Exposicón Sistematica de La Doctrina Trinitaria

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UNIVERSIDAD CATOLICA CECILIO ACOSTA

FACULTAD DE FILOSOFIA Y TEOLOGIA

PROGRAMA DE TEOLOGIA

TRINIDAD

EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA DE LA DOCTRINA TRINITARIA.

Cesar Montoya Medero

INTRODUCCIÓN

En razón que no logré ubicar el capítulo 10 Formación de la Doctrina


Trinitaria en el libro de Walter Kasper (1994), El Dios de Jesucristo, Sígueme,
Salamanca, pp. 301-357, encontré en la Internet el mismo título y autor, pero en
una versión electrónica editado por Sal Terrea. Por ser una edición diferente y
nueva la nomenclatura en el índice es diferente, en primer lugar, no aparece el
capítulo 10 sino en la tercera parte del libro un literal (I) llamada Fundamentación
de la Doctrina Trinitaria, el cual pensé que correspondía al referido por la
asignatura, posteriormente, luego de avanzada la lectura y el trabajo de síntesis,
encontré el índice de la versión de 1994 y pude notar que el capítulo 10
corresponde al literal II de la parte tercera de la versión digital ahora llamado
Desarrollo de la Doctrina Trinitaria, es decir trabajé el capítulo 9 también, cosa que
no lamento, solo quiero pedir la venia del profesor para presentarlo en este
trabajo, con el ánimo que quede en el registro que llevo de los trabajos y lecturas
1

que hago en éstos estudios de teología, por tanto la extensión es el doble de lo


que se pudiera esperar si solo hubiese trabajado con el capítulo solicitado. En todo
caso lo especifico de la tarea inicia en la p. 7

Dicho esto, presento el trabajo respetando la estructura del trabajo, tratando


de extraer, de una obra sumamente densa en planteamientos, las ideas
principales que pudieran servir para la síntesis. Al final expongo algunas
conclusiones, mas dirigidas a englobar y reafirmar el aprendizaje obtenido por la
lectura.

I.- FUNDAMENTACIÓN DE LA DOCTRINA CRISTIANA.

1. Preparación en la historia de las religiones y en la filosofía

De algo hay que estar claro y es que, de la confesión cristiana de la


Trinidad, forma cristiana de hablar de Dios, depende toda la realidad salvífica, así
la confesión litúrgica del creyente o no se refleja en su vida o no sabe qué hacer
con ella, se está refiriendo a la confesión trinitaria de la unidad de esencia en la
trinidad de personas.
Se habla de unidad de esencia y no numérica porque ésta presupone la
unidad de la especie (species) y del género (genus), pero ¿Existe una unidad que
abarque la realidad toda? Si no existiera tal unidad superior, el mundo sería una
acumulación azarosa de cosas sin orden ni sentido, es por ello que casi todas las
religiones la reconocen dentro de la toda diversidad de la realidad. Los griegos se
ocuparon grandemente de este problema desde Heráclito, Parménides, y
Jenofanes (s. VI a.C) quien presupone que debe estar más allá de lo ente; es lo
supra-ente, inefable, inaccesible por la racionalidad constituyendo en
consecuencia un misterio.
En la dirección de la pregunta por la unidad va la de la trinidad o elementos
ternarios y triadas, la cual aparece no solo en el cristianismo sino en múltiples
mitos, religiones y planteamientos filosófico de los cuales algunos también están
presentes en AT y NT, sin vinculación con la concepción cristiana de la triple
diversidad personal, unitarias en la esencia divina. En el cristianismo el problema
2

se convierte en la dilucidación de la intimidad de Dios y se fundamenta en la


autorrevelación histórica del Padre en el Espíritu Santo. Por esta vía el
cristianismo originalmente busca responder a esa pregunta de la humanidad con
respecto a la unidad en la pluralidad de la realidad, solo que la unidad no se
adueña de lo múltiple ni lo anula, sino que lo enriquece.

