reacciones impulsivas o explosivas, en los que
la voluntad participa -así sea fugazmente- no excluyen la acción.
Estados de Inconsciencia: Surge cuando se presenta una completa ausencia de las funciones
mentales del hombre. Los actos que realiza el sujeto no dependen de su voluntad: sonambulismo,
embriaguez letárgica, etc.
C. Ausencia de la Acción
La acción es el elemento más importante del tipo. Entendemos la acción como el comportamiento
en sentido amplio y por tanto, comprensivo de conductas comisivas y omisivas.
El obrar no dependiente de la voluntad del hombre, no es "acción". Por tal razón no hay delito.
Para que el delito se configure es necesaria la presencia de todos los elementos esenciales del
mismo; a falta de alguno de ellos, el delito no se integrará.
Siendo la conducta una manifestación de la voluntad, traducida en un comportamiento humano
voluntario, positivo o negativo, encaminado a un propósito o resultado; la misma se constituye en
un elemento Sine qua non del delito, por tanto, si la conducta está ausente el delito no se
configura. Recordemos el principio que nos indica "nullum crimen sine actione" que se traduce en
la fórmula "no hay crimen sin acción".
5.2.6.1.2 Omisión
Lo omisión voluntaria es no hacer algo que el ordenamiento jurídico esperaba que el sujeto
hiciese. La acción negativa u omisión vulnera la norma imperativa.
A. Elementos de la Omisión
B. Delitos de Omisión
Delitos de Comisión por Omisión. Hacer lo que no se debe, dejando hacer lo que se debe. (Art. 13
bis C.P.). El delito de comisión por omisión alcanza el resultado mediante una abstención, por Ej.:
Dejar de amamantar, la enfermera que deja de alimentar al paciente para que muera, abandono
de Niños o Niñas (Art. 278 C.P.).
C. Omisión y Causalidad
Unos dicen que no hay relación causal, puesto que no hay conducta, pero otros dicen que, si hay
relación causal, el no hacer voluntario de lo que la norma manda hacer causa daño. Por Ej.: En la
retardación de justicia, que causa daño moral y económico.
Corresponde a una norma imperativa, es el no hacer un movimiento corporal que debía producir
un cambio en el mundo exterior. Junto a esta simple omisión se halla la comisión por omisión; los
delitos de comisión por omisión consistente en lograr que se produzca un resultado omitiendo una
acción esperada.
La omisión puede definirse como la inactividad voluntaria cuando la norma penal impone el deber
de ejecutar un hecho determinado. Para que se configure la omisión, se requieren tres elementos:
manifestación de voluntad, conducta inactiva y deber jurídico de obrar.
Existen además los delitos de comisión por omisión, llamados de omisiones impropias o falsas.
Consisten en la producción de un resultado delictivo, de carácter positivo, mediante la inactividad
cuando hay deber de obrar.
En los delitos de comisión por omisión, el deber de obrar puede provenir de una norma jurídica de
carácter público o de una de carácter privado. En ocasiones la obligación de obrar puede derivarse
de especiales deberes profesionales, es punible la omisión del cirujano que deja sin terminar una
operación quirúrgica que el mismo inició.
Dentro del aspecto subjetivo identificamos dos mecanismos importantísimos, como son: El verbo
rector (o verbo nuclear), así como la culpabilidad.
Es la parte más importante de una oración. La conducta descrita en el tipo se plasma en una
oración gramatical. Por lo anterior el verbo rector ha sido llamado "núcleo rector del tipo".
Núcleo Rector es la forma verbal que nutre antológicamente la conducta típica de tal manera que
ella gira en derredor del mismo. Su importancia radica en que la interpretación que sobre la
norma hacen jueces, magistrados, fiscales y abogados en su diario administrar o participar en la
administración de justicia entre los hombres, es básicamente interpretación del verbo rector en
ellas planteado.
La oración o norma de conducta, puede tener varios verbos, pero solo uno será el verbo rector y
este se distingue de los demás que el legislador ha empleado, en que el primero es principal y los
demás son accesorios.
Si se trata de un tipo compuesto, en cada uno de ellos existirá un verbo rector. En el delito de
corrupción de niña, niño o adolescente (Art. 318 C.P.) la conducta consiste en corromper a un
menor de 18 años, mediante actos libidinosos o por cualquier otro medio. "Corromper" es el
verbo rector y "contribuir" es el verbo que complementa la acción, complementa el sentido de la
oración que involucra la acción determinantemente delictual, además porque este último solo
califica la modalidad de la conducta.
