Oficios Del Lazo Noveduc Libros Abiertos

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E RTO

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A
Graciela Frigerio, Daniel Korinfeld,
Carmen Rodríguez (coords.)

Trabajar en
instituciones:
los oficios del lazo
Trabajar en instituciones: los oficios del lazo / Graciela Frigerio...
[et al.]; compilado por Graciela Frigerio; Daniel Korinfeld; Carmen
Rodríguez - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Centro
de Publicaciones Educativas y Material Didáctico, 2017.
224 p. ; 22,5 x 15,5 cm. - (Ensayos y experiencias; 109)

ISBN 978-987-538-545-0

1. Psicología. I. Frigerio, Graciela II. Frigerio, Graciela, comp.


III. Korinfeld, Daniel, comp. IV. Rodríguez, Carmen, comp.
CDD 150

Colección Ensayos y Experiencias


Director general: Daniel Kaplan
Corrección de estilo: Miriam Steinberg
Diseño y diagramación: Déborah Glezer
Fotografía de tapa: www.123rf.com/benjaminlion

Los editores adhieren al enfoque que sostiene la necesidad de revisar y ajustar el lenguaje para evitar un
uso sexista que invisibiliza tanto a las mujeres como a otros géneros. No obstante, a los fines de hacer
más amable la lectura de los textos, dejan constancia de que, hasta encontrar una forma más satisfactoria,
utilizarán los plurales en masculino.

Separata de la 1ª edición bajo el ISBN Nº 978-987-538-545-0, publicado por Noveduc Libros © del Cen­tro de Pu­
bli­ca­cio­nes Edu­ca­ti­vas y Ma­te­rial Di­dác­ti­co S.R.L, Av. Co­rrien­tes 4345 (C1195AAC), Bue­nos Ai­res - Ar­gen­ti­na,
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Impreso en Argentina - Printed in Argentina

No se per­mi­te la re­pro­duc­ción par­cial o to­tal, el al­ma­ce­na­mien­to, el al­qui­ler, la trans­mi­sión o la trans­for­ma­ción


de es­te li­bro, en cual­quier for­ma o por cual­quier me­dio, sea elec­tró­ni­co o me­cá­ni­co, me­dian­te fo­to­co­pias, di­
gi­ta­li­za­ción u otros mé­to­dos, sin el per­mi­so pre­vio y es­cri­to del edi­tor. Su in­frac­ción es­tá pe­na­da por las le­yes
11.723 y 25.446.

Graciela Frigerio. Educadora e investigadora argentina. Doctora en Educación por la


Universidad de París. Profesora de la Facultad de Humanidades y Ciencias en la Univer-
sidad Nacional del Litoral (UNL), coordina los Ateneos de Pensamiento Clínico sobre las
instituciones en las ciudades de Montevideo y de Buenos Aires y ha fundado el Grupo
Rioplatense de Estudios de Psicoanálisis y Educación.

Daniel Korinfeld. Psicólogo, psicoanalista, magíster en Salud Comunitaria. Ha sido di-


rector y coeditor de la Colección Ensayos y Experiencias. Es profesor de varios pos-
grados en diferentes universidades. Codirige Punto Seguido, espacio de intercambio y
formación en salud y educación, integra el Forum Infancias.

Carmen Rodríguez. Psicóloga uruguaya. Doctora en Educación. Coordinadora de Epí-


logos/El Abrojo, espacio de reflexión sobre los haceres y quehaceres de los oficios del
lazo, donde coordina en Montevideo con Graciela Frigerio los Ateneos de Pensamiento
Clínico sobre las instituciones.
Prólogo