2. Fundamentación desde la óptica de la teología revelada

La unidad de Dios

El “creo un solo Dios” sintetiza la fe del AT y NT y por ende del cristianismo


que lo ubicándolo junto con el islam y el judaísmo como una de las tres grandes
religiones monoteísta a pesar que estas últimas lo ponen en duda.
El monoteísmo, históricamente no ha estado configurado como se presentó
delante de los cristianos hace 21 siglos, en el AT el monoteísmo pasó de un
monoteísmo practico (Solo Yahvé, entre todos los dioses merece adoración), a en
tiempos de Elías, un monoteísmo teórico (no existen otros dioses sólo Yahvé).
Este tránsito ocurre: 1) como producto de una experiencia religiosa y de la praxis
creyente que apunta a descubrir en quien verdaderamente se puede confiar
incondicionalmente, la implicación directa es que ya no se puede adorar a nada
distinto, nada puede distraer la confianza. 2) Dios no es uno, es único de lo
anterior se deriva su singularidad (dos dioses, aunque se interpenetraran se
limitarían mutuamente). Los Padre de la Iglesia hablan de una monarchía de Dios
que le diferencia infinitamente del mundo, pero si es un Dios único y uno, distinto
al universo, sin pluralidad, pudiera significar que es un Dios solitario que necesita
al mundo perdiendo en consecuencia su divinidad. Este planteamiento conlleva a
la pregunta sobre la Trinidad.

El Dios vivo (preparación veterotestamentaria)


3

El dialogo de Dios consigo mismo en el AT, la visión de Abrahán a quien se


le aparecen en nombre de Dios tres hombres donde sólo uno habla, llaman la
atención a los Padres de la Iglesia, quienes, al expresarlo en su fe, muestran que
la misma no tiene su origen en simples teorías, sino en la doxología de la
adoración litúrgica de Dios. Más significativo para ellos, es aun, la imagen del
Ángel de Yahvé, distinto a Él, pero identificado con Él, intuyendo en ello un intento
en tender un puente entre la esencia de Dios, escondida e incognoscible por los
humanos y su presencia viva en la historia. Las personificaciones de la palabra y
el Espíritu divino en los documentos tardíos del AT también, sugieren las primeras
tentativas anticipadas de la revelación que acaecerá en el NT. Todos estos
elementos vinculados al Dios del AT conllevan a una pregunta ¿Quién es su
interlocutor adecuado? Si fuese el hombre, éste sería necesario para Dios y en
consecuencia sería su socio y el amor al hombre dejaría de ser abismalmente
gratuito.

La estructura trinitaria básica de la revelación divina (fundamentación


neo testamentaria)

Por su parte, el NT sienta las bases para el desarrollo especulativo sobre la


Trinidad, y se puede decir que lo inicia respondiendo a la pregunta sobre el
interlocutor de Dios: es Jesucristo eterno tú del Padre. Allí, la relación filial de
Jesús con Dios al que llama abbá, muestra indirectamente que Dios es desde toda
la eternidad Padre de Jesucristo, quien como hijo forma parte del eterno de Dios,
cuyo poder (dynamis) aparece después de Pentecostés, como pneuma que
incorpora al creyente al poder de Jesús y a su relación con el Padre. La expresión
asignada a Jesús, inspirada por Espíritu Santo a las comunidades primitivas de
“Vayan por el mundo y bauticen en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu
Santo”, que coloca en igual plano a los tres, es reflejo de la toma de conciencia
trinitaria de la antigua comunidad de la Iglesia, de este modo el bautismo es el
lugar vital de arranque de la confesión de la fe trinitaria y es el más importante
4

fundamento del desarrollo teológico y dogmático de la doctrina trinitaria de la


Iglesia.
También las Cartas Paulinas están llenas de fórmulas trinitarias. No solo la
acción singular de Dios en la historia de la salvación está trinitariamente
estructurada sino también lo está en su acción en la Iglesia. Así pues, siempre que
Pablo, pretende expresar la plenitud del acontecimiento de salvación y de la
realidad salvífica, recurre a formulaciones trinitarias. que también aplica a la
Iglesia.
De igual forma, en todo el recorrido del evangelio de San Juan, se
encuentran el inicio de la tradición trinitaria, de manera especial en la “oración
sacerdotal”. A lo largo de sus cartas se hacen presentes las formulas trinitarias, allí
señala que Dios es amor, comunión de amor entre el Padre, el Hijo y el ES a la
cual están invitados a participar los discípulos. Dios puede revelarse y
comunicarse como amor, porque a su interior opera la dinámica del amor.

