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Mineros, de John Berger PDF

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MINEROS BRITÁNICOS. PINTURA DE KNUD STAMPE. MINERO. PINTURA DE SOLWEI STAMPE.

blo cae en la cuenta de todo esto, puede que piense


que ha llegado la hora del crimen y l a venganza jus-
tificada. E n largas noches de insomnio, durante los
últimos años en Escocia, en Gales del Sur, en
Derbyshire y en Kent, en Yorkshire, Northumber-
land y Lancashire, muchos, en vela durante la no-
che, pensaron, estoy seguro, que había llegado la ho-
ra. Y no hay nada m á s humano y m á s tierno que la
visión de los piadosos ejecutando sumariamente a
C U A N D O U N A CAUSA JUSTA es derrotada, cuando se los despiadados. Esa palabra, "tierno", tan plena de
humilla a los valientes, cuando se trata a hombres sentido para nosotros, es incomprensible para Ellos
probados en el fondo y en la boca de los fosos como si porque Ellos, sencillamente, no saben a qué se refie-
fueran basura, cuando se aniquila la nobleza y jue- re. Esa visión comienza a recorrer el mundo. Los hé-
ces en los tribunales aceptan mentiras y se paga a roes vengadores aparecen en los sueños y pueblan
difamadores para que calumnien con sueldos con los las esperanzas. Los despiadados les temen pero yo, y
que podrían vivir las familias de una docena de mi- tal vez tú, les damos nuestra bendición.
neros en huelga, cuando la policía de Goliat con sus Yo mismo podría amparar a cualquiera de esos
cachiporras sangrientas no está en el banquillo de héroes. Y, sin embargo, si durante ese tiempo bajo
los acusados sino en el Cuadro de Honor, cuando se mi amparo, uno de ellos me dijera que le gusta dibu-
deshonra nuestro pasado y se ignoran las promesas jar, o si fuese una mujer y me dijera que siempre le
y los sacrificios con sonrisas maliciosas, cuando fa- ha gustado pintar pero nunca ha tenido la oportuni-
milias enteras comienzan a sospechar que los pode- dad o el tiempo para hacerlo, si esto sucediera, creo
rosos no escuchan razones ni argumentos, y no hay que entonces diría: Si lo intentas, es posible que con-
apelación posible, cuando de a poco se cae en la sigas lo que quieres de otra forma, sin que perjudi-
cuenta de que no importan las palabras que figuran que a tus camaradas y sin que se preste a confusión.
en el diccionario, no importa lo que diga la reina o lo No puedo decirte qué hace el arte y cómo lo hace, pe-
que informen los corresponsales en el parlamento, ro sé que a menudo el arte ha juzgado a los jueces,
no importa el nombre que elija el sistema para en- vengado a los inocentes y enseñado al futuro los su-
mascarar su desvergüenza y su egoísmo, cuando de frimientos del pasado para que nunca se olviden. Sé
a poco se cae en la cuenta de que Ellos e s t á n dis- también que en ese caso, los poderosos le temen al
puestos a destruirnos, a destruir nuestra herencia, arte, cualquiera sea su forma, y que esa forma de ar-
nuestro talento, nuestras comunidades, nuestra poe- te corre entre la gente como un rumor y una leyenda
sía, nuestros clubs, nuestro hogar, y si es posible, porque encuentra un sentido que las atrocidades no
también nuestros huesos, cuando finalmente el pue- encuentran, un sentido que nos une, porque es final-

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mente inseparable de l a justicia. E l arte, cuando
obra de ese modo, se vuelve un espacio de encuentro
de lo invisible, lo irreductible, lo imperecedero, el
valor y el honor.
CADA VEZ
QUE DECIMOS ADIÓS

(Para Támara y Tilda y Derek J.)

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