Tecnologías Modernas para El Uso Racional y Eficiente de La Energía-1
Tecnologías Modernas para El Uso Racional y Eficiente de La Energía-1
Tecnologías Modernas para El Uso Racional y Eficiente de La Energía-1
TECNOLOGÍAS MODERNAS
PARA EL USO RACIONAL
Y EFICIENTE DE LA ENERGÍA
INTEGRANTES:
FACUNDO CORDOBA BRANDO
AGUILERA MADRIGAL MARGARITO
ALAVEZ JIMENEZ RAUL
GUERRA MENDOZA LUIS FELIPE
RODRÍGUEZ MURILLO ANDRÉS
LOZANO RAMOS ROGELIO ABRAHAM
CARRERA:
INGENIERÍA MECÁNICA
CATEDRÁTICO:
DR. GUILLERMO EFRÉN OVANDO CHACÓN
SISTEMAS DE GENERACIÓN DE ENERGÍA
ENERO-JUNIO 2018
Índice
1. LA BIOMASA
Biomasa y materia viva son la misma cosa. Cuando nos referimos a ella como
fuente de energía de lo que hablamos es del conjunto de la materia orgánica, tanto
de origen animal como vegetal, que puede ser utilizada con fines energéticos. La
biomasa es una fuente de energía renovable, de hecho, es la fuente de energía
renovable que más aporta en la actualidad a las necesidades de la humanidad. La
energía de la biomasa proviene del Sol a través del proceso de la fotosíntesis.
Ésta es el proceso por el cual las células vegetales son capaces de formar
sustancias orgánicas a partir del CO2 presente en el aire y de otras sustancias
simples, aprovechando para llevar a cabo el proceso la energía procedente del
Sol. De las sustancias formadas, que llamamos carbohidratos, se puede extraer
energía bien quemándolas directamente, bien convirtiéndolas en un líquido
combustible como el alcohol o el aceite, o incluso transformándolas en gas.
2. TIPOS DE BIOMASA
La biomasa que podremos usar como fuente de energía se encuentra,
principalmente, de dos formas:
Como cultivos con un aprovechamiento claramente orientado a la
producción de energía
Como un residuo de los trabajos forestales y agrícolas, o de sus industrias
asociadas.
Cultivos energéticos
Las plantas que se cultivan con el fin de convertirlas en energía se llaman cultivos
energéticos y como hay tantas plantas distintas pueden ser de tantas formas como
uno se pueda imaginar. En la práctica, los cultivos energéticos se adaptan al clima
y al suelo de cada lugar y así en lugares como los países nórdicos hay bosques
orientados a producir madera que se quema en centrales eléctricas, mientras que
en nuestras tierras (occidente) los cultivos energéticos se orientan a plantas
herbáceas. Así, por ejemplo, cereales y oleaginosas como la colza, son cultivados
de forma expresa con el objetivo de producir, respectivamente, alcohol o aceite,
que tras un tratamiento podrán ser empleados en motores de automóviles.
Biomasa de los residuos
La mayoría de las plantas tienen un fin que no es el energético como por ejemplo
alimentar el ganado o producir madera para los muebles. Pero de todos esos
procesos siempre se genera un residuo que sí tiene un aprovechamiento
energético.
Residuos forestales: los residuos del aprovechamiento de nuestros bosques son
una fuente muy importante de recursos de biomasa. Entre ellos se encuentran
restos de las podas, serrín, virutas, recortes y cortezas, que se generan tanto en el
campo como en las industrias donde se aprovecha la madera, que son las
principales consumidoras de este recurso con fines energéticos.
Residuos agrícolas: son de muchos tipos, desde las podas de olivos, vides y
frutales hasta los residuos de cultivos herbáceos, como la paja de cereales. Parte
de estos residuos se queda en el campo, para recuperar los nutrientes de la tierra,
pero otra parte puede ser usada como combustible.
Dentro de este grupo se incluyen los residuos que se generan en las industrias
que tratan los productos agrícolas, como el orujillo en el caso de la producción de
aceite de oliva o las cáscaras de almendra en el caso de las industrias de frutos
secos.
3. LA BIOMASA COMO FUENTE DE ENERGÍA
Esta fuente energética se basa en la utilización de la materia orgánica formada por
vía biológica en un pasado inmediato o en los productos derivados de esta. En
consecuencia, también tiene consideración de biomasa la materia orgánica de las
aguas residuales, los lodos de depuradora y la fracción orgánica biodegradable de
los residuos sólidos urbanos, aunque dadas las características específicas de
estos residuos se suelen considerar como un grupo aparte.