Partiendo de la intención de control y contenido que hace el legislador los verbos pueden
determinar operaciones sicológicas y operaciones materiales, según la actividad sea mental o sea
orgánico — mecánica.
Los verbos que denotan una operación psicología se dividen en dos categorías: o se trata de una
operación psicología pura o de una operación psicología que implique una actividad material, en
cuanto de ser susceptible de ser captada por los sentidos.
A su vez, la operación psicología pura puede ser positiva si emplea verbos como "afirmar" o
"declarar" y será negativa si emplea verbos como "callar", "omitir", "negar".
La operación psicología denota una actividad material cuando el tipo penal emplea verbos como
"exigir", "ordenar", "aconsejar" "comprometer", "fingir" o "incitar", pues en tales hipótesis la
actitud mental del agente se hace notoria solo si realizan ciertas reacciones orgánicas que
trascienden el plano meramente psíquico.
Ahora, el verbo puede constituir una actividad inocua y ordinariamente lícita en sí misma
considerada, o una actividad lesiva, dañina por sí misma. En el primer caso habremos de mirar que
la ilicitud de la conducta radica en la modalidad de la acción o en la calidad del sujeto pasivo o del
objeto material: comerciar es una actividad lícita en sí misma. Pero si el comercio se realiza con
piratas o sobre productos alterados o sustancias psicoactivas, la actividad comercial es ilícita.
La relación sexual entre parejas no es bajo ninguna circunstancia delictual, se entiende que si es
entre hombre y mujer es presupuesto de procreación, pero ejecutada mediante violencia o
engaño, o sobre pariente cercano, es una conducta ilícita. Verbos como "aceptar", "dirigir","
entrar", "salir", "vender", "afirmar", "callar", "construir", denotan conductas inocuas.
Son verbos que entrañan una actividad de suyo lesiva aquellos que bajo cualquier circunstancia
vulneran o ponen en peligro derechos individuales o sociales; "destruir", "ofender ", "usurpar",
"falsificar", "envenenar", "dañar", "disparar", "romper", "matar", etc.
Desde el punto de vista gramatical los verbos rectores pueden ser: transitivos, intransitivos,
simples y compuestos.
■ Transitivos; la tipicidad se explica por la traslación de la actividad del agente a personas o cosas
que por lo mismo constituyen el objeto material de la conducta. Estos generalmente son delitos de
resultado: "destruir", "modificar", "entregar", "recibir", "invadir", "violar".
■ Intransitivos; la acción del agente se revierte sobre sí mismo y por ello dan lugar a los llamados
delitos de mera conducta. "imponer", "fugar", "dirigir".
■ La mayor parte de los verbos rectores son simples; "invitar", "entrar", "levantar", "exigir",
"sustraer", "cercenar", pero existen también frases verbales en las que se mezcla el subjuntivo
presente con el infinitivo: "el que tratare de impedir", "el que haga dar u prometer", "el que haga
conocer", "el que haga circular".
■ Algunas veces la frase verbal se forma de la composición o combinación de un futuro hipotético
con un infinitivo: "quien ayudare a eludir".
En lo que respecta a la persona utilizada siempre será redactada la oración en tercera persona y, el
mandato va dirigido a todos lo coasociados en condición de destinatarios de la ley; "el que" "o
quien", excepcionalmente es tercera persona del plural, "los que", "quienes",
5.2.6.2.2 Culpabilidad
En la culpabilidad hay además de una relación de causalidad psicológica entre agente y acción, un
juicio de reprobación de la conducta de este, motivado por su comportamiento contrario a la ley.
Cuello Calón señala que la culpabilidad puede definirse como el juicio de reprobación por la
ejecución de un hecho contrario a lo mandado por la ley.
La diferencia entre falta de antijuricidad y falta de culpabilidad consiste en que una conducta
justificada es reconocida como legal por el legislador, está permitida y ha de ser soportada.
Por todos, mientras que una conducta exculpada no es aprobada y por ello sigue estando no
permitida y prohibida.
• Error de tipo. Cuando el autor se equivocó sobre una circunstancia necesaria (Art. 16 Núm. 1
C.P.)
• Error de prohibición. Falta de conocimiento de la norma prohibitiva como tal (Art. 18 Núm. 2
C.P.).
Estado de necesidad: Los bienes jurídicos en colisión son de igual valor (Art. 12 C.P.). Los bienes
jurídicos protegidos son: la vida, la integridad corporal y la libertad.
