Patolog PDF
Patolog PDF
Patolog PDF
Patología tiroidea
3.er Curso de
Formación de Postgrado
Sevilla, 1997
Primera edición, 1998
Reservados todos los derechos.
Queda hecho el depósito que marca la ley.
ISBN: 84-922515-9-X
Depósito legal B. 11.605-98
© J & C, S.L. - Lluís Millet, 69, 3º A - 08950 Esplugues de Llobregat, España
COMITÉ ORGANIZADOR
Tema I:
FISIOLOGÍA DE LA FUNCIÓN TIROIDEA: Aspectos Pediátricos.
Ponente: Dra. M.D. Rodríguez Arnau
Moderadora: Dr. J.P. González Díaz
Tema II:
APROXIMACIÓN AL PACIENTE PEDIÁTRICO CON
PATOLOGÍA TIROIDEA (Valoración Clínica y Tests Funcionales).
Ponente: Dr. F. Rodríguez Hierro
Moderador: Dr. J. Pozo Román
Tema III:
HIPOTIROIDISMO CONGÉNITO POR ANOMALÍA EN LA
SÍNTESIS O ACCIÓN DE LAS HORMONAS TIROIDEAS.
Ponente: Dr. J. P. López Siguero
Moderador: Dr. F. Vargas Torcal
Tema IV:
TIROIDITIS Y BOCIO NO TÓXICO.
Ponente: Dr. M. Pombo Arias
Moderador: Dr. J. Prieto Veiga
Tema V:
HIPERTIROIDISMO EN LA INFANCIA.
Ponente: Dra. M. J. Martínez Sopena
Moderador: J. L. Barrionuevo Porras
Tema VI:
CÁNCER DE TIROIDES EN LA INFANCIA
Ponente: M.F. Rivas Crespo
Moderadora: J.A. Nieto Cuartero
PROFESORADO
Formación de Postgrado
1
Fisiología de la función tiroidea: Aspectos pediátricos
M.D. RODRÍGUEZ-ARNAO,
J. RODRÍGUEZ-ARNAO
INTRODUCCIÓN
EMBRIOLOGÍA Y ANATOMÍA
FISIOLOGÍA TIROIDEA
Captación de yoduro
Síntesis de tiroglobulina
Yodación de la tiroglobulina
mas no activas. La síntesis de hormonas tiroideas (T3 y T4) se produce por aco-
plamiento de yodotirosinas: la unión de MIT y DIT origina T3; dos moléculas de
DIT forman T4. Asimismo, este proceso es regulado por la peroxidasa tiroidea.
La tiroglobulina yodada se almacena en el coloide, sirviendo de reser-
va de hormonas tiroideas y yodo (como MIT y DIT), hasta que se precisan en
el organismo las hormonas tiroideas sintetizadas. Cuando el tirocito es esti-
mulado por la TSH, aparecen pseudópodos en la membrana apical que en-
globan porciones de coloide del lumen folicular que contiene la tiroglobuli-
na (Kohn y cols., 1985; Bernier-Valentin y cols., 1990). Las gotas de coloide
entran en el citoplasma por endocitosis, migrando hacia estos lisosomas de
alta densidad que se fusionan dando lugar a los fagolisosomas de baja densi-
dad. En los lisosomas se encuentran diversos enzimas, los cuales hidrolizan
la tiroglobulina, liberando todos los aminoácidos incluidas las yodotironinas
MIT, DIT, T4 y T3 (Dunn y cols., 1991). Los hidratos de carbono son reci-
clados en la célula para nuevos procesos de síntesis.
Las hormonas tiroideas T3 y T4 son vertidas al torrente circulatorio,
bien por difusión o mediante alguna proteína transportadora específica situa-
da en la membrana. No sucede lo mismo con MIT y DIT, que son desyoda-
das por la yodotirosina desyodasa, reciclándose el yoduro para una nueva sín-
tesis de hormonas tiroideas. Antes de pasar a la sangre, parte de la T4 se
convierte en T3 por acción de la 5´-desyodinasa II de la glándula tiroidea. El
proceso es controlado por la TSH.
Una pequeña cantidad de tiroglobulina escapa a la hidrólisis de los fa-
golisosomas y pasa al torrente circulatorio, probablemente a través de los lin-
fáticos tiroideos. Los niveles séricos de tiroglobulina son elevados en los pre-
maturos durante semanas y en los niños los niveles séricos tienden a
disminuir con la edad.
transcutáneamente, incluso con piel íntegra. Los compuestos yodados (por ejem-
plo, el antiséptico povidona yodada) deben de ser proscritos tanto en obstetricia
como en neonatología (American Academy of Pediatrics, 1993; Nordenberg y
cols., 1993; Mayayo y cols., 1995). La mayor incidencia de hipertirotropinemia
transitoria (elevación transitoria de TSH) en los recién nacidos es indicativa de
la deficiencia de yodo del área estudiada (Nordenberg y cols., 1993).
Grupo Dosis
0-6 años 90 µg/día
7-10 años 120 µg/día
Adultos 150 µg/día
Gestación 200 µg/día
Lactancia 200 µg/día
Pretérmino >30 µg/kg/día
semanas de edad gestacional, las cifras de T4 son inferiores a 6,5 (g/dl, con
una prevalencia de hasta el 25 % de todos los prematuros. La desyodasa tipo
I está parcialmente inactiva, estando reducida la conversión periférica de T4
a T3. Esto indica un estado de hipotiroidismo hipotalámico o terciario carac-
terístico de la prematuridad. No suelen requerir tratamiento, existiendo co-
rrección espontánea con normofunción tiroidea en la mayoría de los casos,
aunque es aconsejable realizar controles periódicos de TSH y T4 hasta con-
firmar su resolución (Fisher, 1990).
IGFBP-2
BIBLIOGRAFÍA
American Academy of Pediatrics. Newborn screening for congenital hypothyroidism: recommended
guidelines. Pediatrics 91:1203 (1993).
Beck-Peccoz P y Medri G. Congenital thyroid disease. Bailliére’s Clinical Endocrinology and
Metabolism 2:737 (1988).
Bernier-Valentin F, Kostrouch Z, Rabilloud R, Munari-Silem Y, Rousset B. Coated vesicles from thyroid
cells carry iodinated thyroglobulin molecules. Journal of Biological Chemistry 265:17373 (1990).
Bruhn TO, McFarlane MB, Deckey JE, Jackson IMD. Analysis of pulsatile secretion of thyrotropin and
growth hormone in the hypothyroid rat. Endocrinology 131:2615 (1992).
Burrow GN, Fisher DA, Larsen PR. Maternal and fetal thyroid function. New England Journal of
Medicine 331:1072 (1994).
Contempré B, Calvo R, Jauniaux E, Jurkovic D, Morreale de Escobar G. Thyroid hormones in human
embryonic cavities during the first trimester of gestation. Journal of Endocrinological Investigations
16 (supl. 2):56 (1993).
De Groot LJ, Niepomniszcze H. Byosynthesis of thyroid hormone: basic and clinical aspects.
Metabolism 26:665 (1977).
De la Vieja A, Lamas L, Santisteban P. Síntesis y secreción de hormonas tiroideas (I). Control del
tiroides, transporte del yoduro, TPO, yodación y acoplamiento. Endocrinología 44:165 (1997a).
De la Vieja A, Lamas L, Santisteban P. Síntesis y secreción de hormonas tiroideas (y II). Tiroglobulina,
secreción de las hormonas y transporte en el suero. Endocrinología 44:178 (1997b).
Dunn AD, Crutchfield HE, Dunn JT. Proteolytic processing of thyroglobulin by extracts of thyroid
lysosomes. Endocrinology 128:3078 (1991).
Escobar F, Escobar H, Morreale G. Fisiología del tiroides. En: Fisiología Humana. JAF Tresguerres
(eds.), Interamericana-Mc Graw Hill, Madrid, p. 947 (1992).
Fisher DA. Euthyroid low thyroxine (T4) and triyodothyronine (T3) states in prematures and sick
neonates. Paediatrics Clinics North America 37:1297 (1990).