Todo libro tiene sus antecedentes y siempre mantiene un carácter in-


completo. En ciertos territorios, respecto a ciertas problematizaciones toda
escritura tiene algo de provisorio, aunque se pongan puntos finales a frases
y capítulos. En especial, entendemos que esto ocurre cuando se trata de dar
cuenta de unas preocupaciones, unas posiciones, unos haceres intervenidos
por realidades siempre inestables, en sociedades que parecen tener una cierta
dificultad para hacer y dar lugar a todos.
Este libro tiene como antecedentes amistades intelectuales de larga data,
actividades sostenidas desde hace mucho tiempo, elaboraciones suscitadas
frente a casos “de libro”, ya sea que se trate de casos y libros vividos y escritos
por otros, como de esas tramas de acontecimientos narrados que crean un
“caso”, es decir que inhiben cualquier intento aplicacionista, lo intercambiado
y discutido después de intervenciones concretas en instituciones y territorios
diversos, asociaciones que interrumpen cualquier recurso a un protocolo y
exigen un trabajo psíquico para sostener el intento de acompañar vidas da-
ñadas en tramas sociales afectadas por la exclusión.
Así Daniel Korinfeld, Carmen Rodríguez y Graciela Frigerio sostienen
desde hace años, en Buenos Aires y en Montevideo un dispositivo llamado
Ateneos de Pensamiento Clínico, espacios plurales para abordar cuestiones
institucionales y sostener una reflexión sobre los oficios del lazo. Manera de
nombrar ese trabajo que se lleva a cabo desde y con formaciones distintas
(participan colegas de los territorios de la educación, del campo de la salud,
de la cultura, equipos de trabajadores sociales, de los que se desempeñan en

Trabajar en instituciones... [3]


Frigerio - Korinfeld - Rodríguez

los edificios simbólicos de la justicia, colegas que hablan los lenguajes de las
artes), intentando propiciar ciertos des-anudamientos para que otros enlaces
sean posibles… oficios del intento, de la tentativa, oficios que requieren e invi-
tan a des-aprendizajes para que otros aprendizajes puedan tener sus desarrollos…
oficios que buscan acompañar, sostener, ofrecer… oficios que siempre exceden los nom-
bres de bautismo de profesiones definidas para ejercerse a veces a la intemperie,
de modos no repertoriados ni protocolizables…
Estos oficios suelen describirse recurriendo a lo que Freud provocativa-
mente y a modo de “broma” había nombrado como imposibles… claro está,
siendo freudianos, aquí los entendemos no solo como aquellos que no cierran,
sino como oficios que nunca pueden concluir cabalmente, oficios en los que
lo imposible es precisamente la renuncia a realizarlos, a intentarlos una y otra
vez… Imposible no intentarlo, decimos, no concretar ese gesto (ese mínimo
gesto) que se propone educar, curar, gobernar… e imposible no ampliar la
lista de los oficios que comparten ese rasgo de imposible no intentar (como
por ejemplo, hacer justicia).
Tenemos entonces unas amistades intelectuales, unas conversaciones
entre disciplinas, unas referencias a territorios empíricos y contextos de acción
concretos, unos intercambios, unas experiencias compartidas, unas inquietu-
des y preocupaciones comunes: ese conjunto es el verdadero prólogo de este
libro (lo que antecedió a su escritura, lo que ahora invita a su lectura) que va
ofreciendo capítulo a capítulo unas construcciones que se relacionan sin mi-
metizarse. Cada autor da a leer un trabajo singular, ofrece una pieza para un
rompecabezas imperfecto.
Daniel Korinfeld aborda y propone unas “herramientas”, nos guía para
que podamos devenir baqueanos, en los territorios institucionales. Graciela
Frigerio profundiza elaboraciones para explorar los “oficios del lazo”. Oficios
que Laurence Cornu asocia al acompañar lo humano.
Carmen Rodríguez aporta elementos para abordar “casos”, para crear
casos. De algún modo con sus precisiones da pie a los capítulos siguientes en

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tomo 109
Prólogo

los cuales Frigerio (Edipo, el-mal-querido) y Mejía (las relaciones entre las hijas
de Edipo y posibles posiciones de educadores) abordan “casos” para pensar lo
que podría conjeturarse que trabaja en el fondo de las instituciones. Finalmente,
el libro incluye un trabajo de María Paulina Mejía en el cual se comparte la
perspectiva de una investigación que trata de desentrañar aspectos de lo que
también parece estar en juego en las relaciones intergeneracionales.
Nos importa señalar que estos textos pueden ser leídos siguiendo el
orden arbitrario de su índice, pero también siguiendo el orden que cada lector
quiera darle. No sin estar relacionados, trabajando sobre el mismo escenario
de fondo, sensibles a interrogantes próximos entre sí, cada capítulo despliega
una perspectiva, vuelve disponibles unos conceptos, unas nociones, no pre-
tende hacer red, lo que no significa que no haya hilos que puedan tejerse entre
ellos y el lector, una vez que haya recorrido las páginas de lo desarrollado,
podrá constatar que hubo trama.
Así, un libro que se puede recorrer como una Rayuela, mantiene algo de
una estructura que podría describirse como “saltarina”. Trata de encontrar un
recorrido (siempre renovable, siempre con algo del azar en juego) y avanzar
pero (a diferencia de una Rayuela) este libro no se propone llegar a ninguna
conclusión definitiva.
Entendemos que llega el tiempo del lector, el tiempo para que elabore
sus propias hipótesis… No invitamos a quien lo lee a concluir nada, no le
proponemos que concluya lo que el libro deja inacabado; sí desearíamos que
albergue los subrayados, que sume nuevas notas en los márgenes, que abra
interrogantes, que incluyan las propias experiencias, disonancias y desacuer-
dos, asociaciones esbozadas o desarrolladas y, que toda esa escritura manus-
crita, vaya creando entre líneas otro libro, un libro nuevo y singular, ese que da
cuenta de las experiencias y las preguntas de quien lo lea.