El credo trinitario como regla de la fe.

Literalmente expresa Kasper: “La primitiva Iglesia pos apostólica era


plenamente consciente de la estructura trinitaria de la realidad salvífica cristiana”
(p. 346). El tema es abordado por Ignacio de Antioquía, Clemente, Atenágoras. Ya
Teófilo de Antioquía y Tertuliano emplean el decisivo término trías o trinitas hasta
llegar a Orígenes y Agustín quienes lo abordan de una manera más especulativa.
Sin embargo, cabe aclarar que, en estas comunidades, el vigor de la fe trinitaria,
no privó la especulación teórica, sino la praxis de la Iglesia sobre todo la eucaristía
(con más fuerza en Oriente) y el bautismo, (con más fuerza en Occidente). Los
teólogos vetero eclesiales, tratan de exponer la fe en común y pública, más que
sus reflexiones personales,

3. Evolución teológica y dogmática


5

Buscando conciliar las afirmaciones trinitarias de la escritura y la tradición,


la doctrina trinitaria, a diferencia de la profesión de fe trinitaria, se lleva a cabo
donde se dan las reflexiones sobre la relación entre la fe en un Dios único y la
Trinidad, así como la relación entre el Padre Hijo y Espíritu Santo (ES)
Las primeras reflexiones de corte trinitario-angelical, apoyadas en los
elementos del AT que ya vimos con anterioridad, se encuentran en el
judeocristianismo, pero no pueden expresar la dignidad de Jesús y del ES por el
contrario conllevaban al subordinacionismo. La real doctrina trinitaria se daría en
dos fases:

Una primera: La confrontación con el gnosticismo (caracterizado por la


irreconciliabilidad entre mundo y Dio). El icono en este momento es San Irineo de
Lyon, sus argumentos parten del planteamiento de las limitaciones del
conocimiento para llegar a la plenitud trascendental, critica la teoría de la
emanación gnóstica (Se trata de un fluir escalonadamente descendente y
menguante que parte del origen primero obedeciendo a una necesidad interna de
este), además señala que si en el hombre el entendimiento queda en él, con
mucha más razón en Dios, quien es puro entendimiento, implicando esto no una
degradación por emanación, sino una relación de origen en el mismo plano,
deduciendo que tal palabra=entendimiento=logos se encarna de manera que el
Hijo de Dios se hace hijo del hombre. Estas ideas, requerirán más adelante los
aportes de los teólogos del s. III en oriente, entre los cuales destacan: En oriente,
Tertuliano (quien establece las bases de una doctrina trinitaria específicamente
cristiana) y en occidente Orígenes (sostiene que, en primer lugar, Dios crea y guía
el mundo por medio de su Hijo, este procede eternamente de Dios, no
materialmente como lo conciben los gnósticos sino espiritualmente, de manera
voluntaria mediante el amor.)
La segunda: se caracteriza por la confrontación con Arrio ( construye un sistema
donde Dios y el mundo son totalmente distintos, donde Dios para poder
comunicarse necesita de alguien intermedio el Logos) frente a lo cual el concilio de
Nicea, con algunas deficiencias en el empleo de algunas terminologías
6

(hypostáseis, subsistentiae, ousía, substantia, prósōpa, personae) que generaron


división en la Iglesia en relación a su interpretación 1, decretó que Jesús es
homooúsios, es decir, que existe unidad de esencia entre Padre y el Hijo. Estamos
ante una concepción genética de la divinidad que brota del Padre y se derrama en
el Hijo y el Espíritu Santo. Base del credo Niceno –Constantinopolitano,
fundamento común de las Iglesias de Occidente y Oriente.
Aquí pareciera, que la única esencia de Dios fuera el problema, pero
Agustín precisa: “Dios es la Trinidad”, indicando que la distinción ocurre ad intra: la
distinción es dentro de la esencia única y constituye un único principio que se
expresa ad extra (Concilio Lateralense). En esta línea sostenía que cualquiera de
las tres personas podía encarnarse (cosa que es rebatida por otros teólogos).
Como se observa, la doctrina fue separando la Trinidad económico-salvífica de la
Trinidad inmanente, cosa que trajo como consecuencia la poca repercusión de la
Trinidad en la vida concreta del cristiano. En otras palabras, hay que rescatar la
relevancia de la Trinidad para el ser humano y su salvación, convirtiéndose esto
en reto (pastoral) para nuestro tiempo.