Gerard CM, Lefort A, Christophe D. Control of thyroperoxidase and thyroglobulin transcription by
cAMP: evidence for sistinct regulatory mechanisms. Molecular Endocrinoloy 3:2110 (1989).
Glinoer D. The regulatioon of thyroid function in pregnancy: pathways of endocrine adaptation from
physiology to pathology. Endocrine Reviews 18:404 (1997).
Ikeda T, Fujiyama K, Hoshino T, Tanaka Y, Takeuchi T, Mashiba H, Tominaga M. Stimulating effect of
thyroid hormone on IGF-I release and synthesis by perfused rat liver. Growth Regulation 1:39 (1991).
Kohn LD, De Luca J, Santiesteban P, y col. Thyroglobulin interactions with thyroid membranes:
implications for the regulation of thyroid hormone formation. En: Eggo MC, Burrow GN (eds.).
Thyroglobulin-the prothyroid hormone. Nueva York, Raven Press, 2:171 (1985).
LaFranchi S. Newborn thyroid disorders and screening. En: Manual of Endocrinology and
Metabolism. Lavin N (ed.). Little Brown & Co., Boston, p. 393 (1994).
Larsen PR e Ingbar SH. The thyroid. En: Williams Textbook of Endocrinology. Wilson JD, Foster DW
(eds.). WB Saunders Company, Philadelphia, p. 879 (1994).
Magnusson RP, Gestautas J, Taurog KA, Rapaport B. Molecular cloning of the structural gene for
porcine thyroid peroxidase. Journal of Biological Chemistry 262:13885 (1987).
Mayayo E y Grupo de Trabajo del Tiroides de la Sociedad Española de Endocrinología Pediátrica de la
Asociación Española de Pediatría. Recomendaciones para optimizar los resultados de los programas de
screening neonatal de hipotiroidismo congénito. Anales Españoles de Pediatría 43:53 (1995).
Medvei VC. The birth of endocrinology (Part I). En: The History of Clinical Endocrinology. Parthenon
Publishing Group, New York, p. 117 (1992).
Morreale de Escobar G y Rodríguez Hierro F. Glándula Tiroides. En: Tratado de Endocrinología
Pediátrica y de la Adolescencia. Argente J, Carrascosa A, Gracia R, Rodríguez Hierro F (eds.).
EDIMSA, Madrid, p. 455 (1995).
18 M.D. Rodríguez-Arnao, J. Rodríguez-Arnao
Morreale de Escobar G y Escobar del Rey F. Iodine deficiency and the transplacental passage of thyroid
hormones. Topical Endocrinology 2:3 (1996).
Martinoli MG, Veilleux R, Pelletier G. Effects of triyodothyronine, dexamethasone and estradiol 17-
beta on GH mRNA in rat pituitary cells in culture as revealed by in situ hybridization. Acta
Endocrinological (Copenh) 124:83 (1991).
Nanto-Salonen K, Muller HL, Hoffman AR, Vu TH, Rosenfeld RG. Mechanisms of thyroid hormone
action on the insulin-like growth factor system: all thyroid hormone effects are not growth hormone
mediated. Endocrinology 132:781 (1993).
Nordenberg D, Sullivan K, Maberly G, Wiley V, Wilcken B, Bamforth F, Jenkins M, Hannon H, Adam
B. Congenital hypothyroid screening programs and the sensitive thyrotropin assay: strategies for the
surveillance of iodine deficiency disorders. En: Iodine Deficiency in Europe. Delange F, Dunn JT,
Glinoer D (eds.). Plenum Press, New York, p. 211 (1993).
Obregón MJ, Ruiz de Oña C, Calvo R, Escobar del Rey F, Morreale de Escobar G. Outer ring
yodothyronine deiodinases and thyroid hormone economy: Responses to iodine deficiency in the rat
fetus and neonate. Endocrinology 129:2663 (1991).
Porterfield SP, Hendrich CE. The role of thyroid hormones in prenatal and neonatal neurological
development. Current perspectives. Endocrine Reviews 14:94 (1993).
Rodríguez-Arnao J, Miell JP, Ross R. Influence of thyroid hormones on the GH-IGF-I axis. Trends in
Endocrinology and Metabolism, 4:169 (1993).
Rodríguez-Arnao J, Moreno Andrés M, Rodríguez Sánchez A, Sarmiento E, López Lazareno N,
Rodríguez-Arnao MD. variations in circulating IGF-I, IGF-II and IGFBPs in children with
congenital hypothyrodism after stopping L-thyroxine treatment. IV European Congress of
Endocrinology (1998a).
Rodríguez-Arnao MD, Rodríguez Sánchez A, Vázquez López P, Casanova Morcillo A, Castro Castro
P. Hipotiroidismo congénito y neonatal. Medicine 81: 3589 (1995).
Rodríguez-Arnao MD, Moreno Andrés M, Rodríguez Sánchez A. Hipotiroidismo congénito. En:
Tratado de Endocrinología. Tresguerres JAF, Aguilar E, Devesa J, Moreno B (eds.). Díaz de Santos,
Madrid (1998).
Rodríguez-Arnao MD, Moreno Andrés M, Rodríguez Sánchez A, Sarmiento E, López Lazareno N,
Rodríguez-Arnao J. Effects of neonatal primary congenital hypothyroidism in serum levels of
insulin-like growth factor (IGF)-I, IGF-II and IGF-binding proteins (IGFBPs). IV European
Congress of Endocrinology (1998b)
Sack J, Kaiserman I, Siebner R. Maternal-fetal T4 transfer does not suffice to prevent the effects of in
utero hypothyroidism. Hormone Research 39:1 (1993).
Santiesteban P, Kohn LD, DilAuro R. Thyroglobulin gene expression is regulated by insulin and IGF-I,
as well as by thyrotropin in FRTL-5 thyroid cells. Journal of Biological Chemistry 262:4048 (1987).
Thorpe-Beeston JG, Nicolaides KH, Felton CV, Butler J, McGregor AM. Maturation of the secretion
of thyroid hormone and thyroid-stimulating hormone in the fetus. New England Journal of Medicine
324:532 (1991).
Vulsma T, Gons MH, De Vijlder JJM. Maternal-fetal transfer of thyroxine in congenital
hypothyroidism due to a total organification defect or thyroid agenesis. New England Journal of
Medicine 321:13 (1989).
Wasserstrum N, Anania CA. Perinatal consequences of maternal hypothyroidism in early pregnancy
and inadequate replacement. Clinical Endocrinology 42:353 (1995).
Werner SC e Ingbar SH. The Thyroid. En: Williams Textbook of Endocrinology (7.ª ed.). Lippincott-
Raven Publishers, Philadelphia (1996).
Wolff J, Chaikoff IL, Golverg RC, Meier JR. The temporary nature of the inhibitory action of excess
iodide on organic iodide synthesis in the normal thyroid. Endocrinology 45:504 (1949).
Wolf M, Ingbar SH, Moses AC. Thyroid hormone and growth hormone interact to regulate insulin-like
growth factor I messenger ribonucleic acid and circulating levels in the rat. Endocrinology 125:2905
(1989).
2
Aproximación al paciente pediátrico con patología tiroidea
F . RODRÍGUEZ-HIERRO,
C. VALLS
INTRODUCCIÓN
INDICACIONES
Cerebrales
Desarrollo mental deficiente
Pobre concentración
Poca memoria
Tozudez
Depresión
Signos cerebelosos
Cardiorrespiratorios
Bradicardia
Hipotensión
Derrame pericárdico
Obstrucción nasal
Ronquera
Gastrointestinales y metabólicos
Anorexia
Estreñimiento
Lengua grande
Obesidad
Hipoglucemia
Neuromusculares
Calambres
Agarrotamiento
Entumecimiento
Óseos
Crecimiento lento
Retraso de maduración ósea
Retraso de la dentición
Retraso cierre fontanelas
Disgenesia epifisaria
Endocrinos
Bocio
Piel fría
Llanto ronco
Fontanela posterior > 5 mm(*)
Hernia umbilical(*)
Aspecto hipotiroideo(*)
Ictericia prolongada
Piel seca(*)
Piel moteada(*)
Somnolencia
Macroglosia(*)
Ruido nasal
Hipoactividad(*)
Estreñimiento(*)
Problemas con la alimentación(*)
Aproximación al paciente pediátrico con patología tiroidea 23
TSH
teración de los niveles de T3L y T4L ocasiona cambios inversos en los niveles
de TSH y se ha encontrado una relación logarítmico-lineal entre los niveles de
TSH y de T4L.
