Adriana 6

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ESCUELA NORMAL EXPERIMENTAL

“salvador Varela Reséndiz”

Nombre de la materia: Historia

Nombre del docente: Dr. Tomás Dimas Arenas

Nombre del alumno: Adriana Arroyo Caudel

Lic. En Educación Primaria

4to semestre

Grado y grupo: 2° “B”

“Reglamentos de educación primaria”

Fecha: 14/Mayo /2020.


“El pensamiento crítico desde la perspectiva de los docentes

universitarios”, de los autores Bezanilla, Poblete, Fernández, Arranz y

Campo.

El pensamiento crítico implica estar sensibilizados, así como contrastar una


realidad social, política, ética y personal. En cierto modo, es un compromiso con el
“otro”, con la sociedad, al tomar una postura de acción transformadora de la
persona y de la sociedad (Lipman 1987).

El pensamiento crítico es esencial para la innovación, la mejora, la creatividad y el


compromiso. De aquí la importancia de desarrollarlo en la escuela y en la
universidad.

Una de las definiciones más genéricas fue la elaborada por Robert Sternberg,
quien escribía que el pensamiento crítico son los procesos, estrategias y
representaciones que la gente utiliza para resolver problemas, tomar decisiones y
aprender nuevos conceptos (Robert Sternberg 1986).

El futuro del mundo profesional está fuertemente influido por las Tecnologías de la
Información y la Comunicación (TIC) y está siendo necesario redefinir los puestos
de trabajo que exigirán la cuarta revolución industrial en que estamos inmersos.

En el marco de la educación, Ennis comienza en los años sesenta a estudiar el


pensamiento crítico. Para Ennis, es un proceso cognitivo complejo que implica
disposiciones y capacidades con tres dimensiones básicas: la lógica (juzgar,
relacionar palabras con enunciados), la criterial (utilización de opiniones para
juzgar enunciados) y la pragmática (comprensión del juicio y la decisión para
construir y transformar el entorno). Se centra en lo que la persona puede decidir,
creer o hacer algo de forma reflexiva, razonable y evaluativa. Asimismo, implica un
análisis, buscar la verdad a través de criterios y evidencias así como llegar a un
juicio de valores.

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Por otro lado, Bloom evoca seis aspectos del pensamiento crítico, de creciente
complejidad e íntimamente ligados al proceso de aprendizaje (Bloom 1971). La
taxonomía va desde el orden inferior al superior: desde recoger información hasta
juzgar un resultado (Anderson & Krathwohl 2001). Los niveles que propone son:

 Conocimiento
 Comprensión
 Aplicación
 Análisis
 Síntesis
 Evaluación  

Este modelo, que Bloom plantea para explicar la progresividad del aprendizaje
viene a ser un proceso de pensamiento crítico que profundiza en el conocimiento y
puede aplicarse a otros ámbitos que no sean el educativo.

Scriven & Paul piensan que se puede formar y guiar al estudiante para
conceptualizar, aplicar, analizar, sintetizar y evaluar información a través de la
experiencia y de la reflexión, así como llegar a una opinión y a una manera de
actuar consciente. Según su visión, el pensamiento crítico tiene dos componentes:
por una parte, un conjunto de destrezas de producción y procesamiento de
información y creencias y, por otra, el hábito de utilizar dichas destrezas para guiar
su comportamiento (Scriven & Paul 2003).

Para Petress el pensamiento crítico incluye la evaluación del proceso que lleve a
la toma de decisiones, por lo que requiere “tiempo, energía, habilidad y
dedicación” (Petress 2004: 463). Añade este autor que es necesario integrar en la
definición del pensamiento crítico los siguientes criterios: suficiencia, relevancia,
fiabilidad, consistencia, actualidad, accesibilidad, objetividad.

Paul & Elder, definen el pensamiento crítico como un modo de pensar en el cual
“el pensante mejora la calidad de su pensamiento al apoderarse de las estructuras
inherentes del acto de pensar y al someterlas a estándares intelectuales”. El
resultado es un pensador crítico que formula preguntas con claridad y precisión,

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que evalúa información, que llega a conclusiones y soluciones a base de criterios
relevantes, que piensa con una mente abierta y da soluciones a problemas
complejos. Añaden estos autores que el pensamiento crítico es “auto-dirigido,
auto-disciplinado, autorregulado, y auto-corregido” (Paul & Elder (2003: 4).

Para Villarini, el pensamiento crítico se define como “la capacidad del pensamiento
para examinarse y evaluarse a sí mismo (el pensamiento propio o el de los otros)”
(Villarini 2003: 39).