La biomasa como materia orgánica originada en un proceso biológico, espontáneo
o provocado, tiene carácter de energía renovable porque su contenido energético
procede en última instancia de la energía solar fijada por los vegetales en el
proceso fotosintético. Al romper los enlaces de los compuestos orgánicos, por
combustión directa de biomasa o por combustión de productos obtenidos de ella
mediante transformaciones físicas o químicas, para dar dióxido de carbono y agua
como productos finales, se libera energía.
La biomasa puede proporcionar energía mediante su transformación en materiales
sólidos, líquidos y gaseosos. Los productos procedentes de la biomasa que se
utilizan para fines energéticos se denominan, en general, biocombustibles y
específicamente, a todos aquellos, generalmente sólidos y gases, que se aplican
con fines térmicos y eléctricos.
El nombre de biocarburantes se reserva para los productos, normalmente líquidos,
que proceden de la biomasa y se destinan a la automoción. Este tipo de productos
tienen una importancia especial debido al gran consumo de carburantes derivados
del petróleo para el transporte. Los actuales motores, Diesel y Otto, requieren
combustibles líquidos cuyo comportamiento sea similar al del gasóleo y al de la
gasolina.
5. BIOCOMBUSTIBLES SÓLIDOS
Los biocombustibles sólidos más importantes, combustibles de tipo primario, son
los constituidos por materiales lignocelulósicos procedentes del sector agrícola o
forestal y de las industrias de trasformación que producen este tipo de residuos.
La paja, los restos de poda de vid, olivo o frutales, la leña, las cortezas y los restos
de podas y aclareos de las masas forestales son materia empleada en la
elaboración de biocombustibles sólidos de origen agrario. Cáscaras de frutos
secos, huesos de aceitunas y de otros frutos, residuos procedentes de la
extracción del aceite de orujo en las almazaras, restos de las industrias del corcho,
la madera y el mueble, constituyen una materia prima de calidad para utilizarla
como biocombustible sólido.
Mediante la combustión de esta biomasa se obtiene energía que se aprovecha
directamente como energía térmica o se transforma en energía eléctrica. El poder
calorífico inferior, variable con la humedad del combustible, es la característica
más representativa de su calidad.
6. BIOCOMBUSTIBLES LÍQUIDOS
La denominación de biocombustibles líquidos o biocarburantes se aplica a una
serie de productos de origen biológico utilizables como combustibles de sustitución
de los derivados de petróleo o como aditivos de éstos para su uso en motores.
Actualmente sólo son comerciales los de primera generación, etanol (y etilterbutil
éter obtenido a partir de él) y biodiesel. En ambos casos las materias primas de
las que proceden tienen también uso alimentario.
Evitar que la obtención de biocarburantes compita con las fuentes de alimentación
y aprovechar la mayor parte del vegetal es la razón que guía el trabajo para
disponer de biocarburantes de segunda generación. Tanto la ruta bioquímica
como la ruta termoquímica ofrecen caminos apropiados para transformar el
material lignocelulósico en productos destinados a sustituir los carburantes
derivados de los combustibles fósiles para lo que es preciso superar varias
dificultades antes de implantar esta tecnología.
Figura 1. Diagrama
de flujo del proceso de
obtención de bioetanol
a partir de diferentes
materias primas.
7. BIOCOMBUSTIBLES GASEOSOS
A partir de la biomasa se pueden obtener varios combustibles gaseosos como
biogás, gas de gasógeno y gas de síntesis e hidrógeno. El hidrógeno es un sector
energético que se presenta como una alternativa a la estructura energética actual
debido fundamentalmente a sus ventajas ambientales y a su aplicación en pilas de
combustible. Su combustión produce agua y una gran cantidad de energía (27.000
kcal/kg) por lo que resulta idóneo para múltiples aplicaciones industriales,
domésticas y de transporte.
La obtención de hidrógeno a partir de compuestos orgánicos se realiza mediante
un proceso, denominado “reformado”, que consiste en romper las moléculas
hidrocarbonadas mediante reacciones con vapor de agua en presencia de un
catalizador. Este combustible, hidrógeno, presenta importantes problemas
logísticos debido a su inflamabilidad y baja densidad. La alternativa de licuar el
gas tropieza con el elevado consumo energético y las grandes inversiones
necesarias para la distribución directa. Debido a que su utilización se justifica
fundamentalmente por razones ambientales, las fuentes de energía renovables
constituyen la materia prima ideal para obtenerlo.