La determinación de la TSH ha mejorado mucho en los últimos años. Al prin-
cipio, la valoración de esta hormona se realizaba mediante técnicas de radioinmu-
noensayo (RIA); se trataba de una metodología de primera generación con una sen-
sibilidad de 1,0 mU/l que permitía distinguir entre el eutiroidismo y el
hipotiroidismo pero no entre el hipertiroidismo y el estado eutiroideo. Más adelan-
te, en los años 80, apareció la técnica inmunorradiométrica o (IRMA) que se trata-
ba de una metodología de segunda generación que medía la TSH con una sensibili-
dad de 0,1 mU/ml y que permitía diferenciar el hipertiroidismo del eutiroidismo.
Posteriormente, aparecieron los métodos inmunoquimioluminiscentes (ICMA) e in-
munofluorimétricos (IFA); con esta metodología de tercera generación se puede
cuantificar la TSH con una gran sensibilidad y precisión hasta concentraciones de
0,01 mU/l (TSH sensible o «s-TSH»), y se puede distinguir no sólo entre el eutiroi-
dismo y el hipertiroidismo, sino valorar además la intensidad del hipertiroidismo.
Recientemente, a partir de 1993, con un análisis mejorado de los métodos inmuno-
quimioluminiscentes, se ha conseguido aumentar la sensibilidad hasta alcanzar ni-
veles de 0,001 mU/l a la que llamamos TSH de cuarta generación.
La determinación de s-TSH ha facilitado el diagnóstico de los trastor-
nos del estado tiroideo y se utiliza como única prueba de screening inicial:
niveles superiores a 5,0 mU/l indican hipotiroidismo, niveles entre 0,5 y
5,0 mU/l indican eutiroidismo y niveles inferiores a 0,5 mU/l señalan tiroto-
xicosis subclínica (entre 0,5 y 0,05 mU/l) o manifiesta (< 0,05 mU/l).
La determinación de s-TSH hace prácticamente innecesario el test de
TRH para la identificación de las formas subclínicas de tirotoxicosis, como
las que se observan en algunos enfermos hipotiroideos con sobretratamiento,
identifica con precisión la situación de TSH baja que se observa en algunos
pacientes con afecciones graves no tiroideas y permite conocer el grado de
supresión de la hipófisis en los enfermos intervenidos de cáncer tiroideo y so-
metidos a tratamiento sustitutivo con L-T4.
Para valorar de forma correcta los niveles alterados de TSH debe con-
tarse con la determinación simultánea de las hormonas tiroideas (HT).
Indican tirotoxicosis.
Examen físico
Ecografía
des de la población infantil (Neu A, 1992). Su utilidad está limitada por la ex-
periencia del ecografista.
La ecografía es especialmente útil para identificar, localizar y medir los
nódulos intratiroideos de diámetro superior a 2 mm, para conocer si son sóli-
dos, quísticos o mixtos, para controlar los cambios de su tamaño espontáneos
o bajo tratamiento y puede usarse para guiar la aguja en las punciones para
biopsia. Aunque la ecografía no determina con seguridad el carácter benigno
o maligno de un nódulo, orienta sobre ello: son signos de benignidad el ca-
rácter quístico, la existencia de un halo luciente alrededor del nódulo y la tex-
tura hiperecogénica; en cambio, son signos de malignidad el carácter sólido,
los bordes irregulares y mal definidos y la hipoecogenicidad. La ecografía es
menos útil en los trastornos tiroideos difusos, aunque en la fase aguda de las
tiroiditis autoinmunes pueden observarse irregularidades en el contorno de los
lóbulos tiroideos y ecoheterogeneidad en el tejido tiroideo.
Gammagrafía
TAC, RMN
Son procedimientos diagnósticos muy útiles en los tumores de tiroides,
pues informan al cirujano de la localización, extensión y relación del tumor
Aproximación al paciente pediátrico con patología tiroidea 31
2. Hipertiroidismo
Bocio difuso
Nódulos tiroideos
4. Nódulo tiroideo
Único o múltiple
Frío o caliente
5. Cáncer de tiroides
Extensión
Metástasis
Metástasis tras tratamiento
Como origen de metástasis
Radiología
Histología
La biopsia tiroidea por punción aspirativa con aguja fina (PAAF) tiene
unas indicaciones muy específicas en patología tiroidea infantil. Cada vez se
32 F. Rodríguez-Hierro, C. Valls
Otras
Carencia de yodo
Recién nacido
Dishormonogénesis tiroidea
Tras suspender drogas antitiroideas
Tras administrar TRH
Captación reducida
Asociada a tirotoxicosis
Tras administrar tiroxina
Tiroiditis subaguda
Tiroiditis autoinmune
Tras administrar yodo radiactivo
Administración de amiodarone, interferón
Inducida por yodo
Otras
Hipotiroidismo
Déficit congénito de la captación de yodo
Sobrecarga de yodo (contrastes, medicación)
Tiroidectomía
Tratamientos varios (fenilbutazona, percloratos, bromuros, fenotiazidas,
salicilatos, tolbutamida, antitiroideos)
las que ocurre lo contrario, se produce una salida o «escape» masivo del yo-
do intratiroideo.
La organificación del yodo es deficiente y, por tanto, el test del perclo-
rato es positivo en los defectos congénitos de la organificación (carencia de
peroxidasa), en algunas afecciones tiroideas (tiroiditis de Hashimoto) y cuan-
do el paciente está tomando antitiroideos, como el propiltiouracilo o grandes
cantidades de yodo. La asociación de bocio, sordomudez y test de perclorato
positivo es indicativa de síndrome de Pendred.
Para hacer el test se administra I131 y a las 2-3 horas se administra per-
clorato y a continuación, cada 15 minutos, se mide la radiactividad a nivel del
tiroides y del muslo. En las personas sanas, la radiactividad a nivel del tiroi-
des no se modifica; en cambio, en las personas con defectos de organifica-
ción se produce una brusca reducción de la radiactividad a nivel del tiroides
y una elevación a nivel del muslo; se considera significativa una reducción
superior al 5 % de la radiactividad alcanzada a las 2 horas de la administra-
ción del trazador.
fracciones «libres» varían menos entre sí, y los niveles normales de T4 libre
(entre 8 y 18 pg/ml) son sólo unas tres veces superiores a los de T3 libre (en-
tre 3,5 y 6,5 pg/ml). Los niveles en sangre de las hormonas tiroideas, T4, T3,
tanto «libres» como «totales», decrecen lenta y progresivamente con la edad
durante la primera década de la vida (tabla 8), de modo que cifras que en el
adulto se consideran normales pueden indicar hipotiroidismo en el niño pe-
queño. Durante la edad pediátrica no se han observado diferencias entre los
sexos. Existen variaciones circadianas y pequeñas variaciones inducidas por
la temperatura, la altura o el clima, pero estas variaciones son de escasa cuan-
tía y no tienen significación clínica importante.
En la mayoría de las afecciones tiroideas se producen cambios paralelos
en los niveles de T4 y T3, pero ocasionalmente existen circunstancias en las que
se producen elevaciones o reducciones de una de estas hormonas sin cambios
paralelos en la otra, modificándose la normal relación T4/T3 (véase tabla 9).
En términos generales, la medición conjunta de T4 y de TBG, o bien la
de T4 libre constituyen, tras el estudio de la TSH, el segundo eslabón para co-
nocer el estado funcional tiroideo.
La medición de T3 tiene un interés limitado y sus principales indicaciones
son: a) diagnóstico de la tirotoxicosis por T3 (pacientes con TSH baja y T4L nor-
mal); b) diagnóstico de la tirotoxicosis facticia inducida por la toma de T3 (la T4
es baja y la T3 muy alta), y c) predicción de la evolución de los pacientes con
enfermedad de Graves-Basedow en tratamiento con drogas antitiroideas (la T3
se eleva precozmente en las recaídas). Debe destacarse que la determinación de
T3 tiene escaso interés en el diagnóstico del hipotiroidismo.