Para Facione, los buenos pensadores críticos se definen función de lo que hacen,
cómo lo hacen y cómo llegan a una síntesis. Facione concluye que el pensamiento
crítico es “el proceso del juicio intencional, auto regulado” (Facione 2007: 22). Para
este proceso Facione propone seis pasos (Facione 2007: 17):

 Identificar el problema
 Definir el contexto
 Enumerar las opciones
 Analizar las razones explícitamente
 Listar las razones explícitamente
 Autorregulación

El pensamiento crítico, añade este autor, impregna toda la vida y le da sentido; va


más allá del aula. Es una competencia esencial en la investigación, en la
educación, así como en la vida personal y cívica de cada uno.

Desde el punto de vista del docente, Moore, después de una entrevista con 17
académicos de tres áreas de conocimiento (historia, filosofía y estudios culturales
y literarios) para conocer su visión y conceptualización del pensamiento crítico,
distingue las siguientes siete categorías en el concepto del pensamiento crítico:
emitir juicios; tener una visión escéptica y cuestionadora de la realidad; ser original
y producir conocimiento; leer de forma sensata y cuidadosa un texto; racionalidad
y forma de razonamiento; adoptar una postura ética y activista; y como
autorreflexión y autoconciencia (Moore 2013).

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Thompson considera que el pensamiento crítico se puede enseñar tanto a nivel
universitario como a nivel escolar, pero existe una falta de claridad por parte de los
docentes, puesto que muchas veces no entienden bien el concepto (Thompson
2011). A pesar de que hay unanimidad al considerar que es una competencia
esencial para el estudiante, a los docentes no les resulta fácil ni explicarla ni
enseñarla. El pensamiento crítico es una habilidad parcialmente adquirida, que
necesita de docentes adecuados que puedan equipar al estudiante con las
estrategias adecuadas para desenvolverse en el siglo XXI (Asgharheidari & Tahiri
2015; Abrami et al. 2015; Abrami et al. 2008). Huber & Kuncel opinan que es difícil
saber hasta qué punto la universidad o la madurez del estudiante es lo que influye
en la adquisición de las competencias. Dicen que es posible que la competencia
del pensamiento crítico incremente con la edad, con las experiencias vividas y no
sólo con la educación universitaria (Huber & Kuncel 2016). No se cuestionan que
una competencia, como el pensamiento crítico, es de hecho, transferible a la vida
personal y social del estudiante y no depende únicamente de un proceso de
aprendizaje en el aula.

Reflexión de las semejanzas y diferencias de las distintas


opiniones de los universitarios.

Sabemos bien que el pensamiento crítico consiste en analizar y evaluar la


consistencia de los razonamientos, en especial aquellas afirmaciones que la
sociedad acepta como verdaderas en el contexto de la vida cotidiana.

Verdaderamente muchas de las opiniones de los universitarios que aparecían en


el documento me parecieron muy importantes e interesantes generalmente
considero que ambas tienen algo en particular como es principalmente identificar
el problema, luego pasar por una serie de aspectos que conllevan a tomar una
solución apropiada para este problema.

Thompson explica que es verdad que el pensamiento crítico deber ser enseñado
por maestros preparados, y que comprendan en un cien por ciento el significado
de este concepto, pero además considera que no solamente se desarrolla un

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pensamiento crítico dentro del aula, si no también en el desarrollo de la vida de
cada una de las personas, en base a experiencias que viven.

De igual manera Bloom, plantea 6 niveles para llegar a un pensamiento crítico, los
cuales son: conocimiento, comprensión, aplicación, análisis, síntesis y evacuación,
los cuales principalmente están ligados hacer aplicado dentro del aula con la
finalidad de convertir a los estudiantes en pensadores críticos y reflexivos, pero al
igual que Thompson, considera que son aspectos que se pueden aplicar en
contextos ajenos a el salón de clases, es decir a la vida personal de las personas.

Una de las diferencias de la cual pude percatarme dentro del texto, es que, no est
´pan deacuerdo, en el grado en el cual se puede aplicar el pensamiento crítico.

Autores, como Arum & Roksa, han estudiado el impacto del pensamiento crítico y
han llegado a la conclusión de que es imposible enseñarlo a nivel universitario,
debido a que nadie sabe lo que implica esta competencia ni en qué consiste.

Sin embrago, Thompson considera que el pensamiento crítico se puede enseñar


tanto a nivel universitario como a nivel escolar, pero existe una falta de claridad
por parte de los docentes, puesto que muchas veces no entienden bien el
concepto.

REFERENCIAS.

https://scielo.conicyt.cl/pdf/estped/v44n1/0718-0705-estped-44-01-00089.pdf

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