Graciela Frigerio, Daniel Korinfeld y Carmen Rodríguez

Trabajar en instituciones... [5]


Capítulo 1
Daniel Korinfeld

De Pandora, baqueanos e instituciones.


Tres notas desde los Ateneos
de Pensamiento Clínico
Daniel Korinfeld

Y si no digo lo que hay que hacer, no es porque no crea que


no hay que hacer nada. Muy por el contrario, me parece que
quienes, al reconocer las relaciones de poder en las cuales están
implicados, han decidido resistirlas o escapar a ellas, tienen mil
cosas por hacer, inventar, forjar.
Foucault, 1994.

Nota l. Desde los Ateneos de Pensamiento Clínico

En los territorios de la educación y la salud, en el campo del trabajo so-


cial no es tan frecuente que se dispongan de dispositivos sistemáticos de re-
visión y reflexión de las tareas que se llevan adelante; en muchos casos no
cuentan con la tradición ni la experiencia de espacios en los que se habilite a
una reflexión sobre las prácticas más allá de evaluaciones o supervisiones de
tipo organizacional. Menos aún está instalada la idea de que trabajar sobre
las prácticas conlleva revisar nuestra implicación en tanto es una dimensión
ineludible para pensarlas.
“Ateneos de Pensamiento Clínico” es el nombre con el que Graciela Fri-
gerio inició el espacio que echó a rodar en Montevideo y en Buenos Aires, un
nombre que nos hemos cuestionado como tal y que a medida que se despliega
cada experiencia vamos resignificando. Reconoce sus antecedentes en un con-
junto diverso de dispositivos que más o menos formalizados y provenientes

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tomo
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De Pandora, baqueanos e instituciones...

de distintos marcos y referencias teóricas se vienen realizando en torno a las


prácticas de quienes transitan las instituciones.
Se trata de un dispositivo de trabajo a partir del análisis de relatos que
recrean situaciones y viñetas del quehacer cotidiano de instituciones diversas.
Un análisis que promueve por añadidura el planteo de alternativas de acción
para cada quien y se convierte potencialmente en un dispositivo de formación.
Consiste en un encuadre que requiere ciertos modos de coordinar y pro-
picia unas formas de participar e intervenir. Un espacio-tiempo en el que quie-
nes comparten lo que llamamos oficios del lazo estén advertidos acerca de la
no homogeneidad de los discursos y las narrativas que van a circular y allí
nos importa subrayar la riqueza que proviene de la diversidad de inserciones
institucionales, de las distintas formaciones disciplinares, de las trayectorias
personales, profesionales y la variedad de prácticas presentes. Heterogenei-
dad entonces como una condición y un valor. Disponerse a discutir un caso,
una situación, una viñeta –un recorte de la práctica– es la consigna que con-
voca, compartir las preguntas que hasta el momento quien lo presenta se haya
formulado es parte de la invitación. Un dispositivo que a partir de esa primera
presentación tendrá un segundo momento de intercambio en el grupo y un
tercer tiempo en el que los aportes de los coordinadores: referencias, concep-
tualizaciones y consideraciones pueden entrar en resonancia con lo dicho y
lo entredicho. La co-coordinación pone en acto la posibilidad de acuerdos y
diferencias para sostener y relanzar ese trabajo. El compromiso y el esfuerzo
por relacionar solo lo que resulte articulable en lo que se va exponiendo. Y la
atención a la confidencialidad de lo que se exponga como un principio fun-
damental que apunta a garantizar el cuidado para y entre los integrantes del
espacio. Todo ello ha de desplegarse en una serie de encuentros, una secuencia
mínima que permita la construcción de ese espacio-tiempo común.
Forma parte del encuadre diferenciarlo de lo que en la práctica del psi-
coanálisis y otras prácticas “psi” se conoce como supervisión o control. Por
cierto, no consideramos que la supervisión, en el sentido literal de la palabra