T3 inversa o rT3
TBG
T4 y T3 reducidas
Hipotiroidismo (1.º, 2.º y 3.º)
Reducción de las proteínas transportadoras
Afecciones graves con eutiroidismo (Sick Euthyroid syndrome)
Tiroglobulina (Tg)
Aumento
Error congénito del metabolismo
Estrógenos
Embarazo
Hepatitis aguda
Porfiria aguda
Perfenazina
Reducción
Error congénito del metabolismo
Andrógenos
Hipoproteinemia
Glucocorticoides
Enfermedad hepática crónica
Ingesta aguda de alcohol
Acromegalia
Bloqueo de su unión a HT
Salicilatos
Clofibratos
cional tras el tratamiento del cáncer de tiroides con cirugía o con radioyodo
y en el diagnóstico diferencial de la tirotoxicosis facticia (el nivel de Tg es
bajo mientras que en la tirotoxicosis endógena el nivel es alto).
Lamentablemente, no permite el diagnóstico diferencial entre tumores be-
nignos y malignos.
Aumentada
Aumento de la TSH
Hipotiroidismo (disgenesia tiroidea, bocio endémico)
Administración de TSH
Resistencia a las hormonas tiroideas
Alteración glandular
Hipertiroidismo
Tiroiditis
Nódulos tiroideos y cáncer tiroideo
Insuficiencia renal
Reducida
Reducción de la TSH
Administración de hormonas tiroideas
Hipotiroidismo secundario y terciario
Ausencia de síntesis
Atireosis (congénita y adquirida)
Error congénito del metabolismo
OTRAS PRUEBAS
BIBLIOGRAFÍA
Barth JH, Seth J, Howlett TA, Freedman DB. A survey of endocrine function testing by clinical
biochemistry laboratories in the UK. Ann Clin Biochem. 1995; 32 (Pt 5):442-9.
42 F. Rodríguez-Hierro, C. Valls
Braverman LE, Utiger RD, editores. Werner and Ingbar's the thyroid: fundamental and clinical text,
6.ª edición. Filadelfia. JPB Lippincott, 1991.
Braverman LE. Evaluation of thyroid status in patients with thyrotoxicosis. Clin Chem. 1996; 42:174-
178.
Burrow GN, Oppenheimer JH, Volpe R. Thyroid function and disease. Filadelfia. WB Saunders, 1990.
Fisher DA. Physiological variations in thyroid hormones: physiological and pathophysiological
considerations. Clin Chem. 1996; 42:135-9.
Fisher DA. The thyroid. En: Kaplan SA, editor. Clinical Pediatric Endocrinology. Filadelfia. WB
Saunders, 1990; 87-126.
Marquet PY, Daver A; Sapin R, Bridgi B, Muratet JP, Hartmann DJ, Paolucci F, Pau B. Highly sensitive
immunoradiometric assay for serum thyroglobulin with minimal interference from autoantibodies.
Clin Chem. 1996; 42:258-62.
Molina F, Rodríguez Hierro F. Patología tiroidea. En: Cruz M, editor. Tratado de Pediatría, 7.ª edición.
Barcelona. Espaxs SA, 1993; 982-1001.
Morreale de Escobar G, Rodríguez Hierro F. Glándula tiroides. En: Argente J, Carrascosa A, Gracia
R, Rodríguez Hierro F, editores. Tratado de Endocrinología pediátrica y de la adolescencia. Madrid:
Edimsa SA, 1995; 455-479.
Neu A. Tamaño ecográfico del tejido endocrino. En: Ranke MB, editor. Diagnóstico endocrinológico
funcional en niños y adolescentes. Madrid, Díaz de Santos SA, 1992; 25-42.
Pholey T, Malvaux P. Thyroid disease. En: Kappy MS, Blizzard RM, Migeon CJ, editores. The
diagnosis and treatment of endocrine disorders in childhood and adolescence, 4.ª edición.
Springfield, 1994; 457-534.
Vanmderschueren-Lodeweycks M. Pruebas de función tiroidea. En: Ranke MB, editor. Diagnóstico
endocrinológico funcional en niños y adolescentes. Madrid, Díaz de Santos SA, 1992; 43-70.
RELACIÓN DE CASOS CLÍNICOS 1
Hipotiroidismo congénito
Isolina Riaño Galán
H. Narcea
Cangas del Narcea (Asturias)
Nódulos tiroideos
M.ª del Carmen González Pérez
H. Universitario
Valladolid
3
Hipotiroidismo congénito por anomalía en la síntesis
o acción de las hormonas tiroideas
J.P. LÓPEZ-SIGUERO
DEFINICIÓN E INTRODUCIÓN
Hipotiroxinemia transitoria
Hipotiroidismo transitorio
Hipertirotropinemia transitoria
Síndrome de T3 baja
MÉTODO DE SCREENING
Todos los recién nacidos deben estudiarse antes del alta, es decir, antes
del tercer día de vida. No es aconsejable realizar la prueba antes de las 48 ho-
ras de vida por la posibilidad de encontrar falsos positivos por la elevación fi-
siológica neonatal de TSH, ni después del quinto día, con objeto de poder ini-
ciar la terapia antes de los quince días de vida.
Es recomendable realizar una segunda toma de muestra a las dos se-
manas de vida en casos de prematuros, enfermos críticos y partos múltiples.
Si hay antecedentes que sugieran alteraciones tiroideas en la madre (en ge-
neral autoinmunes, con posibilidad de transferencia de anticuerpos) o en
otros hijos, se debe realizar un estudio tiroideo urgente del recién nacido.
CONFIRMACIÓN DIAGNÓSTICA
Anamnesis
Obtención de suero
Screening HC positivo
14 y TSH séricas
Normal Anormal
Gammagrafía
valor de estas determinaciones, junto con las exploraciones radiológicas que ve-
remos después, nos facilitará el diagnóstico del tipo de hipotiroidismo (fig. 2).
Ecografía tiroidea
Se aconseja hacerla con transductor adecuado (10 MHz). Es útil para va-
lorar, junto con la gammagrafía, la existencia o no de tiroides (11). Su concor-
dancia o discordancia puede ofrecer luz sobre distintas etiologías (fig. 2).
Gammagrafía tiroidea
Es preferible realizarla con I123 que ofrece una imagen más nítida y
exacta; sin embargo, su vida media corta y difícil accesibilidad hacen que el
uso del Tc99 sea más práctico y barato. La técnica se debe realizar el mismo
día del diagnóstico o pocos días después (si pasa más de una semana puede
Hipotiroidismo congénito por anomalía en la síntesis o acción de las hormonas tiroideas 53
haber bloqueo farmacológico con la T4). Hay que recordar que nunca se re-
trasará el tratamiento por un diagnóstico etiológico más correcto. Si es preci-
so, se iniciará la terapia y se realizará la gammagrafía en el momento de la
reevaluación diagnóstica, después de los tres años.
TRATAMIENTO
• Problemas de alimentación 1
• Estreñimiento 1
• Inactividad 1
• Hipotonía 1
• Hernia umbilical 1
• Macroglosia 1
• Piel moteada 1
• Piel seca 1,5
• Fontanela posterior > 5 mm2 1,5
• Facies típica 3
• TOTAL 13
Hipotiroidismo congénito por anomalía en la síntesis o acción de las hormonas tiroideas 55
Edad de inicio
70
60
50
40
30
20
10
0
1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996
Media Máxima
Edad
25
20
15
10
0
1980-1985 1986-1991 1992-1996
Período anual
CONTROL DE SEGUIMIENTO
Agenesia
40,8%
Ectopia
45, 1 % In situ
14,1 %
Control clínico
Control bioquímico
Maduración ósea
Desarrollo psicomotor
REEVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
con tejido suficiente en los primeros meses de vida, partos gemelares (recor-
dar repetir la determinación de TSH a las dos semanas de vida) o no se ele-
van, como en el caso de los hipotiroidismos hipotálamo-hipofisarios.
