Dictamen Contraloria General de La Republica

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facultades fiscalizadoras contraloria respecto alcaldes

NÚMERO DICTAMEN FECHA DOCUMENTO


022397N08 13-05-2008
NUEVO: REACTIVADO:
NO SI
RECONSIDERADO
RECONSIDERADO: PARCIAL:
NO NO
ACLARADO: ALTERADO:
NO NO
APLICADO: CONFIRMADO:
NO NO
COMPLEMENTADO: CARÁCTER:
NO NNN
ORIGEN:
DIVISIÓN DE MUNICIPALIDADES
CRITERIO:
APLICA JURISPRUDENCIA

DICTAMENES RELACIONADOS

aplica dictámenes 12282/2000, 46415/2005, 3687/2007, 9476/2007, 46181/2007

Acción Dictamen Año

FUENTES LEGALES

ley 18883 dl 799/74

MATERIA

Aunque los alcaldes tienen la calidad de funcionarios municipales y como tales están
afectos a responsabilidad administrativa, a ninguna autoridad se le ha otorgado la potestad
de aplicarles alguna de las medidas disciplinarias contempladas en la ley 18883, por lo que
esta Contraloría, en general, no tiene atribuciones para determinar y hacer efectiva esa
responsabilidad administrativa. Así, la evaluación jurídica de los hechos investigados, en
orden a si compromete efectivamente la responsabilidad del alcalde y su grado de
participación en los hechos, debe ser determinado en las instancias jurisdiccionales,
políticas o administrativas correspondientes. Esto no significa que Contraloría no pueda
investigar hechos que pudieran significar una contravención a las normas de los órganos
sujetos a su control, pues tiene plenas facultades para constatar los hechos investigados,
determinar si se ajustan al ordenamiento jurídico, ordenar que se regularicen los actos
viciados para restablecer el imperio del derecho, y dar a conocer el resultado de sus
investigaciones a los órganos que estime pertinentes.La mayor o menor rigurosidad que
tenga el concejo para ejercer sus funciones fiscalizadoras respecto del alcalde, es un
asunto de mérito, relacionado con la toma de decisiones de ese órgano colegiado, que, en
caso alguno, podría atribuirse a este Organismo de Control

DOCUMENTO COMPLETO

N° 22.397 Fecha: 13-V-2008

Se ha dirigido a esta Contraloría General el Alcalde de la Municipalidad de Quintero, solicitando la


reconsideración, por las razones que indica, de los oficios N°s 5.154 y 5.420, ambos de 2007, emitidos
por la Sede Regional de Valparaíso.

En términos generales, se cuestionan las conclusiones contenidas en dichos oficios, en cuanto se


sostiene que determinadas actuaciones de esa máxima autoridad edilicia podrían contravenir las
normas sobre probidad administrativa, lo que, a juicio del recurrente, constituiría un "prejuzgamiento de
la actuación del alcalde", materia que "es de absoluto conocimiento y conclusión del Concejo Comunal".

Agrega, que durante la fiscalización efectuada por esta Entidad de Control en relación con una de las
denuncias formuladas, no se habría solicitado el informe correspondiente al municipio, lo que vulneraría
el principio del debido proceso.

Al respecto, cabe recordar, en primer término, que dichos informes constituyen el resultado de
indagatorias desarrolladas en la Municipalidad de Quintero a raíz de dos denuncias que fueron
presentadas por don O.K. y por doña C.T., relativas. a eventuales irregularidades ocurridas en diversas
unidades de ese municipio.

Pues bien, en relación con la materia, cumple señalar, de acuerdo con la jurisprudencia administrativa
contenida, entre otros, en los dictámenes N°s 12.282, de 2000, 46.415, de 2005 y 3.687, 9.476 y
46.181, todos de 2007, que no obstante que los alcaldes tienen la calidad de funcionarios municipales y
como tales se encuentran afectos a responsabilidad administrativa, a ninguna autoridad se le ha
otorgado la potestad de aplicarles alguna de las medidas disciplinarias contempladas en la ley N°
18.883, por lo que, consecuentemente, este Organismo de Control no tiene, en general, atribuciones
para determinar y hacer efectiva esa responsabilidad administrativa.

Sin embargo, esa misma jurisprudencia ha precisado que lo anterior no significa que esta Contraloría
General, en ejercicio de sus potestades fiscalizadoras, no pueda investigar hechos que pudieran
significar una contravención a las normas que rigen a los órganos sujetos a su control, de manera que
tiene plenas facultades para constatar los hechos investigados, determinar si ellos se ajustan al
ordenamiento jurídico, ordenar que se regularicen los actos viciados a fin de restablecer el imperio del
derecho, y dar a conocer el resultado de sus investigaciones a los órganos que estime pertinentes.