II: DESARROLLO DE LA DOCTRINA TRINITARIA

1.- Punto de partida.

La Trinidad como misterio de fe

La historia moderna está llena de intentos de reconstruir la doctrina


trinitaria, pensadores como Spinoza, Lessing, Fichte, Schelling y Hegel, lo han
intentado, pero en esos intentos han cobrado vida ciertas ideas gnósticas y
neoplatónicas.
Entre ellos destaca Hegel, quien, detectando el letargo de la vida de fe de
su época, pretende recuperar el Dios vivo el de la Trinidad, desde un intento
1
Se clarificaron en el concilio de Constantinopla en el 553: «Si alguno no confiesa una sola naturaleza
(physis, natura) o sustancia (ousía, substantia) del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y una sola virtud y
potestad, Trinidad consustancial (homooúsios, consubstantialis), una sola divinidad, adorada en tres hipóstasis
(hypostáseis, subsistentiae) o personas (prósōpa, personae), sea anatema»
7

racional (cosa que en lo personal me parece loable). A esto le sale al paso, la


afirmación sobre que la Trinidad es un “misterio en sentido estricto” que escapa a
todo intento racional o semi racional. Sin embargo, teólogos tradicionales como
Ricardo de San Víctor, Anselmo de Canterbury, Alberto Magno y Tomás de
Aquino, no separaban fe de razón, hecho que paradójicamente ocurre con la
modernidad cuando se insiste en la racionalidad.
La imposibilidad de comprender cabalmente: a) la unidad de Dios en la
diferencia de persona b) la igualdad de las personas en la dependencia de la
segunda respecto de la primera y de la tercera respecto de la primera y la
segunda b) el carácter eterno de Dios como Padre, Hijo y Espíritu a pesar que el
Hijo es generado y El ES espirado, representan parte de los múltiples misterios de
la fe que a su vez forman parte de un único misterio. El empleo de “misterio” para
tipificar estos aspectos, por la carga negativa que tradicionalmente se asocia con
la palabra, puede llevar a creer que se evita con ello la claridad de pensamiento o
es justificación de la fatiga espiritual.
Sin embargo, para misterio puede obtenerse u percepción positiva si se
capta la correspondencia entre el misterio del ser humano y el misterio de Dios
pudiéndose mostrar racionalmente que el misterio trinitario no constituye nada
contradictorio en sí ni disparatado. El misterio de la trinidad se puede hacer más
comprensible 1) mostrando analogías tomadas del ámbito natural 2) observando
que todas las verdades de la fe forman un solo conjunto coherente y armónico 3)
Mostrando la relación de la fe trinitaria con el sentido final del ser humano

Imágenes y símiles para el misterio trinitario

Múltiple son las imágenes de la naturaleza empleadas para significar la


trinidad. Quien mayor uso hace de las humanas en Agustín. Siendo que la
verdadera imagen de Dios es el hombre en concreto, es factible desarrollar
analogías a partir de categorías como mens, notitia y amor; memoria, intelligentia
y voluntas que no constituyen una demostración, sino una ilustración de la
Trinidad desde el mundo, pero que también permiten interpretar el mundo desde la
8

Trinidad. A pesar de lo útil de analogías tomadas de la “imagen humanidad”, es


conveniente precisar que la verdadera vestigium trinitate es el Dios-hombre-
Jesucristo.