Datos del programa de Oregon (20) sugieren que hasta un 7-8 % de los
niños hipotiroideos pueden perderse en los programas de despistaje neonatal
de HC. Los pediatras deben continuar alerta a los signos y síntomas sugesti-
vos de hipotiroidismo para solicitar una confirmación analítica, tanto si se ha
realizado el screening neonatal o no.
Hipotiroidismo hipotálamo-hipofisario
Dishormonogénesis
Las observaciones sugieren que, tanto los individuos con RG como los RP,
representan parte del espectro clínico variable de un único trastorno genéti-
co. Recientemente se ha demostrado (30) que en la RHT puede no haber nin-
guna anomalía en el gen TR, sino que puede ocurrir un defecto postreceptor
que puede asentar en un cofactor anormal con una función específica en la re-
gulación de la acción de la hormona tiroidea.
Hay una gran variabilidad de resistencia tisular a la hormona tiroidea
en el mismo individuo, tal que con SHBG sérica normal y edad ósea retrasa-
da pueda coexistir taquicardia. Esta observación puede explicarse por la di-
ferente distribución entre los tejidos de las isoformas del receptor TR y TR.
El hígado y la hipófisis expresan predominantemente TR1 y TR2, respecti-
vamente, mientras que el TR1 se expresa en el miocardio. Por ello, las muta-
ciones en el gen TR se asocian con resistencia hepática e hipofisaria, niveles
normales de SHBG y elevados de TSH no suprimibles por T3. La taquicardia
que se ve en muchos casos de RHT puede representar una sensibilidad car-
díaca a las hormonas tiroideas vía receptor .
La mayoría de los pacientes están asintomáticos y no requieren trata-
miento. En los casos de hipotiroidismo y resistencia generalizada podrían re-
querirse dosis enormes de T4 para normalizar la acción periférica hormonal.
En pacientes con hipertiroidismo puede ser útil la terapia con ácido triyodo-
acético (TRIAC) (31) a través de reducir la afinidad de T3 por el receptor mu-
tante TR1, hiperactivar la función del receptor normal TR1 o reducir el efec-
to dominante negativo del receptor mutante sin causar un aumento de función
del receptor normal.
64 J.P. López-Siguero
Tiroglobulina (TG)
Captación de 123I
Test de descarga con perclorato
TSH con bioensayo
Estudio de TSH in vitro
Cociente de captación de 123I o 99Tc en saliva/suero
Yodohistidinas en oirina
DIT en suero y en orina
Estudios ADN: gen de receptor TSH, gen TPO, gen TG
Datos bioquímicos
• Aumento de T3L y T4L
• TSH Normal o ligeramente elevada
Datos clínicos
• Bocio
• Hiperactividad-déficit de atención
• Taquicardia, fibrilación auricular
• Bajo índice de masa corporal
• Talla baja
• Pérdida auditiva
BIBLIOGRAFÍA
1. Köhler B, Schnabel D, Biebermann H, Grüters A. Transient congenital hypothyroidism and
hyperthyrotropinemia: normal thyroid function and physical development at the ages of 6-14 years.
J. Clin. Endocrinol. Metab., 81:1563- 1567, 1996.
2. Ares S, Quero J, Durn S y cols. Iodine content of infant formulas and iodine intake of premature
babies. Arch. Dis. Child., 71:F184-F191, 1994.
3. Recommendations on iodine nutrition for mothers and infants in Europe. En: Delange F, Dunn JT,
Gilmore D, eds., Iodine deficiency disorders in Europe: a continuing concern. Plenum Press, 471-
478, Nueva York, 1993.
4. Grütters A. Congenital hypothyroidism. Pediatric Annals, 21:1-15-28, 1992.
5. Rochiccioli P, Dutau G, Bayard F, Auger D. Neonatal detection of hypothyroidism by
radioimmunoassay of tyroxine in the evaluate of dried blood. Pediatr. Res., 9:685, 1975.
6. Toublanc JE. Comparison of epidemiological data on congenital hypothyroidism in Europe with
those of other parts in the world. Horm. Res., 38:230-235, 1992.
7. AAP Section on Endocrinology and Committee on Genetics. American thyroid Association.
Committee in public health. Screening neonatal del hipotiroidismo congénito: pautas
recomendadas. Pediatrics (de esp), 35:346-352, 1993.
8. Tillotson SL, Fuggle PW, Smith I, Ades AE, Grant DB. Relation between biochemical severity and
intelligence in early treated congenital hypothyroidism: a threshold effect. Br. Med. J., 309:440-445,
1994.
Hipotiroidismo congénito por anomalía en la síntesis o acción de las hormonas tiroideas 65
30. Weiss RE, Hayashi Y, Nagaya T y cols. Dominant inheritance of resistance to thyroid hormone not
linked to defects in the thyroid hormone receptor or genes may be due to a defective cofactor. J.
Clin. Endocrinol. Metab., 81:4196- 4203, 1996.
31. Takeda T, Suzuki S, Rue-Tsuan L, DeGroot L. Triyodothyroacetic acid has unique potencial for
therapy of resistence to thyroid hormone. J. Clin. Endocrinol. Metab., 80:2033-2040, 1995.
4
Tiroiditis y bocio no tóxico
M. POMBO,
J. BARREIRO,
R. TOJO
INTRODUCCIÓN
Grado 0 No bocio.
Grado 1 A Bocio palpable, pero no visible, aun con el cuello
extendido.
Grado 1 B Bocio palpable y visible con el cuello extendido.
No visible con el cuello en posición normal. Aquí
se incluirían también los nódulos.
Grado 2 Bocio palpable y fácilmente visible con el cuello en
posición normal.
Grado 3 Bocio voluminoso, visible desde una distancia de
10 metros.
En caso de duda entre dos grados, se registrará el más bajo. Esta cla-
sificación es de fácil aplicabilidad y no requiere equipo especializado. Sin
Tiroiditis y bocio no tóxico 69
PATOGENIA
Estimulación
Inflamación
Proliferación e infiltración
CLÍNICA
DIAGNÓSTICO
CAUSAS
1. Origen genético
Defectos enzimáticos de la biosíntesis hormonal
Alteraciones cualitativas o cuantitativas de la Tg
Resistencia a las hormonas tiroideas
2. Origen adquirido
Bocio simple idiopático
Administración o ingesta de sustancias bociógenas
Enfermedad de Graves-Basedow
Tiroiditis
Tiroiditis y bocio no tóxico 73
Clínica
Diagnóstico
Hipotiroideos
TSH elevada
L-Tiroxina
Niños: 3-4 g/kg
Adolescentes: 1-2 g/kg
Reevaluación postpuberal
Puede definirse como un aumento benigno difuso del tamaño del tiroi-
des, de etiología desconocida y no asociado con una secreción aparentemen-
te anormal de hormona, y que además sobreviene de forma esporádica en una
determinada población. A esta enfermedad se le dieron un gran número de
nombres, entre los que se incluye: bocio coloide, bocio simple coloidal, bo-
cio no tóxico y bocio puberal. Ninguno de los nombres es satisfactorio, dado
que la patogenia es desconocida y ciertamente no «simple». Frasier prefiere
denominar a este cuadro como bocio idiopático o bocio eutiroideo idiopáti-
co. Es más frecuente en el sexo femenino. Puede tener carácter familiar.
Si bien no se conocen las causas de este trastorno, es probable que és-
tas sean algunas de las del hipotiroidismo primario (defectos sutiles enzimá-
ticos de la hormonogénesis, alteraciones cuantitativas o cualitativas de la ti-
roglobulina, ingestas individuales de productos bociógenos, etc.), pero en
grado mucho menor. Otra teoría propuesta es la autoinmune, si bien se nece-
sitan más estudios que lleguen a demostrarlo.
