Epistemologia Filosofia
Epistemologia Filosofia
Epistemologia Filosofia
La palabra filosofía se estructura con dos voces griegas: philós (amor) y sophía
(sabiduría), por lo que, etimológicamente, la filosofía es el amor a la sabiduría.
En la antigüedad, cuando aún las ciencias no estaban integradas de manera
independiente, tal como las conocemos hoy, la filosofía comprendía todos los saberes
existentes.
Conforme los diferentes campos del saber crecieron, se fueron constituyendo en
disciplinas con objetos de estudio propios, principios propios, métodos propios, etc.,
hasta definirse como actualmente se nos presentan.
La filosofía, por su parte, no fue ya más el concentrado general del saber existente y
cedió el tratamiento de realidades particulares a cada ciencia, dejando para sí el estudio
de la totalidad de los seres, en cuanto que se ocupa de estudiar los principios del ser.
De la filosofía existen diversas definiciones:
• Ciencia de los principios (Husserl).
• Ciencia de todas las cosas por sus causas últimas (Ortega y Gasset).
• Conjunto científico de las cosas, por las causas primeras, en cuanto se refieren al
orden natural (Jacques Maritain).
• Investigación de las relaciones objetivas entre lo contingente y lo absoluto
(Cuesta).
• O bien, una definición que aparece en los diccionarios: Conjunto integrado de
consideraciones y reflexiones generales sobre los principios fundamentales del
conocimiento, pensamiento y acción humanos.
Al margen de una definición a nuestro gusto, la filosofía constituye una tendencia hacia
la concepción unificada de los diversos aspectos del mundo y de la vida, a una síntesis
de la explicación racional del universo.
Los problemas derivados de esa pretensión se concentran en tres categorías:
El ser, de cuyo estudio se ocupa la ontología.
El valor, del cual se encarga la axiología.
El conocer, categoría que constituye el objeto de estudio de la gnoseología o de la
epistemología.
Hay quienes consideran que los términos epistemología y gnoseología son sinónimos,
aunque existe una mayoría de autores que reserva el uso del segundo para designar a
la teoría general del conocimiento, mientras que el de epistemología lo emplean para
referirse a la teoría del conocimiento científico o también teoría de las ciencias.
Puntualizaré aún más: los términos “epistemología” y “teoría del conocimiento”, son
más empleados por autores alemanes e italianos mientras que el término “gnoseología”
lo utilizan con mayor frecuencia autores franceses. Durante los años más recientes, la
epistemología es conocida también como “filosofía de la ciencia”.
Tal es la ubicación de la teoría del conocimiento dentro de ese gran contexto que es la
filosofía.
Otros esquemas
1. El materialismo y la dialéctica.
Acerca del materialismo existe la idea generalizada de que se trata de una doctrina
reciente, acaso porque se le asocia directamente con la imagen de Carlos Marx. En
realidad, la primera doctrina materialista en la historia es el atomismo griego. Éste,
concebido por Demócrito, considera que el universo es una combinación de átomos de
diferentes formas, indivisibles, y de cuya asociación puramente mecánica y fortuita
surge la naturaleza material.
Conviene dejar establecido que, en sentido estricto, es René Descartes quien realizó
una valiosa actividad de reordenación conceptual que le dio dimensión al materialismo
genuinamente moderno.
Descartes parte de la “duda metódica” en su búsqueda de una estructura de
pensamiento cuyas bases no descansen en supuestos indemostrados. En ese afán por
descubrir la verdad, de todo debe dudar, excepto de su propia duda, de su
pensamiento: si estoy pensando, infiero que existo (“Pienso, luego existo”).
Admite un dualismo de realidades: una realidad es material, corpórea (“res extensa”) y
la otra es espiritual, pensante o racional (“res cogitans”), es decir, dos realidades
absolutamente diferentes. De tal manera que serán materialistas todas las tendencias
que se apoyen en la primera realidad, y espiritualistas las que se basen en la segunda
de la dicotomía.
Durante el siglo XVIII se fortalece una posición mecanicista del materialismo, sobre todo
con las figuras de Holbach y de La Mattrie, para quienes el alma, el espíritu y la mente
únicamente son funciones corporales y todo proceso tiene su explicación por su
causalidad y no por su finalidad.
En franca oposición a esta apreciación mecanicista, el siglo XIX ve nacer una nueva y
doble orientación del materialismo, basada ésta en el pensamiento de Carlos Marx y
que cobran forma en el materialismo dialéctico y el materialismo histórico.
El materialismo establece que el conocimiento corresponde a un ser de naturaleza material
y que es, además, exterior e independiente de la conciencia. Manifiesta, así, una clara
identificación con el realismo epistemológico cuando afirma que todo enunciado de
conocimiento siempre tiene su referente en ser o cuerpo material.
Por otra parte, aunque al término dialéctica le han asignado diversos significados a lo
largo de la historia, la contradicción es el sentido más subrayado en todas sus
concepciones, asumiendo que la definición de algo implica necesariamente la definición
de lo contrario: bueno-malo, día-noche, etc.
Es Hegel quien logra hacer coincidir lógica y ontológicamente a los binomios realidad-
razón y sujeto-objeto. Para él, la realidad es una oposición de contrarios, producto de
una razón. La contradicción es el motor del devenir de la razón o la idea, y siempre que
algo deviene, lo hace en otro distinto de lo que es esencialmente en sí, objeto,
constituyendo un puente para ese en sí, sea también un para sí, sujeto. El objeto es
construido por el sujeto cuando éste lo conoce. “El objeto sólo existe en tanto que
pensado distinto de mí.”
La dialéctica establece que existe una sucesión inalterable en el continuo fluir de
contradicciones y aunque a Hegel comúnmente se le atribuyen los tres momentos
clásicos de la dialéctica, tesis-antítesis-síntesis, fue Fichte quien utilizó originalmente
esas expresiones.