Trabajar en instituciones... [7]


Daniel Korinfeld

que muchas veces determina el modo en el que se ejerce, es decir, una mirada
y una palabra jerarquizada que se privilegia a las otras sea una modalidad
acorde a nuestra perspectiva y posición. Los Ateneos no se plantean analizar
el modo de actuar de un participante en el desarrollo de una intervención. El
objetivo es propiciar un trabajo que amplíe y profundice nuestra mirada sobre
un conjunto de dimensiones presentes en el conflicto descripto, incluir niveles
y registros de análisis que más allá del caso se conviertan en nuevas vías de
reflexión y acción para otros casos y situaciones. Que siempre circule por el
borde de la supervisión para quien hable y para quienes escuchen es un riesgo
que asumimos y ante el que estamos atentos. Que haya efectos de supervisión
o co-visión, como mejor se ha dado en llamar a la relectura y profundización
compartida entre varios, es sin dudas posible y esperable.
A lo largo de los Ateneos y al concluir la serie de estos como cierre se
impone la invitación a la escritura que propone un grado más, si se quiere,
para historizar algo de la propia práctica al recorrer e inscribir lo que nos
ha interesado, interrogado, afectado no solo ni siempre vinculado a lo que
cada quien expuso, sino a lo que fue compartido durante el itinerario común,
aquello que presentado por otros integrantes del espacio, todo aquello que
fue vivido-pensado en común. Pensar, decía Ignacio Lewkowicz (De la Aldea
y Lewkowicz, 1999), suele asociarse con actividad mental y no con acciones
concretas, una vez desmarcado de la imagen del pensamiento como actividad
intelectual “contemplativa” alejada del fragor, de los ritmos y de la compleji-
dad de la vida social sin consecuencias prácticas apuntaba a desestimar el acto
de pensamiento como un acto individual y en soledad con la que se lo rela-
ciona frecuentemente y proponía entonces que pensar no es solo reflexionar,
sino es realizar prácticas en común, es pensar junto a otros los implícitos de
las prácticas teóricas. Al mismo tiempo señalaba algo central respecto de este
“pensamiento”, en lo que venimos insistiendo y es que generar las condiciones
para pensar, en la perspectiva en la que pensar es sostener el problema hasta
encontrar las vías generalmente indirectas para su transformación, supone,

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tomo
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De Pandora, baqueanos e instituciones...

hace necesario “no saber”, una cierta suspensión del saber único como modo
de cuestionar “los implícitos”.
Un momento significativo del dispositivo es el pasaje a la escritura,
abierta a todos los estilos narrativos y expresivos que nos brinda la posibilidad
de hallar en el nuevo texto aspectos que han sido más o menos trabajados y
que han estado incidiendo en nosotros, y al mismo tiempo en tanto testimonio
propicia la tramitación de los aspectos con mayor potencial traumático que
forman parte de lo que acontece en los oficios de lazo, el sufrimiento subjetivo,
situaciones de desamparo y crueldad.
En su texto El pensamiento clínico, dice Andrè Green (2010) que la clínica
por definición carece de elaboración teórica. ¿Es la clínica un saber?, ¿es una
práctica? Es el saber respecto de una práctica. ¿Qué dice la palabra clínica que
no recubre a la noción de práctica? La clínica es aquello que se conoce o se hace
al pie del lecho del enfermo según una definición etimológica clásica. Andrè
Green agrega que en psicoanálisis existe no solo una teoría de la clínica, sino
también un pensamiento clínico, es decir, un modo original y específico de
racionalidad surgida de la experiencia práctica. ¿Qué características tiene esa
racionalidad?, por ahora podríamos decir que la clínica a la que nos referimos
particulariza una práctica en la medida en que da cuenta de lo singular y del
sufrimiento de lo singular en cierto dominio institucional.
Parafraseando a Green, la elaboración del pensamiento clínico puede
llevarse a un nivel de reflexión que ha tomado distancia respecto de la clí-
nica. Aunque no haga referencia a las situaciones ni a los casos específicos, el
pensamiento clínico que propiciamos en los Ateneos hace pensar siempre en
estos casos y en otras situaciones acaecidas o que están en curso de acción. El
objeto o foco de ese pensamiento, ¿son las situaciones, son los sujetos? ¿Son los
sujetos en situación? Más precisamente son las condiciones de subjetivación:
avatares y vicisitudes de los sujetos en las situaciones institucionales. Desde
lo micro a lo macro un zoom va configurando focos de análisis y pensamiento,
desde determinaciones y condiciones más generales a situaciones específicas,
todas nos conciernen.