La unidad de la Trinidad inmanente y la Trinidad económica

Siendo la Trinidad el misterio de fe por antonomasia, significa que su


comprensión debe partir de la fe, todo lo demás tiene una función auxiliar, el pilar
de su comprensión es la economía de la salvación. K. Rahner plantea el siguiente
axioma de amplia aceptación en todo el cristianismo: “La Trinidad económica es la
Trinidad inmanente y viceversa”. Este axioma se puede justificar por medio de
tres argumento
1) Al ser la salvación del ser humano Dios mismo. La acción de Dios a través
de Jesucristo en el Espíritu Santo (acto de fe) solo es posible si
encontramos la relación con Dios. Trinidad económica es igual a la Trinidad
inmanente.
2) Tal identidad es doctrina de fe en la encarnación del Logos, quien habita en
Jesús y en quien subsiste la humanidad de Jesús, de manera que cuando
habla y actúa el hombre Jesús también lo hace el Logos. Aquí la Trinidad
inmanente y la económica son una sola.
3) En el derramamiento del ES también se hace presente la igualdad
planteada.
Kasper, para evitar los posibles errores en los cuales se puede incurrir al
interpretar el axioma de Rahner, lo reformula de la siguiente manera: “en la auto-
comunicación histórico-salvífica, la auto-comunicación intra-trinitaria se hace
presente en el mundo de un modo nuevo”.

2. Conceptos fundamentales de la doctrina trinitaria

Los conceptos fundamentales clásicos,


9

El autor, desarrolla una estrategia diferente a la que emprende la teología


dogmática la cual sigue el orden de las procesiones de la trinidad inmanente. Su
estrategia sigue el orden del conocimiento, parte de las misiones histórico-
salvíficas y su revelación verbal, su punto de arranque la “misión” la cual tiene
como: 1) finalidad la presencia del Hijo en el mundo 2) presupuesto y origen, la
eterna dependencia del hijo con respecto al Padre y del Espíritu respecto al Hijo y
al Padre
. De esta manera, la misión conlleva a las procesiones intradivinas, las cuales
están sugeridas en la Biblia directamente desde la misión e indirectamente desde
la procedencia eterna. Cabe distinguir entre la procedencia externa (lo originado
queda afuera del origen) y procesión inmanente (lo originado queda dentro del
origen). La primera es la manera como ocurre la creación y de la segunda es
como se “gesta” el Hijo del Padre y el ES del Padre y del Hijo en función de la
indivisibilidad de la esencia divina, las procesiones se dan como procesos vitales e
inmanentes de Dios en una única y eterna realidad activa libre de sucesiones
temporales.
Procesón (procesio), es un ir más allá de sí mismo, de este modo la
procesión, la generación del Hijo se compara con el acto interior de producción de
conocimiento de la palabra interior, y la espiración del espíritu como el ser fuera de
sí característico del amor. Como ya se presentó en la tarea anterior sobre la
doctrina trinitaria de Santo Tomas de Aquino, y lo plantea nuevamente Kasper, las
procesiones ocasionan relaciones: paternidad, filiación espiración pasiva, que a su
vez constituyen el carácter diferenciador de las personas: Padre Hijo, Espíritu
Santo. También de las personas trinitarias se puede hablar de apropiaciones, es
apropiado para el Padre el poder, para el Hijo la sabiduría y para el Espíritu Santo
el amor.
En cuanto al número, Dios no puede ser encerrado en él, entonces ¿Qué
sentido tiene hablar de tres personas? Solo lo tiene en sentido analógico, al ser
Dios indiviso, hablar de tres personas significa: el Padre, el Hijo, el ES son tres de
tales unidades indivisas. Uno está por entero en dos, dos por entero en tres. Esta
inhabitación de todos en uno y de uno en todos es conocida como “perijóresis” en
10

la esencia común, en las relaciones incluso la de origen. Perijóresis tiene


implicaciones pastorales: cuando mayor es la unidad también lo es la autonomía y
esto solo es posible en el amor, declaración tan válida para la Trinidad como para
el proyecto de humanidad del cristianismo. La unidad con Dios no anula la libertad
humana, por el contrario, la potencia la amistad con Dios repercute en la amistad
entre los hombres.