Entre las moléculas orgánicas procedentes de la biomasa con posibilidades para
ser fuente de hidrógeno, el bioetanol es la opción que presenta menores costes y
mayor versatilidad. Es adecuado para satisfacer diferentes aplicaciones porque la
generación de hidrógeno a partir de etanol puede oscilar entre pocos kW y varios
MW.
La producción de hidrógeno utilizando etanol como materia prima tiene la misma
logística que la existente para los combustibles fósiles lo que supone un
importante descenso de los costes de distribución del hidrógeno.
Fermentación anaeróbica: biogás
La digestión anaeróbica es un proceso empleado en la depuración de aguas
residuales y efluentes orgánicos de industrias agrarias o de explotaciones
ganaderas. Este tipo de transformación se produce de manera espontánea en
pantanos o fondos de lagunas y lagos en los que haya depósitos de materia
orgánica. El metano, denominado “gas de los pantanos”, también se produce en
los vertederos de RSU, pudiéndose extraer mediante perforaciones y redes de
transporte adecuadas. La aplicación de este procedimiento a la biomasa da lugar
a biogás, en cantidades de unos 300 m3 por tonelada de materia seca, con un
poder calorífico de unos 5,500 kcal/m3. El biogás está formado principalmente por
metano (55-65%) y CO2 (35-45%); y, en menor proporción, por nitrógeno (0-3%),
hidrógeno (0-1%), oxígeno (0-1%) y sulfuro de hidrógeno (trazas). El poder
calorífico del biogás está determinado por la concentración de metano (9.500
kcal/m3). Para aumentar este parámetro es necesario eliminar todo o parte del
CO2 que le acompaña. El proceso de fermentación anaeróbica de la materia
orgánica se realiza en cuatro etapas en las que intervienen diferentes tipos de
bacterias.
En la etapa de hidrólisis, las bacterias hidrolíticas son responsables de degradar
las complejas moléculas orgánicas en fragmentos más sencillos como ácidos
grasos y glicerina de los lípidos, péptidos y aminoácidos de proteínas y
monosacáridos de los polisacáridos. Sobre estos compuestos actúan las bacterias
acido génicas para transformarlos en ácidos de cadena corta (acético, propiónico,
butírico,etc.), alcoholes, amoniaco, hidrógeno y dióxido de carbono.
La tercera etapa, acetilénica, es responsable de la transformación de los
productos intermedios de la etapa anterior (propiónico, butírico), que no pueden
ser metabolizados por los organismos metalogénicos, en acético, hidrógeno y
dióxido de carbono.
En la última etapa, etapa
metalogénica, unas bacterias
transforman el ácido acético en
metano y dióxido de
carbono (el 70% del metano procede de esta vía) y otras, el dióxido de carbono e
hidrógeno en metano y agua:
8. PRODUCCIÓN DE BIOCOMBUSTIBLES
La producción de Biodiésel
Uno puede, por supuesto, plantar girasol o soja y luego de cosecharlo, prensarlo
para extraer el aceite, como sucede en muchos lugares del mundo donde se
produce el biodiésel.
Las personas que preparan biodiésel en una escala más grande son capaces de
utilizar la grasa usada de freír, aceite de pescado, grasa animal y otras clases de
aceites. Una ventaja acerca de la elaboración de biodiésel es que se puede hacer
de muchas sustancias diferentes, en su mayor parte, desechos.
Hay que aclarar que tanto el metanol como el etanol son materiales muy
peligrosos. Hay que evitar inhalarlo y el contacto con la piel y los ojos. Siempre
utilice guantes aptos para la manipulación de estas sustancias, protectores
para los ojos y máscara para la cara, además de trabajar siempre en lugares
bien ventilados.
Asegúrese de utilizar NaOH con una pureza de por lo menos el 96%. El KOH de
esa pureza es bastante difícil de encontrar, pero uno de entre el 92% y el 85%
puede funcionar bien. Ambos, el NaOH y el KOH son químicos muy
peligrosos. Hay que tomar precauciones cuando se utilizan estos químicos.
De esta manera las reacciones secundarias que se pueden dar son las siguientes:
1. Reacción de saponificación.
Otra manera de eliminar los ácidos grasos libres es mediante una reacción de
esterificación con un catalizador ácido con lo que se formaría el éster metílico.