Trabajar en instituciones... [9]


Daniel Korinfeld

El pensamiento clínico se reconoce, cuando la elaboración teórica despierta


asociaciones –para cada quien– que se refieren o remiten a aspectos o rasgos
desencadenados por lo trabajado. Efecto après-coup, dirá que hubo –operando–
un pensar sobre la clínica. Al modo de una construcción en psicoanálisis, pro-
duce capas o niveles de conceptos y referencias articuladas bajo modos más o
menos consistentes, que en distintos tiempos, buscan dar cuenta de diferentes
dimensiones de un problema. Algo así como desarrollar una capacidad de pen-
sar “milhojada” u “hojaldrada” a la que aludía Peter Pál Pelbart1 al referirse a
Guattari en sus intervenciones colectivas, pensar al mismo tiempo desde dis-
tintos planos, distintos registros y niveles sin que sean necesariamente exclu-
yentes ni exclusivos. Dimensiones de y en la construcción de un problema por
parte de un sujeto, de un grupo o de una “comunidad”. La co-construcción
despliega y propone por añadidura alternativas de acción. Construcción, em-
plazamiento de figuras, andamios formados por nociones y conceptos; conjun-
tos de palabras, ficciones teóricas e ideas acerca de ficciones artísticas, imágenes
que interrogan un quehacer y los problemas en ese quehacer.
Si se trata de un pensamiento clínico, si así podemos denominarlo es por-
que apunta precisamente a lo impensado y al abrevar en los relatos de las
clínicas, podemos decir junto a Marcelo Percia (2017), confía en los laberintos
que hablan, en los intentos de encontrar una manera, en las búsquedas cuando
enhebran cosas sueltas, en las implicaciones cuando sucumben tentadas por
el sentido común del bienestar, en saber acerca de los límites cuando suspen-
den lo que no pueden, confiadas en una próxima vez, o en la potencia de las
invenciones cuando imaginan lo inaudito.
El Ateneo de Pensamiento Clínico, es quizás un dispositivo que se articula
al trabajo de la experiencia de cada practicante, solo es posible junto a otros,
ligados por un deseo que los reúne, el de continuar sosteniendo sus prácticas
y por tanto pensarlas y transformarlas.

[ 10 ] Ensayos y Experiencias
tomo
109
Índice

Prólogo. Graciela Frigerio, Daniel Korinfeld y Carmen Rodríguez........................... 9

Primera Parte. ................................................................................................................... 13

Capítulo I. De Pandora, baqueanos e instituciones. Tres notas desde los Ateneos


de Pensamiento Clínico.
Daniel Korinfeld........................................................................................ 15

Capítulo II. Oficios del lazo: mapas de asociaciones e ideas sueltas.


Graciela Frigerio........................................................................................ 41

Capítulo III. Acompañar: el oficio de hacer humanidad.


Laurence Cornu.......................................................................................101

Capítulo IV. Aportes para Pensar por caso: una cuestión de detalles.
Carmen Rodríguez...................................................................................117

Segunda Parte. .................................................................................................................141

Capítulo V. Edipo, el (mal)querido.


Graciela Frigerio......................................................................................143

Capítulo VI. Ismena, Antígona y la educación (lo que nos enseñan las hijas de Edipo).
María Paulina Mejía Correa....................................................................183

Capítulo VII. El poder de los impotentes. Representaciones de los educadores


sobre el castigo físico dirigido a la infancia.
María Paulina Mejía Correa....................................................................199
R OS
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E RTO

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Con la finalidad de desplegar un conjunto de
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Cada lector podrá completar los contenidos del
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