El lenguaje de las tres personas

Desde el s. IV cuando se sentaron las bases de la doctrina trinitaria común


a todas las confesiones cristianas, no hubo mayores problemas en torno a ellas,
hasta la modernidad cuando surgieron objeciones de diversos tipos contra la
doctrina de la Trinidad. Una de ellas parte del concepto moderno de persona la
cual ya no es entendida ontológicamente sino como centro de acción libre y
consciente de si, como personalidad individual, desde esta perspectiva, otra
persona, el otro se percibe como competidor. Con esta premisa la unidad trinitaria
se hace imposible.
Si, lo que distingue a la persona es la autoconciencia, tal distinción no
puede ser aplicada a la trinidad porque la unidad trinitaria no permite tres
consciencias diferentes. Para no caer en esta se sugiere abandonar el uso de
“persona” y en su lugar emplear “modos del ser” (Barth) o “tres modos distintos de
subsistencia” (K. Rahner), sin embargo, dice Kasper, que “persona” aún resulta
comprensible, mientras que la propuesta (de Rahner) es inadecuada para
proclamar el evangelio por ser metalingüística. Por otro lado, con respecto a la
Trinidad, destaca, no importa su comprensión sino su uso doxológico.
El asunto está que estas propuestas asumen el concepto moderno de
persona aplicándolo a la Trinidad, cuando lo que procede, es continuar haciendo
accesible la Trinidad para el cristiano “normal” a través de la doctrina tradicional
(escolástica). Volviendo al lenguaje moderno de la persona como ser consciente
se pudiera decir que la Trinidad son tres sujetos conscientes uno de otro en virtud
de una misma consciencia poseída por los tres sujetos de modos diferentes.
11

Adicionalmente, diferentes autores modernos han derivado la tesis


personalista donde la personalidad solo es posible en las relaciones entre un yo-
tu-nosotros ofreciendo con ello un enganche con la Trinidad. En este sentido
cabría decir, siempre en una perspectiva analógica que las personas divinas son
más dialógicas que las humanas, ellas son dialogo “El Padre es pura
autoexpresión y alocución al Hijo en cuanto palabra suya; el Hijo es pura escucha
y obediencia al Padre y, con ello, pura realización del hecho de ser enviado por él;
el Espíritu Santo es pura recepción, puro don. Estas relaciones personales son
recíprocas, pero no intercambiables”. Para Ratzinger (Benedicto XVI) esta
concepción dialógica de la Trinidad significa una gran revolución, decir las
personas son relaciones se revela al amor como el sentido del ser humano.

3. Comprensión sistemática de la doctrina trinitaria

Unidad en la trinidad

El problema de Dios ha estado entrelazado desde el principio mismo con la


pregunta por la unidad de la realidad toda. La unidad es un problema religioso y
filosófico, sin unidad hay división y con este caos y alienación.
La unidad y unicidad de Dios son nucleares en el AT y están confirmados
en el NT donde la fe en este Dios constituye la salvación del ser humano al ser
incorporada a la unidad del Padre, Hijo y Espíritu Santo. La unidad entre Padre e
Hijo fundamentan la de los discípulos y está orientada a la del mundo entero. Esto
significa que la doctrina cristiana de la Trinidad es su manera de expresar el
monoteísmo desde donde responde a la pregunta por la salvación
En función de la unidad, se entiende como monarquismo, la reducción de
todo a un único principio supremo. Esta doctrina a lo largo de la historia sufrió
fundamentalmente dos desviaciones de permanente actualidad: monarquianismo
subordinacionistas (tratan de mantener la monarquía de Dios subordinándole al
12

Hijo y al Espíritu Santo, tiende al politeísmo) y el monarquianismo modalista


(entienden a las tres personas como tres modos del único Dios, tiende al ateísmo).
La repuesta cristiana ante esto fue difícil, tomó cuerpo a partir de: a) la reflexión
sobre las implicaciones metafísicas de la unidad de Dios, b) la exclusión
escalonada en la divinidad de Dios (Atanasio) c) la distinción entre el uno
numérico y el uno según la naturaleza o esencia (Basilio y los capadocios), c) la
declaración sobre que la unidad de Dios ocurre en relación con la pluralidad de
modo absolutamente trascendente. (Gregorio Nacianceno) d) la afirmación sobre
que desde fuera Dios es un único ser , pero ese ser es en trinidad de personas
(Juan Damasceno). En esa medida, la confesión de fe trinitaria es un monoteísmo
concreto. El asunto llega hasta Pio VI, quien afirma que se puede hablar de Dios
uno en tres personas distintas y no Dios distinto entres personas.
Todas estas reflexiones han conllevado a una sola cosa “El amor es lo que
media entre la unidad y la pluralidad; esa es la unidad unificadora en la trinidad.”
Tanto la teología griega como la latina tienen esta misma convicción, pero
desarrolladas por rutas distintas pudiéndose resumir que los griegos afirma : un
solo Dios en tres personas y los latinos: tres personas en un solo Dios.