Conforme a lo expresado, se debe anotar que las afirmaciones que esta Entidad Fiscalizadora efectúa
Conforme a lo expresado, se debe anotar que las afirmaciones que esta Entidad Fiscalizadora efectúa
en los informes derivados de las respectivas investigaciones que lleva a cabo en los municipios, deben
entenderse realizadas en el contexto antes anotado, es decir, como la constatación de la existencia de
ciertas irregularidades de carácter administrativo, sin que ello implique establecer la responsabilidad del
alcalde en la situación indagada, ya que, para ello, se requeriría la sustanciación en su contra de un
procedimiento sumarial y la aplicación de la sanción que corresponda al mérito que arrojare ese
sumario, lo que, como se ha señalado, no resulta procedente respecto de los alcaldes, salvo los casos
expresamente señalados en la ley, como las infracciones al decreto ley N° 799, de 1974, sobre uso
indebido de vehículos municipales, que no es la situación que se examina.

Por consiguiente, la evaluación jurídica de los hechos investigados, en orden a si comprometen


efectivamente la responsabilidad del alcalde y su grado de participación en los hechos, con las
consecuencias jurídicas que ello importe para esa autoridad edilicia, debe ser determinada en las
instancias jurisdiccionales, políticas o administrativas correspondientes, no siendo, obligatorio para esos
órganos las apreciaciones consignadas en los respectivos informes.

Siendo así, se debe precisar que en ningún caso resulta admisible sostener que esta Entidad de Control
carece de facultades para determinar, previa indagatoria, si un determinado alcalde ha infringido las
normas de probidad administrativa, por lo que la afirmación que se contiene en los oficios de la
Contraloría Regional de Valparaíso -cuya reconsideración se solicita-, en orden a que la materia de que
se trata debe ser resuelta por el concejo, no constituye una contradicción de esa Sede Regional, como
lo expresa el alcalde, sino que debe entenderse en el sentido de que ese órgano colegiado cuenta con
atribuciones para adoptar acuerdos en relación con esa contravención, como es la de requerir al
Tribunal Electoral Regional correspondiente.

Asimismo, y en relación a lo expresado por ese municipio, en cuanto a que la Sede Regional de
Valparaíso, al haber efectuado las afirmaciones sobre falta de probidad del alcalde, habría cometido "al
menos, una falta de prudencia", este Organismo de Control debe desestimar de plano tal alegación,
toda vez que esa máxima autoridad edilicia funda su objeción en la circunstancia de que para el concejo,
dado su carácter de órgano político, las conclusiones que emite esta Entidad Fiscalizadora constituyen
afirmaciones definitivas e incuestionables, y es en base a ellas que los concejales le habrían formulado
críticas "sin entrar a analizar previamente" si existió o no falta de probidad del alcalde.

Como puede apreciarse, la mayor o menor rigurosidad que tenga el concejo para ejercer sus funciones
fiscalizadoras respecto del alcalde, es un asunto de mérito, relacionado con la toma de decisiones de
ese órgano colegiado, que, en caso alguno, podría atribuirse a este Organismo de Control, ni ser un
motivo que impida a esta Entidad Fiscalizadora emitir las conclusiones contenidas en los aludidos oficios

Por otra parte, y en lo relativo al cuestionamiento que se hace al debido proceso, cumple con manifestar
que el hecho de que sólo se haya requerido formalmente que ese municipio informara respecto de una
de las denuncias aludidas, no resulta suficiente para cuestionar la actuación de esa Contraloría Regional,
por cuanto las diversas instancias de la investigación llevada a cabo -y en las cuales se tomaron las
declaraciones del caso-, arrojaron antecedentes que determinaron que, en la especie, no era necesario
requerir una nueva petición formal al municipio sobre la materia.

A lo anterior, cabe añadir que el alcalde siempre ha contado con la posibilidad de solicitar fundadamente
la reconsideración de los aspectos de fondo contenidos en los oficios impugnados, en cuyo caso, sus
alegaciones serán analizadas en su mérito, desestimándose desde ya nuevos cuestionamientos a la
competencia de esta Contraloríá General para fiscalizar a los alcaldes, como se ha planteado en la
presentación que se analiza.

En consecuencia, de acuerdo a las consideraciones anotadas, este Organismo de Control cumple con
En consecuencia, de acuerdo a las consideraciones anotadas, este Organismo de Control cumple con
desestimar las solicitudes de reconsideración, precisando, aclarando y complementando, en los
términos consignados en el presente documento, los aludidos oficios N°s 5.154 y 5.420, ambos de
2007.

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