Celestino Porte Petit define a la culpabilidad como "el nexo intelectual y emocional que liga al
sujeto con el resultado del acto".
Jiménez de Asúa dice que puede definirse "como el conjunto de presupuestos que fundamentan la
reprobabilidad personal de la conducta antijurídica".
La primera es intensión, la segunda, negligencia. Ambas tienen por fundamento la voluntad del
sujeto activo. Sin intensión o sin negligencia no hay culpabilidad, y sin ésta, no hay delito, por ser
la culpabilidad elemento del delito.
B. Teorías de la culpabilidad
Teoría normativa. - para la concepción normativa, la culpabilidad no consiste en una pura relación
psicológica, pues esta solo es un punto de partida. En definitiva, la culpabilidad radica en el
reproche, hecho al autor, sobre su conducta antijurídica. De ahí que para Mezger, la culpabilidad
significa un conjunto de presupuestos fácticos de la pena situados en la persona del autor.
C. Especies de culpabilidad
Fernando Castellanos dice que se puede delinquir mediante determinada intención delictuosa
(dolo) o por un olvido de las precauciones exigidas por el Estado (culpa). Para la existencia del
primero se necesita que la voluntad consciente se dirija al evento o hecho típico, mientras que la
segunda se configura cuando se obra sin esta voluntad de producir el resultado, pero se realiza por
la conducta negligente, torpe o imprudente del autor.
Jiménez de Asúa sostiene que las especies de la culpabilidad son dos: el dolo y la culpa.
Dolo y Culpa. En el dolo el agente es consciente de que quiere dañar el bien jurídico y lo hace. Los
delitos dolosos de comisión se caracterizan porque existe identidad entre lo que el autor hace
objetivamente y lo que quiere realizar. En la culpa, el sujeto no busca ni pretende lesionar el bien
jurídico, pero por su forma de actuar arriesgada y descuidada produce la lesión.
Según nuestro ordenamiento jurídico, sólo es punible la realización dolosa de los tipos mientras en
las disposiciones concretas de la Parte Especial no esté también penada expresamente la
actuación culposa (artículo 13 quater C.P.).
Dolo. Conciencia y voluntad de realizar el tipo objetivo de un delito. El dolo es "saber y querer". El
agente actúa con conciencia (elemento cognitivo o intelectual) y voluntad (elemento volitivo).
Para actuar dolosamente no basta con el mero conocimiento de los elementos objetivos del tipo,
es necesario, además, querer realizarlos.
Culpa. La conducta culposa es la acción peligrosa emprendida sin ánimo de lesionar el bien
jurídico, pero que, por falta de cuidado o diligencia debida causa su efectiva lesión.
Sistema de Número Cerrado (números clausus). Considera que sólo son punibles en su realización
culposa los delitos específicos previstos como tales en la parte especial del Código Penal o en leyes
especiales. Esta es la posición que adopta nuestra legislación.
Parte subjetiva: Exige un requisito negativo (ausencia del dolo respecto al hecho típico realizado y
positivo (que el agente haya querido la conducta descuidada o con conocimiento del peligro o sin
él.
Existen dos clases de culpa: Culpa consciente o con representación. El sujeto no quiere causar el
resultado, pero advierte la posibilidad que éste se produzca, pero confía en que no sea así. Culpa
inconsciente o sin representación. El agente no quiere el resultado lesivo ni prevé su posibilidad;
es decir, no advierte el peligro.
La diferencia entre ambas radica en la previsibilidad que pueda tener el hombre promedio, si éste
puede prever el resultado la culpa será consciente, de lo contrario inconsciente.
El resultado de la acción debe ser sancionado por la ley penal, es decir, deberá configurar un delito
descrito y penado en la ley, será intranscendente que lesione intereses jurídicos protegidos por la
ley o sólo los ponga en peligro según o requiera el tipo penal.
El resultado en su más amplia acepción, consiste en el obrar u omitir del hombre que producen un
conjunto de efectos en el mundo naturalístico.
El resultado es un efecto de la conducta, pero no todo efecto de esta tiene tal carácter, sino solo
aquel o aquellos relevantes para el derecho por cuanto éste recoge dentro del tipo penal.
Las formas en que se presenta el resultado son jurídico formales, materiales o internas, con
independencia del propósito:
El resultado psíquico o interno. Se actualiza, únicamente, cuando el tipo penal así lo exige; por
ejemplo, las lesiones psicológicas.