En estos pacientes, el bocio suele aparecer en los años que preceden a
las primeras reglas, cuando han aparecido ya los primeros signos de pubertad
(estadio II de Tanner). Generalmente es asintomático, pequeño, homogéneo,
simétrico, de consistencia blanda, de superficie lisa. En ocasiones, sin em-
bargo, el tiroides puede ser asimétrico, tener una consistencia dura, por lo que
no puede diferenciarse fácilmente de la glándula de la tiroiditis linfocitaria
crónica. Cuando aparecen las reglas, el bocio puede sufrir un aumento con
cada menstruación, pero este hecho no es constante.
El cuadro cursa con función tiroidea normal y ausencia de anticuerpos
antitiroideos. Sin embargo, ocasionalmente, los anticuerpos antitiroglobulina
pueden encontrarse positivos, sin que pueda concluirse si se trata de falsos
positivos o si pueden deberse a una tiroiditis focal. La ecografía demuestra
una imagen homogénea. Su diagnóstico diferencial se plantea con la tiroidi-
tis linfocitaria.
Continúa debatiéndose la conveniencia de administrar tiroxina a dosis
supresoras para impedir el aumento del bocio e, incluso, conseguir su reduc-
ción. Cada vez tiene menos adeptos esta opción terapéutica. Podría plantear-
se llevar a cabo una pauta de tratamiento durante seis meses al menos y, de
82 M. Pombo, J. Barreiro, R. Tojo
g/dl Deficiencia
>10 No hay
5-9,9 Leve
2-4,9 Moderada
<2 Grave
Clínica
Fig. 7. – Hace unos años no era infrecuente observar bocios gigantes en áreas endé-
micas de Galicia.
88 M. Pombo, J. Barreiro, R. Tojo
Prevención
blación (sal, pan o agua yodadas) y las medidas dirigidas a grupos específi-
cos como pueden ser las mujeres en edad de procrear y los niños hasta que
alcanzan la pubertad. La medida más habitualmente usada ha sido la de la sal
yodada. La profilasis con frecuencia no se acompaña del éxito debido al fac-
tor volatilidad, a la limitada disponibilidad o al coste más elevado en relación
con la sal común.
La administración directa de aceite yodado, por vía oral o parenteral, es
muy eficaz y tiene las ventajas de poder iniciarse inmediatamente y de per-
mitir seleccionar poblaciones particularmente necesitadas, tal como ya seña-
lamos (embarazadas y niños), sin exponer a los adultos con bocio al riesgo
de un iodbasedow. La demostración de que la administración oral es eficaz
por períodos largos hace ésta preferible a la administración parenteral, que,
además de ser más cara, requiere personal especializado y puede incurrir en
riesgos de transmisión de enfermedades como el SIDA.
BIBLIOGRAFÍA
1. Daniels GH. Physical examination of the thyroid gland. En: Braverman LE, Utiger RD (eds.).
Werner and Ingbar’s The Thyroid. Philadelphia: Lippincott Raven, 1996: 469-473.
2. Dunn JT, Van der Haar F. Guía práctica para la corrección de la deficiencia de yodo. Obtención
de ejemplares: Oficina más cercana de la OMS, UNICEF o del Consejo Internacional de Lucha
contra los Trastornos Causados por la Carencia de Yodo (ICCIDD).
3. Foley TP, Jr. Goiter in adolescents. Endocrinol Metab Clin N Amer 1993; 22:593-606.
4. Miralles JM. Bocio. En: Pombo M (ed.). Tratado de Endocrinología Pediátrica. Madrid: Díaz de
Santos; 1997: 569-579.
5. Gharib H. Diagnosis of thyroid nodules by fine-needle aspiration biopsy. Curr Opin Endocrinol
Diabetes 1996; 3:433-438.
6. Ruibal JL, Bueno G, Reverte F. Tiroiditis en la infancia. En: Pombo M (ed.). Tratado de
Endocrinología Pediátrica. Madrid: Díaz de Santos, 1997: 563-568.
7. Bchrach LK, Foley TP, Jr. Tiroiditis en niños. Pediatr Rev (ed. española) 1990; 11:184-190.
8. Mckenzie JM, Zakarija M. Antibodies in autoinmune thyroid disease. En: Braverman LE, Utiger
RD (eds.). Werner and Ingbar’s The Thyroid. Philadelphia: Lippincot-Raven, 1996: 416-432.
9. Braverman LE, Utiger RD. Introduction to hypothyroidism. En: Braverman LE, Utiger RD (eds.).
Werner and Ingbar’s The Thyroid. Philadelphia: Lippincot-Raven, 1996: 736-748.
10. Dallas JS, Foley TP, Jr. Thyromegaly. En: Lifshitz F (ed.). Pediatric Endocrinology. New York:
Marcel Dekker Inc, 1996: 383-389.
92 M. Pombo, J. Barreiro, R. Tojo
11. Iitaka M, Momotani N, Ishii J, Ito K. Incidence of subacute thyroiditis recurrences after a
prolonged latency: 24-year survey. J Clin Endocrinol Metab 1996; 81:466-469.
12. Pombo M, Tojo R. El bocio en niños eutiroideos e hipotiroideos. En: Pombo M (ed.) Endocrinolo-
gía Pediátrica. Madrid: Díaz de Santos, 1990: 1-21.
13. Frasier SD. Pediatric Endocrinology. New York, Grune Straton, 1980: 211-243.
14. Labarta JI, Ferrández A, Mayayo E. Bocio. En: Argente J, Carrascosa A, Gracia R, Rodríguez
Hierro F (eds.). Tratado de Endocrinología Pediátrica y de la Adolescencia. Madrid: Edit.
Médicos, S.A., 1995: 509-525.
15. Escobar del Rey F. Nuevos estudios sobre deficiencia de yodo en España (1993). Endocrinología
1993; 40:205-210.
16. Boyages SC. Iodine deficiency disorders. J Clin. Endocrinol Metab 1993; 77: 587-591.
17. Laurberg P. Editorial: Iodine intake-What are we aiming at? J Clin Endocrinol Metab 1994; 79:17-19.
18. Gonçalves J. Deficiencia de yodo. En: Pombo M (ed.). Tratado de Endocrinología Pediátrica.
Madrid: Díaz de Santos, 1997: 581-589.
19. Boyages SC. Iodine deficiency disorders. J Clin Endocrinol Metab 1993; 77:587-591.
20. Hetzel BS, Dunn JT, Stanbury JB. The prevention and control of iodine deficiency disorders.
Amsterdam: Elsevier, 1987.
21. Laurberg P. Iodine Intake-What are we aiming at? J Clin Endocrinol Metab 1994; 79:17-24.
22. Tojo R, Fraga JM, Pombo M, Castro M, Ron J, Devesa J, Belmonte A, Peña J. Bocio endémico en
niños y adolescentes en Galicia: Estudio epidemiológico, antropométrico, bioquímico y
psicométrico. En: Real Academia de Medicina y Cirugía de Galicia (ed.). El Bocio en Galicia.
Coruña. La Voz de Galicia, S.A., 1980.
23. Escobar del Rey F. Nuevos estudios sobre la deficiencia de yodo en España (1993).
Endocrinología, 1993; 40:205-210.
24. Delange F. The disorders induced by iodine deficiency. Thyroid 1994; 4:107.
25. Escobar del Rey F, Morreale de Escobar G. Yodación universal de la sal: un derecho humano de la
infancia. Endocrinología, 1998; 45:3-24.
RELACIÓN DE CASOS CLÍNICOS 2
Hipertiroxinemia con TSH normal
M.ª Victoria Borrás Pérez
H. Granollers
Barcelona
Tiroiditis
M.ª José Tuset Castellano
H. Ramón y Cajal
Madrid
Tiroiditis autoinmune
Eduardo Ortega Rodríguez
H. Germans Trias i Pujol
Badalona (Barcelona)
M. J. MARTÍNEZ-SOPENA
ETIOPATOGENIA
Procesos autoinmunes
– Destrucción tejido tiroideo
Procesos virales
Cuadro de tirotoxicosis leve y transitorio
Accidental
Yatrogénica
Ingesta de yodo
Activación de la adenilciclasa
TRAb HLA
Interferón gamma
ENFERMEDAD DE GRAVES
Clínica
Diagnóstico
Tratamiento
SOSPECHA CLÍNICA
Bocio tóxico difuso
Exoftalmos
DETERMINACIONES HORMONALES
ANTICUERPOS
• Ac antitiroglobulina
• Ac antimicrosomas
BIBLIOGRAFÍA
18. Sugino K, Mimura T, Ozaki O, y cols.: Early recurrence of hyperthyroidism in patients with
Graves’ disease treated by subtotal thyroidectomy. World J. Surg., 19:648-652, 1995.