Trinidad en la unidad

Por resultar incomprensible para el entendimiento humano la trinidad de tres


personas divinas en la unidad de una única esencia divina, la comprensión debe
partir de la revelación asociada a la realidad salvífica. Con esta intencionalidad
aparecen en el escenario nuevamente:
1) Barth, sostiene que la doctrina trinitaria trata de la automanifestación de
Dios, la cual es posible porque Dios por serlo tiene el poder de devenir
desemejante a sí mismo y adoptar forma temporal, dejando de ser el Dios
escondido es el revelador y al mismo tiempo ser revelado, accesible al
hombre en un acontecimiento histórico capaz de suscitar el seguimiento de
las personas, en consecuencia la Trinidad revelada es producto de un acto
13

autónomo y de manifestación subjetiva que revela los tres modos de ser


propios de la autoconstitución del sujeto absoluto.
2) Rahner, queriendo entender la Trinidad como misterio salvífico, parte de la
subjetividad del ser humano, de manera que esta viene a llenar (salvación)
la insuficiencia de la referencialidad del hombre al absoluto. Su punto de
partida es el concepto de autocomunicación divina. Jesucristo y el ES son
momentos de la única auto comunicación de Dios, (conocimiento y amor).
De esta manera el Dios que se autocomunica se comunica con la
humanidad revelando la profundidad espiritual de nuestra existencia, pero
también en la concreción de nuestra historia corporal. Con esto logra
ensamblar la teología trinitaria en el contexto de la filosofía moderna de la
subjetividad y las formulas tradicionales. Su enfoque, con respecto a la
doctrina trinitaria cambia 1) La ubicación: su reflexión es una condición de
la posibilidad de la doctrina de la gracia. 2) Sentido: se aborda por entero
desde la soteriología no de la doxología 3) Estructura interna: Entiende la
hipostasis como un modo singular e insuperable de la autocomunicación
prometida a los hombres, es un momento interno y condición de concesión
de la gracia a criatura espiritual en general.

Queda ahora recoger todo lo dicho, Kasper lo hace partiendo de la oración


sacerdotal de Jesús (Jn 17,1.5.7) la cual, según él, contiene embrionariamente
(in nuce) toda la doctrina de la trinidad expresando:
a) Su sentido: Dar gloria al Padre por el Hijo en Espíritu Santo, la cual es a su
vez salvación y vida para el mundo reflejándose la unidad entre doxología y
soteriología
b) Contenido: La unidad de Dios es determinada como comunión entre el
Padre y el Hijo, indirecta e implícitamente también como unidad del Padre,
el Hijo y el Espíritu, como unidad en el amor.
c) Misterio de la Trinidad: Cada uno de los tres modos en que subsiste el
único amor de Dios es concebible únicamente en relación con los otros dos.
El Padre como pura autodonación no puede ser sin el Hijo, que recibe. Pero
14

como no recibe algo, sino todo, el Hijo únicamente es en y a través del


regalar y el recibir. Sin embargo, no recibiría la autodonación del Padre si la
conservara para sí y no la regalara a su vez. De esta racionalidad de la
Trinidad y su autocomunicación plena y amorosa sirve como modelo a la
espiritualidad cristiana del servicio. Las personas de la Trinidad se
caracterizan por su desinterés, donación y auto despojamiento.