5.2.7.3 El resultado como consecuencia del hecho del hombre y su relación con el daño
EI daño tiene una doble proyección: una enfocada a la protección penalística, mientras la otra
implica el efecto natural de la conducta en un proceso causal, al cual expresamente ha querido
referirse la ley y constitutivo a la luz del objeto de la protección jurídica. Por ejemplo, homicidio, la
privación de la vida es el resultado material y al mismo tiempo el resultado juridico por lesionar el
bien de la vida, objeto de la protección penalística.
Al producir la acción un resultado, se comete una violación a un bien jurídico, así por el daño que
causan, los delitos pueden ser de lesión y de peligro, los primeros causan un menoscabo a un bien
jurídico; los de peligro no lesionan ningún bien jurídico, sólo lo ponen en peligro.
Cuando existe la fase externa de la acción siempre hay resultado (en lo delitos materiales), el
resultado es causal de imputabilidad. La ley también castiga la simple manifestación de la acción,
por ejemplo, la tentativa.
El efecto no se da en todos los delitos, por ejemplo, no se da en los Delitos Formales, en estos el
delito se perfecciona con la sola manifestación de la voluntad o la tenencia de máquinas para
delinquir.
Así en los delitos de falsificación (Art. 197 C.P.), la traición (Art. 109 C.P.), la calumnia (Art. 283
C.P.), el falso testimonio (Art.169 C.P.); en los cuales basta, para configurarlos, la posesión de
máquinas para la falsificación, la preparación de actos dirigidos al sometimiento de la Nación a una
potencia extranjera, la manifestación de la voluntad imputando un delito a otro o la sola
juramentación en falso, sin que sea necesaria la producción de un resultado. En los delitos
formales jamás se da la Tentativa, éste sólo se da en los delitos materiales.
b. Resultado Jurídico: Cuando la sola conducta delictiva perfecciona el tipo penal. No produce una
alteración en el status de la persona del sujeto pasivo o del sujeto, los delitos de resultado jurídico
se denominan formales o de mera conducta.
Los tipos penales de omisión propia son de resultado jurídico, porque la sola conducta estructura
el tipo penal.
Nexo causal o relación de causalidad, se sabe que el delito es un acto humano que comprende por
una parte el movimiento corporal de la acción ejecutada o la acción esperada y no ejecutada y por
otra el resultado producido o la potencialidad de causarlo. Para que el resultado pueda
incriminarse, precisa existir un nexo causal, es el ligamen que une a la conducta del ser humano
con el resultado sobrevenido.
Dicha relación debe ser material y una a la causa con el efecto, debe ser material ya que si es
moral, espiritual o psicológico no tendría relevancia para el derecho penal. Los elementos de la
acción (comisión u omisión) son: la voluntad, la actividad, el resultado y la relación de causalidad
llamado también nexo causal.
Para el mejor entendimiento es menester referir a las teorías acerca del nexo causal, para precisar
las conductas que causan el resultado, al respecto se han elaborado diversas teorías, entre las que
señalamos:
• Teoría de la equivalencia de las condiciones, conocida como la teoría de la conditio sine qua non,
señala que todas las condiciones productoras del resultado son equivalentes.
• Teoría de la última condición, llamada también de la causa próxima o inmediata, considera que,
de todas las causas, la más cercana al resultado es la que lo origina.
• Teoría de la condición más eficaz, la causa del resultado será la que tenga eficacia
preponderante.
• Teoría de la adecuación, llamada también de la causalidad adecuada, afirma que la causa del
resultado será la más adecuada e idónea para producirlo.
Recordemos que la acción nace de un movimiento corporal que es un proceso, que a su vez
produce un cambio en el mundo exterior, es decir, un efecto, un resultado, y existe un nexo
causal, el cual es el lazo indisoluble que une causa (acción) con efecto (resultado).
En este orden de ideas, la conducta debe establecerse la relación de causalidad entre la acción
física y el resultado externo para que sea atribuible al sujeto, esto es, debe existir la relación causal
en el nexo, entre el comportamiento humano, la consecuencia de éste y el resultado material;
dicho nexo causal viene a ser un elemento de la conducta y no como dicen algunos autores,
elemento del delito.
El nexo causal es la relación existente entre la conducta y el resultado y mediante la cual se hace
posible la atribución material de ésta a aquella como a su causa.
Existe una relación causal cuando no se puede suponer suprimido el acto de voluntad, sin que deje
de producirse el resultado concreto. En efecto, no se podrá atribuir al sujeto un determinado
resultado mientras no se haya demostrado que éste se encuentra en relación de causalidad con la
acción o la omisión de aquél.