19. Sugino K, Mimura T, Ozaki O, y cols.: Preoperative change of thyroid stimulating hormone
receptor antibody level possible marker for predicting recurrent hyperthyroidism in patients with
Graves’ disease after subtotal thyroidectomy. World J. Surg., 20:801-806, 1996.
20. Baeza A, Aguayo J, Barria M, y cols.: Rapid preoperative preparation in hyperthyroidism. Clin.
Endocrinol. Oxf., 35:439-442, 1991.
21. Csarky G, Balazs G, Bako G, y cols.: Late results of thyroid surgery for hyperthyroidism performed
in childhood. Prog. Pediatr. Surg., 26:31-40, 1991.
22. Soreide JA, Van-Heerden JA, Lo CY, y cols.: Surgical treatment of Graves’ disease in patients
younger than 18 years. World J. Surg., 20:794-799, 1996.
23. Rudberg C, Johansson H, Akerstrom G, y cols.: Graves’ disease in children and adolescents. Late
results of surgical treatment. Eur. J. Endocrinol., 134:710-715, 1996.
24. Clark JD, Gelfand MJ, Elgazzar AH: Iodine-131 therapy of hyperthyroidism in pediatric patients.
J. Nucl. Med., 36:442-445,1995.
25. Schlumberger H, De Vathaire F: Iode 131: utilisation medicale. Effets cancerigenes et genetiques.
Ann. Endocrinol., 57:166-176, París, 1996.
26. Lazarius JH: Guidelines for the use of radioiodine in the management of hyperthyroidism a
summary. Prepared by the Radioiodine Audit Subcommittee of the Royal College of Physicians
Committee on Diabetes and Endocrinology, and the Research Unit of the Royal College of
Physicians. J. R. Coll. Physicians, 29:464-469, Londres, 1995.
27. Mixson AJ, Renault JL, Rawsonms, y cols.: Identification of a novel mutation in the gene encoding
the beta-triiodothyronine receptor in a patient with apparent selective resistence to thyroid
hormone. Clin. Endocrinol., 38:227-234, Oxford, 1993.
28. Usala ST: Resistance to thyroid hormone in children. Curr. Opin. Pediatr., 6:468-475, 1994.
29. Crino A, Borrelli P, Salvatori R, y cols.: Anti-iodothyronine autoantibodies in a girl with
hyperthyroidism due to pituitary resistance to thyroid hormones. J. Endocrinol. Invest., 15:113-
120, 1992.
30. Schwartz ID, Bercu BB: Dextrothyroxine in the treatment of generalized thyroid hormone resistan-
ce. Thyroid, 2:15-19, 1992.
31. Shore RE, Hildreth N, Dvoretsky P, y cols.: Benign thyroid adenome among persons X-irradiated
in infancy for enlarged thymus glands. Pediat. Res., 134:217-223, 1993.
6
Cáncer de tiroides en la infancia
M. F. RIVAS - CRESPO
Clasificación
12
12
10 9
Número de pacientes
8
6
6 5
4 3
2
2 1 1 1 1 1
0
5 7 9 11 13 15 17 19
AÑOS DE EDAD AL DIAGNÓSTICO
30
(La Quaglia)
media: 13,3
25 N = 100
20
15
%
10
0
1 3 5 7 9 11 13 15 17 19
FIG. 1.
Cáncer de tiroides en la infancia 111
Serie % de carninomas
Ward (1955) 47
Hayles (1963) 50
Kirkland (1973) 40
Attie (1990) 38
Hung (1992) 38
Foley (1994) 27
AACE (1996) 15
Carcinomas diferenciados:
(Mod. de la OMS)
Aspectos morfológicos
FIG. 4A
FIG. 4B
FIG. 4C
Cáncer de tiroides en la infancia 113
glionar regional, el pronóstico es bueno. Por ello, Norton (1) reclama una
adecuada ponderación del tratamiento si no hay otras estructuras afectas.
Las formas foliculares, menos frecuentes, suelen ser uninodales, en-
capsuladas y con crecimiento lento. Presentar folículos de tamaño dispar ocu-
pados por coloide, tractos fibrosos y trombos tumorales venosos. Su agresi-
vidad no depende tanto de la afectación ganglionar, infrecuente, cuanto de la
invasión capsular, que diferencia al carcinoma (fig. 5a) del adenoma, (fig. 5
b) y de la vascular: envía metástasis pulmonares u óseas en el 30-40 % de los
casos. Éstas pueden ser funcionantes (producen hipertiroidismo, aun en un
paciente tiroidectomizado), lo que las hace muy sensibles al tratamiento con
radioyodo.
FIG. 5A
FIG. 5B
114 M. F. Rivas - Crespo
Etiopatogenia
MÁXIMO RIESGO:
– Niño pequeño
– Género femenino
– Intervalo de tiempo largo
– Dosis de 300-1.200 cGy
_ Elevación de TSH post-radioterapia
ENFERMEDAD DE GRAVES-BASEDOW:
– La misma frecuencia aproximada
En ambos procesos:
– Puede ocultarse un CT multicéntrico por bocio
– La PAAF puede ser falso negativo (psamomas)
– Sospecharlo si no hay respuesta adecuada
– Pedir ayuda ecográfica
El «factor yodo»
«FACTOR YODO»:
– El bocio carencial evolucionado se asocia a CT folicular
– Zonas ricas en yodo se han asociado a CT papilar
NÓDULOS:
– No es un factor patogénico en sí
– En niños, más de la mitad son cancerosos
Predisposición genética
El quiste tirogloso
dad solidaria del quiste con los movimientos deglutorios, tratada y superada
la infección que suele propiciar el diagnóstico y estudiada la gammagrafía
(para descartar la existencia de un tiroides disgenético), se ha de hacer exé-
resis, deseablemente preventiva, de todo el tracto desde el foramen caecum
hasta el quiste intervención de Sistrunk. Cuando aparece el carcinoma, su
evolución es similar a otros CT, con poca tendencia a la difusión a distancia.
Algunos de estos agentes patógenos son probablemente responsables
de las mutaciones que se ven en estos CT esporádicos y en algunos adeno-
mas (14). La mutación del gen supresor «tp53» más frecuente en la forma
anaplásica, muy rara en niños, parece secundaria al desarrollo de este agresi-
vo tumor. El 50 % de los CT foliculares tienen mutaciones en los codones 12,
13 o 61 de los oncogenes «ras» (K-ras, H-ras y N-ras). Éstos codifican pro-
teínas G monoméricas que participan en la transmisión de señales. La muta-
ción supone la activación constitutiva de dichos genes, por lo que tienen una
gran capacidad de transformación neoplásica. Parece que la activación del K-
ras se relaciona con los CT foliculares secundarios a radiación, así como con
su potencial metastásico (1, 15). En el 15-19 % de los CT papilares se en-
cuentra específicamente el oncogen «ptl», relacionado con el «ret». El propio
«ret» interactuando con la familia de receptores TRK del factor de creci-
miento nervioso participa en el desarrollo y extensión de los carcinomas di-
ferenciados. El 96 % de los CT papilares son EGF-receptor positivos (inmu-
nohistoquimia) (4). El «gsp» codifica la proteína GS que transmite la señal
de la TSH desde el receptor a la adenilatociclasa. Su mutación la vuelve inac-
tiva, por lo que el AMPc se mantiene activado constitutivamente (16).
Clínica
PACIENTE
– Posible antecedente de radiación
– Sobre todo mayor de 13 años (no siempre)
– Relación chicas/chicos: > 2/1
SIGNOS:
– FRECUENTES:
• Nódulo duro, irregular, indoloro, móvil o fijo.
Puede ser único o predominante entre varios.