CONCLUSIÓN

De una obra tan densa, son muchos los aspectos sobre los cuales concluir,
no voy a hacer una repetición de lo que ya dice el autor, quien seguro estoy los
dirá con mayor propiedad, solo voy a compartir algunos elementos que hicieron
especial resonancia en mí y otros aspectos que suscitaron dudas que obligan a
estudiar más y que hablan del poder heurístico de lo leído.
En primer lugar me sorprende descubrir, que previo al cristianismo, en
otras culturas y cosmovisiones, la existencia de la triada como forma de explicar
la anhelada repuesta sobre la unidad dentro de la diversidad y como a través de la
experiencia religiosa principalmente de Israel se fue perfilando el monoteísmo
hasta llegar en el cristianismo , gracias a la revelación de Jesús de la intimidad de
Dios que consiste en tres personas en una misma esencia, una unidad diversa
que no abarca a las otras realidades, con lo cual no existe monismo absorbente
posible. Me maravilla, el hecho que sea en el cristianismo donde se hable, al
menos en el conjunto del monoteísmo, del conocimiento de la intimidad de Dios a
partir de su autorrevelación, co
El recorrido condensado sobre la Trinidad, que ha significado para mí la
lectura de estos capítulos de Kasper que me invitan a leer el resto, algo novedoso
es la relectura de la expresión de “Dios es amor” de la Primera carta de Juan,
hasta ahora entendida como la salida de Dios hacia nosotros, pero ahora con
Kasper vista como la invitación a participar en la dinámica de amor interna de
Dios.
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En los intentos, a mi juicio necesarios, por la perspectiva pastoral de igualar


la Trinidad inmanente y la económica, Kasper señala como al menos un elemento
del dogma donde se hace patente esta igualdad: la encarnación del Logos, pienso
que en Pentecostés aproximadamente ocurre algo similar, porque allí se pone de
manifiesto el Espíritu Santo en la acción salvadora de la Iglesia, Cuerpo Místico
de Cristo.
Pienso en concordancia con el autor que de la Trinidad es Jesucristo la
verdadera imagen de la Trinidad esto implica que para adentrarse más en la
intimidad de Dios hay que hacerlo también con el Jesús histórico.
La exposición del cambio moderno de la definición de persona como
autoconciencia individual y sus implicaciones en la intuición de la Trinidad me
parece de suma utilidad porque permite pensarla, no sin dificultad desde las
categorías actuales. Desde un punto de vista pastoral resulta muy significativo la
concepción de persona como aquella que existe solo si se dan las relaciones yo-
tu-nosotros, porque abren mayor posibilidad para la comprensión de la Trinidad,
empleando el lenguaje moderno, en el sentido que Dios para poder ser persona
debe estar en relación con otro de su misma esencia y como Dios no admite
división ese yo-tú y el nosotros deben tener la misma esencia, con lo que caemos
nuevamente en la doctrina tradicional. Concuerdo con que tal comprensión se
hace más accesible si se enfoca más desde el misterio salvífico (Rahner) que
como una categoría de estudio.
Como vengo señalando, resulta muy adecuado para quienes estamos en la
modernidad o en el tránsito hacia la posmodernidad utilizar la definición de
persona o las categorías actuales para explicar la Trinidad, es una encomiable
tarea, sin embargo, percibo cierto ruido, en el intento que hace Rahner al tipificar
a Jesucristo y al Espíritu Santo como MOMENTOS de la autocomunicación de
Dios, ahora bien si la palabra “momento” está asociado al menos
Aristotélicamente, hablando al tiempo y Dios no puede ser cronotangente, ¿no
estaríamos en presencia de una especie de subordinacionismo modalista? A mi
juicio la expresión sería aceptable si se usa como analogía. (ver p.407).
16

La aseveración sobre que la relacionalidad de la Trinidad y su


autocomunicación plena y amorosa le caracterizan por su desinterés, donación y
auto despojamiento que derivan en el servicio de la humanidad son fuente de
soporte para la espiritualidad de los cristianos en especial la del diacono
permanente.
Finalizo, esta experiencia repitiendo con San Agustín, decimos tres personas
por no quedarnos callados, porque a pesar de gustar de la reflexión especulativa,
con la Trinidad, siempre será insuficiente, el próximo paso es la intimidad dialogal
desde la contemplación, con esa Trinidad en espera del cara a cara donde será
posible la comprensión absoluta momento de cumplirse recibir plenamente la
naturaleza de Dios otorgada gratuita y amorosamente en el bautismo en el nombre
del Padre del Hijo y del Espíritu Santo.

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