Labranza de Conservación

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LABRANZA DE CONSERVACIÓN

La labranza de conservación es una técnica de producción agrícola que consiste en la mínima o


nula remoción del suelo cubriéndolo con los residuos vegetales de la cosecha anterior, lográndose
con ello:
• un incremento en la productividad del suelo
• su conservación, mayor retención de la humedad y
• una disminución de hasta un 40% en los costos de producción.
En el sistema de labranza de conservación se tienen menores costos y mayores rendimientos.
Menciona también que se aumenta la eficiencia en el uso del agua, se prepara tanto una buena
cama para la semilla como un firme soporte para las plantas, se puede sembrar el mismo día de la
cosecha, y se conserva el suelo en excelentes condiciones físicas para la producción.
El Centro de Información Tecnológica de la Labranza de Conservación de Estados Unidos califica
como labranza de conservación aquella en la que después de la siembra, cuando menos el 30% de
la superficie del suelo queda cubierta, con residuos vegetales que constituyen el "mantillo o
colchón".
A menudo se piensa que eliminar labores de preparación y escarda lleva necesariamente a un uso
excesivo de herbicidas, lo que no es exactamente cierto, aunque definitivamente son una
herramienta valiosa que debe ser usada con responsabilidad y cuidado.
Las experiencias en el Bajío, Guanajuato, han demostrado que la incidencia de las malezas tiende
a disminuir fuertemente en los predios en los que se ha dejado de remover el suelo y en los cuales
se ha estado usando la labranza de conservación.
Esta reducción se observa marcadamente en las malezas de hoja angosta. Por el contrario,
tienden a incrementarse conforme avanza el número de ciclos sin labores por lo que son las
malezas el principal problema en la labranza de conservación.
La labranza de conservación se ha incrementado en la última década y es muy probable que
continúe en el futuro debido a la necesidad que existe en el ahorro de energía.

Se distingue la labranza de conservación de la labranza convencional esencialmente en la mínima


o nula remoción del suelo y la presencia de residuos vegetales de los cultivos o siembras
realizadas para este fin, o bien las mismas malezas en la superficie del suelo.
El éxito de este sistema de labranza depende principalmente de un riguroso control de malezas, la
disponibilidad de maquinaria adecuada y la no existencia de condiciones limitantes del suelo.
Ventajas de la labranza de conservación
• El "mantillo o colchón" controla la erosión del suelo
• El "mantillo o colchón " reduce la evaporación del agua
• Reduce los costos de producción
• Se conserva la estructura original del suelo
• No se forma piso de arado
• Hay mayor infiltración del agua en el suelo
• Se reduce la infestación de malezas
• Se puede sembrar el mismo día que se cosecha
Desventajas
• Usa herbicidas
• No es apropiado para suelos mal drenados, por ejemplo suelos muy arcillosos.
LA CERO LABRANZA O NO LABRANZA
En la labranza cero no se realiza ningún movimiento de suelo, se combate la maleza por medios
químicos y para sembrar se utiliza un espeque, coa o pala recta. Cuando se usa una sembradora
(especializada en este tipo de labranza) el suelo solo se mueve para abrir un pequeño surco de
unos 3 a 5cm de profundidad donde se deposita la semilla.
Ventajas
• No altera la estructura del suelo
• Reduce la erosión
• Conserva la humedad del suelo

Desventajas
• Hace uso de herbicidas
• Se requiere tener conocimientos sobre herbicidas

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