• Adenopatías (yugulares, cricoides, traqueales) uni o bilaterales (50-70 %)
• Ambos signos asociados
– RAROS: Ronquera, disfagia, tos crónica
– METÁSTASIS DISTALES: 10-25 %
– A VECES SILENTES: Hallazgo quirúrgico
Diagnóstico
Evaluación bioquímica
DIAGNÓSTICO DIRECTO:
– Búsqueda por antecedentes.
– Clínica: ¿Insuficiente? ¿Tardía?
– Complementario:
• Bioquímica
• Ecografía
• Radiografía, TAC o RMN
• Captación de radioyodo
• PAAF
Ecografía tiroidea
los tiroideos, así como guía en la realización de la PAAF. Nos indica la natu-
raleza quística (más frecuentemente benigna), sólida o mixta (más probable-
mente maligno) aunque este dato semiológico no es determinante. No reco-
ge, por tanto, información suficiente para determinar la malignidad o
benignidad de los mismos.
Como en otros casos, más que en el diagnóstico inicial, es útil en el se-
guimiento de un nódulo, informando muy exactamente de la evolución de su
tamaño y, por tanto, de su evolución.
PAAF
NÓDULO
TIROIDEO
exploración
< 4 cm y ecografía > 4 cm
PAAF BIOPSIA
ABIERTA
LT 4, 6 meses LOBECTOMÍA
BENIGNO MALIGNO
NO RESOLUCIÓN
SE RESUELVE
STOP TRATAMIENTO
ADICIONAL
FIG. 13
FIG. 5B
Cáncer de tiroides en la infancia 125
Tratamiento
Tratamiento quirúrgico
100
80
% DE PROBABILIDAD
60
40
20
TIROIDECTOMÍA
LOBECTOMÍA/BIOPSIA
0
0 5 10 15 20
AÑOS DE EDAD AL DIAGNÓSTICO
Radioterapia ablativa
CEREBRO (3 %)
LENGUA (3 %)
RETROFARINGE (3 %) GANGLIOS CERVICALES
O LECHO TIROIDEO (54 %)
GANGLIOS GANGLIOS
CERVICALES SUPRACLAVICULARES 9 %)
Y PULMONARES (9 %) PULMÓN (16 %)
HUESO (3 %)
Supresión de la tirotropina
Evolución
100
80
60
% Lubre de síntomas
40
20
0
0 5 10 15 20 25 30 35
Años desde el tratamiento
Seguimiento
Se hará de por vida, dado el largo período en que aparecen las recaídas.
En todo caso, y como se indicó, se mantendrá levotiroxina para que la TSH
esté suprimida.
Se recomienda la práctica periódica de:
– Exploración física.
– Medición de TSH y T4.
130 M. F. Rivas - Crespo
Desiderata
CARCINOMA MEDULAR
1.000
100
CALCITONINA PLASMÁTICA RELATIVA (*)
10
BIBLIOGRAFÍA
1. Norton JA, Levin B, Jensen RT. Cancer of the Endocrine System. En DeVita VT, Hellman S,
Rosenberg SA. Principles and Practice of Oncology. 1993. Lippincott. Philadelphia, pp. 1333-45.
2. Attie JN. Thyroid Carcinoma in Children and Adolescents. En Lifshitz F. (ed.) Pediatric
Endocrinology. Second Edition.1990. Marcel Dekker. New York, pp. 513-25.
3. Foley T, Malvaux P, Blizzard R. Thyroid Disease. En Kappy MS, Blizzard RM, Migeon CJ. The
diagnosis and treatment of endocrine disorders in childhood and adolescence. Fourth Edition.
1994. CC Thomas. Springfield, pp. 457-533.
4. La Quaglia MP, Telander RL. Differentiated and Medullary Thyroid Cáncer in Childhood and
Adolescence. Sem Ped Surg 1997; 6:42-49.
5. DiGeorge AM, LaFranchi S. Carcinoma of the Thyroid. En Behrman RE, Kliegman RM, Arvin
AM. Textbook of Pediatrics. 15th edition. 1996. Saunders. Philadelphia, pp. 1602-3.
6. Fisher C, Edmonds CJ. Papillary carcinoma of the thyroid in two brothers after chest fluoroscopy
in childhood. Br Med J 1980; 281:1600-1.
7. Pillay R, Graham-Pole J, Miraldi F. et al. Diagnostic x-irradiation as a possible etiologicagent in
thyroid neoplasms of childhood. J Pediatr 1982; 101:566.
8. Yoshida A, Noguchi S, Fukuda K et al. Low-dose irradiation to head, neck and chest during infancy
as a possible cause of thyroid carcinoma in teenagers. A matched case-control study. Jap J Cancer
Res 1987; 78:991.
9. Tucker MA, Jones PH, Boice JD Jr, et al. Therapeutic radiation at a young age is linked to
secundary thyroid cáncer: The late effects study group. Cancer Res 1991; 51:2885-8.
10. Mauras N, Zimmerman D, Goellner J: Hashimoto thyroiditis associated with thyroid cáncer in
adolescent patients. J Pediatr 1985; 106:895.
11. De Vathaire F, François P, Schweisguth O, et al. Irradiated neuroblastoma in childhood as potential
risk factor for subsequent thyroid tumour. Lancet 1988; 2:455.
12. Hosoya R, Eiraku K, Saiki S, et al. Thyroid carcinoma and acute lymphoblastic leukemia in
childhood. Cancer 1983; 51:1931-33.
13. Winship T, Roswoll R. Thyroid carcinoma in childhood: Final report on a 20 year study. Clin Proc
Chid Hosp DC, 1970; 26:237-8.
14. Fagin JA. Genetic Basis of endocrine disease 3. Molecular defects in thyroid gland neoplasia. J
Clin Endocrinol Metab 1992; 75:1398-400.
15. Muñoz MT, Argente J. Nódulo tiroideo y carcinoma de tiroides. En Argente Oliver J, Carrascosa
Lezcano A, Gracia Bouthelier R, Rodríguez Hierro F. Tratado de endocrinología pediátrica y de
la adolescencia. 1995. Editores Médicos. Madrid, pp. 539-48.
16. Akslen LA, Myking AO, Salvesen H et al. Prognostic impact of egf-receptor in papillary thyroid
carcinoma. Br J Cancer 1993; 69:808-12.
17. The American Association of Clinical Endocrinologists and The American College of
Endocrinology. AACE Clinical Practice guidelines for the diagnosis and management of thyroid
nodules. 1996.
18. Caruso D, Mazzaferri EL. Fine needle aspiration biopsy in the management of thyroid nodules.
Endocrinologist. 1991; 1:194-202.
19. Gharib H, Zimmerman D, Goellner JR et al. Fine needle aspiration biopsy: use in diagnosis and
management of pediatric thyroid disease. Endocr Pract 1995; 1:9-13.
134 M.D. Rodríguez Arnao
20. Ito M, Yamashita S, Ashizawa K, et al. Childhood thyroid diseases around Chernobyl evaluated by
ultrasound examination and fine needle aspiratiron cytology. Thyroid 1995; 5:365-8.
21. Fisher DA. La glándula tiroides. En Broock CGD (ed) Endocrinología clínica pediátrica. 2.ª ed.
1989. Áncora. Barcelona, pp. 315-46.
22. Lips CJM, Landswater RM, Hoppener JWM et al. Clinical screening as compared with DNA
analysis in families with multiple endocrine neoplasia type 2A. N Engl J Med 1994; 331:828-35.
23. Pacini F, Romei C, Miccoli P et al. Early treatment of hereditary medullary thyroid carcinoma after
attribution of multiple endocrine neoplasia type 2 gene carrier status by screening for ret gene
mutations. Surgery 1995; 118:1031-35.
24. Telander RL, Zimmerman D, Sizemore GW et al. Medullary carcinoma in children. Arch Surg
1989; 124:841-3.
RELACIÓN DE CASOS CLÍNICOS 3
Cáncer de tiroides
M.ª Rocío Barriga Beltrán
H. Infantil Virgen del Rocío
Sevilla
Hipertiroidismo neonatal
Francisca Romero Narbona
H. Materno-Infantil Carlos Haya
Málaga