Este tipo de delitos de omisión (simple omisión y comisión por omisión) se enfrentan a dificultades
teóricas y prácticas, cuando se necesita fincar responsabilidad de un acto externo positivo, a un
sujeto que no ha obrado positivamente. Al respecto se han desarrollado diversas teorías, las
principales son:
Teoría de la acción aplicada. Creada por Mezger señala, que el fundamento de todo delito de
omisión lo constituye una acción esperada y sin esta acción pensada (esperada) no es posible
hablar de omisión en sentido jurídico; la salvación a la causalidad en la omisión se resuelve si
consideramos que el delito de comisión por omisión nunca puede ser solo fundamento "desde
dentro (internamente)" sino exactamente lo mismo que el propio delito de omisión, solo "desde
fuera (externa, normativamente)". El eje del delito de omisión lo constituye también aquí la acción
esperada.
La solución al problema de la causalidad en los delitos de comisión por omisión está en la propia
omisión, solo en virtud de la acción esperada adquiere relevancia jurídica la omisión, pues ésta no
consiste en no hacer nada sino en dejar de hacer algo que la norma espera.
Teoría del alid actum, apunta que la causalidad la encontramos en el acto positivo realizado por el
sujeto al abstenerse de una conducta esperada y exigida por la ley, y el resultado producido por la
acción va aliado a la omisión.
Teoría de la acción precedente, sostiene que la causalidad se encuentra entre el acto precedente a
la omisión y el resultado.
Teoría de la interferencia, el sujeto domina el impulso que lo empuja a actuar y el nexo causal se
encuentra entre la energía producida para dominar el impulso del sujeto y el resultado se ésta; se
trata de encontrar una causa física del resultado, en la corriente psíquica que ha detenido el
natural impulso a obrar, produciéndose el resultado.
Teoría de la omisión misma, se basa en la concepción normativa, y sostiene que la relación causal
se encuentra en ésta y el resultado producido. Esta teoría es la más acertada, ya que la causa
verdadera se encuentra en la omisión misma, porque si se realizara la acción exigida y esperada, el
resultado no se produciría.
En resumen, el nexo causal, no se encuentra configurado en el tipo penal, hay que deducirlo o
inferirlo entre la acción por comisión u omisión del sujeto y el resultado. Es entonces, el vínculo
material u objetivo que une la conducta y el resultado.
5.2.9 Sanción
La sanción es el punición que el Estado impone, con fundamento en la ley, al sujeto responsable
de un delito.
El fin de la pena es la salvaguarda de la sociedad. Para conseguirla, debe ser intimidatorio, es decir,
evitar la delincuencia por el temor de su aplicación; ejemplar, al servir de modelo a los demás y no
solo al delincuente, para que todos adviertan la efectividad de la amenaza estatal correctiva, al
producir en el penado la readaptación a la vida normal, mediante los tratamientos curativos y
educacionales adecuados, impidiendo así la reincidencia; eliminatoria, ya sea temporal o
definitivamente, según que el condenado pueda readaptarse a la vida social o se trate de sujetos
incorregibles; y justa, pues la injusticia acarrearía males mayores, no solo con relación a quien
sufre directamente la pena, sino para todos los miembros de la colectividad al esperar que el
Derecho realice elevados valores entre los cuales destacan la justicia, la seguridad y el bienestar
sociales.
Para el estudio que realizamos la sanción debemos identificar de dos maneras: Una Sanción única
y la otra como sanción compuesta.
a. Sanción única, cuando en la norma secundaria el tipo penal sanciona solamente con una que
puede ser de privación de libertad, inhabilitación o días multa.
b. Sanción compuesta, cuando en la norma secundaria sanciona con dos, que puede ser privación
de libertad y días multa; o privación de libertad e inhabilitación de ejercer cargos públicos.
UNIDAD III
DELITOS TIPIFICADOS EN EL CÓDIGO PENAL
Tema VI. ELEMENTOS ESTRUCTURALES DEL TIPO PENAL (Cont.)
6.1 Objeto, 6.2 Contenidos, 6.3 Estructura de los elementos de los tipos penales
6.1 Objeto
Con base en el estudio de las anteriores Unidades I, II y II en sus diferentes temas, desarrollamos el
método de análisis de tipos penales para la interpretación y subsunción de conductas a la ley
penal, en cada bien jurídico protegido (títulos del libro segundo del Código Penal).
6.2 Contenidos